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PORTADA
EXTENSIÓN: SANTO DOMINGO
FACULTAD: DIRECCIÓN DE EMPRESAS.
CARRERA: ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y NEGOCIOS.
TEMA: EL ORIGEN DE LA MONEDA
AUTOR: ANGELICA OYAGUE.
MATERIA: COMERCIO ELECTRÓNICO
DOCENTE: OMAR SAMANIEGO
NIVEL: 7MO ADMINISTRACIÒN
SECCIÒN: NOCTURNA
Santo Domingo
2015 – 2016
INTRODUCCIÓN
La presente investigación permite conocer el orígen y la evolución de la moneda a lo largo
de la historia, aprendemos que la moneda nace en dos lugares muy distantes pero casi al
mismo tiempo, estos son: China y Lydia (Grecia) aproximadamente unos 700 años antes de
la era cristiana.
En la anttiguedad el sistema del trueque presentaba dificultades en las transacciones, motivo
por el cual empezaron a buscar nuevas formas de hacer negociaciones, utilizaban objetos o
materiales realizados con metales preciosos, por razones prácticas y de uniformidad se adoptó
la forma circular.
CONTENIDO
EL ORIGEN DE LA MONEDA
La moneda es una pieza de un material resistente, de peso y composición uniforme,
normalmente de metal acuñado en forma de disco y con los distintivos elegidos por la
autoridad emisora, que se emplea como medida de cambio (dinero) por su valor legal o
intrínseco y como unidad de cuenta. También se llama moneda a la divisa de curso legal de
un Estado. Su nombre en lenguas romances proviene del latín “moneta”, debido a que la casa
en donde se acuñaban en Roma estaba anexa al templo de Juno Moneta diosa de la Memoria,
encontrándose esta actividad bajo su protección. La ciencia que estudia las monedas físicas,
metálicas, se denomina numismática.
El lugar donde se realiza la acuñación de monedas se le conoce con el nombre de "ceca" o
"Casa de Moneda". El nombre proviene de una voz del árabe clásico (sikkah), que significa
troquel.
Por extensión, también se denomina moneda al billete o papel de curso legal.
HISTORIA
Antecedentes
El trueque es el intercambio de objetos o servicios por otros equivalentes, y se diferencia de
la compraventa habitual en que no intermedia el dinero en la transacción. Este sistema
presentaba dificultades para las transacciones, por lo cual comenzaron a aparecer distintas
formas de "mercancías-moneda" como unidad de cuenta. Estas mercancías como medio de
pago tampoco eran prácticas, ya que muchas eran perecederas, y eran difíciles de acumular.
Como solución se sustituyeron pronto por objetos o materiales realizados en metales
preciosos. Estos metales preciosos tomaban muchas formas dependiendo del lugar, por
ejemplo ladrillos (lingotes), aros, placas, polvo, navajas o cuchillos. Por razones prácticas y
de uniformidad se adoptó la forma circular, en forma de discos de diferentes tamaños pero
fácilmente transportables. Nace de esta manera la moneda.
En Mohenjo-Daro y Harappa, actualmente en Pakistán, se han encontrado sellos fechados
entre 2500 a.C y 1750 a.C., pero no es seguro que hayan sido monedas. Las primeras monedas
fueron impresas entre el siglo VII-VI aC y el siglo I dC.
Ya en el año 1100 a.C. circulaban en China miniaturas de cuchillos de bronce, hachas y otras
herramientas utilizadas para reemplazar a las herramientas verdaderas que servían de medio
de cambio. En 1979 y 1980 fueron descubiertas algunas monedas del antiguo reino de
Loulan, que al parecer datan del período Mesolítico.
Primeras Monedas
Las primeras monedas acuñadas con carácter oficial fueron hechas en Lidia, (hoy Turquía),
un pueblo de Asia Menor, aproximadamente entre los años 680 y 560 a. C. Fue
probablemente durante el reinado de Ardis de Lidia cuando los lidios empezaron a acuñar
moneda, aunque algunos numismáticos han propuesto fechas anteriores o posteriores, como
el reinado de Giges de Lidia o el de Creso "El Opulento". Estas acuñaciones llevan como
símbolo heráldico un león representando a la Dinastía Mermnada a la cual pertenecían los
reyes. La pieza fue acuñada en electrum (aleación natural de oro y plata) y con un peso de
4,75 gramos y un valor de un tercio de Estátera.
Después de la experiencia de Lidia comenzaron a acuñarse monedas por orden de Darío de
Persia, luego de la conquista de Lidia, y posteriormente en Grecia.
El historiador norteamericano Will Durant asegura que "Senaquerib Rey de Asiria (hacia 700
a. C.) acuñó monedas de medio siclo".
Posteriormente, las monedas proliferaron rápidamente en todos los países desarrollados del
mundo. Tanto los monarcas como los aristócratas, las ciudades y las instituciones empezaron
a acuñar dinero con su sello identificativo para certificar la autenticidad del valor metálico
de la moneda.
Algunas de las primeras monedas tenían una composición muy estable, como es el caso del
dracma emitido en Atenas en el siglo VI a.C., con un contenido en torno a los 65-67 gramos
de plata fina, o como la redonda moneda china, "qian", de cobre, aparecida en el siglo IV y
que se mantuvo como moneda oficial durante dos mil años. Sin embargo, las monedas
siempre se limaban o recortaban para sacar el metal precioso que contenían por lo que las
autoridades que las emitían estaban tentadas a rebajar la acuñación asegurándose beneficios
a corto plazo al reducir el contenido de metales preciosos. Las monedas de baja calidad de
bronce o cobre eran, de hecho, dinero fiduciario cuyo valor dependía principalmente del
número de monedas de oro o cobre por las que se podían intercambiar. Las monedas de oro
y plata solían circular fuera del país que las emitía dado su valor intrínseco; así, el peso de
plata español, cuyo material provenía de las minas del Perú y de México, se convirtió en una
moneda de uso corriente en China a partir del siglo XVI.
Expansión
Una vez creadas, las monedas originaron un sistema monetario cuyas características han
permanecido, en esencia, constantes durante milenios. Uno de los cambios que ha perdurado
fue la introducción, en las monedas europeas del siglo XVII, de las ranuras en los bordes con
el fin de evitar que se limasen.
El papel moneda fue introducido por primera vez en China, en torno al siglo IX, como dinero
en efectivo intercambiable por certificados emitidos para el gobierno de la dinastía Tang por
los bancos privados. Respaldado por la potente autoridad del Estado chino, este dinero
conservaba su valor en todo el imperio, evitando así la necesidad de transportar la pesada
plata. Convertido en monopolio del Estado bajo la dinastía Song, el papel moneda ha
pervivido durante toda la historia china a pesar de las perturbaciones causadas por los
cambios políticos y de que la emisión del papel moneda no estaba respaldada ni por plata ni
por otras reservas. El problema de la depreciación hizo que, a partir de entonces, se
mantuviera la plata como patrón de cambio chino para las transacciones importantes.
El papel moneda apareció por primera vez en Occidente en el siglo XVI, cuando se
empezaron a emitir pagarés por parte de los bancos para respaldar los depósitos monetarios
de sus clientes. Estos medios de cambio proliferaron y las autoridades coloniales francesas
de Canadá utilizaban cartas de juego firmadas por el gobernador como promesa de pago
desde 1685, ya que el envío de dinero desde Francia era muy lento.
El papel moneda se fue haciendo popular a lo largo del siglo XVIII, pero seguía siendo dinero
crediticio que se emitía para respaldar los depósitos de oro o plata. El dinero fiduciario,
cuando surgió, era normalmente una medida de urgencia para tiempos de guerra, como los
papiros (greenback) americanos. Los bancos privados fueron sustituidos paulatinamente por
bancos centrales como autoridades emisoras de papel moneda.
A finales del siglo XIX la caída del valor del oro acarreó la creación de un patrón oro
internacional en el que todas las monedas podían intercambiarse por oro y el valor del dinero
(más que los precios) estaba fijado por la paridad de la moneda con el oro. Casi todos los
gobiernos suspendieron la convertibilidad de sus monedas durante la I Guerra Mundial,
perdiéndose todo el interés por volver a introducir el patrón oro internacional tras la Gran
Depresión. Gran Bretaña abandonó el patrón oro en 1931 y la transformación de las monedas
mundiales a dinero fiduciario con valores fijados totalmente por la demanda del mercado
culminó con el abandono de la vinculación del dólar estadounidense en 1971.
Características de las monedas
Nombre: Las monedas toman su nombre de diversas procedencias.
Autor: Por ejemplo, los estateros cresios de Creso; los dáricos, medallas persas de Darío, los
filipos, de Filipo de Macedonia. Del mismo modo, se mencionan los Filippeos los Antoninos,
Aurelianos, Valerianos, Constantinos, etc., como las más modernas Felipes, Luises, Carlinos,
Julios.
Imagen que llevan impresa
bos, noctua o mochuelo, la moneda ateniense; testudo la del Peloponeso; homéreos la de
Esmirna con la efigie de Homero; ratiti que tienen la barca; victoriati las romanas con la
imagen de la victoria; bigati, quadrigati, de la biga o cuadriga. Y entre los modernos, las
columnarias, los florines, los ducados, los ambrosinos, los escudos. En los cistóforos
aparecen magistrados o sacerdotes de Baco, de Ceres, de Proserpina con la cesta de Baco: se
dio luego este nombre a todas las que llevaban tipos báquicos o eleusinos, coronas de yedra,
serpientes en la cesta o fuera y se encuentran también en algunas familias romanas como la
Antonia y la Claudia
Lugar: Æginæi, las de Egina, etc.; lo mismo sucede a los besantes de la Edad Media a las
colombias y a las genovinas italianas.
Modo de fabricarlas: v. gr. es grave las de mucho volumen y peso; serrati o ientati, las que
tienen los bordes figurando escaques. De esta clase se encuentran muchos dineros de familia
suponiéndose hechos para impedir la falsificación. En tal caso ¿por qué se elegía el denario
y no el quinario? Además, los reyes de Siria hicieron las monedas de cobre recortadas, no
existiendo por tanto ningún peligro de falsificación. Algunos magistrados tienen recortadas
las monedas de un tipo y no recortadas las de otro. Los más antiguos corresponden al año
564 de Roma; los más recientes, al año 655
Peso: Como el dracma, el óbolo, el estatero de los Griegos, el siclo de los hebreos, el pondo
o el as de los Romanos y la libra moderna, tomada de la antigua. Para los Griegos la unidad
era la dracma y se llamaban didracmas, tetradracmas, las que valían dos o cuatro dracmas.
Era moneda efectiva del Ática, de Egina, de Corinto, de Egipto. Los óbolos eran la sexta
parte de la dracma; el estatero de plata equivalía a las tetradracmas. La mina, igual a cien
dracmas y el talento, igual a sesenta minas, eran monedas efectivas.
Propiedades de las monedas
La moneda tiene una serie de características intrínsecas que es importante conocer a los fines
de poder fijar la relación que existe con otras monedas que circulan tanto dentro de un mismo
estado como en otros países.
Materiales que se emplean
Título, fino o ley
Liga
El pie
La talla
Tolerancia
Merma
Valor
Paridad monetaria
Partes de la moneda
Anverso: Es la cara o faz que se considera principal en las monedas y medallas por llevar el
busto o efigie del rey, persona, divisa nacional o alegoría, así como la fecha de acuñación.
Reverso: Es la cara secundaria donde se indica el valor monetario. Puede contener escenas
sociales, históricas, religosas, políticas, etc. Es de contenido más libre, al no contener
información preestablecida, como el anverso.
Canto: Es el grosor de la pieza, normalmente trabajado geométricamente. También puede
presentar leyendas.
Impronta: Son las leyendas y figuras de las dos caras de la moneda.
Leyenda: Es cada una de las inscripciones escritas de cada cara.
Tipos: Son los elementos figurativos de cada cara.
Marca: Es la letra o símbolo que indica la ceca de acuñación.
Campos: Son los espacios libres y superficies lisas.
Exergo: Es todo lo que queda por debajo del borde sobresaliente que aparece a veces,
generalmente en el reverso, que suele contener leyendas relativas a la fecha de acuñación y
otras.
Valor facial: Es el adjudicado nominalmente por la ceca o entidad emisora.
Grafila: U orla, es el adorno en relieve, generalmente de puntos o de línea, que tienen las
monedas en su anverso o reverso, junto al listel.
Listel: Es el reborde o filete que presentan las monedas modernas, que rodea su
circunferencia.
Firmas: Son las acreditaciones de quienes emiten la moneda, ya sean ensayadores,
gobernadores o directores de bancos.
Clasificación de las monedas
Las monedas pueden sufrir diferentes clasificaciones:
Incusas: Son aquellas piezas que solo tienen relieve por un lado y en el otro una concavidad
artística o grosera. Las hay de figura globosa y por el reverso una concavidad informe o
cuadrados en hueco en que luego se grabaron quizá de relieve símbolos o imágenes: otras se
parecen al peso duro y a veces en el reverso se ve la misma representación del anverso, u otra
semejante, aunque cóncava. Las primeras pertenecen a Asia y a .lllll. Grecia Superior las
segundas a la Magna Grecia reputándose todas de remotísima fecha y creyéndose que cesaron
antes de la mitad del siglo V antes de J. C. De estas monedas no las hay de bronce ni
correspondientes a ciudades que cesasen de existir antes de introducirse los dos relieves.
Deben, pues, suponerse posteriores a las de plata con doble relieve. Algunas aparecen así por
incuria del monedero que se olvidaba de levantar la pieza ya acuñada, resultando esta de
consiguiente cóncavo-convexa, y con el mismo tipo por ambos lados.
Recusas o reselladas: Se llaman aquellas en que la impronta resultó doble por defecto de
acuñación. Otras veces se han resellado por haber querido sustituir una impronta diversa, ya
a causa de que un príncipe sucedía rápidamente al otro, ya con objeto de alterar su valor o de
convertir en moneda del país una extranjera. Casi del mismo género son las contramarcadas
a las cuales se añadía con posterioridad un sello de menor tamaño que el tipo: lo cual se hacía
por las razones antedichas o para dedicarlas a algún uso temporáneo como el de servir de
billete de entrada en ciertos espectáculos.
Restituidas o de restitución
Son las monedas de un emperador romano, acuñadas de orden de su sucesor. Trajano renovó
a menudo los tipos precedentes de Claudio Augusto y Galba quizá como señal de afecto. Se
conocen por las letras REST, ignorándose la verdadera razón de este hecho.
Encamisadas o bracteadas: Son aquéllas en que el alma de bronce o de plomo está revestida
de una hoja de plata o de oro, para falsificarlas.
Embutidas: Aquéllas en que se ve la cara de una medalla y el reverso de otra, cruzados o
soldados juntos por falsificadores.
Borradas: Las que tienen el cuño gastado. Hay algunas cuyo tipo no está impreso sino en el
centro de un gran círculo, a veces de oro, y que tienen un anillo para colgarlas. Otras tienen
un contorno de metal más fino, puesto antes de acuñarlas, de modo que el tipo alcance a
ambos.
Doradas: Existen también doradas en todo o en parte, como la corona o el epígrafe; convexas
por un lado y cóncavas por el otro a manera de copa, especialmente las bizantinas y de la
Edad Media a que se da el nombre de esquifadas.
Según su dependencia
Autónomas: Son las que un pueblo o una ciudad acuñaron sin indicio de sujeción a ningún
rey ni a otro pueblo. Las ciudades y las naciones libres ponían en ellas su nombre, como
ΣTPA , o ΣSTPAKOΣIOΣ o ΣTPAKOIΩN. Los reyes nacionales de Sicilia del África, del
resto de Europa, no permitieron poner más nombres que los suyos. En Roma, en tiempo de
los cónsules y de Augusto, los jueces privativos de los monederos podían poner los suyos.
Las letras S C (senatus consulto) que se ven en las monedas de cobre de la época imperial,
indujeron a sospechar que el acuñarlas era atribución del Senado pero otros lo niegan y
sostienen que era solo un signo para indicar que habían sido acuñadas en Roma. El derecho
de colocar su nombre en las medallas se conservó a muchas regiones aun después de
sometidas a Roma de suerte que no aparece allí ningún vestigio de sujeción.
Oficiosas: Se titularon las monedas en que un pueblo o una ciudad atestiguaban su
dependencia del rey o de los emperadores; su serie parece concluir con Galieno.
Regias: Son las que muestran la dependencia. Existen pocas correspondientes a reyes
europeos y menos aún a africanos; mientras que abundan las de reyes asiáticos, empezando
por Alejandro I de Macedonia. Sin embargo, muchos de los antiguos monarcas macedonios
no llevan la cabeza sin el título de BAΣAETΣ y parece que los primeros que colocaron en
ellas su efigie fueron Gelon, Genon y otros tiranos de Siracusa. Los sucesores de Alejandro
pusieron la efigie de éste y quizá también la de sus antepasados.
Impropiamente se colocan entre las monedas las contorneadas. Algunos las confunden con
los medallones de metal doble, es decir, contorneados por una orla de metal más fino pero
propiamente son medallas de bronce de gran módulo con un surco circular en el contorno,
donde suelen estar los glóbulos. Se conoce que este surco fue hecho posteriormente pues a
veces corta hasta la inscripción. Son sutiles y poco elegantes discordando a menudo el
anverso del reverso. Llevan varios sellos incusos, especialmente la rama de palma y el
monograma £ o una R invertida, siempre es en hueco y a veces relleno de plata. No tienen
fecha: parece que acuñaban solo por autoridad privada y que servían para carreras y
espectáculos circenses.
Formas de acuñación y su evolución
Las monedas más primitivas se acuñaban por medio de un golpe en un troquel se grababa
una marca en el anverso de una pieza de metal o cospel. El resultado eran monedas de
impronta irregular y variable que reciben el nombre de "incusas" y se caracterizan porque
presentan la misma imagen por los dos lados: en una en relieve y en la otra en hueco. Este
procedimiento permaneció sin mayores cambios hasta el siglo XVI, y continuó utilizándose
en muchas importantes cecas, como la de Potosí y México, hasta el siglo XVIII.
Una modalidad menos frecuente, que aparece en monedas de China, Japón y Vietnam, era el
empleo de un molde hueco en el que se vertía el metal fundido. Los griegos, romanos, y los
reinos europeos en la Edad Media utilizaron la acuñación a martillo, sin mayores
innovaciones técnicas. Durante la Edad Media la acuñación de moneda era facultad especial
del monarca, pero era frecuente que por concesión o privilegio distintas ciudades, nobles o
monasterios hicieran sus propias acuñaciones. Hacia 1500, Leonardo da Vinci diseñó una
prensa mecánica que permitía acuñar simultáneamente el anverso y el reverso, para imprimir
monedas, sellos y medallas en el Vaticano. El diseño nunca fue construido.
En 1550 un orfebre de Augsburgo, Max Schwab, creó una prensa de volante, que consistía
en un tornillo que subía y bajaba para golpear el cuño, impulsado por un eje transversal con
dos cilindros de plomo. El rey Enrique II de Francia adquirió el equipo y el grabador Antoine
Brucher realizó varias pruebas en 1553. La nueva prensa sin embargo no logró implantarse
debido a la oposición de los fabricantes de moneda que preferían mantener el antiguo sistema
de acuñación a martillo. El grabador e ingeniero francés Nicholas Briot (1579-1646) realizó
varias mejoras a esta prensa de volante pero no pudo convencer al gobierno. Sin embargo,
Briot fue bien recibido por el rey Carlos I de Inglaterra y acuñó monedas y medallas para la
Royal Mint. En Francia este mismo sistema fue implantado posteriormente por su hermano,
Isaac Briot.
La primera acuñación mecánica, seriada y uniforme se introdujo en 1551 en la Casa de
Moneda de Hall (Tirol) utilizando un molino hidráulico de laminación. Dos grandes rodillos
aplanaban el metal, utilizando el mismo procedimiento para posteriormente aplicar la
impronta o motivo. Fue aplicado en muchas cecas europeas, y permaneció hasta fechas
modernas para la laminación del metal, a veces en combinación con otros sistemas de
impresión.
En 1686 en las cecas francesas comenzó a utilizarse la máquina diseñada por el ingeniero
Jean Castaing, que permitía grabar el canto de los cóspeles con un diseño o cordoncillo.
El inicio de la Revolución Industrial incentivó la aparición de varias máquinas, entre ellas la
prensa patentada por el mecánico alemán Dietrich Ulhorn que permitía la acuñación uniforme
a gran velocidad. Sustituía el tornillo por un juego de palanca articulada con un motor
impulsado por vapor, sustituido posteriormente por la electricidad. El sistema fue
posteriormente perfeccionado en 1833 por el ingeniero francés Pierre-Antoine Thonnelier.
Este diseño básico, con adecuaciones y mejoras, permanece en uso hoy día.
En 1830 el ingeniero suizo Jean Pierre Droz inventó el sistema de virola partida, con lo cual
se conseguía acuñar las dos caras de la moneda a la vez y también el canto. La acuñación del
canto fue un factor de gran importancia ya que evitaba el robo de metal por medio de recortes.
Como se expuso anteriormente en la antigüedad las monedas llevaban el cuño por ambas
caras y uepll rey garantizaba el peso del metal de la moneda. La forma de robo consistía en
recortar los rebordes y así juntar el metal que se recortaba de varias monedas para acuñar una
nuevas.
Para revisar la autenticidad de las monedas, se recomienda hacer un examen al tacto, visual
y comparativo.
Examen al tacto: Las características que presenta la moneda como medio de pago, se pueden
sintetizar en las siguientes:
El gran valor que representa con relación a su peso y volumen.
Reconocimiento unánime como medio de pago que impide juzgar acerca de su
calidad.
Su divisibilidad que permite fraccionar su valor en forma ilimitada.
La dificultad en su falsificación que impide la circulación de un medio de pago que
no se encuentra debidamente controlado, ya que en cada país se aprueba sólo una
moneda a la vez.
Al tocar una moneda se debe poner atención en:
El ensamble: En las monedas bimetálicas, el ensamble del anillo perimétrico es
prácticamente perfecto, por lo que al tacto no se percibe ningún borde en su unión con el
núcleo o centro de la moneda.
El canto. Éste puede ser liso, estriado (serie de ranuras paralelas en el espesor o canto de la
moneda), estriado discontinuo (combinación de ranuras paralelas y partes lisas) o con una
ranura perimetral. Si presenta rebabas, u otras irregularidades, puede tratarse de una moneda
falsa.
La textura. Una moneda debe presentar una textura lisa. En caso de sentirse resbalosa o
jabonosa, podría tratarse de una moneda fundida y en consecuencia, esa moneda es falsa.
Examen visual
A simple vista se pueden revisar:
El color. El color de una moneda es característico y único. Este color se debe a que
en la fabricación de la moneda se unen dos o más metales mediante fundición
(proceso conocido como aleación). El color se fija cuando se funden los metales y
permanece sin cambios durante toda la vida de la moneda. Las monedas mexicanas
no cuentan con ningún tipo de recubrimiento, ni tienen chapa metálica ni pintura
sobrepuesta, por lo tanto, no se decoloran.
El brillo. Éste se obtiene durante la acuñación de la moneda y, al igual que el color,
es característico para cada aleación.
La lisura. Las partes de la moneda que no tienen grabado debe ser lisas, uniformes y
sin porosidades.
El desgaste. Las monedas, al ser utilizadas diariamente, sufren un desgaste natural e
irregular (disparejo). Si una moneda tiene un desgaste regular u homogéneo (parejo),
o tiene una falta de nitidez general en el grabado, entonces puede tratarse de una
moneda falsa.
Examen comparativo
En caso de dudar de la autenticidad de una moneda, se puede comparar en su peso, diámetro
y espesor, con otra que tenga la seguridad de que es auténtica. Cualquier diferencia que se
note en el peso, en el diámetro o en el espesor, puede indicar que se trata de una moneda
falsa.
Falsificación de moneda: México
La falsificación de dinero, tanto monedas como billetes, está considerado como delito en casi
todas las legislaciones penales. El delito suele incluir tanto la fabricación como la
distribución de dinero falsificado.
Caso de México
El realizar un pago con una pieza falsa es un delito federal que puede ser castigado hasta con
doce años de prisión. Los billetes o monedas deben ser llevados a cualquier banco para que
lo envíen al Banco de México para su análisis ya que es la única institución en el país que
determina si un billete o moneda es auténtico o falso.
Si al realizar un pago se indica que alguno de los billetes y/o monedas parece falso, debe ser
devuelto. Únicamente los bancos pueden quedarse con billetes o monedas que parecen falsos
pero a cambio deben entregar un recibo:
El banco enviará la pieza presuntamente falsa al Banco de México para que lo analicen.
El procedimiento para canalizar un billete o moneda de dudosa autenticidad al Banco de
México y conocer el resultado del análisis, es gratuito. Se basa en los Artículos 19 y 20 de la
Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos y consta de los siguientes pasos:
1. Acudir a cualquier banco con el billete o moneda que requiere ser analizada. El banco
entregará un recibo a cambio de la pieza con datos tales como el número de folio, la
serie y la fecha de emisión (en el caso de un billete), año de acuñación (en el caso de
una moneda) y la denominación. También deben incluirse los datos de quien entrega
la pieza para poder avisarle el resultado (nombre, domicilio y número telefónico).
Debe verificarse que el recibo contenga un número de folio para poder dar
seguimiento al análisis de la pieza entregada. Es importante mencionar que nadie
puede marcar, perforar o destruir un billete o moneda por dudar de su autenticidad.
Sin embargo, en el caso de los billetes mexicanos, el cajero de un banco comercial
puede marcarlos con un sello que cumpla con las características que indica el Banco
de México. El sellado debe realizarse en presencia de la persona que presenta el
billete.
2. Enviar la pieza al Banco de México. Este envío es responsabilidad de la institución
bancaria y el tiempo varía dependiendo del mecanismo que utilice.
3. Análisis de la pieza. Una vez que la pieza llega al Banco de México, el resultado del
análisis estará listo dentro de los siguientes veinte días hábiles bancarios.
4. Resultado del análisis. Si el Banco de México confirma que se trata de un billete o
moneda auténtica, la institución bancaria que entregó el recibo reembolsará el dinero.
Si se trata de una falsificación, la pieza será enviada a las autoridades
correspondientes y no se reembolsará el dinero puesto que se trata de un papel o metal
sin valor.
El banco que retuvo el billete o moneda está obligado a informar a la persona interesada sobre
el resultado de la verificación de autenticidad.
Billetes o monedas presuntamente falsos recibidos en la ventanilla de un banco o en cajero
automático
Si estás seguro de haber recibido un billete o moneda que parece falso a través de la ventanilla
de un banco o en algún cajero automático, se puede hacer una reclamación. El procedimiento
se basa en el artículo 48 Bis 1 de la Ley de Instituciones de Crédito y consta de los siguientes
pasos:
1. Acudir al banco que entregó el dinero sospechoso y llevar la pieza recibida para hacer
la reclamación, dentro de los primeros cinco días hábiles a partir de la recepción de
la pieza. Si el dinero sospechoso obtenido en un banco fue detectado al hacer alguna
operación en un segundo banco, la pieza debió retenerla este segundo banco y debió
entregar a cambio un recibo como se mencionó anteriormente. Este recibo puede
utilizarse para presentar la reclamación en lugar de presentar la pieza. Proporcionar
los datos que se soliciten para el llenado de un recibo. Escribir de puño y letra en el
recibo cómo fue que se obtuvo el dinero sospechoso, la fecha, la hora y el lugar,
cantidad, datos de la pieza tales como el número de folio, la serie y la fecha de emisión
(en el caso de un billete), año de acuñación (en el caso de una moneda) y la
denominación. Debe verificarse que el recibo contenga un número de folio para poder
dar seguimiento al análisis de la pieza o recibo entregado.
2. En cinco días hábiles bancarios contados a partir de la presentación de la reclamación,
la institución bancaria verificará que la operación se haya realizado como se describió
en el recibo.
3. Si se confirma que los hechos ocurrieron como se explicó en el recibo, la institución
bancaria reembolsará el dinero sin importar si el billete o la moneda es o no auténtico.
Funciones de las monedas
Las funciones de las monedas se encuentran íntimamente relacionadas con las funciones del
dinero (que es lo que representa) que se pasan a detallar:
Medida de valor: es la medida de valor ya que el valor de las cosas puede ser
representado por medio de las unidades que ella representa.
Instrumento de adquisición directa: puesto que permite adquirir cualquier bien en
función de su valor.
Instrumento de liberación de deudas: debido a que tiene una fuerza cancelatoria de
las mismas al constituirse en un medio de pago reconocido legalmente.
Medio de atesoramiento de riquezas: se puede atesorar para necesidades futuras
debido a que conserva indefinidamente su valor.
La moneda como medio de pago
Las características que presenta la moneda como medio de pago, se pueden sintetizar en las
siguientes:
El gran valor que representa con relación a su peso y volumen.
Reconocimiento unánime como medio de pago que impide juzgar acerca de su
calidad.
Su divisibilidad que permite fraccionar su valor en forma ilimitada.
La dificultad en su falsificación que impide la circulación de un medio de pago que
no se encuentra debidamente controlado, ya que en cada país se aprueba sólo una
moneda a la vez.
CRITERIO PERSONAL
Se evidencia que el origen de la moneda, según su historia, tiene una antigüedad de 700
años, antes de la era cristiana, además observamos que se presentó porque el sistema del
trueque no funcionaba bien, por lo que decidieron buscar nuevas alternativas de
negociación que faciliten sus transacciones comerciales.
Poco a poco fueron usando diferentes tipos de metales tales como aros, placas, navajas o
cuchillos, estos fueron adoptando formas circulares por uniformidad.
De esta forma vemos que poco a poco fue evolucionando la moneda que facilito las
transacciones comerciales y económicas en todo el mundo, en los diferentes países se
adoptaron varios diseños, dependiendo de la cultura de cada pueblo.
(O'Sullivan & Sheffrin., 2003)
BIBLIOGRAFÍA
O'Sullivan, A., & Sheffrin., S. M. (2003). Wikipedia. Obtenido de
http://es.wikipedia.org/wiki/Moneda
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