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Cara y cruz para la Orden de Santiago: el maestrazgo del infante don Fadrique

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Cara y cruz para la Orden de Santiago: el Maestrazgo del infante Don Fadrique

Manuel LÓPEZ FERNÁNDEZ

1. Introducción. 11. Don Fabrique Maestre de Santiago. 111. El Maestrazgo durante el reinado de Pedro 1. IV. La conquista de Jumilla y la muerte de Don Fabrique. V. Conclusión.

RESUMEN

El infante don Fadrique accedió al maestrazgo de la Orden de Santiago siendo un niño de ocho años, aunque su padre -el rey Al­fonso XI- ya había intentado colocarlo al frente de la institución cuatro años antes. La fuerte injerencia del rey de Castilla en los asuntos de la Orden constituyó una situación inédita para ésta, pero además influyó de manera directa durante los dieciséis años que duró el maestrazgo del Infante. Esta circunstancia representó para la Orden una trayectoria de doble dirección marcada por un punto de inflexión: la muerte del rey en 1350 y la llegada la trono de su hennanastro Pedro 1.

ABSTRACT

Fadrique, son of the Castilia king's Alfonso XI, was accepted as master in the Order of Santiago when he was eight years old, even his father attemped to put him at the head of the institution four years before. The strong meddling king's in the Order affairs really was a nit knowed situation wich affected it the whole Fadrique mastership 's. Along this time, the Order followed a trayectory marked by a critical point: the death of Alonso in 1350 and the arrival of Pedro I to the throne of Castilia.

1. INTRODUCCIÓN

Fruto de la relación que mantenía Alfonso XI con su favorita, Leonor de Guzmán, nacieron en Sevilla el día 13 de enero de 13341

l. En la Crónica de dOll Alfollso el Ollceno se recoge el nacimiento de los gemelos don Enrique y don Fadrique el día 13 de de enero después del fracasado sitio a Gibraltar en agosto de 1333. En el mes de agosto de 1334 nació el infante don Pedro, futuro Pedro I de Castilla. En la crónica de

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los infantes Enrique y Fadrique. Por entonces, ya era maestre de la Orden de Santiago Vasco Rodríguez de Coronado al haber sido elegido para tal cargo en el Capítulo General de Mérida de 1327 y como consecuencia de la dimisión del maestre anterior, García Femández, por considerarse demasiado viejo para servir a su rey con las armas en la man02• El nuevo maestre resultó para el rey de Castilla un fiel aliado, prueba de ello es que le nombró primero Ade­lantado Mayor de la Frontera3 y después de nacer el infante don Pedro -en agosto de 1334- le eligió como Mayordomo de la Casa del futuro heredero de la Corona4• Don Alfonso fue tomando con­ciencia de la ventaja que suponía tener de su lado a los maestres de las instituciones religioso-militares, por eso no es de extrañar que en 1337 influyera sobre los electores de la Orden de Alcántara para colocar al frente de la misma a un hombre de su confianza como era Gonzalo Martínez de Ovied05• Sin embargo, no tenemos noticia de que a ninguna otra orden llegara a presionar de la manera que lo hizo a la de Santiago cuando murió el maestre Vasco Rodríguez, por lo que hay que apuntar hacia la resistencia de la institución por la intromisión del monarca y, también, al respaldo que tal actuación recibía por parte de doña Leonor de Guzmán ya que la favorita era la primera interesada en colocar al frente de esta Orden al infante don Fadrique, asegurando de esta manera el futuro de su hijo como ya lo había hecho con los que precedieron a Fadrique6•

La muerte de don Vasco Rodríguez se produjo en el mes de agos-

este último rey nos dice López de Ayala que cuando don Pedro comenzó a reinar tenía "quince años e siete meses". Por tanto, Pedro I debió nacer en agosto de 1334 para que se cumplan los cálculos que nos proporciona Ayala. Véase así en: Corónica del muy alto et muy católico rey don Alfonso el onceno (en adelante, Crónica de Alfonso XI) y también la Crónica del rey don Pedro, fijo del rey don Alfonso (en adelante, Crónica de Pedro 1). Ambas en vol. I de las "Crónicas de los reyes de Castilla". Biblioteca de Autores Españoles. Vol. LXVI. Ediciones Atlas. Madrid, 1953.

Por añadidura, debemos indicar que en la Gran Crónica de Alfonso XI también se recoge el nacimiento de los infantes Enrique y Fadrique después del cerco a Gibraltar de 1333. Véase' 'para ello: "Gran Crónica de Alfollso XI" (en adelante Gran Crónica). Edita Diego Catalán, Editorial Gredos. Madrid, 1976, tomo 11, pg. 76.

2. Esto viene a decir Francisco RADES y ANDRADA: Crónica de las tres órdenes: de Sallliago, Calatrava y Alcántara. Ediciones El Albir. Barcelona, 1980, fols. 40v. de la Crónica de Santiago.

3. Así consta en el capítulo LXX de la Crónica de Alfonso XI. 4. Capítulo CXXXVII de la Crónica de Alfonso XI y, también, en José LóPEZ AGURLETA, et alii:

Bullarium Equestris Ordinis San ti lacobi de Spatha. (En adelante Bulario de Santiago). Madrid, 1719, pgs.306-307.

5. Gran Crónica ... pg. 180. Se viene a decir aquí que Gonzalo Martínez de Oviedo, antes de ser nombrado maestre de Alcántara, era el "despensero mayor" de Alfonso XI.

6. Si se desean más detalles véase Esther GONZÁLEZ CRESPO: El afianzamiento económico y social de los hijos de Leonor de Guzmán. "Anuario de Estudios Medievales", (n° 18) 1988, pgs. 289-303.

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to de 1338 y como se disponía en la Regla y Establecimientos de la Orden, los miembros del Consejo elector de la Orden -los priores de los conventos de Uc1és y San Marcos junto a trece comendado­res- se reunieron para cumplir con su función de elegir nuevo maestre. El lugar elegido para ello fue el convento de Uc1és, pero el Rey -que se encontraba por aquellas fechas en Cuenca- enterado de tal circunstancia envió un mensaje a los electores informándoles que no eligieran maestre sin tener en cuenta su opinión, motivo por el que habían de trasladarse al lugar donde él estaba. Ante semejante injerencia en los asuntos de la Orden, el Consejo de los Trece le respondió que ellos elegirían para tal cargo a persona conveniente para "servicio de Dios y del Rey"7 y sin esperar la respuesta del monarca eligieron al comendador de Montánchez, Vasco López, que era sobrino del anterior maestre. Entonces fue cuando el recién ele­gido, y probablemente también el conjunto de miembros del conse­jo elector, se personaron en Guadalajara para cumplir con las obli­gaciones que tenían para con el rey de Castilla. En estas circunstan­cias y en medio de una tensa situación, Alfonso XI informó a los santiaguistas que deseaba el cargo de maestre para su hijo Fadrique, un niño que por entonces tenía poco más de cuatro años.

Expuesta tal situación, ya nos podemos imaginar el futuro del recién nombrado maestre, quien acabó huyendo a Portugal víctima de la insufrible presión que desde dentro y desde fuera de la Orden se ejercía sobre él, no sin antes saquear la encomienda de Montánchez. Como consecuencia de tal actuación, la Orden se re­unió en Capítulo General en la villa de Ocaña con objeto de poner fin a tal situación y, como podemos suponer, se depuso al exiliado maestre por traidor eligiéndose como sustituto para tal cargo no al infante don Fadrique, sino a don Alonso Méndez de Guzmán her­mano de la favorita regia al que hubo necesidad de hacerlo previa­mente freire de la Orden. No debe sorprendernos que don Alonso Méndez, bien situado entre la aristocracia del reino, comenzara a medrar desde el momento mismo en que el Rey puso los ojos en su hermana. Al poco tiempo de esto último fue armado caballero por Alfonso XI8 y también sabemos que ostentaba por aquellos años el señorío de Huelva9

• Lo anterior no quiere decir que a don Alonso le

7. Si se desean conocer más datos relacionados con este episodio podemos hacerlo en RADES:

Crónica ... , de Santiago, fols. 42v. y 43r. 8. Crónica de Alfonso XL., pg. 235-236. 9. Manuel GARcíA FERNÁNDEZ: Rege.'ilo documental andaluz de Alfonso XI (J 312-1350). Histo­

ria. Instituciones. Documentos. n° 15. Sevilla. 1988. pg. 68.

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faltaran cualidades humanas y militares para hacerse merecedor del nombramiento de maestre de la Orden de Santiago. A decir verdad, le sobraron ocasiones para demostrar su capacidad y valía al frente de la Orden durante unos años 10 hasta hacerse acreedor de la con­fianza del monarca quien le confió la dirección de la defensa de la Frontera en 134211 •

En abril de aquel año nos consta que don Alonso Méndez estaba en Montiel '2 ; de allí se encaminó a Andalucía y a mediados del mes de mayo llegó a conocimiento del Rey -entonces en Madrid- que el maestre de Santiago se encontraba enfermo en la Frontera 13. Viendo el peligro que podía suponer la pérdida de la jefatura de los hombres que luchaban frente a los musulmanes, el rey de Castilla emprendió rápido camino hacia Sevilla teniendo noticias, antes de llegar a ésta y a través del mensajero que le enviaba el maestre de Santiago, de la ayuda que solicitaba el almirante Egidiol Bocanegra desde el Estre­cho'4• Así que, apenas llegado a Sevilla, el Rey se dirigió a Jerez permaneciendo en esta villa cerca de un mes y desde donde, en los días finales del mes de junio'5 y acompañado del arzobispo de Tole­do y de los maestres de las órdenes junto a otros ricoshombres de la Frontera, viajó hasta el fondeadero de Getares l6• Los expediciona­rios volvieron pronto a Jerez porque no tenían ni efectivos ni vian­das suficientes para iniciar el cerco de Algeciras, pero un mes más tarde -concretamente el veinticinco de julio y cuando ya se había reunido más efectivos- emprendieron de nuevo el camino con la firme intención de poner cerco a la ciudad del Estrecho. Acompaña­ban al rey, entre otros muchos, el arzobispo de Toledo -don Gil Al­bornoz- el infante don Fadrique y el maestre de Santiago17

• El itine-

10. Don Alonso, el mismo año de su nombramiento y al frente de los santiaguistas, derrotó a lo moros en Siles; luego participo en todas las campañas junto al monarca destacando en la del Sala­do. Más tarde intervino en el sitio de Alcalá de Benzaide y recuperó Benamejí -que los de Granada habían arrebatado a la Orden-o

11. Crónica de Alfonso XL .. , pg. 338. 12. Bulario de Santiago, pg.209. 13 Crónica de Alfonso Xl... pg. 338. 14. Ibídem ... , pg. 339. 15. El día 22 de junio estaba todavía el Rey en Jerez así en Miguel LADERO QUESADA, Ángel y

Manuel GONZÁLEZ JIMÉNEZ: La población en la frontera de Gibraltar y el repartimiento de Vejer (siglos XIII y XIV). Historia, Instituciones y Documentos, n° 4. Sevilla, 1977, pg. 242 . Los autores reproducen aquí un documento en el que Alfonso XI concede ciertos privilegios a los po­bladores de Alcalá de los Gazules.

16. Para conocer la importancia del fondeadero de Getares para la flota al servicio del rey de Castilla véase Antonio TORREMOHA SILVA: Algeciras entre la Cristiandad y el Islam. Instituto de Estudios Campogibraltareños. Algeciras, 1994, pg. 51, 182-183.

17. Crónica de Alfonso XI ... , pg. 343.

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rario hasta Tarifa se hizo en poco tiempo relativamente hablando. Los adalides debían conocer ya todos y cada uno de los sitios de acampada; no olvidemos que habían hecho el mismo itinerario el mes anterior y ya lo conocían a la perfección desde la campaña del Salado de la que todavía no se habían cumplido los dos años. El día 3 de agosto los castellanos se presentaron ante Algeciras y el rey decidió asentar su hueste en tomo al otero donde se ubicaba la que luego se conoció como Torre de los Adalides.

A las pocas semanas, viendo los estragos que los benimerines causaba en los efectivos castellanos que procedentes de Tarifa venían a reforzar las huestes de Alfonso XI, el monarca ordenó un cambio de asentamiento disponiendo que los de la vanguardia adelantaran posiciones; entonces fue cuando la Orden de Santiago ocupó ini­cialmente el sector próximo a la Puerta del Fonsario l8 y ya no lo abandonó a lo largo del sitio. Este asentamiento tenía una importan­cia estratégica fuera de toda duda, pues, además de frenar las ofen­sivas musulmanas sobre los efectivos castellanos que llegaban pro­cedentes de Tarifa, también protegía las líneas de aprovisionamien­to del ejército sitiador que utilizaba ya el fondeadero de Getares, en vez del puerto de Tarifa, con la finalidad de reducir tiempo y medios de transporte.

La importancia del asentamiento era tal, que al poco tiempo de su ocupación -agosto de 134219- los santiaguistas no sólo comenza­ron a fortificarlo, sino que iniciaron la construcción de barracones de madera en previsión de lo que pudiera ocurrir el próximo invier­no pues intuirían que el sitio iba ser largo. Por entonces el estado de sal ud del maestre de Santiago no podía ser muy bueno ya que Alonso Méndez de Guzmán no se había recuperado de sus dolencias. Lo agitado de la situación que había vivido a lo largo de aquel verano no eran las mejores condiciones para que tal recuperación se produ­jera. El maestre santiaguista debió empeorar de su enfermedad y estando ya en su lecho de muerte recibió la visita del rey de Castilla20•

El catorce de septiembre de 134221 moría en Algeciras este hombre que había servido fielmente a su Rey. No debe extrañarnos que AI-

18. Ib(dem ..... pg. 345. El término se deriva de "hosario" por estar cerca del cementerio de la villa vieja. Para mas detalles véase TORREMOCHA: Algeciras ..... pgs. 99-100.

19. Podemos deducirlo así de la lectura de la Crónica de Alfonso Xl .... pg. 345. 20. Ib(dem.... pg. 346. 21. Así lo recoge López Agurleta en el Códice 236- B del Archivo Histórico Nacional. Fol

I 29r.

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fonso XI sintiera su pérdida y decidiera enviar sus restos, por mar, hasta el Puerto de Santa María22•

Por aquellas fechas se dieron en el cerco de Algeciras unas cir­cunstancias que vienen a poner de manifiesto el grado de politización que por estos años se vivía en la dirección de la institución santiaguista y el interés de la favorita del monarca por hacerse con el control de la Orden de Santiag023• La muestra de lo último es que, cuando don Alonso Méndez de Guzmán yacía en su lecho de muer­te, el maestre, sin contar con la voluntad de los más importantes miembros de la Orden y sin tener tiempo para otra cosa, dispuso que el sello del Capítulo General -con el que se daba carácter oficial a los acuerdos colectivas de la Orden- fuese entregado a su hermana doña Leonor24 y no a sus depositarios legales presentes en el cerco. Porque don Alonso Méndez se había apoderado ilegalmente de aquel sello en 1339 en el momento que fue designado maestre ya pesar de la oposición de los comendadores encargados de la custodia del se-11025 •

11. DON FABRIQUE MAESTRE DE SANTIAGO

En el momento de la muerte de don Alonso Méndez de Guzmán estaba en el cerco de Algeciras el infante don Fadrique, entonces como señor de Har026• No creemos que el rey de Castilla dejara escapar ahora la oportunidad de colocar al Infante al frente de la Orden de Santiago, ni creemos tampoco que el consejo elector de la institución tuviera otra alternativa a la hora de elegir nuevo maestre después de los acontecimientos vividos cuatro años antes. Por tan­to, nos inclinamos a pensar que se guardaría el formalismo debido a la hora de convocar a los trece y priores presentes en el cerco,

22. Crónica de Alfonso XL ... pago 346. 23. Véase nuestra comunicación: La Orden de Sa1ltiago y sus maestres en tomo al cerco de

Algeciras. Actas de las VII Jornadas de Historia del Campo de Gibraltar. Almoraima. n° 29. Algeciras. 2003. pgs. 219-218.

24. Puede que la señora estuviera en Thrifa por aquellas fechas. Es bien conocido que acompa­ñaba al Rey en sus campañas. pero en este caso concreto sabemos que ya estaba allí el día 8 de agosto y nos consta que continuaba en el mismo lugar el día 15 del mismo mes. Véase Esther GONZÁLEZ CRESPO: El patrimonio domillical de Leonor de Guzmán. En la España Medieval. n° 14. Universidad Complutense. Madrid. 1991.

25. Para más detalles véase Bulario de Santiago. pg. 317. 26. GONZÁLEZ CRESPO: El afianzamiento ..... pg. 297. Según esta autora el señorío de Haro pasó

a manos de otro hijo de doña Leonor. don Fernando. poco más tarde de que don Fadrique se hiciera cargo del maestrazgo de la Orden de Santiago.

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pero no estamos de acuerdo con el cronista cuando dice que los freires de la Orden no se pusieron de acuerdo a la hora de elegir maestre y acudieron al Rey para que éste les concediera el honor de colocar a su hijo en el carg021• Ésta bien pudo ser la excusa argu­mentada en aquel momento para solicitar del papa Clemente VI la confirmación de tal nombramiento, pues como bien se sabe el maestre de la Orden de Santiago -a diferencia de otras órdenes mi­litares- tenía una dependencia directa del papa, tanto en lo tempo­ral como en lo espiritual, motivo por el que el pontífice, y no otra autoridad civil ni eclesiástica, debía confirmar el nombramiento hecho por el consejo elector de la Orden a finales de septiembre, o primeros de octubre de 1342.

Pero concurrían en don Fadrique un par de condiciones que le dificultaban el acceso al cargo para el que había sido designado: no alcanzaba la edad reglamentaria para entrar en religión --catorce años- y su nacimiento, por otra parte, había sido producto de una unión pecaminosa y no reconocida por la Iglesia. Ante tales cir­cunstancias no es de extrañar que Alfonso XI utilizara la influencia del arzobispo de Toledo cerca de la Santa Sede, ni dudara siquiera en ocultar -a la hora de solicitar las dispensas necesarias- que su hijo era un año menor de la edad que figuraba en el documento enviado a la Santa Sede, que entonces se encontraba en Aviñón. Se decía en éste que don Fadrique estaba próximo a entrar en el décimo año de vida -"decimo etatis sue anno vel circiter"- cuando en realidad había cumplido los ocho años en enero de 1342. Posi­blemente el arzobispo de Toledo desconociera con exactitud la fe­cha de nacimiento del Infante, o fuese ésta una circunstancia nimia ante la presión ejercida por el rey de Castilla. Sea como fuere, la dispensa al Papa se debió elaborar en Algeciras y con anterioridad a que don Gil de Albornoz abandonara el cerco -octubre de 1342-para dirigirse a Francia con la finalidad de solicitar un préstamo a la Corona de este reino. Aunque es probable que el encargado de tra­mitar los asuntos de la Corona de Castilla ante la Santa Sede fuese el prior de la Orden de San Juan, creemos que el inspirador del do­cumento dirigido a Clemente VI -donde se solicitaba las dispensas necesarias para que don Fadrique fuese admitido como maestre en la Orden-, debió ser el arzobispo de Toledo. Y lo consideramos así, porque a su persona y a la del arzobispo de Santiago de Compostela, conjuntamente, se dirigió el Papa en la bula pontificia en la que

27. Crónica de Alfonso XI, pg. 346.

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aceptaba la designación del Infante como maestre de Santiag028 im­poniéndole dos condiciones. La primera consistía en el nombra­miento de dos administradores de la propia Orden hasta que el niño llegara a la edad de veintidós años, la segunda de ellas imponía que cuando el Infante cumpliera los catorce debía confirmar su volun­tad de profesar en la Orden.

Pero mientras llegaba o no la respuesta papal, en Algeciras se procedió a nombrar un tutor al nuevo maestre -a semejanza de lo que se hacía con los monarcas en su minoría de edad- y éste no fue otro que Femán Rodríguez, comendador mayor del reino de León29•

Era la forma de satisfacer, en cierto modo, las aspiraciones del hom­bre al que probablemente hubiera correspondido el nombramiento de maestre en caso de no existir la injerencia del rey de Castilla. Se estaba lejos por entonces de conocer la voluntad del papa Clemente VI y, de hecho, parece que la bula dispensatoria no debió llegar al cerco de Algeciras hasta después del mes de febrero de 13433°, cuando el comendador Femán Rodríguez -que por supuesto no era Femán Rodríguez de Villalobos como se ha venido diciend031 - asistió como tutor del Infante al consejo que se celebró en el real sobre Algeciras para atender a los emisarios de Yusuf I de Granada. Su­ponemos que no mucho más tarde el comendador mayor de León fue desplazado de sus funciones cuando se tuvo conocimiento del nombre de los administradores que los arzobispos de Toledo y Compostela32 habían designado para tal cargo siguiendo las directri­ces de Clemente VI. El Papa había dispuesto que los arzobispos

28. José ZUNZUNEGUl ARAMBuRu: El infante don Fadrique. maestre de la Orden de Santiago. Anthologica Annua. n° 11. Roma, 1963, pg. 49.

29. Femán Rodríguez era titular de la encomienda de Montemolín y, al mismo tiempo, co­mendador mayor del reino de León; este cargo lo ostentaba ya en julio de 1341. Véase así en el códice 236-B del Archi vo Histórico Nacional, fol. 31 r.

30. Crónica de Alfonso XI, pg. 353. 3 I. Véase RADES: Crónica .... , de Santiago ... , fol. 45r. Sin embargo, el señor de Villalobos no

puede ser la misma persona que su homónimo el comendador mayor del reino de León porque, según la Crónica de Alfonso XI, aquel no llegó al cerco de Algeciras hasta el mes de marzo cuando ya se había recibido en el Real sobre Algeciras a los mensajeros del rey de Granada. El cronista parece bien informado de los importantes hechos que relata -la recepción de los emisarios del rey de Granada y la llegada al cerco del señor de Villalobos- al tiempo que debía conocer lo suficien­temente bien a los dos hombres para diferenciarlos entre sí. Véanse estos detalles en la misma referencia de la nota anterior.

32. ZUNZUNEGUl ARAMBURU: El ¡'ljante .... , pgs. 52-54. El autor publica aquí una bula del papa Inocencio VI donde se inserta la resolución adoptada en su día por el papa Clemente VI a tenor de la petición que se le hizo para que reconociera como maestre de la Orden de Santiago al infante don Fadrique.

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nombraran para la administración de la Orden a uno o dos de los más prudentes freires de la misma, y a criterio de los arzobispos electores éstos debían ser Men Vázquez y Juan López de Baeza, comendadores de Uc1és y del Hospital de Cuenca, respectivamen­te.

Ya a finales del mes de abril de aquel año, y con seguridad bajo la tutela de los administradores, el nuevo maestre concedió fuero de Sepúlveda a una aldea de la Orden elevándola de categoría y separándola de su villa matriz33 • Estamos hablando de la población manchega de Villa de don Fadrique (Toledo) y en la que se da la circunstancia de ostentar el connombre de don Fadrique porque éste la incorporó a su Cámara34 -la conocida Mesa Maestral- cuando al darle fuero la separó de Almoguer, a cuyo alfoz pertenecía antes del mes de abril de 1343. Para entonces, don Fadrique y sus vasallos ya se habían incorporado al sector que defendían los santiaguistas frente a la Puerta del Fonsario abandonando las más cómodas posi­ciones de retaguardia. Este fue el primer paso que su padre le orde­nó en el momento en que fue nombrado maestre de Santiago, pero las cosas no debían marchar a gusto del Rey tal vez como conse­cuencia de los roces internos entre los comendadores mayores y los tutores del Infante. Así que en cuanto llegó al cerco el alférez real, Juan Núñez de Lara, don Alfonso le ordenó que asentara su campa­mento junto a los santiaguistas. A partir de ese momento los hom­bres del infante don Fadrique -tanto los freires santiaguistas como sus vasallos de Haro- pierden para el cronista la independencia de movimientos que hasta entonces habían tenido y pasan a un plano más discreto formando siempre parte de las huestes capitaneadas por el alférez regio.

Resulta evidente, como ahora veremos, que después de terminar el cerco y conquista de Algeciras Alfonso XI concedió en esta plaza ciertas posesiones a la Orden de Santiago en la persona de su hijo. Al igual que en el mes de agosto de 1344 concedió al Infante y para su Orden, Caravaca, Bullas y Ceheguín35• Poco más tarde, don Fadrique debió nombrar para comendador de estas villas a Ruy Chacón porque, en noviembre del mismo año, este hombre extiende

33. No conocemos el documento original, aquí citamos por CHAVES, BERNABÉ DE: Apunla­mienlo legal sobre el dominio solar de la Orden de Santiago en lodos sus pueblos. Madrid. 1740, fols. 49v y SOr.

34. Ibídem. 35. AHN. OO. MM. Uclés, 82/6.

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un documento en el que promete construir una torre a sus expensas en Bullas36 y es aquí, precisamente, donde tenemos noticias de la existencia de un comendador de la casas de Algeciras, Ruy Dias, que figura entre los confirmantes del documento. Sabemos que en diciembre de 1344 el Infante estaba en Ocaña37 donde confirma pri­vilegios a Villamayor de Santiago. No hay dudas de que por enton­ces don Fadrique participaba, de la mano de los administradores, en los asuntos de la Orden porque los documentos de la época se ex­tendían haciendo constar tal circunstancia y la conformidad del máximo dignatario de la institución santiaguista.

Una vez finalizada la campaña de Algeciras, Castilla vivió una etapa de paz que hacía tiempo no respiraba. El rey se ocupó con más intensidad en los asuntos del reino, al igual que su hijo Fadrique debía hacerlo con los de la Orden de Santiago. Nos consta que en el mes de marzo de 1345 la Orden celebró Capítulo General en Alcalá de Henares y allí realizaron una permuta de posesiones con el mo­narca en la que los santiaguistas salieron beneficiados a juzgar por el texto de la carta38

• Al año siguiente, pero esta vez en el mes de octubre39, se reunió otro Capítulo General y entre otras decisiones se nombró p'rocurador general de la Orden a Juan López de Baeza que, como ya sabemos, era uno de los administradores de la misma y en el documento de que hablamos aparece todavía junto aMen Vázquez. Es muy probable que a principios de 1347 -no olvidemos que en este año el joven infante alcanzaba la edad de entrar en reli­gión según el documento en que se pidió la aprobación de su nom­bramiento-, don Fadrique prometiera profesar en la Orden según había ordenando Clemente VI años atrás. Desde luego, a finales de agosto y principios de septiembre de este año sabemos que estaba en Ocaña y en dos documentos que concede entonces no figuran los nombres de los administradores40• Posiblemente hubiera muerto ya Men V ázquez y se hubo de nombrar un sustituto que en esta ocasión no fue otro que el comendador de Caravaca, Ruy Chacón. Este hom-

36. AHN. oo. MM. Uclés, 82/9. 37. AHN. oo. MM. Uclés 363/l. 38. Bulario de Santiago, pgs. 309 y 310. 39. Ibídem, pgs 311 y 312. 40. En el primero de ellos confirma la carta puebla de Alcardete y amplía sus privilegios.

AHN. OO. MM. Uclés, 93/3. Publicado en Pedro Andrés PORRAS ARBOLEDA: La Orden de Santia­go en el siglo XV. lA provincia de Castilla. Edil. Dikynson y otro. Madrid, 1997, doc. n° 13 del apéndice documental, pg. 457. El segundo documento se publica en el Bulario de Santiago, pgs. 312 y 313.

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bre -junto a Juan López de Baeza- aparece ya ejerciendo la función de administrador en marzo de 1348 cuando se le concede la enco­mienda de Oliva -cerca de Mérida- a Gómez Páez.

A finales de este año falleció don Juan Manuel, quedó vacante entonces el cargo de Adelantado Mayor de la Frontera, oficio que posiblemente Alfonso XI concediera no mucho después a su hijo Fadrique41

, aunque al parecer lo desempeñaba por él Ferrán Enriquez42

• En el mes de julio de 134943, cuando la Orden ya estaba sobre Gibraltar, el Infante recibió de su madre todas las posesiones que la señora tenía en Algeciras. Porque como nos podemos imagi­nar, don Fadrique acompañó a su padre al sitio de Gibraltar al frente de los freires y vasallos de la Orden de Santiago. Es muy probable que para entonces Alvar Núñez de Guzmán le acompañara en su función de comendador mayor de León y con toda seguridad lo hizo Sancho Sánchez como comendador mayor de Castilla. Este último murió en el cerco y debió ser en ese momento cuando la encomien­da mayor de Castilla llegó a manos de Ruy Chacón, que hasta entonces había sido comendador de Cara vaca. En esta circunstan­cia se produjo la venta de ciertas propiedades santiaguistas al arzo­bispo de Toledo, aunque los freires no recibieron nada a cambio según trataremos más adelante.

Como hemos podido ver, los años que transcurrieron entre el final del cerco de Algeciras y el comienzo del de Gibraltar debieron ser tiempos de bonanza para el Infante y para la Orden que gober­naba, a pesar de seguir bajo la tutela de los administradores de la misma. Sin lugar a dudas esto último no debía ser un obstáculo de mucha importancia, pues en realidad la actuación de tales adminis­tradores estaba vigilada de cerca por su madre que todavía guardaba en su poder el sello de Capítulo General que le había entregado su hermano Alfonso para que pudiera hacer y deshacer en la Orden si llegaba el caso. Pero la situación cambió de rumbo al poco de falle­cer el rey de Castilla en el sitio a Gibraltar en marzo de 1350.

III. EL MAESTRAZGO DURANTE EL REINADO DE PEDRO I

La muerte del rey Alfonso XI supuso un vuelco radical para

41. En agosto de aquel año lo era con toda seguridad. véase así en Bulario de Santiago. pg. 320.

42. Crónica de Pedro l. pg. 406. 43. El documento está publicado en Bulario de Santiago .... pg. 313.

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todos los afectos a doña Leonor de Guzmán, temerosos de la con­ducta que hacia ellos podía manifestar el nuevo rey de Castilla. Sir­va como ejemplo que mucho de ellos, entre los que se encontraba don Fadrique, no se atrevieron a llegar a Sevilla acompañando el cuerpo del fallecido rey. Según nos dice la Crónica de Pedro 1, des­de Medina Sidonia se dirigió el maestre de Santiago a las tierras de la Orden hasta ver cómo se resolvía la peliaguda situación. Pero no parece que por entonces las intenciones del nuevo rey -más bien las de la reina madre y sus consejeros- fuesen las de iniciar una repre­sión contra todos los allegados a doña Leonor, porque una vez que esta señora quedó recluida en prisión el rey trató de recuperar a todos los del bando político que habían apoyado a la favorita de su padre. Para el maestre de Santiago, este compás de espera debió terminar con antelación al veintiocho de junio, fecha en que Pedro I de Castilla se dirigía al arzobispo de Toledo -residente en Aviñón por aquellas fechas-, atendiendo las reclamaciones que ante su per­sona habían presentado los freires de Santiago referentes a las pro­piedades que el difunto monarca les había obligado entregar al Ar­zobispo y por las cuales no habían recibido compensación algu­na44

Por aquellas fecha se debía temer una reacción de los musulma­nes y bajo la dirección del nuevo Adelantado Mayor de la Frontera, el infante don Fernando de Aragón -recordemos que hasta a la muerte de Alfonso XI lo desempeñaba don Fadrique-, encomendó a los freires de la Orden de Santiago la defensa del corredor del Genil. Por esta razón don Fadrique estaba en Écija a mediados del mes de julio cuando atendió a una comisión enviada por el Adelantado para resolver el asunto del sello del Capítulo General de la Orden. Dicho sello, según habían denunciado los santiaguistas, no había apareci­do entre aquellos que habían retirado a doña Leonor45• Al parecer, la señora se lo había entregado a Lorencio Alfonso -uno de sus vasallos- para que éste se lo diera personalmente a don Fadrique. El Infante, para resolver la cuestión, tuvo que dispensar a Lorencio Alfonso del juramento que había hecho a doña Leonor y el sello volvió después de once años bajo el control del comendador de Uclés

44. AHN. oo. MM. Uclés, 203/ 4. Publica íntegramente el documento Luis Vicente D(AZ

MARTíN: Los maestres de las 6rdenes militares en el reinado de Pedro I de Castilla. Hispania, n° 145. Madrid, 1980, pgs. 331-335. Parcialmente se publica en Bulario de Santiago, pg. 315.

45. Este hecho se produjo el día 16 de junio. Así en J. B, SITGES: LaJ' mujeres del rey don Pedro I de Castilla. Madrid, 1910, pg, 24.

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-que era el depositario de la caja donde se guardaba el citado sell046

-no sin acordarse previamente que todos los documentos que doña Leonor había sellado en aquellos años quedaban sin efect047

Como las previstas incursiones de los moros no se produjeron y pronto se finnó una tregua con ellos, don Fadrique se retiró de nuevo a las tierras del maestrazgo siguiendo las instrucciones del joven monarca. En enero de 1351 el Maestre concedió un privile­gio autorizando la constitución del común de Montiel48 ; aunque no sabemos en que lugar se encontraba en el momento de concederlo, sabemos con seguridad que en el mes de marzo de aquel año ya estaba en Llerena. Fue precisamente a primeros de este mes cuando Pedro 1 pasó por la hoy villa extremeña camino de Valladolid y llevando prisionera a doña Leonor de Guzmán49

• Fue ésta la última vez que el Maestre habló con su madre, pero si la situación de doña Leonor debió resultar dolorosa para don Fadrique en el plano perso­nal, no menos lamentable sería para el maestre de Santiago ver cómo el monarca se entrometía directamente en el gobierno de la Orden. No olvidemos que don Fadrique no había alcanzado todavía la edad reglamentaria para administrar la institución y Pedro 1 se aprovechó de tal circunstancia haciendo jurar a los comendadores presentes en Llerena que no acogerían al maestre en sus fortalezas sin autorización real. En todo lo demás les ordenó que le obedecie­ran como a su maestre50•

Después de recibir la dispensa del monarca para no asistir a las Cortes, don Fadrique se dirigió a Castilla y en el mes de mayo de aquel año reunió Capítulo General de la Orden en el Cuervo, lugar perteneciente al priorato de Uclés51 • En las Cortes de Valladolid los santiaguistas quedaron representados, a juzgar por la documenta­ción, por el procurador del maestre que no era otro que el comenda­dor de Oreja, don Bernardo. Entre las gestiones de este procurador podemos citar la entrega de Castrotorafe al noble portugués y pri-

46. Debemos puntualizar al respecto que la caja se guardaba en el convento de Uc1és, pero las tres llaves de la misma estaban en poder del comendador mayor de Castilla, del comendador mayor de León y del comendador de Segura de la Sierra.

47. Si se desean más detalles sobre el asunto, pueden verse en Bulario de Santiago, pgs 317 y 318.

48. CHAVES: Apuntamient(} legal .... , fol. 5Or. 49. El último documento que extendió el Rey en Sevilla fue el veinte de febrero y el día nueve

de marzo está documentado su paso por Medellín. Así enLuis Vicente DiAZ MARTÍN: Itinerari(} de Pedro I de Castilla. Estudi(} y Regesta. Universidad de Valladolid, 1975, pg. 49.

50. Crónica de Pedro 1, pg. 412. 51. Bulario de Santiago, pgs. 318 y 319.

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vado de Pedro 1, Alfonso de Alburquerque, recibiendo por entonces como muestra de la sintonía del monarca con la Orden la confirma­ción de todos los privilegios que ésta había recibido de monarcas anteriores52

• Parece que la proximidad al Rey no le era muy grata al maestre de Santiago, así que todo apunta a que don Fadrique no se acercó a la Corte por aquellas fechas. Puede que aquel año lo em­pleara el maestre en resolver asuntos de la Orden en el reino de Castilla, porque documentalmente sabemos que en febrero de 1352 estaba en Campo de Criptana53

, y en el mes de octubre no debía estar cerca de la Corte cuando el Rey le ordenó, desde Soria, que reforzara los castillos de Carama~a y Cehegín54• En diciembre se encontraba el maestre en Villa Real, lugar donde extiende un docu­mento que nos sirve para comprobar cómo Gonzalo Mexías había sustituido ya a Juan López de Baeza en el cargo de administrador de la Orden55 •

A principios de 1353 don Fadrique debió trasladarse a sus pose­siones del reino de León, por lo menos a principios del mes de mar­zo está localizada su estancia en villas de la actual provincia de Badajoz resolviendo asuntos internos de la Orden. El cuatro de marzo estaba en Fuente de Cantos, desde allí concede un privilegio al co­mún de la Mancha56; el día diecinueve del mismo mes está docu­mentado su paso por Usagre57

, al otorgar al concejo de la Puebla de Sancho Pérez su dehesa boyal. El día primero de abril estaba en Fuente del Maestre58 donde concedió la encomienda de Montalbán a Femán Ruiz de Tahuste, que antes había sido comendador de Se­gura de la Sierra. Bien pudo ser por estas fechas cuando concedió la dehesa de los Canchales a Llerena al tiempo que reconstruía sus defensas59 y diera el actual nombre a Villafranca (de los Barros), que hasta entonces se llamaba Manconil60

• ¿Eran los asuntos de la

52. Ambas en Bulario de Santiago. pgs. 319 y 320. 53. AHN. OO. MM. Uclés, 93/33. Publicado en PORRAS: La Orden de Santiago ...• doc. n° 14

del apéndice documental. pg. 457. 54. DfAZ MARTfN: Los maestres .... doc. nO VII del apéndice documental. SS. Bulario de Santiago, pg. 322. 56. CHAVES: ApullIamielllo legal ....• fol. SOr. 57. Bulario de Santiago. pg. 329 Y Archivo de los Santos de Maimona .• con signatura: D1I2-

15v. 58. Ibídem. 59. Para lo primero véase CHAVES: ApUllIamiento legal ...• fol. 112 r. Lo relacionado con la

fortificación de L1erena lo recogemos de Luis GARRAfN VillA: L/erena y los Reyes Católicos. Actas de las 111 Jornadas de Historia de L1erena. L1erena. 2002. pg. 110.

60. Pedro DE OROZCO y Juan DE LA PARRA: Estoria de la orden de la caualleria del selior Santiago del Espada. Introducción. trascripción. notas y apéndice del Marqués de Siete Iglesias. Diputación Provincial de Badajoz. Badajoz. 1978, pg. 375.

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Orden los que retenían al maestre en tierras extremeñas, o lo ataba algún sentimiento personal a la zona sur de la provincia santiaguista del reino de León? Porque existen indicios suficientes para pensar que don Fadrique estaba enamorado por entonces de una judía de Guadalcanalllamada Paloma de la que tuvo a su hijo Alfonso en 135461

Por todo lo anterior, y porque tampoco lo encontramos en la amplia relación que cita el cronista entre los asistentes a la boda de Pedro I con doña Blanca de Borbón, no creemos que don Fadrique asistiera al evento festivo celebrado en Valladolid. Como de todos es bien conocido, al abandonar Pedro I a su esposa se produjo un reposicionamiento en los sistemas de alianzas dentro de los núcleos nobiliarios próximos al rey. Juan Alfonso de Alburquerque perdió la confianza del monarca y fue el momento preciso en que los hijos de Alfonso XI y doña Leonor volvieron a surgir en la escena políti­ca del reino para recuperar el puesto que les correspondía alIado de Pedro 1. Como consecuencia de la nueva situación, don Fadrique se aproxima a los círculos cortesanos reuniéndose con el rey en Cuéllar, a finales de juli062• Este acercamiento al monarca le costó a don Fadrique una nueva intromisión de rey en los asuntos de la Orden. Pedo I trataba de situar estratégicamente a los parientes de María de Padilla y posiblemente creyera ser entonces el momento oportuno de situar dentro de la Orden de Santiago a Juan García de Villagera, hermano natural de la favorita. El cargo reclamado por el rey al maestre de Santiago para el de Villagera no fue otro que el de co­mendador mayor de Castilla y, por supuesto, éste se realizó a ex­pensas del desplazamiento de Ruy Chacón63 que, como sabemos, era el titular de la encomienda y que además era uno de los adminis­tradores de 1 a Orden.

Con semejante operación el maestre se aproxima con fines polí­ticos a los parientes de María de Padilla, pero la asociación duraría poco tiempo; tan poco como tardó el Rey en casarse con Juana de Castro en la siguiente primavera. Es necesario decir que, con ante-

61. Si se desean más detalles al respecto véase 1. B. SITGES: LAs mujeres ... , pgs. 61-65. Tam­bién ha tratado el tema David ROMANO: ¿Ascendenciajudfa de Fernando el Católico? Sefarad, nD

LV-I, pgs. 163-171. Ambos autores aportan datos suficientes para pensar que el almirante de Castilla, casado con doña Juana de Mendoza, pudo ser hijo de una judía y que nació en 1354.

62. El veintinueve de julio está documentada la estancia del rey en Cuéllar. Así en DfAZ: Itinerario .... pg. 62.

63. Crónica de Pedro 1, pg. 438.

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rioridad, Pedro 1 había atacado las fortalezas que Juan Alfonso tenía cerca de la frontera portuguesa, entre ellas Medellín y Alburquerque. Se hizo con la primera, pero al no poder apoderarse de la segunda de ellas dejó a sus hermanastros, Enrique y Fadrique, sobre el lugar junto al nuevo comendador de Castilla de la Orden de Santiago, que realmente era el único hombre de la confianza de Pedro 1 en aquella zona. No tardaron el conde de Trastámara y el maestre de Santiago en entrar en secretas conversaciones con el antiguo priva­do del rey de Castilla. La situación se agravó a primeros de abril en el momento que Pedro 1 abandonó a su nueva esposa y volvió con María de Padilla. Esta circunstancia fue el motivo que unió de nue­vo al rebelde bando nobiliario consolidándose entonces la presumi­ble alianza entre el señor de Alburquerque, el conde de Trastámara y el maestre de Santiago, viéndose obligados a detener a Juan Gar­cía de Villagera y creando con ello más confusión en el seno de la Orden.

Don Fadrique, al sentirse inseguro en el reino de León, se trasla­dó al de Castilla y se dirigió a Montiel para refugiarse en su fortale­za. No hay dudas que para entonces el rey ya había tomados medi­das al respecto ordenando que el maestre de Santiago no fuese aco­gido en las fortalezas de la Orden. La muestra de ello es que el comendador de Montiel, Pedro Ruiz de Sandoval, se negó a recibir a don Fadrique en Montiel respetando el juramento que había hecho al monarca en Llerena. El Maestre fue entonces a refugiarse a la fortaleza de Segura de la Sierra y allí se presentó el comendador de Montiel justificando su actuación para con don Fadrique por cum­plir el juramento que había hecho al Rey, pero poniéndose al servi­cio del Maestre para que éste dispusiera lo que creyera oportuno con respecto a su vida. Pedro Ruiz de Sandoval había actuado co­rrectamente según las costumbres de la época64

, de modo que debió ser uno de los que se mantuvo en la fortaleza de Segura a cuyo frente estaba el comendador de la misma, Lope Sánchez de Avendaño. Segura sufrió el asedio de las huestes reales -a finales del mes de julio el rey en persona estaba frente a la fortaleza65-,

pero viendo imposible tomarla en aquella ocasión y coger prisione-

64. Crónica de Pedro l. pg. 445. Sabemos que Pedro Ruiz de Sandoval fue más tarde comenda­dor de Mérida y luego comendador mayor de Castilla. Véase lo primero en RADES: Crónica ..... de Santiago. fol. 49v.; lo segundo podemos verlo en Bulario de Santiago pg. 337.

65. El veintiocho de julio está documentado su paso por Villa Real cuando. desde Toledo. se dirigía a Segura. Así en DfAl: Itinerario ....• pg. 67.

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ro al maestre de Santiago, procedió a socavar sus funciones eligien­do un nuevo maestre de la Orden a mediados del mes de agosto de 135466•

Nombrar y deponer maestres dentro de las órdenes militares pa­recía ser algo al uso dentro del estilo de gobierno de Pedro I de Castilla. En este aspecto superó a su padre porque ya en el mes de marzo había eliminado al maestre de la Orden de Calatrava, Juan Núñez de Prado, y colocado en el cargo -sin consulta al resto de los freires- a Diego García de Padilla, hermano de la favorita. La reac­ción por parte del sector legalista de los calatravos no se hizo espe­rar y eligieron como maestre a Pedro Estébanez Carpinteyro. El cisma estaba servido en el seno de la Orden de Calatrava y la de Santiago parecía llamada a correr la misma suerte al contar ahora con dos maestres. La muestra del malestar y de la división en el seno de los santiaguistas llegó al punto que, Ruy Chacón -el comen­dador mayor de Castilla que había sido depuesto de su cargo para favorecer al de Villagera-, se pasó ahora al bando del nuevo maestre santiaguista. Para superar esta situación cismática, el día 18 de agosto de 135467

, don Fadrique se dirigió a Inocencia VI solicitándole que interviniera en la cuestión de aquel nefasto nombramiento. No co­nocemos la respuesta del Pontífice, pero debió serIe favorable cuan­do meses más tarde recurrió de nuevo al Papa pidiéndole que le dispensara de la tutela administrativa que le había impuesto Cle­mente VI en el momento de su nombramient068• Inocencia IV aten­dió la petición del maestre y con fecha 12 de diciembre ordenó a los arzobispos de Santiago de Compostela y Sevilla que entregaran la administración de la Orden a don Fadrique69

Por entonces parecía mejorar la inestable situación del Infante, involucrado de lleno en la cuestión política que afectaba al reino después de la rebelión que en el mismo mes de agosto se había pro­ducido en Toledo. Don Fadrique fue llamado por los de la ciudad y éste acudió desde Segura; cuando creyó asegurada para su causa la

66. El nombramiento de Juan García de Villagera como maestre de la Orden debió producirse en estas fechas pues el día quince de este mes estaba el rey en Dos Barrios, muy cerca de Ocaña, lugar éste donde dice la crónica que el rey de Castilla nombró al nuevo maestre santiaguista

67. ARAMBURU: El illfallte .... pg. 50. 68. Ib(dem. El autor que ahora seguimos parece no conocer la fecha exacta de la solicitud del

Infante. 69. Ib(dem. La bula pontificia es el documento que publica el autor en el apéndice documental

del trabajo que aquí nos sirve de referencia.

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ciudad del Tajo marchó para Medina del Campo con la finalidad de reunirse con los nobles rebeldes que acababan de hacerse con el control de esta villa. A pesar de que por entonces murió Juan Alfon­so de Alburquerque, los rebeldes no dudaron a la hora de presentar al Rey sus pretensiones y exigencias a mediados de noviembre, en Tejadillo. Pedro 1 pareció no escucharles, pero como el bando real no acababa de consolidarse y apoyarle, el Rey claudicó ante las pe­ticiones de los rebeldes que como primera medida ocuparon en la Corte los puestos de privilegio que hasta entonces disfrutaban los parientes de María de Padilla.

Inmediatamente se repartieron los oficios de la Casa Real y Pe­dro I fue obligado a permanecer en Toro. A don Fadrique le corres­pondió el cargo de Camarero Mayor, pero poco amigo de aquellos enredos dejó el oficio en manos del entonces comendador mayor de Castilla, Lope Sánchez de Avendañ07o, que como ya sabemos fue el comendador que lo acogió en Segura de la Sierra. Pero el Rey se sentió incómodo ante semejante cambio y el comendador santiaguista pronto fue sustituido por Alfonso Fernández de Mena71 • Todo esto ocurrió en un breve espacio de tiempo, pues, a finales del año don Pedro huyó de Toro ocasionando la ruptura de la coalición nobiliaria. Don Fadrique se desplazó entonces a Talavera, villa a la que no tardó en llegar Enrique de Trastámara para reunirse con su hermano y desde allí iniciar la aproximación hacia Toledo. Pero las circuns­tancias habían cambiado, razón por la que no fueron aceptados por los habitantes de la misma ya que intentaban negociar con el Rey. Sin hacer caso a la petición de los toledanos entraron en la ciudad provocando la división interna de los habitantes de la misma y para reprimir al bando contrario castigaron seriamente a la juderían .

A mediados de mayo llegaba el Rey a Toled073 intentando pene­trar por el puente de San Martín 74. Los infantes realizaron una salida por otra puerta para envolver a las huestes reales y enfrentarse a ellas en campo abierto, pero los habitantes de Toledo abrieron en­tonces las puertas de la ciudad por donde intentaba entrar el monar-

70. Crónica de Pedro 1, pg. 458. 71./bídem. 72. Los sucesos de Toledo los relata la crónica de Pedro I a partir del capítulo VI del año 1355. 73. Aunque la Crónica dice que Pedro I llegó en los primeros días del mes de mayo, parece

demostrado documentalmente que no llegó hasta mediados del mes. Véase así en DíAZ: Itinera­rio .... , pg. 73.

74. Entre los santiaguistas que defendían el puente de San Martín estaba Pedro Ruiz de Sandoval, aquel que no acogió al Maestre en Montiel. Crónica, capítulo VIII de 1355. Pg. 463.

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ca y la operación militar resultó un fracaso huyendo los rebeldes hacia Talavera75

• Aunque las huestes del rey no atacaron abierta­mente esta villa, se debieron producir por entonces enfrentamientos de los dos bandos por aquella comarca; en uno de ellos el propio don Fadrique y el comendador de Uclés, Sancho Sánchez, pusieron en fuga a Ruy Chacón persiguiéndole hasta Consuegra. El antiguo comendador mayor de Castilla, que ahora militaba en el bando de los monárquicos, se refugió en una iglesia de la villa pretendiendo salvarse de sus perseguidores; vano intento, pues según podemos leer en el Bulario de Santiago, el maestre y el entonces comendador de Uclés penetraron en la iglesia y allí mismo lo degollaron. Por tal razón, don Fadrique y el comendador de Uclés fueron excomulga­dos teniendo que solicitar la absolución a la Santa Sede76

Puede que este choque entre miembros de la Orden tuviera lugar a finales de mayo o primeros junio de 1355 77 , pero los enfrentamientos entre santiaguistas no acabaron en aquel lance, aun­que para hablar de ello tengamos que dar un salto en el tiempo ya que, a finales del mes de noviembre de aquel mismo año, se produ­jo otro encuentro -este debió ser de mayor calado- entre el cismáti­co maestre Juan García de Villagera y el que por entonces era nuevo comendador mayor de Castilla, Gonzalo Mexías. El encuentro se produjo en las proximidades de Tarancón y en el combate resultó muerto el de Villagera. El Rey, que entonces se encontraba sitiando a Toro, se quedaba sin maestre y no intentó por entonces nombrar un sustituto que le fuese favorable; ante semejante situación cabe pensar que la mayor parte de la Orden fuese obediente a don Fadrique y el monarca debía tener esperanzas de eliminar a su hermano, o llegar a un acuerdo con el mismo en breve espacio de tiempo. Por­que don Fadrique, en la fecha en que murió el de Villagera, estaba entre los sitiados por el monarca en Toro; a esta plaza se había des­plazado a primeros de junio de 1355 llamado por la reina madre, doña María78, y constituyó por entonces el principal foco de resis­tencia nobiliaria.

Por su parte, Pedro 1 se detuvo poco tiempo en Toledo y a prime­ros de junio llegó a Cuenca79 tratando de resolver la sublevación

75. Crónica de Pedro l. pg. 463. 76. Bulario de Santiago. pgs. 333 y 334. 77. Don Fadrique debió partir en junio hacia Toro llamado por los rebeldes de esta plaza. 78. Así en la Crónica de Pedro l. pg. 465. 79. DfAZ: Itinerario ..... pg. 73.

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que allí se había manifestado. Estando el rey sobre la ciudad del Júcar, dice la Crónica que se enteró de la rebelión de Toro y una vez resuelto el asunto de Cuenca, ya a mediados de juni080, emprendió el camino hacia la villa del Duero situando aHí su Real a primeros de septiembre81 • A comienzos de diciembre la situación empeoró militarmente para los rebeldes sitiados en Toro quienes, por otro lado, comenzaron a percibir que para los habitantes de la villa el cerco resultaba demasiado largo; no es de extrañar, por tanto, que éstos entraran en negociaciones secretas con el Rey para entregarle la ciudad. Cuando esta operación estaba a punto de efectuarse se produjo un hecho que salvó momentáneamente la vida de don Fadrique, pero que indiscutiblemente repercutió en el seno de la Orden por la falta de confianza que debió generar su actuación. La escena la relata Pedro López de Ayala con todo género de detalles82

y viene a ser una muestra de que Pedro 1 quería atraer a su lado al maestre de Santiago. De otra manera no hubiera permitido que Juan Fernández de Hinestrosa, su camarero mayor y antiguo vasallo de don Fadrique, aconsejara a este último para que abandonara a los de Toro y se pasara al bando realista. Puede que la situación fuese muy grave para los sitiados, porque Garci Alfonso de Triguero no tardó en abrir las puertas a las huestes reales; pero una vez que el maestre dejó abandonada a sus gentes, no es de extrañar que éstos perdieran la confianza en el máximo representante de la institución. Muestra de lo anterior es que el comendador mayor de Castilla, Gonzalo Mexías, abandonó este reino encaminándose a Francia83

A partir de primeros de enero de 135684 se puede decir que don Fadrique estaba alIado de Pedro 1, aunque éste no abandaba la idea de deshacerse de su hermanastro. Según la Crónica lo intentó en varias ocasiones, la primera de ellas en el cerco de Palenzuela85 sal­vándole en esta ocasión la incomparecencia de su hermano Tello, al que el Rey quería eliminar conjuntamente con el maestre de Santia­go y con sus primos los infantes de Aragón86

• Le siguió otro intento en el torneo organizado en Tordesilla en los primeros días de mar-

80.lbfdel1l. 81. Ibfdel1l. pg. 74. 82. Crónica de Pedro l. capítulo 1 del año 1356. 83.lbfdel1l, pg.471. 84. Al parecer, Toro claudicó el 5 de enero de 1356. Así lo cree DiAZ: Itinerario .... pg. 77. 8S. El cerco de Palenzuela se extendió hasta primeros de marzo. Véase así en la misma referen­

cia de la nota anterior. 86. Crónica de Pedro 1, pg. 472.

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Z087, momento en que Pedro I no se atrevió a descubrir sus proyec­tos a quienes habían de ejecutarlo. Aunque no por eso dejó de eli­minar a otras personas cercanas al Maestre que se mostraba cada día más receloso con respecto al rey de Castilla. Sin lugar a dudas, la política exterior de Pedro I puso un paréntesis en los intentos del monarca por eliminar a su hermanastro; los sucesos de Sanlúcar de Barrameda y la posterior declaración de guerra al reino de Aragón alejaron momentáneamente de la mente del Rey sus proyectos fratricidas.

A primeros de 1357 inició una ofensiva en toda regla contra tie­rras aragonesas. Pedro I intenta apoderarse en primer lugar de Tarazona, a la que cercó y conquistó en los primeros días de marzo. En el sitio intervinieron las órdenes militares de Alcántara Calatrava y Santiago con sus respectivos maestres al frente, consiguiendo entrar en la villa precisamente por el sector encomendado a don Fadrique88• A pesar de la probada eficacia militar y fidelidad del maestre de Santiago, el Rey pensó en eliminarle de nuevo estando en Ágreda, pero esta vez le salvó el recelo de su hermano Enrique ya que Pedro I intentaba atraer a su servicio al conde de Trastámara, pero éste no se fiaba de las verdaderas intenciones del monarca y no acudió a su llamada. Don Fadrique salvó entonces la vida por muy poco, pues, según manifestó más tarde el rey castellano, temió en aquel momento que si acababa con el maestre de Santiago se pro­dujera una desbandada generalizada de nobles hacia Aragón cuan­do se daba la circunstancia de que su rey se encontraba por entonces muy cerca de la frontera con Castilla89

IV. LA CONQUISTA DE JUMILLA y LA MUERTE DE DON FABRIQUE

Sin embargo, existe un momento en aquel clima de intrigas mor­tales en el que parece que van a cambiar las cosas para el maestre de Santiago, o por lo menos así debió creerlo él a juzgar por su actitud tal y como veremos a continuación. El asunto está relacionado con la conquista de Jumilla90, y sin ánimos de extendernos en el tema debemos decir que la villa murciana estaba -en el momento de su conquista por los castellanos- en manos de Pedro Maza de Lizana,

87. Según DíAZ: Itillerario ..... pg. 77, el Rey estuvo unos días en Tordesillas a primeros de marzo.

88. Crónica de Pedro 1, pg. 477. 89. Ibídem, capítulo VI del año 1357. 90. El mejor estudio que conocemos relacionado con las circunstancias políticas y militares

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vasallo del rey Pedro IV de Aragón, quien la había recibido de su hermanastro el infante don Fernando -el mismo que sustituyó a don Fadrique como Adelantado de la Frontera a comienzos del reinado de Pedro I de Castilla-, pero que se había pasado recientemente al servicio del rey de Aragón. Tan recientemente que un año antes, cuando Pedro I inició su ofensiva sobre Tarazona, el infante don Fernando invadió el reino de Aragón por el flanco sur y se apoderó de Jumilla -entonces aragonesa- en el mes de mayo de 1357. Pero en el momento que el rey de Castilla pidió a su primo que entregara la villa y su castillo a Garci Femández de Villodre, el infante don Fernando hizo caso omiso y queriendo ganarse las simpatías del rey Pedro IV de Aragón puso la plaza bajo soberanía aragonesa entre­gándola a Pedro Maza de Lizana. Parece ser que las condiciones impuestas por éste a los jumillanos no debieron ser del agrado del concejo y sin esperar mucho tiempo, octubre de 1357, dos represen­tantes de J umilla se personaron en Sevilla para rogarle al rey de Castilla que los acogiera como vasallos suyos y concediera a la villa los mismos derechos y privilegios que disfrutaba la ciudad de Mur­cia91 . Pedro I aceptó la petición, pero tardó en reaccionar esperando posiblemente la ocasión propicia para hacerse con J umilla y ésta llegó en la primavera siguiente cuando el rey de Aragón abandonó Valencia y se fue para Cataluña. Entonces, el rey de Castilla ordenó al maestre de Santiago --como frontero en la Mancha frente al reino de Aragón- que se apoderara de la villa y castillo de Jumilla; así que después de lo acordado en Sevilla entre el Rey y los jumillanos, lo más probable es que la villa se le entregara voluntariamente y la lucha armada se centrara en tomo al castillo92

Este cayó el 27 de abril de 1358 después de ser combatido dura­mente; parece ser que después del hecho de armas don Fadrique no abandonó la comarca temiendo la reacción del monarca aragonés que, de hecho, envió tropas a la zona a primeros del mes de may093.

que se dieron por aquellos años en torno a JumilJa es el de Pedro Luis, PÉREZ DE LOS COBOS: La conquista de Jumilla por el itifante don Fadrique, maestre de la Orden de Sall1iago. Su definitiva reincorporación a la Corona de Castilla. Anuario de Estudios Medievales, n° 11. Barcelona, 1981, pgs. 277- 298.

91. El privilegio en cuestión está datado en Sevilla el veinte de octubre de 1357. El privilegio en cuestión se recoge en una confirmación de Fernando VI del año 1753 donde se refunden varios privilegios concedidos a la villa de Jumilla. Véase en: Reales privilegios de esempciones y jranquewz concedidas al concejo. Edita, Asociación de Amigos de Jumilla. Jumilla, 1997.

92. Si hemos de creer lo que apunta SITGES, parece ser que la villa se entregó con anterioridad al día 20 de marzo de 1358. Así en: Las mujeres ... , pg. 67.

93. ZURITA, Jerónimo de: Anales de Aragón. Institución "Fernando El Católico". CSIC. Za­ragoza, volumen n° 4, pg. 352.

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Pero lo que no sabemos con seguridad es si el Maestre entablaba conversaciones con los enemigos políticos del rey de Castilla, o éste así lo sospechaba. Desde luego, estos parecen ser los rumores que le llegaban a Pedro 194 quien -harto ya de tanta intriga-, lo mandó llamar a Sevilla sin que el Maestre pudiera sospechar las verdaderas intenciones de su hermanastro después del reciente éxito frente a Jumilla. El veintinueve de mayo de 1358, cuando Fadrique contaba veinticuatro años de edad, caía asesinado en el alcázar sevillano víctima de una alevosa traición que detalla el Canciller López de Ayala, aunque también se piensa que el relato del que hablamos está manipulado por razones políticas95 • Sea como fuere, quizá no sea desacertado indicar -después de contemplar hasta donde llegaron las consecuencias de la rivalidad entre ambos hermanastros y como una ironía de la Historia-, que sus restos descansan hoy, junto a los de María de Padilla, en la capilla real de la catedral hispalense96•

V. CONCLUSIÓN

Después de lo que antecede, creemos justificado el título de este trabajo pues como hemos visto el maestrazgo de don Fadrique se puede dividir en dos etapas bien diferenciadas. La primera es la que corresponde a la vida de Alfonso XI. Son ocho años en los que el Infante se ve encumbrado a la cúspide de la Orden de Santiago como consecuencia de la manipulación de su padre en el seno de la Or­den. El niño-maestre, con sólo ocho años, es puesto bajo la tutela de dos administradores hasta que cumpliera la edad de veintidós años. No obstante, tenemos la impresión de que su madre vigilaba muy de cerca a la institución santiaguista; muestra de ello son las donaciones que recibe en aquella etapa, pero también lo es el con­trol del sello del Capítulo General. En esta etapa la Orden parece potenciarse y también el prestigio de su maestre que es designado Adelantado de la Frontera.

A partir de la muerte de Alfonso XI todo cambia. Las ingeren­cias del nuevo rey en el seno de la Orden no tardan en producirse. Don Fadrique sale de la situación como puede, pero sin dejar de

94. Esta es la opinión. apoyándose en Jerónimo de Zurita, de DrAZ MARTIN. Véanse más deta­lles en su artículo ya citado: Los maestres ... , pg. 316.

95. Ibídem. 96. Estos datos podemos verlos en Julio, VALDEÓN: Pedro I El Cruel y Enrique de Trastámara.

¿lA primera guerra dvi/ espatiola? Madrid, 2002, pg. 217.

36 MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ

estar en sintonía con la Corona gracias a lo cual se le ratifican todos los privilegios que la institución santiaguista había recibido de an­teriores reyes castellano-leoneses. Pero en 1354 don Fadrique dio un paso decisivo al inclinarse políticamente por el bando nobiliario rebelde al monarca; esta decisión repercutió negativamente en la Orden hasta el punto que el Rey no dudó en nombrar otro maestre originando un cisma en el seno de la misma. A partir de aquel momento, la situación 'personal de don Fadrique evoluciona peligrosamente hacia la tragedia final donde los sucesos de Toro, finales de 1354 y comienzos de 1356, marcan el inicio de una etapa incierta que pone fin a su trayectoria vital.