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CEFAS, Comunidades eclesiales de fe y amor. www.cefasmx.org Tel. 81-83680037 info@cefasmx.org
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¡Con Cristo, con el Papa y en manos de María!
PROMOVER LA SUPERACIÓN
Ideas clave para guías de CEFAS, noviembre 2020
¿POR QUÉ? El aislamiento y otros problemas surgidos por la pandemia, exigen que la comunicación, el servicio y la
fraternidad se multipliquen por medio de la superación personal y familiar. Hay que escuchar a quien nos
impulsa a vivir con esperanza y confianza, no a quien nos desanima.
¿PARA QUÉ? Las calamidades no desaparecen, pero superarse para crecer en el amor y el servicio para hacer el bien y
mejorar las relaciones familiares producen la alegría, la confianza y el optimismo que opacarán la tristeza,
la angustia y la depresión de la época. Además es importante recordar que muchos se acercarán o se
alejarán de las comunidades CEFAS, dependiendo si son atraídos o no por nuestro testimonio.
¿CÓMO? Buscar la superación humana para alcanzar la santidad. Nuestra presentación personal, el trato, la manera
de expresarse, abren la puerta del diálogo, de la confianza y de la amistad. Tenemos talentos y defectos,
no somos perfectos, pero sí podemos, si queremos, superarnos para tener esa personalidad,
auténticamente cristiana que da la felicidad y acerca a otras personas a Cristo, para ello hay que:
Conocerse: Conocer el propio temperamento, cualidades y defectos. Reflexionar sobre el propio
comportamiento (no el del vecino), para conocer nuestras cualidades y defectos.
Aceptarse: Al conocimiento se une la aceptación de sí mismo, con lo positivo y lo negativo. Dios nos ama
como somos. Hay que alimentar una actitud de realismo y optimismo, aceptar lo que somos y lo que
podemos llegar a ser, por la gracia de Dios y nuestro esfuerzo.
Superarse: Aceptarse no es resignación ni conformismo, sino que de aquí surge el deseo de «superarse».
Debemos estar en continuo crecimiento y esfuerzo de mejora personal, basado en propósitos y metas
concretas que podemos anotar, por ejemplo, en un plan de vida.
REFLEXIONEN EN COMUNIDAD
Hacemos cosas por algo, por una motivación, sobre todo cuando la superación implica esfuerzo y sacrificio. Hay muchos tipos de motivaciones, la más importante es el amor a Dios, al propio ideal, a la familia y a la comunidad. El amor hace al hombre capaz de llevar a cabo obras que de otro modo serían inexplicables. Hay que buscar medios que estimulen esta sana superación de uno mismo al vencer el egoísmo y crecer en el espíritu de sacrificio para practicar el bien, crecer en la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto por todos los que nos rodean. Reflexionen sobre lo que como comunidad en sana distancia, pueden hacer para conocerse, aceptarse y superarse para crecer en el servicio fraterno y desinteresado, empezando en la propia familia.
TIENDE LA MANO AL NECESITADO La solidaridad y la fraternidad son actos que te engrandecen y te hacen superarte como
persona. Acompaña al otro en su lucha, o al menos hazle saber que lo respetas y lo quieres acompañar y ayudar. No minimices el sufrimiento y los problemas de otras personas y
considera que siempre se puede hacer algo por los demás.
ACOMPAÑAR E INVOLUCRARSE CON LAS PERSONAS
La caridad cristiana no es simplemente hacer o dar algo bueno. Es mirar al otro con misericordia, con los mismos ojos que Jesús, porque lo vemos a Él reflejado en el rostro de los demás. No es sentir lástima, «pobrecito, qué pena». «Es acompañar e involucrase teniendo la conciencia de que hoy, en esta pandemia, o nos salvamos todos o no se salva nadie» (cf Papa Francisco, Fratelli Tutti, n. 137). Todo lo que sucede y lo que hacemos o dejamos de hacer afecta a todos.
Ir a lo esencial, a lo que cuenta y tiene valor para la vida. No se trata de hacer actos externos que no lleven a un bien, sino a renovar los medios y, sobre todo, involucrarse para vivir la experiencia de comunidad.
No mañana, hoy, tenemos que esforzarnos en propiciar canales y espacios para acompañar e involucrarse con los demás. No ser indiferentes ni aislarse para no «complicarse la vida». Pedir, sin exigir; no esperar la ayuda y una sonrisa, ofrecerlas. Juntos, en comunidad, organizarnos y esforzarnos para llevar a cabo la misión, en sana distancia. ¿Cómo estás acompañando a la comunidad? Recuerda que la vida trasciende dándola a los demás.
EXPERIENCIAS QUE TRANSFORMAN «Amabilidad, confianza y respeto». El mal trato, la agresión verbal, los gritos, no generan vínculos sanos ni
duraderos. En cambio la amabilidad, la confianza y el respeto nos acerca a los demás; son ese
abono indispensable para una buena relación familiar. El que ama es capaz de decir palabras
de aliento que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan, que lanzan hacia
adelante, porque hacen experimentar la confianza y el amor. Todo lo que vale cuesta y, en
este caso, el precio es ternura, comprensión, fortaleza, desinterés, paciencia, pero ¡vale la pena!
CORRESPONSABILIDAD
¿Qué es? La responsabilidad de una obligación o compromiso que se comparte con dos o más personas.
¿Por qué? Todo lo que hago le afecta, para bien o para mal, a los demás. Lo que los demás hacen, me
afecta a mí. Es como el trabajo en equipo, si uno NO trabaja, a todo el equipo le va mal.
¿Qué tiene que ver conmigo? Todos estamos en la misma barca, por eso es importante acercarse a
personas que tienen metas en común conmigo; entre todos, como comunidad, se alcanzan más frutos.
¿Qué hacer? Buscar la unidad, la unión, aunque seamos diferentes. Buscar el diálogo, la tolerancia, la
comprensión y el compartir los talentos, que son los medios que Dios nos ha dado para cumplir
responsablemente la misión, no aisladamente, sino con los demás.
Ojo, cuidado con: El egoísmo, la indiferencia, la intolerancia, la discriminación, o pensar que el otro es
incapaz de hacer las cosas.
La clave: Ir al encuentro de los demás con humildad, comprensión, ternura y ¡alegría!
SIEMBRA UN ÁRBOL. El CO2 contamina el aíre y provoca el cambio climático. Los árboles absorben el
CO2, previenen la erosión del suelo, dan sombra, embellecen el paisaje, disminuyen el ruido, son casa de
muchos animales, proporcionan oxígeno, dan frutos, refrescan el ambiente. Evita podarlos o cortarlos.
Sembrar un árbol con la familia, crea un vínculo y promueve el cuidado de la casa común.
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