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Cuicuilco
ISSN: 1405-7778
revistacuicuilco@yahoo.com
Escuela Nacional de Antropologa e Historia
Mxico
Mraz, John
Fotohistoria o historia grfica?. El pasado mexicano en fotografa
Cuicuilco, vol. 14, nm. 41, septiembre-diciembre, 2007, pp. 11-41
Escuela Nacional de Antropologa e Historia
Distrito Federal, Mxico
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35112370002
Cmo citar el artculo
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volumen 14, nmero 41, septiembre-diciembre, 2007, Mxico, ISSN 1405-7778.
RESUMEN: En este artculo se analizan diversas formas en que podran utilizarse las imgenes fotogrficaspara construir fotohistorias que exploren relaciones sociales de clase, etnia y gnero. Asimismo, seconsidera el uso de la fotografa para mostrar aspectos de la vida cotidiana y la cultura material ypopular. Adems, se contrastan ejemplos de cmo las fotografas han sido empleadas en las historiasgrficas mexicanas.
ABSTRACT:This article analyzes the various forms in which photographic images can be used to constructphotohistories that explore social relations of class, ethnicity, and gender. It also studies photos as asource for showing aspects of daily life, as well as of material and popular culture. Moreover, as a contrast,it offers examples of the ways in which photographs have usually been employed in Mexican picture
histories.
PALABRAS CLAVE: historia, fotografa, historia grfica, fotohistoria
KEY WORDS: history, photography, picture histories, photohistory
LA FOTOHISTORIA
Qu nos pueden decir las fotografas sobre la historia mexicana? Como trazosde las superficies de ayer, pareceran ofrecer una ventana a otros tiempos. No es
tan simple. Las fotografas son mensajes construidos, compuestos por las deci-siones hechas durante el acto fotogrfico que incluye la seleccin del sujeto u
objeto, el encuadre, el enfoque, la luz y la lente adems de las alteraciones poste-riores al negativo original en el cuarto oscuro. Sin embargo, pese al sistema denso
de mediaciones que entran en juego al hacer una fotografa, de todas maneras esdiferente de los otros medios visuales por su capacidad nica para embalsamar la
apariencia de las cosas que han en el mundo. Una fotografa se hace muy fcilmen-te, pueden sacarse cientos de imgenes en pocos minutos y sin mucha previsin
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John MrazInstituto de Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad Autnoma de Puebla
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porque despus puede rescatarse algo al seleccionar los negativos y reencuader-nar las imgenes en el cuarto oscuro. Un resultado de la reproduccin mecnica,
la singular facultad de la fotografa para incluir detalles los cuales el fotgrafopodra no haber tenido intencin de plasmar ofrece a la historia la posibilidad
de descubrir cosas que fueron invisibles para el propio fotgrafo o fotgrafa.Esta capacidad para documentar un contenido no intencional es un factor
significante al considerar el valor de la fotografa para la disciplina de la histo-ria social. Considrese, por ejemplo, esta foto de los Hermanos Mayo durante los
preparativos para una marcha feminista en la ciudad de Mxico, en 1980 (Foto 1).Como fotoperiodista y miembro de un colectivo que mantuvo control de sus
negativos para luego vender impresiones a otros compradores la tarea deMayo fue cubrir la marcha en su totalidad.1Pintar de carteles y preparar pancar-
tas eran parte de las actividades preliminares y Mayo las fotografiaba para captarel trasfondo de la marcha (y contribuir al archivo del colectivo). En el centro de
esta imagen hay un joven que lleva puesta una camiseta del Boston College. Po-nerse ropa camisetas, sudaderas, pants, chamarras, gorras o suteres llena delogos de equipos norteamericanos en deportes profesionales y universitarios es
tan comn en Mxico que la gente no se da cuenta. Pese a (o mejor dicho, preci-samente por) su ubicuidad esos emblemas son invisibles para los mexicanos. En
varias ocasiones he mostrado esta foto de los Mayo a pblicos mexicanos y heformulado la siguiente pregunta: Eres un historiador o historiadora en el ao
2100, qu encuentras en esta foto que es un artefacto importante para entender
Mxico en el siglo xx? Muchas veces no ven la camiseta del Boston College eimagino que Mayo tampoco la vio. Su invisibilidad es ominosa porque es unsntoma elocuente de la gringuizacin de Mxico.
Las fotografas son imgenes tcnicas, densas, con informacin; ofrecenposibilidades sin lmite para desarrollar fotohistorias porque pueden provenirde una amplia variedad de fuentes.2La fuente ms rica es el fotoperiodismo ylos archivos de los colectivos formados por la dinasta Casasola, los Hermanos
1 Sobre los Hermanos Mayo ver John Mraz y Jaime Vlez Storey, Trasterrados: braceros vistos porlos Hermanos Mayo, Mxico [2005].
2 El conceptofotohistoria parece ser una opcin para describir los intentos por hacer historiasrazonablemente serias con fotografas. En todo caso, lo prefiero a la historiofotra(historiopho-
ty), propuesta por Hayden White, como una forma relativamente adecuada para caracte-rizar la representacin de la historia y nuestra idea acerca de ella en imgenes visuales y eldiscurso flmico [1988:1193]. La formulacin de White parece innecesariamente complicaday, aunque puede ser til para hablar de la historia hecha a travs de la fotografa, tengo misdudas en cuanto a su aplicacin a los medios que emplean componentes de audio, talescomo el filme o el video. Sobre la fotohistoria y el ms extenso concepto de historia fotofnicaver John Mraz, Qu tiene de nuevo la historia grfica? [2006].
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FOTO 1Preparativos para una manifestacin feminista, Distrito
Federal, 10 de mayo 1980. Hermanos Mayo
Mayo, adems de Daz, Delgado y Garca, que contienen entre unos 7 u 8 millo-nes de negativos.3La utilidad en torno a las colecciones de los fotoperiodistasvara en relacin con la informacin que acompaa a los negativos. As, es des-afortunado que, aun en el archivo mejor catalogado por los propios fotgrafos,el Fondo Hermanos Mayo, la informacin est limitada a notas mnimas, escritasen los sobres que contienen los negativos. Aunque sera una ardua tarea localizar
3 El Archivo Casasola pertenece ahora a la Fototeca del inah; las colecciones de los HermanosMayo y Daz, Delgado y Garca se encuentran en el Archivo General de la Nacin (agn).
Fuente: Archivo General de la Nacin, Fondo Hermanos Mayo, Seccin concentrada, Manifesta-cin de mujeres
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las fotos en las publicaciones en las cuales aparecieron originalmente, abrirauna mina de oro en trminos de informacin. Un lugar donde se encuentranfotografas con extensivas descripciones es el Departamento del Trabajo del Ar-chivo General de la Nacin (agn), donde los reportes de los investigadores encuanto a las condiciones de trabajo a veces vienen acompaados por imgenesinteresantes. Otra fuente son los lbumes de familia, que muchas veces ofrecenuna perspectiva nica sobre todo cuando se llevan a cabo entrevistas relacio-nadas con las fotos.4Tambin pueden ser tiles las fotografas que se tomaroncon fines polticos, las que se encuentran en el archivo de Guillermo Trevio, unferrocarrilero militante comunista de Puebla, quien document las luchas obre-
ras de los aos veinte hasta los setenta.5Por ltimo los extranjeros pueden pro-porcionar una visin alternativa, como en las imgenes de C. B. Waite, WilliamHenry Jackson, Franois Aubert o Alfred Saint-Ange Briquet.
Las fotografas son capaces de ofrecer pistas importantes sobre la historia,
pero su valor depende de tener identificaciones confiables. Vase, por ejemplo,la foto de unas mujeres protestando en la calle con pancartas que declaran TO-
DASPEDIMOSTRABAJO (Foto 2). No sabemos exactamente cundo se tomesta foto, aunque la famosa serie de Casasola, Seis siglos de historia grfica en
Mxico, alega que es de 1913. Sin embargo, la foto quiz es de una fecha poste-rior, tal vez de 1917. Sospecho que cuando los hombres salieron a pelear en la
Revolucin, las mujeres fueron incorporadas en las fbricas. Pero, en la medidaen que los hombres volvieron de la lucha, tuvieron que regresar las mujeres a
sus trabajos domsticos. Me imagino que a ellas les gust trabajar fuera de casay ganar un salario; y cuando se les quit eso, se manifestaron. El hecho de que no
podamos confiar en las identificaciones de las fotos en las series Casasola o demuchas historias grficas que se han producido en Mxico las vuelve proble-
mticas para historiar, porque tendran que buscarse las publicaciones originalesde las fotos para emplearlas con rigor.6
4 Sobre fotografa de familia ver John Mraz, Fotografa y familia, en Desacatos: Revista deAntropologa Social[1999] y Marianne Hirsch, Family Frames: Photography, Narrative and Post-memory[1997].
5
Sobre Trevio y su archivo, ver John Mraz, Imgenes ferrocarrileras: Una visin poblana, Lectu-ras Histricas de Puebla, nm. 59, Puebla, Gobierno del Estado de Puebla, 1991.6 Ver mis ensayos, Una historiografa crtica de la historia grfica, en Cuicuilco, vol. 5,
nm. 13 [1998]; Picturing Mexicos Past: Photography and Historia Grfica, en SouthCentral Review, vol. 21, nm. 3 [2004]; Representing the Mexican Revolution: BendingPhotographs to the Will of Historia Grfica, en Photography and Writing in Latin America,Albuquerque [2006].
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Los elementos bsicos en las fotografas que podran emplearse para la his-
toria social se pueden definir sin tantas complicaciones.7Antes que nada, se re-gistra la mera presencia de gente que ha quedado excluida en los escritos. Por lo
comn enterrados bajo las proclamas, declaraciones y discursos de los cuerposgobernantes compuestos por hombres, las mujeres e infantes s estn presentes en
las fotografas para ser rescatados por la historia. Es claro que las mujeres parti-ciparon de manera activa en la Revolucin y, aunque se ha escrito poco al respec-
to, aparecen constantemente en fotos, entre otros lugares, arriba de los trenes.8
Los nios y nias son una presencia consistente en el mundo adulto mexicano,
7 He tratado esta cuestin ms extensamente en los siguientes ensayos: Ms all de la decora-cin: hacia una historia grfica de las mujeres en Mxico, en Poltica y cultura, nm. 1 [1992],y De la fotografa histrica: particularidad y nostalgia, en Nexos, nm. 91 [1985].
8 Jefes, hroes y caudillos. Archivo Casasola, Mxico, fce, 1986, 70.
FOTO 2Mujeres exigiendo trabajo, Distrito Federal,
circa1917. Autor desconocido (Agustn VctorCasasola o Miguel Casasola?)
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 5336
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muchas veces como obreros, como en la imagen de una nia laborando en unafbrica de cerrillos en el d.f. en 1919, aunque el Artculo 123 de la Constitucin
de 1917 prohbe el trabajo infantil (Foto 3).Si se sabe interrogarlas, las fotografas documentan las relaciones sociales,
hablan acerca de clase, raza y gnero, tanto al mostrar su existencia misma como alrepresentar sus transformaciones. Por ejemplo, puede percibir una instancia de
las relaciones de clase durante el Porfiriato en una fotografa que muestra a unaspersonas, los pobres, llevando a cuestas a otros para cruzar las calles inundadas
en el d.f. (Foto 4). Testimonios de demandas que demuestran las relaciones declase son evidentes en las pancartas de una marcha efectuada alrededor de 1911,
en la cual los obreros reclaman el derecho a tener sus domingos libres (Foto 5).Otra instancia referente a la lucha de clases (y la apropiacin democrtica de la
nueva tecnologa) se ve en una foto de 1924 tomada por obreros para documentar
FOTO 3Nia trabajando en la fbrica de cerrillos La Central,
Distrito Federal, 1919. Autor desconocido
Fuente: Archivo General de la Nacin, Departamento del Trabajo, 163:12
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FOTO 4Hombre llevado a cuestas para cruzar una calle inundada, DistritoFederal, circa1905. Autor desconocido (Agustn Vctor Casasola o
Miguel Casasola?)
empleados que, en violacin a los acuerdos firmados y vestidos con sus corbatas,
reemplazaron a los trabajadores en huelga para cargar barriles de petrleo.9Latransformacin en la estructura de clase est representada en la imagen de unos
campesinos que llevando rieles para construir un ferrocarril, participan en lasprimeras fases de la industrializacin que pronto los convertira definitivamenteen el proletariado (Foto 6).
9 John Mraz, Mexican History in Photographs, en Gilbert M. Joseph y Timothy J. Hender-son (eds.), TheMexico Reader: History, Culture, Politics, Durham [2002:311].
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, sin nmero del inventario
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FOTO 6Campesinos trabajando en la construccin del ferrocarril, lu-
gar desconocido, circa1900. Autor desconocido (Agustn Vc-tor Casasola o Miguel Casasola?)
FOTO 5Protesta en demanda para tener los domingos libres detrabajo, Distrito Federal, circa1911. Autor desconocido
(Agustn Vctor Casasola o Miguel Casasola?)
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 32041
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 36373
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FOTO 7Nios, canal de Ixtacalco, Distrito Federal, circa1920
Hugo Brehme
La fotografa tambin embalsama las relaciones de gnero. Hugo Brehmecaptur a dos nios mientras realizaban los papeles asignados: la nia lavando
la ropa y el nio jugando a ser un balsero (Foto 7). La rebelin de las mujerescontra la subordinacin puede apreciarse en la foto de una protesta en los aos
treinta, en la cual sostienen una pancarta que dice: Estamos en huelga porquecuando reclamamos aumento de salario nos insultan indicndonos el camino de
la prostitucin [Mraz, 2002:314].El poder de la fotografa para captar las relaciones de clase, raza y gnero
los ejes focales de la historia se demuestra en la imagen tomada por EnriqueDaz en una fbrica de zapatos en los aos treinta (Foto 8). Ah, mujeres de tez
oscura laboran bajo la mirada de sus jefes, tan blancos y bien vestidos como susvisitantes.
Las fotografas tambin son capaces de documentar expresiones de men-talidades. Por ejemplo, en una foto de familia vemos a una pareja en el patio
del ferrocarril en Oriental, Puebla, durante los aos cincuenta (Foto 9). Al serun pueblito perdido en medio de la nada, Oriental no ofreca otra manera deganarse la vida que el ferrocarril y las diversiones eran sumamente limitadas.
As, la centralidad del ferrocarril en su vida puede apreciarse en su eleccin detrasfondo de estudio.
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 372055
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FOTO 9Pareja en las vas de tren en Oriental, Puebla,
circa1950. Autor desconocido
FOTO 8Directivos, visitantes y obreras en una fbrica de zapatos,
Distrito Federal, circa1930. Autor desconocido (Enrique Daz?)
Fuente: Archivo General de la Nacin, Fondo Daz, Delgado y Garca, caja 27/4
Fuente: Archivo de John Mraz
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Es importante recordar que no estoy en favor de emprender lecturas psico-lgicas mediante la fotografa. Las mentalidades son cuestiones muy profundas y
de larga duracin; la psicologa, por lo menos en lo que podra aparecer en lasfotos, es un estado inmediato: tristeza, alegra, decepcin y mortificacin. Hacer
juicios psicolgicos con base en expresiones aparentes de sentimientos porejemplo, deducir depresin de una cara sin sonrisa es una gran tentacin.10Sin
embargo, el problema con este mtodo se vuelve obvio si pensamos en los tiem-pos de exposicin. En ese entonces las cmaras eran muy lentas para capturar
imgenes y la gente no poda ser retratada con un rostro contento porque no eraposible mantener una sonrisa esttica durante el tiempo requerido, se vea bo-
rrosa. As, tenan que permanecer con una cara seria (aunque quiz tambin eraresultado de las pruebas al posar). Hoy, los tiempos de exposicin en general du-
ran entre 1/250 a 1/60 de segundo. Obvio: nadie propondra seriamente hacerun anlisis psicolgico basado en una fraccin tan pequea de tiempo. Se puede
apreciar este problema al comparar dos fotos de zapatistas en Sanborns durantesu estancia en el d.f. en 1914. En una foto, parecen ser encarnaciones de la ima-gen que los capitalinos tenan de aquellos: hombres violentos con cicatrices que
parecen listos a cortar el cuello de alguien por el simple placer de hacerlo (Foto10). En la otra, parecen inofensivos campesinos, incluso un poco desorientados
por encontrarse en una situacin extraa (Foto 11). Que quede claro que ni unani otra lectura de estas fotos nos ofrece la verdad sobre los zapatistas.
Otra rea importante en la cual las fotografas pueden contribuir a la histo-
ria social es a la de representar la cultura material y la vida cotidiana. Aqu, lasimgenes nos llevan a examinar los aspectos ms mundanos de la existenciahumana: la bebida, la vivienda, el transporte, los desastres y las expresiones de
la cultura popular pueden ser fundamentales al permitirnos reconstruir la vidacotidiana de la gente en el pasado. Las fotografas preservan ese fenmeno como
quiz ningn otro medio. Sin embargo, para aprovechar lo que ofrecen estasimgenes hay que desarrollar conocimientos sobre los contextos en los cuales
fueron tomadas.Comer y beber son actividades fundamentales en la vida que muchas ve-
ces no se contemplan en las historias escritas. En este sentido, una fotografamuestra cmo una pobre mujer adquiri comida: al recoger el arroz lanzado a
los novios en una boda! [Mraz, 2002:319]. Por otro lado, los vendedores de agua
10 El ejemplo clsico de este error es el que presenta Michael Lesy, Wisconsin Death Trip, NuevaYork, Pantheon, 1973. Robert Levine tambin cae en esta tentacin en Images of History: Ni-neteenth and Early Twentieth Century Latin American Photographs as Documents,Durham, DukeUniversity Press, 1989.
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FOTO10Zapatistas en Sanborns, Distrito Federal, 1914. Autor desconocido
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fueron un tema favorito en la pintura costumbrista del siglo xixy en las postales
para turistas; una imagen de los Hermanos Mayo muestra a mujeres que esperanel camin de agua que reparte el preciado lquido en un barrio pobre ubicado a
los alrededores del d.f. (representacin precisa de una faceta en la vida de unamujer de bajos recursos en los aos cincuenta [Mraz, 2002:320]).
La vivienda es otro elemento de la cultura material que est embalsamado enla fotografa. En la Foto 12 vemos las casas que han sido proporcionadas a los mineros
en Mapim, Durango, en 1920. La fotografa fue tomada por uno de los obreros y lamand a la entonces Secretara de Industria, Comercio y Trabajo, con una descrip-
cin de sus condiciones de vida. Aunque la imagen en s es elocuente, la cartaconservada en el ahora Departamento de Trabajo ofrece un pedacito de informacin
sobre la existencia marginal de estas personas:
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 33532
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La empresa proporciona unos cuartos que miden superficialmente tres por tres me-
tros, constan de un solo departamento sin cocina y sin servicio de luz ni agua. Apenas
basta para alojar a una persona, pero la empresa impone la obligacin de aceptar en
dichas habitaciones el personal que ella designa sin recabar la conformidad de los
moradores, dando por resultado que con frecuencia se aglomeran cinco o ms per-
sonas de diferentes familias en cada una. El servicio de W. C. se ha establecido en los
sitios ms peligrosos de los cantiles del cerro que dan a una profunda barranca y un
ligero descuido por parte de la persona que all se siente puede originar que se caiga
al fondo de la barranca, en donde encontrar la muerte. Nos pagan una miseria, nos
tratan muy mal [...] somos esclavos de los malditos gringos.11
Otra imagen de la vivienda nos muestra a una mujer con un beb saliendopor debajo de una barda, en Tampico en 1923 [Mraz, 1985:11]. La foto fue capta-
11 Departamento de Trabajo, Caja 220, Expediente 4, Archivo General de la Nacin.
FOTO11Zapatistas en Sanborns, Distrito Federal, 1914. Autor desconocido
(Agustn Vctor Casasola o Miguel Casasola?)
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 6219
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da por obreros (para demostrar lo que era evidentemente un problema diario) yla mandaron a la Secretara de Industria, Comercio y Trabajo con una carta en la
cual detallaron sus quejas. La Secretara haba obligado a la compaa petroleraPierce a retirar sus tanques de gasolina a una distancia segura de los lugares
poblados para evitar desgracias en caso de incendio. Con el fin de no gastar en elcambio de los tanques, la compaa rent el terreno de la empresa Ferrocarriles
Nacionales y trat de forzar a los obreros a irse de ah, e incluso construy unacerca que rodeaba las casas y sin salida a la calle.
Las fotografas son un medio excelente para representar las condiciones detrabajo. As, vemos a mujeres laborando en la compaa de cigarros El Buen Tono,
sentadas pulcramente en fila dentro de su espacio de trabajo [Mraz, 2002:323].Aunque podramos considerar esta situacin como claustrofbica, El Buen Tono
se conceba como una fbrica modelo del Porfiriato, que mostraba el desarro-llo ordenado del pas para atraer inversiones. Otras imgenes muestran el lado
FOTO12Casas de mineros, Mapim, Durango, 1920.
Autor desconocido
Fuente: Archivo General de la Nacin, Departamento del Trabajo, 220:4
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opuesto de la moneda. Los obreros Filgenio Vargas y Jorge Miranda tomaronfotos de sus compaeros muertos y heridos por la rotura de una tubera de cha-
popote en Tepexintla, Veracruz, el 4 de enero de 1922 (Foto 13). Las mandaron ala Secretara de Industria, Comercio y Trabajo con una nota: Como la Compaano les facilit ninguna asistencia mdica a las vctimas, nos vimos en la necesi-dad de tomar los nombres de ellos y sacar unas fotos para hacer las gestionesnecesarias a fin de ver si era posible que se les proporcionara la asistencia mdica deque carecan.12No slo se les neg la asistencia mdica, sino que la compaadespidi a Vargas y a Miranda por haberse quejado.
Condiciones peligrosas de trabajo se encuentran a menudo en Mxico, como
puede verse en una foto tomada en 1951 por Faustino Mayo durante la construc-cin de la Torre Latinoamericana: la ausencia de un equipo de seguridad es noto-ria [Mraz, 2002:325]. Comnmente, las mujeres no encaran circunstancias tan pe-ligrosas, pero la foto de una mujer que lava ropa junto a un vagn del ferrocarrilnos muestra el trabajo cotidiano al cual estn condenadas [Mraz, 1991:93]. Otrafoto fue captada en Puebla, por Guillermo Trevio, para documentar las condi-ciones de vida de los ferrocarrileros y sus familias, como parte de las demandasen las huelgas de 1958 y el ao siguiente. Ir y venir del trabajo puede ser en s unriesgo, como en la foto de un camin atestado de gente que se agarra a correaspara no caerse, en el d.f., en los aos cuarenta [Mraz, 2002:327].
La cultura popular y las diversiones tambin son registradas en la fotografa.Un ejemplo interesante se encuentra en la imagen de los zapatistas que piden
comida durante su ocupacin en el d.f. en 1914 (Foto 14). Ntense las imgenesde la virgen de Guadalupe pegadas o sostenidas en los sombreros, evidencia desu importancia para ese movimiento. En Mxico la televisin se ha convertidoen una parte importante en la vida cotidiana, como en todas partes; en una foto delos Hermanos Mayo, es posible apreciar una televisin en una casa mexicanapobre en 1956, acompaada de mltiples camas en el cuarto de la tele [Mraz,2002:329]. La Semana Santa es un momento para escapar de las multitudes deld.f., si se cuenta con el dinero para hacerlo. Si no, entonces se podra formar par-te de la muchedumbre en los balnearios, como en El panzazo, una foto hechapor Francisco Mata Rosas [Mraz, 2002:330].
Los sismos ocurren tan frecuentemente en Mxico que a veces parecen partede la vida cotidiana, como trabajar o comer. Marco Antonio Cruz captur Tlate-lolco a diez minutos del terremoto de 1985 en el d.f. [Mraz, 2002:331]. Si todava
quedan dudas sobre lo que las fotografas pueden contarnos de la historia, espreciso preguntarse cuntas palabras se necesitan para describir tal imagen.
12 Archivo General de la Nacin. Departamento de Trabajo, caja 447, expediente 3.
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FOTO13Petroleros muertos y heridos, Tepexinla, Veracruz, 1922
Fuente: Archivo General de la Nacin, Departamento del Trabajo, 447:3
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FOTO14Zapatistas buscando comida, Distrito Federal, 1914.
Autor desconocido (Agustn Vctor Casasola o Miguel Casasola?)
Fuente: CONACULTA-INAH-SINAFO-Fototeca Nacional, Fondo Casasola, 6267
LA HISTORIA GRFICA
Bien: ya que hemos considerado las posibilidades de utilizar la fotografa como
fuente de la historia social; vale la pena analizar cmo se ha empleado para ha-cer las historias grficas en Mxico, que varan notablemente en trminos de la
investigacin y reproduccin de imgenes, as como en la calidad de sus textos.Sin embargo, con algunas excepciones, todas comparten una tendencia comn al
gnero a lo largo y ancho del mundo: en general, muestran poco respeto por loque las fotos podran decirnos acerca del pasado.13Las investigaciones grficas
13 Rafael Samuels not una curiosa situacin en Gran Bretaa, donde asegura que las escue-las secundarias eran mucho ms hospitalarias a la recepcin de la fotografa y mucho
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y las llevadas a cabo para los textos escritos son como lneas paralelas que apa-rentan unirse en el horizonte, pero que en realidad nunca se juntan. Los historia-
dores que escriben los ensayos y los pies de foto, por lo general, no han tenido nadaque ver con la investigacin visual, la cual se asigna a menudo a los estudiantes que
fungen como asistentes. As, las imgenes ilustran textos que han sido escritoscompletamente aparte de cualquier cuestin que pudiera haber surgido durante
la bsqueda entre viejas fotografas. Ms an, la investigacin de imgenes slose ha limitado a encontrarlas, no a recabar informacin que nos permita relatar
maravillosas historias sobre el pasado. En aquellas felices ocasiones en donde lainvestigacin visual y la escrita de alguna manera han funcionado a la par, los
beneficios mutuos evidencian que la fotografa debera situarse en una relacindialctica con los textos verbales, estimulando y orientando la investigacin, en
vez de reducirla a ser un bonito relleno buscado en un proceso desligado al quemuchos historiadores consideran la autntica investigacin: aquella efectuada enpalabras.
La mayora de las historias grficas son producidas sin ninguna investiga-cin significativa de las imgenes (quin las hizo, por qu motivo, cundo y en
dnde fueron tomadas o qu est sucediendo en ellas); la salida ms fcil paramuchos historiadores es el ilustracionismo. Sobre la fotografa, John Berger ha
comentado: a menos que el observador ya est familiarizado con el tema, todolo fotografiado toma el artculo indefinido un/una. El par de botas se convierte enun par de botas [1980:60]. Los pies empleados en las historias grficas se apo-
yan en esta tendencia, arrojando a menudo generalidades contrarias a la especi-ficidad de la fotografa misma, utilizan las imgenes histricas para representargeneralizaciones en vez depresentar las particularidades que ellas preservan. Lafotografa es, por su propia naturaleza, documento de un momento especfico,una fraccin particular de segundo, una historia nica. Para Roland Barthes, una
fotografa es el Particular absoluto, la Contingencia suprema, mate y algo est-pida, el ste/sta (esta fotografa y no Fotografa), en breve, lo que Lacan llamael Tuch, la Ocasin, el Encuentro, lo Real, en su infatigable expresin [1981:4].Sin embargo, mientras las generalidades creadas por los pies ilustracionistassoncontrarias a la especificidad del medio fotogrfico, la particularidad de una fo-tografa slo puede desarrollarse y revelarse mediante la identificacin con los
epgrafes verbales que aparecen junto a ella.
ms crticas y concientes en su utilizacin que los historiadores universitarios, los cualesprestaban su dignidad y autoridad a los libros de caf y a los suplementos a colores del Sun-day, pero no mostraban ningn signo de incorporar antiguas fotografas en su material deenseanza o investigacin bsica, en The Eye of History, en Theatres of Memory, Londres,Verso [1994:321].
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Aparte de la tendencia a generalizar, en ocasiones los pies de foto crean his-torias que son flagrantes falsificaciones de aquello que aparece en la imagen. La
fotografa de una trabajadora en un molino de nixtamal proporciona un ejemploclaro (Foto 15). Cuando se public esta fotografa en la serieAs fue la Revolucin
Mexicana, el pie de foto correspondiente afirmaba: Las deudas de los obreros
no afectaran a sus familias [Florescano, 1985:1207] La imagen apareca en unaexposicin de El problema obrero y con un texto que reproduca las provisio-nes del Artculo 123, un fragmento de la Constitucin de 1917 que representaba
la ms iluminada declaracin de los principios que protegen a los obreros en elmundo hasta esa fecha [Knight, 1986:470-471]. Sin duda, la imagen pareca ofrecer
una ilustracin conveniente del Artculo 123 en cuanto estipula que las deudas
FOTO15Luz Duani viuda de Guzmn, obrera en un molino de nixta-mal, Distrito Federal, diciembre de 1919. Autor desconocido
Fuente: Archivo General de la Nacin, Ramo del Trabajo, 173-12
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de un trabajador no pueden transmitirse a los miembros de su familia. Tomadapresumiblemente antes de la Revolucin, que curara los males sociales tales comola usura, la fotografa nos muestra evidentementea una mujer de mediana edadque ha sido forzada a trabajar en una labor de servicio, porque aparentemente haheredado las obligaciones de su marido tras su muerte. Eliminada cualquier re-ferencia a la fecha en que fue tomada la fotografa, los autores de la serie dieron
la impresin de que la mujer sufra la vulnerabilidad de los trabajadores duranteel rgimen de Porfirio Daz (1876-1911).
Sin embargo, esta fotografa fue tomada en 1919 y las buenas intenciones delArtculo 123, impresas alrededor de la foto y en la pgina de enfrente, permane-
cen en escandalosa yuxtaposicin a la situacin real de esta mujer (y sus colegas)[Mraz, 1982]. Puede espigarse una historia maravillosa de los documentos que
acompaan a esta imagen en el agn, pero es distante respecto al uso que se le dioenAs fue la Revolucin Mexicana.Las tareas bsicas de la fotohistoria (representar elpasado en fotografas) son esencialmente las mismas que las de la historiografa(representar el pasado en palabras): investigacin y documentacin. De habersededicado a esta disciplina los autores de dicha obra, hubieran podido contar una
historia del pasado con mucha ms riqueza que la que intentaron falsificar me-diante el ilustracionismo. En cambio, arrancaron esta imagen de su situacin real
e hicieron mal uso de ella para propsitos muy distintos a su intencin original:documentar la brecha entre ley y realidad en el Mxico posrevolucionario. As, la
fotografa fue recontextualizada para pretender legitimar el nuevo orden forjado
por la Constitucin de 1917, un rgimen encarnado en aquellos que heredaron laRevolucin: el Partido de la Revolucin Institucional (pri)y el presidente Miguel dela Madrid, cuyas observaciones presentan esta serie.
El uso deliberado de las fotos histricas o el aparente desinters de cmopodran utilizarse de manera ms rigurosa, es sobre todo el resultado de los im-
pulsos oficialistas y/o mercantilistas tras la elaboracin de las series de historiagrfica. El dinero necesario para adquirir y reproducir fotografas con la calidad
para comunicar su riqueza visual de informacin y expresin siempre influiren la produccin de tales trabajos. Las considerables sumas requeridas se han
obtenido ms fcilmente del gobierno o empresas privadas; as, la historia pro-mulgada por la vasta mayora de las series repite un anticuado modelo del sigloxix, en el cual los grandes hombres constituyen el centro del pasado nacional. En
aos recientes una serie, Veracruz, imgenes de su historia, ha intentado rompercon tales mtodos anticuados, incorporando la nueva historia social y culturaldesarrollada en Francia por la Escuela de los Anales, para examinar los temas de
la vida cotidiana, cultura material, relaciones de clase y mentalidades [1992].Las historias grficas mexicanas ms recientes se han producido con dinero
pblico, pero la iniciativa privada fue crucial para el comienzo del gnero y el en-
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lace que siempre tendr con la fotografa de prensa. Agustn Vctor Casasola fundla Agencia Mexicana de Informacin Grfica en 1912 con la idea de competir conlos torrentes de fotgrafos que viajaron a Mxico para cubrir la Revolucin, laprimera conflagracin social accesible a los medios modernos y un imn para losreporteros de todo el mundo. Casasola fue fotoperiodista y empresario (semejantea Matthew Brady durante la Guerra Civil de Estados Unidos), contrat hombrespara su agencia y compr imgenes que ya haban sido tomadas. En 1921, AgustnVctor comenz a producir historias grficas con su archivo, editando el lbumhistrico grfico (1921). No pareci haber sido lucrativo, pero su hijo Gustavo llevel negocio familiar a nuevas alturas a partir de los cuarenta, publicando y reimpri-
miendo constantemente libros con imgenes. Los ms importantes son las seriesHistoria grfica de la Revolucin Mexicana y Seis siglos de historia grfica de Mxico.14
Sin embargo, estas obras no son en realidad historia, sino crnicas compuestasde miles de imgenes por ejemplo, cada uno de los 14 volmenes en la ltimaedicin de Seis siglos contiene alrededor de 1 500 imgenes las cuales aparecenjunto a una narracin seca y conservadora de hechos. El discurso creado porla prosa al estilo de los almanaques y la multitud de fotografas presentadascomo ventanas al pasado es eminentemente positivista, refleja la formacin enel Porfiriato de Agustn Vctor Casasola. Asimismo, expresa la creencia de Gus-tavo en su propia capacidad de observacin objetiva. Aunque intent en unprincipio solicitar la ayuda de los historiadores, poco a poco decidi que erantendenciosos y escriban segn sus intereses polticos. As, determin escribir
l mismo todos los textos en una labor hecha con una idea documental ms quepoltica.15La atraccin de los Casasola por el positivismo se expresa en una in-sistente aceptacin del status quo,y las series son ms que nada calendarios de actosoficiales: reuniones presidenciales con otros polticos o diplomticos extranjeros,ceremonias, banquetes y desayunos. Las dos series mayores difieren un poco. La
Historia grfica de la Revolucin Mexicanase enfoc a los lderes polticos: los vol-menes sobre el Porfiriato y la Revolucin resaltan a los presidentes y sus ministros,as como a los jefes militares, caudillos y caciques; los volmenes que ilustranlos periodos de la posguerra estn colmados de hombres en trajes: banqueros,empresarios, lderes sindicales y gobernadores.
14
Gustavo Casasola not que el Albmno tuvo el xito apetecido, en Historia grfica de laRevolucin Mexicana,vol. 4, Mxico, Trillas [1960:2324]. He llevado a cabo una historia de lasseries producidas por los Casasola en Looking for Mexico: Modern Visual Culture and NationalIdentity,Durham, Duke University Press (en prensa).
15 Ver Palabras del autor, enHistoria grfica de la Revolucin Mexicana, vol. 1, Mxico, Trillas,[1973], y Gustavo Casasola: todos nuestro ayeres, en Cristina Pacheco, La luz de Mxico.Entrevistas con pintores y fotgrafos,Mxico, fce [1988:123].
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En Seis siglos de historia grfica de Mxico, esta atencin a los poderosos seexpande para incluir las actividades de otros miembros de la clase acomodada:
aparecen notas sobre distinguidos matrimonios, alta moda y eventos cultura-les como la pera. La adulacin expresada para los ricos y poderosos resulta en
una curiosa nostalgia posrevolucionaria por el Porfiriato, a semejanza de pelcu-las como Ay, qu tiempos, seor Don Simn!(Julio Bracho, 1941). En las pginasdeSeis siglos, mujeres con costosos vestidos se pasean por el Hipdromo dela Condesa con sus caras protegidas del sol por parasoles o enormes y floridos
sombreros, hombres en traje de etiqueta con sombrero de copa reunidos frente asu cantina favorita, y los funcionarios presidiendo la apertura de trabajos pbli-
cos que ofrecen una prueba del progreso del Porfiriato. La nostalgia es siemprela negacin de la historia, una fantasa irrealizable para volver a un pasado fe-
tichista. Susan Sontag podra haber estado comentando la fantasiosa aoranzade las fotos de los Casasola sobre el Porfiriato cuando escribi: Las fotografas
convierten el pasado en un objeto de delicada mirada, mezclando las distincio-nes morales y desarticulando los juicios histricos a travs del patetismo generalde mirar al tiempo pasado [1973:71].
Como una expresin de su aoranza por los das en que las relaciones entrelas clases eran ms simples, Casasola encontr trabajadores dciles como con-
traparte de su aristocracia porfiriana. As, en su seccin de Asuntos obreros,1900-1910, las fotografas muestran a empleados obedientes y a miembros de
diversas sociedades mutualistas: los hombres vestidos de forma pulcra con sa-
cos y corbatas, las mujeres en vestidos blancos y sentadas con las manos unidasal frente de manera escrupulosa [1980:1450-1455]. Se hace mencin a las huelgas deCananea y Ro Blanco, pero la atencin visual cae en el entonces gobernador de la
ciudad de Mxico, don Guillermo Landa y Escandn, quien fue captado reci-biendo condecoraciones por parte de los trabajadores y charlando con mujeres
dcilmente dispuestas a escuchar.Cuando no se ajustan a la ntida imagen de un proletariado modernizado
y no son excoriadas por participar en actividades antisociales las clasesms bajas a menudo son representadas como algo pintoresco, tipos populares
que vagabundean y beben en piqueras, que celebran el san lunes en vez deir a su trabajo.16A menudo son mostrados en tareas extraas, como hurgando
en los desperdicios en bsqueda del tesoro de la basura. El pie de foto que
acompaa la imagen de un individuo humilde cargando a un hombre de mayo-res recursos en una calle inundada de la Ciudad de Mxico indica la tendencia
16 Ver las pginas dedicadas a Las piqueras y San Lunes, en Gustavo Casasola, Seis siglos dehistoria grfica en Mxico, vol. 8, Mxico, Gustavo Casasola-cnca,1989, pp. 2496 y s.
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ideolgica de Casasola respecto a la historia: Los abusos de los cargadores eranterribles, a medio camino pedan ms paga o los soltaban [1971:1119] (v. Foto
4). Qu instancia tan reveladora de cmo las imgenes pueden decir cosas tandistintas a diferentes personas, as como demostrar cun dependientes son de
los ttulos! En donde yo veo reflejadas las diferencias entre las clases extremasde Mxico en el hecho de que algunas personas tienen que cargar a otras en su
espalda, Casasola slo ve los abusos de la gente pobre.El oficialismo en las historias grficas de Casasola se demuestra de manera con-
vincente en su alineacin con la autorrepresentacin del pricomo heredero de laRevolucin. En su duradera produccin de laHistoria grfica de la Revolucin Mexi-
cana,Gustavo Casasola ampla resueltamente la era revolucionaria para incluir lasfotografas ms recientes, implicando que este proceso contina. As, las pginas
finales de la ltima edicin de esta obra documentan la designacin del gabinetedel presidente Luis Echeverra, presentando a los funcionarios hombres grises en
trajes oscuros como si constituyeran algn tipo de gobierno revolucionario.
El que todos los miembros del gabinete de Echeverra sean de sexo masculi-
no es la expresin de un metatexto fundamental y pernicioso en sta y las subsi-
guientes series de la historia grfica: los grandes hombres hicieron la Revolucin
y continan hacindola. Alrededor de 65% de las fotografas publicadas enHis-toria grfica de la Revolucin Mexicanason de lderes polticos.17Los hombres cle-bres son un foco familiar en las historias ilustradas, tal como puede observarse
en las fotografas dedicadas a ellos en otras historias grficas mexicanas: Biogra-
fa del poder(74%),As fue la Revolucin Mexicana(62%) eHistoria grfica de Mxico(47%).18El empleo de tantos retratos me hace preguntar qu es lo que realmente
aprendemos a partir de las fotografas de los polticos, pues su fisonoma nos
dice poco acerca del pasado.19Por el contrario, el objeto real de tales imgenes es
situar a los caudillos varones como si fueran la historia encarnada, la suma total
de las luchas pasadas encapsuladas en la efigie de un lder.
17 Se lleg a esta cifra contando las fotografas en Gustavo Casasola,Historia grfica de la Revo-lucin Mexicana,vol. 1. Del total de las 980 fotografas, 637 eran de grandes hombres, es decir,los creadores de historia. Esta categora no incluye a los soldados, los campesinos u obrerossin nombre, o a los hombres identificados que carecen de liderazgo, por ejemplo las personasque eran ejecutadas por falsificacin o desercin. Los volmenes posteriores parecen conte-ner un porcentaje incluso mayor de grandes hombres.
18 Esta no es una encuesta exhaustiva. Analic un volumen de cada serie, comparando el n-mero total de fotos con el que, de alguna manera, describan a grandes hombres.
19 Un uso posible sera emplear esas fotografas para abrir preguntas sobre actitudes racialespor ejemplo, comparar fotos de Porfirio Daz tomadas en 1876 con aquellas hechas en1910 para determinar si en ese periodo se estaba aclarando la piel.
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La poca de oro de la historia grfica subsidiada se dio durante el sexenio de
Miguel de la Madrid (1982-1988). Esto es apropiado, pues su mandato fue el l-
timo aliento del nacionalismo revolucionario, la estrategia del pripara cooptar
la expresin cultural, mientras la Revolucin comenz a ser reemplazada por la
ideologa neoliberal de la privatizacin. Su rgimen pag por los escritos, inves-
tigacin visual e impresin masiva de varias voluminosas series:Memoria y olvi-do, una coleccin de monografas asignadas a diversos autores;As fue la Revo-lucin Mexicana, una oda suntuosamente producida en recuerdo del cataclismode 1910-1917; Biografa del poder, hagiografas populares de los hroes del nuevoorden; eHistoria grfica de Mxico, la serie con el ttulo obligatorio lanzado paraaprovechar los fondos remanentes en el ltimo ao del sexenio, el bien conocido
ao de Hidalgo, pendejo el que deje algo.20La historia narrada en los textos deestos trabajos es, por mucho, mejor que aquella de los lbumes de Casasola, pues
se encargaron a especialistas. Sin embargo, aunque la calidad de la investigacinvisual vara demasiado, las series se asemejan en que las imgenes estn casi
invariablemente divorciadas de los textos. As, son poco ms que historias ilus-tradas, donde los ensayos han sido construidos aparte por completo de la investi-
gacin de las imgenes. Al trmino del periodo del presidente De la Madrid, unfeliz vstago de las nuevas historias grficas propuso una alternativa: Veracruz,imgenes de su historia, producida por el gobierno de Veracruz y centrada en lahistoria regional, muy bien podra representar el intento ms riguroso por incor-
porar la fotografa en los estudios de la historia mexicana [Delgado, op. cit.].
La serieMemoria y olvido: imgenes de Mxicopublicada en 1982-1983 por MartnCasillas en colaboracin con la sep, est conformada por 20 volmenes. Se imprimie-ron 6 mil copias de cada libro, un nmero elevado para Mxico. Todas las imgenes
fueron extradas del acervo del agn, por lo que su fuente general est reconociday, en algunos libros, se identifica a colecciones o fotgrafos especficos. Un histo-
riador, Carlos Martnez Assad, coordin la serie, aunque en pocos volmenes sehace referencia explcita a las imgenes (incluyendo el libro de Martnez Assad).
Algunos autores en especfico Carlos Monsivis y Elena Poniatowska ya habanmostrado un inters en la fotografa, pero slo Monsivis y Aurora Loyo desarro-
llaron una relacin entre el texto y las imgenes. La calidad de los textos varamucho, pero la investigacin y seleccin de las imgenes es muy buena, sin duda,
como resultado de la colaboracin con Alfonso Morales, un renombrado estudioso
20 Carlos Martnez Assad (ed.),Memoria y olvido: imgenes de Mxico, 20 vols., Mxico, Martn Casi-llas-sep,1982-1983; Enrique Florescano (ed.),As fue la Revolucin Mexicana, 8 vols., Mxico, Senadode la Repblica-sep1985-1986; Enrique Krauze, Biografa del poder, 8 vols., Mxico, fce, 1987 y Hc-tor Aguilar Camn et al., Historia grfica de Mxico, 10 vols., Mxico, Editorial Patria/inah, 1988.
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de la cultura visual mexicana. Por desgracia, la calidad de la impresin es extrema-damente pobre, derivando en imgenes borrosas, desteidas y granulosas, con un
fuerte contraste. Por ello, estos libros son mucho menos tiles como historia de loque seran si tuvieran una reproduccin decente.
En 1985, el Senado se uni a la seppara publicar la serieAs fue la RevolucinMexicanacomo parte de los festejos del 175 aniversario de la Independencia y 75aniversario de la Revolucin. Consta de ocho volmenes, con contribuciones deun significativo nmero de reconocidos acadmicos quienes, claro, nada tienen
que hacer con la investigacin visual. Como es tpico de estas historias grficas,los textos y las imgenes son en esencial irrelevantes unos a otras. Ms an, la
investigacin grfica (coordinada por Gloria Villegas) es mediocre y la serie sebasa mucho en el Archivo Salvat, del cual han reimpreso pobres reproducciones
de fotografas, en lugar de llevar a cabo una investigacin en archivos mexicanos.Un ejemplo bastante ilustrativo es la primera imagen de la serie: la foto Batallo-
nes Rojos obviamente tuvo que ser refotografiada a partir de una reproduccinpublicada, algo evidente por el enorme grano dejado por la pantalla de su pu-blicacin previa, en lugar de imprimirla del negativo que est en la Fototeca del
Instituto Nacional de Antropologa e Historia (inah). Esta serie identifica la fuentegeneral de las imgenes Archivo Salvat, la Hemeroteca Nacional, la Fototeca
delinah pero no se proporciona informacin alguna sobre los fotgrafos. Elgobierno no repar en gastos paraAs fue la Revolucin Mexicana. Se publicaron alre-dedor de 40 mil copias de cada volumen en papel muy caro y con pasta dura.
Enrique Krauze es autor de Biografa del poder,patrocinada por la Secretarade Agricultura y publicada por el prestigiado Fondo de Cultura Econmica (fce)en 1987; se tiraron 40 mil copias de cada uno de los ocho volmenes enfocados en
los lderes mexicanos, desde Porfirio Daz hasta Lzaro Crdenas.21La investiga-cin grfica es buena, tal vez debido a Aurelio de los Reyes, y se da crdito a la
fuente de archivo en cada imagen. Sin embargo, no se identifica a los fotgrafosde manera individual, la reproduccin es pobre, el papel carece de calidad y la
relacin entre texto y fotografa es meramente ilustrativa.Biografa del poderilustra el comienzo de la neoliberalizacin de la cultura
mexicana bajo el rgimen de Miguel de la Madrid, proyecto que cada presiden-te sucesor ha llevado ms adelante. La relacin con el gobierno del presidente
21 Intent determinar si Biografa del poderhaba sido reimpresa, pero me dijeron sorpren-dentemente que la informacin era confidencial. Dicha taciturnidad es extraa, aunquepuede ser resultado del hecho de que Krauze no desea que los archivos pblicos tenganinformacin sobre la reedicin de sus imgenes. Como es evidente, les molesta el uso quehace Krauze de sus fotos en sus libros y producciones televisivas sin pagar derechos, peroaparentemente es intocable.
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De la Madrid que desarroll Krauze para producir esta serie le permiti unaenorme recopilacin de imgenes mexicanas: la Secretara de Agricultura se
asegur que las puertas de los archivos nacionales estuvieran abiertas y lasfotografas se pagaron con dinero pblico. Krauze ha utilizado esas imgenes
para producir libros (en Clo, su editorial) y para programas de televisin (Te-levisa), que estn tan lejos del rigor que uno espera de la historia incluso de
la historia grfica, que ms no comentaremos aqu. Sin embargo, el procesomediante el cual adquiri el escudo que hoy esgrime fue analizado con clari-
dad por Claudio Lomnitz:
El poder de Krauze fue amasado en un momento en el cual el gobierno le dio la espal-da a la educacin pblica y a la investigacin y subsidi un proceso de privatizacin
cultural con caractersticas similares a otras privatizaciones: enorme concentracin
de poder en muy pocas manos y la formacin de una lite nueva [2001:212].
El mismo ttulo de la serie, Biografa del poder, apunta hacia una predecibleproblemtica en torno a las historias grficas. Sin embargo, aqu la estrategia co-nocida de reproducir imgenes de lderes polticos es llevada a cabo ad nauseam:tres de cada cuatro fotografas son de los llamados grandes hombres. La serie fuepromocionada como la que mostrara el rostro humano de la historia, pero los
nicos a la vista eran los de los hombres ilustres que se supone hacen la historia.Una contribucin que puede hacer la fotografa a la historia es personalizar el
pasado: al ver seres humanos individuales, recordamos que son las personas
quienes realmente forjan la historia al hacer algo de lo que la historia va hacien-do con ellos. No obstante, utilizar fotografas como medio para personificar lahistoria de seres comunes y corrientes enfocando a individuos desamparados
y, por eso, excluidos en general de la historiografa dominante es muy distintoa emplear imgenes de hroes para alimentar la cultura de la celebridad que en
gran medida es producto de los medios visuales modernos.Aparentemente no puede resistirse la tentacin de los grandes hombres,
pues esta debilidad tambin la marcaHistoria grfica de Mxico. La serie fue pu-blicada por el inahen 1988, con un tiraje de 11 mil ejemplares de cada uno de los
10 volmenes y profusamente ilustrada con imgenes reproducidas de formamuy pobre en un papel caro. Aunque las celebridades histricas no eran el tema
central (como en Biografa del poder), s eran el ncleo ocular. Por ejemplo, el vo-lumen 8 abre con fotografas de Adolfo de la Huerta, Woodrow Wilson y Albert
Fall. La insistencia con la cual esta serie muestra las caractersticas de los lderespolticos puede verse en la repeticin de las mismas fotografas de Lzaro Crde-
nas (pp. 82, 154) y de Plutarco Elas Calles (pp. 70, 151). El volumen 9 vuelve alpresidencialismo: la toma de posesin de Luis Echeverra en 1970 se muestra en
dos fotografas distintas, ambas sin sentido en trminos de informacin histrica
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(pp. 125, 154), ya que slo pueden apreciarse Echeverra y al mandatario salienteGustavo Daz Ordaz, uno de ellos portando la banda presidencial.
Historia grfica de Mxicodemuestra poca consideracin por lo que la partevisual pudiera contribuir a la historia y, de manera evidente, se desarroll una
limitada investigacin grfica.22Se apoyaron bsicamente en fotografas ya pu-blicadas para reproducirlas de nuevo, pero con la desventaja de un grano grande
en imgenes refotografiadas. Ms an y puede ser la mayor deficiencia de laserie como trabajo de historia no se proporciona informacin alguna sobre las
fotos en trminos del fotgrafo, la publicacin o el archivo, excepto en muy rarainstancia. En todas las dems series de historia grfica por lo menos se acredita
la fuente del archivo.Los ocho volmenes de la serie Veracruz: imgenes de su historia,quiz son,
hasta cierto punto, un producto estatal del inters federal por publicar historiasgrficas durante el rgimen de Miguel de la Madrid, pues esta serie comenz
a aparecer en 1989, al ao siguiente en que dejara la Presidencia. El goberna-dor de Veracruz, Dante Delgado, asign a su hermana, Ana Laura Delgado, a
la direccin de este proyecto, el cual desarroll en coordinacin con el Institutode Investigaciones Histrico-Sociales de la Universidad Veracruzana. Este es-fuerzo se basa en una extensa investigacin grfica en archivos pblicos y privadosy, ms importante, en entrevistas llevadas a cabo para enraizar las imgenes ydesarrollar sus significados histricos. En este proceso, el proyecto veracruzanoha dejado ver que existe una coincidencia metodolgica entre la especificad de
la historia regional y la particularidad de la fotografa como un medio. Esta ideanos hace reflexionar sobre el enfoque que debera tener la fotohistoria, pues lashistorias grficas han tenido, en demasiados casos, una orientacin nacional. Enlugar de emplear fotografas en abstracto y como ejemplificacin de lo general,tpico de muchas series, los miembros del Instituto las han utilizado para rescatary presentar la particularidad del pasado de su regin.23
Veracruz: imgenes de su historiarepresenta el intento ms serio por incorporarfotografas en la fotohistoria. La investigacin visual para el proyecto fue signifi-cativa. Los historiadores peinaron los grandes archivos nacionales y las distintascolecciones que ah se encontraban: la Fototeca del inah(Casasola, C. B. Waite,etctera) y el Archivo General de la Nacin (Hermanos Mayo, Flores Prez, Had-sell, Melhado, Daz, Delgado y Garca, etctera). Tambin buscaron en el archivoestatal de Veracruz, donde la coleccin de Joaqun Santamara fue en particular
22 Eleazar Lpez Zamora, en ese entonces director de la Fototeca del inah, me dijo que los edi-tores no lo haban contactado para pedirle imgenes (comunicacin personal, 1988).
23 Econmicamente era slida, porque muchas de las 3 mil-4 mil copias de cada volumen im-preso se vendan a residentes de las ciudades destacadas en los libros.
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til, as como en los archivos de ciudades y pueblos. Y siguieron con las coleccio-nes fotogrficas de compaas como la cervecera Moctezuma y sindicatos como elde trabajadores ferrocarrileros. En el caso de la Compaa Industrial de Orizaba, lainvestigacin se llev a cabo en los archivos tanto de la compaa como del sindi-cato. Sin embargo, lo que en realidad hace distinta a esta serie es la contribucin delbumes familiares. Los investigadores continuamente se volcaban sobre fotogra-fas personales, entrevistndose con los dueos para establecer fechas e identificarquines aparecan. Los pies de las fotos reflejan esta investigacin, pues casi siem-pre estn llenos de informacin sobre qu est ocurriendo a quin, en qu fecha, enlugar de las vacuas generalidades de la mayora de las historias grficas. Ms an,
las fuentes de todas las imgenes siempre estn identificadas, incluso las de losarchivos, tanto pblicos como privados, y los fotgrafos. La importancia asignadaa la investigacin visual en esta serie fue apuntalada con atencin en la reproduc-cin. Veracruz: imgenes de su historiafue diseada y editada por David Maawad,un pionero en el hallazgo y promulgacin de archivos de fotgrafos mexicanos. La
impecable impresin es familiar para cualquiera que conozca su trabajo.Hay varios signos promisorios en el horizonte de la historia visual en el Mxi-
co actual. En primer lugar, la fotografa misma es tratada con ms respeto y lainvestigacin sobre su historia y la de quienes la practican en Mxico ha sufrido
una transformacin importante con la aparicin de las monografas producidaspor Patricia Mass, Arturo Aguilar, John Mraz, Marianna Figarella, Rebeca Mon-
roy, Fernando Aguayo, Alberto del Castillo, Samuel Villela y Blanca Jimnez.24La
mayora de estos libros se origin como tesis y la publicacin esperada de otrasdisertaciones Ariel Arnal, Beatriz Malagn y Maricela Gonzlez de varias uni-versidades mexicanas sin duda contribuir de manera significativa a crear un
ambiente ms serio en torno a la relacin entre fotografa e historia. 25La proli-
24 Patricia Mass Zendejas, Simulacro y elegancia en tarjetas de visita. Fotografas de Cruces y Campa,Mxico,inah,1998; Arturo Aguilar Ochoa, La fotografa durante el imperio de Maximiliano,Mxi-co,unam, 1996; John Mraz, Nacho Lpez y el fotoperiodismo mexicano en los aos cincuenta,Mxico, inah-Editorial Oceno, 1999; Mariana Figarella, Edward Weston y Tina Modotti enMxico. Su insercin dentro de las estrategias estticas del arte posrevolucionario,Mxico, unam,2003; Rebeca Monroy Nasr,Historias para ver. Enrique Daz, fotorreportero, Mxico,unam-inah, 2003;Fernando Aguayo, Estampas ferrocarrileras. Fotografa y grabado 1860-1890,Mxico, InstitutoMora, 2003; Alberto del Castillo Troncoso, Conceptos, imgenes y representaciones de la niez en
la Ciudad de Mxico (1880-1920), Mxico, El Colegio de Mxico/Instituto Mora 2006; BlancaJimnez y Samuel Villela,Los Salmern. Un siglo de fotografa en Guerrero,Mxico, inah1998.25 Ariel Arnal Lorenzo, Fotografa del zapatismo en la prensa de la Ciudad de Mxico, 1910-1915 , tesis
de maestra, Mxico, Universidad Iberoamericana, 2002; Beatriz Malagn Girn, La fotografade Winfield Scott. Entre la produccin comercial y la calidad esttica,tesis de doctorado, unam,2003;Maricela Gonzlez Cruz,Juan Guzmn en Mxico: fotoperiodismo, modernidad y desarrollismo enalgunos de su reportajes y fotografas de 1940 a 1960 , tesis de maestra, Mxico, unam, 2003.
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feracin de congresos en la actualidad tambin es evidencia amplia del intersen esta disciplina.26Los esfuerzos por construir la historia de Mxico mediante
la fotografa han empezado muy recientemente, esperemos que sobre nuevoscimientos.
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26 Los coloquios Fotografa y sociedad en Mxico, en la enah,y Primer Congreso Internacional sobreImgenes e Investigacin Social, Instituto Mora, ambos en 2002, son tpicos de estas actividades.Un producto del congreso en el Instituto Mora es el libro importante, Imgenes e investigacinsocial, editado por Fernando Aguayo y Lourdes Roca, Mxico, Instituto Mora, 2005, que contiene24 ensayos de diferentes autores.
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ARCHIVOS
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