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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DE PUEBLA
______________________________________
Facultad de Filosofía y Letras
TESIS
Rita Cetina Gutiérrez: de sus manuscritos sobre poesía a su escritura narrativa. Edición anotada.
PARA OBTENER EL GRADO DE:
DOCTORA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA
PRESENTA:
Mtra. Claudia Adriana López Ramírez
DIRECTORA DE TESIS
DRA. ALICIA VERÓNICA RAMÍREZ OLIVARES
PUEBLA, PUEBLA JULIO DE 2017
1
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………………………..……………4
I. MIRADA HISTÓRICA.
1.1 Rita Cetina en la literatura decimonónica………………………………………………………….………17
1.2 El proyecto literario de la nación del siglo decimonono…………………………………………….19
1.2.1 El papel de las asociaciones literarias del siglo XIX………………………………………20
1.2.2 Altamirano y su patria…………………………………………………………………………………23
1.2.3 Las veladas literarias de Altamirano……………….……………………………………………25
1.2.4 La revista literaria El Renacimiento y el “renacer” de la mujer en las letras
decimonónicas…………………………………………………………………………………………………………………29
1.3 El proyecto literario en Yucatán en el siglo XIX………………………………………………………….34
1.3.1 Las asociaciones literarias en Yucatán…………………………………………….……………36
1.3.2 Las veladas literarias en Yucatán………………………………………………….………………41
1.3.3. La Revista de Mérida………………………………………………………………………………….43
II. RITA CETINA GUTIÉRREZ. ENTRE LA ESCRITURA Y LA EDUCACIÓN
2.1 Rita Cetina, su tiempo y espacio………………………………………….……………………………………51
2.2 La Biblioteca de Señoritas y sus colaboradoras…………………………………………….….……….64
2.3 La Siempreviva. Sociedad, escuela y revista……………………………………………………….……77
2
2.4 El Instituto Literario de Niñas y el legado de Rita Cetina…………………………………………93
III. LA NARRATIVA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ EN LA REVISTA LA SIEMPREVIVA
3.1 El discurso femenino en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez………………....107
3.2 Las “novelitas”, la lectura preferida por la mujer decimonónica……………………………109
3.3 Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez………………….........………………………………112
3.4 El discurso femenino en Cuento del mar…………………………………………………………………130
3.5 Rita Cetina Gutiérrez y sus ensayos…………………………………………………………………………141
3.6 BIEN POR ELLOS! Un artículo de Rita Cetina Gutiérrez.…………………………………………..156
IV. RITA CETINA GUTIÉRREZ Y SU OBRA POÉTICA. MANUSCRITO AUTÓGRAFO. EDICIÓN
ANOTADA Y/O COMENTADA.
4.1 Estudio general introductorio……………………………………..,……………………………………….…163
4.2 Análisis documental del códex…………………………………………………………………………………167
4.3 Contenido del Manuscrito Autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez, Nombre y fecha de las
composiciones……………………….………………………………………………………………………………………171
4.4 Edición anotada y/o comentada del Manuscrito autógrafo………………….…………………173
3
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………….……………………….…..265
UBICACIÓN DE LA OBRA LITERARIA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ…………………...…………..271
BIBLIOGRAFIA....................................................................................................................272
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo nace a partir de mi gran vocación y gusto por la investigación, además
siguiendo las recomendaciones indirectas que investigadoras e investigadores reconocidos
y consolidados han anotado en sus obras. Tal es caso de lo que Lilia Granillo Vázquez
apunta en su libro Escribir como mujer entre hombres: “Vaya siempre a las bibliotecas y
archivos por donde ande, a ver qué encuentra” (GRANILLO 2010, 16). Palabras que su
“padre literario”, como ella llama a Luis Mario Schneider, le dijo a la investigadora.
Así, pues basándonos en el interés por la búsqueda y rescate de escritura
femenina hasta hoy invisibilizada, hallamos una veta valiosísima en el Archivo General de
Yucatán: la obra poética de Rita Rosaura Zetina Gutiérrez, nombre completo y original de
la escritora que, entre cosas, pudimos descubrir en esta búsqueda casi de carácter
arqueológico, ya que hemos rastreado hasta en lo más recóndito de bibliografía y
archivos, aspectos que pudieran aportar y enriquecer nuestro proyecto, dado que es muy
escasa y escueta la información y estudios realizados sobre Rita como escritora. De esta
manera, a esta voz olvidada y presencia invisibilizada, dedicamos vasto tiempo y esfuerzo
4
por recabar y obtener mayores datos sobre esta destacada mujer nacida un 22 de mayo
de 1847.
Este proyecto pudo realizarse y se enriqueció, además del tiempo dedicado al
hallazgo, gracias a dos estancias de investigación en su natal Mérida, Yucatán, donde el
apoyo siempre fue generoso en los lugares recurridos, como es la Biblioteca Yucatanense,
el mismo Archivo General de Yucatán, La Casa de la Educación, la Biblioteca Carlos R.
Menéndez, la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, por
mencionar algunos. Y por supuesto de la Dra. Celia Esperanza Rosado Avilés, directora de
la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán, quien sin
su atinada orientación difícilmente hubiera obtenido los resultados que ahora presento.
Asimismo agradezco las pertinentes observaciones a este trabajo, ya que desde su
perspectiva de lo regional, logré ver las cosas desde otra arista.
Con gran satisfacción, en seguida presento las causas y razones de esta
investigación, no sin antes reconocer y agradecer a la Dra. Alicia Verónica Ramírez
Olivares, quien desde el primer momento “creyó” en mi propuesta y que hasta ahora no
ha soltado mi mano para guiarme y dirigirme con su experiencia en los estudios de
escritura de mujeres y sobre todo por su gran calidad humana que la distingue.
Al inicio del desarrollo de este trabajo, mi lente feminista se encontraba un tanto
cuanto opaca para distinguir el papel que jugó y logró mi escritora (como yo le llamo a Rita
Cetina) tanto en su hacer como en su decir (plasmado en su obra, claro está), pues hasta
entonces no había hecho consciente que el estar en un contexto eminentemente
androcéntrico me la había nublado, impidiéndome reconocer cómo Cetina había
trastocado y transgredido dicho contexto. Por lo que, presento mi reconocimiento a la
Dra. María del Carmen García Aguilar, quien a través de sus lecciones en los Seminarios de
Teoría y Crítica de los Estudios de Género y su gran experiencia en este tenor, cambió mi
perspectiva tanto en el tema tratado como en aspectos personales.
Agradezco infinitamente a la Dra. Lilia del Carmen Granillo Vázquez y a la Dra.
Milagro Martín Clavijo, su generosidad y apoyo para leer este trabajo y en espera de sus
5
comentarios, que serán muy valiosos; prosigo a presentar mis resultados de este arduo
trabajo de investigación.
El porqué y para qué de este trabajo de investigación.
“Con naturalidad sospechosa, el recuento de la expresividad
femenina en nuestro país pasa de Sor Juana a María Enriqueta, del Primero sueño a
Rosas de la infancia…”
Granillo Vázquez Lilia del Carmen en
Escribir como mujer entre hombres UAM, 2010
Como punto de partida para desarrollar nuestro proyecto de investigación, nos dimos
a la tarea de revisar fuentes documentales y bibliográficas para poder ubicar el estado
actual de nuestro tema. Lo que podemos decir al respecto parte, precisamente, del
epígrafe con el que hemos comenzado este apartado. Granillo Vázquez nos plantea en
Escribir como mujer entre hombres que “las historias literarias mexicanas escritas en el
siglo XX suelen desconocer a las mujeres escritoras. Acaso proporcionan un estudio
amplio acerca de Sor Juana Inés de la Cruz como bastión de la escritura colonial y omiten
toda mención de la escritura femenina del México del siglo XIX” (GRANILLO 2010, 19). Sin
embargo, aunque hoy día se ha otorgado una gran importancia a realizar estudios e
investigaciones sobre la letra femenina hay un gran salto desde los estudios de Sor Juana
hasta el siglo XX, quedando grandes lagunas durante estos siglos.
José María Vigil realiza una Antología de poetisas mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y
XIX en 1893 muy interesante y abarcadora, sin embargo sin ningún análisis de carácter
6
literario. Lilia Granillo Vázquez en Escribir como mujer entre hombres aporta a la historia
literaria del siglo XIX, la destacada contribución de las mujeres al romanticismo poético
mexicano, así como su reconocimiento y prestigio dentro de los espacios literarios
masculinos de entonces. Ana Rosa Domenella en las Voces Olvidadas rescata las obras de
escritoras nacidas en el siglo XIX en México, ofreciendo la posibilidad de acercarse a una
serie de “voces femeninas” tales como Laura Méndez de Cuenca, Laureana Wright y María
Enriqueta Camarillo. Susan Gubar en La loca del desván ofrece un estudio de grandes
autoras del siglo XIX en el mundo, siendo su mayor aportación la propuesta de teoría
literaria femenina. Las desobedientes. Mujeres de nuestra América recoge biografías que
rescatan el acontecer histórico y el quehacer de mujeres hispanoamericanas que
marcaron su momento y su medio por haberse enfrentado a las reglas establecidas o a las
injusticias sociales que las marginaban. Otro texto de reciente publicación (marzo del
2013) es Reflexiones en torno a la escritura femenina, el cual sirve de referente en los
estudios más actuales de escritoras mexicanas que van desde Sor Juana Inés de la Cruz
hasta Cándida Elizabeth Vivero Martín, una de las narradoras mexicanas de principios del
siglo XXI. Hemos citado estos trabajos porque es fundamental hacer notar el estado en
el que se encuentra nuestro objeto de estudio, a partir del rastreo de las fuentes
documentales existentes hasta el momento, llegamos a la conclusión que hasta esta
presente investigación, la obra literaria de Rita no se le había dado tratamiento de
ninguna índole, por lo que enseguida procederemos a exponer nuestros objetivos
alcanzados y las aportaciones que hemos brindado.
7
En el ámbito de lo literario, a Rita Cetina Gutiérrez, la ubicamos en la constelación
de escritores que contribuyeron a conformar las Letras Patrias considerada la última etapa
romántica. Sin embargo, hasta nuestros estudios no se le había reconocido y conocido
como una de las escritoras fundacionales del siglo XIX y que de la misma manera forma
parte de las mujeres que integran la literatura femenina en México e Hispanoamérica1. El
gran mérito de Rita es que a pesar de que en un principio tuvo que asirse de la paternidad
literaria, como muchas de su género, posteriormente tomó las riendas de sus propios
proyectos y así marcar la brecha no sólo para ella, sino para toda mujer interesada en
tomar la pluma que si no le fue negada, fue cubierta con el velo de la invisibilización. Lilia
Granillo anota lo siguiente: “Resulta obvio que algunos diarios no favorecían la difusión de
la poesía femenina, y que otros abrían y cerraban sus puertas sin más explicaciones”
(Granillo 2010, 30). Aún en la actualidad, Rita Cetina Gutiérrez había sido una voz
olvidada, había sido una mujer que a pesar del gran papel que jugó en su tiempo
histórico, sólo había tenido tres momentos de notable reconocimiento: El primero de ellos
fue a los 17 años cuando incursionó en el mundo público con participaciones que le
permitieron mostrar sus primeros escritos, los cuales marcarían el inicio de su vasta
producción literaria cuyo mejor medio de expresión fue la revista La Siempreviva. Pese a
que en 1893, José María Vigil incluye a Cetina con un poema en su Antología de Poetisas
Mexicanas otorgándole de alguna manera la aprobación de la institución masculina, no
fue tan relevante como el que se da en el momento de su muerte cuando Rodolfo
1 Lilia Granillo nos dice: “Parece que la historia y la crítica de la literatura mexicana, atentas al desarrollo de la expresión masculina, se han ocupado solamente de la femenina como evidencia de la supremacía y continuidad de la masculina; de seguir así continuarán olvidando dotar de su especificidad y reconocimiento a la expresión de la mitad del universo poético. El olvido es evidente inclusivo en historiadores varones, afortunadamente, más de uno comienza ya a recuperar la memoria borrada” (GRANILLO 2010,43).
8
Menéndez de la Peña tiene el encargo de realizar su biografía como un homenaje
póstumo a tan brillante mujer, marcando el segundo momento de relevancia. Sin
embargo, la Rita Cetina que él nos muestra la limita a los roles tradicionales de mujer
sacrificada y abnegada que supo llevar a cuestas su papel de educadora, dándose tiempo
para tocar las cuerdas de la “lira literaria”. A partir de ahí hay un siglo de silencio, pues su
labor y colaboración en la revista La Siempreviva son reconocidas al realizar una edición
facsimilar en 2010 como una aportación al Bicentenario de la Revolución de
Independencia y el Centenario de la Revolución Social Mexicana, siendo este el tercer
momento.
Por estas razones, el objetivo primordial de esta tesis doctoral es el rescate y
acercamiento a su obra literaria, impactando de esta manera en los estudios de la
literatura femenina del siglo XIX, tanto en México como en Hispanoamérica. Resulta
necesario explicar lo anterior, ya en un inicio nuestra finalidad partió de realizar una
edición, primeramente paleográfica para después llevar a cabo una edición anotada y/o
comentada de su manuscrito autógrafo inédito, el cual está conformado por 39
composiciones y que por su estructura bien puede considerarse un poemario2 y que hasta
nuestros estudios había permanecido en la oscuridad de los repositorios del archivo. Sin
embargo, durante el desarrollo de esta investigación, al profundizar en sus escritos,
encontramos que Rita Cetina no sólo se distinguió como poeta, también desarrolló la
narrativa (una novela, cuentos, ensayos breves, fábulas, entre otros) haciéndola una
escritora completa, por lo que no desaprovechamos la oportunidad de plasmar en este
2 En este momento, no nos detendremos a describir y/o explicar lo concerniente al manuscrito, ya que en el capítulo cuarto de esta tesis doctoral le daremos el tratamiento pertinente.
9
trabajo, el análisis de una gran parte de su obra narrativa: la novela corta Julia, uno de sus
cuentos titulado Cuento del mar, algunos ensayos y finalmente un artículo; publicados en
la revista La Siempreviva. Reiteramos que la perspectiva crítica para el análisis de la
narrativa de Rita Cetina, la precisaremos en su momento, dadas las particularidades de
los textos.
Hemos organizado esta tesis doctoral de tal manera que en cada capítulo se logren
nuestros objetivos planteados. Así pues, en la breve explicación del contenido de éstos,
que a continuación presentamos, haremos énfasis de ellos. Nuestra investigación está
conformada por cuatro capítulos, el primero de ellos, titulado “Mirada Histórica”, tiene un
sentido introductorio, es decir, nos interesa presentar los antecedentes inmediatos de la
escritura de Rita Cetina, por lo consiguiente, requerimos conocer el momento histórico de
su producción literaria; ya que nuestro objetivo principal es visibilizar y promover su
escritura con el fin de contribuir a los estudios de la literatura del siglo XIX. En primera
instancia en este capítulo, ubicamos a nuestra escritora en el momento literario en que
ella se desenvuelve enfocando nuestra mirada histórica al proyecto nacional de Ignacio
Manuel Altamirano, pues aquí, encontramos fundamentalmente la intención de su
escritura y visión literaria de Cetina.
La intención del segundo capítulo -“Rita Cetina Gutiérrez, entre la escritura y la
educación” reconfigurar y actualizar su biografía a partir de lo que se ha publicado hasta
hoy sobre la escritora meridana, enriquecerla con los datos recabados en nuestras propias
investigaciones en archivos y fondos antiguos, así como a través de una selección de su
escritura, acercarnos a su pensar y hacer. Asimismo, presentar a la mujer pionera de la
10
educación en Yucatán, que sin ser una feminista radical permeó en el pensamiento de
aquellas que tuvieron contacto con ella, ya sea como colaboradoras, amigas, lectoras o
alumnas; abriéndoles la puerta al conocimiento, a la participación activa y a la
emancipación de la mujer. Una Rita Cetina, integral donde su vida y su producción literaria
se entrelazan. Así de acuerdo al tiempo y espacio de la escritora meridana, expondremos
sus primeras participaciones en el ámbito literario y en publicaciones como la Biblioteca
de Señoritas, la Revista de Mérida, etc. Posteriormente la relacionaremos con sus
contemporáneas, Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán de García Montero, mujeres
que unieron esfuerzos para lograr grandes objetivos, destacando el fomento a la
escritura femenina. Con el fervor patriótico y la influencia de los sucesos del centro del
país, provocaron el surgimiento de espacios de expresión donde la mujer pudiera probar
su pluma, siendo el mejor medio las revistas. Por lo consiguiente, Rita Cetina Gutiérrez
fundó una revista escrita por mujeres para mujeres, “La Siempreviva”, cuyo contenido fue
tomado con gran ánimo entre el público femenino. Esta publicación surge como
consecuencia de la creación de una sociedad que llevaba el mismo nombre; el interés y
colaboración de ellas se hacía cada vez mayor; por lo tanto aunado a estos proyectos se
desarrolla el educativo, donde educar a la mujer tiene un papel preponderante. La labor
docente, de alguna manera resultaba una extensión del papel materno. Así que, se le
encomienda una tarea más a la maestra, fundar una escuela para niñas de escasos
recursos, completando así la tríada, La Siempreviva, tema que se abordará en este
capítulo. El Instituto Literario de Niñas, del mismo modo resultó ser fuente del
conocimiento y semillero de muchas mujeres que más adelante continuarán y
11
desarrollarán lo que Rita les inculcó como directora y maestra, creando un gran legado.
Así, un aporte del hacer de Rita Cetina, especialmente el ser pionera de la educación y el
feminismo en México, se vio reflejado en los logros de sus discípulas; algunas de ellas
formaron el Primer Congreso Feminista de México en 1916, siendo su natal Yucatán sede
del mismo, asunto que también hemos anotado.
El tercer capítulo tiene por objetivo mostrar cómo Rita Cetina “prueba la pluma”
en el género narrativo lo cual la lleva a ser una de las primeras mujeres que escriben
novela y a formar parte de esa “locura” que llevó a las escritoras de nuestro país y de
otras regiones a conformar la imaginación literaria femenina del siglo XIX. Por lo que en
primer lugar, analizaremos en Julia, haciendo énfasis en lo que la caracteriza como
novela y posteriormente los elementos femeninos que la distinguen. Posteriormente,
revisaremos Cuento del mar, bajo la misma perspectiva, es decir, desde el discurso
femenino y, por último, dos de los cinco ensayos y un artículo publicados en la revista. El
criterio de selección de éstos se basó en los textos que nos permitieran distinguir y
resaltar además del discurso femenino, ciertos elementos que trastocaron el discurso de
lo masculino, haciendo que la escritura de Rita Cetina despertara en otras mujeres una
conciencia feminista y que años más adelante, su legado se transformaría en acciones
concretas y definitivas en beneficio no sólo de la mujer yucateca, sino de la misma mujer
mexicana. En el momento del análisis de cada texto, indicaremos la perspectiva crítica que
tomamos en cuenta para el estudio respectivo.
En esta última parte, correspondiente al capítulo cuarto, titulado “Rita Cetina
Gutiérrez y su obra poética. Manuscrito autógrafo. Edición anotada y/o comentada”,
12
trataremos el manuscrito original autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez: un poemario que,
hasta ahora, había permanecido inédito, lo cual representa nuestra mayor aportación.
Aunque llevamos a cabo el análisis de su obra narrativa -que incluye la novela, Julia, sus
cuentos y ensayos, contribuyendo con esto a divulgar esta parte desconocida y que ahora
nos acerca a una escritora completa en términos literarios- consideramos que esto
significa un gran logro de nuestra parte y una gran satisfacción, ya que a partir de
nuestros estudios, la obra poética de Cetina además de abandonar la obscuridad de los
repositorios será conocida y reconocida otorgándole la importancia y el lugar que debe y
necesita ocupar tanto en la literatura femenina como en la literatura mexicana e
hispanoamericana. En palabras de Lilia Granillo: “una expresión poética femenina cuya
existencia ha sido ignorada por la historia de la literatura mexicana actual” (Granillo 2010:
341). Realizamos una edición, en primer lugar, paleográfica (transcripción modernizada)
para posteriormente presentar una edición de rescate, pues procuramos la conservación
de la obra en tanto que no ha tenido la atención editorial hasta hoy. Podemos
considerarla, de igual manera, una edición anotada con la intención de proporcionar una
acercamiento más completo, de tal forma que caben aquí los adjetivos accesible y
asequible porque a pie de las composiciones de Rita Cetina agregamos anotaciones que
orientan la lectura y ofrecen datos mayores con lo que se pretende sea punto de
referencia para otros estudios y/o investigaciones. Por lo que es pertinente aclarar, no se
trata de un análisis literario.
13
Después de mostrar grosso modo el contenido de nuestra tesis doctoral,
pasaremos a la primera parte de ella, con el deseo de lograr que al final de su lectura se
hayan cumplido y cubierto nuestras expectativas y las de nuestras lectoras.
14
I. Mirada Histórica
Bendito sea el cambio porque a causa de él, la literatura abrió paso al progreso, o más bien dicho, lo dio a luz, porque en ella habían venido encerrados los gérmenes de las
grandes ideas”
Ignacio Manuel Altamirano en Revistas Literarias
El epígrafe, de alguna manera, nos muestra la situación de la literatura de las últimas
décadas del siglo XIX, tanto en México y principalmente en Yucatán. Incluir en este
apartado el pensamiento de Ignacio Manuel Altamirano, aclaramos, no es con una
intención de marcar un tinte de subordinación de la escritura femenina en el proyecto del
“presidente de las letras” llamado así en su momento. Por el contrario, es nuestra
intención hacer notar que la mujer escritora formaba parte de ese proyecto nacional y
que colaboraba tan atinada y fructíferamente como los hombres escritores de finales del
siglo decimonono. Por esta razón, este capítulo tiene un sentido introductorio, es decir,
nos interesa presentar los antecedentes inmediatos de la escritura de Rita Cetina, por lo
consiguiente, requerimos conocer el momento histórico de su producción literaria; ya que
nuestro objetivo principal es visibilizar y promover su escritura con el fin de contribuir a
los estudios de la literatura del siglo XIX.
En primera instancia en este capítulo, ubicamos a nuestra escritora en el momento
literario en que ella se desenvuelve enfocando nuestra mirada histórica al proyecto
nacional de Ignacio Manuel Altamirano, pues aquí, encontramos fundamentalmente la
intención de su escritura y visión literaria de Rita Cetina.
15
Trataremos enseguida el papel que juegan las asociaciones literarias que se
desarrollan en el siglo decimonono. Definitivamente estas agrupaciones resultan de suma
trascendencia para la confirmación de las letras patrias, ya que Altamirano decide asirse
de ellas para formar y forjar un semillero de escritoras y escritores como partícipes de la
formación de la literatura mexicana después de la República Restaurada.
Por consiguiente abordaremos aquellas acciones que él promueve para reconstruir
la literatura nacional, así mostramos la finalidad y función de las veladas literarias, cuyo
eco se eleva hasta las tierras yucatecas, llegando a ser un elemento de suma importancia
para la conformación de sus letras, donde Cetina tiene una participación proactiva y
activa.
Es imprescindible hablar del exitoso resultado de las Veladas Literarias de
Altamirano ya que fueron el origen de dos revistas: Revistas Literarias, donde hace una
crónica de las doce reuniones llevadas a cabo en casa de los poetas y escritores, y El
Renacimiento cuyo título no es fortuito, pues precisamente en esta revista se pretende
renacer la labor literaria y periodística encaminadas a la renovación y reconstrucción de
las letras nacionales. En su búsqueda por convocar a la unidad, atenuar las diferencias
ideológicas y fomentar la conciliación, la participación de escritores y escritoras yucatecos
no se hizo esperar y vemos en este espacio colaboraciones de Justo Sierra O´Really,
Crescencio Carrillo, Gertrudis Tenorio y por supuesto de Rita Cetina.
Desde luego que la iniciativa de Ignacio Manuel Altamirano tuvo resonancia hasta
la península de Yucatán; inclusive él mismo lo expresa en la despedida del Renacimiento,
16
el cual ve con buenos ojos que el pueblo yucateco se incorpore y desarrolle su proyecto,
forjando uno propio con las bases sentadas en el centro del país. Por esta razón en los
siguientes puntos de nuestro capítulo abordaremos el proyecto literario en Yucatán en el
siglo XIX, acercándonos a las asociaciones literarias que se formaron con intenciones
similares a las del centro del país con las particularidades que sus necesidades les
demandaron. La creación de reuniones homónimas a las de Altamirano, las veladas
literarias, tienen un espacio de estudio en este capítulo; ya que a diferencia de las creadas
por el presidente de la República de las Letras, se llevaron a cabo con la finalidad de
compartir sus conocimientos e intereses literarios con la idea de forjar y formar los
cimientos de una literatura yucateca y de insertarse de esta manera en las letras
nacionales.
Reconocemos que en Yucatán se produjeron varias publicaciones en las últimas
décadas del siglo XIX, sin embargo otorgamos una especial atención e interés a la Revista
de Mérida cuya función y finalidad no se alejó de la revista El Renacimiento de
Altamirano, pues sus lineamientos cubrían las necesidades de las y los escritores
yucatecos interesados en la conformación de su propia literatura. Además es interesante
mostrar como la presencia de las mujeres cada vez es mayor, lo que les permite a ellas,
incluyendo a Rita Cetina, defi
nir cuál es su intención al incorporarse en el ámbito de las letras, entre otros.
Así al presentar grosso modo el contenido de este capítulo, nos permite pasar al
desarrollo del mismo, iniciando por ubicar a nuestra escritora en la literatura del siglo XIX;
17
éstos sólo son datos introductorios ya que el segundo capítulo aborda de manera amplia y
completa su aportación e importancia de nuestra escritora en el siglo decimonono.
1.1 Rita Cetina en la literatura decimonónica
“Tú que cantas más dulce que las aves, Tierna poetisa de la patria mía,
Más que el suspiro de las auras suaves Es el acento que tu voz me envía”.
Palabras de Gertrudis Zavala a Rita Cetina
Al ubicar a Rita Cetina3, no solo en la literatura mexicana sino en la misma
literatura yucateca como una escritora del grupo fundacional de la misma,
necesariamente tenemos que recurrir al promotor y conformador de las letras nacionales,
Ignacio Manuel Altamirano. Es decir, para hablar de Rita tanto como escritora y como
educadora, no podemos dejar de lado la importancia que tuvo el proyecto nacional que
propuso y promovió el llamado presidente de la República de las Letras que incluyó a la
literatura y a la educación, puntos clave para su desarrollo. Sin embargo, para tener un
contexto vasto y completo, consideramos necesario volver la mirada atrás para dejar más
claro el papel que jugó éste reconocido maestro, literato y diplomático.
3 Es necesario aclarar que no presentaremos datos biográficos de nuestra autora, ya que en el siguiente capítulo profundizaremos en el ser y hacer de Rita Cetina.
18
Las últimas décadas del siglo XIX aparecen como el momento histórico de Rita
Cetina Gutiérrez. Nuestra escritora pertenece a la constelación de intelectuales4, en
palabras de Belem Clark, que conformaron las Letras Patrias considerada la última etapa
romántica5. Coincidimos con Clark al aplicar el término “constelación” en lugar de
generación porque hablar de generación cierra filas a muchas y muchos que merecen y
requieren estar más allá de los límites establecidos. De este modo lo hace Fernando Tola6,
quien propone una división de ocho generaciones tomando en cuenta el año de su
nacimiento cuyo rango corresponde a quince años cada una para construir la producción
literaria decimonónica.
4 Belem Clark nombra así a los escritores del siglo XIX con la intención de ubicarlos más allá de los límites matemáticos que propone Fernando Tola en uno de los ensayos que conforman La República de las Letras. Para ella la categoría de constelación aplicada a los procesos literarios, significa la posibilidad de reconocer formas culturales producto de la participación de intelectuales de distintas edades a los que los unen, en ese específico momento estelar, propósitos semejantes. Algunas constelaciones siguen rutilando mucho tiempo después de su extinción. Por lo tanto sirven para orientarnos en el espeso bosque cultural (CLARK 2005,16). 5 Para algunos estudiosos como Julio Jiménez Rueda, la época romántica en México inicia después del movimiento de independencia y concluye con la conformación de las letras patrias, es decir después del año 1867 hasta los inicios de la etapa modernista en México con Manuel Gutiérrez Nájera (JIMÉNEZ RUEDA 1989, 49). 6 Fernando Tola de Habich propone dividir en ocho generaciones de 15 años cada una el siglo decimonono, partiendo de la fecha de nacimiento de los escritores; quedando de la siguiente manera:
1. Generación de la Arcadia (1806) ubica a escritores nacidos entre 1776 y 1790 2. Generación de la Independencia (1821) en la que sitúa a los autores que nacieron entre 1791 y
1805. 3. Generación de la Academia de Letrán (1836), fecha de nacimiento: 1806 a 1820 4. Generación del Liceo Hidalgo (1851), nacidos en el periodo de 1821 a 1835. 5. Generación del Renacimiento (1869) escritores nacidos entre 1836 y 1850 6. Generación de transición (1881) fecha de nacimiento: 1851 y 1865 7. Generación del modernismo (1896) nacidos en: 1866 a 1880 8. Generación de la Revolución (1911) congrega a los literatos nacidos de 1881 a 1895.
(TOLA DE HABICH 2005, 203). Belem Clark, difiere de la propuesta de Tola porque en estos parámetros, Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) pertenecería a la generación del Liceo Hidalgo y no así del Renacimiento por lo cual, lo dejaría de lado en la época que, Clark considera, el llamado “presidente de la República de las Letras” tuvo su mayor auge e importancia para la literatura decimonónica. Por lo tanto, coincidimos con ella, ya que gracias a la intervención, impulso y participación, conformó las Letras Patrias, etapa en la que Rita Cetina figura como escritora fundacional de la literatura yucateca.
19
Por lo consiguiente, de acuerdo a lo que Tola propone, Rita Cetina Gutiérrez
pertenece a la Generación del Renacimiento que incluye a escritores nacidos entre 1836 y
1850, ya que nació en el año de 1846 en Mérida, Yucatán. Periodo donde ubicamos a
Ignacio Manuel Altamirano, fundador de la revista que otorga el nombre a esta
generación. Así, consideramos indispensable tratar la importancia que tuvo el proyecto
de este escritor que incluía por supuesto como columna vertebral a la literatura nacional.
1.2 El proyecto literario de la nación en el siglo decimonono
Aunque a partir del movimiento de Independencia de México, las primeras
décadas del siglo XIX, ya se buscaba consolidar una literatura para la reciente nación, no
llega a ser así, puesto que la inestabilidad y ambiente bélico que enmarcaba al país golpea
diversas áreas, entre ellas a las letras. Julio Jiménez Rueda la califica como una literatura
de combate (JIMÉNEZ RUEDA 1989, 136-140) donde la producción literaria y la historia
servían de vehículo para manifestar el ideario político, de igual manera que la oratoria y el
periodismo. Estos dos últimos, más allá de poseer un carácter doctrinario, cobran una
importancia mayúscula, resultando ser el medio perfecto para difundir los credos de
liberales y conservadores además de ser un receptáculo estratégico. Otros medios, no
menos significativos que los anteriores fueron la creación de agrupaciones, sean clubes,
tertulias y sociedades, teniendo estas últimas una función y una finalidad muy claras y
trascendentes, no sólo para esta época sino para las generaciones venideras cuyo auge y
20
éxito se encuentran en la República restaurada, donde precisamente situamos a nuestra
escritora.
1.2.1 El papel de las asociaciones literarias en el siglo XIX.
Las agrupaciones sean de carácter literario o no, tienen su origen en un tiempo y
espacio. Europa se muestra como la cuna de un sinfín de sociedades, tal es el caso de
Francia con su Academia Francesa en 1634 y España con la Real Academia en 1713; éstas
fueron el modelo a seguir en la Nueva España reflejándose en reuniones que encontraron
lugar en colegios, monasterios y residencias particulares, hasta llegar al momento fértil y
oportuno para propagarse: el siglo XIX.
No hubo para la emancipación cultural del periodo decimonónico mejor medio que
las asociaciones7, término que Alicia Perales revisa y aclara (después de un amplio análisis)
para denominar a aquellas reuniones con objetivos muy claros y específicos. Fue tal su
importancia que encontramos más de un centenar de ellas a lo largo del siglo y del país y
podemos afirmar que no hubo literato que no haya tenido relación con alguna de ellas por
7 De las investigaciones más claras y completas sobre las agrupaciones literarias del siglo XIX es precisamente la que realiza Alicia Perales Ojeda, en Asociaciones literarias mexicanas. Plantea de manera muy enfática que “asociación” es la mejor manera de denominarlas, ya que utilizar otros términos como “academia” implicaría darles un carácter tradicional y conservador de los cánones clásicos. Otorgarles el título de “liceo”, tampoco sería el más adecuado, aunque fue un término muy usado y por último tampoco podrían tratarse de sociedades, pues en muy pocas ocasiones adquirieron el rigor jurídico que una sociedad representa. Perales Ojeda advierte que las asociaciones fueron “simples” reuniones literarias con o sin reglamento y que se denominaron indistintamente academias, arcadias, asociaciones, alianzas, ateneos, bohemias, círculos, clubes, salones, veladas, etc. (PERALES 1957, 12).
21
diversas razones, como el obtener reconocimiento y prestigio de sus colegas y de la misma
sociedad; sin embargo la finalidad principal se encaminaba hacia la búsqueda de la
conformación de nación a través de las letras8. Tal es el caso de la fundación de la
Academia de San Juan de Letrán en 1836, que toma el nombre del lugar donde se gesta: El
Colegio de San Juan de Letrán. Guillermo Prieto, uno de los fundadores, en sus Memorias
la califica como el espacio donde se democratizaron los estudios literarios sin dar
importancia a aspectos como creencias, edad, bienes, posición social o vertiente política.
Andrés Quintana Roo, el decano de la generación, encabeza la academia considerado
presidente perpetuo aún después de su muerte. Realmente fue una asociación de larga
duración en comparación de otras que fueron estrellas fugaces, su tiempo fue de veinte
años con algunas interrupciones. Figuran en este grupo: José María Lacunza, Ignacio
Ramírez, Ignacio Rodríguez Galván, José María Lafragua, José Joaquín Pesado, Manuel
Payno, entre otros.
Algunos estudiosos consideran que esta agrupación podría ser el punto de partida
del Romanticismo en México, pues no sólo manifestaba la independencia política sino
una emancipación intelectual. José Luis Martínez en Poesía romántica lo menciona: “Los
primeros intentos románticos alentados por José María Heredia, el poeta cubano,
partieron de la Academia de Letrán. Así fue como México se hizo romántico a su manera.
Exageróse entonces la melancolía, el sentimentalismo y la introspección”(MARTÍNEZ
1993,24).
8 Cabe mencionar que en 1808, aún en el virreinato, surge la primera agrupación del siglo XIX, llamada La Arcadia Mexicana a imitación de la Academia de la Arcadia de 1690 en Italia; cuyo fin primordial fue fomentar el cultivo de la poesía pastoril, razón por la cual no la incluimos como una de las asociaciones que buscaba conformar y formar la literatura patria.
22
Por otro lado, Guillermo Prieto lo expresa de la siguiente manera: “Para mí, lo
más grande y trascendental de la Academia fue su tendencia decidida a mexicanizar la
literatura, emancipándola de toda otra y dándole carácter peculiar”(PRIETO 1906,216).
Para 1850, Francisco Granados funda el Liceo Hidalgo. Esta asociación sigue la línea de la
Academia de Letrán, es decir, continuar con aquella labor cultural. Algunos de los
integrantes del liceo fueron: Francisco Zarco, José T. Cuéllar, Marciano María Moralí,
Francisco González Bocanegra, José María Rodríguez y Cos, entre otros. Hacemos mención
de esta agrupación porque cobra importancia en 1870, cuando Altamirano lo reorganiza y
vuelve a destacarse como centro cultural.
Entre la Academia de Letrán y el Liceo Hidalgo, se originan otras asociaciones más,
como la Sociedad Patriótica, el Ateneo Mexicano, el Liceo Artístico Literario; sin embargo
no nos detendremos a revisarlas, pues sólo nos interesa mostrar aquellas que marcaron el
camino para llegar al objetivo de Altamirano: el forjamiento de la patria a través de la
escritura. Sin embargo, al final del capítulo se encuentra un listado en el que Alicia Perales
reúne los nombres y duración de las asociaciones del siglo decimonono con el fin de tener
un panorama general de las que se gestaron en estos tiempos.
Ignacio Ramírez, integrante de la Academia de Letrán, se muestra como el eslabón
que permitirá la integración de Altamirano al ambiente literario, ya que como su discípulo
sigue sus pasos para dar los suyos de manera firme y convincente.
En 1857, su habitación de estudiante es el espacio donde se llevan a cabo las citas
del Círculo Juvenil de Letrán. Ignacio Manuel Altamirano comienza a reunirse con otros
23
jóvenes como Manuel M. Flores, Marcos Arróniz, Manuel Mateos Perales para compartir
su sentir y saber respecto a cuestiones políticas y literarias. Al respecto, el escritor
guerrerense explica lo siguiente:
Lo más común era consagrarnos a las conversaciones literarias en las que salían a
relucir todas las reputaciones poéticas contemporáneas y todos los conatos de
bella literatura que se hacían lugar de cuando en cuando entre los ruidos
pavorosos de la matanza y la destemplada grita de los partidos” (ALTAMIRANO
1949,70).
De esta manera, el joven Altamirano va trazando el camino de su proyecto
patriótico, donde por supuesto la literatura juega un papel primordial, pues la acción
literaria forma parte de su campaña de construcción nacional.
1.2.2 Altamirano y su patria.
El proyecto literario de Ignacio Manuel Altamirano no se puede desligar de su ser y
hacer; esto, de alguna manera nos permite entender su gran fervor e interés por
consolidar a la patria.
Según los datos biográficos que Julio Jiménez Rueda anota en las Letras Mexicanas
en el siglo XIX, Altamirano nació el 12 de diciembre de 1834 en Tixtla, Guerrero. De padres
indígenas, heredó el nombre de una familia española que cedió el apellido al bautizar a
uno de los ascendientes de Altamirano. Vivió en la pobreza en su infancia, formándose a
24
sí mismo. En el Instituto Científico de Toluca estudió español, latín, francés y filosofía. En
su vida y obra inicial ejerció gran influencia uno de los maestros que enseñaban en ese
plantel: Ignacio Ramírez, El Nigromante. Continúa sus estudios filosóficos en el Colegio de
San Juan de Letrán de México. Se incorpora a las tropas sublevadas al estallar la
revolución de Ayutla y coopera así a la caída de Santa Anna. Al triunfo de la revolución
concluye sus estudios de derecho. El golpe de Estado de Comonfort lo obliga a tomar
partido. Participa en la guerra de Reforma combatiendo en su estado natal, así como lucha
contra el Imperio. Jiménez Rueda, lo califica como un “orador fogoso” y un “periodista
combatiente” reconocido por todos los de su generación (JIMENEZ RUEDA 1989,116).
Así, al reconocer y conocer su origen y sus raíces podemos comprender que con
todo ello, él, Altamirano, se reafirma así mismo como un indígena que toma sus propias
riendas, sin el yugo del conquistador. La patria recién naciente, es su proyección. Ignacio
Manuel ve en su propio presidente, Benito Juárez, la reivindicación del indígena; Doris
Sommer en Ficciones Fundacionales afirma que en la novela El Zarco “el héroe indio
aprende a amar a su admiradora mestiza durante los mismos años en que los mexicanos
aprendían a admirar a su presidente indígena Benito Juárez” (SOMMER 2004,264-283). Así
reconoce a la patria como una patria mestiza a la cual hay que modelarla con cultura y
educación. De ahí que podamos establecer una analogía: Juárez se le reconoce como el
presidente de la República de la Nación y a Altamirano como el presidente de la República
de las Letras, calificativo otorgado por Manuel Gutiérrez Nájera.
De esta forma, toma el derrotero y su dirección ahora es la reedificación porque
Altamirano no pretende deshacer o derruir lo que otros habían iniciado, sino darle
25
continuidad. Por ello, para esta reconstrucción pide a todos y todas integrarse haciendo
aún lado diferencias ideológicas, trátense de liberales o conservadores y así conformar un
solo pueblo en busca de su propia identidad. Amplias fueron sus expectativas, que en este
proyecto abre las puertas a la mujer, mostrando singular interés en construir una
identidad femenina muy pertinente y estratégica en su plan renovador de nación.
Las siguientes palabras de Altamirano tomadas de sus Revistas Literarias (Primera
Revista) con fecha de 1868 constatan su propósito de reconstruir la literatura nacional:
Decididamente la literatura renace en nuestra patria, y los días de oro en que
Ramírez, Prieto, Rodríguez Galván, Carpio, Pesado, Fernando Calderón y Payno,
jóvenes aún, iban a comunicarse en los salones de Letrán, hoy destruidos, sus
primeras y hermosas inspiraciones vuelven ya por fortuna para no oscurecerse
jamás, si hemos de dar crédito a nuestras esperanzas. Aquel grupo de entusiastas
obreros fue dispersado por el huracán de la política, no sin dejar preciosos
trabajos que son hoy como la base de nuestro edificio literario…. Tenemos el
propósito firme de trabajar constantemente hasta llevar a cabo la creación y el
desarrollo de la literatura nacional, cualesquiera que sean las peripecias que
sobrevengan (ALTAMIRANO 1868, s/p).
Altamirano tomó como estandarte el nombre de los escritores que le antecedieron, algunos
maestros suyos, para continuar con su propósito de reconstrucción.
1.2.3. Las veladas literarias de Altamirano
1867 es una año clave, parteaguas de y para la producción literaria en México. Ha
triunfado la República, como lo menciona Julio Jiménez Rueda en las Letras Mexicanas en
26
el siglo XIX “es un periodo de relativa tranquilidad, turbada, todavía por unas cuantas
asonadas” (JIMÉNEZ RUEDA, 151). Bajo este ambiente de reiniciación y sin el carácter
académico de las asociaciones anteriores, surgen del buen ánimo de los literatos para
aportar de alguna manera al progreso de la sociedad las Veladas Literarias.
De acuerdo a lo que Alicia Perales comenta en Las asociaciones literarias, “el
poeta Luis G. Ortiz fue quien tuvo la idea de agrupar a sus amigos para poner a su
consideración una comedia escrita por un joven español Enrique Olavarría y Ferrari, quien
a su vez deseaba conocer a los autores y críticos mexicanos para poder así hablar de ellos
en España” (PERALES 1957,72). Así se inicia una serie de doce reuniones y las
composiciones poéticas que de ellas emanaron se publicaron en cuadernos mensuales
durante 1867 y 1868. Presentamos el prólogo, atribuible a Ignacio Manuel Altamirano,
que se encuentra en uno de los cuadernos titulado Veladas literarias Colección de
Poesías leídas por sus autores en una reunión de poetas mexicanos9 que data de1867:
“Las poesías que contiene este libro son los primeros acordes de la lira mexicana,
modulados bajo la oliva de la paz. De regreso al hogar, después de las batallas,
hay una fiesta de familia, en la que los poetas se estrechan como hermanos y
ensayan de nuevo sus cantos favoritos. Los improvisados guerreros se desciñen la
espada del combate para entonar el himno de la patria. El soldado recuerda sus
campañas, el viajero describe sus viajes, y el expatriado vuelve conmovido a
visitar la tumba de sus padres. Todos, a su retorno, vienen a abrir una página
literaria en los anales de México. Recuerdos, impresiones y fantasías, los ayes del
infortunio y los himnos de la victoria. He aquí el espíritu de las VELADAS
9 Veladas literarias: colección de poesías / leídas por sus autores en una reunión de poetas mexicanos. Imprenta de F. Díaz de León y S. White, calle de los Bajos de S. Agustín número 1, 1867. (Ejemplar ubicado en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Histórica José María Lafragua en BUAP)
27
LITERARIAS. Si este libro fuere aceptado por los amantes a las letras, quedará
destinado a recoger en adelante las olvidadas flores de la literatura nacional.
En Revistas Literarias de Ignacio Manuel Altamirano hace una crónica de las doce
veladas que se llevaron a cabo en casa de los diferentes poetas y escritores, cita a
Guillermo Prieto “Fidel”, Luis G. Ortiz, Vicente Riva Palacio, José Tomás Cuéllar “Facundo”,
Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Rafael Martínez de la Torre, entre otros. Evoca no sólo a
la producción literaria que en ellas se promovía y disfrutaba, también sentencia la
opulencia con las que algunas se llevaban a cabo, desvaneciendo el objetivo por el cual se
hacían las reuniones y la incomodidad de algunos ante lo calificado como “banalidad”
(ALTAMIRANO 1949, 88). En ninguna situación Altamirano en sus Veladas Literarias cita a
alguna mujer, tampoco figuran nombres en el listado de veladas que publica en uno de
sus cuadernos; no hay muestras de la presencia de alguna, ni como concurrencia, ni con la
presentación de algún trabajo literario. A diferencia de las que posteriormente se llevan a
cabo en Yucatán, la presencia de las mujeres es destacada, más activa como lo
estudiaremos más adelante. A continuación, mostramos el mencionado listado:
VELADAS FECHA DE CELEBRACIÓN EN CASA DE:
Primera Entre el 20 y el 30 de noviembre de 1867
Luis Gonzaga Ortiz
Segunda 4 o 6 de diciembre de 1867
Ignacio Manuel Altamirano
Tercera --- diciembre de 1867 Agustín Lozano
Cuarta 30 de diciembre de 1867
Luis Gonzaga Ortiz
Quinta 13 de enero de 1868 Manuel Payno
Sexta 20 de enero de 1868 Joaquín Alcalde
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Séptima 12 de febrero de 1868 Rafael Martínez de la Torre
Octava 7 de marzo de 1868 Alfredo Chavero y Juan A. Mateos
Novena 14 de marzo de 1868 Ignacio Ramírez y
Décima ----------------------------- Agustín Siliceo
Undécima ----------------------------- Schiaffino
Duodécima 25 de abril de 1868 Vicente Riva Palacio
Sin embargo, al final de la revista con un aire de satisfacción por los logros de tales
sesiones a pesar de su corta duración, Altamirano menciona: “No hemos tomado la pluma
con el objeto de enseñar, sino de animar…Nosotros deseamos el progreso de la literatura
de México, nosotros creemos en el porvenir de nuestros hermanos...” (ALTAMIRANO
1868, 13)
Así, enmarcadas con un tinte de cordialidad y pacificación fueron la situación ideal
para que dieran como resultado una gran cantidad de trabajos y lo más destacado la
pauta para la creación de la revista Renacimiento; sin embargo lo más sobresaliente, en
este caso, es que son el referente para la región del sureste. Para contribuir al proyecto
de Altamirano y al propio, se suman los literatos de la península de Yucatán, conformando
también sus asociaciones, veladas y una revista de la misma línea que la de Ignacio
Manuel Altamirano, lo cual trataremos más adelante.
Sin el título de “veladas”, encontramos de manera extraordinaria, las tertulias que
se llevaban a cabo en la casa de Rosario de la Peña. Aunque no surgieron con la intención
clara de tener un carácter literario, al final resultó ser un cenáculo de grandes escritores:
Altamirano, Guillermo Prieto, Gustavo Baz, Ignacio Ramírez y el autor del conocido
Nocturno a Rosario, Manuel Acuña. Perales Ojeda las titula “Reuniones en casa de Rosario
29
de la Peña”. Es decir, éstas no tuvieron un nombre como las veladas u otras asociaciones,
sin embargo resultaron fuente de una gran producción literaria y origen de cuestiones
legendarias como es el caso del profundo y hasta fatal enamoramiento de parte de los
asistentes por la “tierna”, “frágil” y “dulce” mujer llamada Rosario, “la diosa a la que
llevaban incienso y flores” frase que colocó Ignacio Ramírez al frente del Álbum,
documento que reunió los trabajos literarios de aquellas “fiestas” y en palabras de
Perales: “recogió en sus páginas los versos de numerosos poetas mexicanos y extranjeros,
inspirados en la pasión que sus autores sintieron por aquella musa de nuestro
romanticismo” (PERALES 1957, 126). Basta recordar el tan conocido “Nocturno a Rosario”
y el suceso posterior, como muestra de lo anterior.
1.2.4 La revista literaria El Renacimiento y el “renacer” de la mujer en las letras
decimonónicas.
“Llamamos a nuestras filas a los amantes de las bellas letras
de todas las comuniones políticas, y aceptaremos
su auxilio con agradecimiento y con cariño”
Exordio de Ignacio Manuel Altamirano en el prólogo de la revista Renacimiento
El anterior epígrafe expresa en palabras del mismo Ignacio Manuel Altamirano, el
llamado a todo aquel que tuviera gusto por las letras para conformar la literatura nacional
30
a través de sus colaboraciones y participaciones en la revista Renacimiento10que desde
el título manifiesta de manera alegórica la idea de reconstrucción y renovación de las
letras patrias.
La revista Renacimiento, la cual surge en 1869, fundada por Altamirano
buscaba convocar a la unidad, atenuar las diferencias ideológicas y fomentar la
conciliación. Esta publicación es el resultado de las Veladas Literarias, llevadas a cabo
poco tiempo atrás; como lo explicamos anteriormente fueron reuniones de gran éxito que
albergaban a una diversidad de literatos: “La misma familia literaria que estableció las
primeras reuniones del año pasado, es la que viene hoy a patrocinar y a plantar este joven
árbol” (BATIZ 1993,186). En la revista no sólo se incluyen colaboraciones literarias, del
mismo modo aparece como un medio de difusión para la historia, la geografía, la
lingüística y excelentes tratados de gramática, como el que presenta Ignacio Ramírez por
entregas. Humberto Batiz, la califica como una publicación “literario-cultural, miscelánea y
didáctica” (BATIZ 1993,XI). Considera que resultó ser una crónica, “espejo del panorama
cultural, un registro de las producciones más notables en diversos géneros” (BATIZ,XII).
Estas cuestiones abren la brecha para consolidar y fomentar la educación, como medio
del fortalecimiento y consolidación de la sociedad. Por la misma importancia de este
asunto, en un capítulo posterior nos detendremos de manera minuciosa a revisar los
pormenores de este segmento del proyecto nacional de Altamirano.
10 El grabado de la portada refuerza la alegoría del nombre, Renacimiento, ya que la presencia del Ave Fénix denota la idea del resurgimiento, del renacer de las cenizas
31
El presidente de la República de las Letras encuentra en la publicación un llamado
extensivo, no sólo ampliando el espacio, sino la resonancia, es decir, pretende que ahora
la mujer use su voz al incluirla en el proyecto. Busca la participación de todos sin importar
credo, ideología, posición social, y ahora género. Así abre el espacio para la mujer que en
mucho tiempo permaneció cerrado: “Se preocupaba también Altamirano por la
instrucción de las mujeres para liberarlas del destino usual: el servicio doméstico, la
costura, la prostitución…” (BATIZ, XII).
En la extensa enumeración de colaboraciones y participaciones que inician con
una serie de nombres masculinos, como Vicente Riva Palacio, José Sebastián Segura,
Ignacio Ramírez, Casimiro Collado, Justo Sierra O´Really y el presbítero Crescencio Carrillo
Ancona (los dos últimos, yucatecos), se suma del mismo modo, la oportuna participación
de las mujeres, mencionando a “las sublimes inspiraciones” de Isabel Prieto, y de Esther
Tapia “esa Safo cuya lira ha enmudecido no por la desgracia en amores, sino por la
felicidad conyugal”(BATIZ, 3-6). Estas mujeres no desaprovechan esta “oportunidad” que
les ha otorgado la institución masculina y ambas presentan sus poesías “patrióticas”11, lo
cual resalta que siguieron la directriz marcada, cumplían con la visión de la publicación:
apoyar desde todas las aristas al proyecto nacional12.
Esther Tapia de Castellanos se incorpora después de iniciada la emisión, por lo cual
Altamirano le da la bienvenida y la presenta a los lectores de la siguiente manera:
11 Estas mujeres son un ejemplo de cómo se van configurando desde otras perspectivas, de ser “ángeles del hogar” ahora son “reinas de la patria”; transgrediendo los lineamientos prestablecidos y comenzando a trazar las líneas de su emancipación. 12 Lilia Granillo apunta: “Las últimas décadas del siglo XIX encuentran a las poetisas participando activamente en la vida literaria del país. En la capital y la provincia abundan las revistas literarias para ellas y las escuelas y asociaciones culturales” (Granillo 2010, 252).
32
El Renacimiento tiene hoy la fortuna de anunciar a sus lectores que cuenta ya
como colaboradora a la distinguida poetisa Esther Tapia de Castellanos, que con la
amabilidad que la caracteriza se ha prestado con gusto a honrar las columnas de
este periódico con sus hermosas inspiraciones. Debemos semejante dicha al
empeño de una distinguida señora, amiga nuestra, que protege con su simpatía
nuestra humilde publicación desde que nació, y que unida con los lazos de la más
tierna amistad a la amable poetisa, ha obtenido de ella y de su esposo el Sr.
Castellanos, la autorización para poner su nombre frente del Renacimiento (BATIZ
1993,10).
Esta presentación tiene un carácter bastante simbólico, como podemos observar
la “bienvenida” es una forma sutil de abrir la puerta a la mujer, ahora puede salir de su
espacio privado hacia uno público y esto lo constatan las últimas líneas: “ha obtenido de
ella y de su esposo el Sr. Castellanos la autorización para poner su nombre frente al
Renacimiento”.
Otro aspecto sobresaliente es el uso del apellido del esposo, la preposición “de”
tiene aquí un valor de pertenencia, de propiedad. Asirse del apellido del esposo es una
forma de legitimar su salida al exterior. La mujer ha salido con su anuencia, no es una
mujer pública, es una mujer que lleva a cuestas el “honor” del marido, por lo tanto es
aceptada su incorporación al ámbito que pertenecía sólo al hombre, no faltando quien se
refiriera a ellas como “marisabidillas”, adjetivo un tanto cuanto despectivo.13
13 “Llamativa es la tenue, pero cardinal distinción entre las dotadas de instrucción y talento y las marisabidillas insoportables o bachilleras, como llamaron con sorna en España a quienes presumían tener una instrucción superior a la ordinaria; o precieuses ridicules, como las denominó Moliere dos siglos antes” (ROMERO 2016,71)
33
Ya para el segundo tomo, el número de colaboraciones femeninas se ha
incrementado. La Señora de Landázuri y la Señora de Castellanos continúan en el camino,
encabezando el listado de colaboradoras presentado por Altamirano, le siguen la Señora
Soledad Manero de Ferrer y las Señoritas: Gertrudis Tenorio Zavala, Manuela L. Verna y
María del Pilar Moreno, en este caso no cuentan con la protección y autorización del
cónyuge, pero sí, con el adjetivo “señoritas” que les otorga la honorabilidad y respeto.
Como podemos ver, nuestra escritora, Rita Cetina, no figura en el listado de
presentación del segundo tomo; sin embargo como sucedió con Esther Tapia, ella se
incorpora después con una participación y presenta la poesía titulada “Babilonia”, la cual
no sólo la publica en el Renacimiento, también en la Revista de Mérida, aspecto que
trataremos más adelante.
Gertrudis Zavala, de igual manera, es una escritora yucateca, contemporánea de
Rita Cetina. Al lado de Cristina Farfán forman el grupo de mujeres impulsoras de la
educación y de la escritura femenina en tierras yucatecas, fundan una sociedad, una
institución educativa y una revista dirigida por y para mujeres, resultando ser un semillero
de la participación femenina y un trascendental legado para generaciones posteriores.
La corta duración de la revista para muchos no tiene explicación, puesto que cada
día aumentaban las suscripciones y circulaba por todo el país, sin embargo al cumplir su
primer aniversario (1869), Altamirano, presenta la despedida diciendo:
Con este número del Renacimiento nos despedimos de nuestros lectores. Nuestro
periódico concluye con el año de 1869, porque nuestros proyectos literarios nos
impiden continuarle. El objeto a que aspiramos al fundar el Renacimiento, que fue
34
el de impulsar el progreso de la bella literatura en México, se halla
completamente realizado, el movimiento literario que se nota por todas partes es
inaudito[...] (BATIZ 1993,3-6)
De esta manera concluye la primera época de la revista, ya que al saber que
Altamirano moría en San Remo después de dejar el consulado en España, sus discípulos y
seguidores intentaron “revivir” a la inerte publicación en 1894, durando solamente seis
meses y según Humberto Batiz, con el cierre del Renacimiento, se concluye la última
época del Romanticismo en México.
1.3 El proyecto literario en Yucatán en el siglo XIX.
Desde luego que el proyecto literario de Ignacio Manuel Altamirano tuvo su
resonancia hasta la península de Yucatán, de hecho en su despedida del Renacimiento lo
manifiesta:
Después de la aparición del Renacimiento, y quizá animados por su ejemplo,
algunos jóvenes idólatras también de la bella literatura han comenzado a publicar
en varios Estados de la República algunos periódicos semanarios que han tenido la
mejor acogida y que honran con sus producciones las letras mexicanas. Tales son
Las Violetas de Veracruz, La Revista de Mérida, La Ilustración Potosina, etc…
(BATIZ 1993,5)
35
Se considera a Andrés Quintana Roo, el primer “yucateco poeta” como lo llama
José Esquivel Pren en su Historia de poesía de Yucatán (ESQUIVEL PREN 1977,49);
Quintana Roo, antes de ser poeta era un distinguido yucateco que llevó su saber al centro
del país donde desarrolló una brillante carrera tanto política como literaria, por esta
razón la Academia de Letrán lo nombró presidente perpetuo y su legado perduró en sus
discípulos, sin embargo su participación fue anterior a la etapa de la restauración de la
República.
Otro yucateco que participó en la conformación de las letras nacionales fue Justo
Sierra O´Really, como uno de los redactores y colaborador del Renacimiento, también
fundador de varias asociaciones en Yucatán, lo cual explicaremos más adelante.
Don Crescencio Carrillo Ancona, eminente historiador, tuvo voz y presencia en el
proyecto de Altamirano, quien con su Manual de Geografía e Historia de Yucatán
participa en la revista Renacimiento, consideramos que este hecho tiene un carácter
simbólico, es decir, Carrillo Ancona busca incluir y consolidar, a través de su tratado, a su
natal Yucatán en el resto del país, ya que la revista del presidente la República de las
Letras circulaba por todo México.
Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a las dos mujeres yucatecas que
participaron en el Renacimiento, a veces con breves colaboraciones pero su presencia fue
fundamental para la construcción de las letras nacionales, enseguida para las letras
yucatecas y sobre todo la literatura femenina del siglo XIX.
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Más de un crítico reconoce la participación de los escritores yucatecos en el
proyecto nacionalista, Alicia Perales en Asociaciones Literarias muestra a Yucatán como
uno de los pocos estados que formaron un amplio número de agrupaciones después de
las del centro del país. Sin embargo, consideramos que esto tiene un trasfondo
meramente histórico, es decir, necesariamente requerimos hacer la vista atrás a hechos
que provocaron una fracturada relación con el resto de México y por lo tanto la
necesidad de una urgente anexión y la conformación de una unidad no sólo geográfica,
de igual modo, cultural. Así la reconstrucción literaria de Altamirano resulta muy ad hoc
ante tal situación.
1.3.1 Las asociaciones literarias en Yucatán
José Esquivel Pren menciona al inicio de su Historia de la poesía y ensayo el
estado de la literatura en Yucatán en siglo XIX. Para él, hasta entonces no existía una
literatura genuina y esencialmente yucateca, lo cual no implicaba que se careciera de
poetas y novelistas genuinamente yucatecos, pero que si los había “apenas eran piedras
blancas en la ya larga extensión del camino recorrido”; por eso, para él no podía hablarse
de “novelística yucateca” o de la “poesía yucateca”, sino de “yucatecos poetas” y
“yucatecos novelistas”. Al principio, su literatura sufrió de orfandad, pero el intenso
deseo de dejar de padecerla hizo que se confirmara, a su parecer, una ley biológica muy
conocida: “la necesidad crea al órgano”. Así, antes de la literatura se crean los órganos de
37
difusión; de acuerdo al orden cronológico de su aparición fueron los siguientes: las
sociedades literarias, el periodismo y el libro, aunque el último fue mucho más tarde y
menos socorrido (ESQUIVEL 1997.330-339) .
Como podemos observar la importancia de las asociaciones literarias en Yucatán
fue aún mayor que en el centro del país, de acuerdo a lo que expresa Esquivel Pren, son el
punto de partida para la construcción de las letras yucatecas y por extensión de las
nacionales. En un breve recorrido, referiremos las agrupaciones más destacadas hasta
llegar a la que antecedió a la sociedad La Siempreviva, la cual no tratamos en este
apartado por tener más adelante un espacio mayor y de más cuidado debido a su
relevancia para esta investigación.
De acuerdo al registro en la Enciclopedia Yucatanense, la primera de ellas se
establece en 1810. La asociación recibe el nombre de Los Sanjuanistas, surgió antes que
la imprenta, ya que esta aparece hasta 1813. El párroco de la iglesia de San Juan, en
Mérida, Vicente M. Velázquez, tomó por costumbre sentarse con un grupo de jóvenes al
terminar los oficios del domingo. Leían y comentaban los periódicos que llegaban del
centro del país, libros extranjeros, que probablemente se introducían de contrabando y
algunos escritos de los mismos socios. Esta agrupación, nació de manera natural, sin
premeditación, sin embargo poco a poco fueron incorporándose socios como, Lorenzo de
Zavala, Manuel Jiménez Ortiz, Mauricio Gutiérrez, Francisco Carbajal, Pablo Oreza, entre
otros.
38
Otra asociación destacada, fue el Museo Yucateco, cuyo fundador fue Justo Sierra
O’Really, al lado de Vicente Calero Quintana y Manuel Barbachano. En 1841, se reúnen
con el fin de publicar un periódico y así tener un escenario para la presentación de sus
trabajos literarios, Esquivel Pren la califica como la primera revista exclusivamente
literaria publicada en Yucatán y Juan F. Molina Solís opina que este grupo creó arraigo en
la “raza yucateca”, el amor a la historia y a la arqueología del país. Reprodujeron
manuscritos y leyendas, describieron costumbres regionales y aportaron serios estudios
biográficos, aunque su duración sólo fue de un año. La importancia y éxito de esta
asociación dio origen a otro periódico llamado El Registro Yucateco cuya temática era
literaria y cultural.
El Bullebulle fue una asociación que se distingue por su estilo y función, el fin
primordial de su formación se debió a la creación de un periódico de carácter burlesco y
jocoso. De hecho, en su introducción de una forma bastante humorística, los redactores
se presentan de la siguiente manera:
Somos una chusma de monos jóvenes, vestidos con librea de las Musas, que por
casualidad se reunieron en cierta esquina y decidieron establecer un periódico
con el objeto de solemnizar, celebrar y ridiculizar todo cuanto fuera digno de
solemnizarse, celebrarse y ridiculizarse en una sociedad cuyas costumbres,
personas y otras mil cosas ridículas, movían a risa con su sola e ingenua pintura
(ESQUIVEL 1997,337).
Así, Genovevo Palasuya, Fabricio Niporesas, Federico Mentirola, Nini Moulin, Fray
Cleofas Pepín y Querubín, divierten y entretienen con la sola gracia de sus seudónimos en
39
una época donde la Guerra de Castas mantenía en la población un ambiente de
preocupación y conflicto.
El carácter de la siguiente asociación a tratar difiere totalmente de la anterior,
pues desde su nombre podemos observar su función académica. La Academia de Ciencias
y Literatura inicia sus labores el 6 de mayo de 1849 en el antiguo Colegio de San Pedro.
Alonso Aznar Pérez la funda al lado de Julián González Gutiérrez y el periódico llamado El
Mosaico, cuya temática eran las ciencias y artes, fue la voz de los integrantes de este
grupo: Pedro I. Pérez Ferrer, José A. Cisneros, José García Morales.
Entre otras asociaciones posteriores a ésta, encontramos a La Concordia formada
en marzo de 1860 a febrero de 1861. Lo trascendente de este grupo fueron sus
integrantes: yucatecos que tuvieron gran presencia no sólo en las letras regionales,
también en las nacionales. Figuraron nombres como el de José Peón Contreras,
Crescencio Carrillo Ancona, Eligio Ancona, Demetrio y Olegario Molina Solís. Como
resultado de esta unión surgió la publicación La Guirnalda que en palabras de Esquivel
Pren fue una “interesante publicación redactada por una sociedad de jóvenes bajo la
dirección de distinguidos literatos yucatecos”.
De ahí, le siguen agrupaciones como La Burla, El Repertorio Pintoresco, La
Juventud Democrática hasta llegar a una asociación de nuestro gran interés: La Minerva.
La Minerva se funda el 4 de octubre de 1869, tal como lo muestra el Reglamento
de la sociedad. Hacemos esta aclaración porque Alicia Perales en Asociaciones Literarias
asevera que fue creada el 28 de diciembre de 1868, sin embargo consideramos un dato
40
de mayor fidelidad el que se establece en el reglamento14 y de acuerdo a la lógica de la
línea cronológica de los sucesos que se dan en 1869 impulsados por Altamirano,
prácticamente Yucatán los lleva a cabo de manera paralela a los del centro del país.
En el artículo 1° de las disposiciones generales define su función: “es una
sociedad científica y literaria que tiene por objeto procurar la mutua ilustración de sus
componentes y de la juventud en general”. Consideramos que este grupo ya comulga con
la reconstrucción nacional y literaria de Altamirano, pues a partir de esa agrupación
surgen, de manera homónima, las llamadas Veladas Literarias impulsadas por el
presidente de la República de las Letras, siguiendo el modelo de las creadas por él y cuyas
características hemos referido anteriormente. En palabras de Esquivel Pren, ya se
buscaba dejar de lado esa “orfandad literaria” y se suman al proyecto. Lograron tener
gran auge y sus aportaciones contribuyeron en gran medida a la conformación literaria
peninsular. Retomando al citado autor, en el listado donde presenta a los miembros de
esta asociación, tales como Manuel Nicolín, Néstor Rubio, José María Peón, Sebastián
Hernández Escudero, Feliciano Manzanilla, etc; se omite el nombre de las mujeres, entre
ellas Rita Cetina y Gertrudis Tenorio que ya colaboraban y participaban tanto en La
Minerva como en las Veladas; las razones, las desconocemos.
La asociación anterior a la de nuestro mayor interés (La Siempreviva) surge el 24
de abril de 1870 con el nombre de Liceo Mérida, quien Manuel Nicolín Echánove en su
discurso de apertura pronunció la finalidad de esta agrupación: “Nuestra literatura,
14 Este documento se encuentra actualmente completo en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense en Mérida, Yucatán.
41
nuestra oratoria, nuestra música, nuestra escena dramática, pueden regocijarse, porque
podrán depositar periódicamente en este agradable recinto, como en una bella
exposición, el fruto de sus trabajos” (ENCICLOPEDIA YUCATANENSE t.v, 344).
Aunque se considera que La Siempreviva fue la primera asociación conformada en
su totalidad por mujeres, ya el nombre de Rita Cetina y de otras escritoras, como
Gertrudis Tenorio Zavala figuraban en grupos anteriores. El biógrafo de Cetina, Rodolfo
Menéndez de la Peña menciona sus colaboraciones en otras sociedades y periódicos
como La Minerva, La Biblioteca de Señoritas, La Aurora, La Guirnalda, El Repertorio
Pintoresco, sin embargo José Esquivel Pren omite estas participaciones, sólo habla de
ellas hasta la aparición de La Siempreviva, cuestión que nos hace reflexionar cuáles
fueron las causas.
De esta manera concluimos el recorrido de las asociaciones del siglo XIX, ya que
hemos llegado a la sociedad donde nuestra escritora, Rita Cetina, tuvo su mejor
momento y mayor proyección. La Siempreviva es el inicio de su destacada trayectoria
tanto en el ámbito literario como educativo, pero sobre todo forjó y formó los cimientos
del feminismo en Yucatán, legado que dejó huella tanto en la mujer yucateca como en la
mujer de México.
1.3.2 Las veladas literarias en Yucatán
42
En tanto lo hemos aludido anteriormente, las veladas literarias en Yucatán se
inician con el surgimiento de la sociedad Minerva en 1869, como uno de los hechos
paralelos a las actividades del proyecto de Ignacio Manuel Altamirano. En la Revista de
Mérida15 que trataremos enseguida, Ramón Aldana su director y redactor presenta un
artículo muy completo y claro sobre la finalidad y función de estas reuniones. Así que nos
basaremos en lo que él plantea al respecto para explicar cómo se desarrollaron en el
sureste del país.
En principio, Aldana explica el valioso papel que ha jugado tanto la imprenta, las
asociaciones y el periódico, en la formación y conformación de las letras yucatecas. Indica
que estos medios no tenían por único objeto la difusión de las ideas; muchos de ellos,
como las sociedades, tendían al perfeccionamiento del espíritu en sus variadas y atrevidas
tendencias, adoptando para ello la discusión y otro recurso aún más decisivo y poderoso:
la emulación (ALDANA 1869,230-240).
Hemos remarcado el término emulación, porque en él se encierra de algún modo
la justificación de la imitación, es decir, de manera sutil reconocen seguir los pasos del
patriarca de las letras de la República restaurada, Ignacio Manuel Altamirano y la
anuencia para seguir e imitar la pluma literaria de otros u otras.
Aldana, nomina a las veladas como “certámenes públicos” los cuales otorgaron
reconocimiento y/o aprobación a “los cantos del poeta” y las “obras del artista”. Fueron
reuniones a imagen y semejanza de las que se establecieron en la capital de la nación por
15 El contenido que se obtuvo en este apartado, fue gracias a la información que se encuentra en la Revista de Mérida de 1869 y 1870, material localizado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense en la ciudad de Mérida, Yucatán.
43
los “distinguidos escritores y poetas” que redactaban el Renacimiento. El director de la
Revista de Mérida muestra a un Yucatán colaborador, conformador de las letras
nacionales al ser parte de ese proyecto nacional, al que han dado lugar de buen modo y
gran interés.
Lo que pudiera considerarse un rasgo distintivo de las veladas literarias llevadas a
cabo en Yucatán, fue su objetivo. Las reuniones de Altamirano fomentaban el intercambio
de ideas y un foro de difusión y discusión, sin embargo, tenían un toque de rivalidad
literaria. En cambio, en el sureste se encaminaron a un fin didáctico. Pese a que siempre
se reconoció la labor y producción literaria de escritores del pasado como Quintana Roo,
Justo Sierra y Alonso Aznar Pérez, como Aldana lo manifiesta, la literatura yucateca
comenzaba a balbucear y al compartir sus escritos entre los y las asistentes, conformaban
un trabajo literario colaborativo, donde la emulación fue el primer paso de la recién
nacida literatura local. La participación de las mujeres, entre ellas la de Rita Cetina, tuvo la
misma orientación de empezar a conformar su escritura y que no sólo las llevo a esto, ya
que al construir las letras de su lugar de origen y de la nación iniciaron su propia
conformación.
1.3.3. La Revista de Mérida
La Revista de Mérida y las veladas literarias, en tanto lo hemos venido diciendo,
fueron hechos sincrónicos y análogos con los del centro del país. La Revista de Mérida es
44
al Renacimiento como las Veladas Literarias de Altamirano a las reuniones homónimas
en Yucatán. Tal como el Renacimiento prácticamente fue el manifiesto de la
reconstrucción nacional del presidente de la República de las Letras, la Revista Mérida lo
fue para la sociedad yucateca. Ambas perseguían el mismo fin, aunque una es el origen, la
otra es la consecuencia. Situaciones casuales o intencionales, pero ambas fueron de corta
duración; las dos aparecen en enero de 1869, sin embargo la Revista de Mérida duró
hasta 1914, su carácter netamente literario sólo fue de un año; a partir de 1870 adquirió
el subtítulo de periódico mercantil y noticioso.
La Revista de Mérida fue dirigida y redactada, como lo habíamos dicho
anteriormente por Ramón Aldana del Puerto, político, dramaturgo, periodista y abogado
yucateco nacido en 1832. Los redactores de la revista fueron Crescencio Carrillo Ancona,
Fabián Carrillo, Francisco Sosa, Ovidio Zorrilla, Manuel Nicolín, José Castillo Peraza, entre
otros. Como colaboradores figuran, lo muestra la portada de la misma, en primer lugar
las señoritas Gertrudis Tenorio y Rita Cetina Gutiérrez enseguida Luis G Ortiz, José Sierra,
José Peón Contreras, José García Montero, etc.
En la presentación de la revista titulada y dirigida “A nuestros lectores” hace un
recorrido que va desde la introducción y papel de la imprenta hasta aquellas
publicaciones que han sido antecedente de misma, como El Museo Yucateco, El Registro y
La Revista. Los “obreros de la propagación y del lustre de las letras yucatecas”,
refiriéndose a los colaboradores de la publicación “cuya intención se orientaba más a
mitigar el recuerdo doloroso y triste de las desgracias del país con los dulces y
consoladores acentos de la literatura” (ALDANA 1869, II-VI). De alguna manera, la cita
45
anterior marca una ideología con tinte marxista, pues como “obreros” juegan el papel de
producir, de propagar la literatura, enfocándose más hacia la cosificación que a lo
artístico.
Así, en la introducción, se busca definir la función del literato de ese momento: “el
hombre que siente arder en su pecho la llama sagrada del amor a la patria, y se ve
convocado por la voz de la literatura”. Si observamos que a pesar de que en el grupo de
colaboradores ya figuraban mujeres, todavía el término hombre tiene un tono genérico,
cosa que en Altamirano, no sucede. Él convoca de manera individual a hombres y mujeres
a participar en su propuesta.
La inclusión de Altamirano como colaborador nos muestra una dialéctica, es decir,
el conformador de las letras patrias hace llegar su pluma literaria a tierras lejanas,
Yucatán, y esa tierra lejana tiene un espíritu abierto al intercambio; además su
colaboración es un sello implícito de aprobación por parte de Altamirano y en el tenor de
una emulación, puede tomarse como ejemplo a seguir para los escritores yucatecos que
se inician en el campo de las letras.
Aquí ya observamos una participación más activa de Rita Cetina y de Gertrudis
Zavala, lo cual representa el umbral para llegar a su propia publicación: La Siempreviva.
Aunque en 1870, La Revista de Mérida había dado un giro a su temática, ahora
tenía una función además mercantil; la sección literaria seguía cumpliendo con su misión,
dar voz a las nuevas plumas yucatecas. En este apartado se incorpora una sección llamada
“Crónica Local” a imitación de la misma sección de la revista Renacimiento. Tal como lo
46
dice su nombre, el papel de este apartado era mantener informado de los hechos de la
semana de manera breve. Consideramos indispensable hacer mención de esto porque en
una de las notas, anuncia la presencia de Don Ignacio Manuel Altamirano a una de las
veladas, cuestión que otorgaba credibilidad a los aconteceres literarios. Además para
1870, se forma el Liceo Mérida a la par que el Liceo Hidalgo dirigido por Altamirano, el
cual comienza su segundo periodo, como recordaremos el primero fue en 1850.
Presentamos la siguiente nota como ejemplo de ello:
Los distinguidos literatos mexicanos D. Ignacio M. Altamirano, D. Luis G. Ortiz, D.
Manuel Peredo, D. Justo y D. Santiago Sierra han sido nombrados socios
honorarios del Liceo Mérida a propuesta de D. Francisco Sosa, así como el célebre
compositor D. Melesio Morales.16
El 8 de mayo de 1870 en su “Crónica local” se anunció que el día anterior dio inicio
la circulación del primer número de La Siempreviva una revista quincenal, órgano de la
Sociedad de Señoritas que llevaba ese mismo nombre. Así La Siempreviva en La Revista
de Mérida, se promovía para lograr más suscripciones a su publicación.
16 La Revista de Mérida Mayo 1° de 1870 pág. 3
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Revista de Mérida 20 de mayo de 1870 Fondo Reservado Biblioteca Yucatanense, Mérida Yucatán
De esta manera, llegamos al momento en que la participación de Rita Cetina
Gutiérrez es más activa y sobre todo con la firme intención, en inicio de colaborar tanto
en el proyecto nacional como en el de su natal Yucatán y después, insistimos, dejar un
gran legado como impulsora de la educación y de la escritura femeninas, tema que se
tratará en el siguiente capítulo.
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II. Rita Cetina Gutiérrez, entre la escritura y la educación.
“Rita Cetina Gutiérrez es una de las más inspiradas poetisas yucatecas.
Su poderoso plectro ha resonado con majestuosas y vibrantes notas,
cantando las glorias de la patria y del progreso”
Dolores Correa Zapata17
Como podemos observar, el proyecto para conformar las letras nacionales impulsado por
Ignacio Altamirano y que permeó hasta la península de Yucatán, tenía un carácter
evidentemente patriarcal. Un patriarcado que acogía, no sólo a mujeres con deseos de
tomar la pluma literaria, sino a todo aquel que buscara la aprobación de los escritores de
la época. De acuerdo a la mención que hicimos en el capítulo anterior, Rita Cetina ya
figuraba tanto en las publicaciones de prestigio nacional como el periódico El
Renacimiento, de igual manera en las de su tierra, como La Revista de Mérida, entre
otras. Y por supuesto con su activa participación en las Veladas Literarias, para
posteriormente desarrollar sus propios proyectos, siendo lo fundamental lo que le hemos
llamado la tríada La Siempreviva, que incluía una sociedad, una escuela y una revista.
En el marco de este antecedente, la propuesta de este capítulo es reconfigurar la
biografía de Rita Cetina Gutiérrez a partir de lo que se ha publicado hasta hoy sobre la
17 Dolores Correa Zapata fue contemporánea de Rita Cetina, Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán. Según Lucrecia Vargas Infante, fue prima de las últimas dos, por parte de su abuelo, Lorenzo Zavala. Nació en 1853 y murió en 1924, originaria de Tabasco, donde colaboró en el periódico de Cristina Farfán, El Recreo del Hogar. Escritora y maestra que tuvo mayor participación en el centro del país.
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escritora meridana18, enriquecerla con los datos recabados en nuestras propias
investigaciones en archivos y fondos antiguos, así como a través de una selección de su
escritura (discurso femenino)19 acercarnos a su pensar y hacer. Asimismo, presentar a la
mujer pionera de la educación en Yucatán, que sin ser una feminista radical permeó en el
pensamiento de aquellas que tuvieron contacto con ella, ya sea como colaboradoras,
amigas, lectoras o alumnas; abriéndoles la puerta al conocimiento, a la participación
activa y a la emancipación de la mujer. Una Rita Cetina completa, donde su vida y su
producción literaria se entrelazan.
Así de acuerdo al tiempo y espacio de la escritora meridana, expondremos sus
primeras participaciones en el ámbito literario y en publicaciones como la Biblioteca de
Señoritas, la Revista de Mérida, etc. Posteriormente la relacionaremos con sus
contemporáneas, Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán de García Montero, mujeres
que unieron esfuerzos para lograr grandes objetivos, destacando el fomento a la
escritura femenina. Con el fervor patriótico y la influencia de los sucesos del centro del
país, provocaron el surgimiento de espacios de expresión donde la mujer pudiera probar
su pluma, siendo el mejor medio las revistas. Por lo consiguiente, Rita Cetina Gutiérrez
18 Resulta relevante mencionar que nuestro interés por reconfigurar su biografía emerge de la necesidad de presentar a una Rita Cetina Gutiérrez vista desde todas las aristas de su ser y hacer, pese a que últimamente se han presentado e incorporado algunos datos, que parten de su boceto biográfico presentado en 1908 como un homenaje póstumo por Rodolfo Menéndez de la Peña la abordan desde su labor como docente, ya que marcó precedentes en el desarrollo de la educación femenina, convirtiéndola en un ícono en este ámbito. 19 Lilia Granillo en Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana del siglo XIX apunta que desde una “óptica de género, cabe entender las diferencias entre el discurso femenino y el discurso de lo femenino. […] Desde el referente y las condiciones de producción, discurso femenino es propiamente emitido y producido por mujeres, mientras que el discurso de lo femenino es aquel emitido desde lo masculino y producido por hombres con la finalidad de pensar, diseñar u organizar el o los referentes de los géneros, en especial el femenino (GRANILLO 2010,44). Por tal razón, en este apartado cuando hablamos de discurso femenino, nos referimos al discurso emitido por Rita Cetina.
50
fundó una revista escrita por mujeres para mujeres, “La Siempreviva”, cuyo contenido fue
tomado con gran ánimo entre el público femenino. Esta publicación surge como
consecuencia de la creación de una sociedad que llevaba el mismo nombre; el interés y
colaboración de ellas se hacía cada vez mayor; por lo tanto aunado a estos proyectos se
desarrolla el educativo, donde educar a la mujer tiene un papel preponderante, nadie
mejor que Cetina para brindar este conocimiento y protección. La labor docente, de
alguna manera resultaba una extensión del papel materno. Así que, se le encomienda una
tarea más a la maestra, fundar una escuela para niñas de escasos recursos, completando
así la tríada, La Siempreviva, temas que se abordarán de igual modo en este capítulo. El
Instituto Literario de Niñas, también resultó ser fuente del conocimiento y semillero de
muchas mujeres que más adelante continuarán y desarrollarán lo que Rita les inculcó
como directora y maestra, creando un gran legado. Así, otro aporte del hacer de Rita
Cetina, especialmente el ser pionera de la educación y el feminismo en México, se vio
reflejado en los logros de sus discípulas; algunas de ellas formaron el Primer Congreso
Feminista de México en 1916, siendo su natal Yucatán sede del mismo.
51
2.1 Rita Cetina, su tiempo y espacio.
Rita Rosaura Zetina Gutiérrez nació un 22 de mayo de 1846 en Mérida, Yucatán; tal como
lo reza la fe de bautismo20 cuya data corresponde al día 27 del mismo mes y el mismo
año, donde figura también el nombre de sus padres: Don José Zetina y Doña Jacoba
Gutiérrez, quienes se casaron un 22 de julio de 1841. Sabemos esto gracias al documento
eclesiástico que lo comprueba.
Es posible observar y ratificar en la imagen del documento original un cambio de
grafía en su apellido paterno, ya que en la carátula de su poemario fechado con el año de
1863 y en otros documentos autógrafos que hemos hallado en su Archivo Personal
ubicado en el AGEY, Zetina aparece ahora con “C”: Cetina. Podría considerarse la
posibilidad de que Rita realizó esta variación para otorgarle un toque personal a sus
escritos. De hecho, en todos los documentos que hemos estudiado trátense de sus
propios manuscritos o publicaciones en periódicos y revistas su apellido paterno muestran
la modificación de escritura.
Cabe mencionar, que el manuscrito original se encuentra en los documentos
personales de Rita Cetina localizados en el Archivo General de Yucatán (AGEY).
Presentamos la fe de bautismo de Rita Rosaura:
20 Es significativo aclarar que en el momento histórico de Rita Cetina (1846), la única forma de legitimar los nacimientos era a través de los documentos eclesiásticos, en este caso la llamada “fe de bautizo”, pues la institución del registro civil se da hasta 1859 cuando el presidente de la nación, Benito Juárez García, promulga la ley orgánica del Registro Civil.
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Fig. 1 Fe de bautismo de Rita Rosaura Zetina Gutiérrez.
Rita fue la primogénita de la familia Zetina Gutiérrez, tuvo dos hermanos
Guadalupe de la Santísima Trinidad y Pedro Joaquín, el menor de ellos, el cual siguió los
pasos de su padre, Don Pedro Cetina y ambos al desempeñar sus funciones como
militares murieron durante la Guerra de Castas. Su hermana, Guadalupe de la Santísima
Trinidad, también fue maestra y colaboradora de la escuela La Siempreviva. Lo que
sabemos de ella es gracias a sus rúbricas ubicadas en las actas del Instituto Literario de
Niñas donde funge como secretaria del mismo y por la promoción de la oferta educativa
que llevaban a cabo en la escuela La Siempreviva. Del mismo modo, presentamos de los
documentos probatorios de lo anteriormente mencionado.
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Fig 2. Acta de matrimonio eclesiástico de Don Pedro Zetina y De Doña Jacoba Gutiérrez
Fig. 3. Fe de bautismo de Guadalupe de la Santísima Trinidad Zetina.
54
Fig. 4. Fe de bautismo de Pedro Joaquín Zetina. 21
En el ámbito de lo literario, a Rita Cetina Gutiérrez, la ubicamos en la constelación
de escritores que contribuyeron a conformar las Letras Patrias considerada la última etapa
romántica. Sin embargo, hasta ahora no se le ha reconocido y conocido como una de las
escritoras más prominentes del siglo XIX y que forma parte de las mujeres que integran la
literatura femenina en México e Hispanoamérica22. El gran mérito de Rita es que a pesar
de que en un principio tuvo que asirse de la paternidad literaria, como muchas de su
género, posteriormente tomó las riendas de sus propios proyectos y así marcar la brecha
21 Todas las imágenes presentadas se encuentran ubicadas en el Archivo Personal de Rita Cetina Gutiérrez, en los documentos personales Caja I.Vol I. Exp. I del Archivo General de Yucatán. 22 Lilia Granillo nos dice: “Parece que la historia y la crítica de la literatura mexicana, atentas al desarrollo de la expresión masculina, se han ocupado solamente de la femenina como evidencia de la supremacía y continuidad de la masculina; de seguir así continuarán olvidando dotar de su especificidad y reconocimiento a la expresión de la mitad del universo poético. El olvido es evidente inclusivo en historiadores varones, afortunadamente, más de uno comienza ya a recuperar la memoria borrada” (GRANILLO 2010,43).
55
no sólo para ella, sino para toda mujer interesada en tomar la pluma que si no le había
sido negada, fue invisibilizada. Lilia Granillo anota lo siguiente: “Resulta obvio que algunos
diarios no favorecían la difusión de la poesía femenina, y que otros abrían y cerraban sus
puertas sin más explicaciones” (Granillo 2010, 30). Aún en la actualidad, en palabras de
Ana Rosa Domenella, Rita Cetina Gutiérrez ha sido una “voz olvidada” (DOMENELLA
1997,35), ha sido una mujer que a pesar del gran papel que jugó en su tiempo histórico,
podemos decir que sólo ha tenido tres momentos de reconocimiento: El primero de ellos
fue a los 17 años cuando incursionó en el mundo público con participaciones que le
permitieron mostrar sus primeros escritos, los cuales marcarían el inicio de su vasta
producción literaria cuyo mejor medio de expresión fue la revista La Siempreviva. Pese a
que en 1893, José María Vigil incluye a Cetina con un poema en su Antología de POETISAS
MEXICANAS 23 otorgándole de alguna manera el reconocimiento de la institución
masculina, no fue tan relevante como el que se da en el momento de su muerte cuando
Rodolfo Menéndez de la Peña24 tiene el encargo de realizar su biografía como un
23 Vigil, José María POETISAS MEXICANAS Siglos XVI, XVII, VIII y XIX. México. UNAM 1977. 24 Notas autobiográficas de Rodolfo Menéndez de la Peña escritas en 1908:” Nací en la Villa de San Juan de los Remedios, cabecera de la jurisdicción de su nombre, en el departamento central de la Isla de Cuba, el 15 de mayo de 1850. Fueron mis padres: Don Pantaleón Menéndez y Pérez y Doña Carmen de la Peña y Pérez. Pertenecían ellos a distinguidas familias remedianas, y eran primos segundos. Se casaron en 1844… Mis hermanos fueron diez: Balbino, Clementina, Fernando, Antonio, Sofía, Cándido y Rodolfo: los otros tres murieron pequeños y ni siquiera sé sus nombres. Superviven, al escribir estas líneas, Antonio, Cándido y yo… Yo me casé en Valladolid de Yucatán el 23 de enero de 1875, sólo por lo civil. Mi esposa se llamaba Flora Mena. Era huérfana de padre y madre […} murió en Mérida el 23 de julio de 1901 a los 45 años de edad. El 31 de octubre me casé en segundas nupcias con la Señorita Nemesia Rodríguez […] Pasé mi niñez tristemente […] En Manacas, la pequeña finca de mi padre, aprendí a trabajar en el campo y tomé amor a la agricultura. Me gustaba mucho el trabajo material y fui tabaquero, dependiente en una tienda, vendedor ambulante, etc. Compartía el tiempo entre el trabajo y el libro. Era muy estudioso y leía con ansiedad cuanto papel, libro o periódico caía en mis manos. Desde muy temprano aprendí y recité versos. Sin embargo, mi despertamiento intelectual se verificó en el Colegio Superior de San Juan de los Remedios[…] Daba clases de lectura explicada […] Me recibí en 1867. “A poca distancia de Cuba, hay un país, sano , bueno y hospitalario. En ninguna parte pueden estar mejor que allí. Ese país es mi patria, “Yucatán” . En Yucatán estarán como en su propia tierra y a un grito de Cuba […] Pocos días después de nuestra llegada a Mérida, Antonio y yo
56
homenaje póstumo a tan brillante mujer, marcando el segundo momento de relevancia.
Sin embargo, la Rita Cetina que él nos muestra la limita a los roles tradicionales de mujer
sacrificada y abnegada que supo llevar a cuestas su papel de educadora, dándose tiempo
para tocar las cuerdas de la “lira literaria”. A partir de ahí hay un siglo de silencio, pues su
labor y colaboración en la revista La Siempreviva25 son reconocidas al realizar una edición
facsimilar en 2010 como una aportación al Bicentenario de la Revolución de
Independencia y el Centenario de la Revolución Social Mexicana, siendo este el tercer
momento. 26
Rita Cetina Gutiérrez, no podemos negarlo, ha sido un referente digno de atención
en lo que concierne el periodismo del siglo XIX, sobre todo porque La Siempreviva es la
primera publicación total y exclusivamente dirigida por mujeres, donde participan y
colaboran sólo mujeres, a esta mujer no se le ha otorgado el reconocimiento que merece
por ella misma, por ser Rita, es decir, como una escritora que publicó desde poesía con un
manejo de la forma perfecta y cuyo contenido abordaba una diversidad temática, que
practicó la oratoria con discursos alusivos a las glorias de la patria, breves ensayos y
artículos donde la mujer fue su tópico preferido. Por qué no decirlo, una escritora
polifacética, ya que mientras observamos en sus inicios, una poesía íntima y cándida
pusimos una tabaquería […] El abuelo se mostró duro con nosotros y no nos protegió para darnos a conocer como profesores de instrucción primaria […] Durante los dos últimos meses de 1869 y todo el año de 1870, tuve clases particulares en Cárdenas y ya estaba en relación con unos revolucionarios para proporcionar recursos para la Revolución. (BOJÓRQUEZ 2008 45) 25 Más adelante presentaremos de manera más amplia el carácter e importancia de tal revista, la cual fue dirigida por Rita Cetina Gutiérrez y tuvo como principales colaboradoras a Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán. 26 Cabe mencionar que la antropóloga Piedad Peniche Rivero recién publicó una investigación sobre Rita Cetina basada en su labor como educadora, tanto en la escuela La Siempreviva como en el Instituto Literario de Niñas, mas no en su papel de escritora.
57
dedicada a sus jóvenes amigas; después a los 20 años, Cetina se presenta ante una
tribuna, en un espacio abierto, para dirigirse a hombres y mujeres, que en su mayoría
ocupaban cargos públicos con composiciones y discursos dirigidos al valor, a la patria.
Después ya con la legitimación de la sociedad, emitió artículos y composiciones que
fueron verdaderos exordios a la mujer para ilustrarse, para dirigirlas al camino del
progreso y la emancipación, de manera convincente y decidida.
Otra aportación importante a la literatura femenina en México y que hasta ahora
no se conocía y por ende no se le había reconocido a Rita Cetina Gutiérrez como una de
las primeras mujeres que escribió novela en nuestro país. Desarrolló el género siguiendo
los patrones propios de la época, a manera de las publicaciones masculinas, emitiendo por
entregas su novela en la revista La Siempreviva. Resultó muy ad hoc el periódico para
cultivar este género, pues el hecho de sacar a la luz periódicamente los capítulos,
mantenían el interés del lector y por consecuencia aseguraba la venta de las
publicaciones. Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno, José T. Cuéllar, son de los
escritores decimonónicos que cultivaron este género con gran éxito. Así, Rita Cetina
publicó Julia, una novela que dedicó a Adelaida Carrerá de la Fuente, quien entonces era
secretaria de la Sociedad y que colaboró con traducciones del inglés y francés en La
Siempreviva. También interviene en la misma publicación con artículos, breves ensayos y
dos cuentos: Cuento del mar y Gratitud.
Retomando aspectos biográficos de Cetina, de su padre, Pedro Cetina, se sabe que
incursionó en el medio político, estableciendo en sus cortas gestiones algunas relaciones
que favorecieron a Rita para realizar estudios básicos, entre ellos aprender a leer. Tras el
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asesinato de Don Pedro por diferencias ideológicas con otros políticos, asume la tutoría
de la menor de catorce años de edad, Don Domingo Laureano Paz, amigo de la familia.
Gracias a su protección, Cetina Gutiérrez, tuvo educación privada lo que le permitió
formarse como Profesora de Enseñanza primaria inferior y superior. Rodolfo Menéndez
de la Peña lo explica de la siguiente manera:
Con el transcurso de los años, sus buenas relaciones sociales, el ejercicio de la
enseñanza y la lectura de buenas obras, llegó a tener Rita Cetina Gutiérrez una sólida
instrucción y una completa suficiencia profesional. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,19).
Sin duda, el apoyo recibido por su tutor, su gran inteligencia y tenacidad impulsó
la educación de Cetina, además de favorecerle las relaciones que su padre estableció en
su práctica militar y sobre todo el asirse de la pluma literaria la llevaron a dejar el espacio
privado para ocupar otro que había sido asignado sólo al hombre: el mundo público. De
Doña Jacoba Gutiérrez, su madre, no se tienen mayores datos más que era un “ángel más
del hogar” al cuidado de sus hijos.
Así, los diecisiete años de Rita fueron parteaguas tanto en su vida personal como
literaria, ya que comienza a escribir sus primeros ensayos poéticos, donde el amor filial y
fraterno son el tópico más recurrido. Presentamos un fragmento de una de sus primeras
composiciones literarias que localizamos en su manuscrito autógrafo, el cual reúne
poemas escritos en diferentes momentos de su vida y que por esta razón, bien puede
considerarse una autobiografía, pues nos permite conocer además de su pensar y sentir,
los momentos y motivos que la llevaron a escribir. Dadas las características de contenido
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de este manuscrito autógrafo proponemos que podría tratarse de un álbum27, en el cual
Rita Cetina recopiló sus composiciones, probablemente con la intención de ser publicado.
Si el manuscrito de Rita Cetina pudiera considerarse un álbum, no encontramos
dedicatorias de otras u otros escritores, pero si la compilación de composiciones
originales escritas en diferentes etapas. Escribir en los álbumes de sus amigas, resulta ser
el instrumento para expresarles su sentir, sin embargo escribirles a ellas es escribirse a sí
misma. Estos poemas parecen ser poemas espejo, donde a través de su reflejo, Rita
puede autopercibirse. Aunque parece pertinente, no nos detendremos en hablar de este
poemario y/o álbum, pues dedicaremos más adelante un capítulo para su tratamiento.
En el álbum de la srita. Dolores Baeza
Recuerdo
Escucha amiga de mi triste acento
Un canto sin belleza ni armonía
Que por primera vez la lira mía
Por tu amistad tan solo va a vibrar
Escucha sí, mi canto que aunque triste
Tu pecho hará latir con su ternura
Y lanzaras un ¡ay! a mi amargura
Cuando en tu vida llegue a resonar.
No te ofrezco graciosos ramilletes
27 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres.
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Ni mil guirnaldas de esmaltadas flores
Que puedan con sus vividos colores
Orlar tus sienes niña celestial
Solo puedo ofrecer sentidos cantos
Que suspendan amiga tu alegría
Pues tu placer y mi tristeza haría
Un extraño conjunto desigual.
Mas no, daré al olvido mis pesares
Para fijar en ti mi pensamiento
Y consagrarte mi primer acento
Con amante y genial sinceridad
Este tierno murmullo de mi pecho
Agita con placer amiga mía…
Mis primeros ensayos de poesía
Te dedico en ofrenda de amistad
Mérida Julio 2 de 1863.
Como en otras escritoras decimonónicas prevalece la constante de dirigir sus
escritos a otras mujeres y muy repetidamente establecer un diálogo literario femenino;
no debemos olvidar que a Rita aún le toca vivir en el México romántico caracterizado por
lo sentimental. Monserrat Galí define al sentimentalismo romántico como un principio de
simpatía o de identificación con cosas, personas o situaciones. En segundo lugar, a
manifestaciones físicas o corporales concretas, como son el llanto, los desmayos, los
suspiros y las enfermedades nerviosas (GALÍ 2002,502). Así, aunque Rita avance en edad y
conocimiento, su sensibilidad será siempre la misma pues en todo momento se verá
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envuelta en un contexto sentimental. Otro elemento a resaltar es que este poema escrito
en el álbum de una amiga inaugura su producción poética y que desarrollará a lo largo de
su vida.
Era común de la época el uso de seudónimos para ocultar la identidad del autor o
autora, como es el caso de Gertrudis Tenorio Zavala, compañera y amiga de Cetina,
“Hortensia”, Carmen Solís de Rivas (colaboradora de La Siempreviva), “Clara”, José T.
Cuéllar “Facundo” o Vicente Riva Palacio que utilizó un seudónimo femenino “Rosa
Espino”. Rita Cetina, de igual manera utiliza el seudónimo “Cristabela”28 en sus primeras
publicaciones destacando las del periódico literario La Esperanza.
Resulta interesante observar que en 1866, a Cetina se le reconoce como poetisa29
al presentar en público una composición dirigida al Coronel Daniel Traconis30 después de
regresar triunfante de una batalla en Tihosuco donde libró a la población de un grupo de
mayas rebeldes. Este hecho, marcó la plena aceptación del patriarcado para que una
28 La creatividad de la escritora se dejó ver en su seudónimo, pues lo crea con la fusión de dos vocablos, el primero de ellos parte de Cristo, en su femenino “Crista” complementándolo con la terminación “bela” que podríamos atrevernos a proponer que proviene de “Isabel” ya que ambos significados evocan al amor a Cristo, así con base en este análisis podemos afirmar que Cristabela significa La que ama a Cristo. En otro tenor, podemos considerar que era una manera de asirse de la paternidad, en este caso simbólica, para legitimar su incursión en un espacio público. 29 El término poetisa es muy usado en el siglo decimonónico para referirse a la actividad literaria de escribir composiciones poéticas por la mujer, así el vocablo poeta, alude al hombre que desarrolla el mismo género literario. De hecho, José María Vigil, lo remarca al titular su corpus de composiciones poéticas escritas por mujeres como “Antología de poetisas”. 30El Coronel Daniel Traconis fue militar del ejército mexicano y gobernador constitucional de Yucatán. En el acervo de la Biblioteca Crescencio Carrillo de Mérida, Yucatán, hallamos un compendio de biografías de personajes ilustres de Yucatán; en la cual, afortunadamente se localiza la de Daniel Traconis, personaje de gran importancia en la historia de Yucatán. Presentamos un fragmento de su biografía: “ Entre las guerras fratricidas que ensangrientan los anales mexicanos desde la Independencia proclamada en 1810 y consumada en 1821, ninguna reviste los perfiles sombríos y terribles de la llamada de tres años, que dio por resultado el afianzamiento del código nacional y de las leyes de reforma que nos rigen. En esta guerra titánica, y decisiva, figura con brillantes notas el C. Daniel Traconis, nacido en Mérida, capital de Yucatán, el 21 de Julio de 1836, hijo de Don Demetrio Traconis y de Doña Guadalupe García y Virgilio”.
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joven talentosa participara en el proyecto literario y así entrar por la puerta grande al
ámbito de las letras y posteriormente incluirla también en el proyecto para la educación
de las mujeres.
Este es un fragmento de aquella composición presentada en la tribuna de la
esquina de lo que se conocía como Bazar. Ésta se encuentra en el manuscrito autógrafo
del que ya hemos hablado; al igual que la poesía anterior forma parte de la primera
sección del mismo y su data corresponde al 4 de octubre de 1866, cuando Rita ya contaba
con 20 años.
¡Yucatecos, salud! Invictos héroes,
Bizarros hijos de la patria mía,
Denodados varones que a porfía
Supisteis en la lid, nobles luchar
¡Gloria a vosotros, que con bravo arrojo,
Del bárbaro tenaz al grito fiero,
Empuñasteis valientes el acero
Y marchasteis resueltos a bregar!
De alguna manera, esta composición representa un acto genuflexivo, Cetina
enaltece al guerrero defensor del México civilizado para que le sea otorgada la
aprobación y aceptación en el espacio público. Además, recordemos que desde el
proyecto de Altamirano, formó parte de la conformación de las letras nacionales y de su
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región. El ideal tanto de las mujeres como de los varones fue forjar las letras yucatecas,
ya que en palabras de José Esquivel Pren, había existido una orfandad literaria antes de la
restauración de la República (ESQUIVEL PREN 1977,210) Por otro lado, la inclusión y
aceptación de la mujer en la producción literaria reafirmaba el liderazgo masculino, es
decir, se le había permitido el acceso sin dejar de marcar su subalternidad. Sin embargo,
en poco tiempo, las mujeres abren su propia brecha, siguiendo sus propios objetivos y
proyectos. De tal forma que su presencia se hace más evidente en espacios como las
Veladas Literarias en Yucatán, donde tuvo oportunidad de darle voz a sus poesías. Por
ejemplo, de acuerdo a los datos históricos y nuestras investigaciones, Cetina publica un
discurso alusivo a la Batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla, precisamente en la
conmemoración de este hecho, un 5 de mayo pero de 1869. Según Menéndez de la Peña
en el boceto biográfico, Rita ocupa la tribuna en la conmemoración de este suceso en los
años 69 y 70 donde “su lira de oro conquistó la más hermosa celebridad en el corazón del
pueblo”, en palabras del presidente de la Junta Patriótica (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908,
23). Por lo tanto, podemos considerar que este discurso31 fue leído en alguna de estas dos
celebraciones. Así, observamos como la escritora meridana va ganando terreno en lo que
antes fue territorio plenamente masculino.
31 Documento manuscrito que hemos anexado en el apéndice de este capítulo.
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2.2. La Biblioteca de Señoritas y sus colaboradoras.
A partir de esta incursión en el mundo público, Cetina se une a dos mujeres que en
conjunto forjarán cimientos más sólidos, principalmente en el ámbito periodístico y
literario. Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán, ambas tan aguerridas como Rita,
compartían el gusto por la escritura, el deseo de colaborar en la formación de otras
mujeres más allá de los roles tradicionales, entre otros32. Por lo tanto, partiendo de la
sincronicidad de los hechos, estableceremos la relación que hubo entre estas tres mujeres
con acercamientos diacrónicos, pues su labor conjunta logró potencializar sus objetivos e
intenciones.
Gertrudis Tenorio Zavala contaba con el renombre que le había heredado su
abuelo, Lorenzo Zavala, personaje ilustre del Yucatán de décadas anteriores y Cristina
Farfán de García Montero con la aprobación y legitimidad que le otorgaba el apellido de
su esposo, Don José García Montero33, quien fue un eminente actor social y asumió la
32 Celia Esperanza Rosado Avilés afirma en su tesis doctoral que a partir de 1860 el avance de la política liberal y la llegada de los intelectuales cubanos a Yucatán fue el impulso definitivo para el desarrollo de la prensa literaria dirigida y producida por las mujeres en la península. El interés de los escritores yucatecos por formar lectoras y publicar textos de escritoras se remonta a los periódicos de la generación de 1840 que abrieron espacios de lectura dedicados “A las yucatecas” y publicaron textos de autoras reconocidas como Catalina Zapata y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Pese a que, durante la primera mitad del siglo XIX, pocas mujeres aparecieron en las listas de suscriptores se cree que su participación como promotoras y patrocinadoras de los proyectos literarios fue relevante, no sólo por los múltiples agradecimientos publicados por los redactores, sino porque la élite económica yucateca incluyó a mujeres que manejaron grandes fortunas con bastante autonomía, por lo cual no sería extraño que hubieran dotado de recursos económicos a diferentes proyectos culturales y editoriales. 33 Según lo establece el trabajo enciclopédico Yucatán en el tiempo, José García Montero (1836-1913) fue un abogado dedicado al magisterio. Escribió teatro, poesía, fábula y estuvo casado con Cristina Farfán de García Montero. El colegio fundado por García Montero se llamó García Gutiérrez y era de filiación religiosa. El perfil conservador de García Montero se entiende más si consideramos que durante el imperio de
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paternidad profesional-literaria de estas tres mujeres, legitimando su incursión en estos
terrenos, lo cual les permitió en primera instancia poder colaborar en la Biblioteca de
Señoritas. Lecturas del Hogar 34, en su segunda serie ( 1869) publicación dirigida y creada
por varones pero que abría un espacio a la mujer, desde luego con su tinte conservador,
moralista y como lo reza el lema de la misma publicación “tender una mano protectora y
firme hacia la mujer” 35 a lo cual Melchor Campos agrega en el prólogo a la edición
facsimilar de la revista La Siempreviva: “debido a sus funciones a cumplir: madre, esposa,
hermana y amiga del hombre, de cuyo seno nacen los sabios, los héroes y los poetas”
(CAMPOS 2010, XIX). Como lo mencionamos anteriormente, el incluir a la mujer en los
ámbitos literarios y sobre todo periodísticos fue con el fin de remarcar su subordinación,
el hombre necesita la voz femenina para confirmar y reafirmar su superioridad a través de
la voz colectiva y de difusión que poseía el periódico. El contenido no estuvo totalmente
dirigido al público femenino, sin embargo las colaboraciones por parte de los varones,
muestran un carácter tendencioso, donde la moral y la buena instrucción juegan un papel
sobresaliente.36 Mostramos a continuación la primera plana del mismo en su segunda
serie.
Maximiliano fue síndico del Ayuntamiento. Usó los seudónimos El Tripón, El Yucateco y Don Antruejo. Yucatán en el tiempo. Tomo III. p. 115. 34 En el año de 1861, bajo la dirección de José García Montero, sale el primer número de La Biblioteca de señoritas, revista dedicada a las mujeres. En sus páginas ofrecía textos y poemas que, a criterio del editor, orientaban a las mujeres por los senderos correctos para las mujeres, es decir, se buscaba que las señoritas yucatecas encontraran en sus páginas la correcta dirección para cumplir con su misión de madre, hija y esposa, los prototipos usuales durante el XIX. En los años de 1868 y 1869 nuevamente sería publicada, ahora con colaboración del colombiano Darío Manzuela, Francisco Sosa. Tesoros de la Biblioteca Virtual No. 54. La educación femenina en Yucatán durante el siglo XIX 35 Biblioteca de Señoritas, 19 de septiembre de 1868. 36 Rosado Avilés comenta al respecto que el contenido de la revista no estuvo dirigido, en exclusiva, al lector femenino, sino más bien configuraron un lector más general, en muchas ocasiones marcado
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Fig. 5 Biblioteca de Señoritas. Lecturas del hogar (1869)
Aunque la intención primordial de este apartado es mostrar las contribuciones y
aportaciones de estas tres mujeres en su relación con la Biblioteca de Señoritas, nos
parece sumamente interesante mostrar un fragmento de un artículo que el director y
esposo de Cristina Farfán, José García Montero publica con el nombre “Las Mujeres”. La
importancia, para nosotros, de citar este ensayo radica en cómo configura a la mujer de lingüísticamente como masculino. En este periódico lo que se encuentra, básicamente, es un discurso de hombres para hombres, versado sobre el lugar y la situación de la mujer en la sociedad decimonónica. Ahí, de cuando en cuando, se recordó el favor de las lectoras y se les dedicó algunos versos tomados de algún álbum. En este contexto, pretendieron discutir y analizar el papel de la mujer en la sociedad, desde una visión profundamente moralista.
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su entorno, que por supuesto incluye a su Cristina y ahora en el papel de colaboradora
del periódico que él dirige. Como padre literario emite un discurso de carácter incluyente
ya que lo dirige a todo público lector, el cual puede considerarse de presentación a la
sociedad. A través de su contenido, como él dice, las mujeres “abrirán los ojos”. Así, hace
un recorrido histórico que parte desde la creación, mostrando una mujer en dicotomía,
para algunos ángel, para otros demonio, para unos el bien de su vida o la perdición de
ella; en fin, García Montero plantea que cada quien pensará como “le haya ido en la
feria”. La postura ideológica determinante consiste en abrirle el paso a la mujer, a
ilustrarse, a cederle “el laurel de la victoria”, alienta a su emancipación. Esta razón
justifica el haberles otorgado “voz” en el periódico para pedirles en palabras del escritor:
“Hacer feliz a una familia, a un pueblo, a una nación entera”. He aquí un fragmento:
¿No dicen que la mujer es un tesoro? Pues explotémoslo. Saquémosla de esa
triste condición de la cual se han emancipado en virtud del acto supremo de su
voluntad soberana, todas las mujeres…. Ábranse para ellas todos los oficios, todas
las profesiones y todas las industrias. Concedámoslas todos los derechos del
hombre y seamos lógicos, carguen también con la obligación de entrar en quintas.
Todo está subvertido y en esto consiste la verdadera y completa revolución que
hemos consumado. El paganismo hizo a la mujer esclava, el cristianismo la hizo
mujer, la hizo esposa, la hizo madre; la civilización moderna pretende hacerla
hombre. Tal es el progreso37
A Elina, es la primera composición poética en octavas reales con la que colabora
Rita Rosaura. Es interesante ver como Cetina, muestra su solidaridad a la mujer,
aconsejándole tenga cuidado del proceder del hombre, quien, en este poema, es
37 García Montero, José “La mujer” en Biblioteca de Señoritas. Primer número. 3 de octubre de 1868.
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representado por el trovador; cuya imagen no es fortuita ya que como las sirenas
homéricas, puede su canto ser la perdición de quien las escucha, el poder que reafirma
su masculinidad. En esta tríada femenina, la voz lírica aparece en el centro de dos damas,
donde a través de un “deber moral” advierte a Elina el daño que pudiera sufrir, tal es el
caso de Elmira, quien antes confió en el mismo hombre. Cetina refiere en esta
composición a la pasión de manera sutil, el “ángel del hogar” ha sido desplazado por una
mujer más terrenal. La carga moral es evidente, pues desde una perspectiva femenina, el
poder está representado por la figura del poeta y la mujer se muestra como el objeto de
sus deseos, la cual tiene en sus manos el freno y responsabilidad de sus acciones. Aun
cuando se trata de un poema, por su temática podríamos trasladarlo a una fábula dado su
fin didáctico cuya moraleja sería advertirle a la mujer más cuidado en el amor38. Como
podemos observar, la pluma literaria femenina empieza a tomar otra dirección, en el
sentido de que la escritora comienza a tener otros giros que en sus primeros escritos no
mostraba. Tomamos las primeras dos octavas como ejemplo de esta primera
colaboración en la Biblioteca de Señoritas:
A Elina
Mira del dolor el peso
Inclina su blanca frente
Y triste lágrima ardiente,
38 El tema del amor es muy recurrente en el romanticismo, pero siempre con un sesgo pesimista, dirigido al sufrimiento como un fin inevitable, de ahí que Rita en este poema intenta deconstruir lo prestablecido, es decir, como lo indica Monserrat Galí: “El romántico es un ser eternamente insatisfecho, anhelante, decepcionado, trágico” (GALÍ 2002, 595).
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Surca en su pálida faz.
A la tristeza entregada
Siempre mustia y solitaria,
Alza al cielo una plegaria
Pidiendo quietud y paz
Suspiro lánguido exhala
Y desconsolada llora,
Honda pena la devora
Desgarrando el corazón.
En vano la vista ansiosa
En derredor de ella gira
No encontrará pobre Elmira
Quien comprenda su aflicción.
Junio 2 de 1868
Ahora nos detendremos en la escritora Gertrudis Tenorio Zavala39, que como lo
mencionamos anteriormente, también colaboró en la misma publicación y que en
palabras de Rodolfo Menéndez de la Peña fue “la compañera de toda la vida” de Rita
(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908, 66). No podemos dejar de remarcar la importancia de su
presencia en la labor de Cetina, pues en compañía de Cristina Farfán, fundaron la primera
revista escrita por mujeres en la península: “La Siempreviva”, cuya presencia le otorgó
mayor rigor académico, fortaleciendo la publicación. Además en conjunto lograron un
gran avance en cuanto se refiere a la educación de la mujer y como feministas pioneras.
39 De acuerdo a nuestras investigaciones, consideramos que el encuentro entre Rita y Gertrudis tiene su origen en su genealogía, es decir, como su padre y su hermano fueron militares, además de las relaciones políticas que sostenía su tutor Don Domingo Laureano Paz favorecieron el acercamiento entre ellas, ya que el abuelo de Gertrudis Tenorio fue Don Lorenzo de Zavala, también figura sobresaliente en la milicia, así que es muy probable que la concatenación de relaciones cruzaron sus destinos.
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De acuerdo a lo que Celia Rosado Avilés plantea en su tesis doctoral, Tenorio Zavala, cuyo
seudónimo era Hortensia, de igual modo comenzó a escribir a los 17 años en periódicos
como El Repertorio Pintoresco, posteriormente en La Oliva, y que tuvo más proyección en
el centro del país que la misma Cetina, publicando en Las Violetas del Anáhuac, entre
otros (ROSADO, 2009, 159). De hecho, “Tulita” como le llamaban sus amigos (entre ellos
Rita) colaboró antes y con más participaciones que nuestra escritora en el Renacimiento,
dirigida por Altamirano. José María Vigil, de la misma forma, la incluye en su Antología de
Poetisas Mexicanas (VIGIL 1977, 129) con tres composiciones poéticas tituladas, A la
Virgen María, El amor y el desengaño y Quejas, una composición de ocho cuartetos donde
alude a la imagen del amor del ideal romántico. Sin lugar a dudas, fue una mujer cuyas
intervenciones fueron medulares en el progreso de la mujer decimonónica y cuya obra no
puede faltar en la historia de la literatura femenina.
Cristina Farfán40, como lo hemos mencionado anteriormente, fue esposa del
director y fundador del periódico La Biblioteca de Señoritas, nació el mismo año que Rita
Cetina (1846) pero murió casi veinte años antes (1888). Por cuestiones personales, tuvo
que dejar su natal Mérida para continuar con su labor periodística en Tabasco donde
fundó El Recreo del Hogar, que ha decir del título, también fue una publicación dirigida a
la mujer, sin embargo no alcanzó la importancia de La Siempreviva a nivel peninsular.
40 Melchor Campos en su “Estudio introductorio” a la edición facsimilar de La Siempreviva, presenta a Cristina Farfán como una escritora que cultiva una diversidad de géneros literarios, como poemas, novelas, ensayos y discursos, con una fuerte influencia del romanticismo católico del conde Chateubriand y el vizconde de Walsh. Su actividad en la sociedad fue impartir la clase de dibujo natural. Como dato personal, cabe mencionar que es la única que se casa de las tres (Cetina, Tenorio y Farfán). (CAMPOS 2010, XLIX).
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Continuó con su labor educadora en el Colegio El Porvenir. No hizo uso de ningún
seudónimo como Gertrudis y Rita, pues a diferencia de ellas, los apellidos de su esposo
legitimaron su hacer tanto en el periodismo como en la educación.
Figuró en la Antología de Poetisas Mexicanas de Vigil con tres composiciones, la
cual una de ellas llama nuestra atención: Mi hogar. En estos versos, en su discurso
femenino, notamos que Cristina Farfán afirma y confirma que el lugar más seguro para la
mujer es su casa. Enaltece el intimismo, ya que el símbolo de la casa41 representa su
pensamiento donde sólo ella puede adentrarse. Observa el exterior donde las aves
representan la libertad mientras ella “disfruta” de la reclusión en el hogar en los brazos
del esposo con el que comparte su confidencialidad. Galí apunta que la casa como
símbolo de lo privado, enclaustrará a la mujer, a quien se convierte en el garante del
funcionamiento de la célula familiar (GALÍ 2002, 96) Así se leen los últimos versos:
Mi hogar
Casita, casita alegre
De la loma de Esquipulas,
Que en ti no dejen los tiempos
Su huella implacable nunca;
Porque en brazos de mi esposo
Vivo, para mi ventura,
Siempre querida y contenta;
Siempre en confidencias mutuas.
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Hacemos mención de otro fragmento de una composición que publica en la
antología antes mencionada, puesto que su configuración femenina parte de la presencia
del varón y de su sentido de pertenencia, es decir, se cosifica ella misma. La mujer existe
por y para el hombre, planteamiento que se reafirma desde el título
Mi todo
Eres mi bien, mi dicha, mi alegría;
Único ser que con delirio ardiente
Adora mi alma, y cuyo amor ferviente
¡Ay! mi entusiasta corazón ansia.
Eres mi fe, mi gloria, mi esperanza:
El arcángel de luz que me ilumina;
El faro bienhechor que me encamina
Al lugar de la dicha y bienandanza.
Sin ti, soy nada, mi adorado dueño;
Sin ti, la muerte me será querida;
Porque tú eres el ángel de mi sueño;
Porque tú eres el todo de mi vida.
Volviendo atrás al estudio de nuestra escritora, en la obra de José María Vigil, Rita
Rosaura figura con una composición, A Babilonia, (VIGIL 1977, 293) la cual había sido
publicada en la revista El Renacimiento anteriormente. Menéndez de la Peña plantea la
posibilidad de que su humildad literaria la haya limitado a sólo presentar una poesía
(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1908, 59). Sin embargo, en sus inicios mostro cierta timidez en
su escritura, probablemente lo que la hizo considerarse de poco talento literario.
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Con la alusión a las intervenciones de Rita, Gertrudis y Cristina en la antología de
José María Vigil, que en su momento fue de gran relevancia; ya que el hecho de figurar
en ella, les otorgaba el reconocimiento de las autoridades literarias y contribuir al
imaginario femenino que comenzaba a filtrarse como parte de la ideología positivista y de
las demandas del país vecino. Notamos, que la escritura de nuestras autoras no se aleja
de las demandas del contexto, por un lado reafirman a la mujer como el garante de la
conservación y preservación de la familia a través de figurar como el “angel del hogal”,
tal es el caso de las composiciones de Cristina Farfán y por otro lado la expresan la
inclusión de la mujer en terrenos públicos pero con los aires propios del romanticismo.
Reafirmamos esto con la siguiente cita de Monserrat Galí:
[…] Se difundieron dos tipos de discurso, contradictorios entre sí: por una parte,
los textos didácticos, moralizantes y aun costumbristas tienden a enfatizar el rol de
la mujer como madre de familia abnegada, como esposa atenta a todas las
necesidades domésticas, y como mujer laboriosa y siempre ocupada en
actividades que beneficiarán al bienestar familiar; pero por otra parte, la literatura
– novela, cuento o poesía- se encargará de difundir un modelo de mujer
fantasiosa, romancesca, dada a vivir en el ocio y únicamente en el amor
romántico. (GALÍ 2002 ,97)
En la Revista de Mérida, revista análoga al Renacimiento de Altamirano, tratada
en el capítulo anterior, Rita también se encuentra entre la lista de colaboradoras y
colaboradores en aquella primera edición que data del año 1869. Tal como lo muestra la
imagen publicada más adelante, figura al lado de su amiga y colega, Gertrudis Tenorio
Zavala y de José García Montero, esposo de Cristina Farfán.
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Sin embargo, llama mucho la atención el prólogo presentado por el editor,
Ramón Aldana, sobre todo cuando menciona a los colaboradores, pues se refiere a ellos
como “escritores inteligentes” y “jóvenes”, pero no hace una alusión directa y clara a la
participación de las mujeres como parte del grupo. Podemos pensar que usa el término
“escritores” de una manera genérica, es decir, considerando en él a las mujeres y a los
hombres. No obstante, si hubiese sido en ese sentido, la palabra “jóvenes” es un término
no recurrente para aludir a hombres y mujeres .Así apunta un fragmento:
LA REVISTA DE MÉRIDA es una publicación enteramente literaria que sale a la luz
sin pretensiones, atrevimiento grande y digno de censura seria el nuestro, si al
emprenderla, confiásemos solo en nuestras fuerzas, si no cansadas nunca para el
culto de las letras, desproporcionadas siempre al grado de adelanto y de gloria a
que aspiramos verlas llegar aquí. Contamos, pues, para ayudarnos en nuestros
trabajos con escritores inteligentes que ya han sabido merecer el justo aplauso y
el respeto de sus conciudadanos, por lo mucho bueno y útil que han escrito, y con
jóvenes estudiosos que desean imitarles, y cuyos nacientes talentos servirán algún
día para la felicidad y el buen nombre de la patria: todos ellos, amigos nuestros y
unidos a nosotros por el noble común interés de la gloria literaria.42
No es de extrañarnos que en un contexto donde los varones, desde tiempo atrás
habían sido los únicos en tomar la pluma literaria y el periódico portavoz exclusivo de ellos
y la mujer ocupaba sólo el espacio doméstico, les costara reconocer y aceptar la incursión
de ellas en un espacio tan suyo; pero afortunadamente, en el caso de la mujer meridana
esta revista y la Biblioteca de Señoritas fue el umbral para abrir las puertas de par en par,
no sólo para tener la oportunidad de expresarse en medios públicos, asimismo, para
42Aldana, Rodolfo “Introducción” en La Revista de Mérida” Año I. Núm 1. Ejemplar encontrado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense.
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cultivar su mente. Y lo más sobresaliente de esta situación, es que Rita Cetina, tomó la
batuta de la dirección de este proyecto donde la mayor resonancia fue en la educación.
Fig. 6 La Revista de Mérida
Cetina colabora en esta revista con diversas composiciones, “Babilonia”, “El ángel
de tu hogar” y “Campeche”, que es un poema donde la escritora, es la voz colectiva de
Mérida que se solidariza con este estado vecino ante la desgracia que dejó un desastre
natural. Para 1870, la revista da un giro y después de ser una revista de temática
exclusivamente literaria, abre sus posibilidades a otras áreas anunciándose como un
periódico mercantil, noticioso y de anuncios. De hecho, para junio del mismo año dejó de
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publicarse por un tiempo “la parte literaria” hasta nuevo aviso, en palabras de los
redactores anotadas en la misma revista, 43
Finalmente, como lo habíamos compartido anteriormente La Revista de Mérida 44 destaca
porque a través de su “crónica local” anuncia la aparición de La Siempreviva:
Fig. 7 Crónica de La Revista de Mérida
El Repertorio Pintoresco, La Guirnalda, La Esperanza y El Recreo del Hogar, dirigido por
Cristina Farfán fueron otros periódicos donde Rita Cetina también colaboró, sin embargo
su mayor aportación, sin duda fue en La Siempreviva. Por tal razón, en el siguiente
apartado ahondaremos en este tenor.
43 “(A los señores suscritores) Por causas muy ajenas a nuestra voluntad se ha retardado la distribución de la parte literaria de nuestro periódico, ocasionando al mismo tiempo este retardo algunos inconvenientes en la cobranza de las suscriciones. Para evitar estos inconvenientes y establecer la justa regularidad en el cobro de las mismas suscriciones, avisamos a nuestros apreciables suscritores, que desde el presente mes sólo se cobrarán, con recibo, cuatro reales por la parte mercantil y la parte literaria será cobrada si recibo, en el acto de presentarse la entrega cuyo valor a los suscritores a las dos secciones será el de tres reales. Mérida, Junio 1° de 1870- M. Aldana Rivas. (Suelto extraído del ejemplar original localizado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense.) 44 La Revista de Mérida, revista publicada paralelamente a La Siempreviva. Hasta la fecha este periódico se sigue publicando pero con el nombre de Diario de Yucatán. Es la única publicación decimonónica que ha traspasado el tiempo a pesar de los diversos cambios en variedad de áreas.
77
2.3. La Siempreviva. Sociedad, escuela y revista.
1870, fue un año de suma importancia en la vida de Rita Cetina Gutiérrez. En un
lapso muy corto de tiempo se encontraba organizando y dirigiendo tres proyectos: una
sociedad, una escuela y una revista. Según cuenta el relato de Menéndez de la Peña, lo
primero que surge es la sociedad sin otorgar fecha exacta, ésta da origen a dos proyectos
más ambiciosos, una escuela de instrucción primaria para niñas pobres y la publicación de
una revista dirigida por mujeres para mujeres, las tres compartiendo el mismo nombre, La
Siempreviva, y el mismo fin: “la educación de la mujer por la mujer”45. Así el 3 de mayo de
1870, se inauguraba la escuela, y el día 7 del mismo mes salía a la luz el primer número
de la revista46.
El papel de nuestra escritora en estos proyectos, fue tan medular que difícilmente se
hubieran logrado sin la gestión e impulso de esta mujer. Su condición determinada por su
tiempo y espacio, la colocó como la más idónea para alcanzar los objetivos de esta tríada.
Desentrañar lo que se llevó a cabo de manera paralela, resultaría difícil y confuso, así que
trataremos, la sociedad, la revista y la escuela bajo el criterio de la importancia para no
45 Palabras que utiliza Menéndez de la Peña en el boceto biográfico. (MENÉNDEZ 1909, 24). 46 En este tenor, existe una contradicción en cuanto a la fecha de inicio de la institución y la publicación. Mientras Menéndez de la Peña apunta que tanto la escuela y la revista conocieron la luz el mismo día (3 de mayo de 1870); Celia Rosado Avilés en Mujeres en Yucatán, Mujeres de Yucatán afirma que el orden de aparición fue la sociedad, en inicio; la revista después y por último la escuela. Nos apegamos a las fechas que se establecen de manera más clara; es decir, tomamos como fecha de inicio de la escuela el 3 de mayo como lo indica Rodolfo Menéndez y la de la publicación la fecha que marca la misma revista en su primer número, el 7 de mayo de 1870 (ROSADO 2014, 215).
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caer en situaciones demeritorias, pero sí resaltando su discurso femenino tanto en sus
acciones como en sus publicaciones.
Retomando lo que ya se ha explicado en el capítulo anterior, como parte del
proyecto nacional impulsado por el presidente de las letras, Ignacio Manuel Altamirano,
además del proyecto literario paralelamente se desarrollaría el educativo. Reconoce a la
patria como una patria mestiza a la cual hay que modelarla con cultura y educación. De
hecho, su publicación El Renacimiento poseía un eminente carácter didáctico, puesto que
las clases de gramática no podían ser excluidas y el impulso de la cultura serían elementos
que contribuirían a forjar a la nación, de ahí su interés por incluir a la mujer como
copartícipe de este proyecto pues poseía los dotes necesarios, principalmente, la mano
protectora y guía, así como el espíritu materno47.
Desde la promulgación de la Ley de educación en 1861 se establecía que el Estado
conformaría escuelas donde se brindara educación a ambos sexos, sin embargo no hubo
actuaciones firmes que mostraran algún logro en este tenor, al menos no en la península
de Yucatán48. Piedad Peniche Rivero49 refiere que el gobierno simpatizaba con la
educación de las mujeres puesto que el 80% de las mujeres era analfabeta, expresión que
45. Es así como se abre el espacio para la mujer que en mucho tiempo permaneció cerrado. Cabe recordar lo que se manifiesta al inicio de la publicación de la revista Renacimiento: “Se preocupaba también Altamirano por la instrucción de las mujeres para liberarlas del destino usual: el servicio doméstico, la costura, la prostitución…” (BATIZ 1993, 187) 48 “En 1868 se habían establecido las escuelas elementales para niñas en cinco suburbios de la capital yucateca, existiendo además el Liceo de niñas del Centro… y aún en los días más aciagos de la guerra social se venía laborando en pro de los intereses morales e intelectuales de las yucatecas.” (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,24) 49 Para ahondar en el papel de Rita Cetina como una maestra ilustre y prolífica, recomendamos revisar el texto de Piedad Peniche Rivero recientemente publicado: Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas: Una cuna del feminismo mexicano 1846-1908.
79
se opone a lo que apunta con aires románticos Menéndez de la Peña en el boceto
biográfico de Cetina: “Unas cuántas señoritas, animadas de purísimos deseos altruistas y
de brillantes esperanzas en el porvenir, se congregaron particularmente con el
simbólico50 nombre de la Siempreviva”51. Así que, Rita Cetina contaba con el perfil para
dirigir una sociedad que reunía a la más alta élite femenina que apoyó la creación de una
escuela gratuita de instrucción primaria inferior y superior para niñas pobres, ya que
como recordaremos realizó su profesorado en un espacio particular y poseía un alto nivel
cultural. Con el apoyo de las escritoras Gertrudis Tenorio y Cristina Farfán emprenden
esta ardua tarea, en la que emplearían la mayor parte de su vida a excepción de Farfán,
quien emigró a Tabasco para continuar con su quehacer periodístico, fundando la
publicación El Recreo del Hogar.
Ahora bien, el punto de coincidencia entre el abismo de diferencias lingüísticas
entre Peniche y Menéndez de la Peña al abordar el objetivo de la creación de la escuela,
es que efectivamente, las instructoras se congregaron de manera altruista y con respecto
a la fundación de una asociación de carácter científico y literario es que ambos hacen
énfasis en la marcada desigualdad por su condición clasista.
Definitivamente, La Siempreviva no fue un nombre fortuito, este nombre lleva una
gran carga simbólica. Alude a una planta de carácter medicinal cuyo aspecto digno de
50 María del Carmen García en Un discurso de la ausencia, teoría y crítica literaria feminista, nos dice que en lo simbólico se ha estructurado la subordinación de las mujeres y que ahí mismo se han establecido los criterios de valor para juzgarla y valorar sus obras literarias, por lo tanto es imperiosa la necesidad de deconstruir ese simbólico, analizando primero la diferencia en los textos literarios y segundo analizando las formas en que se trabajan los significados, para encontrar-nos la identidad de las mujeres, a través de los escritos de las mujeres desde la óptica de lo femenino. (GARCÍA 2002,29) 51 (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,25).
80
atención es su estado perenne, permanente y sobre todo sanador. El nombre
seguramente refiere a la misión de las “siemprevivas”, seres incansables, de lucha y en la
lucha y que cuentan con el “bálsamo” para la mujer; el bálsamo del conocimiento.
Además al recurrir a una flor para nombrarse a sí mismas, aluden al ideal romántico52. La
flor, símbolo de la mujer, de su candor, fragilidad y belleza; belleza que será enaltecida y
recubierta por el conocimiento. Así estas mujeres transformadoras se disfrazan de una
fragilidad aparente para no romper el paradigma masculino de una manera abrupta y
proseguir con sus intenciones progresistas, es decir, la misión principal de sus propósitos
era darle un giro a la condición femenina a través del impulso a la educación y
profesionalización de las mujeres. Como muestra del logro de todo ello, es que
conformaron las bases para todo un movimiento feminista, siendo su natal Yucatán
sede del Primer Congreso de Mujeres en México llevado a cabo años después.
Indudablemente la importancia de la Sociedad La Siempreviva, radica en que fue la
primera asociación dirigida a mujeres y exclusiva de mujeres. Para la élite femenina
resultó ser un impulso para su formación en cultura y arte. De alguna manera, perseguía
deconstruir al “ángel del hogar” para configurar una mujer de mayor conciencia social,
pues debido al éxito del proyecto se funda una escuela pública para niñas de escasos
recursos y así expandir la idea de culturización del “bello sexo”, término que hasta poco
antes se había utilizado.
52 El Romanticismo exalta la imaginación, que no es lo mismo que la fantasía. La primera se sustenta en la naturaleza; la segunda no tiene sustento […]. El Romanticismo no inventa, sino que imagina a partir del mundo y la naturaleza. El romántico se abandona a la facultad de imaginar, que existe junto con la de razonar, pero esa facultad se nutre de las experiencias, sensaciones y deseos y angustias (GALÍ 2002, 505)
81
El proyecto de tal tríada logra su consolidación gracias a que en la misma sociedad
circulaba la revista La Siempreviva53 persiguiendo los mismos fines. Desde el encabezado
podemos ver cuál era la intención de la publicación: “Bellas Artes, Ilustración, Recreo y
Caridad”. Desde luego, se trata de una transformación paulatina, no de un cambio
radical, es decir, observamos un carácter eminentemente moral y adoctrinador. No se
podía cultivar la mente sin dejar de lado el espíritu. Además es primordial recordar que
en siglo decimonónico la educación de las mujeres en nuestro país estaba, en gran
medida, basada en la formación moral, sobre todo porque era una manera de regular la
conducta y comportamiento de los integrantes de la sociedad; así las mujeres, a partir de
su niñez recibían lineamientos, enseñanzas, advertencias y consejos para saber, desde el
“deber ser” conducirse a lo largo de las diferentes etapas de su vida. La revista permitía
difundir la oferta académica, por decirlo de alguna manera, que se ofrecía en la escuela;
iniciándose con clases música (piano), declamación y dibujo con sólo seis niñas inscritas,
en estas actividades su hermana Guadalupe se hizo presente con su participación.
Aun cuando algunos autores califican a la revista de carecer de calidad literaria o
que no aporta a la conformación de una literatura yucateca enfocándose su aportación al
terreno didáctico; diferimos de ello, ya que no sólo ha contribuido a la literatura regional,
sino a la literatura femenina de México y por ende a la hispanoamericana, pues en primer
lugar se trató del primer espacio para la voz literaria femenina en el país y que tuvo
53 La imprenta del gobierno del estado imprimió La Siempreviva, como una forma de apoyo económico, pues el ingreso por las suscripciones era destinado a los gastos de la escuela para niñas de la misma sociedad. Esta publicación fue fuente principal de la enseñanza, ya que en el corte de 1870 las suscripciones de los primeros 15 números ascendía a $148.37. La escuela para niñas pobres no dependió del todo de la revista puesto que recibió donativos del gobierno. Campos, Melchor La Siempreviva Edición facsimilar. En “Estudio introductorio” pág. XXI
82
resonancia en Hispanoamérica; en el grupo de redacción hubo una verdadera
preocupación por el contenido de la revista, puesto que desde el inicio y a lo largo de los
cuarenta y tres números publicados, la variedad temática y el gran esfuerzo por
presentar diversidad de géneros dan muestra del gran compromiso por conformar las
letras regionales cuyo eco llegó a varios estados de la república. Esto es comprobable
desde la selección de colaboradoras, indudablemente Rita con su experiencia en otros
periódicos y el ejercicio de escritura que venía practicando desde muy joven, la colocaron
en la dirección de la revista, sin hacer menos a sus dos colaboradoras Cristina Farfán y
Gertrudis Tenorio, cuyas intervenciones van desde poemas, artículos y narraciones. En la
lista están presentes otros nombres del mismo género que sus creadoras, que del mismo
modo aportaron al corpus de la revista a lo largo de su emisión y algunas de ellas también
dando clases en la escuela e integrantes de la sociedad de nombre homónimo. Entre ellas
encontramos a Carmen Solís de Rivas, quien escribía bajo el pseudónimo de “Clara”,
Robustiana Armiño. Adelaida Carrerá de la Fuente, fue una mujer que se encargó de
hacer traducciones del inglés y el francés. La primera de ellas fue una fábula de Emilio
Souvestre titulada “Los dos escolares de Wesminster y una noveleta, “Aldeano de
Caregliano” (ambas traducidas del francés), quien tuvo que abandonar su colaboración
por su cambio de residencia y entonces, Rita le dedica una novela de nombre Julia, de la
cual hablaremos más adelante.
La importancia del proyecto, que se mostraba ambicioso por la intención de su
alcance, hizo que otras mujeres escritoras de otros estados circunvecinos se acercaran
83
con la intención de proporcionar sus colaboraciones, tal es el caso de Catalina Zapata54,
cuya pluma era más abierta, es decir, con un toque inclusive transgresor, que desde
Tabasco enviaba sus escritos para que fuesen publicados. Conocida como “La cantora del
Grijalva” destacando sus composiciones en verso siendo su mayor contribución. Alvina
Ravar Reseda, una veracruzana que atendió el llamado de las escritoras y remite “sus
versos” a la publicación. Cetina le agradece con las siguientes palabras: “entusiasta
veracruzana que envía sus armoniosos y sonoros versos”. Así encontramos que aún en la
corta duración de la revista, de ella emanó una escritura diversa que iba desde
composiciones poéticas perfectas como las de Cetina y que aun cuando se disculpaba por
su escritura, consideramos una falsa modestia pues siempre mostró un gran cuidado de la
forma y una variedad temática recurrente en la época; otras colaboradoras empezaron a
incursionar en la narrativa como Catalina Zapata con breves ensayos, fábulas por Cristina
Farfán, cuentos y novela publicados por Rita Cetina.
A partir de la publicación de La Siempreviva en 1870, surgen en el centro del
país y en otros estados de la república, revistas dirigidas especialmente a la mujer, tal es
el caso de Las hijas del Anáhuac, que después cambiarían el nombre a Violetas del
Anáhuac dirigida por Laureana Wright de Kleinnhans, La Palmera del Valle, publicada en
Guadalajara por Doña Refugio Barragán de Toscano; La Violeta de Monterrey dirigida por
54Catalina Zapata contribuyó con posiciones más abiertas por la emancipación de las mujeres, incluso recurriendo a la ironía para criticar la tendencia machista de descalificar a las mujeres como “locas” cuando rompen esquemas del patriarcado, como el emerger en espacios públicos sosteniendo sus derechos y puntos de vista. (OCAMPO 2010, XLIX).
84
Ercilia García, y más adelante El Recreo del Hogar de Tabasco, fundada por Cristina Farfán
de García de Montero. Presentamos la primera plana del primer número de la revista.
Fig. 8 Primera Plana de la revista La Siempreviva
Llama la atención, cuando se nombra al equipo de redacción: “REDACTADA
EXCLUSIVAMENTE POR SEÑORAS Y SEÑORITAS”. Aun cuando lo veremos más adelante
en uno de los artículos que publica Rita Cetina, “La emancipación de la mujer” donde
habla de la importancia de la reivindicación de la mujer, en ningún momento dejaron de
lado lo socialmente aceptado. Esta distinción entre señoras y señoritas, menciona la
necesidad de asirse, de manera velada, al patriarcado. Es decir, la “señora” se identifica
85
fácilmente. Necesariamente requiere agregar el apellido del esposo, tal es el caso de
Cristina Farfán de García de Montero; otorgando un sentido de pertenencia al varón. El
uso de la preposición “de” marcaba la diferencia entre las “damas” que “se habían
realizado como mujer”, y las que estaban en camino o habían tomado otro como el ser
educadora, siendo otro modo de realización, aceptación y renuncia a la maternidad. Y
desde esta perspectiva, la educadora ahora podía ser la madre simbólica de muchos hijos
más, en este caso de niñas, cuya debilidad se mostraba al ser pobres y muchas de ellas sin
la protección paterna. Un claro ejemplo de esta circunstancia es Rita Cetina ya que “su
vida la dedicó por completo” a la instrucción femenina. Así a las señoritas, aun cuando no
tuvieran el apellido de “casada”, la castidad les otorgaba la virtud y la decencia55.
Rosado Avilés en Mujeres en Yucatán, Mujeres de Yucatán presenta de una
manera algunas características descriptivas del periódico:
El primer número de La Siempreviva presenta la siguiente estructura:
“Introducción”, “Sección Oficial”, “Sección Literaria” y “Suelto”. A partir del
número cuatro los nombres de las secciones desaparecen de la publicación, pero
la organización y los contenidos siguen siendo similares. En el espacio
correspondiente a la “Sección literaria” se publicaron narraciones originales,
traducciones del inglés o francés, algunos tímidos ensayos sobre la educación de
la mujer, la religión y la familia y, con mayor profusión, textos líricos. (ROSADO
AVILÉS 2011, 27)
55 Sin perder de vista que otra forma de realización de la mujer, era el dedicarse a la vida religiosa, donde el patriarcado está representado por Dios.
86
Precisamente en el primer número de la revista en la Sección Literaria, Rita
Cetina publica una composición que de alguna manera es la bienvenida para las lectoras
como para las colaboradoras. Llama la atención el título, ya que refiere a “Nuestro sexo”,
es decir, el haber omitido el adjetivo “bello”, tan frecuentemente usado para referirse a la
mujer decimonónica, nos denota como la escritora meridana comienza a configurar a la
mujer sin los atributos que antes la dejaban en el papel ornamental y la limitaban al
espacio doméstico. Realmente, esta primera composición va cargada de una gran
intención de transformar ese imaginario femenino predominante hasta la época, pues
alude a la importancia de la Ilustración haciendo énfasis en imágenes de luz, símbolos
relativos al conocimiento56.
A NUESTRO SEXO
¿No veias aparecer en el oriente
Más bello que el Sol, más claro y limpio el día?
¿No sentís que es más grata la armonía
del alegre y parlero ruiseñor?
¿No sentís que al mecer nuestros cabellos
la brisa de la tarde pasajera,
es más fresca, más pura y lisonjera
que el tierno beso del filial amor?
¿No sentís más frescura en el ambiente?
¿De las flores más dulces los aromas?
En el manso arrullar de las palomas
¿no oís una cadencia celestial?
56 Cetina Gutiérrez Rita, “A nuestro sexo” en la revista La Siempreviva. Primer número, 1870 pp. 2 y 3.
87
¡Oh! ¿No es verdad que todo a nuestra vista
más bello, más sublime se presenta?
¿Veis la Naturaleza que hoy ostenta
Esplendor y grandeza sin igual?
Esos signos anuncian que la hora
ha llegado , por fin, tan esperada,
de levantar la frente, que angustiada,
entre la sombra se inclinaba ayer.
Dejad la postración que tanto tiempo
el saber y la gloria os ha ocultado:
oíd con atención: la hora ha llegado
de que ilustre su nombre la mujer.
Pasan los siglos y edades y los pueblos
que sumidos están en la impotencia,
súbito dan la voz de Independencia
y denodados luchan con valor.
¿Qué extraño, pues, que la mujer despierte,
que de las ciencias el raudal fecundo
beber anhele en su afanar, y al mundo
ejemplo ofrezca de su noble ardor?
Dotada la mujer por el Eterno
de sentimientos nobles como el hombre,
ambiciosa también legar su nombre,
ilustre y grande, a la futura edad.
Sí, ¿no es cierto, queridas compañeras,
88
Que halagáis ese bello pensamiento?
Pues no esperemos más: llegó el momento,
Proclamemos: Unión, Fraternidad.
¡Venid todas, venid! La Siempreviva,
Vuestra entusiasta protección reclama,
y cariñosa con amor os llama
Y os brinda sus columnas con placer.
Sacudid la inacción, alzad la frente,
Levantad con orgullo la cabeza,
Y podremos decir con entereza
Que alcanza cuanto quiere la mujer. 57
En este poema, conformado por seis octavas, las palabras utilizadas por Cetina
son palabras que aluden a la luminosidad, formando una isotopía: día, sol, brisa, fresca,
naturaleza, esplendor, belleza, aromas; lo cual bien podría relacionarse con la llegada de
una nueva estación, en este caso la primavera, tiempo donde todo florece después del
frío invierno, siendo éste una imagen de contraste expresada con otra isotopía, que
podemos observar a partir de la tercera octava con palabras como angustiada, mustia,
doliente, oculto; revelando oscuridad. Estas dos isotopías refieren, la primera (la imagen
de luz) al conocimiento, a la ilustración y la segunda a la oscuridad de la ignorancia, pero
además remarcada por la abnegación, aspecto que se refuerza al usar el vocablo
“postración”. En los versos “Dotada la mujer por el Eterno / de nobles sentimientos como
57 Esta composición publicada en el primer número de la revista La Siempreviva como bienvenida a las mujeres suscriptoras y colaboradoras, también es leída en la inauguración de la escuela que lleva el mismo nombre, pero con algunos ajustes en las últimas estrofas que tienen que ver con el exordio a las enunciatarias de cada situación.
89
el hombre/ Ambiciona también legar su nombre/ Ilustre y grande a la futura edad.” Es
una clara defensa por el derecho al conocimiento de la mujer, tanto como derecho divino
e igualdad con el hombre. Es por ello que, a través de esta composición Rita hace un
exordio a las de su género, proclamando las palabras “unión y fraternidad” para invitarlas
además del cultivo de la mente a tomar la pluma literaria y sacar a la luz sus escritos en La
Siempreviva.
Anteriormente habíamos referido a un artículo que publicó Rita Cetina en el
segundo número de la revista, en la sección literaria, titulado La emancipación de la
mujer58. En este apartado, la escritora inicia otorgándole reconocimiento al varón como
una forma de concederse permiso para hablar de tal tema, después mediante una “falsa
modestia” que se refleja al decirle que a pesar de su “debilidad” hablará de la importancia
de la educación de la mujer. Posteriormente, alude al relato bíblico sobre la creación del
hombre y la mujer como una forma de justificar la relevancia que tiene ilustrar el
“espíritu” en este caso femenino, pues comparten, la “inteligencia, razón y sentimientos”
y tener la misma oportunidad de acercarse al conocimiento como lo han hecho ellos, ya
que de no permitirlo no tendrán nunca derecho para exigirle bondad y virtudes. Así,
Cetina es muy contundente en el último párrafo de este artículo donde con un tono
imperativo pide la ilustración de la mujer:
Ilústrese el espíritu de la mujer, y al mismo tiempo de aborrecer y despreciar lo
malo, admirará lo grande, lo sublime, amará lo justo, lo noble, lo bueno. Para
58El término emancipación fue muy recurrente en este momento histórico a partir en que se da la restauración de la república, refiriéndose no sólo a la reivindicación de la mujer, sino también a todo individuo que integraba la recién república.
90
conseguir la rehabilitación de la mujer no hay más que un medio: la ilustración.
Désele, pues la instrucción necesaria, cultívese su razón, su inteligencia, para que
pueda con libertad tender su vuelo y colocarse en la misma posición que el
hombre. “Lo que buscamos y deseamos es el equilibrio en el espíritu; la unión
completa de la familia, de la sociedad, sin menoscabo de la dignidad de ninguno
de sus miembros. (CAMPOS 2010, 1)
De acuerdo a lo que podemos observar en la cita anterior, Rita apela al equilibrio
entre el hombre y la mujer, a la igualdad; con el fin de preservar la unión a partir de la
familia y por ende de la sociedad. Asimismo, lo plantea Georgina Rosado Rosado en el
prólogo para comprender La Siempreviva59 “decidieron de manera inteligente qué era
conveniente transformar y qué mantener de los estereotipos y prácticas ligadas a la
mujer y a un discurso femenino, en una continua negociación con los grupos de poder,
civiles y eclesiásticos” (CAMPOS 2010, XV)
59
Nos pareció de interés, insertar el comentario que se publica en La Revista de Mérida del 1 ° de junio de 1870, para promover las suscripciones de La Siempreviva
91
El compromiso de la escritora meridana era muy grande, no sólo busca incluir y
motivar a las mujeres a través de sus composiciones firmadas; según lo relata Melchor
Campos en su estudio introductorio al facsímil de revista, Rita escribía anónimamente
con el fin de provocar la inquietud de otras damas para publicar sus escritos en el
periódico usando las siglas L***. Campos García apunta:
Por estas colaboraciones, La Siempreviva las felicitó y alentó para continuar
enviando sus composiciones, un estímulo a la literatura yucateca femenina… La
profesora Rita Cetina Gutiérrez tuvo la genialidad de crear este personaje
imaginario para alentar a las mujeres de la época, otorgar confianza y comunicar
por escrito sus razones y sentimientos (CAMPOS 2010, L)
Agregamos la composición que aparece en el número inaugural de la revista
como ejemplo de sus colaboraciones anónimas:
A MI JILGUERO
Qué extraño es el contraste de mi lloro
Con tu canto armonioso entusiasmado;
Mientras cantas, Jilguero enamorado,
¡Ay! yo en silencio mi dolor devoro.
Vuela, Jilguero, sí, y al bien que adoro
Cántale con acento apasionado,
Que guardo su recuerdo idolatrado
Como guarda el avaro su tesoro.
92
Dile que siempre, mi avecilla hermosa,
Fijo está en él, el pensamiento mío,
Que á cada instante al recordarle ansiosa,
Suspiro tierno con afán envío;
Y que aunque nos separe cruel distancia
Le amo cada vez más, con más constancia.
Mérida, Abril 39 de 1870
L***
En este poema, Rita alude a un tema recurrente del romanticismo, el amor. En
este caso al amor de pareja, pues en otras ocasiones refiere al amor filial, como lo
pudimos observar en la primera composición que mostramos anteriormente, o al ser
divino: Dios. La imagen del jilguero es la de la complicidad, el ave conoce su interior y es
la voz de ella y al mismo tiempo sus alas. Porqué no considerar que Cetina, de alguna
manera proponía que el periódico podía ser el cómplice y portavoz del sentir de las de su
género. No olvidemos que nuestra escritora, en muchas ocasiones y circunstancias
mostró gran creatividad como el hecho de escribir en el anonimato para inducir la
participación femenina.
Como último comentario sobre la revista La Siempreviva, es que a pesar de no
haberse publicado por un tiempo prolongado, bastaron dos años60 (1870-1872) para
alcanzar los propósitos planteados desde su primer número. La importancia de dicha
publicación, hasta la fecha sigue siendo trascendente, sobre todo porque marca varias
60 La sociedad publicó 43 números del periódico La Siempreviva desde el 7 de mayo de 1870 hasta el 7 de marzo de 1872. Su alfa y omega coincide con la cronología del gobierno progresista de Manuel Cicerol Canto que terminó el 31 de marzo de 1872. ( OCAMPO 2010, XXII).
93
situaciones, en inicio porque fue el primer periódico dirigido a mujeres y escrito por
mujeres, logrando ser un excelente manifiesto para la voz femenina, además da la pauta
para que la mujer tome la pluma literaria, porque de alguna manera rompe con los
cánones anteriores, en el sentido que buscaba la ilustración de la mujer más que atender
al “ángel del hogar”; asimismo, empezaba a apropiarse de un espacio público, antes
exclusivo de los varones y como lo expondremos más adelante, resulto ser el semillero
de muchas mujeres que poco tiempo después mostrarán un feminismo más abierto y
contundente.
2.4 El Instituto Literario de Niñas. Rita Cetina y su legado.
“De su armoniosa lira han brotado coronas de laurel
para ceñir las frentes de los héroes, guirnaldas de rosas y
de perlas para alumbrar la senda de los niños. Aún más que poetisa,
la señorita Cetina Gutiérrez es acreedora a la admiración
y a la gratitud de la patria, como profesora constante y laboriosa.”
Dolores Correa Zapata
La idea de considerar que la educación era el principal pilar del progreso y
consolidación del país entre los ámbitos del orden social a partir de la república
restaurada en 1867, se acentúa años después durante la etapa porfirista61. A partir de
61 El período que se conoce como Porfiriato comenzó en el año 1884 cuando Porfirio Díaz resulta electo presidente. Es a partir de este momento, en que el cargo de presidente toma un aire civil en lugar de militar como había ocurrido hasta el momento. Características del Porfiriato: La ideología se basó en el positivismo que postulaba el orden y la paz. Impulso de la economía mexicana. México experimenta el mayor
94
1876, año en que Porfirio Díaz asume el poder, la doctrina positivista62 tuvo su mayor
incidencia influyendo considerablemente en el ámbito educativo. Esta tendencia
ideológica tuvo largos alcances, puesto que permeó en el proyecto educativo en Yucatán.
Durante siete años (1870-1877) la escuela La Siempreviva logró su consolidación
como una escuela que soportaba el rigor académico demandado por la época, ya que de
acuerdo a lo que Menéndez de la Peña asevera en el boceto biográfico, en toda
acreditación que otorgaba validez oficial a los estudios en dicha institución siempre se
obtuvieron grandes resultados (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,30). La perseverancia e
ímpetu de Rita, aspectos que le eran reconocidos por la sociedad, otorgaron gran
credibilidad e importancia al centro de estudios. Para 1874, ya contaban con un plan de
estudios formal donde las principales asignaturas eran: lectura, caligrafía, gramática,
aritmética, geografía general, así como de geografía de México y Yucatán, geometría,
cosmografía, derecho constitucional, astronomía; además del cultivo de la cultura y las
crecimiento y progreso de toda su historia. Su gabinete de gobierno estaba integrado por políticos de diversas ideologías. Había juaristas, lerdistas e imperialistas. Impulsa la construcción de ferrocarriles. Se desarrolla la cultura y la ciencia en México. Durante esta época se desarrolla la literatura, la escultura, la pintura y la música. Todo impulsado por el gobierno. El positivismo impulsó el estudio de la historia mexicana lo que contribuyó a la unidad nacional. Todos estos avances y la estabilidad que se logró durante el porfiriato atrajeron a importantes inversores extranjeros. En esta época México se convierte en el principal productor de plata del mundo puesto en que se mantiene en la actualidad. http://www.historia-mexico.info/2013/01/porfirio-diaz 62 La doctrina positivista considera al conocimiento a la base del orden social, el estado laico, la educación científica y el individuo armado con saberes prácticos, dispuesto a emplearlos en beneficio de su país. Estas ideas ya estaban en ciernes en el México que se trazaba un nuevo plan de vida y no hallaron en el positivismo más que su formulación clara y ordenada. Además los reformadores del Estado coincidían en que la educación era el punto de partida para realizar el nuevo proyecto de nación, fue justo en ese ámbito en donde la doctrina positivista tuvo su mayor incidencia. http://www.revista.unam.mx/vol.6/num3/art22
95
artes, es decir, la declamación, la música, las labores manuales tenían carácter
imprescindible en el corpus educativo. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,35)
Sin embargo, las tendencias ideológicas concentradas en el altiplano influyeron en
el sureste del país. Así la escuela La Siempreviva, no cubría todas las expectativas del
proyecto educativo que el contexto demandaba; bajo estos lineamientos se crea el
Instituto Literario para niñas donde la persona más idónea para dirigirlo por su trayectoria
académica, artística y cultural era Rita Cetina Gutiérrez, maestra incansable, altruista,
cuya vocación y compromiso lo manifiesta hasta el fin de sus días.
Cierra sus puertas La Siempreviva, no por mal funcionamiento, sino porque ahora
la visión educativa tenía propósitos más abarcadores e incluyentes y sobre todo donde la
ciencia adquiría mayor importancia y desarrollo. Así un 16 de septiembre de 1877, se
inaugura el Instituto Literario de Niñas. Cabe mencionar que años atrás en 1867, se funda
otro instituto casi homónimo, llamándose entonces Instituto Literario del Estado, exclusivo
de varones, el cual conformó las bases para lo que más adelante sería la Universidad
Autónoma de Yucatán.
En inicio, se continúa con la enseñanza de primera y segunda instrucción; sin
embargo, la relevancia de este instituto radica en que es la primera institución de
formación docente para mujeres. Profesionalizar a la mujer en la docencia estaba
plenamente justificado, en primera instancia quien mejor que ellas para ofrecer y brindar
educación; como recordaremos el “ser maestra” se considera una extensión del “ser
madre” atributo y cualidad exclusiva del género femenino; en segundo término, al formar
96
un mayor número de profesoras conllevaba también el aumento de educandos, pero
sobre todo procurar educación que antes le fue negada a la mujer. Sin duda, el papel de
ellas en este rubro estaba marcado y delineado por las necesidades de una sociedad
“progresista” en aras de la conformación clasista del capitalismo años más adelante.
A las futuras profesoras de formación primaria se les instruía, principalmente en
diversos rubros; el primero de ellos en el área lingüística, es decir, gramática española,
inglés, francés, etimologías grecolatinas; otro encaminado más a la ciencia: aritmética, lo
social se enfocaba a la historia de México, de Yucatán y geografía universal. En este
tiempo, lo tecnológico refería a labores manuales que incluían la floristería. Desde luego,
el arte seguía presente sobre todo en el estudio de la música y el dibujo63. Según narra
Rodolfo Menéndez de la Peña, para motivar a las alumnas a graduarse como profesoras,
Rita, quien se había formado como docente de manera particular, pero sin la validez
institucional, solicitó hacer las gestiones pertinentes, como presentar los respectivos
exámenes para obtener su grado y como lo dice su biógrafo, “predicar con el ejemplo”.
(MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,39)
La expansión de la educación fue otro de los fines de la fundación de este instituto,
La Siempreviva, sólo albergaba a niñas meridanas y ahora podía ampliar sus expectativas
al recibir a mujeres de todo el estado, dándole así mayor peso a la labor de Rita y sus
colaboradoras. Sin embargo, desde un inició su elección como directora generó
63 Reglamento de la Ley Orgánica de Instrucción Pública del Estado. Art. 40 , en Rodolfo Menéndez, Memoria sobre la instrucción pública en el estado de Yucatán, Tipografía de G. Canto, Mérida, Yucatán, México, 1889. 155-156.
97
diferencias políticas, ya que un grupo de “progresistas” pedían se le otorgara la dirección
del centro educativo a una profesora alemana de nombre Enriqueta Dorchester,
probablemente porque durante el porfiriato la europeización se hizo latente y se prefería
en la élite lo extranjero a lo local y Yucatán fue muy proclive a lo europeo. La mayoría del
grupo político de ese momento, optó porque Rita continuara con la ardua labor que había
iniciado con tan buenos resultados. Sin embargo, otra fracción conformada por la
sociedad La Emulación decidió fundar una escuela a la par que el Instituto Literario de
Niñas con el nombre de Colegio Hidalgo, de igual manera dirigida a señoritas, donde
Doña Enriqueta Dorchester fungió como directora (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909, 38).
Más tarde las diferencias ideológicas entre Rita y el Estado, serían evidentes y no
tardaron en golpear la labor que la escritora y educadora venía desarrollando; el recorte
presupuestal y la falta de recursos entre otros obligaron a Cetina a dejar el plantel:
En El Diario Yucateco dice al respecto: “Después de organizarlo atinadamente,
continuó dirigiéndolo en medio de las grandes dificultades pecuniarias porque atravesaba
el erario público, hasta el grado de que no solamente no se pagaba con puntualidad a las
profesoras, sino que hasta se llegaba a retardar el envío de las pensiones con las que
debía procurarse la subsistencia de las alumnas que sostenía el Gobierno”. (MENÉNDEZ DE
LA PEÑA 1909,42)
Así entonces, la dirección del Instituto Literario de Niñas fue asignada a la alemana
Dorchester. Sin embargo, todo el camino recorrido por la escritora meridana durante
todo este tiempo, no fue en vano; puesto que sus seguidoras, grupo conformado por
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colaboradoras, amigas, alumnas y la misma Rita Cetina deciden regresar al proyecto
primigenio y reabre las puertas de la escuela La Siempreviva. De esta manera, su centro
de estudios tiene un segundo momento en 1878. Asimismo, Cetina llevó a cabo las
gestiones necesarias para que los estudios realizados en esta institución particular
tuvieran reconocimiento oficial. Y es a partir de este momento que, de manera evidente,
la labor de la profesora comienza a fructificar; es entonces, donde inicia su legado. Sus
primeras alumnas ahora, eran profesoras en este segundo momento de La Siempreviva.
En la revista del mismo nombre, siempre estuvo presente en su temática la
educación; el fin didáctico formó parte de la transversalidad de los objetivos de la
publicación. La educación de la mujer fue una de las grandes preocupaciones y tareas de
Cetina por lo cual dedicó no pocos artículos referentes al tema como el de “La mujer”
cuyas últimas líneas citamos: “En efecto, siendo que la mujer ejerce en el hombre tan
inmediata influencia, edúquesela con esmerado empeño, hágase en cuanto sea posible
obligatoria la instrucción de la mujer, y la raza humana no tardará mucho en llegar a su
verdadero perfeccionamiento”64
Definitivamente, para la escritora la mujer ejercía un papel preponderante en el
desarrollo de la sociedad y que además de buscar su reivindicación, pedía para ella una
formación de mayor rigor académico donde las ciencias ocupaban ahora un lugar
preponderante. Por todo lo anterior, para ella no era difícil cambiar de inmueble con tal
de seguir al servicio de la educación femenina que para entonces ya habían transcurrido
16 años de actividad magisterial. De acuerdo a los registros, la escuela fue la última de la
64 Cetina Rita, “La mujer” en La Siempreviva Núm 11. 17 de octubre de 1870.
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tríada La Siempreviva en permanecer vigente. Durante ese tiempo se formaron varias
generaciones que más adelante le darán forma y sentido al proyecto feminista de la
península.
En 1887 regresa a dirigir el Instituto Literario de Niñas, donde permaneció hasta
1902. Lo que sobresale de esta segunda época, además del incremento en el número de
educandas que para este año ya contaba con 218 alumnas,65fue la creación de la primera
biblioteca para señoritas, como parte del instituto en 1888. La biblioteca tenía la
formalidad propia de su función constaba de más de 300 volúmenes que habían sido
enviados desde el centro del país y otros de París. Otro aspecto que se da durante este
segundo momento es la fundación de una Escuela de Modistas el 15 de septiembre de
1889, de acuerdo a lo que el biógrafo Rodolfo Menéndez anota (MENÉNDEZ DE LA PEÑA
1909,52). Como era habitual en la ceremonia de inauguración, las composiciones alusivas
eran elemento indispensable, así, Rita como la directora expresa estas líneas:
“La escuela que hoy se inaugura
y que arte y ciencia concilia,
es la salvación segura
del hogar y la familia.
Si a cubierto de la infamia
pone a la mujer la ciencia,
65 De acuerdo a lo que Rodolfo Menéndez de la Peña anota en el boceto biográfico, de las 218 alumnas 72 se encontraban en el primer año de la enseñanza inferior, 34 en el segundo y 27 en el tercero. 13 en el primer año de la superior y 12 en la sección normal. (MENÉNDEZ DE LA PEÑA 1909,49)
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el trabajo la redime
y hace feliz su existencia”.
Como es posible observar, la perspectiva de Rita ha dado un giro, es decir, en sus
anteriores composiciones alusivas a la educación femenina el tinte religioso y la presencia
del hombre eran evidentes:
“Dotada la mujer por el Eterno
de sentimientos nobles como el hombre,
ambiciosa también legar su nombre,
ilustre y grande, a la futura edad”.
Se hablaba de una imitación del hombre y de talentos otorgados por Dios, ahora
aun cuando no ha dejado del todo la carga moral, pero ahora dirigida en otro sentido,
porque bien sabía Rita que a pesar de instruirse la mujer su rol en la familia y en el hogar
no había cambiado. Es por ello que no observamos una transgresión radical, pero sí gran
muestra de ello que parte desde el momento de tomar la pluma literaria, antes propia del
hombre hasta profesionalizar su educación. Además, como comentario final vemos que en
el primero, la ciencia se ha puesto por encima de lo doctrinal en los fines educativos.
Después de 32 años de larga labor, en la que sobresale la magisterial, Rita decide
retirarse pues la enfermedad la ha aquejado. El reconocimiento la acompaña durante su
aislamiento, pues las mujeres sobre todo, la identifican como la primera profesora en
Yucatán y su quehacer literario apreciado en varios estados del país, donde las
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publicaciones seguían circulando. Así Dolores Correa Zapata escribe unas líneas como
agradecimiento:
De su lira armoniosa han brotado coronas de laurel para ceñir las frentes de los
héroes, guirnaldas de rosas y de perlas para alumbrar la senda de las niñas.
Además de poetisa, la señorita Rita Cetina es acreedora a la admiración y a la
gratitud de la patria, como profesora constante y laboriosa.66
Rodolfo Menéndez de la Peña comenta que en sus últimos días tuvo el apoyo del
gobierno yucateco como reconocimiento a su gran labor. Además de haber recibido un
homenaje con motivo de su partida un 11 de octubre de 1908.
Sin embargo, la obra de Rita Cetina no concluyó el día de su muerte. La escritora y
maestra habían dejado un legado, en primer lugar la tríada La Siempreviva, sobre todo la
publicación traspasó las fronteras de Yucatán para propiciar el surgimiento de periódicos
en Tabasco, Veracruz, y sin duda en el centro del país donde en principio, Las Hijas del
Anáhuac y posteriormente Las Violetas del Anáhuac tuvieron gran aceptación y la letra
femenina cobró mayor importancia.
Su legado como profesora rebaso las paredes de las aulas, pues las primeras
maestras que formó se convirtieron en grandes aliadas en pro de la educación femenina.
Reconocieron el camino que Rita les había marcado hacia el progreso y la reivindicación
de la mujer. A diferencia de Cetina cuya transgresión fue muy sutil, estas tomaron el
estandarte con más decisión y objetivos muy claros, asimismo formaron todo un
66 Correa Zapata Dolores, La mujer mexicana Núm. 2 Tomo I.
102
movimiento que más tarde lograría la realización del Primer Congreso Feminista en
Yucatán en 1916. Piedad Peniche comenta que a pesar de que generalmente se presenta
a Rita Cetina como una “maestra tradicional”, tuvo gran influencia en las mujeres que
educó: “De la escuela de Rita Cetina surgió Elvia Carrillo Puerto, quien nació en Motul y
fue precursora de la Revolución Mexicana en Yucatán. Elvia fue presidenta de la liga
feminista “Rita Cetina Gutiérrez”, integrada por alumnas de la maestra y que trascendió
en el interior del Estado por los cursos y capacitación que impartía a mujeres pobres”67.
Como Elvia Carrillo Puerto68, encontramos nombres de otras mujeres que de igual
manera, cimentaron las bases del feminismo en Yucatán, tales como: Rosa Torres, Raquel
Dzib y Gloria Mireya Rosado.
Por último, presentamos imágenes referentes a la Liga feminista “Rita Cetina”.69
67 Peniche, Piedad. “Rita Cetina y Elvia Carrillo Puerto, precursoras del feminismo en Yucatán.” Diario Por esto. 68 De acuerdo a lo que Piedad Peniche afirma en un artículo referente al feminismo en Yucatán en el diario Por Esto, Elvia Carrillo Puerto mujer socialista, precursora de la Revolución Mexicana en Yucatán y maestra autodidacta. Organizó 65 ligas feministas en todo el estado para exigir el derecho al sufragio, al trabajo, incluso a la autodeterminación reproductiva. La liga central fundada por Elvia en Mérida, integrada por maestras, fue bautizada precisamente con el nombre de “Rita Cetina Gutiérrez”. Incluso editó dos revistas: “Feminismo” y “Rebeldía”. Peniche, Piedad. “Rita Cetina Gutiérrez, la feminista pionera de la educación en Yucatán en contexto teórico. http://www.cirsociales.uady.mx/revUADY/pdf/225/ru2252.pdf 69 Sánchez, Rivero Alma Delia. La Configuración de la mujer en la escritura: 1915- 1925. Tesis de Licenciatura Mérida, Yucatán 2000.
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Figura 9. Imágenes de la Liga Rita Cetina Gutiérrez.
Concluimos diciendo que a través de este recorrido biográfico de Rita Cetina, que
va desde sus primeros años hasta su legado; encontramos valiosas aportaciones como
parte de un arduo trabajo de investigación documental y sobre todo de archivo, aspecto
que ha sido indispensable para recabar una mayor información a la existente sobre
nuestra autora, como mencionamos anteriormente, a Rita Cetina se le ha conocido y
reconocido sobre todo por la publicación La Siempreviva , es decir, la escritora meridana
forma parte de un todo y no en sentido inverso. Por lo tanto esa ha sido nuestra
intención, identificar a Rita Cetina, como la escritora, periodista y profesora del siglo
decimonono, cuya obra literaria contribuye a conformar la literatura yucateca y sobre
todo la literatura femenina hispanoamericana; ya que a través de su obra poética, sus
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manuscritos inéditos, objetivo principal de esta investigación y las colaboraciones en la
revista La Siempreviva que como hemos podido constatar poseen una alta calidad
literaria y sobre todo el gran empeño por formar una revista de buen contenido, la
llevaron a ser una de las primeras mujeres que escribe novela en nuestro país, al estilo de
la época, es decir, se trata de una novela por entregas titulada, Julia, y no obstante su
breve extensión sirvió de ejemplo para otras mujeres que incursionaban en el género a
través de otros periódicos en el país. También, Rita escribe cuento, ensayos breves y
fábula, haciéndola una escritora completa y una mujer transformadora de su realidad,
siempre en pro de la mujer yucateca y de México. Así, este capítulo donde hemos
mostrado a Rita a través de su escritura servirá de preámbulo al análisis de su obra
poética, el cual será presentado en consecuencia.
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III. La narrativa de Rita Cetina Gutiérrez en la revista La Siempreviva
¡Venid todas, venid ! “La Siempreviva” Vuestra entusiasta protección reclama,
Y cariñosa con amor os llama, Y os brinda sus columnas con placer.
Sacudid la inacción, alzad la frente, Levantad con orgullo la cabeza, Y podremos decir con entereza
Que alcanza cuanto quiere la mujer.
Rita Cetina Gutiérrez “A nuestro sexo”, en La Siempreviva
En 1870, el carácter estratega y el ingenio literario de Rita Cetina Gutiérrez, la lleva a ser
la mujer idónea para fundar una sociedad, dirigir una escuela y una revista para señoritas
del mismo nombre: La Siempreviva, siendo ésta la primera publicación “escrita por
mujeres y para mujeres”, tal como lo rezaba su encabezado. Su juventud llegó
acompañada por el gusto por las letras y la escritura; así a los diecisiete años escribió sus
primeras composiciones poéticas y discursos para después ocupar la tribuna, hasta
entonces espacio exclusivo de los hombres, quienes en especial quedaron complacidos
con sus entusiastas intervenciones.
Fue sustancial para Rita el compromiso por cumplir con las expectativas de una
sociedad que tenía como intención y preocupación la educación de la mujer por la mujer,
aunado al deseo de emancipación y reivindicación que prevalecía en el contexto. Entre las
intenciones de su escritura prevalece la función didáctica, por lo que encontramos en el
contenido de La Siempreviva, fábulas y composiciones cuya temática refería al
106
comportamiento femenino70. Además de escribir poesía, el género más emblemático de
las mujeres, según Vigil (VIGIL 1977, LXXV), interviene con artículos, breves ensayos, dos
cuentos y una novela.
Por tanto, el objetivo de este capítulo es mostrar cómo Rita Cetina “prueba la
pluma” en el género narrativo lo cual la lleva a ser una de las primeras mujeres que
escriben novela71 y a formar parte de esa “locura” que llevó a las escritoras de nuestro
país y de otras regiones a conformar la imaginación literaria femenina del siglo XIX. Por lo
que en primer lugar, analizaremos en Julia, haciendo énfasis en lo que la caracteriza
como novela y posteriormente los elementos femeninos que la distinguen. En el siguiente
apartado, revisaremos Cuento del mar, bajo la misma perspectiva, es decir, desde el
discurso femenino y, por último, dos de los cinco ensayos y un artículo publicados en la
revista. El criterio de selección de éstos se basó en los textos que nos permitieran
distinguir y resaltar además del discurso femenino, ciertos elementos que trastocaron el
discurso de lo masculino, haciendo que la escritura de Rita Cetina despertara en otras
mujeres una conciencia feminista y que años más adelante, su legado se transformaría en
acciones concretas y definitivas en beneficio no sólo de la mujer yucateca, sino de la
misma mujer mexicana, asuntos que comentamos en el capítulo anterior. Cabe señalar
que en cada apartado indicaremos la perspectiva crítica que tomaremos en cuenta para el
análisis respectivo del texto.
70 Cuando hablamos del comportamiento femenino, referimos a aquellos actos performativos impuestos por el contexto androcéntrico para vigilar, controlar y delimitar las acciones y reacciones de la mujer en el siglo XIX. 71 En la siguiente cita argumentaremos porqué de acuerdo a nuestras investigaciones Rita Cetina si no es la primera mujer que incursiona en la novela, es una de las primeras.
107
3.1 El discurso femenino en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez
“Tú que cantas más dulce que las aves, Tierna poetisa de la patria mía,
Más que el suspiro de las auras suaves Es el acento que tu voz me envía”.
Palabras de Gertrudis Tenorio Zavala72 a Rita Cetina
Nuestra principal intención en este apartado es destacar otra contribución a la literatura
femenina en México y que hasta hoy no se le ha reconocido a Rita Cetina Gutiérrez es el
ser una de las primeras mujeres escribieron novela en nuestro país73. Su narrativa
72 Gertrudis Tenorio Zavala, escritora meridana, colaboradora y amiga de Rita Cetina. Participó con algunas composiciones en el Renacimiento de Ignacio Manuel Altamirano y en las revistas Biblioteca de Señoritas y La Siempreviva. 73 Fernando de Tola de Habich en el Museo Literario tres refiere que una tal “Rosario Bosero” colaboradora de la revista La Guirnalda escribió la novela “Amor Filial”, lo cual la hace la primera mujer que escribe novela. Sin embargo, en el mismo apartado que explica tal situación, Tola de Habich apunta: ¿Alguien ha escuchado hablar de Rosario Bosero? ¿Es un seudónimo, un fantasma, una invención o tal vez sólo una estrella fugaz que cruzó muy rápidamente las páginas de la historia literaria mexicana? En todos los años que llevo trabajando en periódicos y revistas del siglo XIX, solo me la encontré una vez, como por casualidad, y se me perdió para siempre. Nadie la nombra, nadie la cita y creo que soy el único que sabe algo de ella. Ahora quiero recordarla. No sé dónde ni cómo, hace ya varios años, me encontré en algún lugar que ni recuerdo, un pequeño librito titulado La Guirnalda. Obsequio al bello sexo. Impreso por Ignacio Cumplido. México en 1839. Era como una imitación aunque más modesta, de los Año Nuevo o de los Calendarios de las señoritas mexicanas que publicaba Galván. Tenía sólo 166 páginas y dos de índice. Lo revisé rápidamente y lo guardé. Después volví sobre él y me encontré con varias curiosidades. La primera era la presentación de Cumplido. Tenía un proyecto, perdió el material que iba a ir en él, y “violentamente”, reunió material y publicó La Guirnalda. […] A desmérito de otros colaboradores, era la señorita Bosero, con su “novelita” El amor filial, la estrella de la publicación pues sin ella “no habría podido sacar mérito alguno”. Verdad o exageración, lo cierto es que además de Rosario Bosero, y de la “ niña” que hizo una traducción, Cumplido sólo contó con la colaboración de tres escritores que fueron en realidad quienes llenaron las páginas : G.F. Bustamante, J. García y M. Jimeno. […] Qué pasó con Rosario Bosero? Tal vez, como dice José María Vigil refiriéndose a las poetisas mexicanas, ella está en el grupo de las que “no tuvieron perseverancia necesaria para seguir por la florida senda de la poesía, y arrimaron sus liras cuando apenas les arrancaban ls primeros preludios” (TOLA 1990,169-170). Por tanto, podemos observar que en la cita anterior la afirmación de Tola de Habich sobre Rosario Bosero es muy endeble, aunque él mencione que “es la primera en escribir poesía y con muchísimas probabilidades, la primera mujer en escribir una narración en México” (Op. Cit. pág. 170). En principio, dice no recordar donde halló tal publicación, no ofrece más información sobre ésta que presentarla como un hallazgo. Aunque en el mismo texto el autor publica la poesía de Bosero, también hallada “en algún lugar y/o en algún momento que ya no recuerda” y posteriormente la novelita de Rosario, no conforman un sustento suficiente para tal
108
siguió los patrones propios de la época, a manera de las publicaciones masculinas,
emitiendo por entregas su novela titulada Julia en la revista La Siempreviva. Resultó muy
ad hoc el periódico para cultivar este género, pues el hecho de sacar a la luz
periódicamente los capítulos, mantenían el interés del (as) lector(as). Manuel Payno, José
T. Cuéllar, Ignacio Manuel Altamirano, son de los escritores decimonónicos que cultivaron
este género con gran éxito. Emulando a la escritura masculina, específicamente al último
escritor, Rita Cetina publicó Julia, una novela que dedicó a Adelaida Carrerá de la Fuente,
quien entonces era secretaria de la Sociedad La Siempreviva y que colaboró con
traducciones del inglés y francés en la misma revista.
Debido a la importancia que tiene la novela de Rita Cetina, Julia, principalmente
por la aportación que significa a la literatura femenina decimonónica, nos detendremos a
presentar los elementos que caracterizaron a la novela corta de este siglo, retomando la
afirmación. En primera instancia, los datos aportados no permiten realizar una investigación completa sobre lo que él presenta, en segundo lugar, recurriendo como Tola de Habich a la antología de José María Vigil, Poetisas Mexicanas, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX; Rosario Bosero no aparece en la larga lista de poetisas, lo cual nos hace pensar sobre la real existencia de esta mujer. No sería tan erróneo pensar que este personaje haya sido creado por la misma institución masculina, en este caso por Ignacio Preciado, para captar la atención de “EL HERMOSO SEXO MEXICANO” (como el editor nombró al género femenino en la presentación de su pequeña revista) ya que como se revisado en otros trabajos de investigación la participación activa y real de la mujer fue en décadas posteriores. Lo más probable que Rosario Bosero forme parte de un imaginario que el androcentrismo hizo uso para comenzar a facilitar el acceso a la información y cultura al género femenino. (Para obtener mayor información clara y precisa se recomienda revisar Los periódicos literarios del siglo XIX: La construcción de un lector, tesis doctoral, México: Universidad Autónoma de México, 2009 de Celia Rosado Avilés, quien realiza una investigación ardua de periódicos del siglo XIX, incluyendo uno que lleva por nombre La Guirnalda, pero editado en Mérida Yucatán alrededor de 1860). También cabe la posibilidad que esta colaboración pueda incluirse en el llamado “travestismo literario”; por lo que citamos al escritor decimonónico Vicente Riva Palacio quien ocupa el seudónimo de “Rosa Espino” y de acuerdo a lo que plantea Lilia Granillo, en Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana en el siglo XIX , esta “máscara femenina” fue una campaña publicitaria, aunque también Granillo afirma que esta acción iba encaminada a “suplantar, desalojar, devaluar y minimizar a las mujeres” o para seguir marcando y/o delineando el comportamiento femenino. De igual manera, para profundizar en el tema conviene revisar a GRANILLO VÁZQUEZ, Lilia del Carmen Granillo Vázquez, Escribir como mujer entre hombres. Historia de la poesía femenina mexicana en el siglo XIX México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2010. Pág 65-82.
109
perspectiva crítica que ofrece Oscar Mata en La novela corta mexicana del siglo XIX y para
abordar lo femenino en Julia a Margarita Dalton en Mujeres, diosas y Musas.
3.2 Las “novelitas”, la lectura preferida por la mujer decimonónica.
El trabajo que realiza Oscar Mata en La novela corta mexicana en el siglo XIX74,
tiene su justificación en exponer los motivos del porqué las “novelitas”75, nombre que
recibió en esta centuria, fueron un género bastante prolífico y principalmente lectura
preferida de la mujer decimonona. Como antecedente nos indica que era imposible que
el género novelístico tuviera cabida durante la época novohispana, la Inquisición
calificaba de mundanos y herejes aquellos tratados que estuvieran fuera de los dogmas
religiosos y doctrinales, por lo tanto, su práctica, lectura y escritura quedó estrictamente
prohibida y severamente castigada, lo que Mata llama “el silencio colonial”76. No
obstante, para Julio Jiménez Rueda las razones fueron distintas: “En una sociedad devota
era difícil obtener la licencia del ordinario para la publicación de libros profanos. El
material de impresión: papel, tinta, eran los suficientemente caros para no hacer
74 Mata, Oscar. La novela corta mexicana en el siglo XIX. México UNAM: 2003 75 El término novela corta fue desconocido en nuestro país durante la mayor parte del siglo XIX, a falta de su correcta denominación a este género “intermedio”, pocas veces se les llamó cuentos y se recurrió a varias expresiones para diferenciarlas de los dos géneros con los que colinda. Entre ellas tenemos,“novelita”, “pequeña novela”, “esbozo de novela”, “leyenda de costumbres”, “apuntes para una novela”, “datos para una novela” hasta llegar a “novela corta”. (MATA 2003, 32-33). 76 Oscar Mata apunta sobre el “silencio colonial” una cita de Agustín Yáñez en el Prólogo a Los Sirgueros de la virgen diciendo: “Durante la Colonia, no existió el género novela, debido, por un lado, a la Real Cédula del 4 de abril de 1531, la cual prohibió el paso a las colonias españolas de los “libros de romances”, de historias vanas o de profanidad, como son de Amadís e otros de esta calidad, porque este mal ejercicio para los indios, e cosa en que no es bien que se ocupen y se lean” (MATA 2003, 23).
110
costeable la aventura de publicar un libro destinado a muy pocos lectores” (JIMENEZ
RUEDA 1989,107)
Posteriormente, ya en la época independentista las circunstancias fueron otras, al
igual que las necesidades y ánimo de escritura. Mata sostiene que algunas de ellas fueron
“la desaparición de la censura virreinal, la polémica entre clasicistas y románticos, las
disputas políticas, la Academia de Letrán y principalmente, la publicación de periódicos y
revistas literarias” (MATA 2003,29). Entonces, la narrativa encuentra el momento clave y
oportuno para desarrollarse y proliferar, ya que la masividad de aquellos medios de
difusión, fueron el instrumento perfecto. Por esta razón, las novelas por entregas (a través
del folletín, revistas y periódicos) cobraron un mayor atractivo e interés, y escritores como
Manuel Payno, José María Roa Bárcena, José López Portillo e Ignacio Manuel Altamirano
contribuyeron a que éstas se colocaran como las lecturas más recurrentes y una forma
de esparcimiento sobre todo entre el público lector femenino, además con un eminente
fin didáctico para las mujeres de finales del siglo XIX, además de propiciar un mayor
acercamiento a las artes y la literatura.
En esta abundante producción de relatos narrativos, surge la necesidad de
diferenciar entre una novela y una novela corta, aunque en inicio la obviedad se hace
presente siendo el primer rasgo, la extensión. Para Mata, resulta indispensable
diferenciarla de otras narraciones (novela y cuento) sobre todo para comprender la
abundante producción de estas “novelitas”77 y cómo han sido el puente para conocer el
77 Muchas de estas primeras obras, carecían de valor literario y presentaban muchos errores de composición. Sin embargo, en ellas está el germen de nuestra narrativa. En México, durante la cuarta y la
111
contexto de las letras decimonónicas, pues al parecer no hubo escritor, fuera de cualquier
tendencia, interés común o particular que no hubiera contado con al menos un ejemplar.
Además, de acuerdo a su criterio, en éstas se encuentra una mayor calidad literaria que en
las más extensas. Señala que este género narrativo es un género fronterizo porque no es
tan breve como un cuento ni tan extenso como una novela, cuyos límites son difíciles de
marcar. Sin embargo, aclara que no podría confundirse con un cuento puesto que éste se
trata un solo hecho y la novela concatena hechos y acontecimientos que no es posible
desarrollarlos en una sola emisión, requiere de varios momentos, no sólo por el
contenido, sino por su misma extensión (MATA 2003 20-25).
La “novelita” o novela corta del México del siglo XIX, no podía exceder las treinta y
cinco mil palabras y tener menos de cinco mil, es decir, una extensión media. La
intervención de personajes era mínima, de una sola historia en su mayoría de veces con
un efecto dramático y encontró en el folletín, periódico o revista el mejor medio de
difusión.
Entre las novelas cortas decimonónicas tenemos La clase media (1857) de Juan
Díaz Cobarrubias, Tardes nubladas (1871) de Manuel Payno, del yucateco Crescencio
Carrillo y Ancona Historia de Wellina (1862), Vulcano (1882) de Hilarión Frías y Soto, El
Bachiller (1895) Amado Nervo, entre otras. No hacemos mención de novelas escritas por
mujeres, ya que hasta donde ha llegado nuestra investigación, Rita Cetina sería la primera
quinta década del siglo XIX el nuevo género se populariza con rapidez, aunque todavía no adquiere forma artística. (MATA 2003,29)
112
mujer que escribe novela; sin embargo no es nuestra intención “cerrar a filas” a otras
probables novelas publicadas o no, por otras escritoras decimonónicas o anteriores.
3.3 Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez.
La Siempreviva fue el medio por el cual Rita Cetina Gutiérrez publica Julia, una de
las primeras novelas escritas por una mujer en dicha centuria. Definitivamente, la revista
fue una publicación muy cuidada tanto en su forma y su contenido. Cetina, buscó diversos
recursos para incluir e invitar a toda mujer deseosa de incorporarse a la escritura; de
hecho hasta llegó a escribir bajo pseudónimos, alguno de ellos fue “L”, cuya motivación
hacia las demás consistía en elogiar el “atrevimiento” a tomar la pluma con excelentes
resultados. De este modo, y a emulación de las publicaciones masculinas sobre todo por
su contenido y con la idea de estar en el mismo tenor literario que sus revistas, Rita
incursiona en otros géneros además de la lírica, por lo que encontramos ensayos donde la
emancipación femenina fue un tópico constante y su gran aportación fue atreverse a
escribir novela corta y cuento.
A su novela corta le da el nombre de Julia, mismo título de la primera “novelita”
de Ignacio Manuel Altamirano que publica en 1867. Las razones por las que Cetina toma
el mismo nombre de su relato, probablemente se debe a la fuerte influencia que tuvo del
113
Presidente de la República de las Letras78, pues ella formó parte de los colaboradores de
su revista El Renacimiento, publicación que convocaba a la unidad, atenuar las diferencias
ideológicas, fomentar la conciliación y, por supuesto, incluir a la mujer como un agente de
cambio y acción. Las Veladas Literarias impulsadas por Altamirano, llevadas a cabo en el
centro del país, tuvieron resonancia en el sitio peninsular, puesto que se dieron lugar los
literatos yucatecos en reuniones que llevaron el mismo nombre; donde la presencia de
Cetina se hizo notar. Inclusive el autor de El Zarco participó en dichas reuniones al lado de
los escritores y escritoras yucatecos. Por esta razón, no es difícil explicar que Rita haya
otorgado un nombre homólogo a su novela, puesto que la cercanía y contacto se dio entre
estos escritores. No dudemos que el mismo Altamirano haya otorgado su anuencia y tal
vez algún consejo de colegas.
Además de compartir el nombre de su ópera prima tienen en común el hilo de la
historia, es decir, tanto la Julia de Altamirano como la de Cetina son relatos de sensibilidad
romántica. Al respecto John S. Brushwood dice:
Julia es una romántica historia de amor- o parece serlo- sin pretensiones, que
muestra hasta cierto punto todas las características posteriores de las novelas
posteriores del autor. El relato es sentimental, pero no almibarado. Se
desenvuelve suavemente y aunque no nos ofrezca grandes sorpresas, tampoco
puede considerarse como inevitable. Los personajes tienen algo más que una sola
cualidad y van cambiando dentro del relato…(BRUSHWOOD 1992, 77)
78 Este calificativo se lo otorga Manuel Gutiérrez Nájera a Ignacio Manuel Altamirano, pues establece la correspondencia entre él y el presidente de la República restaurada: Benito Juárez García
114
En la novela de Altamirano, Julia es el personaje femenino principal, que además
de distinguirse por su belleza física, representa a la mujer desdeñosa, indispuesta a
ofrecer su amor al personaje masculino principal: Julián. Después de una serie de sucesos,
al final, ella intenta reivindicarse, dejando la soberbia y agregando la humidad al aceptar
la propuesta amorosa de Julián, aun cuando la sentencia moral de este relato consiste en
la inversión del desprecio del amor. Así Julián es quien no desea el amor de aquella mujer.
Si bien, la novela de Rita es un relato sentimental, la diferencia radica en cómo se
muestran los personajes femeninos principales. La “Julia” de Cetina, es una mujer bella,
pero desvalida, humilde, sencilla, paciente y ávida de conocimiento. Si bien, en el final
coinciden con un desenlace fatal79.
Ahora, centraremos nuestra atención en el relato de nuestra escritora. Ésta
consta de 7035 palabras, lo que la hace cubrir el requisito de extensión, puesto que en
una novela corta el número de éstas oscila entre las cinco mil y las treinta y cinco mil.
Julia fue una novela por entregas; la primera de ellas se publica el 22 de agosto de 1870,
en el número 8 del Año I y concluyó el 6 de febrero de 1871 con el número 18 del Año II,
formando un total de diez entregas.
La diégesis inicia cuando dos pequeños niños se encuentran en un parque, Julia y
Ernesto. Mientras Julia es una niña de aspecto triste y taciturno, él es un niño vivaz e
inquieto. Pese a que él se encuentra muy divertido, percibe la actitud de aquella
desafortunada niña. La historia de esta novela tiene su origen en este encuentro, ya que
79 Monserrat Galí nos dice que una buena parte de las insatisfacciones y sufrimientos del romántico vienen dadas por sus aspiraciones de eternidad y trascendencia. La muerte es el recordatorio constante. El Romanticismo quiere conquistar la infinitud (GALÍ 2002, 506).
115
el niño preocupado por la expresión de Julia, se acerca a ésta para preguntar las razones
de su malestar, estableciéndose de este modo el primer contacto. Al charlar, Ernesto se
da cuenta de su desvalidez, pues se trata de una niña huérfana y solitaria, que se
encuentra al cuidado de una mujer que la maltrata y que además no sabe leer y escribir.
La actitud paternalista de Ernesto lo llevan a ofrecerle protección a través del
conocimiento, a partir de ese momento se reúnen todos los días para instruir a Julia.
Después de casi dos años, y que ambos se tienen mucho cariño; el padre de Ernesto,
quien se muestra autoritario decide enviarlo a Madrid a continuar sus estudios. Lo cual
provoca que Julia quede nuevamente desprotegida y sin afecto, si bien Ernesto le ha
jurado regresar por ella porque se han enamorado y le ha pedido al mayordomo de su
casa, vele por la niña. Mientras, Luisa la mujer que desde la muerte de la madre de Julia
ha cuidado de ella, por azares del destino, recurre a la madre de Ernesto para pedirle se
haga cargo de aquella pobre mujercita y ésta al haber quedado sin la compañía de su hijo,
acepta gustosa.
Así pasan los años y cuando por fin pareciera que pueden reunirse, Ernesto recibe
una carta de su padre donde le pide se case con su prima, quien es hija del protector de
él en Madrid. Aun cuando el muchacho se rehúsa, se entera que su madre de igual forma
le pide contraiga matrimonio con su prima, quien es una mujer frívola, interesada y
superficial, para cumplir con la voluntad de su padre. Pasado el tiempo, los recién esposos
deben regresar a México, Julia se entera de tal situación por lo que decide abandonar la
casa donde ha tenido albergue, cariño y protección; dejando en una carta para la madre
de Ernesto, las razones por las que ella toma otro rumbo. Al llegar Ernesto con su esposa
116
a México, se entera por su mayordomo que Julia ha sido la protegida de su madre
durante toda su ausencia y que al enterarse que él regresa casado decidió alejarse de esa
familia. El recién casado, al saber esto, entra en un estado depresivo y al encontrarse en
un callejón sin salida decide quitarse la vida, no sin antes dejar una carta con dos
peticiones, que su esposa regrese a Europa con su padre y que su madre busque a Julia y
le brinde el amor y la protección que la vida le ha negado. Entonces la madre de Ernesto
sale en busca de Julia, a quien encuentra en la tumba de su hijo, llorando por su ausencia.
Ambas regresan al hogar, jurándose no separarse jamás para venerar la memoria de
Ernesto.
Julia, es un claro ejemplo de la novela romántica del siglo XIX. El amor como eje
central de la historia, la belleza femenina, la exaltación de los valores propios de la época
(abnegación, sacrificio, bondad, etc.) son tan sólo algunos de los elementos que podemos
distinguir. En este relato percibimos la tragedia del amor mutilado por el culto al dinero,
siendo este aspecto una característica significativa de la novela decimonónica. Ahora
bien, a partir de la perspectiva crítica que nos ofrece Margarita Dalton Palomo, en
Mujeres, Diosas y Musas80 analizaremos cómo se construye el discurso de lo femenino
(DALTON 1996,21). Es decir, esencialmente nos detendremos a poner en relieve aquellos
elementos ya sean descriptivos o prescriptivos (DALTON 1996,16) que aparecen en el
relato y que además de reflejar la realidad social en la que se produjo, establecen las
formas de pensar y actuar de los diferentes personajes femeninos con los contenidos
80 DALTON, Palomo Margarita Mujeres, Diosas y Musas. Tejedoras de la memoria México: EL COLEGIO DE MÉXICO 1996
117
ideológicos (DALTON 1996, 34), que además tienen estrecho contacto con la relación que
se da con los personajes masculinos.
En principio mencionaremos los personajes principales que integran esta novela.
La protagonista femenina es Julia, quien es el único personaje descrito
prosopográficamente, pues en los demás se fija la atención en los rasgos etopéyicos.
Desde niña, ha sido una mujer a quien la vida la ha marcado con sucesos dolorosos que
ponen a prueba su fortaleza. Físicamente, a pesar de los infortunios la belleza no la
abandona:
Sentada en uno de los ángulos de la plaza una preciosa niña como de doce años
de edad, retirada de los demás, con la barba apoyada en la mano y el brazo en la
rodilla, parecía contemplar á los que jugaban de lejos; pero de vez en cuando
exhalaba un prolongado suspiro y con el borde de su mano blanca como la nieve
enjugaba una lágrima que corría por sus mejillas. Vestía un traje de luto que decía
muy bien a su color pálido y á sus lánguidos ojos negros como la noche. Sus
cabellos caían en abundantes rizos sobre sus espaldas. Sus labios del color de la
mosqueta se entreabrían solo para elevar al cielo alguna exclamación de dolor.81
En el caso de Julia, lo femenino está definido principalmente por sus cualidades y
actitudes. La belleza y la fragilidad marcada en el párrafo anterior son muestra de ello.
Además, la fragilidad se define por el dolor, el cual es reafirmado por el llanto82. La belleza
81 Fragmento ubicado en el número 8 del Año I. Sección Literaria de La Siempreviva. 82 Recordemos que el México romántico es sentimental y que se da una correspondencia perfecta entre los sentimientos y la mujer, por lo que las emociones se asocian a lo femenino. Galí menciona: “las heroínas lloran, enferman de amor, llegan a morir de amor y las lectoras hacen lo mismo cuando leen novelas o cuando viven sus propios amores […] Por otra parte, el llanto es un tema recurrente en las novelas y tenemos pruebas de que en el teatro público, en especial el femenino, lloraba sin recato alguno. (GALÍ 2002, 503).
118
expresada está ligada al ideal romántico y/o estético de la mujer; la palidez y la
hermosura de su piel tienen que ver con la escasa exposición al sol, relacionada con la
actividad doméstica en el interior de la casa o en un espacio cerrado. También connota al
recato y reclusión, aspectos que se reafirman con la abundante adjetivación que
acompaña a ciertas partes del cuerpo, cuya visibilidad está dentro de lo permisible, tales
como las manos, la barbilla, las mejillas, los ojos, los labios, el cabello; elementos que
proporcionan armonía y perfección al personaje femenino.
Enseguida, aparece en escena el personaje protagónico masculino: Ernesto, quien
juega una función esencial en el desarrollo del discurso de la novela, este discurso se
muestra sexuado83 porque a partir de la diferenciación entre hombre–mujer, se
establecen las relaciones y acciones entre ellos. En principio, es un personaje que
contrasta con Julia, ya que mientras ella juega un papel pasivo al encontrarse en una
situación sólo de observación, él se ubica en un espacio abierto:
Ernesto el niño más alborotador del grupo, de improviso vuelve la cabeza y sus
ojos se fijan en la niña solitaria. Suelta el arco que tiene en la mano y corre hacia
ella. Sus compañeros no lo advierten. (CAMPOS 2010, 33)
A Ernesto le pertenece el espacio abierto, tiene la libertad de elegir hacia dónde
dirigirse; de hecho el abandonar el arco, reafirma la opción de decisión del varón. Imagen
que contrasta con el espacio de Julia delimitado por sus propias emociones. Sin embargo,
después de este primer encuentro, el sentir de cada uno de los niños hace que haya un
83 Por discurso sexuado se entiende el que se construye a partir de la diferenciación entre la mujer y el varón
119
intercambio de actitudes; la fortaleza del chico es derrumbada por una niña, ella lo hace
sensible y él para Julia es el faro de luz. A partir de ese momento la sinergia que se da
entre ambos es a través de la educación:
¨-¡Oh! Si al menos me hubiera enseñado a leer distrajera yo mis sufrimientos con
la lectura de algún libro! […]
-Pues bien, yo voy a enseñarte; espérame aquí todas las tardes que no faltaré a
darte lección (CAMPOS 2010,36)
Ernesto al convertirse en el guía de la niña, representa la institución masculina
que abre sus puertas a la mujer hacia el conocimiento. En este apartado, podemos
observar cómo Rita Cetina, de alguna manera proyecta la situación de las mujeres de su
momento. Ellas tuvieron que asirse de la paternidad literaria para incursionar en ese
espacio antes exclusivo de los varones. Asimismo, este fragmento ideológicamente
representa a la cultura y educación, además de un paliativo ante el dolor. Podemos
distinguir que a través de la “generosidad” en las intenciones de Ernesto y la eterna
“gratitud” de Julia se establecen las bases de su relación. La gratitud es una constante a lo
largo de la novela, una cualidad especialmente femenina y que además es una virtud
observable en otros personajes femeninos. D podría considerarse como un llamado a los
hombres a compartir el espacio de las letras.
A lo largo de la novela, observamos a la religión como contenido ideológico y que
se encuentra íntimamente ligada a las cualidades femeninas por ejemplo, la obediencia,
120
la sumisión y la resignación. El siguiente fragmento lo muestra en el momento que Julia
platica a Ernesto sus desdichas:
Sola en el mundo y careciendo hasta el sustento necesario se había propuesto ya
mendigar de puerta en puerta un pedazo de pan para alimentarse. Pero Dios
siempre grande y misericordioso para con sus criaturas, que no abandona jamás á
los que confían en él y sufren resignados sus desgracias en la tierra; envió á mi
pobre madre un consuelo en su infortunio (CAMPOS 2010, 33)
La paternidad divina es simbolizada, en este caso, por Dios. Quien prescribe cuál
es el comportamiento correcto a través de la fe, en este caso no sólo dirigido a la mujer,
sino tanto lo reza el fragmento: “a toda criatura”; lo cual significa que el varón también es
vulnerable y que existe un ser superior a él. Podemos observar una clara transgresión
este párrafo, en esta situación la mujer y el hombre reflejan sumisión y resignación. En un
discurso de lo masculino, los aspectos anteriormente mencionados sólo formarían parte
de la realidad de la mujer, donde persiste un sometimiento al derecho del hombre. Si
bien, aquí la debilidad de las “criaturas” (término que abarca hombre-mujer) radica en la
fuerza de otro, en este caso de “Dios”84. De este modo, la escritora trata de mostrar que
la debilidad y la desvalidez no son privativas de la mujer el hombre es tan débil e
indefenso como la mujer, agregándole una sentencia moral: toda criatura está bajo la
autoridad, fuerza y poder de un ser supremo que representa al patriarcado (que incluye al
mismo varón).
84 “El carácter infinito, perfecto, inconmesurable de Dios no podría medirse por algo finito y terrenal. Por esto el verdadero amor no es realizable en este mundo; el amor puro y perfecto es un amor imposible en términos humanos. Por esto también la mujer, objeto del amor, es bella, pura e inalcanzable” (GALÍ 2002, 427)
121
Para abordar los siguientes personajes femeninos comenzaremos por la mujer que
cuidó de Julia, después de haber quedado huérfana.
Una buena señora cuyos bienes de fortuna eran inmensos compadecida de su
miseria, se presentó un día en casa y después de consolarla con cariñosas palabras
la obligó a que fuera a vivir a su lado. Desde aquel momento cambió su situación,
pues Doña Luisa, que así se llamaba la señora, no perdonaba medio alguno para
que mi madre pasara una vida cómoda y tranquila. Sin embargo, á pesar de sus
solísitos cuidados la enfermedad se agravaba mas de dia en dia: y cuando yo
contaba apenas con tres años, mi tierna madre exhaló en los brazos de Doña
Luisa, el último suspiro (CAMPOS 2010,56).
Tenemos que la “bondad” es una cualidad constante en los personajes del relato, en
el discurso sexuado, Ernesto y Doña Luisa comparten tal virtud. Cabe mencionar que lo
masculino es un elemento susceptible de deconstrucción, es decir, recordemos que al inicio,
Ernesto era un chico alegre, de carácter lúdico y en libertad. Después se muestra como un
hombre solidario ante el dolor femenino; donde la sensibilidad gana terreno y decide
ofrecer ayuda a la desvalida Julia. De igual manera sucede con Doña Luisa; al ver la pena
ajena, se conduele y decide ayudar a la madre enferma de la niña y a la niña misma. No es
de extrañarnos que Rita haya plasmado tales situaciones en la novela, pues además fue
huérfana de padre; experiencia de orfandad que deja manifiesta, de modo que fue una
mujer solidaria y altruista que muchas veces no recibió remuneración alguna por su labor
educativa con la firme intención de apoyar a las de su género.
No obstante, mientras las cualidades de Doña Luisa se diluyen, pues de ser una
mujer bondadosa, se vuelve dura y cruel con Julia, pese a que en el relato se aclara que
122
esta transformación no ha sido por decisión personal sino como consecuencia de sufrir la
adversidad, específicamente al perder todos sus bienes materiales y donde los embates
de la vida se ven reflejados en su aspecto físico.
En este momento Doña Luisa está sentada en el sillón con la vista fija en el suelo,
inmóvil como una estatua de mármol. La palidez de su semblante, las arrugas de
su frente y su cabello completamente cano, la presentan como una mujer de
setenta años cuando aún no ha cumplido los cincuenta (CAMPOS 2010,48).
A través de esta imagen que proyecta los estragos del dolor y la miseria; por
primera ocasión se manifiesta en el relato de Cetina uno de los tópicos de la novela
romántica: la tragedia del amor mutilado por el culto al dinero. Inmediatamente después,
aparece el personaje femenino que va a proporcionar el equilibrio; la balanza que sopesa
el amor, la comprensión, la tolerancia, la justica que el personaje femenino central ha
perdido. La infeliz niña, encuentra en la madre de Ernesto, precisamente esa calidez
materna que comprende la entrega y aceptación plena hacia los hijos. Isabel, aparece por
primera vez recubierta de elegancia y distinción que le da el poder económico, antes que
mostrar sus bondades se muestra el aspecto banal, podemos ver como en el discurso de
lo femenino, la belleza es una cualidad que se enaltece por lo material: “Pero hoy es
distinto; ella es la gran señora, no querrá escuchar a la miserable desvalida”, y continúa:
El ruido de un coche que paró en la puerta de la casa puso términos á este
diálogo. -Allí está, dijo la criada.
En efecto, una señora vestida de blanco y cubierta la cara con un velo, bajó del
coche y penetró en la casa. (CAMPOS 2010, 44)
123
Desde el hecho de llegar en coche, denota que se trata de alguien con un nivel
económico alto; pues en esta centuria, el que poseía tal objeto pertenecía a un estrato
social acomodado. No obstante, la elegancia se acompaña de la pureza que otorga el
color blanco y el rostro velado. Lo que da el equilibrio entre la frivolidad material y las
cualidades humanas. A manera de mantener un tono misterioso a la narración, despierta
en el lector el cuestionamiento de adivinar de quién se trata. Al ser una novela por
entregas, Cetina buscó atrapar el interés y atención de sus lectoras.
En el discurso de lo femenino, Isabel representa a la maternidad, función privativa
de la mujer, donde no necesariamente tuvo que parir a la Julia para darle protección y
abrigo. En este personaje encontramos el arquetipo de la feminidad. En palabras de
Dalton Palomo: “es un servicio que la mujer presta a la comunidad, un servicio que
garantiza el apoyo y la efectividad (DALTON 1996,130). El papel de Isabel es siempre
responder a las necesidades de los hijos, y en este caso la relación madre – hija se
establece no sólo al nutrir físicamente a la pequeña, para proporcionarle nutrición
emocional, y que a lo largo de la novela, cumple con tales expectativas. En este tenor,
definitivamente, al considerar a la maternidad dentro del discurso, Cetina otorga el
símbolo angular de lo femenino: “Dios siempre escucha los votos que una madre amante
y cariñosa hace por la felicidad del hijo de sus entrañas” (CAMPOS 2010,30). No obstante,
pese a que Isabel se muestra como una madre incondicional, al referirse a Ernesto este
elemento se relaja. A pesar de que ella manifiesta a través de diversas situaciones que él
es el ser que más ama y siempre está dispuesta a brindarle apoyo en todo momento,
tienen que enfrentarse a un destino inevitable, la separación; su esposo tiene el poder de
124
dirigir la vida de los demás personajes. Isabel es el símbolo pleno de la maternidad85, la
cual es doblemente madre, en primer lugar porque Ernesto es hijo de sus “entrañas” y
asimismo madre putativa de Julia, en quien vuelca todo su amor y consagración al ser
separada de su hijo. Isabel muestra ser el claro ejemplo de la disponibilidad continua
frente a su esposo. Esta mujer madre debe aceptar en todo momento la voluntad del
hombre, quien es esposo y padre. Él es quien aleja a Ernesto de Julia y de Isabel,
interviene en las decisiones de su hijo de manera autoritaria y represiva, pues para que él
llegue a ser un “gran hombre”, debe salir a perseguir su futuro, incluso fuera del país:
Madrid. La voz del padre es un retorno al pasado, donde lo futuro y el éxito se atribuyen
otra vez a España. Tal situación coloca en relevancia lo europeo versus lo nacional; que
puede entenderse de dos maneras y que no se contraponen: la primera de ellas refiere a
que lo exterior es mejor que lo local86y la segunda como símbolo de la europeización por
la que la sociedad yucateca estaba pasando, era un momento en el que todos los ojos
veían en Europa un modelo a seguir, lo cual se proyectaba desde varios aspectos, entre
ellos la arquitectura, la música, la literatura y en específico la línea de pensamiento, es
decir, la doctrina positivista87.
85 Dalton Palomo enfatiza que el papel de maternidad modaliza la realización de la mujer a partir del hecho biológico de parir. Este hecho es el punto de partida para la afectividad, la complacencia para con los hombres, la educación y el cuidado de los hijos, sin importar su edad, y sobre todo para disponibilidad continua frente a ellos (DALTON 1996,129). 86 Podemos interpretarlo también de una manera simbólica, es decir, se sigue creyendo que la madre patria sigue cumpliendo la función de nutrir a su colonia, proporcionando mejores elementos que la nación misma. 87 La doctrina positivista considera al conocimiento a la base del orden social, el estado laico, la educación científica y el individuo armado con saberes prácticos, dispuesto a emplearlos en beneficio de su país. Estas ideas ya estaban en ciernes en el México que se trazaba un nuevo plan de vida y no hallaron en el positivismo más que su formulación clara y ordenada. Además los reformadores del Estado coincidían en que la educación era el punto de partida para realizar el nuevo proyecto de nación, fue justo en ese ámbito en donde la doctrina positivista tuvo su mayor incidencia. http://www.revista.unam.mx/vol.6/num3/art22
125
Siguiendo la línea del carácter alegórico del discurso, Isabel puede representar a la
nueva patria, la nación mexicana que acoge al pueblo resquebrajado por la guerra, lo
cual refiere a las acciones bélicas para llegar a la restauración de la república, de igual
manera, la recuperación de un Yucatán proveniente de prolongada Guerra de Castas.
Después de tal acotación, abordamos la manera en que se expresa el discurso de
lo masculino entre el padre y Ernesto. En inicio, el protagonista en la figura infantil, es el
hombre protector, el que proveerá a Julia con el conocimiento y aparece tal faro de luz.
Inicialmente, aun cuando sigue siendo un infante, tiene la oportunidad de decidir,
inclusive sobre sus emociones, pues de ser alegre y travieso pasa a ser un niño más
sensible y sentimental. De alguna manera, estamos hablando desde un discurso sexuado
mostrando cualidades adjudicadas a la mujer, lo cual representa una deconstrucción de
lo masculino en el personaje, aquí vemos una clara transgresión por parte de la escritora;
puesto que desmitifica el arquetipo del hombre dominante y falto de sensibilidad. Pese a
que se trató de una toma de decisión sobre sus actitudes y comportamiento; Ernesto en
la niñez tuvo una mayor capacidad de decisión, pues cuando deja de serlo, su padre es
quien subyuga su voluntad. Este personaje posee características peculiares, es decir, pese
a que él ejerce su poder autoritariamente, la escritora sólo le da voz a través de otros
personajes y ni siquiera posee un nombre propio, sólo se le identifica como el padre de
Ernesto. Aun cuando es el arquetipo del patriarca, dominante y represivo; al final, las
acciones de los demás personajes lo invalidan para llevar a cabo sus propias decisiones y
deseos. En esta imagen, Rita Cetina transgrede la construcción de un estereotipo que
había sido reforzado en diversas circunstancias por otros escritores.
126
Ernesto, el protagonista, nos muestra otras cualidades que Dalton Palomo
considera, en el discurso, propias e inherentes a la mujer, por ejemplo la obediencia y
sumisión. Estos aspectos son remarcados cuando el sufre por el designio de su progenitor
y cuando su madre le pide abiertamente obediencia a su padre:
Él se levantó también, entró en su cuarto y se arrojó en su cama
precipitadamente. ¡Cuánto sufría aquel noble corazón en ese momento!
Revolcándose con desesperación, en su lecho, su agitada imaginación presentaba
á sus ojos unas veces á Julia, á su adorada Julia, sola, desamparada en el mundo,
pidiéndole con su voz de ángel y su sonrisa celestial que no la abandonara, y otras
á su padre con semblante severo, obligándole á cumplir su mandato, mientras su
desconsolada madre, derramando amargo llanto, le rogaba con palabras tiernas y
cariñosas que obedeciera (CAMPOS 2010, 48).
No obstante, al final del relato, el personaje sufre un choque, que consideramos
tiene que ver, precisamente con ese atentado a su masculinidad. Ernesto se siente
frustrado de no poder decidir, ni el tiempo y el espacio dónde adquirir el conocimiento,
ni en la elección de su pareja, que en el marco discursivo de lo masculino, representa
legitimar las relaciones de dominio. De alguna manera, se trata de una castración
simbólica por parte del padre, ya que el no otorgarle la facultad de decidir sobre su
destino, lo lleva a un estado de depresión, ansiedad y dolor (características adjudicadas a
lo femenino). Cuando regresa a México, su país natal, casado con la mujer que no ama;
Ernesto reivindica su masculinidad mediante el suicidio. Es aquí donde él de algún modo,
triunfa en la lucha de poderes entre él y su padre. Además, refiriéndonos a los ideales
románticos, el suicidio es un tópico recurrente en el discurso.
127
El último personaje-mujer que trataremos es Amelia, ella representa la oposición
de lo femenino en Julia, mientras ésta última es sufrida y abnegada, la otra representa la
avaricia y la frivolidad:
Tal vez le amaré, mientras tanto seré rica, muy rica, mi casa será la primera de
Madrid, todas las mujeres elegantes envidiarán mi suerte, qué mayor felicidad, los
hombres se esforzarán en complacer mis menores deseos ¡Oh, sí, Ernesto! Creo
que ya lo empiezo a amar (CAMPOS 2010,32)
Nuevamente, vemos en esta situación cómo el amor es mutilado por el culto al
dinero. Notamos que las actitudes de Amelia contrastan con las cualidades de Julia, ésta
última ama por agradecimiento y la esposa de Ernesto por ambición. Pese a que en la
novela nunca llegan a conocerse estos personajes. Se exalta a la mujer mexicana, a través
de la nobleza y lealtad de Julia, ya que la europea es interesada y rapaz. Sin embargo, al
final del relato se hace latente el determinismo, pues la pérdida de Ernesto las ubica de
acuerdo al comportamiento de ambas mujeres en el sitio que “merecen”. Amelia, regresa
a Madrid bajo el yugo y cuidado de sus padres; mientras Julia, a través de la imagen
materna y el sacrosanto recuerdo del amado, conquista la infinitud; una forma de
trascendencia y permanencia, tópico recurrente en el Romanticismo:
Una buena parte de las insatisfacciones y sufrimientos del romántico vienen
dadas por sus aspiraciones de eternidad y trascendencia. La muerte es el
recordatorio constante. El Romanticismo quiere conquistar la infinitud […] Estas
ansias hacen del romántico un añorador perpetuo: añora el pasado, anhela la
128
muerte, desea lo absoluto. Melancolía y soledad son los dos fieles acompañantes
de la sensibilidad romántica (GALI 2002, 506).
Así, Julia, encuentra en la soledad el refugio para su amor perpetuo y en el
recuerdo, la llama que lo aviva; uniéndose al amor materno incondicional que fortalece
la infinitud.
Se destacan dos situaciones en cuanto al personaje de Amelia. En primer lugar, no
obstante el padre de esta mujer es hermano del de Ernesto, no se mueven de la misma
manera. Aun cuando del mismo modo carece de nombre, este personaje sí entabla
comunicación directa con Amelia, no para subyugar su voluntad tal es el caso de Ernesto,
sino para explicarle y hacerle ver lo que le “conviene”, es decir, su padre sí le toma
parecer respecto a su futuro. En segundo plano, sutilmente la cosifica ya que la convierte
en un objeto meramente mercantil, le hace ver los beneficios que obtendrá “la familia” al
desposarse con Ernesto, así al materializar “el amor” rompe con el concepto romántico
del mismo, reflejado en los sentimientos nobles y desinteresados de Julia.
Para concluir, es digno de atención el gran abanico de situaciones de análisis, que
nos ofrece Julia. Encontramos aspectos que no podemos dejar de mencionar, tal es el
hecho de usar el medio epistolar para pronosticar infortunio, lo cual provoca que los
personajes se desplacen a otras situaciones que no son precisamente lo planeado.
Observamos otros elementos simbólicos, por ejemplo, la caja que Ernesto regala a Julia,
la cual podría ser el instrumento del amor en secreto y en silencio. La imagen del silencio
es constante, y ese no decir les produce más dolor y sufrimiento y en otros momentos
129
proporciona un ambiente y sentido de reflexión, donde el pensamiento toma las alas de
la libertad. Por lo que cada personaje puede recurrir a él para interiorizar en su propio yo.
La fidelidad y la lealtad, cualidades que se hacen presentes, personificadas a través
del mayordomo Anselmo, quien se vuelve cómplice y confidente de los enamorados y
testigo de la fortuna o desgracia familiar y que curiosamente sí tiene un nombre propio a
diferencia de los otros personajes masculinos. Cetina parece “castigar” a éstos con la
omisión de su nombre, mientras todos los personajes femeninos, incluyendo el personaje
antagónico, lo poseen; probablemente como una reivindicación de la mujer. A diferencia
de los discursos escritos por hombres, la mujer tiene mayor espacio en el diálogo, la voz
femenina es la que más se escucha en el relato, lo cual no es fortuito; pues una de las
principales intenciones en la escritura de Cetina era cederle el espacio abierto que hasta
entonces era exclusivo de los hombres.
Esta novela corta, Julia, nos ofrece de manera muy clara la visión de la sociedad
decimonónica y de los ideales románticos. Si bien, con este relato Rita Cetina nos
muestra una pluma literaria madura y si en su fin de publicar este relato por entregas fue
“enamorar” a otras mujeres para incorporarse en el mundo de las letras y la cultura,
seguramente logró alcanzar su objetivo. Por lo cual, podemos decir que la narrativa de
nuestra autora comparte el nivel literario de otros escritores de su momento histórico,
por ejemplo Ignacio Manuel Altamirano, el mismo yucateco Crescencio Carrillo Ancona,
Manuel Payno, entre otros. Así en palabras de su biógrafo Rodolfo Menéndez de la Peña,
las cuerdas de la lira de Cetina, alcanzaron sus mejores notas con esta novela corta o
“novelita, como en su momento fueron llamadas.
130
3.4 El discurso femenino de Rita Cetina en Cuento del mar.
Rita Cetina Gutiérrez incursiona en casi todos los géneros literarios. En cuanto a
narrativa se refiere, además de su gran aportación a la literatura femenina decimonónica
con su novela Julia, encontramos que el cuento forma parte del corpus de su extensa obra
literaria.
“Cuento del mar”88, publicado también en la revista La Siempreviva en el Año II
número 34 del 6 de octubre de 1871 - cuya redactora y responsable de ese número fue su
amiga y colaboradora de la revista Cristina Farfán - figuró como parte de las aportaciones
literarias de Rita a la publicación. La intención, no sólo de Cetina sino de todas las
colaboradoras fue hacer llegar a sus contemporáneas un ejemplar donde además de
cubrir la necesidad de entretenimiento, tuvieran acceso a la lectura de diversos géneros
literarios. Así que el cuento, además de las fábulas, la poesía y el ensayo, no podía quedar
fuera del contenido.
88 Justo Sierra Méndez escritor, historiador y político (1848) contemporáneo de Rita Cetina (1846) también yucateco, ya que en ese momento Campeche aún formaba parte de Yucatán; de igual manera tiene entre su prosa literaria un Cuento del Mar. La cuentística de Sierra está reunida principalmente en sus Cuentos Románticos (1896), no obstante éste no forma parte de este corpus. De acuerdo a lo que Francisco Monteverde anota en el prólogo del tomo que reúne su prosa literaria (Sierra 1977, 10), este cuento tuvo dos publicaciones; la que Monteverde llama “primitiva” en 1874, aunque no se cuenta con el dato del espacio de publicación y la posterior en 1899 que el mismo prologuista comenta fue una versión diferente a la primitiva apareciendo el 19 de marzo de 1899 en El Mundo, periódico del centro del país. Pudiera pensarse que el cuento homónimo de Rita Cetina fue una emulación del de Sierra Méndez, pues como se ha mencionado la novela de Cetina Julia muestra ciertos acercamientos a la novela del mismo nombre escrita por Ignacio Manuel Altamirano, sin embargo no fue así, puesto que en principio la brecha temporal los difiere y separa. La narración de Cetina sigue los lineamientos románticos de la época, mientras que la de Sierra está plasmada del costumbrismo que tomó fuerza para aquella época, a pesar de que él lo califica de romántico al darle un tinte trágico a su historia.
131
En este apartado realizaremos el análisis del cuento resaltando el discurso de lo
femenino a partir de las propuestas de Margarita Dalton Palomo, en Mujeres, diosas y
Musas.
La extensión de Cuento del mar es breve, por lo que se emitió en un solo número
de la revista. No obstante se marcan claramente dos momentos. En el primero, con la
intención de involucrar al lector en la historia, inicia con la descripción del lugar, teniendo
cuidado en los detalles, ya que por medio de los adjetivos presenta un ambiente cálido y
tropical: “Sus últimos rayos se reflejan aun en las tranquilas olas de la mar” (CAMPOS
2010,36).
Cetina utiliza la hora del crepúsculo para presentar a su personaje femenino, la
envuelve en los dorados tonos del atardecer como marco de su aparición: “Celages de oro
y rosa adornan el camino que el astro del día acaba de pasar para ocultarse otra vez en
occidente”. En el Romanticismo el amanecer y el ocaso son los momentos más
recurrentes del día. Se utilizan estas horas en un sentido simbólico, pues enfatizar el
momento en el que suceden las acciones, las hacen más impactantes89. Encontramos en
esta descripción del espacio y del ambiente el primer recurso femenino, es decir, la
protagonista sale del espacio cerrado que hasta entonces había sido exclusivo de la mujer
para presentarla ahora en un espacio abierto, a la orilla del mar; que no sólo refiere a lo
abierto, también al infinito, donde no hay límite.
89 “En todos los cuentos, novelas o folletines románticos el autor precisa la hora del día en que transcurren los principales acontecimientos, y es muy raro que se den a mediodía, en plena claridad. La aurora se presta más a situaciones de esperanza, de alegría o simplemente campiranas, en tanto que el crepúsculo anuncia tragedias, presagia muerte o infunde tristeza” (GALÍ 2002, 404)
132
Una mujer, bella, como la creación del poeta se acerca a la orilla. Viste blanco
ropaje. Sus cabellos, negros como la noche, caen sobre sus hombros en
abundantes rizos. Sin dejar de repetir su canto, se sienta en la arena. Sus ojos que
simbolizan la esperanza, se fijan anhelantes en el mar. Deja de cantar y sonríe
dulcemente (CAMPOS 2010,36).
La prosopografía de la protagonista denota varias imágenes relevantes; nos
muestra el tipo ideal de mujer, ya que en principio refiere a una mujer bella, lo cual no se
aparta del ícono de la mujer romántica. Sin embargo, ahora la compara con la poesía, y
no con la delicadeza y la debilidad de una flor, símil recurrente romántico. Esto quiere
decir, que muestra a la mujer no como un ornamento, sino como un ser artificioso y de
alguna manera, este comparativo puede entenderse para aludir a la inteligencia y la
creatividad.
No obstante, esta transgresión se disfraza al presentar vestida de blanco a la
mujer; la envuelve en pureza. Esta imagen refiere a una mujer virgen, que en el discurso
de lo femenino representa la castidad, en la cual radica su valor (desde una perspectiva
de cosificación) para el hombre de la época. Al respecto, Margarita Dalton Palomo dice:
“La virginidad, castidad, juventud y belleza son para la mujer valores significativos dentro
del discurso. El hombre busca encontrar en una mujer esa exclusividad que le significará
la posesión y la continuidad del patrimonio, hijos y prestigio social” (DALTON 1996,63)
De alguna manera, Rita Cetina, a pesar de su deseo vehemente de ilustrar a la
mujer y promover su emancipación, no se muestra abiertamente en contra del discurso
133
patriarcal. Fue permeando en su escritura ciertas transgresiones, aunque con la sutileza
apoyada en pies de plomo y sumo cuidado.
La imagen de la cabellera es un elemento muy interesante, pues contrasta con el
símbolo de castidad expuesto anteriormente. “Sus cabellos negros, como la noche, caen
sobre sus hombros en abundantes rizos” (CAMPOS 2010,136). El cabello, también
refuerza el símbolo de belleza; el tono negro, en primer lugar puede referir a la juventud
que aún no presenta secuelas del paso del tiempo. Por otro lado, podemos interpretarlo
como el símbolo del regionalismo. Aquí el símbolo de la rubia cabellera, tan propia del
romanticismo, se ha omitido para citar la belleza de la mujer mexicana y además
provinciana, cabe recordar que el contexto es un puerto, se ha excluido al espacio
citadino. Como tercera interpretación, podemos decir que el hecho de llevarlo desatado
habla de la libertad, de no sentir opresión. En contraposición, el cabello recogido puede
referir al recato, formalidad, elegancia, etc. Aquí nos percatamos de que se trata de una
mujer joven, casta con sentimientos de libertad.
A lo largo del cuento, encontramos pocas alusiones al cuerpo femenino; en la
descripción se mencionan los hombros que aparecen como referente para marcar el largo
del cabello. Probablemente, los hombros se encuentran desnudos, cubiertos por los
abundantes rizos, mostrando así una desnudez disimulada y tal sirena homérica la
protagonista se encuentra a orillas marinas cantando. Es interesante hacer notar que Rita
Cetina, no sólo pretende darle voz a su personaje femenino, sino que a través del canto
puede expresar sus sentimientos y emociones. “Los ojos simbolizan la esperanza, se fijan
anhelantes en el mar” (CAMPOS 2010,136) es decir, la escritora tuvo toda la intención de
134
darle una carga simbólica a los elementos prosopográficos. Ahora sabemos que se trata
de una mujer joven, regional, con expectativas, con esperanza.
Esta mujer que apenas cuenta diez y ocho primaveras, se llama Esperanza.
Huérfana desde muy niña, vive al amparo de unos pobres pescadores, que la
aman tiernamente (CAMPOS 2010,136).
En este apartado podemos conocer más sobre la protagonista, aquí encontramos
dos elementos similares en los personajes femeninos de Julia, la novela y en Cuento del
mar. Julia y Esperanza son mujeres jóvenes y huérfanas. Ambas viven bajo el amparo de
personas generosas. Con esta imagen, Rita de alguna manera legitima el discurso que
permeaba en ese momento: mostrar la unidad familiar como parte de la consolidación
de la sociedad decimonónica; lo que nos hace observar que Rita ocupa la sutileza para
trastocar y transgredir el discurso hegemónico. Por lo que, el hecho de presentar mujeres
con estas características nos hace pensar en que a pesar de poseer juventud y belleza, no
poseen la suficiente fortaleza al carecer del apoyo de la institución familiar. Así, esto
puede entenderse desde dos aristas; la primera de ellas es que una mujer, puede
acercarse el ideal femenino90, no obstante sin el sostén del binario padre-madre, no está
realmente completa por ella misma; por el contrario la hacen una mujer débil. La
debilidad, de acuerdo a la perspectiva crítica de Margarita Dalton Palomo, forma parte de
las cualidades y actitudes femeninas, que se oponen a la fuerza, la cual pertenece al
90 Nos referimos al ideal romántico que formaba parte del discurso literario.
135
discurso de lo masculino91. Por tanto, Esperanza como Julia requieren de un contexto
androcéntrico para fortalecer esa debilidad. Es por ello que en ambas narraciones, esa
“debilidad” busca el equilibrio a través del amor.92 El papel de la figura masculina
simboliza la fortaleza para tolerar y compensar la adversidad y el infortunio. Cetina lo
expone de la siguiente manera: “Cuando aún empezaba a salir de la adolescencia, sintió
latir su corazón y amó por primera vez.” (CAMPOS 2010,136) La configuración del
personaje femenino con base a esta situación la hacen un sujeto subordinado del sujeto
masculino; lo cual podemos corroborarlo en la descripción de Alfredo, el joven
protagonista del cuento.
Alfredo, joven de altiva frente, mirada expresiva y ardiente corazón, fue el bello
ideal que forjara en sus ensueños. Una mirada de ambos bastó para alentar la
llama santa que ardía en sus puras almas, y Alfredo y Esperanza se amaron con
delirio (CAMPOS 2010, 136).
La imagen de Alfredo nos presenta a un sujeto seguro y gallardo, pero sensible y
apasionado. No es fortuito que Rita haya hecho referencia a la frente como punto de
partida de la prosopografía del protagonista. En el siglo XIX, aludir especialmente a esta
parte del cuerpo, refería a la representación del conocimiento e intelecto y que hasta
entonces había sido privativo del hombre. Esta imagen puede representar también al faro
91 “La debilidad puede o no ser en todos los casos de los personajes femeninos, pero lo cierto es que se convierte en el eje del discurso de lo femenino. La debilidad está unida a la función de la mujer, a la maternidad y a su acción dentro del ámbito doméstico” (DALTON 1996,54) 92 Cabe señalar que Cetina se ve influida por la corriente literaria que se desarrolla en su contexto, el Romanticismo. Así pues en su narración cita al amor, como elemento esencial en la vida el ser humano. Sin embargo, observamos que de alguna manera rompe con tal paradigma cuando los amantes, en específico Alfredo se da cuenta que requieren para su supervivencia algo más que alimentar su espíritu con la llama del amor; por lo que, en palabras de Rita Cetina, “sale a buscar fortuna” y así además de proveer en sus sentimientos a su amada, le pueda proporcionar seguridad en sus necesidades materiales.
136
de luz que la mujer necesitó para alumbrar el camino de la transformación, es decir, en
este contexto el mismo varón había abierto la puerta a la mujer para salir del espacio
cerrado al espacio abierto y público, antes exclusivo de ellos.
Resulta muy interesante el paralelismo que Cetina propone en la primera frase de
la descripción, es decir, el “joven de altiva frente, mirada expresiva y ardiente corazón”.
Coloca al intelecto y a la emotividad en un paralelo que los canaliza en un “bello ideal”.
Rita, en este símbolo manifiesta el cultivo de la mente y el espíritu. Aun cuando la
descripción corresponde al sujeto masculino, bien puede referirse a lo que ella perseguía
promover en la mujer. Ella buscaba forjar el conocimiento sin dejar de lado la parte
emotiva y sensible adjudicada al sujeto femenino. Este doble discurso de Rita al
promover la emancipación de la mujer fue una constante en toda su obra literaria, por un
lado buscaba empoderar a la mujer al acercarlas al conocimiento, pero por otro reforzaba
el constructo femenino que prevalecía hasta en ese momento, es decir, las cualidades
consideradas propias de la mujer, en este caso la subordinación y la emotividad son
reflejo de su debilidad. Las razones pudieron ser motu proprio o por el contexto
androcéntrico o por ambas.
El canal de contacto entre la pareja resulta ser la mirada, el cual establece el
paralelo entre Esperanza y Alfredo, así el amor es el vínculo que los coloca en el mismo
tenor, es decir, la subordinación se rompe para encontrarse ambos sujetos equidistantes.
Sin embargo, nuevamente el infortunio hace que este punto de contacto se disuelva en la
materialidad. No basta lo intangible para reivindicar al sujeto femenino; pese a que
Alfredo muestra ser el redentor que la sacará de la marginación (representada por la
137
pobreza y la orfandad), si bien él también se presenta como un ser marginado al ser tan
pobre como ella. No obstante, esta imagen puede interpretarse de otra manera; Alfredo
a pesar de ser el sujeto masculino que representa la gallardía y el valor, es tan vulnerable
y marginado por la carencia de recursos económicos. Así, el vínculo entre ellos se rompe
cuando el sale en busca de lo que ambos carecen y es imprescindible para su
subsistencia. Nuevamente, vemos una retracción de Cetina en este discurso sexuado; el
hombre es quien debe y necesita salir a buscar fortuna. Así, en ese contexto de finales del
siglo XIX, el poder económico permite no sólo al sujeto femenino, sino también al
masculino poder insertarse en determinado estrato social, para ser aceptado y
reconocido por el entorno: “Un día Alfredo, con el corazón desgarrado de dolor se despidió de
su amada. Iba a cruzar los mares buscando fortuna” (CAMPOS 2010,136). En esta frase,
observamos que Cetina nos vuelve a mostrar en la metáfora “iba a cruzar los mares
buscando fortuna” el sesgo hacia la europeización. En la novela Julia, el protagonista, aún
en contra de su voluntad, viaja a Madrid a realizar sus estudios para obtener prestigio y
reconocimiento. En Cuento del mar, se ve a Europa como el cauce que conduce al éxito y
la aprobación de la sociedad, a través de conseguir fortuna. Esta situación no es particular
de la lente de Cetina, sino del entorno que buscaba aproximarse a la cultura y
modernidad europea.
Han transcurrido dos años. El tiempo es aquí el cómplice de los amantes y Cetina
cita nuevamente la misma imagen de la protagonista: “Y la tarde en que vemos a
Esperanza dirigirse a la orilla del mar cantando su barcarola favorita” (CAMPOS
2010,136). Pareciera como si el curso se hubiera detenido para permitir el reencuentro de
138
los sujetos. Ahora, el personaje masculino regresa “radiante” por el poder que le ha
conferido la fortuna: “Alfredo debe volver radiante de dicha y de contento a depositar a
los pies del ángel de su amor, su corazón y su fortuna” (CAMPOS 2010,136).
Cabe resaltar que a pesar de que es escasa la alusión al cuerpo, sea masculino o
femenino, los elementos que se abordan de éste son clave para desarrollar ciertas
acciones y reacciones en la narración. Los “hermosos ojos” de Esperanza son la ventana
por la cual se da paso a la siguiente acción para desembocar en el clímax de la historia:
Esperanza con sus hermosos ojos fijos en la inmensidad descubre a lo lejos un
punto negro. Poco a poco se va haciendo más visible y al fin presentase a su vista
la embarcación que le trae al dulce objeto de sus ansias, para no separarse ya más
de su lado.
Los ojos son receptores de las acciones, son el canal por el cual el lector se
encuentra al tanto de los acontecimientos. Los ojos de Esperanza descubren la llegada del
hombre que ama. No obstante, la importancia de este símbolo no concluye con esta
escena, más adelante también jugarán un papel prominente.
La dicha de saber de vuelta a su ser amado, hace que Esperanza muestre a través
de una genuflexión el agradecimiento “al cielo” por concederle la felicidad. Este punto es
interesante, por la forma en la que presenta Cetina “la felicidad” que se expresa a través
del llanto, revela una cuestión muy interesante. Primeramente, que el bienestar de la
mujer depende de un factor externo, es decir, que alguien más debe procurárselo. El
139
sujeto femenino se muestra supeditada a otro para sentirse satisfecha y feliz; notemos
que este sujeto es precisamente un varón.
Lo trágico, tópico recurrente en el romanticismo, se hace presente en la historia.
[…] un viento fuerte agita las olas, primero con violencia y después con fuerza
extraordinaria. Las aguas del mar se levantan formando un remolino hasta tocar
las nubes y caen otra vez produciendo un ruido aterrador. El buque lucha en vano
con la inmensidad. Juguete de las olas por algunos momentos, al fin lo arrastran
en su furia y lo sepultan para siempre en el abismo insondable de los mares
(CAMPOS 2010,136)
Cuando por fin parecía que Esperanza alcanzaría la dicha y felicidad, resulta ser
víctima de una catástrofe. En este párrafo, a pesar de que refiere explícitamente al
naufragio del buque en el que regresaba Alfredo, bien podemos entenderlo como al
naufragio de la misma protagonista. A pesar de su lucha por encontrar la felicidad a
través del amor, se convierte en el juguete de las olas a quien finalmente, también la
arrastran y sepultan en el insondable abismo del infortunio.
Finalmente, sólo quedan por testigos de este suceso desdichado los padres
adoptivos de Esperanza. Así, Rita Cetina con una imagen muy romántica, son inhumados
juntos “colocando sobre su tumba una rústica cruz de madera y una corona de mirtos y
azucenas” (CAMPOS 2010,136).
Hasta el final, la insistencia de Cetina por mostrar imágenes de sencillez y
humildad se hace presente en las características de la cruz, símbolo de la religiosidad que
140
se aúna a la representación de pureza al citar níveas flores, como son las azucenas y los
mirtos, que por otro lado evocan a lo femenino y lo masculino respectivamente.
A manera de conclusión, en Cuento del mar, vemos que Rita Cetina incursiona en
el género narrativo, cuestión que no era habitual en su contexto, sus contemporáneas se
enfocaron de mayor manera al desarrollo de la poesía y la fábula, éste último
principalmente por el carácter didáctico de su naturaleza. Aun cuando en este cuento,
Cetina retoma tópicos e imágenes recurrentes en su momento, su principal aportación
radica en la proyección del personaje femenino, pues a través del uso de símbolos nos
presenta a una mujer ya con características distintivas que la separan del discurso
masculino de la época. Por citar una situación específica, podemos resaltar al ubicar a su
personaje protagónico femenino en un espacio abierto, donde la misma imagen marina
puede evocarnos de lo infinito que ya podía ser la visión femenina. Incluso en el mismo
personaje masculino vemos acciones y actitudes que la pluma masculina no hubiera
representado, por ejemplo mostrarlo como un sujeto inteligente pero con tanta
sensibilidad y vulnerabilidad que el personaje femenino. Además rompe con el discurso
propio del Romanticismo, a pesar de que el amor es lo que enlaza a los personajes,
muestra que éste no es suficiente para su supervivencia por lo que sale a “buscar
fortuna”, en palabras de Cetina, para sostener una relación basada más en las
necesidades reales que únicamente en el cultivo del espíritu.
141
3.5 Rita Cetina Gutiérrez y sus ensayos.
“Lo que buscamos y deseamos es el equilibrio en el espíritu;
la unión completa de la familia, de la sociedad,
sin menoscabo de la dignidad de ninguno de sus miembros.”
Rita Cetina Gutiérrez “La emancipación de la mujer” en
La Siempreviva.
Definitivamente, la extensa obra literaria de Rita Rosaura Cetina Gutiérrez nos permite
proponerla como una de las escritoras decimonónicas que puede ser un referente para
conocer y reconocer la imagen femenina de las últimas décadas del siglo XIX y también a
través de su escritura identificar su postura crítica en un contexto androcéntrico. Para
ello, a través de su narrativa, en específico de sus ensayos podemos apoyarnos y mostrar
sus aportaciones y , sobre todo cómo, con su sutil, pero aguda pluma comenzó a mover
ciertos paradigmas y estructuras bastante arraigadas y perfectamente establecidas por un
colectivo que no precisamente estaba conformado por mujeres.
La narrativa de Rita Cetina la podemos ubicar en el corpus de la revista La
Siempreviva. En esta publicación ubicamos su novela, un cuento, tres narraciones de
carácter didáctico93 y cinco ensayos. Estos últimos fueron publicados en diferentes
93 Estas narraciones por su contenido pertenecen al género didáctico, en otro término, que sin ser fábulas Rita Cetina aprovechó el uso del discurso para marcar lineamientos y/o enseñanzas sobre el comportamiento de la mujer ante la adversidad. Desde la experiencia de Rita al ser “testigo” de algunas historias donde el infortunio reinaba, ella hace una propuesta del papel y acciones a realizar para salir bien sorteada de la adversidad. A continuación mostramos el nombre de cada narración así como la fecha de publicación. * LA MADRE Año I Mérida, lunes 4 de julio de 1870 Núm 5. * LA POBREZA Año II Mérida, domingo 22 de octubre de 1871 Núm 35 * AMOR FILIAL Año II Mérida, miércoles 20 de diciembre de 1871 Núm. 39
142
números de la misma94 bajo un mismo tenor: la condición femenina. Así, desde el título de
los mismos podemos observar la transversalidad temática, la cual podemos sintetizar en
palabras clave tales como: mujer, emancipación, ilustración, virtud y equilibrio, entre
otras. Por tal razón, en este apartado nos detendremos a analizar dos ensayos publicados
en La Siempreviva bajo la perspectiva de la lente femenina de Margarita Dalton Palomo en
Mujeres Diosas y Musas y los preceptos teóricos de Susana A. Montero Sánchez en La
construcción simbólica de las identidades sociales.
Una interesante aportación que propone Susana Montero en la obra citada es la
idea de “una tríada femenina romántica” (MONTERO 2002, 91-103). Cuando la autora
refiere, lo que en sus palabras llama “la imagen femenina nacional”, nos dice que la mujer
decimonónica se puede visualizar de tres maneras, en primer lugar presenta al “ángel del
hogar”95, término que fue de uso común en la época y que por bastante tiempo fue el
apelativo de la mujer cuya acción se reducía al espacio doméstico. De los aspectos que
Montero resalta de tal constructo son: la indefensión, la hermosura, la levedad, la pureza
y la tendencia a un no-lugar determinado desde el hombre y su espacio. Así tal
94 Los ensayos de Rita Cetina Gutiérrez fueron publicados en diferentes números de la revista de la siguiente manera: * LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER. Año I Mérida, jueves 19 de mayo de 1870. Núm 2 * LA MUJER EN EL SIGLO ACTUAL Año I Mérida, viernes 5 de agosto de 1870 Núm 7 * LA MUJER Año I Mérida, lunes 17 de octubre de 1870 Núm 11 * LA MUJER Año II Mérida, jueves 3 de agosto de 1871 Núm 30 95 Susana Montero menciona que la figura del “ángel del hogar fue la que logró mayor desarrollo y peso a lo largo del siglo a nivel discursivo, o sea, los rasgos de la etapa romántica se prolongaron hasta la literatura nacional y la lírica modernista. Nos pone como ejemplo la imagen femenina en las obras de Manuel Carpio y la poesía de Amado Nervo. En cuanto a mayor peso, nos explica que tal figura expresó “una correspondencia más profunda con el orden patriarcal, con el dogma católico y con la reactualización que tuvo lugar durante este lapso del reparto genérico más tradicional de roles y jerarquías sociales” (MONTERO 2002, 93).
143
estereotipo romántico se reflejó también en la literatura nacional96 y que, fue sufriendo
ciertas transformaciones, dando paso a la siguiente figura: la heroína. Montero, habla de
“apuntar hacia otra dirección” lo cual permitiría ir deconstruyendo el discurso
hegemónico y deshabilitando el ideal femenino, característico del “bello sexo”. Si bien en
este momento nos estamos enfocando al tratamiento de los ensayos de Cetina, podemos
decir que ella pasó por esta transición, el de la “heroína” Cuando Rita ocupa la tribuna por
primera vez, lo hace con un visible tono heroicista. Enaltece el valor y el triunfo del
Coronel Daniel Traconis en la “Guerra de Castas” con un poema titulado “A los que
sucumbieron en Tihuosuco”. Así, al margen de las ovaciones dirigidas a los hombres
victoriosos, en el orden de lo simbólico se muestra como una mujer heroína al tener el
valor, en primer lugar, por salir del espacio privado a uno público y en segundo porque su
voz se escucharía ya en un espacio abierto, esto le permite afianzarse de un lugar, antes
exclusivo de la sociedad masculina.
En tercer lugar, Montero nos menciona que “la mujer ilustrada vino a ser el
producto más representativo del discurso liberal decimonónico” (MONTERO 2002, 95),
además de apoyar en el proyecto de modernización nacional.
Por principio de cuentas, el ensayo que abre la serie de cinco que fueron
publicados en diferentes momentos, representa el sentir y la perspectiva respecto a la
96 Recordemos que el mismo Altamirano propuso hablar de una literatura nacional a partir de su propio proyecto donde se buscaba promover la escritura de los autores del momento, tales como Vicente Riva Palacio, Ignacio Ramírez, Francisco Zarco, etc. De ahí que además de pretender forjar una literatura nacional asimismo promovió una literatura inclusiva, buscó abrir la puerta a todo escritor aún con ideologías contrarias, buscó la participación activa de la mujer. Probablemente conveniente a sus intereses, sin embargo esto permitió que mujeres como Rita Cetina participarán de la conformación de la república de las letras, dando paso así a la mujer ilustrada.
144
función que se le había encomendado a Cetina, en otro término, en su papel de directora
y redactora del primer periódico escrito exclusivamente por mujeres y dirigido a mujeres.
Así, la escritora peninsular toma el altavoz del colectivo femenino. Ahora se dirige a ella
con la voz expansiva y representativa de sus congéneres. Tremendo papel se le
encomendó a Rita. Observamos que al inicio de su discurso pareciera como si le
temblara la voz, como si la seguridad tambaleara en esas primeras líneas dirigidas al
sector femenino:
Al proponernos hoy trasladar al papel nuestras ideas acerca de un asunto tan
importante como es el de la emancipación de la mujer, no tenemos más objeto
que esclarecer más nuestras creencias sobre esta cuestión; aunque ya muchos
ilustres y distinguidos escritores hubiesen tratado de ella detenidamente.
(CAMPOS 2010,5)
En un aparente acto genuflexivo, en otras palabras, en una falsa humildad al
referirse a “ilustres y distinguidos escritores”, ella se otorga la voz, pero ahora escrita.
Abre paso a sus creencias que no son particulares, sino de muchas otras al anotar un
“nuestras”. Así, a partir de este momento Rita rompe la barrera del silencio y la
marginación, pese a que los avances en estos tenores son paulatinos pero con paso firme.
Aún no hay una ruptura y/o transgresión muy palpable a lo establecido a lo que parece
exclusivo de la sociedad masculina.
La voz del ensayo muestra un tono parecido al que ella tomaba en la tribuna, un
espacio donde las palabras fluían, pero el viento permitía que se perdieran en él. Ahora
no, ahora esas palabras quedarían impresas por siempre y para siempre. Gracias a su
145
palabra escrita podemos conocer y reconocer el eco de aquella escritura, espejo del
pensamiento de la mujer decimonónica en la figura de Rita Cetina.
Lo interesante de la propuesta de Cetina en este ensayo es que ella conoce las
limitaciones de ellas. Sabe que el camino es largo y sinuoso, esto lo observamos en las
siguientes líneas:
Poco o nada conseguiremos, toda vez que tan esclarecidos talentos la han
discutido ya, considerándola bajo diferentes formas. Sin embargo, nosotras
aunque débiles, no omitiremos explanar nuestra opinión en este asunto (CAMPOS
2010,6).
Estas líneas nos manifiestan la reafirmación de ciertos patrones impuestos de una
manera sutil y hasta podríamos decir amorosa por el contexto androcéntrico, en este
sentido la debilidad forma parte de las cualidades inherentes a ellas. En otras palabras, la
mujer ha creído y ha tomado muy en serio su debilidad como parte de su ser femenino.
La fragilidad la han acompañado en casi todo el recorrer histórico hasta ese momento.
Basta con citar algunas líneas de José María Vigil en el prólogo a La mujer
mexicana para comprender que el discurso de lo masculino se encargaba de reiterarlo
“porque según su flaqueza femenil están más propincuas a caer y suceder grandes males
con sus yerros” (VIGIL 1977,LXXI). Además la debilidad, se entiende más allá del sentido
físico; su “debilidad” o “flaqueza” la hacen un sujeto vulnerable a claudicar. Este
planteamiento nos remite al discurso cristiano, en específico al génesis. Donde Eva, la
mujer, es débil ante la tentación y de endeble criterio; sucumbe fácilmente al pecado y
146
donde lo más grave es que arrastra al hombre a la perdición y por consecuencia al
castigo. De ahí que resulta fácil entender porque Cetina muestra inseguridad en su
palabra, por lo que teme “hablar” de más y atropellar de manera simbólica el sentir y
pensar masculinos.
El siguiente párrafo desarrolla la idea plasmada en el título: “la emancipación de la
mujer”. El cual consideramos es la parte medular del ensayo. En este apartado Rita,
muestra valor y energía en sus ideas y, sobre todo, en la redefinición del término
emancipación observamos un nítido tinte feminista. Es la clara la visión de una mujer que
tiene referente el del discurso de lo masculino; si bien de una manera sutil y de cierto
modo humilde decide expresar su propio concepto:
La emancipación de la mujer como nosotras la entendemos, no separa a esta
moralmente del dominio del hombre, ni puede dar jamás el resultado de la
abdicación de los sentimientos más nobles y más puros de su alma; y si con ansia
la deseamos, es porque quisiéramos verla libre de las preocupaciones que sin
cesar las circundan, haciéndola vivir en la ignorancia y constituyéndola por lo
tanto en un ser excesivamente desgraciado (CAMPOS 2010,6).
El tono excusativo, definitivamente es una constante en el discurso de la escritora.
El “como nosotras la entendemos”, de alguna manera es una frase aclaratoria, su palabra
no es dogma, tal vez como pudiera serlo el discurso masculino. Es un “yo lo veo de esta
manera”, así que tú, hombre, puedes no estar de acuerdo. Dadas las características de la
mujer decimonónica, vista como el “ángel del hogar” esto pudo resultar muy atrevido y
definitivamente causar incomodidad en un terreno predominantemente androcéntrico.
147
Así que no es de dudar que enseguida, después de la breve pausa reitera el compromiso
moral con el hombre, como una acción reconocida por la convención social. Además
plantea que la ignorancia es la desgracia de la mujer, podemos leer entre líneas que se
refiere a la ignorancia de la ciencia, del arte, era bien sabido que se le instruía en
aquellos aspectos que podían formarla como mejor esposa, madre, hija. Para ello basta
recordar que era muy común en las revistas de la época ofrecer artículos sobre economía
doméstica para continuar con el adiestramiento de mujeres “virtuosas”: “[…]
Pertenece a nuestra ama de casa de cuidar de los vestidos de su marido y tenerlos
siempre dispuestos […] También deberá ocuparse de los incesantes cuidados que
reclamarán sus hijos; cuidados que no deben confiarse a manos extrañas mas que
en el caso de absoluta necesidad. […] No creáis que por eso no puede descansar
nunca; una vida bien empleada basta para todo, y hay en ella lugar tanto para los
placeres como para el trabajo […] (La Aurora: 28)
Recordemos que antes de La Siempreviva, las revistas para “el bello sexo”, como
ellos les solían decir eran dirigidas y escritas por hombres. Aún en La Aurora. Semanario
para señoritas donde Rita, Gertrudis y Cristina colaboraron, la línea fue, indudablemente,
continuar con la idea de fijar y marcar el comportamiento de la mujer, dejándole el
espacio de lo doméstico.
La religiosidad fue un aspecto inherente a la vida cotidiana y la mentalidad de la
mujer decimonónica. Dios, de alguna manera representaba la máxima autoridad dentro
del patriarcado. Y en este ensayo, aludir a la divinidad resultaba una manera muy sutil de
justificar sus requerimientos: “Dotada por la Providencia de facultades intelectuales como
148
el hombre, quisiéramos verla colocada al nivel de éste, dividiendo con él sus trabajos
material y mentalmente”. Bajo la cortina religiosa, Cetina ubica a la mujer y al hombre en
el mismo tenor. La idea expuesta anteriormente rompe con la estructura androcéntrica.
Propone una ubicación paralela entre los géneros a partir de la división del trabajo;
entendiéndolo como el deconstruir la línea divisoria entre los roles que jugaba el
binomio, hombre y mujer, en la sociedad de ese momento. “Dividir los trabajos material
y mentalmente” (CAMPOS 2010,6) refiere definitivamente a que ella ocupe los espacios
exclusivos del hombre y ejercite su mente tanto como él y éste a su vez colabore con las
tareas asignadas a su género hasta ese entonces.
Ambos fueron dotados por él, de inteligencia, razón y sentimientos: ambos fueron
dotados del libre albedrío. ¿Por qué tenerla sumida en la ignorancia y emplearla
solamente en el trabajo material? […] Queremos pues, deseamos con ardor que la
mujer se ilustre, para que abarcando su inteligencia todos los conocimientos del
hombre, pueda indagar y descubrir como él los secretos arcanos de la naturaleza.
[…] Negando a la mujer la ilustración, educándola simplemente para ama de
gobierno, no se tendrá derecho nunca a exigirle que sea buena, que sea virtuosa.
Nadie puede dar lo que no tiene. […] (CAMPOS 2010, 6)
Rita Cetina con el estandarte del discurso religioso protege el suyo. En otras
palabras, plantea las cosas de tal forma que pareciera que lo que escribe no lo piensa ella,
simplemente traslada al papel lo que “Dios” a dicho y hecho. Ambos están conformados
de la misma manera, aquí la “debilidad” se ha difuminado para presentar a una mujer con
las mismas aptitudes y capacidades del hombre. Cetina, astutamente ha borrado aquel
mito del génesis donde la mujer surgió místicamente de la costilla del hombre y , por
149
ello, siempre se había encontrado subordinada a él, como fragmentación de él. Aquí, la
escritora meridana trastoca y juega con el discurso cristiano, de hecho lo manipula para
defender y proteger sus palabras, que para su momento pudieron incomodar a más de
uno.
Defender la ilustración de la mujer es la principal demanda y preocupación de
nuestra escritora. Reconoce y conoce que sólo por la vía de la educación ésta, puede
ocupar el lugar que desee y además de tener la libertad de elección en todos los ámbitos
de su vida:
Para conseguir la rehabilitación de la mujer no hay más que un medio: la
ilustración. Désele pues, la instrucción necesaria, cultívese su razón, su
inteligencia, para que pueda con libertad tender su vuelo y colocarse en la misma
posición que el hombre. (CAMPOS 2010, 6)
En este fragmento, observamos palabras clave que Cetina manejará como
discurso permanente en sus ensayos, pero sobre todo en su quehacer diario. En su papel
de profesora buscó siempre instruir a la mujer más allá de las nociones de economía
doméstica, además de estar a la vanguardia en cuestión educativa, asimismo en el
programa de estudios de la escuela a su cargo logró que se incorporaran aquellas áreas
que hasta entonces fueron objeto de estudio de los varones97, esta búsqueda incluía
insertar sus congéneres en la educación superior, lo cual no fue visto con buenos ojos por
parte de la institución masculina, por lo que el fin primordial de instruirla fue con el
97 Recordemos que el positivismo ya permeaba para la época, por lo que la inclusión de la ciencia en los programas de estudio fue general en todo el país.
150
objeto de que ésta se viera reflejada no en ella, sino en la conformación y formación de
“buenos ciudadanos” (hombres).
Así, a manera de exordio termina con la siguiente idea: “Lo que buscamos y
deseamos es el equilibrio en el espíritu; la unión completa de la familia, de la sociedad sin
menoscabo de la dignidad de ninguno de sus miembros”(CAMPOS 2010,6). La escritora
yucateca, desde sus primeras participaciones en la vida y espacio público, mostró un claro
activismo a favor de la mujer. Sin embargo, el equilibrio fue un tinte en su escritura, a
pesar de que vemos ciertas transgresiones y trastoques, por ejemplo al efectuar cierta
manipulación de las ideas judeocristianas; no pretendía derrocar la figura del hombre y
en su lugar colocar la de la mujer; su propuesta iba más bien en un sentido de justicia y
equidad, propone paralelos y dejar de lado la subordinación.
Otro ensayo que definitivamente es una gran aportación a la configuración de la
mujer de las últimas décadas del siglo XIX es el que Rita publica en el número 7 del Año I
de la misma revista el 5 de agosto de 1870 titulado “La mujer en el siglo actual”. A
manera de introducción, ella anota la condición femenina de la “antigüedad”, o sea,
plantea características de sus congéneres que no del todo pertenecían al pasado.
La mujer, mirada en la antigüedad únicamente como el simple adorno de una
casa, viviendo sepultada en las tinieblas de la ignorancia y la esclavitud del
oscurantismo, era considerada como uno de los seres más abyectos de la
naturaleza, y sensible, es decirlo aún ella misma se creía incapaz de ilustración y
cultura (CAMPOS 2010,6).
151
El título expresa de manera muy clara el tratamiento que le da al ensayo, en otro
término, el objetivo es hablar de la mujer “actual”, refiriéndose así a la decimonónica. Lo
interesante del tema es que Rita por antonomasia refiere al papel de sus congéneres de
todo el siglo XIX, que ya para ese momento (1870) se encontraba en las últimas décadas.
Es bien sabido que en realidad, la condición femenina apenas para este tiempo
comenzaba a modificar su estructura y es aquí donde observamos una gran aportación de
Rita desde una mirada de lo femenino. El título es una fuerte aseveración, la “mujer
actual”; así Cetina ocupa la “actualidad” a modo de herramienta para proponer una
configuración diferente de la mujer. La “mujer actual” ya no es la de la antigüedad, y es
aquí donde adquiere una carga simbólica, es decir, en el pasado ella fue vituperada, ahora
a través de su escritura la reivindica, la coloca en otro nivel, en otro espacio. Rita no
habla de avance o progreso de sus congéneres, habla desde la firmeza, da por sentado el
rol de la mujer “actual”. Tal afirmación, en ese momento comprometía no sólo a la
mujer98 (las lectoras) también a los lectores de la época. Aun cuando estaba
directamente dirigida a las mujeres, la revista estaba bajo la lupa de la institución
masculina y pese a que ésta fue quien abrió la puerta a la participación femenina, pero
bajo su administración y vigilancia99. Rita manifiesta con palabras muy fuertes la
condición femenina de la antigüedad: “Sepultada en las tinieblas de la ignorancia y la
98 Piedad Peniche Rivero en RITA CETINA, LA SIEMPREVIVA Y EL INSTITUTO LITERARIO DE NIÑAS menciona: “Así los conservadores yucatecos, demandando religión y tradición sólo concedían educación de adorno a las mujeres para ellos, predestinadas exclusivamente a la vida doméstica. Su modelo era la mujer cristiana que sustentaba la Iglesia católica a través de su revista La Caridad (1868- 1911)”. Se sugiere profundizar en el tema revisando el texto antes citado. 99 Anotamos este comentario porque basta recordar que en publicaciones anteriores el acceso a las participaciones eran reguladas por la institución masculina. Además, al contar con el apoyo económico de Manuel Cicerol, gobernador en turno, debía seguir los lineamientos marcados por ellos para beneficio de los intereses políticos del momento.
152
esclavitud del oscurantismo” (CAMPOS 2010, 25), resulta ser una aseveración muy fuerte,
ya que esta ignorancia de la que habla Rita, no sólo refiere a la falta de conocimiento por
parte de ella, sino a la ignorancia por parte del mismo patriarcado de no reconocerla
como un ser humano dotado de la misma inteligencia y capacidad de desarrollo que el
varón. Pensamiento cuya base es el discurso judeocristiano, el cual plantea que la mujer
se creó a través del hombre y como una necesidad para su sobrevivencia; así ella forma
parte de ese desdoblamiento, no es mujer por sí misma, sino es a partir de otro.
Asimismo, habla de la esclavitud del oscurantismo, para Rita el haberla privado de la luz
del saber hace que su apreciación refiera al símil de la privación de la misma libertad, la
presenta como víctima del oscurantismo por no haber tenido la oportunidad de participar
en la divulgación de la cultura y la transmisión del progreso. No obstante, el adjetivo que
más muestra el sentir y pensar de Rita respecto a la condición femenina es la palabra
“abyecto”, cuyo término en el siglo XIX refería a lo envilecido y humillado100. De acuerdo
a su apreciación, la mujer formaba parte de “los seres de la naturaleza” más
despreciados, tanto es así que ella se había asumido así misma como un ser incapaz de
cultivar la cultura y el conocimiento.
En el segundo párrafo menciona a “una mano protectora” la cual levanta a la
mujer caída por la vejación de tiempos pasados para conducirla a las puertas que la
alejarán de la ignorancia y del espacio cerrado, el cual ella hace referencia al decir que la
mujer era “un simple adorno de una casa”.
100 De acuerdo a la definición del diccionario histórico de la RAE, abyecto significa humillado, envilecido, rebajado. http://dle.rae.es/?id=0Eby5wj
153
Otra aportación de Rita, de gran importancia e interesante en este ensayo, es el
intento de romper con el discurso hegemónico; en otro término, la institución masculina
había permitido el acceso a la educación de la mujer, no tanto por una legítima intensión
de instruirla para sí y por sí, sino dado el contexto de construcción de nación se pretendía
que ella formara “buenos ciudadanos”.101 Por lo cual, la sociedad patriarcal no
consideraba de su interés instruirla más allá de la profesionalización de la educación,
actividad que era reconocida en ese entonces como una continuidad del papel materno
adjudicado a ella. Asimismo, queremos decir que el género femenino veía muy lejano la
posibilidad de pisar los dinteles universitarios; por ello decimos que Cetina se atreve a
mencionar lo que sucedía en otros lugares del mundo, en específico en Poughkeep Sic
donde trescientas o cuatrocientas mujeres habían logrado graduarse en medicina:
En un periódico de Méjico hemos visto que en Poughkeep Sic, ciudad de los
Estados-Unidos, existe un colegio de niñas fundado en 1861, por un americano
llamado Mr. Matero Vassar, e incorporado a la Universidad de Nueva York, del
que han salido de “tres a cuatrocientas jóvenes doctoras que ejercen la medicina
en los diversos estados de la Unión, y una de ellas en Nueva York, tiene una
clientela que le produce anualmente más de diez y seis mil pesos fuertes.
(CAMPOS 2010.25)
Definitivamente, Rita considerando su momento histórico (para muchos el umbral
de la modernidad) se empoderó del espacio que le había sido otorgado para expresar el
101Melchor Campos menciona: “Ahí donde el constructo machista de género diferenciaba al hombre habitando la esfera de la inteligencia y la mujer el mundo de las costumbres, si ellos reclamaban educar a las mujeres, era con el propósito de instruir a la futura mujer-madre para formar “buenos ciudadanos” hombres. (CAMPOS 2010, XXIV).
154
anhelo de la superación femenina a través de su mismo desarrollo personal, por lo que en
su escritura vemos como al hacer suya la pluma de una manera hábil y plasmando sus
propias ideas va mostrando una escritura más madura, dado el contexto hegemónico
(político-clerical) debía mantener la línea establecida. Estas cualidades de Rita Cetina la
llevaron a ocupar cargos primordiales que favorecerían la emancipación de sus
congéneres, por lo que se le asigna la dirección no sólo de la revista, también de la
escuela que llevaba el mismo nombre y posteriormente la del Instituto Literario de Niñas.
Más adelante, en su escrito reconoce a la mujer ilustrada de tiempos pasados,
alaba el autodidactismo y de alguna manera es un autoreconocimiento, por lo que
podemos recordar que su primera instrucción fue autodidacta y después logra ser
profesora cuando la formación se adquiría de manera privada102. Si bien, como lo
menciona Piedad Peniche en Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas
(PENICHE, 2016, 53) la educación de esta escuela iba dirigida al género femenino de clase
social media, ella hace hincapié en la educación de la mujer pobre y le reconoce el
esfuerzo por ilustrarse a pesar de las carencias.
Pese a que a Cetina sólo se le ha encomendado fomentar y promover la
instrucción de sus congéneres, en su discurso muestra un carácter incluyente; plantea
que el engrandecimiento de los pueblos sólo puede conseguirse con el estudio, además
vemos de manera muy clara la influencia del positivismo, corriente filosófica que permeó
durante el porfiriato. 102Recordemos lo que ya se ha planteado en el capítulo segundo de esta investigación, correspondiente a la biografía de Rita Cetina, en otras palabras, ella obtiene el título de profesora de manera oficial cuando ya es directora y docente del Instituto Literario de Niñas como ejemplo para alentar a las alumnas a seguir sus pasos y continuar con la labor de instruir a la población, trátese de mujeres y hombres.
155
En los últimos dos párrafos podemos reconocer la mirada amplia y abarcadora de
la escritora con respecto a la difusión de la educación. En principio, convoca a la mujer a
cultivar la mente para lograr la conformación de su propia nación, comparándola con
otras naciones103. Enseguida habla de una hermandad la cual logrará “tejer las guirnaldas
de la patria” (CAMPOS 2010, 25) y cierra con broche de oro, enalteciendo a su lugar natal:
“No serán nunca vanos nuestros esfuerzos, pues si a pesar de ellos no logramos el
engrandecimiento de la Península yucateca, tendremos el placer de verla siquiera
colocada al nivel de las naciones ilustradas”. El poder de la palabra de Rita llegó a diversos
espacios, por tanto la revista no sólo circuló localmente, desde los estados vecinos,
Veracruz y Tabasco; así como el centro del país, situación que motivo a otro grupo de
mujeres, entre ellas “las violetas”104 seguir el camino de “las siemprevivas” (apelativo
otorgado por la sociedad de su momento) pioneras del periodismo escrito por el género
femenino en nuestro país.
103 En el momento histórico de la escritora meridana, la mirada se volvía hacia Europa como el modelo a seguir, situación que se potencializó durante el porfiriato. 104 “En un principio se llamaron Las hijas del Anáhuac, pero debido a que circulaba en la ciudad una hoja suelta con el mismo nombre, optaron por el nombre de Violetas del Anáhuac, el 22 de enero de 1888. Fundadora y directora Laureana Wright se encargó de repartir su semanario entre los periodistas más reconocidos de la época y en redacciones de todos los diarios capitalinos” (HERNÁNDEZ 2010, 27)
156
3.6. ¡BIEN POR ELLOS! Un artículo de Rita Cetina Gutiérrez.
Por último decidimos incluir en nuestro análisis por la propuesta de su contenido
un artículo que publica Rita Cetina también en la revista. Éste se publicó el miércoles 5 de
abril de 1871 en el número 32 del Año II, el cual tiene por título ¡BIEN POR ELLOS!
Aquí cabe la pregunta: ¿Por qué incluir un artículo en este apartado? ¿Cuál es la
relevancia del mismo para distinguirlo de otros más que también fueron por publicados
por Rita? Pues bien, lo interesante de esta nota es que rompe de alguna manera con la
temática y las receptoras habituales de la revista y de acuerdo a la perspectiva que hemos
planteado para nuestro análisis, en otras palabras, distinguir y resaltar los elementos del
discurso de lo femenino en la escritora yucateca, no podíamos dejarlo pasar de largo.
Rita Cetina ocupa la voz que le ha conferido, en primer lugar el ser colaboradora de
la revista y en segundo lugar, su papel de directora de la misma, lo cual la empodera y
muestra un tono con autoridad y fuerza. Lo que queremos decir es que usa este texto para
reconocer el talento masculino. Causándonos asombro, pues habitualmente en el
momento de la escritora; el hombre, como actor y actuante en un contexto hegemónico,
era quien tenía la facultad e instrucción para enaltecer, legitimar y/o otorgar
reconocimiento tanto a los logros y alcances femeninos como a sus congéneres. Basta con
recordar algunos pasajes del periódico “La Aurora. Semanario de las señoritas”, a manera
de claro y vasto ejemplo de lo mencionado:
157
Queremos ofrecer al bello sexo un libro que distribuido por entregar, a fin de
hacerle accesible a todas las fortunas y de proporcionarle al suscritor la manera
más cómoda de adquirirlo […] que comprenderá una escogida colección de
artículos literarios y composiciones poéticas debidos a los más distinguidos
escritores naciones y extranjeros, cabiéndonos la satisfacción de poder contar en
el número de colaboradores a las ilustradas, simpáticas y amables Señoritas
Cristina Farfán, Gertrudis Tenorio Zavala y Rita Cetina Gutiérrez, que de tan
merecido concepto gozan en la república literaria por sus bellas y sentidas
composiciones con que habremos de embellecer las páginas de La Aurora105.
Es posible observar en la anterior cita, el reconocimiento que hace la institución
masculina a las colaboradoras de la revista donde se enaltecen aspectos como la simpatía,
la amabilidad, adjudicadas al “bello sexo” aspectos considerados la esencia del deber ser
de la mujer y que en palabras de Margarita Dalton son “cualidades femeninas” que
constituyen las bases para la construcción del discurso de lo femenino en el siglo
decimonono y dejando sólo el adjetivo de “ilustradas” para distinguir su conocimiento.
En este mensaje introductorio, si ponemos atención, “las simpáticas señoritas” forman
parte del universo masculino: “cabiéndonos la satisfacción de poder contar en el número
de colaboradores a las ilustradas, simpáticas y amables Señoritas Cristina Farfán, Gertrudis
Tenorio Zavala y Rita Cetina Gutiérrez” (LA AURORA 1870, Introducción). Así, las tres
poetas fueron “incorporadas” al número de colaboradores. Así ya formaban parte del
universo masculino; ganando y apropiándose de espacios antes exclusivos del
androcentrismo.
105 La Aurora. Semanario de las señoritas. Ildefonso Estrada Zenea. Domingo, 16 de Enero de 1870. Mérida Yucatán. En el Fondo Reservado de la Biblioteca Yucatanense, Mérida Yucatán.
158
No obstante, la lente de Rita se mostró más abarcadora. La escritora maneja la
inclusión de una manera concéntrica. Inicia aludiendo a la patria: “Cuan grato es mirar la
patria en que se ha mecido nuestra cuna […] Cuán grato es, repetimos, mirarla
aproximarse ya a un grado superior de ilustración” (CAMPOS 2010, 87). En esta imagen,
habla de un todo, resalta el nacionalismo, objetivo de muchas y muchos que tomaban la
pluma en esa década. También, mira hacia adelante; hablando ya de la ilustración
impulsada aún más por la influencia del positivismo. En el siguiente apartado, enaltece a
su tierra: Yucatán. Primero plantea las dificultades por las que ha pasado para lograr la tan
anhelada modernidad:
Yucatán, esta tierra bendita por la Providencia, que a pesar de verse siempre
amagada por mil disenciones políticas, y lo que es más sensible todavía, por la
interminable guerra de castas que hace ya veinte y tres años largos que la aflige,
no desmaya un instante en el proyecto de colocarse al nivel de los pueblos más
civilizados del mundo. Fiel en su propósito, avanza cada dia alagando la noble idea
del engrandecimiento (CAMPOS 2010,87)
El problema social de la Guerra de Castas fue una constante en su obra. Lo
podemos observar desde sus primeras poesías, es decir, desde que a los veinte años toma
la tribuna para reconocer el valor del grupo militar en combate.
En los siguientes párrafos localizamos el tema central del artículo. Así por tanto, es
fundamental resaltar lo que Rita Cetina deconstruye del discurso patriarcal predominante
en la época, al expresar reconocimiento a unos jóvenes varones yucatecos quienes
elaboraron un “buen texto de aritmética práctica”: Audomaro Molina y Benito Ruz y Ruz.
159
Éstos investigadores lograron que varias escuelas de Mérida y del estado adoptaran su
obra para la instrucción primaria. Con estas palabras, Rita hace digna de crédito su
publicación: “¿Qué mejor recompensa para ambos jóvenes, que el ver premiados de este
modo sus desvelos? Pues si bien sus trabajos fueron grandes, su satisfacción debería ser
inmensa” (CAMPOS 2010,87).
Aun cuando podríamos justificar este halago por el fin de la obra, la cual fue en
beneficio del desarrollo de la educación y Cetina formaba parte del proyecto, es
interesante cómo por fin la mujer tenía una voz pública y de gran resonancia. Recordemos
que esta revista no sólo circulaba por la península, sino en varios estados del país,
incluyendo el altiplano donde el proyecto de educación se gestó y se difundió por toda la
república.
Cerrando el análisis de ¡Bien por ellos! retomaremos la idea expuesta en el capítulo
anterior: en la búsqueda de una construcción de nación, el proyecto educativo (que ahora
incluía la instrucción del género femenino) formaba parte medular del mismo y se
pretendía sentar las bases necesarias para su desarrollo. Es por ello que la directora de la
revista termina este discurso con el deseo de que el propio país conforme sus propias
herramientas de educación y que eminentemente resonarían en una cultura nacional y
regional, lo cual denota que Rita Cetina fue una mujer visionaria e impulsora de la
educación no sólo de sus congéneres sino de toda la población. Así, para satisfacción de
ella y de la región yucateca, este anhelo se logró al sentar las bases de la educación y el
periodismo femeninos.
160
Para concluir este apartado podemos decir que observar la evolución del
contenido del discurso de Rita Cetina Gutiérrez resulta muy interesante. Su participación
en la revista La Siempreviva, definitivamente fue medular para alcanzar las expectativas
puestas en la publicación. Cetina, muestra una gran habilidad en su escritura, aun
siguiendo los lineamientos de otras publicaciones dirigidas por hombres. La Siempreviva,
llegó captó la mirada de las lectoras meridanas, también de otras mujeres interesadas en
ocupar la pluma como medio de expresión de la mujer decimonona y aunque de manera
no explícita, también atrapó la atención de la institución masculina. Todas y cada una de
las publicaciones de Rita, trátese de poesía, novela, ensayo, cuento, artículos didácticos;
definitivamente nos permiten rescatar bastantes ideas sobre el género femenino de las
últimas décadas del siglo XIX. A través del discurso de Cetina, bien podemos configurar la
imagen femenina de este siglo, así sus planteamientos nos permiten comprender las
acciones de sus congéneres años más adelante, pues dejó un profundo legado que fue
trasplantado en tierra fértil para bien de la mujer yucateca y por ende de la mujer
mexicana.
De esta manera, lo abordado en este capítulo se escribió con toda la intención de
hacer ver con otros ojos la escritura de Rita Cetina, sin dejar de reconocer su gran labor
como educadora, puesto que en su discurso aún hay muchos elementos meritorios de
análisis que pueden ser revisados con la mirada desde lo femenino o cualquier otra
perspectiva dada la riqueza de su producción literaria.
161
IV. RITA CETINA GUTIÉRREZ Y SU OBRA POÉTICA. MANUSCRITO AUTÓGRAFO.
EDICIÓN ANOTADA Y/O COMENTADA.
En esta última parte de nuestro trabajo de investigación, trataremos el manuscrito original
autógrafo106 de Rita Cetina Gutiérrez: un poemario que, hasta ahora, había permanecido
inédito, lo cual representa nuestra mayor aportación. Aunque hemos presentado el
análisis de su obra narrativa que incluye la novela, Julia, sus cuentos y ensayos y que de
igual manera hemos contribuido a divulgar esta parte que era desconocida y que ahora
nos acerca a una escritora completa en términos literarios; consideramos que lo que
enseguida presentamos significa un gran logro de nuestra parte y una gran satisfacción,
pues a partir de nuestros estudios, la obra poética de Cetina además de abandonar la
obscuridad de los repositorios será conocida y reconocida otorgándole la importancia y el
lugar que debe y necesita ocupar tanto en la literatura femenina como en la literatura
mexicana e hispanoamericana. En palabras de Lilia Granillo: “una expresión poética
femenina cuya existencia ha sido ignorada por la historia de la literatura mexicana actual”.
(Granillo 2010: 341)
106 Para la edición anotada del manuscrito inédito de Rita Cetina Gutiérrez hemos tomado como punto de referencia los tecnicismos propios de Crítica Textual o Ecdótica que Alejandro Higashi apunta en su libro PERFILES PARA UNA ECDÓTICA NACIONAL. Crítica textual de obras mexicanas de los siglos XIX por tratarse de lo más conveniente para el desarrollo de este capítulo y por ser de los trabajos más recientes en este tenor. Autógrafo: Cualquier texto preparado por el mismo autor. Así se puede hablar de original autógrafo (texto original escrito por el mismo autor. ( Higashi 2013, 308)
162
Hemos realizado una edición, en primer lugar, paleográfica107 (transcripción
modernizada) para posteriormente presentar una edición de rescate108, ya que
procuramos la conservación de la obra en tanto que no ha tenido la atención editorial
hasta hoy. Podemos considerarla, también, una edición anotada 109con la intención de
proporcionar una acercamiento más completo, de tal forma que caben aquí los adjetivos
accesible y asequible porque a pie de las composiciones de Rita Cetina agregamos
anotaciones que orientan la lectura y ofrecen datos mayores con lo que se pretende sea
punto de referencia para otros estudios y/o investigaciones. Por lo que es pertinente
aclarar, no se trata de un análisis literario.
Antes de pasar a la edición anotada y/o comentada, presentamos un estudio
general introductorio. En primer lugar abordaremos el contexto en que Rita Cetina escribe
el códex110, el cual representa las anotaciones generales del manuscrito para conocer las
107 Edición paleográfica: Desde una perspectiva de las publicaciones académicas, aquella edición en la que se transcribe, mediante convenciones establecidas de forma mecánica, el texto de alguno de los testimonios de una obra. (Higashi 2013: 321). En unos párrafos más, plantearemos los criterios que hemos seguido para llevar a cabo nuestra transcripción, modernizada con el fin de ofrecer el primer acercamiento a la obra poética de Rita Cetina. 108 Realizamos una edición de rescate y no una edición crítica, ya que de acuerdo a los lineamientos que propone Higashi en el texto de su autoría que hemos aludido anteriormente, una edición de rescate desde la perspectiva de las publicaciones académicas, es la edición que procura la conservación de obras de nuestro acervo literario que previamente no han obtenido la atención crítica o editorial. (Higashi 2013, 320) Por lo que al ser el primer estudio que se hace de la obra poética de Rita Cetina, quedan las puertas abiertas para que más adelante se puedan realizar estudios de carácter crítico a partir del presente trabajo. 109 Hablamos de edición anotada porque a pie de página de cada poema o composición hemos apuntado, según la pertinencia comentarios y/ anotaciones que pueden referir a aspectos biográficos de Rita Cetina Gutiérrez, datos historiográficos, anotaciones que continúan con la línea de este trabajo que es marcar las cuestiones que tienen que ver con el discurso de lo femenino o bien resaltar las características que aluden al movimiento literario de la época: el Romanticismo. 110 Higashi menciona que un códex , en general, se trata de un manuscrito encuadernado (por oposición al rollo de papiro). En crítica textual, por extensión, se usa como sinónimo de Testimonio, por lo que puede tratarse indistintamente de un manuscrito o de un impreso. (Higashi 2013, 311) El autor en su obra distingue entre una manuscrito (codex) e impreso (editio).
163
posibles causas y razones que llevaron a la escritora a conformarlo y posteriormente
exponemos el análisis documental del testimonio.
4.1. Estudio general introductorio
Dadas las características de contenido de este manuscrito autógrafo proponemos
que podría tratarse de un álbum111, en el cual Rita Cetina recopiló sus composiciones,
probablemente con la intención de ser publicado. Monserrat Galí en Historias del Bello
sexo refiere lo siguiente:
El álbum, el cuadernito que toda mexicana medianamente cultivaba poesía, y
en el que sus admiradores anotaban dedicatorias poéticas. Entre estas poesías
las había originales o copiadas, pero en todo caso no hay duda para nosotros
que en este álbum, tanto o más que en las veladas poéticas, es donde se
inician las aficiones poéticas de las mexicanas y en general de las mujeres del
siglo XIX. (Galí 2002, 353)
Si el manuscrito de Rita Cetina pudiera considerarse un álbum, no encontramos
dedicatorias de otras u otros escritores, pero si la compilación de composiciones
originales escritas en diferentes etapas. Escribir en los álbumes de sus amigas, resulta ser
111 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres.
164
el instrumento para expresarles su sentir, sin embargo escribirles a ellas es escribirse a sí
misma. Estos poemas parecen ser poemas espejo, donde a través de su reflejo, Rita puede
autopercibirse. Por lo que nuestra segunda propuesta es que este poemario pudiera
considerarse una autobiografía, ya que es posible conocer el pensamiento y diferentes
momentos de la escritora dado que las tres etapas incluyen 39 composiciones que van
desde 1863 hasta 1898 (Cetina tenía ya 52 años). De esta manera, en nuestras
anotaciones hemos considerado esta propuesta para que las y los lectores ubiquen en qué
fase de la vida de Rita Cetina fue compuesto el poema, sin olvidar que incluye una
composición que refiere a su cumpleaños titulada “El 22 de mayo de 1872”.
Recordemos también que a la producción literaria de Rita la ubicamos en el
Romanticismo tardío en México, por lo que la emocionalidad manifestada, sobre todo de
carácter pesimista y sombría fue un tópico recurrente para la época, a lo que Galí dice: “ El
México romántico es sentimental”112(Galí 2002, 502). La primera parte cuya data
corresponde a 1863, Rita contaba con diecisiete años; hacía ya tres que su padre había
muerto y se encontraba bajo la tutela de Don Domingo Laureano Paz, el cual le
proporcionó educación y al estilo sorjuanesco en su biblioteca adquirió muchos de sus
conocimientos. En este apartado, la poeta incluye las composiciones (escritas ya a los
veinte años) que le abrieron las puertas al espacio que hasta entonces había sido
112 Monserrat Galí menciona que: “la sensibilidad romántica es exaltada pero pesimista. Hay una clara disposición, cuando no vocación, por el sufrimiento. El romántico es un ser eternamente satisfecho, anhelante, decepcionado, trágico. Ello no se debe tanto a que el mundo lo decepcione, aunque sabemos que en las novelas del mismo modo desarrolla este tema, sino que su insatisfacción deriva de altas metas, inalcanzables metas que se propone”. (Galí 2002, 505)
165
exclusivo de la institución masculina. Hemos anotado más información al respecto a pie de
cada composición por lo que no nos detendremos más en ello.
La segunda etapa del códex “Ecos del alma”, fechada con 1868 y cuya última
composición tiene por data 1872, es la sección más vasta del poemario, puesto cuenta con
19 de las 39 composiciones que lo forman. Podemos considerarla la parte “clímax” del
mismo, ya que es el momento cúspide de Rita Cetina Gutiérrez, pues en estos años sus
publicaciones son más recurrentes y difundidas, participa más activamente en las revistas
de la época incluyendo El Renacimiento dirigida por Altamirano y las de la región como
son La Aurora, La Biblioteca de señoritas entre otras y por supuesto la que la colocó como
una de las mujeres que más aportaron a la educación de sus congéneres, marcando el
hito para su emancipación: la tríada La Siempreviva (la sociedad, la escuela y la revista)
formada en 1870. De lo poco que se publicó de este poemario, tres de ellos se
imprimieron en La Siempreviva. El primero de ellos es un soneto que lleva por título “Su
sombra” en el número 19 del 15 de febrero de 1871, “Resignación” en el número 22 del 5
de abril de 1871 y “A ti” dedicada a Dolores Guerrero publicada por Cetina usando el
seudónimo “L”113 al lado de una composición con el mismo nombre, autoría de Gertrudis
Tenorio; esto en el número 35 del 22 de octubre de 1871.
Con el título “Últimas páginas”, Cetina señala la tercera parte de su poemario cuya
data pertenece a 1880 cuando la escritora contaba con 34 años de edad y se encontraba
en un momento coyuntural, pues en 1879 había renunciado al Instituto Literario de Niñas
para volver abrir las puertas de la escuela La Siempreviva acompañada por sus fieles
113 Ampliamos este aspecto en las anotaciones a pie de página que corresponden al poema.
166
profesoras y alumnas del Instituto Ya habían transcurrido ocho años desde que fue
directora de la revista La Siempreviva. Diez poemas conforman esta última parte; el
postrero que lleva por nombre “En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis fue
anotado en este poemario en 1898, diez años después de “3 de marzo” (1888). Notemos
que la escritura de esta sección es igual al de la primera parte.
En cuanto a la edición paleográfica hemos realizado una transcripción
modernizada, ya que de acuerdo a lo que Mina Ramírez plantea “para la edición de
documentos es la más recomendada para estudios de carácter literario y facilitar al lector
el acceso al contenido documental”.114
114 Normas:
El texto se coloca modernamente dentro de la caja tipográfica. No se respetan los renglones del original
Se moderniza la ortografía de las palabras
Se coloca la puntuación moderna y lógica
Las mayúsculas y las minúsculas se colocarán modernamente.
Se desenlazan las abreviaturas
Las palabras que hagan falta para la comprensión lógica de una frase se colocarán entre corchetes.
Cuando una o varias palabras no sean legibles, por rotura o manchas, se pondrán puntos suspensivos.
Se anotará [sic] (Adverbio latino que significa: “así” o de “esta manera”) después de una palabra en los siguientes casos: cuando se lee claramente una palabra y no se entiende su significado; cuando el sentido lógico de una frase debiera continuar con cierta palabra o su sinónimo y en su lugar aparece otra que cambia el sentido del texto. ( Ramírez 2008, 142)
LISTA DE SIGLAS, ABREVIATURAS Y SIMBOLOGÍA UTILIZADOS EN LA EDICIÓN. [sic] Adverbio latino que significa: “así” o “de esta manera”. //p//. Signo para indicar la página de la foja. [¿?] No se identifica la palabra.
167
4.2 Análisis documental del códex
Procederemos ahora al análisis documental del códex con el fin de ofrecer un
mejor resultado de nuestra investigación por lo que mencionaremos el origen del
documento, es decir el principio de procedencia, 115 de acuerdo a la teoría de Mina
Ramírez Montes para análisis documentales.
En primer lugar mencionaremos que no nos fue posible acceder al documento
físico original y el estudio se basó a partir de una edición digital. El manuscrito autógrafo
es un encuadernado que consta de 50 fojas con márgenes remarcados. En la primera de
ellas se encuentra el nombre de Rita Cetina Gutiérrez – Julio de 1863.
El principio de procedencia es el siguiente:
1. El manuscrito se encuentra clasificado en acervo del Archivo General de Yucatán,
el cual es su área de depósito y localización.
2. Procede del Archivo Fondo Rita Cetina (1841-1953) donado al AGEY por María
Teresa Herrera Albertos aproximadamente en el año 2011116
3. En lo que se refiere a la denominación, la institución lo ha catalogado de la
siguiente manera:
115 Mina Ramírez en Manuscritos Novohispanos nos ofrece ciertos lineamientos para el análisis documental de los manuscritos. Aunque nuestro objeto de estudio no pertenece a la época novohispana, además de que no existe un manual paleográfico específico para documentos del siglo XIX, su propuesta no parece la más completa y conveniente. Ramírez recomienda “a los estudiosos que deseen obtener un óptimo resultado en sus investigaciones, considerar un análisis documental, por lo que nosotros lo presentamos para mejorar nuestro trabajo. 116 Hacemos esta anotación de acuerdo a lo que Piedad Peniche Rivero menciona en su libro Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas. (Peniche 2015, 15)
168
Sección: Archivo personal de Rita Cetina
Serie: Composiciones poéticas
Asunto: Poemario de Rita Cetina Gutiérrez.
Lugar: Mérida
Fecha de inicio: 02/07/1863
Fecha fin: 02/07/1880
Observaciones: Libreta con poemas manuscritos
Caja 1 Volumen 1 Exp. 4 Fojas 50
4. En cuanto a la datación se cuenta con la fecha 1863.
5. En lo que se refiere a la descripción del documento, comenzaremos por los signos
internos.
No se mencionan autoridades o instituciones.
No se localizaron fórmulas o frases repetitivas
Por lo que respecta al asunto, se trata de una colección de composiciones
poéticas, pudiendo ser un poemario y/o un álbum (descrito anteriormente).
De acuerdo a la descripción de la institución que lo preserva se trata de una
libreta o encuadernado.
No presenta firmas (rúbricas o nombres avalados por escribano)
Entre otros, encontramos algunas correcciones ( realizadas por la misma
autora)
En lo que se refiere a los signos externos del documento podemos mencionar lo
siguiente:
169
El manuscrito está dispuesto en 50 fojas
El tipo de escritura del documento es humanística
No muestra sellos, sólo unas anotaciones las cuales no son comprensibles.
En general el uso de la tinta es negra y algunas anotaciones fueron hechas a
lápiz.
En otro tenor, en específico lingüístico, a lo largo del estudio de las composiciones
poéticas que conforman el manuscrito autógrafo de Rita Cetina, hemos detectado
términos que actualmente se encuentran en desuso, es decir arcaísmos lingüísticos; en
algunas ocasiones de forma y significado, tales como “circuir”, y en otras sólo de forma
como es el caso de la palabra “alhago” por halago. En otros casos hallamos palabras cuyo
significado ha tenido variantes o ha cambiado; por lo que hemos recurrido a diccionarios
ad hoc, es decir, hemos localizado ediciones lo más cercanas al tiempo de Cetina, segunda
mitad del siglo XIX. Tal es el caso del diccionario de Gaspar Roig editado en 1855 y el de
Domínguez de 1853 por considerar que nos ofrecen acepciones más completas y
apropiadas a nuestro estudio. El criterio de elección entre éstos se basa en la definición
que ofrecen, por lo que hemos anotado la definición más adecuada y pertinente, según el
caso. En las composiciones a partir de 1869, utilizamos el diccionario de la Real Academia
de la Lengua para tener las acepciones más cercanas a conformación del poemario.
Elaboramos, también un listado de las composiciones que integran este testimonio para
ofrecer una visión general y completa de su contenido.
170
Por último, queremos decir que el manuscrito autógrafo ha sido editado, desde
diferentes aristas, lo más fiel al original, reiterando que una de las finalidades es
visibilizar a la escritora mexicana del siglo XIX, Rita Cetina Gutiérrez, a través de sacar a la
luz su obra poética en esta edición cuidada y cuidadosa.
171
4.3 Contenido del Manuscrito Autógrafo de Rita Cetina Gutiérrez. Nombre y
fecha de las composiciones.
Rita Cetina Gutiérrez
Julio 1863
En el álbum de la srita. Dolores Braza. Recuerdo. ..……………………….….. Mérida Julio 2 de 1863.
A una flor. ………………………………………………………….………………………..…..Octubre 18 de 1863.
A Luscinda Gutiérrez. Al partir ………………………………..…………………...…….Marzo 25 de 1864.
A Satur en su álbum…………………………………………………………………………….Julio 23 de 1865
Quejas A… …………………………………………………………….………………..…………Agosto 18 de 1865
El paraíso morado ……………………………………………………………………..……….Agosto 1865
A la misma………………………………………………………………………………..….……. Febrero 15 de 1866
Composición leída en la esquina del Bazar en la recepción del coronel Daniel Traconis
…………………………………………………………………..……………………………………… Octubre 4 de 1866
Composición pronunciada en las galerías del Palacio Municipal… Septiembre 15 de 1867
A ti………………………………………………………………………………………………………1868
Siempre tú…………………………………………………………………………………………..Julio 1868
A mi Jilguero. Soneto………………………………………………………………………….Mayo 1868
Horas de amor. Soneto………………………………………………………………….….Diciembre 28 de 1868
Su sombra ……………………………………………………………………………….……...Febrero 18 de 1869
¿Recuerdas? ……………………………………………………………………………………..Enero 2 de 1869
Deseos…………………………………………………………………………………………….…Marzo 1871
Dolor……………………………………………………………………………………………...….Marzo 12 de 1871
Martirio……………………………………………………………………………………….……..Abril 18 de 1871.
Resignación………………………………………………………………………………………...1871
A solas…………………………………………………………………………………….……………Agosto de 1871.
A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti. Dolores Guerrero………………………… Septiembre de 1871.
172
Desahogo………………………………………………………………………………………………Septiembre de 1871.
Amor. A ti………………………………………………………………………………………………Septiembre de 1871.
A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti. Dolores Guerrero……………………………Octubre de 1871.
Delirio…………………………………………………………………………………………….………Febrero de 1872
El 22 de Mayo de 1872……………………………………………………………….…………..Mayo 22 de 1872
A Carlota…………………………………………………………………………………….…………..Julio de 1872.
A mi prima Stella en su álbum…………………………………………………….…………..Sin data.
A la Estrella [¿?]……………………………………………………………………………………..1879
Horas de melancolía……………………………………………………………………………….1880
Romance…………………………………………………………………………………………………Enero 16 de 1884
Romance………………………………………………………………………………………………….Julio 4 de 1884.
A Cristina…………………………………………………………………………………………………s/d
Reminiscencias………………………………………………………………………………….……1887
15 de Septiembre………………………………………………………………………..…….……1887
Protestas…………………………………………………………………………………………….…..Julio 1887
Remembranzas……………………………………………………………………………………….1888
3 de Marzo…………………………………………………………………………………………..…1888
En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis……………………….……1898
173
4.4. Edición anotada y/o comentada del Manuscrito autógrafo
Rita Cetina117 Gutiérrez118
Julio 1863119
117Ya se ha mencionado en la introducción de este apartado que este manuscrito autógrafo está conformado por tres partes. Esta es la primera de ellas cuya data corresponde al año de 1863. Rita Cetina para esta fecha contaba con 17 años y ya había sufrido la pérdida de su padre (a los catorce) y se encontraba bajo la tutela de Don Domingo Laureano Paz. Estos primeros poemas fueron la llave para entrar a las puertas literarias,pues tres años más tarde tomaría la tribuna para presentarse como oradora en la celebración del Coronel Traconis, personaje valioso en su vida y que de alguna manera estuvo presente en ella, es decir, las situaciones los volverían a reunir: al ser ella directora del Instituto Literario de Niñas y el coronel, gobernador del estado. Por otra parte, se ha explicado en algún momento de investigación, el apellido de Rita, tenía otra escritura. Esto lo podemos aseverar gracias al cotejo que hemos realizado con su fe de bautizo, que localizamos en su Archivo personal ubicado en el Archivo General de Yucatán (AGEY). Llegamos a la conclusión que probablemente ella misma hizo el cambio de grafía ya que en la carátula de su manuscrito autógrafo fechado en el año de 1863, Zetina aparece ahora con “C”: Cetina, podría considerarse la posibilidad de que Rita realizó esta variación para otorgarle un toque personal a sus escritos y/o marcar su presencia. De hecho, en todos los documentos que estudiados trátense de sus propios manuscritos o publicaciones en periódicos y revistas su apellido paterno muestran la modificación de escritura. 118 En el manuscrito original se trata de una firma autógrafa, sin rúbrica. 119 En la parte superior de la foja original encontramos dos escolios (notas que se ponen a un texto) aunque ninguno de las dos es legible.
174
//2p// 120En el álbum121 de la señorita Dolores Braza[sic]122
Recuerdo123
Escucha amiga de mi triste acento
Un canto sin belleza ni armonía
Que por primera vez la lira mía
Por tu amistad tan solo va a vibrar.
Escucha sí, mi canto que aunque triste
Tu pecho hará latir con su ternura
Y lanzaras un ¡ay! a mi amargura
Cuando en tu vida llegue a resonar.
No te ofrezco graciosos ramilletes
Ni mil guirnaldas de esmaltadas flores
120 Con el fin de respetar la numeración original del manuscrito y de acuerdo a las normas de transcripción, marcaremos con la siguiente señalización la paginación, como ejemplo anotamos la de esta foja: //p2//. 121 De acuerdo a la definición de Gaspar y Roig en 1853 ubicado en el diccionario histórico de la RAE, un álbum refiere a un “libro o librito elegantemente lujoso, en el que algunas personas y particularmente las señoritas obligan a los literatos y artistas a poner una muestra de su talento y habilidad; bien escribiendo alguna cosa, por lo común en verso, bien dibujando algún capricho o alusión a un tema”. Sin embargo, podemos observar que durante el siglo XIX, los álbumes resultaron ser un medio de comunicación entre mujeres escritoras. A través de éste, ellas podían establecer un “diálogo literario” o por lo menos ser el mejor instrumento para compartir o dedicar su escritura, en su mayoría de las veces a otras mujeres. En este caso Cetina, dedica esta composición a Dolores Braza, de quien no localizamos ninguna información sobre su persona. Sin embargo, podemos identificar que se trata de una amiga, a la cual le brinda sus primeros “ensayos de poesía”, como la poeta lo menciona. Cetina, a través de la voz poética, expresa que no puede darle mejor obsequio que su propia escritura. Es importante mencionar que cuando escribe este poema contaba con tan sólo 17 años, además nótese que desde sus inicios su poesía mantuvo constante un aire melancólico y doloroso, probablemente reflejo de la vida difícil que le tocó vivir, ya que la pérdida de sus seres queridos la pudo haber marcado o bien como un rasgo propio de la época literaria que enmarcó su escritura: el Romanticismo. 122 Se anotará [sic] (Adverbio latino que significa: “así” o “de esta manera”) después de una palabra en los siguientes casos: cuando se lee claramente una palabra y no se entiende su significado. (Ramírez, 2008: 142) 123 Composición conformada por tres octetos.
175
Que puedan con sus vividos colores
Orlar tus sienes niña celestial.
Solo puedo ofrecer sentidos cantos
Que suspendan amiga tu alegría,
Pues tu placer y mi tristeza haría
Un extraño conjunto desigual
//p3// Mas no, daré al olvido mis pesares
Para fijar en ti mi pensamiento
Y consagrarte mi primer acento
Con amante y genial sinceridad
Este tierno murmullo de mi pecho
Agita con placer amiga mía…
Mis primeros ensayos de poesía
Te dedico en ofrenda de amistad
Mérida Julio 2 de 1863.
176
A una flor124
Con que placer te miro, flor hermosa.
¡Cuán bella ante mi vista te presentas!
Al contemplarte… Oh si me representas
Horas dichosas del pasado ayer
Recuerdo un triunfo en que feliz gozaba
Rodeada de placeres de alegría
En que mi ardiente y loca fantasía
Encontraba ilusiones por doquier.
//p4//Un tiempo de ventura de delicias
En que febril mi mente se agitaba
En que placeres por doquier hallaba
Que hacían latir de gozo el corazón
Todo era para mí contento y dicha
Brindábanme las tardes sus encantos
Y al escuchar del ruiseñor los cantos.
Entonaba también dulce canción.
Y ese canto que un tiempo fue de gloria
Bien pronto se ha trocado en desventura.
Pues la dicha de ayer honda amargura
Al corazón tan solo le dejó
¡Cuán triste es recordar los bellos días.
124 Este poema escrito a los 17 años por Rita, formado por cuatro octetos, asoma una clara desventura. La imagen de la flor en primera instancia nos evoca uno de los tópicos constantes en el Romanticismo, la naturaleza como una forma perfecta para mostrar las emociones y ánimo del poeta. En este caso la flor es el símbolo perfecto para hablar de la belleza de la juventud y que ha sido marchita por el dolor. Así, podemos pensar que este símbolo es el reflejo de Cetina, en el orden de lo simbólico, a pesar de contar con la belleza de la juventud, su ánimo ha sido menguado por la adversidad. Fuera de la influencia de los tópicos románticos en su escritura, Rita había pasado ya por momentos dolorosos tal es la muerte de su padre y una vida complicada ya que había sido alejada del seno familiar quedando bajo la tutoría de Domingo Laureano Paz , quien la acercó al estudio y a las letras.
177
De que gozó felicidad de alma ¡
La apacible amistad y dulce alma
De un tiempo venturoso que pasó
Ahora tú sin rival entre las flores
Te ostentas linda flor la más hermosa
¡Ay! mañana tal vez nítida rosa
Marchita por el suelo rodarás.
//p5//Así he cruzado en el erial del mundo
Forjando siempre gratas ilusiones
Y hay de mis dulces plácidas visiones
Recuerdos tristes solo quedan ya
Octubre 18 de 1863.
A Luscinda Gutiérrez125
al partir126
Partes al fin, dulce amiga,
El triste instante ha llegado
¡Para siempre de mi lado
Hoy te habrás de separar
Partes sí, iara127 Luscinda
Ha llegado ya el momento
125 Tanto Luscinda Gutiérrez como Dolores Braza son mujeres de las cuales no tenemos registro. A diferencia de otras que podemos ubicar su nombre en las publicaciones de Cetina, como es la revista La Siempreviva tal es el caso de Cristina Farfán. Esta ausencia la podemos adjudicar a que se trata de mujeres que aparecen en la juventud de Rita, además cabe recordar que la presencia femenina en muchas ocasiones fue invisibilizada por el contexto androcéntrico. 126 Composición formada por seis octetos. 127Iara. Es una especie de saeta que se tira con la ballesta, significa velocidad. Que vale ser veloz y despierto. (Covarrubias: 1611)
178
Tal vez mi amistoso acento
Te haga la ausencia olvidar.
Yo no olvidaré las horas
Que venturosas pasaban
Y alegres nos brindaban
Mil encantos a gozar
//p6//Aquellas horas dichosas
De contento y alegría
Que en tu grata compañía
Nadie las llegó a turbar.
Horas placidas risueñas
Llenas de dulce armonía,
Que entusiasta el alma mía
Jamás las creyó perder.
Nunca las daré al olvido,
Grabadas siempre en mi mente
Estarán eternamente
Cual ensueño de placer.
Pero tú, tal vez muy pronto,
Cuando te encuentres rodeada
De tu familia adorada
Y toda con ansiedad
Te prodigue mil caricias
Y te estreche entre sus brazos
Olvidarás ¡ay! los lazos
Que te unen a la amistad
//p7//Pero no, Luscinda amiga,
179
Recuerda aunque sea un momento,
Esas horas de contento
Que pasábamos aquí
Mientras que yo, amiga mía
En mi dolor abismada
Mi lira128 un tiempo olvidada
Volverá a pulsar por ti.
Mas ay ¡ya el triste instante
Se acerca rápidamente,
Y el hado cruel inclemente
Hoy nos separa a las dos
Ya partes y el alma mía
A su honda pena se entrega.
Mis ojos el llanto aniega
Tierna amiga adiós, adiós.
Marzo 25 de 1864.
Esta composición así como la anterior fueron publicadas en un periódico literario titulado La Esperanza129, bajo el seudónimo de Cristabela130 131.
128 Podemos ver que el término lira en este poema de Cetina, adquiere un significado metafórico, es decir, cuando ella escribe “hace pulsar la lira” refiere a su quehacer como poeta. Así, Rita encuentra en la partida de Luscinda una razón para escribir. 129 La Esperanza: La Enciclopedia Yucatanense lo describe como un “periódico literario redactado por una sociedad de jóvenes”; esto en 1864 en Mérida; Yucatán. (Enc. Yuc. t V: 60) Recordemos que las intervenciones femeninas fueron más recurrentes en publicaciones dirigidas por hombres, ya que las reformas juaristas a la educación buscaban la inclusión de todas y todos los integrantes de la sociedad de las últimas décadas del siglo XIX. 130 Esta nota aclaratoria la encontramos a pie de página de la foja siete del manuscrito, la cual nos indica que las composiciones “A una flor” y “A Luscinda Gutiérrez. Al partir” fueron publicadas en el periódico La Esperanza, cuyos datos describimos en la nota anterior; sin embargo no ofrece más datos sobre la fecha de publicación. 131 Aunque era común de la época el uso de seudónimos para ocultar la identidad del autor o autora, tal es el caso de José T. Cuéllar “Facundo” o Vicente Riva Palacio que utilizó un seudónimo femenino “Rosa Espino”; Rita Cetina, de igual manera utiliza seudónimo en sus primeras publicaciones; por ejemplo tenemos su participación en el periódico literario La Esperanza. La creatividad de la escritora se dejó ver en su seudónimo, pues lo crea con la fusión de dos vocablos, el primero de ellos parte de Cristo, en su femenino
180
//p8//A Satur132 en su álbum
Amiga, si escuchas
A tantos cantores,
Qué horas de amores
Te entornan por doquier
Y plácida atiendes
Sus dulces canciones…
¿Cómo es ambiciones
Mi canto también?
¿Acaso has creído
Que el canto que un día
Amor y alegría
Podríanme inspirar
Es hoy el que entono
Con voz melodiosa
Y quieres ansiosa
Volverlo a escuchar?.
¡Ay! no, Satur mía
Ya nada me inspira
//p9//Sin cuerdas mi lira
“Crista” complementándolo con la terminación “bela” que podríamos atrevernos a proponer que proviene de “Isabel” ya que ambos significados evocan al amor a Cristo, así con base en este análisis podemos afirmar que Cristabela significa “la que ama a Cristo”. En otra perspectiva, podemos considerar que era una manera de asirse de la paternidad, en este caso simbólica, para legitimar su incursión en un espacio público. 132 Esta composición, que consta de ocho octetos, de igual manera, fue realizada con el fin de plasmarla en el álbum de Satur. Ya en una cita anterior explicamos la función de los álbumes en esta época. De nueva cuenta, nos encontramos con el nombre de una mujer de la que desconocemos su identidad. Se trata, también, de una amiga a quien le participa su estado de dolor y melancolía y donde la poesía es el mejor medio de expresión de tales sentimientos.
181
Ha tiempo que está
Ya no más amiga
Su grato sonido
Volverá tu oído
Cual siempre a halagar133.
Ayer lo recuerdas?
Contaba las flores
De los ruiseñores
Cantaba el amor
También a los campos
Al mar, al torrente
Al bosque, a la fuente
Mas nunca al dolor.
Recuerdo que entonces
Contenta me oías
Y que repetías
Mi canto también
Pero hoy en mis versos
Solo hay amargura
//p10//Dolor y tristeza
Esparcen doquier.
¡Y sabes que causa
Mi horrible quebranto¡
Porque siento el llanto
133Actualizamos la ortografía del vocablo; originalmente Cetina utiliza “alhagar”. De acuerdo al Diccionario de Castro y Rossi de 1852, ubicado en el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española son formas correctas de expresión. Esta escritura la encontramos en varias de sus composiciones; por lo que en lo sucesivo, no haremos la aclaración
182
Correr por mi faz
Ay¡ triste lamento
Las dichas de un día
De grata alegría
De dulce gozar…
Pero un sentimiento
Me vuelve la calma
Y torna si al alma
La perdida paz
Mitiga mis penas
Mi angustia y tormento…
Ese sentimiento
Se llama Amistad.
Por eso canto, aunque mi canto es triste
//p11//Por complacerte solo, Satur mía
Si mis versos carecen de armonía,
En ellos hallarás sinceridad.
Acepta este recuerdo cariñosa
Pues las cuerdas de mi lira vibro
Es por dejar grabadas en tu libro
Las pruebas más sinceras de amistad.
Julio 23 de 1865134.
134 Podemos observar que la data de esta composición es de 1865, es decir, han transcurrido dos años desde los inicios de la escritura de Cetina (1863).
183
Quejas. A…135
Quiero que me digas, querida
A exponer mis quejas voy
Y ya preparada estoy
A dejarte convencida.
No es lo mismo ayer que hoy.
Yo recuerdo aquellos días
Llenos de encanto y placer
En que a mi lado vivías
Cuando tanto me querías
Y hoy me olvidas por Javier.
//p12//Cuando libre te encontrabas
Y siempre las dos unidas
De tu ventura me hablabas.
Entonces mucho me amabas.
Y ahora por Javier me olvidas.
No es lo mismo ahora que ayer
Porque ayer mil alegrías
Nos circundaban doquier
Y hoy me olvidas por Javier
Cuando tanto me querías.
135 Este poema se conforma por siete quintetos. En este caso la voz poética no es tan clara como en composiciones anteriores, ya que los mismos puntos suspensivos depositan la duda en la o el lector.
184
Cuando ansiosa me buscabas
Y de ventura circuida136
Tus ensueños me contabas
En que mucho me amabas.
Y ahora… por Javier me olvidas.
Como se gasta una vela.
Así se acaba el placer
Porque recuerdo que ayer
Amabas a Cristabela137
//p13//Y hoy me olvidas por Javier.
Quiera el cielo que constante
Tu felicidad prosiga
Y que no llegue un instante
Que olvidada del amante
Eches de menos la amiga
Agosto 18 de 1865.
El paraíso morado138
En una bella y hermosa pradera139
De flores mil de árboles formada
136 Vocablo de origen latino, ahora en desuso que significa rodear, cercar. Esto según la RAE. 137 Podemos observar que en 1865 aún Cetina utiliza el seudónimo Cristabela. 138 Nos encontramos nuevamente con la alusión a las flores. Paraíso morado, azucenas, mirtos, rosales, entre otras. 139 Veintitrés cuartetos y dos octetos conforman este poema, haciéndolo uno de los más extensos del poemario.
185
Una beldad simpática se veía.
De azucenas y mirtos coronada.
Su blonda y enrizada cabellera
Flotaba libre al soplo de la brisa
Y en sus rosados labios placentera
Asomaba de amor una sonrisa.
Feliz vagando en la pradera umbrosa140
//p14//Ora alegre cantaba, ora reía141
Modulando en su trova melodiosa
Del alma los placeres, la alegría.
Súbito calla y quedase mirando
Una belleza angelical divina
Que silenciosa estaba contemplando
Las aguas de una fuente cristalina.
Era una joven candorosa y pura
Mas de semblante lánguido y doliente
Que lloraba su triste desventura
Sentada en las orillas de la fuente.
Su negra cabellera se extendía
Formando rizos en su blanca espalda
140 Umbrosa: que tiene sombra o la causa. 141 Ora alegre cantaba, ora reía: Este tipo de frase que en la actualidad ha quedado en desuso. En el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española de Gaspar Roig de 1855, nos ofrece la explicación de estas expresiones, diciendo que “nos permiten señalar perfectamente las acciones y objetos, como ora digas, ora leas. Ora sean gigantes, ora vestigios.”
186
Y su pálida frente sostenía
De paraíso morado una guirnalda.
Extasiada un instante la vio Elmira
Y su sensible pecho palpitó
“Oh cuan hermosa es” dice y suspira
//p15//Y enjugando su llanto así le habló:
--¿Qué tienes, Silvia querida,
Que tan tristemente lloras?
Por ventura el bien adoras
No te hace feliz la vida?
¿Por qué reclinas la frente
Sobre el pecho palpitante?
Será acaso que tu amante
No paga tu amor ardiente.
¿Por qué si rosales bellos,
Para ti guarda este prado
Ciñes tus negros cabellos
con paraíso morado?
Yo quiero, Silvia, saber
El angustioso tormento
Que causa tu sufrimiento
Y aumenta tu padecer.
//p16//Si saber quieres la historia
187
De esta mujer dolorida
Óyela, Elmira querida,
Y grábala en tu memoria
Ayer como tú, cantaba,
Ayer como tú reía,
Y con el labio expresaba
Lo que en el alma sentía.
Con arrayanes y flores
Mis cabellos coronaba
Y al mundo todo contaba
Mi aventura y mis amores.
Yo amaba a Erastro[sic], y constante
A mi amor correspondía
El conmigo siempre amante
Yo más tierna cada día
Juntos al rayar la Aurora
Juntos al ponerse al Sol
//p17//Juntos ¡ay¡ a toda hora
Nos jurábamos amor.
Mas ¡ay! que la cruda muerte
De mi bien me separó
Y a llorar mi triste suerte
En el mundo me dejó.
188
Mientras tú, tu dicha cantas
Yo devoro mi amargura
Porque mis penas son tantas
Como tanta tu ventura.
Por eso triste y doliente
Vengo a llorar a este prado
Y ves ceñida mi frente
Con paraíso morado.
Que esta flor símbolo fiel
De mi ventura perdida
Será mi flor preferida
Hasta que me una con él
//p18//Una súplica quisiera
Hacerte amiga querida
Y de mi cansada vida
Será tal vez la postrera.
Cuando al peso del dolor
Mi pobre vida sucumba,
Coloca sobre mi tumba
Una rama de esta flor.
Así el dialogo acabó
Y silenciosas las dos
Dieronse el último adiós
Y solo el pasado quedó
189
Poco después una tarde
Triste, pálida y llorosa,
Una beldad misteriosa
Del crepúsculo a la luz,
En un lugar apartado
De la linda pradería
Miraba una tumba fría
//p19//Sin más señal que una cruz
Una rama de paraíso
La misteriosa llevaba
Y lentamente llegaba
A aquel lugar de dolor
Era la afligida Elmira
Que a la tumba solitaria
Iba a alzar una plegaria
Depositando la flor.
Agosto 1865
190
En la muerte De la Señorita Pilar Tenorio Zavala142
Ayer cándida y bella cual ninguna
El mundo embelesado la miraba,
Que era raro conjunto que encantaba
De gracia, de belleza y de virtud.
Quien creyera jamás que cruda muerte
El manso vuelo a su existir cortara
//p20//Ni que un día fatal al fin llegara
A ocultarla en las sombras del ataúd
Yacen hoy en la tumba sus despojos
Al rudo embate de traidora suerte
Y llora el mundo su sentida muerte
Con lágrimas de sincero dolor.
¡Ay!, yo también con fervoroso anhelo
Elevo mis cuentos terrenales
Ensalzando las dichas celestiales
De esa púdica virgen del Señor
Enero 23 de 1866
142 Pilar Tenorio Zavala, es hermana de la colaboradora y amiga de Rita Cetina, Gertrudis Tenorio Zavala. Roldán Peniche Barrera, en un artículo del diario Por esto, menciona que los restos fúnebres de Pilar se encuentran actualmente en la capilla de San José en la Catedral de Mérida, Yucatán, sin fecha de inhumación. Sin embargo, la composición dedicada a ella ( formada por cuatro cuartetos) marca la fecha de su posible deceso: Enero 23 de 1866. No se tiene datos de su fecha de nacimiento, sin embargo, por la información contextual puede tratarse de la hermana menor de Gertrudis.
191
A la misma143
Ángel que presto abandonaste el mundo
Para volar a la región del cielo
Oye el canto que mi alma sin consuelo
Por ti levanta en su dolor profundo.
Tu que al lado del Dios de lo Creado
//p21//Ocupas un lugar allá en la altura
Gozando ya de la eternal ventura
Que en el mundo el mortal jamás ha hallado.
Tú, cuyo acento celestial y tierno
Entre el coro de vírgenes levantas,
Y es el bien supremo de la gloria cantas
Ante el (*) escabel144 del Ser Eterno.
Desde la alta mansión donde ya mora
Tu espíritu, oh, Pilar ¡oye mi acento,
Es la voz fraternal del sentimiento
De un pecho amigo que tu ausencia llora…
¿Porqué, empero, llorar tanto su muerte,
Con lágrimas de triste consuelo
Si tranquila y feliz allá en el cielo
Goza de dulce paz y mejor suerte?
143 El título “A la misma”, refiere a la Pilar Tenorio Zavala, la hermana de Gertrudis, se trata, del mismo modo, de una composición fúnebre escrita días después, cuya estructura es de diez cuartetos. 144 Escabel: tarima pequeña que se pone delante de la silla para que descansen los pies del que se sienta en ella. (Gaspar Roig:1855)
192
Era un ángel bellísimo que el cielo
Envió para endulzar nuestra existencia.
//p22//Reposaba en su frente la inocencia
Y era de encantos y virtud modelo.
Su mirada tiernísima y ardiente
Y su sonrisa angelical divina
Brillo como la flor más peregrina
Ante el vivido ardor del sol naciente
Como el blanco querube145 de los amores
Así cruzó por el mundano suelo,
Para tornar después el alto cielo
De su edad juvenil en los albores.
Dichosa tú, Pilar, que allá en la altura
Sin angustias ni tristes sin sabores,
La frente orlada146, de arrayán y flores
Gozando estas de celestial ventura
Sin mi canto, hasta allí vibra doliente
Y tu paz a turbar impío no llega.
Por mi futura venturanza ruega
A ese Dios de bondad santo y clemente.
Febrero 15 de 1866
145 Querube: Querubín. Cada uno de los espíritus angélicos que constituyen el segundo coro de la segunda jerarquía. (Dominguez:1853) 146 Orlada: De orlar. Poner o guarnecer de orlas alguna cosa. (Gaspar y Roig: 1855)
193
//p23//Composición leída147 en la esquina del Bazar, la tarde
del 4 de octubre de 1866148 en la recepción del coronel
Daniel Traconis149
Yucatecos, salud: invictos héroes
Bizarros150 hijos de la patria mía
Denodados151 campeones que a porfía152
Supisteis en la lid153nobles luchar.
Gloria a vosotros que con bravo arrojo154
Del bárbaro feroz al grito fiero
Empuñasteis valientes el acero
Y marchasteis resueltos a pelear155.
147 Esta composición resulta ser un hito para Rita Cetina Gutiérrez, tanto en su trayectoria profesional como literaria. El haberse presentado con tan sólo veinte años de edad en la tribuna para declamar una composición de su autoría, le abre las puertas de un espacio regido por el androcentrismo. Aunque la institución masculina permite su participación, seguramente por la intención de la misma; Cetina con sutileza trastoca los límites de lo masculino, ya que esta participación será la llave maestra para abrir otros ámbitos. Gracias a esta intervención será invitada a colaborar con su escritura en periódicos y revistas dirigidas por hombres, hasta llegar a consolidar los proyectos La Siempreviva cuya finalidad era empoderar a la mujer a través de la ilustración. Esta consta de siete octetos. 148
Se menciona en la biografía del Coronel Traconis, la fecha en que vencieron a los mayas rebeldes, tratándose del 15 de septiembre de 1866 por lo que la recepción donde se le reconoce su triunfo fue diecinueve días después. 149 […] El C. Daniel Traconis, nacido en Mérida, capital de Yucatán, el 21 de julio de 1836, hijo de Don Demetrio Traconis y Doña Guadalupe García y Virgilio. “Traconis llegó a Yucatán con el cargo de Comandante de Celadores del puerto de Sisal, de donde salió para combatir en la excepcional y terrible guerra contra los indios sublevados de Yucatán, no sin haber sostenido el sistema republicano en las batallas de Chocholá en 1863 y de Motul en 1872, como también expuso su vida en las jornadas de Mucuiché y San Francisco de Campeche. Vencedor en diversos encuentros ocupó Tihosuco […] El número de los sitiadores era inmenso: las tropas que de distintos lugares partieron para auxiliar a sus hermanos, permanecían impotentes a dos leguas de Tihosuco, mientras que Traconis hacía prodigios de valor y abnegación para conservar aquella plaza harto combatida por el hambre, enfermedades, el desaliento y la desnudez. […] “Los héroes de Tihosuco, a cuya cabeza estaba el modesto Coronel Daniel Traconis fueron llamados a la capital donde se les recibió en medio de aclamaciones de alegría y de gratitud. Desde entonces Traconis es el trasunto de aquellos famosos adalides de la guerra social que dieron días de gloria a la angustiosa y terrible época de 1848.” Fragmento tomado de: 150 Bizarros: Valiente, valeroso, intrépido, arrojado. (Domínguez:1853) 151 Denodados: intrépidos, esforzados y atrevidos. (Domínguez: 1853) 152 Porfía: En este contexto refiere a tesón, ahínco y constancia. (Domínguez: 1853) 153 Lid: Combate, pelea, disputa. Contienda de razones y argumentos. (Gaspar y Roig: 1855) 154 Arrojo: Audacia, atrevimiento, osadía, temeridad, valor. (Gaspar y Roig: 1855)
194
No os arredran las voces del salvaje
Que os invita a luchar, nada os aterra
Entusiastas clamasteis: guerra ¡guerra¡
Su frenético grito al escuchar.
Recordasteis que vil, bárbaro al indio
Anhela exterminar a nuestra raza,
Y sus feroces gritos de amenaza
Fuisteis con ardimiento a sofocar
//p24//Allá de Tihosuco156 entre los muros
Sentasteis vuestro campo sin cuidado,
Esperando que el indio sublevado
Os batiera con bárbara altivez
El machete salvaje ¡qué de veces
Sobre vuestras cabezas se levanta… ¡
Por nada os arredra ni os espanta,
Impasibles cargáis sobre él también….
Después de un sitio de cincuenta días,
De un despiadado, aterrador asedio
155 La voz del reconocimiento colectivo es representada con esta composición de Rita Cetina al General Daniel Traconis por el triunfo en la guerra de castas. De acuerdo a lo que Teresa Ramayo Lanz en su libro Los mayas pacíficos de Campeche explica este hecho histórico peninsular: “En la madrugada del 26 de julio de 1847, Manuel Antonio Ay, cacique de Chichimilá, fue fusilado. Se le acusaba de ser cabecilla de un movimiento para derrocar al gobierno. Sus cómplices Jacinto Pat, cacique de Tihosuco, y Cecilio Chí, cacique de Tepich, fueron proscritos de inmediato. Su persecución abrió la puerta a las hostilidades que se generalizaron en unos cuantos días fuerzas del gobierno destrozaron e incendiaron las casas de los indios y mataron a mujeres y niños. En respuesta los indios les pagaron con la misma moneda. La guerra había estallado abiertamente. Fue llamada de Castas e interpretada por la minoría dominante como un levantamiento de caciques mayas cuyas ambiciones políticas la habían encendido. Se lamentó el desatino de haberlos reclutado en los ejércitos y haberlos armado, ya que su ínfima condición civilizatoria conjugada con sus afanes de poder había dado el fatal desenlace. El conflicto fue prolongado y cruel, y cabría decir que fue adquiriendo diferentes rostros a pesar de que todos ellos fueron denominados Guerra de Castas. 156 Tihosuco se ubica en el actual estado de Quintana Roo en el municipio de Felipe Carrillo Puerto. Es una de las poblaciones más antiguas de esta entidad y hoy representa uno de los lugares emblemáticos de la Guerra de Castas.
195
Emprendisteis al fin poner remedio
A tan desesperada situación.
Llega por fin el anhelado día
Y el corazón que en vuestros pechos late
Os grita con valor: marcha al combate
Y serás del salvaje vencedor.
El memorable quince de Septiembre
Sostuvisteis valientes la batalla.
Mas al fuerte silbar de las metrallas
Vacila al enemigo con terror.
//p25//Y las hordas157 salvajes desbandadas
Retroceden al fin despavoridas,
Y marchan a esconderse en sus guaridas
Temblando del coraje y de furor.
Los invictos Traconis y Padilla158
Sus dignos oficiales y soldados
157 Hordas: Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia (Domínguez:1853) 158 En la biografía del Coronel Traconis que ya hemos citado aparece: “Sólo el valeroso Teniente Coronel Padilla pudo penetrar, a costa de inmensas pérdidas y sacrificios hasta el recinto cercado, con una fuerza de auxilio. Al fin, agotada toda esperanza de extrañas intervenciones, los sitiados resolvieron romper el círculo de hierro que los oprimía, y regando de cadáveres las calles, las plazas y los reductos, alcanzaron un triunfo brillante el 15 de Septiembre de 1866.” En el Diccionario histórico, geográfico y biográfico de Yucatán de Edmundo Bolio anota lo siguiente: “Nació en Valladolid, Yuc., hacia el año de 1835 o 36, según su biógrafo Don Felipe Pérez Alcalá. […] Cuando las tropas del gobierno […] Padilla se alistó como soldado, y así, de victoria en victoria en victoria, fue ganando sus grados. […] Cuando las tropas del Coronel don Daniel Traconis estaban sitiadas en Tihosuco y en grave peligro, Padilla ofreció sus servicios y se incorporó a la Brigada que comandaba su Jefe el señor General, don Felipe Navarrete. Deseoso de auxiliar a Traconis, Navarrete envió a Padilla con una columna de trescientos hombres a socorrer a los sitiados […]el 15 de septiembre, los indios intentaron un asalto general a la plaza, pero fueron enérgicamente rechazados; mas todavía: cuando se retiraban, Padilla, con una columna los flanqueó y completó su derrota. […] En 1867, cuando el General Cepeda inició su campaña contra el Imperio, el Coronel Traconis fue destacado para batirlo en Mukuiché. […] Dícese que Padilla se batió entonces como un león, y que la bala que lo mató no vino de las fuerzas enemigas, sino que partió de la ventana de una casa sin saberse el nombre de su matador. (Bolio, 1944: 180)
196
Repelieron valientes esforzados
Los ataques del bárbaro cruel.
Y allá de Tihosuco entre los muros
Sin ambición de honores ni de gloria,
Cubiertos con sus palmas la victoria,
Ciñó sus sienes inmortal laurel.
Miradlos, allí están sí compatriotas.
De la raza servil son vencedores
Y de su patrio suelo defensores
De sus lares159 la paz van a gozar.
¡Gloria y honor a tan heroicos jefes!
¡Gloria y honor también a sus soldados!
Vivan los campeones denodados
Dignos hijos del bello Yucatán.
159 Lares: La casa propia (Gaspar: 1855)
197
//p26//Composición pronunciada la noche del 15 de septiembre de 1867160 en las galerías bajas del palacio municipal161
Noche sublime de inmortal recuerdo
Yo te aclamo con el alma enardecida
Para cantar con voz de gozo henchida
De mi patria los triunfos y el honor.
Hoy que doquiera con placer difunde
Su llama ardiente el entusiasmo santo,
Alzar pretendo de victoria un canto
Consagrado a la gloria y al valor.
¡Oh quince de Septiembre bendecido!
Tú haces siempre cruzar en mi memoria,
El hecho más grandioso que la historia
Con orgullo en sus páginas grabó.
Bajo el yugo despótico de un trono
Que dominaba el viejo y nuevo Mundo,
Abyecto162 siempre cual reptil inmundo
Infeliz nuestra patria se miró.
160 Esta composición (de once octetos) es presentada por Cetina Gutiérrez un año después de la celebración a Daniel Traconis. 161 Hemos mencionado en las anotaciones anteriores, Rita ya se mueve en el círculo público, antes exclusivo de la institución masculina, contando con 21 años ha incursionado en terrenos donde la presencia de la mujer había sido de ornato y/o como mera extensión de la posesión y control masculino. Ahora su labor de poeta ha rebasado el encuadernado de los álbumes, los cuales representan la intimidad, discreción y el ámbito ocluido. Es importante resaltar, que el espacio que Rita ha tomado son las galerías del Palacio Municipal, lo cual significa la aprobación de quienes tenían el poder y la regulación de la sociedad. El papel de Cetina en este contexto resalta porque es una de las primeras mujeres que comienzan a visibilizarse a través de su talento, en este caso en su papel de oradora, actividad que se le reconoció hasta el fin de sus días. Además representa la voz colectiva de la mujer que buscaba ocupar un espacio en la sociedad y que más tarde dará frutos en sus discípulas, quienes tomaron el asta de la emancipación. A pesar de la importancia que tuvo en su momento, escaso es el conocimiento que se tiene de su escritura, razón por la que se acrecentó nuestro interés por darle voz y presencia a Rita Cetina Gutiérrez. 162 Abyecto: humillado, despreciado. (Domínguez: 1853)
198
//p27//Tres siglos largos de dolor y llanto
De eterno padecer de desventura,
Hasta la última gota de amargura
Apuró de la copa del dolor.
Mas ya pesan sobre ella las cadenas,
A su colmo ha llegado el sufrimiento
Y anhela con placer venga el momento
De enseñar su poder al opresor.
El quince de Septiembre allá en Dolores
El inmortal Hidalgo, noble anciano,
Se presenta ante el pueblo mexicano
Y entusiasta le grita: “Libertad”.
Libertad a su voz el pueblo exclama.
Libertad nada más Independencia.
Y dándole a la patria la existencia
Se aprestan esforzados a luchar.
Entonces el español con fino encono
Confiado en su denuedo163, en su arrogancia,
Sobre ese pueblo sin piedad se lanza.
Que ávido espera del cañón al pie.
//p28//Llega y al frente se presenta airado,
El valor del azteca se acrecienta
Emprendiste por fin la lid sangrienta
Y el éxito es dudoso, aún no se ve.
163 Denuedo: Brío, esfuerzo, valor, intrepidez, confianza para acometer alguna empresa difícil. (Gaspar y Roig: 1855)
199
Todo es confusión sólo se escucha
El grito lastimoso del herido
Que al exhalar el postrimer gemido
Con voz convulsa164 dicen: “Libertad.”
Y en medio del fragor de la pelea
Se ve retroceder al León hispano…
Era libre ya el pueblo mexicano,
Del tirano opresor supo triunfar.
Y en los lugares donde tanto triunfo
Tremolaba a su vez la enseña iberia
Triunfante se fijó nuestra bandera
Al grato estruendo del tambor marcial.
Una era desventura y bienandanza
México libre en su esplendor vislumbra.
Pues ya una antorcha celestial alumbra
Un porvenir de glorias inmortal.
//p29//Pero ese pueblo no conserva puro
El honor nacional que le encomienda.
Se entrega presto165 a la civil contienda
Violando de sus leyes el poder.
Y la sangre de muchos mexicanos
Corrió manchando nuestra patria amada…
Y hasta vióse del yankee mancillada
Cuando pudo su avance contener.
164 Convulsa: Que se haya muy excitado (Domínguez: 1853) 165 Presto: Pronto, vivo, ligero, diligente, ágil en la ejecución de alguna cosa. (Domínguez: 1853)
200
Y no es esto nomás: allí se avistan
Surcando el mar en las revueltas olas
Un grupo de variadas banderolas
Que agita el viento con sutil vaivén.
Es una escuadra que a las playas llega
De la espléndida perla de Occidente
Es una turba de extranjera gente
Que admirada contempla nuestro Edén166.
México generosa abre sus puertas
Penetran por allá los invasores,
Y después… con infamia los traidores
Pretenden nuestra patria esclavizar.
//p30//Y cual si fuera una nación salvaje
Sin leyes, sin gobierno, sin guerreros,
Que empuñasen valientes los aceros
Y muriesen salvando su heredad.
Así ha invadido nuestros patrios lares
Confiada en su valor y su arrogancia,
Esa chusma opresora de la Francia
Esclava del tirano Napoleón.
Un príncipe de Habsburgo167 que tranquilo,
Feliz gozando en Miramar vivía,
Con regia pompa a México le envía
166 Edén: Paraíso terrenal, mansión del primer hombre, antes de su desobediencia. Según la Escritura era un jardín delicioso, de donde salía un individuo en cuatro ramificaciones que se supone ser el Tigris, el Eufrates, el Fases y el Araxes. (Domínguez:1853) 167 El príncipe de Habsburgo refiere a Maximiliano de Austria, quien fue proclamado emperador de México el 10 de abril de 1864 con el apoyo de Napoleón III de Francia, fue ejecutado en 1867 en Querétaro.
203
//p37//A ti168
Arcángel de mi amor, luz de mi vida,
Ideal forjado en mis ensueños de oro,
Único ser que con el alma adoro,
Ansiada realidad de mi ilusión.
Ardiente el corazón te ama entusiasta
Te idolotra con fuego el alma mía,
Tú eres mi bien, mi dicha, mi alegría,
Mi esperanza, mi gloria, mi ambición
Yo te amo como el céfiro169 suave
Ama las finas y sencillas flores,
Como aman los parleros ruiseñores
De la aurora el dorado resplandor.
Como el blanco querube de los cielos
Al Dios omnipotente allá en las alturas
Como aman los poetas la natura
Cual sus vírgenes bellas el pintor.
//p38//Si, tú eres para mí, dueño adorado,
Lo que es para las flores el rocío
168 Este poema de tres octetos abre la segunda parte del manuscrito autógrafo de Rita Cetina, quien ya contaba con veintidós años de edad, marcado con el nombre “Ecos del alma” y fechado con 1868. En estas tres octavas vemos manifestado el amor romántico comparado con el amor a Dios. En esta analogía Cetina expresa a través de metáforas la representación del ser amado con figuras angelicales. Ya en la introducción de este capítulo, mencionamos que la emotividad del Romanticismo les permitió a las mujeres adentrarse al círculo literario sin ser una amenaza para la institución masculina. Basta recordar que José María Vigil adjudica a las poetas el género lírico, a modo que permitía expresar su emotividad como parte de naturaleza, de su feminidad, del “ser mujer”. Sin embargo, más adelante Cetina trasgrede este constructo, ya que a través de sus publicaciones en La Siempreviva, reconfigura el hacer femenino, rompiendo las barreras del espacio doméstico y del “deber ser” de la mujer. 169 Céfiro. Cualquier viento que sopla blanda y apaciblemente. (Gaspar y Roig:1855)
204
Tú haces siempre latir el pecho mío
Porque es tuyo nomás mi corazón.
Cuando estrechas mi mano entre las tuyas
¡Ay! y fijas en mi tus negros ojos…
Frenética170 ante ti caigo de hinojos
Y te doy como a Dios mi adoración
1868
//p39//Siempre tú171
En medio del bullicio172
Contento y algazara173
En la quietud tranquila
De soledad callada,
Cuando la negra noche
Sus sombras desparrama
Y a todos brinda el mundo
Descansando, paz y calma,
En sueños o despierta
Tu imagen adorada
De mi agitada mente
Jamás, jamás se aparta
A veces mi vista
Presentase adornada
170 Frenética. Delirante, ciega, locamente apasionada por algo. (Domínguez: 1853) 171 Esta composición se conforma por cincuenta y dos versos. 172 En el manuscrito encontramos la palabra “bullicio” sobrescrita. 173 Algazara: Alegre vocería de muchas personas. (Gaspar y Roig: 1855)
205
De puros resplandores
De flores y guirnaldas
A veces en la forma
De misteriosa fada174,
//p40//Festiva me sonríe
Y plácida me llama.
Como el melifluo175 trino
Del ave en la enramada
Cuando saluda alegre
Al Sol en la mañana
Así hieren mi176 oído
Dulcísimas palabras…
Es que tu voz escucho
Al corazón tan grata
Entonces del letargo
Volviendo acelerada
La vista vuelvo en torno
Buscando quien me llama
En vano por doquiera
Mis tristes ojos vagan
De mi ilusión querida
¿Qué es lo que me encuentro? Nada
Inclino condolida
Al suelo la mirada,
Y siento en mis mejillas
Correr triste una lágrima.
174 Fada. Hada, maga, hechicera. (Domínguez:1853) 175 Melifluo: Que es dulce o suave como la miel. (Domínguez: 1853) 176 Entre estas dos palabras encontramos en el manuscrito original una pequeña tachadura hecha por Cetina.
206
//p41//177Y callas y sonríes
Y ardiente y entusiasta
En mi semblante fijas
Dulcísima mirada!...
¡Qué tienes?... ya comprendo!
¡Oh calla, por Dios calla!
¡Bendita esa sonrisa!
¡Bendita esa mirada!
¡Verdad que ellas me dicen
Mejor que cien palabras
De amor y de ternura
Que tú también me amas!
Julio 1868.
//p42//A mi jilguero.
Soneto178.
Que extraño es el contraste de mi lloro
Con tu canto armonioso, entusiasmado!
Mientras cantas jilguero179 encarnizado180.
Ay! yo en silencio mi dolor devoro.
Vuela jilguero, si, y al bien, que adoro
Cuéntale con acento apasionado,
177 Después del número de página encontramos una sucesión de puntos formando una línea. 178 Cetina Gutiérrez marca este poema como un soneto, cuya estructura está formada por dos cuartetos y dos tercetos con versos endecasílabos. 179 En este soneto, el papel del jilguero es de un confidente. El ser que escucha atento el sentir de su confesa. Además del emisario de sus sentimientos. 180 Encarnizado: Encendido, grentado, de color sangre o carne, más comúnmente en los ojos. (RAE:1869)
207
Que guardo su recuerdo idolatrado
Como guarda el avaro su tesoro.
Dile que siempre, mi avecilla hermosa,
Fijo está en él, el pensamiento mío.
Que a cada instante al recordarle ansiosa
Suspiro tierno con amor le envío.
Y que aunque nos separe cruel distancia,
Le amo cada vez más, con más constancia.
Mayo 1868
//p43//Horas de amor.
Soneto181
¡Cuánto gozo, ángel mío, al escucharte!
Háblame siempre de tu amor ardiente.
Jura que me amarás eternamente,
Yo te juro también, nunca olvidarte.
¡Es tan grato el amar! ¡Ay! yo al mirarte
Amándote, cual te amo tiernamente,
Un gozo celestial el alma siente…
Y a tus plantas postrárame a adorarte.
En tus miradas hallo mi ventura.
Mi sola dicha, mi ambición es verte.
Escucharte no más mi única gloria.
181 Entre la palabra soneto y el primer verso encontramos en el manuscrito original un número 1, marcado con lápiz
208
¡Ay!... yo sé que la dicha poco dura;
Si a tu lado, mi bien, me halla la muerte….
Moriré bendiciendo tu memoria.
Diciembre 28 de 1868.
182//p44//Su Sombra
Soneto
Sombra, visión, espíritu ¿quién eres,
Que así me sigues con tenaz183 porfia184?
Déjame, por piedad! Si el alma mía
Has destrozado ya, dí, ¿qué más quieres?
Aléjate de mí, otras mujeres
Te ofrecerán ventura y alegría.
Ve a libar185 en más labios la ambrosía
A robar a su encanto mil placeres.
Vete… no vuelvas más… no me persigas.
Si sólo angustias y dolor deseas
Vete... ¡Oh!... no, sombra querida, no me sigas!
¡Que te vayas he dicho! No lo creas.
¡Vuelve, por compasión!... No me maldigas…
Realidad o ilusión… ¡Bendita seas!
Febrero 18 de 1869.186
182 En el manuscrito original arriba del número de página se encuentra escrito por Cetina, su nombre: Rita. Al parecer ha sido escrito con lápiz. 183 Tenaz: Firme, terco, porfiado, obstinado, pertinaz en un tema, idea, opinión o propósito. (Domínguez:1853) 184 Porfía: Contienda obstinada de palabras; empeño tenaz en lo que se sostiene. (Domínguez:1853) 185 Libar: Chupar suavemente el jugo de alguna cosa. Hacer la libación para el sacrificio. Probar o gustar algún licor. (Gaspar y Roig: 1855)
209
//p45//¿Recuerdas?187
Recuerdas, ¿no es verdad, dulce amor mío?
Era en las horas en que el sol poniente
Ocultaba su disco en Occidente
Para ir a otro hemisferio a iluminar.
La brisa de la tarde pasajera
Jugaba con las flores dulcemente,
Y llenaba de aromas el ambiente
Robando su perfume al azahar.
Una música grata188 y deliciosa
Nos enviaba dulcísima armonía,
Mientras su adiós al moribundo día
En dulces trinos daba el ruiseñor.
Naturaleza entera a nuestros ojos
Más bella, más sublime se ostentaba,
Y sonriendo dichosa nos brindaba
Cuanto encierra de bello y seductor.
Bajo la grata sombra de un palmero
//p46//Gozando de la tarde la frescura,
Forjábamos mil sueños de ventura
Vislumbrando un brillante porvenir.
186 Este poema y los siguientes ya están fechados con el año 1869, el cual está estructurado por dieciséis octetos y dos cuartetos. 187 “¿Recuerdas” ya no se trata de un soneto, sino de un poema compuesto por catorce octetos y un cuarteto, lo cual lo hace la composición más extensa de todo el manuscrito. Tal dato curioso, podemos observar que el poema anterior está fechado con Febrero 18 de 1869 y éste con Enero 2 de 1869, lo cual rompe la secuencia cronológica del poemario. 188 En el manuscrito original, en el primer verso del segundo octeto encontramos una sobrescritura. No es legible la palabra inicial, pero la remarcada sí, tratándose de la palabra” grata”.
210
Recostaba en tus hombros mi cabeza…
Mi mente acariciaba ensueños bellos…
Jugabas dulcemente mis cabellos…
Y te veía dichoso sonreír.
Súbito al cielo alzamos las pupilas
Y en el límpido189 azul del firmamento
Vimos aparecer aquel momento
Dos luceros de mágico esplendor.
Mira, dijiste de entusiasmo loco,
Nuestras hermanas son esas estrellas,
También como nosotros forjan ellas
Ilusiones dulcísimas de amor.
Ellas se aman también, como nosotros
Con frenética y ciega idolatría.
También como nosotros, alma mía
Viven de amor allá en la inmensidad.
//p47//Y ardiente de gozo, y de ventura
Corriendo dulce llanto en tus mejillas,
Me juraste cayendo de rodillas
De amor una insondable eternidad.
¡Oh! tú también me adoras, ángel mío.
Tú me amas ¿no es verdad? y a tu reclamo
Yo sólo pude responder: te amo
Como aman los querubes al Señor.
189 Límpido: limpio, terso, puro, sin mancha (DICCIONARIO RAE: 1869)
211
¡Cuánta felicidad! cuanta ventura
Aquellas dulces frases auguraban!
Ellas a nuestros ojos presentaban190
Un mundo de emoción y de amor.
Más grato fue el acorde de la música,
Más dulces de las flores los aromas.
Más blando el arrullar de las palomas,
Más suave del céfiro el rumor.
Ansiando completar nuestra alegría
Levantamos los ojos con anhelo,
A ver si las estrellas en el cielo
//p48//Brillaban con más vivo resplandor.
Una nomás quedaba en el espacio
Trémula191, palpitante, abandonada…
Su bella compañera, despiadada,
Sola en el firmamento la dejó.
¡Pobre estrella: infeliz!... en su abandono…
Lentamente su luz palidecía…
Luchaba entre la muerte y la agonía…
Hasta que al fin su brillo se extinguió.
Un grito de dolor lanzó mi pecho
Al ver perdida en la azulada esfera,
190 El manuscrito presenta una corrección por parte de Cetina, la palabra original (auguraban) se encuentra tachada para ser sustituida por la palabra “presentaban”. Seguramente, la causa fue que en el verso anterior había anotado la palabra “auguraban”. 191 Trémula: que tiembla, que empieza a temblar. ( TERREROS Y PANDO, 1788:699) Cabe resaltar que este término sólo lo pudimos localizar en el Diccionario de Terreros y Pando, el vocablo no aparece en los diccionarios antes recurridos.
212
A la linda pareja que antes era
Símbolo fiel de nuestro puro amor.
Y los gratos ensueños de ventura.
Que en mi abrazada mente se forjaron
En aquel triste instante se [trocaron?]
En las lágrimas, angustias y dolor.
Comprendí que el destino de la estrella
Era el mismo que el cielo me imponía
//p49//Libar192 el cáliz del placer193 un día,
Y apurar para siempre el dolor.
En vano con palabras cariñosas
Quisiste consolar mi honda amargura.
En vano me juraste con ternura
Toda una inmensa eternidad de amor.
Una voz misteriosa a mis oídos
Murmuró con acento gemebundo.
“Tanta felicidad no es de este mundo.
Sólo hay ventura en la mansión de Dios”
Trémula, vacilante, conmovida,
Sobre tu pecho recliné mi frente,
Y lloré con dolor amargamente
El destino terrible de los dos.
Tú también comprendiste que la estrella
Marcaba nuestra suerte aquel momento.
192 Libar: Chupar suavemente el jugo de una cosa.( DICCIONARIO RAE, 1869:465) 193 En el manuscrito encontramos la palabra “placer” remarcada.
213
Toda una eternidad de sufrimiento
Por solo algunas horas de placer!
Y llenaste ángel mío… tus pupilas
De lágrimas ardientes se inundaron
//p50//Por tu triste semblante resbalaron…
Y en mis mejillas las sentí caer.
¡Oh! aquello era nomás el triste augurio
De largas horas de dolor y llanto.
De eternos días de mortal quebranto,
De angustias, abandono y soledad.
Llegó un día… Gran Dios… al recordarlo…
Siento que el alma mía se estremece,
Mi pobre corazón ¡Ay! desfallece…
Y mi frente se inclina con pesar.
Para siempre, de mí, la suerte impía
Te dejó sin piedad, dueño adorado,
Sin tener compasión ¡Ay! de mi lado
La suerte para siempre te arrancó.
Un juramento santo al separarnos
Hiciste ante Dios que nos vio.
No olvidarte jamás, también juro.
//p51//Y partiste, es verdad, mas tu recuerdo
No se aleja de mí, ni un solo instante
Donde quiera que voy, él va delante.
No se aparta de mí, jamás, jamás.
Tu recuerdo es mi dulce compañero.
214
Es mi leal, mi inseparable amigo.
Por eso a cada instante te bendigo…
Y cada día, mi bien, te adoro más.
¡Oh! yo sé que aunque lejos de mi lado
Tú me adoras también como te adoro.
Sé que lloras, bien mío, cuando lloro.
Y que sufres también con mi sufrir.
Yo sé que nuestro amor es imposible
Porque así lo ha querido al cielo santo.
Y sin embargo… ¡ay Dios!... te quiero tanto!...
¿Cómo podría sin tu amor vivir?
Si sufro resignada mi destino
De adorarte………… sin esperanza
Es porque me alienta la confianza
De que me amas, como te amo yo.
//p52//Si un momento la duda me asaltara……
Mas, que digo….Gran Dios…esto es horrible….
Yo dudar de tu amor?..... no, no, imposible!...
Perdona, fue un delirio, ya pasó.
Ay!... adórame siempre, dueño mío!
¿Qué fuera de mi vida sin tu amor?
No me olvides jamás, que tu desvío
Me mataría más pronto que el dolor.
Enero 2 de 1869
215
//56//Deseos194
Quisiera ser el ave
que en la mañana,
Su amor, en la arboleda
Dichosa canta.
Dueño adorado, [Con dulce halago]195
Para cantarte siempre
Cuanto te amo.
Quisiera ser la esencia
Que entre su broche,
Enamoradas guardan
Las gallas flores;
Para que ufana
El aire que respiras
Yo perfumara.
Quisiera ser el amor
Que blandamente
Vagando entre las flores
//p57//Tierna las mece,
Y con delirio…
Besar tus puros labios, [Besar tu pura frente]196
194 Encontramos un salto de páginas en el manuscrito original, es decir, de la página 52 la numeración se recorre hasta la 56. Como no fue posible verificar esta situación con el manuscrito en físico, no podemos determinar si hay un faltante de fojas o se trata de un error de paginación. Es la primera composición formada por séptimas, con un total de seis. 195 En el manuscrito autógrafo aparece en este verso una anotación a lápiz la cual consignados entre corchetes [Con dulce alhago].
216
Dulce amor mío.
O el ángel que tu vida
Cuidoso guarda
Quisiera ser, bien mío,
Dueño del alma.
Para que siempre
A tu lado sonriendo197
Constante vele.
Pero yo no soy ave
De canto tierno,
Ni aroma delicado,
Ni blando céfiro,
Ni bello arcángel;
Para que tu amor puro
Dichosa cante.
//p58//Yo no tengo, ángel mío
Para ofrecerte
Más que un corazón lleno
De amor ardiente.
Y fiel constancia
Para adorarte siempre
Con toda el alma.
Marzo 1871.198
196 Nuevamente hallamos una anotación a lápiz, la cual consignamos entre corchetes [Besar tu pura frente] al parecer hecha por la autora. 197 La palabra original en este verso es “querido”, pero fue tachada para anotar a un lado la palabra “sonriendo”.
217
Dolor199
No me preguntes, no, madre querida,
Cuál es la causa de mi amargo llanto.
Si supieras, ¡Ay, Dios!... padezco tanto!
No quiero que cual yo, sufras también.
Si mi angustia y mis penas te contara
Tu tierno corazón padecería!
Y no quiero que llores, madre mía.
¡Oh, no ¡… duele tanto padecer!
//p59//Por eso cuando me hallo en tu presencia
Ves brillar en mis ojos el contento.
Mas ay! … ¡cuánto me cuesta el fingimiento!
¡Sufre tanto mi pobre corazón!
Y sin embargo… por mis secos labios
Miras vagar sonrisas de ventura.
Tú crees que soy feliz…. Y la amargura
Se ha infiltrado en mi ser sin compasión.
Tú no ves que en las sombras de la noche
Cuando a tranquila paz todos se entregan,
Y que mis ojos de lágrimas se aniegan
Y le doy libre rienda a mi dolor.
Tú no sabes que sola, sin que nadie
198 La data de esta composición corresponde ya al año de 1871. 199 Dolor está compuesta por seis octetos. Cabe mencionar que hay una anotación: 4a, la consignamos para que el lector tenga conocimiento, sin embargo no identificamos el objetivo de que la autora haya hecho este escolio. Observamos que es una de las composiciones que más correcciones presenta, éstas han sido realizadas por Rita Cetina.
218
Le brinde a mi ansiedad dulce consuelo,
Elevo mis plegarias hasta el cielo.
Implorando de Dios resignación.
Tú no miras, ni nadie, madre mía,
Como cansada en mi revuelto lecho,
Comprimo los latidos de mi pecho
Que estremecen mi cuerpo de dolor.
//p60//No escuchas que mis labios balbucientes
¡Ay!... pronuncian un nombre… y no es el tuyo.
Ese nombre dulcísimo es el suyo.
El del ángel querido200 de mi amor.
Y repito cien veces ese nombre…
Y a mí creo que responde si le llamo.
Murmurando a mi vida un “yo te amo”.
Más puro y celestial que el mismo amor
Mas… al tornar de mi febril delirio
Sola me hallo otra vez con mis enojos.
Empañados de lágrimas mis ojos
Y desgarrada el alma de dolor.
Y vuelve a aparecer el nuevo día
Con sus vívidas201 luces y su encanto.
200 Nuevamente, encontramos una corrección del verso. Su escritura original no se distingue ya que Cetina utiliza una tinta más intensa quedando de la siguiente manera: “El del ángel querido”. 201 Vívidas: Eficaces, vigorosas. (DICCIONARIO RAE, 1869: 799).
219
Y vuelvo a ahogar dentro del pecho el llanto,
Y vuelvo a sonreír a mi pesar.
Pero ya el fingimiento es imposible.
Ya me cansa el engaño, madre mía.
Necesito llorar de noche y día.
Ya no quiero a mis solas suspirar.
//p61//Por eso has sorprendido mis sollozos202
Y el llanto amargo que en mis ojos brota.
¡Al caer en mis mejillas gota a gota,
Cuánto consuelo siente el corazón!
Yo sé que el sufrimiento que me aqueja
Nublará el cielo puro de tu vida…
Mas… déjame llorar madre querida,
Si no quieres que muera de dolor.
Marzo 12 de 1871203.
Martirio204.
¡No me mires así, dulce ángel mío!
¡Es tan lánguida y triste tu mirada,
Que al fijarse en la mía me revela
El sufrimiento que tortura tu alma.
202 Cetina ha sustituido “suspiros” por “sollozos”, esto lo identificamos por la tachadura realiza al manuscrito. 203 Este poema continúa con la data 1871. 204 En esta composición Cetina ha sobrescrito el título, lo ha remarcado con el nombre de “Martirio”. Al ser muy acentuada, no es visible el título original. Este texto está formado por treinta y ocho versos cuya data corresponde a abril 18 de 1871.
220
Tú sufres, ¿no es verdad?... Sí, me lo dice
La risa melancólica que vaga
En esos labios donde ayer veía
Del placer la sonrisa retratada.
Me lo dice el tristísimo suspiro
//p62//Que ahogar intentas y que al fin exhalas,
Me lo dicen las lágrimas ardientes
Que veo rodar en tus mejillas pálidas205.
¡Ay, no llores, bien mío! Has olvidado
Que el llanto de dolor que ahora derramas
Aumenta el sufrimiento de mi alma!
Yo no quiero que llores. Tú no sabes
Cómo de hinojos ante Dios postrada
Le pido para ti, cuanta ventura
Y dicha, el mundo entre su seno guarda.
Le pido para ti, piedad al cielo,
Piedad, piedad, imploran mis plegarias.
Porque quiero que goces como un día
De plácida quietud y dulce alma.
Goza, goza, mi bien, deja que sola
Buscando siempre soledad callada,
Exhale con dolor hondos suspiros
Y derrame también ardientes lágrimas.
Si es preciso olvidar, para que vuelva
La paz perdida a alma lacerada…
205En especial, resaltamos que esta composición es una clara expresión de los tópicos románticos: la exaltación de los sentimientos, la alusión a elementos naturales, la fragilidad femenina. Esta última es muy marcada en el poema y aunque Cetina no expresa claramente si se trata de un enunciatario o enunciataria, por la adjetivación que utiliza resalta delicadeza y fragilidad, que se reflejan tanto en lo físico ( palidez) como en lo etopéyico producto del sufrimiento y dolor.
221
Olvídame…No, no, ¿qué es lo que he dicho?...
Muriera de dolor si me olvidaras.
//p63//Yo no sé lo que quiero. ¡Dios piadoso!
Estoy loca de amor desesperada.
Yo sé que llorarás mientras me adores…
Pues bien, llora, ángel mío… nuestras lágrimas
Unidas correrán mientras aliente
En nuestro ser un átomo del alma.
Abril 18.1871
-Resignación-206
¡Qué veces he escuchado a mis amigos
Murmurar a mi oido estas palabras:
“¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Por qué sufres?
¿Por qué los ojos condolida bajas?
¿Por qué reclinas con dolor la frente,
Debiendo con orgullo levantarla?
¿Por qué en vez de reír como nosotros
Ahogas tus sollozos y tus lágrimas?
¡Ay Dios mío, Dios mío, cuánto daño
Le causan estas frases a mi alma!
¡Pedirme a mí sonrisas, cuando apenas
206 Sesenta y cuatro versos conforman esta composición que refiere, sin duda, a la pérdida de su padre cuando contaba con catorce años, esto lo sabemos por los datos biográficos que anotamos en el capítulo segundo, aunque Cetina no lo expresa de manera explícita en este poema, ella habla del gran dolor que sufrió cuando aún no tenía quince años. Al parecer pese a que han pasadao varios años, ella no parece haber superado la muerte de Don Pedro Zetina.
222
Puedo alzar de la tierra la mirada,
//p64//Para implorar del cielo en mi agonía
El plácido consuelo de las lágrimas!
Enhorabuena los que son felices
Rían a su placer a carcajadas.
Déjenme a mí llorar, solo llorando
Se mitiga a angustia que me afana.
Yo no puedo gozar. Gloria, laureles…
Cuántos goces el mundo me brindará…
¿Bastarían acaso a devolverle
Al alma mía su perdida calma?
La gloria… el porvenir… cuando aún apenas
No completos tres lustros yo contaba
Ávida de encontrar placer y dicha
Fijé en el porvenir tierna mirada.
Y en vez de hallar en su volumen de oro
La frase halagadora de esperanza,
En caracteres dobles miré escrita
Por mano misteriosa otra palabra.
Jamás leía en su primera hoja,
Jamás, jamás en su postrera página
Ahogando los sollozos de mi pecho.
Quise huir de aquel sitio la mirada.
//p65//Sentí desfallecer el alma mía,
Humedecerse mi mejilla pálida
Y en vano fue. Mis empañados ojos
En aquella palabra se fijaban.
Cual si intentara en mi ansiedad horrible
Borrarla para siempre con mis lágrimas.
223
Cuantas horas pasé sola, Dios mío,
Devorando mis penas y mis ansias
Sin que una voz amiga en mi agonía
Un consuelo siquiera me brindara.
Sucediéndose una en pos de otra
¡Ay, las horas pasaban y pasaban,
Y al sentirlas marcharse para siempre
Mayor era mi pena y más lloraba
Y al pasar otra hora, dentro el pecho
Sentí caer un bálsamo de calma,
Y una voz escuché que repetía
Con dulcísimo acento estas palabras.
Resignación. Resignación… De entonces
Devoro mis dolores resignada,
Sin pensar otra vez en el futuro
Fijar la vista de llorar cansada.
//p66//¡Qué me importan a mí dichas, placeres!
¡Que espero yo del mundo! Nada, nada.
Un consuelo nomás tengo en la vida
Que mis mortales sinsabores calma:
Ven consuelo dulcísimo que el cielo
En mi angustiado corazón derrama.
¡Ay! Llorar con dolor sobre la tumba
En que yacen mis muertas esperanzas.
1871
224
A solas.207
Aquí lejos del mundo, donde nadie
Llegue a turbar mi soledad querida,
¡Ay!, pláceme pasar la triste vida.
Aquí puedo llorar.
Aquí nadie interrumpe los sollozos
Que brotan de mi pecho agonizante.
Aquí puede mi mente delirante
Un recuerdo evocar.
//p67//Aquí puedo lanzar hondos gemidos…
Y nadie preguntarme porque lloro.
Sola con el recuerdo del que adoro
¡Qué grato me es vivir!
Yo aborrezco los goces y delicias
Tras que esa loca juventud se lanza,
Yo no puedo mirar en lontananza208
Risueño porvenir.
Mis goces son más puros, más sublimes.
Gozo al sentir que surca en mi semblante.
Una lágrima ardiente, palpitante,
Lágrima de dolor.
Llanto que arranca al alma dolorida
Un recuerdo de ayer, siempre adorado
207 “A solas” está conformado por 16 cuartetos. En los primeros ocho, el último verso es más corto, formando una frase de cierre del cuarteto. Lo interesante, es que Cetina los hace rimar por cada dos cuartetos. Tomamos por ejemplo los últimos versos de las primeras cuatro estrofas: “Aquí puedo llorar/Un recuerdo evocar” y” ¡Qué grato me es vivir!/Risueño porvenir”. 208 Lontananza: Se da este nombre a los términos de un cuadro más distantes del plano principal. (RAE 1879, 472)
225
Dulce cual las delicias del pasado,
Puro, como el amor.
Aquí mis labios, balbucean su nombre…
Creo que responde a mi reclamo,
Y grito en mi delirio un “yo te amo”
Ten de mí compasión.
//p68// Y contemplo su imagen adorada
Sonriendo con amor cual sonrió un día.
Siento estrechar su mano con la mía,
Latir su corazón.
Miro sus ojos de mirada ardiente
¡Ay fijados en mí con embeleso!
Nuestros labios se juntan… y en un beso
Aspiramos la vida y el placer.
¿Qué goce entonces para mí más grato
Podrá brindar el mundo en su locura?
¿Puedo yo ambicionar otra ventura
Ni envidiar en su dicha a otra mujer?...
Yo sé que todo es ilusión, ensueño.
¡Mas, ay, los que cual yo viven amando
Solo pueden hallar dicha soñando
Y yo sueño despierta sin cesar.
Por eso siempre en mi febril delirio
Busco en la soledad consuelo ansiado,
Y evocando el recuerdo del pasado
Puedo sola gemir y suspirar.
226
Agosto 1871.
A tí209
209 A partir de este poema ya no hay paginación en el manuscrito. Consideramos que éste es una de las composiciones más relevantes e interesantes de su poemario. Aunque éste no fue publicado en La Siempreviva, lo hace visible el hecho de ser un tributo a Dolores Guerrero, una poeta de décadas anteriores, quien originalmente escribe en 1852 un poema titulado “A***” y que tiene a modo de estribillo el verso “A ti te amo nomás, nomás a ti”. “Lola”, como la conocían sus amigos escritores de la época fue motivo de inspiración para otras mujeres, sobre todo de la generación de Cetina, en las anotaciones de un segundo poema homónimo, también Gertrudis Tenorio escribe una composición con el mismo nombre. En el Parnaso Mexicano de Francisco J Arredondo encontramos una colección de poemas y datos biográficos de Dolores Guerrero y otras poetas de la época en 1886. El boceto biográfico fue realizado por Luis G. Ortiz, quien la conoció y tuvo una relación de amistad, al lado de Francisco González Bocanegra y Francisco Zarco. Dolores tuvo la oportunidad de ser leída, escuchada y hasta admirada debido al reconocimiento que la institución masculina le otorgó, representada por las figuras antes mencionadas. Gracias a Riva Palacio, quien compiló sus composiciones y su boceto biográfico realizado por Ortiz, pudieron ser reunidas y publicadas por Francisco Arredondo, lo cual ha evitado ser invisibilizada como otras poetas de su época o tal es el caso de Rita Cetina, que hasta la fecha su obra permanece inédita. Luis G. Ortiz apunta lo siguiente sobre la poeta: “Esta notable poetisa mexicana nació en Durango, capital del Estado del mismo nombre, el día 15 de septiembre de 1833. Por el año de 1850, habiendo sido electo senador su señor padre D. Fernando Guerrero, persona muy distinguida en aquel Estado, pasó a México trayendo consigo a su familia de la que hacía parte su hija Dolores, que desde luego se relacionó con la buena sociedad haciéndose muy querida y estimada por su seductora sencillez, su inocente franqueza y su gran dulzura de carácter, así como por su buen talento y rara habilidad. Lola Guerrero que en esta época solo contaba con diecisiete años, tenía una verdadera pasión por los libros: leía o mejor dicho estudiaba cuando le era posible, y siendo casi niña poseía una instrucción no común en las mujeres de esa época. Conocía el francés y este le daba un buen medio de hacer ciertos estudios en literatura, su pasión favorita. Por estos tiempos, Lola comenzó a hacer algunos ensayos en verso, que solo a nosotros mostraba tímidamente y en reserva; ensayos en los que desde luego pudimos conocer el alma y la imaginación de una poetisa. Un poco más tarde, animada por nosotros y sus amigos Francisco Zarco y González Bocanegra, alcanzamos que nos consintiese publicar algunos de sus ensayos poéticos y poco tiempo después los periódicos de la capital daban en sus columnas con general éxito y aplauso, los dulces sentidos versos de nuestra poetisa. Su canción que tiene por ritornelo “A ti te amo no más, no más a ti” se hizo popular en poco tiempo, era repetida de boca en boca por toda la juventud, y puesta en música por los maestros Paniagua, Octaviano Valle y algún otro profesor. Bien pronto Lola se vio no sólo querida sino admirada por el círculo de jóvenes que a la sazón se distinguieron en vuestra naciente literatura y Zarco, González Bocanegra, Marcos Arrobiz, Emilio Rey, Juan Díaz Cobarrubias, el niño mártir, Tovar y otros poetas y escritores, formaban su tertulia en la cual la adorable niña, huérfana ya de madre, hacia los honores de una manera tan fina y delicada, que era el encanto de sus amigos y adoradores. […] Desde la época de nuestra insigne monja Sor Juana Inés de la Cruz, no tenemos idea entre las poetisas mexicanas hasta hoy, de otra superior a Lola Guerrero, por la verdad, sencillez, sentimiento y ternura verdaderamente femeniles que hacen deliciosas todas sus composiciones. Su modestia era igual a su mérito. […] (Arredondo 1886, 5-13). Podemos observar en los datos biográficos de Dolores, que la composición “A ti te amo nomás, nomás a ti”, inicialmente, la escribió como canción para después ser poema y por lo que comenta Ortiz, fue un tema de moda y que de acuerdo a lo que se muestra en el poemario de Cetina, traspasó los tiempos y fue motivo de inspiración para Rita y Gertrudis, hasta donde tenemos conocimiento. También fue el único poema de Dolores publicado en la antología de José María Vigil. Lo forman cinco octetos, cabe mencionar que el de Dolores Guerrero, fue escrito con la misma estructura.
227
A tí te amo nomás, nomás210 a ti.
Dolores Guerrero.
Ay por ti nada más, dueño adorado,
Vibran las cuerdas de mi humilde lira,
Por ti nomás porque tu amor me inspira
Porque tú eres un mundo para mí.
Ángel querido de mirada ardiente,
De negra y enrizada cabellera211,
Hermoso ideal de mi ilusión primera.
“A ti te amo nomás, nomás a ti”
Tú eres la luz que mi existencia guía,
El bello arcángel de mis sueños de oro,
El pálido querube a quien adoro
Con religioso y santo frenesí.
Tú eres la única estrella de mi cielo,
Mi blanco lirio de divina esencia,
Tú alientas con la tuya mi existencia
“A ti te amo nomás, nomás a ti”.
Yo vivo de la luz de tus miradas,
De los dulces y fúlgidos destellos,
Que despiden, mi bien, tus ojos bellos
Cuando los fijas lánguidos en mí.
Déjame que te adore, dueño mío.
210 Se ha actualizado el término, pues la escritura de la palabra en el siglo XIX, era, “no más”. 211 De alguna manera, Cetina busca cierta similitud con el poema de Guerrero ya que este verso es muy parecido: “A ti joven de negra cabellera”. Sin embargo, Rita sublima las cualidades del ser amado, elevándolo a lo etéreo y perfecto.
228
Déjame siempre que mi labio amante,
Te diga si cesar a cada instante:
“A ti te amo nomás, nomás a ti”
¡Ay qué grande es mi amor…! Y sin embargo…
Creo que no te amo todavía.
Y llora un dolor el alma mía…
Y nadie tiene compasión de mí.
Pero tú que me escuchas, me comprendes.
Y lloras de dolor… conmigo.
Y me dices también como te digo:
“A ti te amo nomás, nomás a ti.”
A veces desfallece mi cabeza…
Y en mi delirio atroz llamo a la muerte…
¿Por qué no soy yo un Dios para ofrecerte
Todo el amor que el orbe encierra en ti?
Yo solo puedo, arcángel de mi vida,
¡Ay! De rodillas ante ti frustrada
Repetirte con alma enamorada
“A ti te amo nomás, nomás a ti”
Septiembre de 1871.
229
Desahogo.
A tí.212
¿Qué sombra de letal melancolía
A desgarrar tu corazón empieza?
¿Por qué en vez del contento de otro día
Tu semblante demarca la tristeza?
Vuelve a mi lado, vuelve, vida mía,
Ven reposa en mi pecho tu cabeza.
Gocemos de la vida el embeleso.
Uniendo nuestros labios en un beso.
Septiembre de 1871
Amor.
A ti213
¡Ay! Yo vivo de amor, amor me alienta
Amor tan sólo mi cantar inspira.
Amor nomás mi corazón sustenta214
Amor vibran las cuerdas de mi lira.
Si yo puedo cantar gracias al cielo
212 Este poema de una estrofa (de ocho versos) parece ser la continuación del anterior. De hecho, por el contenido y el título (al igual que el siguiente que se titula “Amor. A ti”) parecen ser el enlace de un segundo poema titulado “A ti. A ti te amo nomás, nomás a ti” también dedicado a Dolores Guerrero. Formando, de esta manera, una secuencia de poemas como tributo a la poeta. 213 Ya mencionamos anteriormente que este poema forma la secuencia que pudiera ser considerada un tributo a Dolores Guerrero. Consta de nueve cuartetos. 214 En el manuscrito autógrafo aparece una corrección. Cetina ha sustituido la palabra “alienta” por “sustenta”.
230
Que al dar aliento en mi existencia un día,
En mi ser infundió con dulce anhelo
Una alma toda amor, toda poesía.
Una alma todo amor para adorarte
Con delirante y loco desvarío.
Y ardiente inspiración para cantarte
Como cantan las aves….215mío.
Me dice el mundo entusiasmado “canta”
Y para oírme cesa su murmullo.
Brota entonces la voz de mi garganta
Y canto con amores con orgullo.
El admirado mi cantar atiende
Batiendo palmas en alegre coro,
Y lástima me da, porque no entiende
Cuánta es la inmensidad con que te adoro.
Ni puede concebir que si un instante
La luz de tus miradas me faltara,
Dejara de existir, y mi alma amante
De Dios al seno en su ansiedad volara.
Mas, él sabe que yo amo; pero ignora
Que tú eres de mi vida el dulce encanto.
215 El dejar en puntos suspensivos el nombre del enunciatario o enunciataria del poema, pudiera ser una imitación del estilo de Dolores Guerrero en el poema ya citado. De hecho, en el título usa “A ***” para dejar en el anonimato a quién va dirigido.
231
De hoy más…. 216de mi alma a cada hora
Tu dulce nombre sonará en mi canto.
Si la posteridad llega algún día
A consagrarme su inmortal renombre,
Quiero que vaya siempre, vida mía
Unido al mío tu adorado nombre.
Que sepa el mundo, que la fama abarca,
Que he cantado tu amor hora por hora,
Como a su Laura le cantó Petrarca
Y como el Tasso le cantó a Eleonora.
Septiembre de 1871
A ti217
A ti te amo nomás, nomás a ti
Dolores Guerrero
Era en las altas horas de la noche
Cuando todo reposa en dulce calma.
Ahogando los sollozos en mi alma.
Ya de sufrir cansada me dormí.
Aun el sueño mis párpados cerraba 216 Nuevamente, Cetina deja en suspenso a quien van dirigidas sus líneas. 217 Siete octetos forman este poema, el cual es el segundo con el mismo nombre y dedicado nuevamente a Dolores Guerrero. Lo relevante de esta composición es que sí fue publicado en La Siempreviva al lado del de Gertrudis Tenorio, que del mismo modo lleva el mismo nombre y con la misma dedicatoria. Estos poemas los localizamos en el número 35 del Año II con fecha 22 de octubre de 1871. Al margen de la foja, hallamos en el manuscrito dos anotaciones hechas a lápiz, una de ellas dice 5a y la otra se trata de una fecha: 27 de abril.
232
Calmando los latidos de mi pecho.
Y una voz murmuró junto a mi lecho.
“A ti te amo nomás, nomás a ti”
Creyendo que soñaba abrí los ojos
Trémula218 de placer el alma mía,
Y vi un ángel hermoso que sonreía
Con su dulce mirada fija en mí.
Quise caer de rodillas a sus plantas
Y sólo pude en mi amoroso exceso,
Repetirle también con embeleso:
“A ti te amo nomás, nomás a ti.”
Yo vi a sus palabras de ternura,
Radiante de placer le contemplaba,
Y cuando más dichosa le escuchaba
Palidecerse su semblante vi
En su mortal angustia el alma mía
Lanzó un grito terrible de amargura,
Y exclamé en mi delirio con locura:
“A ti te amo nomás; nomás a ti”.
Él sacudió sonriendo su cabeza,
Suspiró con dolor amargamente,
Sus yertos219 labios acercó a mi frente…
Y luego, luego se alejó de mí.
218 Trémula: Que tiembla. (Terreros y Pando 1788,699) 219 Yertos: Se aplica al viviente que se ha quedado tieso y sin movimiento por mucho frío; y también se dice de los cadáveres y otras cosas que experimentan el mismo efecto. (RAE 1869,805)
233
Un momento después, tendió las alas
Y ya cruzando en la región del viento,
Aún repetía con sentido acento:
“A ti te amo nomás, nomás a ti”.
Tendí los brazos a impedir su fuga
Y densa nube lo cubrió a mis ojos.
Lo llamé muchas… veces y de hinojos
Sobre mi lecho con dolor caí.
Cuántas horas pasaron. Triste llanto
Inundaba mis pálidas mejillas,
Y repetí cayendo de rodillas:
“A ti te amo nomás; nomás a ti”.
¡Cuánto tiempo ha pasado! Y todavía
Siento su mano que la mía toca,
Y el abrasante fuego de su boca
Siento en mi frente220 como ayer sentía
Ya no ha de volver más; pero su acento
Entre los ayer del ayer perdido,
Murmura a todas horas a mi oído:
“A ti te amo nomás, nomás a ti”.
Octubre de 1871.
220 Cetina hace una sobrescritura en esta palabra, en inicio se trataba de “mis labios”, sustituyéndola por “mi frente”.
234
Delirio? 221
¿Qué me importa que el mundo entusiasmado
Mi senda alfombra de adornadas flores,
Ni que de gloria triunfos y loores
Ciña a mi frente el inmortal laurel?
¿Le pido acaso que mi canto escuche
Ni que rinda a mi voz sus ovaciones?
Que me importan a mí las ovaciones
Que al eco de mis cantos sienta él?
Acaso quiero que su necio aplauso
Para siempre eternice mi memoria?
Y que el libro sublime de la historia
La guarde en su volumen siglos mil?
¡Pobre loco! Tal vez ha comprendido
Que anhelo de la gloria la corona
Y por eso la fama ya pregona
Mi nombre de un confín a otro confín.
¡Quién! [sic] No sabe que si dulce canto
Es porque un ángel celestial me inspira
Y que por él nomás mi pobre lira
Deja escuchar sentidas vibraciones.
Si……de mi vida, mis cantares
Por ti tienen tan dulce melodía:
221 A partir de este poema observamos un cambio de escritura, consideramos que se trata de la misma letra, sólo que ha sido trazada con menor cuidado, además de que su data ya es de 1872. Cuenta con seis octetos
235
Tú le das a mi voz esa armonía
Que es del mundo falaz222 la admiración.
Bebo la inspiración en tu mirada
Que nunca, nunca para mí se agota,
Y en el instante de mis labios brota
Esa dulce cadencia celestial.
Y loca de placer templo mi lira
Y en bellos himnos tus amores canto:
Entonces es cuando el mundo incierta [sic] tanto
Mi tributo con gozo sin igual.
Y mientras a la vista con desprecio
Levanto altiva la orgullosa frente
Y todo lo contemplo indiferente
Porque nada me importa lo que es;
Todo cambia a tu lado, amado mío,
Que al ardiente fulgor de tu mirada
Delirante de amor caigo a tus pies.
Olvido que tu amor es imposible,
Que el deber te separa de mi lado.
Y pienso en adorarte, dueño amado,
Porque amándote siempre moriré.
Ámame tú también. Si en cambio quieres
De mis triunfos poseer la bella palma
A tus plantas, unidos con mi alma
Mis laureles de gloria, arrojaré.
222 Falaz: Engañoso, doloso, capcioso, fraudulento; pérfido, mentido, aleve, falso; lleno de falacia. (Domínguez 1853,779)
236
Febrero de 1872
El 22 de Mayo de 1872223
Empieza apenas a rayar el alba
Entre nubes de nácar y de rosa
Y darme mi sinsonte224 sus cantares
Y mis flores queridas sus aromas,
Cuando ya me contemplo rodeada
De mi tierna familia que me adora
Y mis buenos amigos que se afanan
En colmarme de ofrendas cariñosas
¡Hoy es mi cumpleaños! Todos ellos
Alegres a mi lado se amontonan
Y estrechan dulcemente entre las suyas
Con efusiva mi mano abrazadora
Quiero pagarles su cariño santo
Trayendo las sonrisas a mi boca
Pero ¡ay! Mi pobre corazón se oprime
Y a mis ojos las lágrimas asoman
Y mis preciosos ángeles me miran
Sus dulces labios en mi frente posan
Se nublan sus semblantes inocentes
223Esta composición la ha escrito Cetina aludiendo a su fecha de cumpleaños. Menciona la celebración que la gente le realiza; sin embargo, pese a ello, la infelicidad la persigue aún en esta fecha especial, tópico recurrente en el Romanticismo. Esta composición consta de cuarenta versos, en esta ocasión no los agrupa en estrofas. 224 Sinsonte es una variante de cenzontle, un ave cantora por excelencia de origen americano y de constante alusión. Basta recordar el mítico poema de Nezahualcóyotl.
237
Y tristes me preguntan ¿por qué lloras?
¡Pobres niñas!225 La causa de mi llanto
Siempre la ignorarán hora por hora
Voy contando los años que se pasan
En constantes angustias y congojas.
¡Cuatro años hace ya! Y en este día
A todo el mundo le sonreí dichosa…..
Pero él estaba aquí, y era el primero
Que estrechaba mi mano temblorosa.
Mías eran sus dúlcidas226 caricias.
Míos los ecos de su voz sonora
Mías sus frases de ternura llenas
Míos nomás los besos de su boca.
Hoy le busco doquiera y es en vano
¿Y todos los que miro? No me importan
Si él estuviera aquí, con él tan solo
Me bastaría para ser dichosa.
Pero ¡ay! Está tan lejos, y este día
Ni un recuerdo tendrá para mí sola
Su amor y su cariño que son míos
Otra mujer sin compasión me roba.
225 En todo el poemario de Cetina, es la primera y única vez que alude a sus alumnas. En este caso, lo hace diciendo: ¡Pobres niñas!. 226 Dúlcidas es un vocablo usado en Cuba. Aunque Lezama Lima es muy posterior a Cetina, podemos encontrarlo de manera recurrente en su poesía.
238
A Carlota227
¿Quieres que viva alegre
Querida prima
Cuando un dolor intenso
Mi alma marchita?
Has olvidado
Que un amor imposible
Me está matando?
Como tú o tú…..
También adoro
A un cariñoso arcángel
Que es mi tesoro
¡Bello y hermoso!
Como el primer ensueño
De un ser dichoso
Negros como la noche
Son sus cabellos
Y brillantes sus ojos
Como luceros
Y su mirada
Más ardiente y más bella
Que la alborada.
227 La única referencia que tenemos respecto a la enunciataria es el vocativo que Rita anota en el segundo verso, tratándose así de su prima. Cinco estrofas de siete versos cada una forman la composición. Como una constante alusión en sus poemas podemos distinguir a los seres angélicos.
239
El color de las lilas
Lleva en sus labios
Y es siempre interesante
Su color pálido
Y su sonrisa
Es triste como el llanto
De su poética
Si un suspiro doliente
Su pecho exhala
Con otro le responde
Siempre mi alma
Y loca lloro
Si de hinojos me dice
¡Ay! “yo te adoro”
Julio de 1872
A mi prima Stella
En su álbum228
Cuando te cansen ya las ilusiones
Que tan brillantes forjará tu mente
Y anheles encontrar la dulce calma
228 Después de varios años transcurridos, Cetina vuelve a dedicar una de sus composiciones en el álbum de su prima Stella, situación que observamos de manera recurrente en su primera etapa de poeta cuando ella contaba con sólo diecisiete años.
240
Que no ha de darte el mundo indiferente,
Vuelve a estas líneas que en tu libro trazo
Para buscar consuelo tu mirada:
Recuerda que al trazarlas triste llora
¡Ay! Tu prima infeliz desconsolada.
Recuerda, sí, que sin piedad la suerte
Me ofrece sólo en su ansiedad horrible
Un porvenir si dicha ni esperanza
Porque amo con delirio un imposible.
241
Últimas páginas229
1880
229 Con el título “Últimas páginas”, Cetina señala la tercera parte de su poemario (manuscrito autógrafo) cuya data pertenece a 1880 cuando la escritora contaba con 34 años de edad y se encontraba en un momento coyuntural, pues en 1879 había renunciado al Instituto Literario de Niñas para volver abrir las puertas de la escuela La Siempreviva acompañada por sus fieles profesoras y alumnas de instituto Ya habían transcurrido ocho años desde que fue directora de la revista La Siempreviva. Diez poemas conforman esta última parte; el postrero que lleva por nombre “En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis fue anotado en este poemario en 1888, diez años después de “3 de marzo” (penúltima composición). La escritura de esta sección es igual al de la primera parte.
242
A la Estrella [¿?]
Que te puedo decir que no sea triste
Brillante luminaria de los cielos,
Si tengo el pobre corazón. Dios mío!
A los encantos de estos ánimos [sic] muertos!
¿Qué te puedo decir si el alma mía
A pura gota a gota amargo duelo
Y todo ante mis ojos apareces
Entre crespones230 fúnebres envueltos.
Donde encontrar la inspiración hermosa
De mis tiernos cantares de otro tiempo,
Si el ángel que mis versos inspiraba
Está lejos de mí, lejos, muy lejos.231
…………………………………………………….
Mas mis amigos quieren que yo cante,
Ellos!... son siempre para mí tan buenos
Que aunque me cueste mucho… de mi lira
Las cuerdas vibrarán por complacerlos.
Y es a ti a quien me mandan que yo cante,
A ti que has sido para mí en un tiempo
Testigo de mis horas de ventura,
De mi gloria, mi amor y mi contento.
Tú que has sido la dulce confidente
De mis hermanos y dorados sueños,
230 Crespones: Especie de gasa, en la cual la urdimbre está más retorcida que la trama (RAE 1869, 220) 231 En el manuscrito, Cetina ha marcado una pausa con puntos suspensivos en los primeros doce versos. Posteriormente, continúa la composición en una sola estrofa (conformada por 36 versos).
243
Tú que has visto trocarse232 mis delirios
En horrible amargura y sufrimiento.
Tú que has visto morir mis ilusiones,
Y de la noche a las helados cierzos233
Las flores que alfombraban mi camino
Convirtiendo mi edén en un desierto…
Escúchame… ¡Allá en lejanas playas
A gran distancia del nativo suelo,
Se alza una tumba solitaria y triste
Que guarda de mi amor los [¿?] 234restos
Es el solo tesoro que le queda
Al pobre corazón pedazos hechos…
Esa es la recompensa con que el mundo
Quiso pagar mi sacrificio inmenso…
Allí está mi Calvario... del martirio
A prisa [sic]235 sin césar todo el veneno,
Y mientras tú tranquila tu carrera
Sigues constante allá en el firmamento.
Tú que has sido la amante compañera
De mis cortos instantes de contento,
Sé también hoy de mi cansada vida
El bálsamo sublime del consuelo.
Detén tu marcha rápida un instante
Y envía de tu luz algún destello
A la tumba que guarda sus despojos
232 Cambiar, permutar, entregar, dar ceder una cosa por otra transfiriendo recíprocamente el dominio de ella. (Domínguez 1853, 1655). 233 Cierzo: Viento frio y seco que recorre del norte al sur. (RAE 1869, 173) 234 No es posible distinguir la palabra en el manuscrito 235 No estamos seguros que se trate de la palabra prisa.
244
Y a mi alma donde vive su recuerdo.
1879236.
Horas de melancolía237
Para los seres que sufren
¡Qué longas las horas pasan!
Todo es noche, noches tristes.
En donde los cierzos matan
Con sus hielos destructores
Las flores puras del alma.
No hay una estrella en su cielo
Que con su luz dulce y pálida
Les hagan ver a lo lejos
Un destello de esperanza
Triste contempla del día
Las hermosas alboradas;
Triste perderse en Poniente
Del sol las postreras llamas,
Tristes si vierten las flores
Sus esencias delicadas,
Tristes se escuchan los trinos
De las aves cuando cantan
Para esos seres que miran
236 Aunque este poema se ubica en la tercera parte fechada con “1880”, su data es de 1879. 237 En este poema (que consta de 33 versos en una sola estrofa) el título fue agregado posteriormente, esto lo podemos aseverar puesto que además de estar escrito a lápiz, presenta otro estilo de escritura, lo cual pudiera no haber sido realizado por Rita Cetina.
245
Su existencia malhadadas238
Cruzar en oscura noche
Sin una sola esperanza
Para esos seres proscritos
Juguete de la desgracia.
No queda más que un consuelo:
La eternidad…
Ahí las almas
Unidas en dulce lazo
Con los seres que idolatran
Libres [¿?]239 los mundos
Y de Dios ante las plantas
Imploraran la ventura
Que hoy la tierra240 les negara.
1880241.
Romance242
Dichosa tú mi avecilla
Que puedes volar ligera
Y atravesando los campos 238 Malhadada: Infeliz, desgraciada, desventurada. (RAE 1869, 482) 239 No identificamos la palabra. 240 Las palabras “la tierra” son una sobrescritura, y ser muy remarcada , no se logra distinguir en el manuscrito la palabra inicial. 241 Esta composición fue escrita por Cetina cuando aún era directora de la escuela “La Siempreviva” en su segunda etapa. Recordaremos que en un momento anterior sus puertas fueron cerradas por dirigir el Instituto Literario de Niñas, el cual seis años más tarde (1886) Cetina volvería a asumir la dirección finalizando definitivamente sus funciones en “La Siempreviva”. 242 En esta última parte Rita Cetina incluye dos romances, estos poemas de versos octosílabos son característicos de la tradición literaria española. Cetina nuevamente recure a un tema del romanticismo como es la alusión a la naturaleza; en específico a un ave, la cual, en este caso, es la representación metafórica del o la confidente y mensajera de los sentimientos secretos de la voz poética.
246
Y cruzando las florestas243
Llegas donde el alma mía
En tanto tiempo se alberga.
¡Ay! Mi linda confidente
Vuela presurosa, vuela
Y lleva al bien de mi vida
Mis suspiros y mis quejas.
Dile que vivo muriendo
Sumida en horrible pena
Que sin la luz de sus ojos
Que es el ser de mi existencia
Soy una planta marchita
Que al menor soplo se quiebra.
Cuéntale mis ilusiones.
Mis esperanzas risueñas.
¡Ay! Dile cuánto le adoro
Y cuanto lloro su ausencia!
Y si te escucha amoroso
Y en secreta confidencia
Te dice que de mi amor
En su alma la fe conserva…
Oh…! Recoge sus suspiros
Y no te tardes regresar
Que el corazón sin consuelo
Aquí anhelante te espera.
Así una niña preciosa
De catorce primaveras
243 Floresta: Sitio poblado de árboles, plantas y flores. Se dice de cualquier sitio campestre, que es ameno y agradable a la vista. Por traslación significa la reunión de cosas agradables y de buen gusto. (RAE 1969:363)
247
Dulcemente conversaba
Con una tórtola bella,
Destilando de sus ojos
Hilos de nítidas perlas
Y exhalando conmovida
Suspiros de honda tristeza.
En tanto el doncel amante
Sin recordar sus promesas,
Corriendo tras los placeres,
Tras el bullicio y las fiestas
Iba gastando del alma,
Las flores de rica esencia
Y ni un recuerdo tenía
Para la niña hechicera
Que tanto lo idolatraba
Y a quien mataba la pena.
Pasó un año y otro año,
Y cuando yo volví a verla
Ya no era la hermosa niña
De faz alegre y risueña
Si no la planta marchita
Cuyo tallo se doblega
Al menor soplo del aura
Que la caricia ligera…
Cuántas niñas inocentes
Del primer amor del alma
Que nace cual pura esencia
Ven morir sus ilusiones
248
Y sus esperanzas bellas,
Pagando al ser que las mata
Su ingratitud con ternezas.
Enero 16 1884
Romance244
Una tarde de verano
De aquellas tardes serenas,
De dulce melancolía
Y de lánguida tristeza
En el limpio azul del cielo
Toda su belleza ostenta.
Y al influjo de mi encanto
Sonríe naturaleza;
En esas horas sublimes
De gratas reminiscencias
En que a la meditación
Tranquila el alma se entrega,
Un soplo fugaz del viento
De mansa brisa ligera
Acarició mi semblante
Besó mi frente serena….
244 Este es el segundo romance del manuscrito autógrafo y consta de 42 versos. La inclusión de romances, sonetos, octavas en su poemario nos hacen pensar que probablemente este manuscrito fue pasado en limpio con alguna finalidad, dada la estructura, limpieza y orden del mismo. No descartamos la posibilidad de que Rita lo haya elaborado con el fin de llevarlo a impresión para ser una especie de material de didáctico para sus alumnas, ya que hasta 1902 abandonó la docencia.
249
¿Qué pasó entonces, Dios mío?
En todo mi ser? La influencia
De aquella jugada sola
Trajo a mi mente la idea
El recuerdo adormecido,
De otros tiempos, de otras épocas.
Vi de mi niñez dichosa
Las imágenes más bellas
Las ilusiones queridas
De mi juventud primera
Mis soñadas ambiciones
Mis esperanzas risueñas…
Y al fin… al fin… a lo lejos.
En una playa desierta
Una tumba solitaria
A quien mis suspiros lleva
La suave brisa del mar
En estas tardes serenas.
¡Ay Dios! Cuanto el alma mía
En ese instante de prueba
Sufrió… doliente afirmando
El cáliz de amarga pena ¡
Pero el bálsamo bendito
Que tanto el dolor consuela
El llanto.. calmó mi angustia
Y alcé otra vez mi cabeza.
Julio 4 de 1884
250
A Cristina245
Dos genios a la vez, amiga mía.
Sus blancas alas posan en tu frente,
El genio de la dulce poesía
Y el que inunda al pintar de luz fulgente.
Hija amante de Zeuxis246 y de Apeles247
Tú llevas en la mano la paleta,
Y tu frente ceñida248 de laureles
La ardiente y pura inspiración del poeta.
Tú trazas imitando con destreza
Los colores del iris, de la aurora,
Y todo cuanto en su naturaleza
De grandioso y espléndido atesora.
245 Desde luego que se trata de Cristina Farfán, su gran amiga y colaboradora en La Siempreviva, quien también nació en el año de 1846 pero un 24 de julio. Farfán se distinguió por su talento como, pintora poeta y periodista, puesto que fue una de las primeras mujeres que incursionaron en revistas y periódicos de la península por mencionar La Aurora, La Biblioteca de Señoritas y más tarde dejaría Mérida, Yucatán en 1877 para formar y dirigir un periódico de nombre El Recreo del Hogar en Villahermosa, Tabasco al casarse con José García Montero. Aunque esta composición de diez cuartetos, es un reconocimiento a la pluma literaria de la escritora por parte de Cetina, no alude a su fallecimiento, más bien posee un tono de despedida, lo que podría haberla compuesto a su partida a Tabasco. A pesar de no tener data, de acuerdo a las fechas de las composiciones más próximas en este manuscrito, para ese momento Farfán ya había fallecido (22 de agosto de 1880). En nuestras investigaciones de archivo, localizamos en la Biblioteca Crescencio Carrillo Ancona una Corona Fúnebre donde se pueden rescatar datos de Cristina Farfán que enriquecen lo que se sabe hasta el momento de ella, ya que como muchas otras mujeres decimonónicas se desconoce bastante de ellas; por lo que esta información la incluimos en el anexo de este trabajo de investigación. 246 Zeuxis: Célebre pintor griego, contemporáneo y vencedor de Parrasio. Vivía en el siglo V antes de J.C. (Gaspar y Roig 1855, 1377) 247 Apeles: El pintor griego más célebre de Grecia en la isla de Cos en el año 330 antes de C. (Gaspar y Roig 1853, 181). 248 Se ha corregido la ortografía del término, en el manuscrito aparece como “zeñida”. Ceñida: que se ha colocado un ceñidor, algo con lo que se ha ceñido. (Gaspar y Roig 1853: 530)
251
Y luego al son de tu templada lira
La voz al cielo con placer levantas,
Y ayudada del númen249 que te inspira
Las grandes obras del eterno cantar.
Cantas del ave el armonioso trino,
De las flores los dúlcidos aromas.
Del sol naciente el esplendor divino
Y el sentido arrullar de las palomas.
Y la patria feliz despliega al cielo
Que nuestra blanca cuna se meciera,
Ya escuchando también con grato anhelo
Los tiernos votos que tu amor le hiciera.
Ella ha ceñido con jazmín y rosa
Tu blanca sien de inmarcesible250 gloria.
Ella también consagrará orgullosa
A tu nombre una página en su historia.
No tienes en el mundo más tesoro
Que tu pluma, tu lienzo y tus pinceles.
Las cuatro cuerdas de tu lira de oro.
Y una bella corona de laureles.
¿Y qué importa? La suerte te ha negado
El esplendor del oro y la grandeza,
249 Numen: Cualquiera de los dioses fabulosos por los gentiles. (RAE 1889, 746) 250 Inmarcesible: Que no se puede marchitar (RAE 1889, 599)
252
Y el Supremo Hacedor de lo creado
Te dio en tu inspiración mejor riqueza.
Donde quiera que vayas ahí, contigo
Llevarás tu tesoro a todas partes
Y hallarás la acogida que consigo
Llevan siempre las ciencias y las artes.
Reminiscencias251
Desde que esta vida terrenal dejaste
Y otros mundos recorres, de mí lejos,
Sin esperanzas, sin amor, sin gloria
Consagro a la niñez todo mi anhelo.
Pláceme contemplarme rodeada
De niños juguetones y traviesos,
Responder sus preguntas inocentes,
Gozar con sus sonrisas y sus juegos.
Cuando el recuerdo triste de otros días
Se dobla mi cabeza sobre el pecho
Y cruza por mi mente tu memoria
251 Este poema de tan solo cuatro estrofas pareciera la secuela de la composición anterior dedicada a Cristina Farfán, la voz poética expresa el dolor de la pérdida, alude la presencia de niños como un paliativo. Reminiscencias: Acción de representarse u ofrecerse a la memoria la especie de una cosa que pasó. Facultad del alma, con que traemos a la memoria aquellas especies de que estamos trascordados o que no tenemos presentes. (RAE 1884, 918)
253
Dejando el corazón dolor acerbo252.
La dulce vocecita de una niña
Que en mi rostro abatido imprime un beso
Derrama sobre mi alma adolorida
El dulce lenitivo253 del consuelo
1887
15 de septiembre254
Bendito el sol que ilumina en Anáhuac
De septiembre la fecha bendecida
Para alumbrar en nuestra joven patria
Una era de ventura y de delicias.
Bendito el sol cuyo fulgente rayo
Atravesando pueblos y campiñas,
De entusiasmo llenó los corazones
De los nobles patricios que gemían.
Bajo el yugo [¿??]255 de altiva gente
Que ejerciendo terrible tiranía
252 Acerbo: Áspero al gusto. Cruel, riguroso, desapacible. (RAE 1884, 13) 253 Lenitivo: Que tiene virtud de ablandar y suavizar. (RAE 1884, 637) 254 Esta es la segunda composición de Rita Cetina que alude al 15 de septiembre escrita veinte años después, ya que la primera fue escrita y presentada en 1867. Para este momento, la escritora ya contaba con 41 años y por segunda ocasión dirige el Instituto Literario de Niñas en el periodo de (1886-1902). Esta composición está formada por diez cuartetos. 255 No es posible distinguir la palabra
254
Al pueblo mexicano dominaba
Con el látigo [¿??]de la conquista.
Loor eterno al anciano venerable
Que alzando al cielo la cabeza altiva
Logró salvar a nuestra patria hermosa
De las garras del león que la oprimía.
No hay un solo [¿?] de nuestro suelo.
No hay un pueblo, un hogar, una familia.
Donde no se escuche repetir el nombre
Del héroe de Septiembre en este día.
“Hidalgo” con amor repite el eco
De la alegre campana que repica
La salva atronadora dice “Hidalgo”
La música “Hidalgo” en su armonía.
“Hidalgo” la bandera que flamea
Ostentando su triunfo orgullecida,
Y hasta el santuario augusto de la ciencia
Ante ese nombre la [ ¿?] inclina.
Y también la mujer con noble anhelo
Siente arder en s pecho llama viva
Consagrando un recuerdo cariñoso
Al gran libertador en este día.
Y a los ecos marciales de las dianas,
255
Que se oyen por doquier con alegría.
A los “hurras” alegres que repite
Ese pueblo feliz libre que grita.
Une su débil voz, y en himnos tiernos
Saluda al héroe que grabó este día
Su nombre venerado en nuestras piedras
Y en la historia una página bendita.
1887.
Protesta256
Declamada por la niña Mercedes
Cámara [¿?] en una distribución
De premios del Instituto Literario de Niñas.
Mi mamá siempre me dice:
Es necesario hija mía que
Portes bien con todos
Que seas una buena niña,
Que quieras mucho a tus maestras
Que seas complaciente y digna
Obediente, respetuosa
256 Como mencionamos en la composición anterior, en aquel momento Rita Cetina se encontraba dirigiendo en un segundo periodo el Instituto Literario de Niñas. En esta ocasión y por vez única, Cetina escribe en su manuscrito autógrafo un poema para una tercera persona. En este caso se trata de una pequeña del mismo Instituto y que por lo que anota en el último verso de éste su nombre era “Merceditas”. “Protesta” está conformada por diez cuartetos.
256
Y sobre todo cumplida
Esto mismo me repite
Sin césar todos los días
Mi querida Directora
Cuando al estudio me inclina
Pero yo que a pesar mío
Soy un poco traviesita
Dejando a un lado los libros
La pizarra y la almohadilla
Me pongo a jugar… y a todo
En un momento se olvida
En esta noche que todas
Están llenas de alegría.
Pensando alcanzar el premio
De su afán y fatigas…
Yo suspiro tristemente
Mis largas horas perdidas.
¡Pero ya basta!...protesto
Desde ahora cambiar de vida:
Ser obediente y aplicada
Y en mis deberes complacida
Para que el año venturoso
También contenta reciba
257
Muchos premios, muchos premios
Recibiendo de alegría.
Así dejaré contenta
A mi mamá tan querida
Y a todos los que se afanan
Por la buena Merceditas.
Julio 1887.
Remembranzas
Para el álbum de Cassiana Rosado de Palomino.257
Un ángel vino del cielo
De esto hace ya algunos años,
Y al dejar esas regiones
Alcanzar por los espacios
Arrancó de los querubes
Y me fui encontrando a su paso
Las más dulces melodías.
Los más armoniosos cantos
Las músicas más sublimes,
257 Al parecer esta composición, que consta de sesenta y cuatro versos y con data 1888, fue un regalo de Cetina para la esposa del entonces gobernador de Mérida, Yucatán: Guillermo Palomino, probablemente como muestra de agradecimiento, pues él fue quien nombró a Rita directora del Instituto de Niñas. Al respecto, Piedad Peniche apunta: “ En octubre de 1886, el foco de luz pionero de la educación femenina que fue La Siempreviva se apagó para siempre, pues Rita volvió a dirigir el Instituto de Niñas por nombramiento del gobernador Guillermo Palomino. Allí, aquel foco fue encendido nuevamente, pero ahora para irradiar en todo Yucatán”. (Peniche 2015, 117)
258
Los ecos más delicados.
Con tan valiosos presentes
Llegó sonriendo a mi lado
Y acariciando mi frente
Puso una lira en mi mano.
De entonces en mi garganta
Trinos muy dulces brotaron
Y de mi inspiración ardiente
Llena el alma y de entusiasmo
Canté las glorias queridas
De mi suelo idolatrado.
Canté el amor de las aves
De las flores el encanto
A la luna, a las estrellas…
Cuánto hay de sublime y santo
En dulcísimos acordes
Se desprendió de mis labios.
Mas un día el ángel mío
Con semblante triste y pálido
Volvió y sin palabras tiernas
Que apenas oírse dejaron
Me dijo: “me vuelvo al cielo,
Dios así lo ha destinado,
Y vengo a buscar la ofrenda
Que deposité en tus manos.
No cantes más en la vida
Ya no encontrarás alago.
259
El eco de tus cantares
Se perderá en el espacio
Y no hallarás quien recoja
Tus suspiros ni tu llanto.
Y se alejó… desde entonces
Mudos mis labios quedaron.
Pero hay amiga del alma,
Quieres que escriba en tu álbum
Y me lo envías y pides
Que en el deposite algo…
Bien... aún siento en mi cerebro
Bullir así como un átomo
De la inspiración que un día
Fue precursora en mis cantos…
Así a la amistad bendita
Puedo consagrar un canto
Y dejar una memoria
Como recuerdo sagrado
A la amiga cariñosa
A quien es del pobre amparo
Hija y esposa modelo
De amor y virtud dechada
Para ti noble señora,
Lo siento brotar del labio
Y como ofrenda bendita
De cariño puro y santo,
De nuestra amistad en nombre
260
Lo deposito en tu álbum.
1888
3 de Marzo258.
Cuando la luz de este día
Se vio rayar en oriente
Bella, clara, sonriente,
Alumbrando la creación
Cuando las aves canoras
En dulce y divino hermanas.
Al alborear la mañana
Saludaron al Creador;
Fuiste salva atronadora
Dejó escuchar su estampido
Llamando a un pueblo dormido
258 Este poema lleva por nombre 3 de marzo en conmemoración del fallecimiento del gobernador de Yucatán Manuel Cepeda Peraza, quien formó parte del Instituto Literario de varones. Sobre él tenemos lo siguiente: “Como gobernador del estado en 1867, Cepeda Peraza se desempeñó como promotor incansable de la educación y la cultura, prueba de ello fue la creación del Instituto Literario del Estado (1867); la Biblioteca Central, que hoy lleva su nombre; el Museo de Arqueología e Historia; el Instituto de Niñas, la Casa Correccional y la Academia de Música. Instituciones que sentaron las bases de la Universidad Nacional del Sureste, hoy nuestra Universidad Autónoma de Yucatán. Una de las escuelas que formó parte del Instituto Literario, que posteriormente se independizó fue la Escuela Normal de Profesores, creada en 1968 y que en 1870 dio origen a la Escuela de Instrucción Primaria Inferior y Superior. Cepeda Peraza fue un hombre visionario que luchó por su patria más allá de las fronteras, sus ideales traspasaron las fronteras regionales, pues a sus 41 años ya había perpetrado grandes luchas para libertar a su patria. Manuel Cepeda Peraza muere el 3 de marzo de 1869 estando en funciones como gobernador de Yucatán. Por su incansable labor militar, educativa y cultural el Congreso del Estado lo declaró “Benemérito del Estado”; y múltiples recintos: escuelas y bibliotecas llevan el nombre del prócer yucateco.” http://www.educacion.yucatan.gob.mx/casahistoria/casa-de-la-historia-de-la-educacion-de Yucatan/manuel-cepeda-peraza/
261
Una nación a elevar.
Mas no la plegaria mística
Del fanático que reza
Inclinando la cabeza
De hinojos ante al altar.
Sino el cántico sublime
Del patriota agradecido
Que ve su suelo querido
Marchar del progreso en pos
Lleno de santo entusiasmo
Un pueblo se levanta
Arranca de su garganta
Un himno de bendición.
Ya Cepeda259 el hombre ilustre
Que nos legara en herencias
La Libertad y las Ciencias
Fuentes de ventura y paz
Consagra con noble anhelo
Para eternizar su gloria
A su querida memoria
Cantos de felicidad.
El que con noble arrogancia
Luchó sin el despotismo
Para hundir en el abismo
259 http://www.educacion.yucatan.gob.mx/casahistoria/casa-de-la-historia-de-la-educacion-de-yucatan/manuel-cepeda-peraza/
262
A la ignorancia cruel
Y con mano cariñosa
Abrió del saber las puertas
Para que con planta cierta
Penetrara la niñez;
Hoy recoge el dulce fruto
De su afán por la enseñanza…
Pues la juventud que avanza
Buscando la ilustración.
Su santo nombre vendían
De rodillas prosternados
Y a su memoria sagrada.
Le [¿?] una ovación.
¡Escuchad!... su augusto nombre
Por doquier repite el eco…
Todo el pueblo yucateco
Honra hoy al libertador.
Y en dulce y sentida trova
Las niñas del Instituto
También le gana hoy tributo
De gratitud y de amor.
1888.
263
En la tarjeta de bautizo de Pilarcita Zavala y Traconis260
El ángel de la inocencia
Risueño la cuna guarda
Y en la frente de la niña
Posa sus labios de grana.
Presagios de bien futuro
Sin duda a su oído regala
260 Esta postal, de igual manera, fue un obsequio al parecer para la nieta del reconocido General Daniel Traconis y para el que Rita realizó una composición que ella misma leyó cuando contaba con 20 años; para esta fecha Rita ya contaba con 52 años y general Traconis ya había sido gobernador del estado durante 1890 a 1894. Este poema cierra la tercera parte y por consiguiente el manuscrito, siendo 1898 el año cierre del poemario.
265
CONCLUSIONES
En 1846, Mérida Yucatán fue testigo del nacimiento de una mujer cuyo legado trascendió
más allá de su tiempo histórico ya que Rita Cetina Gutiérrez, ha sido reconocida como la
primera feminista de su región, la primera mujer que dirigió una revista dirigida al público
femenino y la primera mujer que obtuvo de manera formal su título de normalista. Ahora
la podemos reconocer también como una destacada escritora que tuvo una prolífica
actividad literaria. Haber incursionado en la narrativa con Julia, una novela corta por
entregas en la revista que dirigió, La Siempreviva, le otorga el título de ser una de las
primeras mujeres que escribe novela. Sin embargo, no fue lo único con lo que se
incorpora en este género, pues el ensayo y el cuento, también forman parte de su
escritura. A lo que agregamos su vasta obra poética y hablamos particularmente de su
poemario, aquí tratado y que a partir de los estudios realizados, podrá ser difundida y
tomada como punto de partida para tratamientos posteriores.
Incluir en la contextualización la participación de Ignacio Manuel Altamirano,
aclaramos, no fue con una intención de marcar un tinte de subordinación de la escritura
femenina en el proyecto del “presidente de las letras” como lo llamaron en su momento.
Por el contrario, fue nuestra intención hacer notar que Cetina formaba parte de ese
proyecto nacional y que colaboraba tan atinada y fructíferamente como los hombres
escritores de finales del siglo decimonono. Por esta razón, este capítulo tuvo un sentido
introductorio, puesto que presentamos los antecedentes inmediatos de la escritura de
Rita Cetina. Aquí, quiero detenerme a agradecer a la Biblioteca Histórica José María
266
Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quien a través del apoyo de
la Mtra. Lourdes González Balderas pudimos realizar nuestra investigación para este
capítulo.
Del segundo capítulo, concluimos diciendo que a través de la reconfiguración
biográfica de Rita Cetina, que va desde sus primeros años hasta su legado; encontramos
sobresalientes aportaciones como parte de un arduo trabajo de investigación documental
y sobre todo de archivo, aspecto que ha sido indispensable para recabar una mayor
información a la existente sobre nuestra autora, ya que como mencionamos
anteriormente, a Rita Cetina se le ha conocido y reconocido sobre todo por la publicación
La Siempreviva , es decir, la escritora meridana forma parte de un todo y no en sentido
inverso. Por lo tanto esa ha sido nuestra intención, identificar a Rita Cetina, como la
escritora, periodista y profesora del siglo decimonono.
Haber desarrollado el capítulo tercero, nos ha permitido decir que todas y cada
una de las publicaciones de Rita Cetina, trátese de poesía, novela, ensayo, cuento,
artículos didácticos nos han permitido rescatar bastantes ideas sobre el género femenino
de las últimas décadas del siglo XIX. A través del discurso de Cetina, bien podemos
configurar la imagen femenina de este siglo, así sus planteamientos nos permiten
comprender las acciones de sus congéneres años más adelante, pues dejó un profundo
legado que fue trasplantado en tierra fértil para bien de la mujer yucateca y por ende de
la mujer mexicana.
267
En lo que refiere al capítulo cuarto, queremos decir que el manuscrito autógrafo
ha sido editado, desde diferentes aristas, lo más fiel al original, reiterando que una de las
finalidades es visibilizar a la escritora mexicana del siglo XIX, Rita Cetina Gutiérrez, a
través de sacar a la luz su obra poética en esta edición cuidada y cuidadosa.
Llegar al fin de este trabajo de investigación -ahora me permito hablar en primera
persona- representa mi mayor logro académico. Me queda la satisfacción de darme
cuenta que mi proyecto rebasó las expectativas iniciales, ya que desarrollar esta tesis
doctoral fue en un principio desempolvar un baúl lleno de riquezas para descubrir que en
el fondo de éste se hallaba la entrada a una veta de maravillas y posibilidades.
Ha sido tal mi interés de difundir la valiosa escritura de Rita Cetina Gutiérrez que
parte de mis investigaciones ya las he dado a conocer. En primer lugar participando en
congresos nacionales, tales como: el Congreso Internacional, Mujeres, Literatura y Arte de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con
las ponencias: “La expresión patriótica de la mujer yucateca del siglo XIX, el caso de Rita
Cetina Gutiérrez” (2013), “Los ideales románticos en la obra poética de Rita Cetina
Gutiérrez, escritora yucateca del siglo XIX” (2015). En el Coloquio Internacional de
Literatura Hispanoamericana organizado por la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, la Universidad de Poitiers, Francia y la Universidad Católica Pontificia del Perú,
con el trabajo: “Rita Cetina, entre la escritura y la educación” (2015). También he dictado
tres conferencias sobre nuestra escritora. La primera de ellas en el evento “Mujeres,
protagonistas del arte y la cultura” del Instituto de Arte y Cultura de Puebla donde
hablamos de Rita Cetina en su papel de educadora y escritora en el siglo XIX (2015).
268
Tuvimos el honor de participar en la Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (FILEY)
en sus Jornadas Académicas con la conferencia: “Las relaciones erótico afectivas en la
poesía de Rita Cetina Gutiérrez” (2016) y la última la presenté en noviembre del 2016 en
el marco de las Jornadas Feministas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
con la conferencia: “La invisibilización como una forma de violencia, el caso de Rita Cetina
Gutiérrez, escritora mexicana del siglo XIX”.
También la presencia literaria de Rita ha cruzado el Atlántico al presentar dos
ponencias. La primera de ellas en el Congreso Mujeres de letras pioneras: en el arte, el
ensayismo y la educación con el trabajo: “Lo femenino en la ensayística de Rita Cetina
Gutiérrez, escritora mexicana del siglo XIX” en la Universidad de Murcia, en España (2016).
El segundo trabajo fue en el Instituto de Investigaciones Feministas de Universidad
Complutense de Madrid en las II Jornadas de investigación Noviembre feminista. Tejiendo
redes, transformando realidades con la ponencia “Rita Cetina Gutiérrez: la escritora,
educadora y precursora de las mujeres feministas yucatecas”.
De igual manera, he plasmado en dos publicaciones parte de este trabajo doctoral;
el primero de ellos se dio gracias al apoyo de una de mis lectoras, la Dra. Celia Rosado
Avilés quien me permitió colaborar en el libro Las hijas de Eva. Las semillas de una
revolución editado por la Universidad Autónoma de Yucatán con el capítulo “Lo femenino
en Julia, la novela corta de Rita Cetina Gutiérrez”, pues consideramos valioso empezar a
difundir en la tierra natal de Cetina parte de su obra literaria que hasta entonces, había
permanecido inédita.
269
La otra publicación se encuentra en el libro electrónico Mujeres de letras pioneras
en el arte, el ensayismo y la educación editado por la Universidad de Murcia bajo la
excelente coordinación de Gloria Ríos Guardiola y Belén Hernández. El capítulo lleva por
nombre “Lo femenino en la ensayística de Rita Cetina Gutiérrez, escritora mexicana del
siglo XIX” con coautoría de mi directora de tesis, la Dra. Alicia Ramírez Olivares.
Sin embargo, nuestra investigación no concluye con el término de nuestro trabajo
doctoral, puesto que seguiremos difundiendo su obra literaria de Cetina, por lo que en el
mes de marzo presentaremos dos ponencias, la primera de ellas en el Seminario
Interdisciplinar “Las inéditas” en la Universidad de Salamanca, España y a la ponencia la
hemos nombrado: “El discurso femenino en la obra poética de Rita Cetina Gutiérrez.
Manuscrito inédito” y la otra será presentada en la Universidad de San Diego, California
en el Séptimo Coloquio, titulado “Enfrentando límites y ampliando fronteras” y el tema a
presentar será “La poesía de Rita Cetina Gutiérrez como punto de partida para los estudios
de las relaciones erótico afectivas en la literatura de mujeres”.
Me siento orgullosa de saber que con esta aportación he visibilizado a una mujer
que va más allá de lo que se ha dicho de ella. No desestimo, por supuesto, su labor y
logros como profesora, como pionera del feminismo, el legado otorgado a otras voces
femeninas que aprovecharon la cimentación de Rita Cetina para edificar la institución
femenina que hasta hoy tiene resonancia. Esta satisfacción se basa en los descubrimientos
en el ámbito de lo literario, puesto que ni en la presentación que se realizó al facsímil de
La Siempreviva, visualizaron sus joyas literarias, tales como la novela corta, los cuentos,
los ensayos, etc. Esto me compromete a seguir adentrándome en el tesoro literario que
270
Cetina nos heredó, a continuar con la búsqueda de su escritura hasta ahora desconocida,
tenemos como ejemplo el caso de la pieza dramática que se sabe puso en escena, titulada
Deudas del corazón pero que no se ha localizado el documento en físico.
Es mi deseo que la escritora decimonónica, Rita Cetina Gutiérrez ocupe el espacio
que merece, tanto en la Literatura Yucateca, como en la Literatura Mexicana y por
supuesto en la Literatura Hispanoamericana; a través de este arduo trabajo de
investigación. El cual pretende ser un referente en los estudios de esta escritora, además
de la brecha para que otras investigadoras e investigadores continúen con el tratamiento
de su obra.
Por último mencionamos que hemos incluido un apéndice donde se pueden
encontrar las transcripciones de la obra narrativa tratada, así como el manuscrito
autógrafo con el fin de que se pueda acceder al documento original para disfrutarlo o
hacer algún cotejo.
271
OBRA LITERARIA DE RITA CETINA GUTIÉRREZ
Los ensayos de Rita Cetina Gutiérrez fueron publicados en diferentes números de la revista de la siguiente manera: * LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER. Año I Mérida, jueves 19 de mayo de 1870. Núm 2 * LA MUJER EN EL SIGLO ACTUAL Año I Mérida, viernes 5 de agosto de 1870 Núm 7 * LA MUJER Año I Mérida, lunes 17 de octubre de 1870 Núm 11 * LA MUJER Año II Mérida, jueves 3 de agosto de 1871 Núm 30
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