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Carátula de archivo de identificación Título de la ponencia
Historia, cultura, rol y sufrimiento.
Autor:
M. en Psic. Santos Noé Herrera Mijangos
Institución de procedencia
CINVESTAV-DIE
Dirección
Av. México Tacuba 1523, Madrid 104, Col. Argentina Poniente, C.P. 11230
México D.F.
Teléfonos
Particular 53-58-46-75, Oficina 52-43-43-82
Correo electrónico
psicologonoe@yahoo.com.mx
Mesa de participación
La historia como instrumento de análisis organizacional
2
Contenido Carátula de archivo de identificación .................................................................................................. 1
Resumen ............................................................................................................................................. 3
Introducción......................................................................................................................................... 4
Un leve acercamiento a las instituciones ............................................................................................ 4
La historia como instrumento de análisis organizacional.................................................................. 12
Capítulos del avance de la investigación .......................................................................................... 18
Abordaje metodológico...................................................................................................................... 22
Referencias bibliográficas ................................................................................................................. 24
Anexos............................................................................................................................................... 26
3
Resumen Esta ponencia pretende dar a conocer los avances descriptivos de una
investigación de tesis doctoral. El trabajo se enmarca en lo cualitativo, sin dejar de considerar aspectos importantes del ámbito cuantitativo. Para la investigación, se tomó de base a la historia como instrumento de análisis organizacional. La presentación de este trabajo se divide en tres rubros:
• Delimitación teórica de las instituciones • La historia como instrumento de análisis organizacional. • Avances de tesis doctoral.
En la delimitación teórica, se pretende enmarcar a las instituciones como una formación cultural que funcionan como caja de resonancia de los fenómenos externos, de igual forma, se pretende demostrar que las instituciones están encargadas de organizar, proteger y dar seguridad a los individuos en su vida caótica y amenazante. Se delimitan los diferentes tipos de instituciones que regulan varios aspectos de la vida del individuo (psicológico, simbólico y físico) porque las instituciones están en lo más profundo del ser, en el lugar donde muy pocos se atreven a analizar: el inconsciente. Kaës comenta:
“Para el inconsciente, la institución se inscribe en el espacio de lo sagrado. Este espacio del terror es el del comienzo, el de la fundación: es el espacio del sacrum. El origen divino de la institución le asegura poder, legitimidad, permanencia absoluta. La institución es de derecho divino. En el origen de la sociedad, para sus sujetos, para el inconsciente, la institución es inmortal”.1 La segunda parte de la presentación, se enfatiza en la importancia de la
historia como instrumento de análisis organizacional. Se muestran las dimensiones metodológicas requeridas para realizar investigaciones confiables y con estándares internacionales de calidad. Se pretende mostrar la importancia de la historia que en ocasiones permite aprender de las experiencias previas. Por tal motivo, se requiere cambiar de paradigmas como comenta Lessing, premio nobel de literatura.
“A mi parecer, a los niños se les debe enseñar la historia no como habitualmente se hace hoy, o sea, como el registro de acontecimientos ocurridos hace mucho tiempo que debemos conocer por alguna razón u otra, sino como una disciplina de la que podemos aprender no sólo lo que ocurrió, sino lo que puede volver a ocurrir, lo que muy probablemente ocurrirá de nuevo”.2
El último segmento de la ponencia da cuenta del avance de la investigación
de tesis doctoral. Se muestran sucesos, acontecimientos y experiencias vividas a lo largo de la primera década de existencia de la institución. Se presenta la parte descriptiva de los capítulos de la tesis que abarca el período pre-fundacional, el cambio del período pre-fundacional al fundacional, la expansión de la organización, la cotidianidad que se vive en la organización, los cambios internos y por último el sufrimiento institucional de los sujetos.
1 Kaës, R. et. al. (1989) La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, Paidós, Buenos Aires. Pág. 46 2 Lessing, Doris (2007) Las cárceles elegidas, Fondo de Cultura Económica, México. Pág. 96
4
Introducción
Un leve acercamiento a las instituciones Las instituciones3 son una formación de la sociedad y de la cultura que
siguen los parámetros de sus creadores, “contienen un conjunto de formas y
estructuras sociales instituidas por la ley y la costumbre, en todo momento,
regulan nuestras relaciones, nos preexisten y se imponen ante nosotros”,4
mantienen intercambios con el medio más allá de sus propias fronteras
funcionando como caja de resonancia de los fenómenos externos e incidiendo a
través de sus productos materiales y simbólicos.5
Las instituciones representan a los encargados del orden establecido que
organizan, protegen y dan seguridad a los individuos en su vida caótica y
amenazante. El ser humano ha tenido instituciones que regulan su vida desde
hace siglos y sin éstas, la cotidianidad sería un caos6, fueron creadas para
protección del mismo hombre7. Sin instituciones, el mundo sería sólo relación de
fuerzas, sería inconcebible cualquier civilización.8 Los sujetos están obligados a
cumplir los marcos establecidos porque desviarse de sus reglas o criticarlas, los
llevaría al castigo externo e interno. Cualquiera que amenace el orden establecido
3 La palabra instituciones se utiliza como sinónimo de organizaciones. En el CINVESTAV-DIE, se trabaja en el doctorado con la palabra instituciones, mientras que a unos cuantos kilometro, en la UAM Xochimilco se utiliza en el mismo nivel la palabra organizaciones. 4 Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. Pág. 22. 5 Remedi, Eduardo (enero 2006) Seminario de análisis institucional, CINVESTAV, DIE, México. 6 Ver Hobbes, T. (2006) Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil (1651), FCE, México. En su libro, Thomas Hobbes nos explica la forma en que la sociedad entrega el poder al Estado para su autocontrol. 7 Recordemos la famosa frase “el hombre es el lobo del hombre”. Hobbes, T., Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil, op.cit. 8 Enriquez en Kaës, La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit.
5
en la institución, corre el peligro de ser expulsado del grupo9 porque son instituidas
por la divinidad10 o por los hombres, aunque en ocasiones, se opongan a lo
establecido por la naturaleza.11
La institución es para el individuo, “divina, todopoderosa, referencia única,
que niega el tiempo y la muerte, madre englobadora y devoradora, y al mismo
tiempo madre benévola y nutricia, progenitor castrador y simultáneamente padre12
simbólico….. […]Los ahoga y los abraza, los mata y los hace vivir”.13 La institución
está en lo más profundo del ser, en el lugar donde muy pocos se atreven a
analizar: el inconsciente. Kaës comenta:
“Para el inconsciente, la institución se inscribe en el espacio de lo sagrado. Este espacio del terror es
el del comienzo, el de la fundación: es el espacio del sacrum. El origen divino de la institución le
asegura poder, legitimidad, permanencia absoluta. La institución es de derecho divino. En el origen
de la sociedad, para sus sujetos, para el inconsciente, la institución es inmortal”.14
Las instituciones forman parte de nuestra personalidad15, nos estructuran y
trabamos con ellas relaciones que sostienen nuestra identidad.16 El individuo las
considera parte de su mundo imaginario y simbólico desde su interioridad que lo
9 Ver Fernández, Lidia (1996) Instituciones educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas, Paidós, Argentina. 10 Ver González Fernando (2006). Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos, Tusquets Editores, México. 11 Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. 12 “La comunidad de monjes célibes, deliberada o involuntariamente, está organizada conforme a una pauta familiar: sus miembros están ligados por vínculos de amor fraternal y bajo la tutela y dirección de su padre severo y protector personificado por el abad”, ver Coser, L. (1978) Las instituciones voraces (1974), FCE, México. Pág. 115 13 Enriquez en Kaës, La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. Pág. 91 14 Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. Pág. 46 15 Bleger, J. en Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. 16 Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit.
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enmarca17, aunque las instituciones, tienen el problema de poner las energías
humanas al servicio de sus fines –cualquiera que sea la tarea- utilizando
mecanismos de motivación –salario, prestigio, poder, etc.- para asegurarse de que
los individuos guarden fidelidad frente las demás instituciones que, dentro de la
sociedad, compiten por su adhesión18.
En otra perspectiva, las instituciones tienen su origen en la violencia
fundadora, en su nacimiento son herederas de algún crimen, “La sociedad
descansa ahora sobre una culpa común, un crimen cometido en común… […] Hay
un acto memorable y criminal que sirvió como punto de partida a muchas cosas:
organizaciones sociales, restricciones morales, religiones”.19 Detienen la violencia,
pero la instauran legalmente a su conveniencia haciendo uso de las leyes. Exigen
sacrificios a sus miembros colocándolos en situaciones críticas para la psique del
individuo que lo llevan a la angustia y sufrimiento. Al igual que las civilizaciones,
las instituciones no son inmortales. El orden que imponen apoyado en sus leyes
no es inmutable, los valores que proclaman son contradictorios y niegan lo que las
funda.20
Con respecto a la cultura, “una institución es en principio un objeto cultural
que expresa cierta cuota de poder social”,21 la historia tiene un registro del
establecimiento que nos permite ver las leyendas sobre el origen, los mitos, ritos,
17 Fernández, L., Instituciones educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas, op.cit. 18 Coser, L., Las instituciones voraces, op.cit. 19 Freud, S., citado por Enriquez en Kaës, La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. Pág. 163. 20 Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. 21 Fernández, L., Instituciones educativas. Dinámicas institucionales en situaciones críticas, op.cit. Pág. 17
7
símbolos, antepasados, las ceremonias conmemorativas y las concepciones
acerca de la misión a cumplir22. Los festines en la institución sirven para disminuir
la tensión que cuesta la socialización a los sujetos y la pertenencia a los distintos
grupos. La cultura institucional permite a los actores, adquirir costumbres y rituales
para facilitar la obra colectiva.23
Las instituciones participan en la producción y reproducción de la sociedad,
son las que organizan las tareas socialmente necesarias. Las tenemos
principalmente en lo económico porque son la base del capital financiero al invertir
en valores, bienes y servicios. Distribuyen poder adquisitivo que otorga beneficios
y pérdidas a los individuos. “El capitalismo no existiría sin ellas”.24
22 Ver Nicastro, Sandra (1997) La historia institucional y el director en la escuela, Paidós, Argentina. 23 Romo Beltrán Martha en Remedi, Eduardo (2004). Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, Plaza y Valdés, México. 24 Castoriadis, C (1989). La institución imaginaria de la sociedad. Vol. II. Tusquets, Barcelona.
8
En el poder político son necesarias para mantenerse en su proyecto; el
poder lo ejerce dentro de la institución y hacia la sociedad regulando las relaciones
de dominancia, rivalidad y sumisión en las cuales se persiguen los intereses de
cada uno y los fines propios de la institución.25
Existen diferentes tipos de instituciones y la clasificación va de acuerdo al
autor, para G. Dumézil,26 se encasillan en tres tipos que sirven de base a las
instituciones indoeuropeas: las jurídico-religiosas, las defensivas o de ataque, y las
productivas-reproductivas. Collins,27 también las divide en tres tipos: las
organizaciones jerárquicas (esencialmente de producción, comerciales o
burocráticas), las organizaciones controladas por sus miembros (partidos políticos,
sindicatos, etc.), y las comunidades profesionales. Erwing Goffman hace una
excelente descripción de lo que considera una institución total.
“La característica central de las instituciones puede describirse como una ruptura de las
barreras que separan de ordinario (tres ámbitos fundamentales de la vida cotidiana). Primero, todos
los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma autoridad única. Segundo,
cada etapa de la actividad diaria del miembro se lleva a cabo en la compañía inmediata de un gran
número de otros, a quien se le da el mismo trato, y de quienes se requiere que hagan juntos las
mismas cosas…. […] Tercero, todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente
programadas… [...] El hecho clave de las instituciones totales consiste en el manejo de muchas
25 Ver Kaës, R. et. al. (1998) Sufrimiento y psicopatología de los vínculos institucionales. Elementos de la práctica psicoanalítica en institución, Paidós Buenos Aires. 26 Dumézil, G. citado en Kaës, R., La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, op.cit. Pág. 23 27 Collins citado en Ball, Stephen J. (1994) La micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización escolar, Paidós, Barcelona.
9
necesidades humanas mediante la organización burocrática de conglomerados humanos
indivisibles”.28
Goffman menciona que las instituciones totales se encuentran rodeadas
“por una barrera a la defección y la interacción social con el exterior, que a
menudo es parte integral del establecimiento físico de la institución, en forma de
puertas cerradas, muros altos, alambradas de púas, arrecifes, agua, bosques o
páramos”.29 Hay diferentes tipos de instituciones totales: asilos, hospitales
psiquiátricos, cárceles30, campos de concentración, cuarteles y escuelas de
internos. Los individuos que se encuentran recluidos, están obligados al
sometimiento del yo con la institución, con las actividades y los guardianes del
orden. El interno, es controlado de acuerdo a las reglas del establecimiento sin su
consentimiento. Coser muestra otro tipo de instituciones, llamadas voraces:
“…exigen una lealtad exclusiva e incondicional y tratan de reducir la influencia que ejercen los
papeles y los status competidores sobre aquellos a quienes desean asimilar por completo… […]
intentan contrarrestar toda tendencia a la “singularización” y a la “particularización” reprobando toda
relación diádica que pueda restarle efecto y energías a la comunidad… […] Suele exigir que el
individuo (la esposa, en el caso de la familia) esté dispuesto siempre a satisfacer todas las
necesidades de la institución… […] El compromiso con las instituciones voraces exige renunciar a la
autonomía conquistada por las personas que viven en la intersección de muchos círculos sociales, y
28 Goffman, E. citado en González, F., Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos, op.cit. Pág. 40 29Goffman, E. citado en Coser, L., Las instituciones voraces, op.cit. 30 En su libro de vigilar y castigar, Foucault describe el nacimiento de las prisiones y el orgullo que se tenía de su eficiencia en el siglo XIX. Describe dos modelos principalmente, uno de ellos es Auburn donde la principal regla era el silencio absoluto y los presos sólo podían hablar en voz baja con el permiso de los custodios. Dicho centro penitenciario, era similar al modelo monástico que repetía a la sociedad misma; el otro consistía en el aislamiento absoluto y se pedía al recluso un análisis de sí mismo desde lo profundo de su conciencia. Foucault fija la formación del sistema carcelario el 22 de enero de 1840 cuando se inaugura la prisión Mettray, ya que esta prisión concentra todas las tecnologías coercitivas del comportamiento. Ver Foucault, M (reimp., 2004). Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. Siglo Veintiuno.
10
sustituirla por una sumisión heterónoma a las demandas voraces de organizaciones que devoran
íntegramente al hombre para moldearlo a una imagen al servicio de sus intereses“.31
Las instituciones voraces siempre son exclusivas y elitistas, son sólo para
algunos cuántos, para aquellos que están dispuestos a sacrificar todo por el ideal
a seguir. Según San Lucas, Jesús dice a sus seguidores: “Si alguno viene donde
mí, y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a
sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío”.32
Las instituciones voraces, no utilizan alambradas de púas, a diferencia de
las instituciones totales, se limitan a erigir barreras simbólicas entre sus miembros.
Estas organizaciones pueden -la Iglesia Católica- exigir el celibato33 de sus
sacerdotes con el fin de neutralizar la creación de una familia y los compromisos
que ello conlleva.
Finalmente, para nuestro propósito de la tesis. Se toma como base la
descripción de Remedi que comenta acerca de las instituciones educativas:
“Espacios que ofrecen a los sujetos que en ellas intervienen articulaciones de representación y de
vinculación que les posibilitan posicionarse en la institución y, desde ahí, ejercer su quehacer; los
posicionamientos que los sujetos asumen están evidentemente atravesados no sólo por el aquí y
ahora institucional, sino que devienen de las trayectorias personales y académicas que portan, de las
identificaciones realizadas, de las apropiaciones en sus prácticas, etc.” 34
Para enriquecer, podemos agregar lo que Ball dice con respecto a las instituciones
educativas:
31 Coser, L., Las instituciones voraces, op.cit. 32 Coser, L., Las instituciones voraces, op.cit. 33 Ver González, F., Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos, op.cit. 34 Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 17.
11
“Considero las escuelas, al igual que prácticamente todas las otras organizaciones sociales, campos
de lucha, divididas por conflictos en curso o potenciales entre sus miembros, pobremente
coordinadas e ideológicamente diversas”.35
Los conflictos pueden ser por la concepción que se tiene de la escuela
como segundo hogar, ya que al igual que la familia, su función oficial consiste en
formar a los individuos para que logren determinados aprendizajes que los hagan
aptos para vivir en su contexto social.
35 Ball, Stephen J., La micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización escolar, op.cit.
12
La historia como instrumento de análisis organizacional La historia ayuda a esclarecer el origen de algunos fantasmas creados en el
pasado,36 aunque no nos libra. Sólo nosotros (en muchas ocasiones con la ayuda
de un psicólogo, terapeuta, etc.) podemos confrontarlos. La historia puede
contribuir para que comprendamos algunos rasgos de nuestra personalidad. La
historia institucional permite observar:
• Planos de la historia vivida
• Actualización en las modalidades en que en la práctica se expresa
• Dificultades enfrentadas.
• Atacantes y defensores institucionales.
• Cómo se constituyeron grupos de poder
• Cómo actúan algunos sujetos en el aquí y ahora
• Personajes principales y secundarios
• El presente institucional.
• El registro de la cultura institucional en los mitos, leyendas, símbolos,
objetos, lenguajes, representaciones, normas, concepciones, modelos.
Para Fernández, la historia institucional es:
“..una producción cultural que sintetiza el registro que se tiene del origen (la novela institucional) y las
vicisitudes sufridas a lo largo del tiempo, haciendo particular referencia a acontecimientos críticos y a
las figuras de mayor pregnancia en la vida institucional: “personajes”, “héroes” y “villanos”.37
36 George Orwell en su libro 1984, narra las injusticias que comete un partido político para controlar el pasado del país. En su slogan, los dirigentes del partido dicen: “El que controla el pasado, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado”. Ver Orwell, G. (2004), 1984, México, Planeta. 37 Fernández en Landesmann, Monique (2006). Instituciones educativas. Instituyendo disciplinas e identidades. México, Casa Juan Pablos. Pág. 55
13
El origen de la institución hace que los actores principales se cuestionen y
expliquen algunos acontecimientos de la institución. Por ser lo primero de la
historia institucional, aparece y reaparece cíclicamente en la cotidianidad de la
organización.
Para hacer la lectura de la historia institucional, se necesita una perspectiva
de carácter historiográfico, se requiere inter-cruzar tres dimensiones para el
análisis:
1) Entrevistas a actores claves, protagonistas de la historia institucional.
2) Documentos Institucionales que están cruzados por una perspectiva de
carácter historiográfico sostenida en relevamientos de documentos,
actas institucionales, material de hemeroteca, etc.,
3) Línea de investigación que refiere a la historia institucional,
entendiéndola como el lugar que ofrece significantes para que los
sujetos articulen planos de identificación;
Cultura institucional
La historia institucional permite observar
Presente institucional
Personajes principales y secundarios en el presente
y pasado Dificultades enfrentadas
Actualización en la cotidianidad
Pasado institucional
Atacantes y defensores institucionales
Cómo se construyeron grupos de poder
14
Esta lectura de la historia permite observar en el presente institucional,
determinados planos de la historia vivida, de la historia institucional y cómo los
sujetos institucionales, en algunos momentos, actúan en el aquí y ahora. Para ser
más explícito, desgloso cada uno de los puntos.
En la entrevista, el individuo se transforma en una voz de la historia que
narra desde un estilo particular por ser producto del entrecruzamiento de estilos
individuales y colectivos. El narrador, construye la novela institucional por haber
estado en múltiples historias, macro-sociales o micro-sociales. Al transmitir la
historia (el entrevistado) se transforma en algún sentido en un protagonista que
reconstruye, resignifica y retransmite la historia
Los documentos institucionales, dan cuenta de los logros y fracasos de la
institución, de los cambios y vicios ocultos que en ocasiones son utilizados como
mecanismos de defensa. Los documentos no mienten, no se pueden alterar y
mucho menos negar cuando han llegado a ser del dominio público.
La línea de investigación, permite proteger al investigador que intenta
penetrar en los aspectos profundos de la mismidad, de tolerar que en diferentes
Entrevista a actores claves
Historia Institucional
Línea de investigaciónDocumentos institucionales
15
momentos de su trayecto, se encuentren frente a un caleidoscopio en el que se
pierde una y otra vez su objeto. La investigación tiene que ir al inconsciente, a lo
más profundo de la organización y del individuo. Se debe desmembrar y descubrir
los mecanismos de defensa de ambos que se pierden en la cotidianidad. “Es cierto
que solos es difícil. Tiene que estar la provocación, tiene que estar nuestra
decisión, tienen que estar los compañeros de ruta en este proyecto –de veras
difícil- de despojarnos de certezas, aceptar la interrogación y nuestra inacabable
ignorancia y volver a pensar”.38 Romo Beltran comenta al respecto:
“Llevar a cabo el análisis institucional significa enfrentarnos a diversas temporalidades, pero a la vez
hacen presencia las dimensiones sociales, institucionales, personales…, […] De ahí que en la
construcción de la narrativa, un cuestionamiento permanente corresponde al cómo incorporar en la
construcción de la novela institucional las diferentes dimensiones que están en juego, sin negar la
especificidad y el tipo de construcción que corresponde a cada una”.39
El análisis institucional se puede realizar en cualquier organización40 y se
requiere observar las interacciones, la teatralidad, el azar de los encuentros y sus
pequeños dramas o las grandes tragedias que suscitan, las pasiones que nacen y
el trabajo que sirve como telón de fondo. Todo esto muestra, ilustra los hilos
delgados, pero resistentes que estructuran la trama institucional.41
38 Fernández Lidia en Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 14. 39 Romo Beltrán Martha en Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 95 y 96. 40 “Inclusive las instituciones religiosas deben ser tratadas como cualquier otra institución, eliminando cualquier obstáculo o ámbito que con el pretexto de sacralidad o infalibilidad impida recorrerla y analizarla”, ver González, F., Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos, op.cit. Pág. 17 41 Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 55.
16
La novela institucional como producción cultural, guarda el registro que se
tiene del origen y lo sufrido en el tiempo, hace referencia a acontecimientos
críticos y a figuras claves en la vida institucional: personajes, héroes y villanos
que son códigos de significación a la ideología institucional. Escribir la novela
institucional representa un serio compromiso por las implicaciones del
investigador, nunca se puede ser totalmente indiferente ante los fantasmas del
pasado, ante la herencia de la educación primaria. El conocimiento de un
establecimiento requiere del análisis de la cotidianidad, para Remedi la vida
cotidiana institucional es:
“….construcción de un collage, figura de sentido metafórico que transporta a un mismo lugar, une
historias, entrecruza pasiones y razones, sentimientos y ponderaciones, ensueños y acciones donde
los sujetos pueden reconocerse e identificar la discontinuidad, la incoherencia, la contradicción,
entrecruzamientos que permiten comprender el presente, y en ese presente, como un telón de fondo,
destaca lo que de otra manera pasaría inadvertido o se consideraría insignificante, lo que se vive día
con día: el desordenado deseo de vivir de las instituciones”.42
La institución presenta por lo menos dos versiones de su historia, la creada
por los que pretenden mantener el statu quo, el poder o los privilegios y la
incomoda que cuenta lo que los primeros callan, donde se encuentran secretos,
pactos, arreglos etc. que permiten entender los quiebres institucionales. La
segunda historia normalmente es callada por miedo a perder lo que la institución
otorga.
La historia institucional como testimonio oral o escrito, muestra sucesos,
acontecimientos y experiencias que permite la transmisión y circulación de lo que
42 Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 47.
17
se quiere que se sepa en la memoria individual o colectiva. La historia, da una
identidad a cada quien. Siguiendo a Remedi, el interés no está en hacer una
historia de la institución, lo que se pretende es construir la historia de los
individuos43 en la institución. El individuo al narrar la historia de la institución, lo
hace desde su perspectiva aunque el evento fuera vivido en colectivo. Al
transmitir la historia, se convierte en el actor principal, sin importar el lugar que
ocupo en el hecho. El pasado institucional tiene como propósito aclarar el presente
que es el tiempo desde donde observamos al pasado.
El análisis de la historia de la institución consiste en la descomposición de
la realidad para convertirla en objeto de estudio. Para conocer la organización que
estudio, la base se centró en el conocimiento de la historia institucional. Para
lograr ver la cultura, el rol y el sufrimiento institucional, se requiere armar desde la
historia de la organización que da cuenta de los mitos, pactos, pecados, éxitos,
fracasos, etcétera. La historia es la mejor aliada de la institución, pero también su
peor enemiga.
43 “para contar una vida requerimos de trozos pequeños de realidad que formen una imagen, organizar las marcas y colocarlas en una secuencia, en un ir y venir en los momentos de la vida donde encajen los >datos duros> y se entretejan los <datos sustantivos>” Ver Torres Hernández en Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit.
18
Capítulos del avance de la investigación En este avance de la investigación, el interés estuvo en la redacción de la
historia de la institución que muestra sucesos, acontecimientos y experiencias
vividas a lo largo de la primera década de existencia. La historia en este proceso
se recapituló de acuerdo a la narración de la cotidianidad de los actores claves,
documentos oficiales y la búsqueda biblio-hemerográfica. En esta ponencia se
pretende presentar la parte descriptiva de los capítulos de la tesis. La parte teórica
con el análisis a profundidad de los diversos eventos será concluida en enero
2008 al entregar el primer borrador de tesis.
En el primer capítulo muestra el período pre-fundacional. El momento en
que se construyen la frontera material –desde la visión de Goffman- y simbólica -
desde la visión de Coser- de la institución. Se comienza con la narración de
acontecimientos significativos anteriores a la apertura de la escuela, se evidencian
los grupos políticos que ayudaron a la lucha de las demandas de la comunidad y
finalmente se mencionan los personajes que coadyuvaron en la creación del
proyecto de preparatoria.
En el segundo capítulo, se narra el cambio del período pre-fundacional al
fundacional. Se deja ver la forma en que se entregó la estafeta a los nuevos
dirigentes, el relevo del nuevo clan fundacional en el último trimestre de 1998 y los
primeros problemas con que se enfrentaron los fundadores para el reconocimiento
oficial de la institución.
19
El tercer capítulo abarca la expansión de la preparatoria, cuando deja de
ser un proyecto local para convertirse en un pilar de la política educativa del GDF.
En el comienzo de la administración -2001- de Andrés Manuel López Obrador se
destinaron recursos humanos y materiales para la expansión y en la institución, los
diversos actores –directivos, profesores y estudiantes- se avocaron a consolidar el
modelo educativo como en los grupos mesiánicos fundacionales que describe
Kernberg, Otto:
“Los grupos que se crean alrededor de una ideología mesiánica presentan en general las siguientes
características: dividen el mundo en bueno y malo, lo cual promueve la división de relaciones
interpersonales en buenas (dentro del grupo) y malas (con personas rechazadas fuera del grupo);
subraya la cualidad totalitaria de su sistema de creencias en el sentido de que defienden que ésta
resolverá cualquiera de los problemas del mundo (como los problemas del grupo); promueven una
enorme sensación de poder y de sentido prometiendo un futuro dorado, mientras se demanda una
sumisión completa a las reglas y regulaciones grupales, además de una obediencia total y sumisión
al líder del grupo o sus representaciones. Este tipo de ideologías requiere un compromiso total.
Habitualmente, no tolera a las parejas que no han sido aprobadas y que no se someten a la
regulación estricta de su vida privada, y es a menudo sutil o crudamente antisexual en su ideología.
Además, regula todos los detalles de la vida diaria de los miembros”.44
En el cuarto capítulo, el análisis de caso deja ver la cotidianidad que vive
una de las dieciséis preparatorias del GDF. “….construcción de un collage, figura
de sentido metafórico que transporta a un mismo lugar, une historias, entrecruza
pasiones y razones, sentimientos y ponderaciones, ensueños y acciones donde
los sujetos pueden reconocerse e identificar la discontinuidad, la incoherencia, la
contradicción, entrecruzamientos que permiten comprender el presente, y en ese
44 Kernberg, Otto F. (1998) Ideología, conflicto y liderazgo en grupos y organizaciones. Paidós, Barcelona. Pág. 28.
20
presente, como un telón de fondo, destaca lo que de otra manera pasaría
inadvertido o se consideraría insignificante, lo que se vive día con día: el
desordenado deseo de vivir de las instituciones”.45 A través de la narración de
algunos entrevistados y documentos institucionales podemos ver la micropolítica
de la escuela, las riñas internas por el poder, los espacios, los estudiantes y el
rompimiento de los vínculos que culminan con el distanciamiento y aniquilamiento
de aquellos que son considerados diferentes.
El quinto capítulo nos adentra a los cambios académicos institucionales
obligados por el olvido de la tarea fundamental de la institución al estar enfocados
en la construcción de los planteles. Por último, el sexto capítulo se enfoca en el
sufrimiento institucional, la política que regresa a reclamar los suyo y el término de
la etapa de los fundadores. En la parte concluyente se narran puntos claves de
una entrevista con el grupo fundador un par de días antes de que la líder sea
destituida del cargo y arrojada de la institución.
Capítulos Ejes centrales
El grupo pre-fundacional en el contexto del proyecto de preparatoria.
Contexto: Social de Iztapalapa / D.F., política local y nacional, educación local y nacional.
Del grupo pre-fundacional al grupo fundacional de la preparatoria.
Política local y nacional, vida académica de la institución, pedagogía (modelo educativo).
La expansión –de la preparatoria al instituto- y el equipo.
Dinámica de grupos, actores institucionales: coordinadores, profesores, estudiantes, modelo educativo.
Análisis de caso: Carmen Serdán en el país de las maravillas.
Dinámica de grupos, vida académica del plantel, poder, conflictos, sentimientos, política institucional educativa (modelo educativo)
De regreso a lo macro: Los cambios de vía en el tren de la institución.
Cambios, pedagogía, vida académica
El último trago: La institución, la política y la despedida.
Instituciones, sufrimiento, análisis
45 Remedi, E., Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, op.cit. Pág. 47.
21
Periodos de la institución
Pre-fundacional Fundacional Iztapalapa 1
Fundacional IEMS Análisis de Caso
1997-1999 2000 2001-2006 2001-2005
Agosto de 1997, se realiza un plantón. Octubre de 1998, se firma un acuerdo. Junio de 1999, Cárdenas reconoce Iztapalapa 1
Se ingresa a la ex cárcel de Mujeres y la SEP reconoce la preparatoria
Agosto de 2001, la secretaria de desarrollo social, Raquel Sosa inaugura las 15 nuevas preparatorias del IEMS. Destitución de Guadalupe Lucio.
Agosto de 2001, al cierre del conflicto en febrero de 2005.
Actores importantes de la institución
Grupo pre-fundacional del proyecto de preparatoria
Grupo fundacional de la preparatoria
Iztapalapa 1
Grupo fundacional del IEMS
Colonos de Santa Martha, dirigentes de las organizaciones políticas y sociales, estudiantes , profesores (pertenecientes a la colonia y organizaciones), algunos dirigentes políticos.
Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Pérez Rocha, Miriam Sánchez y Guadalupe Lucio.
Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de desarrollo social Raquel Sosa, la directora general Guadalupe Lucio y sus tres grupos: el administrativo, el de subdirección de planteles (coordinadores) y el de los primeros profesores de Iztapalapa 1.
22
Abordaje metodológico. Entrevistas
Como se explicó previamente, para hacer la lectura de la historia institucional, se
necesitó una perspectiva de carácter “historiográfico” y se inter-cruzaron tres
dimensiones para el análisis:
1) Entrevistas a actores claves, protagonistas de la historia institucional.
2) Documentos Institucionales que están cruzados por una perspectiva de
carácter historiográfico sostenida en relevamientos de documentos,
actas institucionales, material de hemeroteca, etc.,
3) Línea de investigación que refiere a la historia institucional,
entendiéndola como el lugar que ofrece significantes para que los
sujetos articulen planos de identificación.
Con lo que respecta a las entrevistas, se realizaron 19 a profundidad:
17 individuales y 2 grupales
Directivos Coordinadores Profesores Sec. Técnica 2 7 9 1
Brazo derecho Dir. Contratación
Algunos coordinaron más de un plantel
1 proviene de la lucha social. 1 de la 1ª. generación 7 del análisis de caso
La primer sec. técnica
Se utilizaron 8 entrevistas individuales editadas por la institución
Sec. Desarrollo
Social
Directivos 1ª. Coordinadora
Profesores Trabajador Estudiante
1 2 1 2 1 1 Dra. Raquel Sosa Elízaga
M. Pérez Rocha Gpe. Lucio Maqueo
Leticia Vargas O. Castellanos Fco. Cañón
Roberto Cisneros
1ª. Generación de Iztapalapa
Total 26 entrevistas
23
Para la estrategia de validación, se muestra el siguiente cuadro que deja ver los
pasos que se siguieron.
En lo que respecta a la búsqueda documental,46 se analizaron:
• Documentos internos de la institución
• Libros, artículos y revista de la institución.
• Hemeroteca
Y finalmente, se realizó la estrategia de validación documental apoyada en la
teoría.
46 Ver anexo
24
Referencias bibliográficas • Ball, Stephen J. (1994) La micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización
escolar, Paidós, Barcelona.
• Coser, L. (1978) Las instituciones voraces (1974), FCE, México.
• Etkin, J. y Schvarstein, L. (1989), Identidad de las organizaciones, Paidós, Buenos Aires.
• Fernández, Lidia (1996) Instituciones educativas. Dinámicas institucionales en situaciones
críticas, Paidós, Argentina.
• Foucault, Michel (2004) Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, 33ª. Reimpresión, Siglo
XXI, México.
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Buenos Aires.
• Freud, S. (2000) Psicología de las masas y análisis del yo (1921), Obras completas, tomo
XVIII, Amorrortu, Buenos Aires.
• Freud, S. (2000) Tótem y tabú. Algunas concordancias en la vida anímica de los salvajes y
de los neuróticos (1912-13), Obras completas, tomo XIII, Amorrortu, Buenos Aires.
• González, Fernando (2006). Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y
documentos inéditos, Tusquets Editores, México.
• Hobbes, T. (2006) Leviatán o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil
(1651), FCE, México.
• Kaës, R. et. al. (1989) La institución y las instituciones. Estudios psicoanalíticos, Paidós,
Buenos Aires.
• Kernberg, Otto F. (1998) Ideología, conflicto y liderazgo en grupos y organizaciones.
Paidós, Barcelona.
• Landesmann M. et. al. (2006) Instituciones educativas. Instituyendo disciplinas e
identidades, Casa Juan Pablos, México.
• Lessing, Doris (2007) Las cárceles elegidas, Fondo de Cultura Económica, México.
25
• Nicastro, Sandra (1997) La historia institucional y el director en la escuela, Paidós,
Argentina.
• Paz, O. (2004) El laberinto de la soledad, 3ª. Reimpresión, Fondo de Cultura Económica
(FCE), México.
• Remedi, Eduardo (2004). Instituciones educativas. Sujetos, historia e identidades, Plaza y
Valdés, México.
26
Anexos Documentos internos de la institución
• Actas de avance académico a todo el personal docente.
• Acuerdos (Ejemplo: no. S0-3/ /2005)
• Carta firmada por personal docente y administrativo del plantel Miguel Hidalgo
• Circulares (Ejemplo: no. SDS/IEMS/C-012/2004).
• Discurso al personal académico del plantel Salvador Allende.
• Discurso de despedida de la directora general del IEMS, Guadalupe Lucio.
• Documento a la coordinación de plantel Miguel Hidalgo.
• Oficios (Ejemplo: no. SDS/IEMS/C-07/04).
Libros, artículos y revista de la institución.
• Boletín Informativo, Toma de posesión del Director General del IEMS, México, D.F.
Volumen III, No.40, 15 Marzo 2007.
• Instituto de Educación Media Superior (2002) Sistema de bachillerato del gobierno del
Distrito Federal, propuesta educativa, México, Corporación Mexicana de Impresión.
• Instituto de Educación Media Superior (2006) Sistema de bachillerato del gobierno del
Distrito Federal, proyecto educativo, México, Corporación Mexicana de Impresión.
• Ocampo, S. A; Pérez M. A; De Ávila R. H; Chargoy G. R; Arroyo L. A. (2006) Memoria.
Origen de un proyecto educativo. México, Instituto de Educación Media Superior de Distrito
Federal. Secretaría de Desarrollo Social. Gobierno del Distrito Federal.
• Revista del Instituto de Educación Media Superior. México, D.F. López Araiza J; Moreno
Bayón H. Revisión y ajuste de los programas de estudio. Una experiencia conjunta en
Investigación y saber docente, No.1, Octubre 2006.
Hemeroteca
• Periódico la Jornada de enero de 1997 a febrero de 2007
1
TÍTULO: PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA EMPRESA SOCIAL FORESTAL. UNA MIRADA DESDE LOS ESTUDIOS ORGANIZACIONALES.
AUTORES: Ramón Marcos Ríos Ibarra, Bertha Sofía Larqué Saavedra, Juan Islas
Gutiérrez y José Luis Jolalpa Barrera
INSTITUCIÓN DE PROCEDENCIA: Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias
DIRECCIÓN Y TELÉFONOS: Av. Progreso No. 5, Barrio de Santa Catarina.
Delegación Coyoacán, México, D. F., C.P. 04010.
Teléfono institucional (55) 38-71-87-08
y teléfono particular (55) 57-85-04-48.
CORREO ELECTRÓNICO: rios.ramon@inifap.gob.mx y rmarcosr@prodigy.net.mx
MESA DE PARTICIPACIÓN: Mesa 6. LA HISTORIA COMO INSTRUMENTO DE
ANÁLISIS ORGANIZACIONAL.
2
PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA EMPRESA SOCIAL FORESTAL. UNA MIRADA DESDE LOS ESTUDIOS ORGANIZACIONALES.
Ramón Marcos Ríos Ibarra*
Bertha Sofía Larqué Saavedra * Juan Islas Gutiérrez *
José Luis Jolalpa Barrera *
RESUMEN Las empresas sociales forestales (ESF´s), son organizaciones importantes para el sector productivo forestal de México y presentan una problemática diversa, producto de un proceso evolutivo complejo. El objetivo de este trabajo es aportar elementos que faciliten una aproximación comprehensiva a estas organizaciones desde una perspectiva histórica, lo que puede facilitar el planteamiento de estrategias para su desarrollo y supervivencia, además de contribuir a la apertura de nuevas líneas de investigación para los estudios organizacionales para la mejor comprensión de esta parte de la realidad organizacional. La revolución mexicana trajo como resultado el reparto agrario a través de tres formas de propiedad: la privada, el ejido y la comunidad agraria, establecidas en el artículo 27 de la Constitución de 1917 y con ello, aproximadamente el 80% de los bosques pasaron a ser propiedad social, es decir, propiedad de ejidos y comunidades agrarias. Actualmente, existen entre 290 y 479 ESF´s en varios niveles de consolidación y sustentabilidad, operando desde la década de los 80´s, cuando la Ley Forestal Mexicana de 1986 creó el marco legal que promovió y facilitó los procesos de desarrollo forestal comunitario, por lo que muchas comunidades abordaron la producción silvícola. Sin embargo, en la última década, las ESF´s enfrentan una compleja problemática que limita drásticamente su desarrollo. La comprensión de su proceso de evolución histórica y el reconocimiento de estas limitantes puede ser la base desde la que se construyan estrategias para la sostenibilidad y supervivencia de las mismas. Palabras clave: empresa social forestal, perspectiva histórica, aprovechamiento forestal comunitario
* Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Campo Experimental “Valle de México”. Km. 18.5 de la carretera Los Reyes-Lechería, Texcoco, Estado de México.
3
INTRODUCCIÓN
En México, las empresas sociales forestales (ESF´s), también llamadas empresas
forestales comunitarias, son organizaciones empresariales, principalmente
pequeñas y medianas, que una comunidad o ejido ha creado para realizar la
producción, diversificación y transformación de sus recursos forestales
permanentes, buscando el beneficio social y económico que le facilite el desarrollo
comunitario. Estas organizaciones son importantes para el sector productivo
forestal de México, puesto que forman parte de una cadena productiva forestal,
dedicada al aprovechamiento de los bosques, que aporta beneficios
socioeconómicos al país. Las ESF´s poseen características particulares y
presentan una problemática diversa, producto de un proceso evolutivo complicado.
Sin embargo, en la última década enfrentan graves riesgos para su desarrollo y
supervivencia en un entorno organizacional mexicano cada vez más complejo y
globalmente interdependiente.
El objetivo de este trabajo es aportar elementos que faciliten una aproximación
comprehensiva a las ESF´s desde una perspectiva histórica, lo que puede facilitar
el planteamiento de estrategias de desarrollo que apoyen su sostenibilidad y
supervivencia. Por otro lado, un acercamiento a este tipo particular de
organizaciones en México, puede aportar nuevas líneas de investigación para los
estudios organizacionales, que contribuyan a la mejor comprensión de este
particular fragmento de la realidad organizacional mexicana.
Enseguida se presentarán de manera inicial, algunos antecedentes de las ESF´s
en México; una revisión de las maneras en que los bosques mexicanos han sido
4
manejados, resaltando los eventos relevantes relacionados con el posterior
surgimiento de este tipo de organizaciones. Posteriormente se habla del
nacimiento y desarrollo de las ESF´s, así como de los principales factores del
entorno relacionados con ello y se menciona la problemática actual de estas
organizaciones empresariales en México; finalmente se presentan algunas
reflexiones derivadas de esta revisión histórica.
ANTECEDENTES DE LA EMPRESA SOCIAL FORESTAL
Los bosques mexicanos han pasado por distintas formas de manejo y gestión. En
la época precolonial se habla del calpulli como principal forma de propiedad
comunal de la tierra utilizada para la caza y la recolección. Una población, con su
estructura de gobierno y sus jerarquías, poseía su territorio o altépetl. La tierra
estaba distribuida entre los jefes de las familias agrupadas en los varios calpulli que
integraban cada altépetl, y algunas superficies eran de uso común. Los calpulli
eran trabajados por las familias y no podían arrendarse ni sujetarse a transacción
alguna; sólo podían transferirse por herencia. Al dejarse de cultivar se perdían y
pasaban a ser de uso común; cualquier miembro del calpulli podía utilizarlas previa
aceptación de las autoridades (Galletti, 1996; Negrete y Aguilar, 2006).
Estas formas de relación social para el uso de la tierra, se vieron interrumpidas por
los conquistadores españoles. La apropiación de las tierras y la imposición de
diversas instituciones, como ejemplo la encomienda, modificaron las maneras de
aprovechar los territorios y recursos, con la finalidad de fortalecer la economía
colonial y de controlar y proteger a las poblaciones originarias (Negrete y Aguilar,
5
2006). Los conquistadores, aunque reconocieron la forma de propiedad comunal
de las poblaciones indígenas, porque coincidía con la institución española del
“ejido” y del sistema municipal, iniciaron la explotación de los bosques a gran
escala para la construcción urbana, la minería y la exportación a Europa (Galleti,
1996; Negrete y Aguilar, 2006), mientras iniciaban un proceso de despojo masivo
de tierras, obligando a los indígenas a refugiarse en montañas aisladas y lejanas
de poco interés para ellos; aún así, algunas poblaciones indígenas mantuvieron la
posesión de sus tierras y adquirieron títulos para ellas durante el siglo XVI
(Klooster, 2003).
La Independencia de México, iniciada en 1810, significó el fin de las estructuras
coloniales impuestas a los indígenas y finalmente a éstos se les reconoció
jurídicamente la igualdad con los demás habitantes y las tierras quedaron bajo las
normas del derecho común (Negrete y Aguilar, 2006). Sin embargo, en plena
época independiente, a mediados del siglo XIX, continuó el lento proceso de
despojo de tierras de las comunidades indígenas, con la promulgación de las Leyes
de Reforma, que desamortizaban los bienes de la Iglesia y de las comunidades
indígenas, buscando favorecer a la iniciativa privada y atraer inversiones (Klooster,
2003; Alatorre, 2000).
Este proceso de despojo se intensificó drásticamente durante el gobierno de
Porfirio Díaz (1876-1911), donde se impulsó una fuerte política de deslinde de
tierras ofreciendo un tercio de ellas a las compañías deslindadoras y constructoras
de las vías. Con la primera Ley Forestal de 1884, el gobierno ofreció superficies
forestales en concesión a grandes empresas privadas nacionales e internacionales;
se establecieron grandes industrias forestales que explotaron de manera
6
desmedida grandes extensiones de bosques maduros y de alta productividad,
principalmente en los estados de Chihuahua y Durango (García-Peña, 2001); la
producción se destinó como combustible para el ferrocarril del noroeste, para los
aserraderos a vapor, como materia prima para la industria local y la exportación a
Estados Unidos (Guerrero et al, 1999). A finales del Porfiriato, las comunidades
indígenas habían sido despojadas del 90% de sus territorios, mientras que
latifundistas, compañías deslindadoras y constructoras del ferrocarril sacaban
provecho de los mejores bosques del país (Klooster, 2003).
Uno de los resultados trascendentes de la revolución mexicana de 1910-1917 fue
el reparto agrario, a través de la propiedad privada y dos formas de propiedad
colectiva: los ejidos y las comunidades agrarias, establecidas en el artículo 27 de la
Constitución de 1917, que permanecieron prácticamente sin cambios sustantivos
por décadas. Con ello, y a través de un proceso estatal de reparto que continuaría
hasta 1992, aproximadamente el 80% de los bosques mexicanos pasaron a ser
propiedad social, es decir, propiedad común de ejidos y comunidades agrarias o
comunidades indígenas. El resto de los bosques se reconocieron como propiedad
privada y áreas protegidas.
Los primeros intentos gubernamentales de promoción de organizaciones
cooperativas forestales sucedieron durante la presidencia de Lázaro Cárdenas
(1934-1940). En este periodo fueron promovidas 647 cooperativas rurales, de las
cuáles, 240 fueron cooperativas de ejidos forestales. Sin embargo, estas
organizaciones solamente funcionaron como una fórmula o requisito para obtener
permisos de explotación forestal en beneficio de terceros. Con el cambio al
gobierno de Manuel Ávila Camacho en 1940 se clausuró el periodo de promoción
7
de cooperativas y en los siguientes 30 años, las iniciativas comunales de manejo
de los bosques fueron mínimamente consideradas por las políticas forestales
gubernamentales (Barton y Merino, 2004).
La política de sustitución de importaciones de productos forestales y generación de
empleos impulsada por el Estado en 1947, trajo consigo una estrategia de
concesiones de derechos sobre el uso y comercialización de los recursos
forestales a grandes empresas, la mayoría por periodos de 25 años, y algunas
hasta por 60 (Alatorre, 2000); a cambio de las concesiones, las empresas se
comprometieron a financiar obras de beneficio comunitario y a pagar “derechos de
monte”, una cuota establecida por el Estado para pagar a las comunidades. A
estas empresas concesionarias se les llamó Unidades Industriales de Explotación
Forestal (UIEF). Entre 1942 y 1972 se establecieron 12 UIEF, la mayoría de las
cuales se constituyeron entre 1945 y 1960 (Barton y Merino, 2004).
Esta política de concesiones tuvo importantes consecuencias para los ejidos y
comunidades poseedores de terrenos forestales: la gran mayoría quedaron
imposibilitados legalmente para aprovechar sus bosques, ya sea por los decretos
de veda o parques nacionales, o por estar imposibilitados para cubrir los requisitos
técnicos y legales para ello. Aunado a lo anterior, los poseedores quedaron sujetos
a contratar la venta de la madera a las UIEF o a los madereros con permisos de
aprovechamiento. La explotación maderera generó cambios en la calidad y
cantidad de los recursos forestales: a su llegada, las UIEF encontraron bosques
maduros, con madera de calidad y al partir dejaron bosques de menor calidad, con
arbolado joven y áreas degradadas por la sobreexplotación, incendios forestales y
ganadería extensiva (Jardel et al, 1997).
8
Las UIEF enfrentaron varias dificultades, como el incremento en los costos de
producción, problemas laborales y conflictos con los dueños de los bosques. A
finales de los años 50´s la situación de muchas de estas empresas concesionarias
era insostenible. Sin embargo, estas empresas solamente lograban extraer el 50%
de los volúmenes autorizados (Merino 2004). Las UIEF, al aplicar métodos
silvícolas devastadores, pagar salarios ínfimos a los trabajadores, mal pagar
derechos de monte, incumplir promesas y presentar graves problemas de
corrupción, enfrentaron conflictos directos con los poseedores del recurso y el
sector forestal se vio afectado por los bajos rendimientos, altos costos de
producción, insuficiente abasto de materia prima y baja rentabilidad de la
producción silvícola. En esta época, los ejidos y comunidades no contaban aún
con posibilidades legales para aprovechar sus bosques y paulatinamente fueron
desposeídos de sus bosques y del aprovechamiento de los mismos (Alatorre,
2000).
En 1960 se expidió una nueva Ley Forestal que dispuso la creación de Organismos
Públicos Descentralizados, organizaciones empresariales ejidales similares a las
UIEF´s, en el sentido de que se trataba de ESF´s creadas para abastecer a las
grandes empresas forestales paraestatales. Éstas podían ser por completo
propiedad ejidal o también producto de inversiones mixtas, con participación de las
empresas paraestatales. En la primera mitad de la década de los 70´s existían 135
ESF´s; 128 de ellas, el 95%, eran empresas ejidales promovidas por el Fondo
Nacional de Fomento Ejidal (FONAFE), creado en 1959, encargado de integrarlas
para abastecer a las empresas forestales paraestatales (Barton y Merino, 2004).
9
Si bien existen datos de la constitución de algunas ESF´s manejando libremente
sus recursos forestales, como el caso de los ejidos de “San Esteban” y “La Ciudad”
en el estado de Durango, en 1965 y 1966 respectivamente, fue hasta los años 70 y
principios de los 80´s cuando se desarrollaron las ESF´s como resultado de una
visión específica comunitaria de manejo propio de los bosques y la posibilidad de
contar con infraestructura propia para ello.
DESARROLLO DE LAS ESF´s
En los años 80´s, coincide el fin del periodo de las concesiones forestales, el auge
de la lucha de las comunidades forestales por el control de sus recursos y la
actuación de un grupo de funcionarios del sector que sustentaban el proyecto de
forestería comunitaria (Merino, 2004). A partir de 1982 la acción gubernamental
impulsó la formación de empresas campesinas productoras de madera en rollo o
madera en tabla, en las regiones antiguamente concesionadas, que contaban aún
con buen potencial forestal e infraestructura de caminos (Ríos y García-Peña,
2001). Con la Ley de Fomento Agropecuario promulgada a inicios de los 80´s,
donde se preveía que las comunidades podían aprovechar sus recursos forestales,
bajo la supervisión de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH),
muchas comunidades empezaron a aprovechar sus bosques de manera autónoma,
vendiendo madera en rollo a quien mejor le convenía. (Alatorre, 2000). En la
(SARH) se creó la Dirección de Desarrollo Forestal (DDF) para promover la
apropiación social de la producción forestal y las primeras ESF´s autónomas se
conformaron con programas de asistencia técnica, capacitación y extensión, como
10
parte de la estrategia gubernamental para garantizar el abasto de materia prima
forestal para la industria nacional (Merino, 2004).
Finalmente el sistema de concesiones forestales fue anulado con la Ley Forestal
de 1986, donde se reconoció el derecho de las comunidades a aprovechar
directamente sus bosques. Además, se estableció la obligación de elaborar planes
de aprovechamiento forestal integral y se abrió la posibilidad de que las
comunidades fueran titulares de los servicios técnicos forestales (Ríos y García-
Peña, 2001; Merino, 2004; Guerrero et al, 1999; Klooster, 2003). Esta ley
proporcionaba incentivos para que las comunidades organizaran sus propios
negocios, como puede verse en su artículo 67:
… “ARTICULO 67. La Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos otorgará a los
propietarios y poseedores de los terrenos forestales apoyo en materia de organización,
asistencia técnica, financiamiento, producción de materias primas, industrialización y
comercialización, para que se incorporen a la silvicultura y participen en los procesos
productivos. En los apoyos que en esta materia se otorguen, la Secretaría de Agricultura y
Recursos Hidráulicos dará la intervención que en su caso corresponda a las Secretarías de
Comercio y Fomento Industrial y de Hacienda y Crédito Público”… (Ley Forestal, 1986).
Finalmente se ofrecía a los ejidos y comunidades poseedoras del recurso forestal,
la posibilidad de convertirse en los permisionarios de los aprovechamientos
forestales, por lo que beneficiándose de la experiencia de haber trabajado con las
empresas concesionarias y utilizando los caminos ya construidos, empezaron a
realizar sus propios aprovechamientos del bosque. En un principio, vendieron a las
mismas empresas con las que trabajaban anteriormente o a las que rentaban sus
terrenos, ahora con mayores beneficios. Algunas comunidades se capitalizaron
rápidamente y adquirieron maquinaria, abordaron la producción silvícola e inclusive
11
algunas exploraron la industria de aserrío y la carpintería industrial. De manera
general estas comunidades obtuvieron buenos resultados, incrementaron sus
ingresos y obtuvieron más y mejores servicios comunitarios (Barton, 1991). De
1977 a 1986 nacieron y se consolidaron la mayoría de las empresas sociales
forestales y se reforzó la socioproducción forestal (SEMARNAT, 2001). La
producción de madera proveniente de estas organizaciones aumentó
considerablemente; en 1976 sólo 2 o 3% de la madera producida en México
provenía de ESF´s y para 1980, aproximadamente producían el 17%. Sin
embargo, para 1992, se estimaba que el 40% de la Madera producida en México
provenía del sector comunitario (Klooster, 2003).
Durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se realizaron
modificaciones legislativas para adecuar el aprovechamiento de los recursos
nacionales al proceso de libre mercado, como la Ley Agraria, la Ley de Aguas y la
Ley Forestal; se modificó el artículo 27 de la Constitución mexicana con el mismo
fin y se firmó el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Estas reformas
cambiaron la manera de conceptuar la propiedad forestal e influyeron de manera
decisiva en el desarrollo de las ESF´s (Alatorre, 2000).
Las modificaciones al artículo 27 constitucional terminaron con el reparto agrario
iniciado en 1934 y otorgaron derechos definitivos sobre la tierra a los ejidatarios,
comuneros y pequeños propietarios. Entre los objetivos de estas modificaciones
se encontraba la promoción de la capitalización del campo a través de la
reactivación de la producción con nuevas formas de asociación y generar un
mercado de tierras rurales (Alatorre, 2000); las tierras forestales recibieron un trato
diferente, puesto que las comunidades que decidieran disolverse deberían devolver
12
al Estado las áreas de propiedad comunitaria (Barton y Merino, 2004) y la figura de
la pequeña propiedad forestal llegaba a 800 hectáreas, aunque podían agruparse
hasta 25 socios mercantiles para integrar territorios de 20,000 hectáreas. (Alatorre,
2000; Merino, 2004).
La nueva Ley Agraria, autorizada en 1992, reglamentaria del artículo 27, otorgó
mayor autonomía a los campesinos a través de sus representantes y autoridades;
abrió la posibilidad de la libre asociación con terceros; promovió las asociaciones
mercantiles y estableció la posibilidad de que las tierras ejidales parceladas se
vendieran. Las tierras de las comunidades indígenas se consideraron inalienables,
inembargables e imprescriptibles (Alatorre, 2000).
La nueva Ley Forestal de 1922 representó un importante punto de partida y un
cambio radical en la legislación forestal, ya que redefinió el papel del estado en la
regulación de los recursos forestales, dada su histórica intervención en las
actividades del sector (García-Peña, 2001). Esta ley estaba diseñada para orientar
hacia el mercado el manejo del bosque natural, considerando las restricciones de
la tenencia de la tierra en México y por otro lado incentivaba las plantaciones
forestales. Con ello, se ha señalado que el Estado se retiraba de la actividad
forestal (Merino, 2004) e impulsaba una política forestal de laissez faire (Guerrero
et al, 1999).
Los cambios significativos planteados en la nueva Ley fueron: la desregulación de
la actividad forestal en sus distintas fases (extracción, transporte y procesamiento
de productos maderables); la apertura al mercado o privatización de los servicios
técnicos forestales, hasta entonces controlados por la SARH; y la asociación entre
13
comunidades y empresarios privados para el aprovechamiento forestal, con lo que
se abría la posibilidad de legalizar el rentismo forestal (Alatorre, 2000; Merino,
2004). Las medidas de desregulación impulsadas desde esta ley propiciaron un
incremento en la tala ilegal de los bosques. Guerrero et al (1999) menciona que de
1993 a 1998 el número de aserraderos se incrementó de 108 a 309 solamente en
el estado de Chihuahua, como consecuencia de tal desregulación.
En 1997 se publica la nueva ley forestal que incluye el contenido de la ley de 1992,
pero con modificaciones que fortalecen algunos de sus conceptos para fomentar y
promover la vinculación entre la legislación ambiental y la forestal, con el fin de
orientarla con criterios de sustentabilidad; regular las plantaciones forestales
comerciales para minimizar sus impactos ambientales; facilitar la participación del
sector social y otorgar seguridad jurídica a quienes la realizaran; fortalecer los
mecanismos de autorización para el aprovechamiento de recursos forestales
maderables y no maderables, considerando los usos tradicionales de las
comunidades indígenas; mejorar los sistemas de control para la movilización,
transporte, almacenamiento y comercialización con el fin de abatir la tala y
explotación clandestina de recursos; fortalecer el capítulo de sanciones a los
infractores de la ley y la normatividad forestales; propiciar el mejoramiento de la
calidad y la diversificación de los servicios técnicos forestales; y regular y controlar
la sanidad de los productos forestales de importación, para tener un mayor control
fitosanitario (García-Peña, 2001; Ríos y García-Peña, 2001).
Aunque no existen estudios específicos sobre los efectos que el Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica ha tenido sobre las actividades del sector forestal en
México, los registros existentes permiten señalar que el sector forestal ha entrado
14
en crisis: su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido
significativamente, la producción forestal ha declinado su crecimiento y se ha
registrado un incremento substancial en la importación de productos forestales
durante los últimos 15 años (García-Peña, 2001). No existen datos acerca de las
ESF´s que han quebrado o desaparecido (Barton y Merino, 2004); sin embargo, se
estima que el número de aserraderos se ha reducido en aproximadamente 11%
desde 1991, y que la industria de aserrío opera al 56% de su capacidad instalada
durante un periodo breve al año (Torres Rojo, 2004). Aún cuando las ESF´s son
claramente diferentes a las empresas privadas en distintas dimensiones, más allá
de su lógica, su sobrevivencia se relaciona también con su rentabilidad; algunas de
ellas se han visto obligadas a convertirse en productoras de materia prima,
abandonando la producción de madera aserrada o de otros productos acabados
(Barton y Merino, 2004).
La administración del gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) creó en 1994 la
Secretaría del Medio Ambiente, Recursos naturales y Pesca (SEMARNAP), que
buscaba un equilibrio entre los objetivos económicos, sociales y ambientales para
detener los procesos de deterioro ambiental; inducir un ordenamiento del territorio
nacional; aprovechar sustentablemente los recursos naturales y cuidar el ambiente
y los recursos naturales (PROCYMAF, 2000). La SEMARNAP asumió la
responsabilidad de la regulación del sector y buscó incorporar criterios ambientales
a la gestión forestal. Con recursos presupuestarios y humanos reducidos, la
SEMARNAP creó el Programa de Apoyos para el desarrollo de Plantaciones
Forestales Comerciales (PRODEPLAN), el Programa para el desarrollo Forestal
(PRODEFOR) y el Programa de Conservación y Manejo Forestal (PROCYMAF)
con asistencia del Banco Mundial, que inició en 2006 (Merino, 2004). El
15
PROCYMAF se orienta a promover el desarrollo sustentable, considerando el
incremento de los niveles de vida de las comunidades, a través de acciones como
la asesoría a las comunidades en temas diversos como la evaluación rural
participativa, ordenamiento territorial comunitario, estudios de marcado,
ecoturismo, certificación forestal, entre otros (SEMARNAT-Procymaf 2000).
En el 2003, entra en vigor la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable entre
cuyos objetivos generales se destaca el contribuir al desarrollo social, económico,
ecológico y ambiental del país, mediante el manejo integral sustentable de los
recursos forestales e impulsar la silvicultura y el aprovechamiento de los recursos
forestales, para mejorar el nivel de vida de los propietarios y pobladores forestales.
Desatacan en esta ley los objetivos específicos que expresan la intención de que
los productos forestales procedan de bosques manejados sustentablemente a
través de la certificación forestal; el apoyar la organización y desarrollo de los
propietarios forestales y a mejorar sus prácticas silvícolas; contribuir al desarrollo
socioeconómico de ejidatarios, comuneros, cooperativas, pequeños propietarios y
demás poseedores de recursos forestales; e impulsar el desarrollo de la empresa
social forestal y comunal en los pueblos y comunidades indígenas (Diario Oficial de
la Federación, 2003).
Actualmente, el número de ejidos y comunidades forestales oscila entre 7000 y
9000 (Barton y Merino, 2004) y se estima que existen entre 290 y 479 ESF´s en
varios niveles de consolidación y sustentabilidad. La mayoría de estas empresas
han operando desde la década de los 80´s (Alatorre, 2000), cuando se creó el
marco legal que promovió y facilitó algunos procesos de desarrollo forestal
comunitario.
16
A lo largo del proceso de desarrollo de las ESF´s mexicanas, éstas han alcanzado
diversos niveles de consolidación. De esta manera, pueden existir poseedores de
bosques que no realizan aprovechamientos forestales por carecer de los medios
para realizarlos; poseedores neorentistas, quienes a través de contratos
comerciales, permiten que el aprovechamiento forestal lo realicen terceros;
poseedores que participan directamente en alguna de las fases de la cadena de
producción (Barton y Merino, 2004). Sin embargo, en la última década la mayoría
de los ejidos y comunidades tienden a quedarse como productores de madera en
troza o neorentistas y se nota el abandono de aserraderos (Forster et al, 2004). Un
factor importante en esta tendencia, es la existencia de barreras que limitan el
desarrollo de las comunidades y ejidos forestales. La comprensión y el
reconocimiento de algunas causas que impiden el desarrollo organizacional de las
ESF´s, así como de las causas externas que quedan fueran del control de las
comunidades, puede ser el camino hacia el desarrollo de las mismas.
LA PROBLEMÁTICA ACTUAL
Los bosques y selvas en total cubren 55.3 millones de ha, casi el 30% del territorio
nacional, de las cuales 80% de la superficie forestal es propiedad ejidal y comunal,
15% propiedad privada y 5% es propiedad de la nación. Las áreas forestales de
México están habitadas por 12 millones de personas en su mayoría afectadas por
la pobreza extrema y la migración, que han sido apoyados en forma poco
consistente para aprovechar racionalmente sus recursos y a quienes no se les ha
fomentado la formación de silvicultores (SEMARNAT, 2002). Uno de los problemas
17
principales del manejo forestal consiste en que de las 21.6 millones de hectáreas
que tienen potencial para producción comercial maderable, sólo 8.6 millones están
bajo manejo técnico de algún tipo, lo que representa 15.1% de la superficie total
arbolada.
Actualmente, los ejidos y comunidades como poseedores, abastecedores e
industrializadores del recurso forestal, afrontan una problemática diversa y
compleja, derivada en gran parte, tanto de su desarrollo histórico como de los
actuales factores del entorno nacional e internacional. A continuación se
mencionan algunos de los principales limitantes que enfrentan las ESF´s.
Existencia de una baja comprensión y cultura del aprovechamiento forestal. Existe
una preponderancia del beneficio económico inmediato y una baja apreciación del
valor del recurso forestal. Los poseedores del recurso no ven el beneficio directo
del aprovechamiento forestal y no toman la parte de la responsabilidad de
conservación y cuidado que conlleva. Existe poca información acerca del proceso
productivo forestal (Nahamar, 2004; Crespo, 2006), lo que ha llevado, entre otras
cosas, al deterioro del bosque por la explotación irracional y la tala clandestina
(Ruelas y Dávalos, 1999; Guerrero et al, 1999; Luján et al, 2000; Barton et al,
2003).
Existe gran cantidad de lentos trámites para realizar el aprovechamiento forestal,
producto de la actual política y normatividad forestal, aunada a una escasa
infraestructura oficial y asistencia técnica (Forster et al, 2004; Ruelas y Dávalos,
1999; Luján et al, 2000). Faltan recursos financieros e inversiones para el manejo
forestal derivado del hecho de que los ejidos y comunidades no son confiables para
18
la iniciativa privada, por lo que no son sujetos de crédito (Luján et al, 2000; Forster
et al, 2004)
La desconfianza del industrial en el cumplimiento en tiempo y forma de los
contratos ejidales. Aunque generalmente existe un contrato de compra-venta o de
abastecimiento, muchas veces avalado por la asamblea ejidal, en ocasiones no se
cumple por parte del ejido en tiempo o en forma, lo que ocasiona pérdida de
credibilidad y confianza en la relación industria-abastecedor. Además existe el
pago de “adelantos”, que es pactado entre las partes, otro factor que genera
conflictos en esta relación. (Vidal, 2004; Domínguez V., 2000; Mota V., 2002;
Nahamar, 2004)
La tecnología utilizada actualmente en la mayoría de las ESF´s es obsoleta. Se
utilizan técnicas atrasadas, maquinaria en su mayoría obsoleta para la extracción,
el transporte y la transformación del recurso forestal. Los trabajadores son sujetos
a alto riesgo de accidentes laborales. Las prácticas de extracción causan
degradación y erosión del suelo y de manera general, se dificulta la optimización
del valor de la madera, lo que representa una pérdida económica para los
productores primarios o dueños del recurso y para la industria de la transformación.
De manera general, no se invierte en modernización de maquinaria y equipo, lo
que explica una baja calidad de aserrío (Nahamar, 2004; Mota V., 2002; Crespo,
1996; Ruelas y Dávalos, 1999; Islas et al, 2007)
Las diferencias entre el funcionamiento comunitario y el de las ESF´s. La
organización interna del ejido dificulta la eficiencia del aprovechamiento forestal y la
industrialización de la madera, al existir lucha de intereses, dificultad para la toma
19
de decisiones y falta de capacitación y visión empresarial. Un ejemplo de lo
anterior son las asambleas, máxima autoridad y mecanismo de toma de decisiones
colectivas del ejido, donde puede encontrarse un alto grado de ausentismo y
abstencionismo, conflicto y divisionismo interno, que dificultan la fluidez, acertividad
y eficiencia en la toma de decisiones para el aprovechamiento e industrialización
del bosque (Antinori y Barton, 2004; López y Fernández, 1993; Crespo, 2006;
Nahamar, 2004; Mitchell, 2004)
El costo del aprovechamiento forestal comunitario es elevado para el poseedor del
recurso, principalmente para los ejidos y algunos pequeños propietarios, por lo que
existe una gran proporción de ellos que prefieren vender la madera en rollo, antes
que integrar el aprovechamiento hasta la industrialización. Aunado a lo anterior, el
volumen del abastecimiento paulatinamente ha decrecido, al mismo tiempo que su
costo ha aumentado, con lo que existe competencia y conflicto para asegurar el
abastecimiento y acordar su precio; algunos aserraderos han cerrado. Lo anterior
es un aliciente para el clandestinaje de madera (Luján et al, 2000; Torres R., 2004)
La compleja red de problemas sociales y las luchas de intereses internos dificultan
la organización ejidal y/o comunal. Existe una compleja problemática social en la
que se puede encontrar analfabetismo, alcoholismo, malgasto de utilidades, falta
de capacitación y un interés centrado en el beneficio directo e inmediato del
recurso forestal. Un factor importante en la organización ejidal y/o comunal es su
divisionismo interno, como expresión del conflicto entre grupos de interés en
constante pugna e inconformidad, lo que deteriora el interés común y afecta el
aprovechamiento forestal. Entre otros problemas se encuentra la sucesión de los
derechos ejidales o comunales, por ejemplo. Se trata de beneficiarios de la
20
sucesión que no han estado involucrados con el desarrollo e historia del ejido o
comunidad, no toman las responsabilidades inherentes, no tienen arraigo y no se
involucran en la solución de la problemática del aprovechamiento forestal, aunque
exigen la mayor cantidad de beneficios posible. Otro problema importante es la
emigración ejidal, que es un factor decisivo para el aprovechamiento e
industrialización del recurso forestal, puesto que encarece la mano de obra.
Además, los emigrados conservan sus derechos ejidales y exigen utilidades por
ello. Estos conflictos afectan directamente el aprovechamiento forestal (Segura
2000, Jardel et al, 1997; Antinori y Barton, 2005; López y Fernández, 1993;
Mitchell, 2004; Paterson, 1997)
Existe un traslape de la gestión ejidal y la administración del aprovechamiento e
industrialización del recurso forestal ejidal, lo que trae conflictos internos y externos
al ejido. Hay falta de capacitación y desarrollo de una visión empresarial en la
administración de la ESF; faltan conocimientos de mercado y comercialización. Existe
desconfianza, fraudes, robos de recursos financieros, gasto en obra social,
préstamos a cuenta de utilidades y endeudamiento del ejido, además de una
dependencia de las autoridades ejidales que administran la empresa al mismo
tiempo que ejercen la gestión ejidal. En la mayoría de los casos existe una
preponderancia por la ganancia inmediata y el beneficio social (ejemplo: privilegiar
el empleo ejidal aunque exista un exceso de trabajadores en la empresa) sobre la
eficiencia empresarial del aserradero. No se invierte en modernización de
maquinaria y equipo, no hay calidad de aserrío, hay poca ganancia y escaso
crecimiento de la empresa. Se estima que desde 1991 el número de ESF´s ha
decrecido en 11 %. El reparto de las utilidades generadas por el aprovechamiento
e industrialización forestal genera conflictos internos, dependencia, exigencia y
21
discusión del destino social de una parte de ellas (Nahamar, 2004; Barton et al,
2003; Domínguez V., 2000; Guerrero et al, 1999; Torres, 2004).
REFLEXIONES FINALES
Históricamente el Estado mexicano, a través de las políticas forestales, ha
decidido el manejo los bosques. Si bien, sus objetivos han sido regular y
fomentar la conservación, protección, restauración, aprovechamiento, manejo,
cultivo y producción de los recursos forestales del país, los dueños de los
recursos forestales han visto cómo estas diversas políticas han incidido en la
permanencia o desaparición de su capital natural. Las ESF´s, como
organizaciones creadas para el aprovechamiento forestal han sido afectadas en
su desarrollo por estas políticas; han pasado por un proceso discontinuo y
accidentado en el que han evolucionado de distintas maneras y su problemática
actual constituye una limitante para su desarrollo y supervivencia. Bajo estas
circunstancias, puede ser pertinente preguntarse ¿Pueden seguir existiendo
este tipo de organizaciones, aún bajo las limitantes actuales?,
La mayoría de las ESF´s constituidas en los años 80´s han sobrevivido hasta el
momento. Aún cuando el elemento principal para que esta supervivencia se
mantenga, pueda ser su eficiencia económica, resultaría conveniente
preguntarse ¿Qué factores intervienen en la permanencia de estas
organizaciones, cuyos intereses parecen ir más allá de aquellos puramente
económicos?. Existen limitaciones organizativas y conflictos diversos en el
funcionamiento de las ESF´s; sin embargo, se han mantenido funcionando,
22
algunas mediante mecanismos innovadores que les han permitido altos
rendimientos económicos ¿Cuáles son los factores organizacionales causantes
de tensiones y conflictos, parte importante de su problemática actual?
La revisión histórica de las ESF´s permite encontrar por un lado, propuestas de
desarrollo industrial forestal dirigido por el Estado, en las Leyes de 1943 y 1960,
por ejemplo. Por el otro, también se encuentra la propuesta de impulsar el
aprovechamiento forestal comunitario con un Estado tutor, mediante la Ley
de1986. Finalmente la política actual dirigida hacia la apertura comercial con la
mínima participación estatal. ¿Qué innovaciones requieren las ESF´s para
adaptarse al Campo Organizacional y a este nuevo entorno?
Las respuestas a estas preguntas seguramente serán complejas. Se requiere de
realizar la investigación organizacional necesaria para obtener la información que
nos permita acercarnos a las ESF´s y su entorno. Una visión comprehensiva de
éstas podría llevarnos a plantear estrategias innovadoras para aportar al mejor
desarrollo y supervivencia de estas organizaciones.
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VI CONGRESO INTERNACIONAL DE ANÁLISIS ORGANIZACIONAL
“PERSPECTIVAS MULTIDISCIPLINARIAS EN
ANÁLISIS ORGANIZACIONAL:”
COMPLEJIDAD, AMBIGÜEDAD Y SUBJETIVIDAD
PONENCIA
LA MEMORIA DE LAS ORGANIZACIONES ¿MEMORIA COLECTIVA O MEMORIA SOCIAL?
PRESENTA
MARÍA LEONORA LEAL CISNEROS
MESA DE TRABAJO No. 6
LA HISTORIA COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS ORGANIZACIONAL
Institución UNIVERSIDAD VERACRUZANA Procedencia Veracruz , Ver. Domicilio Arrillaga # 181 Fracc. Los Pinos Teléfono Domicilio 2299-38-13-01 Institución 229-9-376544 Correo leonora_lc@yahoo.com.mx y lleal@uv.mx
LA MEMORIA DE LAS ORGANIZACIONES
¿MEMORIA COLECTIVA O MEMORIA SOCIAL?
MARÍA LEONORA LEAL CISNEROS
“Estamos conscientes que vivimos en un mundo de organizaciones, y que las organizaciones abundan en nuestro alrededor, pero debido
a su ubicuidad, desaparecen en el trasfondo y necesitamos que nos recuerden su impacto” (Scott, 1964)
En toda organización existen elementos culturales, políticos y sociales que en muchas ocasiones están relacionados con elementos subjetivos, de difícil aprehensión y cuantificación, como podrían ser los símbolos, códigos, mitos, representaciones, historiales etcétera, mismos que permean la conducta de los individuos relacionados directamente con las actividades de la organización y que son trasmitidos por estos al contexto social en el cual se relacionan, llevándose a cabo de esta manera, la construcción de significados y comunicación entre ambas partes, o sea, la construcción cultural, que constantemente elaboran los miembros de la organización y que adquiere un carácter dinámico, otorgando a las organizaciones la capacidad no sólo de recibir sino también de crear y trasmitir elementos culturales. Es decir, “se crean los patrones culturales como sistemas organizados de símbolos significantes, para explicar los elementos de la cultura organizacional en relación a la comunicación y la búsqueda de legitimidad”. (Clifford Geertz,1973) ABSTRACT In every organization there are cultural elements that often are related to subjective elements of apprehension and difficult to quantify, such as symbols, codes, myths, plays, histories and so on, all of which permeate the conduct of individuals directly related to the activities of the organization and those that are transmitted by the social context in which they relate, to be carried out in this way, the construction of meaning and communication between both parties, or the cultural construction, which constantly develop the organization's members and is a dynamic character, giving organizations the ability to not only receive but also to create and transmit cultural elements. That is, "the cultural patterns are created as a system of symbols signifying organized to explain the elements of organizational culture in relation to communication and the search for legitimacy." (Clifford Geertz, 1973)
La organización como evento multidimensional.
Podemos considerar a la organización a manera de una coalición, una
coalición de individuos, la cual por uno u otro procedimiento llega a formular los
fines de la misma organización. Sin embargo, la idea del fin organizativo y el
concepto de la organización como coalición son implícitamente contradictorios. En
la raíz misma del concepto de coalición se encuentra la idea de que los miembros
individuales de la organización pueden tener intereses o fines individuales muy
distintos de uno y otro. Esto quiere decir que la teoría de los fines organizativos
ha de resolver satisfactoriamente el evidente potencial de conflicto interno que es
inherente a toda unión de individuos y grupos diversos.
Al mismo tiempo, la organización es en parte producto de su medio ambiente
físico y cultural, por lo tanto el medio físico y la naturaleza de los recursos
disponibles pueden imponer restricciones a las clases de actividades que pueda
emprender, además el medio social puede fijar los fines y la estructura de la
organización, así como el derecho a organizarse. Por lo tanto una organización
puede considerarse como “agente” de intercambio con su medio, y cuando
hablamos de organizaciones gubernamentales, económicas, educativas y
religiosas, esta influencia llega a ser mayor.
- Sabemos que se está ante una organización porque de hecho existen nombres
populares para rotularlas como tales, lo cual a la vez es ventajoso e
inconveniente, porque esas etiquetas representan estereotipos socialmente
aceptados respecto a las organizaciones y no especifican su estructura de
puestos, su naturaleza psicológica o sus límites; pero, por otra parte, esos
nombres ayudan a localizar el área de conducta que nos interesa. Por otra parte,
si la organización tiene resultados importantes para los individuos y las
comunidades, es obvio que también tienen resultados para la sociedad o el
entorno en que están insertadas, de tal manera que su zona de influencia podría
considerarse como la zona de impacto de las organizaciones sobre sus
ambientes. Del mismo modo debemos estar concientes de que la organización
sirve a los intereses de individuos o grupos y estos intereses controladores dan
sentido a la dirección que toman las organizaciones, convirtiéndose en su finalidad
y esto a su vez en un impacto sobre la sociedad, más amplio.
Participantes Los participantes organizacionales, son aquellos individuos, que a cambio de una
variedad de alicientes, hacen contribuciones a la organización (Barnad, 1938;
Simon, 1957). Podemos aseverar que todos los individuos participan en más de
una organización y el grado e intensidad de su involucramiento puede variar
mucho, ya que las decisiones que son observadas como participante son una
dificultad y pueden legítimamente variar dependiendo de lo manejable. Por
ejemplo, un individuo puede simultáneamente ser un empleado de una firma
industrial, un miembro de un sindicato (unión), un miembro de la iglesia, un
miembro de una logia fraternal un "miembro" de un partido político, un ciudadano
del estado y un cliente de numerosas organizaciones comerciales y de servicios.
Los analistas difieren, como veremos, en la cantidad de qué tanto las
organizaciones pueden incorporar las facetas de los participantes. Qué tanto de la
personalidad y de las características personales de los individuos participantes
son relevantes en el funcionamiento de la organización y en las diversas formas y
tipos de organización y roles en otras, considérese por ejemplo la situación
contrastante de una novicia de una orden religiosa y que sea un cliente ocasional
en un supermercado, en cuanto a su grado de participación e involucramiento en
ambas organizaciones.
La memoria organizacional Las teorías de la organización consideran importante la pervivencia y el papel
representado por los fundadores de la misma, sobre todo las de tipo ecológico y
cultural, sin embargo no explican los significados colectivos que van unidos al
pasado. Tampoco lo hace la literatura sobre la memoria de las organizaciones,
que la concibe como una serie de compartimentos estancados. La Historia
empresarial por su parte se preocupa más por la reconstrucción del pasado desde
el momento presente, que por los significados implícitos en el pasado. Con el fin
de comprender las prácticas sociales (mnemónicas) por las que el pasado es
recordado y por las que cobra sentido, consideramos importante recurrir al cada
vez más importante campo de la memoria social. Para poder examinar el modo
en el que las interpretaciones oficiales están presentes en el pasado de las
organizaciones se puede recurrir a documentos públicamente disponibles, como
memorias de las compañías, informes de prensa, artículos y también a las
historias hechas con un propósito.
Recientemente, Fentress y Wickman (2003) han propuesto abandonar el concepto
de “memoria colectiva” de Maurice Halbwachs (1925) para sustituirlo por el de
“memoria social”. Ante la pregunta de cómo se hace social la memoria individual,
estos científicos sociales responden que hablando de ella: “los tipos de recuerdo
que se comparten con otras personas son los que les resultan importantes en el
contexto de un grupo social de una clase particular ya sea estructurado y duradero
(una familia; los trabajadores de una fábrica; un pueblo) o informal y puede que
temporal (un grupo de amigos que acuden al mismo bar: una comida)”. De
manera que, hablando de los recuerdos, los grupos sociales (en su diversidad)
acaban construyendo sus propias imágenes del mundo y estableen un versión
acordada (tácitamente acordada) del pasado.
La memoria social no se limita a la memoria de las palabras, existe también a
través de las imágenes y “las imágenes sólo pueden transmitirse socialmente si
están convencionalizadas y simplificadas: convencionalizadas porque la imagen
tiene que ser significativa para un grupo entero; simplificada porque para ser
significativa en general y capaz de transmisión, debe reducirse en la medida de lo
posible la complejidad”
La memoria colectiva en las organizaciones
Actualmente se pueden identificar dos enfoques analíticos en donde se organizan
las diferentes posturas alrededor del debate de la memoria como construcción
colectiva. El primero de estos enfoques citado por Schwartz (1992), asume que el
pasado es una construcción social determinada por los intereses del presente. En
este enfoque se inscriben autores como Herbert Mead, Halbwatchs y Lowenthal,
los cuales, coinciden en presentar un concepto atemporal de la memoria colectiva
que relaciona lo que se recuerda en un contexto dado con las creencias intereses,
aspiraciones y miedos del aquí y ahora (Middleton y Edwards,1992). El segundo
de los enfoques enfatiza en que toda sociedad muestra y necesita un mínimo de
sentido de continuidad con el pasado, y sus recuerdos no pueden estar solamente
al servicio del presente, a menos que éste garantice su continuidad. Si las
creencias sobre el pasado no consiguiesen sobrevivir a los cambios en la
sociedad, entonces la unidad y continuidad de ésta se vería mermada.
Uno de los iniciadores en desarrollar esta idea fue Durkheim(1982); en su
opinión, los lazos con el pasado, se cultivan mediante ritos periódicos de
conmemoración, los cuales tienen la función de reproducir el pasado de hacerlo
revivir tal como fue. Edwards Shils expresa la misma idea mediante su concepto
de tradición haciendo notar que la imagen de una época no se concibe y elabora
de nuevo en cada generación sino que se transmite según un patrón guía que
dota a las diferentes generaciones de una herencia compartida.
En esta tendencia de continuidad, es necesario hacer mención a aquellas
fuerzas, instituciones o personas que mediante su poder se encargan de mantener
algunos eventos o personalidades vigentes a través de generaciones
convirtiéndose así en fuentes de continuidad. Es por esto, que en el proceso de
construcción del recuerdo y el olvido colectivo no es necesario hablar de una
correspondencia entre las condiciones de una época y los objetos de recuerdo.
Por el contrario, esta regulación del recuerdo y el olvido colectivo, vendría a estar
mediada por relaciones de poder , ya que es su ejercicio el que permite dar cuenta
del mantenimiento u olvido de un determinado recuerdo. Dentro del contexto del
papel que juega el poder en el recuerdo y el olvido, es que se afirma que la verdad
del pasado siempre es al menos potencialmente cuestionable, ya que no se
encuentra como un informe objetivo, no se obtiene como hecho ni como invención
sino como logro epistemológico creado mediante la dialéctica y la discusión entre
diferentes posturas. Esto implica entender la memoria como sujeta a la
construcción conjunta y como manipulada por diferentes fuerzas sociales que
intervienen en su reactualización, y que al enfrentarse entran en conflicto.
De tal forma que al hablar de recuerdo colectivo sea importante hacer
mención de la presencia del conflicto, tal como lo señalan Burbano y Pulido(1996),
ya que las narraciones que implican memoria obedecen a ciertos intereses
económicos, políticos, ideológicos, afectivos y culturales que pueden llevar al
“olvido sistemático” del conflicto porque éste atentaría contra el carácter instituido
de las organizaciones.
En conclusión, la memoria colectiva es la novela memorial de pueblos ,
familias, localidades, etnias, naciones y organizaciones, abriendo espacio al
fortalecimiento de las identidades, de los sentidos sociales y a los puntos de
referencia en el tiempo y en el espacio para el desarrollo de su quehacer político y
cultural. Dicho proceso de construcción de la identidad colectiva, toma fuerza en
el ejercicio de recordar conjuntamente, ya que se recrea el sentido común en el
lenguaje, implicando procesos discursivos de rememoración que no
necesariamente tienen la memoria como objeto de discurso, aunque, algunos
fenómenos sociales son acordados por consenso como memorables y se prestan
a conversaciones sobre recuerdos. De esta forma los procesos de co-
rememoración o evocación conjunta pueden reproducir discursivamente el
proceso evocado, aunque lo que se rememora puede no haber ocurrido nunca.
Seleccionamos de lo que vivimos
A partir de una reflexión plural y actual sobre el tema de la memoria y su
construcción y la historia y su construcción, se hace necesario un diálogo que
según creemos, demanda - casi con urgencia - una profunda reconsideración del
tratamiento del pasado y su transmisión en nuestras sociedades, en el cual no es
una cuestión menor la revisión de las relaciones entre la historiografía y las
memorias, en tanto saberes legítimos y en tanto legados intergeneracionales. En
este sentido, el momento actual parece caracterizarse, por una parte, por los
procesos de globalización y la consiguiente pérdida de centralidad de las
instancias estatales nacionales en la producción de identidades y sentido social; y
por la otra por la emergencia de historias e identidades <”viejas” y “nuevas”> de
muy diverso signo que desplazan parte importante de las luchas políticas al campo
de la cultura.
No es infrecuente el establecimiento de paralelos entre memoria e historia,
ya que ambas se refieren al pasado. Pero mientras la primera se vincula con lo
experimentado personalmente (como acontecimientos vividos o como relatos
recibidos), la segunda va mucho más allá del carácter individual o plural del sujeto
que recuerda. Es cierto que podemos hablar de memoria colectiva
(Halbzachs,2004) para referirnos a procesos de recuerdo y de olvido producidos
en colectividades y sociedades, que se apoyan en instrumentos del recuerdo, ya
sean objetos materiales (por ejemplo, monumentos y lápidas conmemorativas, la
toponimia urbana o geográfica, los nombres que se imponen a edificios o buques,
las imágenes que se imprimen en papel moneda), mediadores literarios (relatos,
mitos etc.), o rituales (conmemoraciones, efemérides). Estos instrumentos del
recuerdo actúan como material, como argumento, y como guión para la re-
presentación (siempre dramatúrgica) de algo ya desaparecido, pero que resulta de
alguna utilidad presente, por lo menos a juicio de algunos de quienes participan,
ejecutan y dirigen los actos del recuerdo que se sustentan sobre estos artefactos
culturales. Los actos del recuerdo siempre están al servicio de las acciones
presentes, se recuerdan para que se pueda sentir, evocar, imaginar, desear o
sentirse impelido a hacer algo, aquí y ahora, o en un futuro más o menos próximo.
Lo importante es lo que queremos hacer, o que queremos que se haga; y lo
menos importante es que el recuerdo esa exacto, que la re-presentación sea lo
más parecido posible a lo que sucedió en el pasado. Lo que nos importa es que el
recuerdo sirva para los propósitos de la acción presente.
El recuerdo está hecho de lo que en cada momento se registra, se inscribe,
lo que se considera digno de la memoria, del recuerdo futuro. Por eso la memoria
colectiva está hecha también de olvidos; de olvido de lo que en cada momento no
se considera digno de ser registrado; de olvido de lo que no resulta memorable,
por irrelevante, por doloroso o por incómodo. Así, respecto a lo sucedido en un
mismo tiempo unos grupos recuerdan (y olvidan) algunas cosas, y otros hacen eso
mismo, pero con cosas muy diferentes. Por eso hay disputas por la memoria e
incluso combates por el control de la memoria colectiva. Esta dinámica de
recuerdos y olvidos hace que la memoria (la personal y la colectiva ) siempre sea
dinámica. Porque cada presente no sólo ofrece sucesos, sino también fabrica
registros para el recuerdo futuro; no sólo registra unos hechos e ignora otros que
están sucediendo en ese momento, sino que elige recordar u olvidar también lo
que recibe de su pasado. Por eso un colectivo, si quiere seguir siéndolo, tiene que
negociar su memoria colectiva: qué recordar, qué olvidar, y cómo negociar lo que
resulta glorioso o vergonzoso para todos sus componentes, o para algunos de
ellos.
Cuando se rememora en comunidad, contribuimos a estrechar los lazos de
quienes recuerdan juntos, a sintonizar sus pensamientos y sus sentimientos
< aunque eso se haga al precio de convencionalizar los recuerdos >, a limar las
aristas de lo que puede separar, a traer unas cosas a primer plano y relegar otras
al fondo del escenario, hasta poco a poco hacerlas desaparecer. Así los próceres
ganan estatura y pierden grosor, ganan altura moral y pierden humanidad, y el
colectivo se muestra en el pasado con una altura de miras que nos hace ahora
sentir el impulso de imitar sus grandezas, mientras que piadosamente nos
olvidamos de sus pecados. La memoria es engañosa, pero gracias a su
capacidad de olvido, a su poder de maquillaje de lo ya pasado , nos permite
imaginar futuros mejores. Aunque también , al hacerlo, corremos el riesgo de
olvidarnos de las lecciones que pueden aprenderse a través del escrutinio de lo
que no nos resulta cómodo de registrar, ni de traer al recuerdo.
Sentido de pertenencia En algunas entidades es posible identificar la influencia de las Organizaciones, en
las cuales se tiende a conservar nichos o espacios donde se recrea el sentido de
pertenencia e identificación con la misma, en particular para los integrantes de
esta, estos lugares los constituyen una serie de espacios que existen
simultáneamente y a diferentes niveles; sus unidades domésticas son el primer
punto de identificación donde se establecen los procesos de filiación parental y de
creación del espacio privado, así como la adopción voluntaria de
reglamentaciones organizacionales, tales como horarios, vestimenta, vocabulario
etc.. Después en el terreno público, la calle, el barrio, el pueblo, la colonia, dan
una percepción espacial del entorno social inmediato impactado por la
organización a través de prácticas deportivas de ocio, recreo, entretenimiento .
Por otra parte en la organización, en el desempeño laboral se forma una sentido
de pertenencia clasista y se perciben las relaciones sociales más amplias en las
que se participa. En estos lugares y niveles de existencia se despliegan de
manera rutinaria un conjunto de prácticas sociales e individuales por medio de las
cuales los sujetos y clases sociales se apropian del espacio y constituyen distintos
tipos de experiencia humana en el acto cotidiano del hablar, del interrelacionarse,
del habitar.
El caso de una organización fabril veracruzana El presente trabajo es el inicio de una reflexión sobre las condiciones bajo las
cuales la memoria de una organización ha sido “revisada, preguntada e
investigada” y sobre los intentos de construir una memoria social de esta
organización y sobre las implicaciones de este hecho en el ámbito de desempeño
en el que se dan las relaciones con la sociedad que está imbricada. El proceso
aún no termina, mas bien está iniciando con una reflexión final. ¿porqué los
habitantes y ex habitantes de la población que circunda a esta Organización
Fabril, insisten en “mantenerla viva” y “mantener vivos los recuerdos”? ¿porqué se
considera un “privilegio” haber nacido en este pueblo, que nació expresamente
para albergar a esta Organización?,¿porqué los “dictados” de la Organización se
volvieron “costumbres” del poblado?, y ¿porqué estoy yo aquí escribiendo
nuevamente a ésta Organización?
BIBLIOGRAFÍA - Aguilar, José María 2000 Entrevista en profundidad Editorial Lumen/Hvmanitas - Berger, L.y Luckman, T. 1995 La construcción social de la realidad Amorrortu Edit., Buenos Aires - Blázquez,D. Carmen y Olvera A. 1999 Desarrollo Industrial en Veracruz, siglos XIX y XX Edit. Universidad Veracruzana - Carretero, Mario- Rosa, Alberto y González, María Fernanda 2006 Enseñanza de la historia y memoria colectiva Editorial Paidos. Buenos Aires, Barcelona, México - Dávila L. De Guevara, Carlos. 2004 Teorías Organizacionales y Administración. Editorial Mc Graw Hill - De Gaulejac, V 2005 Historia e Historicidad Edición de la Universidad de Queretaro en colaboración con la
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VI CONGRESO INTERNACIONAL DE ANÁLISIS ORGANIZACIONAL
“Perspectivas multidisciplinarias en análisis organizacional: complejidad, ambigüedad y subjetividad”
Carátula
• Título de la ponencia: Historia organizacional de las cooperativas en México
• Nombre(s) de autor(es): María Teresa Montoya Flores
• Institución de afiliación: Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa • Dirección: Privada del Niño Jesús # 21 casa 4, Barrio del Niño Jesús, C.P. 14080, México, D. F. Teléfonos: (01) 55 56558181 • Correo electrónico: tere_montoya@hotmail.com; mtmf@xanum.uam.mx • • Mesa de participación:
La historia como instrumento de análisis organizacional
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VI CONGRESO INTERNACIONAL DE ANÁLISIS ORGANIZACIONAL
“Perspectivas multidisciplinarias en análisis organizacional: complejidad, ambigüedad y subjetividad”
RESUMEN
Historia organizacional de las cooperativas en México
María Teresa Montoya Flores
Las organizaciones cooperativas representan una opción para el fortalecimiento de la economía de los países, a través de impulsar la producción y el empleo, fomentan el bienestar social de su comunidad al buscar formas idóneas de satisfacer sus necesidades y procurar su desarrollo. Es importante, por lo tanto, conocer los orígenes de las cooperativas, es decir, dónde están las bases de la doctrina cooperativista, para poder ubicar los orígenes del cooperativismo como forma específica de organización, saber cómo llegó a México y cuales fueron los efectos políticos, económicos, sociales y, principalmente, organizacionales que tuvo este movimiento en nuestro país. Para esto, iniciamos con un bosquejo de la historia europea de la cooperación, asimismo, su historia en Latinoamérica y finalmente en México, lo cual nos ayudará a entender cómo una forma de organización basada en la cooperación, sin lucro, con fines sociales, en medio de un sistema económico orientado a la competencia logra su permanencia, Estas formas de organización pueden contribuir al mejoramiento de la sociedad, por lo cual, se destaca la relevancia del estudio de las cooperativas que, aunque han sufrido una serie de limitaciones tanto legales como políticas, constituyen por sí mismas una forma emergente de organización con un amplio sentido social y constituyen una alternativa para sectores sociales tradicionalmente marginados, como por ejemplo mujeres, minorías étnicas y desempleados, entre otros, participando así en el desarrollo local y regional. Palabras clave: Cooperación, movimiento cooperativo, Estudios Organizacionales, organización cooperativa, formas de organización, .
Profesora Titular de tiempo completo, adscrita al Departamento de Economía, de la División de
Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-Iztapalapa, miembro del Cuerpo Académico Estrategia Empresarial Mexicana.
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VI CONGRESO INTERNACIONAL DE ANÁLISIS ORGANIZACIONAL “Perspectivas multidisciplinarias en análisis organizacional:
complejidad, ambigüedad y subjetividad”
Historia organizacional de las cooperativas en México
María Teresa Montoya Flores
A partir de las profundas crisis que se presentan desde los setentas, las cuales -a
través de procesos alternativos de niveles de intensidad- siguen permeando nuestra
economía, la sociedad, principalmente las clases marginadas, han resentido
fuertemente las consecuencias, es decir, pérdida del poder adquisitivo, altos índices
de desempleo, lo que conduce al deterioro familiar cuando ya no pueden mantener a
su familia, ni solventar la educación de los hijos. Por lo que este sector de la
población se ve desplazado hacia el sector informal de la economía, donde algunos
encuentran soluciones parciales a su problema. Otros se empiezan a conformar en
grupos pequeños productivos –entre los que se encuentran las cooperativas-, donde
su interés principal es resolver su problema de sobrevivencia.
Los individuos que conforman este tipo de organizaciones van creando un sentido de
pertenencia, lo que despierta su espíritu de solidaridad y compromiso con los otros
integrantes del grupo, partiendo su integración del principio de cooperación.
Estas cooperativas se consideran organizaciones sociales, donde su principio no es
la generación de ganancias, es decir, no persiguen fines de lucro, sino procurar el
mejoramiento social y económico de sus asociados mediante el trabajo colectivo,
donde se deben repartir los rendimientos prorrateados entre los socios en razón del
tiempo trabajado por cada uno, si se trata de cooperativas de producción, y de
Profesora Titular de tiempo completo, adscrita al Departamento de Economía, de la División de
Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-Iztapalapa, miembro del Cuerpo Académico Estrategia Empresarial Mexicana.
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acuerdo con el monto de operaciones realizadas con y para la sociedad en las
cooperativas de consumo1.
El cooperativismo se suscribe en torno a la llamada economía social, la cual es
definida como, “Toda actividad económica, basada en la asociación de personas en
entidades de tipo democrático y participativo, con la primacía de las aportaciones
personales y de trabajo sobre el capital”2. La comisión de Comunidades Europeas
(citado por Izquierdo, 2005:18), comenta que: “Una empresa pertenece a la economía
social si su actividad productiva se basa en técnicas de organización específicas.
Estas técnicas se fundamentan en los principios de solidaridad y participación (que
normalmente corresponde a la norma de un hombre un voto) entre sus miembros,
sean estos productores, usuarios o consumidores, así como en los valores de
autonomía y de ciudadanía. En general estas empresas adoptan la forma jurídica de
cooperativa, mutua o asociación”. A este sector también se le ha denominado como:
“Tercer Sector”, “Nonprofit Sector”, “Economía asociativa”, “Tercer Sistema”,
“Economía Solidaria” o “Economía de Interés General”, entre otros
(Izquierdo,2005:18); en México se les reconoce dentro del sector de la Economía
Social. Las organizaciones que figuran en este sector son: cooperativas y sociedades
laborales, las mutualidades y todas aquellas organizaciones que su fin sea social sin
ánimo de lucro.
Las sociedades cooperativas requieren de más cualidades para abrir camino y
triunfar que las sociedades mercantiles en las que la coordinación de los factores
productivos está en manos de un grupo reducido que manda, mientras que en las
cooperativas responde al trabajo en equipo, la cooperación y la solidaridad, por lo que
todos los miembros cooperativistas deben contar con una serie de valores que les
permita funcionar colectivamente para conseguir los fines para los cuales la entidad
fue creada.
Las particularidades con base en las cuales se conforman las cooperativas, inciden
sus formas de organización, las cuales podemos considerar sui generis. Es decir, que
1 Principios marcados en la Ley general de Sociedades Cooperativas, la cual se formuló con base en los principios doctrinarios del cooperativismo. 2 Definición de Economía Social en el Programa del I Congreso de la economía social, celebrado en Madrid, el 11 de diciembre de 1992, CEPES.
5
aunque tienen que vivir en una sociedad moderna, presentan características propias
de las empresas premodernas –fuerte conciencia de clase, sólidas creencias y
tradiciones, número reducido de miembros, trabajo polivalente, equipo de producción
manual o mecánico, así como algunas características de las organizaciones
modernas flexibles -trabajo polivalente, toma de decisiones colectiva y buscando
siempre el consenso, pequeñas unidades de trabajo-.
Así, se puede considerar que las organizaciones cooperativas representan una
opción para el fortalecimiento de la economía de los países, a través de impulsar la
producción y el empleo, fomentan el bienestar social de su comunidad al buscar
formas idóneas de satisfacer sus necesidades y procurar su desarrollo.
Es importante, por lo tanto, conocer los orígenes de las cooperativas, es decir, dónde
están las bases de la doctrina cooperativista, para poder ubicar los orígenes del
cooperativismo como forma específica de organización, saber cómo llegó a México y
cuales fueron los efectos políticos, económicos, sociales y, principalmente,
organizacionales que tuvo este movimiento en nuestro país. Para esto, iniciamos con
un bosquejo de la historia europea de la cooperación, asimismo, su historia en
Latinoamérica y finalmente en México, lo cual nos ayudará a entender cómo una
forma de organización basada en la cooperación, sin lucro, con fines sociales, en
medio de un sistema económico orientado a la competencia logra su permanencia,
Estas formas de organización pueden contribuir al mejoramiento de la sociedad, por
lo cual, se destaca la relevancia del estudio de las cooperativas que, aunque han
sufrido una serie de limitaciones tanto legales como políticas, constituyen por sí
mismas una forma emergente de organización con un amplio sentido social y
constituyen una alternativa para sectores sociales tradicionalmente marginados,
como por ejemplo mujeres, minorías étnicas y desempleados, entre otros,
participando así en el desarrollo local y regional.
Diferentes corrientes de pensamiento cooperativo Las organizaciones cooperativas se basan en principios, siendo fundamental la
cooperación, por lo que es importante como primer punto, conocer las bases de la
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cooperación y el desarrollo ideológico que se le dio a este concepto, así como el
papel que juega en la creación de organizaciones cooperativas.
El término cooperación puede referirse a casi toda acción colectiva, sin embargo a
partir del siglo XIX se relaciona con la acción popular, la que busca beneficios y
mejores remuneraciones y condiciones de vida para los trabajadores. Cooperar
significa trabajar juntos, actuar en grupo, sin cooperación no hay trabajo, pero
cooperación es ante todo un hecho de la realidad cotidiana, inmerso en la esencia de
la naturaleza humana. Así, cooperación en su forma más simple significa trabajo en
común, ayuda mutua, pero si se refiere a la cooperación como sistema, se entiende
como tal a la reunión o agrupación de varias personas con el fin de obtener ciertas
ventajas para si mismos y que de otra manera sería difícil o imposible alcanzarlas.
La cooperación puede ser voluntaria o involuntaria, directa o indirecta, formal o
informal (Olvera, 2001) en donde todos los participantes combinan esfuerzos con el
fin específico de obtener un beneficio3. Por lo que la cooperación implica intenciones
recíprocas y comportamiento asociativo, llegando en ocasiones a convertirse en un
fin en sí mismo. La cooperación puede encontrarse tanto en grupos pequeños como
en grandes y presentarse en diversos niveles de la actividad humana. Para el estudio
de la cooperación humana, Nisbet (citado por Olvera, 2001:1-2), propone tres puntos
de partida:
1. La cooperación como normas éticas. Desde esta perspectiva, la
cooperación, tanto en ética como en religión, ha sido uno de los valores
históricos más grandes que ha poseído el hombre, se le ha considerado
como sinónimo de moralidad.
2. La cooperación como proceso social, esta perspectiva toma como centro
del proceso evolutivo a la cooperación y a la competencia, pudiéndoseles
encontrar interactuando tanto en condiciones de estabilidad como de
cambio.
3 Definición del Webster’s unabridged dictionary. La Cooperación es definida como: "the association of a number of persons for their common benefit, collective action in the pursuit of common well being, especially in some industrial or business process."
7
3. La cooperación como estructura institucional, se manifiesta en
innumerables organizaciones creadas pos el hombre con el propósito de
lograr una meta a través del comportamiento asociativo. Esas
organizaciones han tenido sus orígenes desde la antigüedad hasta
nuestros días y pueden encontrarse en todos los ámbitos de actividad
humana: religión, política, cultura y economía.
Los cambios económicos y sociales que surgen con la revolución industrial, trajeron
como consecuencia la creación de nuevas ideas, las cuales se consolidan en las
corrientes asociacionistas4 enumeradas por Gonzáles Stefani (citado por Aranzadi,
D., 1976):
El socialismo utópico. Para los pensadores de este movimiento, la sociedad
es la que se encarga de su propia transformación y el Estado se concibe
como un administrador.
Corriente que propugna por la participación del Estado para transformar la
democracia política en democracia social y económica.
Corriente cooperativa, reúne a las dos corrientes anteriores y en su modelo
introduce rasgos originales.
Socialismo utópico Esta corriente asociacionista5, nace junto con la revolución industrial inglesa y es una
de tantas manifestaciones que surgen en respuesta a la explotación del trabajador
en las fábricas y a la miseria que trae consigo la urbanización. Los socialistas
utópicos tenían como fin sustraer a los trabajadores de las condiciones de explotación
capitalistas a través del regreso de formas asociativas, que tenían su antecedente en
los gremios medievales. Los orígenes de las ideas cooperativistas proceden de estos
4 En el diccionario Enciclopédico Quillet se determina como asociación al “Conjunto de asociados para un mismo fin y persona jurídica por ellos formada”, podemos entender que es la reunión de un número determinado de personas que tienen un fin común, que no es de lucro, y que tiene como consecuencia el mejoramiento de las condiciones de vida. 5 Movimiento social partidario de crear asociaciones cívicas, políticas, culturales, etc. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, 2001)
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socialistas utópicos y básicamente de las ideas propugnadas y puestas en práctica
insistentemente por el inglés Robert Owen. Para estos pensadores, el bienestar social de los trabajadores es muy importante; si
trabajan en un entorno social agradable, de acuerdo a principios morales, es posible
la cooperación. Su teoría está basada en la fe y la cordura del hombre y en la
capacidad que tenemos de encontrar por nosotros mismos, guiados por la razón y el
altruismo, la salida a las necesidades humanas.
Participación del Estado La corriente de la participación del estado y la corriente cooperativista se basan en
las ideas de los socialistas utópicos; los principales representantes de la corriente de
la participación estatal son Hüber, Blanc, Hass, Luzzatti y Wollenborg, entre otros. La
mayoría de los partidarios de la intervención estatal fueron políticos y personas
vinculadas directamente con los gobiernos de sus países. Consideran a la
cooperación la base para encauzar el desarrollo del país. Para estos pensadores, el
apoyo del estado era fundamental para lograr que el cambio de formas de
organización económica se tradujera también en una trasformación social.
Emilio Nazzani, perteneciente al grupo de los liberales sociales y, probablemente, el
mejor expositor italiano de la teoría clásica, fue el primer economista de importancia
que abordó el tema del cooperativismo. Nazzani siempre se opuso a la intervención
del Estado en las cooperativas, al respecto opina: “respetando la libertad y la
competencia, las asociaciones productivas de los trabajadores deben abstenerse de
mendigar subsidios al Estado. Deben conquistar su puesto en el orden social
libremente, audazmente, con sus propias fuerzas, sin extender la mano al gobierno”
(citado en Dalpane, 1966:617). Consideraba que las cooperativas de trabajo serían
un instrumento útil para afrontar los problemas del desempleo.
Corriente Cooperativista La corriente cooperativista, se conformó tanto de las ideas de los socialistas utópicos
como las de los partidarios de la participación estatal. Esta corriente es la que
construye los principios fundamentales de la cooperación, así como los proyectos
9
cooperativos más trascendentales a nivel mundial, en esta corriente se encuentran la
mayoría de los ideólogos europeos; sus propuestas permitieron la difusión de nuevas
formas de asociación en otros continentes, así, el continente americano fue un
campo propicio de experimentación de las formas de organización cooperativa.
Entre los pensadores más significativos de esta corriente se encuentran, William King,
Felipe Buchez, Herman Delitzch, Jorge Hollyoake, Federico Raiffeisen, Guillermo
Maxwell, Víctor Serwy y Ernest Poisson por Europa; Alphonse Desjardins, fundador
del cooperativismo en Canadá y, por Estados Unidos, E. A. Filene y Roy F.
Bergengren.
Con las aportaciones de estos pensadores se delinearon los principios, valores y
naturaleza de la organización cooperativa, aportes que permanecen en la base de la
organización cooperativa actual. Así, la cooperación va más allá de la simple
asociación de individuos que buscan llegar a un objetivo común, pues quienes se
agrupan en cooperativas, lo hacen buscando una alternativa a las formas de
organización que prevalecen en la economía capitalista y de acuerdo con Williamson
(1989), los modos alternativos de propiedad generan relaciones laborales distintas y
ubica entre ellos la propiedad colectiva.
Marx, al estudiar la cooperación, considera que constituye un momento
cualitativamente nuevo del desarrollo de las fuerzas productivas, como forma superior
y más productiva en lo económico y lo social, en contraposición al trabajo aislado.
Con esto, deja claro que la cooperación es condición esencial para el desarrollo de
las fuerzas productivas, la cual se basa en relaciones de fraternidad entre
productores. (Marx, 1973, citado por Izquierdo, 2005)
Los principales puntos, sobre las organizaciones cooperativas, destacados por los
clásicos del marxismo- leninismo, de acuerdo con Izquierdo (2005), son:
El cooperativismo, en el capitalismo, permite a los obreros salvaguardar sus
intereses económicos y sociales, a pesar de llevar el sello de esa sociedad.
La identidad de las organizaciones cooperativas presupone principios,
valores y una empresa sui generis que se contrapone a lo definido por el
capitalismo, aunque no puede sobrepasar los límites de una formación
económica social.
10
Las cooperativas en el capitalismo pueden degenerar en empresas
capitalistas y no conducir a cambios sociales importantes.
Así, comenta Izquierdo (2005:17), el valor metodológico de los puntos de vista del
marxismo-leninismo está dado en que abordan la unidad esencial de los problemas
sociales y económicos, lo que permite comprender, analizar y valorar el alcance
social de la práctica económica y de todas las relaciones que se entrelazan para
desarrollar la producción social.
En los últimos veinte años, los principales problemas que han afectado a los países
pueden agruparse en el desempleo masivo y la exclusión social y la aparición de
nuevas necesidades sociales, aspectos que han sido tratados en una serie de
investigaciones (Chaves, et.al., 2000; Defourny, et.al., 1997, citados por Monzón,
2003) donde los autores han llegado a la conclusión de que una forma de enfrentarlos
es a través de las cooperativas y de la economía (Monzón, 2003), por lo que se
puede considerar que el bienestar social sería más estable y duradero si se
fundamenta en un sistema económico más plural, democrático y participativo, en el
que las organizaciones cooperativas y la economía social desempeñan un papel
significativo.
Con el impacto de la producción mercantil con base en la manufactura durante el
siglo XIX, surge un renovado interés por la cooperación como proceso social y
estructura institucional; así, se desarrollan grandes urbes con su creciente
proletariado por lo que el fin de la agricultura ya no se centraba en satisfacer las
necesidades alimentarias de la población, sino que ahora servía para satisfacer las
necesidades industriales. En el cuadro 1 se pueden observar estos cambios. Cuadro 1
Cambios de gremio a empresa capitalista GREMIO EMPRESA CAPITALISTA
Maestro Capitalista
Integrados a su comunidad Separados de su cultura y de su forma de vida, nueva ideología
Producción artesana Producción en serie Autoconsumo Familiar Consumo masivo Agremiados Obreros Trabajo en casa o en talleres Trabajo en las fábricas Dueños de los medios de producción Dueños de su fuerza de trabajo Herencia cultural familiar
A
Nueva cultura urbana
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Satisfacción de necesidades alimentarias Satisface necesidades industriales
Fuente: Elaboración propia
Es en este contexto que surgen las organizaciones cooperativas como respuesta a la
convulsión económica y social existente, apoyadas en la cooperación, la solidaridad y
la ayuda mutua. Siendo la cooperación, uno de los valores fundamentales de las
organizaciones cooperativas.
Cooperación y los Estudios Organizacionales En la diversidad de temas que pueden ser estudiados y entendidos por medio de las
teorías de la organizacional encontramos las diferentes formas en que el individuo
interactúa con los demás elementos organizacionales -individuos, tecnología,
procesos- así como con otras organizaciones. En esta perspectiva de interacciones
surgen ciertos aspectos de interés sobre cómo a través del tiempo y más aún de las
escuelas y enfoques que comprende la Teoría de la Organización los conceptos
utilizados por los autores implican, implícita o explícitamente, orientaciones diferentes
según su contexto.
Aunque bajo una perspectiva muy humanista se puede decir que la cooperación
voluntaria dentro del enfoque de la administración científica es nula, hay que entender
que bajo su contexto solo se gestó un paradigma organizacional con diferentes
matices donde la cooperación era impuesta y formalmente restringida a las
actividades que correspondían, ningún obrero cooperaba con otro si su función
prevista no detallaba esa situación; en este enfoque se puede hablar más de
cooperación entre hombre y máquina restringida e inflexible que la cooperación de los
individuos por voluntad.
El fordismo, a principios del siglo XX, promueve la idea que la máquina lejos de
desplazar el trabajo del hombre lo promueve y perfecciona. Ford estaba convencido
de que la mayoría de los trabajadores buscan trabajos que no los obliguen a pensar,
introduce en su compañía productora de automóviles la llamada producción en serie.
En esta perspectiva, el concepto de cooperación en términos organizacionales
responde a una producción en cadena o línea de montaje que resulta también de la
12
cooperación del individuo al aceptar que su trabajo sea monótono y ser un eslabón
que responde a un trabajo para que el siguiente individuo continúe con su tarea
establecida dentro de la rutina de producción en serie.
Elton Mayo (1945) funda una nueva forma de pensamiento organizacional que se
denominó la Escuela de las Relaciones Humanas, propone entender a las
organizaciones desde la reflexión del personal y no solo por los procesos técnicos
involucrados. Mayo fue el primero en entender a las organizaciones como instancias
cooperativas donde la motivación del trabajador provenía del interés por llevarse bien
entre sí, desestimando la hipótesis del “individuo aislado maximizador del salario”, de
la escuela científica, también denominada en forma despectiva como “hipótesis de la
chusma” (Perrow, 1991: 73)
Chéster Barnard (citado por Perrow, 1991:38), puede considerarse como antecedente
para los estudios culturales de las organizaciones, se identifica como uno de los
personajes más influyentes en la llamada Escuela de las Relaciones Humanas.
Barnard propuso, radicalizando las posturas de Mayo, que las organizaciones eran
por su propia naturaleza sistemas cooperativos y no pueden dejar de serlo, asimismo
comenta que las organizaciones poseen un sustrato moral que las envuelve y que
debe ser guía para sus objetivos y legitimador de su poder tanto interno como hacia
el resto de la sociedad, ya que la gente acude a las organizaciones para cooperar por
una meta, la meta de la organización, por lo que tal meta debe ser común, la meta de
todos los participantes; por lo tanto, la meta no puede dejar de ser moral, ya que la
moralidad emerge de entornos cooperativos y es en las organizaciones donde se
encuentra la forma más nítida de cooperación. (Perrow, 1991: 78)
Lo esencial para la supervivencia de las organizaciones, según Barnard (1968), es el
deseo o la buena voluntad para cooperar, la habilidad de comunicar, la existencia y
aceptación de las metas o los objetivos. El interés de Barnard por la moralidad de las
organizaciones tenía al individuo como objeto de investigación y a la cooperación
como valor central de toda organización y de toda la sociedad, siendo el propósito de
su obra, el definir una teoría comprensiva de la conducta cooperativa en las
organizaciones formales.
13
Barnard (1968), comenta que para que una organización pueda sobrevivir debe ser
eficaz para lograr el propósito de la organización y eficiente para satisfacer los
motivos individuales. Pensaba que las organizaciones son más que personas,
tecnología, insumos, que están formadas por fuerzas resultantes de la coordinación
de las personas y su ecuación de personalidad. Para Barnard, las personas poseen
dos personalidades, una personalidad de organización y otra individual (Barnard,
1968: 77)
En estos postulados de Barnard se puede encontrar cómo la doctrina de la
cooperación se refleja en las organizaciones, cuyos principios están basados en este
concepto, como es el caso de las cooperativas, en las cuales sus miembros a través
del adoctrinamiento cooperan en la consecución de sus fines, para lo cual deben
basarse en los principios y valores cooperativos.
En el enfoque de las Nuevas Relaciones Humanas (NRH) se da un cambio radical de
las perspectivas organizacionales, implica una visión más completa de los factores
funcionales y estructurales y toma la participación y cooperación voluntaria de los
individuos como una herramienta auxiliar del trabajo que se realiza. La cooperación
bajo ésta perspectiva resulta un elemento clave del éxito organizacional, cuando los
individuos desean cooperar la organización se vuelve más adaptable a los cambios,
se prepara para ellos y comparten los conocimientos con los otros individuos. La
cooperación se vuelve más efectiva en este tipo de enfoque porque permite de
manera flexible auxiliar en las situaciones no previstas, se permite que los individuos
socialicen y compartan sus conocimientos y responsabilidades.
Por otro lado, las nuevas formas de organización del trabajo (NFOT) se centran en el
desarrollo del individuo y de la organización, toman en cuenta los intereses
individuales para generar objetivos de interés colectivo, se perfilan dentro de las
organizaciones como formas flexibles de organización del trabajo con un alto grado a
la adaptación al cambio. Esta perspectiva permite una visión flexible de la
organización y sus procesos, la constante y creciente preocupación de las
organizaciones por su entorno y el impacto de éste en su forma de operar exhorta a
los participantes a seguir nuevas líneas sobre cómo llevar a cabo la organización del
trabajo bajo la cooperación voluntaria porque los fines de la organización se
14
involucran a los personales. Así, se observa que las NFOT responden formalmente a
las necesidades de cooperación, surgen como elemento central del cambio
organizacional y emplean nuevos conceptos como la flexibilidad y el aprendizaje
continuo para lograr la mayor eficiencia en el proceso del trabajo.
La cooperación ha tenido diferentes formas de manifestarse en el desarrollo de las
diferentes teorías de la organización, debido a que las formas de organización del
trabajo y, en consecuencia, de comportamiento de los individuos han sufrido
variaciones en cada enfoque los cuales enmarcan o delimitan ciertos elementos que
influyen en la manera en que se da la cooperación.
Cooperación y organizaciones cooperativas La organización cooperativa es una sociedad autónoma de personas con
necesidades comunes que desean mejorar su situación económica, social y cultural,
uniéndose voluntariamente para formar una organización de propiedad común que se
maneja de acuerdo a las decisiones de quienes la integran, logrando así un mejor
nivel de vida. La cooperativa actúa por medio de actos cooperativos, que son
definidos como los actos realizados por los miembros con ésta, o de ésta con otros
entes cooperativos. Lo importante de estos actos es conocer cuál es su contenido y
estos están caracterizados, además del aspecto jurídico, por la serie de valores que
se han identificado dentro del cooperativismo, como son ayuda mutua, solidaridad,
colaboración recíproca y en su cumplimiento controlado es donde se encuentra una
verdadera acción cooperativa.
Las organizaciones cooperativas se rigen por principios que son las directrices
generales a seguir por lo socios que las integran. Los principios cooperativos son
establecidos por la International Cooperative Alliance (ICA), estos principios son las
vías para poner en práctica los valores cooperativos, pero para que una cooperativa
funciones de acuerdo a estos valores y principios cooperativos es necesario que los
socios actúen de acuerdo a una serie de principios éticos, con lo que se pretende que
ejerzan sus derechos y cumplan con sus obligaciones, para que procuren una mejora
en su modo de vida y su trabajo en la organización cooperativa contribuya a su vez
en una mejoría de la sociedad; de acuerdo con lo anterior, los valores éticos son:
15
honestidad, transparencia, responsabilidad social y vocación social. Los valores
cooperativos aportan un sentido, una razón de ser a la organización cooperativa, son
valores que emanan y permanecen en los socios que las integran, estos valores son:
ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
Este conjunto de valores cooperativos básicos, se pueden considerar el fundamento
sobre el que se basan las cooperativas y aunque son valores que se pueden hallar en
todo tipo de organización, se pueden afirmar como innegables en la organización
cooperativa.
Los principios cooperativos son las pautas mediante las cuales las cooperativas
ponen en práctica sus valores, estos principios cooperativos son siete: membresía
abierta y voluntaria, control democrático de los miembros, participación económica de
los miembros, autonomía e independencia, educación, capacitación e información,
cooperación entre cooperativas y compromiso con la comunidad. Estos principios
configuran la naturaleza cooperativa de las organizaciones cooperativas, no son
independientes unos de otros, por lo que a las organizaciones cooperativas se les
debe evaluar por la forma en que adhieren a los principios como una totalidad. La ACI
(2004) expresa que: “... los principios no se asocian arbitrariamente o por casualidad.
Ellos forman un sistema y son inseparables. Ellos se sostienen y se refuerzan
recíprocamente”. Por lo que los valores deben ser compartidos y aceptados por los
socios ya que se convierten en un elemento motivador de la acción y del
comportamiento humano, definen la esencia de la organización, creando un sentido
de identidad organizacional.
Definición de organización cooperativa En el Artículo 2º de la Ley General de Sociedades Cooperativas (LGSC; 1994) se
define a éstas como: “una forma de organización social integrada por personas físicas
con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y
ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a
través de la realización de actividades económicas de producción y consumo de
bienes y servicios…”.
16
La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2005) define a la cooperativa como
una asociación de personas que se agrupan voluntariamente para lograr un objetivo
común, mediante la formación de una empresa controlada democráticamente, que
aportan una cuota equitativa del capital que se requiere y aceptan una justa parte en
los riesgos y beneficios y en cuyo funcionamiento los socios participan activamente.
Por su parte, la International Co-operative Alliance da la siguiente definición de
cooperativa: “Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han
unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones
económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad
conjunta y democráticamente controlada” (ACI, 1995).
La nueva Declaración de Identidad Cooperativa adoptada por la II Asamblea General
de la ACI -realizada en el mes de septiembre de 1995 en la ciudad de Manchester, en
oportunidad de la celebración del Centenario de la Alianza- incluye una nueva
definición de cooperativa y una revisión de la formulación de los Principios y Valores
Cooperativos. La nueva formulación mantiene la esencia de un sistema de principios
y valores que demostró ser eficiente en más de 150 años de historia y contribuyó a
transformar al cooperativismo en una de las mayores fuerzas sociales y económicas a
nivel mundial, a la vez que incorpora nuevos elementos para una mejor interpretación
del momento histórico actual (ACI, 1995).
La LGSC (2006)6, determina las distintas clases y categorías de sociedades
cooperativas que forman parte del Sistema Cooperativo, asimismo, la LGSC en
diferentes artículos describe cada tipo de sociedad cooperativa: De consumidores de
bienes y/o servicios, de productores de bienes y/o servicios y de ahorro y préstamo.
En las siguientes gráficas se muestra el porcentaje de participación de las
cooperativas, por categoría jurídica. En el sector manufacturas (gráfica 1) representan
el 0.2%, en el sector comercio (gráfica 2) el 0.3% y en el sector servicios (gráficas 3)
el 4.3%, siendo este último sector en el que es más significativo el porcentaje de
participación de las cooperativas.
6 Se señala en el Capítulo II, Artículo 21 de la LGSC, 2006.
17
Unidades económicas 2003. Sector manufacturas
Sociedades Mercantiles, 9.6%
Personas Físicas, 89.8%
Servicios y Admón. Pública,
0.1%Cooperativas y Asocoiaciones,
0.2%
Otras, 0.1%
Fuente: INEGI, 2006
GRÁFICA 3
Unidades Económicas 2003. Sector ComercioCooperativas y
Asocoiaciones0.3%
Servicios y Admón. Pública
0.2%
Sociedades Mercantiles
7.4%
Otras0.1%
Personas Físicas
93%
GRÁFICA 4
Fuente: INEGI, 2006
Unidades económicas, 2003. Sector servicios
Personas Físicas89.7%
Cooperativas y Asocoiaciones
4.3%
Servicios y Admón. Pública0.3%
Otras0.2%
Sociedades Mercantiles
5.5%
Fuente: INEGI, 2006
GRÁFICA 5
Origen de las organizaciones cooperativas El nacimiento del cooperativismo se remonta hasta el siglo XIX en Europa; siendo
Inglaterra la cuna de la Revolución Industrial, lugar en el que se consolida el
capitalismo, pero también donde se gestan alternativas a la producción fabril y a la
explotación de los trabajadores, por lo que las cooperativas nacen como alternativa
de organización económica diferente a las fábricas. Con la evolución de las
18
actividades desarrolladas por los diferentes grupos asociacionistas se concretaron
formas organizativas para la solución de problemas de carácter económico y social
por parte de diversos sectores, practicando la ayuda mutua y la solidaridad,
conformándose de esta manera las organizaciones cooperativas. El cooperativismo
buscaba producir cambios en la sociedad con relaciones de producción más
equitativas, con empresas sin patronos y donde el hombre no sea el explotador del
hombre.
Así, en la década de 1830 empiezan a aparecer las cooperativas de producción, pero
con un bajo crecimiento. En este periodo se conforma la Cooperativa de Derby y en
1834 comienzan a construir su comunidad cooperativa. Posteriormente, en 1844, se
funda la Cooperativa de Consumo Rochadle y, a través de sus estatutos, se sientan
las reglas de la cooperación que regirán a nivel internacional el movimiento
cooperativo7. Este mismo grupo realiza en Manchester la organización de una
cooperativa de cooperativas llamada “Cooperative Wholesale Society”. Los estatutos
de esta organización codifican los principios y métodos esenciales del cooperativismo
moderno, siendo una de sus aportaciones importantes, así como su plan de acción,
basado en los estatutos, el cual nace como un plan en el corto plazo, pero que en el
futuro enunció un moderno programa de cooperación más completo.
En cuadro 2 se enlistan, por fecha, las primeras cooperativas europeas que tuvieron
lugar en la industria textil:
Cuadro 2 Primeras cooperativas en la Industria textil
Cooperativa País Fecha Derby Inglaterra 1834 Lyon Francia 1835 Darvel Escocia 1840 Rochdale Inglaterra 1844 Chemnitz Alemania 1845 Fenwick Escocia 1871 Goran Escocia 1877 Fuente: Arazandi, Dionisio (1976)
7 Los principios del cooperativismo que rigen las cooperativas actuales, enunciados por la ICA -International Cooperative Alliance- están basados en los estatutos de los Pioneros de Rochdale. Sus estatutos codifican los principios y métodos esenciales del cooperativismo moderno: a) Control democrático, un voto por persona, b) Retorno de excedentes en proporción a las compras, c) Educación y neutralidad política y religiosa, d) Libre adhesión, f) Interés limitado al capital y g) Calidad de los productos.
19
Algunos datos interesantes sobre las organizaciones cooperativas en Europa,
Canadá y Estados Unidos en la actualidad se presentan en el cuadro 2: Cuadro 2
Organizaciones Cooperativas en Europa, Canadá y Estados Unidos PAÍS DATOS IMPORTANTES
Estados Unidos
47000 organizaciones cooperativas - 100 millones de norteamericanos son servidos por ellas - 1000 cooperativas eléctricas sirven a 36 millones de usuarios en 46 estados - 1600 cooperativas suplen el 29% de los insumos agrícolas, - 240 cooperativas de ahorro y crédito otorgan el 25% de los créditos para el
sector agrícola - 700 cooperativas de telecomunicaciones
Canadá
Su economía es la más cooperativizada del continente - Existen unas 7000 cooperativas - Agrupa a 12 millones de asociados, como el 40% del total - Las empresas cooperativas controlan un 70 % de grano y del aceite vegetal - Manejan más del 60% del mercado de los productos lácteos - - Tienen la Sociedad Desjardins un complejo financiero con un patrimonio de
US$ 50 000 millones
Francia
- Controlan el 60 % del mercado del vino - 52 % de los productos lácteos - 37 % del ganado - 9 de cada 10 granjeros o campesinos pertenecen a una cooperativa
Dinamarca
- Controlan el 92% de la producción y mercadeo de los productos lácteos. Manejan en total US$ 13 billones
Fuente: Elaboración propia con base en ACI, et. al, 20048
Organizaciones Cooperativas en América Latina En la primera mitad del siglo XIX, América Latina destaca por su economía
predominantemente rural, por lo que el socialismo utópico se ubicó, además de entre
la naciente clase obrera, en la organización de campesinos, donde tuvo alcances
profundos. Por lo que la búsqueda del socialismo utópico no iba encaminada hacia
una lucha frontal contra el capitalismo industrial, como en Europa, sino que se trataba
de organizar a los trabajadores para que a partir de ello construir la sociedad ideal.
(Olvera L. A., 2001)
Al lograr los países latinoamericanos su independencia, la propagación de ideas
socialistas utópicas se hace fácil, ya que los latinoamericanos se encontraban
8 Análisis del Modelo Cooperativo en el Nuevo Escenario Económico. Alianza Cooperativa Internacional (ACI), Confederación de Cooperativas del Caribe y Centroamérica (CCC-CA), Confederación Latinoamericana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (COLAC), con el auspicio del Centro Cooperativo Sueco (SCC), 2004.
20
abiertos a nuevas corrientes ideológicas y veían positivamente la entrada de
extranjeros para realizar experimentos cooperativos al interior. Siendo Latinoamérica
un lugar propicio donde las ideas utópicas extranjeras pudieran echar raíces y
demostrar su validez.
En Centro y Sudamérica en los años sesenta se dio un auge importante de creación
de cooperativas. Por ejemplo, en Honduras se funda el Departamento de
Cooperativas que impulsó el cooperativismo en ese país, en Uruguay se funda la
Organización de las Cooperativas en América, siendo la primera integradora de
cooperativas en el continente y cuya legislación sirvió de marco jurídico para las
cooperativas mexicanas. (CESOP, 2006) En Latinoamérica existe una gran heterogeneidad de los movimientos cooperativos,
por ejemplo, los cuatro países que integran el MERCOSUR, cada uno tiene su propia
legislación, lo que implica una gran diversidad de soluciones. En el caso de Argentina
encontramos que con la Ley de 1973 se permite la asociación de las cooperativas
con sociedades comerciales de distinto tipo: con mutuales, asociaciones civiles, lo
cual permitió que las cooperativas realizaran determinadas actividades que por si
solas no están en condiciones de emprender. En la mayoría de los países
latinoamericanos este tipo de cambios no se ha dado, pero el problema que se puede
presentar es que si no existen límites claros en cuanto a la garantía del uso de esas
asociaciones se podría desvirtuar el objetivo de las cooperativas. Para solucionar
esta problemática, el MERCOSUR creó un comité, en el que se estudian y
reflexionan los diferentes aspectos de la legislación cooperativa. Siendo el tema de la
armonización de las legislaciones cooperativas uno de las trabajos fundamentales del
movimiento cooperativo latinoamericano. (ACI, Taller, 2004)
En Argentina, Uruguay, Perú, Brasil, Costa Rica y Honduras, entre otros, las
sociedades cooperativas instrumentan programas sociales que en algunos casos se
fusionan con los gobiernos locales para desarrollar estrategias conjuntas con un alto
impacto social. (CESOP, 2006)
21
Historia de las organizaciones cooperativas en México Aunque México fue uno de los primeros países en impulsar las ideas utópicas, donde
Plotino Rhodakanaty9 juega un papel importante, el cooperativismo mexicano, a lo
largo de su historia, no pasó de ser un movimiento de dimensiones minúsculas,
opacado por el sindicalismo, donde la intervención estatal y la desorganización de la
clase obrera tuvieron gran influencia en su lento desarrollo.
Los grandes retos que tuvo que enfrentar el cooperativismo en México, dieron como
resultado el surgimiento de destacados ideólogos y líderes sociales, que fincaron las
bases de la doctrina cooperativa y guiaron al movimiento cooperativo mexicano. Entre
ellos, podemos mencionar a Guillermo Álvarez Macias, Rosendo Rojas Coria, Antonio
Salinas Puente, Gerardo Gómez Castillo, Joaquín Cano Jáuregui y Salvador Loredo
Torres.
A pesar de que existe escasa literatura acerca de la historia del movimiento
cooperativo mexicano, la obra de Rosendo Rojas Coria: “El tratado de
Cooperativismo Mexicano”, publicado en 1952, se considera una obra esencial que
aporta el conocimiento sobre el desarrollo del cooperativismo en México, el resto de
la literatura sobre el tema realiza aportaciones muy breves.
La mayoría de los autores que tratan el tema de las organizaciones cooperativas en
México estuvieron relacionados con el gobierno, más que con grupos obreros o
sociales. Por lo que observamos que una característica fundamental del
cooperativismo mexicano más que ser propiciada en el seno de las masas es, la más
de las veces una política, una ideología y/o un experimento impulsado desde el
Estado.
Rojas Coria (1984), presenta la historia del cooperativismo en forma cronológica, por
lo cual, tomando esta obra como base y ampliando los datos con escritos de otros
autores, a continuación presentamos una reseña histórica del movimiento
cooperativista en nuestro país.
9 Rhodakanaty edita en 1861 la Cartilla socialista, teniendo gran influencia en el ámbito urbano y rural. Formó parte del Gran Círculo de Obreros.
22
Es hasta principios de la década de los sesenta del siglo XIX cuando en algunos
periódicos se empieza a hablar en forma vaga e imprecisa sobre el sistema
cooperativo. La primera referencia seria sobre las cooperativas aparece en 1868, con
la difusión de la obra de Fernando Garrido: “Historia de las asociaciones obreras en
Europa”.10 En esta obra se habla del éxito económico y de la forma de funcionamiento
interno de las cooperativas, por lo se puede decir que Fernando Garrido es quien
influye en forma decisiva en la forma de pensar de los líderes obreros, pues es a
través de su obra como obtienen un conocimiento amplio sobre el cooperativismo
(Rojas Coria, 1984:)
Así, los dirigentes obreros del Gran Círculo propusieron la formación de talleres
cooperativos, estableciéndose, el 16 de septiembre de 1873, el primer Taller
Cooperativo de Sastrería; tras esta primera experiencia empiezan a fundarse otras
sociedades cooperativas –cooperativa de carpinteros y cooperativa de sombrereros-
y, en marzo de 1874, se constituye la Compañía Cooperativa de Obreros de México.
Las primeras cooperativas que se forman dan énfasis a la producción y es hasta
agosto de 1876 cuando los obreros ferroviarios de la Estación Buenavista de la
Ciudad de México constituyen la primera cooperativa de consumo: “Primera
Asociación Cooperativa de Consumo de Obreros Colonos”, cuyo objetivo principal era
resolver los problemas de habitación.
Es en 1889 cuando las cooperativas obtienen reconocimiento legal, al reconocerlas el
Código de Comercio como: ...“unidades económicas, con características de
organización y funcionamiento diferentes a las de la empresa privada”. (Citado en
Rojas Coria, 1984)
En 1896, surge otro interesante ensayo cooperativo, el relativo a la construcción de
casas -proyecto establecido con éxito años atrás en Estados Unidos e Inglaterra- la
primera en fundarse fue la Sociedad Nacional Cooperativa de Ahorros y Construcción
de Casas. El Congreso Católico de octubre de 1906, reunido en Guadalajara apoya el
proyecto de cajas-cooperativas presentado por el licenciado Palomar y Viscarra. En
1910 se procedió a la fundación de cooperativas rurales, pero debido a la guerra civil,
10 Publicado en Barcelona, España en 1864, en el que habla en detalle de las sociedades cooperativas europeas, especialmente de las de Inglaterra y Francia (Rojas Coria, 1984:224)
23
iniciada en ese mismo año, se ven truncadas las beneficiosas perspectivas de las
cajas-cooperativas. Paso a paso, el cooperativismo fue convenciendo a las diferentes
capas de la población sobre sus beneficios, pero no así a la gente en el poder,
resintiendo, además, el rigor del sistema capitalista. Con la revolución se inicia el
despertar del cooperativismo, el nacimiento de la nueva sociedad da un ambiente de
destrucción y caos en su lucha por derribar la estructura anterior y es el
cooperativismo el que permanece sereno y clamando por la no represalia, por el cese
a la destrucción, pero firme en sus propósitos originales y doctrinarios: Una mejor
distribución de la riqueza, por lo que se puede decir que desde el punto de vista
sociológico, es el cooperativismo el lugar donde se refugiaron los valores de la
libertad humana.
En 1913, el congreso del estado de Jalisco, a petición de Palomar Viscarra, aprueba
el Decreto para promover la creación de cooperativas de crédito popular, siendo el
primer decreto que la República fomentaba. En los años veinte el cooperativismo se
convierte en política gubernamental y, en el año de 1927, el presidente Plutarco Elías
Calles promulga la Primera Ley Cooperativa y crea el marco jurídico para la actividad
cooperativa, razón por la cual se le considera, por algunos autores, pionero del
cooperativismo Mexicano. El 6 de enero de 1933 se expide la 2ª Ley Cooperativa,
bajo el régimen del presidente Abelardo L. Rodríguez. Esta ley es bien acogida por
los cooperativistas, ya que permitía una mayor claridad en términos y en
funcionamiento, permitiendo la organización de cualquier tipo de sociedad
cooperativa; de tal forma que en diciembre de 1934 se habían constituido 778
cooperativas con 31,762 fundadores. En este periodo, en 1932, se crea la
Cooperativa Cruz Azul, en la actualidad una de las más importantes.
En el régimen cardenista (1934-1940) se da un fuerte impulso al cooperativismo,
apoyo que no se había tenido por parte de otros regímenes; Cárdenas es
considerado el gran promotor del cooperativismo mexicano, promulga una
revolucionaria Ley General de Sociedades Cooperativas, que originó el desarrollo
social y económico del nuevo cooperativismo en México.
Retomando los datos de los cuadros 2 y 3, se observa que en el periodo 1918 a
1938, se tiene un crecimiento anual de las cooperativas para los años de 1932 a
24
1935, de casi el 100%, lo cual no sucede con el crecimiento en el número de socios,
pues solo presenta un crecimiento del 19%.
En el periodo 1935 a 1976, mostrado en el cuadro 8.2, encontramos un crecimiento
en el número de cooperativas del 330% y del 879% en el número de socios, el
crecimiento de este periodo se debe, principalmente al fuerte impulso recibido por
parte del gobierno, tanto administrativo como económico. Impulso recibido
principalmente en el sexenio presidencial del general Lázaro Cárdenas (1934-1940),
el cual, como se mencionó anteriormente, fue un gran promotor del cooperativismo,
logrando así una alta participación de la sociedad en la conformación de
cooperativas.
El presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946), da su apoyo al cooperativismo
creando el Banco Nacional de Fomento Cooperativo en 1941, unificando el
cooperativismo nacional con la Confederación Nacional Cooperativa en 1942. En los
regímenes de los presidentes Miguel Alemán (1946-1952), Adolfo Ruiz Cortines
(1952-1958), Adolfo López Mateos (1958-1964), Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y
Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), el movimiento cooperativista se debilita, ya que
no es apoyado por los diferentes gobiernos los cuales en cada sexenio sufren
cambios importantes en sus orientaciones políticas. Es remarcable mencionar que el
presidente Adolfo Ruiz Cortines eximió del impuesto sobre la renta y del impuesto
sobre ingresos mercantiles (actualmente es el Impuesto al valor agregado, IVA) a las
cooperativas de consumo y de producción.
Podemos observar en estos gobiernos como la caída del cooperativismo como
medida gubernamental de organización social es clara, sin embrago, dentro del
discurso de los líderes de los trabajadores toman como bandera la mejora del
cooperativismo nacional, sin que haya un interés real.
Aunque el cooperativismo no recibió apoyo directo por parte del gobierno del
presidente Luis Echeverría, cobró ánimo el movimiento y cuantitativamente supera la
creación de cooperativas que se registraron en el periodo del presidente Cárdenas,
alcanzando un número de 1,862 cooperativas nuevas, esto es debido al alto índice de
desempleo y la fuerte crisis económica vivida en este periodo, lo cual obligó a los
25
trabajadores desempleados a buscar alternativas de trabajo, encontrando una salida
a su problema en el trabajo asociado.
El total de cooperativas creadas en estos siete últimos regímenes presidenciales –
1938 a 1976, iniciado con Lázaro Cárdenas y que concluye con Luis Echeverría - es
de 6,610, de las cuales, al final del proceso, existen 4,291, es decir, el 33%
desaparecieron. Sobrepasando las cooperativas de producción –2,786- a las de
consumo –1,505-, (ver cuadro 3) resultado muy diferente a lo que pasa en otros
países de Latinoamérica11. A partir de los años sesenta las cooperativas no volverán
a formar parte importante de la política gubernamental.
El periodo 1976-1988, comprende los periodos presidenciales de López Portillo
(1976-1982) y de De la Madrid (1982 a 1988). El presidente José López Portillo apoyó
al movimiento cooperativo en algunos aspectos importes, como por ejemplo, al crear
por decreto La Comisión Intersecretarial de Fomento Cooperativo, para la
coordinación de las cooperativas por las distintas Secretarías de Estado que tenían a
su cargo esa labor. En este periodo nace la Cooperativa Pascual Boing, en el año de
1985, después de una cruenta lucha de tres años. Una vez establecida la cooperativa
el presidente De la Madrid prometió ayudarlos, pero esta ayuda nunca llegó, fueron
varios grupos sociales, principalmente los sindicatos los que les prestaron apoyo y
ayuda económica, (Sodepaz, 2006)12
El movimiento cooperativista internacional, a finales de 1980, muestra un evidente
crecimiento, especialmente en los países altamente industrializados y en los países
socialistas, siendo la tendencia al crecimiento cooperativo mucho menor en los
países en desarrollo y del tercer mundo, como pudimos apreciar en los datos
anteriores referentes el crecimiento de las cooperativas en México de 1938 a 1976,
el cual se ve afectado, entre otros, por la poca estabilidad de los gobiernos y por los
cambios drásticos en las orientaciones políticas, razón por lo que para allegarse
11 En otros países latinoamericanos, como Colombia y Chile, el número de cooperativas de consumo es mayor que las cooperativas de producción. También se observa que en estos países el cooperativismo se inicia con la constitución de cooperativas de consumo (Rojas Coria, 1984:606) y en el caso de México, el inició se da con la constitución de cooperativas de producción: Taller Cooperativo de Sastrería, Cooperativa de Carpinteros y Cooperativa de Sombrereros. 12 www.sodepaz,net/modules.php, del 03 de agosto de 2006
26
adeptos, los líderes utilizan como bandera la mejora del cooperativismo, sin que se
tenga un interés real en él (Inostroza, 1989)
A continuación se presenta el cuadro 3, en el que se muestran los periodos más
importantes de esta revisión histórica sobre las cooperativas en México. Cuadro 3
Número de cooperativas de producción y de consumo con registro vigente de 1918 a 2001 Total Cooperativas de
Producción Cooperativas de Consumo Periodo
No. de Cooperativas
No. de Socios
No. de Cooperativas
No. de Socios
No. de Cooperativas
No. de Socios
1918-1938 1932 308 14,439 242 10,167 66 4,272 1934 788 31,762 318 470 1935 997 37,773
1939-1976 4,291 369,694 2,786 142,600 1,505 227,094 1983-1988 8,017 349,047 5473 225,845 2,274 123,202 1989-1993 15,632 903,986 1993-1994 10,455 486,462 7,137 292,307 3,318 194,155 1994-2001 10,156 469,200 6,925 286,214 3,231 182,986 Fuente: Elaborado por el autor, con base en Rojas Herrera (2003) y en diferentes fuentes, las cuales se citan en el cuadro 7.6
Basándonos en los mismos periodos tratados en el cuadro 3, se muestra el
crecimiento por periodo, del total de cooperativas y miembros que las integran. Cuadro 4
Porcentaje de crecimiento por período de las cooperativas de producción y de consumo con registro vigente de 1918 a 2001
Número Periodo No. de Cooperativas No. de Socios
1918-1938 1932 1934 97% 120% 1935 99% 19%
1939-1976 330% 879% 1983-1988 87% -6% 1989-1993 95% 159% 1993-1994 -33% -46% 1994-2001 -3% -3.5% Fuente: Elaborado por el autor, con base en Rojas Herrera (2003) y en diferentes fuentes, las cuales se citan en el cuadro 7.6
Con el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), en el mes de agosto de 1994 se
promulga una nueva Ley General de sociedades Cooperativas (LGSC), en la cual se
decreta la desaparición de la Dirección General de Fomento Cooperativo de la STPS,
encomendándose el control estadístico de las cooperativas existentes en el país a la
Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), el control estadístico de este organismo
va a depender de los datos y copia de todos los documentos que le aporten las
diferentes Direcciones del Registro de la Propiedad y el Comercio de los diferentes
27
estados de la República Mexicana, para poder integrar y actualizar la estadística
nacional de las sociedades cooperativas13. Según los datos que presenta la
SEDESOL no concuerdan con los últimos datos reportados por la Dirección General
de Fomento Cooperativo de la STPS, por lo que resultan cuestionables.
De acuerdo a estos datos, el cooperativismo no solo no creció sino que experimentó
una disminución (ver cuadro 4), lo cual resulta controvertible ya que, de acuerdo a la
nueva ley, se permitió el registro de las cooperativas de ahorro y préstamo, las cuales
para el año 2000 eran 153 con 546,305 socios, más 23 federaciones regionales y 2
confederaciones nacionales, siendo así el sector del cooperativismo mexicano con
mayor número de socios, además de que con las reformas de la ley de 1994,
realizadas en 2001, se facilitó el proceso de constitución y se hizo automático el
registro, una vez cubiertos los requisitos.
Todo lo anterior origina que desde 1994 el cooperativismo se encuentre en la
oscuridad total, no existen controles, censos o registro alguno que indique cuántas
son, qué hacen, cómo lo hacen y quiénes son los responsables.
En el cuadro 6, presentado a continuación, se muestran los organismos de control
estadístico de las cooperativas en nuestro país, en las cuales nos basamos para
determinar los periodos de análisis. Cuadro 6
Organismos de control de las cooperativas en México Organismo de Control Periodo
Dirección de Fomento Cooperativo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social - STPS 1918-1938
Secretaría del Trabajo y Previsión Social - STPS 1938-1976 Unidad Coordinadora de Política, Estudios Y Estadística del Trabajo de la STPS 1977-1988
Comisión Intersecretarial para el Fomento Cooperativo 1989-1993 Secretaria de Desarrollo Social – SEDESOL y Secretaria de Economía 1994-a la fecha
Fuente: Elaboración propia, con base en lo que marcan las Leyes de las Sociedades Cooperativas de 1938 a 1994 y sus Reglamentos, así como las Reformas a las citadas leyes.
La ley de 1994 es la que rige la vida institucional de las cooperativas en México14, una
legislación adecuada a las condiciones sociopolíticas y económicas del país,
concebida y estructurada dentro de la más pura concepción del neoliberalismo
económico, y concebida para la libre competencia. Sin establecer ninguna definición
13 De acuerdo al artículo 17 de la LGSC de 1994. 14 A esta Ley de 1994 se le han hecho reformas en 1997, 2001 y 2003.
28
o perfil de carácter ideológico sanciona únicamente que la cooperativa es una forma
de organización social de personas físicas con base en intereses comunes y en los
principios de solidaridad, esfuerzo propio de ayuda mutua, con el propósito de
satisfacer necesidades individuales y colectivas, mediante la realización de
actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y
servicios.15 (LGSC, 2001). El tratamiento que se les da a las sociedades cooperativas
en las leyes de sociedades mercantiles, principalmente esto afecta a las cooperativas
de producción, como se puede observar en la reforma de diciembre de 2005.
Como se observa, en México las cooperativas no cuentan con una Ley que les
permita fortalecerse ni crecer en el actual ambiente de economía liberal que se vive,
las cooperativas de producción sin este apoyo difícilmente consiguen nichos de
mercado pues tienen que competir, principalmente, con los productos chinos. Razón
por lo cual es necesario que el gobierno cree estrategias de fortalecimiento para que
estas cooperativas puedan ser competitivas, así como una legislación que en lugar de
perjudicarlas, como es el caso de las Leyes que las rigen actualmente, las ayuden a
su fortalecimiento. El Gobierno Federal con la promoción de “changarros”, da nulo
apoyo a las cooperativas, aún cuando la Comisión Legislativa de la Cámara de
Diputados, reconoce que las cooperativas son una alternativa viable para el empleo,
especialmente en comunidades marginadas (La Jornada, 200516). En el caso del
Distrito Federal, el gobierno creó la Ley de Fomento Cooperativo para el Distrito
Federal17, en la cual en el artículo 1 marca:
“Objeto de la Ley. La presente Ley es de orden público e interés
social y tiene por objeto el establecimiento, la regulación y la
coordinación de políticas, programas y acciones de fomento
cooperativo para el desarrollo económico del Distrito Federal, sin
15 Esto es de acuerdo a la ley en su “Artículo 2.- La sociedad cooperativa es una forma de organización social integrada por personas físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y servicios”. (LGSC, 2001) 16 Sección: La Jornada en la economía, Suplemento semanal # 68, del 1º de agosto de 2005 17 Publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 20 de enero de 2006
29
perjuicio de los programas, estímulos y acciones que a nivel
federal se establezcan para el mismo fin” .
Con esta Ley de fomento se busca que las cooperativas, como parte de la economía
de nuestro país, contribuyan a hacer menos intenso el problema de desempleo, y que
sean una solución para la población afectada por las crisis económicas que se viven
actualmente. Pero es necesario que se legisle en este sentido a nivel federal, ya que
en el aspecto legislativo, lo más sentido entre las cooperativas es el tratamiento que
se les da como empresas mercantiles, por lo que la ley debe preservar y no violentar
su carácter social y solidario (Rojas, 2003).
Las cifras que se presentan en los organismos oficiales no parecen tener una base
sólida y presentan una serie de discrepancias entre periodo y periodo. Esta falta de
objetividad en el control de las estadísticas oficiales provoca que no exista un censo
sobre el número de cooperativas que desarrollan actividades productivas, su
contribución al empleo y su crecimiento. La Confederación Nacional Cooperativa
tiene registradas 5,000 cooperativas, la Comisión de Fomento Cooperativo y
Economía Social de la Cámara de diputados asegura que podrían ser 13,000
cooperativas, la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), encargada legalmente
del control de las cooperativas no tiene información precisa (La Jornada, 200518), por
lo cual es urgente e importante que el gobierno designe a un solo organismo ante el
cual se tramite la constitución y lleve el control de las cooperativas en el país.
Luis Inostroza (1989), comenta que una de las formas de reactivación de las
economías de los países en vías de desarrollo es utilizar el cooperativismo para
promover su reactivación, aprovechando su experiencia a través del desarrollo del
sector social y sus organizaciones, dentro de las cuales se encuentran las empresas
cooperativas, como alternativas de creación de oportunidades de trabajo, así como la
expansión del capital y aumento de la producción de pequeñas organizaciones.
Si consideramos que la cooperativa se encuentra inmersa en una comunidad con
determinadas características socioculturales, el compromiso de la cooperativa es
identificar las necesidades reales de esa comunidad para que sus objetivos sean
18 Sección: La Jornada en la economía, Suplemento semanal # 68, del 1º de agosto de 2005
30
compatibles. Asimismo, crea un fuerte arraigo en la comunidad constitutiva de la base
social y, por lo tanto, crea sentido de pertenencia, confianza y seguridad que es
fundamental en momentos difíciles (COLAC, s/f)19.
Además de representar una opción para el fortalecimiento de la economía de los
países, a través de impulsar la producción y el empleo, las cooperativas fomentan el
bienestar social de su comunidad al buscar formas idóneas de satisfacer sus
necesidades y procurar su desarrollo.
Podemos resumir que las organizaciones cooperativas son escuelas de democracia,
de igualdad, de responsabilidad social, de solidaridad y de los valores que las
caracterizan, por la práctica que se vive en ellas se adquiere un concepto claro de
cómo es la democracia, cómo se ejerce, cómo es la igualdad y cómo se vive la
responsabilidad social. Lo cual es un aporte importante desde un punto de vista de lo
que pueden facilitar las cooperativas al Estado, como ciudadanos concientes de sus
deberes y derechos. (ACI, et. al.:53-54)20
Es en este contexto que destaca la relevancia del estudio de estas formas de
organización que, aunque han sufrido una serie de limitaciones tanto legales como
políticas, constituyen por sí mismas una forma emergente de organización con un
amplio sentido social y constituyen una alternativa para sectores sociales
tradicionalmente marginados, como por ejemplo mujeres, minorías étnicas y
desempleados, entre otros, participando así en el desarrollo local y regional.
Bibliografía
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31
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ages”, en International Co-operative Information Center, en WWW.ica.coop.com, enero de 2006
Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2005)
1
VI Congreso Internacional de Análisis Organizacional
"Perspectivas multidisciplinarias en análisis organizacional: Complejidad, ambigüedad y subjetividad”.
12, 13 y 14 de Noviembre del 2008.
Título de la ponencia: Nombre de los autores: Dr. Manuel Efrén López Echeverría Tel. Dom. 962 (62) 5 16 52 Cel. 962 (62) 4 19 23 E-mail: mele_1@hotmail.com Mtra. Dilia Bibiana López Gordillo Tel. Dom. 962 (62) 5 44 57 Cel. 962 13 99 992 E-mail: bibito06@hotmail.com Universidad Autónoma de Chiapas Facultad de Ciencias de la Administración Campus IV. Tel. 962 (62) 50696 Tapachula, Chiapas. MESA DE PARTICIPACIÓN: Mesa Nº 6: La historia como instrumento de análisis organizacional.
LA COMPLEJIDAD DE LAS ORGANIZACIONES AGRICOLAS CAFETALERAS EN EL SOCONUSCO
A TRAVÉS DE LA HISTORIA.
2
LA COMPLEJIDAD DE LAS ORGANIZACIONES AGRICOLAS CAFETALERAS EN EL SOCONUSCO
A TRAVÉS DE LA HISTORIA.
Resumen: La presente investigación la inspira “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” de Weber. La inspira el trabajo bien hecho y que a través de su estructura organizacional, toma de decisiones e idiosincrasia, nos subsume en su autonomía, identidad y cultura. Una cultura, identidad y autonomía construida desde la factualidad de Liebig (1940) y que las encontramos en las Fincas Cafetaleras Alemanas (FCA) del Soconusco, Chiapas. Contemplamos al trabajo como una manera privilegiada para adquirir dinero, que se presenta como un fin, no como un medio. La racionalidad se inspira en el trabajo que busca las maneras más adecuadas para obtener la máxima cantidad de riqueza, merecida únicamente por los logros en el trabajo y como ganancia y a través del ahorro. Sin embargo señalamos que la suntuosidad hace presa de la tercera y cuarta generación, empujándolos al abandono de su trabajo y en consecuencia de su producción. Este abandono lo significamos en la disociación del trabajo, en signos de procesos que se violentan por las leyes del neoliberalismo y de la ambición del capitalismo tardío. Desde la perspectiva de las Organizaciones Agrícolas del Soconusco, observamos
figuras desdibujadas, específicamente, la disasociación del trabajo, como un
elemento que indefectiblemente se repite en las empresas y cuyo precio, las ha
llevado hasta su desaparición y en algunos casos a su transformación, como la
Finca cafetalera “Argovia”, propiedad de los alemanes Giesemann1.
La subjetividad de las organizaciones agrícolas en el Soconusco, radica en su
condición socioeconómica y política, tecnológica y cultural; esto quiere decir que la
diversidad de su infraestructura y manejo de sus mercados, es directamente
proporcional al grado de subordinación a la globalización, acentuándose cada vez
más, en el campesino tradicional el abandono de su tierra y de su vida. Esto da pie
al surgimiento del campesino adaptado a programas federales y estatales de
siembra, con las consabidas complicaciones de su postproducción.
1 Esta propiedad enfrenta su tercera generación; siendo el abuelo Adolf Giesemann (1880), quien funda la finca argovia en el Soconusco, entre otras, incluyendo propiedades en Colombia, C.A.
3
Nuestro objeto de estudio se desentiende de la división del trabajo en términos
Durkhenianos y busca figuras históricas que expliquen los nuevos paradigmas
sociales, económicos, políticos y culturales, de la complejidad del tejido del
neoliberalismo, bajo la ausencia de la tradición y del trabajo emotivo del campo
agrícola. Explicación que buscamos a través de cortes generacionales en finca
cafetaleras alemanas (FCA) y sus intrincadas consecuencias de adaptación en
nuevas formas de vivir.
El hablar de la disociación, es una abstracción producto de las formas de
interpretar la realidad dentro de las organizaciones agrícolas. Esa disociación ha
llevado a las fincas cafetaleras del Soconusco2, a interpretar nuevas formas de
producción. De ahí que, dando continuidad a la investigación que sirvió para la
elaboración de mi tesis doctoral, se elabora la presente ponencia, con el fin de dar
a conocer los cortes históricos que encierran profundas reflexiones de la
construcción de estructuras organizacionales a partir del respeto al trabajo, a la
simbiosis entre alemanes y chamulas.
Esta investigación obedece a la perspectiva teórica fenomenológica3 y con un
enfoque metodológico cualitativo. Referimos a la técnica de estudio de caso, ya
que es inductiva y humanista considerada un arte, en donde se presta atención al
contexto y las personas bajo una perspectiva holística.
Esta investigación fue sensible a los efectos de los sujetos de su estudio y nos
ayudó a comprender a los protagonistas dentro de su propio contexto,
reflexionando bajo sus propias creencias, perspectivas y predisposiciones, sin
descartar ninguna perspectiva. Todos los escenarios y sujetos de estudio son
símbolos de interpretación subjetiva, pero que dejaron profunda huella en sus
diferentes cuadros históricos.
2 Tesis doctoral del Dr. Manuel Efrén López Echeverría, “Identidad, autonomía y cultura: El caso de las fincas cafetaleras alemanas del Soconusco” (2006). 3 Método filosófico desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma consciencia.
4
Nuestro objeto de estudio se centra en buscar los significados que dieron sentido y
dirección a la organización de las FCA durante más de 150 años, precisamente
cuando en Estados Unidos de Norteamérica y en Europa se asentaba la
revolución industrial fundamentalmente en la metalurgia y áreas de navegación.
Por ello consideramos importante hurgar desde los años de 1820, con las
primeras entregas de granos de café de Veracruz a las fincas de norteamericanos,
franceses, italianos, árabes, etc. (Seargent, 1888), transportados a lomo de mulas,
atravesando la Sierra Madre de Chiapas (Manuel Larraizar, 1875), travesía que va
desde los límites de Oaxaca hasta la frontera con Guatemala, con 280 kilómetros
de longitud y 90 en su mayor anchura a una altura aproximada de 1,500 msnm de
altura promedio, con una gran variedad, tanto de flora como de fauna, con árboles
de madera fina (caoba, ébano, guayacán, palo mulato) en las zonas medias, o de
coníferas que crecen en las regiones más altas. Entre las especies animales aún
habitan mamíferos como jaguar, tigrillo, jabalí, venado, tejón y lince, y aves como
tucán, guacamaya, cenzontle y quetzal. La Sierra Madre de Chiapas atraviesa el
Soconusco, desde Pijijiapan hasta el Volcán Tacaná 4,200 msnm, caracterizada
por su gran productividad agrícola. El alto índice de humedad en esta cadena
montañosa presenta un paisaje de vegetación siempre verde, oculta muchas
veces tras las nubes que se posan en las cimas o descienden a los valles. Esta
sierra también vierte ríos hacia la Depresión Central de Chiapas, los que alimentan
a la presa La Angostura. La Carretera 200, desde Arriaga hasta Tapachula, corre
paralela tanto a la costa como a la serranía.
5
La siguiente pausa histórica la hacemos hasta 1850, fecha que recoge las
primeras llegadas de finqueros alemanes al Soconusco, circunstancia que define
el nombre de finca cafetalera, bajo el binomio de finquero alemán y café, en
términos de cultura, es decir, de saberes del trabajo, antes, durante y después de
la pizca del aromático grano, así como su comercialización internacional.
Justamente estos saberes son los que dictaron la importancia de este estudio.
Justo aquí encontramos pertinencia, congruencia y factibilidad en la
deconstrucción de una organización que nos proporciona el imaginario de su
reconstrucción histórica, en términos de sus protagonistas, de su infraestructura y
de su trascendencia aún vigente, en la forma de vida de finqueros, chamulas
acasillados y jornaleros; de sus costumbres, religión, fiestas y tradiciones; de sus
ropas, calzado y alimentos; de sus relaciones humanas y sexuales; de la mano de
obra y estrategias para retenerlas en las fincas y más, en la vida de unos y otros,
fundidos en el trabajo, subordinados a la innovación, sin precisar cómo se
transfiguraron en finca cafetalera.
Quizá Liebig (1840) inspiró la factualidad de la ciencia en la explotación de la tierra
o Shumpeter la tecnología en el trabajo (1906) o Goethe (1833), al hombre
socrático capaz de resolver sus problemas de subsistencia, frente no solo a la
espesa selva que defendía su virginidad celosamente, sino a la industria
metalúrgica y del comercio que se daba fuera de estos contextos. Esta es una de
las cosas que pretendemos referenciar aquí; no se pretende evadir otras figuras
6
que bien pudiésemos estudiar en estas fincas, sino tratar de explicar esa cultura
que no pudo resistir los embates inicuos de un capitalismo que no supieron
traducir.
Desde la perspectiva del pequeño productor en México, el café es un cultivo con
muchas contradicciones, simultáneamente, es fuente de riqueza y de miseria4.
Sierra madre de Chiapas
El café en el Soconusco ha sido el principal protagonista en la construcción de una
política económica y social en el Soconusco; desde la colonización (1820),
formación de sindicatos agrícolas nacional e internacional (1938) y hasta
legislaturas en el trabajo agrícola de sometimiento a la mano de obra en las FCA.
Las grandes extensiones de tierra que se repartieron en el Porfiriato5, fueron
adquiridas por estadounidenses, italianos, árabes, moros, libaneses, suizos, rusos,
franceses, etc., pero que carecieron de estrategias definidas, de mercados
internacionales y formas de financiamiento que más tarde pasaron a manos de los
alemanes para hacer de ellas, la cuna de chamulas y alemanes bajo códigos de
trabajo.
4 Por ejemplo, durante 1995 las exportaciones de café generaron divisas en México por alrededor de 700 millones de dólares. Es el segundo producto de importancia en el mercado internacional, solamente atrás del petróleo. 5 Con la colonización de Chiapas promovidas por el presidente Porfirio Díaz y los "estímulos fiscales" correspondientes, se facilitó la apropiación de tierras indias por parte de las corporaciones privadas cuyos inversionistas extranjeros se asentaron en territorios comunales de pueblos indios a los que los oficiales declaraban "abandonados". El caso de la "colonización" del estado de Chiapas, por las compañías transnacionales resultó de la apropiación de más de 3 millones de hectáreas, lo que representa el 40 por ciento de su territorio total. En los años 1934 - 1940, con la reforma agraria cardenista, el estado inició el reparto de tierras con cultivos de plantación y se dio el reconocimiento de derechos agrarios a algunos peones.
7
Para los años de 1870 podemos observar el verdadero repunte del café de las
fincas alemanas provenientes de Guatemala, trayendo con ellos a jornaleros,
caporales, planilleros y administradores, que posteriormente fundarían sus propias
fincas y familias (Waibel, 1946). Este dato cobra relevancia en su historia, ya que
desde las postrimerías del dominio español, entre 1805 a 18126. Los alemanes
sabían que el clima más favorable para el cultivo del café se localizaba entre el
Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio; y que las plantaciones de café que
se encuentran dentro de esta franja proporcionan la mejor calidad determinadas
por el clima, suelo, y altitud. El cafeto necesita temperaturas favorables en
promedio de 20 ° C. y precipitaciones pluviales de 2,500 mm; y que para obtener
la mejor calidad del café, la altura adecuada para la siembra es de 600 a 1,400
msnm.
Gran impulso apreció el Soconusco en septiembre de 1910, fecha en que entra el
primer vehículo al Soconusco por caminos que tienen sus orígenes en la época
precolombina 1500-1600, antes de esto, eran transitados por bestias de carga. El
café para su comercialización se enviaba a los puertos de altura Hamburgo, Lüek
y Bremen y se transportaba de las fincas a Coatzacoalcos y al puerto de Veracruz,
más tarde al puerto de San Benito (hoy puerto Chiapas) o a la estación de
ferrocarril, cuando ya lo hubo (1908) para su exportación; se utilizaban hasta 2,000
acémilas, divididas en pataches o recuas, y a “lomo de chamula”7 que se dejó de
usar al introducir camiones de transporte o se relegaron a lugares de mayor altura,
donde aún no existían carreteras, (García Soto, 1964).
Este impulso del Soconusco permitió identificar tres distritos hacendarios, dada su
potencialidad económica de Tapachula, Huixtla y Acapetahua. La promulgación de
las leyes agrarias, trajo como consecuencia la creación de nuevos y numerosos
centros de población, mismos que empezaron a fundarse a partir de 1917, bajo el
régimen revolucionario del Carrancismo, para cobrar mayor desarrollo entre 1925
6 De acuerdo a datos publicados en Comercio Exterior de México, por Don Miguel Lerdo de Tejada en los años de 1802, 1803 y 1805, se exportaba café en proporciones de 272, 483 y 336 quintales, a Estados Unidos, respectivamente. 7 Significa “Cargador” en lengua zoque. Galdamez, 2006; Zoque, etnia que habita los Estados de Chiapas, Oaxaca y Tabasco. Lengua hablada por dicho grupo.
8
y 1938-39; esta última fecha definió la tercera etapa de fincas cafetaleras
alemanas:
3era Etapa de la Fincas Cafetaleras Alemanas.
Haciendas, fincas y ranchos Acapulco Finca Brasil Finca Acaxmán Rancho Buenavista Rancho Aguinal Ranchería California Finca Argovia Finca Canada El Finca Badenia Finca Carmen Rancho Barra de Cahoacán Rancho Carmen El (1) Rancho Boluda La Rancho Carmen El (2) Rancho Bodegas Rancho Colonia La Rancho Concepción La Ranchería Montenegro Rancho Covadonga Finca Morelia Finca Concordia La Finca Murillo Ranchería Chaparrón Ranchería Naranjo El Rancho Chapultepec Finca Nueva Alemania Finca Chicharras Las Finca Nueva Galicia Finca Chiquirichapa Finca Nueva Granada Ranchería Chiripa Finca Pacayalito Rancho Edén El Ranchería Pacayal El Rancho Eisleden Ranchería Palmar El Finca Escocia Finca Palmas Las y Anexas Finca Esmeralda La Rancho Paris Finca Esperanza Ranchería Patria La Finca Esperanza La Hacienda Paz La Rancho Esquipulas Rancho Perú Finca Final El Rancho Albión Finca Frontera Rancho Alicia Finca Gatos Los Finca Los Ángeles Rancho Génova Finca Porvenir Frontera Rancho Gloria La Finca Providencia Rancho Grecia Finca Puerto Madero Ranchería Guadalupe Finca Pumpuapa Hacienda Guadalete Rancho Quién sabe Hacienda Guanajuato Finca Rancho Alegre Finca Guarumo Finca Realidad La Finca Hamburgo Finca Refugio El Finca Hermosillo Ranchería Retiro El Finca Hidalgo Finca Rincón El Finca Independencia Finca Rosario Silencio Rancho Irapuato Rancho Sacrificio Ranchería Irlanda Finca San Antonio Nejapa Finca Jardín del Carmen Hacienda San Antonio Rancho Joya La (1) Finca San Antonio Finca Joya La (2) Hacienda Chicharras Finca Laguna del Carmen Finca San Andrés Nejapa Finca Leoncillos Los Rancho San Carlos Nejapa Finca Libertad La Finca San Cristóbal Bella
Vista Finca
Loma linda Finca San Cristóbal bella vista
ranchería
9
Lucha La Ranchería San Enrique Finca
Llanos Los Ranchería San Fernando Cahoacán Hacienda
Magdalena Rancho Santa Lucía Finca Manga de Clavo Ranchería Santa María Rancho Maravillas Las Finca Santa Martha Finca Margaritas Las Finca Santa Rita Uno Finca Melchor Ocampo Finca Santa Rita dos Hacienda Mexiquito Finca Santa rita tres Ranchería San Fco. Esperanza Finca Santa Rosa Finca San Jorge Finca Santa Rosalía Finca
San José Finca Santa Teresa Ranchería San Jose Nejapa Finca San Vicente rancho San José Yucatán Finca Sinal Ranchería San Juán Chicharras Finca Soledad Progreso Ranchería San Lorenzo Finca Tapachula Ranchería San Luis Nejapa Finca Tinajas Las Ranchería San Miguel Allende Rancho Toros Los Ranchería San Nicolas (1) Finca Triunfo El (1) Ranchería San Nicolas (2) Rancho Venecia Rancho San Nicolás (3) Rancho Venecia Rancho Nicolás Lagartero Ranchería Victoria La Ranchería San Ramón Finca Violeta La Ranchería Santa eduwiges Finca Yolanda Hacienda Santa Clara Rancho San Cristóbal bella vista ranchería Santa Cruz Rancho Santa Elena Rancho
A partir de las facilidades que cedió el gobierno porfirista (1877-1911), los caminos
naturales de acceso a las fincas, Nueva Alemania, Santa Brígida, Argovia,
Maravillas, Hamburgo, Guanajuato, Irlanda, la Granja, Chiripa, etc., ejercieron una
gran atracción para la creciente inmigración alemana. Por su parte Helbig (1964),
sostiene que los finqueros alemanes, “siempre han ido al frente de las
innovaciones agrícolas, ellos llegaron al Soconusco para invertir su capital y
obtener ganancias”. Frente a las técnicas usadas tradicionalmente, ellos opusieron
“una técnica de producción perfecta, encaminada únicamente hacia el provecho
económico, basada en el empleo especialista pagado, con inversiones de grandes
capitales privados y en la venta del producto en el mercado mundial”.
Waibel en 1926 visitó varias fincas cafetaleras de alemanes y observó que el café
se cultivaba como monocultivo y que los cafetos “están cubiertos a una distancia
de 10 en 10 metros, con árboles de sombra de una altura de 15 a 20 metros, por
10
lo general son leguminosas “chalum”, “caspirol”, “paterna” cuidando su
reforestación. Lo mismo fue observado por Miranda (1950), en su viaje realizado
en 1941, aunque señala que se respetan los árboles que forman el bosque
primitivo de sus lugares.
En un inicio las fincas cultivaron el café arábigo variedad Typica (Coffea arábica
L.), además desde 1900 la variedad “Maragogipe”, que provino de Brasil y con
menor frecuencia, el café “Bourbón” de consumo exclusivo, (Waibel, 1946).
Posteriormente, en las últimas décadas sustituyeron dichas variedades por las
variedades de porte bajo más productivas, primero la variedad “caturra” y después
la variedad “catuaí” y “catimor”. En algunas fincas se conservan pequeñas áreas
de las variedades anteriores (Helbig, 1964) por ser más adecuadas al hábitat.
Aquellas fincas contaban con suelos vírgenes que no debieron preocuparse por
aplicar insumos artificiales. El bosque de igual naturaleza, era preferido, pues lo
decisivo en la producción era la capa de humus que se extiende sobre ellos, por
eso los finqueros disponían de considerables reservas de terreno. Waibel (1964),
encontró que el 45 por ciento del área de 15 fincas visitadas, correspondía al
bosque virgen llamado “montaña”, cuya función era proporcionar protección contra
los vientos, regular las aguas y fungir como reserva del suelo.
Desde la década de los cuarentas del siglo antepasado, se hacía necesario, para
conservar la fertilidad de los suelos, cuidar de la producción de humus
suplementario para lo cual se aprovechaban las malezas cortadas durante limpia y
el producto de la poda de los cafetos se hacinaban en pequeñas zanjas alrededor
de cada mata. Muchos finqueros fabricaban este abono de la pulpa de la cereza
del café.
A diferencia de los finqueros alemanes, los ejidatarios y pequeños propietarios se
caracterizaron por mantener variedades de café de porte alto, de sombra poli
específica, de asociación de café con otros cultivos. Esta subregionalización
ambiental puede guardar relación con los siguientes hechos:
a) El desaceleramiento histórico de la expansión cafetalera hacia el noroeste.
El cultivo del café en el Soconusco, se expandió rápidamente a finales del
siglo XIX, debido a factores favorables como la demarcación de los límites
11
entre México y Guatemala, que dio término a la inseguridad en cuanto a los
títulos de propiedad, quedando el camino despejado para que los europeos
adquiriesen tierras e invirtieran capitales. El precio favorable del café para
esta región, debido a la revolución de Brasil8. En 1895, los cafetales
llegaron hasta el río Huixtla y con la construcción del ferrocarril en 1908, el
cultivo avanzó hasta el río Vado Ancho (Villa de Comaltitlán), limitante por
costo de transporte, que en ese entonces se practicaba con mulas (Waibel,
1946).
b) En los años cuarentas, se encontraron plantaciones cerca de Mapastepec
(Helbig, 1985). Sin embargo, la superficie sembrada después del municipio
de Escuintla es de 2,847 hectáreas y representa un 4% del total del área
cafetalera, confirmando que los límites de la producción de café, serían
climáticos y edáficos, pues los suelos son cada vez más delgados (INEGI,
1985) y los costos de producción, más caros.
c) En el Soconusco, las fincas ocuparon tierras de colonización prácticamente
vírgenes, fueron compradas en lotes de mil hectáreas a la compañía
Chiapas Land Company. Las primeras se formaron con un socio capitalista
y uno industrial quien fungía como administrador al frente de los trabajos.
Más tarde muchos administradores compraron terrenos con los frutos de su
trabajo y fundaron sus propias empresas (Spenser, 1988). Dicha forma de
poblamiento fue en aumento. A fines del siglo XIX habían en el Soconusco
unas veintiséis fincas grandes, noventa y cuatro hacia 1928 (Spenser,
1988) y casi centenar y medio en 1990 (Instituto Mexicano del Café, 2000).
Asimismo a partir de los años treinta, con el desarrollo del reparto agrario
8 A principios de los años de 1900, la política nacional de Brasil enfrenta una severa inestabilidad debido a que la "oligarquía cafetera", no se beneficiaba con los impuestos que se cobraba por saco de café pertenecientes únicamente al estado, esta nueva alternativa económica reducía su poder político y económico, ya que para 1930, dos aspectos fundamentales caracterizan al Brasil: 1° La dependencia de su economía en un 71% de las exportaciones del café y 2°, su dependencia política de la "oligarquía cafetalera". Así, la crisis económica, el estancamiento de las exportaciones, la sobreproducción, la política absoluta del país que ya no correspondía con el interés nacional, la debilidad económica de las masas campesinas y el descontento general de las clases medias produjeron una situación explosiva en el ánimo popular, que trajeron como consecuencia una conflagración interna que se expresó en la "revolución" de 1930.
12
fueron en aumento las localidades, asiento de minifundistas (casi diez mil
productores de café y cerca de setecientas localidades cafetaleras). A estos
predios con un solo propietario minifundista, se sumaron las rancherías o
cantones regularmente compuestos de varios copropietarios con parcelas
individuales.
d) En las primeras décadas del siglo XX, la finca tenían un promedio de 230
hectáreas con cafetal, las más grandes concentraban hasta 1,500 y las
pequeñas entre 20 y 60 hectáreas.
e) Los finqueros alemanes eran quienes contaban con capital para
industrializar y exportar el café de 1,500 hectáreas. Los pequeños finqueros
sin posibilidades iniciales de construir y adquirir las instalaciones y
maquinaria para transformar el café cereza en pergamino y luego en oro9,
se convirtieron en subsidiarios de los grandes quienes contaban con dicha
infraestructura.
f) Espacialmente se creó un área con predominio de finca en las partes mejor
dotadas para la producción, entre los 600 y 1300 msnm., siempre cerca de
las corrientes permanentes de agua que permitía su traslado al centro de
operaciones, así como su lavado.
g) Las fincas cuentan con áreas densamente pobladas de cafetos y árboles de
sombra, especiales para fertilizar la tierra.
h) En estas fincas cafetaleras, la producción de café se distingue por tres
factores principales: variedad sembrada, manejo del cultivo y
transformación de la cosecha para venta. A cada variedad le corresponde
un tipo de manejo y una forma de cosechar y transformar el producto para
la venta.
i) La distribución física de las fincas, tiene singular característica ya que
cuenta al centro de ella, con la casa grande o casa de los finqueros, a un
lado generalmente se encontrarán la oficina y bodegas; al otro lado, y
dependiendo de las condiciones del terreno, se encontrarán las casas de
9 Se denomina café cereza o uva al producto recién cosechado; al despulparlo y lavarlo se convierte en pergamino, pero aún el grano está cubierto por una cascarilla. Finalmente se retrilla para liberarlo de ésta y obtener así, el café oro y pergamino.
13
los acasillados; al centro de ellas, la cocina y comedor de los trabajadores;
a un lado, las instalaciones del beneficio seco, áreas para secado y galeras
para los jornaleros.
j) Estructura física y operativa podemos observar en Brasil, África y América
central. La alimentación en el Soconusco, es a base de frijol, arroz y
tortillas. El juicio para señalar al buen patrón, radica en proveerlos de por lo
menos una vez (hasta dos veces) carne de pollo o de res, a la semana,
pagos oportunos, trato respetuoso y atenciones en los primeros auxilios,
medicinas, etc.
En otras partes del mundo, también se pudo observar esta inmigración alemana a
tierras benignas a la producción de café, tales como Etiopía, Kenya, Uganda,
Tanzania en África; Sao Gotardo, Janeiro, Manhuançu, Bahía en Brasil; Indonesia,
Laos, India en Asia; o en América: Colombia, Venezuela, Argentina, Guatemala y
México; y dentro del país, el Soconusco, ofreció una mayor disponibilidad de
tierras vírgenes, con una economía de plantaciones de café en expansión,
impulsada por el auge que estaba adquiriendo el negocio cafetalero en las
metrópolis europeas durante las últimas décadas del siglo XIX, el Soconusco se
convirtió en un verdadero bastión de influencia alemana.
Entre los pioneros finqueros alemanes encontramos a Don Juan Luttman (1850),
quien bajo la representación de la casa comercial Stines de Hamburgo, Bremen y
Lübeck, trajo de Alemania a administradores que más tarde se convirtieron en
propietarios y cuya producción se volvió el compromiso para cederlas. Más tarde
llegó don Juan Huttoff, quien emprendió un negocio de ferretería y junto a don
Christian Bernstorff, mejor conocido como el “Conde”, don Otón Mark, agricultor y
comerciantes. Don Guillermo Henkel, quien fundara la casa comercial más antigua
del Soconusco con el nombre de “El Altillo” (1870) y más tarde denominada “Casa
Henkel” terminó incendiándose en 1951, carbonizando desgraciadamente,
Importantes archivos sobre la vida de Tapachula y la región entera. Esta casa
además de vender artículos de ferretería y abarrotes en general, sirvió como casa
fiduciaria y consulado alemán.
14
En 1896, llegó don Adolfo Giesemann propietario de fincas en Guatemala, como
“El Baluarte”; en el Soconusco su primera finca fue el “Retiro” que vendió al señor
Neave, quien en 1902, formó una sociedad con Wilhelm Stucken residente en
Hamburgo, a quien entregaba todo el café a consignación; el señor Stucken
cobraba el 2% de comisión sobre la venta del café, mientras que otros cobraban
hasta el 15 y 20%.
Era normal que estos señores trajeran a su personal de confianza de Alemania y a
trabajadores de Guatemala. Más tarde compró otras fincas entre ellas Argovia,
Santa Fe, Chinincé y San Nicolás. Se cuenta que llegó a poseer 80,000 hectáreas
entre Guatemala y México (Ponce, 1985; Rébora, 1982; Spenser, 1983)10.
Dentro de los principales precursores tenemos además de los ya mencionados a
don Antonio Nisch, don Guillermo Kahle, de la finca “Germanía”; don Enrique
Edelmann, don Juan Pohlenz y los hermanos Widmaier, de las fincas aurora y San
Cristóbal; don Martín Sonneman, perito caficultor, entre otros muchos más. Don
Ricardo Brofft, fundó las haciendas “Gibraltar y Yucatán”. Un hecho importante a
destacar es que a diferencia de otros, los alemanes manifestaron desde un
principio su deseo de quedarse por estas tierras, fortaleciendo su cultura a través
de la endogamia, como lo comprueban sus descendientes hasta la segunda
generación.
La mecánica de expansión y producción en las tierras del Soconusco, consistía en
comprar las mejore tierras para la siembra del café, para luego traspasarla a otro
alemán que aprendía el trabajo operativo de plantaciones y beneficiado, por
ejemplo: Don Juan Luttman11, fue representante de importante firma alemana de
un pariente suyo en Hamburgo, adquirió más de 150 fincas desde el Soconusco
hasta Colombia. Contrató en Guatemala, los servicios de administradores
alemanes que radicaban allí o mandaba traer de Alemania con el fin de hacer
10 Entrevista directa con el ingeniero Bruno Giesemann. Finca Argovia. 9 de marzo 2006. 11 En 1901 compró otra finca de 900 hectáreas, con un préstamo de la misma casa comercial, que le cobraba el 8% de interés anual y no existía plazo fijo para su reembolso. Contrató tres administradores alemanes para tres fincas: Maravillas, Hamburgo y Germanía, don Juan Pohlenz, don Erik Edelmann y don Guillermo Kahle respectivamente. El primero, posteriormente fue dueño de la finca Bremen-Lubecka y de la finca Cuxtepeques en la Sierra Madre. Don Guillermo Kahle, lo sería de Germania y Hannover, asimismo tuvo propiedades en Argentina y regularmente viajaba en safari a África, (Cristina Renard, 1993).
15
producir los plantíos de café, y que más tarde se les pagaría con ciertas
extensiones de tierra con la finalidad de fincar, nuevas plantaciones. En 1899,
compró dos plantaciones de 776 y de 1,150 hectáreas respectivamente, con
financiamiento de la casa Noteböhm de Hamburgo, a la cual tenía que entregar un
café de primera calidad, el café de segunda podría ser vendido a San Francisco o
en el mercado nacional, (Waibel, 1946).
Los contratos de los administradores alemanes eran de dos o tres años, viaje y
vacaciones pagadas. Se le proporcionaba alojamiento y alimentos en la finca
misma que no podían abandonar mientras durara el contrato, ya que el trabajo de
la finca extralimitaba a atender contingencias climáticas de día y de noche. A los
administradores se les pagaba un sueldo hasta el término del periodo convenido.
En el caso de don Adolfo Gramlich, renovó varias veces su contrato hasta poder
ahorrar lo suficiente (2,500 pesos libres al año) y poder comprar su propia finca, “Rancho alegre”. Don Juan Luttman se quedó con la finca “las Maravillas”; El
señor Edelmann con “la finca Hamburgo” y el señor Kahle, “Germanía” a la que
añadió la finca “Hannover” y “Prusia” en la Sierra Madre, de actual pertenencia a
sus descendientes (Spenser, 1988).
El cultivo del oro verde como también se le conocía al café en esas fechas, fue
atractivo para connacionales como Don Rafael Ortega que en 1873 viajó desde
Guanajuato y fundó las fincas “Guanajuato” y “Las Chicharras”. Para 1880, llegan
de Mazatlán don Bernabé Acosta y de Veracruz, don Nicolás Bejarano, quienes en
sociedad con dos ingleses, Robert Stevenson y Percy Christy, adquirieron la finca
“Guatimoc”, y el segundo, anteriormente fue administrador de las fincas de Mc
Gee, y posteriormente comprador de la finca “La Patria” y la finca “Mixcún”. En
1881 estaban ya tituladas “La Helvetia” de Santiago Séller; y “La Alianza” de
Casimiro Gándara, (García de León, 1985).
Para ese entonces, Tapachula contaba con 2000 habitantes (Rébora, 1964),
aunque Helbig, da cuenta de 5,000. En 1882, se firmó el tratado sobre los límites
entre México y Guatemala, lo cual dio mayor confianza a la inversión en las tierras
del Soconusco (Spenser, 1988); lo que hizo interesar a connacionales en la
adquisición de fincas, las cuales más tarde, tuvieron que vender. Así tenemos que
16
Bernabé Acosta en 1890, adquiere la finca “Malá”, conocida después como “Monte
Perla”, hoy propiedad de don Ricardo Naumann Escobar (Expresidente municipal
de Tapachula). El señor Bernabé Acosta, en 1892 compró 840 ha de terreno para
formar la finca “San Andrés Nexapa”, misma que hoy día está en manos de uno de
sus descendientes. La finca “El Retiro”, fue fundada en sociedad por los señores
Murillo y García, provenientes de Michoacán y de Ángel Nieva, oaxaqueño
(Rébora, 1979; Spenser, 1988).
La primera compañía deslindadora que vino a vender tierras a Chiapas, fue la
Compañía Mexicana de Colonización de San Francisco. Esta compañía trajo la
primera oleada de colonos alemanes a la región del Soconusco, principalmente de
California. La segunda, fue por lo tanto compuesta por norteamericanos, entre los
que se contaba la familia Shellenger, formaron la finca la “Colonia”, con siembra
de caña y una fábrica de aguardiente, piloncillo, pero más tarde sembraron café.
Los Matheny, fundaron la finca “Santa Lucía” en la zona de Chicharras, la
abandonaron y posteriormente compraron la finca “La Joya” y fundaron la finca “la
Patria”. Los Catlin, los Vallance, los Gebhart y los Quimby adquirirían
posteriormente aquella finca “Santa Lucía”. La finca “San Andrés Nexapa”,
fundada por la familia Seargeant en 1888, relata que “muchos de los americanos
que vinieron a colonizar la región del Soconusco, se regresaron debido a que no
pudieron legalizar sus propiedades y se desesperaron”.
Para 1897 la Chiapas Land Cy tenía 251,061 hectáreas tituladas en el Soconusco
(Pohlenz, 1979). El oleaje de finqueros alemanes proveniente de Guatemala, se
acentuó desde la segunda mitad del siglo XIX. Así llegaron artesanos, mecánicos,
carpinteros, odontólogos y técnicos en diferentes especialidades. Entre ellos los
hermanos Widmayer, originarios de Hamburgo y provenientes de California donde
trabajaban en la construcción del ferrocarril, fundaron la finca “San Cristóbal” con
más de 3,000 hectáreas, cuyo beneficio fue terminado en 1895 (Renard, Ma
Cristina, 1993).
Antonio Nisch, hijo de agricultores alemanes, llegó contratado como administrador
directamente de Alemania. En 1902 empezó a trabajar de contador en la finca
“San Cristóbal” de los Widmayer. En 1916, con el apoyo financiero de Luttman,
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compró la finca “la Esperanza” en el municipio de Motozintla. Años más tarde,
llegaría el Barón Von Turkheim quien sería dueño de varias fincas, entre ellas la
“Libertad”, “San Antonio Chicharras”, “Covadonga”, “Badenia” y “Colonia”.
Los finqueros cafetaleros alemanes integraban todo el proceso industrial del café
hasta la exportación. Por ningún motivo se puede afirmar que eran simples
colonos ya que éstos se quedaron y formaron familias e hicieron escuelas y más
tarde fundaciones de beneficio social. Además de las grandes inversiones,
importaron tecnologías para la caficultura: los métodos de beneficio de Costa Rica
y Guatemala; la maquinaria de Europa y Estados Unidos. Tecnología, capital y
mercado, seguro, fueron los elementos que dieron vida a las fincas en el
Soconusco.
Las pesadas máquinas de los beneficios, fueron subidas a las fincas utilizando
troncos y a lomo de mulas o de “chamulas”12. Las instalaciones de las fincas se
situaron sobre los cursos de los numerosos ríos que surcan las montañas de la
región, ya que necesitaban el agua para lavar, despulpar y transportar el café
dentro de los beneficios húmedos, lo cual se hacía con la fuerza de la corriente,
así como para el uso de la casa grande y para las plantas hidroeléctricas.
En 1908, existían en el Soconusco, 66 fincas de alemanes, estadounidenses,
españoles y otros extranjeros en la región. En 1895, el número de cafetos en el
Soconusco se estimaba en unos 2 millones, y hasta 1905 la producción aumentó
40 veces, pasando de 230 a 9,200 toneladas. Se estimaban rendimientos de 30 a
40 quintales por hectárea (Helbig, 1964; Pohlenz, 1979). Para 1900, el sucesor de
Jenkinson, a la cabeza de la compañía deslindadora Chiapas Land Cy, el inglés
Oliver Harrison, en representación de inversionistas de San Francisco, fundó
8,000 hectáreas de la zona baja, entre Escuintla y Huixtla, así como la plantación
de hule más grande del mundo la “Zacualpa Rubber Plantation” (Rébora, 1982).
La dinámica de las fincas cafetaleras en el Soconusco, se debe en mucho al
acceso a capitales y créditos que a través de sus casas comerciales y en
condiciones muy ventajosas conseguían los finqueros alemanes; tal es el caso de
la Casa Melchess de Bremen, establecida en Mazatlán desde 1846, de los
12 Perteneciente a la etnia de los tojolobales, tzotziles o tzentales, de la zona de los altos de Chiapas.
18
hermanos Oetling de Manzanillo y de la casa Barting también de Mazatlán,
Sinaloa, (Bartra, 1995); los demás plantadores, tenían que buscar comerciantes u
otros finqueros que los refaccionaran, recurrir a usureros que cobraban hasta el
24% de interés anual y pagaderos con su cosecha de café, comprometida a un
precio determinado de antemano, así, muchos no pudieron pagar y tuvieron que
hipotecar sus fincas, varios las perdieron (Spenser, 1988).
La mano de obra en las fincas, siempre fue constante problema. Inicialmente
venían o eran traídos, del departamento de Mariscal con cabecera en Motozintla,
(1850). Los demás, provenían de Guatemala, estos eran indígenas del altiplano
que escapaban de condiciones laborales aún peores a las chiapanecas y huían
del sistema de trabajo forzado que el gobierno de aquel lugar, les había impuesto
para obligarlos a trabajar en las fincas de la costa. Esos trabajadores que se
instalaron en el Soconusco y formaron parte de la fuerza de trabajo de las fincas,
sería junto con los mariscalenses, los que, en las décadas siguientes se
organizarían en sindicatos y comités agrarios (Spenser, 1983 y Cambranes, 1985).
La necesidad y desesperación de los finqueros era tal que en 1890, don Carlos
Lesher, administrador de la finca “San Juan Chicharras”, importó, con el permiso
del gobernador del estado a 300 kanakas de las islas Polinesias, rescatados de
una rebelión en 1878 de la colonia francesa, para que trabajaran en la finca, sin
embargo, no sobrevivieron (Seargent, 1888; García de León, 1985; Pohlenz,
1979), de la misma manera se contrataron a chinos que llegaron de la primer
oleada, mismos que se negaron a trabajar en las plantaciones (Seargent, 1903;
Baumann, 1983).
La solución, fue traer a la fincas del Soconusco, a los indios chamulas, por las
buenas o por las malas, valiéndose del gobierno del estado, de argucias como el
castigo que se les impuso a los sublevados de la llamada “Guerra de Castas”, o
“la rebelión de Tzajaljemel” en 1870. Por otro lado, las Leyes de Reforma que
habían permitido el despojo de las tierras de las comunidades indígenas en todo el
estado, los obligaba a descender desde su altiplano frío, hacia las tierras calientes
de la Costa. En 1892, el gobernador del estado Emilio Rabasa, decreto la “Ley de
Ejidos” que obligaba a los indígenas a tener dinero para poder pagar el impuesto
19
de posesión de tierras, sirviendo esto de gran apoyo, a los finqueros (Baumann,
1983 y Pohlenz, 1979).
Así en 1903, Guillermo Kahle fundó la Unión de Cafetaleros del Soconusco,
estableciendo su oficina principal en San Cristóbal, donde se concentraba a los
indígenas que habían sido contratados por los enganchadores, los tenía
encerrados en un corralón y expuestos a la intemperie, muchas veces sin haber
comido y aún bajo los efectos del alcohol. Los enganchadores recurrían a varios
mecanismos de endeudamiento para obligar a los trabajadores a prestar sus
servicios en las fincas cafetaleras, (Baumann, 1983; Pohlenz, 1979; García de
León, 1985). Se lograba dándoles dinero y aguardiente a los indios y a la venta
forzada de objetos inútiles, como collares de papel, espejos y listones que en las
tiendas de raya distribuían, (sistema de peonaje por deudas), principalmente en
San Cristóbal de las Casas y Comitán. (Spenser 1987).
Durante el Porfiriato, en Chiapas aumentó la presión de grupos blancos sobre las
comunidades indígenas. Emilio Rabasa, gobernador del Estado y amigo cercano
de Porfirio Díaz, (1891-1910), consideró a los caminos, ferrocarriles y telégrafos
dentro de un plan de integración de Chiapas al resto de la nación y dentro de este
plan en 1892, como apoyo a los finqueros, y con base en la “Ley de Ejidos",
privatizó tierras baldías de las comunidades indígenas, para hacerlas producir, y
con la “Ley de Capacitación" obligaba a los indígenas a tener dinero para poder
pagar el nuevo impuesto, en caso contrario tenían que trabajar en las fincas
(Baumann, 1983; Pohlenz, 1979).
En 1898 se contaban 6,500 mozos endeudados en el Soconusco, casi el 22% de
la población, bajo el “Sistema de Peonaje por Deudas”. El miserable salario de 40
centavos diarios, pagado en "fichas"13 canjeables sólo en la tienda de la finca,
donde todo costaba el doble de su precio real; los gastos ocasionados durante el
viaje de enganche; los gastos ocasionados en un intento de huida y las maniobras
a la hora de hacer las cuentas, hacían el endeudamiento impagable (Spenser,
1988).
13 Ver anexo de fichas de las diferentes fincas del Soconusco.
20
Al darse a conocer a la luz pública todas estas argucias, por el periodista Ángel
Pola (1896), el nuevo gobernador del estado Francisco León, organizó un
Congreso Agrario, donde después de discutir lo nefasto del sistema y de la poca o
nula motivación hacia el trabajo que demostraban los indios, se concluye que
dicho sistema era un mal necesario (Baumann, 1983). A pesar de ello, el
Congreso Agrario terminó con la promulgación de una nueva ley en 1897, que
obligaba a los patrones a registrar a sus peones y sus deudas pero que no
cambiaba el sistema. Ante estos ataques, en 1906, los finqueros formaron la
Unión Cafetalera del Soconusco, para defender sus intereses en el terreno laboral
y presionar al gobierno estatal en el mejoramiento de la infraestructura regional
(García de León, 1985).
Más tarde Agustín Castro gobernador del estado de Chiapas (1913-1915) controló
la región, con el decreto de la "Ley de Obreros" o de “Liberación de Mozos", en
octubre de 1914, al abolir la servidumbre por deudas, el establecimiento del salario
mínimo que debía ser pagado en efectivo, la jornada de 10 horas, anulaba las
deudas vigentes de los peones, prohibía la tienda de raya, los castigos corporales
y el empleo de menores de edad, obligaba a los finqueros a permitir el libre uso de
los bosques y de las aguas para los mozos y a proporcionarles viviendas dignas,
atención médica, escuelas y el pago de los accidentes de trabajo.
Esto originó como es de suponer, molestias en los finqueros, tanto de los altos,
como del Soconusco, quienes con el fin de contraatacar organizaron desde un
pequeño ejército insurrecto en Ocosingo (Rébora, 1982), hasta la fundación del
Partido Antirreleccionista en Tapachula. Pero, ese mismo año, se dejó sentir la
respuesta de la tiranía de Victoriano Huerta, quien mandó a asesinar y quemar a
los insurrectos. Esto trajo una nueva reacción de los finqueros tapachultecos
(1915), pero también fueron derrotados en Huixtla. Este movimiento “Villista” de
contrarrevolución, es conocido como la "Rebelión de los Mapaches", rápidamente
controlado por los carrancistas (García de León, 1985).
Los finqueros alemanes buscaron rápidamente al gobierno de Carranza, a través
de su ministro von Eckardt, logrando una alianza de beneficios comunes (Spenser,
1988). Así, la calma volvió al Soconusco (1916-1919). Esto hizo que el nuevo
21
gobernador del estado, Pablo Villanueva, autorizara la contratación de indígenas
de los altos, por lo que la mano de obra, como la cosecha de ese año fue
abundante. Los finqueros a su vez, se comprometieron a pagar al estado, 25
centavos por cada 100 kg de café producido, a cambio de la promesa
gubernamental de otorgar todas las facilidades y su ayuda en el reclutamiento de
los trabajadores para las fincas (Baumann, 1983).
Tapachula fue reconocida como la "Perla del Soconusco". Sus fincas cafetaleras
se convirtieron en una enorme potencialidad económica. Sin embargo, la Primera
Guerra Mundial, se vuelve adversa a los mercados europeos y a las rutas
marítimas; la derrota alemana y el endeudamiento de los países europeos,
reorientaron los mercados comerciales hacia Estados Unidos, convirtiéndose en el
primer proveedor de capitales e inversión, pero los dueños y administradores de
las plantaciones siguieron siendo alemanes (Spenser, 1988).
El 73% de las fincas y el 79% del café producido era de extranjeros, el grupo
principal seguía siendo el de los alemanes que formaban aún, una colonia
bastante cerrada, tal como lo cita Ponce Jiménez, Patricia (1985): “... ellos
llevaban mucho entre sí, se visitaban, hacían sus fiestas, sus reuniones, si no era
en una finca era en otra... se hablaba en alemán... ellos, casi siempre se casaban
con alemanas, se iban a su país y se las traían a vivir a la fincas...”
Varios de los hijos de los fundadores de las grandes plantaciones eran a su vez
finqueros. Uno de los hijos de Juan Pohlenz, Otto, nacido de madre indígena
guatemalteca, heredó la finca “el Rincón”, de 405 hectáreas. Walter Kahle, hijo de
Don Guillermo (alemán), pero de nacionalidad mexicana compró la finca “San
Vicente” de 1,626 hectáreas en el municipio de Cacahoatán. Ambos habían
realizado sus estudios en Alemania. A Adolfo Giesemann le sucedió su hijo
Joaquín, nacido en Guatemala pero nacionalizado mexicano, a la cabeza de las
fincas “El Retiro”, “Argovia”, “San Nicolás”, “Santa Rita”, “Eduviges”, “Violetas”,
“Chinincé” y “Mexiquito”. En 1930, a los 19 años de edad Harald B. Edelmann
Mertens se encargó de la finca “Hamburgo” a la muerte de su padre (Spenser
1988, Renárd, 1993).
22
Según el geógrafo alemán Waibel, una hectárea de café requería de un trabajador
permanente para realizar las labores y un trabajador y medio en época de
cosecha. Considerando rendimientos de 20 a 24 quintales por hectárea y el hecho
que la superficie cultivada de café era de 11,000 a 12,000 hectáreas, en el
Soconusco laboraba de 5,000 a 6,000 jornaleros de manera permanente y a la
cosecha acudían entre 15 y 18,000. Entre 1921 y 1934, los finqueros mandaron
traer de Guatemala de 6,000 a 10,000 cosecheros anualmente, ya que les salía
más económico que transportar chamulas de San Cristóbal (Pohlenz, 1979).
Waibel calculó (1930) que la fincas tenían ganancias de 425 a 500 pesos por
hectárea; “Argovia”, “Mexiquito” y “Chinincé” de los Giesemann, tenían 257, 235 y
278 hectáreas de cafetales respectivamente, de un total de 1360, 350 y 856
hectáreas; en “Hamburgo” de Edelmann, se ocupaba con los cafetales 428 de las
2,458 hectáreas de la finca; en San Cristóbal de los Widmayer, se cultivaban 342
hectáreas de las 856 existentes; Germanía de Kahle ocupaba 513 hectáreas de
las 2,363 que tenía; Bremen-Lubecka, 428 hectáreas de café sobre 2,567
existentes (Pohlenz, 1979).
A partir de la Primera Guerra Mundial (1914-18), los capitales que financiaban las
fincas provenían en gran medida de los Estados Unidos, la mayor parte de las
exportaciones del café mexicano se dirigía a este país. El Soconusco sin embargo
seguía vendiendo el 70% de su café a Alemania (Spenser, 1988). El número de
hectáreas dedicadas a los cafetales, no rebasaban el 25% de la superficie total de
las mismas. Un 4 ó 5% de esta superficie del Soconusco, estaba ocupada por
potreros de los animales de carga y de monta, un 20 ó 30% por las milpas de los
peones y del 40 al 45% de bosques y follajes (Pohlenz, 1979; Spenser, 1988).
El afán del gobierno de acabar con el latifundismo, se logró en 1938; la propiedad
de la tierra para su explotación, quedó en los términos que reza el artículo 27
constitucional, fracción XV, vigente (150 hectáreas). De ahí que aquellas grandes
extensiones de tierra en las fincas cafetaleras, ahora se hayan reducido y
aparezcan con nombres de los descendientes u otros familiares, sin embargo
algunos conservan aún sus fincas. A continuación veremos algunas de las más
importantes y a quienes pertenecen, hasta hoy día:
23
Fincas y finqueros alemanes (Familiennamen):
Familia Pohlenz Lubecka. Bernardo Pohlenz El Rincón. Ralph Pohlenz Independencia
Walter Hintze (padre de Edgar Hintze): La libertad Hermanos Hintze San Carlos
Victoria Alfred Klein Moeller Annette Schnippenkoetter Warnholtz (Abuelo del Sr. Klein, antes trabajador de los señores Giesemann). Dueños anteriores: Familia Tosen
San Carlos
Familia Giesemann: Abuelos: Joachim Giesemann y Hedda Piglhein de Giesemann. Hijos: Jürgen Giesemann y Christa Eversbusch de Giesemann.
Santa Rita
Padres de: Bruno Giesemann Argovia y de: Ricardo Giesemann Eduviges
Adolfo Giesemann P. Karin Schlettwein Dahlhaus, padres de: Erick Giesemann Schlettwein
Las nubes
y de: Roberto Giesemann Schlettwein El retiro (Se perdió)
Familia Edelmann: Erich Edelmann (abuelo) Harald Edelmann (padre) Marie Luise Dopp de Edelmann (madre)
Wolfgang Edelmann Dopp Doris Edelmann Dopp Eberhard Edelmann Dopp; se casa con: Bárbara Blass de Edelmann
Jonas Edelmann Blass Erick Edelmann Blass Marion Edelmann Blass Tomas Edelmann Blass (gerente) Ma. Amalia Toriello de Edelmann
Hamburgo Chiripa Sonora
Familia Peters: Adolfo Peters (fundador) Margarete Grether
Ralf Peters Grether Irmgard Peters Grether Walter Peters Grether (gerente) Irmgard Straub
Primer matrimonio: Karin Peters Straub Bernard Peters Straub
Segundo matrimonio: Sra. María Disnarda Arreola
Irlanda
24
Miriam Peters Arrreola Erwin Peters Arreola Ingrid Peters Arreola
Rainer Böhme San Francisco Joachim Ehrlich & Ivonne
Linda vista
Familia Hoffmann: Las chispas y anexos
Edith Emilia Hoffmann Heinsohn Mercedes Córdova Díaz Vda. De Kruse, anterior dueña de la finca Santa Anita.
Santa Anita
Francisco Hoffmann Kluetz Juana Córdova Díaz
La Granja, Montagüa
Pablo Othón Ernesto Hoffmann Córdova Ana María Heinsohn de Hoffmann
La Granja, Montagüa
Helga Juana Hoffmann Heinsohn Montagüa Ingrid Ana Hoffmann Heinsohn La Granja
Familia Bernstorff: Juan Bernstorff y Carmen Pérez (padres).
Everardo Bernstorff Pérez
Santa Elena
Guadalupe Bernstorff Pérez Guanajuato Miguel Schalit Bernstorff La patria
Mexiquito Acapulco
Bertholdo Bernstorff Pérez Esmeralda Familia Sonnemann: Gertrudis Maret de Sonneman
Linda Sonneman Maret
Santa Teresa
Ana Sonneman Maret Chula Adolfo Gramlich Rancho Alegre
Cuilco Juan Luethje Nena Gris (Sus hijos):
Juan Manuel Luethje Gris Magdalena Luethje Gris Christa Luethje Gris
Guadalupe Zaju
Familia Hammer Covadonga Familia Mahnken La Gloria Familia Nisch Esperanza hoy
Santa Fe Familia Schimpf Liquidamba
Cruz del Sur Familia Kahle: Walter Kahle Hildegard Von Knoop
Bettina Kahle de Von Knoop
Prusia
Gisela Kalhe de Verkamps Germania Hannover
Familia Reinshagen San Cristóbal
25
Familia Pundt : Felix Pundt
San José Nexapa
Familia Schneider El zapote Familia Trampe: Ricardo Trampe Luise Trampe
La paz La estrella
Sin ánimo de sostener la tesis de “que tiempos pasados fueron mejores”, hoy día
podemos observar la detracción social, política, económica y cultural. Nuestro
objeto de estudio nos precisa cortes históricos que dan pie a un imaginario
organizacional a través del tiempo y con ello nuevas reflexiones.
En las primeras dos generaciones podemos observar un tipo de estructura
circular, donde la figura del trabajo fue rectando las formas y condiciones de la
cultura organizacional, sin importar que el ejecutor fuera chamula o el patrón;
donde el administrador no funcionaba sin la participación del jornalero, o del
planillero, a saber.
ORGANIGRAMA DE UNA FINCA DE LA 1ª Y 2ª GENERACION
(Sr. W. Administrador de finca por más de 30 años)
PATRÓN
ADMINISTRADOR
OFICINISTA
CAJERO
ENCARGADO DE BENEFICIO
PLANILLERO
AUXILIARES DE CONTROL
ADMINISTRATIVO
ENCARGADO DE LA BODEGA
ENCARGADO DE LA TIENDA DE RAYA
MAYORDOMO
CAPORALES
JORNALEROS
AUX CONTAB.
DESP. CONTAB. EXTERNO
MEDICO O PROFESOR
26
En la tercera y cuarta generación, la suntuosidad hace presa de la cultura de la
agroproducción cafetícola de los finqueros y subordina las condiciones de trabajo,
las necesidades de los trabajadores y las relaciones humanas. Todo esto se
refleja en la estructura organizacional, presentando en consecuencia una
estructura con matices concéntricos pero con dirección de la comunicación
evidentemente descendente, de un patrón cuya figura es borrosa. El nieto del
patrón fundador, radica en Tapachula y viaja a la finca a entrevistarse con el
administrador quien con base en experiencias vividas con los anteriores finqueros
sabe como resolver contingencias inmediatas y basa su toma de decisiones en la
participación de los demás trabajadores.
ORGANIGRAMA DE UNA FINCA DE LA 3ª Y 4ª GENERACION (Sr. W. Administrador de finca por más de 30 años)
A continuación podremos observar los cambios a través de cortes generacionales.
Las cuatro generaciones que han vivido las fincas cafetaleras alemanas en el
Soconusco, han marcado claramente cuadros que se han separado unos de otros.
PATRÓN
ADMINISTRADOR
OFICINISTA
CAJERO
ENCARGADO DE BENEFICIO
PLANILLERO
AUXILIARES DE CONTROL
ADMINISTRATIVO
ENCARGADO DE LA BODEGA
ENCARGADO DE LA TIENDA DE RAYA
MAYORDOMO
CAPORALES
JORNALEROS
AUX CONTAB.
CONTADOR
AUXILIAR
AUXILIAR
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Cortes generacionales 1ª generación: 1850-1900
Vivió en la finca
Educación y costumbres alemanas
Construcción del casco de la finca y cafetales.
Uso del conocimiento de precisión. Profesionistas alemanes.
Uso de la racionalidad y de la ética en el trabajo. Capacidad de ahorro.
La patrona, fuerza invisible en el equilibrio del hogar.
Todos los trabajadores administrativos son alemanes. Decisiones en el trabajo: patrón y administrador.
La primera generación la ubicamos desde 1850 a 1900, fundamental para el
surgimiento, desarrollo y crecimiento de una de las organizaciones más frágiles
que podamos conocer. Trajo consigo la cultura del conocimiento, de la precisión y
de la racionalidad; de la ética del trabajo, del hacer bien las cosas, las cosas que
trascienden. Esta generación vivió en las fincas; esto marcó su educación y
formación en sus hijos y los hijos de los trabajadores. Las patronas ejercían una
fuerza invisible radicada en el equilibrio entre la casa grande y los acasillados;
entre sus hijos y el mañana de sus hijos.
El lograr enfrentar la adversidad por proterva que pareciera, hizo que la segunda
generación (1900-1950), trascendiera en el campo agrícola, comercial, financiero y
social.
2ª generación: 1900-1950 Vivió en la finca
Educación y costumbres alemanas
Mantenimiento del casco de la finca y compra de maquinaria y equipo. Reparación del beneficio.
Uso del conocimiento de precisión de profesionistas mexicanos especializados que nacieron en la finca.
Uso de la racionalidad y de la ética en el trabajo. Capacidad de ahorro.
La patrona, fuerza invisible en el equilibrio de la comunidad.
Decisiones conjuntas entre patrón y todos los trabajadores administrativos alemanes.
Ésta generación, acepta la transición de esa herencia cultural y continúa con la
finca de igual manera. La casona fue traída en piezas desde Oregon, Estados
Unidos, otras estructuras fueron hechas con lo propio, con lo que había en la finca,
con los que estaban en ella.
La tercera generación (1950-2000), recibe la bonanza de los mercados y las
derrama a manos llenas en sus hijos y esposa, los primeros fueron enviados a
estudiar a Estado Unidos, Japón y otros a Monterrey; los más arraigados a la
tradición siguieron al Colegio Goethe o al Colegio Alemán en el Distrito Federal.
Sus hijos exigían carro, manutenciones caras, los viajes se extendieron a otros
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lugares de Europa y después al Oriente. Los finqueros estrenaban carros a
discreción. La ruptura generacional, los llevó a una ruptura cultural. 3ª generación: 1950-2000
Vivió en la finca y en la ciudad.
Educación en la ciudad de México y Monterrey. Costumbres biculturales alemanas y mexicanas.
Compra de productos suntuosos. Adquieren propiedades en otras ciudades. Y viajan por el mundo.
Uso del conocimiento de precisión de profesionistas mexicanos especializados que nacieron en la finca o los mandaron a estudiar
Uso de la racionalidad y de la ética en el trabajo.
La patrona, fuerza invisible en el equilibrio de la comunidad. Ocupa cargos en la sociedad
Decisiones conjuntas entre patrón y administrador. Comunicación con todos los trabajadores administrativos.
Predominó la mala administración; no se previó una crisis, la más difícil, la que
empezó desde 1900 y se fue asentando hacia finales del siglo XX, hasta la fecha.
La lealtad y honradez de los administradores fincó lo que hoy observa la cuarta
generación, (2000-a la fecha) identificada con el mundo citadino, dejando de lado
el trabajo de los cafetales. El abandono se dejó sentir, sumado a los precios que
ya no se recuperaron, la ausencia de la mano de obra, las fuerzas cada vez más
inclementes de las tormentas tropicales, hicieron más grande la brecha de una
disociación del trabajo, firmada por la no previsión y el aislamiento entre ellos.
4ª generación: 2000-a la fecha.
Viven en la ciudad de Tapachula.
Educación en la ciudad de Tapachula y México. Costumbres biculturales alemanas y mexicanas.
Se dificulta sostener los productos suntuosos, las propiedades en otras ciudades y los viajes por el mundo.
Acepta su mala administración y la falta de previsión ante la crisis de precios.
Acepta fallas en el uso de la racionalidad y de la ética en el trabajo de la 1ª y 2ª generación.
La disaciociación entre los alemanes culpa del fracaso en las fincas. La patrona ya no es exclusivamente alemana.
Decisiones verticales del administrador. Recuerdos de los primeros patrones. Comunicación con los trabajadores del beneficio y administrativos.
El finquero precursor no supo sembrar la cultura del mañana, no asoció su
existencia a la de los demás. El finquero hizo círculos cerrados en cada una de las
generaciones. El finquero trazó líneas de conexión entre los elementos que
formaron su finca en forma circunscrita. Se evidenció la conexión intercultural. No
existió el trabajo asociado entre finca y finca. Entre finquero y finquero.
Hoy, de frente al siglo XXI y a la quinta generación de finqueros, podemos
observar a las políticas públicas en materia de agroproducción, cómo han
acelerado los procesos de devastación agrícola a tono con la lógica neoliberal,
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aunado al retiro de los apoyos oficiales en los mercados internacionales y la
apertura de las fronteras a la importación de agroalimentos.
No podemos soslayar que en las últimas dos décadas, la población campesina de
México se ha reducido, aproximadamente, en 25 por ciento y ha decrecido de
manera significativa el poder adquisitivo de las otras tres cuartas partes. A la luz
de los señalamientos hechos por el BM en el informe referido, confirma que la
situación del campo en México es por demás desalentadora y que podría tender a
agravarse el año entrante, cuando entre en vigor la suspensión de los aranceles
para la compra de maíz y frijol importados, como está previsto en el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte. Por más que funcionarios del propio BM
auguren un efecto “de moderado a positivo” con la apertura de las fronteras a los
productores internacionales de granos, se ha dado un duro golpe a los agricultores
mexicanos y que favorecerá a la emigración masiva y sus consecuencias.
De manera significativa, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó este 25 de
septiembre del 2008, que en lo que va de este año han fallecido 345 mexicanos al
intentar cruzar la frontera con Estados Unidos. El dato, no obstante que parece
conservador y cuestionable, resulta por demás estremecedor, pues de ser cierto
daría cuenta de que más de un connacional por día perece en la búsqueda de
mejores condiciones de vida, y es de suponer que la mayoría de ellos provienen
de los entornos agrícolas. A esta cifra trágica habría que añadir la muerte de 24
presuntos inmigrantes centroamericanos en Oaxaca, quienes se ahogaron al
naufragar la embarcación en la que viajaban.
En suma, la indiferencia del gobierno federal respecto de la lamentable situación
que padece el campo mexicano, hace suponer que tal circunstancia tenderá a
agudizarse en los próximos meses y, agravada por la carestía que recorre el país,
arrojará cada vez a más habitantes del medio rural a emigrar a los Estados Unidos
de Norteamérica o bien a los centros urbanos, a engrosar las estadísticas de la
prostitución, drogadicción, alcoholismo o delincuencia.
Ante este panorama cabe preguntarse si propiciar la expulsión a integrantes de
uno de los sectores más necesitados de población y condenarlos a exponer su
30
vida en busca de mejores condiciones de subsistencia no constituye acaso un
crimen de suma gravedad y, en tal caso, quién sancionará a los responsables.
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México D.F.
UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO División Académica de Ciencias Económico Administrativas
CUERPO ACADÉMICO DE ESTUDIOS ORGANIZACIONALES
C A E S O
SEMANA DE DIVULGACIÓN Y VIDEO CIENTÍFICO 2008
“El cambio organizacional e institucional en la Universidad Juárez Autónoma de
Tabasco (UJAT) de 1982 a 2004 (Documental)
PRESENTA Dr. Jorge Alberto Rosas Castro Profesor Investigador DACEA
Villahermosa, Tabasco a 26 de septiembre de 2008
El cambio organizacional e institucional en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) DE 1982 A 2004 (Documental).
AUTOR
DR. JORGE ALBERTO ROSAS CASTRO
Resumen El documental explica la transformación de la UJAT de 1982 a 2004 desde el análisis del
cambio organizacional e institucional de las universidades públicas estatales (UPES), para lo
cual se construyó un marco teórico interdisciplinario integrado por las perspectivas de
administración, administración pública, teoría de la organización y nuevo institucionalismo
sociológico en el análisis organizacional. Con enfoque de investigación cualitativa, se
estudiaron seis periodos rectorales divididos en tres etapas, mediante entrevistas a 18 ex-
directivos académicos, y tres profesores investigadores que interactuaron en los procesos de
reforma de la UJAT. Describe tres visiones de los actores sobre este fenómeno organizacional
influido por factores externos e internos: Individual, transeccional de conjunto y longitudinal.
Los resultados indican que el cambio organizacional e institucional de la UJAT, al igual que el
de las UPES, ha sido coordinado externamente por la SEP, mediante políticas y programas
nacionales de educación superior, como el Programa de Mejoramiento del Profesorado
(PROMEP) y el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI). La institucionalización
en la UJAT de dichas políticas y programas nacionales, no había sido homogénea, con rezagos
importantes en algunas divisiones y una estructura organizacional desarticulada del contexto y
evolución de la UJAT y de su Ley Orgánica.
Introducción
Al igual que todas las UPES, la UJAT se ha transformado para mejorar
permanentemente y formar profesionistas e investigadores cuya capacidad, calidad, ética y
conocimientos coadyuven al desarrollo económico, político y social de México y Tabasco. La
finalidad de este informe, es dar forma al guión del documental que explica los resultados de la
investigación efectuada para conocer el cambio organizacional e institucional de la UJAT de
1982 a 2004, misma que se sustentó, en el análisis organizacional de: modelos de organización
universitaria, el estudio del cambio en las UPES realizado a través de las teorías del
isomorfismo (Powell y Dimaggio 1999) y del actor y el sistema (Crozier y Friedberg 1990), así
como de la evolución de la planeación de la educación superior en México.
Objetivos
1. Explicar si el cambio de la UJAT de 1982 a 2004, se ha debido a la influencia de los
factores económicos, políticos y sociales, o se han generado por la intervención de los
directivos académicos, profesores investigadores y los alumnos.
2. Explicar en qué forma se lograron institucionalizar en la planeación del desarrollo de la
UJAT de 1982 a 2004, las políticas y programas nacionales de educación superior.
Materiales y Métodos
Con sustento en el marco teórico, la aplicación del método de caso Yin (2003), la
investigación se realizó mediante las técnicas de observación, análisis documental de la
estructura organizacional, el marco normativo, los planes institucionales de desarrollo y de
evaluación de periodos rectorales ubicados en tres etapas (1982 a 1988, 1988 a 1996 y de
1996 a 2004), así como a través de entrevistas realizadas a los actores que tuvieron una
intervención relevante en los procesos de reforma de la UJAT.
Resultados
El informe expone en orden cronológico dividido en las tres etapas referidas, los
resultados del análisis efectuado a la información proporcionada por los actores en las
entrevistas, así como la obtenida de los planes institucionales de desarrollo y de evaluación de
los cuatro periodos rectorales, desde la perspectiva teórica construida para comprender y
explicar el cambio en las UPES.
Primera Etapa 1982 a 1988 Antecedentes del Proceso de Reforma
La época de inseguridad y violencia que precedió al periodo rectoral 1982 – 1985 de la
UJAT, estaba influida por las condiciones de inestabilidad política, económica y social, que
caracterizaron los años setenta, en los contextos internacional, nacional y tabasqueño.
Inicia el Proceso de Reforma
La UJAT se transformó de 1982 a 2004 en procesos de cambio organizacional que
evolucionaron de la centralización propia de las UPES de la década de los ochenta, a la
descentralización impulsada por el gobierno de Tabasco al crear infraestructura que permitió la
desconcentración de la UJAT en 1982, así como por el Proyecto de Excelencia y Superación
Académica (PROESA) formulado en 1984, el cual dio paso a la reorganización descentralizada
de la UJAT, al crearse las divisiones y unidades académicas. Proceso que se revirtió
centralizándose nuevamente la administración universitaria al eliminar de la estructura
organizacional entre 1989 y 1992 a las unidades académicas.
Segunda Etapa 1988 a 1996. Cambio de la organización matricial a la Centralización
Los últimos seis años de esta etapa coinciden con el inicio en el País de la planeación
estratégica y el Estado evaluador que incidieron fuertemente en el diseño de las políticas y
programas nacionales de educación superior. El impulso del PROESA fue posible porque se
contó con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública, todo el trabajo realizado fue de
acuerdo con la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica. Un ingrediente
importante fue parar el crecimiento de la universidad, para no sacrificar la calidad por la
cantidad. Proyecto de reorganización en el que puede apreciarse un proceso de cambio
isomorfo con el que la SEP legitimaba las políticas y programas nacionales de educación
superior en los años ochenta.
Tercera etapa 1996 -2004. Continuidad de la centralización
Primera Parte de la Tercera Etapa 1996 - 2000
Durante este periodo, la UJAT estuvo influida por la política nacional de educación
superior tendiente a la centralización, y en algunas de las Divisiones Académicas se percibió
con mayor influencia el aprovechamiento de programas como el FOMES, el PROMEP y el SNI.
Proceso nacional que influyó en las autoridades de la UJAT que a su vez, centralizaron
decisiones y la administración de los recursos humanos, materiales y financieros.
Segunda Parte de la Tercera Etapa 2000 - 2004
Durante este periodo, las Políticas Nacionales de Educación Superior, derivadas del
Programa Nacional de Educación 2001 – 2006, se orientaron a dos sentidos: El primero,
consistió en continuar con los programas concursables de financiamiento extraordinario para
las UPES. Y el segundo que las UPES conformaran con estos programas, la planeación del
desarrollo institucional, a partir de los lineamientos para construir el Programa Integral para el
Fortalecimiento Institucional, que incorpora en un solo esquema de planeación los programas
concursables, tales como el denominado Programa Integral para el Fortalecimiento de los
Postgrados (PIFOP) y el Programa para el Mejoramiento del Profesorado (PROMEP).
Discusión
El modelo de coordinación de la educación superior, cambia a partir de la década de los
noventa, de político administrativo al modelo de evaluación sustentado en la acreditación de los
programas. En 1997 con la creación del PROMEP, surge la formación de cuerpos académicos,
se transforman las Líneas de Investigación en Líneas de Generación y Aplicación del
Conocimiento, tal como lo establece el Reglamento del PROMEP. Sin embargo, este proceso
se dio más en términos de imitación y simulación, es decir, bajo la concepción de isomorfismo,
lo cual, limitó la habilitación de los cuerpos académicos y de los profesores investigadores. Ya
que el PROMEP exige que los profesores investigadores, realicen cuatro acciones básicas,
docencia, investigación, tutorías y gestión académica, actividad para lo cual no estaban
preparados, situación que generó un periodo de siete años de adaptación, formación y
habilitación, para el arranque de algunos cuerpos académicos.
Este proceso de adaptación coincide con el concepto de la teoría de las organizaciones
sobre el cambio organizacional, que afirma que la sobrevivencia de la organización, es la
actividad tendiente a la transformación de los procesos y estructuras de una organización, por
medio de la cual las organizaciones pueden adaptarse a sus medios ambientes y, con ello,
preservarse en el tiempo. Así mismo, se pudieron constatar en los resultados obtenidos que las
características de ambigüedad en la búsqueda de objetivos y metas por grupos de profesores y
las decisiones individuales de los mismos profesores, dando lugar a desacoplamientos de la
estructura organizacional, propios de las anarquías organizadas.
Conclusiones
1. El impulso del PROESA fue posible porque se contó con el apoyo de la Secretaría de
Educación Pública, todo el trabajo realizado fue de acuerdo con la Subsecretaría de Educación
Superior e Investigación Científica.
2. El proyecto de reforma de la UJAT, se formuló como institucionalización del
PRONAES y del PROIDES, que dictaron las políticas educativas de 1982.
3. En la UJAT hasta 2004 no se había logrado el equilibrio entre las cuatro acciones
básicas que deben desarrollar los profesores, docencia, investigación, tutorías y gestión
académica. El ser profesor investigador implica volver a tres raíces, la docencia, la investigación
y la difusión. Y realizar estas cuatro actividades implica un profesor dedicado de tiempo
completo a las actividades académicas. Las cuales debe complementar vinculando su
producción científica con la sociedad y los sectores productivos.
4. Las políticas nacionales de educación superior establecen que los profesores deben
tener calidad, y para lograrla, deben estudiar postgrados. Para que realicen estos estudios, la
UJAT institucionalmente o a través del PROMEP, les ha otorgado becas a los profesores. Sin
embargo, hasta 2004 en la UJAT no se había desarrollado planes académicos para que cuando
estos profesores se reintegraran a la actividad académica fuera posible aprovechar
sustancialmente las nuevas capacidades que habían desarrollado.
5. Hasta 2004 La institucionalización de las políticas y programas nacionales de
educación superior no se logró profundizar para transformar la actitud y las aptitudes de los
profesores en el aula, en la investigación y las tutorías exigidas por el modelo curricular flexible.
Dando paso a cambios isomorfos y de lenguaje que si bien legitimaron en alguna medida los
planes de desarrollo institucional y los PIFI de la UJAT, no alcanzaron a cambiar
sustancialmente los procesos educativos de docencia, investigación, vinculación y difusión.
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