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8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
1/7
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
2/7
conocimiento modelo
de rigor
y
de
verdad
por
antonomasia
es
el
conocimiento
cientfico,
que,
adems,
se ha
extendido
hasta
rotuar
prcticamente (tcnicamente)
todos
los mbitos
de
la
realidad. Hasta
el
punto
de
que
es imposible
dar
un
paso,
cuando
tratamos
de conocer algo sin su colaboracin,
ya
sea
ofrecindonos
su
ayuda, sus
mtodos, o sus resultados
debidamente contrastados-validados
por
la
propia
comunidad
cientfica, etc.
En
tal
sentido,
adems, tenemos
la
ventura
de
contar
en
la filosofa espaola
actual
con el trabajo ciclopeo
de elaboracin de una teora
materialista
de
las
ciencias
que
ha
empezado
a
ser
publicada
recientemente bajo el ttulo
gen-
rico
de
Teora
del Cieme
Categorial
(Pentalfa,
Oviedo
1992).
Por ello,
los
anlisis
que
desarrollamos
aqu
presuponen
dicha
teora
y
se nutren de algunos de
sus
brillantes
resultados,
aun-
que
slo de aquellos
que
modestamente
creemos
haber
podido
entender
o
nos han sido
tiles
para
nuestros
propsitos.
Tal
teora
se
caracteriza
por
ejercitar
el
punto
de
vista
gnoseolgico,
como alternativo
a
otros
enfoques
posibles
(lgico-
formal,
psicolgico,
sociolgico,
informtico, epistemolgico,
histrico). Peo dicho enfoque
se
circunscribe abrumadoramente
al
anlisis del conocimiento
cientfico, o mejor an
de
las
cien-
cias mismas
como
estructuras
objetivas,
anlisis
importantsi-
mo
sin
duda,
y
previo
tambin
para
abordar el tema
que
a
nosotros nos
interesa
ms directamente,
el anlisis de la
propia
filosofa. Por ello
la taea
que
nos
proponemos
aqu
es com-
plementaria
con la
anterior,
-aunque
no
necesariamente ar-
mnica en
toda
lnea-,
y
la
presupone.
No
se
trata de elabo-
rar
una teora
de
la
ciencia, sino una teora del
saber estricta-
mente
filosfico.
Dicha teora sera, en
rigor,
una Meta-filosofa,
si consideramos
que
ia
Filosofa es un saber
que
a su
vez
podra
ser analizado
por
otro
saber
y
as sucesivamente ad
infinitum.
Pero
si
consideramos
que
la
Filosofa
es el
lugar
donde
el
saber
alcanza su ltima
orilla,
su ltima
fundamenta-
cin,
-ms
all
de la
cual
se
abre el
mar
tenebroso de la
Metafsica
o
de
la
mstica-,
entonces
dicha tarea
no
sera
propiamente
meta-filosfica,
sino filosfica ella
misma, en tanto
que
la
filosofa sera un saber
lmite
que
inciuye
internamente
el
trmite
de
su
propia
fundamentacin, como
saber asimismo
del
propio
lmite, en el sentido
que
seala
por
ejemplo
Euge-
nio Trias
{Los
lmites del mundo,
Ariel, Bacelona 1985).
En
un
sentido
similar,
e1 ltimo Schelling,
en su poca
de
Berln,
consideraba
que
la
Filosofa era, a
la
vez, Fiiosofa
positiva
y
Filosofa negativa
(Ver
mi libro,
La
llimq orilla,
Pentalfa,
Oviedo 1989, cap.
III).
Pues como
saber
positivo
o
sustantivo
que
ia Filosofa
es,
aunque su
positividad
no sea
del
mismo rango
qu
la
positividad
cientfica,
incluye
un tr-
mite
necesario
de
autojustificacin, un trmite
crtico,
adjetivo
si
se
quiere, pero
insosiayable. Dicho
trmite
es
el
que quisi-
ramos abordar
aqu, aunque sea
esquemticamente.
Para
empezar, entenderemos la Filosofa como
un
sabe
de
otros saberes.
Como
una
forma
de
conciencia, de
saber,
que
se
alirnenta
de otras
fomas
de conciencia a
ias
que
toma
como materiales.
Como
una forma de conciencia
ya
no inten-
cional
-como
pensaban
Husserl
y
Scheler-, sino
como
una
Conciencia
implantada, como
afima
Gustavo
Bueno, o
como
una conciencia encarnada, corporeizada,
como
deca Meleau-
Ponty. Ahora bien,
desde
una
perspectiva
estrictamente
gno-
seolgica,
y para
que
sta se
constituya
debidamente,
es
preci-
so
determinar
no
slo la estructura
fomal
de dicho
saber
(su
Lgica),
sino
tambin
la
estructura material conformada por
ella
(su
Esttica, su
).
En el artculo
anteriorment
citado
ofrecamos una
primera
exploracin
de
dichas estructuras materiales, estticas, topogr-
ficas, definidas
como
Ambitos
en
los
que
se
enraizan las
lormas
del
saber filosfico,
a
Ia
vez
que presentamos
una tipificacin
bsica
en cuatro
mbitos distintos: religioso,
poltict.r,
cultural,
csmico. Una
tarea
previa
que,
sin
embargo,
nos
da
pie
para
tatar de
construir a
partir
de ella una teora
gnoseolgico-
material
o
esttica de la
Filosofa
misma, una'Ieora
que
llama-
remos Teora
Ambital.
Pues desde
un punto
de vista materialis-
ta,
la
gnoseologa
debe
girar
en
torno
a
la
materia misma
del
saber,
lo
que
no
excluye
la consideracin
de su forma,
por
supuesto. Pero
sta,
ahora,
se
entiende como inseparable
de
la materia,
consistiendo
la
forma
en
una
materia
especial, sim-
bolizada,
que
sirve
para
unificar una materia
mltiple.
Por tanto, lo
que
nos
es
dado
previamente
es
la
materia,
los
propios
Ambitos
que
han
sido
producidos
por
un
suje-
to-corporeo,
por
url Cuerpo
-y
no
por
un Yo como
crea
Fichte-,
por
un
individuo
o conjunto
de
individuos
dolaclos
de
un
cuerpo
vivo
que
opera
quirrgicamente
sobre oto
medio
asimismo
material,
suministrnclonos unos saberes, unos
cono-
cimientos
que
se elevan desde
los
tecnolgicos-culturales
hasta
los
cientficos-categoriales
que,
a su
vez,
ger\etan
las Ideas
fllo-
sficas
que
los
agrupan.
Estas Ideas resultantes
son
mirltiples
y
muy
variadas
a
1o
largo
de la tradicin
histrico-filosfica.
Pero
la
tarea dei
saber
filoslico
consiste
precisamente
en agru-
parlas
sistemticamente en
una forma
jerrquica,
de
lal
mane-
ra
que
se
eligen
algunas de entre ellas como
las fundamentales,
a
partir
de
las cuales
se analiza el resto,
etc.
Toda
filosofa
que
ha
alcanzado
gran
influencia
ha
tenido
que
eiegir alguna
o
algunas
Ideas,
que
no
suelen
pasar
del
nmero de los
dedos
de una mano, cmo las Ideas
trascenden-
tales
o
las
que
ms interesaon
al
filsofo en cuestin.
E,n
el artculo
anteriormente
citado
elegimos,
-no
sabemos si
para
bien
o
para
mal,
pues esto
1o
decidir
el
propio
desarrollo
de esta
Teora
y
en
tal
desarrollo
es
fcil equivocarse-,
cuatro
Ambitos
(poltico,
religioso, cultural
y
csrnico), cada
uno
de
ios cuales
rotura
un
espacio
presidido por
na ldea
(Estado,
Dios,
Cultura, Cosmos);
y
estabiecimos
una estructura,
especie
de
> de
la
Razn filosfica,
que
envuelve
o
pone
en conexin,
y
a Ia vez
separa, unas
Ideas con
otras.
Es claro
que
tales Ideas,
segn
lo dicho, son las
formas
lirnites
en
que
se organiza ei saber filosfico, una
especie
de
lo
que
Ortega
llamaba
Creencias
o
Foucault . Pero
dichas
formas
presuponen
a
su
vez
un ser
material,
asimismo
lnite,
a
partir
del cual han
sido
producidas.
Dicho ser, desde
una
perspectiva
ontolgica es la Materia Trascendental,
tal
cono
sostiene
Custavo
Bueno
en sus
Ensayrss
materialistos. Pero
den-
tro
de una
perspectiva gnoseolgica
el
no
puede
ser otro
que
el sujeto corporeo,
homo
faber,
el hombre
de
carne
y
hueso,
que
acta
y
padece.
Por
tanto, como todo
sistema de
ldeas
debe
a
su vez
tener un fundamento
que
las
amarre,
una
fuente
que galanticc
asimismo su
identidad
de
origen,
este
fundamento
es
para
no-
sotros
(ordo
cognoscendi)
el
sujeto-corporeo. Como bien
vea
Fichte, no basta
con
descubrir
en filosofa
muchas
verdades
si
despus
no
tenemos
un hilo conductor
que
nos
evite
perder-
nos entre ellas:
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
3/7
pero
no
sera
un
edificio
coherente,
sino
un
agregado
de
cma-
ras,
de
ninguna
de las
cuales
podramos
pasar
a
otra;
sera
una
casa
en
la
que
siempre
nos
extraviaramos
y
nunca
nos
aclimataramos.
No habra
luz en ella,
y
en medio
de todas
nuestras
riquezas
permaneceramos
pobres,
puesto
que
jams
podramos
calcular
las
mismas,
jams
contemplarlas
como
un
todo,
jams
saber
lo
que propiamente
poseeramos;
nunca
po-
clramos
emplear
una
parte
de
las mismas
para
el mejoramien-
to
del resto,
ya que
ninguna
parte
se
relacionara
con
el
resto>
(Sobre et concepto de la
Docfrta
de
lq
Ciencia,
Unam'
Mjico
1963,
p.
26).
Tal
hilo conductor
unificado
fue
para
Fichte
la
Idea
de
Yo,
pero
como
traduccin
liloslica
no
ya
del
homo
sapiens,
tal
como ocurra
en Descartes,
sino
del
homo
faber,
pues
la
eserrcia
clel
Yo
es
la accin
(Talhandlung),
a
pesar
de
1o cual
su
filosola
tom
un aire
idealista,
intelectualista,
fantasmal
y,
en
gran
parte,
oscuro.
Desde
una
perspectiva materialista,
como
la
que
intentamos
mantener
aqu,
la ldea-gua
debera
ser
por
el contrario,
la
Idea
de Cuerpo,
de sujeto-corporeo,
Idea
que
tiene
ya
toda
una
prehistoria
en
la filosofa
contem-
pornea
que
arranca
no
ya
del corporeismo
de un
Hobbes
o
del, as
llamado,
, sino
de la misma
ctica
e
inversin
de
la
Idea
dei
Yo
de Fichte que lleva
a
cabo
Schopenhauer,
o
de la Idea
del
cartesiano
criticada
por
Husserl
y
ms
recientemente
por
Merleau-Ponty.
Sobre
esto
nos remitimos
a
nuestro libro,
aun
indito,
Del
Yo al
Cuerpo.
No
podemos
detenernos
ahora
tampoco
en el anlisis
de
lo
que
significa
la Idea
de Cuerpo,
actuaiizada
en
esa
especie
de
que
domina
actualmente.
Nos
basta
con
sealar
que
la
Idea-gua
que
vamos
a utilizar
en
nuestros
anli-
sis
histrico-filosficos
es
su
complementaria,
la Idea
de Am-
bito. As el
Ambito
de una
Filosofa
ser
>,
(G.
Bueno,
La Metafisica
Preso-
crtica,
Pentalfa,
Oviedo
1974,
p.
17).
Ambitus
tambin
signi-
fica,
como
seala
Bueno,
inters,
deseo,
ambicin.
Y este
es
precisamente
el sentido
que
le
da un
alcance
de Idea
Trascen-
dental,
en tanto,
como
ya
reconoca
Espinosa,
la
Ambicin
acompaa
siempre
necesariamente
a
las
otras
pasiones:
>,
(El
amor,
las
muieres
y
la
muerte,
Eciaf,
Madrid
1963,
p.
198).
Aadiramos
que
los
lmites
a
la
ambicin
los
debe
marcar
la conservacin
y
el respeto
al
Cuerpo
(sea
este
el
corpus
philosophicus, o
el
propio
cuerpo
profesoral frente al
que
Schopenhauer
no contuvo
su,
por
otra
parte
justificado,
resentimiento).
La
Idea de Ambito
que
manejamos
aqu,
es
una
Idea nor-
malmente
inconsciente,
pero que
puede
devenir
consciente.
Es
por
ello una
estructura trascendental
que
se
podra
caracterizar
no tanto en trminos
ontolgicos
o
1gico-formales,
ni
siquiera
en
trminos cientfico-categoriales
(Umwelt,
milieu),
cuanto
en
trrninos
esttico-filosficos.
Pues requiere
un
tipo
especial
de
intuicin,
la intuicin
esttica
(y
no
ya
la
intuicin
intelectuai
de
que
hablaban
Kant
y
Fichte),
para
ser
captada.
En este
sentido
recordamos
las
palabras
de Schelling:
,
(Sitema
del ldealismo
trascendental,
Pennsuia,
Barcelona
1987,
p.
156).
Como
realidades
estticas,
los
Ambitos
de
la Filosola
pue-
den
ser
estructurados
y
compuestos
para
ser
expuestos siguien-
do
principios
no
ya
igicos u ontolgicos,
sino
estticos'
Nos
acogemos
aqu
a
lo
que
en
tai sentido
Eugenio
Tias
caracteri-
z
como
el
Principio
de Variacin,
como fundamenfo
de
un
mtodo
de exposicin
que
se ha
revelado
muy lecuudo
en
su
reciente
produccin filosfica (ver
E.
Trias, Filosofa
del
futuro,
Ariel,
Barcelona
1983).
No obstante
ello, nos
parece
que
tal
Principio
debe ser
contextualizado,
como
haemos
ms
adelante,
dentro
de
una
teora
dialctica
de
las estructuras
filo-
sficas,
una
teora
dialctica
de la esencia,
que
nos
permite
determinar
en ellas
un ncleo
o
centro
de ia
Variacin
que
la
inicia
y,
a la
vez, encierra
en los
imites de
un
curso
o
recorrido
filosfico.
Sin
tales
lmites el
Principio
de
Variacin
degenerara
en
un
Principio
catico
y
arbitrario.
Aplicando
entonces
este enfoque
gnoseolgico-esttico,
fi-
gurativo
si
se
quiere,
al saber
filosfico,
resulta
que
el
campo
de la
Filosofa,
definido
topogrficamente,
est
integrado
por
cuatro
mbitos
(religioso, politico,
culturai
y
csmico),
por
el conjunto
de
todos
ellos
(el
espacio
ambital)
y
por
el
espacio
no-ambitai
o
yermo,
en
el
que
la
Filosofa
no
puede
ya
enrai-
zar
y
se
anuncia su
muerte.
Adems
debemos
indicar
de
entre
los cuatro
mbitos
uno
que
juegue
un
papel
nuclear
en
Ia
clula
filosfica,
a
partir
del
cual toma
cuerpo
alimentado
y
dirigido
por
el desarrollo
variacional,
hasta
que
en el
curso
de tal desarollo
se
produzca
eventualmente,
la
destruccin
del
propio
ncleo,
el final
de
la sinfona,
y
por
tanto
la muerte
de
la
planta
filosfica.
Pero
antes de
proceder
as,
debemos
aclaar
que
ms
que
hablar
de Filosofa
en
generai,
hablaremos
de las
semejanzas
y
diferencias
entre
la Filosofa
moderna
y
la
antigua,
pues
la
Filosofa
antigua,
por
ejemplo,
todava
se entiende
ella
mis-
ma
no
como
un
saber,
sino
como
una
aspiracin
al
conoci-
miento,
y
ese
amor-aspiracin
se
considerar
desde
1a Filosofa
moderna como
una
especie
de ignorancia.
No se
puede
equipa-
rar
el
conocimiento
filosfico
antiguo
con
el moderno
por
la
sencilla
razn
de
que
la mayor
parte
del saber
lilosfico
anti-
guo
(la
filosofa
de
la
Naturaleza
sobre
todo),
no
era
propia-
mente
un
saber,
sino mitologa,
fbula,
falso
saber
en
definiti-
va.
Ni
siquiera
la
Filosofa
Poltica
de los
antiguos
ha resistido
el
paso
del
tiempo,
a
pesar
de
que
muchas
de sus
teoras
fueron
recuperadaas
e
integradas
en la modernidad
(ver
Gusta-
vo
Bueno,
Primer ensayo
sobre
las
categorias de
las ,
Logroo 1991,
p.
355,
s.s.).
La
Filosofa
antigua constituye
por
si
misma, sin
embar-
t6
EL
BASILISCO
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
4/7
go,
un
macrociclo
que
cubre
desde
su nacimiento
griego
hasta
su ocaso
y
deasaparicin
literal en el mundo
romano. La
Filo-
sofa
moderna creemos
que
tambin
debera constituir
una
variacin-recreacin de un macrociclo
semejante,
pero
que
an
no
habra concluido.
Eilo
nos
lleva, entonces,
a tratar,
en
primer
lugar,
de hacer una lectura
de
la Teora
de los
Cuatro
Ambitos
que
se
repiten histricamente,
aunque
variando, en
relacin con dichos
macrociclos
o
ciclos de
radio
mximo
que
se
encuentran
en
la
Historia de
la
Filosofa.
Tales
macro-ciclos
lo son en relacin
con los microciclos
histrico-filosficos.
Como
ejemplo
de anlisis
de
uno de
estos
microciclos
observables
en una
perspectiva ,
-es
decir,
en una
exposicin en
la
que
comparecen
filsolos o
sucesiones
de
ellos-,
valga el
que
ofrecimos
en
el
artculo
antes
citado,
sobre el
Idealismo
alemn,
y
sobre
el
que
volve-
remos ms
adelante.
Dicho anlisis
debera ser
aplicado tam-
bin a otros
microciclos
tales
como
el
Racionalismo,
el
Empi-
rismo, el
Positivismo, la Fenomenologa,
etc.
Ello excede
aho-
ra
mismo
de nuestras
posibilidades
y
debe ser
tomado
nada
ms
que
como
un
programa
que
merecera
ser ensayado.
Por
nuestra
parte
lo hemos
puesto
a
prueba
en
habituales cursos
y
seminarios docentes
y
esperamos
poder
ir
publicando
estos
resultados,
si
tenemos
tiempo
y
ocasin
para
ello.
Tal
proyecto
es
ciertamente
ambicioso,
pues
abarca
inclu-
so hasta
la
Fiiosofa
medieval,
al
menos a
partir
del
siglo
xu. Adems
dichos
lmites
temporales
necesitan
asimismo,
ser
justificados.
Con esa
intencin entenderemos
la
Historia de
la Filosofa
moderna como una
Historia de
la
Fiiosofia euro-
pea,
en
contraposicin
a
la
Historia
de
la
Filosola
greco-
romana
o antigua.
Nos
parecen
mejor estas denominaciones
que
las
ms ideolgicas
y
posicionales
de
y
.
Pues
estas, traducidas
en trminos
histrico-positivos, son
la
greco-romana y
la
europea.
Ortega
mismo
utilizaba
esta
contraposicin
para
distinguir
el
modo
de
vida mediterrneo
(que
inclua
el
Norte
de
Africa:
Cartago,
Alejandra),
del modo
de
vida
europeo, en
el
que
Africa
quedaba
fuea o
al
margen
de
la
Civilizacin.
Por ello,
segn
Ortega,
no se
deban
identi-
ficar, aunque
haya muchas correspondencias,
a
los
pueblos
del Sur
de
Europa con
la civilizacin
greco-romana
y
medite-
rrnea. Pues ello
olvidara
la
traslacin
del eje
civilizatorio
hacia
el
Noroeste
que
se
produce,
histricamente
hablando,
con las invasiones
brbaras
y
musulmanas.
De ah
que
los nicos
macro-cicios
histricamente
obser-
vables, en una
perspectiva
),
que
muchas
veces
se
olvida, aunque
1o
atestige un
texto de
Aecio
en
el
que
se
nos dice
que
el Agua.
para
Tales, era divina.
La
primera
de
las
diferentes
especies
o
escuelas
en
que
toma
cuerpo
esta Metafsica
despus
de ser
generada
por
los
Mile-
sios
es
la Escuela
Pitagrica, en la cual
se
desarrolla
ya
clara-
mente
una
metafsica
de
implantacin
poltica
al cistalizar
el
ncleo
racionalista teolgico
en
un
mbito individualista
y
dc-
mocrtico
que
abre
paso
a
la
Isonoma. La segunda
especie
metafsica
que
sigue a esta es ms difcii de acuar
bajo el
nombre
de
un
grupo
o
escuela. No
obstante
suele ser
caractcri-
zada
por
la
aparicin
de
la
dialctiea, cuya
ligura emblenitica
fue
Herciito.
La
filosofa de
ste
gira en torno
a la
Idea
de
Logos,
por
lo
que
puede
ser
delinida
como
de
implantacin
cultural.
La
tercera
y
ltima
especie
metafsica
se
lornrara
en torno a otro
grupo
de
nombes
como
Parmnides,
Enipedo-
cles, Anaxagoras, en
los
que
destaca
la concepcin de
la reali-
dad como un
Ser
redondo, una Esfera sujeta
a
ciclos
de
vicla
y
muerte, o como una realidad
homeomrica.
Asimismo hay
que
incluir aqu al atomismo
clsico
de
Leucpo
y
Derncrito.
Son lilosofas de
implantacin
csmica
que
se
abren
paso
a
partir
de la oposicin egtre
Herclito
y
Parmnides.
En este
ltimo
perodo
se
destruye con el aieismo, a
causa
del
cual
Anaxagoras
fue expulsado
de Atenas, el ncleo
religioso
mito-
lgico
del
que
naci
la metafsica
presocrtica.
Como
esulta-
do
suyo
queda
el ideal de la vida contemplativa,
aunque
desli-
gado
ya
de
la
religin.
EL BASILISCO
t'|
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
5/7
Este
ideal
que
aicanza
su
expresin
filosfica
en
el Nous
cle
Anaxagoras,
aunque
permaneciendo
por
ello
estril,
al
con-
lluir con
el
racionalismo
social
que
madura
en
Atenas
definiti-
vamcnte
con
Pericles,
empezar
a dar
pruebas
de su
fecundi-
clari.
Scrates,
a
quien
le
interesan
no
tanto
las
piedras
y
los
rboles
como,
los
hombres
en la
ciudad'
ser
el
primero
que
se
iije en esta
inconsecuencia
de
Anaxagoras.
Utilizar
el
Nous
para
explicar
los
fenmenos
de
la
polis. La experiencia
poltica
en sentido
amplio
es
a
partir
de ahora el
verdadero horizonte
cle
la
Filosofa,
constituye
un
nuevo
ncleo
a
partir
del
cual
debe ser
reformado
enrgicamente
el
pensamiento
griego' A
partir
de
este
mbito
poltico nuclear,
ahora
filosfico
y
no
nletafsico,
se
generan las
tres
especies
que
habitualmente
se
clistinguen
como
encarnando
tres
perodos histricos
diferen-
ciacioJ:
el
cosmopolitismo
helenstico
(implantacin
csmica),
el
culturalismo
romano
que
inaugura
Cicern
(implantacin
cultural)
y
por
ltimo,
el
fideismo
cristiano
de
los
Padres
de
la Iglesia
(implantacin
religiosa).
En esta
ltima
fase
se
des-
truye,
precisamente,
el ncleo
lilosfico
-poltico
antiguo,
lal
como
se
pone
de
manifiesto
con
la
misma
destruccin
de
Roma
como centro
poltico
(410-476),
y
con
el cierre
de
ias
escuelas
lilosficas
en
Atenas
por
Justiniano
(529).
Con
ello
creemos
haber
expuesto
lo
esencial
de
la
Filoso-
la
antigua,
definiendo
su
nircieo
(interseccin
de
la
vida
con-
templativa
del
Nous
con
la
vida
poltica), su
curso
histrico
y
su
iinal.
Dejamos
de
lado
la
encarnacin
corporativa
de
iicho
ncleo
en las figuras
sucesivas
del
comopolita
helensti-
co,
clel
animador
cultural
romano
y
del
sacerdote
cristiano'
Despus
la
Filosofa
desapareci
de
la
escena
histrica,
cual
Guacliana,
para
refugiarse
en
las
cortes
rabes,
en
las
que
permaneci,
como
en
conserva,
sustentada
por
los
comentaris-
tas,
hasta
que
volvi
a
emerger
en
la
Europa
cristiana'
sobre
todo
a
travs
rie la
Escuela
de
Traductores
de
Toledo
(s'
xtt)'
Es
precisamente
en
torno
a esa
poca
cuando
se
puede
clecir
que
surge
un
pensamiento
rico
y
riguroso precursor in-
rnecliato
de la
modernidad
con
Abelardo
y
dems'
Realmente,
lo
que
se
engenclra
en
ese
momento
es,
a
nuestro
juicio,
-y
por
analoga
con
el mundo
griego,
en
el
cual
tambien
se
habla
,l*
unu
faie
medieval
(siglos
xn
al
vn)
en
la
que
se
forjaron
las
-,
es
mas
bien
la Metafsica
euro-
pea,
o,
como
tambin
se
1a suele
llamar,
la Ontoteologa'
El
ncieo
de
esta
Metafsica
europea,
tambin
llamada
Metafsica
moderna,
se
forma
por
la
confluencia
de
los
dogmas
de
la
'fcologa
con
las
.uhillus
bien
afiladas
de
la
Lgica
y
del
Algebra
que
aportaron
los
rabes'
No
es
casual,
por
ello,
que
el
*aconteciminto
que
abre
en
este
sentido
dicho
mbito
metafsico-religioso
sea
la famosa
controversia
sobre
los Uni-
versales,
y
qu.
todo
ello
culmine
en
la
sntesis
tomista
de
Fe
y
Razn.
A
diferencia de
lo
que ocurre en
el
mundo anti-
guo
aqu
no
es
Ia Mitologa
ni
la
naciente
Geometra
de los
irilesios,
sino
la
Teologa
como
equivalente
mitolgico
de
una
religin
monoteista
y
los
comienzos
de
la Lgica
moderna
y
del
Algebra.
La
complejidad
de
este
ncleo
metafsico
viene
.*pr.ridu
por
la
Escolstica
medieval,
ejemplo
eminente
de
un
p.nt *i nto
de
implantacin
religiosa
de
la Filosofa'
Dicho
ncleo
escolstico-religioso
se
desarrolla
posterior-
menteenuncursohistricogeneradordelasdiversasespecies
de
la
Metafsica
moderna,
las
cuales
se
pueden
agrupar
en
tres
momentos
marcados
respectivamente
por
las
cumbres
del
Racionalismo
(implantacin
poltica), del
Idealismo
alemn
(im-
plantacin cultuial)
y
de
la
Fenomenologia
que
pregona
la
,
a Schelling
tambin
,
a Kant
,
etc'
Es
este,
por
otra
parte,
un
procedimiento habitual
entre
los
historiadores
que
hacen
los
manuales
de
Historia
de la Filoso-
fa.
La
aplicacin
de
este
esquema
tridico
a
veces,
otras
tetr-
dico,
1o
que
denota
faita
de
fundamentacin
en
1o
que
se
dice,
se
repite
tambin
en otros
casos:
as
ocurre
con
las
series
Descartes-Malebranche-Espinosa-Leibniz,Locke-Berkeley-Hume-
Reid,
Montesquieu-Voltaire-Diderot-Rousseau,
Husserl-Scheler-
Hartmann-Heidegger,
etc'
Por
ello
el
anlisis
dei
Idealismo
alemn
en
forma
de triada
no
es ms
que
la
aplicacin
en
parte
de
un
esquema
general
con
las
variaciones
pertinentes'
Pero,
a
veces,
el esquema
parece forzado
ante
la
presencia
de
un
que incluso
puede hacer sombra
a
EL
BASILISCO
l8
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
6/7
la triada
que
Ie sigue. Es el caso
de
Kant
respecto a Fichte-
Schelling-Hegel.
La
sombra
del
gigante
Kant
sobre
los
enanos
,
dirn
algunos.
Por ello
en
el
artculo
citado
al
principio
sentimos
la
necesidad
de
excavar
la
tierra
que
sepultaba
y
tena
en
un olvido
relativo a
otros
filsofos
que
contribuyeron
notablemente
a
la
construccin
del
Idealismo
alemn,
como
Jacobi,
los romnticos
(Hlderlin,
Novalis,
etc.),
para
tener
una
Idea
ms
compleja
y,
si as se admite,
una
clave
que
explicase
el alto
vuelo
de
la
famosa
triada.
Con
ello
se incorporaba
a
Kant en
un
plano
dilerente
y previo
al
ocupado
por
Fichte, Schelling
y
Hegel,
ms
en
relacin
con
Jacobi
que
con los
romnticos
espinosistas.
Podemos
aho-
ra tratar
de aclarar
ms aun esta
situacin diferente
de Kant
con
respecto
a
sus sucesores
idealistas en
trminos
de
la
teora
dialctica
de
las
esencias
combinatorias
o variacionales,
como
una
diferencia
entre el
ncleo
del
Idealismo alemn
sustancia-
do en
la famosa
oposicin
kantiana entre
la cosa
en si
y
Ia
conciencia,
producto
del no menos
famoso
8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.
7/7
Pero
volviendo
a
nuestro
tema
podemos
observar
que
ade-
ms
de los
Macrociclos
que
nos
daban
la
estructura
general
de
ia filosofa
greco-romana
y
de
la
europea'
y
de
los Microci-
clos
que
nos
presentan la
estructura
operatoria
de
los ciclos
de
grandes individualidades
filosficas,
hay
tambin
unos
en-
foques
intermedios
muy
habituales
entre
los historiadores,
en
los
que
comparecen
corrientes
filoslicas
pero
agrupadas
asi-
mismo
en
grupos cuyo
radio
de
extensin
abarca
entre
un
siglo como
mnimo
hasta quizs tres
como mximo.
A
diferen-
cia cle
los
Macrociclos
que
se
mueven
entre
los 5
6
siglos
y
el milenio,
y
de
los Microciclos
cuya
duracin
va desde
el
medio sigio
(aproximadamente
tres
generaciones)
al
siglo
como
mucho.
Me
refiero
a corrientes
tales
como
la filosofa
Renacentista,
el
Racionalismo,
el
Empirismo
ingles,
la
Ilustra-
cin,
el
Positivismo,
la Fenomenologa,
el
Existencialismo,
etc'
1'ales
figuras
filosficas
deben
ser
estructuradas
y
ordenadas
segn
su
desarrollo
histrico.
De
tal
manera
que
si
vamos
aplicando
la
estructura
ambital
diseada
a
cada
uno
de los
cuatro
grandes
perodos histricos
de
la
Metafsica
moderna,
tenclramos
una situacin
que
a
pesar
de
ser extremadamente
compleja
no
deja
de resultar
por
ello sumamente
clara
en
su
estructura
de
fondo.
Aqu,
desde
luego,
no
podemos
esbozarla
en tocla
la
extensin
y
profundidad que
se
merece.
Nos limita-
remos
por
ello
a constatarla
reducindonos
al anlisis
de
algn
mbito
como
muestra.
Extraido,
por
supuesto'
de
la
Metafsi-
ca
moderna,
pues
esta
olrece
mayor
riqueza
y
seguridad
de
informacin
que
la
Antigua
en el
caso
de las
relaciones
entre
las
corrientes
filosficas,
as como
en
el
anlisis
de ciclos
de
grandes filsofos.
Tales
estructuras
intermedias
entre
las Macrocclicas
y
las
Microcclicas
tienen
tambin
la forma
habitual
de
triadas'
Por
ejemplo,
cuando
se
analiza
ei
bloque
Renacimien-
to-Racionalismo-Empirismo,
o
el bloque
Ilustracin-
Idealismo-Positivismo,
etc. La
misma
consideracin
que
hici-
mos cuando
hablamos
de
los
Microciclos
tipo
Scrates-Platn-
Aristteles,
debe
hacerse
para
estos
ciclos
de
movimientos
filosficos.
As,
si analizamos
el
caso
de lo
que
llamamos
el mbito
de
la modernidad
cultural,
que
suele
hacerse
co-
rresponder
con
los siglos
xvtlt-xIx,
tendremos
la serie
de
la
Iluslracin
francesa,
el
Idealismo
alemn
y
el
Positivismo'
Dicho
mbito
suele
ser
contemplado
como
un
movimiento
que
describe
una
trayectoria
de aurora
ilustrada,
medioda
iiealista
y
ocaso
positivista cle
la
filosofa.
Este
tipo
de
expli-
caciones
son
tpicas
y
comunes.
Pero
no
por
ello
deben
ser
despreciadas,
pues
los
tpicos
encierran
muchas
veces algn
tipo
de
verdad.
Si
aplicamos
a
dicha
serie
el
supuesto
de
que
configura
un
ciclo
deberemos
preguntar en
primer lugar
por
su
ncleo,
el
curso de
dicho
nircleo
y
su eventual destruccin,
etc.
Pues
bien
el
ncleo
de
este
movimiento
a
nuestro
juicio,
y
aventu-
rando
opiniones
provisionales,
estara
en
la llamada
llustracin
inglesa,
representada
ms
por
Newton
y
Boyle
que
por
Locke
o
Hume.
Pues
estos
dos
ltimos
filsofos
estn
todava
inmer-
sos
en el
mbito
de
implantacin
poltica
anterior.
No
han
podido asimilar,
en
el caso
de
Hume
por
ejemplo,
1o
que
supondr
para
la
teora
del
conocimiento
ei
que
Newton
haya
priesto
a
la ciencia
moderna
en
el
seguro
camino.
Es
precisa-
mente
la
fisica
de
Newton
lo
que
despierta
la admiracin
de
un
Voltaire,
o
la
atencin
absorvente
de
un
Kant'
Dicha
lius-
tracin
alimentar
la
fe en
los
progresos de
la ciencia
para
reclimir
a
la Humanidad.
Un
arma
tan
poderosa
que
se
siente
que
a ella
deben
subordinarse
la
poltica,
sacrificndose
si es
preciso hasta
ia
propia
democracia
parlamentaria,
tal,
como
trasluce
el
gusto
de
estos
Ilustrados
por
el Despotismo
o
de
los
Idealistas
por
las
revoluciones
violentas.
Este
ncleo
de
la
Ilustracin
inglesa
se
podra
definir
por
la
aplicacin
de
la
nueva
racionaiidad
cientfica
a la
realidad
poitica y
social.
La
primera
especie
surgida
de
este
ncleo
es
la Ilustracin
Francesa,
en
la
que
dicho
movimiento
se
conviete
por
primera
vez
por
obra
de
en
una
palanca
impresio-
nante
de transformacin
sociai
que
culmina
en
la Revolucin
francesa
(una
revolucin
muy
distinta,
por
ello,
de
ia
inglesa)
y
en
sus sucesivas
Repblicas
que
van
cumpliendo
el
programa
ilustrado.
La filosofa
asume
entonces
el ideal
cientfico
de
la
Enciclopedia, desde
Diderot hasta
Spencer,
pasando
por
He-
gel.
La Ilustracin
francesa se
extiende
a otros
pases
como
Prusia,
Espaa,
Italia,
Rusia,
etc. Pero
donde
engendra
una
transformacin
nueva es
en Alemania
de
la
mano
de
Kant,
el cual
partiendo
de
dicho
movimiento
y
criticndolo
en
parte
alumbra al
Idealismo
alemn.
En dicho
movimiento,
Fichte
y
Hegel
proclamarn
que
la
salvacin
de
Aiemania
est
en
la
cultura
cientfica
(Wissenschaft). En una
Razn
cientfica
todava
muy
metafisica
y poco
positiva.
Con
el surgimiento
de
nuevas ciencias
adems
de
ia
fsica-matemtica
de
Newton'
como
la Termodinmica,
la
Qumica,
etc',
la Idea
de
Razn
cientfica exigir
un
orden
interno,
una
clasificacin
de las
ciencias.
Esta
ser
la
tarea del positivismo
a partir
de
Comte.
Muchas
disciplinas
culturales
dejarn
de ser
cientficas
y
ade-
ms aparecer
la
degeneracin
del
especialismo
que
en
el
lmite
engendrar
el
monstruo
del
que
deca
Ortega,
de la
posibilidad
del cientfico
inculto,
sin
ilustracin
aunque
con
mucho
prestigio
y poder
social.
Con
ello
el
ncleo
ilustrado
es
destruido
internamente
cerrndose
as
dicho
ciclo.
El ciclo
siguiente
de
corrientes
fiiosficas
(Vitalismo,
Fenome-
nologa,
Existencialismo,
etc.),
ser
incubado
en el
Romanti-
cismo
como
primer
movimiento
cultural
que
hace
una
crtica
frontal
a la
Ilustracin.
Pero
este
ciclo
ya
pertenece
a otro
mbito
filosfico
general,
al mbito
de la
implantacin
csmi-
ca, naturalista,
vitalista
y
antimecanicista
de
la
Filosofa.
Deberamos
hacer
1o mismo
con
los movimientos filosfi-
cos
que
se
dan
en el mbito
religioso
medieval,
en
el
mbito
poltico
moderno
y
en
el
mbito
csmico
contemporneo.
Peto,
atenindonos
al cacter
programtico de
este
escrito,
desisti-
mos
de hacerlo
pues
consideramos
tambin
que
este
tipo
de
explicaciones,
si
se
eiteran
o
repiten
mucho
sin
pasar
a
la
aplicacin
y
ai
anlisis
pormenorizado
-el
cual
exigira
el
for-
mato
de
un libro-,
pareceran
forzadas
y
producto de
una
combinatoria
superficial
o
arbitraria.
No
obstante
queremos
recordar
que
la
aplicacin
a
estas
materias
de
un
Principio
de
Variacin,
tal
como
1o
ha
formu-
lado Eugenio
Trias,
permite
recrear
o
reproducir
de
forma
cuasi-artstica
un
tipo
de
conocimientos
que
normalmente,
hasta
la fecha,
se
presentan
en
las
Historias
de la
Filosofa
al uso
como un
amasijo
catico
e indigerible
de
datos,
de
fiiosofas,
de corrientes
y
de
filsofos
en
las
que
se
mezcla
todo,
lo
esencial
con lo
marginal,
etc.
Tal
reexposicin
mo-
dulante
o
del
gnero
combinatorio,
no es
desde
luego
inocen-
te,
pues presupone una
estructura
filosfica
que
a su
vez
surge
de
una
concepcin
de la
Filosofa,
ella
misma
resultado
de
todo un
largo
desarrollo
histrico-filosfico
que
la
prepa-
ra, etc. Si
algn tipo
de
inocencia
se
quiere
reivindicar
aqu
sera
aquella
inocencia
que
todava
permite al
compositor-
lilosfico
encontrar
nuevas
estructuras
a travs
de
las
cuales
el
torrente
filosfico
halle
unos
cauces
por
los
que
pueda
fluir
de
forma
que
resulte una
armonia
sinfnica
de sonidos
nunca
escuchada
antes.
EL
BASILISCO
20
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