Filipenses. 1Carta a los Filipenses: el apóstol y su comunidad preferida Filipenses es la carta que...

Preview:

Citation preview

Filipenses

1 Carta a los Filipenses: el apóstol y su comunidad

preferida

Filipenses es la carta que mejor «refleja las cordiales

relaciones del primer predicador y pastor con una comunidad frente a la cual Pablo no sólo siente unos

deberes, sino que además su proximidad espiritual le

proporciona evidente alegría y consuelo».

Posiblemente sea la carta más serena (Flp 1,5; 2,1; 3,10; 4,15; pero 3,2), la más personal (Flp 1,7-8; 2,18); la menos dogmática que ha salido de la pluma de Pablo; En ella el apóstol se descubre a sí mismo y habla de su drama íntimo que le hacía vivir en tre dos fidelidades, a Cristo, su única ganancia (Flp 3,7-11), y a su querida comu nidad, su alegría y su corona (Flp 4,1).

«Es impresionante aquí la mezcla de penetración teológica y de entrega

personal, de fe en el poder presente del Señor exaltado y

de responsabilidad vivida»

1. La comunidad de Filipos

• Filipos fue la primera acción de Pablo en suelo europeo (Hch 16,4-40).

• Situada sobre la vía Egnatia, era un nudo importante de comunicación entre la Italia meridional y el Asia menor; no era demasiado extensa y vivía fundamentalmente de la agricultura.

La ciudad había sido fundada en

357 a.C. por Felipe II de Macedonia.

Gozaba del privilegio del ius

italicum (Hch 16,12.21.37-38;

Flp 1,13.22), y sus habitantes, en su

mayoría descendientes de

veteranos romanos, vivían

bajo administración

imperial.

Privilegios de sus

habitantes: gozaban de

una administraci

ón autónoma y exención de impuestos.

No podía faltar población nativa, de

origen tracio, e inmigrante, que, al no poseer sinagoga, se

reunía a las afueras de la ciudad (Hch 16,13).

Filipos, que acogió la primera comunidad cristiana en Europa, era un ejemplo del sincretismo religioso típico de una urbe grecorromana del siglo I (cf. Hch 16,16-22). Procedentes del paganismo.

Pablo llegó por primera vez allí hacia el año 49

d.C., acompañado de Silvano, Timoteo y,

posiblemente, otro (Hch 16,16-

17);

Su estancia no pudo ser muy lar ga; tras sufrir

alguna dificultad (1 Tes 2,1-2), un arresto quizá

y apaleamiento (Flp 1,30), mar chó hacia

Tesalónica dejando tras de sí una comu nidad poco numerosa, pero

afianzada en su fe (Flp 1,27-30) y muy unida

sentimentalmente a su persona (Flp 1,10;

4,10).

Aunque la comunidad no debía ser muy rica, Pablo acep tó su ayuda económica en más de una ocasión (Flp 4,15-16); este apoyo financiero le facilitó evangelizar Europa sin recurrir a la ayuda de otras comunidades.

Es de advertir la presencia destacada de mujeres en la vida de

la comunidad: Lidia, la primera conversa, que gozaba de relevancia

social en la región, ejerció cierto liderazgo en la comunidad (Flp 4,2); Síntique y Evodia fueron estrechos colaboradores del apóstol (Flp 4,2-

3)

La comunicación del apóstol con la comunidad fue muy estrecha; recibió dinero y a sus enviados (Flp 2,25; 4,14.18), que le asistieron mientras estaba encarcelado (Flp 1,7.13.17); envió sus representantes personales (Hch 19,22), y deseó regresar en persona. Pudo hacerlo en otras dos ocasiones, probablemente durante su tercer viaje, entre los años 55 y 57 (Hch 20,1.3.6)

2. Lo correspondenciaFlp no presenta una gran visión

teológica, ni refleja una situación

conflictiva en el ministerio paulino. Nos transmite la

imagen de una comunidad en

quien Pa blo tenía toda su confianza (Flp 1,3-11; 2,12;

4,1.16), y de quien se sentía amado

(Flp 1,7.27; 2,12.18.24).

La carta no posee una estructura clara; tan sólo el proemio y la conclusión habitual (Flp 4,21-23) son reconocibles con

facilidad (Flp 1,3-11).

El cuerpo se articula en dos partes (Flp

1,12-2,28 y 3,1-4,9),

vinculadas por cierto paralelismo temático y algunos reclamos

verbales (Flp 2,6-11; 3,20.21),

separadas por un intermedio narrativo

(Flp 2,19-30);

el epílogo (Flp 4,10-20)

repite vocabulario y motivos del

agradecimiento inicial (Flp 4,10; cf.

1,5; 4,14-16, cf. 1,7).

Introducción 1,1-2 Prescrito saludo – gracia y paz

 1,3-11 Proemio

Cuerpo epistolar Exhortaciones y confidencias situación de Pablo

 1,12-2,18 El apóstol, prisionero, testigo de Cristo

 1,27-2,18 La comunidad, testigo de Cristo en la

vida diaria Himno Cristológico

 2,19-20 Intermedio: planes de misión enviar a Timoteo

 Nuevas confidencias y exhortaciones

 3,1-16 El apóstol y Cristo cuidado con judeocristianos

 3,17-4,9 La comunidad llamada a la imitación del

apóstol

 4,10-20 Agradecimiento por la ayuda recibida

Conclusión 4,21-23 Postscripto saludo final

Temáticamente, Flp 3,lb-4,3 ni supone una situación de encarcelamiento para Pablo (Flp 1,13-14) ni parece lógica una polémica antijudía tan apasionada en una carta cuya característica más evidente es la abundancia de expresiones de serena alegría; de hecho, en Flp 4,4 parece continuar la argumentación de Flp 3,1a. También parece estar fuera de lugar Flp 4,10-20, sobre todo si recordamos Flp 2,25-30.

quien habla de tres diferentes cartas (A: 4,10-20; acción de gracias por la colecta. B: 1,1–2.3-11.12-3,1; 4,4-7.8-9.21-23; carta desde la prisión tras el regreso de Epafrodito. C: 3,2–4,3; escrito polémico)

los defensores de la fragmentación de Flp no concuerdan: hay quien piensa en dos cartas originales (A: 1,1–3,la; 4,2-7.10-23; carta de la prisión. B: 3,lb–4,1.8-9; carta polémica)

La opción que se tome ante esta cuestión incide en la datación de su redacción. Pablo escribe desde la prisión (Flp 1,7.13.17); pero, aunque su situación fuera extrema (Flp 1,19-20; 2,17), confiaba salir pronto de ella (Flp 1,24-25; 2.1).

la cárcel está en un pretorio (Flp 1,13) y cuenta en su entorno con gente de la casa del César (Flp 4,22). Dado que Lucas narra únicamente dos encarce lamientos de Pablo donde había un pretorio, en Cesarea (cf. Hch 24,23.27) y Roma (Hch 28,16.30-31), se ha pensado en una de ellas como lugar de su redacción.

Pero, puesto que Flp 2,24-26 exige una estrecha y continuada comuni cación entre Pablo y la comunidad, algo impensable si el apóstol hubiera estado en Cesarea o Roma, se prefiere hablar de Efeso

en torno al año 55 habría(n) visto la luz la(s) carta(s) que Pablo di rigió a la comunidad de Filipos: Flp 4,10-23, escrito de agradecimiento por la ayuda recibida a través de Epafrodito (Flp 2,25.28).

Pablo sería arrestado a con tinuación y Epafrodito caería enfermo, lo que preocupó a los filipenses (Flp 2,26-30).

Carta de la cautividad, donde advierte del peli gro de divisiones (Flp 1,27-30) y recomienda a Epafrodito.

Como esperaba, Pablo es liberado y envía a Timoteo a Filipos (Flp 2,23) y Corinto (1 Cor 4,17; 16,10-11).

A su regreso, en vez de ir él, envía de nuevo a Timoteo.

• Al saber que sus opositores han llegado a Filipos, les escribe por tercera vez; Flp 3,2-4,3, testamento a su iglesia, repite su advertencia con mayor urgencia y anuncia su visita y la de Timoteo (Flp 1,26; 2,19-30).

3. Un himno prepaulino (Flp 2,6-11)

• El himno, presumiblemente, preexistía a la carta; no fue, pues, compuesto por el apóstol;

• por una parte, emplea un vocabulario que le es ajeno y es introducido mediante la frase relativa, habitual en la utilización de materiales tradiciones.

por otra parte, se da una cierta tensión entre la cristología del himno y la teología

de Pablo: aquél insiste en la encarnación del preexistente, su muerte y exaltación, mientras que el apóstol tiende a reducir su comprensión de Cristo a la

muerte y resurrección interpretadas salvíficamente; la mención de la muerte en

cruz (Flp 2,8c) es, probablemente, una adición

personal de Pablo quizá no la única (Flp 2, 10b.11c )

• Un acuerdo generalizado existe sobre la división bipartita del himno:

• Flp 2,6-7.8 y 2,9-11, señalada por el cambio de sujeto que pasa a ser Dios a partir de 2,9; cada parte contiene una afirmación so bre Cristo, su descenso y su ascensión, desarrollada en tres sentencias

• 6. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. 7. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; 8. y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.

• 9. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. 10. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, 11. y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.

En la primera estrofa se menciona la preexistencia divina de Jesús (Flp 2,6) y, más de sarrollada, su encarnación (Flp 2,7) y su humillación hasta la muerte (Flp 2,8), mediante afirmaciones en paralelo.

En la segunda estrofa, la exaltación al cielo(Flp 2,9) y la adoración por parte del universo (Flp 2,10) y la concesión del nombre (Flp 2,11), están descritas en tres pares de frases paralelas.

Si se considera la última parte de Flp 2,11c como una adición, ya que no cuadra con la descripción de la acción divina en el Señor Jesús, resulta una cons trucción poética muy cuidada, que reposa sobre una conformación quiasmática clara y significativa: la doble afirmación sobre la preexistencia se opone antitéti camente a las dos primeras aserciones sobre el descenso.

• Cristo tenía la forma divina (Flp 2,6a), pero tomó la condición de esclavo (Flp 2,7b): el modo de ser divino no fue óbice para que asumiera la forma de siervo; no se aferró a su categoría de Dios (Flp 2,6b), sino que se vació de sí (Flp 2,7a).

• La formulación, además de osada, es rara; pero el contexto ayuda a entender el sentido: Cristo renunció voluntaria y conscientemente a su rango divino; su encarnación está vista como servidumbre elegida.

De forma parecida, aparece una construcción antitética entre Flp 2,7-8 y Flp 2,9-11: quien se abajó obedeciendo (Flp 2,8) fue exaltado sobre todo (Flp 2,9); quien entró en el mundo de los hombres haciéndose uno entre ellos (Flp 2,7cd) será glorificado por todo el mundo (Flp 2,10-11a).

La humillación del siervo se consumó en la vida de obediencia; la encarnación le condujo a la cruz. La reacción de Dios no se deja esperar: exalta al siervo y le dona un nombre soberano (Flp 2,9); por voluntad divina se le debe adoración y profesión de fe.

Y de forma inclusiva, el himno se cierra confesando Señor (Flp 2,11b) a quien se hizo siervo (Flp 2,7b): Jesucristo (Flp 2,5.11).

Pablo acude al himno en un momento en el que desea advertir a su comuni dad preferida de los

peligros que le acechan; la confesión de: la soberanía de

Cristo,El himno busca, más bien, incitar a

inspirarse en la aventura personal de Jesús, exhorta a dejarse envolver por el

modo de pensar y obrar, querer y sentir de Cristo Jesús, su renuncia al poder y a la dignidad, su camino hacia la muerte, su

obediencia hasta la cruz:ésos son los sentimientos que de sea reinen entre

cristianos (Flp 2,5).

El himno atestigua aquí que el mundo pertenece al Obediente y que él es Señor para que nosotros

le obedezcamos.

quien existe en Cristo ha

de actuar como El (Flp

2,5).