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Antropología
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Identidad cultural Las identidades fuertes permiten la expresin de intereses que son comunes en las diferentes instancias
espaciales, territoriales, nacionales e internacionales. La formacin de la identidad cultural comunitaria es un
proceso histrico social que da sentido a las expresiones polticas. Estas identidades siempre encuentran los
vehculos de expresin en las diferentes unidades espaciales territoriales en unidades locales, regionales,
nacionales e internacionales. La identidad tnica o cultural es reforzada porque la gente recurre a seguir
sintindose anclada a un rea geogrfica.
La adopcin de un conjunto de valores distintivos por las comunidades y organizaciones las identifica y si sus
estructuras son cuestionadas, mantener la identidad cultural es una lucha para preservar su conjunto de
valores. El impacto de los cambios de la racionalidad en las identidades individual, comunal y organizacional
es una importante dimensin de la teora institucional (Townley, 2002). La teora institucional ha sido criticada
por darle mayor importancia a las explicaciones de la cultura de aquellas del poder y competencia de los
mercados. Las instituciones se localizan en culturas, estructuras sociales y rutinas. Las culturas son
estructuras interpretativas, patrones de significados y sistemas de reglas. Las estructuras sociales son
expectativas que estn atadas a las redes sociales, a los sistemas de roles y a las posiciones formales.
La globalizacin dinamiza y complica los arreglos de identidades culturales, reconfigura la geografa de los
territorios y reinventa la gobernabilidad. La globalizacin se perpetua en los contenidos de la informacin y la
comunicacin excluyendo a ms individuos que quedan fuera de los beneficios de la nueva cultura e identidad
global. Para Hungtinton (1997), la cultura e identidad cultural dan forma a los patrones de cohesin,
desintegracin y conflicto Estos conflictos se manifiestan en tal forma que las identidades socioculturales
individuales y comunitarias destruyen la legitimidad del Estado transformando sus funciones mediante una
nueva forma de organizacin en redes para desarrollar las capacidades de negociacin con las redes
globalizadoras de la informacin, la telecomunicacin y la economa.
Tanto el individualismo como la identidad comunitaria, tnica o religiosa debilitan la identidad cultural nacional
al extremo de desaparacerla. A pesar del cuestionamiento de si las identidades colectivas son una ficcin
ideolgica (Vargas Llosa, 2000), ste no parece ser muy consistente. Los procesos de la individualizacin
enfatizan la presencia del individuo por sobre lo colectivo, dividiendo en forma nominalista entre el individuo y
la sociedad, mediante el debilitamiento de los referentes materiales y simblicos de las identidades colectivas.
Dados los procesos de identificacin y adhesin a ciertas representaciones sociales, mientras que la identidad
cultural individual en que "cada ciudadano de este planeta interconectado -la patria de todos- construya su
propia identidad cultural, de acuerdo a sus preferencias y motivaciones ntimas y mediante acciones
voluntariamente decididas" no tiene mucho sentido. La fragmentacin de las identidades culturales, tnicas,
religiosas, polticas, etc., provoca profundos conflictos entre las sociedades. En efecto, todas las sociedades
de la regin vienen experimentando, con mayor o menor intensidad, una prdida de sentido de pertenencia de
las personas a la sociedad, de identidad con propsitos colectivos y de desarrollo de lazos de solidaridad.
Los procesos de globalizacin aunado al crecimiento incontrolable de megalpolis en algunos pases menos
desarrollados crean nuevas formas de organizacin y desorganizacin que someten a la poblacin a una
brutal competencia de tal forma que establecen similitudes y diferencias en donde se mezclan rasgos de la
modernidad y la posmodernidad marcadas con la realidad de las sociedades desarrolladas.Las
manifestaciones multiculturales en estas sociedades hasta cierto punto configuran estos rasgos que por un
lado desintegran la identidad individual y las referencias comunitarias, destruyen las estructuras familiares y
sociales, as como las manifestaciones religiosas, culturales e intelectuales.
Por lo tanto, las diferencias culturales y econmicas son representativas de las grandes ciudades globales Las
personas experimentan cada vez ms diferencias culturales debido a la globalizacin y junto con la
fragmentacin crean retos de identidad, inseguridad, ansiedad, incertidumbre Los procesos sociales y
polticos condicionan los avances tecnolgicos y econmicos de la globalizacin que se acompaa de nuevos
patrones de desigualdad y polarizacin. Los cambios en la estructura sociocultural y la desestructuracin de
otros sectores socieconmicos inciden en grandes movimientos migratorios que incrementan las
disfuncionalidades territoriales. Este a su vez es otro paso de la hper mundializacin, la que segn
Ladi(2000), es una realidad ms inquietante, en donde los Estados, las fronteras, los sistemas sociales o los
sistemas culturales-educativos y las identidades polticas y culturales no tienen ya ms sentido a escala
nacional.
Las capacidades del Estado-nacin para eliminar las brechas existentes en las disociaciones y
disfuncionalidades entre los alcances de los procesos de globalizacin econmica y los procesos de identidad
cultural son muy limitadas. La crisis de identidad del Estado nacin que se manifiesta en su prdida de
soberana y da lugar a la expresin de una sociedad multicultural, es tambin producto de la crisis de las
instituciones que no tienen la capacidad para la resolucin de los conflictos.
El mercado tiene efectos que desintegran la identidad cultural comunitaria y en la solidaridad social, los cuales
pueden ser contrarrestados por la accin de una sociedad civil organizada. La transformacin del capital
social tiene relacin con los cambios a niveles sociales y con los cambios en la identidad de los individuos.
Estos procesos de afirmacin de la identidad cultural son opuestos a los procesos de la globalizacin
econmica, los cuales profundizan ms las fracturas sociales. Este hecho destaca la importancia de fomentar
lazos de solidaridad, desde el Estado o desde la propia sociedad civil. Significa que "lo pblico" debe ser
visualizado como el espacio de los intereses colectivos ms que como "lo estatal" que permita fortalecer una
cultura de la convivencia y desarrollo colectivo, basada en la tolerancia frente a la diferencia y en la solucin
negociada de los conflictos" (CEPAL, 2000). Para Popper el conocimiento humano es doxa (opinin, o
verdad), saber que es conjeturado y falible que da lugar a la tolerancia en el quehacer poltico.
Los integracionistas demandan que todos los miembros de los grupos asentados en un territorio formen una
comunidad mediante la internalizacin y conformidad de valores, sin dejar de reconocer el derecho de las
minoras para expresar su propia identidad cultural en los dominios intercambiables de lo pblico y privado.
Por lo mismo, no necesariamente la identidad cultural regional y nacional puede ser contraria a los procesos
de globalizacin como sucedi con la rigidez del Estado-nacin en que algunas identidades culturales fueron
sometidas o marginadas.
Las normas, reglas y acciones constituyen las identidades de los individuos, los grupos y de las comunidades
que derivan en conflictos de clases y que son el punto de partida para la interpretacin de la accin colectiva.
Los actores sociales emergentes abren espacios polticos pblicos a travs de redes de accin colectiva para
realizar procesos de consulta, decisiones, resolucin de conflictos y negociacin aunque su capacidad poltica
sigue siendo cuestionable, su significacin identitaria cultural es alta. En las redes informales, los miembros de
un mismo grupo comparten similitudes que desarrollan confianza y alientan la cooperacin, tales como
aspectos culturales que permiten identificar a los individuos como generadores de confianza o timadores. Las
redes informales entre los diferentes actores y movimientos sociales promueven la reconstruccin de
afinidades identitarias en sociedades que son heterogneas, con una diversidad sociocultural pero con poca
capacidad de representacin poltica. Para enfrentar los retos que plantean la diversidad sociocultural es
necesario desarrollar habilidades para la administracin de esa diversidad para manejar la incertidumbre y la
identidad.
Los nuevos movimientos sociales significativos problematizan la identidad cultural y cuestionan nuevos estilos
de vida y significados culturales ms all de inquietudes polticas y con nfasis en conocimientos, saberes y
cdigos culturales de especial importancia para las sociedades actuales (Rodrguez Girart, 2002). La distancia
cultural es un parmetro siempre cambiante en el escenario de las organizaciones y en parte debido a la
misma interinfluencia.
Los movimientos identitarios antiglobalizadores se identifican como movimientos de resistencia, repliegue y
reconstruccin de las identidades culturales comunitarias que cuestionan los valores econmicos centrados
en los mercados y en las formas de representacin democrtica promovidos por los procesos globalizadores.
Los fenmenos de resistencia a los procesos de globalizacin como expresiones de movilizacin poltica y
organizacin social se manifiestan en formas de identidad sociointercultural para la proteccin y seguridad de
las comunidades, mientras que las identidades centradas en la geografa estn siendo menos naturales
debido a los procesos de desterritorializacin como efecto de los procesos de globalizacin.
La prdida de identidades locales existentes que confrontan los individuos y los grupos, hace que sientan la
necesidad de construir o inventar tradiciones y nuevas identidades. Los grupos con diferentes visiones e
intereses construyen el tejido social. Los nuevos movimientos sociales se fragmentan debido a sus diferencias
y contrastes en logro de objetivos, lo que debilita los alcances de sus acciones y caen en el juego de un
proceso de globalizacin sin informacionalismo. Los movimientos sociales fragmentados no logran la
suficiente capacidad poltica para enfrentarse a los procesos de reestructuracin econmica global
La modernizacin puede lograr la sustentabilidad social si se acerca a los fundamentos de las identidades
culturales de la sociedad.
Cultura y ciudadana
El concepto de ciudadana global hace referencia al principio de igualdad basado en el derecho a la diversidad
que reconocen los derechos polticos y civiles como indivisibles e interdependientes con los derechos
econmicos, sociales y culturales a pesar de que el ejercicio de estos ltimos requieren procesos polticos de
exigencia por accin individual o colectiva para su reconocimiento y para tener el acceso al disfrute de los
bienes y servicios que resultan, aunque en la exigencia y reconocimiento de los bienes pblicos globales
todava no se desarrollan las estructuras institucionales que garanticen la provisin adecuada de dichos
bienes. Los derechos polticos, cvicos, sociales y jurdicos como elementos de un proyecto de vida social se
ejercen en el mbito del Estado nacin, entidad que conforma la voluntad de un pueblo para establecer
elementos de relacin pacfica, enlace cultural y entendimiento con otras culturas.
La globalizacin empuja a la occidentalizacin, y ms especficamente a la americanizacin de los valores en
todo el planeta y a la formacin de una nueva ciudadana mundial. La tendencia hacia una democracia sin
ciudadanos como la determinante de las democracias institucionalizadas en una estructura en la cual se
afirman en la confianza del sistema o se niegan en la pasividad de la participacin poltica. La gobernabilidad
tiene varias dimensiones entre las cuales se cuentan la poltica, econmica, social, cultural, etc., las cuales se
presentan en diferentes escalas: local, regional, nacional y global. Por lo tanto, la calidad de la gobernabilidad
democrtica no solamente est en disparejo con los fundamentos materiales de la ciudadana sino que estos
experimentos democrticos frgiles tambin estn en peligro porque hacen caso omiso de las expectativas y
razonables y legtimas de la poblacin, magnificando la fortaleza de la clase dominante como resultado de
reforzar el papel de las relaciones de poder no institucionalizadas (Boron, 1995).
La conformidad cultural es una condicin y un medio para la obtencin de la ciudadana de quienes participan
en las prcticas sociales y sus correspondientes valores, adaptndose a los patrones culturales dominantes
que movilizan su conexin con una comunidad imaginada, cuyo ideal es la comunidad cultural, lingstica,
tnica, religiosa. Las ligas tnicas y culturales, las normas sociales que favorecen la cooperacin y compartir
informacin son variables que fortalecen las conexiones que sostienen las redes informales de la
ciudadana..ParaLinklater (1998), en las comunidades polticas surgen las luchas por la transformacin que
dan lugar a la inclusin o a la exclusin, debido a que los grupos dominantes privan a ciudadanos de sus
derechos legales y polticos, porque los grupos menos privilegiados lo son debido a que sus derechos legales
y polticos por s mismos no mejoran su situacin si no se acompaan de una mejor distribucin de la riqueza
y el poder y finalmente, y porque se preservan las diferencias culturales entre los ciudadanos.
Los niveles bajos de confianza de la ciudadana en las instituciones socio-polticas debilitan el sistema
democrtico de una sociedad, debido principalmente a factores sociolgicos, culturales, y del contexto
econmico poltico entre otros. El reto para integrar la poltica social en las metas de desarrollo requiere de
identificar e introducir los sistemas representativos de ciudadana y procesos para los gobiernos y ciudadanos,
para hacer elecciones, resolver diferencias y dar cuenta de las decisiones.
La identidad cultural y el sentimiento colectivo andino
Hasta hace unas dcadas la polmica cultural sobre la identidad o el ser andino era una cuestin de
profesionales o filsofos; hoy persiste bajo otros planos, en otros medios de la cultura y de la vida, y bajo
ciertos aspectos, atenuado, y en cauces diversos, pero todava sin alcanzar la profundidad y la dimensin que
exige la comprensin de nuestro ser, nuestra identidad y nuestro pensamiento.
Nadie duda que nuestras creaciones culturales no tengan el nivel de las producciones culturales de otros
lares, pero hubo quienes pusieron en cuestin la capacidad creadora de los andinos; la caracterizaron de
mimtica, a cual producto de nuestras races, de nuestra mixtura y diversidad, de nuestra identidad
heterognea (supone un autoconocimiento y un reconocimiento de nuestro ser).
El establecimiento de una identidad uniforme, fijo, homogneo, transubstancial o metafsico, no es pensable
en nuestra Amrica y en ninguna parte ya, por el mismo hecho de que el hombre cambia y evoluciona con el
tiempo; cada cual no es el mismo de siempre, y menos su entorno. En los Andes se vive un proceso histrico,
econmico y social diferente a lo acontecido en Europa, Asia, Africa, etc.; es tan obvio y evidente. Es un
proceso encuadrado y configurado en los cauces de la dependencia y el subdesarrollo. Se preguntarn a
qu debemos aquello? La cruenta historia es testigo, pero tambin la actual realidad econmica. Es causa de
todo lo ocurrido cierta razn instrumentalizadora que se plasma en el poder de subsuncin econmico-poltico
del neoliberalismo sobre nuestras economas que, con tanta implementacin, nuestros pases o comunidades
han devenido en la dependencia neocolonial.
La identidad cultural en los Andes (considero como parte del territorio andino, en un sentido restringido,
tambin la Amazona y las costas peruanas, y, en un sentido amplio, los espacios adyacentes a la cordillera
que atraviesa desde Cartagena hasta Patagonia, y por el oriente hasta ciertas regiones de Brasil) tiene una
relacin con la vida social cotidiana, con los sentimientos colectivos, con las races histricas, y con el
imaginario utpico y crtico7 de las comunidades y acciones peruanas. Aunque es sumamente conflictivo
hablar de una identidad andina, por el mismo hecho de nuestra diversidad cultural y nuestras diferencias
tnicas, parece obvio identificarnos como tales por el simple hecho de ocupar el espacio andino, cuando en
realidad lo que nos cohesiona es la historia vivida y ancestral, y el marco de horizonte geopoltico; pero desde
el punto de vista psico-social y en los marcos conceptuales de una sociologa poltica, habra dificultades para
ser admitida. Es ms, las identidades culturales como una bsqueda, en la historia, ha sido una cuestin
permanente y capital, desde que se asumi como un problema y que se gener como un conflicto
histrico, concreto, recurrente, vital, e incluso metafsico. Esto, posiblemente desde los orgenes de la cultura.
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