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DOLORES VILAVEDRA La importación de narrativa en Galicia, a la búsqueda de orientación Universidad de Santiago de Compostela 1. Apostando por los clásicos En la década de los 80, la traducción de narrativa aparece en Galicia absolutamente monopolizada por las obras que podemos considerar como indiscutiblemente clásicas y que, además, resultaban apropiadas como lectura juvenil. De esta forma se buscaba una doble funcionalidad: proporcionarle al idioma gallego (y, por extensión, a su literatura) la legitimidad derivada de su capacidad para versionar textos complejos, de culturas y épocas diversas, y de calidad indiscutible; al mismo tiempo, se conseguía surtir a los nuevos públicos de un arsenal de lecturas de referencia. Conviene recordar aquí que la Lei de Normalización Lingüística de Galicia se aprobó en 1983, y que de ella se derivaba la presencia del idioma gallego en la enseñanza primaria y secundaria, como lengua vehicular y como objeto de estudio. El profesorado se encontró así, casi de repente, con la necesidad de fijar repertorios canónicos de lecturas escolares en gallego, y la traducción se reveló como la vía más rápida y eficaz para crear esos repertorios.

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DOLORES VILAVEDRA

La importación de narrativa en Galicia, a la búsqueda de orientaciónUniversidad de Santiago de Compostela

1. Apostando por los clásicos

En la década de los 80, la traducción denarrativa aparece en Galicia absolutamentemonopolizada por las obras que podemosconsiderar como indiscutiblemente clásicas yque, además, resultaban apropiadas como lecturajuvenil. De esta forma se buscaba una doblefuncionalidad: proporcionarle al idioma gallego(y, por extensión, a su literatura) lalegitimidad derivada de su capacidad paraversionar textos complejos, de culturas y épocasdiversas, y de calidad indiscutible; al mismotiempo, se conseguía surtir a los nuevospúblicos de un arsenal de lecturas dereferencia. Conviene recordar aquí que la Lei deNormalización Lingüística de Galicia se aprobó en1983, y que de ella se derivaba la presencia delidioma gallego en la enseñanza primaria ysecundaria, como lengua vehicular y como objetode estudio. El profesorado se encontró así, caside repente, con la necesidad de fijarrepertorios canónicos de lecturas escolares engallego, y la traducción se reveló como la víamás rápida y eficaz para crear esos repertorios.

Por esa vía, y por primera vez en la historia,el primer contacto de muchos estudiantesgallegos con las obras de Jack London, LewisCarroll, Daniel Defoe, Jonathan Swift, ArthurConan Doyle, Jules Verne, Mark Twain, Edgar A.Poe, Alphonse Daudet o Italo Calvino, seproduciría en gallego, y no en castellano comohasta entonces había venido sucediendo.1

Lo cierto es que en Galicia la traducciónliteraria llega a la democracia aún muydependiente de los criterios canonizadores quehasta entonces habían imperado en el campoliterario gallego, de precaria articulación y enel que regían casi en exclusiva los que desdelos 50 aplicaba la Editorial Galaxia, enestricta continuidad con los que en su día habíaformulado la Xeración Nós. Estos habíaconstituído todo un revulsivo para la culturagallega de la década de los 20 en la medida enque eran fruto de una apuesta decidida porponerla en diálogo con el resto de las culturaseuropeas.

El hecho de que la cosmopolita Xeración Nósmarque un antes y un después en la forma deentender la cultura gallega explica sin duda eltemprano y permanente interés que en Galicia hasuscitado James Joyce. El interés de la XeraciónNós en Joyce destaca «como un esforzo pioneiro,testemuño do extraordinario afán cultural porincorporar un paradigma de modernidade

1 Algunos ejemplos: Cartas desde o meu muíño y A volta ó mundo enoitenta días aparecen en 1983; As aventuras de Tom Sawyer, Viaxe ócentro da terra, Sherlock Holmes detective y O escaravello de ouro e outroscontos en 1985; Estudio en escarlata y Robinson Crusoe en 1986; Asviaxes de Gulliver, O barón rampante y O can dos Baskerville en 1987.Todas ellas en la colección Xabarín de Xerais, que en los80 asumió casi en solitario este desafío.

excepcionalmente representativo dentro dosistema literario galego» (CANEDA 1998: 93). Altraducir el Ulysses, los hombres de Nós estaban«levando á práctica o seu programa estético-ideolóxico de universalizar a novela galega»(CANEDA 1998: 93), pero además para ellos Joyceno era solo un modelo de escritor europeoinnovador sino también de creador preocupado porexplorar y reflexionar sobre las señales deidentidad de su pueblo. Quizá así se entiendamejor que, por estas u otras razones, Joyce y suUlysses se hayan convertido en auténticos fetichesen el sistema literario gallego, después deaquellos fragmentos que Ramón Otero Pedrayopublicara en la revista Nós en 1926, precedidosese mismo año por un amplio artículo de VicenteRisco que había ocupado varios números de larevista y en el que se ocupaba por extenso delirlandés y su novela. El caso es que latraducción de Otero resultaría ser la primeraque se hizo (aunque fuese muy parcial) en laPenínsula Ibérica del Ulysses. Esa primera yemblemática versión sería reeditada en 2003 bajoel título Fragmentos de ‘Ulises’, 1926. James Joyce. RamónOtero Pedrayo con un detalladísimo estudiointroductorio de Kerry Ann Mckevitt. Pues bien,aún en fecha tan reciente o, si se quiere, tanalejada de aquel auroral 1926, los editores dellibro afirman «a traducion dos fragmentos danovela de Joyce ten hoxe para as letras galegasun valor simbólico que transcende o puramenteliterario ou filolóxico» e insisten en sucondición de «texto emblemático» (MCKEVITT 2003:53). La obra aparecerá íntegra en 2013,traducida por un equipo de profesionales entrelos que figura además el escritor Xavier Queipo.

La decisión de traducir en 1926 una obranarrativa como el Ulysses, aunque fuese de forma

muy parcial, tenía aún más valor si atendemos alcontexto en que se produjo. El panorama de lastraducciones al gallego aparece dominado, a lolargo de toda la primera mitad del siglo XX, porla poesía y, en menor medida, por el teatro. Aúndespués de la guerra, las primeras versiones deobras en otras lenguas son Dez poetas ingleses(1949), los Carmina de Horacio (1951), elCancioneiro da poesía céltiga de Pokorny (1952) y lasantologías Musa alemá (1951) y Versos de alleas terras ede tempos idos (1955). Esta apuesta casi unívocapor la poesía no se vería alterada hasta laaparición en 1956 de la versión gallega de Daesencia da verdade de Martin Heidegger.

Desde entonces, desde que los hombres de Nósdecidieron extender por Galicia el entusiasmoque les inspiraba Joyce, ha sido Suso de Toroquien de forma más explícita ha reivindicado lainfluencia del irlandés. Su prólogo a Polaroid, unprovocador conjunto de narraciones con el que en1986 revolucionó el panorama narrativo gallego,acaba con esta frase: «O que fago eu,probablemente estao a facer mellor o señorJoyce» y es curioso que ese mismo prólogo seauna especie de collage de citas de varios autoresque justamente empiezan a aparecer traducidos afinales de los 80 y primeros 90, quizá porque,efectivamente, había una cierta percepción de laimportante influencia que dichos autores habíanejercido en las nuevas generaciones quecomenzaban a escribir y publicar. Es el caso deVirginia Woolf y Salinger, citados por Suso deToro en su prólogo y traducidos por vez primeraen 1993 (Cara ó faro, trad. de Manuela Palacios) e1994 (Nove contos, trad. Xosé Antón López Dobao),respectivamente.

Sin duda, Joyce es el autor más citado porSuso de Toro en sus artículos de esos años,

junto con Faulkner y Beckett, e incluso llega aexponer la profundidad de la huella que en élejerció el narrador irlandés en uno de aquellosartículos, ahora incluído en el volumen FM ytitulado «Todos somos fillos dun mesmo Joyce,incluído Beckett» (pp. 100-103, publicadooriginalmente en 1987 en la revista Luzes deGaliza). Y en Parado na tormenta (1996) le dedicaríatres breves ensayos a Joyce y su huella: «Asombra do irlandés», «Exilio e reino» y «Rematouunha época». En Conversas con Suso de Toro (2005)reconoce, hablando en nombre de su generación, yrefiríendose al Ulysses:

Aquel libro tiña para nós unha aura propia dofetiche, era algo máxico e a nosa relación colibro era unha miga mítica, non había unharelación crítica racional, venerabamos algoque nos viña anunciado por persoas queadministraban un saber sagrado e prohibido[…] a relación con Joyce foi en conxuntofecunda para min, e desde logo, determinante.(DE TORO 2005: 113)

Y aún insiste:

Eu sempre digo que dalgún modo son escritordespois de Joyce, despois da súa realidadeesgotadora, inacabable […] eu sempre tiven naconciencia a pregunta ¿Cómo escribir despoisde Joyce? (DE TORO 2005: 231-2).

Quizá como resultado de ese interés que entreciertas élites literarias suscitaba Joyce, enlos primeros noventa se traducen Dublineses (1990,trad. de Xela Arias) y Retrato do artista cando novo(1994, trad de Vicente Araguas). Lo sucedido conla obra del irlandés me permite formular una

nueva hipótesis en relación a los criterios deimportación de obras de narrativa en Galicia alo largo de las últimas décadas. En mi opinión,estos han ido evolucionando desde una llamativadependencia del canon tradicional hacia unamayor apertura hacia lo comercial,comportamiento este que sin duda no es singularde la literatura gallega sino compartidoconotras de sociedades bilingües y no normalizadas.Sugiero en cambio que lo que sí caracteriza demanera particular nuestra dinámica deimportación es la atención que se le presta,aunque sea de forma puntual, por una parte a lademanda de ciertos sectores de público e inclusoa la opinión de determinados agentes del sistemaliterario, especialmente autores, directores decolección o incluso traductores, que son los queestán detrás de la decisión de traducirdeterminadas obras; por otra, creo que en laimportación de narrativa influye cada vez más elinterés del público lector gallego pordeterminados temas, modelos autoriales omodalidades genéricas: como intentaré demostrara continuación, son esas dinámicas las que hanorientado los criterios de traducción y no alrevés, es decir, no resulta viable detectar lainfluencia de las traducciones en nuestraproducción literaria sino que ha sido esta y surecepción, en todo caso, la que ha determinadoaquellas.

2. Ampliando el espectro

En los 90 se confirma el interés por losgrandes clásicos que había orientado, como yavimos, las elecciones traductoras de los 80, sibien ampliándose a los que podríamos considerar

ya claramente narrativa para adultos, aunque sinabandonar del todo el rentable territorio de laslecturas aptas para el público juvenil. Elinterés traductor pasa a centrarse primero enlos grandes novelistas franceses del XIX (O TíoGoriot e Madame Bovary en 1994; A cartuxa de Parma en1995, trad. de Antonio Pichel Lorenzo; Vermello enegro en 1996, trad. de Germán Palacios Rico)para ir luego ampliando el círculo a otras vocesde referencia como Dostoievski (en 2003 Crime ecastigo, trad. de Ekaterina Guerbek), Manzoni (Osnoivos en 1996) o Lampedusa (de 2005 es O gatopardo,trad. de Xavier Rodríguez Baixeras), si bien conuna apreciable ralentización del ritmo deaparición. Poco a poco, parece percibirse uncierto giro hacia autores y autoras que sepiensa podrían suscitar un posible mayor interésentre el público y así en 2006 aparecen GertrudeStein (Tres vidas, trad. de María do CebreiroRábade Villar), Henry Miller (Trópico de cáncer,trad. de Xurxo Borrazás Fariñas) y SamuelBeckett (Molloy, trad. de Anxo A. ReiBallesteros).2

Con Hemingway sucede, en mi opinión, algoparecido a lo ocurrido con Joyce: es elmanifiesto interés de un autor (y en este casoademás editor) tan reconocido como CarlosCasares el que promueve la aparición de O vello e omar (1998), traducida por el propio Casares, yUnha festa móbil (1999) por Xesús Araúxo Arias. Lasversiones gallegas irían arropadas por estudiosmonográficos del propio Casares como Hemingway enGalicia, monografía publicada en 1999,conferencias o artículos como el recogido en

2 Prácticamente todas las obras citadas en este párrafofueron publicadas en la colección Clásicos Universais deGalaxia.

Ínsula (abril, 1998) titulado «El mar deHemingway». El objetivo aparente de estaestrategia de difusión del autor norteamericanosería el de incluirlo en la agenda de lecturasposibles para el público gallego. En la decisiónde traducir a Hemingway, sin duda, influyótambién lo asequible que resulta su lectura, quelo convierte en un autor apto para públicostransversales.

En cambio, algunos de los grandes narradoresnorteamericanos que aparentemente ejercieron unagran influencia en los de la Nova NarrativaGalega allá por las décadas de los 50-60 fuerontraducidos relativamente tarde: es el caso deJohn dos Passos, que no hablará gallego hastaque en 2005 se publique Manhattan Transfer, entraducción de Mercedes Pacheco Vázquez, o WilliamFaulkner, que no será traducido (O ruido e a furia,trad. de Xurxo Borrazás Fariñas) hasta 2007. Enmi opinión, lo tardío de estas versiones sedebe, por una parte, a la dificultad objetivaque ofrece la lectura de estas obras, que lashace inviables para la lectura escolar y, porotra, al hecho de carecer de agentes promotoresde sus autores en el sistema literario gallegode la época.

Serán las editoriales menos comerciales o másindependientes del mercado gallego las que sevayan inclinando por obras menores de autoresconsagrados o por autores un tanto heterodoxoscomo Wilde, que aparece en Laiovento en 1994 conDe profundis (trad. de Luz Cao e Fidelina Seco),Conrad con Corazón da escuridade (1997) en Positivas(trad. de Manuel Outeiriño Gallego), los Novecontos de Salinger aparecen también en 1994 enSotelo (trad. de Xosé Antón López Dobao),editorial que ya en 1993 publicara O señor dasmoscas de Golding (trad. de Xosé María Gómez

Clemente) y que en 1995 apostaría por versionara Joseph Roth (A lenda do santo bebedor, trad. deLaureano Araújo Cardalda) e Richard Ford (Vidabrava trad. de Xosé María Gómez Clemente).También las editoriales de referencia iránincluyendo este tipo de autores en coleccionesun tanto marginales: es el caso, por ejemplo, deBaixo as rodas de Hermann Hesse (trad. de FranckMeyer), publicado en 1997 en la colecciónjuvenil Costa Oeste de Galaxia, o de A lenda do graninquisidor de Dostoievski (trad. de AlexandraKoss ), que aparecería en 1998 en Xerais, peroen la colección de bolsillo De-liberacións. Esinteresante constatar que muchos de estosautores menos ortodoxos o canónicos fueronversionados por poetas o novelistas gallegos, loque podría permitirnos deducir que fue de ellosde quien partió la propuesta a la editorial detraducirlos, y que esa propuesta reflejaría elinterés o entusiasmo que esos autores lessuscitaban.

De las contradicciones en que se debatía elsistema literario gallego en esta fase deexpansión es un buen ejemplo la absurda decisiónde traducir al gallego obras narrativas deautores gallegos pero escritas originalmente encastellano: en 1996 se recuperaba A familia de PascualDuarte de Camilo José Cela (traducida por VicenteRisco en 1962), en 1987 A illa dos xacintos cortados, deGonzalo Torrente Ballester (trad. de AlfredoConde) y en 1987 Contra morte e amor de MarinaMayoral (trad. de Anxo Tarrío). En mi opinión,esta decisión se explica en un contexto en elque los criterios de delimitación de lo que seentendía por «literatura gallega» no sólotodavía no estaban claros sino que seencontraban en franca competencia, de ahí queescritores que tenían el castellano como lengua

de expresión literaria (Cela, Torrente) o que laalternaban aleatoriamente con el gallego, comoMayoral, luchasen por abrirse un hueco en elincipiente sistema literario gallego por la víade la traducción. El tiempo demostraría loinútil de su esfuerzo, a medida que el llamado«criterio filológico» se fuese imponiendo comodiscriminador de las fronteras sistémicas de laliteratura gallega. Claro que entonces se iríaabriendo paso un nuevo absurdo, aún mayor en miopinión, como ha sido traducir al gallego lanarrativa de escritores y escritoras gallegasdel XIX como Emilia Pardo Bazán o Rosalía deCastro, decisión que tiene mucho de voluntad defalsear implícitamente la historia y también deocultar la legítima y consciente opciónlingüística de una escritora tan simbólica comoRosalía de Castro. Casos más recientes como elde la bonaerense descendiente de emigrantesgallegos Mª Rosa Lojo (en 2006 apareceríatraducida por Ramón Nicolás Rodríguez su novela Afin da terra, escrita originalmente en castellano)encuentran explicación como un gesto defidelidad a las propias raíces y de reencuentrocon un idioma alienado, pero siguen sin tener,en mi opinión, ningún otro significadosistémico.

3. En diálogo con la narrativa autóctona

Como ya apunté, el catálogo de textostraducidos al gallego en estas tres últimasdécadas nos permite tomarle el pulso al sistemaliterario, a sus tensiones, elecciones eintereses. Así, el mundo de la traducción

también intentaría recoger los frutos de laapuesta que los distintos agentes del sistemaliterario gallego hicieron a finales de los 80 yprimeros 90 por la narrativa policial (VILAVEDRA2010). En 1995 aparece en Galaxia la primera delas nueve obras que forman el ciclo completo deSherlock Holmes y sólo en 1997 podemos citarobras como Contos de detectives. Os rivais de SherlockHolmes (en Tris Tram), centrado en autores de laépoca victoriana; O relato policial. De Poe a Conan Doyle(en Ir Indo) o Negras sombras (en Galaxia), dondese incluyen ya autores más actuales comoPatricia Highsmith o Graham Greene; en 1999aparece el clásico Asasinato no Orient Express deAgatha Christie (trad. de Alberto ÁlvarezLugrís), que iría seguido en años sucesivos porotras cuatro obras de referencia de la autora.En este caso, es la dinámica de la creaciónautóctona la que parece influir en los criteriosde selección de obras a traducir, quizá buscandosatisfacer el gusto lector con obras de calidadcontrastada que se beneficiaban de una aureolade canonicidad, lo que vendría a compensar unacierta minusvaloración que el género policialsuscitaba por su carácter de literatura de masaso amplio consumo.

Y lo mismo sucedería con la narrativa deautoría femenina, que entra tarde peromasivamente en los catálogos de traduccionesdespués del boom de narradoras gallegas que seproduce desde finales de los 90. En este caso elcriterio de selección suele ser más ecléctico,combinando autoras canónicas con otras menosconocidas, obras aptas para el público escolarcon otras que requieren una lectura máscompetente: en 1997 se publica Ehrendard de KarenBlixen, en 1998 aparecen las Memorias de Hadrián deMarguerite Yourcenar (trad. de Ánxela Gracián),

pero también Entre o costume e a ruptura de Rachna Mara(trad. de María Reimóndez Meilán), en 1999 Amuller de Gilles de Madeleine Bourdouxhe (trad. deAlberte Allegue Leira), en 2000 O gran caderno deAgota Kristof (trad. de Marga RodríguezMarcuño), en 2001 As fillas do defunto coronel deKatherine Mansfield (trad. de Teresa CanedaCabrera), Xeo e lume de Andrea Dworkin (trad. deCristina Veiga Novoa), O home é un grande faisán nomundo de Herta Müller (trad. de Franck Meyer) eVenus negra de Angela Carter (trad. de XelaArias); en 2002 O espertar de Kate Chopin (trad. deMª Ana Valladares Fernández) e Enderezo descoñecidode Kathrine Kressmann (trad. de Emma LázareRodríguez); en 2003 Un nome de diccionario de AmélieNothomb (trad. de Dolores Vilavedra); en 2004 Asondas de Virginia W. Woolf (trad. de MaríaCuquejo); en 2008 Sandra Cisneros con A casa deMango Street (trad. de Alicia Meléndez Sousa) e Dabeleza de Zadie Smith (trad. de Eva Mª AlmazánGarcía); Julia Franck (A muller do mediodía, trad. deLuis Fernández Rodríguez) e Doris Lessing (Ocaderno dourado, trad. de Eva Mª Almazán García) en2009. También es verdad que las narradorastraducidas se beneficiarían de la supuestavisibilidad que les darían coleccionesespecíficas como la muy innovadora As literataso As letras das mulleres, ésta más convencionalen su selecciones que incluyen autoras clásicascomo Jane Austen (Orgullo e prexuízo en 2009, trad.de José Díaz Lage) o Virginia Woolf (Un cuarto deseu, 2005, trad. de Iria Sobrino Freire).

La insistente apuesta que ciertas editorialeshacen, en un determinado momento, por lanarrativa breve, se puede deber, en mi opinión,a dos factores: su hipotética utilidad comolectura escolar, pues acercaría a ese público enformación a una amplia variedad de registros y

autores; el abaratamiento de costes por derechosde autor (al incluir en la selección siempretextos de autores ya exentos del cobro de esesderechos) y la posibilidad de repartir mejor eltrabajo de traducción y hacerlo en equipo. Todosestos argumentos explican al tiempo la firmeapuesta de Tris Tram por la fórmula breve,aunque si nos atenemos a la escasa visibilidadde la editorial podemos intuir que la respuestadel público no debió de ser entusiasta. A lasantologías ya citadas promovidas por estaeditora como Contos de detectives habría que añadir,sólo en 1997, O conto ruso do XIX. De Puxquin a Tolstoi(trad. de Alexandra Koss), Contos do mar (trad. deTeresa San Martín), Contos de Nova York, Contos do reiArtur (trad. de Emilio R. Coira), Contos de pintura(trad. de Mª Xesús Lama López) e Contos do Oeste:casi todas ellas articuladas con un criteriotemático y casi todas firmadas por un colectivollamado Equipo Tris Tram. Tan firme apuestaeditorial se mantendría aún en 1999 con losContos de Jack London, en 2000 con Contos popularesirlandeses y aún en 2002 Positivas publica Contosxitanos (trad. de Xavier Campos Rodríguez) e IrIndo los Contos tradicionais portugueses (trad. deLlerena Perozo Porteiro).

El afán por ofrecer propuestas de síntesis oantológicas, que facilitasen un acercamientoglobal a determinados autores o épocas, setraduce en obras como Seis narradores italianos do séculoXX (1993, trad. de Cándido Pazó González) o Contosfantásticos de autores del XIX como N. Hawthorne,Washington Irving o Guy de Maupassant (1993,trad de Manuel Cortés Tallón); por su parte,Tris Tram mantendría su apuesta por estamodalidad aunque ralentizando el ritmo depublicación: en 2006 aparecen los Contos de MarkTwain y en 2007 los de Eça de Queiroz, traducidos

por Marta Cuba Alonso. Sin embargo, la eficaciade estos proyectos, que podrían servir detarjeta de presentación que animase al público aun posterior acercamiento, más detallado, aautores o épocas, se diluye en mi opinión bajoesos títulos tan généricos, invisibilizadores ypoco atractivos. En cambio, sí se debe reconocerque esta fórmula antológica se reveló ya desdelos primeros 80 como idónea para dar a conocerproductos de sistemas literarios que nosresultaban muy lejanos por razones culturales,geográficas o lingüísticas. Al principio, ycuando Galicia carecía de traductoresprofesionales, se aprovecharía el conocimientoque determinadas personas tenían de lenguas comoel chino o el ruso para propiciar unacercamiento a esas culturas: así se explica laaparición en 1982 de Flores e leña: narracións chinesascontemporáneas (traducidas por Fernando Pérez-Barreiro Nolla, que por aquel entonces llevabaya varios años estudiando chino) o la de Setenarradores soviéticos: 1934-1950 en 1991, versionadospor Manuel Riveiro Loureiro. A la misma vocaciónde promover el diálogo intercultural parecedeberse la publicación en 2000 de una Antoloxía doconto neozelandés por parte no de una editoracomercial sino de un centro oficial deinvestigaciones literarias (sic), cuya traducciónpertenece a María Fe González Fernández.

El interés por lo fantástico como uno de losvectores antropológicos propios de la culturagallega se manifiesta tanto en iniciativassingulares como los ya citados Contos fantásticos delXIX como en proyectos con vocación depermanencia, casi siempre promovidos porpequeñas editoriales que aspiraban así, graciasa ese tipo de iniciativas, a ir creando unacierta identidad de marca. Este es el caso de

Tris Tram que se lanza en 1995 con Contos defantasmas de Dickens, seguidos al año siguientepor Contos de Hoffmann, una selección de Contosceltas, otra de Contos de fantasmas de varios autoresy Contos de Poe. En la misma línea, en 1999 Xeraislanzaría por una colectánea de Relatos de terror deLovecraft y otra de Relatos fantásticos de variosautores, traducidas por Anxo Romero Louro. Laapuesta sistémica por lo fantástico no sólo semantendría sino que esta modalidad iríaabriéndose un espacio propio a partir de lapuesta en marcha en 2007 de Urco Editora,especializada en fantasía, ciencia ficción yterror. Entrando el milenio, las opciones seirán haciendo más diversas y heterodoxas. Lofantástico encontrará un registro másactualizado en la ciencia-ficción, una modalidadque gozaba de más reputación en parte por susvínculos con el cine, y que buscaría en latraducción una vía para satisfacer a undeterminado sector de público, especialmentedespués de una serie de fracasadas tentativas dedesarrollar esa temática llevadas a cabo porparte de varios autores gallegos en la década delos 90 (VILAVEDRA 2010: 106-109). Como ejemplos,en 2002 se traduce A máquina do tempo de H. G.Wells (trad. de Raúl Araya Tauler), en 2004 lasCrónicas marcianas de Ray Bradbury (trad. de MaríaMagdalena Fernández Pérez) y en 2005 reapareceWells con A guerra dos mundos (trad. de GonzaloConstenla Bergueiro).

La narrativa portuguesa ha tenido en estasdécadas una presencia poco más que testimonialen el panorama de nuestra narrativa traducida.Los primeros pasos se darían de la mano declásicos indiscutibles como Camilo CasteloBranco, con Amor de perdición traducido en 1986 porXela Arias. Si en 1993 el relevo lo tomaron los

Contos da montaña de Torga (trad. de Beatriz RealPérez), en 1994 fue Fernando Assis Pacheco conTraballos e paixóns de Benito Prada (trad. de OnofreSabaté) y en 1996 Bento da Cruz con O loboguerrilleiro (Moncha Fuentes Arias). Esta timidezrefleja las dudas y discusiones que el sistemagallego alimenta desde hace décadas sobre laconveniencia o no de traducir desde una lenguatan próxima como el portugués, a cuya cultura sesupone que deberíamos querer aproximarnos. Delas contradicciones e hipocresías entre las quese ha venido desarrollando toda esta dinámica dabuena prueba el hecho de que en 1997 se creaseel Premio Eixo Atlántico de Narrativa, con elobjetivo de convertir el Norte de Portugal yGalicia en un espacio cultural común. Pues bien,las bases de dicho galardón establecen que lanovela ganadora se tenga que traducir al otroidioma: o sea, que Geografia do medo del portuguésFrancisco Duarte Mangas, que resultó ganadora dela primera edición del concurso, se publicó engallego como Xeografía do medo (trad. de MarisaGuerra). Aunque el interés por el portugués, omás bien por el brasileiro, se acrecentaría dela mano de un autor tan mediático y vinculado altópico del Camino de Santiago como Paulo Coelho,que entra en nuestro sistema literario con Oalquimista y Peregrino a Compostela. Diario dun mago,ambas en 1998 (trad. de Ana Belén Costas e EvaLozano), y con Verónika decide morrer en 1999 (trad.de Ana Belén Costas), en general en la elecciónde los escasos autores portugueses que se decidetraducir han pesado siempre más las relacionespersonales o familiares que mantuviesen conGalicia, como en los casos de José VialeMoutinho (Camiñando sobre as augas en 1993) o con lanieta de emigrantes gallegos al Brasil NélidaPiñón (en 2004 María do Carme Torres París

traduce A República dos soños de Nélida Piñón y Margado Val en 2006 A casa da paixón). Lo marginal deesta apuesta, tan discutida entre ciertossectores como la de traducir obras literariasdesde el castellano, se percibe en el hecho deque algunas voces lusófonas se hayan idorefugiando en espacios sistémicos menoscanónicos, a caballo entre el ghetto y lacolección especializada como puede ser la yacitada As literatas que ha acogido a escritorasportuguesas como Lidia Jorge (Marido e outros contosen 2005) o la brasileña Hèlia Correia (Montedemoen 2004), las dos traducidas por el poeta XavierRodríguez Baixeras.

Si la opción de traducir o no del portuguésha sido intensamente discutida en Galicia,tampoco ha habido, lógicamente, un gran interéspor traducir la narrativa españolacontemporánea, pues se ha partido siempre de laspremisas (en mi opinión, correctas) no solo deque el público lector era perfectamentecompetente para leerla en su versión original,sino de que potenciar las traducciones de otrosidiomas que no fuesen el castellano podríanayudar a compensar el aplastante protagonismo delas letras españolas y latinoamericanas en laslibrerías de Galicia. Esta voluntad de hacervisible por medio de la traducción la pluralidadlingüística en la que vivimos inmersos no hatenido su correlato con todas las lenguasoficiales del Estado español, que carecen de unapolítica de traducciones al gallego planificaday coherente. No ha habido criterios de ningúntipo que orientasen las elecciones de textos atraducir, ni tampoco periodicidad alguna. En elcaso del catalán, su literatura fue abriéndosepaso gota a gota, texto a texto, con obras yautores de referencia indiscutibles como Fuxida e

martirio de San Andreu Milá de Miquel Angel Riera(1992, trad. de Xavier Rodríguez Baixeras), Ovaso de prata de Antoni Marí (1993, trad. de XoséAntón López Dobao), A praza do diamante de MercèRodoreda, traducida en 1994 por Pilar VilaboiFreire (y no olvidemos que precedida por eléxito que en los 80 habían obtenido primero lapelícula y luego la adaptación televisiva). En1997 se traduce Monstruario fantástico de Joan Perucho(trad. de Xavier Rodríguez Baixeras), un autormuy vinculado a Galicia por medio de ÁlvaroCunqueiro, en 1999 el Viaxe a Galicia de Josep Pla(trad. de Leandro García Bugarín), en 2000 Camiñode sirga de Jesús Moncada (trad. de XavierRodríguez Baixeras), en 2002 Señoría de JaumeCabré (trad. de Mª Dolores Martínez Torres). Uncierto viraje hacia criterios más comercialesparece iniciarse con la decisión de traducir aun autor como Quim Monzó: en 1991 se publica Amagnitude da traxedia en la alternativa y heterodoxaPositivas (trad. de Manuel Cortés Tallón), y en2009 es ya Edicións Xerais quien vuelve aapostar por este autor con dos obras, Mil cretinos(trad. de Helena González Fernández) y Vinte e novecontos (trad. de María Xesús Lama); ese mismo añose publica también Se comes un limón sen facer xestos deSergi Pamies (trad. de Xosé Antón López Dobao).De hecho, y obedeciendo al mismo criteriocomercial, ya en 2007 se había traducido A pel fríade Albert Piñol (trad. de Mercedes PachecoVázquez), aunque en mi opinión la obra se vioperjudicada en su difusión por el hecho de haberaparecido en Ézaro, una editorial pequeña y nodedicada en exclusiva a la edición de textos engallego.

En el caso del euskera, parece que haimperado menos la dispersión y que los criteriosde elección han sido menos erráticos; así, se ha

apostado por el unánimente reconocido BernardoAtxaga (2004, O fillo do acordeonista; 2007, Sete casas enFrancia, traducidas por Ramón Nicolás Rodríguez) opor el joven Premio Nacional de Narrativa UnaiElorriaga, que después de estrenarse con lagalardonada novela Un tranvía cara a SP (trad. deRamón Loureiro), repetiría en 2004 con O pelo deVan´t hoff y en 2006 con Vredaman, traducidas porXesús Carballo Soliño en colaboración con elautor.

La dinámica traductora de la última década haestado protagonizada, en lo que se refiere a lanarrativa, por dos hechos fundamentales. Enprimer lugar, por el nacimiento en 2005 deRinoceronte Editora, una pequeña editorialdedicada en exclusiva a publicar traducciones deobras contemporáneas de calidad indiscutiblepero que proceden de culturas que se expresan enidiomas relativamente poco conocidos.Concretamente, y como explican en su web, suobjetivo es «apostar por autores de calidade,aínda descoñecidos no noso contexto literario ecultural; e ofrecer obras de autoresrecoñecidos, recentes ou inéditas en galego»,con especial atención a la narrativa. La listade autores que figuran en su catálogo esimpresionante: Julian Barnes, MichelHouellebecq, Agota Kristof, Bohumil Hrabal,Etgar Keret, Arto Paasilinna, AlessandroBaricco, Sandor Márai, F. Scott Fitzgerald sonsolo algunos.

En segundo lugar, la convocatoria del PremioNovela Europea Casino de Compostela, cuyostextos ganadores empezaron a ser publicados enla colección Biblioteca Compostela de Narrativa

Europea3 a partir de 2006. Este premio, que seotorga por medio de un sistema de votosponderados en los que puede participar cualquierlector, ha sido para Ian McEwan, SimonettaAgnello, Anna Gavalda, Kazuo Ishiguro, ZadieSmith, Sarah Walters, Sandro Veronesi, MaggieO’Farrell, Herman Koch, y ahora mismo seencuentra convocada la décima edición, sin quese sepa cuál va a ser el futuro de lastraducciones al gallego por causa de la crisis.

Dos fenómenos de tanta importancia como loscitados no podrían dejar de incidir, de algunamanera, en un sistema literario como el gallego,que presenta aún aspectos llamativamentesubdesarrollados. Así, creo que iniciativas comoRinocerente Editora o la Biblioteca Compostelapueden constituirse en elementos que permitan alos narradores gallegos contrastar su calidad ysus modelos literarios (temáticos, discursivos,etc.) con los que triunfan en otras culturas,superando una cierta tendencia a la endogamiadefensiva que es propia de literaturas ensituación minorizada. El evidenteenriquecimiento del diálogo interliterario queiniciativas como las comentadas pueden provocarno es el único fruto de la dinamización de laoferta editorial en gallego, sino que vaacompañado también de una mejora de la3 La Editorial Galaxia concebía la Biblioteca Compostela deNarrativa Europea como un paso adelante en el camino haciala normalidad en las relaciones entre el campo literariogallego y las restantes literaturas del mundo. Para ello,la colección incluía no solo las novelas que resultabanganadoras en dicho certamen sino también novedadesliterarias del ámbito europeo (tanto de autores consagradoscomo de otros menos conocidos) que llegaban al públicogallego al mismo tiempo que se publicaban en el resto delcontinente.

competencia lectora del público gallego. Y amayor competencia, mayor exigencia de calidad yvariedad. Lo cual, como es obvio, sólo puedecontribuir a sanear nuestro sistema literario.

Conviene recordar aquí que ni RinoceronteEditora, ni la Biblioteca Compostela habríanexistido si no fuese por lo que en Galiciasupuso, para la dinamización de la traducciónliteraria, la profesionalización del sector apartir de la puesta en marcha en la Universidadde Vigo de la Facultad de Traducción eInterpretación, que no solo proporcionaríatraductores y herramientas sino que tambiéncontribuiría a la aplicación de criteriosrigurosos y sistemáticos en el campo de latraducción literaria, demasiado dependiente, enmi opinión, hasta bien entrados los 90, deiniciativas particulares, gustos personales ointereses variopintos, que si bien compensaronla falta de una planificación coherente en eseterreno, también es verdad que en muchosmomentos contribuyeron a confundir el panorama ya anular las posibilidades de determinadasapuestas que podrían ofrecer posibilidades deéxito.

Y no quiero dejar de apuntar aquí un fenómenoque empieza a aparecer, que sólo puede ir a másy que considero consecuencia directa de laprofesionalización del sector de la traducción.Me refiero a las retraducciones de determinadasobras que irían apareciendo en la última década.Un buen ejemplo puede ser Corazón da escuridade deJoseph Conrad, traducido por Manuel OuteiriñoGallego para Positivas en 1997 y retraducidocomo O corazón do negror por una traductoraprofesional como Eva Almazán para Faktoría K en2007. Algo parecido sucede con los cuentos yrelatos de Edgar Allan Poe que, además de ser

incluidos en las más variopintas antologías decuento fantástico, de terror, de misterio, etc.(vid. supra), serían objeto de una primera versiónen Tris Tram en 1996 para luego aparecer todosrecogidos en los tres tomos editados por Galaxiaen 2009 con sus Contos completos (trad. de EvaAlmazán); en cuanto a O escaravello de ouro, no solonos llegaría en las antedichas colectáneas sinotambién en distintas versiones encargadas pordiferentes editoriales en los años 1985(Xerais), Cumio (2009) o Vicens Vives (2012).

4. En busca de lo comercial

Un sistema literario tan necesitado deestrategias de canonización no podría permanecerinmune a la dinámica de los Nobel: Coetzee logana en 2003 y en 2008 aparece Deshonra (trad. deMoisés Rodríguez Barcia), de inmediato seguidade la trilogía Infancia (trad. de RafaelSalgueiro), Mocidade (trad. de Iolanda Mato) eVerán (2013, trad. de Susana Collazo). OrhanPamuk obtiene el galardón en 2006 y a partir deentonces la Editorial Galaxia apuestadecididamente por este autor traduciendo tantosus obras de actualidad como recuperando otrasanteriores: se publican así a un ritmo casianual O castelo branco (2007, trad. de Bartug Aykany Eva Mª Almazán García), Istambul (2008, trad. deBartug Aykan y Lara Domínguez Araujo), Neve(2009, trad. de Bartug Aykan y Mª del CarmenAlonso Seisdedos), O museo da inocencia (2009, trad.de Bartug Aykan y Mª del Carmen AlonsoSeisdedos), O libro negro (2011, trad. de Mª delCarmen Alonso Seisdedos) y Chámome vermello(2012, trad. de Mª del Carmen Alonso Seisdedos).De esta forma, el hecho de haber obtenido el

Premio Nobel se va configurando como un criterodeterminante no solo para apostar por versionarde forma sistemática autores como Coetzee oPamuk, sino que está también subyacente en ladecisión de escoger para importar al gallegoobras concretas como A ponte sobre o Drina (traducidaen 2007 por Jairo Dorado Cadilla) de Ivo Andric,quien obtuvo el Nobel en 1961, o A casa das belasadormentadas (también de 2007) de YasunariKabawata (trad. de Mona Imai), galardonado en1968.

En esta última década ha ido haciendo acto depresencia el fenómeno del best-seller, que tantasreticencias despierta en una literaturatradicionalmente elitista como la gallega. Dehecho, Dan Brown (en 2004 O código da Vinci, en 2005Anxos e demos y en 2009 O símbolo perdido) ha sidotraducido al gallego por Eva Mª Almazán, CarlosAcevedo y Fernando Moreiras para un sellocatalán, quizá por ser los editores gallegosincapaces de vencer los prejuicios que enciertos sectores despiertan este tipo de obras.Por otra parte, y como tendencia general, pareceque se va extendiendo la consideración de que latraducción de los grandes clásicos universaleses ya una asignatura menos pendiente paranuestro idioma, aunque por supuesto siguenapareciendo, gota a gota. A cambio, y sin dudacomo resultado de la presión ejercida por elcatálogo de Rinoceronte Editora o la BibliotecaCompostela, las editoras muestran una granpreocupación por ofrecer lo que podríamosconsiderar «clásicos de nuestro tiempo» comoAntonio Tabucchi (Nocturno hindú, trad. de OnofreSebaté en 1996; Afirma Pereira, traducida por MªDolores Martínez Torres en 1995, Tristano morre,traducida por Leandro García Bugarín en 2004),Peter Handke (Don Xoán contado por si mesmo,

traducido por Luis Fernández en 2006), CormacMcCarthy (A estrada, en 2010) o Truman Capote(Cruceiro de verán, 2006), traducidos por Eva MªAlmazán García; y por hacerlo muchas veces en untiempo record, como sucedió en 2006 con A casa dosencontros de Martin Amis, cuya versión gallega deAlmazán apareció sólo un mes después deloriginal inglés. Los editores gallegos empiezana intentar ofrecer «algo más», un valor añadidoa la traducción en sí, como puede ser la rápidadisponibilidad ya no solo respecto a otrasversiones con las que la gallega pueda competir(como la castellana o la portuguesa) sino alpropio original. Un caso curioso es el de PaulAuster, cuya temprana presencia entre nosotroscon Mr. Vértigo, traducida en 1994 por Xosé AntónLópez Dobao, no tuvo en aquel entonces un granreconocimiento de público. Auster tardaría envolver a hablar gallego pero, cuando regresó, lohizo para quedarse. Desde que en 2006 Galaxiaeditase Brooklyn follies, que llegó a vender 4.000ejemplares, la editorial ha apostado de formasistemática por este autor y por la traductoraEva Mª Almazán García (de 2007 datan Viaxes noscriptorium e A vida interior de Martin Frost; Un home naescuridade, 2008; Invisible, 2009; Sunset park, 2010),hasta el punto de que su última traducción, Diariode inverno (2012) apareció ANTES que el originalinglés: todo un ejemplo de marketing y, quizá,un camino a explorar para el futuro de nuestrastraducciones.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

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PEDRÓS GASCÓN, Antonio Francisco (2005)Conversas con Suso de Toro. Vigo: Edicións Xeraisde Galicia.

VILAVEDRA, Dolores (2010): A narrativa galega na finde século. Unha ollada crítica dende 2010. Vigo:Galaxia.