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corrccróN coursróu 'ARA LA c¡rrnnecróN onr BrcrNrnNARro DE INo¡p¡¡unNct.t ffi ffi E;ffiT u¡vrvrnsneo NACIONAL DE coLoMBIA g.o^yl-slgN pAR A LA cEl¡¡En-ói6ñEEi- BICENTENARIo DE LA INDEPEN¡TNcIÁ AxaroMiA Y ARTE: cu¡fuoy'óetto ú/ üúer, an¿¿üm¿c.ó /e grrt zc.e¿c.o- -tnmororrÁo Esrere Rrsrn¡po Zre ON¡ Vlrnrrls plNrrre AxonÉs M. Esco¡¡n H¡nn¡ne E¡lronrs Lucf¿ SerouoN¡ SuÁnnz JueN M. MenrÍunz Resrn¡po FoToGRAFTA

Atributos de ciudadanía y gobierno del hogar: el uso político de las imágenes médicas del cuerpo de la mujer

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u¡vrvrnsneo NACIONAL DE coLoMBIAg.o^yl-slgN pAR A LA cEl¡¡En-ói6ñEEi-BICENTENARIo DE LA INDEPEN¡TNcIÁ

AxaroMiAY ARTE:

cu¡fuoy'óetto ú/ üúer, an¿¿üm¿c.ó/e grrt zc.e¿c.o- -tnmororrÁo

Esrere Rrsrn¡po ZreON¡ Vlrnrrls plNrrre

AxonÉs M. Esco¡¡n H¡nn¡neE¡lronrs

Lucf¿ SerouoN¡ SuÁnnz

JueN M. MenrÍunz Resrn¡poFoToGRAFTA

Anatomfa y arte : a propósito del atlas anatóm¡co de Francesco Antommarch¡ / eds. Estela Restrepo Zea,Ona Vileikís Pinilla, Andrés M. Escobar Herrera ;fot. LucÍa Salomone Suárez, Juan M.Martfnez Restrepo - Bogotá ; Univers¡dad Nacional de Colombia. Com¡sión para laCelebración del B¡centenario de la lndependencia, 2012363 p. - (Colección Comisión Bicentenar¡o)

ISBN : 978-95a-761-4O7-7

1" Anatomfa humana - Lám¡nas 2. Anatomía artística - Historia - Láminas3. Antommarch¡, Frangois Carlo,1780-1838-Trabajos pictóricos l. Restrepo Zea, Estela de laMerced, 1948- ll. Vileikis Pinilla, Ona lll. Escobar Herrera, Andrés Mauricio lV. SalomoneSuárez, Lucía V. Martínez Restrepo, Juan Manuel

cDD-21_ ü_r / 2O7

Anatomía y arte: a propós¡to del atlas anatómico de Francesco Antommarchi@ Universidad Nacional de Colombia, Comis¡ón para la Celebración del Bicentenario de

la lndependencia@ Estela Restrepo Zea, Ona Vileikis P¡nilla, Andrés M. Escobar Herrera, editores

ISBN : 978-958-7 6L- 4O7 -7

Comité editorialMyriam Jimeno, José Vidal Betancur, Carlos Alberto Patiño, Heraclio Bonilla,Gabriel Restrepo, Beatriz Sánchez, Moisés Wasserman Lerner

Primera edición, noviembre de 2013

Esta obra contó con la financiación de la Vicerrectoría de lnvestigación

Astrid Verónica BermúdezCoordinadora editorial

Paola RuizCoordinadora interadministrativa

Adriana Paola Forero OspinaCorrección de estilo

María Cristina Rueda TraslaviñaW¡lson Mattínez [email protected]ón gráfica

Lucía Salomone SuárezJuan M. Martínez RestrepoFotograffa

lmpresiónEditorial Universidad Nacional de [email protected] Imagen l. Tabla 4,

lmproso y hecho en Bogotá, D.c. colombia figuta 2' Músculos de

la cabeza, del cuello y

Quoda prohlb¡da la reproducción total o parcial de esta obra en cualquier forma y por del brazo izquierdo.

cualquler medlo sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Vista posterior.

I;r:agen 13. Tabla 40,

f¡gura 1. Plexus nerviosocervical, braquial,pulmonar, cardiaco,renal, espermát¡co,hipogástrico, etc.Pulmones, 0arcz6n,

r¡ñones, etc.

Arrunn-r'ros DE cIUnAnANÍAY üüBIERI{ü DEL F{OGAR:

H:-" TJ$O FOLÍTICO DE I-AS IMÁGENEs

MÉMTCAS DHL üTJERPS ME LA MUJSR

ZandraPedraza

ste texto estudia la relacíón entre el cuerpo de la mujer y la

subjetividad femenina como un vínculo histórico que amal-gama varios componentes: la concepción antropológica ge-

neral sobre el cuerpo como aspecto constitutivo de la persona, el

o los conocimientos que interpretan qué es el cuerpo de la mujer

en relación con la persona misma y, finalmente, los efectos de

esta específica manera de comprender el cuerpo que las mujeres

asimilaron subjetivamente para encarnar la condición femenina'Esta trama se desenvuelve en un escenario histórico y político

específico, donde interactuaron intereses y se fijaron reglas so-

ciales en las cuales la relación de hombres y mujeres, su posición

social y sus deberes y derechos, se determinaron en buena partepor su condición sexual.

A lo largo de los siglos xrx y xx, la relación entre hombres

y mujeres cambió en Colombia como en muchos países del

mundo porque los principios de interacción se fueron modifi-

cando en cuanto variaba el peso que los conocimientos médi'

cos le atribuían a las diferencias corporales de los sexos en laill

ANAToMIA Y ARTE:

a y'rc/n*b 1l/ atlu tuat¿n /i* ¿y't, :7¡dn c6¿v, .,ü ta¡rt¿arci ¿)

subjet¡vidad mascul¡na y femen¡na. También influye_ron la evolución de las condiciones socioeconómi_cas y laborales de hombres y mujeres, y las luchaspolít¡cas libradas por la igualdad de las mujeres,en particular, durante la segunda mitad del siglo xx.

A continuación analizaré cómo entre el sigloxlx y el xx, primero, la anatomÍa y la ginecología,después, engranaron la imagen del cuerpo dela mujer con formas específicas de intervenir lasubjetividad femenina que se expusieron en elaspecto exterior, en la conducta, en la autoper_cepción, en la definición polÍtica y social de losdeberes y derechos de las mujeres, y en la com_prensión social de las capacidades y las limita_ciones femeninas. El propósito de este estudioes mostrar cómo estos usos se tiñeron de unaideología que excluyó a las mujeres del ejerciciode la ciudadanía y las ocupó del gobierno delhogar.

Emplearé la noción cuerpo de Ia mujer paradesignar el entendimiento del cuerpo como en_tidad material

-específicamente aquella quepueden conocer las ciencias médicas al com_prender el cuerpo como un organismo biológico yconsiderando el alcance epistemológico de estasciencias y de sus recursos técnicos a partir dela llustración-, y lo que define el sexo de unapersona en términos anatómicos, lo cual implicalos órganos reproductivos y la figura anatómica.En la medida en que los conocimientos médicoscambian, estos dos aspectos involucran diversosprocesos, como sucedió cuando se desentra-ñó el ciclo de la ovulación o al descubrirse las

hormonas. La feminidad señalará la construcciónsocíal y simbólica de la mujer, como una cualidadcuyos valores estimulan su actividad subjetivapara encarnar y experimentar su feminidad comoun hecho consustancial a su existencia. Entiendoque un factor destacado de la construcción dela feminidad es el uso social del conocimientoacerca del cuerpo de la mujer, por cuanto afectalos preceptos de la identidad social e individual,e influye en la actividad subjetiva.

Repúblicas, sexos y ciudadanosEntre las muchas consecuencias que tuvo en laAmérica Latina establecer un pacto social como elque fundó las repúblicas, se cuenta la de acordar,antes que todo, la condición de la ciudadanía. Estefue un pacto fundamental en las democracias quequisieron encarnar los principios ventilados en laRevolución francesa y, en particular, en la Decta_ración de los derechos de/ hombre y del ciudadano.La ciudadanía fijó, en su primera acepción, la acti_vidad de la persona que participa en la fundacióndel Estado nacional porque elige a sus gobernantesy puede postularse para ser elegida y gobernar. Elderecho al sufragio condensó la concepción repu_blicana al respecto:

La ciudadanía es un aspecto fundamentat delos derechos políticos y cons¡€te en el canjantode derechos, obligaciones y garantías públicas yprivadas de que goza un grupa de la pablaciónque tiene la iategoría ciudadana, que le atúr€aoportun¡dades y prerrogativas en relación con el

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Arnr¡uros DE CIUDADANIA Y GoBIEnNo DEL HocAR: EL uso poliTlco DE LAs IMAGENES MEDtcAs DEL cuER¡o DE LA MUIER

ejerc¡cio del poder político y el cantrol de las fun-ciones públicas.t

En Colombia las mujeres carec¡eron de derechospolÍticos hasta 1954, pero se ha reconocido quela concesión paulatina de derechos civiles delata lafragilidad de los argumentos que durante un siglo ymedio justificaron la subordinación de las mujeresa la tutela masculina,2 a partir de la definición de laciudadanía como ejercicio y no como cualidad intrín-seca a la persona humana. Este entendimiento dela ciudadanÍa había resultado de los amplios deba-tes sostenidos particularmente en Francia duranteel siglo xvlr. La Carta constitucional neogranadinade 7827 también condicionó la práctica de los prin-cipios de libertad, igualdad y fraternidad a algunosrasgos particulares de la condición humana. Lasmujeres "carecian" de algunos por lo que no goza-ron de los derechos ciudadanos.

En la Carta colombiana de t82I se fijaron seiscondiciones para ejercer todos los derechos ciu-dadanos:3 naturaleza y domicilio, masculinidad, li-bertad personal, edad y estado civil, alfabetismoe independencia económica. Hasta la Constituciónde 1886 se sostuvieron debates y se hicieron

modificaciones a estos atributos, especialmenteen cuestiones de edad, estado civil, independen-cia económica y alfabetismo. En consonancia conla Carta francesa de 1848, en la Nueva Granadase mantuvo el requisito de ser varón para tenerla ciudadanía. Entre los argumentos ventilados enlas reflexiones concernientes a la importancia delas diferencias entre los sexos, destacaba el quepartía por afirmar que las mujeres tienen un "lugarque les corresponde por naturaleza". En este aser-to es fundamental lo que podía comprometer esta"naturaleza". lnicialmente, "ser débil" fue el rasgocaracterístico de la feminidad y durante el siglo xtx

esta debilidad se extendió a incontables dimensio-nes de la representación y la experiencia de lasmujeres. Veremos qué comprendía dicha debilidady cómo ahondó las diferencias en la figuración y laencarnación de hombres y mujeres.

La exclusión de las mujeres de los beneficios delnuevo pacto político se hizo entonces bajo el enten-dim¡ento de que los nuevos derechos no eran uni-versales. La plataforma para ello fue la antropologíailustrada, que encontró el uso pleno de la razón exclu-sivamente en los varones adultos, y echó allí las ba-ses para los modelos políticos y civiles posteriores.4

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Velásquez, M' (1995). Aspectos de la condición jurídica de las mujeres. En M. Velásquez (Dir.), tas mujeres en lahistoría de Colombia (Vol.ü. Bogotá: Consejería Presidenc¡al para la Política Social; Norma, p. I74.Velásquez, M. (1995), p. 174.Garnica, A. (2oo3). El debate legislativo por las calidades ciudadanas en el régimen representativo del Estado de1"821-1853. Boletín de Historia y Ant¡Éüedades 90, pp. 24I-262.Fraisse, G. (1989). Musa de la razón: la democracia excluyente y la diferenc¡a de /os sexos. (puleo, A. Trad,; 1991)Madrid: Cátedra, Universitat de Valéncia, lnstituto de la Mujer. Lange, S. (1:gg2). ob die weiber Menscñen s¡nd. Gés-chlechterdebatten um 78O0. Leipzig: Reclam.

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ANerovi¡ y ¡rrn:a /nftlutr' aLl olh.r or¡tinin r/t .T anctt¿ ., (¡;lot¡¡¡¡¡r¡¿t/¿

Así, en el siglo xtx y buena parte del xx los acuerdospolíticos orbitaron únicamente en torno de un mo-delo antropológico viril en el cual la razón no seentendía como una cual¡dad que se adquiriera conla experiencia o como resultado de la educación;más bien, brotaba a cierta edad como una propie-dad de la virilidad del joven en maduración.s Lamujer, esclava de los sentimientos y débil frente alos hombres, carecía, por su subordinación, de laautonomía emoc¡onal y del uso suficiente de razónque le permitieran ejercer funciones de gobiernopúblico. En cambio, estas cualidades la habilita-ban "naturalmente" para gobernar el hogar.

Esta vía para darle legitimidad jurídica al sexis-mo no significó que las mujeres hubieran sido mar-ginadas o discriminadas de la misma forma comolo fueron poblaciones indrgenas o negras, o como losgrupos sociales de escasos recursos económicos enel campo y la ciudad. Tampoco que se las hayaconcebido como pasivas y, mucho menos, que pue-da hablarse de ellas como invisibles. El argumentopara la interdicción de las mujeres es oscuro y con-fuso, pero prolÍfico. Sin considerar las diferenciasde clase, raza, etnia y todas las demás que sinduda afectaron la posición civil y social de buenaparte de las mujeres, se les adjudicó una parti-cular posición en el pacto social establecido porlos varones en L821,, y en los ajustes hechos aeste pacto a lo largo de los siglos xrx y xx. Como lo

considera Fraisse,6 las mujeres obtuvieron uno delos dos gobiernos fundamentales para los Estadosnacionales: el gobierno doméstico. Esta dignidad,para la que todas las mujeres fueron elegidas, noobedeció a un proceso democrático, pero confirióun derecho intrínseco a la persona mujer. Decla-rado "esencial", el derecho constituyó el debersimbólico de representar la feminidad y fraguó latransformación de la mujer en ama de casa.

Esta titularidad tuvo sus costos, pues la mujera secas no podía cumplir esta función. En vistade que el nuevo pacto indicó también que la fa-milia era el fundamento de la sociedad y estipu-ló una serie de condiciones para las mujeres queejercerían el gobierno doméstico, fue necesarioreformular el alcance de la condición de la mujer apartir de las transformaciones que desde el sigloanterior venían radicalizando las diferencias entrehombres y mujeres, hasta demarcar una d¡stanciainfranqueable entre los sexos. En particular, veníaganando terreno el argumento de que la diferenciaentre hombres y mujeres no era de grado sino deesencia. Con el paso de la medicina neohipocrá-tica a la medicina cientÍfica fundada en la anato-mía, se había desestimado el principio de que lamujer era un hombre de evolución incompleta, unhombre imperfecto. La difusión de los hallazgos dela anatomÍa descriptiva subrayó la diferencia en-tre los sexos: las escasas discrepancias halladas

Las diferencias entre la ¡nmadurez y la irracionalidad que caracterizan respectivamente a n¡ños y a mujeres, las heanalizado con mayor detalle en: Pedraza,Z. (2OO8). Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños ymujeres. En M. HeringTorres (Edit.), Cuerpos anómatos. Bogotá: Universidad Nacional de Colomb¡a.Fra¡sse, G' (2003). Los dos gob¡ernos: ta famitia y ta ciudad. (M. Martinez Solimán, Trad.) Madrid: Cátedra.

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Aru¡uros DE CTUDADANÍA y GoBIERNo DEL HoGAR: EL uso polfTtco DE LAs IMAGENES MÉDIcAs DEL cuERPo DE LA MUJER

entre los esqueletos de hombres y mujeres se leatribuyeron a una invisible pero poderosa distancia

cualitativa con implicaciones fisiológicas, psicoló-gicas y morales.T

El efecto de esta ideologización de las diferen-

cias anatómicas resultó del contexto social y polÉ

tico en el que se discutÍan los principios para un

nuevo orden en el siglo xvrtt. Con el afianzamientosimultáneo del capitalismo, la discusión sobre la

condición humana de las mujeres viró para resol-

verse a la luz del imperativo social de fortaleceruna organización del trabajo y la producción en lacual las mujeres debían participar en unos límites

específicos. En este escenario, el debate sobreel alcance de las diferencias anatómicas siguió laparcelación del conocimiento que definió la antro-pología como el estudio del hombre y, a comienzosdel siglo xrx, creó la ginecología como ciencia de lamujer. Tal división situó la vida y las realizacionesmasculinas en el terreno de la cultura, la política y

la sociedad, mientras que Ia vida y las ocupacionesfemeninas se confinaron a la jurisdicción médica.

En las repúblicas hispanoamericanas, los

efectos de esta ideologización se notaron en

los años veinte del siglo xtx y, con mucho vigor,

desde mediados del mismo siglo y hasta bien

entrado el siguiente. Para sintetizarlos basta se-

ñalar que la educación de la mujer surgió en His-

panoamérica como preocupación de pensadores,

políticos, médicos, literatos e incluso de mujeres.

Es significativo, sin embargo, que la llustraciónneogranadina no hubiera tenido una "querelle des

femmes"; tampoco la hubo a lo largo del si$lo xtx.

Un asunto de esta índole no se reporta en lasfuentes ni en los análisis actuales acerca de las

ideas sobre política y cultura vinculadas con la na-

ción, el Estado y la ciudadanía que los "hombres

de letras", los pensadores o los intelectuales dis-

cutieron durante la llustración o a lo largo de los

siglos xrx y xx.8 La omisión permite suponer que ladiferencia entre los sexos, decisiva en la recep-

ción de Ia Declaración de los derechos del hombrey del ciudadano, no suscitó un debate en la nueva

república, pero sÍ dio lugar a una especializaciónpara médicos y moralistas, quienes produjeron

una extensa literatura para la educación de las

mujeres. Escritas por autores nacionales y extran-jeros, las obras comparten el juicio de que los

Schiebinger, L. (1987). "skeletons in the Closet: The First lllustrat¡ons of the Female Skeleton in Eighteenth Century

Anatomy". En Gallagher, C. Laqueur, T. (Eds.): The Mak¡ng of the Modern Body. Sexualíty and Soc¡ety in the Nineteenth

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7880-7930. Bogotá: Ariel; Universidad Central. llt

ANAToMIA y ARIE:tflrhta úy'arht a¡rn¡jrutr¡ ¡y'¡ .tlrart*¿ . {¡¿t¡¡t¡¡¿¡tr.,/¡¡

efectos del cuerpo de la mujer en la subjetividadfemenina comprometen el destino de la nación ylos fundamentos prácticos de su gobierno, espe-cÍficamente en el ámbito doméstico.

En la recién inaugurada república el tema pros-peró. Da la impresión de que muchos se sintieronllamados a dar ideas acerca de cómo moldear unafeminidad que garantizara el gobierno doméstico.Los más diversos autores y, por intermedio deellos, las instituciones y los agentes sociales en-cargados de disponer la educación de la mujer, vie-ron en la naturaleza de las mujeres, es decir, en sucuerpo, una serie de rasgos que la situaban comola mejor dotada para administrar la vida familiar,que no para conducirla.

La consagración de las mujeres al gobierno delhogar sentó las bases para erigir la figura del amade casa, que, sin embargo, no se reconoce fácil-mente como contracara de la concepción liberalde ciudadano. Si bien es cierto que el cuidado delhogar es un asunto de vieja data en la historia delas mujeres, en el escenario de un nuevo pactopolítico lo que rev¡ste interés es comprender cómoen las nuevas sociedades republicanas los legisla-dores e ideélogos del orden político y social obvia-ron aplicar los conocimientos cientÍficos ilustradosacerca de la condición humana para favorecer unorden igualitario. Asombra el enorme esfuerzosocial que se emprendió para educar a las muje-res en un sentido que naturalizara su condición

humana en modo subordinado y de forma que elgob¡erno del hogar resultara un deber irrefutable,guiado, además, por la razón masculina. El princi-pal sentido de que excluir a las mujeres del ejer-cicio de la ciudadanía y del trabajo especializadoresultara de eleglrlas para el gobierno doméstico,se colige del alcance de esta tarea.

Por otra parte, el gobierno doméstico no seconcibió aislado del devenir público; este fue unaxioma de los pensadores de la educación de lasmujeres. Su principal vínculo con las cuestiones dela polis se tendió con la figura del padre de familia,quien siempre debía actuar con la potestad de susexo. Aunque no interviniera directamente en losquehaceres domésticos, el jefe del hogar era laautoridad reconocida por la esposa-madre y los hi-jos, y mantenía el control últ¡mo de los asuntos delhogar: educación, moralidad y gasto.

En el contexto republicano el gobierno domésti-co a cargo de las mujeres debía garantizar tres co-sas: en primer lugar, el comportamiento económicodel hogar. No en vano la economía doméstica fuepilar de la educación de las mujeres durante el si-glo xrx e incluso en el siglo xx, cuando se crearonprogramas de economía doméstica en algunas uni-versidades del país.e En el marco de la nación, elhogar se asimiló a la unidad económica básica enla que se labraba o arruinaba la fortuna familiar ydel país. La concepción económica del hogarvincu-ló así el gobierno doméstico y la polis.

Peña' J. (2006). Las amas de casa y la economía doméstica en Cotombia. Siglos xrx y xx. Tesis de maestría, Universidadde los Andes.

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Ar¡nuros DE cluDADANla Y GoBtERNo DEL HoGAR: EL uso polfTtco DE LAs TMAGENES MEDrcAs DEL cuERpo DE LA MUJER

El segundo asunto que comprometía los esfuer-zos del gob¡erno doméstico era la educación de loshijos,tanto en su crianzay moralización como en lareproducción de la división social del trabajo prác-tico y simbólico. Este propósito era sustantivo enlos deberes femeninos, pues el éxito en esta em-presa consistÍa en conseguir la mayor congruenciaentre la subjetividad de cada uno de los miembrosde la familia y su identidad social. Este esfuerzofue también la base para reproducir una sociedadfundada en la familia nuclear.

La tercera labor del gobierno doméstico se en-filó a ordenar la economÍa sexual de los miembrosde la familia y a conservar la alianza indisolublede la pareja. En cuanto a lo último, la mujer de-bía hacer el mayor aporte emocional en pro de laconservación del matrimonio. El modelo de Maríaofreció múltiples recursos a los educadores de lamujer. La conducción de conductas sexuales delos miembros de la familia, por otra parte, debÍaconsolidar identidades sexuales definidas comomasculinas y femeninas, a las cuales la sociedadconfiara la reproducción, la producción y el ordenpolítico. Los costos de este esfuerzo se invirtie-ron en orientar la subjetividad de los hijos haciavalores rígidos de feminidad y masculinidad; deahí que la educación moral de los niños a lo largodel siglo xlx y varias décadas del siguiente, es-tuviera particularmente comprometida con forjar

valores para representar la identidad sexual comoexpresión de ciudadanía.

El cuerpo y la persona:la anatomía y la ciudadaníaLa anatomía estudia la arquitectura del cuerpo hu-mano, las macroestructuras: su número, ubicación,tamaño y disposición, sus relaciones topográficasy su clasificación. Las imágenes de la anatomÍafueron importantes para la circulación de una re-presentación específica del cuerpo y han tenidoefectos simbólicos, morales y subjetivos en cuan-to se asimilan como formas específicas de ser. Lapercepción y la manera de vivir de los seres hu-manos se ven influenciadas por ese conocimientovisual que les facilita a las personas experimentarsu condición corporal según los conocimientos queadquieran de ella. Este hecho se produce por lainteracción de saberes que afectan las relacionessociales y las experiencias antropológicas y favore-cen, e inclusive disponen, experiencias particularesque entran a formar parte de las expectativas so-ciales sobre la educación de las person€ls;lo

En su evolución a part¡r del siglo xvr, cuandola disección de cadáveres humanos inauguró unanueva etapa de la anatomía descriptiva, se pudocombinar la observación hecha en los exámenescon su registro en ilustraciones, inicialmente gra-bados. Consignar el conocimiento en forma de

Asi ha sucedido, por ejemplo, con el movimiento: debido al desarrollo de la fisiología, la concepción del movimientoha sufrido enormes transformaciones en el último siglo y se han creado diversas técnicas que se practican en aras deconseguir benefic¡os f¡siológicos, metabólicos y emocionales. Destlnar un tiempo regular al movim¡ento sistemáilcohace parte de las costumbres adoptadas en las sociedades contemporáneas.

ll,l

ANAToMIA Y ARTE:

ey'rcfu ;sXod/rt1c+atzln¡)n.,1¿gmetca-.(nÍa¡rumrci¡

dibujo implicó el tránsito a una cultura que comen_zó a confiar en la demostración visual y para lacual visualizar comprende los dos sentidos de lapalabra "ilustración". Como recurso discursivo, lasimágenes del atlas anatóm¡co fueron a la vez mo_tivo de debates.

Al exponer una imagen de la morfología delcuerpo humano, es inevitable que esta pase a con_vertirse en una respuesta a la cuestión sobre laesencia y la forma de Ia condición humana, aun-que este no fuera el motivo que impulsó el estudioanatómico del cuerpo. Revelar lo invisible alteró elmodelo antropológico vigente.ll En los siglos xvr yxvlr al médico universitario le interesaba mostraren las disecciones públicas que el cuerpo podíaconocerse mediante el análisis de la forma, la ac_ción y el uso de sus partes, como lo había hechohasta entonces la anátomo-fisiología galénica. Ladisposición del anfiteatro para las disecciones pú_

blicas tuvo un valor pedagógico y una intención depersuasión12 que se repíte en los libros de anato_mía en los que el texto acompaña las imágenes.13De forma paralela, vale destacar que al ilustrar elatlas la singularidad de un individuo, ajeno a todacomunidad y cuya figura anatómica coincide conla del cuerpo, contribuye a ilustrar y convertir enexperiencia visual la imagen anatómica como re_presentación de la persona.

La anatomía hizo un aporte decisivo para cono-cer el funcionamiento mecánico del cuerpo y cómoeste afectaba al ser humano, percepción que que_dó plasmada en la figura externa como correlatode la forma músculo-esquelética y de sus propie_dades. La fuerza,la firmeza y el tamaño de las par_tes internas se comprendieron como modeladorasde la superficie corporal y de la capacidad sensi_ble, de razonamiento y control emocional. Sobreeste aspecto versó la relación establecida duranteel siglo xvrl entre el aspecto interno del cuerpofemenino -su estructura anatómica- y las consi_deraciones de la incidencia de tales formas en eltemperamento y las facultades de las mujeres. Elconocimiento visual incidió en las maneras de per-filar la figura con el vestido, la gestualidad y el mo_v¡miento, y sobre todo, cambió la percepción socialde la condición femenina porque la estrategia dehacer visible lo invisible no se limitó a desarrollarun instrumento para profundizar en el estudio delcuerpo mediante la disección y la ayuda de lentes ymicroscopios; como parte de una educación visualamplia, comprometió la percepción, la experienciay la exposición de la persona.l4 En el caso especí_fico del cuerpo humano, a lo largo de los siglos xvlly xvllr, el conocimiento visual que la anatomía hizopúblico, devino también una experiencia social y unmotivo para la educación.

11Stafford,"n¡nEnI¡ghtenmentArtandMed¡cine,Cambridge:MlTPress'12 Perdiguero' E. (1997). Anatomía descriptiva: siglos xvFxvilr. coNEcTA. Botetín de Not¡c¡as de H¡stor¡a de ta ciencia, la Med¡ci-

na y Ia Tecnología, Suplemento 2, p.7,13 Perdiguero, E. (1997), p. 13.14 Stafford, B. M. (1991).

320

Arm¡uros DE ctuDADANiA Y GoBIERNo DEL HocAR: EL uso polÍTrco DE LAs rMÁcENEs MÉDIcAs DEL cuERpo DE LA MUIER

Esta exposición visual del cuerpo como sus-trato de la verdadera condic¡ón humana, alimentóel debate sobre los derechos politicos y civilesquej debían hacer justicia a dicha condición. En

la medida en que ella se tradujo en la noción deciudadanía, es decir, en cuanto la ciudadanía quegestó la Revolución francesa devino el modelo decondición humana, todas las formas de exclusiónde la declaración universal del derecho a la ciuda-danÍa encontraban justificación si emanaban dela propia condición humana donde podía verse ydemostrarse que no se completaba. A partir dela llustración y, particularmente, con la Declara-ción de /os derechos del hombre y del ciudadano,el cuerpo se convirtió en el recurso de una antro-pología que asimiló virilidad con ciudadanía y ex-cluyó, por defecto, a quienes no cumplían ambascondiciones.

En vista de que también durante el siglo xvll laanatomía avanzó en el reconocimiento del siste-ma nervioso y se aumentaron los esfuerzos cien-tificos para comprender el funcionamiento de lossentidos, la mente, las percepciones, la razón yel conocimiento, se amplió el alcance de la nociónde cuerpo en la definición de la ciudadanía. No envano, a lo largo de los siglos xvll y xrx proliferaronlos ensayos fisiognómicos y se perfeccionaron ex-plicaciones que hallaron en el cuerpo la razón delas diferencias sexuales, emocionales, de edad,raza o religión.

Al elegirse el cuerpo del varón cono norma delsaber médico, se homologaron los principios dehumanidad y ciudadanía al patrón de virilidad. Sus-tentadas en ellos, se gestaron las independenciashispanoamericanas, se movilizaron los criollos ilus-trados y nacieron las repúblicas, bien dispuestasa iniciar los programas de educación para mujeresque habrían de formar ciudadanos y sostener la pa-tria. Normalizar el cuerpo del hombre significó quesus rasgos fijaron el baremo para los cuerpos queencarnaban una diferencia cualitativa con respectoal ideal masculino de realización humana. La na-turalización de la norma masculina ha evitado alos varones pensar su entidad en clave corporal,necesidad que tienen prácticamente todos los gru-pos que, por efecto de esta normalización, fueronsubordinados. De ahíque los debates sobre razas,etnias, géneros, edades, subculturas y todos losque intentan subvertir la norma moderna, deban,como parte de sus luchas, reconocer el orden cor-poral desde el cual pueden acusar la norma quelos discrimina.

El cuerpo de las mujeres: anatomía,fisiologÍa, ginecolo gía y endocrinologíaNumerosos estudios han descrito y analizado elefecto social y simbólico del conocimiento delcuerpo como estructura anatómica. En la crÍti-ca de la "anatomía como destino" de mujeresy hombres,ls se han reconocido los efectos po-

Laqueur, T. (1992). Making Sex: Body and Gender From the Greeks to Freud. Cambridge: Harvard University press.Shorter, E. (1982). A History of Women's Bod,es. Nueva york: Basic Books.

l.t I

ANAToMÍA Y ARTE:

a y'tf ó,u?o ziy' a/at o¡ntitu)w ¿y'¿ ¿fionr:tni:c -. (/ztdrTn¿.ú,¿u:

Iíticos, ideológicos y sociales del uso de estesaber. En lo concern¡ente á la situación de lasmujeres, la relación entre el conocimiento ana_tómico y los que se derivaron de él en diferen_tes disciplinas médicas, muestra que diversasespecialidades fueron necesarias para cimen_tar el orden sexual instaurado en el origen deIa República.16 La colonización del cuerpo de Iamujer que consiguieron la anatomía, la obste-tricia, la ginecología y la endocrinología, todasconfluentes en la concepción actual de la gine_cobstetricia,lT también ha facilitado que la fe_minidad sea una expresión para cuyo logro seha venido interviniendo crecientemente la ana_tomÍa del cuerpo de la mujer.

Los asuntos más relevantes para nuestro argu-mento son los que permiten estudiar la trascen_dencia de la anatomía descriptiva de las mujeres.lsEn primer lugar, llama la atención que el conoci_miento médico sobre el organismo de las mujeresno avanzara durante el siglo xrx con la misma dili_gencia que el análisis del cuerpo masculino. Este

atraso pudo estar relacionado con haber fijado lanorma médica en el cuerpo del hombre; pero esparadójico, si se recuerda que por las diferenciasanatómicas fueron declaradas inconmensurable_mente distintos.

La obstetricia, la ginecología y la endocrino-logía son las disciplinas médicas que pasaron aconocer las particularidades de las mujeres. Ensu surgimiento y consolidación se expresa la re_lación entre conocimiento científico y poder, puesmuestran cómo el ¡nterés de la ciencia en cono_cer algo está afectado por las nociones socialesque se tienen de ese objeto y por la posición so_cial que este ocupa, habida cuenta del conoci_miento producido sobre é1. Tal fue la situaciónde los debates sobre la fisiología moral de lasmujeres, una particular tendencia del pensamien_to de la llustración en el que confluyeron asuntosmédicos, polÍticos y morales, que transformó lasbases para apreciar las diferencias entre los se_xos y dio vida al género de la educación de lasmujeres.

roneWrssenschaftenvomMenschenunddasWeib775o.785o.München; DTV.

17 sánchez Torres, F ft97oa)' colombia. En FLASoG, Historia de ta obstetr¡cia y ta cinecotogía en Latinoamérica. Bogotá:Federación Latinoamericana de sociedades de obstetricia y Ginecología. sánchez Torres, F. (1g7ob). Enseñanza de laginecobstetricia en la etapa preinternado. Rev¡sta colombiana de obstetr¡cia y Ginecología 27.4. sánchezTorres, F. (Lgg3).Historia de la Ginecobstetr¡c¡a en cotombia. Bogotá: Giro Editores. ucrós, c. (2000). ,,La Endocrinología en colombia,,. En:E' Hernández (coord'), H¡sto"7a de la endocrinotogía en cotomb¡a. eogota: Meilen pharma, pp. bS-207.l-8 Algunos trabajos detallados a este respecto son: Jordanova, t-. 1l9oo¡. Nature d¡sptayed. Gender, scrence and Med¡c¡ne,7760-7820' Londres: Longman. Laqueur, T. (19s7). orgasm: Generation and the politics of Reproductive Biology. Enc' Gallagher' y T' Laqueur (Eds.), rhe MakinÉ of Modern Body: sexuat¡ty and soc¡ety ¡n the Nineteenth century. Londres;University of California press, pp. 1_41-. Schiebinger, L. (1987).-)aa-) L/.

ATRIBUToS DE CIUDADANIA Y GoBIERNo DEL HocAR: EL uso pollTtco DE LAs IMAGENES MÉDIcAs DEL cuERpo DE LA MUJER

Una de las consecuencias de los avancesde la biomedicina fue que a lo largo del sigloxvrrr perdieron vigencia algunos principios de lapreceptiva aristotélica y galénica, entre ellas,la idea de un modelo único del cuerpo humanorespecto al cual hombres y mujeres encarna-ban, respectivamente, la perfección y la imper-fección. La redefinición de la división social dettrabajo fruto de la llustrac¡ón, que debÍa haberincorporado a las mujeres a la producción delconocimiento cientÍf ico, entre otras activida-des, fue coartada. En esta empresa desem-peñaron un papel destacado los anatomistas,quienes tuvieron dificultades para derivar desus hallazgos anatómicos argumentos sólidosque permitieran excluir a las mujeres de unapart¡cipac¡ón igualitaria en el nuevo orden so-cial.ls Si bien sus descubrimientos no mostra-ban diferencias sustanciales en la anatomía, elesqueleto, los órganos o su funcionamiento, apartir de las cuales justificar el modelo de laimperfección del cuerpo femenino, médicos yfilósofos siguieron empleando los argumentoshipocráticos y galénicos para ordenar los nue-vos datos aportados por la anatomía y la fisiolo-gía. Pese a los avances, una vez superados losprocesos revolucionarios, los médicos-filósofoscontinuaron considerando que sus conocimien-

tos explicaban las diferencias entre los sexos yestimulando usos políticos para restituir posi-ciones sociales y asignar tareas diferentes parahombres y mujeres.

La evolución de la anatomÍa y la fisiologíafor-taleció la tendencia a emplearlas para explicardivergencias entre los sexos. Este es el caso delestudio del esqueleto femenino durante el sigloxvlt en lnglaterra, Francia y Alemania. Conside-rado el sustrato más sólido del ser humano, eratambién la prueba más fehaciente de las dife-rencias humanas.20 Las características que sevieron en el esqueleto femenino trastornaron lacomprensión de las diferencias sexuales vigen-tes hasta el momento, que explicaba la posiciónexterna de los órganos sexuales masculinos porla mayor cantidad de calor del cuerpo del hom-bre. El calor explicaba también la constituciónviril, fuerte y sólida, de la cual se colegÍa la ca-pacidad masculina de razonamiento y control. El

cuerpo más frio de la mujer abrigaba los órga-nos reproductivos en su interior, donde apare-cían como el envés de los masculinos. Pero esterasgo no la situaba hasta entonces como un serdiferente, sino imperfecto y, por tanto, inferior.La diferencia de temperatura explicaba tambiénel cuerpo blando y húmedo, su falta de control ysu temperamento pasional.2l

19 Schiebinger, L. (1"987).20 Schiebinger, L. (1987), p. 53.21 Laqueur, T. (1990). Making Sex; Eody and Gender from the Greeks to Freud. Cambridge: Harvard Un¡versity press,

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ANAToMIA Y ARTE:

n y'tolivn 4e/ otlu ¿ma/ thn¿z¡ tlr :Ttvta-¡¿tv ..ltÍ¡¡¿tt¡¡¡nl¿)

Las ¡lustraciones del esqueleto femenino rea-lizadas por Marie-Geneviéve-Charlotte Thirouxd'Arconville, Samuel Thomas von Soemerring y JohnBarclay, en 1759, L796 y 1829, respectivamente,sugieren que en casi un siglo no se había logradoacordar qué diferencias en la estructura ósea, el ta-maño del cerebro o en la forma y disposición de losórganos internos de la mujer eran significativosrespecto a la anatomía del hombre. No obstan-te, tanto los criterios estéticos como los debatesacerca de la incierta posición civil y política de lasmujeres, llevaron a estos anatomistas a ignorarque las diferencias de estatura, edad o contextu-ra entre individuos, o las raciales y étnicas entregrupos humanos, no podían atribuirse a un sexoparticular. En t847, el médico alemán E. W. Pos-ner propuso que la temprana maduración de lasmujeres causaba que su cerebro tuviera el tama-ño del infantil. Este argumento, esbozado por Bar-clay en !829, reforzó la imagen de la mujer-niña,que maduraba antes que el hombre y conservabarasgos pueriles. El tamaño de la pelvis, la capaci-dad craneana y las habilidades sensoriales parael conocimiento "demostraban" esta condicióndel cuerpo de la mujer,22 el cual quedó tipificadopor los órganos reproductivos y las diferencias enel tamaño, la densidad y el peso de estos huesos.

Se terminó por aceptar que las diferencias entrelos esqueletos eran definitivas y estas quedaronexpuestas en una biología que trazó una distan-cia insalvable entre hombres y mujeres.23 Estaconcepción condicionó las tareas de la feminidad.Obras canónicas como las de los médicos PierreRoussel (L775) y Jacob Ackermann (1788) detalta-ron las diferencias sexuales encontradas en loshuesos y las expusieron en los vasos sanguÍneos,las vellosidades, la visión, los líquidos corporales yel cerebro.

Mientras avanzaba este conocimiento, transcu-rrÍa la vida colonial americana. La actividad corpo-ral se orientaba hacia la imitación de Cristo comoguía para una vida mística reg¡da por la virtud demortificar la carne.24 La desacralización a la quecontribuyeron el conocimiento ilustrado y la inde-pendencia fue posible en la medida en que las ex-plicaciones'de la medicina cientÍfica daban cuentade la constitución moral femenina, pero, también,porque le asignaron a la mujer una responsabilidadcon la patria. lnstaurar regímenes republicanos for-taleció un gobierno a cargo del Estado que debíasustraerle a la lglesia los cuerpos de los fieles parainscribirlos en sus propios regÍmenes de gobierno.Para ello, se situó el cuerpo de la mujer en un nue-vo modelo al alcance de la ciencias y dispuesto

22 Schiebinger, L. (1987), pp. 63-66.23 Laqueur, T. (1987), p. 18.24 Borja, J. (2003). El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo). En: Torres H. Max S (ed.) Cuerpos Anómatos.

Bogotá: Editorial Universidad Nacional, pp. 65-99. Quevedo, M. (2OO7). IJn cuerpo para et espíritu: Mística en la NuevaGranada, el cuerpo, el gusto y el asco 7680-7250. Bogotá: ICANH.

Arntnuros DE ctuDADANiA y GoBIERNo DEL HocAR: EL uso polfTlco DE LAs IMricÉNEs MÉDIcAs DEL cuERpo DE LA MUJER

para el nuevo pacto político. Esto supuso un proce-

so de individualización que mitigara los efectos depensar el cuerpo como imagen de Cristo y parte de

una comunidad espiritual para acoplarlo a la lógica

del gobierno doméstico, donde principios como laenergia, la limpieza y la salud debían servir a un

orden polÍtico, económico y simbólico regido por

regulaciones de la ciencia médica.En Colombia, donde se asimilaba el conocimien-

to médico francés, los galenos y los pensadores

hicieron esta tarea. Si durante los años de las ba-

tallas de independencia se transformaron las imá-genes de la mujer para representar el cambio y lanacionalidad, estas se desvanecieron cuando los

Estados iniciaron sus pactos constitucionales.2sEntonces se inició el rápido avance de un proceso

de laicización del cuerpo de la mujer que lo alejódel modelo antropológico barroco. El fundamentoanatómico de la "naturaleza" de las mujeres no

dio lugar a una antropología femenina, sino a laginecología como cátedra independiente en los

estudios de medicina. A diferencia de los países

cuyos avances científicos influían en la formaciónde los galenos locales, en el país, la ginecología

surgió como especialización apenas en 1903, pero

en los albores del siglo xrx ya habían entrado en

uso los fundamentos para una ginecología políti-

ca y educativa. Para comienzos de ese siglo, las

múltiples diferencias anatómicas halladas durante

el siglo xvlr en el cuerpo de la mujer popularizaron

su representación como un organismo sensible y

frágil, cualitativamente diferente del masculinoy especialmente apto para la maternidad, en vir-

tud de la singularidad del útero, que permitió ideara la mujer, no inferior, sino del todo diferente al

hombre. A la vez, el efecto de la misión natural de

reproducir la "raza humana" situó a la mujer en un

nivel moral superior.En tanto los conocimientos médicos del or-

ganismo femenino encontraron una diferenciacualitativa entre sus rasgos y los del masculino,condujeron a afirmar que el origen orgánico de lasdisminuidas capacidades racionales e intelectua-les de las mujeres demostraban su subordinación.Y al tiempo que el útero elevaba a las mujeres a

la más importante de las funciones sociales -lamaternidad y educación de los niños-, los desa-rrollos acerca del organismo femenino, la gesta-

ción, el cuidado del embarazo y el parto, al igualque los relativos a la crianza y educación de

los niños, se convertÍan en áreas de especializa-ción médica

-obstetricia, g¡necología, puericul-

tura y pediatría- que incluso disertaban sobre la"innata superioridad meral" femenina, y con ellodevaluaban los principios de autonomía y los co-

nocimientos propios de las mujeres.El mismo esqueleto del que se dedujo la dife-

rencia radical pero moralmente superior de la mu-

Vogeley, N. (1996). La función de Ia mujer: México en el momento de la lndependencia. En M. Moraña, Mujery culturaen ta Cotonia h¡spanoamericana. Pittsburgh: Biblioteca de América; lnstituto lnternac¡onal de Literatura lberoamerica.na, pp.3O7-326.

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jer, mostraba que su desarrollo se detenía en unafase evolutiva anterior a la del hombre adulto paraperm¡tirle la gestación. La diferencia de tamaño ypeso del esqueleto sustituyó el argumento de ladiferencia de calor entre los sexos y favoreció launiflcac¡ón semánt¡ca de la mujer con lo infantil ylo primitivo. En el ambiente ilustrado, pareció evi-dente que la "incapacidad" de las mujeres parael pensamiento analítico y abstracto emanaba dela fragilidad de los huesos y, por extensión, detodos los nervios y órganos sujetos al esqueleto,incluyendo el cerebro.

Un segundo momento en el que los avancescientÍficos afectaron la perspectiva sobre el cuer-po de la mujer y la feminidad, fue cuando se en-sancharon los fundamentos de la medicina hastaincluir la bioquímica. Esto significó que la visiónde la materialidad se amplió a un terreno con le-yes diferentes, de las que emergía una arquitec-tura corporal inédita. De especial importancia fueel descubrimiento de las hormonas, resultado delos experimentos químicos de Claude Bernard ha-cia 1855, los cuales explicaron el funcionamientode las "secreciones internas" de las glándulas,cuyas funciones eran hasta entonces motivo deespeculación. Estos nuevos hechos abrieron elcamino para la especialidad de la endocrinolo-gía, que estudia "las acciones de los mensajerosquímicos en el organismo".26

El esclarecimiento de la actividad de las hormo-nas segregadas por las glándulas endocrinas y delos cambios orgánicos y metabólicos asociados aellas, consintió nuevas explicaciones sobre el cuer-po de la mujer y el carácter femenino. Del cuerpoanatómico y su engranaje retórico con la fisiologíadel organismo se pasó a estudiar cómo las hor-monas que secretan las glándulas coordinan, juntocon señales neuronales, el metabolismo de diver-sos órganos. La nueva especialidad le dio tambiénun nuevo campo de acción a la ginecologia quehasta entonces se limitaba a la exéresis, es de-cir, a las tareas puramente quirúrgicas, en particu-lar, a cesáreas, ovariectomías y sinfisiotomías.27Al incorporar los conocimientos endocrinológicos,emergió la ginecología funcional o endocrinologíag¡necológica. En Colombia, esta ramificación delconocimiento empezó a verse hacia 1949 en elestudio de los efectos de los estrógenos y de laprogesterona, asícomo en el de la anticoncepción.En los años sesenta se avanzó en el campo de lareproducción asistida y en la década del setentaen el tratamiento de la infertilidad.

Lo que sugiere que en este proceso ocurrióun cambio paradigmático en la concepción de lasdiferencias corporales entre los sexos es que lareferencia a las funciones bioquímicas y al metabo-lismo remite a explicaciones abstractas que se vin-culan con expresiones anímicas, sensibles y con

26 Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales. (2o01). Diccionario esencia/ de tas c¡enc¡as. Madrid: Espasa,p. 325.

27 Este procedimiento consiste en cortar el cartílago de la sÍnfisis púbica para ensanchar el canal del parto.1aa.) ¿L)

Arnr¡utos DE CIUDADANIA Y GOBIERNo DEL HocAR: EL uso polfTrco DE LAs IMÁcENES MEDICAS DEL cuERpo DE LA MUJER

una renovada definición de las limitaciones de lacondic¡ón humana. Estas elucidaciones ahondaronlas diferencias entre mujeres y hombres hasta ha-cerlas abismales, pues el motivo de la diferenciaya no eran los huesos y sus inserciones nerviosas.

La endocrinologia expone la actividad de sus_tancias "verdaderamente" distintas secretadaspor glándulas residentes en órganos del todo di_ferentes. Los estrógenos y la progesterona, la go_

nadotropina coriónica, la prolactina y la oxitocinano son simplemente sustancias menos evoluciona_das que la testosterona y las hormonas gonadotró_ficas; son sustancias incomparables que circulanen órganos propios de cada sexo y ,,hacen,' la di-ferencia. Si las sustancias mismas no están a lavista, su efecto síes visible: en el desarrollo de lascaracterísticas sexuales secundarias, en la activa-ción de la secreción láctea, en el ciclo menstrualy, lo que es más importante, se muestran en losrasgos caracterológicos de la masculinidad y la fe_minidad. Estas cualidades no necesitan atarse tanestrechamente a procesos de educación, sino quese esgrimen, desde mediados del siglo xx, comocualidades intrÍnsecas de los sexos.

La endocrinología le dio un nuevo aire a la gi_

necologia, limitada en sus primeras décadas deejercicio a asuntos clínicos y obstétricos: la aten-ción del parto fue tal vez su principal objetivo. perola ginecología endocrínológica facilitó la medica_lización de la vida de las mujeres hasta coloni-zarla más allá, incluso, del ciclo reproductivo. La

Za Hernan edicina 26.

endocrinología permitió incursionar en los cambiosanímicos, en la depresión posparto, en el deseosexual, en los cambios del climaterio. Situadas enun lugar invisible, las hormonas están fuera del al-cance de la voluntad, la educación y la moral, yhasta el presente solo reaccionan a las interven-ciones bioquímicas, lo que refuerza el cuerpo dela mujer como una entidad dominante en relacióncon la feminidad.

La interpretación sexista ha sido consustanciala la evolución de la biomedicina. En el camino queha seguido la derivación de sus especialidades hayun vÍnculo genealógico entre la pediatrÍa, la obs-tetricia y la ginecologÍa, cuyo alcance político hasido importante para concebir la feminidad moder-na. La pediatría se inició en Colombia en 196g.Al fundarse la Universidad de los Estados Unidosde Colombia se introdujo en el plan de estudios elcurso de Obstetricia y patología especra/ de las mu_jeres y /os niños (Universidad Nacional de Colom-bia, 1868). Estas dos áreas permanecieron unidashasta 1891 cuando se inició la cátedra infantil, yaa cargo de un especialista, el profesorJosé lgnacioBarberi. A esto le siguió la creación del Hospitalde la Misericordia para la atención pediátrica.28 Unrasgo destacado de las primeras décadas de laevolución de las especialidades es su concentra-ción en las enfermedades. Desde luego, hay unarelación entre la gestac¡ón, el parto y los primeroscuidados al recién nacido, pues se atiende el ca-rácler frágil e inacabado del recién nacido. pese a

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An¡rovh y enrr:a y'rf i'vlt /cl aty'tt. o¿ari¡aia d¿ ,tfv¿c¿¡t:o -. {t¿a¡n¿a¿a¡t:/¿t:

este vínculo v¡tal' no es tan claro que los conoci- universar n¡ estático. Ni todas ras mujeres puedenmientos de los tres asuntos hagan parte de la mís- .on.,o"r"r"".burguesas a partir del periodo de lama especialidad' al punto de intervenir, además ,ustración, ni en ros parses Jonoe estos moderosdel parto y el puerperio' toda la vida á" tu rr;", v rran siJo más fuertes todas ro han sído de ra mis_la del niño' como vino a suceder

"';; del síglo. r. r"n"ru, como tampoco es este er único princi-El hecho de que se hayan ".tru.t'ruoo a",, obedJce ot" f";;;roricar ra suuoro¡nacion de ras mujeres a

a que ra intervención médíca der cuerpo de ra mu_ ;" ,;n" ; estos dos sigros y med¡o.jer se hizo en gran medida en torno oe'ia ¡oea oe la lu Lr¡n¡ouo de ra mujer burguesa actúa comomaternidad como función primordial del cuerpo de una idealización y una t"noencia. En esta medida,la mujer y como destino remenino' ta ginecotogra ras tradiciones curturares, ros marcos económicoscomo antropologÍa especial de la muieiasimiló la v r* iorr". de organización social inciden en ravida de la mujer a los ciclos ¿u lu t"p'ooucción y *prá""ntación y ra encarnación de ra feminidad.la medicalizó' especialmente porque iá-i¡grr" o"i .""

""iril"s feministas, ni"üri"os y sociorógicosmédico y de su atención le oieron a lás fenóme- rr"rurn irportantes r.ri..,"rl, en distintos paí-nos asociados a la reproducción el carácter de en- a"" u ror"ntos. Eto no obsta para afirmar quefermedad y agudizaron la percepción individuar v er oesarioi,o ou, mundo moderno capitarista, es_social de fragilidad del cuerpo oe la mujer y de la peciarmente a partir der sigro xv* y en ra Américasubjetividad femenina'

hispana, a parrir der s¡gro xrx, estuvo vincurado aLas tareas femeninau 'na

división social que se fundamentaba, entre

hX J;I l'J l,',ffi ;; i::U' :: "o'" :;, c a ra c -':'ff ;'"i' ::Í ?"ffi: ?:'". : ""*.*: rul*;f : ¡

muestra como er ,".go u""n.iarde ra o",,.oxffi ::li:,;ffi"Íff ::l;11;?ni:::,J.rlH#:*tjer miembro de un Estado nacional tt*t"¿o o "n nuor, ,. ".:nomÍa doméstica y, simbóricamente,formación) donde el pacto constitucionat vilente ta ha estado vincurada a ra constitución de las nacio-ha situado en posición oe sunoronlc]on''porrt¡.u nes y su riqueza.y civil y la ha destin"dg tl gob¡erno J"i-'''og",. oo,. para consoridar ros varores de ra feminidad en

tener un "cuerpo de mujer"' Esta definición se apti- corombia fueron decisivos ros díscursos de ra fi-ca a un periodo que abarca desde mediados der .to,ogá;oiaryra educac¡ónrrsca.reSu principarsiglo xvrlt hasta la actualidad' o""ou r'"g1, no ", enrace se produce porque ros principios morales

328

*i""!,]Í3;1,-,,,::";;:"ü:"deniñosymujeres.EnM.HeringTorres,Cuer-

que articula la fisiología moral propuesta por mé-dicos, moralistas y pensadores para la educaciónde las mujeres, se llevaron a la práctica a travésde diversos recursos. Estos quedaron comprendi_dos en el concepto educación de ta mujer, que de_signa el proceso, los mecanismos y la materia delo que debe aprender quien encarnará a una mujerburguesa capacitada para el gobierno del hogar. Laeducación de la mujer para el gobierno domésticoes una forma de conocimiento que se gesta en elsiglo xvrrr,3o pero no se limita a la educación escolarimpartida paulatinamente en un número crecientede establecimientos y a un mayor número de niñasy jóvenes a lo largo del periodo considerado.3l Laeducación de la mujer engloba diversos asuntos to_cantes al cuerpo de la mujer, a su carácter y a sufunción social, y abarca un proceso de formaciónque se generaliza e implica a diversos agentes. Noen todos los lugares ni para todos los grupos tie_ne los mismos alcances, puesto que los recursosdisponibles para este proyecto fueron dispares yno se emplearon entre todos los sectores con lamisma intensidad.

Por otra parte, la educación de ta mujer denotados de los principales sentidos de la noción dedisciplina. En primer lugar, esta disciplina consis_te en la sujeción de la mujer a ciertas reglas decomportamiento propias de las mujeres burguesasdentro de un régimen de subordinación legalmente

ArnI¡uros DE CTUDADANÍA Y GoBIERNO DEL HoGAR: EL uso poLÍTIco DE LAs IMÁcENES MÉDIcAs DEL cuERpo DE LA MUJER

constituido, el cual, en el caso particular de lasmujeres, está respaldado por un aparato social ymoral con capacidad de sanción civil, económicay simbólica. La inhabilidad potítica se da por des_contada. En segundo lugar, eltérmino disciplina seaplica a la educación de la mujer porque abarca elconjunto de reglas explícitas o implícitas de unadoctrina que incluye una instrucción moral y el do_minio de un arte o una técnica. En el caso de laeducación de la mujer, los elementos técnicos deloficio hacen parte de la economÍa doméstica.

En cuanto saber sobre la conducta, la fisiologíamoral puntualizó los preceptos para la educaciónde la mujer. Para ello no se nutrió solamente delas nociones médicas; más bien las entretejió conlos dictámenes de la moralidad católica y derivóuna serie de repercusiones vinculadas a las carac_terÍsticas "naturales" del cuerpo de la mujer, sucuidado y las limitaciones que este impone. La demayor trascendencia es la restricción de la acti_vidad de la mujer al espacío doméstico por su in_capacidad para razonar confiablemente y por sufragilidad fisiológica. puesto que la mujer es débily su organismo irritable y sensible, a su casa no leconviene el mundo externo. El aire, la temperaturay el cansancio que puede causarle el movimiento,contrarían la naturaleza de la mujer y se le des_aconsejan. Los juegos manuales de las niñas y susocupaciones lúdicas en los oficios del hogar inician

gO V burguesa.Madrid: La piqueta.31 Herrera, M' c' (1995)' Las mujeres en la historia de Ia educación. En M. Velásquez (Dir.), Las mujeres en ta histottade colombia: muieres y cultura (vol. rrr). Bogotá: consejería Presidencial para la política sociat; Ed¡torial Norma,pp. 330-354.

l.)tl

ANAToMiA Y ARTE:

ry'nlárnt tálot/t.t at¿¿¿it¡¿¿iv rtr. ,Vn rr,ttu - L¡nr¡u¡¡¡rr/,.

la educación de la mujer y la habitúan a desempe_ñarse en el ámbito doméstico. Recae una fuertesanción moral sobre los comportam¡entos que seaparten de esta norma, de manera que la femini_dad infantil brota y se fortalece en el hogar.

Otros recursos que han sido importantes enla educación de la mujer tienen que ver con susmodales, el arreglo personal, el vestido y la com_pos¡ción de la belleza.32 La identidad de la mujerburguesa ha estado Íntimamente atada a formaspart¡culares de cuidado de la imagen corporal, dela figura, del vestido, del movimiento y la gesticula_ción, que traducen y estimulan el capricho y la',fra-gilidad" del carácter femenino. El perfil del cuerpode la mujer aparece en el siglo xtx como una figuraque acentúa hasta el abuso el dimorfismo sexual.Lo que el corsé y el miriñaque hicieron por mostrarpúblicamente la estructu ra forjada por el esqueletode la mujer, pasó hacia los años veinte del sigloxx a connotarse con recursos facilitados por losavances médicos: la tersura de la piel, un cuerpoperfilado por el ejercicio y expuesto por atuendosque muestran la carne y la nueva figura femenina,El traje del hombre burgués muestra, ya a media_dos del xrx, la forma abstracta que lo caraclerizahasta el presente y tras la cual el cuerpo no se re-vela. Este atuendo oculta todo lo que en su interiorestá normalizado y no es necesario mostrar. Losvestidos femeninos, por su parte, no han cesado

de exhibir lo que el cuerpo de las mujeres insisteen demostrar desde el siglo xtx: su diferencia na_tural y esencial. La teatralización de la anatomíade la mujer ha contado con valores del arreglo tanvariados como la delicadeza, la gracia, la delgadez,la coquetería, la belleza, la erotización, la juvenili-zación e, incluso, la masculinización. Todos estosrecursos específicos de lo femenino han engra_nado con modelos médicos que refuerzan rasgosparticulares del cuerpo de la mujer como potenciasgeneratrices de feminidad.

Con todo, la educación de la mujer no se com_pone solamente de recursos para el arreglo per_sonal que amplifiquen conocimientos médicos. Enrealidad, la injerencia médica en la disciplina hasido más honda. lndicaré tres temas de la educa_ción de la mujer mencionadas antes: la economíadoméstica, la educación de los hijos y el matrimo_n¡o, tareas femeninas por antonomasia, es decir,productoras de feminidad.

La experiencia que tenía la Nueva Granadaen el campo de la educación de las mujeres fue_ra del hogar era reducida. A finales del siglo xvrrrse habÍan hecho los primeros intentos de fundarplanteles para este propósito. En Bogotá, el orfeli_nato-escuela de Don pedro de Ugarte y Doña Jose_fa Franqui y el Colegio de la Enseñanza fueron dosde ellos. Ambos hicieron parte de un primer esfuer_zo por solucionar un problema social del momento:

32BrownmilleichuSter.Brumberg,J.J'(1998).TheBodyProject:anlntimateHistory of American G¡rls' New York: vintage. Gilman, s. L. (1999). Mak¡ng the Body Beautifuli A cutturat H¡story ofAestheticsurg'ery'Princeton: PrincetonuniversityPress.Fraisse,G.,&perrot,M.(1gg2). Histor¡adetasmujeres(Vols.vril.El siglo xrx. Cuerpo, trabajo y modernidad). Madrid: Taurus.330

Atnr¡utos DE CIUDADANIA Y GoBIERNo DEL HocAR: EL uso poliTrco DE L{s TMAGENEs MÉDrcAs DEL curRpo DE rr{ MUJER

el número bajo de matrimonios y una excesiva can_tidad de mujeres deambulando por las calles, huér_fanas, viudas y mal casadas. La falta de dotes yde preparación para el matrimonio como empresaeconómica eran algunos de los impedimentos paraaumentarlos.33 Tanto en el caso de las clases altascomo en el de las niñas huérfanas, pobres y aban_donadas, la educación era similar. A una fuerteeducación católica y varias horas diarias de tareasespirituales, se sumaba algo de lectura, escritu_ra y aritmética y labores, especialmente costuray bordado. Las más pobres debían formarse paraservir en casas de terceros; las más adineradasconducirÍan su propio hogar.

Después de la lndependencia, en Lg32, el Co_legio de la Merced fue el primero fundado parainstruir a las niñas. Rufino Cuervo promovió el pro_yecto y escribió en 1833 para las alumnas de estecolegio sus Breyes nociones de urbanidad. Cuervoexpresó que la educación de las niñas débía hacer_se teniendo en cuenta

... el destina, /os deberes y las ocupaciones a queIas llama la posición de sus familias [...] debe distri,buirse en tres c/ases, a fin de que sea positiva, útily pravechosa, renunciándose en este punto a todaidea de ¡gualdad democrática, que si, en abstracto,es laudable, carece de objeto práctico, y no consultani /os rnfereses de la sociedad, ni los de la família.3

Las tres clases de educación que consideróoportunas fueron: la enseñanza general destina_da a las niñas que asistÍan a escuelas públicasy privadas donde los habitantes se consagrabanexclusivamente al cultivo de la tierra; la enseñanzaespecial que se impartiría en cabeceras de cantóny la enseñanza superior, en colegios provinciales.La base de las tres clases era la enseñanza gene_ral que incluía lectura, escritura, doctrina cristiana,historia sagrada, aritmética, costura, bordado sen_cillo, economía doméstica y ejercicios g¡mnást¡cos.A esto se sumaba, en la enseñanza especial, elestudio de gramática, dibujo, proporciones y frac-ciones decimales, urbanidad e historia y geografíade la Nueva Granada. La superior adicionaría geo_metría, geografía, inglés y francés, música instru_mental y vocal e historia antigua.

Las novedades respecto al modelo de instruc_ción colonial las introdujeron la economía domésti_ca y los ejercícios gimnásticos que ahora se debíanimpartir en todos los planteles. La educación físicarespondía a la necesidad contemporánea de ejerci_tar el cuerpo según los principios vigentes acercade su fisiología, pero también de hacerlo atendien-do a las características de debilidad, irritabilidad yfineza del cuerpo de la mujer. Las nuevas materiasno buscaban conducir a la mujer a la universidadsino prepararla para el gobierno del hogar, consi_derando las diferencias de hogares que había en

33Vahos,t'a.Bogotá:ComunicacióncreatiVa.34 cuervo' R' (1836)' Breves noc¡ones de urban¡dad, estractadas de varios autores,y dlspuestas en forma de catec/smopara la enseñanza de las señor¡tas det cotej¡o de ta Merced de Bogotá. Bogotá: N. Lora, p. 4.

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ANerovÍe y enrn:afrrfir;wlo á/ rdo,t t¿arttitn.¿ r/¿ .,Vr¡¡¡¡tt¡t: .. {¡¡tonz¡mlcÁt:

la RepÚblica o que se esperaba tener' Tampoco se muier como ama de casa, madre y esposa bajo lapretendÍa ampriar er desempeño de ra mujer y edu- figura de ra mujer burguesa.carla para la vida profesional o pública; la ¡nstruc- Del rratado sobre economía domést¡ca de Jose-ción escolar se orientaba específicamente a dotar fa Acevedo de Gómez, el más popular de los textosa la mujer con destrezas que le permitieran desem- colombianos de economía domést¡ca del siglo xrx,peñarse como ama de casa, madre y esposa. se entiende que las labores de la mujer exigíanLa economÍa doméstica fue el denominador cualidades como el orden, el método, el buen usocomún de la educación de la mujer. Pese incluso del tiempo y de los recursos. La economía del tiem-a la definición de la maternidad como destino del po llevó a ra vida de las mujeres el ejercicio físicocuerpo de la mujer, la realización de la feminidad diario y tareas provechosas como la conversación,solo es posible en un hogar debidamente goberna- . la lectlra de libros recomendables, la música, eldo' Aún si la mujer no realiza la maternidad, esta- baile y er canto, siempre que no acapararan surá siempre a cargo de la conducción doméstica. atención. Lo mismo se aplicó a las prácticas reli-Esta imprescindible tarea obedece a una necesi- giosas que debían ser diarias pero no materia dedad económica' Desde el punto de v¡sta liberal, el abuso. En suma, el texto de Josefa de Acevedo seprogreso económico parte de un comportamiento ocupa de los tres asuntos neurálgicos para el go-indívidual apropiado: la racionalización del gasto y bierno doméstico: economÍa del tiempo, economiael aprovechamiento de los recursos de la hacienda del dinero y economía de joyas, vest¡dos, mueblesson la base de la acumulación capitalista. De igual y provisiones. Este último resume el cuidado deforma' se espera que la mujer hacendosa sea el todos los bienes materiales a cargo del ama demotor del enriquecimiento doméstico, tanto más si casa, la administración de las compras y la con-se recuerda la situación ya mencionada que vivían, ducción general del hogar.

hacia finales del siglo xvttt, las mujeres sin dote, las Las habilidades que debía desplegar la mujerviudas y' en general, quienes carecían de las des- para cumplir estos tres propósitos muestran la di-trezas para formar una familia burguesa por medio sonancia ya mencionada acerca de lo que sugeríadel matrimonio' Esto, sumado al hecho de que el la fisiología moral femeninr. purá efectos del go-matrimonio católico se veía amenazado por el con- biérno domést¡co, la mujer contaba con cualidadescubinato y las uniones ilegales,35 explica el esfuer- de las que carecía por su constitución anatómica.zo emprendido para regular la representación de la Al compensar la debilidad, la sensibilidad y la irrita_

.).) 1.

35Rodríguez,p'QgelséMtNuevoReinodeGranada.Bogotá:Ar¡el.Urrego,M.(1997)Sexuat¡dad, matr¡monio y familia en Bogotá, 7g8}_lgg}. Bogotá: Ar¡el; Universidad Central.

Atnrsutos DE cIuDADANiA Y GoBTERNo DEL HocAR: EL uso polÍTlco DE LAs rMÁcgNEs MÉDICAs DEL cuERpo DE LA MUJER

bilidad con el recogimiento en la casa, el método yla obediencia al hombre, brotaban, no del cuerpo,pero síde la subjetividad femenina, las cualidadespara conducir el hogar como empresa económicay moral.

Mientras que la economía doméstica se difun-dió mediante escritos y traducciones de diversosautores y pensadores entre los que se contabanmuchas mujeres, la maternidad fue un aconteci-miento de la vida que interesó tempranamente alos médicos. El parto fue el evento que facilitó elasedio a la subjetividad femenina. A lo largo delsiglo xrx se ve que la participación del médico, aúnsin especializar, se orientó especÍficamente a lospartos "laboriosos", aunque la obstetricia ya com-prendÍa

... desde /os primeros fenómenos de /a gesfaciónhasta la terminación de ta lactancia; y abraza porconsrgu¡enfe todos /os acc¡dentes relativas a la pri-mera, todas ios cuidados del parto, así corno todaslas afecciones y desórdenes gue sobreyíenen des-pués de él; siendo su complemento prec¡so cuidar deto que ex¡ge el niña desde que nace hasta el destete,.pues no basia atender a su vida y salud actaa! s¡noque además debe prevenir /os ylcios y enfermedadesque más tarde puedan desarrollarse.3a

Si bien se apuntó a controlar todo lo que com-petía el crecimiento del niño -cosa que involu-cró la vida de la madre-, se mostró el interésclínico en mejorar la instrucción de las parterasque atendían los alumbramientos. En 1870, Ra-fael Rocha Castilla recomendaba que se abrieraun "curso especial de obstetricia para las muje-res que quieren matricularse"; en 1_881 la Socie-dad Filantrópica de Bogotá encargó la Guía de /asparturientas y parteras, y pocos años despuésel profesor Leoncio Barreto escribió el Compen-dio de obstetr¡c¡a para las comadronas.3T Todavíaen 1903, el mismo año en el que se propuso elprograma de estudios de clínica de ginecologÍa,Nicolás Osorio, rector de la Facultad de Medicina,solicitó que se reglamentara el ingreso de las se-ñoras que desearan hacer estudios de obstetriciaen el hospital. A lo largo de las primeras décadasdel siglo xx decayó el interés en la formación delas parteras y el alumbramiento, como "acto qui-rúrgico", quedó en manos de los obstetras.38

En Colombia, fue a la postre el desarrollo de laobstetr¡cia y de la atención al recién nacido lo quele dio sustento a la ginecología. Este avance tam-bién desvirtuó la participación de la comadrona yde los saberes de las mujeres sobre la fecundidad,

eocsedeobstetricia.EnRestrepozea,E.(2oo4).LalJniversidadNac¡onal en el siglo xtx: documentos para su historia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia-CES, p. a24.

37 Sánchez Torres, F. (1970b). Enseñanza de la ginecobstetricia en la etapa preinternado. Rey¡sta cotombiana de obste-tr¡cia y Ginecología 27, 4.

38 Restrepo, L. J. (2006). Méd¡cos y comadronas o el arte de /os partos.' ta ginecología y ta obstetr¡c¡a en Antioqu¡a, 1,g7O.1930. Medellín: La Carreta.

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ANAToMiA Y ARTE:

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el embarazo y el cuidado de los niños, hasta con_vert¡r todos los asuntos relacionados con la ges-tación y la vida del cuerpo de la mujer en eventosginecológicos: pubertad, fertilidad, sexualidad, re_producc¡ón, menopausia.

La atención obstétrica ha sido determinantepara reduc¡r las muertes materno-infantiles, lascomplicaciones del parto y las infecciones, asícomo lo ha sido en el control del dolor. La obs_tetricia tomó el control del dolor, inicialmente conla aplicación de anestésicos y, a partir de losaños cincuenta del siglo xx, con el desarrollo delos métodos psicoprofilácticos. En 1957 la Revis_ta Colombiana de Obstetricia y Ginecotogía incluyópor primera vez los siguientes temas: ,,Método psi_co-profiláctico de los dolores del parto. primerosresultados obtenidos por trabajo en equipo en Co_lombia"; la primera comunicación del Hospital deSan José sobre este mismo método y otro artículotitulado "La maternidad sin dolor,'. Esta civilizacióndel parto, que trajo un alivio a las mujeres, acarreótambién que la administración de anestésicos lediera al obstetra todo el control del parto y, a la vez,"feminizó" una experiencia de la mujer porque laaplicación de anestésicos redujo los elementos deanimalidad y exceso, propios del parto. El controlmédico sobre el dolor modificó sustancialmente lasubjetividad femenina respecto a la experiencia dela maternidad.3e

La gestación, el parto, el dolor, la atención alrecién nacido y la crianza de los niños pasaron a

ser guiados y atendidos por las disciplinas médi.cas que conducen la feminidad. En esta marcha,el cuerpo de la mujer se definió como una entidadque las mujeres mismas no podÍan conocer. Así lodeclaró tempranamente la medicina al dictaminarque las mujeres debían "aprender,, a ser madres ydebían ser los médicos quienes les enseñaran latarea. Los asuntos estrictamente médicos, tantocomo los morales y sociales, se convirtieron enmateria de consulta y guía especializada. La igno_rancia femenina respecto al cuerpo de la mujer yde sus procesos vitales, pasó a ser un factor cons_t¡tutivo de la feminidad.

AsÍcomo hay una sumisión a la racionalidad delesposo que guÍa el hogar, como madre, la mujerquedó subordinada a las indicaciones médicas. Lacrianza y la moralización de los hijos tuvieron dostutores: el médico y el esposo. La maternidad, lamayor expresión de feminidad, devino la puesta enpráctica de obediencia, entrega y sacrificio. Espe_cialmente a lo largo de la maternidad, la madrehacía evidente que su destino era dedicarse parahacer posible la educación de los hijos en el hogary reproducir el orden social. Bajo el auspicio gine_cológ¡co y pediátrico se elevó una vez más por enci_ma de sus limitaciones para dar forma a la familia.

F¡nalmente, la esposa debía ser la madre y elama de casa. La mujer burguesa cumplía las tresfunciones como misión acabada de su feminidad.En su calidad de esposa era garante de la regula_ción de la herencia y de la normalización sexual.

33439 Restrepo, L. J., 2006.

Arrunuros DE CIUDADANIA Y GoBIEBNO DEL HocAR: EL uso pol.iTrco DE LAs TMAGENES MEDICAS DEL cu.Rpo DE rA MUJER

Concebida durante el siglo xlx a imagen de la Vir_gen María, especialmente tras la proclamación deldogma de la lnmaculada Concepción en Lg54, laesposa fue motivo de innumerables textos quese esforzaron por conciliar la representación y lastareas de Ia Mujer formada en Ia escuela de Maríaaocon las cualidades de la mujer burguesa que eraagente de civilización en el matrimonio.al A estosdos propósitos se sumaron los argumentos sobreel carácter femenino como objeto principal de laeducación de la mujer para el matrimonio.a2

En la esposa, que lo era ante todo como debercristiano, debían sobresalir los propósitos de per_fección espiritual y, en primera línea, los deberesante Dios. La esposa cristiana ,,desde los prime_ros días de su casamiento [...] debe esmerarse enestudiar y comprender bien su posición en todassus partes; debe esforzarse en armonizar sus exi_gencias con las exigencias de la fé,,.a3 Lo que sele recomendaba a la mujer para ser dichosa en elmatrimonio era ¡nteligencia y piedad. Lo primero leservirÍa para comprender que su riqueza estaba ensu afecto al marido y encontrar cómo conservarlo;lo segundo le darÍa la energía para cumplir los tresgrandes deberes de la esposa: obediencia, pacien_cia y complacencia. El ramillete espiritual que pro-

puso el Abate Larfeuil es la representación de unhuerto cerrado donde tres aromas florecen: lavioleta de la humildad, el lirio de la virginidad y larosa de la caridad.44

En las consideraciones para la mujer burgue-sa, en cambio, fue importante que la esposa seentendiera como responsable del éxito de la vidadel hombre, pues las funciones civilizadoras delmatrimonio estaban relacionadas con el hecho deque el hombre no llevara una vida moral sin una es_posa que regulara el mutuo deseo sexual y el tem_peramento del hombre. El hombre, por naturalezainconstante, no era un ser confiable para alcanzarlos intereses de la Nueva Granada: orden, tranqui_Iídad, trabajo, formación de buenos ciudadanos.abLa compañera del hombre

...llenará, pues su misión, si a una piedad sincera,a una res¡Flnación y dulzura a tada prueba, reúnelas y¡rtudes dornésticas tan necesarias para lapaz y el bienestar de la fam¡tia. Ella madificará laspasiones e insfinfos de su cornpa ñera, lo atentarápara el trabajo, dulcificará su carácter, consolarásus amarguras, embe//ecerá su marada, prepara-rá su alímento y su techo de reposo, /e asjstirá ensus dolencias, y fínalmente cerrará sus ojos en /a

+O aría. parís:Roger, A. y Chernovitz, F.41 De Mora' J' J' Qe2q' cartas sobre ta educación del belto sexo por una señora amer¡cana. Londres: R. Ackermann.42 Catalina, (1853).43 Larfeuit, A., l_883, p. 4.44 Larfeuil, A., 1883, p. 9.45 opúsculo en defensa det matr¡mon¡o indisolubte. Homenaie de respeto á tas vírjenes, de justícia á /as seño,,as casadasde La Nueva cranada. (L}S ). Bogotá: lmprenta de Nicolás Gómez, p. L2.

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Ar¡touÍ¡ y ¿nrr:/t,/r.t+¿r/1),;/t:l¿¡l¡¡.r:¡tt;,;nttt,l,.'tt¡tr,,,ri¡,llt,,tu¡t,tr¡.1,

hora suprema y llarará después sobre su tumba.El hambre que na tiene una madre, una esposao una hija que haga can él tales oficios es b¡endesgraciado"aa

Esta misión educativa estuvo atada a la civili-zación de las nac¡ones hispanoamericanas. En eltexto que se le atribuye a José Joaquín de Mora(1783-1864), él se presenta como una señor¡taamericana que en sus cartas le comunica a suhermana las observac¡ones que hizo en Europasobre la educación del bello sexo, y afirma lanecesidad de instaurar un orden análogo en lospueblos de América. Es la actividad moral de laesposa la que conseguiría la civilización de lasnaciones. Sin la educación de las mujeres no se-ría posible cimentar la independencia ni dar a lospueblos las costumbres sobre las que aquella de-bía fundarse.4T Aunque no todos los autores en-contraban las misr-nas debilidades en Ia fisiologÍamoral femenina, sí coincidieron en que el matri-mon¡o era fuente de felicidad y prosperidad si laesposa se sobreponía a los desequilibrios queaquella le ocasionaba y a través de su actividadsubjetiva explayaba las virtudes para la civiliza-ción. El ensayo que escribió Josefa Acevedo deGómez en 1845 para los ciudadanos de la NuevaGranada es especialmente elocuente. La primeraparte del ensayo se dedica a los hombres y a

ellos les exige respetar la inocencia y pudor de laesposa, ser tolerantes con su ligereza irreflexiva,ejercer autoridad frente a la incompetencia deljuicio moral de la naturalvivacidad del sexo feme-nino, dar buen ejemplo a la esposa y a la familia,ejercer la liberalidad con la esposa que ama losadornos, las galas y las frivolidades, ser amablesy tener confianza en ellas.

A las esposas, en cambio, les recomienda fi-delidad y confianza ilimitada en los maridos, puessolo ellos son jueces competentes de lo que lesconviene. La dulzura es la cualidad que hace irre-sistible a la esposa y su condescendencia aliviarálas amarguras de los miembros de familia. para

que una esposa se haga amar, debe ser indulgen-te y generosa; obedecer las órdenes de su espo-so y, nunca, usurpar su autoridad. La paciencia, elatributo especial de la mujer y la única arma quepuede usar siempre sin peligro, inspira a la espo-sa para sufrir con dignidad las penas que cercansu sexo. Finalmente, la economía y el orden, a losque la autora dedicaría su tratado cuatro años mástarde, además del aseo, son los principales com-ponentes de la feminidad de la esposa. "NuestraRepública necesita ciudadanos virtuosos, y estosdeberán ser formados por madres laboriosas, pru-dentes y honradas. Las rentas del Estado han deestar manejadas con orden y economía; y estasvirtudes se aprenden desde la infancia, con los

46 Pascual de San Juan, P. (L864/j.873). Guía de la mujer o lecciones de economía domést¡ca para las madres defamilia. Barcelona: Juan Bastinos e Hijo, p. 17.

47 De Mora, J. J' (1823). Cartas sobre ta educación det betlo sexo por una señora amer¡cana. Londres: R. Ackermann,p. vi.

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ATRIBUToS DE CIUDADANÍA Y GoBIERNo DEL HoGAR: EL uso poliTrco DE LAs TMAGENEs MÉDrcAs DEL cuERpo.DE LA MUJER

consejos y ejemplos de una buena madre", conclu_ye la autora.48

En consonancia resuena el alcance nacional delgobierno doméstico: es necesario que las mujereslleven a cabo

la revolución que han experimentado esos países,introdueiendo en el orden moral una completa inno-vación análoga a Ia que ha sufrido el orden potítico.No de otro moda podrán cimentarse las virtudes pú-blicas, cuyas raíces deben fecundarse en el senode las domésticas, y no de otro modo podrán lospueblos de América recarrer dignamente Ia inmensacarrera de prosperidad que les ha abierto la manode la Providencia.ae

La educación de ta mujer se convirtió a lo largodel siglo xtx en una disciplina que transitó de los de-beres y actividades espirituales a los componentesprácticos que la caracterizaron en el siglo xx.so Lascapacidades y limitaciones femeninas que se ,,vie_

ron" en el esqueleto y en la anatomia, y se traduje_ron en la fisiología moral, fueron ampliadas por losdescubrimientos bioquímicos sobre las hormonas yla reproducción. Entre una y otra visión anatómica,la obstetricia, la ginecología y la endocrinologÍa unie_

ron sus argumentos para facilitar un conocimientodel cuerpo de la mujer, del cual surgieron nocionespara gu¡ar la formación de una subjetividad femeninavinculada a ese cuerpo: Estas visiones han estadoligadas.a proyectos políticos que han empleado losrecursos del conocimiento científico para moralizar elcuerpo de la mujer y modelarlo a la medida del mas_culino, en un orden sexual todavía reacio a reconoceren las mujeres condiciones legítimas para ejercerplenamente los derechos de la ciudadanÍa.

Las imágenes médicas del cuerpo de la mujerhan servido para retratar abstracciones sobre vi_cios y virtudes, para encarnar caracteres mit¡cos ymetafóricos, para proyectar valores compartidos ypropósitos colectivos, y también para personificarvalores y exponerlos en los espacios públicos.51Esta investigación se ha concentrado en estudiarel uso de las imágenes médicas que ha alimen_tado la construcción de la feminidad de la mujerburguesa. Esta labor que han emprendido muchasmujeres en los dos últimos s¡glos es una tarea cuyofundamento se encuentra en la visualización y en laexperimentación de lo que las ciencias médicas dela mujer han contribuido a comprender como anato_mía de lo femenino.

¿snresde/oscasados,esc,,ltosparalosc¡udadanosdeLaNuevaGranada. Bogotá: J. Ayarza, p. g7.

49 De Mora, J. J. (1823), p. 12.50 Cadena, A' M' (2004). Proyectos soc¡opotítícos, pobtacíones y famitias: de tas potíticas de higiene al controt a través delafecto' colombia 790o-7999. Bogotá: uniandes-ceso. Peña, J. (2006). Las amas de casa y Ia economía doméstica encolomb¡a' s¡Ellos xtxy xx. Trabajo de grado. Maestría en Antropologfa, universidad de los Andes. Bogotá.51 Jordanova' L' (1989)' sexua/ visions.' tmages of gender in scíence and med¡cine between the eighteenth and twent¡eth centu-ries. Madison: University of Wisconsin press.

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