Esa luz que nos inunda

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ESA LUZ QUE NOS INUNDA

“Barcelona, allá donde sus gentes saben romper el hielo, allí donde la

amistad da sus frutos, hace ya tiempo que ella cultivó un estilo”. (Anónimo)

“Esta ciudad es bruja, sabe usted, Daniel? Se le mete a

uno en la piel y le roba a uno el alma sin que uno se dé ni

cuenta” (Carlos Ruíz Zafón)

Reímos para mostrar/ lo que somos/ o para escapar del

nosotros;/ gracias a Dios nuestros labios se sazonan/ con el don

de la sonrisa:/ reveladora de todos los pesares y gozos;

apertura inesperada y atractiva,/ desbordantes emociones/ rotas

entre los labios./ Ojos y boca/ al ritmo del sino/ que es nuestro y

libertino,/ paz, torbellino,/ burla o limpia inocencia./ Confluencia

de piezas/ que encajan a carcajadas/ o en tímidas vibraciones.

Gesto de confianza, amargura/ desahogada en la soledad/ de la

compañía/ e increencia ante la lenta/ agonía de quien nos juega/

una broma/ macabra,/ desencarnada,/ y en ocasiones,/ por

suerte,/brillo de la ternura.

Todos somos semillas/ de Isaac:/ “Dios me ha hecho reír”/ o

“que Dios le sonría”,/ siempre con amplitud,/ con libertad,/ en

nombre propio/ y de la inmensa y plural/ humanidad.

Anchura del corazón/ que vence la terrible acritud/ de la mofa./

Presencia de un Dios/ que se ha abierto en sonrisa/ convencida

de cercanía.

Su hermana, la lágrima,/ comparte con ella/ la verde pradera/ de

la esperanza./ El consolador suspiro/ del creador/ besándonos

los labios.

Porque tras la lágrima llega el consuelo/ y el saber que

ese fluir/ puede curar y nutrir las raíces.

Sobre todo y donde reposa/ la luz verdadera/ es en tu sonrisa:/la

más pura por su sencillez,/ la más natural/ ya que todo lugar/ y

situación alcanza.

La plenitud que brinca:/ ahí está la sonrisa/ graciosa,

traviesa, en carne/ viva saltando en pos de las promesas.

Se estira ampliamente/ reflejando su brillo/ en tus

manantiales.

A solas o en relación/ para reírse de uno mismo,/ de los demás,/

de lo serio y lo rígido en compañía de la sonrisa de Dios;/

saltando en la comba del juego,/ reír para soñar/ y dar un salto

en el trecho/ que nos queda por andar.

Acompaña al caminar,/ llora en los días tristes/ girando su

curvatura como en los eclipses,/ pero renace de nuevo en el

cantar/ y se contagia sedienta/ como en la boca de los niños/

que nos tientan/ a jugar, saltar,/ extender las expresiones/ de

nuestros cuerpos.

Libertad en las congojas,/ abrazo en los duelos,/ despierta a

tirones lo espontáneo./ Ojos, labios y dientes como antorchas/

de tu sonrisa.

Trazos curvos,/ guiños de esperanza,/ espuma de las

cascadas/ y sonido de las hojas en la espesura.

Es tu risa/ como cosquillas que alimentan/ el desahogo de cielo

y tierra/ en abertura divina que cata/ la verdadera existencia.

Barcelona, tú has sido testigo/ veterana de mil batallas y

designios/ de este tiempo de esparcimiento/ con sus juegos,

canciones,/ pequeña locuras verdaderas/ donde la experiencia y

la juventud se han fundido con sus luchas habituales.

Gracias, a vosotr@s, amig@s, / nos acogisteis con todo vuestro

corazón abierto ,/ pronunciando la acogida/ no con palabras

vanas/ sino con hechos cálidos.

¡Qué grandes oasis!

"A finales de la década de los setenta, Barcelona era un espejismo de avenidas y

callejones donde uno podía viajar treinta o cuarenta años hacia el pasado con

sólo cruzar el umbral de una portería o un café. El tiempo y la memoria, historia y

ficción, se fundían en aquella ciudad hechicera como acuarelas en la lluvia."

"En aquellas semanas aprendí que se puede vivir de esperanza

y poco más."

“En ese momento, con esa certeza que sólo se tiene un

par de veces en la vida, supe que iba a pasar el resto de

mi vida a su lado.“ (Carlos Ruíz Zafón)

(Eloy Sánchez Rosillo)

“La alegría, ¿qué dice, qué persigue?,¿por qué y cómo se acerca al corazón del hombre?Nos habla, intenta hablarnos,porque en su esencia pura y misteriosa,junto a las más hermosas melodías,alberga todas, todas las palabrascomo semilla o polene incesante nos da ciento por uno.A cada ser humano se dirigeen su lenguaje propio;sabe bien el idioma de cualquieraque abra el oído y deje que penetrenpor allí sus cancioneshasta las lobregueces irredentasy ateridas del alma.

En cuántas ocasiones me he visto en la desdichapor negarme a escuchar lo que sus labiosinequívocamente pretendían decirme.Qué confundido estaba.

La juventud ofusca y con frecuencia muevede incomprensible modo a quien la ostentahacia el dolor y la melancolía,la oscuridad y la perplejidad.No distinguía el hombre que yo he sidoni entre el negro y el blanco;lo que en la gracia crece y fulge y salva,de lo que enturbia el ojo.

Pero ya no me engaño, y te discierno,suave o vibrante, arrebatada o dulce,irresistible y mágica alegría.Nací para la luz, con buena estrella.Y aunque me hayas faltado tantas veces,aunque un día me faltes,desde la fe y el sueñote proclamo señora de mi vida,de mi casa y los míos,la más cierta verdad de las verdades.Y sabiendo de ti tan sin ninguna duda,tan desde luego y siempre,afirmo emocionado y entregado:<<Lo que dispongas quiero, digo, soy>>.”

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