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UN LUGAR DE ENGATIVÁ ENTRE LA GESTIÓN PÚBLICA Y EL HABITAR:
DE PLAZA FUNDACIONAL A PARQUE URBANO
ARMANDO ALARCÓN MATALLANA
Trabajo de grado para optar al título de:
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales
Directora:
Nubia Moreno Lache
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES
BOGOTÁ D.C.
MAYO DE 2017
2
Dedicatoria
Al caminar por los senderos de la vida
junto a ustedes, mis queridos padres,
les agradezco por el hogar construido,
debido al inmenso cariño compartido.
El cangrejo que presiona tu fuente de vida
no podrá vencerte ya que eres muy fuerte,
así que en adelante lucha con amor propio:
el hecho de vivir el día a día es estar juntos.
La nostalgia por el pasado ha sido avasallante,
pero hoy nos posee un deseo: de salir adelante
para declarar que vivir es un acto de rebeldía.
3
Tabla de contenido
Introducción. Entrada promisoria a un espacio abierto .................................................................. 5
Capítulo I. Una proyección: Plaza Fundacional de Engativá ..........................................................7
Capítulo II. Las plazas: estudios históricos, proyectos arquitectónicos y análisis de prácticas .... 12
2.1. La ciudad en relación con la transformación y el patrimonio de la plaza .......................... 13
2.2. Proyectos arquitectónicos para planificación de un lugar: la plaza ................................... 19
2.3. Análisis de las prácticas sociales de los sujetos en las plazas ............................................ 25
2.4. Consideraciones sobre el abordaje de la plaza bajo tres tendencias ..................................28
Capítulo III. La plaza en la ciudad: lugar para habitar y objeto de gestión pública .....................30
3.1. El espacio público urbano significa la ciudad.................................................................... 31
3.2. Concepción de gestión pública en la esfera institucional .................................................. 38
3.3. La construcción social del lugar ........................................................................................ 41
3.4. Habitar la ciudad: la experiencia en el lugar ...................................................................... 47
Capítulo IV. Habitar y gestionar el lugar: una plaza vivenciada como parque urbano .................51
4.1. Fundamentación metodológica proyectada ........................................................................51
4.2. El espacio público urbano en Engativá ...............................................................................59
4.2.1. Antecedentes para un espacio abierto localizado .........................................................59
4.2.2. Definición inicial de una tipología urbana en tensión .................................................62
4.2.3. Marco arquitectónico del espacio abierto ubicado en un área .....................................67
4.3. Gestión pública local en doble vía ......................................................................................73
4.3.1. Una revisión documental sobre gestión pública local...................................................74
4
4.3.2. Un sondeo de opinión sobre gestión pública local........................................................79
4.4. Cuando se habita el lugar: narrativas y prácticas en el espacio abierto ..............................86
4.4.1. Orientaciones para una historia local ............................................................................87
4.4.2. Orientaciones para una cultura local .............................................................................97
Capítulo V. A modo de conclusiones: salida promisoria del espacio abierto ..............................106
Referencias bibliográficas ............................................................................................................112
Sección de anexos ........................................................................................................................119
Anexo 1. Matriz de registro de usos de suelo
Anexo 2.Matriz de registro documental
Anexo 3. Encuesta
Anexo 4. Diario de campo
Anexo 5. Entrevista a profundidad
Anexo 6. Formatos de solicitud
5
Introducción
Entrada promisoria a un espacio abierto
En el espacio urbano de las ciudades iberoamericanas se han asentado los núcleos
fundacionales que han sido referentes obligados de la historia urbana en Occidente, entonces,
señalan los alcances de los proyectos urbanísticos perpetuados en la época colonial que se
impusieron a la organización de los asentamientos indígenas. Por eso, respecto a la definición de
modelos espaciales en el plano ortogonal, se destaca la plaza de origen colonial alrededor de la
cual se erigió el crecimiento urbano, por constituirse en el centro de un proyecto de ciudad.
En ese sentido, se parte de considerar que estos espacios abiertos de uso público pueden
brindar orientaciones acerca de la vida urbana de los habitantes de una ciudad, debido a que en
su escenario se han generado acontecimientos políticos, religiosos, económicos, culturales, etc.
Por eso la necesidad inicial, durante la fase previa a la formulación del proyecto, de elegir una
zona de estudio en Bogotá, en este caso, la Plaza Fundacional de Engativá, localizada al
noroccidente, que en la escala de la ciudad hace parte integral de un sistema de plazas.
El modelo espacial de plaza, precisamente, proyecta espacios abiertos singulares que
están contenidos en un marco arquitectónico, según periodos históricos y espacios geográficos
dados. De tal modo que la Plaza Fundacional de Engativá y su marco arquitectónico presentan
transformaciones morfológicas dignas de consideración para el estudio. Por un lado, su escenario
está provisto de ajardinamientos y una cancha deportiva y, por otro lado, se destacan las
reconstrucciones y cambios de posición de la parroquia, el cambio de sede y traslado definitivo
de la Alcaldía Local en los años cincuenta, cambios de usos de suelo en el tiempo y la ubicación
actual del espacio abierto en medio de la vecindad de los barrios Engativá Centro y El Mirador I.
Para esta investigación, en particular, resulta imprescindible la centralidad de la relación
entre sociedad y espacio ya que implica valorar las prácticas culturales que llevan a cabo los
habitantes cuando pasan por la experiencia de estar, permanecer y desplazarse en el espacio
público donde coexisten con los otros y, en consecuencia, se parte de la presunción de no
concebir el espacio como un contenedor de los hechos sociales y tampoco de considerar los
habitantes como objetos que ocupan un sitio, en últimas, se pretende hacer una contribución en
torno a la dimensión espacial de la condición humana.
6
Además, no se debe desconocer para estos propósitos que, a nivel distrital, el Espacio
Público Construido contemplado en los planes de ordenamiento territorial está dividido en el
subsistema de parques urbanos y el subsistema de espacios peatonales, en ese caso, la
denominada Plaza Fundacional de Engativá pertenece a la segunda categoría y esto implica la
disposición de planes específicos desde la gestión pública orientada por la Alcaldía Local.
Dadas estas preocupaciones, en el marco de la posible restauración morfológica que se
contempla para el presente año, este informe presenta un panorama, que no es el único, acerca de
la Plaza Fundacional de Engativá en lo que concierne a su significación como lugar, a la luz del
habitar, en donde además se tienen en cuenta incidencias que haya tenido la gestión pública local
durante un período reciente. Por otro lado, respecto al trabajo de campo, se extienden
agradecimientos al Observatorio Local de Engativá y a la Junta de Acción Comunal de Engativá
Centro, y también un reconocimiento a la Colonia Engativeña: una asociación conformada por
habitantes raizales preocupados por recuperar tradiciones culturales en el lugar.
Cabe destacar que esta investigación ha sido socializada en el I Encuentro Distrital de
Ciencias Sociales: Didáctica, experiencias y aportes teóricos, en el cual se presenta la ponencia
denominada La plaza principal de Engativá: un lugar entre gestiones públicas y habitares el 24
de abril de 2017; así como en el curso de Ciclo de Innovación proyecto de investigación y
pedagógico: Dinámicas Contemporáneas del Espacio Urbano -segunda versión- a cargo de las
profesoras Nubia Moreno Lache y María del Pilar Marín Rivas en la modalidad de evento
académico de socialización de investigaciones monográficas los días 13 y 27 de marzo de 2017.
Por último, este informe de investigación consta de cinco capítulos: en el primero se
presentan los ejes centrales que articularon la formulación del proyecto; en el segundo se expone
un estado del arte sobre el tema de estudio que es la plaza de origen colonial a partir de tres
núcleos temáticos; en el tercero con base en las preguntas orientadoras se abre el horizonte
epistemológico que soporta un marco teórico de referencia; en el cuarto se fundamenta el método
cualitativo-etnográfico para el despliegue del diseño metodológico con la finalidad de exponer la
interpretación de los resultados, y en el quinto se postulan conclusiones para la situación
problema, la zona de estudio, la formación de docentes investigadores y el proyecto curricular de
licenciatura en ciencias sociales, para terminar por señalar recomendaciones con la finalidad de
brindar aperturas en este asunto.
7
Capítulo I
Una proyección: Plaza Fundacional de Engativá
La plaza de origen colonial como modelo espacial ha sido un hito de referencia en el
abordaje de la historia de Engativá, desde su fundación en el siglo XVI hasta la actualidad, de
manera que eso también conlleva a reconocer hechos que hayan sucedido en un pasado reciente;
lo que ha demandado, en esta oportunidad, ahondar en la capacidad de dicho espacio abierto para
consagrar, en su escenario, la interacción de dos esferas dinámicas: las prácticas culturales de
habitantes y las prácticas institucionales desde la gestión pública local.
En ese sentido, por un lado, se expresa en el espectro de vivencias de los habitantes una
multiplicidad de prácticas culturales que evidencian la relación entre sociedad y espacio, a un
ritmo exponencial en el tiempo presente, lo que se contrasta con la mayor duración que conllevan
los cambios morfológicos del núcleo fundacional; y, por otro lado, desde el ejercicio de los
programas del Plan de Desarrollo Local, en un pasado reciente para este caso, la Alcaldía Local
de Engativá ha tenido la tarea de gestionar e incidir en este espacio abierto que, a grandes rasgos,
se encuentra ajardinado, adoquinado y pavimentado en el trazado urbano del sector y, además,
presenta una forma cuadrada y regular en continuidad con el plano ortogonal que estructura el
espacio urbano del núcleo fundacional, el cual se ubica en la UPZ 74-Engativá, localizada al
suroccidente de la localidad décima.
De tal modo que, en términos de administración pública, debido al modelo de
descentralización contemplado en la legislación, la Alcaldía Mayor de Bogotá está encargada del
gobierno a nivel distrital, lo que implica según la división política y administrativa en veinte
localidades, la elección por parte del Alcalde Mayor de los Alcaldes Locales, de acuerdo a la
terna presentada por los ediles que conforman la Junta de Acción Local para un período de
cuatro años, con base en la guía de un Plan de Desarrollo Local, que es el instrumento de la
gestión pública, cuyas orientaciones le llevan a intervenir el Espacio Público Construido.
Dado que se identifican dos modalidades básicas del sistema urbano: el desplazamiento
en las calles y la permanencia en la plaza (Pérgolis, 2002), el interés se cierne sobre la plaza,
cuyos usos son signados por los habitantes, entonces, si bien está articulada a las calles y al
marco arquitectónico, ambos elementos se tendrán en cuenta, no como fines en sí mismos, sino
8
como instancias que eventualmente se van a destacar cuando los sujetos habitan y significan el
espacio abierto. En ese orden de ideas, sin pretensiones de explicación sino de interpretación,
resulta conveniente plantear las siguientes preguntas orientadoras:
a. ¿Cómo el habitar ha generado significaciones de lugar en la Plaza Fundacional de
Engativá?
b. ¿Cómo incide en este asunto la gestión pública por parte de la Alcaldía Local desde el
Plan de Desarrollo Local 2013-2016?
De acuerdo a la red de relaciones entre los conceptos clave que orientan el sentido de las
preguntas, se abre un horizonte epistemológico que postula de un modo predominante a la
geografía humanística, debido a la preocupación por indagar las relaciones entre los grupos
sociales y su entorno, en especial, por la importancia que se le ha otorgado a la construcción
social del lugar en la perspectiva de la experiencia (Tuan, 1975, 1977, 2007), sin desconocer, en
lo que a esto concierne, los aportes pioneros en torno a la noción de espacio vivencial que se
distingue ampliamente del espacio matemático y abstracto (Bollnow, 1969) y, por supuesto, para
la docencia resulta factible considerar potencialidades que tiene la concepción del lugar en la
educación geográfica (Callai, 2004).
Por lo cual, se determina una alineación de perspectivas que se enfilan al lado de la
geografía humanística. Así, desde las geografías de la vida cotidiana se reconoce la centralidad
del sujeto-habitante que es sujeto-cuerpo y sujeto-sentimiento en las microsituaciones que, a su
vez, permiten otorgar pistas sobre la producción y reproducción socio-espacial de la ciudad
(Lindón, 2009), cuyo abordaje viene a apuntalar un vínculo entre la construcción social del lugar
y un concepto abordado en la antropología espacial para el entendimiento de la cultura urbana, el
habitar, concebido como una serie de prácticas y representaciones que permiten al sujeto situarse
en un orden espacio-temporal mediante la percepción y la relación con el entorno (Giglia, 2012).
Este vínculo se sitúa, en correspondencia, en el espacio público urbano que consiste en el
sistema de calles y plazas, propio de la ciudad tradicional, las cuales indican dos modalidades: el
recorrido y la permanencia, con base en la concepción de que los elementos urbanos significan la
ciudad desde una semiótica de la arquitectura (Pérgolis, 1984, 1995, 2002), en la medida que la
plaza y la calle son recintos urbanos imprescindibles en el campo del diseño arquitectónico
9
(Samper, 1997), aunque también resulta necesario advertir la probabilidad que existe de una
transición tipológica: de plaza a parque urbano (Estrada, 2012). Por último, no por eso menos
importante, en lo que concierne a visibilizar la esfera institucional en el espacio abierto a partir
de la administración pública, se sustentan los cuatro momentos de la gestión pública, cuyo
instrumento político y técnico principal es el Plan de Desarrollo Local (DNP, 2011).
Respecto a la metodología, esta es una investigación de tipo cualitativa que en medio de
la diversidad de opciones sustenta la elección de una estrategia investigativa, con base en una
postura epistemológica que define el proceso a seguir, en el cual se maneja información
cualitativa y cuantitativa, según los objetivos que van a ser planteados y desplegados en el
cuadro de diseño metodológico presentado.
Dado este interés se recurre a la etnografía, que según la revisión de Estupiñán et al.
(2013) ha recibido múltiples clasificaciones según el enfoque, el propósito y el objeto, a partir de
lo cual se derivan unas etnografías orientadas hacia la elaboración de descripciones y otras
enfocadas en la generación de interpretaciones; no obstante, estos dos procesos no son
excluyentes en el proceso de un método etnográfico porque ambos son contemplados, por el
contrario, la diferencia radica en el interés que tiene una investigación en cuestión ya que como
advierte Martínez (2002) el objetivo es describir e interpretar las modalidades de vida de grupos
de personas habituadas a vivir juntas, de unidades sociales en situaciones concretas.
El método cualitativo-etnográfico, en esta oportunidad, orientado hacia la generación de
interpretaciones está sustentado en las teorías de la cultura, por lo cual la unidad de análisis es el
ethnos: un grupo humano que constituye una entidad cuyas relaciones estén reguladas por la
costumbre o por ciertos derechos y obligaciones recíprocos, por ende, susceptible de ser
estudiado etnográficamente (Martínez, 2002). En ese sentido, para la formulación de este
proyecto, de acuerdo a Estupiñán et. al. (2013) el proceso de investigación etnográfica es un
modelo cíclico que implica contemplar una serie de fases que se corresponden con el siguiente
cuadro de diseño metodológico.
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Objetivo General. Interpretar desde el habitar significaciones de lugar en la Plaza Fundacional de Engativá, donde ha incidido la gestión pública
por cuenta del Plan de Desarrollo Local 2013-2016
Objetivos específicos Técnicas Instrumentos Sistematizaciones Participantes
1. Caracterizar la Plaza
Fundacional de Engativá
Cartografía de
usos de suelo
Matriz de registro: usos de suelo
en la zona de estudio
Tabla de usos de suelo en área
de influencia de la plaza con
apoyo cartográfico
Muestra intencional:
residentes del sector en el
marco de la plaza
2. Analizar incidencias de
la gestión pública en la
plaza con base en el Plan
de Desarrollo Local
2013-2016
Análisis
documental
Matriz de registro: Plan de
Desarrollo Local e Informes de
Rendición de Cuentas
Matriz comparativa: eventos
institucionales en el cuatrienio
de gestión pública
Actor institucional:
Alcaldía Local de Engativá
Encuesta Cuestionario: preguntas cerradas
y abiertas
Tabulación y elaboración de
gráficas en programa Excel
Muestreo a cuotas: 50
habitantes
3. Identificar habitares en
la Plaza Fundacional de
Engativá
Observación no
participante
Diario de campo: datos de
contexto, descripciones,
impresiones, análisis y
archivo fotográfico
Matriz de convergencias y
divergencias del habitar con
apoyo de imágenes
Muestra intencional:
protagonistas de habitares,
in situ, en el escenario
4. Describir
significaciones de lugar
de habitantes de la Plaza
Fundacional de Engativá
Entrevista a
profundidad
Guía no estructurada de seis
preguntas abiertas: serie de
tópicos generativos
Matrices de categorización
deductiva e inductiva para
análisis, interpretación y
conceptualización.
Muestra intencional:
8 adultos de la tercera edad
que participan, la mayoría,
en la Junta de Acción
Comunal
Tabla 1. Diseño metodológico de la investigación
Fuente propia
11
Este informe de investigación, con base en la elección de la estrategia investigativa
planteada, está estructurado conforme al desarrollo de las siguientes fases:
a. Fase preparatoria: definición de la situación problema mediante la formulación del
proyecto de investigación con base en la intención investigativa, indagación documental
y de campo para explorar la zona de estudio, elaboración del estado del arte para exponer
un balance sobre el tema de investigación y sugerir la posibilidad de búsqueda de lo
inédito, y la construcción del marco teórico de referencia.
b. Fase de trabajo de campo: implementación del diseño metodológico que permitió la
interacción directa entre el investigador y los participantes, con la finalidad de llevar a
cabo la recolección de información cualitativa y cuantitativa según un orden
procedimental con base en la mediación de técnicas y sus respectivos instrumentos, para
su consecuente organización.
c. Fase de descripción e interpretación de la cultura: sistematización de la información
cualitativa y cuantitativa de acuerdo a la mediación de las técnicas y los instrumentos
(con la posibilidad de recabar informaciones), escritura de análisis de resultados,
presentación de informe final al evaluador y socialización.
12
Capítulo II
Las plazas: estudios históricos, proyectos arquitectónicos y análisis de prácticas
La presentación de antecedentes sobre el tema central es un ejercicio que resulta
prioritario, en ese caso, la revisión de estudios acerca de las plazas de origen colonial, ubicadas
en el espacio urbano, permite proyectar líneas de análisis, en la medida que la presente
investigación no puede estar aislada de dichas contribuciones porque en su abordaje se encuentra
implícita una tendencia, en la cual puede clasificarse sin problema, es decir, al igual que se
presentan en este apartado tres núcleos temáticos la presente investigación se puede situar en
alguno de ellos.
Por lo tanto, este estado del arte sobre el tema de la plaza está dividido, como se ha
planteado, en tres tendencias o núcleos temáticos, de tal modo que entren en consideración
problematizaciones, conceptualizaciones, disciplinas involucradas, enfoques y estrategias de las
investigaciones, por algunas implicaciones que esto tiene. Al respecto, como se señala al final, el
se trata del reconocimiento de aspectos potenciales que pueden tenerse en cuenta en el proceso
investigativo y la discusión acerca de la búsqueda de lo inédito porque brinda utilidades a la
formulación del mismo proyecto.
Para introducir el tema, se debe señalar que las plazas han sido espacios públicos abiertos
que, en la historia, merecen un reconocimiento al constituirse en formas urbanas centrales de uno
de los proyectos urbanísticos de Occidente, a diferentes escalas: continental, nacional, regional y
municipal, por cuenta del proceso de colonización española en América Latina, bajo el objetivo
prioritario de garantizar la organización de las ciudades coloniales.
El estado del arte que se realiza acerca de este tema comprende un período específico,
desde 1973 hasta 2014, a partir de la revisión, en la mayoría de los casos, de monografías de
grado y tesis de maestría en las bases de datos de universidades públicas y privadas. En
referencia a dicho período, la producción se intensificó en los inicios de este siglo a comparación
de décadas anteriores, lo cual permite inferir, dicho sea de paso, que se ha tendido a incrementar
el interés por el estudio de la plaza. De un modo u otro, el propósito que tiene este ejercicio
consiste en postular un balance sobre lo investigado, en especial en la ciudad de Bogotá, por
supuesto al lado de algunas referencias de casos nacionales e internacionales.
13
Para esta finalidad, la recolección de información se realizó por medio del Resumen
Analítico Especializado (RAE) que define criterios específicos que guían este ejercicio de
revisión y balance. Así, mediante el diligenciamiento de su plantilla se procedió a hacer la
respectiva sistematización por medio de matrices de análisis para la categorización y la posterior
clasificación de las investigaciones en los tres núcleos temáticos o tendencias a presentar. Por lo
tanto, no se decidió clasificar las tendencias investigativas según su orientación disciplinar sino
por los conceptos que estructuraban cada investigación, así que era de esperarse que se
encontraran continuidades en ese sentido, sin embargo, la intención de fondo radica más en situar
la plaza como objeto de estudio en tres facetas que necesariamente no se excluyen entre sí.
Según esta alineación, la plaza se aborda en la primera línea desde la perspectiva histórica
y patrimonial que, a su vez, busca vincular permanentemente a la ciudad; en la segunda línea
desde la propuesta de proyectos arquitectónicos para su planificación como lugar de la ciudad; y
en tercer lugar desde análisis de prácticas socio-culturales de los sujetos. Para terminar, se
presenta un panorama acerca de continuidades y discontinuidades de este balance que ha
pretendido ser abarcador y no por eso tener la última palabra, por el contrario, constituye un
punto de partida exploratorio al servicio del proceso investigativo.
2.1. La ciudad en relación con la transformación y el patrimonio de la plaza
La primera tendencia establece que la plaza es un objeto de estudio de la historia, es
decir, se estudia la plaza por períodos históricos, en la mediana y larga duración, de modo que se
convierte en un hito, en una referencia, para el abordaje de la historia de la ciudad, entonces hace
parte de su trasegar, por eso mismo, las plazas mayores reciben especial énfasis, aunque eso no
excluye el estudio de las plazas menores definidas a una escala determinada a la luz del
crecimiento urbano y la densificación de la ciudad.
En la historia urbana, la plaza es un espacio físico que tiende a tener transformaciones, se
ha constituido en un receptáculo de los hechos históricos, un sitio de la ciudad que ha tenido un
desarrollo por responder a dinámicas políticas, culturales, religiosas y económicas, durante
períodos determinados. Por lo tanto, se reconoce la causalidad en el marco del proyecto
urbanístico de Occidente durante la colonización española, que se extendió en la larga duración,
por la definición de un trazado urbano ortogonal y la construcción de la plaza como centro de las
14
formas de vida urbana y del crecimiento urbano de la ciudad. En ese sentido, es un sitio de
encuentro y de funcionamiento de las sociedades que ha agrupado eventos y actividades de
diferente índole: políticas, religiosas, económicas, entre otras, en cuyo marco arquitectónico han
sido dominantes usos de suelo determinados. Desde entonces, se consolida la plaza y su marco
arquitectónico en un centro histórico tradicional y, en consecuencia, de interés patrimonial
debido a los procesos históricos que han sucedido en su ámbito y que dan cuenta, de un modo u
otro, de la historia de la ciudad, la región y el país.
La plaza, en constante transformación, es un sitio obligado de referencia histórica que en
las siguientes investigaciones aparece ligado funcionalmente a la ciudad ya que ambas esferas se
consideran interdependientes, es decir, resulta digno de destacar que la historia de la plaza hace
parte integrante de la historia de la ciudad, entonces aludir a una remite directamente a la otra,
son inseparables. Así, como la plaza es en la ciudad, en el sentido contrario la ciudad es en la
plaza y, en consecuencia, es ineludible contemplar los cambios que demarcan los procesos
sociales durante los períodos históricos abordados para contemplar dicho vinculo.
En ese sentido, desde el campo de la arquitectura Rodríguez (1995) destaca que la plaza
al constituirse en espacio público de las ciudades iberoamericanas cuenta con dos elementos que
sirven para su análisis: la similaridad y la singularidad, lo cual se debe a las determinaciones
urbanísticas de la colonización española y al carácter que cada ciudad le ha dotado a sus plazas,
respectivamente, como se puede constatar en la plaza de Bolívar de Santa Fe de Bogotá.
En este estudio, al situar la perspectiva histórica sobre lo urbano, Rodríguez (1995)
afianza los conceptos básicos de fundación, desarrollo arquitectónico y desarrollo urbano, con
respecto a la expansión de la ciudad y la transformación de su centro histórico por períodos, de
tal modo que se hace uso de archivo fotográfico y esquemas. Asimismo, esto tiene como
propósito aportar conocimientos para la conservación y recuperación de centros históricos
cuando, según concluye el autor, el centro histórico es una espacio de la vida urbana cotidiana
que remite necesariamente a la identidad y a la memoria histórica, en consecuencia, se requiere
de una forma de proteccionismo social, o lo que es lo mismo, una atención para su cuidado y
mantenimiento, en lo que se puede considerar una sugerencia dirigida a los arquitectos.
15
Al respecto, es necesario advertir que el campo de la historia urbana no es homogéneo y,
por ende, la anterior investigación es solo una perspectiva, eso implica que no se puede hablar de
una historia única de la Plaza de Bolívar. Hecha esta aclaración, en el contexto de la celebración
del Bicentenario de la Independencia de Colombia, se presenta una investigación histórica que da
cuenta de la vinculación entre la historia de la plaza de Bolívar y la historia de Bogotá, de su
mutua referencia y, a la larga, de la importancia para la historia del país.
En dicha investigación, mediante la revisión de archivos históricos, se hace un
reconocimiento de las plazas, situadas históricamente en la ciudad. Así, Gaitán (2010) al señalar
que las plazas son productos de dominación del urbanismo español sobre la cultura
precolombina, describe el desarrollo de las tres plazas representativas del Nuevo Reino de
Granada y hace un especial énfasis en el estudio en la Plaza de Bolívar y su marco cuando
caracteriza sus manzanas en virtud de las transformaciones sucedidas en cada período señalado y
presenta hechos históricos, especialmente del ámbito político, económico, cultural y religioso.
Desde esta perspectiva, las transformaciones de la plaza y su marco se generan en la
mediana duración, pero, a su vez, remiten a la larga duración, por ejemplo, cuando entran en
consideración la etapa colonial, el proceso de independencia y la etapa republicana. Por último,
también se destaca que su historia es parte integrante de la ciudad debido a los acontecimientos
que han sucedido en su escenario y marco. Como ha quedado demostrado, en la mediana
duración se presenta la historia de la Plaza de Bolívar -plaza mayor de origen colonial-, aunque,
con ánimos de recordar la advertencia inicial, eso no excluye los estudios históricos que
establecen un período más delimitado, con la finalidad de contribuir aun más a la historia de las
plazas y, a partir de ahí, a la historia de las ciudades.
En ese caso, dado el marco de la tradición urbana de Occidente, Fajardo (2005) destaca
que en el período comprendido entre 1846 y 1910 se demarca un tránsito hacia el orden
republicano y burgués en Bogotá que se evidencia en las transformaciones de las plazas de
origen colonial, las cuales llegan a transformarse en parques urbanos o incluso tienden a
incorporar sus elementos característicos, además, de la creación en este contexto de nuevas
plazas; y en cuanto a la ciudad, propiamente, se destacan factores que señalan cambios en este
período: incremento demográfico, expansión y densificación.
16
Para este estudio, Fajardo (2005) describe, por una parte, las operaciones sobre el espacio
así como las propuestas y acuerdos establecidos en la normatividad ya que el espacio público
-transformado y creado- es asunto de ciudadanos y administraciones; y, por otra parte,
recomienda para el proyecto de diseño, sea de plazas o de parques, tener en cuenta las funciones
comunicativas: simbólica, de uso práctico (comercial, recreativa y administrativa) y estética. No
obstante, el autor reitera que en la ciudad el asunto no es sólo de diseños de espacios y
adquisición de cultura nacional sino también el desarrollo de tradiciones, de lugares de encuentro
y de intercambio cultural y simbólico, para promover la identidad nacional y la democracia.
El problema de la transformación morfológica del espacio público en el tiempo, en
concreto, el tránsito de plazas a parques urbanos en la ciudad, es abordado también en el marco
de la historia de Medellín mediante la revisión de fuentes primarias y secundarias, especialmente
las crónicas. Así pues, Bravo (2007) presenta la transición de la plaza Mayor al parque Berrío en
la medida que se ha configurado en un centro urbano de la ciudad, donde han ocurrido
acontecimientos de diferente orden, es decir, ha tenido una serie de presencias en el acontecer
religioso, político, económico y social de acuerdo a los usos que se han generado en su propia
historia, en el contexto de una ciudad que pasó de ser monocéntrica a policéntrica, en cuanto a la
funcionalidad urbana.
Entonces, lo que era una plaza mayor y se ha configurado como parque urbano es testigo
del desarrollo histórico de Medellín, por consiguiente, esa transformación se relaciona con las
dinámicas de la ciudad en su conjunto. Desde esta perspectiva, surgen preocupaciones en torno a
su vigencia por cuenta de las transformaciones morfológicas, por ello, un objetivo primordial de
esta investigación consiste en hacer un llamado para asumir el papel de la memoria urbana en el
parque Berrío, antes plaza de la ciudad, para que se perpetúe como un símbolo, aun con los
impactos de las transformaciones morfológicas.
Las plazas mayores están definidas históricamente a la escala de la ciudad, como se ha
mostrado, pero por el crecimiento urbano se hace referencia a un sistema de plazas, es decir, la
coexistencia de una plaza mayor y plazas menores. Lo que sigue, entonces, es un viraje hacia las
plazas a escala barrial como lo deja en evidencia, para el caso de Bogotá, Ramírez (2000) al
estimar que la plaza es un elemento ordenador del trazado urbano en un barrio y fija una
concepción de espacio público. La autora coincide con las investigaciones precedentes en la
17
relación que tiene la plaza con el crecimiento urbano de la ciudad porque como espacio público
se adapta a las necesidades y los cambios, conforme al transcurso del tiempo, hasta el punto de
hacer énfasis en las actividades comerciales.
En el estudio, Ramírez (2000) realiza una revisión acerca de la plaza como espacio
público en Colombia, referencia elementos configuradores sobre el tránsito de plaza a parque,
referencia un marco histórico y conceptual de la plaza en el barrio Las Cruces y propone
iniciativas sobre los modos de apropiación del entorno por parte de la comunidad. Según la
autora, la plaza es importante por ser el elemento más fiel del significado de ciudad, teniendo en
cuenta que la funcionalidad y la apropiación cambian conforme al transcurso del tiempo,
entonces, justifica el llamado a la memoria colectiva del habitante, al parque como punto de
referencia y a la relación entre forma y pensamiento para viabilizar un sentido de pertenencia.
Dadas las dinámicas de la ciudad en vez de aludir a plaza en singular hay que hacerlo en
plural porque se han configurado históricamente en y por la ciudad, lo cual implica considerar la
diferencia de cada una. Hasta este momento, si bien se ha abordado la plaza mayor como un hito
de referencia, se destaca el interés por las plazas a escala barrial, por lo cual, se señala como un
hecho prioritario tipificar las plazas de origen colonial, distinguirlas en su singularidad, ya que
pueden obedecer a un modelo, pero según el espacio geográfico y el período histórico son
diferentes, en consecuencia, se han transformado y consigo han transformado la ciudad misma.
En la investigación acerca de la Plaza Mayor de Tunja, mediante la revisión de archivos,
Valderrama (1973) aborda la historia de la ciudad desde el análisis urbanístico de la fundación
española, en la cual quedaron definidas las formas urbanas, entre ellas la plaza mayor,
considerada centralidad, testimonio y generadora urbana; entonces, en los períodos abordados el
interés radica en relacionar la transformación de sus construcciones para cada costado de su
marco, las disposiciones y acuerdos normativos que la han reglamentado, los principales
proyectos de intervención y, por último, el reconocimiento de los acontecimientos históricos que
ocurrieron en su escenario.
Por otro lado, para el abordaje de la historia urbana de las plazas se ha utilizado como
apoyo visual, entre otros, la imagen, con el objetivo de brindar una especie de soporte al texto
escrito de las investigaciones. Sin embargo, en lo que a esto concierne, se debe destacar a
18
Lorenzana (2013) que analiza en la plaza de Bolívar el proceso de construcción del paisaje,
entendido como representación del espacio, mediante la observación de imágenes relacionadas
en los libros de historia de Bogotá de los últimos veinte años, publicados hasta ese momento.
De ese modo, con la finalidad de aproximarse al paisaje desde representaciones visuales y
no textuales, Lorenzana (2013) establece tres momentos, en analogía con fases del teatro, para
entender la plaza de Bolívar: el montaje porque es una plaza/escenario, el guión dada la
presencia del conflicto y la interpretación por la sacralización del mismo, a través de las
imágenes entendidas como documentos. Así, la plaza de Bolívar es un escenario apropiado por
los usos que presenta, los cuales conforman una imagen de paisaje con base en el conflicto.
En cada una de las investigaciones la pauta dominante ha sido situar la plaza en la ciudad
y en el barrio durante un período específico, por ende, su devenir resulta ser un asunto prioritario
para aclarar. Entonces, de acuerdo eso en la actualidad se puede entender la denominación de
centro fundacional para hacer referencia especial a las plazas fundacionales y su marco, dado el
origen colonial que les corresponde y, por ende, de ahí surge la posibilidad de su valoración
patrimonial. Por medio de las vías de la historia urbana en la ciudad pueden analizarse las
transformaciones que tienen las plazas y sus marcos, en cuanto a la relación entre sociedad y
espacio. No obstante, estos centros fundacionales requieren de una atención que se haga vigente
en un tiempo presente, es decir, considerar una evaluación de su estado actual, lo cual no excluye
necesariamente un abordaje histórico propiamente dicho.
Debido a la preocupación de considerar la idea del patrimonio en el centro fundacional de
Usaquén en Bogotá, Alfonso (2010) hace una revisión histórica de Usaquén para posteriormente
desarrollar un análisis teórico y normativo sobre su centro histórico, entonces, evalúa casos
referentes de otras ciudades para proyectar su reconocimiento y valoración patrimonial a modo
de diagnóstico y eso le permitiera encontrar la problemática en las construcciones urbanas; de tal
modo que esto le llevaría a proponer, para la zona de estudio, la vinculación de estrategias
integrales para la conservación y protección del centro fundacional, incluido el mejoramiento de
las condiciones de vida de los ciudadanos. Dado que, según la autora, el centro fundacional de
Usaquén es un patrimonio cultural inmueble resulta susceptible a la formulación de propuestas
en virtud de su conservación en el espacio urbano de la ciudad.
19
A nivel internacional, para hablar de este hemisferio, las plazas han sido estudiadas en
Guatemala por Ramírez (2014) que propone una guía de lineamientos para analizar tejidos
urbanos históricos al tomar como eje central el patrimonio urbano, evaluado en la
problematización del sistema de plazas fundacionales de este país, a partir de la caracterización
de los valores y significados culturales en el transcurso del tiempo, la evaluación de las
condiciones para su funcionamiento y las propuestas de gestión dirigidas a su conservación,
divulgación y apropiación patrimonial. En consecuencia, se busca establecer el papel de las
plazas en el núcleo fundacional de la ciudad desde el reconocimiento de los valores materiales e
inmateriales, en el fondo, la proclamación de su patrimonio cultural y urbano.
2.2. Proyectos arquitectónicos para planificación de un lugar: la plaza
Las facultades de arquitectura y diseño en las universidades han hecho aportes en torno al
estudio de las plazas, a su consideración, entendidas como lugares de la ciudad solamente por su
construcción física, de manera que no se sitúan en las perspectivas que abordan su construcción
social; entonces, se encuentra todo un proceso que tiene como fin vincular un proyecto
arquitectónico a un lugar, donde converge una realidad social que, si bien es reconocida, no
constituye el eje central.
El interés es la remodelación y rehabilitación de lo urbano que se sedimenta en un núcleo
temático consistente para el abordaje arquitectónico de las plazas, con finalidades bien
establecidas, esto es, mediante el diseño de un proyecto se presuponen unos lugares aptos para el
uso de los ciudadanos. Aunque cabe destacar que este tipo de investigaciones no son
homogéneas porque se diferencian respecto a su producción final, además, no están
descontextualizadas y apuntan a construir la ciudad mediante intervenciones de lugares en el
espacio urbano.
La mayoría de los protagonistas son arquitectos y diseñadores que han estipulado como
objeto de estudio lo que consideran un lugar especifico de la ciudad: la plaza, para lo cual
disponen de la proyección de planos, maquetas y fotografías con la finalidad de llevar a cabo un
conjunto de caracterizaciones, ya sea en términos de usos de suelo, topografía, plantas de
edificios, entre otros aspectos, enfocados en la forma física. Así, las remodelaciones urbanas
responden a las necesidades que tiene el espacio urbano de una ciudad, en especial, de la forma
20
física de un lugar representativo. Por eso, la importancia de reconocer esta serie de propuestas
arquitectónicas que han ubicado en la ciudad un conjunto de lugares para la realización de
intervenciones que parten, por supuesto, de análisis previos en virtud de un compromiso por
parte del profesional, cuya labor resulta pertinente.
Como en las investigaciones ya presentadas, en el marco del reconocimiento de las áreas
tradicionales, en especial, de la plaza fundacional en relación con las dinámicas urbanas de
Bogotá, Torrijos (2005) declara la relevancia de la regeneración y rehabilitación urbanas en el
contexto de decadencia de la ciudad, que se siente con mayor fuerza en los centros
fundacionales, un hecho que llega a evidenciarse, como lo demuestra, cuando relaciona la plaza
de Engativá con procesos de crecimiento y producción de la ciudad, para lo cual propone el
diseño de un proyecto final que consistió en plantear un diagnóstico de tres alternativas posibles
referidas a la formulación de estrategias de intervención en términos de morfología, patrones de
uso, relaciones funcionales y patrones de movilidad en este territorio de la periferia.
En otra localidad de la ciudad, González (2006) plantea un proyecto arquitectónico que
interviene el centro histórico y fundacional de Usaquén para hacer una conexión con el parque
San Rafael y así vincular los ámbitos rural y urbano, para lo cual proyecta la construcción de un
edificio de piscinas que se identifique con el sector por el agua y esté destinado a los habitantes
de la ciudad, de tal forma que se defina como un espacio público ampliado de acuerdo al análisis
previo del que ha sido objeto el lugar mediante la reseña histórica y la caracterización que
permiten, según lo planteado, contemplar posibilidades de acción.
Asimismo, para la localidad de Suba, Mora y Ramírez (2001) definen una propuesta que
afronta la carencia de estructuración urbana en las áreas periféricas de la ciudad, a partir de los
análisis del territorio que sustentaron la fragmentación y la marginación; en este caso, proponen
para el centro fundacional de Suba, con fines de integración a la ciudad, la construcción de un
edificio donde se establezca el Centro Cultural, una Galería y un Centro Deportivo Comercial,
complementarios, para así conformar un nuevo equipamiento, de forma que se relacionen el
espacio construido y el espacio abierto (la plaza), de lo que se deriva la integración de
manifestaciones culturales para las necesidades de la población.
21
En la misma zona de estudio, Aguirre (2008) propone una prolongación del parque
Mirador de los Nevados hacia el occidente para hacer una conexión con la plaza fundacional y
así crear un solo espacio y, en consecuencia, se refuerce el sistema ecológico, las zonas
recreativas y los espacios para ser y estar, en la perspectiva de la creación de una ciudad para el
peatón, con base en la realización de un diagnóstico del lugar para la evaluación de deficiencias
y necesidades requeridas, ya que desde los análisis de las condiciones del lugar es factible
disponer del diseño arquitectónico para integrar los elementos urbanos en dispersión.
En esa línea, Silva (2006) propone como lugar de intervención el centro histórico de Suba
para vincularlo directamente con los cerros orientales por medio de la construcción de una nueva
sede para la Casa de la Cultura, con base en el análisis de las condiciones del lugar desde su
caracterización, en la medida que también considera que la arquitectura está en la capacidad de
generar relaciones y conexiones entre elementos urbanos dispersos de la ciudad, teniendo en
cuenta el Plan de Ordenamiento Territorial (POT); asimismo se enfatiza en la comprensión de la
ciudad desde el compromiso que asume el arquitecto en su labor profesional.
Dentro de las posibilidades de elección de lugares, en las investigaciones anteriores así
como en las dos que siguen, se da prioridad a las plazas de influencia local que a su vez remiten
a la historia del crecimiento urbano de Bogotá. Por su parte, Castillo (2011) al asegurar que la
ciudad es un laboratorio de experiencias urbanas se dispone a hacer una relectura del sitio, en
donde converge la interacción entre lo construido y los habitantes, entonces, realiza una
caracterización que incluye el plan estratégico Nuevo Usme, lo que le permite evaluar referentes
y, respecto a la densificación, definir cómo se debe desarrollar el proyecto en la plaza de Usme,
en su ámbito urbano como centro de servicios para la cuidad, dado que este espacio público tiene
que articularse a un sector en constante expansión urbana.
En esta misma zona de estudio, por cuenta de la preocupación de transformar desde la
arquitectura una plaza tradicional en la época actual, Caicedo y Mallarino (2011) proponen
proyectar una plaza nueva a partir de la existente, es decir, se genere una mayor integración para
consolidar un nuevo sub-centro de Bogotá en la periferia, desde los elementos brindados por el
plan de Estrategias de Usme en 20 años. En ese sentido, se busca ampliar la plaza fundacional,
conectar la ciudad y generar una incorporación arquitectónica, en la medida que se han
22
identificado las condiciones del lugar, sus deficiencias y necesidades, dentro de lo que se destaca
su falta de significado e importancia en la ciudad.
En referencia a otros sectores de Bogotá, León (2010) analiza el sector ligado al río San
Francisco para diseñar un proyecto que evalúe oportunidades y corrija debilidades del centro
histórico, contemplado desde lo espacial, lo temporal y lo patrimonial, de ahí que sustente la
plaza como un lugar que expresa la noción de centralidad así como valores históricos y
espaciales, en ese sentido, un elemento urbano y arquitectónico regulador para conectar el centro
histórico de la ciudad y generar su respectiva apropiación que, en el espacio urbano, está en
continuidad con las manzanas que agrupan cada una de las viviendas.
En ese caso, también se destaca el estudio de Von Halle (1986) que propone una solución
arquitectónica equilibrada que beneficie a la comunidad y especialmente a los sectores del
comercio informal en la plaza de San Victorino ya que la recuperación del espacio público es
fundamental, en consecuencia, procede a analizar su proceso histórico y propone un programa de
diseño amplio para hacer un llamado a la preservación del sector dado que sus dinámicas
económicas, políticas y sociales son relevantes para el centro de la ciudad.
Por lo tanto, con el interés puesto en la recuperación de los lugares, Lozano (2005)
propone crear un edificio en el marco de la Plaza España que pueda satisfacer las necesidades de
los habitantes, de forma que se mantenga el comercio como actividad central alrededor de un
centro médico, un taller de costura y un jardín infantil; así, desde el análisis de las condiciones
del lugar determina la problemática a la que va a responder el diseño arquitectónico de acuerdo
con la prioridad otorgada a la evolución estructural y simbólica, en ese sentido, a la recuperación
y la presencia misma de los habitantes.
En otro estudio del mismo lugar, en primera instancia, desde la revisión de referentes
históricos a nivel local e internacional, Arévalo (2003) plantea un propuesta espacial que consiste
en el diseño de un mobiliario urbano que responda a las necesidades del sector de Los Mártires
para la disposición de una plaza futura, en correspondencia con al imaginario cultural del sector,
los objetivos del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y las expectativas de uso por parte de
habitantes en calidad de residentes y visitantes, para que eso permita potenciar su apropiación y
valor estratégico en el conjunto del mobiliario urbano de la ciudad.
23
En segunda instancia, Schoonewolff (2006) presenta una reseña histórica y un marco
conceptual de los centros cívicos que pueden acoger una variedad de usos a nivel administrativo,
cultural, educativo y social, de modo que deben estar más vinculados con el lugar de estudio, en
consecuencia, procedió a revisar las necesidades del sector por medio de caracterizaciones
pertinentes, para llegar a proponer la construcción de un conjunto de edificios que, integrados,
conformen un espacio comunal: el Centro Cívico-Plaza España.
En esta revisión, además de las plazas fundacionales de influencia local es necesario
distinguir las plazas de parroquias, al respecto, Borda (2007) propone conectar la Plaza del
Divino Niño Jesús con la carrera séptima, lo cual implica la construcción de un edificio en forma
de L que sirva de contenedor para la consecuente ampliación, por eso, se aborda una reseña
histórica del barrio 20 de Julio, la caracterización del lugar y la explicación de las fases del
proyecto que parte de una premisa: la conexión con la carrera séptima le otorga una mayor
centralidad a la plaza. En dicho lugar es recurrente esta preocupación, así que mediante la
elaboración de maquetas Vela (2003) propone un proyecto de readecuación de la plaza desde su
concepción como espacio público, por lo que busca su ampliación de acuerdo a las necesidades
del sector según análisis y caracterizaciones correspondientes del sector, incluida la población
que, en su mayoría, es flotante respecto a la residente.
Ahora, en esta revisión, cuando ha sido enfocado el centro de Bogotá resulta factible
hacer un retorno hacia las plazas de influencia barrial como lo hace Clavijo (2001) que presenta
una descripción del barrio Gaitán y un modelo tipológico de plaza mayor española, que es
comprobado como apropiado pero, debido a las necesidades y a la forma urbana existente, se
señaló la necesidad de considerar ciertas modificaciones; en ese caso, las principales
herramientas que guiaron dicha comprobación fueron los conceptos de tipología y de morfología,
en el marco de la relación entre barrio y ciudad, a la luz de un factor: el crecimiento urbano.
En el barrio Minuto de Dios, en búsqueda de generar las condiciones para readecuar la
plaza fundacional, Rodríguez (2014) propone la construcción de un edificio complejo con base
en el análisis del lugar que implica la evaluación de problemas y necesidades derivados de la
estructura urbana existente, así, identifica el impacto de un nodo en el barrio, la Universidad
Minuto de Dios, para disponer de dicho edificio y configurar una nueva plaza fundacional con el
suficiente impacto a una escala metropolitana.
24
En referencia a la Plaza Minuto de Dios también se destaca el estudio de Sepúlveda
(2014) que presenta un análisis para evaluar las necesidades del sector en cuanto a la
conformación, relación y conexión de la plaza, de manera que propone su proyección hacia el
barrio y la ciudad desde las actividades y dinámicas públicas que puedan desarrollarse producto
de una intervención arquitectónica, mediante la adopción de estrategias sobre la forma urbana
existente dado que, en el fondo, el interés radica en construir un espacio público representativo.
Desde estas investigaciones no se desconoce el abordaje histórico de las plazas porque
hace parte de los análisis y caracterizaciones precedentes que se realizan, pero ya no es el fin
sino un medio al servicio del diseño arquitectónico. Además, los autores no ocultan su
preocupación sobre la vigencia de las plazas a escala local y barrial, especialmente el estado
actual de su forma urbana que está adecuada y destinada para múltiples usos públicos por parte
de los habitantes de un sector en calidad de población residente y de flotante, por lo tanto,
reconocen explícitamente, a su manera, la relación entre sociedad y espacio.
Cuando en sus proyectos eligen un lugar en el espacio urbano de la ciudad recurren a las
plazas, a diferentes escalas, para diagnosticar las necesidades que deben ser satisfechas en
relación a la adecuación de su forma física, los múltiples usos existentes y los sugeridos, su
integración o dispersión sea mayor o menor respecto a su ubicación en barrio, la localidad y la
ciudad. Al respecto, cabe destacar el uso de planos que representan las edificaciones, el escenario
y el marco de las plazas, así como la elaboración de maquetas para la respectiva representación
de los lugares abordados en su estado actual y, por supuesto, cómo aparecen en la proyección
que plantean los diseños por destacar una transformación morfológica necesaria.
Desde estas perspectivas se tiende a señalar que las plazas son espacios abiertos de uso
público, entonces para el diseño, planificación e intervención se suponen, de hecho, las posibles
prácticas de los habitantes a la luz del diagnóstico de las necesidades del entorno. Ahora bien, la
preocupación por el estado actual de la plaza y su marco conlleva a hacer otro viraje, se trata de
su estudio desde las prácticas sociales que realizan los sujetos, aunque no se puede desconocer
que en la mediana y la larga duración, según las investigaciones precedentes, aparecen los
sujetos en calidad de productores de los hechos históricos: acontecimientos políticos,
económicos, religiosos, culturales, etc.
25
2.3. Análisis de las prácticas sociales de sujetos en las plazas
La plaza es un referente histórico y espacial en el espacio urbano de las ciudades
iberoamericanas que, a su vez, puede ser estudiada a partir del reconocimiento de las múltiples
prácticas sociales, entiéndase en un sentido amplio, que llevan a cabo los sujetos, lo cual no
implica que en las anteriores investigaciones no se hayan contemplado. Simplemente que el
énfasis puesto en esta dimensión permiten que las siguientes investigaciones se distingan de las
precedentes, de esta manera es acertado afirmar que, a la relación vinculante entre plaza y ciudad
perfilada en el inicio, se integra una faceta interesada en visibilizar la centralidad de los sujetos
respecto a lo que hacen y dicen, en calidad de individuos y grupos sociales en interacción.
La plaza es un espacio público central en la urbanística de las ciudades iberoamericanas,
en ese sentido, Pérgolis (2000) entiende la plaza desde lo que denomina la semiótica del deseo,
sustentada en una hipótesis que señala, de hecho, que la imagen urbana de la plaza pertenece a
sus habitantes por los modos de representación que son capaces de realizar, de ahí que la imagen
identifique a la ciudad no por cómo es sino cómo es vista, por lo tanto, desde el marco
conceptual que se destaca dicha imagen puede ser abordada desde tres rasgos característicos que
permiten los análisis respectivos: el deseo, las redes y la simulación.
Considerar el campo de la semiótica conlleva a tener en cuenta que, desde la
comunicación social, se ha pensado en una función meta-comunicativa de la plaza, en ese caso,
se resalta la prioridad de identificar, describir y relacionar fenómenos en la plaza. En
consecuencia, Camargo (1992) destaca para la plaza de Bolívar, por un lado, la viabilidad de un
análisis psicológico cuando significante y significado son imágenes mentales asociadas, en la
medida que la plaza es una obra arquitectónica que tiene un lenguaje propio (meta-lenguaje); y,
por otro lado, asumir como experiencia espacial los usos y la observación del usuario,
considerado como receptor en la comunicación, ya que las relaciones establecidas entre el
hombre y el medio construido conllevan a analizar: el flujo y la permanencia, lo interior y lo
exterior, lo público y lo privado, la función respecto a la forma y los modos de interacción.
Desde la antropología, en una investigación histórica y etnográfica sobre la plaza de
Bolívar, Llano (1990) destaca que ha sido un espacio urbano principal para Bogotá por el
conjunto de usos que se le ha dado como espacio público en épocas distintas, desde su fundación
26
hasta años recientes, de tal modo que hacen parte de su historia y, al respecto, señala la
pertinencia de conocer el significado que tiene para los habitantes de la ciudad para así entender
las relaciones que establecen con la plaza; de acuerdo a eso, se propone realizar dos procesos
complementarios: revisión de archivo para la construcción de un relato histórico y descripciones
etnográficas de actividades llevadas a cabo en la plaza.
En este campo, respecto a la relación entre sociedad y espacio, se debate el concepto de
lugar que, como se ha abordado, en la perspectiva arquitectónica se refiere a la forma física de la
plaza que, a su vez, presupone usos públicos determinados. Eso hasta este momento, porque para
Vergara (1982) el lugar social se refiere a la creación humana que ocupa un espacio en la
superficie, el cual consta de tres componentes: el ambiente material, el arreglo de
comportamiento y la imagen; no obstante, requirió demostrar la utilidad de este concepto y bajo
esos propósitos estudia la Plaza de Bolívar de Bogotá mediante revisión de archivos y trabajo
sobre terreno, que implicó la realización de un análisis comparado en Valledupar, para llegar a la
conclusión de que la Plaza Mayor de Bogotá es un lugar social que cuenta con los tres
componentes mencionados y, por ende, dicho concepto tiene validez y refleja cambios que se
gestan a nivel cultural.
Desde la sociología, al concebir que la Plaza de Usaquén en Bogotá es un espacio
público, Álvarez (2010) explora y analiza dinámicas socio-espaciales en su escenario desde la
categoría de interacción, entendida como un mecanismo de significación, que implica apreciar en
este espacio público la generación de conflictos y puntos de encuentro entre los individuos, y en
cuanto a eso es destacable la relación influyente entre el cuerpo y el espacio porque precisamente
en la dimensión física y material son evidentes los flujos poblacionales y los usos del espacio.
Asimismo, de un estudio realizado en Cartagena, Borge (2008) plantea que las plazas del
centro histórico de la ciudad -Santo Domingo, San Pedro, Bolívar y Fernández Madrid- son
escenarios de representación donde interactúan actores conocidos y extraños que comparten una
serie de normas sociales para participar en una especie de juego teatral, de dramaturgia, en
cuanto a la visibilidad de sus prácticas comunicativas, relaciones sociales y usos del espacio,
entendidos en su conjunto como variables que se constituyen en mecanismos de distinción social.
27
En el campo del Derecho, en un estudio sobre la Plaza España en Bogotá, Llinás (2007)
destaca una serie de narrativas para dar cuenta de una población específica, de los ropavejeros y
su situación, al representar un sector de comercio informal en la plaza, de modo que eso
permitiera destacar una serie de resultados para plantear un material de enseñanza y aprendizaje
de la disciplina y, por consiguiente, la búsqueda de sensibilización por parte de los estudiantes.
Así, en el trabajo de campo las narraciones se realizan desde la perspectiva de los actores
involucrados y mediante la elaboración de una guía de preguntas se presenta el caso de la venta
informal en el aula de clase en la medida que, según la autora, se resalta la contradicción entre el
derecho al trabajo y los usos del espacio público.
Desde la perspectiva de género, emergente en el campo de la geografía humana, Mejía
(2012) identifica semejanzas, diferencias, oportunidades y retos que implica la apropiación del
espacio público por parte de hombres y, en especial, por parte de las mujeres a partir de la
relación entre inclusión, ciudadanía e imaginarios de presencia y permanencia en tres plazas
fundacionales de Bogotá –Fontibón, Usme y Usaquén- para ubicar, en una escala local, las
relaciones de género en la ciudad. Así, siguiendo a la autora, se encontraron diferencias en los
modos de apropiación según el género, que no están determinadas por las actividades
desarrolladas sino por la actitud frente al espacio público, dadas unas relaciones de poder.
Por lo tanto, para el estudio de las plazas se destaca que, en la centralidad otorgada a los
sujetos, se presentan matices dignos de considerar, entonces, si bien es cierto que se hace un
reconocimiento a lo que dicen y hacen respecto a sus relaciones con las plazas es ineludible su
tipificación. Por eso, no es lo mismo aludir a la figura del ciudadano que al estatus de habitante y
en lo que concierne a sus disposiciones espaciales pueden aparecer en calidad de residentes o de
flotantes por sus grados de permanencia y movilidad en el espacio urbano, incluso para los
análisis resulta factible hacer clasificaciones de los grupos poblacionales según la pertenencia a
sectores del comercio informal y a identidades de género, por citar solo un par de ejemplos.
Dado este balance, debe quedar claro que la división en tres bloques responde a la
necesidad de organizar en torno a núcleos temáticos las principales líneas de análisis, incluso, en
su misma denominación dejan entrever los ejes que privilegiaron las investigaciones, a la luz de
sus procesos singulares que, sin embargo, no dejan de proyectar las plazas, en plural, en un
28
espacio y tiempo dados, aún cuando provienen de una sola fuente: la propuesta de un modelo
espacial en la urbanística moderna.
2.4. Consideraciones sobre el abordaje de la plaza bajo tres tendencias
Los núcleos temáticos aluden a los énfasis en que se agruparon las investigaciones, es
decir, demuestran formas de abordar la plaza, en el espacio y el tiempo, más allá de las
orientaciones disciplinarias, aunque no puede desconocerse que en los dos primeros presentó un
mayor dominio la historia y la arquitectura, respectivamente, a diferencia del último en el que
hubo un mayor rango de apertura por cuenta de las interferencias de otras disciplinas.
En el primer núcleo, se reconoce que la plaza es un referente espacial e histórico en
constante interdependencia con la ciudad, por eso el constante interés de visibilizar en las
periodizaciones respectivas las transformaciones morfológicas y los cambios en su escenario y
marco arquitectónico, desde la sucesión de acontecimientos políticos, económicos, religiosos,
culturales, entre otros; al respecto, cabe destacar su alusión en el marco del centro histórico y,
por ende, la atribución de su valor patrimonial en el tiempo reciente.
En el segundo núcleo, para el proceso de planificación que requieren los proyectos
arquitectónicos, se plantea la necesidad de realizar análisis de un lugar de la ciudad, la plaza,
para su consecuente caracterización con el objetivo de generar una intervención de impacto que
responda a las necesidades del sector y, por supuesto, en beneficio de las poblaciones, lo cual
está ceñido a la ejecución de un plan de remodelación. Por lo tanto, se dispone por ejemplo de
conceptos como la renovación, remodelación y rehabilitación de lo urbano para señalar a la plaza
como un concepto espacial enmarcado en la morfología y la tipología.
En el tercer núcleo, se reconoce la centralidad del sujeto en - no sobre - el espacio
público, en la plaza, dado el énfasis otorgado a los modos como se configuran en esta relación
significaciones, percepciones, representaciones, usos, etc. En consecuencia, no es extraño el
viraje que se le da al concepto de lugar que ya no está enmarcado en la perspectiva esgrimida por
los diseños arquitectónicos. El protagonismo de los sujetos, no entendidos en la generalidad sino
en la especificidad, proyecta el estudio de la plaza desde lo que hacen y dicen, por lo tanto, está
implícito el hecho de que el espacio no es un simple contenedor de los hechos sociales.
29
De este ejercicio de estado del arte se han derivado implicaciones según los avances
sustentados por núcleo temático que, presentados en forma de recomendaciones, resultan de
utilidad para esta investigación. En consecuencia, a la luz de su estipulación señalan la
importancia de tres aspectos: las referencias históricas acerca de la zona de estudio, la
caracterización física de la plaza y su marco arquitectónico porque señala satisfacción de
necesidades de la población y la importancia de contribuir al debate sobre el concepto de lugar
con base en la relación entre sociedad y espacio.
Respecto a la preocupación sobre lo inédito, cabe destacar que la presente investigación
se puede situar en el tercer núcleo temático por su interés de indagar sobre significaciones de
lugar en una plaza de la ciudad desde el habitar y, en esa medida, revisar incidencias que tiene la
gestión pública local reciente en dicho asunto. Por su parte, las investigaciones sobre plazas se
han hecho a diferentes escalas, en algunas se ha considerado pertinente usar el concepto de lugar,
en otras se le ha dado prioridad a la revisión de la normatividad en materia de gestión del espacio
público durante períodos específicos y, de manera predominante, en los estudios que se enfilan
en el tercer núcleo se manifiesta, en medio de sus singularidades, la centralidad del sujeto y la
valoración de la construcción social en cuanto a las relaciones en y con el espacio.
Como se puede ver, estos rasgos han sido abordados por otras investigaciones y, según el
énfasis de este trabajo, en esta oportunidad son compartidos. No obstante, es necesario hacer un
estudio de dicho orden en la Plaza Fundacional de Engativá dado que, según el balance, se le ha
dado un énfasis de otro tipo, dicho de otro modo, la misma zona de estudio es la que otorga una
oportunidad en la búsqueda de lo inédito, del mismo modo, la idea del habitar cobra un sentido
especial si se toma como referente para abordar la plaza en tanto lugar de la ciudad.
30
Capítulo III
La plaza en la ciudad: lugar para habitar y objeto de gestión pública
Este marco de referencia aborda las perspectivas que sustentan el horizonte teórico de la
presente investigación, eso implica emprender un tránsito por las categorías y conceptos
centrales. Entonces, se parte de una concepción de ciudad para entrar a considerar la plaza de
origen colonial que es susceptible de sufrir transformaciones en su forma e incluso poseer
atributos que la asemejan al parque urbano, al respecto durante períodos dados se reconoce que,
a nivel institucional, es objeto de gestiones públicas por parte de administraciones de gobierno
local y, asimismo, en este espacio abierto es factible relacionar el habitar in situ con su
permanente construcción social como lugar de la ciudad.
Desde una mirada semiológica, se destaca que la ciudad puede ser entendida en el marco
de un sistema de significación, con base en los elementos urbanos que presenta, en consecuencia,
eso estipula la existencia de una capacidad del espacio arquitectónico para comunicar y, por
ende, es en este marco que aparece la plaza. Sin embargo, por ser una tipología urbana central en
la ciudad tradicional no es un espacio abierto ajeno a las transformaciones del espacio público en
la ciudad contemporánea, a los cambios auspiciados por el pensamiento del denominado
Movimiento Moderno. Así, lo que se proyecta en el fondo es la importancia de la historia, de
concebir los cambios de la plaza y su marco arquitectónico para entrar a considerar, dados los
atributos físicos y los usos, su diferenciación con respecto a otra tipología: el parque urbano.
En la administración de una ciudad es prioritaria la atención hacia los espacios públicos,
entre los cuales se abre paso la plaza, por eso la necesidad de considerar desde la rama de la
administración pública a las gestiones que, contempladas en Planes de Desarrollo Local, cuentan
con cuatro momentos esenciales que, si bien ofrecen un marco institucional prioritario, no es
suficiente para este trabajo. Por eso, la importancia de abordar la construcción social de la plaza
como lugar a la luz de la noción de espacio vivencial, lo cual implicó recurrir al repertorio de las
denominadas ciencias histórico-hermenéuticas (de acuerdo a la reconocida división
habermasiana) para elegir como eje articulador el horizonte epistemológico de la geografía
humanística, cuyo auge se da hacia finales de los años sesentas y durante los años setentas, frente
a la predominancia de las corrientes positivista y marxista en el campo disciplinar.
31
En cuanto a esos desarrollos teóricos en torno a la relación entre sociedad y espacio se
deben tener en cuenta, para su lectura, los aportes de la fenomenología sociológica de Schütz
basada en la búsqueda del significado social que postula, entre otros factores, el problema de la
intencionalidad de la acción social y la relevancia del cuerpo del actor social, en virtud de
restituir su corporeidad, en contraste con teorías sociales que han tendido a desmaterializarlo.
En relación con el asunto de la construcción social del lugar se presenta una concepción
del habitar que resulta vinculante, sin obviar el hecho de que sea objeto de distintos enfoques y
resulte por lo mismo difícil de aprehender, pero en este caso se recurre a los aportes de la
antropología urbana. De ahí que se subraye la injerencia de la antropología del espacio y del
habitar para el abordaje de aspectos como los usos y significados del espacio urbano, el espacio
público, la cultura urbana, entre otros; además, para profundizar en dicha vinculación se tienen
en cuenta aportes de las geografías de la vida cotidiana.
3.1. El espacio público urbano significa la ciudad
El espacio urbano, configurado en las ciudades o en las zonas rurales, es producto de
asentamientos humanos, entonces, se constituye en una construcción elemental accesible y
perceptible para los habitantes. Al respecto, merece particular cuidado la concepción de ciudad
que enmarca y dota de sentido al espacio urbano. Dicho de otro modo, la atención se cierne sobre
el espacio urbano de la ciudad iberoamericana que, entendido en un sentido amplio, se constituye
en una estructura física que cumple con unas funciones específicas a nivel social, cultural,
económico, político, etc. Al no ser un simple contenedor de las actividades humanas merece un
tratamiento focalizado porque no es lo mismo señalar que los habitantes están en un espacio
urbano de la ciudad a considerar que se encuentran sobre éste, ya que le restaría la complejidad
que implica considerar la relación histórica establecida entre sociedad y espacio.
Según este panorama inicial, de acuerdo a Pérgolis (1995) aclarar el concepto de ciudad
implica desarrollar un acercamiento desde un conjunto de principios establecidos en los análisis
de Umberto Eco sobre el espacio arquitectónico. De ese modo, la preocupación fundamental
partió de tratar de entender la ciudad como un asentamiento de carácter urbano, un modo de
ocupación del territorio, lo cual amerita establecer los elementos urbanos en un sistema de
32
significación para lograr una aproximación semiológica; por tanto, en referencia a los aportes de
Eco desde la arquitectura se destaca que:
Este planteamiento cabe perfectamente en el análisis de la ciudad y lo podemos explicar en los
siguientes términos: a partir de un proceso de aproximación del espacio urbano, según los pasos
que estableciera De Saussure, se puede proponer un esquema de dos instancias en el proceso de
conocimiento; una primera que se establece a través de un código referido a la relación entre un
significante formal y un significado (el de esa forma) que expresa el mensaje a nivel denotativo;
una segunda instancia connotativa, que surge de la relación entre ese mensaje o denotación con
nuestras referencias culturales (Pérgolis, 1995, p. 75).
Dicha concepción de ciudad invita a contemplar que lo urbano es una manifestación del
lenguaje y, por consiguiente, permite apreciar un proceso de comunicación definido, en el cual
los mensajes que se emiten se establecen mediante dos códigos elementales: sintácticos y
semánticos, considerados para el espacio arquitectónico que, a su vez, han sido transpuestos a las
relaciones que se suceden entre los elementos del espacio urbano y las comunidades.
Para Pérgolis (1995) la idea de ciudad implica contemplar que la función de vida en
comunidad es un significado colectivo, así, las particularidades que adquiere la forma en el
espacio ocupado expresan dicha función, y por eso pueden ser lo que son. Entonces, aludir al
significado de ciudad implica referirse a una función, la vida en comunidad, en sentido amplio,
como modo de organización de una población, y a la forma particular que adquiere el espacio
ocupado sobre un territorio, esto es, a la morfología de la ciudad, identificable según los tipos de
planos: ortogonal, irregular, radiocéntrico, lineal o yuxtapuesto, que detentan elementos
imprescindibles para su adecuada lectura: escala, distribución, trazado y proporción.
Para captar algunos elementos urbanos capaces de expresar significado de ciudad,
Pérgolis (2002) plantea como base la relación entre forma, uso y significación, es decir, la
coherencia entre las formas urbanas, los tipos de actividades generadas y la identidad a partir del
proceso psicológico de apropiación del espacio y de un proceso de reconocimiento en comunidad
por la participación que implica al establecerse un sentido de ciudadanía en la pertenencia. Por
ello, para este autor se sustenta la relevancia de la cultura en el significado de ciudad, planteada
según su historia y su conjunto de vivencias. En consonancia con esta idea, según Tuan (2007)
una ciudad grande puede conocerse en dos niveles: en el nivel de alta abstracción es un símbolo
33
o imagen mediante los cuales puede haber orientación, mientras que en el nivel de la experiencia
está el vecindario con el que se ha vivido en íntimo contacto.
De acuerdo a Pérgolis (1995) en la historia de la ciudad Occidental, con énfasis en la
ciudad iberoamericana, son tres los elementos de significación urbana: el espacio público
articulado en calles y plazas, la instauración de edificios monumentales y la trama urbana
expresada en el continuo de viviendas. Dichas definiciones llevan a considerar que, en la ciudad,
el espacio público urbano se consolida a partir de la construcción de plazas y a su alrededor la
articulación de las calles, además que en los marcos arquitectónicos se van a instaurar los
edificios representativos de instituciones sociales y políticas, y en continuidad con ello la
estructuración de manzanas conformadas por viviendas.
De acuerdo al estudio realizado por este autor sobre la historia de la plaza como centro de
la ciudad se encuentra que tiene unos antecedentes que se remontan a la Antigüedad
grecorromana y que se desarrolla con otras características en la Edad Media, el Renacimiento y
la Modernidad en su auge y desarrollo, y aunque sus precedentes fueran sólo espacios
centralizados, no considerados como plazas cívicas en el momento histórico, refieren en todo
caso a dicho concepto espacial. La plaza, al hacer parte del espacio urbano, resulta ser no sólo un
contenedor sino un contenido en sí mismo, en definitiva es un concepto espacial inherente a su
entorno y, por consiguiente, a la comunidad que la habita, en definitiva un elemento urbano que
significa ciudad.
Durante la época colonial, el proceso de fundación implicaba la planeación urbana de las
ciudades iberoamericanas, es decir, el establecimiento de un ordenamiento territorial y, en
consecuencia, la configuración del espacio público: la erección de un sistema de plazas y calles
en una cuadricula ortogonal, es decir, se construía una plaza mayor como centralidad a partir de
la cual se generaba el crecimiento urbano: las calles, las viviendas, etc. En cuanto a sus
características, como advierte Pérgolis (2002), la plaza colonial se constituyó como un espacio
abierto de carácter regular, cuya forma cuadrada y rectangular se debe a su extensión en una y
dos manzanas, respectivamente. Así, mientras en su marco arquitectónico se ubicaron los centros
de poder, su planta fue de carácter multifuncional ya que los significados derivados de ello la
definieron como el escenario urbano donde se desarrollaban los eventos de la ciudad: cívicos,
políticos, religiosos y económicos.
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De acuerdo a la revisión de Pérgolis (2002) la colonización española en el Nuevo Mundo
consolida así uno de los proyectos urbanísticos más grandes en la historia para conformar la
ciudad tradicional, respaldado por los dictámenes de las Ordenanzas de Carlos V en 1526 y las
Ordenanzas de Nueva Población promulgadas por Felipe II en 1573 referidas a la estructuración
de las plazas en el espacio urbano. Así, las fundaciones españolas consolidan un trazado urbano
ortogonal y regular en las ciudades basado en el espacio público conformado por la plaza
principal, las plazas menores y las calles, que definió un sistema espacial integrado, continuo y
jerarquizado (Pérgolis, 1995).
Por eso, históricamente queda demostrado que la identidad de la ciudad está identificada
con la trama urbana y en ella el espacio público urbano (sistema calles-plazas), el tejido urbano
(relación vacíos-llenos) y los edificios monumentales y singulares por ser estructuras de cohesión
de la sociedad (Pérgolis, 2002). La plaza entonces se ha constituido en un modelo espacial para
las ciudades iberoamericanas, en tal sentido es un referente importante en el campo de la
urbanística Occidental, además de que, a pesar de expresar unidad ha adoptado características
particulares según los períodos históricos y los espacios geográficos en donde se ha situado,
precisamente, dichas diferencias se refieren a la forma urbana y al acogimiento de diversos
eventos políticos, religiosos, culturales, comerciales, etc. Por eso es imprescindible tener en
cuenta que:
La calle y la plaza definieron el marco para el acontecer social a través de las más diversas
actividades, siendo consecuencias, no sólo de particularidades de la sociedad en sus modos de
apropiación del espacio, sino también del manejo y el uso de la dimensión temporal (Pérgolis,
2002, p.77).
Entonces, no sólo es la plaza sino también es la calle porque ambos son considerados
elementos estructurales básicos del espacio público urbano, siendo diferentes y complementarios
a la vez, al configurar una estructura específica que expresa continuidad y, por ende, hacen parte
de los elementos de significación urbana que se han mantenido como centralidades, dados sus
significados colectivos. Sin embargo, esto no exime la transformación de la calle y, por supuesto,
de la plaza en términos de sus formas e incluso que puedan cambiar de tipología urbana, por
supuesto, un asunto de este tipo será abordado cuando corresponda.
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Dado que en la ciudad tradicional la estructuración del espacio público urbano consiste en
la articulación de calles y plazas (Pérgolis, 1995, 2002), el recorrido y el lugar proyectan dos
tipos de tensión que conforman el sistema urbano: el direccional manifestado en la calle, eje
entre un punto de origen y otro de destino: el recorrido; y la centralidad manifestada en el
espacio conformado alrededor de un imaginario eje vertical, propio de la plaza: la permanencia
(Pérgolis, 2002).
Dentro de esta estructura del espacio público urbano se han definido los aconteceres
sociales, en el sentido amplio del término, mediante las actividades realizadas, los usos en un
sentido concreto, que se derivan del funcionamiento de las comunidades en lo que concierne a
esparcimiento, política, comercio, religión, etc. Al relacionar la plaza y la calle con los demás
elementos de significación urbana se encuentra que en el entorno de la primera se han ubicado,
generalmente, los edificios que han representado el poder político, religioso y económico,
mientras que la segunda se ha caracterizado por los flujos debido a su forma y distribución entre
las estructuras arquitectónicas, en interdependencia con las viviendas.
Esa articulación permite consolidar continuidades en la interacción de la comunidad con
el espacio urbano, al definir como modalidades básicas para las prácticas sociales los recorridos
y las permanencias. Así, el carácter de la calle y de la plaza tienden a diferenciarse y, a su vez, a
complementarse ya que exigen de las comunidades un modo de estar ahí, al establecer una
predisposición de probables movimientos para desplazarse y permanecer ahí, entendidos como
elementos básicos, en definitiva, expresiones de la ciudad misma.
Entonces, dada la significación del espacio público urbano construido, las calles se
recorren mediante desplazamientos mientras que en las plazas se permanece al constituirse en
lugares, aunque eso no implica que no se puedan recorrer, en tal caso se haría interiormente; en
definitiva, al ser entornos construidos cada uno tiene sus propios propósitos, predisponen unas
modalidades de acción para la demanda de determinados usos comunitarios.
En la ciudad se destacan elementos de significación urbana. Por una parte, la calle es
expresión de un mensaje a nivel denotativo que parte del significante simetría axial como pauta
de espacio público y refiere al significado de espacio recorrible longitudinalmente, y así a nivel
connotativo sugiere actividades como por ejemplo el paseo; por otra parte, la plaza como
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expresión de un mensaje a nivel denotativo parte del significante estructura radial generadora de
espacio urbano, al cual le corresponde espacio público centralizado, para que a nivel connotativo
sugiera actividades como por ejemplo el mercado (Pérgolis, 1995).
Entonces, las calles mantienen una simetría con las plazas en medio de los contornos que
delinean las construcciones arquitectónicas, así mientras las primeras son lugares de paso las
segundas son lugares de estar, de lo que se deriva una especie de interdependencia funcional en
su estructuración para los usos múltiples que demandan las comunidades. En consecuencia,
como señala Samper (1997), aun cuando el enfoque sea hacia acciones de diseño arquitectónico
posteriores, es factible señalar a ambos elementos como recintos urbanos exteriores, es decir,
espacios públicos hechos a escala del hombre y para su uso exclusivo.
En las ciudades iberoamericanas, en general, se encuentran los centros históricos que
detentan, aunque no exclusivamente, en un entorno fundacional la estructuración del espacio
público urbano: el sistema de calles y plazas, coherente con los significados de carácter
comunitario. Por lo tanto, se reconoce que la existencia de las plazas es inherente a sus ciudades
y comunidades porque precisamente cada una “es referencia física y cultural, es orientación y es
también historia: allí la puede leer, cada uno de los habitantes a través de mil historias personales
que se desarrollan en ese marco espacial” (Pérgolis, 2002, p.146).
La concepción enfocada en entender que la plaza es una centralidad urbana, un entorno
construido, implica asumir la injerencia de la herencia urbanística española, esto es, su influencia
en la configuración del espacio público y, así, considerar la idea de una ciudad tradicional, sin
embargo, este legado e impronta no son inmutables como queda constatado en la historia del
urbanismo y la arquitectura. Los cambios que han generado las dinámicas de la ciudad
contemporánea en el siglo XX han impactado la preeminencia del espacio público urbano como
principal organizador y ordenador del crecimiento urbano de la ciudad; en cuanto a eso se debe
señalar, entre otros factores, la instauración progresiva de un esquema policéntrico, es decir, la
generación de otras centralidades que articulan las funciones de la ciudad en proceso de
crecimiento y densificación, y que necesariamente no son los espacios públicos.
Asegura Pérgolis (2002) que se ha generado la transformación de la ciudad tradicional
por la influencia del la urbanística moderna expresada en la especialización funcional de cada
37
sector de la ciudad que, a su vez, es concebida en la estética de la dispersión de los elementos
arquitectónicos, de forma que este tipo de composición urbana produce la pérdida de continuidad
de las estructuras. Desde esta crítica se plantea la arbitrariedad del Movimiento Moderno frente a
la historia ya que se exhibe un nuevo concepto del espacio en el que tiende a desaparecer el
espacio público urbano como eje articulador de la ciudad.
Como queda sustentado, desde el campo de la arquitectura surgen preocupaciones en
torno a la predominancia actual del espacio público urbano para la ciudad, debido a iniciativas
que se interesan por su desplazamiento. Dada esta situación, por un lado, desde el campo
profesional se ha buscado rescatar el hecho de que la calle y la plaza son los componentes
básicos de la ciudad (Krier, citado por Pérgolis, 2002) y también se ha denunciado una crisis: la
deshumanización de la ciudad cuando sus espacios públicos ya no son concebidos para usos
comunitarios, además que se han desdibujado morfológicamente y ya no se perciben (Samper,
1997). La presentación de este panorama que no pretende establecer generalizaciones en torno a
la ciudad contemporánea tiene acogida en un estudio sobre el parque urbano, cuando Estrada
(2012) afirma que:
Como consecuencia de las morfologías heredadas del movimiento moderno, tanto en la ciudad
europea y latinoamericana, la plaza se ve desdibujada, cada vez más se confunden y desdibujan
las tipologías de plaza, calle y parque, generando nuevos espacios con características similares
que atienden las dinámicas y funciones que demanda el modo de vida actual (p. 50).
Frente a esta inquietud compartida, diferenciar la plaza con otras formas urbanas resulta
prioritario cuando, por ejemplo, se hace referencia a los parques y a las zonas verdes, sin
embargo, la distinción de cada una depende en gran medida de la normatividad que rija en las
ciudades en donde se ubiquen, es decir, la definición de tipologías urbanas depende del
establecimiento de indicadores. Por citar un ejemplo, en la revisión del contexto de las ciudades
españolas se establece una descripción detallada y la definición de estas tipologías según
características urbanas y funcionales: la distribución, el área, la cobertura y el uso, para
establecer distinciones entre parque de barrio, parque vecinal y plaza ajardinada (Ballester
Morata, citado por Estrada, 2012).
En búsqueda de dicha diferenciación, según Pérgolis (2002) en las ciudades
iberoamericanas desde mediados del siglo XIX y durante el siglo XX cobraron una importancia
38
cada vez mayor los parques urbanos, distinguidos ampliamente por su uso recreativo, a
diferencia de las plazas que tienen un carácter multifuncional, no obstante, algunas plazas se han
transformado en parques por cambios acaecidos en sus características físicas debido a la
incorporación de monumentos, jardines, fuentes de agua, vegetación, entre otros.
Por otro lado, para Pérgolis (2002) es posible acceder al significado de las plazas
iberoamericanas mediante la relación entre formas y usos, en la medida que los últimos al buscar
la satisfacción de necesidades espacialmente, por lo general, inducen transformaciones
morfológicas, de igual forma puede suceder en un sentido contrario cuando los cambios en la
forma física de la plaza generan, acaban o amplían determinados usos. Así, los cambios
morfológicos cuando tienen la suficiente incidencia trasforman el espacio público no sólo en su
aspecto físico sino también en los usos que recibe, o dicho de otro modo, en dicho proceso de
intervención cuando la multifuncionalidad (articulación de eventos políticos, religiosos, cívicos,
comerciales, etc.) es desplazada por la preeminencia de los usos recreativos se constata que la
plaza de origen colonial tiende a transformarse en un parque urbano.
Este ejercicio de distinción de tipologías es fundamental porque permite entender
orientaciones que tienen las prácticas de la esfera institucional en el espacio abierto en cuestión,
en cuanto a la disposición de gestiones públicas por parte de una administración local enmarcada
en el gobierno de la ciudad. Por lo tanto, la plaza de origen colonial y el parque urbano no
reciben la misma gestión pública local y, por ende, con base en la normatividad que rija al
espacio público construido las intervenciones, en cada caso, van a tener implicaciones de
diferente orden: físicas, culturales, económicas, entre otras.
3.2. Concepción de gestión pública en la esfera institucional
En el espacio urbano, las plazas -mayores y menores según la escala- se constituyen en
espacios públicos de la ciudad y, por consiguiente, son intervenidos mediante el ejercicio de
gestiones públicas que lleva a cabo una administración gubernamental, según la normatividad
que rija en este asunto, en consecuencia, se asumen como propiedades de la Nación y son objeto
de distintas prácticas institucionales. Así, una administración gubernamental mediante la
injerencia de actores institucionales está facultada para generar una serie de gestiones públicas
que inciden en el espacio público. Para considerar su importancia, al estar orientadas por niveles
39
(nación, departamento y municipio), resulta necesario destacar una definición esencial que ofrece
la Constitución Política al señalar en el artículo primero que Colombia es “un Estado Social de
derecho organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus
entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista (…)” (Const., 1991, art.1).
De acuerdo al DNP (2011) en el país se estipula un esquema descentralista que plantea un
papel y unas competencias específicas a los niveles de gobierno: nacional, departamental y
municipal, para la planeación del desarrollo integral del país y las respectivas entidades
territoriales, de modo que los alcaldes y gobernadores están la obligación legal de elaborar los
Planes de Desarrollo que, construidos de forma democrática, son entendidos como instrumentos
políticos y técnicos de planeación y de gestión pública para el logro de los fines esenciales del
Estado que se pueden sintetizar en tres pilares: promover el desarrollo integral, garantizar los
derechos humanos y fortalecer la democracia participativa y pluralista.
En esa perspectiva, como el interés se cierne sobre la gestión pública, para la
comprensión del concepto de desarrollo integral1 de la entidad territorial se señalan los
elementos que lo constituyen: por un parte, el territorio que comprende la base físico-geográfica
de las actividades humanas y el producto de la interacción entre la población y la base física,
espacial y ambiental para la producción y reproducción del grupo social; y, por otra parte, sus
dimensiones básicas en interrelación e interacción: poblacional, ambiente natural, ambiente
construido, socio-cultural, económica y político administrativa (DNP, 2011).
Sin embargo, antes de definir qué se entiende por gestión pública se debe señalar que el
gestor, gerente o administrador público se encarga de liderar los procesos de toma de decisiones
para el cumplimiento de los fines del Estado a partir de principios administrativos y de
herramientas gerenciales y racionales para apuntar a la eficiencia, eficacia y efectividad en el
manejo de recursos públicos, con la finalidad de maximizar la productividad y generar
rentabilidad social para instituciones prestadoras de servicios públicos (García y Bolívar, 2005).
1 Para más información se recomienda la consulta del conjunto de “Guías para la gestión pública
territorial” dirigidos a las autoridades e instancias de planeación y de gestión territorial, a la sociedad civil
y al sector privado. En ésta se presentan orientaciones y recomendaciones conceptuales y metodológicas
para los planes de desarrollo.
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Respecto a la concepción de gestión pública, desde un enfoque gerencial, para García y
Bolívar (2005) consiste en el proceso de articular estratégicamente acciones de una organización
estatal a una misión y unos objetivos, de acuerdo a prioridades de un Plan de Desarrollo, para
garantizar una coincidencia mayor entre las decisiones articuladas a la planeación y las acciones
que se proyectan en el presupuesto aprobado de acuerdo a una vigencia fiscal.
En cuanto al ordenamiento constitucional y normativo, la gestión pública comprende
diferentes momentos que, articulados en la práctica, la configuran como un instrumento político
y técnico al servicio del desarrollo integral, desde la organización de las entidades territoriales
que son directamente responsables. Así, según los lineamientos del DPN (2011) se encuentran
establecidos los siguientes momentos que se retroalimentan entre sí por su interdependencia:
a. Planeación: punto de partida del proceso para establecer directrices estratégicas, proceso
permanente para determinar racionalmente a dónde llegar y cómo hacerlo y punto de
encuentro entre lo técnico y lo político para asignar recursos y articular intereses, cuyo
instrumento es el Plan de Desarrollo.
b. Ejecución: proceso para poner en marcha decisiones y acuerdos de los planes de
desarrollo concretados en políticas y programas, así hace tangible el desarrollo integral
por el emprendimiento de acciones y la disposición eficiente de recursos para lograr
objetivos y metas, y entonces debe haber garantías respecto a la articulación entre la
programación presupuestal, los indicadores y los resultados previstos.
c. Seguimiento y evaluación: proceso para analizar logros y avances que se han dado
mediante la ejecución de los planes de desarrollo, de modo que se tenga un balance
técnico que advierta cómo va el gobierno con los objetivos y metas para el desarrollo
integral, así, esta información está al servicio de los ajustes y reorientación de políticas en
la medida de lo posible, además a estos asuntos se integran mecanismos de participación
y control de la ciudadanía.
d. Rendición de cuentas: proceso mediante el cual administraciones públicas y servidores
públicos tienen la responsabilidad de informar sus acciones a la ciudadanía, sobre
avances y retos respecto a los tres momentos aludidos.
La gestión pública está enmarcada en los niveles de gobierno, entonces para considerar su
incidencia en el espacio público, específicamente en una plaza de la ciudad, es imprescindible
41
que el enfoque se cierna sobre la administración local ya que el municipio, en este caso la
localidad de la ciudad, satisface las necesidades básicas de la población en el territorio, en la
perspectiva del desarrollo integral, sin obviar que eso se hace en correlación con los demás
niveles de gobierno, en consecuencia, se puede destacar la presencia más cercana del Estado en
relación con sus ciudadanos, en una escala local.
La plaza es un espacio público referente en materia de gestión pública por parte de una
administración local durante un período determinado. Entonces, al ser receptora de prácticas
institucionales no es despreciable considerar que grupos poblacionales las perciban en el sector,
según las disposiciones contempladas dentro de un plan de desarrollo local. Desde la esfera
institucional queda contemplada la importancia de la gestión pública local para considerar la
plaza en la ciudad, pero no es un hecho suficiente porque si bien se considera que es un espacio
público construido desde una perspectiva arquitectónica y, en consecuencia, tiene unas gestiones
especificas por parte de una administración local en un marco normativo dado, aún queda por
abordar la esfera de los habitantes.
3.3. La construcción social del lugar
En medio de las discusiones filosóficas centradas en advertir que el tiempo y el espacio
no son exteriores al hombre, surge el problema del espacio vivencial diferenciado del espacio
matemático abstracto, en su momento considerado un aporte pionero, para resaltar, por las
repercusiones que tendría en desarrollos teóricos posteriores en torno al lugar y la experiencia
espacial. Así, en contraste con la actividad filosófica focalizada en atender al carácter temporal
de la existencia humana, se destaca el espacio vivencial que es ese espacio manifestado en la
vida humana concreta, el espacio concreto en el que se desarrolla la vida, por lo que no puede
confundirse con la vivencia en el espacio, ya que éste no se refiere a un hecho psíquico
(Bollnow, 1969).
Desde esta referencia, el espacio no es un simple contenedor, por el contrario, se realza
que el hombre es un ser espacial. Así, las reglas que rigen al espacio vivencial no pueden
equipararse a las propias del espacio matemático abstracto, que según Bollnow (1969) cuenta
con dos especificaciones: el punto central que existe viene dado por el lugar del hombre que está
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vivenciando en el espacio y el sistema de ejes está relacionado con el cuerpo humano y la postura
erguida, en relación con la gravedad de la Tierra.
En el fondo de estas descripciones iniciales se encuentra una prioridad: la espacialidad de
la existencia humana, esto es, el reconocimiento de la relación que existe entre el hombre y su
espacio, por ende, de concebir la estructura de la existencia humana en la medida que se
encuentra determinada por su relación con el espacio (Bollnow, 1969). En ese orden de ideas,
cabe destacar que para el autor resultaba factible, en el análisis, la exploración del espacio
vivencial para deducir de ahí la estructura de la espacialidad humana, lo cual tiene implicaciones
en perspectivas teóricas posteriores, en especial en la geografía humanística de franceses y
anglosajones, cuyas líneas se enfilaron en torno al estudio de las relaciones culturales, de la
identidad, entre individuos o comunidades en un lugar, el cual es entendido como un punto
especifico de la superficie terrestre.
En cuanto a este desarrollo, en la geografía humanística un hecho a destacar es la
marcada recurrencia de los autores a la multiplicidad de filosofías humanistas: existencialismo,
fenomenología e idealismo, aunque casi todos los estudios se apoyarán en tres elementos: crítica
de la geografía basada en el positivismo lógico, intentos de reintroducir el mundo de la
subjetividad y la búsqueda de la comprensión (Unwin, 1992).
Dado ese amplio panorama se abordan, para este caso, las discusiones sobre la
perspectiva experiencial y las relaciones entre lugar y espacio, presentes en la obra de Tuan, al
lado de los aportes de Relph y Buttimer principalmente, quienes tomaron aspectos centrales de la
fenomenología constitutiva de Schütz (Unwin, 1992). Antes de ello, resulta factible generar un
acercamiento entre los campos de la arquitectura y la geografía para hacer un abordaje inicial
sobre la concepción de lugar. De esa manera, se sustentan dos perspectivas complementarias que
llevan a considerar el carácter de la plaza cívica en la ciudad, así, mientras para Pérgolis (1984)
el espacio centralizado es la expresión de la permanencia, la participación estática con un
entorno identificado con la idea de lugar o ámbito para estar; en el caso de Tuan (1977) el lugar
implica la permanencia por considerarse una pausa en el movimiento con la finalidad de
satisfacer necesidades prácticas.
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Hasta este momento, al parecer, espacio y lugar se han usado indistintamente, pero son
conceptos diferentes y componentes básicos del mundo de la vida. Así, desde la perspectiva
humanística, la geografía es una disciplina que tiene como objeto de estudio el lugar en sus
diferentes escalas, de tal modo que se concibe que las ciudades, consideradas entornos
construidos para uso humano, se constituyen como lugares y, por lo tanto, centros de significado
construidos por la experiencia (Tuan, 1975).
La experiencia, que es pensamiento y sensación a la vez, al dirigirse al mundo exterior
abarca los modos mediante los cuales las personas conocen y construyen una realidad, unos
modos que pasan por los sentido pasivos como son el olfato, el gusto, el oído y el tacto, un
sentido activo como la visión, hasta los modos indirectos de conceptualización mediadas por los
símbolos (Tuan, 1977). Eso implica que experienciar no se reduce a experimentar, no es un acto
pasivo, es una actividad de aprendizaje constante en el sentido de que conocer la realidad es
conocer una construcción social de la realidad. Por eso es factible señalar potencialidades que
tiene el estudio del lugar en la enseñanza, derivada de la geografía escolar, ya que según Callai
(2004) permite al sujeto apropiarse de su historia y llegar a concebir el espacio producido como
una construcción social, en donde la historia personal está marcada por la historia de los lugares.
Por otro lado, el desarrollo de los sentidos depende en gran medida de la disposición
biológica, pero cuando interactúan por vía de la experiencia con el mundo vivido, eso lleva
consigo un proceso cognitivo y emocional. Entonces se destaca, por una parte, la percepción que
es un proceso psicológico que hace referencia a las respuestas emitidas por los sentidos respecto
a las impresiones generadas desde los estímulos externos del entorno y, por otra parte, las
actitudes que son posturas de orden cultural que se toman respecto al mundo, de carácter estable,
precisamente formadas por la sucesión de percepciones durante las experiencias (Tuan, 2007).
Entonces, los fenómenos que son registrados, según el autor, tienen un valor específico para la
supervivencia biológica y las necesidades que se generan desde la cultura.
La relación del ser humano, en su corporeidad, con el espacio está mediada por la
experiencia. El hecho de estar en el espacio genera una experiencia espacial por vía de los
sentidos, los cuales no son simples órganos sino cartas de presentación de las personas
constituidas culturalmente. Así, según Tuan (1977) en la experiencia espacial actúan los sentidos
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de manera paralela y no aisladamente, es decir, se genera una percepción visual, auditiva, táctil,
gustativa y olfativa, incluida la sensorio-motora, en definitiva unos mundos interconectados.
Por ello, cuando la persona está en el espacio tiene la facultad de usar los órganos de los
sentidos, en su conjunto, para experienciar el mundo exterior que se le abre ante sí, al que fue
arrojado. Aunque, en lo que a esto concierne, es innegable el carácter dominante de la visión
debido a la propia pauta organizadora que establece, que no siendo suficiente se complementa
coherentemente con el accionar de los demás sentidos para estructurar los entornos. Asimismo,
de acuerdo a Tuan (2007) las modalidades de respuesta hacia el entorno contemplan desde la
apreciación visual y estética hasta la búsqueda del contacto físico.
Cabe destacar, entonces, la importancia de la percepción en la experiencia espacial al
estar implicada la valoración de los fenómenos del mundo exterior. Cada cuerpo, entonces,
cuenta con unos órganos de los sentidos capaces de percibir y valorar pero, debido a la
diversidad de culturas, en ello hay cambios significativos y dado que no todos los individuos y
grupos sociales perciben del mismo modo hay que tener presente que:
Para comprender las preferencias de un individuo con respecto al entorno, deberíamos examinar
su herencia biológica, la forma en que ha sido criado, su educación, su trabajo y su medio
material. Y en lo que refiere a las actitudes y preferencias de un grupo, se hará necesario conocer
la historia cultural de ese grupo y su experiencia en el contexto de su ambiente material. En
ninguno de los dos casos es posible diferenciar cabalmente la influencia de los factores culturales
de la del medio físico en el que se vive. Los conceptos «cultura» y «entorno» se superponen en la
misma forma en que lo hacen los conceptos «hombre» y «naturaleza» (Tuan, 2007, p. 87).
Dada la superposición planteada por este geógrafo, entre cultura y entorno, resulta
fundamental considerar ambos fenómenos en constante interacción que, hasta cierto punto, se
determinan entre sí, ya que la cultura puede condicionar percepciones (incluidos los valores) y
actitudes respecto al entorno, entendido como receptor pero, asimismo, el entorno construido
puede ser emisor de los cambios suscitados sobre los modos en que se manifiesta la cultura.
El lugar es un objeto del orden especial y, en definitiva, una concreción de valor, aunque
no es que pueda ser manejado tan fácil y menos aún portado, porque su carácter radica en que es
un objeto en el que se puede habitar (Tuan, 1977), en ese caso, el valor que detenta un lugar se
45
da por lo que es, entonces, alcanza este carácter cuando la experiencia es total y, por tanto,
articula en su conjunto los diferentes modos de relación establecidos arriba; de tal modo que se
puede considerar, bajos esos presupuestos, como una acotación del espacio (entendido como una
entidad geométrica abstracta). El lugar es tal al adquirir un carácter familiar e íntimo, más no
extraño, dicho de otro modo, los espacios tienden a convertirse en lugares, de ahí el ejemplo
ofrecido por el geógrafo sobre el barrio: un espacio de lugares significativos.
El ser humano es la medida de todas las cosas, cuenta con una postura y estructura
corporal, asume relaciones de distancia y proximidad con otros y organiza el espacio para
adecuarlo a las necesidades biológicas y las relaciones sociales (Tuan, 1977). Por eso, el lugar es
un objeto de valor que habitan los actores sociales, dada su corporeidad, desde la experiencia
espacial diferenciada no sólo a nivel individual sino también según el período de la vida. En ese
sentido, no es lo mismo estar en el espacio y percibirlo cuando se es niño que cuando se es
adulto, dado que el crecimiento corporal (sustentado en la base biológica) dispone los grados de
desarrollo de las experiencias que, en ese caso, son múltiples, variadas, acumulativas y únicas.
Así, la experiencia espacial es un hecho constante que, si bien difiere de un individuo a otro,
también se distingue según los períodos de la vida de una persona y, por consiguiente, la
construcción social del lugar tiende a cambiar.
Dado que un lugar es un espacio vivido, de experiencias siempre renovadas, que permite
considerar el pasado y vislumbrar el futuro, de su comprensión se deriva la importancia de los
sentimientos de identidad y de pertenencia (Callai, 2004). Por su parte, para Tuan (1975) la
adquisición de un sentido de lugar implica considerar que su conocimiento lleva tiempo e incluso
conlleva a evocar el pasado, sin embargo, la condición de antigüedad no es garantía, es necesaria
la vivencia, en suma, las experiencias espaciales acumuladas.
Por lo tanto, la plaza de origen colonial, incluido su marco arquitectónico, en primer lugar
es un entorno construido, producto de la arquitectura, que adquiere una tipología en específico
según el espacio urbano de la ciudad y, por ende, mediante la experiencia puede ser un lugar
donde ocurren acontecimientos personales perfectamente narrables; por ello, se puede estar en un
lugar, pero significarlo requiere tiempo en términos de las experiencias, las cuales pueden ser de
corta y mediana duración, o también presentar intensidades variables.
46
En ese marco, la plaza es un espacio acogedor al estar provisto de significados
comunitarios que permiten, en consecuencia, el establecimiento de relaciones entre las
comunidades y la ciudad, entre una identidad cultural y una identidad espacial, respectivamente
(Pérgolis, 2002). Al respecto, en estrecha relación con esta idea, a partir del cuestionamiento de
la visibilidad de los lugares, Tuan (1977) establece que la identidad de un lugar se consigue por
medio de la dramatización de aspiraciones, necesidades y ritmos funcionales de la vida personal
y grupal.
En esa línea, se destaca la idea de topofilia que incluye la amplitud de vínculos afectivos
establecidos entre los seres humanos y el lugar o entorno material, que entendidos como lazos
difieren en intensidad, sutileza y modos de expresión (Tuan, 2007). No obstante, el autor advierte
que el sentimiento topofílico y el lugar tienden a ser inseparables en la práctica, y aunque puede
no ser la más fuerte de las emociones en el mundo de la vida, cuando lo es, el lugar es portador
de aconteceres y se constituye en un símbolo referente.
En la trama urbana de la ciudad los espacios abiertos y cerrados son capaces de generar, a
su manera, relaciones de orden afectivo. Desde esta perspectiva, los espacios arquitectónicos por
su carácter comunicante tienden a generar emociones, por ende, las plazas de origen colonial son
espacios abiertos en su mayoría que tienden a generar un conjunto de sentimientos topofílicos, en
la medida que para Tuan (2007) “el espacio abierto simboliza libertad, promesa de aventura, luz,
dominio público y belleza formal e inalterable” (p. 46).
La topofilia por integrar el sentimiento y el lugar en un conjunto, requiere de una mirada
que se enfoque primero en el carácter del sentimiento en sí mismo y segundo considere las
imágenes generadas por el lugar. Esta distinción lleva a considerar que no hay necesariamente
una relación de causa-efecto, en la cual el lugar en sí mismo sea causa de sentimientos
topofílicos pero, a excepción de esa posibilidad, la tendencia es que las imágenes topofílicas se
deriven del lugar porque “las personas prestan atención a aquellos aspectos del entorno que
suscitan admiración o prometen sostén y realización en el contexto de sus objetivos de vida”
(Tuan, 2007, p.164). Asimismo, cabe destacar que en desarrollos teóricos posteriores se integra
al lado de la topofilia la idea de topofobia, es decir, además del apego se puede encontrar el
miedo y rechazo por el lugar, respectivamente.
47
Respecto a la complementariedad de las consideraciones, sobre el carácter acogedor de
las plazas y la carga emotiva de los lugares, señala precisamente Samper (1997) que una mayor
humanización de la ciudad implica contar con recintos urbanos exteriores, por su tendencia a
congregar, frente a otras dinámicas de la ciudad moderna que, por el contrario, han tendido a
dispersar al hombre. Por último, contemplar este contexto también exige reconocer y no desligar
la manifestación de lo universal y lo singular en el lugar, más allá de que se ubique a una escala
local, o dicho en palabras de Callai (2004), implica asumir el lugar como expresión singularizada
de cuestiones que son mundiales, lo que lleva a considerar procesos de mundialización, dado que
el mundo se encuentra en los lugares.
La experiencia del hombre como ser espacial es central porque sustenta la construcción
social del lugar con base en el equipamiento y disposición del cuerpo, que se constituye en un eje
central para dar cuenta de la manifestación espacial de la vida humana misma, por lo cual, resulta
prioritario presentar una concepción del habitar vinculante con estos principios orientadores.
3.4. Habitar la ciudad: la experiencia en el lugar
Para entender el hecho de habitar un lugar, se parte de la premisa de que las personas más
que tener cuerpos son cuerpos que, en un sentido concreto, ocupan un espacio acotado durante
una fracción de tiempo, por ello para Tuan (1977) el cuerpo ocupa, dirige y ordena el espacio
con intención, entonces por su postura recta el espacio se abre para diferenciar como ejes
específicos: frente y atrás, derecha e izquierda, y, en últimas, las posiciones y coordenadas en lo
que a eso respecta. Durante las experiencias, como advierte este geógrafo, media una relación
recíproca entre habilidades y conocimientos espaciales, entendidos como las acciones humanas
habituales y los modos de representación conceptual, cartográfica y mental, respectivamente.
Desde estos aportes, el cuerpo se erige como la instancia de relación en y con el espacio,
es decir, implica en primer lugar proximidad, distancia y localización con respecto a otros
cuerpos y, en segundo lugar, es susceptible de ser representado porque tal como lo demuestra
Tuan (1977) se puede establecer a partir del cuerpo una serie de coordenadas con cuadrantes de
espacio-tiempo; de manera que el cuerpo al constituirse en esa instancia de relación en y con el
espacio define cómo se organiza, a la medida adecuada, en un nivel cultural. Estas
consideraciones impactan el mismo sentido de amplitud, tema de interés para este geógrafo,
48
quien además considera importante el uso de las herramientas o máquinas por parte del ser
humano en tanto que son extensiones del cuerpo mismo en un lugar.
Ahora es necesario profundizar sobre el modo como el cuerpo genera unas coordenadas
en cuadrantes espacio-temporales, dada la complejidad que indica asumir dicha unidad para el
abordaje del habitar. En consonancia con esto, desde Tuan (1977) las experiencias de espacio y
tiempo, en simultaneo, son por lo general subconscientes, pero eso no quiere decir que ambos
aspectos no puedan ser orientados por una persona cuando se asuma como planeadora activa de
unas actuaciones, es decir, tenga intenciones concretas y fije metas u objetivos dados, lo cual
deviene en la generación de una estructura espacio-temporal. Dicho de otro modo, las acciones
humanas movilizadas por unas intencionalidades transitan a través de ambas dimensiones en la
experiencia, es decir, se espacializan y temporalizan de manera paralela para alcanzar un
objetivo consciente, en ese caso, habitar los lugares.
Desde el campo de la antropología espacial hay una concepción de habitar que se
corresponde con los planteamientos de la construcción social del lugar desde las experiencias
espaciales pero, antes de señalarla, es necesario hacer hincapié en que se ha tendido a reducir el
habitar simplemente a la ocupación de un espacio durante un tiempo dado y, por consiguiente,
eso ha llevado a la cuantificación de los habitantes (reducción de la experiencia a experimento),
sin embargo, es un término no muy claro por cuenta de la diversidad de perspectivas teóricas que
lo abordan, desde la arquitectura, la sociología, la filosofía y la antropología.
¿Qué es el habitar? Esta es una pregunta que sugiere otras complementarias ya que sí se
plantea en un sentido genérico quedarían por fuera cuestionamientos como, por ejemplo, cuáles
son las maneras de habitar, en dónde, en cuánto tiempo. Sin embargo, más allá de estas aparentes
dificultades, Giglia (2012) para abordar la idea del habitar, como sinónimo de relación con el
mundo mediada por el espacio, establece la noción de presencia como núcleo fundamental que,
en concreto, consiste en la integración del espacio-tiempo en el lugar, de ese modo:
El habitar es un conjunto de prácticas y representaciones que permiten al sujeto colocarse dentro
de un orden espacio-temporal, al mismo tiempo reconociéndolo y estableciéndolo. Se trata de
reconocer un orden, situarse adentro de él, y establecer un orden propio. Es el proceso mediante
el cual el sujeto se sitúa en el centro de unas coordenadas espacio-temporales, mediante su
percepción y su relación con el entorno que lo rodea (Giglia, 2012, p. 13).
49
Asumir el habitar como sinónimo de relación con el mundo implica que no puede ser
semejante al acto de residir apoyado por los arquitectos o al hecho de morar reflexionado por
filósofos, solo por citar un par de ejemplos, esto para efectos de una distinción eficaz. Por otra
parte, la noción de hacerse presente está sustentada, según la revisión de la autora, en los
aportes de autores como Heidegger, De Martino y Radkowski porque desde sus obras se generan
unas fuertes implicaciones en su consideración del habitar. En consecuencia, el habitar no sólo
pertenece al ámbito de residir en la vivienda sino que se amplía a los fenómenos culturales
producidos por individuos y grupos sociales en los lugares. Por eso, desde la perspectiva de la
experiencia resulta fundamental el papel que tiene el habitar en la construcción social del lugar.
Esto conlleva a preguntarse cómo se manifiesta la cultura urbana en el espacio y a
responder que se desarrolla por el habitar, en la medida que “la relación con el espacio a nuestro
alrededor, es un proceso continuo de interpretación, modificación, simbolización del entorno
que nos rodea, con lo cual lo humanizamos, transformándolo en un lugar moldeado por la
intervención de la cultura” (Giglia, 2012, p. 9). Asimismo, el asunto de la identidad encuentra
otra faceta esta vez a la luz del habitar, basado en la noción de presencia, ya que al manifestarse
en múltiples modalidades configura una cultura urbana en constante expresión y producción. Por
su parte, Callai (2004) asegura que la cultura local es la que otorga identidad al lugar, le permite
a las personas identificarse consigo mismas y, en esa medida, que cada una construya una
identidad, lo cual implica reconocer las historias particulares, la memoria y, además, la
simbología y valores que expresan ciertos sentimientos.
Dado que el habitar está en la capacidad de integrarse al abordaje de la construcción
social del lugar por vía de la experiencia, desde las geografías de la vida cotidiana, Lindón
(2009) reconoce la espacialidad de la vida social del sujeto-habitante, desdoblado en sujeto-
cuerpo y sujeto-sentimiento, en los tipos de microsituaciones desplegadas en espacios exteriores,
en donde se ofrecen orientaciones sobre formas de producción/reproducción socio-espacial de las
ciudades, de ahí el grado de importancia.
Respecto a la pregunta sobre quién hace la vida urbana en el lugar, en la ciudad, se
responde que el sujeto-habitante es su artífice esencial. De acuerdo a Lindón (2009) cuando se
concibe al sujeto como habitante, las prácticas espaciales que genera en el lugar se dan mediante
su corporeidad (con su propia espacialidad) al estar cargadas, por un lado, de significados y, por
50
otro lado, de componentes emocionales y afectivos, los que a su vez están asociados a la
espacialidad de las prácticas mismas. De modo que en la experiencia, los sujetos-habitantes
construyen una trama lo suficientemente densa que es susceptible de ser analizada, se trata de las
microsituaciones (modos de habitar), respecto a lo cual resulta factible preguntarse por la
presentación de prácticas de desplazamiento, prácticas de permanencia y prácticas de
apropiación (Lindón, 2009).
Las microsituaciones al estipular una espacio-temporalidad, acotadas por unas prácticas
determinadas, contienen claves de corte holográfico, es decir, debido a sus interconexiones los
sujetos-habitantes están en capacidad de relacionarse entre sí en un lugar y, actuar de manera
semejante en otros, por lo cual se tiende a producir constantemente una construcción socio-
espacial de la ciudad de modo fragmentado e interconectado (Lindón, 2009). Por último,
respecto al carácter de las relaciones señaladas, más allá de considerarlas bajo el prisma del
consenso, la autora advierte que es factible el desarrollo de posibles disputas y confrontaciones
por la dinámica de superposición que presentan las microsituaciones en los espacios exteriores.
51
Capítulo IV
Habitar y gestionar el lugar: una plaza vivenciada como parque urbano
En este apartado se presenta una caracterización de la postura epistemológica que
sustenta la estrategia investigativa elegida, la etnografía, para proceder a la fundamentación del
diseño metodológico correspondiente, en coherencia con el desarrollo de líneas de análisis que
han permitido responder al objetivo de esta investigación que consiste en interpretar desde el
habitar significaciones de lugar en la Plaza Fundacional de Engativá, donde ha incidido la
gestión pública por cuenta del Plan de Desarrollo Local 2013-2016.
4.1. Fundamentación metodológica proyectada
Dado que el marco teórico de referencia está afincado en el horizonte epistemológico de
la geografía humanística, al lado de los aportes de otros campos como las geografías de la vida
cotidiana, la semiótica en arquitectura, la antropología espacial y la administración pública, es
necesario destacar, en consecuencia, que esta investigación es de tipo cualitativa, pero este
anuncio más que dictaminar una dicotomía tajante, con respecto a la investigación cuantitativa,
debe considerar que, si bien hay una manejo predominante de información cualitativa, también
se resaltan los datos cuantitativos.
Por eso resulta válido aclarar, de manera vehemente, que no es la técnica de recolección
la que define el carácter de la práctica investigativa sino la postura epistemológica, desde la cual
se problematiza el objeto de investigación, la manera cómo se recoja la información y la
interpretación correspondiente (Páramo y Otálvaro, 2006). De este modo, la elección de una
estrategia investigativa implica aludir a una postura epistemológica en medio de la diversidad de
opciones que se ofrecen, en cuanto a métodos comprensivos y participativos.
De acuerdo al objetivo general de esta investigación, que se asienta en el orden de la
comprensión más que en el enfoque de la participación, se elige la etnografía, cuyo interés
respecto al proceso de construcción del conocimiento es el descubrimiento o generación de
estructuras conceptuales que permitan entender las formas de actuar y significar la realidad por
parte del “otro” (Estupiñán et al., 2013), en esa perspectiva, el objeto de estudio es la nueva
realidad que emerge de la interacción entre las partes constituyentes: la búsqueda de una
52
estructura o sistema de relaciones con su función y significado que da razón de los eventos de la
vida (Martínez, 2002).
Entonces, los métodos etnográficos, cuya postura epistemológica es comprensiva, se
sustentan en las teorías de la cultura, enfocadas en indagar, precisamente, la dimensión cultural
del mundo social, no obstante, en el campo de la etnografía se destacan múltiples clasificaciones
según enfoque, propósito y objeto (Estupiñán et al., 2013), por lo tanto, resultan esclarecedores
los aportes de las escuelas de pensamiento como la etnografía clásica y la etnografía
interpretativa, solo por citar un par de ejemplos, de ahí la tendencia en unos casos a la
elaboración de descripciones y en otros a la elaboración de interpretaciones.
En ese orden de ideas, dado que el enfoque de esta investigación es el método cualitativo-
etnográfico que consiste en un proceso descriptivo e interpretativo de unidades sociales en
situaciones concretas (Martínez, 2002), en este caso, orienta su énfasis hacia la elaboración de
interpretaciones, lo que no excluye por supuesto las descripciones, debido a la fuerte
preocupación por los significados de las acciones sociales de individuos y grupos humanos en
escenarios pequeños, relativamente homogéneos y geográficamente limitados (Estupiñán et al.,
2013). En ese sentido, el papel del habitar, como cultura urbana manifiesta, en la presentación de
significaciones de lugar en torno a la denominada Plaza Fundacional de Engativá, en donde ha
incidido la gestión pública por cuenta del Plan de Desarrollo Local 2013-2016.
En referencia al sustento epistemológico, asegura Martínez (2002) que la unidad social es
el ethnos, es decir, un grupo humano que constituya una entidad cuyas relaciones estén reguladas
por la costumbre o por ciertos derechos y obligaciones recíprocos, por ende, susceptible de ser
estudiado etnográficamente; entonces, no puede confundirse con el estudio de caso, por el
contrario, la etnografía es el estudio en un caso. De acuerdo eso, resulta necesario exponer el
diseño metodológico que referencia al plan de la investigación, lo cual implica contemplar y, por
supuesto, sustentar bajo una lógica procedimental2 los objetivos específicos, las técnicas, los
instrumentos, las formas de sistematización y los participantes de la investigación que ya han
sido enunciados en el primer capítulo. De forma que, a modo de caracterización, resta justificar
cada uno de estos niveles a la luz de las preguntas orientadoras planteadas.
2 Se recomienda acceder cuando considere necesario, conforme avance en la lectura, a la sección de
anexos para visualizar los respectivos formatos contemplados.
53
En el primer nivel, para lograr una caracterización socio-espacial de la plaza y su marco
arquitectónico en un área urbana demarcada, resultó prioritario recurrir a la cartografía para
llevar a cabo un levantamiento de usos de suelo, debido a la necesidad de espacializar las
necesidades que son atendidas en el vecindario de los barrios Engativá Centro y El Mirador I,
específicamente en las manzanas contiguas al espacio abierto en cuestión. Para estos propósitos,
se diseñó una matriz de registro que permitiera guiar la observación de usos de suelo urbano, en
un radio de influencia estimado en la medida que se hace referencia a un núcleo fundacional de
la ciudad; entonces, con base en un esquema de ordenamiento territorial3 se definen los
siguientes criterios de análisis para la zona de estudio:
a. Uso residencial: vivienda unifamiliar, vivienda bifamiliar y trifamiliar, y vivienda
multifamiliar.
b. Uso comercial: menor escala, mediana escala y gran escala.
c. Uso institucional y de servicios: primera necesidad y de influencia local, influencia zonal,
influencia urbana, influencia municipal y regional.
d. Uso industrial: industria liviana, industria mediana e industria pesada
Para la sistematización de esta matriz de registro, con base en la presentación de un mapa
del núcleo fundacional, se decidió elaborar una tabla con el propósito de representar los usos de
suelo urbano en el sector y, en especial, ello permitiera poner a disposición en un nivel
conceptual y procedimental cuatro habilidades geográficas necesarias en la caracterización: la
localización para determinar puntos cardinales y mencionar calles y carreras concebidas en el
plano ortogonal; la ubicación de la zona de estudio en la localidad, en la Unidad de Planeación
Zonal (en adelante UPZ) y en el barrio con base en los usos de suelo; el emplazamiento para
referenciar datos históricos y el cambio a través del tiempo; y la situación para hacer referencia a
relaciones de proximidad, vecindad y entorno. Por su parte, los participantes son elegidos a la luz
de los usos de suelo presentados, es decir, por su presencia en calidad de residentes en las
manzanas, para la constitución de usos de suelo específicos en el espacio urbano, los cuales
responden a las necesidades de los habitantes en un área de influencia.
3 Para mayor información sobre la fuente se recomienda consultar el anexo de usos de suelo del texto
Esquema de Ordenamiento Territorial Aguazul Casanare 2000 – 2003. Recuperado de
http://cdim.esap.edu.co/BancoConocimiento/A/aguazul_-nare_-_eot_-_2000_-_2003/aguazul__casanare_
-_ eot_-_2000_-_2003.asp el 17 de marzo de 2017.
54
En el segundo nivel, para el tratamiento de incidencias de la gestión pública local, resulta
viable la elección de dos técnicas con el propósito de abordar el problema en doble vía, esto en la
medida que la plaza es un espacio abierto en donde convergen prácticas institucionales (Alcaldía
Local de Engativá) y prácticas espaciales de personas naturales (habitantes del sector). Por su
parte, el Distrito Capital administrado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, a la luz de la
descentralización contemplada en la legislación, está en facultad de elegir los representantes
legales de las Alcaldías Locales de las veinte localidades que constituyen la ciudad, según la
terna que presentan las Juntas de Acción Locales (en adelante JAL), compuestas por un número
de entre siete a once ediles, que son elegidos durante las jornadas electorales.
La estructura organizativa de la Alcaldía Local de Engativá, al constituirse en una entidad
pública, contempla una jerarquía. En el primer nivel, el Alcalde Local como representante legal y
la JAL, y en el segundo nivel una doble división, por una parte, el Grupo de gestión
administrativa y financiera para la planeación, participación y desarrollo con base en el Fondo de
Desarrollo Local que implica las instancias de jurídica (contratación), contabilidad, presupuesto
y almacén; y, por otra parte, el Grupo de gestión normativa y jurídica que cuenta con las
instancias de Secretaría General de Inspecciones, Asesoría Jurídica, Unidad de Mediación y
Conciliación, Inspección de Policía y Comisaría de Familia. Además, existen dos dependencias
integrales: Sistema Integrado de Gestión y Plan Institucional de Gestión Ambiental.
Para señalar el contexto de la gestión pública se destaca que el alcalde local es la
autoridad máxima, cuyo propósito consiste en coordinar la acción distrital en el territorio bajo el
cumplimiento del Plan de Desarrollo de la ciudad, conforme a sus funciones específicas que, a su
vez, son contempladas por la JAL, considerado el ente de máxima participación política a nivel
local, que se encuentra en la capacidad de orientar el Fondo de Desarrollo Local para la inversión
del presupuesto en las estrategias estipuladas durante un período de gobierno.
Entonces, contemplar incidencias de la gestión pública local implica llevar a cabo un
análisis documental mediante el uso de matrices para lograr un tratamiento focalizado, enfocado
en representar y organizar el contenido de un documento de un modo diferente al orden que
aparece en la fuente, con la finalidad de hacer legible la información para los intereses de la
investigación, es decir, eso permita su recuperación. En ese sentido, según advierte Pinto (1989)
el análisis documental es una técnica que tiene dos niveles con sus propias operaciones: el
55
análisis formal o externo que se cierne sobre el soporte documental y el análisis de contenido o
interno que se refiere al contenido del documento.
Por lo cual, se pretende abordar el instrumento principal de la gestión pública, el Plan de
Desarrollo Local 2013-2016, y los cuatro informes de rendición de cuentas publicados cada año
que explicitan un balance de los otros momentos esenciales de toda gestión pública: planeación,
ejecución y seguimiento/evaluación. Su elección, a diferencia de períodos anteriores, responde
principalmente a que, en el año 2013, la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte
entregó a la Alcaldía Local de Engativá el premio de Gestión Cultural Destacada, de forma que
es un asunto clave a revisar en lo que concierne a la promoción de habitares, entendidos como
manifestaciones de la cultura urbana en el lugar.
De igual modo, dicho objetivo también ha implicado el diseño de una encuesta de opinión
sobre la gestión pública local en los últimos años. Este cuestionario, realizado en interacciones
cara a cara, consta de datos socio-demográficos que informan sobre el habitante del sector,
preguntas cerradas acerca de fortalezas, protagonistas y públicos de la gestión pública local y
preguntas abiertas en torno al acceso a espacios de esparcimiento promocionados y a formas de
comunicación entre la Alcaldía Local y los habitantes. Como se puede ver, la utilidad del asunto
radica en que el cuestionario, dirigido a una muestra representativa, permite recoger información
sobre un área de interés, dado un rango amplio de posibilidades, sin pretensiones de
generalización (Páramo, 2008).
Las encuestas fueron dirigidas a habitantes del sector que se encontraban en el espacio
abierto en un plazo de tres días: domingo, lunes y martes durante una franja horaria: 9:00 am a
2:00 pm en promedio. La elección de los días y del intervalo temporal se debe a las
observaciones exploratorias, en especial porque se resalta que el flujo de población flotante en el
escenario tiende a aumentar los domingos en relación con los días entre semana aludidos, lo cual
demarca la importancia de abarcar un rango de posibilidades.
Dado que el muestreo se entiende como una herramienta para determinar qué tipo de
población se examina para la realización de las respectivas inferencias, debido al carácter
exploratorio de la encuesta se usa un método no probabilístico, el muestro por cuotas, para
determinar un número de 50 habitantes de ambos géneros que, además de estar en el escenario,
56
reuniera las siguientes condiciones para estimar su grado de representatividad: edad igual o
mayor a 15 años, residencia en barrios aledaños y tiempo de estancia igual o mayor a un año.
Respecto a la sistematización, si bien se recurre a dos modos según los instrumentos, eso
no excluye que los resultados de ambas esferas sean complementarios, en consecuencia, la
matriz comparativa que sustenta la gestión pública local por años dialoga con las inferencias de
análisis estadístico, conforme a la tabulación y las gráficas circulares porcentuales que emergen
de los datos, por cuenta de las preguntas de múltiple respuesta. Además este nivel, tanto como el
anterior, ofrece un panorama y brinda orientaciones base para facilitar el entendimiento del
habitar en las significaciones de lugar que se presentan en el espacio abierto.
En el tercer nivel, para identificar habitares generados en este espacio abierto se considera
prioritario recurrir a una técnica, la observación, que en este caso es sistemática porque se realizó
una planificación por franjas horarias, así fuera de duración limitada, cuya terminación obedeció
al principio de saturación de información. Cabe destacar que, conforme se avanzó en este
ejercicio, se demarcó el tránsito de una fase exploratoria a una fase de focalización interesada en
la manifestación de cada habitar.
Respecto al grado en el que se involucra el investigador, esta es una observación no
participante porque no hay injerencia alguna en la generación de los habitares, aun cuando esta
actividad sea una experiencia espacial propiamente dicha, pero de un modo u otro se permanece
ajeno a las situaciones. Como la observación también se define según los procedimientos de
registro, en este caso se maneja el diario de campo para realizar las anotaciones in situ acerca del
habitar, en paralelo con la elaboración de un archivo fotográfico mediante el uso de una cámara
digital, ya que según advierte García (2008) la fotografía se considera un instrumento para la
creación y el análisis visual de la realidad social, más que un registro de verificación de datos.
En esta oportunidad, bajo la pretensión de llevar a cabo un acercamiento a esta
potencialidad de la imagen, las anotaciones en el diario de campo orientaron la toma de
fotografías y el mismo proceso de selección, para que en la fase de sistematización se procediera
a articular el lenguaje escrito y visual en el consecuente análisis, es decir, la realización de un
modelo de matriz que permitiera ofrecer un panorama sobre el habitar en convergencia con
imágenes representativas.
57
Dado que la observación permite registrar las acciones de las personas en el ambiente
cotidiano, mediante cortes temporales y espaciales (Bonilla y Rodríguez, 2005), se definieron
categorías de análisis para conducir la observación y la posterior sistematización en la matriz de
convergencias y divergencias del habitar; así que se discriminaron los siguientes aspectos:
zonificaciones del espacio abierto, niveles de interacción (individuo, diada, grupo), situación
(acto, actividad, evento), objetos y/o animales, duración, posible objetivo y gestos. Asimismo, se
demarcaron dos distinciones importantes para el habitar, clarificadas más adelante: la díada
diurno/nocturno y los fines de semana respecto a los demás días.
En esa perspectiva, las prácticas de observación realizadas parten de una tesis, la cual
postula que no es el ojo el que mira sino un sujeto culturalmente situado según experiencias o
conocimientos alcanzados (Ávila, 2004). Según el autor, no basta con señalar la importancia del
sentido de la vista para los campos del saber sino concebir una epistemología centrada en valorar
al sujeto y en educar la mirada al servicio de la formación de los investigadores. De acuerdo a
eso, las prácticas de observación se ciernen sobre aquellos habitantes que cumplen el criterio de
permanecer y/o desplazarse en la plaza, por ende, es una muestra intencional que varía
constantemente según la población flotante protagonista, de tal modo que presentan diferencias
en lo que concierne a edades, ocupaciones, barrios de residencia, etc.
No entra en consideración el habitar presentado en las calles y en el marco arquitectónico, debido
a la prioridad otorgada al espacio abierto, el escenario propiamente dicho, aun cuando haya una
relación de complementariedad de dichos elementos en el espacio urbano; por el contrario, las
calles y el marco arquitectónico sólo se tienen en cuenta a la luz del habitar presentado en el
escenario, que presupone la permanencia y los desplazamientos interiores.
En el cuarto nivel, debido al interés de describir significaciones de lugar por parte de
habitantes que han vivenciado el espacio abierto, se procede a elegir la entrevista a profundidad,
un tipo de entrevista no estructurada, que aborda a los participantes en su individualidad durante
una interacción cara a cara; así, se pretende de acuerdo a Páramo (2008) provocar un retrato
vívido de la perspectiva del participante sobre tópicos de la investigación con base en la
definición de una guía de preguntas. Debido a la preponderancia que adquiere el punto de vista
individual sobre el papel del habitar en el lugar, cobra importancia conocer opiniones,
sentimientos y experiencias espaciales de una muestra intencional constituida por adultos de la
58
tercera edad de ambos géneros, residentes en barrios aledaños y cuyos años de residencia en el
sector sean representativos en relación con su edad, por lo cual, no resulta extraño que pueda
haber contrastes entre ellos.
Entonces, la convocatoria mayoritaria se dirigió hacia adultos mayores que estuvieran
participando en actividades promocionadas por la Junta de Acción Comunal de Engativá Centro,
debido a que esta entidad pública ha sido importante por constituirse en un punto de encuentro de
grupos poblacionales del sector. Por otro lado, la entrevista a profundidad no se debe confundir
con las historias de vida ya que, si bien la referencia biográfica resulta central, es sólo un medio
para un fin: describir significaciones de lugar.
En consecuencia, como advierte Páramo (2008) el propósito es capturar las perspectivas
de los individuos que, de algún modo, pueden estar en oposición a las normas de grupos dados,
en ese caso, la identificación de prácticas espaciales de habitantes que han estado en el escenario
converge con significaciones de lugar atribuidos desde ocho testimonios, en consideración de su
suficiencia para los análisis respectivos.
Las conversaciones con los habitantes anunciados, cuya narración particular tiende a ser
representativa del espectro de vivencias en el espacio abierto, tuvieron una duración de mínimo
60 minutos y de máximo 75 minutos, a la luz de una guía de entrevista definida según seis
tópicos generativos, es decir, preguntas de seguimiento que no son estructuradas, sino más bien
flexibles, que se ajustan al desarrollo de los testimonios en una secuencia determinada y, a su
vez, se tipifican según el enfoque en términos de opiniones, conocimientos, sentimientos,
experiencias y referencias biográficas.
Por último, en la sistematización se requirió con antelación hacer un registro grabado de
las conversaciones para sus correspondientes transcripciones. Así, de acuerdo a las orientaciones
de Bonilla y Rodríguez (2005) se procedió a hacer durante la fase de codificación el análisis
descriptivo de los contenidos, es decir, el ordenamiento y fraccionamiento de los contenidos por
fuentes, mediante una matriz de categorías deductivas y, con esta base, se elaboró una matriz de
categorías inductivas que emergieron de la información cualitativa organizada, dicho de otro
modo, de los contenidos clasificados emergieron categorías inductivas específicas.
59
4.2. El espacio público urbano en Engativá
Desde la esfera institucional, según los planes de ordenamiento territorial de Bogotá, se
ha establecido un Sistema de Espacio Público Construido, que se divide en parques urbanos y
espacios peatonales, precisamente, en la segunda agrupación puede destacarse un modelo
espacial de origen colonial ampliamente difundido en las ciudades iberoamericanas: la plaza
fundacional, que integrada en un espacio público urbano consolidado puede estar articulada a
edificios monumentales en el marco arquitectónico y a la continuidad de viviendas en la trama
urbana, de modo que así cada uno de estos elementos del espacio urbano en la zona de estudio
expresan significado de ciudad, es decir, función de vida en comunidad (Pérgolis, 1995).
En ese orden de ideas, se procede a hacer una caracterización de la forma que presenta la
Plaza Fundacional de Engativá en el trazado urbano ortogonal que, al estar articulado a calles y
carreras, se encuentra integrado con un marco arquitectónico, en donde pueden situarse, o no,
edificios monumentales (poder político, religioso, etc.) en continuidad con la agrupación de
viviendas situadas por manzanas, en la definición de una trama urbana. Lo cual implica
contemplar que se ha desarrollado un crecimiento urbano constante que se ha relacionado con un
proceso de ensanchamiento, producto de la anexión de seis municipios de Cundinamarca
(incluido el casco urbano de Engativá) a la ciudad de Bogotá, desde mediados del siglo XX.
Por lo tanto, se procede a hacer una delimitación de la zona de estudio que se ha
localizado, situado, ubicado y emplazado; lo que deriva en la delimitación de un área urbana
definida a la luz de la concepción de espacio público urbano: un radio de influencia zonal que
corresponde a una manzana adyacente en torno a la plaza. De modo tal que así queda plenamente
sustentado el polígono que abarca manzanas pertenecientes a los barrios de Engativá Centro y El
Mirador I, conforme a la centralidad del espacio abierto, lo que implica presentar un mapa del
núcleo fundacional y una tabla de usos de suelo basada en los datos de una matriz de registro.
4.2.1. Antecedentes de un espacio abierto localizado
Para hacer alusión a su historia municipal, según la revisión histórica de Jaramillo y
Borbón (1997), la fundación de Engativá sucede en 1537 cuando el ejército al mando de Gonzalo
Jiménez de Quesada entra al territorio, donde se encontraban asentamientos de los indígenas
muiscas. Desde entonces, se instaura un ordenamiento urbano funcional en la época colonial: un
60
casco urbano compuesto de una cuadricula alrededor de la plaza principal, en cuyo marco se
concentró el poder político, religioso y económico, que fue impuesto sobre los asentamientos de
indígenas muiscas que estaban ubicados en el territorio bajo la autoridad del Zipa en la época
prehispánica, de modo que se conformaría un pueblo de indios de Santa Fe de Bogotá (Cortés,
2006). En ese sentido, habitar el espacio abierto ha implicado que un adulto mayor entrevistado
destaque, mediante un relato oral, este pasado indígena que incluso se refleja en el nombre
Engativá, el cual proviene de la lengua chibcha y significa “señor de lo ameno y de lo sabroso”.
Aquí fue donde los indígenas hicieron el asentamiento, vinieron aquí por accidente, venían
buscando zonas que no fueran inundables, esto era solo matas y hierba, había mucha mora y
amapola, entonces ellos llegaron aquí, hicieron el asentamiento aquí, porque nosotros como
estamos más altos que el resto de Bogotá no nos inundamos (…) entonces ellos hicieron el
asentamiento aquí porque encontraron buena tierra para sembrar su maíz. (Entrevistado 7).
Por otro lado, la fundación implicaba la aparición de la propiedad privada en las
disposiciones del territorio, por eso mismo, se instauran tres instituciones socioeconómicas: la
encomienda, la mita y el resguardo. Respecto a Engativá se dieron inicialmente las encomiendas
a Diego Romero de Aguilar y Alonso Gutiérrez Pimentel, quienes no fueron los únicos debido a
los sucesores que los reemplazaron; el servicio de mita era minero, agrario o urbano según el
sitio donde se prestaba durante dos años; y, por último, se instituyeron tres resguardos:
Resguardo de Indios del Escritorio, Resguardo de Indios de Engativá y Resguardo de Puente
Grande (Jaramillo y Borbón, 1997).
Engativá, al constituirse en un municipio de Cundinamarca, presentaba una división
territorial en la cual se destacaban las veredas Bolivia, El Cedro, Barrios del Norte, El Muelle y
El Centro que constituía el casco urbano propiamente dicho (Jaramillo y Borbón, 1997). En ese
sentido, si bien fue predominante el crecimiento urbano del municipio en torno a un espacio
público (la plaza), cabe destacar una dinámica de alto impacto que sucede posteriormente, hacia
mediados del siglo XX, cuando se genera un desbordamiento del crecimiento urbano por el
tránsito de las antiguas haciendas a nuevas urbanizaciones en terrenos limítrofes con Bogotá,
desde entonces, el crecimiento urbano se ha desarrollado del centro hacia la periferia y los
municipios vecinos, así como en un sentido contrario (Cortés, 2006).
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Al tener en cuenta la relación entre el municipio de Engativá y el Distrito Especial de
Bogotá por cuenta de esta forma de crecimiento urbano en doble sentido, resulta factible
entender que ello se enmarca según la revisión de Cortés (2006) en un proceso urbano, político y
económico que ha determinado la anexión de seis municipios vecinos a la ciudad -Usaquén,
Suba, Fontibón, Bosa, Usme y Engativá- mediante el Decreto 3640 del 17 de diciembre de 1954
por el gobierno de facto del General Gustavo Rojas Pinilla.
Este proceso de ensanchamiento que incorpora y amplía nuevas áreas para la
urbanización de la ciudad tiene implicaciones para Engativá por el tránsito de una historia
municipal a una historia local y, por consiguiente, el tránsito de su espacio público de referencia:
de plaza municipal a plaza barrial. En ese caso, en los años noventa se definen disposiciones para
el Plan de Ordenamiento Territorial de los municipios y el Distrito Capital mediante la Ley 388
de 1997 y, en consecuencia, por determinación del Decreto 879 de 1998.
Dado el maco de esta normatividad, hacia el noroccidente de la ciudad se ubica la
localidad décima -Engativá- que ha sido dividida por UPZ, en donde se ha emplazado la
denominada Plaza Fundacional de Engativá: un espacio abierto que presenta uso institucional y
de servicios en cuanto a recreación, cultura y deporte en un radio de influencia zonal cuya área es
de 4.765, 97 m2. Además, en la escala urbana se tipifica como una plaza barrial, sólo concebida
de acuerdo a Pérgolis (2002) en relación a las plazas situadas en los núcleos fundacionales de
otras localidades de la ciudad como por ejemplo Fontibón, Bosa, Suba, Usaquén y Usme, y en
relación a la Plaza de Bolívar tipificada como Plaza Mayor, de influencia distrital. En el trazado
urbano, la plaza al presentar una forma cuadrada y regular ocupa un vacío que corresponde en
extensión a una manzana, en continuidad con el plano ortogonal que es predominante en la
estructuración del espacio urbano del sector.
Así, respecto a la ciudad que puede ser conocida en la alta abstracción por un habitante
para fines de referencia y orientación (Tuan, 2007) se consideran los límites de esta localidad:
hacia el norte con Suba, donde se sitúan dos barreras conformadas por el humedal Juan Amarillo
que colinda con los barrios Lisboa y Santa Cecilia y por el Club Campestre Los Lagartos que
colinda con los barrios Lagartos, Nuevo Monterrey y Julio Flores; hacia el sur con Fontibón, por
la Avenida Calle 63 (separador del Aeropuerto Internacional El Dorado) y por la Avenida El
Dorado, articuladas en la transversal 93; hacia el occidente con el Río Bogotá, por hacer las
62
veces de una barrera que separa la localidad de los municipios de Funza y Cota, en cuya
vecindad se encuentra El Parque Regional La Florida (propiedad del Distrito Capital); y hacia el
oriente con Barrios Unidos, por la delimitación que establece la Avenida Carrera 68.
Como se ha señalado, debido a la existencia a nivel distrital de una división política y
administrativa local, Engativá cuenta con nueve UPZ distinguidas principalmente, desde la
esfera institucional, por códigos, nombres, tipos, barrios legalizados, estratos socioeconómicos,
proyección estimada de población y extensión en hectáreas: Las Ferias, Minuto de Dios, Boyacá
Real, Santa Cecilia, Bolivia, Garcés Navas, Jardín Botánico, Álamos y Engativá.
En ese sentido, el modelo de descentralización de gobierno, contemplado en la legislación
colombiana, tiene incidencias en el espacio urbano de Engativá por cuenta de la organización en
las UPZ, estipuladas como centralidades desde los años noventa, dado el crecimiento urbano de
Bogotá desde el siglo pasado. Entonces, por constituirse en una ciudad metropolitana presenta un
esquema que tiende a ser policéntrico, a diferencia de un modelo monocéntrico, esto es, el
crecimiento urbano alrededor de un sistema de plazas y calles: el espacio público urbano
característico de las ciudades tradicionales durante la época colonial (Pérgolis, 2002).
Por su parte, la UPZ 74-Engativá estipulada a la luz del antiguo casco urbano es el área
de mayor extensión por hectáreas, localizada al suroccidente de Engativá. En este caso, señalar
su perímetro implica contemplar un conocimiento de la ciudad en la alta abstracción (Tuan,
2007). Así, se destaca que hacia el norte se sitúa el humedal El Jaboque que hace las veces de
barrera natural respecto a la UPZ 73-Garcés Navas, hacia el sur la Avenida Calle 63 es un
corredor que separa el Aeropuerto Internacional El Dorado en Fontibón, hacia el occidente el Río
Bogotá no viene a ser un borde sino un límite de la localidad y de la ciudad misma en vecindad
con extensas áreas verdes no urbanizadas y, por último, hacia el oriente se encuentra un borde
por el crecimiento urbano de la UPZ 116-Álamos.
4.2.2. Definición inicial de una tipología urbana en tensión
Como se ha aludido, en la localización de Engativá y de la UPZ 74-Engativá se destaca la
imagen de una ciudad conocida en la alta abstracción (Tuan, 2007), sin embargo, este es apenas
un primer paso para acceder al punto de vista experiencial. De igual forma, queda demostrado el
sentido que ha tomado el proceso de expansión urbana de la ciudad y, por ende, el
63
ensanchamiento del antiguo municipio de Engativá, localidad décima en la actualidad. Por otro
lado, la identificación de la UPZ74-Engativá como zona periférica de la ciudad implica
contemplar la existencia de tres límites consolidados (una avenida principal de alto flujo
vehicular y dos barreras naturales) y únicamente la existencia de un borde en continuidad con el
crecimiento urbano de la localidad, hacia el oriente.
En la UPZ 74-Engativá se ha pretendido delimitar un área urbana de influencia zonal en
torno a la Plaza Fundacional de Engativá: espacio abierto localizado en medio de calles y
carreras específicas, entonces, la importancia de señalarlas se debe a que la lógica de recorrido
que las identifica se relaciona con la lógica de permanencia que distingue al espacio abierto
mismo (Pérgolis, 1984). Por una parte, la calle 64 es una avenida principal pavimentada y
señalizada de doble sentido que tiene un alto flujo vehicular de transporte público y automóviles,
adicional al flujo de motocicletas y bicicletas, a pesar de eso, funciona como parqueadero
provisional del SITP; y la calle 64C es una vía pavimentada (restaurada hace un año) y
señalizada, de única calzada, que tiene bajo flujo vehicular y flujo intermitente de motocicletas,
bicicletas y bicitaxis.
Por otra parte, la carrera 122A es una vía pavimentada y no señalizada de doble calzada
que no presenta flujo vehicular al constituirse en un parqueadero permanente de automóviles
particulares y oficiales de la policía, debido a la imposición vallas metálicas que pertenecen al
CAI Engativá Centro; y la carrera 123 es una vía de dos sentidos, pavimentada, señalizada y
dotada de reductores de velocidad que presenta flujo vehicular, de motocicletas y bicicletas, así
como el estacionamiento intermitente de vehículos.
Respecto al espacio abierto, éste se constituye en una tipología urbana que puede
asociarse a lo que se conoce como plaza ajardinada según las características físicas presentadas a
continuación, pero no se puede desconocer según Tuan (2007) que en las percepciones se
organizan dichas características, por los mundos interconectados que producen los sentidos en su
convergencia simultánea, independientemente de una tipología establecida; por lo tanto, para el
análisis de las plazas se necesita transitar de una caracterización de su forma a la contemplación
de las dimensiones de los usos y las significaciones (Pérgolis, 2002).
64
En su contorno, que limita con las calles y las carreras especificadas, el suelo tiene un
diseño en adoquín caracterizado por la intersección de ladrillos que demarca un sendero
alrededor, en donde se enclavan postes de luz unidos por cableado eléctrico y señales de tránsito,
asimismo, en cada esquina se sitúan rampas que, a lado y lado, están acompañadas por bolardos
de presentación que presuponen el inicio y/o terminación de un camino. Por su parte, las canecas
para la recolección de basura, algunas desfondadas, se distribuyen así: tres en las esquinas y las
demás cercanas a los contornos que limitan las calles señaladas y la carrera 123.
Imagen 1. Percepciones del espacio abierto respecto a una posible tipología urbana
Fuente propia
En el sector que ocupa aproximadamente la cuarta parte del escenario, en límites con la
avenida principal, se encuentra situada una cancha deportiva, en medio de zonas adoquinadas
adyacentes que prolongan el sendero que proviene del contorno, sin embargo, una de ellas se
encuentra levantada parcialmente debido a la ausencia de un conjunto de ladrillos que, por
supuesto, dejan una abertura inundable.
Dado que la cancha está pavimentada y señalizada, se presupone la realización de
partidos de microfútbol y baloncesto, además de que cuenta con un sistema de drenaje que, por
lo general, tiene hojarasca en su interior, a pesar de eso el suelo presenta desniveles que
65
condicionan su inundación parcial durante temporadas lluviosas. Además, el costado de la
cancha más cercano a la avenida se encuentra parcialmente resguardado por una valla metálica
desgastada, soportada por una base de bloques cementados que mide alrededor de un metro de
altura para hacer las veces de separador del contorno y, por ende, del paradero de buses del SITP
denominado Parque de Engativá, referenciado única y exclusivamente por una paleta
informativa enclavada, en cuyos alrededores se encuentra un teléfono público de la Empresa
Telefónica de Bogotá (ETB) y una válvula de agua.
Hacia el costado norte se sitúan dos postes de luz sin lámpara, que tienen atados a una
altura considerable dos reflectores de luz que enfocan la cancha, mientras que a cada lado de la
cancha se destaca, por una parte, el estado óptimo de los arcos que única y exclusivamente tienen
instaladas las mallas durante la realización de campeonatos oficiales de microfútbol entre
equipos pertenecientes a barrios aledaños, y por otro lado, la destrucción progresiva e incluso la
ausencia de tableros y aros, una situación que no ofrece garantías para la realización de partidos
de baloncesto y deriva en un uso inequitativo que no corresponde con la concepción de diseño de
este tipo de construcciones.
Desde el límite que demarca el sector aludido, hacia el nororiente se delimita un área
extensa donde están enclavados dos postes y se extiende un suelo pavimentado y adoquinado, en
cuyo diseño se resalta principalmente el trazado de hexágonos que se organizan en sucesiones
mediante la conjunción de rombos, que a su vez están divididos en figuras geométricas
interiores. No obstante, en referencia a su estado se destaca que una porción de este suelo se ha
levantado, de aproximadamente un metro de diámetro.
El proceso de arborización ha obedecido al establecimiento de veintisiete materas,
construidas en ladrillo, algunas pintadas a excepción de trece (cerca de la mitad), además de que
en algunas se resalta la elaboración de graffitis. En su conjunto presentan un grado de deterioro
por su infraestructura, lo cual varía por ejemplo al comparar el mayor desgaste de las materas
adyacentes a la avenida principal con respecto a las materas que se alzan en el área extensa. En
cuanto a la distribución de este conjunto de materas en el contorno, se sitúa una en cercanía a
cada esquina, cuatro en el sendero que limita con la avenida principal, diez en el sendero que
limita con la carrera 122A, siete en el sendero que limita con la calle 64C y solamente dos en la
zona adoquinada adyacente a la cancha deportiva que limita con la carrera 123.
66
Las materas contienen tierra y, parcialmente pasto, además se pueden encontrar, en la
mayoría de los casos, jardineras en su interior, a excepción de ocho materas, debido al sembrado
de plantas, algunas con flores, que pueden estar sobre las raíces de árboles medianos y grandes,
según su diferencia en altitud, o por el contrario pueden estar en ausencia de aquellos. En el área
extensa, al frente de las materas, existe una dotación de siete bancas construidas en cemento que
carecen de un espaldar y, precisamente, a su alrededor se sitúa un asta cuya base exhibe una
placa dedicada por la comunidad engativeña y el Club Deportivo a la memoria del suboficial
Ernesto Rubio González, además de un puesto de promoción de lectura que pertenece a la Red
Distrital de Bibliotecas Públicas que abre los martes, jueves y viernes durante la jornada de la
tarde, los sábados de once de la mañana a tres de la tarde y los domingos desde mediodía hasta
las cuatro de la tarde.
De las materas que contienen jardineras, debido a los sembrados realizados desde el año
pasado en el mes de abril por habitantes del sector, se encuentra que están resguardadas (a
excepción de tres en las zonas adoquinadas adyacentes a la cancha y dos en el área extensa) ya
que han sido encerradas debidamente, ya sea de un modo artesanal o de un modo técnico. Por un
lado, doce jardineras están encerradas por mallas o cuerdas que han sido tensionadas por palos
enclavados en la tierra (incluso en una de ellas hay una fuente de agua) y, por otro lado, dos
jardineras están encerradas mediante un enrejado, una en la zona adoquinada de la cancha y otra
en el área extensa.
Cabe destacar que en las materas se alzan catorce fresnos (árboles de Urapán) que en su
mayoría son frondosos, de una altitud considerable, precisamente seis de ellos se ciernen
alrededor de la cancha deportiva, hacia el contorno opuesto cinco (en dos de ellos se exhiben
letreros fijados que advierten su cuidado) y solamente tres en el sendero que limita con la carrera
122A, en cuyas esquinas se sitúan árboles medianos de otra especie, mientras que en las demás
materas hay plantas de baja altura.
En el centro del espacio abierto, sobre una matera ajardinada y encerrada por medio de
una barrera artesanal, se levanta un eucalipto hembra, parcialmente frondoso, que tiene una
altitud semejante a los fresnos que se ciernen a su alrededor y, además, cuenta con dos bancas
aledañas en cemento; éste se ha constituido en un punto de referencia e incluso para el año 2013
67
es distinguido con una placa (desterrada de su matera debido a su presunto robo) que le rindió
honores como árbol notable de la ciudad, por parte de la Secretaría Distrital de Ambiente.
Dada una sucesión de percepciones en torno a estas características del espacio abierto se
pueden asumir actitudes (Tuan, 2007), es decir, opiniones respecto a la predominancia de los
elementos arquitectónicos en contraste con la inexistencia de áreas verdes accesibles ya que son
aprehendidos por los sentidos, en especial, el suelo adoquinado, el alzamiento de materas que
contienen la arborización, el asta cuya base es una placa conmemorativa y el puesto de lectura al
aire libre; por lo tanto, a partir de las características de su forma, si bien se puede tipificar como
una plaza ajardinada, esto sólo puede ser una definición provisional debido a que se debe
contemplar que ha apropiado una construcción bastante acogida en los parques urbanos: la
cancha deportiva.
4.2.3. Marco arquitectónico del espacio abierto ubicado en un área
Dado que para Pérgolis (2002) el espacio público urbano consiste en la articulación de las
plazas y las calles en el plano ortogonal, esto implica el reconocimiento de un marco
arquitectónico cuyos usos de suelo son específicos, el cual contiene al espacio abierto mismo en
una vecindad compartida porque involucra en su radio de influencia a los barrios Engativá
Centro y El Mirador I, delimitados por la Avenida Calle 64 que hace las veces de separador.
El marco arquitectónico responde a ritmos funcionales de la vida cotidiana en virtud de la
satisfacción de los habitantes, en términos de necesidades biológicas y relaciones sociales (Tuan,
2007). Por lo tanto, los usos de suelo de las edificaciones que se sitúan en torno al espacio
abierto otorgan cierta singularidad a la trama urbana debido a las discontinuidades que ha
presentado en lo que concierne al mantenimiento de una centralidad tradicional, en específico,
cambios de posición y traslado de edificaciones. Por eso, las referencias que prosiguen postulan
el tránsito del nivel de alta abstracción hacia el nivel de experiencia, esto es, en el vecindario
próximo donde también se conoce la ciudad (Tuan, 2007).
Así, en la manzana bordeada por la calle 64C se presenta una acera ancha (a diferencia de
las contiguas en el marco) cuyo suelo está adoquinado y cuenta con alrededor de dos docenas de
bolardos que la enmarcan, además está dotada de dos canecas y cuatro bancas en cemento que
68
están situadas en línea, de igual forma se han alineado tres materas, enmarcadas por dos tubos
doblados que se alzan en forma de aros, en donde han sido sembradas plantas de baja altura.
Respecto al uso institucional, se presenta el servicio de culto religioso que ofrece la
Iglesia Católica desde la Parroquia San Lorenzo Diácono y Mártir, en cuya edificación de una
planta se ha establecido una capilla y un despacho parroquial, además que tienen a su disposición
un lote contiguo. En la esquina posterior se destaca un uso de suelo mixto debido a que en la
edificación de tres plantas se ha establecido uso residencial y uso comercial de mediana escala,
representado por El Surtidor Caviri y Cia S.A.S., un supermercado que cuenta con otra sede en
Fontibón, que es producto de la unión entre El Surtidor de la familia Olaya Ramos que surge
hacia 1976 y una firma que tenía una tradición comercial de más de cinco décadas, en su
momento, en la localidad novena de la ciudad. Por otro lado, está en la capacidad de patrocinar
eventos deportivos y culturales en el espacio abierto. Además, en medio de ambas edificaciones
se ha establecido un lote que presenta uso comercial por el servicio de parqueadero y
aprovisionamiento de un puesto recreativo infantil que funciona en el espacio abierto.
En la manzana bordeada por la Avenida calle 64 se destaca una vivienda de uso
residencial que cuenta con dos plantas y dos viviendas de uso mixto situadas en las esquinas, la
primera de uso comercial por ocupación de tres locales en primera planta y de uso residencial en
plantas superiores, y la segunda de uso comercial por ocupación de dos locales en la primera
planta y de uso industrial liviano y residencial en las plantas superiores. Entonces, a pesar de que
se diferencian por la presentación de un café internet y un taller de litografía, para cada lado se
sitúa una miscelánea y un restaurante, respectivamente. Asimismo, se destaca una edificación
renovada (contraste de su inserción arquitectónica respecto a la continuidad de las viviendas) que
en las dos plantas sustenta un uso comercial, por cuenta de la oferta de servicio de un asadero de
pollos, un supermercado y un salón de billar.
En la manzana bordeada por la carrera 123 se destaca el uso institucional por la
prestación de servicios: seguridad por parte del CAI Engativá Centro de la Policía Nacional,
cuya edificación cuenta con una planta, así como la educación privada ofertada por el Centro
Educativo Jorge Tadeo Lozano de jornada completa para preescolar y básica primaria en una
edificación de tres plantas, además, se destaca un lote baldío enmallado que presenta zona verde,
el cual no se vende ni se permuta debido a que pertenece a la Defensa Civil.
69
Por otra parte, se destaca el uso mixto que presentan tres viviendas de dos plantas cada
una, entonces, para dos edificaciones se resalta el uso residencial y comercial debido a la
existencia de apartamentos y de locales comerciales en la primera planta: en una se establece
solamente la panadería Engativeña y en otra una Tienda Outlet, un almacén de remates de
mercancías y una sede de la empresa de telecomunicaciones hv tv Multiplay, que en ocasiones
sitúa un punto de información en el espacio abierto, cuya prestación de servicios se orienta hacia
planes de televisión, internet y teléfono móvil en cuatro departamentos, incluido Cundinamarca.
Por último, en una edificación de dos plantas se presenta también el uso mixto, debido a
la ocupación residencial y al servicio de formación deportiva ofertado hace más de veinte años a
niños, adolescentes y jóvenes, de 5 a 17 años, por parte de la Escuela de Fútbol y Club Deportivo
Esfordit que participa en torneos locales, distritales y nacionales (incluida una ruta de
desplazamiento para el traslado al Parque La Florida y a las canchas sintéticas por la necesidad
de los entrenamientos a doble jornada).
En la manzana bordeada por la carrera 123, en cuanto al uso institucional, se sitúa para el
servicio de educación pública (preescolar, básica y media) una sede del Colegio General
Santander IED, debido a que desde el 2006 se toman en arriendo estas instalaciones,
pertenecientes al antiguo Colegio de la Enseñanza Cardenal Luque. Asimismo, su infraestructura
colinda con un equipamiento hospitalario que en la actualidad no se encuentra en funcionamiento
debido a su estado de abandono y, por último, en medio de ambas edificaciones, cerca al borde
de la Avenida Calle 64, se encuentra, en el exterior, una gruta arborizada y enrejada que contiene
una escultura que representa a la Virgen María.
En las manzanas contiguas a las mencionadas, por cada esquina, se sitúa en el vecindario
del barrio Engativá Centro una edificación de uso comercial de una sola planta que, en
ocasiones, es ocupada para un negocio de menor escala, y una edificación de uso institucional
para el servicio en salud de la Red Pública de Hospitales, representado en el Centro de Atención
Médica Inmediata (CAMI) Emaus, un punto atención que ofrece principalmente servicios
ambulatorios, de urgencias las 24 horas y de hospitalización; por otro lado, en el vecindario del
barrio El Mirador I se sitúan dos edificaciones ,cuyo uso de suelo es mixto (residencial y
comercial), de dos y tres plantas, respectivamente.
70
Por lo tanto, en el marco arquitectónico se erige, principalmente, la presencia de
instituciones tradicionales en una escala zonal como la Iglesia Católica, la Fuerza Pública y el
Hospital, de instituciones educativas (privada y pública), de un lote baldío y de manera
predominante se resaltan edificaciones de uso mixto (en dos casos uso comercial exclusivo y en
un caso uso residencial exclusivo) que acogen, por lo general, el uso comercial en la primera
planta por la dotación de uno o más locales y el uso residencial en plantas superiores.
Respecto a la continuidad de elementos arquitectónicos en estas edificaciones, en
independencia de los diseños, colores y apariencia de las fachadas que difieren entre sí, cabe
destacar la presentación de tejas de barro (herencia colonial) en los techos de la parroquia, el
CAI de Engativá Centro y dos viviendas de uso comercial y uso residencial, respectivamente.
Por último, se debe señalar la ausencia en el marco arquitectónico del servicio administrativo: un
síntoma de la tendencia a la dispersión entre los elementos que cohesionan el espacio público
urbano. Debido a que la sede de la Alcaldía Local de Engativá sería trasladada, de manera
definitiva, desde los años cincuenta a otro sector, que en la actualidad se conoce como la UPZ
30-Boyacá Real, en un barrio que lleva el mismo nombre.
Mapa 1. Área urbana de núcleo fundacional en Engativá
Fuente: Ideca (2016)
71
Dado que para Tuan (2007) en los barrios se tienden a construir lugares significativos, la
Plaza Fundacional de Engativá presenta un uso institucional y de prestación de servicios
recreativos de influencia zonal que, situada en vecindad con un entorno, ha sido ubicada en un
polígono con base en la concepción del espacio público urbano (Pérgolis, 2002). Así, entre las
carreras 121 y 124 y las calles 66B y 63L se ha delimitado un área urbana en cuyas manzanas se
destacan usos de suelo específicos, por la ocupación de 230 lotes alrededor del espacio abierto
para la satisfacción de necesidades residenciales, comerciales, institucionales e industriales, al
tratarse de edificaciones de mínimo una planta y máximo cinco plantas, según corresponda.
Usos de suelo urbano Lotes
1. Residencial unifamiliar 82
2. Mixto: unifamiliar-comercial 56
3. Comercial de menor y/o mediana escala 16
4. Institucional y de servicios: influencia zonal 13
5. Industrial mediano 11
6. Residencial bifamiliar o trifamiliar 10
7. Residencial multifamiliar 9
8. Lotes urbanizables 9
9. Mixto: bifamiliar o trifamiliar-comercial 8
10. Institucional y de servicios: influencia local 8
11. Mixto: multifamiliar-comercial 2
12. Industrial liviano 2
13. Comercial de gran escala 1
14. Mixto: unifamiliar-comercial-industrial liviano 1
15. Mixto: multifamiliar-comercial-industrial liviano 1
16. Industrial pesado 1
Tabla 2. Panorama de usos de suelo en polígono
Elaboración propia
Al respecto, en independencia que se presente o no un uso mixto en las edificaciones
resulta predominante el sector residencial (73%) organizado así: unifamiliar (60%), bifamiliar o
trifamiliar (8%) y multifamiliar (5%), en contraste con usos exclusivos que no son
representativos: comercial a gran escala, industrial liviano e industrial pesado. Por otro lado, el
72
sector comercial que aparece en las edificaciones ya sea en forma de uso exclusivo o de uso
mixto (tiende a ser marginal la inclusión del uso industrial) es predominante ya que abarca
alrededor del 37%, en lo que a eso respecta, cabe destacar la preferencia de este sector por
desplegarse en el modelo residencial unifamiliar (25%) sobre el bifamiliar y trifamiliar (3%) y el
multifamiliar (1%).
El uso institucional de influencia local y zonal oscila alrededor del 9% en lo que
concierne a servicios religiosos, administrativos, educativos, de seguridad y de atención a
primera infancia y hacia adultos de la tercera edad; y en cuanto al uso industrial mediano se
presenta en alrededor del 5% de las edificaciones y la existencia de lotes urbanizables remiten al
4%, una cifra que implica contemplar la posibilidad y oportunidades para eventuales
urbanizaciones en el vecindario.
La recurrencia al uso mixto en las edificaciones (30%) señala una multifuncionalidad
debido a que se pueden agrupar dos e incluso tres usos a la vez, en especial el uso comercial (en
ocasiones contiguo el uso industrial liviano) y el uso residencial en sus tres modalidades, a
diferentes grados como ya se ha abordado; entonces, con algunas excepciones, se puede
encontrar una tendencia dominante: en la primera planta la presentación del uso comercial (uno,
dos o tres locales) y, si aplica, el uso industrial liviano, mientras que en las plantas superiores
tiende a aparecer el uso residencial exclusivamente.
Respecto a la altura de las edificaciones existentes, de mínimo una y máximo cinco
plantas, se encuentra la predominancia de construcciones de tres plantas (37%), pero a pesar de
presentar la cifra más alta se debe sustentar la preeminencia de construcciones de una planta
(30%) y de dos plantas (22%) que juntas logran superar dicha cifra y, en consecuencia, se señala
que el 52% cuenta con menos de tres plantas, de igual modo, se contrastan ampliamente con el
bajo índice de construcciones que cuentan con cuatro plantas (10%) y cinco plantas (1%).
De acuerdo a eso, se puede inferir que esta área urbana está en proceso de consolidación
debido no solo a la existencia de lotes urbanizables sino en especial a la posible construcción de
plantas superiores para edificaciones que cuentan con una y dos plantas, en la medida que la
mayor cantidad de edificaciones presenta tres plantas y, además de esta tendencia, no se puede
73
obviar un punto de referencia: la construcción de edificaciones de una altitud mayor, cuya
cantidad de lotes ocupados es baja en comparación con las otras edificaciones referenciadas.
4.3. Gestión pública local en doble vía
Para efectuar una revisión de prácticas promovidas por una esfera institucional en la
denominada Plaza Fundacional de Engativá se elige, en medio de la diversidad de opciones, un
ente público: La Alcaldía Local de Engativá, dado el interés por la gestión pública durante un
período específico de gobierno. No obstante, se debe destacar, por citar algunos ejemplos, la
injerencia de otras instituciones públicas como la Junta de Acción Comunal, la Policía Nacional,
la Defensa Civil y el Jardín Botánico, además de instituciones privadas como la Parroquia San
Lorenzo Diácono y Mártir, los Testigos de Jehová, las instituciones educativas, la Fundación
Divino Niño Jesús, Caracol Televisión y el Festival Iberoamericano de Teatro.
La Alcaldía Local, encargada de la administración pública de la localidad décima, tiene
entre sus disposiciones la gestión del Sistema de Espacio Público Construido, localizado en la
división política y administrativa existente. De tal manera que la gestión pública local
desarrollada en la Plaza Fundacional de Engativá se focaliza en su mantenimiento y promoción
única y exclusivamente como espacio peatonal, o dicho de otro modo, resulta imperante señalar
que las prácticas institucionales por parte del ente público no han estado interesadas en
gestionarla como un parque urbano.
La definición tipológica vigente según el plan de ordenamiento territorial de la ciudad
tiene implicaciones prácticas, respecto a la posición que ha asumido la Alcaldía Local de
Engativá en el desarrollo de la gestión pública, es decir, en las estrategias que se han
contemplado desde el Plan de Desarrollo Local 2013-2016, un período asumido por el Alcalde
Local Carlos Mauricio Naranjo Plata. Por supuesto, dicho instrumento político, en el marco de la
descentralización, estuvo alineado al Plan de Desarrollo Bogotá Humana 2012-2016 de la
Alcaldía Mayor de Gustavo Petro Urrego.
El Acuerdo Local 002 de 2012 deja estipulado el Plan de Desarrollo Local 2013-2016:
económico, social, ambiental y de obras públicas, bajo el lema de Engativá Humana, territorio
de participación, convivencia y paz. Así, de acuerdo a su propia perspectiva del desarrollo
humano establece tres ejes estratégicos que agrupan un conjunto de programas específicos, los
74
cuales presentan metas que se proponen alcanzar y el presupuesto correspondiente en
cuatrienios, para calcular un conjunto de subtotales que conllevan a establecer una suma total y,
de ese modo, determinar un plan de inversiones financiado por el Fondo de Desarrollo Local.
4.3.1. Una revisión documental sobre gestión pública local
La planeación de ejes estratégicos ha buscado atender a necesidades que se consideraron
prioritarios para los habitantes de la localidad de Engativá, dado que según el DNP (2011) se
busca de manera permanente el desarrollo integral en cada entidad territorial con base en las
escalas que presenta la gestión pública. Por eso, mediante la creación de los respectivos
programas y la fijación de metas se pretende poner en marcha las iniciativas mediante la
ejecución de un presupuesto, lo que conlleva a la realización de una fase de seguimiento y
evaluación y, por último, la presentación de un informe de rendición de cuentas para ofrecer a la
opinión pública un balance sobre la gestión pública local durante el cuatrienio.
Desde un enfoque gerencial se evidencia una toma de decisiones en relación a una
planeación, en la medida que sus acciones se proyectan en la estipulación de un presupuesto
(García y Bolívar, 2005), por eso, se pueden identificar los ejes estratégicos contemplados en el
instrumento principal de la gestión pública local, articulada a nivel distrital:
1. Una ciudad que reduce la segregación y la discriminación. El ser humano en el centro de
las preocupaciones del desarrollo.
2. Un territorio que enfrenta el cambio climático y se ordena alrededor del agua.
3. Una Bogotá en defensa y fortalecimiento de lo público.
La Plaza Fundacional de Engativá, aún cuando está enmarcada en la gestión de los
espacios peatonales y no de los parques urbanos, se contempla en el primer eje estratégico,
específicamente en el programa denominado Ejercicio de libertades culturales y deportivas que
consagra al espacio público construido en su conjunto, aunque como se puede revisar a
continuación cada meta distingue por separado los subsistemas aludidos.
Según lo anunciado en el artículo 10 del Acuerdo Local N° 002 de 2012 este programa
está interesado en el reconocimiento de la cultura, el arte y la actividad física en el espacio
público construido y, mediante la promoción de procesos de recreación y deporte, se busca
75
disminuir barreras económicas, sociales y culturales en estos asuntos, asimismo, se contempla en
ello la importancia del mantenimiento físico y la adecuación del espacio público construido para
fines de recreación (Junta Administradora Local, 2012).
El programa contempla la definición de once metas que distinguen su accionar según
poblaciones y espacios públicos construidos, para el primer caso se buscó la vinculación de 60
iniciativas culturales de grupos poblacionales y de 2.000 personas en programas de recreación y
deporte, la capacitación de 1.600 niños y jóvenes en la formación artística y cultural y, por
último, en lo que concierne a los adultos mayores la integración de 7.000 personas en salidas
recreativas y deportivas, de igual forma, la dotación de 200 equipamientos para ello.
Para el segundo caso resultó prioritaria la dotación de mobiliario deportivo para 40
parques así como el mantenimiento físico y la adecuación de 15 parques de bolsillo y 15 parques
vecinales, mientras que para el espacio público construido (parques urbanos y espacios
peatonales), por una parte, se contempló la realización de 20 eventos deportivos y recreativos, y
por otra parte, la recuperación de 8 espacios culturalmente significativos.
En lo que concierne a la gestión de la Plaza Fundacional de Engativá se encuentra que,
como espacio peatonal, fue una prioridad en la meta que se propuso la realización de eventos de
apropiación cultural y/o patrimonial, de acuerdo al balance presentado por el informe de
rendición de cuentas, que corresponde a la fase final de la gestión pública local. De manera que
las prácticas institucionales de la Alcaldía Local de Engativá se enfocaron principalmente en la
promoción de eventos culturales y recreativos a diferencia de los parques urbanos que se
gestionaron de manera predominante en la perspectiva de su mantenimiento, adecuación,
dotación y preservación, aún cuando acogieron posibles eventos.
En ese caso, la gestión pública local debe entenderse como gestión cultural ya que estuvo
enfocada en “incentivar el arte, la cultura y el deporte como las herramientas más importantes
para el logro de la convivencia de los engativeños y engativeñas”, por lo tanto, se impulsó la
planeación de eventos que, para su debida ejecución, necesitaron de una logística efectiva que
permitiera una adecuación temporal del espacio abierto, el cual se ha denominado plaza según
queda constatado en la mayoría de los informes de rendición de cuentas durante el cuatrienio.
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Gestiones en cultura durante el cuatrienio con énfasis en un espacio abierto
2013 2014 2015 2016
1. En Agosto. “Carnaval de
Bogotá: cumpleaños de la ciudad
y la localidad”
Convocatoria de artistas locales e
invitación a artistas nacionales
para la realización de veinte
eventos artísticos, culturales y
recreo-deportivos en espacios
abiertos y cerrados.
El sábado 31 de agosto durante la
tarde se realiza en la plaza una
serenata para cerrar el evento.
1. En Octubre. “Héroes por
Bogotá para celebración de
Halloween”
Convocatoria de niños y niñas
para la realización de un recorrido
por la localidad con el propósito
de hacer repartición de dulces.
El viernes 31 de octubre el
recorrido atraviesa sectores de la
localidad como, por ejemplo, el
barrio Engativá Centro.
2. En Noviembre. “I Ingametal y
Festival de Danzas de Engativá”
Convocatoria a diez agrupaciones
locales dedicadas al género del
Metal y a seis agrupaciones
locales de danzas especializadas
en los géneros de salsa, hip-hop y
folclor para la realización de
presentaciones única y
exclusivamente en la plaza.
1. Sin especificar. “Eventos
culturales en Engativá”
Convocatoria de artistas locales e
invitación a artistas nacionales
para la realización de 27 eventos
culturales en diferentes sectores
de la localidad.
Realización de evento cultural en
la plaza: día y horario sin
especificar.
1. En Septiembre. “Engativá de
Fiesta”
Convocatoria a diferentes
públicos para su participación en
un evento cultural.
El domingo 11 de septiembre se
realiza el evento cultural en la
plaza.
2. En Diciembre. “Festival de
Músicas Populares”
Convocatoria a diferentes
públicos para su participación en
el ciclo de conciertos que se
realizaron en distintas localidades
de la ciudad con apoyo de otras
entidades distritales: mariachis,
duetos, tríos, conjuntos vallenatos,
orquestas tropicales, etc.
El domingo 11 de diciembre se
realiza un concierto en la plaza
para el cierre del evento.
77
2. En Diciembre. “Gran Fiesta de
Engativá: cumpleaños 59 de la
localidad y novenas navideñas”
Convocatoria de grupos musicales
locales de distintos géneros: rock,
hip hop (performance de graffiti),
salsa, tropical, popular, ranchera y
sobre reconciliación y paz,
además de la invitación de
artistas nacionales e
internacionales para conciertos en
espacios abiertos y cerrados.
El viernes 13 de diciembre
durante la noche se realiza en la
plaza la inauguración del evento
con la novena: oración y viejoteca
(La Gran Orquesta, Reina
Nacional del Bambuco y muestra
de danzas del Huila).
El domingo 2 de noviembre se
lleva a cabo la primera versión del
Ingametal y el lunes 3 de
noviembre se presentan grupos de
danzas.
3. En Diciembre. “Novena
Navideña”
Convocatoria a las familias para
participación en novenas de
aguinaldos realizadas en
diferentes sectores de la localidad:
oración, coro de los villancicos y
conciertos de artistas nacionales:
Giovanny Ayala, Juancho de la
Espriella y Poncho de Zabaleta,
con apoyo de La Vallenata.
En una noche de novena de
aguinaldos en la plaza se presenta
un ambiente festivo de música y
baile dedicado a públicos
diferentes.
2. En Diciembre. “Novena
Navideña”
Convocatoria a las familias para la
participación en las novenas de
aguinaldos realizadas en
diferentes sectores de la localidad:
oración y evento cultural, incluida
la plaza fundacional.
En una noche de novena de
aguinaldos se realizó un evento
cultural para la participación de
distintos públicos.
3. En Diciembre. “Ruta
Navideña: Engatividad 2016”
Convocatoria a las familias para
su participación en eventos
culturales, por sectores, que se
destacaron por las presentaciones
artísticas, cantantes invitados y
coros navideños.
El miércoles 21 de diciembre,
durante la noche, en la plazoleta
se realiza un evento donde
participaron artistas locales
(Cultura Circo, Parranderos Swing
y el Coro Canto Amor) y el
cantante invitado Alejandro
González.
Tabla 3. Panorama de eventos culturales desde gestión cultural en Engativá
Elaboración propia con base en Informes de Rendición de Cuentas (2013-2016)
78
Entonces, para adecuar una infraestructura física, en los días precedentes a los eventos,
resultó necesario que el espacio abierto fuera intervenido por grupos de logística con el
propósito, por una parte, de instalar una tarima principal dentro de una carpa, proyectores de
luces y vallas metálicas y, por otra parte, para la dotación de sillas de plástico, carpas de atención
y resguardo y baños móviles distinguidos por género con la finalidad de garantizar la estancia del
público asistente, asimismo, se destacaba, según el caso, un manejo profesional y controlado de
la pólvora durante las presentaciones, y de igual forma el acompañamiento permanente de
miembros de la Policía Nacional.
Respecto a la tabla presentada, en el espacio abierto se destacó el desarrollo de diez
eventos concurridos, al tener un grado de capacidad para atender distintos públicos durante el
segundo semestre del año, cuyas duraciones oscilan entre las tres y las cuatro horas en jornadas
diurnas y nocturnas, según corresponda. En ese sentido, la gestión pública local al reconocer que
el espacio abierto es un referente de la localidad ha pretendido promover eventos de esta índole
que han tenido un hilo conductor: el reconocimiento de artistas y grupos locales dedicados al
arte, la danza y la música, por supuesto, en compañía de otros protagonistas reconocidos a nivel
nacional e incluso a nivel internacional. En consecuencia, la visibilidad de la gestión pública
local resulta intermitente, no es permanente sino pasajera, porque su fase de ejecución solo fue
perceptible durante el desarrollo de cada evento, estos es, en el transcurso de unas horas
específicas en la fecha correspondiente, ya fuera en los meses de agosto, septiembre, octubre,
noviembre o diciembre.
De igual forma, cabe destacar que estos eventos se despliegan en tres escalas, es decir, la
Plaza Fundacional de Engativá ha sido intervenida tres veces al ser referenciado como un espacio
abierto singular, dos veces al hacer parte de una planeación a nivel distrital y seis veces debido a
una planeación a nivel de la localidad. Por lo cual, queda sustentada la importancia que se le
atribuye en este asunto y, en el fondo, se destaca la integralidad de la gestión pública por escalas,
en la perspectiva del desarrollo humano promovido por las entidades territoriales que, en ese
caso, son interdependientes (DNP, 2011).
La gestión cultural promovida por parte de la Alcaldía Local de Engativá es distinguida a
nivel distrital en el 2013, sin desconocer que en cada año se ha resaltado la realización de ciertos
eventos. No obstante, se mantuvo una mayor regularidad en la celebración de las Novenas de
79
Aguinaldos durante el mes de diciembre, es decir, se realizaron año tras año según el día
estipulado, a pesar de algunos inconvenientes como sucedió a finales de 2016, por citar sólo un
ejemplo, cuando el espacio abierto adoleció de decorado y alumbrado navideño. Entonces, tres
de los diez eventos están vinculados con la promoción de esta celebración religiosa, por el
contrario, los demás que se presentaron, a pesar del hilo conductor señalado, no se destacan tanto
por una regularidad y continuidad año tras año sino que presentan divergencias entre sí, debido a
las diferencias en su justificación, fecha de realización y destinación a públicos exclusivos.
4.3.2. Un sondeo de opinión sobre las gestiones en el espacio abierto
Dado que la gestión pública local puede ser percibida en los eventos concurridos por estar
enraizada en la dimensión de la cultura urbana que según Giglia (2012) es reproducida por los
habitares que se despliegan en el acto de hacer presencia en el exterior y no solo de residir en los
espacios privados; ello implicó tomar la decisión de hacer un muestreo por cuotas de cincuenta
habitantes presentes en el espacio abierto para lograr un balance en torno a la opinión que les
merece dicho asunto; además, su caracterización socio-demográfica ha brindado orientaciones
para perfilar a los habitantes. Al respecto, cabe destacar que de la población encuestada se
demarca su heterogeneidad según los datos recogidos por cada variable de caracterización, lo que
advierte ya la imposibilidad de hacer generalizaciones, o dicho de otro modo, se reitera como al
inicio que los habitantes que están en el espacio abierto no pueden ser homogeneizados.
En este caso, el 52% representa al género masculino y el 48% al género femenino,
pertenecen de manera predominante al estrato 2 en un 90%, no obstante, el estrato 1 y 3 aparecen
con las cifras de 6% y 4% respectivamente, sin destacarse ningún registro de los estratos 4, 5 y 6,
por eso, respecto al acceso a este espacio abierto, potencialmente, tienden a dominar los
habitantes que pertenecen al estrato 2, lo cual conlleva a refrendar su escala en la ciudad y su
nivel de influencia zonal y, por lo mismo, entra en esta discusión su grado de capacidad o
incapacidad para congregar personas de diferentes estratos en el escenario, a la luz de la
diferencia que les representa sus condiciones socio-económicas.
Dicha estratificación, precisamente, remite a la ubicación de sus residencias en el
vecindario de barrios aledaños, en relación con la localización del espacio abierto, como aparece
en la siguiente distribución de datos porcentuales: Engativá Centro (28%), La Faena (20%), Villa
80
Claver (10%), Sabanas del Dorado (10%), Villa Teresita (8%), El Palmar (8%), Santa Librada
(6%), San José (4%), Linterama (2%), La Tortigua (2%) y Villa Gladys (2%). De esto se deriva
que los habitantes encuestados, en calidad de residentes de estos barrios, han permanecido y se
han desplazado hacia el espacio abierto, en la medida que puede constituirse en un lugar
significativo donde la ciudad es conocida en la experiencia del vecindario (Tuan, 2007).
Sin embargo, no se puede desconocer que durante el trabajo de campo el muestreo por
cuotas no contempló la participación de habitantes que provenían de otras localidades de la
ciudad, por lo cual, el hecho de que el espacio abierto sea visitado aparecía en un principio como
una debilidad para lograr el sondeo, pero en esta fase conlleva a considerar un atributo: mayor
amplitud del radio de influencia zonal.
Por su parte, los datos de las edades presentan un grado de dispersión, lo que demuestra
la coexistencia de habitantes con estrechas y amplias brechas generacionales, las cuales tienen
incidencia, como se presenta más adelante, cuando se habita el espacio abierto: 15 a 24 años
(14%), 25 a 34 años (28%), 35 a 44 años (22%), 45 a 54 años (20%), 55 a 64 años (10%) y 65 a
74 años (6%).
Por otro lado, la revisión de las ocupaciones que tienen en la vida cotidiana implica
contemplar que si bien predomina el segundo nivel de estratificación para el acceso al espacio
abierto, se demarca en este caso una mayor apertura en el grado de acogimiento. Respecto a eso
se destaca, de una mayor a una menor frecuencia, las labores domésticas en el hogar (26%); los
operarios de fábrica (16%); las labores independientes (12%); los estudiantes, conductores y
guardas de seguridad (6% cada uno); los albañiles, recicladores, músicos y pensionados (4%
cada uno); y, por último, se destaca un comerciante, un higienista oral, un gestor documental, un
auxiliar en enfermería, un electricista y un asesor comercial (2% cada uno).
Como se puede contrastar, en medio de esta diversidad, un aspecto a tener en cuenta para
potenciar la presencia de los habitares en el espacio abierto son las relaciones de proximidad,
pero ya no sólo por la ubicación de la residencia como se ha referenciado sino por la ocupación
en las labores domésticas del hogar que abarcan la vida cotidiana de algunos sujetos-habitantes,
en este caso mujeres, dado que el porcentaje resulta representativo (alrededor de la cuarta parte
del total de la muestra).
81
El sondeo de opinión al contrastarse con la revisión documental tuvo la pretensión de
abordar fortalezas y aspectos por mejorar de la gestión pública local, los actores que han
representado la presencia de la Alcaldía Local de Engativá y los tipos de población que se han
atendido, además de preguntar por el acceso a actividades de esparcimiento y el conocimiento
sobre formas de comunicación entre dicho ente público y los habitantes.
La gráfica 1 representa un conjunto de datos porcentuales que resultan de la definición de
un amplio rango de respuestas (por posibilidad de elección múltiple), no obstante, tienen en
común el hecho de contemplar en cada caso las mismas opciones: cultura, recreación y deporte
para A, construcción y mantenimiento físico para B, participación e integración de la comunidad
para C, atención a grupos poblacionales para D, seguridad y convivencia para E, además de que
se destaca la posibilidad de contemplar la opción eventual No Presenta (NP) para señalar a
aquellos que no respondieron.
Cuando se pregunta a la población encuestada sobre cuáles procesos ha fortalecido la
gestión pública local, en cuanto al rango de respuestas de única opición el 24% señala las
dimensiones de cultura, recreación y deporte seguido del 18% que advierte la atención a grupos
poblacionales específicos (niños, jóvenes, adultos mayores, etc.), apenas un 8% reconoce la
promoción de la integración de los sujetos-habitantes y para otro 8% si bien se tiene en cuenta
este aspecto sólo es posible en lo que concierne a las otras tres dimensiones aludidas; asimismo,
no se puede desconocer la representatividad del 12% que niega conocer y decide no responder.
Por otra parte, cuando se elige de manera preferente la opción de seguridad y convivencia
(2%) y la opción de construcción y mantenimiento físico (2%) se encuentra que son aspectos
marginales, es decir, datos atípicos en cuanto a su consideración, con ciertas excepciones, por
ejemplo cuando son agrupadas junto a otras opciones, sin embargo, esto conlleva a hacer un
llamado, es decir, destacar que ambos se perciben como debilidades manifiestas que necesitan de
una mayor atención desde la gestión pública local.
Respecto a esta distribución de los datos porcentuales se encuentra, en lo que hasta este
momento se ha aludido, un acumulado del 74% que se contrasta con el 26%, cuyos datos
porcentuales están dispersos por las combinaciones de opciones realizadas y permitidas a los
82
encuestados para dar respuesta a la pregunta, de tal modo que se señala, en esa medida, una falta
de consenso para dictaminar un diagnóstico debido a la amplitud del rango de respuestas.
Gráfica 1. Fortalezas de gestión pública local
Fuente propia
La gestión cultural ha sido percibida en el espacio abierto a la luz de datos porcentuales
representativos, como se puede detallar en la gráfica 1, en la medida que fue planeada, ejecutada
y evaluada con base en el Plan de Desarrollo Local 2013-2016 según los balances de los
informes de rendición de cuentas, en ese sentido, no es fortuita la marginalidad que tienen los
asuntos de seguridad y mantenimiento físico respecto a fortalezas de la gestión pública local: su
enfoque le permitió potenciar, en especial, las dimensiones de cultura y recreación.
Cuando se pregunta a la población encuestada sobre cuáles grupos son representativos de
la gestión pública local se destaca otro conjunto de datos porcentuales que están representados en
la gráfica 2, cuyo rango de respuestas abarca las posibilidades de la elección múltiple según las
siguientes opciones: grupos artísticos y culturales para A, grupos deportivos para B, autoridades
policiales para C y funcionarios de la Alcaldía Local para D. En ese caso, cuando se ha elegido
una opción preferencial con exclusión de las otras se encuentra una agrupación de datos
porcentuales que resulta equivalente a la agrupación de las opciones múltiples.
A24%
B2%
C8%
D18%
E2%
AB2%
AC8%
AD2%
AE4%
BC2%
BE2%
CD2%
DE2%
BCD2%
BCE2%
BDE2%
ABCD2%
ABCDE2%
NP12%
83
Dado que la primera agrupación equivale al 50% de los datos es necesaria una aclaración,
entonces, en la medida que la mayor fortaleza considerada ha sido la dimensión de cultura,
recreación y deporte (24%), cabe destacar un desbalance en este caso ya que si bien la
promoción de grupos artísticos y culturales es percibida por el 16% aparece como un dato atípico
la promoción de grupos deportivos con apenas el 2%. Se constata, de un modo u otro, la
especificidad de la gestión cultural en el espacio abierto, es decir, la prioridad de los eventos
culturales y recreativos a comparación de intervenciones para la promoción de eventos
deportivos, no obstante, su presentación no se excluye dentro del rango de respuestas.
En esa medida, las opciones que estipulan a las autoridades policiales y los funcionarios
de la Alcaldía Local están representadas por el 16%, respectivamente, equivalente a la opción
que estipula la promoción de grupos artísticos y culturales. En la segunda agrupación de los
datos se encuentra la representatividad de la opción que ha estipulado en su conjunto a las
autoridades policiales y los funcionarios de la Alcaldía Local con el 10%, seguida de la opción
que considera única y exclusivamente a los últimos, esta vez al lado de los grupos artísticos y
culturales con un 8%, sin embargo, a diferencia de los demás solamente un encuestado considera
que hay otro grupo digno de considerar: la Junta de Acción Comunal; mientras que hay una baja
representatividad de aquellos que no dieron respuesta (4%).
Gráfica 2. Actores representativos de Alcaldía Local de Engativá
Fuente propia
A16%
B2%
C16%
D16%AB
2%
AC8%
AD4%
BC4%
CD10%
ABD6%
ACD4%
BCD2%
ABCD4%
NP4%
OTROS 2%
84
En ese orden de ideas, pueden destacarse combinaciones de opciones con un 6%, 4% y
2%, que parten del rango de respuestas anunciado, sin embargo, su grado de representatividad
tiende a ser menor cada vez, pero en el fondo agrupan opciones y, por ende, especifican
consideraciones dignas de tener en cuenta, tanto como en la primera gráfica. En consecuencia,
estas opiniones tampoco dejan cerrada la discusión sino más bien la abren y, de hecho, constatan
que en el espacio abierto se debe hablar con vehemencia de percepciones en torno al ejercicio de
una gestión cultural específica para el último cuatrienio; por eso, como se puede anunciar
quiénes dan cuenta de las prácticas institucionales también se debe tener en cuenta hacia quiénes
se han dirigido.
Así, se pregunta a qué tipos de población se han dirigido las prácticas de la gestión
pública local, porque eso se contrasta, según la revisión documental, con la alusión a los eventos
concurridos dirigidos a distintos públicos. Para eso se presenta la gráfica 3 que representa un
conjunto de datos porcentuales establecidos a la luz de un amplio rango de respuestas, con base
en la elección múltiple de opciones: habitantes del sector en general para A, niños y niñas para
B, adolescentes y jóvenes para C, mujeres para D y adultos de la tercera edad para E.
Gráfica 3. Poblaciones atendidas por la gestión pública local
Fuente propia
A36%
B6%C
4%E
6%
AB6%
AC4%
AE2%
BC4%
BE8%
ABD2%
ABE2%
ADE2%
BCE4%
ABCE4% NP
10%
85
Respecto a la agrupación de los datos porcentuales que dan cuenta de una opción
preferencial (52%), se puede encontrar que el 36% de los encuestados percibe que se busca
satisfacer a los habitantes en su generalidad sin distinción alguna, mientras que se señala, por
otro lado, a sectores específicos: niños y niñas (6%), adolescentes y jóvenes (4%) y adultos de la
tercera edad (6%), sin presentar dato alguno la opción de las mujeres, con excepción de la
agrupación de datos donde se destaca los conjuntos de opciones múltiples. Sin embargo, se debe
destacar que en este caso nuevamente es marcada la tendencia de no presentar respuesta, con un
10%. Del mismo modo, resulta una prioridad destacar la opción de niños y niñas junto a la
opción de adultos de la tercera edad porque abarcan el 8% y, seguido de ello, la opción de los
habitantes en general con énfasis en los niños y las niñas con el 6%, mientras que, en esa medida,
aparecen otras opciones de respuesta con el 4% y el 2% para exhibir disensos.
Por lo tanto, al contrastar la revisión documental y un balance de las gráficas, se destaca
que, en el último cuatrienio, la denominada Plaza Fundacional de Engativá ha sido asistida por el
ejercicio de una gestión pública local que, en específico, es una gestión cultural continua y
orientada, por tratarse de un espacio peatonal perteneciente al sistema de espacio público
construido de la localidad décima. De la gestión pública local se destacan fortalezas y, por
inferencia, más que señalar debilidades se debe entender, por el contrario, que en
administraciones posteriores resulta factible tomar algunas de las sugerencias señaladas acerca
de aspectos por mejorar, grupos protagonistas y generación de públicos.
Asimismo, de esta muestra representativa se sustrae una preocupación cuando se
preguntó sobre la posibilidad de acceso a espacios de esparcimiento promovidos por la gestión
pública local, es decir, la gestión cultural en concreto. Resulta que el 70% lo negó mientras que
apenas el 30% sostuvo una respuesta afirmativa que avaló su participación en eventos culturales,
ya fuera para contemplar grupos musicales, de baile y artísticos que sirven para la recreación de
la comunidad en la mayoría de casos, mientras que para dos encuestados el acceso lo entienden
como la posibilidad de realizar ejercicios físicos en el parque y para otros dos consiste en la
promoción de lectura y las propagandas de vivienda y servicios públicos, respectivamente.
Además de ello, al preguntar sobre la posibilidad de que conocieran formas de
comunicación entre la Alcaldía Local de Engativá y habitantes en el sector, es decir, entre la
esfera institucional y la esfera de los sujetos-habitantes, se encuentra que el 84% no sabe y
86
solamente el 16% afirma conocerlas, entonces, dos señalan que la policía es un canal de
comunicación, tres reconocen la importancia de estar informados de las reuniones como las
gestionadas en las Juntas de Acción Comunal a diferencia de un habitante que considera que si
bien hay modos de acercarse a la entidad no se visibiliza su presencia, mientras que otros dos
reconocen el uso de canales de comunicación como el perifoneo y el teléfono.
En ese sentido, la presentación de una caracterización en torno al espacio abierto, el
marco arquitectónico y el área urbana, así como una evaluación de incidencias de la gestión
pública local en una doble vía, han brindado orientaciones base que, si bien no son las únicas, se
deben tener en cuenta en las líneas que siguen, debido a que la denominada Plaza Fundacional de
Engativá es un escenario de posibilidades por y para el habitar, dado que se ha significado como
un lugar de la ciudad.
4.4. Cuando se habita el lugar: narrativas y prácticas en el espacio abierto
De la población de adultos mayores se presenta la convergencia de las versiones de ocho
sujetos-habitantes en torno a significaciones de lugar que le han otorgado al espacio abierto, es
decir, su construcción social desde una perspectiva experiencial (Tuan, 1977). Para este caso en
específico se trata de cuatro hombres y cuatro mujeres, cuya edad promedio es de 81 años y 64
años, respectivamente, y que pertenecen al estrato 2 dado que viven en residencias ubicadas en el
vecindario de barrios aledaños al espacio abierto, lo que define unas relaciones de proximidad y
distancia en cuanto a los desplazamientos entre la residencia y el espacio abierto. Los cuatro
hombres subsisten en calidad de pensionados y sólo uno de ellos advierte su afiliación a la
Fundación del Divino Niño Jesús; en cuanto a las cuatro mujeres, ellas se ocupan de las labores
domésticas en el hogar, dos están afiliadas a la institución privada mencionada, mientras que una
está adscrita a la Junta de Acción Comunal y a la gestión ambiental.
Dada esta individualización, se procede a elegirlos sin distinción de géneros, edades y
proximidades, a la luz de una residencia prolongada en sus barrios de origen, lo que se va a
denominar, en este caso, años de antigüedad por intervalos. En consecuencia, se prosigue a
destacar a los entrevistados así: 2 y 4 (X≤15 años); 3, 5 y 6 (X=25-35 años); y 1, 7 y 8 (X>60
años) para ofrecer un panorama al respecto, que se pretende sea abarcador debido a que, en esta
87
oportunidad, se pretende hacer un acercamiento a diversas experiencias espaciales por vía de las
narrativas recolectadas alrededor de las respectivas referencias biográficas.
Los sujetos-habitantes perfilados reúnen condiciones para señalar, desde sus perspectivas
individuales, un conjunto de tendencias en torno a constantes significaciones de lugar, con base
en diversas y múltiples experiencias espaciales, es decir, su presentación en público en el espacio
abierto durante segmentos espacio-temporales de sus vidas cotidianas. Al respecto, no se debe
obviar la preeminencia de un factor externo: la condición climática, es decir, las temporadas secas
y lluviosas porque impactan al espacio abierto e inciden en las sensaciones térmicas percibidas
corporalmente, aunque al respecto resulta preciso no atribuir un determinismo absoluto.
Por otro lado, se destaca como factor asociado el hecho de que cada sujeto-habitante, en
su individualidad, como organismo ha tenido un desarrollo cognitivo y corporal que ha ido
definiendo la pertenencia a distintas etapas generacionales, lo cual determina la importancia de la
edad en relación con el marcaje de las distancias generacionales. Por último, cabe destacar la
notoria diferencia que implica permanecer o desplazarse en franjas horarias diurnas y nocturnas
y, asimismo, los fines de semana y días festivos respecto a los otros días por los cambios que
demandan los flujos de población flotante.
4.4.1. Orientaciones para una historia local
Por lo tanto, se debe a la existencia (relación cuerpo-mente) la oportunidad de vivir en el
mundo terrenal, donde se elige el hecho de experienciar espacialmente en un lugar de la ciudad,
pero resulta que los entrevistados no lo hacen en cualquier elemento del espacio urbano, han
decidido integrar en sus biografías lo que Samper (1997) denomina un tipo de recinto urbano que
tiene la función de atraerlos y congregarlos para permanecer y desplazarse en su escenario. Así,
de acuerdo a Pérgolis (1995), cuando esta forma urbana es explicitada a un nivel denotativo
(relación significante-significado), se procede a abordar un nivel connotativo, en el cual se
destaca la forma urbana en relación con referentes culturales, dicho de otro modo, en lo que
sigue se trata de relacionar la forma urbana, que ha sido caracterizada, con las dimensiones
interdependientes de los usos (habitares) y las significaciones (el lugar).
Un espacio abierto es susceptible de ser enunciado mediante el uso de toponimias, por
eso, las denominaciones que signan a este espacio abierto tensionan la tipología urbana que es
88
afirmada por la gestión pública local: Plaza Fundacional de Engativá. Hasta el punto de que se
entra en un campo de disputas, para nada superficial, porque media un conocimiento espacial que
resulta esclarecedor para lo que sigue. En ese caso, al conocer el espacio abierto, le han atribuido
toponimias que entran en tensión por la diferencia en grados de familiaridad o de extrañeza que
se puedan llegar a referenciar, en cuanto a las actitudes asumidas desde el acumulado de
percepciones en torno al espacio abierto, durante un tiempo prolongado.
Las percepciones en torno al espacio abierto tendieron a ampliarse debido a que su
representación les permitió, con base en la referencia de hace cuantos años han residido en el
sector, señalar cambios en el entorno próximo a la luz de referentes biográficas, en lo que
concierne a la transición de los usos de suelo de Engativá Pueblo, es decir, de rurales a urbanos.
Esto ha sido posible por efecto de los rumores que se han transmitido mediante conversaciones
informales en la vecindad de los barrios y, de igual modo, por su capacidad individual para
orientarse en el entorno, durante un tiempo prolongado, con base en el desarrollo de sus vidas
cotidianas, en calidad de raizales que son originarios de la zona y de migrantes que decidieron
quedarse a partir de un año específico, en cualquier caso, tienden a comparar aspectos de la
época evocada con la época reciente.
De acuerdo a las versiones recolectadas, se advierte la predominancia en épocas
anteriores, a diferencia de la actual, de un estilo de vida campesina que implicaba dentro de las
fincas la ocupación en la siembra de cultivos (maíz, fresa, papa, etc.) y la cría de animales para
fines de consumo y de carga (ganado vacuno, cerdos, caballos, burros, etc.) con la meta de lograr
la subsistencia familiar propia y el intercambio comercial de productos en otros sectores
(Fontibón). Asimismo se destaca, entre otros factores, la diferencia en el valor del dinero actual y
la importancia que le otorgan al consumo de comidas típicas (rellena, chivo, leche, etc.) y de
bebidas tradicionales (chicha y cerveza).
Al respecto, se resalta la percepción de amplitud cuando se refieren a los caminos
destapados (luego pavimentados) recorridos a pie y en la Ruta Bermúdez, a diferencia del tráfico
y horario de los buses vigentes, y también cuando aluden que las fincas eran potreros
despoblados, los cuales serían comprados para la consecuente partición de lotes, su apropiación
(casos de invasión en área del humedal El Jaboque) y la construcción de viviendas y locales
comerciales. Además, esta referencia al acelerado crecimiento urbano, en especial en la segunda
89
mitad del siglo XX, les remitió a señalar el tránsito del uso de servicios artesanales (por ejemplo
la pila de agua en el espacio abierto) a servicios públicos legales (energía eléctrica, agua y
alcantarillado, entre otros).
Respecto a la toponimia del espacio abierto, ningún sujeto-habitante entrevistado
referencia la existencia de un lugar denominado Plaza Fundacional de Engativá, dado que cinco
han conocido, al percibir especialmente la arborización, el espacio abierto como parque, incluso,
tres de ellos van más allá y aluden que se trata del Parque Fundacional de Engativá, pero los
demás se distancian de dichas aseveraciones cuando señalan que éste lo conocen como una
plazoleta, un parque dejado y un parqueadero, respectivamente. Sin embargo, no deja de ser
central en el primer caso su consideración como espacio público y punto de encuentro mientras
en el segundo y tercer caso se destaca la sugerencia sobre cómo debe cambiar el espacio abierto
para convertirse en un parque, es decir, no se deja de considerar como tal aún cuando para ellos
se encuentra en una especie de limbo, en posible tránsito, ya que se encuentra estancado por
carencias percibidas en su mantenimiento y adecuación física, así como por sus eventuales
apropiaciones.
Su enunciación como parque proviene de voces que lo defienden y lo critican por lo que
es y debería ser en su morfología, respectivamente, pero con independencia de eso, se propende
por comparar este espacio abierto con otros parques, para someterlo a una especie de prueba de
validación o refutación, según corresponda. Así, los sujetos-habitantes de acuerdo con su
conocimiento espacial han recurrido, sin mediación alguna, al carácter holográfico del lugar
(Lindón, 2009), no obstante, en este asunto aún queda una disrupción por presentar que tiene
incidencias en la gestión pública local posterior, lo cual impacta en la discontinuidad de eventos
tradicionales que se van a referenciar más adelante.
Cuando la mayoría de sujetos-habitantes enuncian la existencia actual o eventual de un
parque excluyen, necesariamente, la constitución de una plaza, en la medida que ellos han
conocido el tránsito tipológico de parque a plaza, a causa del proyecto de restauración
morfológica auspiciado por la gestión pública local que ejecutó la construcción de la Plaza
Fundacional a finales de los años noventa. Sin embargo, el espacio abierto es un elemento
urbano que se ha significado como parque dado su uso recreativo predominante, vigente en el
90
pasado y en el presente, de acuerdo a cambios percibidos en su diseño arquitectónico, a pesar de
que su cronología no sea exacta al momento de contrastar las versiones:
a. El suelo del espacio abierto se caracterizaba por tener sólo tierra pero sería adecuado para
situar principalmente zonas verdes, un cercado para delinear, senderos de cemento
bordeados por ladrillos y una zona recreacional infantil dotada de columpios, pasamanos,
rueda y rodaderos; así, mediante el ejercicio de restauración mencionado su dotación
cambia e incluso es suprimida abruptamente cuando el escenario es pavimentado,
adoquinado y ajardinado, aunque se conservara la arborización y la cancha deportiva.
b. La construcción de la cancha deportiva para el juego de microfútbol y baloncesto, en la
actualidad susceptible de inundación, estaba rodeada por un conjunto de gradas para el
acogimiento de espectadores, las cuales serían levantaron en tierra y, posteriormente, con
esta base se construirían en cemento, por lo cual requiere en la actualidad de una
rehabilitación para el acogimiento.
c. La dotación de bancas en estado de deterioro para el esparcimiento; el desgaste de las
canecas para la recolección de basuras; los excrementos de perros y la caída de hojarasca
en el suelo; la iluminación se efectuaba por medio de faroles después de la restauración
mencionada pero en la actualidad, debido a su ausencia, se proyecta en los postes de
energía por cuenta del servicio de Codensa; y, por último, la instauración reciente de un
paradero del SITP ha permitido que se constituya en la Avenida Calle 64 un parqueadero
improvisado y constante de articulados.
d. El árbol de eucalipto hembra ha permanecido sembrado por más de cuatro siglos, se
presupone que data de la época fundacional de Engativá, a diferencia de los urapanes que
han permanecido solamente por décadas en el contorno del espacio abierto y, por
supuesto, de las plantas ornamentales que tienen corta duración en las jardineras. Sin
embargo, se requiere, dado el grado de desgaste que implica el transcurso del tiempo, que
se mantengan: los árboles sean podados y sus materas arregladas, en especial, el árbol
primigenio por tener una mayor edad.
e. Los ocho sujetos-habitantes, en independencia de sus grados de conformidad,
recomiendan para el espacio abierto un mantenimiento físico constante ya que eso refleja
la utilidad de las significaciones para postular eventuales transformaciones morfológicas,
entonces, se parte de solicitar cambios de bajo impacto: pavimentar el suelo y adecuar
91
cancha deportiva, arboles y materas; cambios de mediano impacto: dotación de zona de
recreación infantil y zona de ejercicios físicos para la tercera edad con las respectivas
infraestructuras; y cambios de alto impacto: construir senderos, instalar bancas y faroles,
levantar adoquinado, adecuar zonas verdes y sembrar nuevos ejemplares arbóreos.
La revisión de estos cinco aspectos señala una necesidad que se ha hecho recurrente:
visibilizar una superposición de imágenes en torno al espacio abierto, es decir, dado que su
restauración morfológica marca un antes y un después, se exalta el retorno hacia una nueva
transformación morfológica que responda a las necesidades expuestas por los sujetos-habitantes,
que consiste en volver a construir el espacio abierto como parque y, por ende, se signifique como
tal en el espacio urbano de la localidad de Engativá.
Imagen 2. Superposición: tránsito de parque a plaza
Fuente propia
Al respecto, cada uno referencia que la gestión pública local tiene planeado ejecutar una
nueva restauración en el presente año, por eso, si bien no se puede reconstruir a imagen y
semejanza lo que fuera en su momento el último parque central de Engativá, se sugiere que se
tenga en cuenta la persistencia de su representación en el campo de significaciones, para llevar a
cabo un tránsito tipológico de plaza a parque que no sea abrupto, arbitrario y tampoco aleatorio,
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sino enfocado las necesidades prácticas, en convergencia con la perspectiva de desarrollo
humano contemplado en la gestión pública local.
El asunto de las superposiciones también se refleja en la percepción de cambios
morfológicos en el marco arquitectónico: la existencia de las instalaciones del centro de salud
anterior al Hospital Emaus; el traslado del cementerio y de la sede de la Alcaldía en cuya
edificación se constituyó una escuela y posteriormente se instauró la Estación de Policía,
denominada en la actualidad CAI de Engativá Centro; la proliferación de locales comerciales en
relación con el valor patrimonial de las edificaciones contiguas; el servicio educativo de colegios
oficiales y privados; y, por último, la reconstrucción de la parroquia San Lorenzo Diácono y
Mártir en 1960 a causa de movimientos telúricos ya que la edificación original fue construida en
1683 bajo la denominación Nuestra Señora de los Dolores, además de que cambió de lugar en
tres ocasiones por la misma causa (Alcaldía Local de Engativá, 2002).
En cuanto a los atributos para significar un lugar, por un lado, incide según Tuan (2007)
una carga simbólica que es susceptible de ser reproducida constantemente, como lo señalan seis
de los sujetos-habitantes entrevistados. La particularidad radica en que se inclinan única y
exclusivamente hacia un elemento natural, central del espacio abierto, se trata del eucalipto
hembra que ha sido enmarcado en leyendas urbanas, las cuales se creen verídicas y, por ello, han
permitido exhibir su carácter sagrado al evocar un origen y una permanencia, que incluso
procede de la existencia del asentamiento muisca y de la instauración de la Iglesia católica, hasta
el punto de que la misma denominación Engativá proviene del nombre del cacique enunciado en
la leyenda urbana.
A pesar de que narran consecuencias catastróficas, en caso de que se cumplan o se hayan
cumplido, las respectivas leyendas más que suscitar topofobia, un desprecio por el lugar por
efecto del miedo a lo desconocido, se encuentra que los sujetos-habitantes no se asustan sino que
les causa buen humor, según las expresiones faciales cuando las narran, aun considerando el
grado de misterio que encarnan. En últimas, este árbol es reverenciado como un símbolo digno, a
la luz de un pasado maldito y una inundación anunciada de Engativá. De igual forma, incide, de
acuerdo a Tuan (2007), la carga estética del lugar cuando se califican como bonitos los
elementos físicos que conforman al espacio abierto, en especial, su arborización característica.
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Maldición de Engativá Inundación de Engativá
Objeto Árbol central: eucalipto hembra
Personajes
Sacerdote Chinchilla
Habitantes del municipio
Cacique Inga
Indígenas muiscas
Hechos Cuando algunos habitantes
deciden amarrar y golpear al
sacerdote Chinchilla a causa de
su proceder, el retenido profiere
unas palabras para maldecir a
semejante pueblo ingrato
Cuando muere el Cacique Inga
es enterrado por sus súbditos con
sus pertenencias personales
debajo del árbol, para sostener en
adelante, con sus manos, las
raíces que mantienen el territorio
Consecuencias El sacerdote expulsado maldice a
Engativá para que no progrese y
solo podrá ser resarcida y
redimida cuando el papa visite el
país y bese tierra engativeña
El árbol no se puede talar ni
arrancar ya que en caso contrario
eso provocaría el hundimiento de
toda Engativá por cuenta de una
gran laguna que es subterránea
Tabla 4. Leyendas urbanas en torno al símbolo de Engativá
Fuente propia
Por otro lado, la reconstrucción de eventos tradicionales ha permitido visibilizar que en el
pasado el parque ostentaba, por épocas específicas del año, una identidad espacial que está
directamente asociada a una identidad cultural (Pérgolis, 2002), entonces aún cuando ambas son
perpetuadas en la vida cotidiana alcanzaban su mayor expresión en cada uno de los eventos: al
momento de ser planeados, ejecutados y acogidos por sujetos-habitantes en este lugar de
encuentro. Con la finalidad de contribuir al esparcimiento de públicos de distintas etapas
generacionales, en consecuencia, al inscribirse en las experiencias espaciales que tienen sentido
en el devenir de las historias biográficas, propiamente, en identidades personales.
Por lo tanto, la imagen de un parque central distinguido y reconocido por sus eventos
tradicionales, en medio de la espacio-temporalidad de la vida cotidiana (Lindón, 2009), permitió
evocar, por las múltiples interacciones, la convergencia de los habitares que están mediados por
relaciones de consenso y de disenso y que, a su vez, brindan orientaciones de una cultura urbana
del pasado en el parque (Giglia, 2012), precisamente en su máxima expresión pero sin
desconocer que cada evento es apenas un recorte de la espacio-temporalidad de la vida cotidiana,
94
ya que su perpetuación es constante, en la medida que los habitares son experiencias espaciales:
múltiples, variadas, acumulativas y únicas (Tuan, 1977).
Así, cada uno de estos eventos ha sido percibido como multitudinario por el flujo
constante y creciente de sujetos-habitantes que, siendo de otros sectores, accedían al parque
cuando se orquestaban, incluso hasta desbordar su misma capacidad, por ejemplo en el caso de la
Fiesta de los Reyes Magos. En consecuencia, los adultos mayores entrevistados tendieron a
comparar el grado de acogimiento de los eventos culturales del pasado con respecto a los que han
sido promocionados por la gestión pública local reciente, que en otro apartado ya han sido
revisados. Por lo cual, a continuación se presentan, a modo de contraste, aquellos eventos más
representativos y otros de menor representatividad que han otorgado oportunidades de habitar.
Eventos Situaciones
Fiesta de los
Reyes Magos
No Vigente
Desde el 6 de
Enero para un
total de 3 días
y en
ocasiones 4
días sí había
festivo
En el bazar, los sujetos-habitantes vendedores pagaban un impuesto a la junta
organizativa para levantar toldos, en donde se llevaba a cabo, por una parte, la
preparación y venta de comidas típicas: gallina, chivo, carne de res y cerdo, sopas
(cuchuco de maíz, mazamorra, mute, ajiaco, etc.), entre otras; y, por otra parte, la
venta de bebidas: chicha elaborada de manera artesanal y cerveza por el apoyo
posterior de Bavaria en lo que concierne a la infraestructura (toldos, carpas y tarima).
En consecuencia, los sujetos-habitantes asistentes compraban en los toldos para
socializar, alimentarse y tomar bebidas alcohólicas en compañía de parientes, amigos
y conocidos, y debido a que había música también bailaban. La celebración era
continua ya que se permanecía así durante el día y la noche, incluso hasta amanecer
acostados a causa de la embriaguez y el cansancio.
Los sujetos-habitantes organizadores disfrazaban de Reyes Magos a tres protagonistas
que se subían en caballos, y de la Viuda de Herodes a un hombre que usaba peluca,
media velada, falda, tacones y maquillaje, además llevaba un muñeco bajo su seno que
representaba a su hijo, por eso mismo, armaban un muñeco gigante artesanal que
representaba al Rey Herodes. De este modo, durante esos días se hacían procesiones
en el entorno para que desfilara el Rey Herodes que era perseguido por su viuda con el
hijo en brazos y acompañado por los Reyes Magos que iban montados en caballos,
entonces los asistentes los seguían de cerca a pie, en bicicleta o en carro. Así, para el
último día, el Rey Herodes lleno de pólvora era dispuesto en montones de paja seca
para ser quemado y contemplado.
95
Fiesta del
Campesino
No Vigente
A nivel
nacional el
primer
domingo de
junio
En la feria de exhibición, con apoyo de la Alcaldía de Engativá, los sujetos-habitantes
que de manera predominante eran campesinos participaban en la exposición de ganado
vacuno, que era evaluada por jueces expertos en la materia, con la finalidad de otorgar
las premiaciones que eran herramientas de trabajo para uso diario; además, se permitía
la exhibición de animales domésticos, concursos sobre tratamiento de alimentos, venta
de productos agrícolas que provenían de cultivos aledaños y presentación pública de
familias tradicionales y adultos mayores reconocidos. Se realizaba la competencia de
barra de premios que consistía en que los participantes debían escalar un poste
engrasado para alcanzar anchetas y productos que eran obsequiados por algunos
comerciantes, así quien lograra descolgarlos era el ganador; asimismo se referencia
especialmente el desarrollo de eventos deportivos (microfútbol y ciclismo).
Fiesta del
Corpus Cristi
Vigente con
cambios
Domingo que
sigue al jueves
de celebración
oficial (60 días
después del
Domingo de
Resurrección)
Para la procesión, que partía de la parroquia y se dirigía alrededor del parque, residentes
de la zona instalaban altares en el entorno, así cada familia lo hacía al frente de las
viviendas para atender y apoyar la celebración religiosa, en la medida que se necesitaba
de estaciones para cada oración, guiadas por el sacerdote y seguidas por los feligreses.
No se acostumbraba levantar los altares sino hasta el final del día, pero en un tiempo
reciente conforme la procesión acaba de pasar por el frente de la vivienda el altar es
alzado por cuenta de la disposición de mesas y manteles, imágenes de santos, canastas
de frutas y legumbres, velas, biblias, etc. En la mañana se celebraba la eucaristía para
proceder con la respectiva procesión en la que participaban los funcionarios de la
Alcaldía Municipal de Engativá y el Consejo que cargaban a cuestas un estandarte para
acompañar el desfile del sacerdote, quien en ocasiones contaba con banda musical.
Novena de
Aguinaldos
Vigente con
cambios
Desde el 16
hasta el 24 de
diciembre
Para la novena los sujetos-habitantes en calidad de feligreses asistían a la misa que
ofrecía la parroquia, en donde se destacaban, especialmente, los cantos de villancicos
que realizaba un coro, conformado por niños y jóvenes en su mayoría, asimismo, se
referencia el uso de instrumentos artesanales y de la pólvora. Cuando terminaba la
celebración religiosa, para la recreación de la Vaca Loca se preparaba con anterioridad
una estructura de madera en forma de triángulo que se disfrazaba para representar una
vaca, que incluía cachos y cola. Entonces, cada participante debía encorvarse y desde
abajo alzar dicha estructura para empezar a correr alrededor del público asistente por el
susto generado, dado que la parte frontal estaba encendida con fuego, de tal modo que
se iban turnando unos con otros, conforme al cansancio que manifestaban.
Tabla 5. Panorama de eventos más representativos según sujetos-habitantes entrevistados
Fuente propia
96
Debido a que la realización de los eventos tradicionales en el parque generaba rupturas en
la continuidad de los segmentos espacio-temporales de la vida cotidiana, respecto a las relaciones
de los sujetos-habitantes en y con el parque, éste ha adquirido un reconocimiento y una vigencia
exclusiva en el espectro de las significaciones, precisamente, porque los sujetos-habitantes ya
han contemplado en la mayoría el ocaso. Dado que la cultura y el entorno se superponen por su
interdependencia (Tuan, 2007), el recuerdo de este parque central, distinguido por sus eventos
tradicionales y su cotidianidad en el pasado, implicó para cinco adultos mayores la evocación
predominante de un sentimiento de nostalgia, sin dar cabida a los resentimientos, es decir, se
recuerda un espacio abierto y unos habitares del pasado que ya no existen en el presente.
Por lo mismo, en el plano emocional, la alegría que los distinguía cuando se
desarrollaban dichos eventos conlleva a sentir tristeza cuando en el tiempo presente se anhelan y
extrañan; por su parte, los tres adultos mayores restantes enfocados en el tiempo presente
arguyen una sensación de bienestar y tranquilidad por el carácter agradable y acogedor del
espacio abierto, además de que en ambos grupos de adultos mayores se destaca la contemplación
estética (Tuan, 2007) y la referencia a un porvenir:
Nostalgia más bien, si tú pasas por una parte y ves una lamparita bien bonita, un farolito, un
parquecito con florecitas, usted se siente a gusto (…) Qué haya más sentido de pertenencia, es que
eso no es nuestro, eso es para un futuro, eso es para todos, qué bonito yo como guía turístico,
sería que la gente hiciera más deporte, cuidara más las cosas, que es de pertenencia nuestra, o de
pronto no para nosotros, para nuestros hijos, nuestros nietos. (Entrevistado 1).
El parque es un sitio agradable cuando no llueve. Cosas muy bonitas que tiene este barrio, que uno
quisiera recordar lo que tiene este parque porque se le olvida. Por aquí hay mucho parque, esto es
para los hijos nuestros, nietos, hasta de sus propios hijos, de aquí a mañana, todo eso es muy
bueno. Engativá tiene unas partes muy buenas para vivir y estar bien. Es un parque porque nació,
lo prepararon para esta vida, para nuestros hijos y tanto como para nosotros. (Entrevistada 5).
Por su parte, el ocaso de los eventos tradicionales es atribuido a la incidencia de distintos
factores: la muerte o ausencia de miembros de la junta organizativa pertenecientes a familias
reconocidas (Martínez, Romero, Caipa, etc.); posibles incidentes de intolerancia; posibles
disposiciones de prohibición por parte de la parroquia; preeminencia de intereses particulares
sobre el bienestar general; prohibición del uso de la pólvora, restricción en el consumo de
97
bebidas alcohólicas y restauración morfológica desde las disposiciones de la gestión pública en
los años noventa; y los movimientos migratorios que han repercutido en la llegada de nuevos
residentes al sector desde otros barrios de la localidad, otras localidades de la ciudad e incluso
otras regiones del país.
Dado que se superponen en el espacio abierto significaciones que provienen del pasado
por las oportunidades que tuvieron los adultos mayores entrevistados de habitarlo como un
parque distinguido por sus eventos, se pueden destacar, aquellos que han tenido un grado menor
de representatividad en las versiones: corridas de toros en un terreno enrejado con público
asistente; celebraciones religiosas como la Fiesta de San Isidro el patrono de los campesinos, la
Fiesta de San Pedro, la Fiesta de La Dolorosa, la Fiesta de la Virgen del Carmen, entre otras;
grabaciones para la producciones televisivas; y presentaciones públicas por parte de bandas del
Ejército Nacional y la Filarmónica de Bogotá, cantantes de distintos géneros musicales y actores
políticos durante campañas electorales.
Dado este panorama, la parroquia San Lorenzo Diácono y Mártir ha agenciado la mayoría
de eventos culturales y, por ende, ha signado una tradición católica en el habitar, incluso su
grado de incidencia en esta materia ha sido más constante y permanente, frente a la promoción
de eventos por parte de la gestión pública local durante el período analizado. Por la misma
durabilidad que ostentan las promociones religiosas, durante el transcurso del año litúrgico,
además de los eventos mencionados se celebran misas campales para conmemorar por ejemplo
la Semana Santa y el día de San Lorenzo, se realizan actividades de catequesis para niños y
jóvenes, e incluso se han organizado bazares para recolección de fondos.
4.4.2. Orientaciones para una cultura local
La cultura local se constituye en una mixtura de relaciones que han establecido sujetos-
habitantes en y con el espacio abierto, que resulta imprescindible para atender a consecuentes
significaciones de lugar que hasta cierto punto se han descrito, respecto a su vivencia como
parque, sin embargo, aún así falta destacar el asunto del habitar propiamente dicho en lo que se
lleva hasta este momento. Cuando los ocho adultos de la tercera edad han experienciado el lugar
en tanto objeto habitable (Tuan, 1977) durante segmentos espacio-temporales de la vida
cotidiana (Lindón, 2009) según señalan sus referentes biográficos, se encuentra que evocan el
98
pasado y se remiten al presente en una simultaneidad tal que permite la emergencia de la brecha
generacional como criterio de distinción socio-cultural entre los sujetos-habitantes, dado que
para Giglia (2012) el habitar manifiesta tendencias de una cultura urbana.
En la medida que ellos hacen narraciones acerca de experiencias espaciales presuponen,
de hecho, que habitan: han permanecido, apropiado y realizado desplazamientos en el lugar. Por
eso, al ser recordado demuestran que se han generado aprendizajes sociales en torno a las
relaciones en y con el espacio abierto, el cual no tiene entradas y tampoco salidas preconcebidas
para un sujeto-habitante en particular. En la vida cotidiana, estos adultos mayores han habitado el
espacio abierto en correspondencia con su estructura radial, es decir, con base en la modalidad de
la permanencia diferenciada del recorrido (Pérgolis, 1995), en suma, las narrativas en torno a al
lugar permiten acercarse y aproximarse a experiencias espaciales.
Cuando se tiene la sensación de haber entrado y salido del espacio abierto es porque se
habita, es decir, en la lógica de permanecer y hacer desplazamientos internos (Pérgolis, 1984),
entonces, como asegura Giglia (2012) puede destacarse cómo cada adulto mayor
individualmente, en compañía de alguien o como miembro de un grupo, para desplazarse o
permanecer -dada su corporeidad- se dirige, ocupa y se hace presente en el lugar con el propósito
de situar y organizar órdenes espacio-temporales propios, evidenciados en experiencias del
pasado y el presente:
Yo en el parque lo único que hago es pasar por ahí, transitar por ahí, de actividades cotidianas
nada, de deportes nada, no sé por qué, de pronto no me ha llamado la atención como el atletismo,
como el fútbol, nada, solamente transitar. (Entrevistado 1).
Yo no lo frecuento sino cuando paso, del resto no, así que yo ponga cuidado, medio lo que vea
(…) Yo en ese tiempo trabajaba, transitaba únicamente en el parque, me iba bien temprano, que
tenía que estar a las siete, llegaba tarde a arreglar a los chicos y al otro día lo del almuerzo, bueno,
en fin, para dejar listo y al otro día madrugue. (Entrevistada 3).
Mi mamá decía: vaya a ver si están por ahí en el parque su papá o su hermano y llámelos; y
nosotros éramos nueve hombres, alguno tenía que aparecer en el parque, o alguno tenía que estar
ahí con los amigos, o salía uno allá (Entrevistado 8).
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Vamos a hacer ejercicios (físicos), de vez en cuando salimos ahí de la Fundación (Divino Niño
Jesús), todos los abuelos salimos (…) es un parque porque se presta para salir de la parroquia y
salir ahí a comerse un heladito, charlar con los vecinos, con los amigos que se consiguen por ahí,
se presta para eso. (Entrevistada 2).
De acuerdo a Lindón (2009) habitar implica que el cuerpo ocupa un sitio cuando elige
llevar a cabo prácticas espaciales de desplazamiento, permanencia y apropiación que permiten la
construcción de un conjunto de microsituaciones, con su carga emocional e intencionalidad
respectivas, a la luz de preocupaciones vitales esgrimidas en sus referencias biográficas, sin
embargo, en esto se develan discontinuidades para llegar a considerar la definición de una
significación del lugar duradera, constante e inmutable, incluso para un mismo sujeto-habitante
ya que resulta fluctuante:
Entonces es como salir del encierro y sentarse ahí, como un ratico, a sentir frio, sentir calor o
sentir hasta lluvia porque yo por lo menos me he pegado mis lavadas mirando a mi nieto jugar
fútbol, aunque le digo que ya no es tanto, porque me queda más retirado el parque, ya no es tanto
como antes, como lo frecuentaba cuando mis hijas eran pequeñas. (Entrevistada 3).
De ahí salimos de la Fundación (Divino Niño Jesús). Aquí en el parque son las actividades cuando
está haciendo sol, nos dan permiso para que nos saquen a hacer gimnasia ahí, que consiste en
hacer las flexiones y todo eso (…) Yo por la noche he visto, paso y digo: van a hacer fiesta ahí,
pero yo como le digo, cuando está Raúl (pareja) ahí (en la casa), yo más bien me vengo para la
casa. (Entrevistada 5).
Por ahí (por el parque) pasamos, transitamos por ahí (…) Desde la Fundación a veces venimos a
hacer ejercicios (físicos) cuando está calentando el sol porque cuando hace mal clima eso es muy
frío, entra mucho frío, venimos a hacer ejercicio (físico) ahí al parque porque es un espacio libre y
puede recrearse uno, caminar, trotar. (Entrevistado 6).
Cuando era joven pasaba uno el rato agradable ahí con los que iban ya creciendo, con los amigos,
y ahí llegaban, arrancaban y se iban y uno quedaba solo, uno arrancaba y uno se iba, eso era lo
único, estar el uno con el otro (…) Qué salga después de las ocho o nueve de la noche eso (el
parque) es solo, solo, solo. La gente que pasa para acá o pasa para allí por el centro del parque,
eso es de carrera. (Entrevistado 8).
100
La relación con el espacio abierto, habitado como parque, conlleva a contemplar
múltiples interacciones con otros sujetos-habitantes, dado que habitar es una disposición de la
condición humana para producir espacializaciones en el lugar y, debido a que manifiesta
orientaciones de una cultura urbana, responde a necesidades prácticas tanto biológicas como
sociales (Tuan, 2007); de acuerdo a eso, surge la necesidad de presentar una matriz
representativa que se articula con las imágenes relacionadas.
En ese orden de ideas, habitar implica efectuar una intromisión y, en consecuencia,
establecer no solo convergencias sino también divergencias entre los sujetos-habitantes mismos,
cuya pertenencia a una etapa generacional se ha constituido en un criterio de distinción socio-
cultural, más que la pertenencia a un estrato socio-económico, por citar un ejemplo. Por lo tanto,
cuando se trata de habitar de un modo u otro, ya sea individualmente, como parte de una díada o
como miembro de un grupo, se constata en las versiones recolectadas (representadas en la
matriz) la expresión de posiciones asumidas por los adultos mayores para valorar, esto es,
reconocer la familiaridad y cercanía o, por el contrario, discriminar la extrañeza y distancia de un
conjunto de habitares dados, en relación a los preferidos por ellos mismos.
Imagen 3. Prácticas de desplazamiento transversales en vecindad de barrios
Fuente propia
101
Prácticas espaciales de desplazamiento: los sujetos-habitantes hacen de su corporeidad un fin instrumental ya que buscan transitar, hasta el
punto de que su emocionalidad es dirigida y subordinada por esta lógica, dado que no hay un interés en la permanencia y así el lugar se constituye
en lugar de paso (Lindón, 2009). Las direcciones de los tránsitos, por un lado, son transversales a la forma cuadrada del espacio abierto, es decir,
son determinadas por la vecindad entre los barrios Engativá Centro y El Mirador I y, por otro lado, se supeditan al trazado de los contornos.
Distinciones:
quién habita y
cómo habita
Prácticas espaciales de permanencia: desde los planteamientos de Lindón (2009) los sujetos-habitantes hacen de su
corporeidad un medio para alcanzar distintos fines, en ese caso, resulta dominante la expresión de emociones por cuenta de
la investidura de significados en cuanto a lo que se llegar a hacer en y por el lugar.
Niños Adolescentes/Jóvenes Adultos Adultos mayores
Desde la
recreación
pasiva
Cuando hay encuentros familiares,
en especial, los bebés aguardan el
cuidado en los coches y en los
brazos de sus acompañantes
(mujeres en su mayoría), mientras
los niños tienden a no participar en
conversaciones que escuchan, se
detienen cerca y hacen unos
recorridos cortos alrededor del sitio
de estancia de los adultos, por lo
que realizan juegos en solitario y en
compañía, supervisados de manera
permanente.
Adoptan las bancas disponibles y los bordes de las materas para ser apropiados como
asientos o, si lo prefieren, pueden quedarse de pie en un sitio de encuentro eventual
para hacer una pausa, sea para descansar o contemplar el entorno y otros habitares a
su alrededor, interactuar con celulares, leer documentos y escribir en papeles,
alimentarse con productos de paquete, fumar cigarrillos (comerciales y artesanales) y
tomar bebidas calientes y frías (gaseosas y alcohólicas), conversar con acompañantes,
mantenerse en silencio, rapear y bailar hip hop, escuchar música (bafles y audífonos),
tocar instrumentos musicales, entre otros. Después de caminar o montar en bicicleta,
toman asiento individuos que pueden permanecer e irse, incluso sin tener encuentro
con alguien, o por el contrario pueden interactuar con un pariente, amigo o vecino;
también se encuentran parejas de personas que presentan una relación de parentesco,
amistad, vecindad, matrimonio - unión libre en su defecto - y noviazgo, a la luz de los
grados de afecto demostrados, asimismo, grupos sociales de mínimo tres y máximo
doce miembros (adolescentes y jóvenes).
Cuando hacen parte de un
encuentro familiar son clientes
Respecto a estos clientes se
destacan aquellos miembros
En el área extensa permanecen y se desplazan
alrededor de una decena de vendedores ambulantes
102
Comercio
informal: acceso
a productos y
servicios
recreativos
potenciales (aún como particulares
o estudiantes) porque los adultos
que los acompañan, la mayoría de
las veces, son los titulares cuando
acceden a la compra de un producto
y al servicio recreativo. Respecto al
último, los acompañantes de los
niños actúan como supervisores,
toman fotos y videos en ocasiones,
ven de lejos y/o caminan para
seguir de cerca las maniobras y
recorridos que ellos realizan en los
carros y las motos durante un
tiempo definido. Por su parte, ellos
se recrean como si el área extensa
se tratara de una autopista.
que pertenecen a grupos
sociales amplios y
permanecen de manera
predominante durante las
tardes y las noches en la
semana. Dado que su
estancia se enmarca en una
recreación pasiva, eligen
comprar productos para la
satisfacción de sus
necesidades: son clientes
relevantes. Como ellos
tienden a permanecer
reunidos, salen al encuentro
de los vendedores cuando
resulta necesario.
que, dado su interés por obtener lucro, comercializan
de manera predominante productos empaquetados,
bebidas calientes y frías, cigarrillos, dulces, obleas,
conos de helado, entre otros. Su disposición es la
espera incesante hasta que un cliente eventual
aparezca para demandar lo que oferta por vía de una
transacción económica en efectivo. Se dispersan por
franjas horarias hasta desaparecer provisionalmente,
en su mayoría, y tienden a aparecer aglomerados
durante la entrada y salida de los estudiantes de una
sede del Colegio General Santander IED. Los fines de
semana y festivos puede encontrarse un puesto
informal que oferta servicios recreativos infantiles: el
alquiler de carros y motos a menor escala, de
trampolines y de tableros para pintar caricaturas;
asimismo, hay otro puesto que alquila más carros.
Deportes,
ejercitación física
y esparcimientos
estudiantiles
El acceso a prácticas deportivas atraviesa estas etapas generacionales aunque se distingan los
géneros. Además de los juegos que realizan los niños con sus parientes en la cancha, en torno a
un balón, se debe destacar la realización en la cancha de partidos de microfútbol que hacen
parte de campeonatos oficiales de distintas categorías en donde los equipos protagonistas (de
barrios aledaños) usan uniformes para desarrollar el juego alrededor de un balón con base en la
justicia impartida por medio de un arbitraje. Por otra parte, en un nivel no oficial se superponen
en la cancha, en ocasiones, mínimo dos partidos, por lo que niños y adolescentes de partidos
diferentes se aglomeran en la cancha simultáneamente, de tal modo que se tienden a armar en el
El ejercicio físico diario
es un asunto central en
las preocupaciones de la
salud, por buscar el
fortalecimiento de los
órganos vitales. Por eso,
los adultos mayores, en
su mayoría, al pertenecer
103
Tabla 6. Matriz de convergencias y divergencias del habitar
Fuente propia
Deportes,
ejercitación física
y esparcimientos
estudiantiles
escenario mismo del espacio abierto canchas improvisadas efímeras, sin delimitar e imaginadas,
para jugar partidos de microfútbol, e incluso se dispone para practicar rugby, voleibol y
baloncesto. Eso sucede en los esparcimientos estudiantiles agenciados por colegios privados,
durante franjas horarias en la mañana para los recreos y las clases de educación física, donde
los estudiantes no solo juegan con balones, sino caminan, se sientan, conversan, compran
productos y se alimentan, etc. El uso de la bicicleta (incluso por primera vez para algunos
niños) al implicar desplazamientos tanto en el escenario como en la cancha, como si se trataran
de ciclovías improvisadas, permite, de hecho, aprender a hacer maniobras cuando se
aprovechan algunos desniveles del suelo, como también se ha contemplado para la práctica del
Skate; por último, respecto al ejercicio físico, los travesaños de los arcos han hechos las veces
de “barras” para el fortalecimiento corporal que desarrollan los adolescentes varones.
a una institución dada, en
calidad de estudiantes,
son invitados para hacer
sesiones de flexiones y
estiramientos, como es el
caso de la Fundación del
Divino Niño Jesús,
aunque no se puede
obviar el uso ya
particular que se hace de
las bicicletas.
El paseo y
cuidado de
mascotas: los
perros
Los sujetos-habitantes que pretenden bridar en el espacio abierto un esparcimiento a las mascotas, en este caso de los perros,
adoptan para descansar junto a éste una banca o el borde de una matera y, además, tienden hacer recorridos cortos.
Entonces, sujetan al perro con el collar (cuando tienen) y los sueltan en sucesivas ocasiones. Por su parte, los perros hacen
sus necesidades fisiológicas, juegan y caminan al lado sus dueños por zonas del espacio abierto, incluso son peinados. Sin
embargo, en independencia del cuidado que tengan los paseadores para la recolección de los excrementos de sus mascotas,
no se puede obviar la presencia eventual de perros sin domesticar que depositan sus excrementos en el suelo y las materas.
El consumo de
bebidas
alcohólicas y
marihuana
No Presenta
.
Los entrevistados han
señalado que en esta
población hay grupos que
consumen bebidas
alcohólicas y marihuana.
Los entrevistados han
señalado que un grupo de
adultos se reúne para
socializar y consumir
bebidas alcohólicas.
No Presenta
104
Imagen 4. Prácticas de permanencia por niveles de interacción
Fuente propia
Imagen 5. Prácticas de apropiación: entre preservaciones y deterioros
Fuente propia
105
Por último, no por eso menos importante, para Lindón (2009) son centrales las prácticas
espaciales de apropiación de los sujetos-habitantes, las cuales consagran la coexistencia
simultánea del deterioro y la preservación del lugar, debido a que cada cual, en su corporeidad y
emocionalidad, suscita la significación del lugar en las huellas que puede dejar impresas, cuya
permanencia en el tiempo es mayor: la dispersión de basuras y desperdicios alimenticios en suelo
y materas en contraste con su recolección en canecas: la exposición de excrementos de perros en
contraste con la adopción de materas para su ajardinamiento bajo el resguardo de barreras
artesanales y metálicas por iniciativa de Colonia Engativeña; y la elaboración por primera y
única vez, debido a los daños que tuvo, de un árbol reciclable en época navideña por adultos
mayores pertenecientes a la Fundación Divino Niño Jesús.
La afectividad hacia el lugar no es homogénea debido a que se dispersa según los
habitares espacializados en el escenario, dicho de otro modo, se define a la luz de los órdenes
espacio-temporales que se establecen por cuenta de la relación en y con el espacio abierto, desde
el habitar. Así, la topofilia y la topofobia son criterios que emergen para especificar a nivel
emocional el aprecio y el rechazo por el lugar (Tuan, 2007), lo que ha implicado, desde la
postura de los adultos mayores, asumir relaciones de proximidad y distancia respecto a otros
sujetos-habitantes presentes en el escenario. En ese sentido, el apego y el miedo hacia el lugar
remiten a percepciones de seguridad debido al reconocimiento de habitares familiares
(recreación pasiva, ejercicios físicos, prácticas deportivas, etc.) y a la discriminación de habitares
extraños y amenazadores (consumo de bebidas alcohólicas y de dosis personales de marihuana
por grupos de adolescentes y jóvenes), respectivamente.
A excepción de la incidencia que tienen los eventos religiosos de la parroquia durante las
épocas del año y la presentación de campañas electorales que apuntalan un carácter
multifuncional del espacio abierto, se advierte según lo abordado la predominancia de usos
recreativos cuando se habita, por eso mismo, en un tiempo pasado y en un tiempo presente ha
sido construido socialmente como un parque, esto es, un lugar significado en la espacio-
temporalidad de la vida cotidiana, de manera fragmentaria y constante, respectivamente, lo que
ha revelado orientaciones que ha seguido la construcción socio-espacial de la ciudad en torno a
este núcleo fundacional.
106
Capítulo V
A modo de conclusiones: salida promisoria del espacio abierto
El espacio abierto, de uso institucional y servicio recreativo, ha sido tipificado en los
planes de ordenamiento territorial de la ciudad como Plaza Fundacional de Engativá, debido a la
ejecución de un proyecto de restauración morfológica que permitió su transformación en los años
noventa, al tratarse de un Sector de Interés Cultural que, por consiguiente, detenta un valor
patrimonial dado su origen colonial. En consecuencia, este espacio abierto, en lo que concierne a
su tipología urbana, ha tenido un tránsito perceptible: de parque a plaza, en conformidad con la
transición que afrontó Engativá a mediados del siglo XX por el proceso de anexión a la ciudad
de Bogotá: de una historia municipal a una historia local.
Dado ese panorama, mediante el uso de habilidades geográficas, en torno al espacio
abierto y su marco arquitectónico se ha delimitado un área urbana de influencia que corresponde,
en extensión, al núcleo fundacional ubicado en la UPZ-74 Engativá de la localidad décima de la
ciudad; así, en medio de la vecindad de los barrios Engativá Centro y El Mirador I se presentan
usos de suelo que caracterizan el entorno inmediato del espacio público urbano al indicar la
satisfacción de necesidades que son demandadas por la población residente y flotante.
Respecto al espacio abierto, propiamente, con base en las características morfológicas
que presenta se ha dictaminado una toponimia oficial que signa su pertenencia al Subsistema de
Espacios Peatonales que junto al Subsistema de Parques Urbanos hace parte del Sistema de
Espacio Público Construido de la ciudad; lo cual tiene repercusiones en el ejercicio de
determinadas prácticas institucionales que inciden en el espacio abierto, en este caso, conforme a
las disposiciones del Plan de Desarrollo Local 2013-2016.
Durante este período, en el espacio abierto ha incidido la gestión pública local que, en
específico, es una gestión cultural dado el énfasis puesto en la presentación en el escenario de
diez eventos artísticos y recreativos concurridos, como queda constatado en los informes de
rendición de cuentas, sin embargo, debido a esta prioridad quedaron al margen otras
disposiciones que fueron contempladas para otros espacios exteriores de la localidad. Como se
puede ver, fue necesaria una revisión documental que, a su vez, ha sido contrastada con un
sondeo de opinión que, más que definir una tendencia particular, ha demostrado que existe una
107
amplitud de los rangos de respuesta en torno a la gestión pública local percibida en el escenario,
respecto a fortalezas y aspectos por mejorar, actores representativos de la Alcaldía Local y
públicos atendidos; por eso mismo, no existe un grado de consenso entre los sujetos-habitantes
cuando abordan el asunto. Sin embargo, la preocupación que ha surgido con este ejercicio se
refiere a que en la muestra tuvo mayor representatividad, por un lado, la imposibilidad de acceso
a espacios de esparcimiento promocionados aun cuando han sido percibidos y, por otro lado, el
desconocimiento de formas de comunicación entre los sujetos-habitantes y la Alcaldía Local.
La gestión pública local, durante el cuatrienio, tuvo incidencias en la Plaza Fundacional
de Engativá por el hecho de agenciar la estimulación de eventuales habitares, en la medida que
se ha tratado de una gestión cultural orientada por un principio de oportunidad: la realización de
eventos artísticos y recreativos en el escenario. De igual forma, en este horizonte se puede
destacar la importancia de los eventos religiosos promovidos en el escenario por parte de la
parroquia San Lorenzo Diácono y Mártir durante el año litúrgico, teniendo en cuenta el
protagonismo que la distinguía por la realización de eventos tradicionales en el pasado. Por otro
lado, desde el acervo de las significaciones de lugar se encuentra que, de manera predominante,
el espacio abierto ha sido experienciado como un parque, aún en contravención con la toponimia
oficial según las orientaciones encontradas que, a su vez, han permitido acercarse a una historia y
cultura locales que posibilitan el hecho de otorgar identidad al lugar y, en esa medida, visibilizar
quiénes son los sujetos-habitantes protagonistas, a la luz de las referencias biográficas.
Respecto a la definición de una tipología urbana consensuada para el espacio abierto se
encuentra una tensión, al debatirse entre plaza y parque. Eso se devela al analizar, en primer
lugar, la forma urbana porque más allá de que sean predominantes los elementos arquitectónicos
sobre los naturales se presenta la instauración de arborización, ajardinamientos y una cancha
deportiva; en segundo lugar, el espectro de los habitares ya que demuestran la apropiación del
escenario para usos recreativos aunque se mantenga su multifuncionalidad en lo que concierne a
la organización de eventos religiosos y electorales; y en tercer lugar, el campo de las
significaciones por cuenta de la superposición de percepciones que estipulan la construcción
social de una plaza, un parque, una plazoleta e incluso un parqueadero.
La relación entre la esfera institucional y la esfera de los sujetos-habitantes puede ser
reconocida por algunas tensiones cuando se hacen presentes en el lugar; de tal modo que no
108
necesariamente puede haber convergencias entre gestiones públicas y habitares, por ejemplo, en
lo que concierne al proyecto de restauración morfológica para generar el tránsito de parque a
plaza, el ocaso de eventos tradicionales por prohibiciones de pólvora y bebidas alcohólicas en
espacios públicos y, además, en un tiempo reciente la promoción de eventos culturales
concurridos respecto a las necesidades de mantenimiento y adecuación física que requiere el
espacio abierto.
Dado que se ha habitado el lugar, los sujetos-habitantes entrevistados recurren a
referencias biográficas para significarlo, entonces, en el parque han tenidos experiencias
espaciales individuales y compartidas, como parte de una díada o como miembros de un grupo;
así, en su corporeidad y emocionalidad han investido de intencionalidad cada habitar ya que en el
transcurso de la vida cotidiana han preferido desplazarse, permanecer y apropiar. Han promovido
microsituaciones que convergen con el orden espacio-temporal establecido al lado de otros
sujetos-habitantes, con quienes se han encontrado en calidad de conocidos y extraños. Por eso la
importancia de destacar un criterio socio-cultural que emerge para definir relaciones de
proximidad y distancia entre los habitares: la pertenencia de los protagonistas a una etapa
generacional específica.
La residencia prolongada de los adultos mayores en el sector les ha permitido compartir
referencias biográficas en torno al espacio abierto, superponer la percepción de imágenes de un
parque que ha persistido en el tiempo pasado y presente, del mismo modo que la distancia
generacional les ha permitido tener actitudes que califican la familiaridad o, por el contrario, la
extrañeza de otros habitares, es decir, preferir y, al mismo tiempo, valorar el habitar propio
implica el reconocimiento, la indiferencia o el rechazo hacia otros habitares, de ahí la relevancia
de presentar una matriz de convergencias y divergencias.
Respecto a la disposición que exige habitar, para el campo de las significaciones del lugar
han sido centrales: la carga simbólica que proviene de leyendas urbanas transmitidas por vía oral
acerca del árbol sagrado en el parque central de Engativá: el eucalipto hembra que data de la
época fundacional; la carga estética cuando se califican de bonitos elementos arquitectónicos y
naturales del parque y, por ende, se elige ser espectador para contemplarlos, de la misma forma
que se hace con los habitares de los otros; y la carga emotiva porque se estipulan como valiosas
la topofilia y la topofobia que remiten a percepciones de seguridad y, en el fondo, permiten
109
entender el grado de consenso y conflicto entre los habitares, es decir, el aprecio y el miedo por
el lugar cuando son reconocidos como familiares y extraños, respectivamente, y respecto a eso la
importancia de señalar la sensación predominante de nostalgia hacia un parque que es recordado
por la realización de eventos tradicionales multitudinarios signados en su mayoría por la
tradición católica, en ese caso, se destaca un pasado que se superpone constantemente a un
presente que no es digno de aquel, aún cuando se han incentivado eventos artísticos y recreativos
desde la gestión pública local.
Desde el habitar se establece un orden espacio-temporal que les ha permitido a los
sujetos-habitantes entrevistados, en su corporeidad y emocionalidad, espacializarse para generar
habitares que determinan una espacialidad, según la puesta en escena de prácticas de
desplazamiento, permanencia y apropiación, entre convergencias y divergencias. Además, dado
que se presentan referencias biográficas, no es extraño que haya saltos cualitativos del presente
al pasado y en su sentido contrario. Por eso, el hecho de habitar el parque ha implicado que su
construcción social como lugar sea espacialmente fragmentada y temporalmente sincrónica,
teniendo en cuenta su carácter holográfico que incluso le sirve como recurso a los sujetos-
habitantes para hacer comparaciones con lugares que se juzgan similares (parques locales y
municipales), en la medida que ello brinda orientaciones sobre los sentidos que ha tomado la
vida urbana en este tipo de espacios exteriores, esto es, la ciudad en el lugar.
Con una finalidad semejante al pliego de peticiones planteado por los sujetos-habitantes
raizales que pertenecen a la Colonia Engativeña, un grupo preocupado por la restauración
morfológica del espacio abierto, esta investigación al destacar orientaciones de una historia y
cultura locales pretende brindar pautas para apoyar una restauración que responda a las
necesidades de los engativeños en una escala barrial, en consecuencia, que sean justificados y no
arbitrarios los cambios morfológicos auspiciados por la ejecución de obras que promueva la
gestión pública local que, eventualmente, se va a desarrollar en el presente año.
El espacio abierto, de manera predominante, ha sido significado y, por ende, construido
socialmente como parque central, a pesar de la instauración del proyecto de Plaza Fundacional
de Engativá, por eso se requiere de un nuevo proyecto que tenga en cuenta esta perspectiva de
los sujetos-habitantes, pero esta visibilidad no es suficiente. Entonces, para su diseño
arquitectónico pueden servir de utilidad las formas de habitar el espacio abierto: las prácticas de
110
desplazamiento transversales señalan potencialmente la construcción de senderos posibles, las
prácticas de permanencia demandan una mayor adecuación física de elementos existentes
(cancha deportiva, bancas, canecas), la construcción de zonas de recreación para niños,
adolescentes y adultos mayores, y la disposición de zonas verdes para el esparcimiento.
Este estudio ha sido importante para el proceso formativo del docente investigador que,
en ese caso, se considera un profesional de la educación y un experto en conocimientos del área
de ciencias sociales. Por lo tanto, este ejercicio ha permitido articular la investigación no como
un fin en sí mismo sino como un medio para aprender a enseñar, debido a que cada una de las
fases investigativas conlleva a contemplar el potencial que tiene reconocer un lugar de la ciudad
habitado, significado y gestionado. Asimismo, de las habilidades investigativas proferidas en este
proyecto se sustrae la posibilidad de realizar transposiciones para acercar a estudiantes a
habilidades de indagación valiosas en el desarrollo del pensamiento social, entonces, solo por
citar un par de ejemplos se pueden señalar estas transiciones: del uso cartográfico a la
representación de mapas mentales y del uso de la encuesta y la entrevista a profundidad al
análisis de cuestionarios para acceder a fuentes orales.
Los aportes de esta investigación pueden proveer orientaciones para pensar en la eventual
restauración de la denominada Plaza Fundacional de Engativá que está en la agenda de la
gestión pública local y, por lo tanto, responder a las necesidades de espacio público que demanda
la comunidad engativeña cuando habita el lugar. Si bien esta utilidad es justa, no es suficiente,
porque también se debe anunciar la potencialidad que tiene este estudio para un docente en
formación interesado por el reconocimiento del entorno local durante el desarrollo de procesos
de enseñanza-aprendizaje, y más cuando cada habitante en su condición humana tiene
experiencias espaciales constantes que le permiten acceder a aprendizajes sociales, en este caso,
por su participación en la vida urbana de un espacio abierto.
Por eso, con base en los habitares de los estudiantes (pueden ser niños, adolescentes,
jóvenes y adultos) en el lugar se requiere tener en cuenta, para la planeación de talleres acerca de
apropiación y memoria del entorno local, partir de los aprendizajes sociales con la intención de
hacer de la noción de lugar un tópico generativo lo suficientemente flexible, en búsqueda de la
definición de situaciones problema que no sean un fin en sí mismo sino un medio para el
entendimiento de fenómenos geográficos de mayor escala, es decir, se parte de la premisa de que
111
al abordar el entorno local se pueda facilitar el acceso a entornos lejanos que no se conocen por
experiencia directa pero que guardan semejanzas con el local, aún en su singularidad. De ahí, la
prioridad de valorar la incidencia de los mapas mentales porque son muestra fehaciente de un
conocimiento espacial y, asimismo, de las fuentes orales porque permiten un acercamiento a las
experiencias espaciales dado que las narraciones dan cuenta de la construcción social de un
lugar, en especifico, orientaciones de la vida urbana de la ciudad a una escala barrial.
El proyecto curricular de ciencias sociales en las etapas de fundamentación y
profundización ha hechos aportes para la formación docente e investigativa en torno a la
formulación de anteproyectos y la elaboración de productos: estados del arte y marcos
conceptuales. En la etapa que corresponde al ciclo de innovación se fortalecen los aspectos
mencionados y se profundiza en las instancias de trabajo de campo y de análisis de resultados.
Por lo tanto, desde esta investigación en particular, a modo de retribución, se sugiere al proyecto
curricular fortalecer en los ciclos de innovación los estudios enfocados en las relaciones de los
habitantes en y con el espacio urbano de la ciudad ya que eso permite generar aportes a la
disciplina y educación geográficas.
Esta investigación ha pretendido ser abarcadora cuando se plantea cómo el habitar ha
significado como lugar un espacio abierto: la denominada Plaza Fundacional de Engativá y, en
lo que a eso concierne, cómo ha incidido la gestión pública en el último período de gobierno de
la localidad décima. Entonces, para investigaciones posteriores se recomienda, por un lado,
revisar el uso de la tipología urbana de plaza en la ciudad debido a que, en esta oportunidad, no
fue representativa para tipificar el espacio abierto, de acuerdo al acervo de significaciones y
habitares, y más cuando nuevas centralidades han acogido esta toponimia como por ejemplo
centros comerciales y conjuntos de apartamentos; y, por otro lado, desde la perspectiva de los
protagonistas hacer un reconocimiento a habitares estigmatizados que, de algún modo, se
encuentran al margen de normas sociales, hasta el punto de presentarse esporádicamente e
incluso no manifestarse en los espacios públicos.
112
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119
Sección de Anexos
Anexo 1. Matriz de registro de usos de suelo
Localización: Total de lotes: Manzana N°
Cantidad de lotes por pisos: 1 ___ 2____ 3 ____ 4 ____ 5 ____
A. Clasificación de usos de suelo
Tipo Subtipo Cód.
Residencial
Vivienda Unifamiliar 11
Vivienda Bifamiliar y Trifamiliar 12
Vivienda Multifamiliar 13
Comercial y
de servicios
Comercio de menor escala 21
Comercio de mediana escala 22
Comercio de gran escala 23
Institucional
Influencia Local 31
Influencia Zonal 32
Influencia Urbana 33
Industrial
Industria liviana 41
Industria mediana 42
Industria pesada 43
Otros Lotes 5
B. Usos de suelo por cuadrante
Calle ____ Carrera _____ Calle _____ Carrera _____
Estado de vía
______________
Estado de vía
______________
Estado de vía
______________
Estado de vía
_______________
120
Anexo 2. Matriz de registro documental
Plan de Desarrollo Local 2013-2016
Presentación general:
Informes de
Rendición
de Cuentas
Titulo de Eventos Fecha Caracterización Cambios físicos en
espacio abierto
2013
2014
2015
2016
Aportes para habitar el lugar:
121
Anexo 3. Encuesta
Reciba un saludo, este es un cuestionario de la investigación llamada La plaza principal de
Engativá: entre gestiones públicas y habitares. Tiene como finalidad saber su opinión como
habitante de este barrio sobre la incidencia de las gestiones públicas de la Alcaldía Local en la
plaza de Engativá. Entonces, la presente información es de carácter personal y se usará sólo para
fines académicos, en la elaboración de un trabajo de grado. Queda usted informado, se aclaró
cualquier duda que haya surgido y acepta diligenciar la presente encuesta: SI___ NO___
¡Gracias por su colaboración!
1. Datos Generales
Género:
Masculino ____
Femenino ____
Estrato: ____
Barrio de residencia:
__________________
Ocupación:
__________________
Edad:
Menos de 15 años ____
15 a 24 años ____
25 a 34 años ____
35 a 44 años ____
45 a 54 años ____
55 a 64 años ____
65 a 74 años ____
Más de 74 años ____
Tiempo vivido en el barrio:
Menos de 15 años ____
15 a 24 años ____
25 a 34 años ____
35 a 44 años ____
45 a 54 años ____
55 a 64 años ____
65 a 74 años ____
Más de 74 años ____
2. Cuestionario
A. Marque con una (X) las respuestas que
considere más acertadas, puede elegir más de
una opción y en caso que lo considere agregue
otra.
1. ¿Quiénes dan cuenta de las intervenciones de
la Alcaldía Local en la plaza?
a) Grupos artísticos y culturales
b) Grupos deportivos
c) Autoridades policiales
d) Funcionarios de la Alcaldía
2. Las gestiones de la Alcaldía Local en la
plaza principal en años recientes han
fortalecido procesos de:
a) Cultura, recreación y deporte
b) Construcciones y mantenimiento
físico
c) Integración y participación de la
comunidad en la vida diaria
d) Atención a grupos poblacionales
(niños, ancianos, mujeres, etc.)
122
e) Otros. ¿Cuáles?
____________________________
e) Seguridad y convivencia
f) Otros. ¿Cuáles?
_____________________________
3. ¿A qué tipos de población están dirigidos
espacios promovidos por la Alcaldía Local en la
plaza principal?
a) Habitantes del sector en general
b) Niños y niñas
c) Adolescentes y jóvenes
d) Mujeres
e) Ancianos
f) Otros. ¿Cuáles?
_______________________________
B. Las siguientes son preguntas abiertas,
marque y responda según lo que considere:
4. ¿En la plaza ha accedido a espacios de
esparcimiento promocionados por las
gestiones de la Alcaldía Local?
SI___NO___
En caso afirmativo.
¿Cuáles?_____________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
5. Conoce formas de comunicación que la Alcaldía Local establece con los habitantes del sector:
SI ___ NO ___
En caso afirmativo.
¿Cuáles?______________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
123
Anexo 4. Diario de campo y archivo fotográfico
Título de referencia:
____________________________________________________________
Diario de campo
N° ____
Datos generales:
Fecha: __________ Día: _______________
Clima: __________ Duración: _______________
Ubicación en la plaza:
Sector Norte ___
Sector centro ___
Sector Sur ___
Descripción (actores, objetos, animales y situaciones): Impresiones del observador
Análisis del observador:
Archivo fotográfico de imágenes con título: simultaneas a las descripciones
Anexo 5. Entrevista a profundidad
Entrevista N° __
A. Datos personales
Edad: _____ Género: Masculino ___ Femenino ___
Estrato: ____ Ocupación (es): __________________________
Barrio de residencia: ______________ Años de antigüedad en el barrio: ___________
124
B. Tópicos guía:
a) Suponga que usted es un guía turístico y yo un visitante que quiere venir por primera
vez a Engativá Centro ¿podría presentarme la plaza y esta zona donde usted ha
vivido?
b) He llegado como turista con usted a la plaza, al recorrerla juntos ¿cómo se encuentra
mientras la vemos y permanecemos juntos? ¿cómo se ha sentido allí?
c) Tenga en cuánto tiempo lleva viviendo aquí, ahora ¿cuáles recuerdos de su vida le
llevan a remitirse a la plaza?
d) Piense en que va a redactar un diario, comente ¿cuáles actividades ha llegado a
realizar en la plaza de Engativá? ¿se asemejan o diferencian de actividades realizadas
por otras personas (niños, jóvenes, adultos, ancianos)?
e) Recuerde eventos realizados en épocas del año ¿cómo se han desarrollado en la plaza
y cómo usted ha participado?
f) En su opinión ¿cuáles aspectos benéficos y por mejorar tiene la plaza en cuanto a su
adecuación física y las actividades que realizan sus habitantes?
Sistematización de entrevistas en doble vía
Categorías iniciales:
deductivas
Categorías emergentes:
inductivas
Narrativas por cada
entrevistado
Espacio público
urbano: conocimiento
espacial
Concepto espacial
Transformaciones morfológicas
Cambios en entorno
Leyendas simbólicas
Sentido de lugar a
partir de experiencias
espaciales durante la
historia personal
Prácticas de apropiación
Prácticas de desplazamiento
Prácticas de permanencia
Emociones y afectividad
Sujetos- habitantes:
micro-situaciones
desde habitares para la
cultura urbana
Percepción de seguridad
Eventos multitudinarios
Habitares por etapas generacionales
125
A. Datos generales: Entrevistado #3
Edad: 70 años
Género: Masculino
Estrato: 2
Barrio: Engativá Centro
Años de residencia: 60 años
Ocupación: pensionado
Entrevista 1
Edad: 70 años
Género: Masculino
Estrato: 2
Barrio: Engativá
Centro
Reside hace: 60
años
Ocupación:
Pensionado
Entrevista 2
Edad: 62 años
Género: Femenino
Estrato: 2
Barrio: La Faena
Reside hace: 15 años
Ocupación: Ama de
casa y Fundación
Divino Niño Jesús
Entrevista 3
Edad: 56 años
Género: Femenino
Estrato: 2
Barrio: Puerta del Sol
Reside hace: 37 años
Ocupación: Ama de
casa, gestora
ambiental y JAC
Entrevista 4
Edad: 75 años
Género: Femenino
Estrato: 2
Barrio: La Tortigua
Reside hace: 15 años
Ocupación: Hogar
Entrevista 5
Edad: 62 años
Género: Femenino
Estrato: 2
Barrio: Las Palmas
Reside hace: Mas
de 30 años
Ocupación: Hogar y
Fundación
Entrevista 6
Edad: 81 años
Género: Masculino
Estrato: 2
Barrio: Linterama
Reside hace: 25
años
Ocupación:
Pensionado y
fundación
Entrevista 7
Edad: 90 años
Género: Masculino
Estrato: 2
Barrio: Engativá
Centro
Reside hace: Más de
50 años
Ocupación:
Pensionado
Entrevista 8
Edad: 82 años
Género: Masculino
Estrato: 2
Barrio: Engativá
Centro
Reside hace: 82
Ocupación: Pensionado
126
B. Versiones según planteamiento de tópicos
1. El parque fundacional de Engativá es (…) no se dice ahorita parque, se dice plaza, plaza
fundacional, pero a la final eso no es plaza ni es parque, eso es un parqueadero prácticamente
¿Por qué? Porque es que aquí la gente desafortunadamente nunca tuvieron esa gentileza de dejar
que hubiera progreso, es decir, que el parque fuera un parque bonito, con bonitas bancas, con
arbolitos, con planticas, como es un parque cierto, como el parque de Funza, de Cota, de
Mosquera; bueno así, pero aquí no.
Este parque era en tierra en una época, como entre los 69 y 70, había era una (…) como aquí no
había agua ni alcantarillado en esa época, había una pila al lado donde es la policía, ahí iba la
gente a coger el agua o veníamos a coger el agua ahí, porque yo llegue aquí en el 69. Vivía aquí
donde es el barrio Villa Gladys, eso era una finca, llegamos a vivir ahí. Entonces, aquí la gente,
según cuenta la historia pues no sé, dicen que ese árbol no lo pueden tocar ni tumbar que porque
ahí nace, dicen, que llegó la leyenda, que hay un cacique, que es una laguna, que en caso de que
lo tumben Engativá se inunda (expresión).
La otra leyenda es que aquí había un cura, dice también la gente, el que maldijo el pueblo, por
eso el pueblo no progresó, según la gente dice, que porque el curita ese había maldecido al
pueblo, no sé porque motivo o razón lo hizo. Dicen que aquí un cura maldijo el pueblo, no sé si
eso sea verdad o no, entonces que por eso Engativá no progresaba. Desafortunadamente uno ve
que eso no progresó porque la gente era como muy radicalista, no le gustaba el progreso, nada;
entonces, decían que cuando llegara el papa a tierra colombiana la maldición se deshacía.
Aquí la gente venía era los seis de enero, para la Fiesta de Reyes, pues en esa época vestían a
Herodes, eso era un bazar muy hermoso, era muy bonito, eso la gente el 6 de enero (…) no
había 31, no había 24, sino el 6 de enero; claro, eso era llenísimo. Eso si terminó en el año 85-
86, no lo volvieron a hacer porque lo prohibieron, el Distrito ya no quiso dejar hacer todo eso.
Había comida, gente se disfrazaba de los tres reyes magos, estaba el Rey Herodes y ese día, el 6
de enero en la noche, porque eso duraba todo el día, se le prendía candela al Rey Herodes y
terminaba; entonces, aquí había una señora que hacía de la viuda de Herodes, ya esa gente se
murió toda.
En esa época también festejaban el día de San Pedro, el 29 de junio, hacían misa campal. Eran
dos fiestas así como tradicionales, y que venía bastante gente, del resto no. Y aquí no venia sino
un solo bus en el día (…) y como la carretera era sin pavimentar (…) Era bonito. Usted llegaba
127
aquí, se podía emborrachar, dejar las cosas ahí y le permanecían, ahorita ya no, todo eso se ha
perdido, todo eso se ha dañado. Entonces aquí una junta de acción comunal que era de doña
Lucy, unas de las raizales de Engativá, cuando la época de Luis Carlos Galán, él vino y él dio
una partida para hacer un parque fundacional, era un parque, y entonces echaron ahí concreto y
dejaron un parqueadero, claro que eso habían puesto unos farolitos y unas sillitas, pero entonces
la gente lo terminó, ya no están. Ahí está la historia del parque fundacional de Engativá y lo que
dice ahí (folleto informativo entre sus manos).
2. No, la gente en otro lado le ha puesto como más ganas, más cariño en hacer sus cosas, en
tener un parquecito bien bonito, la gente cuidarlo, aquí no, no sé porque causa o motivo la gente,
y en esa época como que no le puso las ganas de arreglar una cosa bonita, porque aquí es un
centro turístico. Por decir algo gente que viene al parque La Florida, ese es un parque, parque
recreativo, aquí no.
Es que a qué viene uno a sentarse ahí: a sentir frio ahí, porque no hay una matica, un arbolito,
ahorita las están arreglando, una muchacha que está ahí pendiente; pero entonces venga que las
están dañando la gente y hemos peleado con la policía por eso. Y mucho metedor ahí, usted
llega de noche y encuentra a la gente y todo lo daña. La policía no le ha puesto ganas a eso de
corregir, de guardar el parque, nada, porque si tenemos una autoridad hay que hacerla valer, y
nosotros hemos tenidos reuniones con ellos.
Es un parqueadero pues porque eso es solo, si ve, una cosa tan grande ahí, no hay un jardín.
Esto que aquí que se hizo, se hizo el año pasado, lo que está entre la Iglesia y el Caviri, pero
igual sembraron unas matas y están abandonadas ahí, unas sillitas ahí y están es en concreto y si
no ya los hubieran arrancado. No sé por qué causa o motivo a la gente no nos gusta o no nos ha
gustado, o no sé, participar en las cosas del barrio.
3. Qué podemos ver. Desolación y todo, que no tengo nada que mostrarte, solamente que a la
entrada tu vienes, esa gruta que hay ahí, es el único almacén que había aquí en Engativá en esa
época, el de don Pinilla, el de allá de la avenida principal frente a la gruta. Vendía de todo, y era
el cacique del pueblo, como era el dueño del almacén él daba la pólvora, todo, todo eso se acabó
también. Las canchas se inauguraron cuando pavimentaron este parqueadero y eso que habían
hecho unas gradas y las hicieron tumbar, eran unas gradas en tierra. A un costado estaba la
Iglesia. El Emaus era de los curas, qué pasó, que como vinieron las monjas se tomaron el lote, la
Iglesia antigua era donde está el colegio de primaria (Cardenal Luque), eso hace muchos años y
128
en un temblor que hubo no sé en qué año sería, se trató de caer, se averió, la tumbaron y la
volvieron a construir, esa ya lleva años, ya estaba cuando llegué, más de cincuenta años.
Aquí no venía sino La Bermúdez que era de Fontibón. Está el puesto de la policía, en un tiempo
estaba la Alcaldía donde está el puesto de la policía. La Alcaldía la sacaron en los setentas, eso
era una escuela en una época. No hay nada turístico, qué muestro de este parquee, nada. El
parque no tiene nada que llame la atención.
Qué bonito fuera venir aquí, hombre, mire aquí hay una tiendita, esto era de tal (…) había una
casa en toda la esquina allá en el semáforo, la tumbaron y la reconstruyeron. Esto no se podía
tocar porque según dicen eso era patrimonio histórico, debía de ser. Pero la única casa que no
han dejado tocar es la que queda al lado del Caviri, eso era de don Luis Cifuentes. Ahí tienen
un lote baldío. Qué más yo te muestro para que tu digas que es bonito venir a Engativá, mirar
esto, ver unas tradiciones o camine vamos al parque y nos estamos allá y nos comemos algo,
pero no hay nada, porque ahí se acaba. No vamos a ver nada, no hay nada llamativo para
mostrar a las personas que vengan. Está el puesto de policía hacia este lado (…).
4. Recuerdos de mi vida. No me marcó nada, porque no. Desafortunadamente. Llegamos allá a
la finca de los Montaña, a cuidar esa finca con mis papás, yo venía aquí de vez en cuando, mi
esposa si es de aquí, raizal de Engativá, ella si nació aquí, se crió aquí, y aquí se irá a morir
también. Los únicos raizales que hay aquí en Engativá es ella y los Bernal. Qué anécdotas, nada.
Yo nunca he tomado, así para decir algo, una borrachera, nada. Yo en el parque lo único que
hago es pasar por ahí, transitar por ahí.
5. De actividades cotidianas nada, de deportes, nada. No sé por qué, de pronto no nos ha
llamado la atención, como atletismo, como fútbol, nada, solamente transitar, y ahorita es que
menos. Pasamos por la noche a llevar a nuestra nieta, que el hijo vive aquí, como ellos trabajan,
reclamamos la niña y pasamos. El fútbol lo practica la comunidad, y eso se dejó de hacer
también por un buen tiempo, la gente no participa en eso ni nada pero ahorita ya hay un poco de
gente ahí, creo que Caviri está patrocinando, y nada más.
Pues niños se ven pero no hay nada que los impulse, una persona o una institución que diga:
bueno, vamos. Los niños no hacen nada, pues jugar de pronto. Por decir algo hoy (sábado) y el
domingo hay esa gente que saca esos carritos, y de pronto un día festivo, del resto nada más. De
los jóvenes menos. Lo que hacen es meter droga, venga un día por ahí a las seis de la tarde,
entre semana, y los fines de semana es peor: se parquean ahí, se sientan allá, meten trago y vicio
129
venteado, y se le ha dicho a la policía. Están, yendo por esa, por el puesto de la policía, eso se
hacen ahí donde están las canchas. Solamente eso, ahí. Ahorita que están jugando campeonatos.
Desafortunadamente Engativá, (…) eso de que fumen es de hace tiempo, llega la gente y reparte
la droga, en bicicleta o en moto. Lo que no había en una época. De pronto por eso los antiguos
no quisieron que Engativá progresara así tan rápido, pues porque esto era sano, por ahí hasta los
años setentas. Todo esto eran fincas. Ya esto no es pueblo, es un barrio común y corriente. Los
adultos salen a tomar trago, todos los días, temprano, por ahí a las 3 de la tarde. No hay nada
más que mostrarte.
Nostalgia más bien, si tú pasas por una parte y ves una lamparita bien bonita, un farolito, un
parquecito con florecitas, usted se siente a gusto. Los animales ahí dañando, los perros. Y
tristeza de ver a nuestro barrio, pueblo, así tan abandonado, que la gente no se interesa por nada,
pero ya te digo, es porque ha llegado gente nueva, nueva gente, y eso que ya no hay donde vivir.
La Alcaldía manda una tarima, eso se hace esporádicamente, ahí se presentan por decir algo; en
diciembre han venido a presentar orquestas en aguinaldos, pero más no. En diciembre, eso es
esporádico. En una época se celebraba el día del aguinaldo pero ahora ya no. La Iglesia, (…) se
hacía vaca loca, pero ahora ya no, es mas ni a la iglesia va la gente; eso se ha perdido, todo eso
se ha perdido. En semana santa menos. La celebración el día del aguinaldo, los nueve días.
6. No es que el parque beneficie al sector, porque ahí no hay nada bueno que llame la atención
al pueblo, es que a la vista está, quién va a ir a aguantar frio, porque no hay nada, no hay un
matica, no hay un parquecito, no hay un prado, no hay nada, nada que llame la atención.
Perjuicio ninguno, de pronto esos muchachos que meten droga.
No me siento seguro ahorita, antes si, usted llegaba a la una o dos de la mañana y dejaba sus
cosas y ahí permanecía, ahorita ya no. Porque ha llegado demasiada gente, traen sus costumbres,
sus mañas, diciéndolo vulgarmente, entonces no. El parque por la noche es solo. No tengo que
invitarte a ver nada. Cambiarlo, mejoraría todo. Hacerle callecitas, ponerle farolitos, ponerle
unas banquitas, cuidarlo, que eso sea algo, qué llegará, vea tan bonito. Como tú vas a Funza,
porque yo conozco todo lo que es La Sabana, entonces por decir algo en Tenjo, eso hay maticas,
hay caminitos, hay banquitas donde uno (…) se siente uno agradablemente tranquilo. Yo le
arreglaría todo eso, o seria pedir al Distrito todo eso.
A la Alcaldía se le pidieron un juego de esos (…) para hacer ejercicio hace como tres años,
entonces, la alcaldesa dice que sí, no sé. Mejorar todo. Yo lo volvería a ver un parque, parque.
130
Yo le pondría grama, ahí no hay. Tumbar las materas, los arboles viejos que hay ahí, ponerlo
bonito, de pronto la cancha de micro y de básquetbol dejarla ahí. Que uno llegue y diga: vea
esto tan bonito, camine vamos a dar un vuelto; pero ahí no, no hay nada, nada. Para mí el parque
no es acogedor, es que a la vista está, si tu por decir algo te vas a Mosquera hay un parque
bonito, pero es que aquí no hay nada y es que estamos dentro del Distrito.
Pues la relación sería que la gente hiciera más deporte, cuidara más las cosas, que es de
pertenencia nuestra, o de pronto no para nosotros, para nuestros hijos, nuestros nietos. Pero
ahorita llega la gente, saca los perros por ahí, hacen popó donde quieran, nadie recoge, llegan y
los ponen por ahí, un desastre eso. Es que si tú tienes una mascotica y la educas, eso es como
una persona. Entonces ahí la culpa es de la policía porque esos canchosos escarban las matas, es
más, hasta las canecas de la basura ya las dañaron, no hay, hay una o dos, no más. Muchas veces
llegan y botan ahí. Qué haya más sentido de pertenencia, es que eso no es nuestro, eso es para
un futuro, eso para todos. Qué bonito yo como guía turístico, o tu vienes y dices, vengo y traigo
un poco de gente, qué bonito eso, pero nada, todo es desolación.
131
Anexo 6. Formatos de solicitud y acta de socialización
Formato de consentimiento para entrevista
Mi nombre es Armando Alarcón Matallana. Soy un estudiante de licenciatura en ciencias
sociales que me encuentro realizando la investigación Plaza principal de Engativá: entre
gestiones y habitares que busca abordar este lugar de la ciudad desde las múltiples prácticas,
actividades y eventos que realizan los habitantes del sector en su diario vivir, teniendo en cuenta
la intervención de la Alcaldía Local en la materia. En ese sentido, se solicita su participación en
una entrevista que será grabada en audio para conversar acerca de la relación que usted ha tenido
con la plaza en su diario vivir, para ello tenga en cuenta que estará en este ejercicio mínimo una
hora y máximo hora y cuarto, además recuerde que no se busca que las respuestas sean las
correctas sino lo que usted ha vivenciado.
Por confidencialidad no se le solicita el nombre y la información suministrada es objeto
exclusivo de la investigación en curso para fines académicos de graduación, incluso puede
negarse a responder alguna de las preguntas o dar por terminada su participación. De interesarle,
puede encontrar copia de este trabajo en el repositorio institucional de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas. Cualquier duda puede contactarme al teléfono 5401672 en Bogotá o
enviarme un mensaje al correo electrónico armandoala1@yahoo.es
En ese caso, he leído y entiendo a cabalidad la información anterior. En caso de requerirlo el
investigador ha contestado mis preguntas. Estoy de acuerdo en participar en esta entrevista y por
consiguiente en la investigación.
Firma habitante:
_____________________
C.C.
Firma investigador:
_____________________
C.C.
¡Gracias por su colaboración!
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