Reflexion del parroco dic 4

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Juan el Bautista, Marcos 1: 1 – 8

Marcos 1: 1 – 8 1Comienzo del Evangelio de

Jesucristo, Hijo de Dios.2Conforme está escrito en Isaías

el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que

ha de preparar tu camino.3Voz del que clama en el

desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus

sendas,4apareció Juan bautizando en el

desierto, proclamando un bautismo de conversión para

perdón de los pecados.5Acudía a él gente de toda la

región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran

bautizados por él en el río Jordán, confesando sus

pecados.6Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se

alimentaba de langostas y miel silvestre.

7Y proclamaba: «Detrás

de mí viene el que es

más fuerte que yo; y no

soy digno de desatarle,

inclinándome, la correa

de sus sandalias.8Yo os

he bautizado con agua,

pero él os bautizará con

Espíritu Santo.»

La figura de Juan Bautista se presenta con

una tarea específica, preparar el camino a

Jesús.

REFLEXION

En Juan se vislumbra al maestro que en

medio del desierto tiene experiencia de

Dios, su Vida austera y su armonía con la

naturaleza, hoy es vigente para este

mundo que destruye su propia casa, la

Tierra y que huye del desierto.

La experiencia de Juan el Bautista cautivo a muchos, pero la sencillez y fuerza de su mensaje no está en El , está en lo que anuncia. Hoy resuena nuevamente su mensaje:

“Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”.

No es la tormenta del desierto, no es

plomo fundido, no es el bloqueo

económico de los pueblos, lo que nos dará

el verdadero sentido de la Vida y de la

historia, sino, el reconocimiento de Jesús

como el Señor.

El Dios del desierto exige que allanemos los caminos, que destruyamos todos los ídolos que esclavizan, altares que alzamos en medio de la desesperación y la inconsciencia, en medio de los miedos y la ignorancia.

Quien hoy quiere escuchar a Juan el Bautista, debe asumir lo que nos dice la primera lectura: Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre ”.

Esta realidad hay que asumirla y

comenzar a vivirla en Cristo Jesús nuestra

Liberación, esta realidad no da poder da

plenitud en la constante entrega al servicio

del más insignificante de nuestros

hermanos.

Debe haber ruptura, exorcizar nuestras

mentes de sistemas y de instituciones

que dominan , que esclavizan y volver a la

Vida en el Espíritu

Dios los bendiga..

P. Edgar