Coment. Evangelio Domingo II Pascua Ciclo B. 12 Abril 2015 +Jesús Sanz Montes. Arzobispo Oviedo...

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Coment. Evangelio Domingo II PascuaComent. Evangelio Domingo II Pascua Ciclo B. 12 Abril 2015Ciclo B. 12 Abril 2015 +Jesús Sanz Montes. Arzobispo Oviedo +Jesús Sanz Montes. Arzobispo Oviedo Música: A. Rieu Ballade Música: A. Rieu Ballade pour Adeline pour Adeline Montaje: Eloísa DJ Montaje: Eloísa DJ

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TEXTO BÍBLICO Jn. 20. 19-31 TEXTO BÍBLICO Jn. 20. 19-31

Aparición de Jesús a los discípulosAparición de Jesús a los discípulos

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas estaban los discípulos en una casa, con las puertas

cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha

enviado, así también os envío yo». enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados,

les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».quedan retenidos».

Nueva aparición de Jesús a los discípulos. Confesión de Nueva aparición de Jesús a los discípulos. Confesión de TomásTomás

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le

decían: «Hemos visto al Señor». decían: «Hemos visto al Señor».

Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos

y no meto la mano en su costado, no lo creo». y no meto la mano en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las

puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».

Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas

incrédulo, sino creyente». incrédulo, sino creyente».

Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? dijo: «¿Porque me has visto has creído?

Bienaventurados los que crean sin haber visto».Bienaventurados los que crean sin haber visto».

Primera conclusión del evangelioPrimera conclusión del evangelio

Muchos otros signos, que no están escritos en este Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han

sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su

nombre.nombre.

En aquella mañana de pascua, algunas mujeres volvieron diciendo cosas que a los

discípulos les parecían muy extrañas:

la piedra de la tumba quitada, el sepulcro vacío.

Bloqueados por su propia perplejidad, tampoco recordaban lo que Jesús les había dicho sobre su

desenlace.

Ahora, al final de aquel

domingo de pascua,

estaban encerrados

a cal y canto,

llenos de pánico.

Jesús se presenta en medio de ellos para anunciarles la paz y

mostrarles los signos de su muerte.

Era salir de una horrible pesadilla y ver con sus ojos el milagro de las promesas de su Maestro cumplidas.

Cuando llegó Tomás, el que faltaba, rápidamente le dijeron la gran noticia, lo increíble e inaudito:

“hemos visto al Señor”.

Pero no estaban todos.

Semejante anuncio era insuficiente para un Tomás que también

“había visto” morir al Señor.

No era fácil borrar de su recuerdo ese pánico que había hecho esconderse a sus compañeros.

La condescendencia de Dios hacia todas las durezas de los hombres, está representada en la respuesta

que Tomás recibe por parte de Jesús,

cuando al volver allí ocho días después, le dice que toque lo que le

parecía una cosa imposible.

Es el perfecto tipo de

agnóstico, tan corriente hoy

en día:

no niego que esto que contáis haya sucedido, pero hasta que no lo vea con mis ojos, ni lo palpe con mis dedos, yo

no creo.

Y este “agnosticismo” Jesús lo llamará sencillamente

“incredulidad” : “trae tu mano y métela en mi costado, y no seas

incrédulo sino creyente”.

Hoy nosotros los cristianos, que creemos en la Resurrección de Jesús, ¿cómo podemos mostrar a la

Humanidad aquello que los Doce trataron de anunciar a Tomás?

No somos los propagandistas teóricos de un cambio

abstracto del mundo, sino los testigos de que aquello que aconteció en Jesús, también nos ha sucedido a nosotros:

el odio, la el odio, la oscuridad, la oscuridad, la

violencia, el miedo, violencia, el miedo, el rencor, la el rencor, la

muerte... es decir, muerte... es decir, el pecado, no el pecado, no

tienen ya la última tienen ya la última palabra. palabra.

Cristo ha resucitado y en Él han sido muertas todas nuestras muertes.

De esto somos testigos.

Esta es nuestra alegría.

Y por eso, a pesar de todas las cicatrices de un Y por eso, a pesar de todas las cicatrices de un mundo caduco, insolidario, violento, que mancha la mundo caduco, insolidario, violento, que mancha la dignidad del hombre y no da gloria a Dios, nosotros dignidad del hombre y no da gloria a Dios, nosotros

decimos: decimos:

Hemos visto al Señor.

Ojalá nuestra generación se llene de alegría como aquellos discípulos, al ver en nuestra pequeñez las

señales de la victoria pascual,

y como Tomás diga también:

Señor mío y Dios mío.

FIN

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