17
105 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2 Control de infección. Precauciones estándar. Política de aislamientos Infection control. Standar precautions. Isolation policy T. Rubio 1 , J. García de Jalón 2 , F. Sanjuan 3 , M.A. Erdozain 4 , J.I. Sainz de Murieta 1 , E. Escobar 5 1. S. de Medicina Interna. Hospital García Orcoyen. Estella 2. S. de Medicina Preventiva y Gestión de la Calidad. Hospital Virgen del Camino. Pam- plona 3. S. de Medicina Interna. Hospital Reina Sofía. Tudela 4. S. de Rehabilitación. Clínica Ubarmin. Elcano 5. S. de Medicina Preventiva y Gestión de la Calidad. Hospital de Navarra. Pamplona Correspondencia: Tomás Rubio Vela Hospital García Orcoyen C/ Santa Soria s/n 31200 Estella ANALES Sis San Navarra 2000, 23 (Supl. 2): 105-121. RESUMEN Sobre la base de la epidemiología de la infección nosoco- mial se realiza un recuerdo histórico de la política de control y aislamientos preconizada en las últimas décadas por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC). Se exponen detalladamente tanto las medidas generales a adoptar ante cualquier paciente ( precauciones estándar), como aquellas medidas específicas que deben ponerse en marcha en dependencia del mecanismo de transmisión de la enfermedad ( área, por gotitas y de contacto), facilitando un listado del tipo y duración de las precauciones a adoptar según la etiología de la infección. ABSTRACT On the basis of the epidemiology of nosocomial infection, a historical review is made of the policy of control and isolation supported in recent decades by the Centre for Disease Control and Prevention (CDC) A detailed exposition is given of both the general measures to be adopted facing any patient (standard precautions), and those specific measures that must be set underway depending on the mechanism of transmission of the disease (area, by drops and contact). A list is provided of the type and duration of the precautions to be adopted according to the aetiology of the infection.

Control de infección. Precauciones estándar. Política ... - RECyT

Embed Size (px)

Citation preview

105ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

Control de infección. Precauciones estándar. Política de aislamientosInfection control. Standar precautions. Isolation policy

T. Rubio1, J. García de Jalón2, F. Sanjuan3, M.A. Erdozain4, J.I. Sainz de Murieta1, E.Escobar5

1. S. de Medicina Interna. Hospital GarcíaOrcoyen. Estella

2. S. de Medicina Preventiva y Gestión de laCalidad. Hospital Virgen del Camino. Pam-plona

3. S. de Medicina Interna. Hospital Reina Sofía.Tudela

4. S. de Rehabilitación. Clínica Ubarmin. Elcano

5. S. de Medicina Preventiva y Gestión de laCalidad. Hospital de Navarra. Pamplona

Correspondencia:Tomás Rubio VelaHospital García OrcoyenC/ Santa Soria s/n31200 Estella

ANALES Sis San Navarra 2000, 23 (Supl. 2): 105-121.

RESUMENSobre la base de la epidemiología de la infección nosoco-

mial se realiza un recuerdo histórico de la política de control yaislamientos preconizada en las últimas décadas por el Centrode Prevención y Control de Enfermedades (CDC).

Se exponen detalladamente tanto las medidas generales aadoptar ante cualquier paciente ( precauciones estándar), comoaquellas medidas específicas que deben ponerse en marcha endependencia del mecanismo de transmisión de la enfermedad (área, por gotitas y de contacto), facilitando un listado del tipoy duración de las precauciones a adoptar según la etiología de lainfección.

ABSTRACTOn the basis of the epidemiology of nosocomial infection, a

historical review is made of the policy of control and isolationsupported in recent decades by the Centre for Disease Controland Prevention (CDC)

A detailed exposition is given of both the general measuresto be adopted facing any patient (standard precautions), andthose specific measures that must be set underway dependingon the mechanism of transmission of the disease (area, by dropsand contact). A list is provided of the type and duration of theprecautions to be adopted according to the aetiology of theinfection.

INTRODUCCIÓNEl esquema de la cadena epidemiológi-

ca con sus tres eslabones, que va desde elagente infeccioso hasta el huésped sus-ceptible, a través de un mecanismo detransmisión más o menos simple, ayuda acomprender cómo se produce la infecciónnosocomial y permite igualmente una com-prensión rápida de los mecanismos decontrol, al romper uno cualquiera de loseslabones de la cadena.

El Primer eslabón, es el agente infec-cioso en su reservorio y/o fuente de infec-ción. Cualquier microorganismo puede sercapaz de producir una infección nosoco-mial. Hay gérmenes patógenos responsa-bles de las infecciones comunitarias,pudiendo encontrar en el hospital un terre-no más adecuado, si cabe, para su actua-ción. Ejemplos de brotes hospitalarios deenfermedades más habituales en la comu-nidad son salmonelosis1, tuberculosis2,3,varicela. Pero estas infecciones, cuyas for-mas más graves son las que precisan hos-pitalización y se acumulan por ello paraser tratadas en el hospital, son, por contra,las que encuentran allí un medio mejorpreparado para su control, a través de lasmedidas de aislamiento siempre presentesen mente del personal hospitalario, y sonlas menos representativas de las infeccio-nes nosocomiales.

Son los otros microorganismos, losambientales y los saprofitos humanos,bien del propio paciente o del personalasistencial o de otros pacientes hospitali-zados, los agentes más comunes y másrepresentativos de las infecciones nosoco-miales. Estos microorganismos han encon-trado a lo largo de la evolución un hábitatcompartido con el hombre sin que se pro-duzca el conflicto de competencias origende la enfermedad infecciosa. Es en el hos-pital donde se rompe el equilibrio agenteinfeccioso-huésped por existir nuevosmecanismos de transmisión, abrirse nue-vas puertas de entrada y aparecer nuevosfactores de susceptibilidad del huésped.

El agente infeccioso es inseparable desu reservorio, el cual se convierte en fuen-te de infección cuando se produce la salidadel agente del mismo. Existen portadoressanos o asintomáticos de numerosos agen-

tes infecciosos como el propio pacienteque va a sufrir la infección (fuente endóge-na), otro paciente o el personal asistencial(fuente exógena; infección cruzada). Lapiel, tubo digestivo, boca y vías respirato-rias son los reservorios más representati-vos de la flora saprofita causante de lasinfecciones nosocomiales.

El medio ambiente4 como reservorio yfuente de infección ocupa un lugar menosfrecuente que la fuente/reservorio humanoy queda reducido a:

– Fómites que pueden ser su asiento, lamayoría de las veces pasajero (jabones,desinfectantes, dispositivos que van aentrar en contacto con el paciente). Enambientes húmedos y con suficiente mate-ria orgánica nutricia y condiciones adecua-das de temperatura pueden sobrevivir eincluso llegar a reproducirse en aspirado-res, nebulizadores, contenedores de líqui-dos (orina), endoscopios, alimentos, etc.

– El aire y el suelo para formas de largasupervivencia, en particular esporas.

– Fuentes de infección animales o vege-tales (roedores, aves, plantas) pueden con-siderarse también bajo ciertas condicio-nes.

En muchas ocasiones la diferenciaciónentre colonización (no enfermedad) einfección (enfermedad) es inaparente yviene señalizado por la ruptura del equili-brio entre factores favorecedores de infec-ción y la reacción del huésped a la inva-sión o exposición. Es el caso de las micosisy gérmenes de amplia difusión que puedenigualmente estar presentes en el huéspedesperando su oportunidad cuando se abrauna puerta de entrada adecuada (p.e.aspergillosis, mucormicosis).

El reservorio inanimado5 como fuentede infección es particularmente importan-te en el caso de infecciones por Gram-negativos y especialmente Pseudomona spy Serratia sp6, pues son microorganismoscapaces de sobrevivir y multiplicarse enfómites o dispositivos incluso en condicio-nes adversas. Estos brotes se autolimitanen cuanto se observa el protocolo de asep-sia para el control y prevención de lasinfecciones nosocomiales en el manejo delpaciente y de los fómites, que van a entrar

T. Rubio et al

106 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

en contacto con el paciente. Recordamostambién el papel de los alimentos comoreservorio/fuente de infección.

El segundo eslabón de la cadena epide-miológica es el mecanismo de transmisión.Los agentes infecciosos que abandonan lafuente de infección alcanzan la puerta deentrada en el huésped susceptible a partirde uno o varios mecanismos de transmi-sión que resumimos a continuación: trans-misión por contacto, transmisión aérea,transmisión por gotas, transmisión porvectores y transmisión por vehículocomún.

La transmisión por contacto es el prin-cipal y más habitual mecanismo de trans-misión, bien directo (por contacto físicoentre fuente y huésped), o indirecto (a tra-vés de fómites contaminados en dondepueden sobrevivir temporalmente losmicroorganismos). Ejemplos de esto son,los fómites contaminados con Staphilococ-cus aureus7 (meticilin resistente o sensible)de un cirujano portador nasal asintomáti-co o presente en infecciones cutáneas deun sanitario que presta asistencia alpaciente. Pero es la mano del personal queatiende al paciente (o del propio paciente)el vehículo más importante transmisor deagentes infecciosos, actuando unas vecespropiamente como reservorio (flora cutá-nea residente) pero más frecuentementecomo vehículo que porta los agentesdesde un paciente enfermo o portador alpaciente susceptible o desde el lugarreservorio del propio trabajador a la manopor gestos inaparentes (infección cruza-da). Mientras que la flora transeúnte esfácilmente eliminable con el lavado, laresidente lo es menos, pero también suimportancia como agente de infección esmenor. El lavado de manos y el uso deguantes en la práctica de las precaucionesestándar son actividades que el personalconfunde en sus finalidades; de hecho laprotección personal que es la finalidad delas precauciones estándar esta reñida conla prevención de la infección “mano-porta-da” si no se completa con el cambio deguantes y el lavado de manos entrepacientes. Brotes de bacteriemias y neu-monías por especies de Acinetobacter y ladificultad de erradicar a este microorga-nismo multiresistente de las UCIs ha sido

incriminada al uso incorrecto de los guan-tes que no se cambian entre pacientes8.

Las infecciones vehiculizadas por goti-tas de más de 5 micras de diámetro, sonotro ejemplo de transmisión por contactodirecto, pues no son capaces de despla-zarse en el aire a distancias mayores de unmetro tras su salida de la fuente, y es difí-cil que sobrevivan en fómites. Estas partí-culas se generan al toser, estornudar ohablar y los agentes que utilizan esta víason los que tienen como reservorio el apa-rato respiratorio y la boca.

Otro mecanismo de transmisión es porfómites. Cualquier objeto destinado aentrar en contacto con el paciente puedeser el vehículo indirecto de infección por-tando agentes que pueden sobrevivir enellos. En ocasiones, además, estos objetosconstituyen un excelente reservorio paramuchos de ellos, aguardando su oportuni-dad para alcanzar el huésped. La enumera-ción de estos fómites se hace muy larga, yla técnica en la manipulación de estos conhigiene deficiente es lo que provoca lainfección. Así, el catéter de aspiración desecreciones en el paciente intubado y conventilación mecánica; los nebulizadores desoluciones terapéuticas suministradas enaerosol); alimentos (con colonización fre-cuente por Listeria, Salmonella1, E. colienteropatógeno); la nutrición parenteral yenteral; sondas nasogástricas, uretrales yureterales; dispositivos para diálisis, venti-lación mecánica; equipos de anestesiacatéteres intravasculares e infusionesparenterales de cualquier tipo (hemoderi-vados y sueros).

Los agentes infecciosos pueden aban-donar la fuente/reservorio vehiculizadospor el aire en forma de aerosoles de partí-cula mínima. Según el tamaño de partículase distinguen los núcleos de Well (1-10micras de diámetro) y las gotitas de Pflug-ge (alrededor de 100 micras). Por supequeño tamaño pueden permanece largotiempo en el aire y recorrer largas distan-cias hasta el huésped susceptible. Las par-tículas de polvo son de tamaño mayorpero actúan de forma similar. En las gotitasde los aerosoles (ambiente húmedo) y enel polvo (seco) pueden sobrevivir agentesinfecciosos resistentes a la desecación en

107ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

condiciones adversas. Los aerosoles departícula mínima son producidos de formanatural al toser o estornudar y es la vía desalida desde la fuente respiratoria denumerosos agentes infecciosos. Tambiénse producen por salpicaduras en las grifosy las conducciones de agua de abasteci-miento, duchas, humidificadores del aireacondicionado, equipos de ventilación oinhaladores.

El polvo vehiculizador de agentes infec-ciosos tiende a depositarse en los lugaresbajos, sobre las superficies, pero son pues-tos de nuevo en re-suspensión por la pro-ducción de suaves corrientes de aire pro-ducidas por el movimiento de las personasen su actividad laboral, el sacudido de laropa de la cama, la limpieza por barrido enseco o con aspiradoras sin filtro.

El tercer eslabón de la cadena, es elhuésped susceptible. Cuando el agenteinfeccioso lo alcanza debe encontrar unosmecanismos favorecedores para producirla infección. El agente infeccioso precisade una puerta de entrada en el huéspedsusceptible para producir sus efectos y esel primero y más importante de los facto-res condicionantes de la susceptibilidaddel huésped, pero no el único. A las puer-tas fisiológicas, hay que añadir las nuevaspuertas que abrimos en el paciente, paraser sometido a maniobras instrumentales,diagnósticas y terapéuticas: la puncióntranscutanea, la penetración uretral, eltubo endotraqueal o la traqueotomía, eltubo nasogástrico, la herida quirúrgica,etc.

La enfermedad de base y las comorbili-dades que el paciente presenta en elmomento del ingreso o le sobrevienen apartir de su ingreso, son los factores con-dicionantes de la susceptibilidad: la diabe-tes, la obesidad y la desnutrición, la pre-sencia de neoplasias, el deteriorocognitivo, los condicionantes constitucio-nales genéticamente determinados y modi-ficados por el hábito de vida del paciente;así mismo, la agresividad de las medidasterapéuticas, con tratamientos inmunosu-presores, aumentan la susceptibilidad.

Se han intentado valorar el estado pre-vio del paciente y las comorbilidades pre-sentes en el momento del ingreso para

poder cuantificar el riesgo infeccioso; asíse han aplicado como indicadores de saludprevia los apacheII, prism, crib, asa, deyo-charslson, mcabe y jackson, número dediagnósticos, índice de usos de dispositi-vos, etc.

En resumen, los pacientes hospitaliza-dos son cada vez más viejos, más enfer-mos y menos inmunocompetentes y sonsometidos a procedimientos diagnósticosy terapéuticos cada vez más agresivos:corticoides, quimioterápicos citotóxicosantineoplásicos, sangre y hemoderivados,nutrición enteral y parenteral, antibióticosde amplio espectro, depresores del Siste-ma nervioso central, inhibidores de la aci-dez gástrica, radioterapia, técnicas instru-mentales invasivas (intravasculares, deltracto digestivo, respiratorio o urinario..),y todo ello, prepara el asiento de los agen-tes infecciosos y el desarrollo de la infec-ción.

Si conseguimos cortar la cadena epide-miológica en alguno de estos puntos, con-seguiremos disminuir la infección nosoco-mial. Para ello, se han desarrollado lasmedidas de aislamiento.

En el Anexo 1 se enumeran las medias aseguir según el tipo de infección.

HISTORIA DE LOS AISLAMIENTOS Los aislamientos constituyen uno de

los temas más clásicos de la Medicina Pre-ventiva y la Salud Pública9. Su referenciahistórica puede ser una de las más aleja-das, como por ejemplo, su aplicación a losbarcos que arribaban al puerto de Venecia(1374). Sin embargo, sí que podemos califi-car como reciente la aparición de unmanual escrito de recomendaciones.

Las primeras recomendaciones paralas precauciones de aislamiento en USAaparecieron en 1877. En ellas, se recomen-daba situar a los pacientes con enfermeda-des infecciosas en establecimientos sepa-rados, que se llegarían a conocer como“hospitales de enfermedades infecciosas”.Esta práctica, que separaba a los pacientesinfectados del resto, no logró evitar latransmisión nosocomial, ya que lospacientes infectados no se separaban delos otros de acuerdo a su enfermedad, y nose practicaban procedimientos asépticos.

T. Rubio et al

108 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

Se establecieron salas separadas para lospacientes con la misma enfermedad y seinició la práctica de procedimientos asép-ticos.

En 1910, se introdujo el sistema de ais-lamiento en salas distintas, con habitacio-nes separadas. Con este sistema, se utili-zaban batas individuales, se lavaba lasmanos con soluciones antisépticas des-pués del contacto con el paciente y sedesinfectaban los instrumentos contami-nados por éste. Estas prácticas de enfer-mería, diseñadas para prevenir la transmi-sión de organismos patógenos a otrospacientes y el personal, se llegaron a cono-cer como “enfermería de barrera”. Estosupuso una importante alternativa paralos hospitales generales, evitando enviarpacientes a los hospitales de enfermeda-des infecciosas. Durante la década de los50, los hospitales de enfermedades infec-ciosas, empezaron a cerrar, excepto aqué-llos diseñados exclusivamente para tuber-culosis, que cerrarían algo más tarde. Así,a finales de los 60, todos los pacientesinfecciosos se ubicaban en salas de loshospitales generales, en habitaciones indi-viduales especialmente diseñadas o enhabitaciones normales individuales o múl-tiples.

Desde 1970 hasta la actualidad, el “Cen-ter of Disease Control” (C.D.C.) ha sido elorganismo encargado de recabar informa-ción y plasmarla en sucesivas pautas quehan servido de base para el trabajo diariode los profesionales encargados del con-trol de la infección.

El problema al que se enfrentaban losprofesionales sanitarios era la necesidadde identificar los pacientes que, potencial-mente podían comportarse como fuentesde infección. Una vez realizado esto, seaplicaba el aislamiento con el fin de cortarla cadena epidemiológica actuando sobrelos mecanismos de infección. Todo resul-taba más o menos sencillo, aunque en oca-siones, por desconocimiento, no se identi-ficaban estas fuentes o, en el otro extremo,se “sobreaislaba” a los pacientes.

Con el aumento del gasto sanitario enlos últimos años, los aislamientos hanpasado a ser un tema controvertido, aña-diéndose un problema económico a la

siempre difícil tarea del trabajo diario. Porun lado, es importante actuar sobre lospacientes-fuente capaces de provocar bro-tes epidémicos hospitalarios, los cuales setraducen en cuantiosos costes en forma dealargamiento de estancias y de gasto far-macéutico. Por el otro, la masificación hos-pitalaria ha llevado a grandes dificultadesa la hora de poder aislar a los pacientes endeterminados hospitales. Además, dejan-do aparte argumentos económicos, noolvidemos que el fin del aislamiento es evi-tar la transmisión de enfermedades apacientes. Como vemos, el ideal sería con-seguir el equilibrio, es decir, aislar cuandoes necesario y evitar los aislamientos inne-cesarios. Lo fundamental es que el profe-sional, ante una sospecha de enfermedadtransmisible, se pregunte si debe aislar ono al paciente.

En 1970, el CDC publicó un manualdetallado titulado “Técnicas de Aislamien-to para Uso en Hospitales”, que fue revisa-do en 1975. El manual introducía el sistemade categorías de las precauciones de aisla-miento. Recomendaba que los hospitalesusaran una de las 7 categorías de aisla-miento (Aislamiento Estricto, AislamientoRespiratorio, Aislamiento Protector, Pre-cauciones Entéricas, Precauciones paraPiel y Heridas, Precauciones de Elimina-ción y Precauciones Sanguíneas). Las pre-cauciones recomendadas para cada cate-goría estaban determinadas por suscaracterísticas epidemiológicas, agrupa-das por la vía de transmisión. Se indicabanpara cada categoría las medidas mínimasnecesarias para prevenir la transmisión detodas las enfermedades de su grupo. Estamedida, producía un “sobreaislamiento”para algunas enfermedades, lo que se com-pensaba por la conveniencia de tener unnúmero pequeño de categorías, y el ser unsistema simple, que permitía un fácilaprendizaje por el personal.

En los años 80, aparecieron nuevos pro-blemas de infecciones nosocomiales, algu-nos de ellos causados por microorganis-mos multirresistentes y otros por nuevospatógenos. Se creó la necesidad de pre-cauciones de aislamiento que estuvierandirigidas más específicamente a la trans-misión nosocomial que a la difusión intra-

109ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

hospitalaria de enfermedades infecciosasadquiridas en la comunidad.

En 1983, se publicaron las “Pautas delCDC para las Precauciones de Aislamientoen los Hospitales” reemplazando el manualde 1975. Una de las novedades fue la tomade decisiones por parte del personal sani-tario. Estas pautas fomentaban la toma dedecisiones en varios niveles en ellas, seotorgaba a los comités de control de lainfección hospitalaria la oportunidad deelegir entre las precauciones de aislamien-to por categorías o enfermedad, o bien,usar las recomendaciones para desarrollarun sistema de aislamiento; se estimulabaque el personal tomara decisiones sobrelas precauciones; y se fomentaba que elpersonal decidiera si necesitaba ponersemascarilla, bata o guantes, basándose enla probabilidad de exponerse a materialinfectado. Tales decisiones se juzgabannecesarias para aislar la infección, pero noal paciente, y para reducir los costes aso-ciados con precauciones de aislamientoinnecesarias.

Se modificaron las categorías previas.La anterior categoría de Precauciones San-guíneas, principalmente dirigida hacia lospacientes portadores crónicos de hepatitisB, fue renombrada como Precauciones conSangre y Fluidos Corporales y se extendiópara incluir a los pacientes con SIDA y flui-dos corporales además de la sangre. Lacategoría de Aislamiento Protector se eli-minó porque los estudios demostraron sufalta de eficacia en la práctica clínica paraprevenir la adquisición de una infección enlos pacientes inmunocomprometidos paralos que se describió originalmente.

Las recomendaciones de 1983 contení-an las siguientes categorías de aislamien-to: Aislamiento Estricto, Aislamiento deContacto, Aislamiento Respiratorio, Aisla-miento de Tuberculosis, PrecaucionesEntéricas, Precauciones de Drenaje/Secre-ción y Precauciones con Sangre y FluidosCorporales. Como sucedía con el manualanterior, tendían a sobreaislar a algunospacientes.

En la sección de enfermedades especí-ficas, se consideraba individualmente laepidemiología de cada enfermedad parainstaurar sólo aquellas precauciones nece-

sarias para interrumpir su transmisión.Esto requería una capacitación previa yformación continuada del personal. Aun-que esto eliminaba el sobreaislamiento, sepodían cometer errores por el personal alaplicar las precauciones, sobre todo si laenfermedad no se veía regularmente en elhospital o si se producía un error o retrasoen el diagnóstico.

A medida que se disponía de nuevosdatos epidemiológicos, fueron aparecien-do informes que actualizaban parte deestas recomendaciones.

En 1985, y debido a la epidemia de VIH,las prácticas de aislamiento se alteraron.Reconociendo el hecho de que muchospacientes con infecciones de transmisiónhemática no estaban diagnosticados, lasPrecauciones Universales por primera vezponían el énfasis en aplicar las Precaucio-nes con Sangre y Fluidos Corporales deuna forma general a todas las personasindependientemente de su condición depresunta infección. Este hecho condujo alnuevo nombre de “Precauciones Universa-les”. Se añadió la protección en la transmi-sión de paciente a personal.

Además de introducir la prevención deinoculaciones accidentales y el uso debarreras tradicionales como bata y guan-tes, las Precauciones Universales amplia-ban las Precauciones con Sangre y Fluidos,recomendando la utilización de mascari-llas y protectores oculares para prevenir laexposición de las membranas mucosasdurante ciertos procedimientos, así comoel uso de dispositivos de ventilación indi-vidual ante la posibilidad de tener que rea-lizar técnicas de resucitación. Esto se esti-puló en informes posteriores.

En 1987, uno de estos informes estable-ció que la puesta en marcha de las Precau-ciones Universales para todos los pacien-tes, eliminaba la necesidad de la categoríade aislamiento de Precauciones con San-gre y Fluidos Corporales. Sin embargo,debían usarse otras categorías de precau-ciones si se diagnosticaban o sospechabanotros patógenos aparte de los de transmi-sión hemática.

El informe de 1987 fue actualizado en1988, con especial énfasis en dos puntosimportantes. Primero, que la sangre era la

T. Rubio et al

110 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

fuente más importante de transmisión deVIH, VHB y otros patógenos de transmi-sión hemática en los lugares de trabajo. Ysegundo, que los esfuerzos del control dela transmisión de patógenos hemáticosdebían enfocarse en prevenir las exposi-ciones a sangre, así como la administra-ción de la vacuna frente a hepatitis B.

El informe establecía que las Precau-ciones Universales debían aplicarse a san-gre, fluidos corporales implicados en latransmisión de infecciones hemáticas(semen y secreciones vaginales), fluidoscorporales con un riesgo de transmisióndesconocido (amniótico, cefalorraquídeo,pericárdico, peritoneal, pleural y sinovial)y a cualquier otro fluido corporal visible-mente contaminado con sangre, pero no aheces, secreciones nasales, esputo, sudor,lágrimas, orina o vómitos a menos quecontuvieran sangre visible.

En el informe de 1987, propusieron unnuevo sistema de aislamiento que denomi-naron “Aislamiento de Sustancias Corpora-les”, como alternativa al aislamiento pordiagnóstico. Este sistema se centraba en elaislamiento de todas las sustancias corpo-rales húmedas y potencialmente infeccio-sas de todos los pacientes, independiente-mente de su presunto estado de infección,y principalmente dirigido al uso de guan-tes. Entre las ventajas de este sistema secitaba que era simple, fácil de aprender,evitaba el concepto de que los pacientessin diagnóstico conocido o sospechado deenfermedad infecciosa estaban libres deriesgo de transmisión, y que sólo se aso-ciaban ciertos fluidos corporales con latransmisión de infecciones.

El Aislamiento de Sustancias Corpora-les reemplaza a algunas, pero no a todaslas precauciones de aislamiento necesa-rias para prevenir la transmisión de lainfección. Además, el Aislamiento de Sus-tancias Corporales no contiene disposicio-nes adecuadas para prevenir:

– La transmisión por gotas de infeccio-nes severas en poblaciones pediátricas(por ejemplo: meningitis por Haemophilusinfluenzae invasivo o Neisseria meningiti-dis).

– La transmisión de microorganisrnosepidemiológicamente importantes por

contacto directo o indirecto desde la pielseca o fuentes rnedioambientales (porejemplo: Clostridium difficile).

– Enfermedades de verdadera transmi-sión aérea vehiculadas por gotículas alarga distancia. Aunque el Aislamiento deSustancias Corporales recomienda clara-mente la utilización de habitación indivi-dual para algunos pacientes con enferme-dades transmitidas exclusivamente o enparte por vía aérea, no remarca la necesi-dad de métodos especiales de ventilaciónpara pacientes con enfermedades (diag-nosticadas o sospechadas) transmitidaspor gotículas, como es el caso de la tuber-culosis pulmonar u otras patologías.

El Aislamiento de Sustancias Corpora-les y las Precauciones Universales com-parten muchos procedimientos para pre-venir la transmisión de patógenoshemáticos. Sin embargo, existe una dife-rencia importante en la recomendaciónpara el uso de guantes y lavado de manos.Bajo las Precauciones Universales, losguantes se recomiendan para el contactocon sangre y fluidos corporales específi-cos, y las manos deben lavarse inmediata-mente después de quitarse los guantes.Bajo el Aislamiento de Sustancias Corpora-les, los guantes están recomendados parael contacto con cualquier tipo de sustanciacorporal húmeda, pero el lavado de manosno se recomienda a menos que estén visi-blemente manchadas. La falta de énfasisen lavarse las manos después de quitarselos guantes se citó como una de las teóri-cas desventajas del Aislamiento de Sustan-cias Corporales. Aunque el uso de guantespodría ser mejor que el lavado de manos,no se ha demostrado la eficacia de su usocomo sustituto de este lavado.

En 1989, la Administración de Salud ySeguridad Laboral (OSHA) publicó unapropuesta de reglamentación acerca de laexposición laboral a patógenos de trans-misión hemática. Fue publicada en 1991.

Al principio de los años 90, unos hospi-tales habían incorporado las PrecaucionesUniversales mientras otros habían adopta-do el Aislamiento de Sustancias Corpora-les. Muchos pensaban que ponían en prác-tica las Precauciones Universales, cuandorealmente aplicaban el Aislamiento de Sus-

111ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

tancias Corporales y viceversa. Además,existía una falta de acuerdo acerca de laimportancia del lavado de manos cuandose usaban guantes y la necesidad de pre-cauciones adicionales por encima del Ais-lamiento de Sustancias Corporales paraprevenir cualquier tipo de transmisión.Con la aparición de microorganismos rnul-tirresistentes, algunos hospitales no logra-ron reconocerlos como un problemanuevo y no añadieron las precaucionesadecuadas que los frenaran.

A la vista de estos problemas y preocu-paciones, no existía una forma simple deajustar todas las recomendaciones y pre-cauciones vistas hasta ahora. Estaba claroque se necesitaba una nueva síntesis delos variados sistemas que proporcionaraunas recomendaciones implantadas paraprevenir la transmisión de la mayor partede las infecciones que ocurren en los hos-pitales.

Para lograr esto, las nuevas recomen-daciones deberían cumplir los siguientesobjetivos:

– Tener un sentido epidemiológico.

– Reconocer la importancia de todoslos fluidos corporales, secreciones y excre-ciones en la transmisión de la infección.

– Señalar las precauciones adecuadaspara las infecciones transmitidas por la víaaérea, gotas y de contacto.

– Ser tan simples y fáciles de usar comofuera posible.

– Usar nuevos conceptos que eviten laconfusión con los métodos de aislamientoy control de la infección existentes.

Las nuevas recomendaciones contie-nen tres cambios importantes respecto alas previas. Primero, sintetizan las caracte-rísticas principales de las PrecaucionesUniversales y el Aislamiento de SustanciasCorporales en un único conjunto de pre-cauciones que deben usarse para el cuida-do de todos los pacientes, independiente-mente de su presunto estado de infección.Estas precauciones, llamadas Precaucio-nes Estándar, están diseñadas para reducirel riesgo de transmisión de patógenoshemáticos y otro tipo de patógenos en loshospitales. Por otro lado reúnen las viejascategorías de precauciones de aislamiento

y precauciones de enfermedades específi-cas en tres conjuntos de precaucionesbasadas en las vías de transmisión. EstasPrecauciones Basadas en la Transmisión,diseñadas para reducir el riesgo de trans-misión por la vía de gotas, aérea y de con-tacto, deben añadirse a las PrecaucionesEstándar. Listan síndromes específicospara pacientes adultos y pediátricos conalta sospecha de infección e identificanPrecauciones Basadas en la Transmisiónadecuadas de forma empírica y temporalhasta que se pueda hacer un diagnósticodefinitivo. Estas precauciones tambiéndeben añadirse a las Precauciones Están-dar. Los detalles de esta pauta de reco-mendaciones se presentan en la segundaparte.

En 1996, el CDC y el Comité Consultivode las Prácticas del Control de la InfecciónHospitalaria (HICPAC), revisaron las pau-tas previas.

En el momento actual, las recomenda-ciones contienen dos tipos de precaucio-nes:

– Precauciones diseñadas para el cui-dado de todos los pacientes hospitalarios,independientemente de su diagnóstico opresunto estado de infección. La puesta enmarcha de estas “Precauciones Estándar”,supone la estrategia básica para controlarsatisfactoriamente las infecciones nosoco-miales. Se aplican a todos los fluidos cor-porales, secreciones y excreciones, excep-to el sudor, independientemente de sicontienen o no sangre visible, piel no intac-ta y membranas mucosas.

– Precauciones diseñadas sólo para elcuidado de pacientes específicos. Estas“Precauciones Basadas en la Transmisión”se usan para pacientes en los que se cono-ce o se sospecha la existencia de coloniza-ción o infección con patógenos epidemio-lógicamente importantes y que pueden sertransmitidos por cualquier vía. Siempredeben añadirse a las Precauciones Están-dar.

La guía CDC10 tiene el enorme aciertode simplificar los aislamientos como pre-cauciones de barrera, distinguiendo:

– Precauciones estándar o universales.

T. Rubio et al

112 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

– Precauciones según el mecanismo detransmisión [respiratoria (aérea y gotitas)y de contacto].

Asimismo se hace referencia en estecapítulo al denominado aislamiento pro-tector (también denominadas precaucio-nes inversas) destinado a prevenir apacientes seriamente inmunodeprimidosdel contacto con microorganismos patóge-nos u oportunistas

PRECAUCIONES ESTÁNDARLas precauciones estándar se basan en

medidas simples, de fácil aprendizaje ymanejo, que van a disminuir gran parte delas infecciones. Todo el personal sanitariodeberá utilizar, de manera rutinaria, estasprecauciones de barrera destinadas a pre-venir la exposición a la sangre y a los líqui-dos orgánicos indicados11-13.

Debe evitarse el contacto directo conlos líquidos orgánicos de toda personaatendida en el centro sanitario (sangre,secreciones vaginales, líquido amniótico,leche materna, semen, líquido cefalorra-quídeo, líquido sinovial, líquido peritoneal,líquido pleural, líquido pericárdico, exuda-dos, y otros líquidos contaminados visible-mente con sangre).

Lavado de manos

Efectuar un lavado higiénico de manosde forma inmediata si se han manchadocon sangre o líquidos orgánicos. Es nece-sario lavarse las manos después de quitar-se los guantes. Es la medida de higienemás eficaz para limitar la transmisión deenfermedades en el hospital: el personalsanitario debe lavarse las manos siempre,antes y después de entrar en contacto concada paciente, y la misma norma deberecomendarse a los familiares antes deentrar y al salir de las habitaciones14-21.

El lavado de manos consta de mojado,enjabonado, fricción, aclarado y secado.

Existen dos motivos diferenciados delavado: el lavado higiénico (20 segundoscon un jabón neutro); y el lavado quirúrgi-co [con jabón antiséptico (povidona yoda-da 10% clorhexidina 5%) durante 2 minu-tos de duración y aclarado. Cepillado deuñas 30 segundos en cada mano; nuevo

enjabonado de 2 minutos; aclarado con laspuntas de los dedos hacia arriba; secadopor aplicación, sin fricción, con un paño otoalla estéril; se recomienda el lavado concepillo de un solo uso, impregnado ensolución jabonosa]. En alergias o dermati-tis: lavado con Lactacid durante 5 minutos.

Objetos punzantes y cortantesEs necesario tomar precauciones para

evitar lesiones cuando se utilizan agujas,bisturíes, y escalpelos u otro objeto cor-tante, o cuando se manipule este materialpara limpiarlo o desecharlo. No se han detocar las agujas con las manos ni re-enca-pucharlas, sino eliminarlas en contenedo-res rígidos, colocados en lugares de fácilacceso.

GuantesEl hecho de utilizar guantes no reem-

plaza la necesidad del lavado de manos,porque los guantes pueden tener defectospequeños o inaparentes o incluso puedenproducirse durante el uso; de esta forma,las manos quedarían contaminadas al qui-társelos. El error de no cambiarse losguantes entre contactos con pacientes esun riesgo para el control de la infección.Los guantes se ponen cuando se va aentrar en contacto con los fluidos orgáni-cos.

Los guantes serán estériles si se mani-pulan espacios estériles; de exploración enlos otros casos (piel no intacta y muco-sas); de tipo doméstico para efectuar lalimpieza. Se procederá al cambio de guan-tes tras cambio de paciente o de actividad.

Mascarilla, bata, lentes protectorasSe han de utilizar cuando previsible-

mente se hagan maniobras que pueden ori-ginar la formación de gotitas de sangre ode los líquidos orgánicos mencionados.Existen diferentes tipos de mascarilla,batas, gafas y mascaras para cada situa-ción22.

Material recuperableLimpieza de material recuperable: ins-

trumental, aparatos, etc23.Limpieza con agua y jabón (con la míni-

ma manipulación).

113ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

– Desinfección con glutaraldehído.

– Secado completo del material.

– Envío correcto a la central de esterili-zación.

Ropa

El colchón se protegerá con funda plas-tificada. Al retirar no sacudir la ropa. Depo-sitarla directamente en la bolsa para serenviada a lavandería, tal como se señala enla Normativa específica.

Residuos

Se seguirán las indicaciones generalesde retirada de residuos y material dese-chable.

Limpieza de superficies

Limpieza con agua y jabón, y desinfec-ción con desinfectante de superficies olejía diluida 1/10, excepto en superficiesmetálicas.

Ubicación y transporte de los pacien-tes

La habitación individual es importantepara el control de la transmisión. Si no sedispone de ésta se ubicará con un compa-ñero adecuado (misma infección, baja sus-ceptibilidad, etc).

Hay que limitar al máximo los movi-mientos de los pacientes-fuente. Para sutraslado, se deberán realizar las medidasapropiadas para reducir la transmisión, einformar de la patología y de la posibilidadde transmisión de la infección al personalde la unidad a la que va a ser conducido.Del mismo modo, el paciente debe conocerlas medidas que debe tomar o se le van aimponer.

Otros aspectos

El personal femenino en situación deembarazo debe seguir las mismas precau-ciones que el resto del personal.

No es necesario tomar precaucionesespeciales con esfingomanómetros, termó-metros, efectos personales y vajilla.

La habitación individual no está indica-da excepto en condiciones especiales de

falta de higiene del enfermo o patologíaespecífica que lo requiera.

PRECAUCIONES POR MECANISMODE TRANSMISION11

Precauciones respiratoriasFinalidadEvitar el contagio de enfermedades

infecciosas transmitidas por vía aérea(PTA) o por aerosoles o por gotas (PTG) yse toman, además de las medidas estándar,en pacientes en los que se sospecha oprueba infección o colonización, por gér-menes epidemiológicamente importanteso altamente transmisibles por esta vía.

Las PTA pretenden reducir el riesgo detransmisión aérea de agentes infecciosos,que puede producirse a través de dosmecanismos:

1. Por partículas de gotas evaporadasque, debido a su diámetro inferior o igual a5 micras, permanecen en suspensión aéreadurante periodos prolongados de tiempo

2. Por partículas de polvo que conten-gan el agente infeccioso. Los gérmenes asítransportados pueden ser inhalados odepositados en un huésped, a una distan-cia variable de la fuente en dependencia defactores ambientales.

Las PTG van encaminadas a reducir elriesgo de transmisión por partículas degotas infectantes de diámetro mayor de 5micras, que entran en contacto con lamucosa conjuntival, nasal u oral del hués-ped susceptible. El aerosol que las contie-ne se origina con la tos, el estornudo o elhabla del paciente, y durante ciertos pro-cedimientos como el aspirado de secrecio-nes respiratorias, la broncoscopia y lanecropsia. Este tipo de transmisión requie-re un contacto estrecho entre la fuente y elhuésped, porque el tamaño de las gotasimpide su suspensión duradera en el aire yviajan, por tanto, distancias máximas deun metro.

Para ambos tipos de transmisión, lamedida precautoria más extendida esinterponer una barrera física entre fuente yhuésped mediante el uso de mascarillasquirúrgicas. Sin embargo, no debemosolvidar que las mascarillas convencionales

T. Rubio et al

114 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

fueron diseñadas para proteger al enfermode las partículas provenientes del ciruja-no; es decir, son eficaces para impedir laexhalación de partículas pero no tantopara prevenir la inhalación de las mismas.Recordemos que la protección respiratoriacomienza con la educación del paciente,para que tosa o expectore sobre un pañue-lo desechable colocado lo más cerca posi-ble de su boca, y lo deposite luego en unabolsa roja doble situada a su alcance.

RequisitosPrecauciones comunes– En habitación individual y, cuando no

se disponga de ésta, podrá compartir habi-tación con otro paciente que tenga lamisma infección activa por el mismomicroorganismo.

– Para el transporte del paciente (limi-tar al máximo), debe informarse al servicioreceptor. Se realizará siempre colocándolemascarilla antes de abandonar la habita-ción. El trabajador que le traslada no nece-sita llevar mascarilla.

– Lavado de manos: medidas estándar.– Guantes: No son necesarios; seguir

las medidas estándar. – Batas: No son necesarios; seguir las

medidas estándar.– Ropa: No requiere tratamiento espe-

cial después de su uso por el paciente.– Visitas: restringidas, colocando aviso

en la puerta y en el control de enfermería,donde se explicarán las normas de acceso.

– Limpieza: Se procurará que la limpie-za de la habitación de aislamiento sea laúltima, siguiendo las normas generales.

– Instrumental: el material no desecha-ble, debe ser desinfectado y esterilizado.

– Muestras: el esputo debe ser enviadoen envase doble. El resto de muestras,seguir las precauciones estándar.

– Apósitos y pañuelos: de un solo uso ydesechados en bolsa roja.

Precauciones para la transmisiónaérea

– Mantener siempre la puerta cerrada.Lámpara ultravioleta en aislamientos detuberculosis pulmonar o laríngea. Airea-ción máxima con puerta cerrada. Restric-

ción de entradas en la habitación (perso-nal sanitario y visitantes).

– Mascarilla antes de entrar en la habi-tación si se sospecha tuberculosis. En casode varicela o sarampión, las personasinmunes no precisan protección.

– Infecciones susceptibles: tuberculo-sis pulmonar y laríngea, sarampión, menin-gitis meningocócica, rubéola, varicela ytosferina.

Precauciones para la transmisiónpor gotas

– No se necesitan sistemas especialesde ventilación. La puerta puede permane-cer abierta.

– La mascarilla debe usarse cuando seesté trabajando a menos de un metro delpaciente.

– Infecciones susceptibles: infeccióninvasiva por H. Influenzae tipo B o Neisse-ria meningitidis, infecciones respiratoriasvíricas (adenovirus, rubéola, influenza,parotiditis, parvovirus B-19) o bacterianas(C. diphteriae, B. pertusis, M. pneumoniae,Y. pestis, estreptococo productor de farin-goamigdalitis, neumonía y escarlatina enniños).

Precauciones de contactoFinalidadEvitar transmisión de infecciones por

contacto directo o indirecto, con secrecio-nes o exudados.

RequisitosImportante las medidas estándar de

“No tocar”.– No requieren habitación individual,

excepto las infectadas por S. aureus meti-cilin-resistente y Streptococcus del grupo A.Debe elegirse el compañero de habitación(no portarán sondas urinarias, ni heridaquirúrgica ni tubo endotraqueal).

– Lavado de manos: obligatoria al salirde la habitación.

– Guantes: siempre que se entre en con-tacto con el paciente.

– Batas: cuando se esté en contactodirecto con el paciente.

– Ropa: seguir la normativa específicade lavandería.

115ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

– Visitas: restringidas, colocando avisoen la puerta y en el control de enfermería,donde se explicarán las normas de acceso.

– Limpieza: seguir las normas habitua-les.

– Instrumental: el material no desecha-ble debe ser desinfectado y esterilizado.

– Muestras: los exudados se colocaránen envase doble.

Pacientes que deben ser protegidos– Heridas y quemaduras con drenaje o

secreción profusa o infección.– Gangrena gaseosa.– Herpes zoster localizado.– Melioidosis y peste bubónica.– Sepsis puerperal.

Aislamiento protector (precaucionesinversas)

FinalidadEsta categoría especial trata de prote-

ger a los pacientes gravemente inmunode-primidos y no infectados, de un posiblecontacto con microorganismos patógenos.

Requisitos– Habitación individual con la puerta

cerrada. Las habitaciones en que se ubicaneste tipo de pacientes deben estar dotadasde sistema de ventilación a presión positi-va respecto al entorno, con sistema de fil-tración del aire mediante filtros HEPA (fil-tros absolutos).

– Lavado de manos: obligatorio alentrar y salir de la habitación.

– Guantes: obligatorio para toda perso-na que tenga contacto directo con elpaciente.

– Mascarilla: para toda las personasque entran en la habitación. Se desecharándespués de cada uso.

– Batas: sí, aunque no es preciso quesean estériles.

– Ropa: No requiere tratamiento espe-cial después de su uso por el paciente.

– Limpieza: el personal de limpieza seprotegerá de forma similar al personalsanitario (mascarilla, bata y guantes). Seprocurará que la limpieza de la habitaciónde aislamiento protector sea la primera.

Pacientes que deben ser protegidos– Pacientes con rotura extensa de la

piel, como grandes quemados. – Pacientes con terapia inmunosupre-

sora. – Pacientes con neutropenia severa

(menos de 1.000 neutrófilos/cc).

BIBLIOGRAFÍA1. SION C, GARRINO MG, GLUPCZYNSKI Y, AVESANI V,

DELMEE M. Nosocomial outbreak ofSalmonella enteritidis in a universityhospital. Infect Control Hosp Epidemiol2000; 21: 182-183.

2. MATLOW AG, HARRISON A, MONTEATH A, ROACH P,BALFE JW. Nosocomial transmission oftuberculosis (TB) associated with care of aninfant with peritoneal TB. Infect ControlHosp Epidemiol 2000; 21: 222-223.

3. MANANGAN LP, BENNETT CL, TABLAN N, SIMONDS

DN, PUGLIESE G, COLLAZO E et al. Nosocomialtuberculosis prevention measures amongtwo groups of US hospitals, 1992 to 1996.Chest 2000; 117: 380-384.

4. GARCÍA RODRIGUEZ JA, GÓMEZ GARCÍA AC. Elfactor ambiental en la infección. TodoHospital 1984; 12: 39-42.

5. RHAME FS. The Inanimate Environment. A:Bennett JV, Brachman PS. HospitalInfections. Tercera edición. Little, Brown andCompany. Boston/Toronto/Londres 1992.

6. SARTOR C, JACOMO V, DUVIVIER C, TISSOT-PUPONT

H, SAMBUC R, DRANCOURT M. NosocomialSerratia marcescens infections associatedwith extrinsic contamination of a liquidnonmedicated soap. Infect Control HospEpidemiol 2000; 21: 196-199.

7. Guidelines for the prevention and control ofmethicillin-resistant Staphylococcus aureusin long-term care facilities. Sioux Falls TaskForce on Antimicrobial Resistance. S D J Med1999; 52: 235-40.

8. PATTERSON JE, VECHIO J, PANTELIK EL, FARREL P,MAZON D, ZERVOS MJ et al. Association ofcontaminated gloves with transmission ofAcinetobacter calcoaceticus var. anitratus inan intensiv care unit. Am J Med 1991; 91: 479-483.

9. SOLANO VM, HERNANDEZ MJ, PERAL A, SIERRA MJ,CASTAN S, ARRIBAS JC. Revisión de las pautaspara las prevenciones de aislamientohospitalario. Med Prev 1997; 3: 19-34.

10. CDC. Center for Disease Control andPrevention. Se encuentra en:htpp://www.cdc.gov

T. Rubio et al

116 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

11. Comisión clínica de Infecciones. Guía para laprevención y control de la infecciónhospitalaria. Hospital La Paz, Madrid 1998.

12. Comisión de Infecciones, HigieneHospitalaria y política de antibióticos.Control y Prevención de la infección en elHospital. Hospital Virgen del Camino,Pamplona, 1997.

13. SARTOR C, Jacomo V. Centers for DiseaseControl and Prevention. 4th DecennialInternational Conference on Nosocomial andHealthcare-Associated Infections. Atlanta,Georgia, March 5-9, 2000. Infect Control HospEpidemiol 2000; 21: 86-174.

14. ROBERTS L, BOLTON P, ASMAN S. Compliance ofhand washing practices: theory versuspractice. Aust Health Rev 1998; 21: 238-244.

15. PITTET D, MOUROUGA P, PERGENER TV and theMembers of the Infection Control Program.Compliance with handwashing in a teachinghospital. Ann Intern Med 1999; 130: 126-130.

16. BOYCE JM. It is time for action: improvinghand hygiene in hospitals. Ann Intern Med1999; 130: 153-155.

17. AYLIFFE GA, BABB JR, DAVIES JG, LILLY HA. Handdisinfection: a comparison of various agentsin laboratory and ward studies. J Hosp Infect1988; 11: 226-243.

18. GRAHAM M. Frequency and duration ofhandwashing in an intensive care unit. Am JHosp Control 1990; 2: 77-81.

19. KJOLEN H, ANDERSEN BM. Handwashing anddisinfection of haevily contaminated hands-effective or ineffective?. J Hosp Infect 1992:21: 61-71.

20. HANDWASHING Liaison Group. Hand washing. BMed J 1999; 318: 686.

21. LARSON E, KRETZER EK. Compliance withhandwashing and barrier precautions.Journal of Hospital Infection 1995; 30 (Supp):88-106.

22. Department of labor: ocupational safety andhealth administrtion. Ocupationalexpositure to bloodborne pathogens: finalrule. Federal register 1991; 56: 64175-64182.

23. MARTIN MA, REICHELDERFER M. APIC guidelinefor infection prevention and control inflexible endoscopy. Am J Infect Control 1994:22: 19-38.

117ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

T. Rubio et al

118 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

Tabla 1. Tipo y duración de las precauciones necesarias según infección.

Infección Tipo DuraciónAbscesos

Supuración abundante Contacto tiempo drenajeSupuración mínima o nula Estándar

Actinomicosis EstándarAdenovirus. Niños y jóvenes Gotas/Contacto tiempo infecciónAmebiasis EstándarAnquilostomiasis EstándarAntrax

Cutáneo EstándarPulmonar Estándar

Ascariasis EstándarAspergilosis EstándarBabesiosis EstándarBlastomicosis. (Norteamérica). Cutánea y pulmonar EstándarBotulismo EstándarBrucelosis EstándarCampylobacter (gastroenteritis) EstándarCandidiasis (todas las formas) EstándarCelulitis (con supuración no controlada) Contacto tiempo supuraciónChancroide EstándarChlamidia trachomatis (conjuntivitis, genital, respiratoria) EstándarCólera EstándarClostridium

Botulinum EstándarDifficile Contacto tiempo infecciónPerfrigens

Gangrena gaseosa EstándarToxiinfección alimentaria Estándar

Coccidiomicosis (Neumonía. Lesiones supurativas) EstándarConjuntivitis

Bacteriana EstándarChlamydea EstándarGonocócica EstándarViral aguda (hemorrágica) Contacto tiempo infección

Creutzfeldt-Jacob, enfermedad de EstándarCisticercosis EstándarCitomegalovirus (neonatal o inmunodeprimidos) EstándarCriptococosis EstándarCriptosporidiasis EstándarDengue EstándarDifteria

Cutánea Contacto cultivo negativo o final de tratamiento

Faríngea EstándarEquinococosis (hidatidosis) EstándarEncefalitis, encefalomielitis EstándarEncefalitis viral transmitida por artrópodos EstándarEndometritis EstándarEnterobiosis (oxiuros) EstándarEnterovirus

Adultos EstándarNiños y jóvenes Contacto tiempo infección

119ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

Epiglotitis (H. influenzae) Gotas 24 horasEpstein-Bar virus EstándarFiebre por arañazo de gato EstándarFiebre botonosa mediterránea EstándarFiebre hemorrágica (Lasa, Ebola, Marburg) Contacto tiempo infecciónFiebre por mordedura de rata EstándarFiebre Q EstándarFiebre recurrente EstándarForunculosis estafilocócica ContactoGangrena gaseosa EstándarGastroenteritis

Campylobacter EstándarColera EstándarClostridium difficile ContactoCryptosporidium EstándarE. coli

Enterohemorrágico O157:H7 EstándarIncapacitados e incontinentes Contacto tiempo infección

Otras especies EstándarGiardia lamblia EstándarRotavirus Estándar

Incapacitados e incontinentes Contacto tiempo infecciónSalmonella EstándarShigella Estándar

Incapacitados e incontinentes Contacto tiempo infecciónVibrio parahemolyticus EstándarOtras víricas EstándarYersinia enterocolítica Estándar

Gonorrea EstándarGranuloma inguinal (donovaniasis, gr venéreo) EstándarGuillain-Barre, síndrome EstándarHantavirus, síndrome pulmonar EstándarHelicobacter pylori EstándarHepatitis viral

A EstándarIncapaces o incontinentes Contacto tiempo infección

B EstándarC y otras noA-noB EstándarE Estándar

Herpes simplexEncefalitis EstándarMucocutáneo diseminado o primario grave Contacto tiempo infecciónMucocutáneo recidivante EstándarNeonatal Contacto tiempo infección

Herpes zosterLocalizado en inmunodeprimido o generalizado Aereo tiempo infección

ContactoLocalizado en inmunocompetente Estándar

Infecciones urinarias (pielonefritis y otras, con/sin sonda) EstándarImpétigo Contacto 24 horasLegionella EstándarLepra EstándarLeptospirosis EstándarListeriosis Estándar

T. Rubio et al

120 ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

Lyme, enfermedad de EstándarLinfogranuloma venéreo EstándarMalaria EstándarMarburg, virus Contacto tiempo infecciónMeliodosis EstándarMeningitis

AsépticaAdultos EstándarNiños Contacto

Bacteriana, gram negativos entéricos en neonatos EstándarFúngica EstándarHaemophilus influenzae, certeza o sospecha Gotas 24 horasListeria monocytogenes EstándarNeisseria meningitidis, sospecha o certeza Gotas 24 horasNeumocócica EstándarTuberculosa EstándarOtras bacterianas Estándar

Meningococemia Contacto 24 horasMicobacterias atípicas

Pulmonar EstándarHeridas Estándar

Mononucleosis infecciosa EstándarA. Molluscun contagiosum EstándarMucormicosis EstándarMultirresistencias bacterianas

Gastrointestinal Contacto Cultivo negativo fin tratamiento

Respiratoria ContactoNeumocócica Estándar

Piel Contacto Cultivo negativo o final de tratamiento

NeumoníaAdenovirus Gotas

Contacto tiempo infecciónBacteriana no especificada a continuación EstándarBukholderia cepacea (fibrosis quística) EstándarChlamydia EstándarFúngicaHaemophilus influenzae

Adultos EstándarNiños y jóvenes Gotas 24 horas

Legionella EstándarMeningocócica Gotas 24 horasMycoplasma Gotas tiempo infecciónPneumocysti carinii EstándarS. aureus EstándarStrptococcus grupoa

Adultos EstándarNiñosPRGT 24 horas

Viral adultos EstándarNocardiosis EstándarParainfluenzae, virus, infección respiratoria niños Contacto tiempo infecciónParotiditis GotasParvovirus B19 GotasPediculosis Contacto 24 horas

121ANALES Sis San Navarra 2000, Vol. 23, Suplemento 2

CONTROL DE INFECCIÓN. PRECAUCIONES ESTÁNDAR. POLÍTICA DE AISLAMIENTOS

Peste Bubónica EstándarNeumónica Gotas 24 horas

Poliomielitis EstándarPsitacosis EstándarRabia EstándarRubeola GotasSarna Contacto 24 horasSarampión Aérea tiempo infecciónSífilis

Piel, mucosas, congénita. 1aria y 2aria EstándarLatente (3 aria). Serología positiva sin lesiones Estándar

SIDA EstándarSíndrome de piel escaldada estafilocócica (E. Ritter) EstándarSíndrome del shock tóxico (estafilocócico) EstándarStaphilococcus aureus

Piel, herida, quemaduraExtensa Contacto tiempo infecciónLocalizada Estándar

Streptococcus grupo APiel, herida, quemadura

Extensa Contacto tiempo infecciónLocalizada Estándar

Endometritis (puerperal) EstándarFaringitis (niños y jóvenes) Gotas 24 horasNeumonía (niños y jóvenes) Gotas 24 horasEscarlatina Gotas 24 horas

Streptococcus grupo B, neonatos EstándarStreptococcus grupo no A no B EstándarTétanos EstándarTifoidea, fiebre EstándarTifus epidémico-endémico EstándarTiña (dermatomicosis, dermatofitosis) EstándarToxoplasmosis EstándarTosferina GotasTracomatosis EstándarTricomoniasis EstándarTrichuriasis EstándarTuberculosis

Extrapulmonar, lesiones supurativas EstándarMantoux positivo sin evidencia de enfermedad EstándarMeningitis EstándarPulmonar y laríngea, sospecha o certeza Aérea

Úlceras de decúbito infectadasNo cubiertas o exudado no cubierto por apósito Contacto tiempo infecciónCubiertas o exudado limitado por el apósito Estándar

Varicela (zoster)Localizada en inmunodeficienteso diseminada Aérea/ContactoLocalizada en inmunocompetentes Estándar

* Si desea consultar el listado actualizado del CDC puede hacerlo en http://www.cdc.gov/ncidod/hip/ISOLAT/isoapp_a.htm