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8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
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8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
2/73
EL DIOS VIVIENTE
REFLEXIONES SOBRE
E L
PROFETA
ELAS
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
3/73
CarioMaraMartini
E L D I O S V I V I E N T E
REFLEXIONESSOBRE ELPROFETAELAS
EPICEPS
MXICO SANT O DOM I NGO
VAL E NCI A
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
4/73
ILDIO VIVENTE
Riflessioni sul
profeta
Elia
EDEIONI PIEM M E
S.p.A.
Vi a
de l
Carmine
5
1 50 3 3 CAS AL E MONF E RRAT O (AL )Italia
Traducidoalespaol
por Vicente Gilabett Costa
P R I N T E D I N SPAIN
I.S.B.N.: 84- 7050- 398- 7
DepstoLegal:
V- 588- 1995
by EDICEP C. B .
Almirante Cadarso, 11
Tfno.: ( ) 395 72 93 - 395 20 45
Fax:
(96) 395 22 97
4 6 0 0 5- V ALENCIA (Espaa)
IMPRIME: GUADAtograaS.L
i
PREMBULO
Con elttulo
El Dios
vivientepublicamos las meditaciones
del curso deEjerciciosesprituaesque el cardenal Cario
Mara
Martini ha impartido a las religiosas de clausura de la
dicesis
de
Miln en agosto de 1990.
Ha sido un singular aco ntecimiento ya porque las monjas
siguieron las meditaciones a
travs
de la emisora diocesana -el
arzobispo hablaba desde el monasterio del Sacro Monte de V
rese-, ya porque, gracias a RadioMara,
muchsimas
personas, de
casi todas las regiones de Italia, pudieron unierse en su escucha.
Para las reflexiones, sencillas y muy profundas, se
escogi
un
personajedifcil, misterioso e impenetrable, del Antiguo Testamen
to: el profeta Elias, el hombre de la fe pura, de laoracinsolitaria,
del amor inagotable alSeor del celo extraordinario, que surge en
un momento de grave amenaza para elmonotesmo,que entra en la
situacin de repente, para desaparecer casi
sbitamente
y apare
cer de nuevo en otras circunstancias sin aparente
motivacin.
Leyendo los textobblicossobre Elias, el cardenal Martini ha
tenido de nuevo el acierto de conjugar la serenidad de la
exgesis
5
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
5/73
histrico-literalcon la
aproximacin
vivificante
y
actualizante de la
Palabra de Dios que aparece con el nombre de
lecturaespiritual.
Medtndoos ha hecho comprender a
travs
de las vicisitudes
del profeta el designio de Dios sobre el hombre
y
sobre la historia
de hoy.
Nos alegra sealar qu e este volumen sale en coincidencia con
lacelebracindel V centenario del nacimiento de san Ignacio de
hoyla que, con su librito de Ejercicios espirituales,intentayu
dar a los cristianos a buscar y encontrar con libertad la voluntad
de Dios
entrando ensintonacon las opciones de Cristo.
Por eso,
quien dirige los Ejercicios debe partir siempre de la Palabra: se
escucha, se medita, se reza con ella, se contempla, se gusta. Es el
mtodo
de la
lectura divina
que el cardenal Martini no se cansa de
ensear y de recomendar continuamen te; l propone el texto
sobriamente, vuelve sobre l, ofrece puntos demeditacin, dejan
do al ejercitante espacio suficiente para reflexionar l solo hasta
donde el
Espritu
se lo permita, porqu e escribe san Ignacio, no el
abundante saber sacia y satisface el
nima,
sino el sentir y el
gus
tar las cosasinternamente(anotacin 2).
Los Ejercicios no se hacen pues, en soledad: el sujeto es el
ejercitante, pero hay un director que, al igual que el amigo del
esposo, prepara el encuentro de la persona con Dios.
Llegados a este momento se puede preguntar: qu sentido tie
nen los Ejercicios a
travs
de la radio?, quin los escucha (o
quinlee meditaciones transcritas) hace o no los Ejercicios?
En puralgica, no los hace; sin embargo, es invitado a acer
carse a la Sagrada Escritura a
travs
del ejercicio de la lectura
divina, a meditarla y a rezar desde ella. Al mismo tiempo puede
advertir lainvitacina vivir un verdadero y propio curso de Ejer
cicios espirituales, con un
director.
Es nuestro deseo para cuantos
lean El Dios viviente.
6
i
INTRODUCCIN
Una experiencia de
comunn
espiritual
Un curso de Ejercicios se inicia siempre con
emocn
y temblor.
Emocn y temblor que experimenta
tambn
quien da los
Ejercicios porque l mismo comienza una aventura espiritual, con
una comunidad. Sin embargo, en esta
ocasn
no se trata de una co
munidad sino de tantas y tantas que, atravsde la radio, han co
nectado con nosotros para escuchar y rezar la palabra de Dios.
Como estaba escrito en la carta de convocatoria del curso, es
quz
la primera vez que las monjas de clausura
tenan
la posibilidad de
hacer juntas y en el respeto a la clausura una prolongada reflexin
orante bajo laguadel propio obispo.
Pero,
si para todos nosotros es un don de Dios, es un privilegio
poder vivir un tal camino decomunndebemos reconocer que es
tambnun riesgo. Por eso, tenemos necesidad de ampliar nuestro
coaznde tal modo que abrace a toda esta gran familia que escu
cha y que reza
recprocamne
Me han confortado las palabras que Juan Pablo IIdirigia las
religiosas de la
Archdcesis
de Pisa, con
ocasn
de su reciente
7
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
6/73
visita a aquella ciudad: La comunninvisible de las diversas
comunidades religiosas con la Iglesia local esexplcitagracias a la
medacndel obispo, el cual tiene la responsabilidad de unir entre
s las diversas comunidades de laDcesis,sean de vida activa o
de vidacontemplativa
El presente curso de Ejercicios es , pues, un medio que el Seor
me ofrece para talmedacin
Sin embargo, me pregunto: lograremos vivir una verdadera
comunn espiri tual?; lograremos ponernos a la escucha de la
Palabra,lberndonosde lasfanasasde todo aquello que es para
nosotros un peso?
Con nuestras solas fuerzas, ciertamente no, sobre todo porque
no esfcilla escucha a distancia, pero el
Espritu
Santo nosdarel
don de esta experiencia. Como dijo
Jes
en el evangelio de Juan:
El viento sopla dond e quiere y oyes su ruido, pero no se sabe de
dndeviene y adndeva (Jn 3, 8). Pod rem os, con cierta temeri
dad, ampliar el ejemplo sustituyendo el viento por elerque no se
ve ni se toca. Si elerhace posible la escucha de la misma pala
bra, muc ho ms puede actuar elEsprituSanto uniendo nuestros
corazones y nuestro camino.
Ven,EsprituSanto, llena los corazones de tus fieles. Nosotros
te invocamos porque sin ti nuestro trabajo es vano, pero contigo
caminos seguros. Te invocaremos da y noche, durante estos
das,
te invocaremos para que t hagas de nosotros una unidad a la
escucha de la
nica
palabra del Seor.
8
t
EL PROFETAELAS
He pensado largamente acerca de la Palabra que iba a propone
ros en estos Ejercicios y me he decidido claramente por un tema
muy preciso: el profeta Elias, queejercitsu ministerio en el reino
del Norte, bajo el reinado de Acab,Acazasy Joram, es decir, en el
siglo IX, ms o menos des de el 874 al 841 a.C.
No es
difcil
comp render po r qu me atrae su figura. Es uno de
los cuatro person ajes del Antiguo Testam ento, que ms veces son
mencionados en el Nuevo: Abraham,MossDavid, Elias. Sobre
los tres primeros ya ha disertado en anteriores cursos de Ejercicios.
Elias es el profeta que
aparecer
al final de los tiempos, antes de
que llegue el da del Seor; misteriosam ente ya ha venido en Juan
el Bautista y aparece conMossen el monte de laTransfiguracin
E s, pues, una figura extraordinaria que l lena la
fanasa
la
mente, elespritude los autores del Nuevo Testamento. En la des
cripcin
de los l ib roshistricosv e t e ro - t e s t a me n t a r i o s e s u n
gigante de la fe, unhroede grandeza casi sobrehumana que lucha
por su Dios.
Reflexionaremos sobre Elias dejando que hablen laspgnas
bblicas,segnelmodode la lectura divina.
9
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
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Queriendo ofrecer desde ahora mismo una especie desnesis
sobre este profeta, puedo decir que lo veo sobre todo como un
hombre plenamente entregado a la unicidad de
Yahv
que com
bate , comonngnotro lo hizo antes que l, para afirmar la perte
nencia de Israel aYahv
Su nombre ,EU-yahu,sign ifica Mi Dio s es
Yahv
l h a sido absorbido y transformado por el pensamiento de que
Dios es Dios y nadie puede aguantar sucomparacinnadie puede
resistir a Dios. Es, por excelencia, el profeta delncoDos el
defensor de la verdadera
religin
contra laidolatra.
Quz alguienpodrapensar que hoy han desaparecido losdo
los,
que la
idolatra
es una realidad del pasado; sin embargo, conti
na siendo, como siem pre, la gran amenazad ora alternativa al Dios
viviente.
Recuerdo a estepropsitoun libro de Enzo Bianchi donde se lee
entre otra s cosas: La verda dera alterna tiva frente a la cuales
puesto, todo hombre es y
ser
siempre la
acepacn
del servicio a los
falsos
dolosDspus
explica que nosotros solemos hablar de fe en
Dios o, por el contrario, deaesmomientras que lo que es suma
mente temible es laidolatraporque aquel que rechaza al verdadero
Dios cae, de uno u otro modo, en laadoracnde losdolos.El com
bate de Elias es, pues, actual: La palabra de Dios formula un juicio
claro y neto. No hay ateos y pueblo de Dios, sino que existen
idla
tras y creyentes tentados, sin embargo, de caer en laidolatra.
Nosotros somos creyentes, pero estamos siempre tentados de
caer en laidolatra;la figura de Elias nos ayuda a desenmascarar
losdolosque nos tientan tanto ms cuanto nue stro esfuerzo por
adorar al Dios verda dero intenta hacerse ms sutil, puro; quisiera
ser ms autnticoIdolatrano es simplemente laadoracindel
becerro de oro, en el que reconocemos una forma antigua ya supe
rada, sino toda forma de culto hacia realidades que no son Dios y
que intentan, solapadamente, colocarse en su sit io. Realidades,
incluso camufladas de divinas, de espirituales, de religiosas.
Volveremos sobre el tema de laidolatra al que me he aproxi
mado por subrayar la actualidad del profeta de Tisbe que nos invita
a i luminar nuestro interior para amar y adorar alnicoDios.
1.El radicalismo cristiano
Torino
1980, 13 ss.
10
As,dara nuestros Ejercicios el
ttulo:
El Dios viviente, por
que expresa adecuadamente la espiri tualidad de Elias. Qu otro
Dios, efectivamente, es un Dios vivo como el Dios de la Biblia?
Ninguno.
Sugerencias
Quisiera indicar alguna sugerencia
prctica
para vivir adecua
damente estosdas
1. Leer reposadamente, tranquilamente los textos empezando
por el primer Libro de los Reyes (17, 18,
19
y 21) para pasar luego
al segundo Libro de los Reyes (1 y 2). Sonprrafosque encierran
la sustancia de cuanto la Biblia nos relata sobre Elias. Sabemos
que es citado en otros l ibros, por ejemplo en el delEcesistico
(48 , 1-2), sin embargo es importante que meditemos sobre las
pgnasnarrativas. La Sagrada Escritura no dice mucho sobre este
profeta que aparece com o un personaje m isterioso, singular; no se
sabe dedndeviene y
ser
arrebatado al cielo como significando
que retorna al misterio del que ha venido.
Los dos Libros de los Reyes nos ofrecen siete relatos, un tanto
aunomosque hablan de l:
- la
sequa
y el encuentro con la viudad de Sarepta;
- el juicio de los 400 profetas en el monte Carm elo, episodio
muy conocido e impresionante;
- la
teofana
sobre el Horeb, relato que seguramente habremos
meditado muchas veces;
- la
vocacin
deElseo que de por s ya forma parte del ciclo
de Eliseo;
- la muerte de Nabot y los reproches del profeta a Acab, que
nos presentan otras fuertescaracersticasde Elias;
- elorcuosobre el reyAcazas
- el rapto al cielo.
Se trata precisamente depercopasnarrativas bastante desliga
das entre s. No tenemos unapredcacinpre cisa de Eli as; ms
bien se capta un
espritu
Este profeta de las montaas es como un
fuego, como un rayo, como un terremoto ydesaparecerdel mun-
11
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
8/73
do en un carro de fuego, es decir, en la potencia de aquel ele
mento quehabacaracterizado su vida y transformado su palabra
en antorcha encendida. Nosotros no debemos analizar sus pala
bras ,
que son muy pocas -no es unIsaaso unJeremasque nos
han dejado extensosorcuos-,sino ms bien conte mpla rlo pre
gunndonos qurevelacinde Dios se me da en este hombre
extraordinario?
2. La segunda sugerencia es que nos hagamos una pregunta:
qu deseo de los Ejercicios?; cmo quisiera salir de ellos?; qu
gracia especial de
transformacin
quisiera?
Son todo maneras d is t in tas de preguntarnos lo mismo y os
aconsejo querespondsesta tarde o maana por la m aana.
No siempre nuestras espectativas coinciden con las de Dios.
Plantearlas, sin emb argo, es muytilpara comprender vuestra pre
sentesituacinespiritual, la etapa del camino que
ests
viviendo.
3. En fin, os repito cuanto yo
aprend
de quien me dio el
ms
de Ejercicios ha ce ms de treinta aos, en mi tercer ao de novi
ciado. Era un experto director de Ejercicios,aemny comenzaba
cada
medtacin
-c ua tro m editaciones al da durante treinta
das-
dcindonos:
Sich ruhig vor Gott werden lassen,
dejar reposar el
alma ante Dios.
Todos tenemos necesidad de dejar reposar el alma ante Dios,
tambn en la vida claustral porque los intereses, las inquietudes,
las preocupaciones no faltan.
' Seor, queremos ofrecerte todo aquello que nos turba, que nos
pesa,
que nos urge, en el deseo de poseer tu paz. Danos un co
raznhumilde, uncoraznsereno, uncorazn
dcil,
uncorazn
quieto.
Es tan importante esta
dsposicin
de lcoaznque la primera
reflexin
de maana
esar
destinada a profundizar en ella medi
tando sobre la palabra que Dios dirige a Elias:
Escndee
( I R
17 , 3). La primera palabra deYahval profeta no es : ve a realizar
talaccinve a proclamar talorculoPor el contrario, le invita a
retirarse, a esconderse junto al torrente.
12
Pe rma n e z c a mo stambnnosotros con el deseo de bajar al
torrente, a la caverna donde se esconde Elias por orden de Dios.
Intentemos
tambn
nosotros escondernos un poco durante estos
das
para poder escuchar laproclamacinde su palabra.
O h
Mara,
Madre del Verbo encarnado, haz que nos esconda
mos en sucorazn, como te escondiste t, para contemplar su
palabra y sus misterios. Santo profeta Elias, acompanos en
nuestro camino yaydanosintercediendo pornosotros.
13
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9/73
I
ESCNDETE
JUNTO
AL TORRENTE KERIT
San Ambrosio habla frecuentemente de Elias. Se puede decir
que, en casi todas sus obras se menciona al profeta porque eviden
temente lotenamuy presente.
Es,
particularmente, en el tratadoLa fuga del mundo donde lee
mos lo del torrente Ker i t .Dspusde haber explicado la fuga
buena, la fuga al desiertodondehuyeron Elias,
Elseo
Juan el
Bauista se detiene en Elias que
esaba
junto al torrente Corrad,
que significa conocimiento, para captar copiosamente el conoci
miento de Dios que en el mismo
transcurra
huyendo del mundo
hasta tal punto que no buscaba otro alimento para el cuerpo sino
aquel que le
conseguan
lo sparosque le
servan
aunque fre
cuentemente su alimento no fuera terreno. En consecuencia, por la
energa
infundida en l por el alimento recibido,
camn
durante
cuarenta
das
(Ambros io, La fuga del mundo,6, 34).
Ambrosio toma el nombre del torrente Corrad directamente de
la Biblia griega, mientras la Vulgata usa el nombre de Karit, que
en versiones ordinariamente se convierte en Kerit.
15
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10/73
Sin embargo, confieso que no s
dnde
haya encontrado la eti
mologa conocimento
para Corrad, pero a nosotros nos in
teresa captar el significado espiri tual del episodio: Elias estaba
junto al torrente para prepararse copiosamente en el conocimiento
de Dios.
Nuestro gran
patrn
usaba, para leer la Escritura, el modo ale-
grico-espiritual que busca el alimento para el alma en losmni
mos par ticulares del Texto Sagrado , y as con toda libertad pone
juntos el relato del torrente Kerit con el alimento con el alimento
recibido por Elias en el desierto por medio del
nge
y el camino
hacia el Horeb.
Tambn
nosotros nos proponemos durante estos
das
leer losprrafosde la Escritura conaencina la
exgess
his
trica
literal, y, a la vez, con el deseo de entender el sentido espiri
tualsegnel ejemplo que nos da Ambrosio.
1 R 17,1-6
Elias tesbita, deTsbde Galaad, dijo a Ajab: Vive
Yahv
Dios de Israel, a quien sirvo. Nohabestos aos
roco
ni lluvia
ms que cuan do mi boca lodiga
Fue dirigida la palabra de
Yahv
a Elias diciendo:
Sa
de
aqu,
dirgetehacia oriente y
escndee
en el torrente de Kerit que
es
al
este delJordnBebersdel torrente yencargara los cuervos que
te sustentenall.Hizosegnla palabra deYahvy se fue a vivir
en el torrente de Kerit que
es
al este del
Jordn
Los cuervos le
llevaban pan por la maana y carne por la tarde, ybebadel
torrente
1
R 17, 1-6).
Dividamos elprrafoen cuatro partes:
- lapresentacinde Elias, hecha sin
nngn
prembuoN o
sabemos
cul
era su
formacin
ni siquiera nos dice que fuera un
profeta: era un hombre de Galaad;
- es te hombre , en un momento de terminado , i rrumpe en e l
curso de la historia de los reyes con unaprofecaamenazante, una
palabra
proftica
de castigo;
- sigue una
palabra del Seor dirigida a
l,
y,
en fin,
- laejecucinde la orden de
Yahvde marcharse jun to a l
torrente.
16
1. Ciertamente hay una
causahistrica
que justifica la orden
del Seor: Elias se encontraba en la necesidad de salvarse de la ira
del rey Acab.
El tema de la fuga serepetiren las aventuras del profeta en el
captulo 19 del primer Libro de los Reyes, en el momento en que la
reina Jezabel,
despus
del sacrificio en el monte Carmelo, le mande
un mensajero para atemorizarlo. Pero
tambnes
presente en la
vida y en las palabras de
Jess
Cuandoos persigan en una ciudad,
huid aotra(M t 10,23). Y l huye al saber que los fariseoshaban
celebrado un consejo contra l para quitarlo de en medio:Pero
Jessealejde
all
(Mt 12, 14-15).
Justamente, pues, San Ambrosio escribe que laocasnhist
rica de la fuga de un profeta asume, a los ojos del creyente, un sig
nificado
tambn
espiritual. Frente a situaciones
difciles,
pesadas,
confusas, el creyente se retira para cobrar nuevas fuerzas, para res
taurarse, para renovarse, de manera que quede en condiciones de
afrontar nuevamente el peligro.
De hecho Elias
reornar
al rey; va al Kerit para alc anza r ms
copiosamente el conocimiento de D ios, para contemplarlo con ma
yor pureza decorazn
2. En esta
lectura
queremos concentrarnos en losverscuos3-4:
Sa deaqu
dirgete
hacia oriente yescndeeen el torrente de
Kerit que
es
al este del
JordnBebers
del torrente y
encargar
a
los cuervos que te sustentenall.
Intentemos gustar cada palabra, teniendo presente las posibles
resonanciasbblicaspara entender
cmo
se coloca al interior de las
Escrituras.
-
Sal
de
aqu.Nos acordamos enseguida del inicio de la histo
ria de lasalvacinde la orden de Dios a Abraham:Sade tu tie
rra, de tu patria y de la casa de tupade(Gn 12, 1). Con
Sa
de
aquempieza
tambn
la historia del profeta de
Tsb
deja
el
lugar
en el que
ests
el lugar de las seguridades, y ve te a otro sitio.
-
Dirgete
haciaoriente.El oriente es el lugar de donde viene
la
salvacin
elsmboode Cristo, sol que nace y salva. Nosotros
mismos solemos hablar de
orientacin
para indicar los puntos de
17
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
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12/73
ees el misterio en el que nos introduce la imagen del to
rrente Kerit .
2. Qu quiere decir para nosotros escndete ? A la luz de
la palabra de
Jes
en Mateo 6, 6 no debemos buscar en esta ora
cin -que evidentemente no es para principiantes sino para quien
ha recorrido ya un largo ca min o- un fruto sensible ni ante los otros
ni ante nosotros mismos, sino que debemos contentarnos con que
sea solamente Dios quien vea el fruto.
No intentes pesarlo en t i mismo;
confalo
a Dios,lnzaea los
antros, a las cavernas que hay cabe el torrente,
dae
envolver por
la soledadridade aquellaoracinque es rica y
fructfera
a los
ojos del Seor. Escndete , no intentes ver nada porque en los
despe ader os del valle, no hay ms quedesoacny aridez.
3.
Qu significa
bebers
de ltorrente?La
oracin
de la que
estamos hablando,oracinsilenciosa, contemplativa, perseverante
en la ausencia de palabras y conceptos, es pobre, depende de la
gracia de Dios, depende de los cuervos que te l levan la comida,
depende del torrente.
No es una
oracin
que podamos fabricar nosotros, del mismo
modo que Israel, en el desierto, nopodafabricar su comida, sino
qu edependadelmny de las codornices. Es verdad que es nece
sario al principio prepararse para hacer laoracin emplear todo
esfuerzo, con el uso de losmodosque mejor nos ayuden a ordenar
nuestros pensamientos, a expresarlos de manera racional y eficaz.
Sin embargo llega el tiempo en el que el Seor dice:
Escndee
fate
Entonces la
oracin
se nutre con lo que nos es dado, con el
agua que corre entre las piedras, con los pocos pensamientos que
el
Espritu
Santo sugiere; se nutre con los trozos de carne que
traen los cuervos; no es ciertamente una abundancia, pero es lo
suficiente para perseverar en la oscuridad sin saber bien nicmoni
cundovendlainspiracinde lo alto.
El torrente Kerit ensea que no existe solamente la
oracin
de
las praderas, de ,s grandes campos de grano, sino
tambn
la ora
cin del abandono en la oscuridad; Dios, efectivamente, no te
2 0
-.1
olvida, ve en lo secreto, en la aridez del valle, y te alimenta.
Mrad
losparosdel cielo: ni siembran, ni cosechan, ni recogen en grane
ros ;
y vuestro Padre celestial las alimenta. Novalisvosotros
mu cho ms que
elas?
(Mt 6, 26). Si Dios nutre nuestro cuerpo,
n o
nutrir
acaso much o ms nuestra alma, nuestra
oracin
tal y
como hizo con Elias? Es interesante el pasaje paralelo de Lucas,
porque habla precisamente de los cuervos:
Mrad
los cuervos: ni
siembran ni cosechan, no tienen bodega ni granero, y Dios los ali
menta. Cunto ms valisvosotros que lasaves (Le 12,24).
El cuervo de Elias nos recuerda
tambn
el abandono de las
aves del cielo al Padre, gracias a lo cual nosose nutren a ellas
mismas sino que son capaces de alimentar a otros: este cuervo
vive de la providencia y alimenta
adems
a un profeta.
Por tanto, nuestraoracinaunque pobre yridapuede nutrir a
la Iglesia, a sus profetas, a sus pastores, porque Dios ve en lo
secreto y suscita en la misma estos intercambios deoracin
Concluyendo, podremos retomar la palabra de Pablo en la Car
ta a los Romanos, donde nos asegura que esta
oracin
esalimen
tada por el
Espritu
Santo: Y de igual manera, el
Espritu
viene en
ayuda de nuestrafaqueza-la debilidad de quien no logra hacer
un aoracinbien hecha , l l ena de se t imien tos a justados-pues
nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; mas el
Espritu
mismo intercede por nosotros con gemidos inefables; y el que
escruta los corazones sabe
cul
es laaspiracinde l
Espritu
y que
suintercesina favor de los santos essegnDios. Por lodems
sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los
que le aman; de aquellos que han sido llamados
segn
su desig
nio
(Rm 8, 26-28).
Concdenos,Espritu
de Dios confiarnos a ti que
ests
inter
cediendo en este momento por nosotros
segn
los designios del
Padre.
Examen de conciencia
Antes de dejaros para lamedtacinpersonal que osintroducir
a laconemplacinsilenciosa, presento algunas preguntas para el
examen de conciencia.
21
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
13/73
\.He abandonado mioracin?Qu iz, ms bien, estoy dem a
siado preocupado, casi como si fuera unxitomo personal?
Ya hemos dicho que es necesario hacer de todo para que la ora
cin salga bien, es necesario prepararla, rodearla de silencio, vi
virla en su justo ritm o.
Sin embargo, todo esto
podra
transformarse en un intento de
lograr laoracincom o un
xito
no escuchando por tanto la pala
bra: escndete junto al
torrente
2.
Cmo me comporto en la aridez?
Me inquieto, me irrito
conmigo mismo? Oquzme sirvo de aquel poco que el Seor
me da,
ponndom
diligentemente a hacer cuanto puedo y con
fiando el
xito
a Dios?
Quzpuede sobrevenir el miedo de no estar bien alimentados
de buenos pensamientos, de no tener yanngnpensamiento rela
tivo a Dios. No importa,esel cuervo de Elias q ue, si t te aban
donas, tepovocarel pensamiento en el momento justo.
Cmo me comporto, pues, en la aridez? Me agito, me culpo
amargamente en vez de conver t irme humildemente?
3. Practico unapobreza contenta?La
expresin
muy bella,
es de Juan XXIII. Intento hacer lo que puedo con diligencia, sin
descuidar mis deberes , s in descuidar lo que me han enseado
acerca de laoracinconenndom
despus
con laoracinque me
da el Seor,adondooen el silencio y en lo escondido, sabiendo
que de ese modo la
oracin
empieza a ser la del torrente Kerit?
O hMara, madre de laoracin,concdenosentrar en la ora
cin
misteriosa de Elias, de los profetas, entrar en tuoracin, en
laoracinde tu Hijo en el huerto de
Getseman,
para que
tambin
nosotros nos escondamos con l en el torrenteCedrnpara elevar
al Padre nuestro grito deabandono.
22
EL REINO DE DIOS EN LA TIERRA
Jr 7 ,1-11; Mt 13 ,24-30
La cizaa y la buena semilla
Volvamos a leer la
parboa
de lcaptulo
13
del evangelio
segn
Mateo:
El Reino de los cielos es semejante a un homb re quesemb
buena semilla en su campo, pero, mientras su gentedormavino
su enemigo,sembencima cizaa entre el trigo, y se fue. Cuando
bro la hierba yechluego la espiga,aparecentoncestambn
la cizaa. Los siervos del amo fueron a decirle: "Seor, no sem
braste buena semilla en tu campo?, cmo es que tiene cizaa?" l
le sconest
"Agn
enemigo ha hecho esto". Le dicen los siervos:
"Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Les contesta: "No, no
sea que, al recoger la cizaa,arranqusa la vez el trigo. Dejad q ue
ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega,
dir
a
los segadores: Recoged primero la cizaa y atadla en gavillas para
quemarla, y el trigo recogedlo en mi
ganero"
(M t 13, 24-30).
Quisiera recordar que hoy celebra la Iglesia milanesa la memo
ria de losmrtiresNazario y Celso, dos santos cuyas reliquias fue
ron descubiertas por san Ambrosio un ao antes de su muerte, en
el 396, y fueron depos i tadas en sepulcroscebresy famosos ,
23
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
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como laBaslicade los santos
apsoes
y Nazario y el Santuario
de SantaMarade los Milagros, junto a San Celso.
Este episodio de la vida de Amb rosio evoca uno much o ms
famoso, ocurrido diez aos antes: la vuelta de las reliquias de los
santos Gervas io y Protas io , que
despert
gran entusiasmo en la
ciudad favoreciendo un resurgimiento de la fe.
Teniendo presente este contexto, intentemos reflexionar sobre
la
parboa
de la cizaa y de la buena semilla.
El antagonista del reino de Dios
Hay otros textosevangcosque presentan alguna afinidad con
nues tra
parboa
la del sembrador que sale a sembrar en diversos
terrenos (cfr. Mt 13, 3 ss); el
prrafo
del grano que crece por s
mismo (cfr. Me 4, 26-29); las
parboas
del juicio porquetambn
para la cizaa y la buena semilla se trata de un juicio final. Muy
interesante, a mi parecer, es la llamada a las palabras de Juan Bau
tista: Yaesel hacha puesta a la
raz
de losrboes;todorbol
que no d buen fruto,sercortado y arrojado al fuego... Viene uno
que es ms fuerte qu e yo, y no merezco desatarle la correa de sus
sandalias.. . En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y reco
ger el trigo en su granero; pero la paja la
quemr
con fuego que
no seapaga(L e3 ,9. 16-17).
Lapgna evangicade hoy contiene, pues, la perspectiva de
un juicio que ap arta a los malos y salva a los bueno s.
Podem os compre nder as el origen de laparboanace proba
blemente de una pregunta hecha aJessno inmediatamente al ini
cio de su ministerio, sino un poco ms tarde, cuando se empez aba
a intuir que en el fondo el reino de Dios no estaba viniendo tal
como se le esperaba. De hecho continuaban juntos , mezclados ,
todos: los malos molestaban a los buenos, y los buenos que tal vez
se escandalizaban de la presencia de los malos. Estoocurrano
solamente en elmbtode la sociedad hebrea y greco-romana del
tiempo, sinotambnen elcrculode losdiscpulos: no todos eran
santos, no todos eran buenos, no todos ejemplares.
D eaqula pregunta: dndeestpues, el reino de Dios? Cmo
es que la buena palabra sembrada por
Jes
no germina en una mies
de santos? Cmo es que hay santosy,a la vez, malvados?
2 4
[Jess
con tranquilidad y sencillamente, responde: el reino de
Dios es semejante a un hombre que hace las cosas bien, pero tiene
un enemigojEl reino de Dios t iene un
perenne antagonista
que
aca
en la historia de manera igual y contraria;
tambn
l siem
bra, pero siembra cizaa. Cizaa son los
impos
aquellos que no
respetan ni a Dios ni alprimoy, ampliando la
aplicacin
son
cizaa los tibios, personas que hacen pesado el camino del Reino,
de las comunidades, personas que no
esn
nunca contentas, que
continuamente refunfuan, que critican, que escriben cartas y peti
ciones
lamnndose
un poco de todo y de todos.
Los buenos se preguntancundopor fin,
podrn
alejar a esta
gente molesta y trabajar sin tantos
obscuos
quedando solamente
aque llos que, an en medio de mu cha s fragilidades, se esfuerzan
por caminar sinceramente ante D ios J
Jesensea a los buenos que la comunidad de los puros so
ada por ellos no es el reino de Dios. A estepropsitodebemos
notar la diferencia con lapredcacinde Juan Bautista que presa
giaba un juicio bastanteprxmoJessnembargo, explica que
el reino de Dios avanza en la paciencia, en el saber soportaren la
humildad y en el sufrimiento de n o ver a todos perfectos. i|
Paciencia y saber soportar
Esfcilcomp render la importancia de una doctrina as, y que
nosotros olvidamos frecuentemente. Cuntas veces nos lamenta
mos de la sociedad, de la poca incidencia de la palabra de Dios, de
las comunidades cristianas que no dan un testimonio ejemplar, de
sacerdotes que no son como debieran ser, de laicos que no viven
como verdaderos cr is tianos Y probablemente continuamos pre
gunndonos
cmo
la palabra de Dios no ha cambiado,despusde
dos mil aos, el
coazn
de las naciones, no ha abolido las guerras,
la crueldad, las vio lencias, las injusticias.
Estavisinde la cualquznos dejemos llevar
todava
no es
un avisinjusta del Reino.
Efectivamente, el Reino de Dios es una realidad conflictiva,
combatida, en la que conviven continuamente el bien y el mal, la
luz y las tinieblas, la
aegra
y la
murmuracn
la
exutacin
y la
25
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depresnms am arga . Per o
se
es el Reino de Dios que se desa
rrolla en la tierra, y quien no lo recibe as se equivoca, se ab andon a
a sueos. Por ahora el Reino es esto,aqu
es
el
Msas
Un da l
vendde nuevo yaarla cizaa en gavillas para quemarla; pero
es o
ser
un da, no aho ra.
San
Agustn
comenta frecuentemente estaparboamejor an,
se refiere a ella para defenderse de laacusacnde algunos celosos
que denunciaban a la comunidad de Hipona como poco fervorosa.
En aquel t iempo el razonamiento era particularmente actual
porque la
religin
cristiana, acabadas las persecuciones, era no
sotolera da, sino ms an, prote gida. La gentecreaconveniente
bautizarse y precisamente por esto Ambrosio
instituy
un riguroso
catecumenado . Es dec i r , comenzaban las d i f icu l tades de una
Iglesia de masas, que norenesolamente a los pocos puros que
tiene el coraje de afrontar la muerte y lapersecucnsino a otra
muc ha gente; as, jun to a los maduro s en la fe, estaban losdbles
los ms desprov istos; jun to a los entusiastas y a los celosos estaban
tambn
los tibios, los lentos J
Jesssin embargo, nosadvirtidesde el principio quetambn
esta comunidad es cristiana.
Es verdad que en otros pasajes del evangelio de Mateo nos
dir
que a males extremos es necesario poner remedios extremos; cuan
do ,
por ejemplo, el hermano no escucha ni en privado ni ante dos
testigos ni ante la asamblea, es necesario alejarlo (cfr. Mt 18,15 -17).
Esto sirvetodavams paralascomunidades religiosas en las que se
entra por
eleccin
y que requieren una disponibilidad profunda para
buscar aDios,para crecer enelcamino de lafe ,para dejarse corregir
y formar por la comunidad; faltando tales disposiciones es mejor
lle
gar a laseparacnporque, evidentemente, la vida en comunidad no
estila todas las per son asj |
Conina
siendo cierto, sin embargo, que la Iglesia recurre a la
excomunnsopor motivosgravsimos,en casos absolutamente
extremos. Mientras tanto soporta, y sabemos biencmoes duro
esto del soportar. Frecue nteme nte los sacerdotes son los que ms
sienten este soportar porquequerransogente fervorosa, gente
que se acerca a los sacramentos concoaznsincero y mente clara
y, sin embargo, deben cansarse en realidad, intentando hacerse
26
entender por una comunidad com puesta por personas vulgares, sin
aspiraciones,
dstradas
carentes de grandes deseos.
Pero se trata de la fatiga del Reino y es, por eso, meritoria. San
Ambrosio laafrontde hecho, ante la exigencia cada vez mayor
del catecumenado,buscnuevos medios para subrayar la importan
cia de la santidad cristiana, para empujar a la gente a vivirla, encen
diendo el fuego apagado en sus corazones, sin rechazar a nadie.
Uno de los principales medios usados por san Ambrosio fue apro
vechar ampliamente el descubrimiento de las reliquias de los
mrti
res Gervasio y Protasio, Nazario yCelso:Mrad
-deca-
que hubo
un tiempo en que el cristianismo fue
difcil
y muchos murieron por
confesar su fe; vosotros, pues, cuando os
hacs
bautizar,
debs
estar
tambn
prontos a morir por
Cristo\Como
buen padre, enfer
vorizaba as a la comun idad, no usando inmediatam ente rem edios
drsicos
sino promoviendo continuamente el celo de los sacerdotes
y de los fielesJi
Es
sa
la va a la quetodavahoy estamos llamados aunque fre
cuentemente nos encontremos con una parte del pueblo de Dios
que es un tanto pesada, que debe ser arrastrada, que oye con des
gana la
predcacin
que parece venir a la iglesia para hacerle un
favor al sacerdote. Noseraevangicoquerersoa los mejores, a
los ms perf ectos , quere r bautiz arsoa aquellos cuyos padres
piden el Sacramento con fe ardiente y con amor semejante al de los
padr es cristi anos ms ejem plares . La
soucin
que nos ensea
Jes
es esperar, para que no ocurra que arrancando la cizaa arranque
mos con ella la buena semilla.
El Evangelio hoy nos invita a vivir nuestra vida cristiana y la
vida comunitaria con granvalentasabiendo que es conflictiva, que
no todas las cosas van bien, que hay siempre en nosotros formas de
resistencia suscitadas por el enemigo. Formas de resistencia que
ponen a prueba nuestra fe, purifican elcoazny nos conducen a la
santidad verdadera de vida, no a la imaginada en una comunidad
ideal, sino vivida en la paciencia de una comunidad real.
Pidamos a losmrtiresNazario y Celso que nos ayuden,segn
la
intencin
de san A mbro sio, a vivir as la espera y la presencia
del reino de Dios.
27
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
16/73
II
ESTOY EN SU PRESENCIA
ElngeGabrielaparecndoseeaZacarasy hablando de Juan
Bautista le dice: Elsergrande delante del Seor; nobebervino
ni licor;
estar
l leno delEsprituSanto ya desde el seno de su
madre, y a m uchos de los hijos de Israel les
convertir
al Seor su
Dios, y le
preceder
con el
espritu
y el poder de
Ela,
para hacer
volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la
sabdura
dejo s, justos, para preparar al Seor un pueblo bien dis-
puestox((Lc
1,15-17
7 -rr\
NosotrOs-queretnOs penetrar en este
espritu
y fuerza de
Elias
del queescribasan Ambrosio, comentando el pasajeevanglico
Elias tuvo una gran virtud y gracia: la virtud de convertir los
ni
mos de la incredulidad a la fe, la virtud de una vida mortificada y
paciente y elespritude laprofeca(Exposic. del evangeliosegn
san Lucas, I, 36-37).
Concdenos, Seor, alcanzar algo delesprituy de la fuerza
de Elias, para quetambinnosotros podamos participar de ellos.
29
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
17/73
T que conoces la necesidad que tenemos de ti, la necesidad que
de ti tienen nuestras comunidades, la Iglesia de hoy, la sociedad,
revlanos
el secreto de la fuerza del
profeta.
Y, para poder participar delesprituy de la fuerza de Elias pro
pongo que meditemos sobre ladefinicinque l da de s mismo
desde el inicio de su ministerio, cuando se presenta hablando a
Acab:Pola vida del Seor Dios de Israel en cuya presencia es-
toy1
R 1 7 ,1 ) .J
l no se presenta como un escriba, como un conocedor de la
ley, ni tampoco com o un profeta, sino com o uno queesen la pre
sencia de Dios.
Es interesante ver quetambndrigindosea
Abda
servidor
de Acab, para anunciarle queespreparado para presentarse al
rey, exclama:
Po
vida del Seor de losejrcitos,
en cuya presen
cia estoy, hoy mismo me
mosrar
a l (1 R 18, 15 / La insisten
cia nos lleva a sospechar que este su estar anteYahves el secreto,
de su fuerza.
Procederemos atravsde tres momentos sucesivos,pregunn
dono s en prim er lugar qu significa laafirmacinde Elias; des
pus
cmovive l laauodefinicinde s mismo; en fin,cmonos
encontramos nosotros respecto a tal acti tud.
El
nco
Seor
La
expresin
se interpreta en el cuadro de lafraseoogade corte
del antiguo oriente. Era muydifcilser admitido ante la presencia
del rey; se daba un complicado ceremonial. Sin embargo, algunas
personas, aquellas de las que el rey se fiaba completamente,vivan
constantemente en su presencia. En otra circunstancia, efectiva
mente, Elias pronuncia la fraseesoyen supesencade manera
diversa: A la hora en que se presenta laofrenda-estamos en el
monte Carmelo, donde se desenvuelve el gran juicio contra los
sacerdotes de laidolatra-seacercel profeta Elias y dijo:
"Yahv
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que hoy se sepa que t eres
Dios en Israel y que yo soytuservidor 1R 18,36).
La conciencia de estar en la presencia de Dios no es simple
mente cultual; no se define como sacerdote, sino como servidor.
3 0
Un servidor fiel que conoce los pensamientos del rey, que escucha
de viva voz sus mandatos y los cumple prontamente.
En la Sagrada Escritura estaexpresinaparece en otras ocasiones:
-Mossensea al pueblo las instrucciones deYahvque dice
entre otras cosas,refirindosea la tierra prometida: T no entra
rs en ella, sino queenrar
Josu
hijo de Nun, que
est
a tu servi
cio (Dt 1, 38).
Josu
esal servicio deMoss le es totalmente
fiel, aprende directamente susdenesy, por tanto, puede hablar y
actuar con la fuerza deMossy continuar su obra.
- El rey Josafat ha comprendido que
Eseo
es un siervo fiel a
Yahv
porque hablasosus palabras: La palabra del Seores
en
l(2R3,
13).
- El Seor renueva la
vocacin
de
Jeremas
Si te vuelves porque yo te haga volver,
estarsen mi presencia;
y
si sacas l precioso de lo vil,serscomo mi boca.
Que ellos ^e vuelvan at i,y no t a ellos.
Yo tepondpara este pueblo por muralla de bronce inexpug
nable.
Ypeearncontigo, pero no tepodrn
pues contigo estoy yo para librarte ysavarte(Jr 15, 19-20).
Tambn en este pasaje se subraya la continuidad entre lo que
Dios quiere y dice y lo que quiere y dice su profeta.
-
Tambn
apropsitode los hijos de Dios, es decir, de los
ngeesleemos en el
Libro de Job:
Un da, los hijos de Di os fue
ron a presentarse ante el Seor (Jb 1, 6);
Cuando
un da los
hijos de Dios fueron a presentarse al Seor (Jb 2, 1).
Y sabemos quedespusse da el gran consejo delAtsimo;l
discute sus planes con aquellos que se presentan ante l, que cono
cen sus intenciones y sus proy ectos.
Podremos, pues , t raduci r la
expresinane
cuya presencia
esoyde la siguiente manera: Dios es mi rey, minicoSeor, yo
le he escogido a lsoy basta; estoy de su parte, me rijo en todo
por l , soy su siervo, lo escucho, cumplo lo que quiere, realizo
absolutamente su voluntad.
ees elcoaznde la espiritualidad de Elias; es uno que ha
comprendido quesoDios cuenta, uno que acoge su ley, su amor,
31
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
18/73
su dominio, que no quiere a nadie fuera de Dios, que lo lleva en lo
ms profundo de su vida, que hace del Seor sudefinicin
La actitud interiordeElias
Cmo vive Elias labquedadel Dios solo, el estar en su pre
sencia, el regirse solamente por la palabra del Seor?
Sera
til,
ypodrshacerlo en lamedtacinpersonal, recorrer
todos los episodios de la vida del profeta para captar
cues
son las
consecuencias de ladefinicinque ha dado de s m ismo.
Yo
me limito a indicaros cuatro aspectos de su actitud interior:
1. Elias no tiene miedo de ninguna autoridad humana y por
ello es libre de recr imin ar al rey , ms an, en la histo ria
bblica
es
el profeta por excelencia que amenaza al rey.
- Leamos el contexto que ha provocado su primera interven
cin
ante Ajab:
Aab
hijo de
Om,
comnza reinar en Israel el
ao treint a y oc ho de As, rey deJudReinsobre Israel en
Samra
veintids
aos. Hizo el mal a los ojos deYahvms que
todos los que fueron antes que l. Lo de menos fue haber seguido
los pecados de Jeroboam, hijo de Nebat, sino que,
adems
tom
por mujer a Jezabel, hija de Ittobaal, rey de los sidonios, y se fue a
servir a Baal
posrndose
ante l.
Az
un altar a Baal en el santua
rio de Baal que
edific
enSamraHizo Acab el cipo yaumn
la
indgnacin
de
Yahv
Dios de Israel, ms que todos los reyes de
Israel que leprecederon1R 16, 30-33). Sobre estaidolatradel
rey cae la terrible palabra del profeta:Eliastesbita, deTsbde
Galaad, dijo a Ajab: "ViveYahvDios de Israel, a quien sirvo. No
hab
estos aosroconi lluvia ms que cuando m i boca lo diga"
(1 R 17, 1). Es como decir: vosotroshabsbuscado la fecundidad
de la tierra sirviendo a losdolos,pero la tierraserrida Es la pri
mera gran toma deposicinde Elias como profeta de los castigos
de Dios.
- Una segunda amenaza ocurre mucho tiempo
despus
cuando
el rey lo encuentra de nuevo:
Cuando
Ajab vio a Elias le dijo:
"Eres t, azote de Is rael?" lrespond"No soy yo el azote de
Israel, sino t y la casa de tu padre, por haber abandona do a
Yahv
y
3 2
haber seguido a los Baales. Pero ahora,envaa reunir junto a m a
todo Israel en el monte Carmelo, y a los cuatrocientos cincuenta
profetas de Baal, que comen a la mesa deJezabe"
1
R 18,17-19).
- Y por tercera vez vemos a Elias reprochando al rey,despus
qu esehizo matar a Nabot para apropiarse de su via:
Enonces
fue dirigida la palabra deYahva Elias tesbita diciendo:"Levn
tate,
baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, queesenSamra
Esen la via de Nabot, a donde ha bajado a
aproprsea
Le
habarsdic ien do: As h ablaYahv Has asesinado y
adems
usurpas?... Ajab dijo a Elias: "Has vuelto a encontrarme, enemigo
mo".Respond'Te he vuelto a encontrar porque te has vendido
para hacer el mal a los ojos de
Yahv
Yo mismo voy a traer el
mal sobre t i y voy a barrer tu posteridad y a exterminar todo
varn
de los de Ajab, libre o esclavo, en Israel. Y
har
tu casa
como la casa de Jeroboam, hijo de Nebat, y como la casa de Basa,
hijo de
Ajas,
por la
irritacin
con que me has irri tado y por haber
hecho pecar a Israel.Tambncontra Jezabel ha hablado
Yahv
diciendo: 'Los perroscomrna Jezabel en la parcela de Yizree l ' .
A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad loscomrnlos pe
rros y a los que mueran en el campo los
comrn
las aves del
cielo"1 R21, 17-24).
- Otro reproche de Elias es dirigido al rey
Ococas
hijo de
Ajab, quehabainterpelado a Baal-Zebub, dios de
Ecrn
para
saber siseracurado de su enfermedad:"AsdiceYahv Porque
has enviado mensajeros para consu l tar a Baal -Zebub , d ios de
Ecrn como si en Israel hubieseagnDios que interrogar, fuera
de m, por eso , del lecho al que has subido nobaarspues de
cierto
morirs".
Muri
segn
la palabra deYahvque Elias
haba
dcho
(2 R 1, 16-17a).
El considerarse esencial y
ncamne
un siervo deYahvda,
pues, a Elias aquel coraje indomable que le hace popular en toda
la
tradicin
sucesiva. A Juan Bautista se lecompararcon l preci
samente por el coraje que le empuja a reprochar alrey Herodes.
San Ambrosio dedicaba mucho de su t iempo a reflexionar so
bre estos episodios de la vida del profeta porque l mismo se haba
vis to somet ido a in tervenciones parec idas . l escribe que los
reproches a Ajab son un ejemplo muy
til;
de hecho,alldonde
33
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
19/73
hay culpas graves
parece
que el sacerdote no pueda eludir el acto
de la
correccin
con un justoreproche
(Comentario a doce
Sal-
mos, 37 ,43).
Nosotros direm os hoy que no hay que tener miedo de lospolti
cos , no hay que tener miedo de anunciar sus culpas a los podero
sos, sabiendo siempre, sin embargo, responder personalmente de
esas denuncias.
2. Una segundacaracersticaque deriva del estar en la presen
cia del Seor es que
Elias no tiene miedo del juicio de la gente.
Es
posible que nosotros logremos llegar a desafiar a lospolticos
pero ,
s in embargo , tenemos
pnco
a lascrticasde la
opinin
pblica de la gente, del sedcede losperidicos,de la prensa,
de la comunidad. Estamos hasta tal punto condicionados que no
logramos realizar determinados gestos, no logramos intervenir con
palabras y con acciones.
Elias no teme y sobre el monte Carmelo, donde ha hecho que se
renantodos los israelitas y todos los falsos profetas, exclama diri
gndoseal pueb lo: He qued ado solo, como profeta del Seor^
mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos
c i n c u e n t a v o ^
18, 22) . o tiene miedo de la soledad. Frecuentemente nosotros, nos
quedamos solos, pensamos estar equivocados, pensamos estar com
batiendo contra molinos de viento, pensamos que tal vez tenga
razn
la
opninpblica
En realidad, cuando existe verdaderamente
el conocimiento profundo de Dios y de su voluntad, la soledad no
pesa. Obraba en soledad aquel hombre que, habiendo encontrado un
tesoro escondido en un campo,
vend
todo lo suyo para adquirirlo
(cfr. Mt 13, 44-46). La gente lo desaprobaba, lo consideraba loco,
pero el mercader y el hombre aquel estaban llenos deaegra
Obra en soledad, no raras veces, quien escoge una
vocacin
religiosa, unavocacinclaustral, y las personas no entienden, mur
mura n, aducen los ms variados argum entos para disuadir. Pero el
verdadero sentido de Dios nos permite superar connmolas opi
niones, aparentemente razonables, de los otros.
3.
La terceracaracersticala describimossirvindonosde un
argumento de Ambrosio: el
celo
es la gracia de Dios que va a la
34
bquedaque penetra en elcoazndel justo, es la vida de Dios.
El celo fue una dote de Elias, y por eso fue arrebatad o al cielo:
Tenacelo y mi celo lo he gastado por el Seor
(Comentario al
Salmo 118, 28, 12).Ardoen celo por el Seor deJos
ejrcitos./
responderElias a
Yahv
en el Horeb (cfr.
R 19,
o/* .
*
4. Junto al celo, Elias
vive la soledad espiritual,
sin temerla. A
estepropsitohay un hermoso pasaje de Ambrosio donde explica
esta consecuencia de estar en la presencia del Seor. Tomando
como base elversculode Lucascuandoel cielo estuvo cerrado
durante tres aos y seismses(Le 4,2 5)escribe:Eranoche para
los
prfidos,
pero para Elias
haba
luz; estaba cerrado el cielo para
losprfidos,pero estaba abierto para Elias;haba carestapara los
prfidos,
pero abundancia para Elias. Efectivamente, no
poda
tener hambre porque los seres celestes leservanla comida y no
tena
hambre, l que daba de comer a los otros. Por tanto, en las
tinieblas el justo es luz para s
msmo(Comentario a doce Sal-
mos, 36, 32).
Quien
es
en la presencia del Seor tiene esa misma luz inte
rior, de modo que no tiene que temer las tinieblas. Para Elias su
vida la que
es
modelada por el respeto amoroso a aquel Seor
que l
eligi
servir con todas sus fuerzas, con todo elcorazncon
toda el alma, con toda la mente, con todo elespritu La suya es
una actitud global deadoracinde ofrenda de s mismo, de reve
rencia, dededicacinY es, en realidad, la actitud fundamental del
hombrebblicodel hombre que vive elShem
Escucha
Israel:
el Seor es nuestro Dios, el Seor es uno solo.Amrsal Seor tu
Dios con todo tucorazncon toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estos mandatos que te doy hoy, losfijarsen tucoraznlos repe
tirs a tus hijos, los ensears cuandoesssentado en tu casa,
cuando andes por los caminos, cuando te acuestes y cuando te
levanes
(Dt 6, 4-7).Adoarsal Seor tu Dios y a l solo servi
rs, la actitud religiosa por excelen cia: querer que D ios sea el pri
mero en ser servido, ponerlo por encima de todo, disponerse a
escucharlo, a servirlo con amor, con afecto profundo, en el culto y
en la plegaria, en la liturgia y en la adoracinsilenciosa, en la
Eucarisay en la vida cotidiana, en los juicios y en los pensamien-
35
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
20/73
tos,
en no dejarse condicionar por los juicios de los otros, en man
tener elnmocalm ado , quieto, ser an en medio de las pruebas
espirituales.
Cmo vivo mi
consagracn
Para verificarcmovivimos nuestro estar en la presencia de
Dioscmovivimos nuestraconsagracnsubrayo cuatro actitudes
sobre las que os invito a exam inaros.
1. La acti tud fundamental la expreso con una pregunta:
Miro
sloa Dios?,
m eguosola me nte por l?, es
Jes
mi regla, mi
referencia, mi punto deorienacn?
Cuando soy llamado, a hacer, a pensar, a decir, a juzgar, de
dndeparto?, de lo que hacen, dicen, piensan los otros o de lo que
quiere el Seor?
Muchas veces en las comunidades parroquiales, en las religio
sas,en el momen to de tomar decisiones nos preocupa lo que pensa
rn los
dems
y eso no es del todo equivocado. Pero sobre todo es
necesario medir si aquelladecisines conforme a la voluntad de
Dios , si es buena en s, si puede res ultar agrada ble al Seor. No
conviene nunca partir de la oportunidad, sino que debemos partir de
lo que agrada a Dios. Entonces, en un segundo momen to,
ser
posi
bl etambnreflexionar sobre la oportunidad, sobre los tiempos o
circunstancias, pero sin haber olvidado aquello que el Seor pide.
2.
No preocuparse de la gente y de su
juicio.
Es otra manera de
expresar nuestro estar ante Dios.Esclaro que en una comunidad
es necesario conjuntar los diversos juicios, pero es necesario pre
venir el riesgo de que elafnpor el juicio de los otros se convierta
en algo morbo so, excesiv o, pesado. Si ocurre as, significa que no
estamos en la presencia del Seor, que no lo miram os. En las
tinieblas el justo es luz para s
msmo
l tiene la luz dent ro de s,
sano depende de laaegradel otro; puede serle
til,
aunque ten
gamos experiencia de que nos gratifica la
opinin
de los que nos
rodean, aunque tenga un valor. Pero se trata de un valor subordi
nado, puesto en
penltimo
oantepenltimolugar, porque el juicio
36
que verdaderamente cuenta es el juicio de Dios:Aunquea m lo
que menos m e importa es ser juzgad o por vosotros o por un tribu
nal hum ano. Ni siquiera me juzgo a m m ismo Cierto que mi
conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado.
Mi juez es el Seor 1 C e ( 4 ^ 4 ) .
3.
No preocuparse de
cmo
sea o no sea comprendido.
De vez
en cuando algunas personas se problematizan porque temen que su
obra, su comprom iso, su servicio, no sean apreciados, y se pregun
tan: me entienden? Es apreciado, estimado, comprendido, mi
papel en la Iglesia?
Razonamientoslegtimos,pero que, evidentemente, no son sus
tanciales. No vale el hecho de que el otro me aprecie ms o menos,
no vale el que mi rol sea etiquetado, reconocido, sino que lo que
vale es lo que agrada a Dios:Vveel Seor en cuya presencia
estoy
4. Un ejercicio
prctico
puede ser el de vercmovivo estos
sentimientos en laoracin, en el
Oficio divino,
en laadoracin
eucarstica.
Ciertamente, algunas de estas acciones son secretas -pienso en
la
oracin
en laconemplacnsilenc iosa-, y en este caso es ms
fcil
vivir la soledad con Dios. Otras acciones, sin embargo, son de
naturaleza coral y debemos buscar a Dios todos juntos, con el
canto, los gestos y las palabras. Entonces se
insina
la dificultad.
Porque estando acompaados de una comunidad , es posib le
abandonarse a lacoralidadcomo si fuese suficiente,
peocupn
dose mucho por los cantos, los gestos,irritndosetal vez por quien
desafina, por quien no hace bien los ritos, o
quz
temiendo no
hacer bien lajjmpia-parte/Se sabe que el servicio
litrgico
se le
hac
a Dios pero sin embargo\jo cumple principalmente mirando
al entorno.
En rea l idad , noso t ros debemos v iv i rtambnlos momentos
cora'.es
litrgicos
estandosoa la presencia de Dios, elevando
continuamente a l nuestrocorazn
Vendrn
distracciones, pero
tenemos la posibilidad de volver a empezar y decir: Seor, estoy
en tu presencia, t eres mi
oracin
t eres mi plegaria, t mi canto,
37
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
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t eres quien me da todo y me ofrezco a ti juntam ente con mi
comunidad.
Para m es una experiencia muy hermosa darm e cuenta, durante
lacelebracinde laEucarisasolemne con determinadas comuni
dades parroquiales o religiosas, que estamos todos verdaderamente
en la presencia del Seor, al menos con la voluntad interior pro
funda, que continuamente rescatamos de las distracciones, de los
pesares delcorazndndonosnuevamente a l,
ponndonos
ante
su rostro. Es una especie de experienciaestica
O h
Seor
t que enviaste a tu precursor Juan Bautista en el
espritu
y con la fuerza de Elias,
concdenos
a cada uno de noso
tros que meditamos sobre este tu siervo y profeta participar de su
espritu
y estar en tu presencia en lahumildad en el respeto, en el
olvido de nosotros mismos, en el
amor.
Haz, te rogamos, que toda la Iglesiaesta tu servicio como lo
estuvo Elias, en la
humildad
en la pobreza de
espritu,
en la reve
rencia, en elxtasis.Te lo pedimos porintercesindeMaraque
estaba con respeto y
adoracin
profunda en tu
presencia.
38
III
EL CONOCIMIENTO DEL DIOS VIVO
AY DE LO S
IDLATRAS
Para esta
medtacin
nos inspiramos en la plegaria deJesen
el evangelio de Juan:
a
es la vida eterna: que te conozcan a ti,
nco
Dios, y al que han enviado,Jesucriso(Jn 17, 3).
O h
Jess,
que pronunciaste aquellas palabras para tus
aps-
toles y para todos nosotros,
concdenos
el conocimiento del
nico
Dios, que nos viene de ti, el enviado del Padre. Haz que nos deje
mos guiar en tal conocimiento por el
nico
verdadero y por tupro
feta
Elias.
Podemos ti tular nuestrareflexinde otro modo,refirindonos
ms
especfcamne
a las acciones del Tesbita sobre las que esta
mos
m edi tando:
Ay de los
idlatras.
Queremos ahora detenernos en elcaptulo18 del primer Libro
de los Reyes donde se describe el juicio divino acerca de los profe
tas de laidolatra.
39
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Ay de los idolatras,
que indica
cmo
el conocimiento del verda
dero Dioses
tambn
enmascarado por la falsedad de los
dolos,
es palabra que encontramos en el m ismo Nuevo Tes tamento.
Querdosmos
huid de la
idolatra
dice el
apsto
Pablo
1
C o
10 ,
14).
Poda
parecer que laexhortacinno sea deinerspara
nuestra
situacin
moderna, peroquzcomprendamos mejor el pen
samiento de Pablo cuando escribe:
Po
tanto, mortificad vuestros
miembros terrenos: lafornicaciny la impureza son
adoracin
del
sexo. Por eso ya he dicho en laintroduccinque el mensaje de
Elias tiene su propia actualidad. Todo lo que es buscado como si
fuese bien
ltimo
desterrando los bienes superiores, es una forma
deidolatra.
Nuestrareflexin
compender
tres partes: una
lectura
de algu
nosverscuosdel episodio acaecido en el monte Carmelo; una
meditatio en la que intentaremos profundizar sobre el significado
de laidolatra;un a preguntaprcticapara conocer losdolosque
esnen nosotros y la verdad de nuestro servicio al Dios vivo.
1 R 18,16-40
Abdas
fue al encuentro de Ajab y leavisy Ajabpartial
encuentro de Elias. Cuando Ajab vio a Elias le dijo: "Eres t, el
azote de Israel?" l
respond
"No soy yo el azote de Israel, sino
t y la casa de tu padre, por haber abandonado aYahvy haber
seguido a los Baales. Pero ahora,
enva
a reunir junto a m a todo
Israel en el monte Carmelo, y a los cuatrocientos cincuenta profe
tas de Baal que comen a la mesa de
Jezabe
Ajab
envi
mensajeros a todo Israel yreunia los profetas en
el monte Carmelo. Elias se
acerc
a todo el pueblo y dijo: Hasta
cundo
vais a estar cojeando con los dos pies? Si
Yahv
es Dios,
seguidle; si Baal, seguid a
ste
Pero el pueblo no le
respond
nada. Dijo Elias al pueblo: He queda do yo solo como profeta de
Yahv mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cin
cuenta. Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para
ellos, que lo despedacen y lo pongan sobre la lea, pero que no
pongan fuego. Yo
preparar
el otro novillo y lopondsobre la
lea, pero nopondfuego.
Invocaris
el nombre de vuestro dios;
4 0
yo
invocar
el nombre deYahvY el dios que responda por el
fuego, se esDosTodo el pueblo
respond
Estben Elias
dijo a los profetas de Baal:
Elegios
un novillo y comenzad voso
tros pr imero, pues sois ms nume rosos . Invocad el nombre de
vuestro dios, pero nopongsfuego Tomaron el novillo que les
dieron, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la ma
ana hasta el
medoda
diciendo: Baal,
respndenos
Pero no
hubo voz ni respuesta. Danzaban cojeando junto al altar que ha
ban
hecho. Llegado el
medoda
Elias se burlaba de ellos y
deca
Gritad ms alto, porque es un dios;tendralgn negocio, le
hab
ocurrido algo,
esar
en camino; tal vez
es
dormido y se
despertar
Gri taro n ms alto ,
sandose segn
su cos tumbre,
con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos. Cuan
dopasel
medoda
se pusieron en trance hasta la hora de hacer la
ofrenda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respon
diera.
Entonces Elias dijo a todo el pueblo:
Acercaos
a m. To do el
pueblo se
acerc
a l.
Repar
el altar de
Yahv
que
haba
sido
demolido.
Tom
Elias doce piedras
segn
el
nmro
de las tribus
de los hi jos de Jacob, al que fue dir igida la palabra de
Yahv
diciendo:
Israel
sertunombreErigicon las piedras un altar al
nombre de
Yahv
e hizo alrededor del altar una zanja que
conena
como unas dos arrobas de sembrado. Dispuso la lea,despedazel
novillo y lo puso sobre lalea.Dspusdijo:
Lenad
de agua cua
tro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la lea. Lo
hici eron as. Di jo:
Reped
y repitieron. Dijo:
Hacedo
por ter
ceravezY por tercera vez lo hicieron. El agua
corri
alrededor
del altar, y hasta la zanja sellende agua. A la hora en que se pre
senta la ofrenda, seacercel profeta Elias y dijo:YahvDios de
Abraham , de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que t eres Dios en
Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado
todas estas cosas.
Respndem
Yahv
respndem
y que todo
este pueblo sepa qu e t,Yahveres Dios que conviertes sus cora
zonesCay
el fuego deYahvque
devo
el holocausto y la
lea, ylamel agua de las zanjas.
Tem
todo el pueblo, y caye
ron sobre su rostro y dijeron: Yahv es Dios,YahvesDos
Elias les dijo:
Echad
mano a los profetas de Baal, que no escape
41
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
23/73
n inguno de
ellos;
les echaron mano y Elias les hizo bajar al
torrente deQusny losdegollall1 R 18,16-40) .
Es unprrafomuy largo, rico en dramatismo y lleno de fuerza
narrativa.
Lo podemos dividir en cinco partes.
1.L a
preparacin
del juicio de Dios (vv. 16-20).
Elias manda aAbdas,el mayordomo del rey, a decir le que
debe hablarle; Acab se dirige hacia el profeta que le ordena que
convoque en el monte Carmelo a los profetas de Baal.
2. La segunda parte narra el
desafo
de Elias (vv. 20-24) mos
rndonosque lo que se pone en juego es la fe
monoesa
Se trata
de decidir
si
Dios es
Yahv
o es Baal o los Baales, los dioses de los
fenicios, los dioses de Tiro.
La palabra central de esta parte es elversculo
21 :
Hasta
cun
do vais a estar cojeando con los dos
pes?
La
expresin
no es del
todo clara; probablemente quiere indicar la falta de unadecisinel
ir un poco de uno a otro lado.Quzalude a las danzas sagradas que
sehacanun tanto en honor deYahvy un tanto en honor de Baal.
Si el Seor es Dios,
segudo contina
elverscuo21, y acude
enseguida a nuestra memoria la asamblea deSqumconvocada por
JosuSi noquersservir
al
Seor, elegid hoy a
qun
quersser
vir: si a los dioses a los que sirviero n v uestros padres ms alldel
ro, o a los dioses de los Amorreos, en cuyopashabtis. Que yo y
mi famil ia serviremos aYahv(Jos 24, 15). Se representa lo
mismo, el
dramticodilema:
aqunqueremos servir?
Es doloroso notar que mientras en el libro deJosuel pueblo
responde por tres veces:Lejosde nosotros abandonar al Seor
para servir a otrosdosesa Elias el pueblo no le responde nada,
no sabe qu dec ir,estemeroso, indeciso.
3. En la tercera parte (vv. 25-29) leemos el intento de llevar a
trmnoel sacrificio del fuego por parte de los profetas de Baal:
gritan, danzan, se emborrachan desde la maana hasta elmedoda
Es interesante ladescripcinde la danza ritual mediante la que se
excitan hasta llegar a un estado de trance; se trata de una ceremo-
4 2
nia religiosa que conduce a laauoexaltacinAn ho y exi sten for
mas de pretendida espiritualidad que, a
travs
de laauoexaltacin
provocan un estado
pseudomsico
4. L os
verscuos
30-38 presentan, s in embargo,cmoElias
realiza el sacrificio. A la desesperada intentona de los seguidores
de Baal para atraer laaencinde la divinidad, se contrapone la
tranquila compustura del profeta de
Yahv
Es notable sobre todo
suinvocacinen el momento del sacrificio postmeridiano, que as
nos recuerda la suprema ofrenda realizada porJesa las tres de la
tarde sobre el monte Calvario: Seor, Dios de Abraham, de Isaac
y de Jacob, que se sepa hoy que t eres Dios en Israel y que yo soy
tu servidor y que por orden tuya he ejecutado todas estas cosas.
RespndemYahvrespndem
y que todo este pueblo sepa que
t,
Yahv
eres Dios que conviertes sus
coazones?
5. En fin, laltimaparte (vv. 39-40) habla de las consecuencias
de cuanto ha ocurrido; por una parte el pueblo que adora aYahv
y por otra, los profetas que son ejecutado s.
El sentido de crueldad que aparece en la matanza de los sacer
dotes de Baal es superado, evidentemente, por elespritudel Nue
vo Testa men to. Sin em bargo , ms
all
de las costumbreshstricas
del pasado (cfr. Es 22, 19), nosotros queremos penetrar en el men
saje permanente delprrafocon la gracia de Dios y con la ayuda
de lEsprituSanto.
Seor,concdenosentender el valor de este episodio para
conocerte mejor a ti,nicoDios verdadero, y a aquel al que t has
mandado,Jesucristo.
La
idolatra
1.Etimogicamenteidolatraquiere decir culto a losdolos,
adoracnde objetos fabricados por el hombre, que
tienefun
sig
nificado religioso, objetos que pueden representar un hombre, una
mujer otambnun animal (serpiente, cordero,
guila).
A ellos se
rinde honor, se atribuyen poderes divinos,
mgcos
superiores, se
les da reverencia y
adoracn
ofreciendo sacrificios.
43
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24/73
2.
No es
fcil
entend er por qu el hombre se comporta de ese
m odo:
deberamosentrar en complejas discusiones de antropolo
ga y de
psicologa
religiosa.
- La
moivacin
ms inm edia ta, qu e
quz
valapara los anti
guos ,se encuentra en el hecho de que pensaban en una fuerza mis
teriosa radicada en determinados objetos.
- Sin embargo ,habaalgo ms prob able me nte: pens aban en
una fuerza divina de la persona o de la realidad representada. No
podemos, por tanto, considerar la
idolatra
siempre como alguien
que elige un objeto por
Dios ;
ms bi en ,stecree en su referencia a
una personalidad divina o a una fuerza astral,
mtica
- Por tanto,
tambn
el
dolo
puede tener un valor relativo y,
por eso, suadoracinpuede indicar un cierto acto religioso hacia
aquello que el hombre no logra imaginar del todo. Quien honra a
un
dolo
puede querer honrar en una seal visible una fuerza
divina invisible. Era esto lo que intentaban hacer los hebreos
cuando se construyeron en el desierto un becerro de
oro:
no pensa
ban sustituir a
Yahv
por otro dios, sino rendirle culto de manera
tangible, tener un
smboo
de la potencia propia de
Yahv
que les
habaconducido fuera de Egipto.
- Natura lmente, an en ese caso, que es el ms genuinam ente
religioso de
idolatra
no s
podamos
preguntar: la fuerza divina a la
que se quiere rendir culto, es una fuerza verdaderamente trascen
dente o
quz
un aidealizacinde una realidad humana? Si los He
breos en el desiertotenancasi con toda seguridad, la voluntad de
adoraraYahven los cultos a Baal, sin embargo, se adoraba la fuer
za de la fecundidad, de la naturaleza con sus ciclos resproductores de
muerte y de vida, de vida que nace de la muerte, de la primavera que
nace del invierno. Los adoradores de Baal expresaban un sentido
religioso de reverencia y de dependencia hacia las grandes fuerzas
que rigen el mundo: el am or, elsexo, la naturaleza, la fertilidad.
E s, pues,difcilentrar en los meandros delcoaznhumano.
3.
Sin embargo, nosotros sabemos que la Escritura es totalmente
contraria a cualquier acti tud que parezca, aunque sea de forma
mnmaidoltrica
An sabiendo que existen muchas maneras de
se r
idlatras,
la Biblia no admite que se reduzca la divinidad a algo
4 4
humano, aunque se trate de unsmbolo aunque se trate de una
refere ncia a una realida d ms alta.
Alguienquedarasombrado de la rigidez de la Sagrada Escritura,
de la intransigencia del profeta
Elias;
de hecho, si se piensa en otras
religiones,podraparecer
legtimo
expresar un cierto valor religioso
atravsde los objetos, al menos como un intento de afirmar un Ser
supremo al que es necesario adorar. Entonces, cmo es que se
rechaza la
idolatra
an en sus form as ms esp iritu ales , ms altas ?
Larazn a mi parecer, la encontrarmos en la
definicin
que
Elias da de s mismo, y que ya hemos meditado:
Po
vida del
Seor, Dios de Israel, en cuya presencia
esoy
(1 R 17, 1).
Por
vida del Seor,
VvitDomnussegnla
versin
latina.aes la
clave para entender la lucha de Elias contra losdolosy la lucha de
la Biblia contra todo aquello que, aunque seamnmameneapa
rece como
idolatra.Yahv
es un
Dios vivo.
En el contexto que nos interesa, significa que Dios es imprevi
s ible, que suaccinpara con nosotros es l ibre y soberana, que
nunca podemos ca lcu lar nada prev iamente . Heaqul a enorme
diferencia entre laconcepcndel verdadero Dios y cualquier otra
forma de religiosidad. Porque eldolo aunque en l se pretenda
personificar y venerar la justicia, la verdad, la santidad, no es an
el Dios controlado por el hombre que puede preveer las exigen
cias,
y teniendo una idea propia de la justicia, de la santidad, de la
verdad, puede, en cierto modo, dom inarlo.
Sin embargo
Yahv
es libre, no se deja manipular por su cria
tura, no se deja encuadrar en nuestros razonamientos ni en nues
tras previsiones. Nosotros no sabemos
cmo
se
compoar
Dios
porque es una personalidad viviente y trascendente; todo depende
de l y a nadie debe rendir cuentas. Al contrario, como dije antes,
un valor humano personificado, m e hace caer en la cuenta del con
cepto que yo tengo de l y puedo, si quiero, exorcitarlo.
Yahv
obra como quiere, se hace presentecmoy donde quiere, no es un
principio abstracto, sino que ama, suscita y destruye, premia y cas
tiga, eleva y abaja, ysol sabe elporqu
~ Este es el Dios
vivo,
y por ello la Biblia no admite que se le pueda
reducir a una
represenacn
a un concepto, ni siquiera a una defini
cin
porqu e es El que es (cfr. Ex 3, 14 ), por
tanto,
se hace presente
45
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
25/73
donde quiere y como quiere, obra donde y como quiere, ama al hom
bre porque lo quiere am ar y lo salva del mod o que l sa be.
En el fondo, el nombre de Elias es lasnesisde cuanto veni
mo s diciendo: Mi Dios es
Yahv
mi Dios no me lo he imagi
nado yo, no me lo he construido yo, ni con mirazn ni con mi
filosofa
con miconceptualizacin;
Yahv
es l, el impre visible, el
Dios que me env uelve, que me atrae.
E s,
pues, muy importante la
revelacin
del Dios vivo que ve
mos en estapgnade la vida de Elias y que encontramos, tam
bin en tantos otros pasajes de la Escritura.
Servimos al Dios vivo?
Hoy hay muchas formas desupersticinque recuerdan las del
pasado; mucha gente usa talismanes, amuletos, recurre a la adivi
nacin a las cartas, a los
horscopos
Pero podemos afirmar que
en nuestro mund o occidental laidolatrano tiene nada que ver con
la antiguaidolatra.
Muchos tienen una cierta dea acerca de un ser superior, y no
son tan numerosos como sepodracreer los ateos convencidos,
racionales. Incluso lasestadsticasreligiosas ensean que personas
no creyentes en el Dios de la Iglesia
catlica
piensan, sin embargo,
en el tema del ms
all.
Sin embargo,quzson pocos, incluso entre los bautizados, los
que han llegado al conocimiento del Dios vivo, tal como lo pre
senta la Escritura y como nos los presenta
Jess
Un Dios que no
es
hecho com o yo lo pienso, que no depende de cuanto yo espero
de l, que puede, pues, desconcertar mis esperanzas, precisamente
porque
es
vivo.
La prueba de que no siempre tenemos una justa idea de Dios es
que alguna vez nos desilusionamos: me esperaba esto, me imagi
naba que Dios se compo rtara as, y me he equivoc ado. De ese
modo recorremos el sendero de laidolatra,queriendo que el Seor
obresegnla imagen que nos hemos hecho de l.
Seor, nosotros te conocemos poco, y
t,
de hecho, has dicho
que nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se
lo quiera
revelar.
4 6
Es
ncamne
en la
revelacin
de la Escritura, que tiene su
cul-
men en
Jess
donde noso t ros podemos conocer a l Dios v ivo .
Aquel que no nos revelan ni la carne ni la sangre, ni los racioci
nios,
ni las costumbres, ni las deducciones de nuestra mente. Es
cierto que nosotr os podem os alcanzar a decir que hay alguien ms
all
de nosotros, ms
all
de todo, pero nunca lo consideramos tan
superior a noso t ros que pueda engaarnos y sorprendernos.
Instintivamente lo reducimos a nuestra medida, mientras que la
adoracin del Dios vivo, laadoracinde celo fuerte, incansable,
ardiente hasta la crueldad, de Elias es hacia el Dios a quien nadie
puede decir nada, que
es
ms
all
de cualquier
imaginacin
o
pensamiento nuestro, que se revela por amor y con amor trastorna
una y otra vez las ideas humanas. Todo el evangelio es una mani
festacindel esfuerzo de los hombres por aceptar al Dios de
Jess
empezando por losapsoesporque lo esperaban de otra m anera.
Y cuando el Dios de
Jes
anuncia que se
revear
en la cruz, se
escandalizaban al darse cuenta de que no era el Dios que pensaban.
Servimos verdaderamente al Dios vivo?
Revlate, Seor, a m,mustratedesconcertando mis pensa
mientos,mustratedestruyendo mis ideas prefabricadas acerca de
ti, destruyen do losdolos, las falsasimgenestuyas que ocupan mi
corazn.
Nuestros
doos
Podemos concluir con una pregunta: cules son losdolosque
me impiden el conocimiento del Dios vivo?
Ciertamente, son muchos, personales y sociales.
Personales: el orgullo, laambcin todas las pretensiones que
llevo dentro.
Y luego, sociales, externas a m pero que, sin embargo, me
impiden el conocimiento del Dios vivo:
los
dolos
grupos, los
do
los foros, losdolosteatros.En lenguaje moderno: la raza, la cultura
de una gente, que en parte es un valor y en parte puede aprisionar la
mentalidad enfrentando a unos contra otros; el miedo a lo que
piensa la gente, a laopnnpblicael estar siempre pendienteni
camente de lo que es la media del pensamiento
comn
en fin, los
47
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
26/73
dolosteatros,
tod o aquello que me hace esclavo de lo que esperan
lo s
dems
Se trata de pequeos
dolos,
como los que se l levaban
escondidos las mujeres de los patriarcas, para no perder del todo la
unincon el pasado. Pequeosdolosson lasuecna las opinio
nes ,
a las costumbres de los otros, a las falsas costumbres de la
cultura, que al fin me quitan la libertad y la rectitud delcorazn
Podamosdecir, en
sstesis
que todo lo que va contra la pureza
decoaznrepresenta nuestra
idolatra:Benavenuados
los lim
pios decoraznporque ellosverna
Dos
(M t5 ,8).
Concdenos,
Seor, la pureza del
corazn.
OhMara, t que
has contemplado al Dios vivo y te has sometido com pletamente a
l como esclava de
Yahv,
purifica nuestros pensamientos para
que podam os conocer y adorar al Seor com o t lo has conocido,
amado y
adorado.
4 8
LA JUSTAPETICIN
1 R 3 ,5 .7 -1 2 ; Rm 8 ,28 -3 0 ; M t 1 3 ,44 -52
En esta
homla
m e
limtar
a hacer
agn
subrayado acerca de
larelacinentre las lecturas y el camino de los Ejercicios espiri
tuales que estamos haciendo.
La
peticn
de
Saomn
En aquellos
dasYahv
seapareca
Saomn
en sueos por
la noche. Dijo Dios:"Pdemlo que quieras que te d".Saomn
dijo:
"Seor, mi Dios, t has hecho rey a tu siervo en lugar de Da
vid mi padre, pero yo soy un nio pequeo que no sabe salir ni
entrar. Tu siervo
es
en medio del pueblo que has elegido, pueblo
numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedum
bre.
Concede, pues, a tu siervo, uncoaznque entienda para juz
gar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues quin
sercapaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?Agrada
Yahv
esta
splica
deSaomny le dijo Dios:Poquehas pedido
esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de
tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar, cum plo
tu ruego y te doy uncoaznsabio e inteligente como no lo hubo
antes de ti ni lohab
despus1
R
3,
5. 7-12).
49
8/11/2019 Martini, Carlo Mara - El Dios Viviente
27/73
Al iniciar estosdasosexhorta precisar la gracia que cada una
preendapedir al Seor como fruto de los Ejercicios. Y tal peti
cin es agradable a Dios, como nos ensea este trozo del primer
libro de los Reyes. Naturalmente, surge
esponneamne
el inte
rrogante: acaso no es verdad que el Seor sabe mejor que noso
tros lo que nos conviene?
Ciertamente lo sabe, pero desea que lapeticinse abra camino
en nues tro
coazn
y devenga clara, precisa, adecuada a nuestra
necesidad real. Es
se
tambn un modo con el que Dios ya nos
escucha, suscitando en nosotros la
peticin
justa.
De hechoSaomn
poda
haber hecho muchas otras pet icio
nes , y has ta religio sam ent e ms pro fun das: D ios mo, llvame
con t igo com oserarrebatad o Elias en un carro de fuego Sin em
bargo, no hubieran s ido adecuadas al momento que es taba vivien
do el rey.
Por tanto, l tuvo la humildad, la sinceridad, el coraje de pedir
lo que le era necesario para vivir
segn
Dios en su determinada
situacin
histrica:
un
coazndcil,
para saber administrar justi
cia al pueblo. Entre las muchas posibles peticiones,eligiaquella
que
corresponda
al designio de Dios sobre l,
stundose
en la
mejorcondcinpara ser escuchado.
Es interesante subrayar, reflexionando sobre la vida de Salo
mn, que el Se o r leconced
despus
bastan te ms Lapeticin
justa y proporcionada a nuestro camino no nos priva de otras gra
cias ,
por el contrario, nos abre el camino hacia muchos dones.
Os exhorto, pues, a quevolvisa pensar lo que quisieras como
fruto de los Ejercicios, para entender, a la luz de las palabras de
Saomn si es verdaderamente adecuad o a vuestra actual necesidad.
La gracia fundamental
Es necesario pedir con insistencia esta gracia, en vista del
nico
don fundamental, el del Reino:Buscadante todo el reino de Dios
y lodemsse os
dar
por aadidura (Le 12,31).
Jes
ilustra este don en las dos primeras
parboas
del evange
lio de Mateo: el tesoro escondido en el campo y la perla preciosa
(cfr .Mt 13,44-46) .
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El Reino es la gracia fundamental , que comprende todas las
dems
es incomparable y l lena el
corazn
de
aegra
haciendo
fcil an el sacrificio.
Cuando tenemos la
aegra
del Reino, el resto se ajusta, se re
suelve, encontramos la fuerza de vender lo que tenemos para com
prar el campo o la
perla.
De hecho, el tesoro de la
parboa
esnico
ya no hay otros, y la perla preciosa de gran valor esnica
Vuelve
aqu
lareflexinsobre la lucha contra los
dolos:
hay
actitudes humanas religiosas, y
tambn
no directamente religio
sas,
que persiguen ciertos valores muy importantes -justicia, leal
tad, paz, fraternidad-; sin embargo, solamente el Reino permite a
tales valores ser
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