View
47
Download
3
Category
Preview:
DESCRIPTION
aspergillosis aviar vias de transmision agente etiologico
Citation preview
UNIVERSIDAD TÈCNICA DE AMBATOFACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIAPATOLOGÍA AVIAR
ASPERGILOSIS AVIAR______________________________________
DATOS INFORMATIVOS:NOMBRE: MARÌA FERNANDA DE LA CRUZ CH.DOCENTE: ING. RICARDO GUERREROFECHA: 03-08-2015
CEVALLOS – ECUADOR
INTRODUCCIÓN
Se trata de una enfermedad fúngica que afecta el sistema respiratorio de forma esporádica en
muchas especies de aves, sobre todo las alojadas en lugares húmedos y poco ventilados. Se trata
de una enfermedad oportunista no contagiosa causada por el hongo aspergillus que actúa como
alérgeno o como patógeno invasivo. El hongo está en todas partes, pero las semillas mal
almacenadas (en lugares húmedos y cálidos) o los alimentos húmedos contaminados con heces.
La principal forma de contagio de la enfermedad es la aspiración vía respiratoria de las esporas
del hongo, causando cuadros clínicos principalmente en aves estresadas o inmunosuprimidas
aunque también son buenas candidatas a sufrir la infección aves malnutridas, excesivamente
medicadas y las mantenidas en lugares poco limpios. Se ha visto que las hojas de eucalipto
suelen llevar asociadas grandes cargas de aspergillus, por lo que no se recomiendan como
enriquecimiento ambiental o como decoración alrededor de los aviarios (Bertó, A. 2013).
La enfermedad suele estar localizada en respiratorio superior (sobre todo en siringe) pero
también puede afectar los sacos aéreos y los pulmones, aunque también puede dispersarse a
otros órganos. Suele haber cuadros agudos y crónicos, difusos y localizados. Entre las
psitácidas, el yaco de cola roja, los pionus y las amazonas son los que muestran una mayor
sensibilidad (Bertó, A. 2013).
Esta enfermedad puede afectar tanto a especies silvestres como pingüinos, rapaces, aves
acuatices, etc. como a aves de jaula y voladera, tales como psitácidos, paseriformes, etc
(Cuevas, R. 2013). Parece ser que los pájaros tropicales, debido a su particular hábitat, tienen
menor resistencia a esta enfermedad, por lo que la aclimatación de estos se deberá realizar en las
debidas condiciones sanitarias y con una dieta equilibrada reforzada con un complejo
vitamínico para estimular el sistema inmunológico (Cuevas, R. 2013). El Papagayo gris
("Psitaccus erithacus") es particularmente sensible, mientras que en el canario ésta enfermedad
es más rara y suele acompañar a otras patologías como difteroviruela, tuberculosis, etc. El
hombre también puede verse afectado por aspergilosis (Tonelli, A.2007).
DEFINICIÓN
Se trata de una enfermedad fúngica que afecta el respiratorio de forma esporádica en muchas
especies de aves, sobre todo las alojadas en lugares húmedos y poco ventilados. Es una
enfermedad oportunista no contagiosa causada por el hongo aspergillus que actúa como
alérgeno o como patógeno invasivo (Bertó, A. 2013). En algunas circunstancias, se observan
lesiones peritoneales, viscerales o lesiones sistémicas. Está causada por el Aspergillus
fumigatus. Se observa disnea, respiración forzada, tensa y pesada. Algunas veces, ocurren
estertores y cianosis (Dinev, I. 2010). La enfermedad puede presentarse, de acuerdo a su curso,
en forma aguda o bien crónica. Así también, por la distribución de las lesiones que produce, se
la puede clasificar en local o sistémica (Gornatti, C. 2014).
SINONIMIA
La aspergilosis es una enfermedad de gran importancia en las aves, también llamada
neumomicotoxicosis o neumonía de las incubadoras (Cuevas, R. 2013).
También se conoce como:
Neumonomicosis
Broncomicosis
Neumonía silenciosa
Neumonía de las criadoras
Aspergilosis pulmonar
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El género Aspergillus fue descrito por primera vez en 1729 por P. A. Micheli, que marcó el
punto de partida de la micología como ciencia en su obra “Nova Plantarum Genera”. La
denominación del género se debe a la similitud morfológica de la cabeza conidial con un
“aspergillum” (instrumento religioso utilizado para dispersar el agua bendita). Posteriormente,
el término fue validado por Link en 1809. Este género está encuadrado dentro del orden
Eurotiales, y pertenece a la familia Trichocomaceae. La primera monografía del género
Aspergillus publicada reunía 150 especies, clasificadas en 18 grupos (Raper y Fennell, 1965).
El primer caso relatado de hongos del género Aspergillus en aves fue descrito alrededor del año
de 1800 en patos y cisnes. El agente causal de la enfermedad fue relatado en 1842 causado por
el A. candidus en los sacos aéreos de los pájaros. En 1863, el A. fumigatus fue identificado por
primera vez como el causante de la neumonía de las aves en faisanes (Cassia, L. 2000).
El número de especies de Aspergillus reconocidas ha ido modificándose gracias a la
construcción de filogenias bioquímicas y moleculares, y a la aplicación del concepto
filogenético de especie. La última recopilación de especies de uso actual reunía 182 (Pitt et al.
2000). En otro artículo de la misma publicación, a esa lista se añadían otras 36, publicadas entre
1992 y 1999 (Samson, E 2000). Desde entonces, se han descrito más de 40 nuevas especies, por
lo que el número en la actualidad llega a ser de, aproximadamente, 250 especies distintas
caracterizadas por los taxónomos (Geiser et al. 2007), que siguen siendo objeto de continuas
revisiones.
La primera descripción de una patología provocada por Aspergillus la hacen Meyer y Emmert
en 1815, que descubrieron la enfermedad pulmonar en el grajo. En 1847, Sluyter publica la
primera descripción de neumomicosis humana causada por Aspergillus, y tres años más tarde,
Fresenius cultiva el hongo a partir de las lesiones del tracto respiratorio en pájaros y denomina a
la especie aislada Aspergillus fumigatus, introduciendo además el término Aspergilosis
(Gonzales, A.2010).
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
El hongo es ubicuo y cosmopolita. La enfermedad no tiene una distribuci6n particular. La
incidencia es baja en aves domésticas adultas, pero los brotes en pollitos y pavipollos pueden
ocasionar pérdidas considerables en algunas granjas (Bennet, J. 1991). Los pingüinos en
cautividad son frecuentes víctimas de la infección (Chute y Richard, 1991).
EPIDEMIOLOGÍA
El A. Fumigatus es fácilmente encontrado en incubadoras como principal fuente de infección
para los embriones resultando en polluelos de un día contaminados por el hongo. Por lo tanto
Aspergillus es capaz de penetrar por la cáscara de los huevos y multiplicarse de dos a cinco días
de vida los polluelos puede presentar la enfermedad (Cassia, L. 2000).
Existen dos principales formas de aspergilosis en avicultura: aguda y crónica. La forma aguda
es caracterizada por graves brotes en aves jóvenes presentando alta morbilidad y mortalidad. La
fase crónica ocurre en aves adultas principalmente en pericos. La incidencia se da en forma
crónica y es el responsable de grandes pérdidas económicas cuando se las encuentra. Los brotes
de la enfermedad más comúnmente son durante el invierno por la mala ventilación de los
galpones. Animales confinados en un ambiente poco ventilado, sobre todo en camas mojadas
están predispuestos a la enfermedad. En avicultura las camas contaminadas son principalmente
una fuente de hongos del género Aspergillus (Cassia, L. 2000).
En aves criadas en forma libre se muestran más resistentes para adquirir la enfermedad. La
mortalidad en lotes confinados puede llegar a 75% comenzando de 2-5 días post infección
existiendo un pico máximo de 15 días y desapareciendo en 3 semanas (Cassia, L. 2000).
AGENTE ETIOLÓGICO
El Aspergillus fumigatus son hongos filamentosos, hialinos (tejido conjuntivo duro) y ubicuos
(en todas partes). Se reproducen asexualmente por conidias (esporas asexuales no móviles), que
se originan de grupos de fiálides (estructura con forma de botella), localizadas en un
ensanchamiento terminal del conidióforo (hifa que porta células conidiógenas productoras de
conidios.) (Méndez, L. 2015). Son organismos heterotálicos (especie constituida por
individuos autoestériles), y la unión de hifas (elementos filamentosos cilíndricos), de sexo
diferente origina la formación de ascas (célula sexual productora de esporas de los hongos), que
contienen ascosporas (espora contenida en un asca), tanto las ascas como las ascosporas están
contenidas en un cuerpo fructífero que puede ser redondo y cerrado que se conoce como
cleistotecio (ascas con tejido estéril), o bien, puede tener forma de pera llamado peritecio
(ascoma en forma esférica con conexión con el exterior) (Méndez, L. 2015).
CICLO BIOLÓGICO
Fuente:http://sameens.dia.uned.es/Trabajos13/Trab_Publicos/Trab_2/Viton_Asenjo_2/
respuestas/3.1.tiempo.htm
Mecanismos para ocasionar la enfermedad
Hipersensibilidad.- Esta puede ser congénita y en estos casos Aspergillus sólo actúa como
lo harían otros antígenos ambientales por ejemplo, polvo o pólenes ocasionando desde una
rinitis hasta un asma crónico severo (Gonzáles, A. 2010).
Intoxicación por ingesta de metabolitos fúngicos (micotoxicosis).- En estos casos,
substancias como las aflatoxinas producidas durante el crecimiento de A. flavus y fumigatus
cuando se desarrolla abundantemente sobre los alimentos, puede causar daños a diversos
órganos, aun cuando al momento de la ingesta, el hongo ya no esté presente (Gonzáles, A.
2010).
Invasión (micosis).- Los hongos del género Aspergillus, son capaces de invadir porque
producen diversas enzimas inducidas como lipasas o proteasas, elastasas o DNAsas. A pesar
de la diversidad de substancias potencialmente patógenas, las infecciones se dan en
diferentes órganos de la cavidad celómica (Gonzáles, A. 2010).
Esta enfermedad es debida a un hongo patógeno del género "Aspergillus", de aquí el nombre. Se
trata de hongos filamentosos pertenecientes al grupo de los Deuteromycetes. Con frecuencia
este hongo corresponde a la especie "A. fumigatus. Los "Aspergillus" se multiplican
rápidamente sobre materia vegetal acumulada y en descomposición, en cereales, semillas, pasta
de cría húmeda, etc., en condiciones de elevada
temperatura, humedad (Cuevas, R. 2013).
Los hongos "Aspergillus" también son
productores de toxinas (aflatoxinas) que dan
lugar a micotoxicosis en aves. Las toxinas de
"Aspergillus" pueden encontrarse en cualquier
tipo de semillas, particularmente en las
oleaginosas: cañamón, negrillo, linaza, etc. Las
toxinas son termoestables, es decir, resistentes
al calor, a diferencia de los hongos, y es muy
difícil eliminarlas de las semillas. Los pájaros,
que se alimentan de semillas contaminadas,
acumulan las toxinas en su organismo
produciendo su intoxicación. (Cuevas, R.
2013).
PERIODO DE INCUBACIÓN: El periodo de incubación es de aproximadamente 48 horas
mientras que en codornices parece ser menos de 24 horas en un 20%.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA APARICIÓN DE LA ENFERMEDAD
Abuso de antibióticos. Los antibióticos, al eliminar las bacterias competidoras naturales de
los hongos, favorecen el desarrollo de estos.
Alta humedad, temperatura y condiciones de aerobiosis.
Semillas enmohecidas, envejecidas o pulverulentas.
Infecciones primarias de origen bacteriano o vírico.
Falta de higiene.
Estrés.
Inmunodepresión (bajada de las defensas orgánicas).
Edad. Los adultos son más resistentes que los más jóvenes y viejos.
Carencias nutricionales: en particular falta de vitamina "A".
Germinación de semillas sin las debidas garantías.
Los aviarios mal ventilados, sucios y sometidos a altas temperaturas son el caldo de cultivo
ideal para el desarrollo de esta enfermedad (Cuevas, R. 2013).
VÍAS DE TRANSMISIÓN
Las vías aerógena y digestiva son los principales medios de propagación. Las esporas de
"Aspergillus" son inhaladas (aerosol) o ingeridas con los alimentos y posteriormente, al
encontrar las condiciones adecuadas, germinan dando lugar a los síntomas característicos de
esta enfermedad. Las esporas del hongo son dispersadas a través del viento a grandes distancias.
Genéticamente los ejemplares presentan una mayor o menor resistencia hacia esta enfermedad.
La transmisión vertical de las esporas (a través del huevo) es posible, produciéndose la muerte
del embrión o el nacimiento de las crías infectadas. Esta enfermedad también puede contagiarse
a través de las máquinas incubadoras, de aquí también el nombre de "neumonía de las
incubadoras" (Cuevas, R. 2013). En la transmisión de esta enfermedad es más importante el
ambiente que el contagio con un ejemplar enfermo. El contagio de un ejemplar enfermo a otro
sano es muy difícil, debiendo existir un estrecho contacto entre ambos (Cuevas, R. 2013).
En aves, como también en el personal que trabaja con ellos, una fuente importante de infección
son los forrajes y lechos contaminados por el hongo, que al madurar deja en libertad los
conidios. Al parecer, la exposición debe ser prolongada o masiva para que la infección tenga
lugar. En incubadoras, nacedoras, en los cuartos de incubación y en los ductos de aire se
encuentran conidios dispersos en el aire, que pueden ser fuente de infección para los pollitos o
pavipollos (Chute y Richard, 1991).
PATOGÉNESIS
La infección puede ocurrir dentro (aspergilosis incubatoria) o fuera de la incubadora (Cuevas,
R. 2013).
Aspergillus fumigatus penetra a través de la cáscara de huevo bajo condiciones ideales para su
desarrollo e infección del embrión. Los huevos eclosionan y liberan un número significativo de
esporas que contaminan la incubadora y el ambiente. Las esporas se diseminan por vía del
sistema de ventilación, lo que produce un brote severo en pollos jóvenes de hasta 3 semanas.
Fuera de la incubadora la infección se produce por inhalación de numerosas esporas del
alimento contaminado, cama o ambiente. La sobrepoblación y la humedad incrementada son pre
requisitos para que ocurra un brote (Dinev, E. 2010).
Brotes de la enfermedad ocurren cuando el Aspergillus está presente en grandes cantidades en el
medio ambiente o las aves están creando su resistencia inmunológica, también se presenta
comprometida en estados de estrés, nutrición inadecuada o por la agentes inmunodepresores.
Vacunas vivas contra Newcastle, Gumboro y Bronquitis cuando son usadas en los primeros días
de vida de las aves también actúan como un factor predisponente (Cassia, L. 2000).
SINTOMATOLOGÍA
En la forma aguda, se presenta congestión pulmonar, aerosaculitis, letargia, anorexia, cianosis
y muerte aguda. Es frecuente en aves muy estresadas o pichones que inhalan una gran cantidad
de esporas fúngicas y está asociado a altos índices de mortalidad (Bertó, A. 2013).
Forma crónica: Se suelen ver síntomas inespecíficos, como cambios en el comportamiento,
reducción de la actividad, reducción de peso (incluso con buen apetito) y problemas
respiratorios cuando la enfermedad está muy avanzada, se puede observar torticolis y problemas
en la coordinación motora y se observa diarrea al final de la enfermedad. (Bertó, A. 2013).
Traqueítis micótica: El granuloma fúngico causa compromiso respiratorio que se traduce en
disnea, respiración con la boca abierta, cambios en la voz, silbidos al respirar y muerte repentina
(Dinev, E. 2010).
La aspergilosis es una enfermedad micótica que afecta principalmente al aparato respiratorio y
de forma grave. La enfermedad se puede presentar en forma aguda, subaguda y crónica. La
forma aguda da lugar a muertes fulminantes en varias horas. La forma crónica es la más normal
en adultos. Los síntomas de esta enfermedad son:
Dificultad respiratoria (disnea) especialmente tras un cierto esfuerzo.
Estertores.
Plumaje encrespado.
Adelgazamiento.
Modificaciones en las características del canto (volumen, tono) o pérdida del mismo.
Diarrea.
Letargia.
Aumento en el consumo de agua
Retraso en el crecimiento.
En ocasiones, problemas nerviosos, parálisis y convulsiones.
Panoftalmitis. Placa caseosa en el ángulo ocular medio (Steef, 2010).
Dificultad Respiratoria Panoftalmitis
Fuente:http://www.elsitioavicola.com/publications/6/enfermedades-de-las
aves/300/aspergillosis/
Pelaje hirsuto y opaco Decaimiento
"Aspergillus" es un potente alérgeno que puede producir asma y otras manifestaciones de
hipersensibilidad (reacciones inflamatorias, etc.). También puede tener lugar pulmonía y
aerosaculitis crónica (inflamación y lesión de los sacos aéreos). El moho ("Aspergillus") crece
en las paredes y mucosas de las vías respiratorias y dificulta la respiración, pudiendo el ave
morir por asfixia. La aspergilosis es causa de muchos casos de asma y estertores que se oyen en
el aviario (Cuevas, R. 2013).
Las toxinas producidas por el hongo pueden dar lugar a alteración de la coagulación de la
sangre, crecimiento y reproducción. En algunos casos, las aflatoxinas pueden producir tumores
en las aves que se alimentan de semillas contaminadas. Los síntomas guardan relación con la
cantidad de esporas o toxinas inhaladas o ingeridas. Es una enfermedad que puede matar a gran
cantidad de crías, pudiendo los reproductores, en algunos casos, al ser más resistentes,
permanecer asintomáticos o con mínima sintomatología (Cuevas, R. 2013).
Otras formas clínicas que se presentan en aves, además de la pulmonar, son dermatitis,
osteomicosis, oftalmitis y encefalitis. La osteomicosis y la encefalitis se originan probablemente
por diseminación hematógena (Chute y Richard, 1991).
LESIONES
En la forma aguda, se observa neumonía fibrinosa serosa. Entre la tráquea y los bronquios
principales se detectan usualmente masas obstructivas de exudado fibrinoso coagulado cerca de
la bifurcación (Dinev. 2010). Es frecuente que sólo el aparato respiratorio sea afectado. Se
observan lesiones exudativas sobre las mucosas respiratorias (tráquea, siringe, bronquios, sacos
aéreos, etc). Se presentan un exudado fibrinopurulento, apareciendo falsas membranas secas,
redondeadas y de color blanco o amarillento. En los pulmones pueden aparecer pequeñas
lesiones nodulares blanquecinas. El hígado también puede resultar afectado. Aunque con menor
frecuencia, es posible encontrar lesiones a nivel de encéfalo y arterias. El hongo produce una
acción de obstrucción de las vías respiratorias, inflamatoria y tóxica. El tiempo de exposición a
las esporas del hongo aumenta la gravedad de las lesiones (Cuevas, R. 2013).
Podemos ver también otros cuadros diferentes, como sinusitis y conjuntivitis fúngicas con
distensión de los senos infraorbitarios y el tejido periorbital, descarga nasal, presencia de
rinolitos, deformaciones óseas, lesiones en el sistema nervioso central, blefaritis, queratitis
(amazonas aestiva) (Bertó, A. 2013).
En la forma nodular, se observan nódulos densos múltiples de color gris blanquecino o
amarillento en los pulmones. Son susceptibles los pollos pavos, aves acuáticas, y muchas otras
aves domésticas y salvajes (Dinev, I. 2010). Los granulomas producidos por Aspergillus en las
cubiertas serosas se encuentran algunas veces comprimidos: en los pectorales, sacos aéreos
abdominales y pleurales (Cuevas, R. 2013).
Otros cuadros producidos no por los aspergillus, sino por sus toxinas son los carcinomas
hepáticos y las cirrosis hepáticas. Están causadas fundamentalmente por las aflatoxinas
producidas por Aspergillus flavus y suelen encontrarse en algunos alimentos como los
cacahuetes y en papillas para pichones mal conservadas (Bertó, A. 2013).
En casos crónicos la aerosaculitis producida en la Aspergillosis, puede estar complicada con
infecciones de Escherichia coli. El saco está lleno de exudado caseoso- fibrinoso dentro del cual
el hongo es visible (Cuevas, R. 2013).
Rara vez, se pueden detectar granulomas de Aspergillus, como una manifestación sistémica,
principalmente en el cerebro, cuando las esporas se transportan por vía de la circulación
sanguínea. (Cuevas, R. 2013).
HISTOPATOLOGÍA
Los signos y lesiones macroscópicas son indicativos de Aspergillosis. Se puede confirmar la
enfermedad también por histología. En la Aspergillosis aguda se pueden observar esporas del
hongo entre las masas inflamatorias necróticas, así como el crecimiento de hifas. En la forma
nodular se encuentran estructuras granulomatosas características de Aspergillus en los tejidos
(Gonzáles, A. 2010).
DIAGNÒSTICO
El diagnóstico de esta enfermedad es muy difícil en vida y relativamente fácil "post mortem",
tras la necropsia. Ello es debido a que la sintomatología es muy inespecífica, es decir, es común
a otras enfermedades respiratorias como micoplasmosis, difteroviruela, ornitosis, etc. El
diagnóstico se fundamenta en la identificación del micelio, conidios o esporas del hongo en los
tejidos u órganos afectados. Separando la tráquea de un canario muerto y observándola al
microscopio óptico (x 400), identificamos las hifas que forman el micelio ramificado de color
blanco o blanco verdoso y que obstruyen la tráquea. La utilización de endoscopia, radiografías,
pruebas serológicas y análisis clínicos es de gran utilidad. En las radiografías se observa
opacidad en los sacos aéreos y pleuritis (inflamación de las pleuras, membranas que rodean al
pulmón) (Cuevas, R. 2013).
Su diagnóstico es complicado e implica radiografías, endoscopias, hematologías y citologías
junto con una sintomatología compatible (cambios en la voz, disnea, silbidos respiratorios, etc.);
se suele ver leucocitosis heterofila con presencia de células blancas reactivas en la hematología
y linfopenia en las amazonas. Si la enfermedad es crónica, suele ir asociada a monocitosis.
Otros signos son anemia no regenerativa, elevación de AST, de LDH, de ácidos biliares,
hipoalbuminemia y hipergammaglobulinemia en el proteinograma. En las radiografías podemos
a veces, localizar las lesiones micóticas, sobre todo si son muy grandes. La endoscopia también
nos permite a veces evidenciar granulomas y nódulos y podemos sacar muestras para citología
(Bertó, A. 2013).
Se recomienda realizar la tinción de Gueguen de los extendidos en fresco de los focos caseosos
encontrados en tráquea, pulmones, sacos aéreos y de aquellas estructuras presentes en cavidad
celómica. Los extendidos en fresco teñidos con Gueguen muestran hifas tabicadas agrupadas de
manera arborescente, características del género Aspergillus spp. Se debe recoger muestras de
ambos pulmones fijadas en formol neutro al 10%, procesarlas mediante técnicas histológicas de
rutina y teñirlas con hematoxilina y eosina para su estudio histopatológico. La histopatología de
los pulmones permite observar, en la luz de los parabronquios, la presencia de focos necróticos.
Las lesiones macroscópicas y microscópicas permiten arribar al diagnóstico de aspergilosis
traqueal de curso agudo, junto con una aerosaculitis fúngica, con la presencia de aspergilomas
en la cavidad celómica (Gornatti, C. 2014).
TRATAMIENTO
Es muy importante iniciar el tratamiento en las primeras fases de la enfermedad para que el
resultado sea satisfactorio. No obstante, en algunos casos graves la curación, aunque difícil, es
posible. Los antibióticos estén contraindicados; sin embargo, se podrá asociar durante los
primeros días de tratamiento específico algún antibiótico de amplio espectro, por si hubiera
otras infecciones asociadas. Es muy importante que los animales afectados dispongan de una
dieta equilibrada, con abundancia de verduras, complejos vitamínicos y carbón activo. Se puede
administrar, para reforzar el sistema inmunológico, levamisol que a la dosis de 5 gotas/litro (2
mg/kg de peso) actuó como inmunoestimulantes; este tratamiento es preferible darlo tres días si
y tres días no durante un mes, en lugar de a diario, ya que así, según algunos estudios, la
respuesta inmunológica es mayor (Cuevas, R. 2013).
Para el tratamiento específico de la aspergilosis se pueden utilizar distintos productos como
yoduro potásico en proporción de 2-4 gr/1itro, durante varias semanas, pero el resultado no es
muy satisfactorio, e incluso ineficaz según algunos autores. Es muy importante no excedernos
en la dosificación por el carácter tóxico de este producto a elevadas dosis (Gornatti, C. 2014).
Los antifúngicos como la nistatina no tienen efecto, ya que, al no atravesar la barrera intestinal,
no pasan a la sangre. Los antifúngicos que dan mejores resultados son: anfotericina B,
griseofulvina, ketoconazol, miconazol, etc. El itraconazol en forma oral 6 mg/kg de peso vivo es
un tratamiento muy efectivo, al menos en aves como las avestruces. El tratamiento con estos
anti fúngicos debe ser prolongado, de uno a dos meses, para evitar recaídas y resistencias al
fármaco. Es conveniente, una vez cesados los síntomas, continuar durante al menos una semana
administrando el preparado (Cuevas, R. 2013).
Algunos autores aconsejan un tratamiento aerosol, con 35 gr de cloruro de sodio (sal común),
100 ml de solución saturada de yoduro potásico y 900 ml de agua destilada, durante 1-2 horas
diarias. No obstante lo anterior, los diferentes tratamientos en muchas ocasiones no resultan
eficaces, debido a las lesiones de carácter irreversible que se provocan en pulmones, sacos
aéreos, etc., haciéndose crónica la enfermedad. Las esporas de los hongos son muy resistentes a
algunos desinfectantes y al calor (cocer el alimento mohoso no siempre consigue destruir las
esporas). Se puede desinfectar el local y los utensilios con una solución de sulfato de cobre al
0,5%, dejando pasar varias semanas antes de introducir los pájaros. También se puede utilizar
halamid (cloramina), que no es tóxico, en una proporción de 3 gr/1itro para desinfectar el
material, local y el ambiente a diario hasta la total curación, pudiendo estar presentes las aves.
Otros fármacos recomendables son el Enilconazol a la dosis de 10 ml/1itro, clorhexidina y
alcohol 90° mezclados y al 10% cada uno en solución acuosa, que actúa principalmente por
inhibición de la síntesis del ergosterol, componente esencial de la membrana celular de hongos
y levaduras. (Cuevas, R. 2013).
Tratamiento antifúngico para aves silvestres compuesto por Anfotericina B 1mg/10 ml de
solución fisiológica para nebulización y Fluconazol oral (20mg/Kg peso/día, oral) (Gornatti, C.
2014).
El uso de ácidos orgánicos tiene como principal objetivo el controlar el crecimiento de
microorganismos tanto en el alimento como en el aparato digestivo del animal, principalmente a
nivel intestinal. Dicha acción la llevan a cabo mediante dos mecanismos de acción: la reducción
del pH tanto en el alimento como en el tracto digestivo del animal, que modifica el ambiente
intestinal, favoreciendo la integridad, el crecimiento de microbiota saprófita, mejorando los
procesos digestivos-enzimáticos y su pka que altera los procesos esenciales de ciertas bacterias
para su desarrollo. Se ha observado una mayor acción en contra de microorganismos gram (-),
pero también ejercen efectos contra otro tipo de bacterias, hongos e incluso en contra de algunas
micotoxinas (Moreno, E. 2015).
En el caso de las aves los ácidos orgánicos que mejores resultados han mostrado son el láctico y
fumárico, viéndose reducido el crecimiento de microorganismos nocivos, observándose una
mayor ganancia de peso en relación con las aves que no fueron suplementadas1. Se ha
observado que para obtener un mejor resultado con su uso, los ácidos orgánicos pueden
protegerse previo a su ingestión, para evitar que estos se disocien antes de llegar a la porción del
sistema digestivo en donde se requiere su acción (intestino). Para ello se han utilizado
envolturas a base de lípidos o polímeros, haciendo que el ácido o los ácidos orgánicos y/o
inorgánicos sean liberados al entrar en contacto con el ácido clorhídrico o bien con enzimas
digestivas a nivel intestinal mejorando así su efectividad (Moreno,E. 2015).
El sulfato de cobre es una medida bastante eficaz en el control de hongos tanto en cama como
en el pollo normalmente se utiliza 2 libras de sulfato de cobre para 20 litros de agua para
fumigar la cama, y en el agua de bebida 0.5grs por litro de agua por un dia para control de
hongos del género Aspergillus (Gómez, M. 2011).
Algunos colombófilos agregan potasio y yodo (21/2 granos para 4 cucharadas de agua) al agua
potable de las aves como medida preventiva (Masco, P.2010).
Se recomienda utilizar el producto extracto cítrico de semillas de toronja para la desinfección de
pisos de incubación y máquinas nacedoras, ya sea mediante limpieza de superficies por
nebulización, termo-nebulización o por aspersión. También se usa en el lavado de charolas,
tinas, cajas para pollos, lavado de huevo, desinfección de paja, asimismo se usa en arcos
sanitarios y en lavado de equipo de transporte (Ordoñez, A. 2010).
En condiciones normales de prevención, se recomienda realizar una aspersión de agua con
extracto cítrico de semillas de toronja “uso veterinario” en áreas anteriormente mencionadas, en
una dilución estándar de 200 ml del producto por cada 1,000 litros de agua, por lo que un litro
de extracto cítrico de semillas de toronja tendrá un rendimiento de 5,000 litros de agua.
También es recomendable utilizar una mezcla de 1 lt. de extracto cítrico de semillas de toronja
por 1 Lt. de agua o alcohol isopropílico para los termo-nebulizadores (Ordoñez, A. 2010).
Cuando sea necesario asperjar el medio ambiente de una caseta con aves, se recomienda usar de
3-5 ml de extracto cítrico de semillas de toronja por mochila aspersora de 18-20 litros de agua,
(dilución que se considera óptima para asperjar una caseta avícola) (Ordoñez, A. 2010).
PREVENCIÓN
Dada la dificultad del tratamiento, es muy recomendable llevar a cabo medidas de profilaxis. La
prevención es la mejor arma para combatir las enfermedades.
Entre las medidas de prevención destacamos las siguientes:
Evitar un ambiente cálido y húmedo. En épocas de calor y humedad hay que extremar la
vigilancia.
No administrar semillas o pasta de cría enmohecidas y en general alimentos deteriorados,
mal conservados o caducados. Las toxinas de los hongos pueden producir inmunosupresión.
Los alimentos húmedos que administremos deben ser renovados varias veces al día,
especialmente en el periodo cálido.
No almacenar alimentos durante largos períodos de tiempo. Comprar en pequeñas
cantidades, según consumo.
Los alimentos extrusionados son utilizados en muchos países con óptimos resultados, ya
que estén libres de microorganismos o al menos están presentes en menor cantidad.
No abusar de los antibióticos, ya que, al suprimir la flora intestinal, se contribuye al
desarrollo de los hongos y la aparición de la enfermedad por exclusión competitiva.
Utilizar periódicamente productos fungicidas para la desinfección.
Administrar regularmente probióticos específicos para que controlen los hongos patógenos.
Adecuada ventilación del local, procurando la entrada de los rayos solares, que tienen una
acción antiséptica (Cuevas, R. 2013).
Recolección de huevos limpios para la incubación, desinfección y fumigación de huevos,
incubadoras y nacedoras
Chequeo regular de los sistemas de ventilación, y cambio de los filtros de aire en las
nacederas, monitoreo de contaminación por hongos en nacederas y ambiente.
Uso de cama limpia y seca y de alimentos no contaminados, optimización de ventilación y
humedad en los galpones donde las aves son mantenidas (Dinev, I. 2010).
Para evitar riesgos de contaminación, la planta de incubación deberá estar diseñada de
manera que el huevo y el personal sólo tengan que circular en un solo sentido, deberá
ponerse atención especial a la circulación de aire, las máquinas incubadoras y nacedoras no
deberán descargar el aire al mismo lugar donde lo tomen, para evitar la contaminación
cruzada, sino que de preferencia deberán tener ductos de aire para la salida y entrada por
separado (Bartz, C. 2012).
Los pollos deberán permanecer el menos tiempo posible en la casa incubadora después del
nacimiento y tendrán que ser transportados en vehículos desinfectados, la cama sobre la que
serán colocados en la granja deberá estar seca y haber estado correctamente almacenada y
desinfectada (Bartz, C. 2012).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cuevas, R. 2013. Enfermedades micóticas - Aspergilosis. Cría exclusiva del Gloster. 1ra
Edición. Revista Alicante. Argentina. Publicado en: 3 de Junio del 2013. Disponible en:
http://aviarioglosterjuliangg.jimdo.com/enfermedades/
Bertó, A. 2013. Aspergillosis en aves. 1ra Edición. Revista Infoexóticos. Chile. Publicado
en: 4 de Septiembre del 2013. Disponible en:
http://www.infoexoticos.com/inicio/aspergillosis-en-aves/
Martínez, R, et al. 2000. Aspergillosis. Brotes de Aspergillosis en gaviotas. Vol. 31. N3.
Revista Veterinaria México. Universidad Nacional Autónoma de México. Distrito Federal-
México. Publicado en: 3 de Julio-Septiembre del 2000. Pp. 259-260. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42331313
Gonzales, A. 2010. Diagnóstico y control de especies de aspergillus productoras de
Ocratoxina A. 1ra Edición. Tesis Doctoral. Madrid- España. ISBN: 978-84-693-2408-0. Pp
10-236. Disponible en: http://eprints.ucm.es/10545/1/T30977.pdf
Dinev, I. 2010. Enfermedades Micóticas. Aspergillosis. El sitio avícola. Diseases of poultry.
1ra Edición. Disponible en: http://www.elsitioavicola.com/publications/6/enfermedades-de-
las-aves/300/aspergillosis/
Méndez, L. 2015. Aspergilosis. 1ra Edición. Departamento de Microbiología y
Parasitología. Universidad Nacional Autónoma de México. Publicado en: 3 de Mayo del
2015. Disponible en:
http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/micologia/aspergilosis.html
Gornatti, C. 2014. Aspergilosis en aves rapaces en cautiverio: descripción de dos casos. 1ra
Edición. Conference Paper. Buenos Aires- Argentina. Publicado el 3 de Enero del 2014.
Disponible en:
http://www.researchgate.net/publication/259558186_Aspergilosis_en_aves_rapaces_en_cau
tiverio_descripcin_de_dos_casos_Aspergillosis_in_captive_birds_of_prey_report_of_two_c
ases
Bartz, C. 2012. Evite la influenza aviar y la aspergilosis en la avicultura. 1ra Edición.
Quiminet. México. Publicado en: 12 de Diciembre del 2012. Disponible en:
http://www.quiminet.com/articulos/evite-la-influenza-aviar-y-la-aspergilosis-en-la-
avicultura-3364518.htm
Encalada, P. 2011. Detección de hongos en la cama avícola, causantes de micosis en los
pollos de ceba. Revista Redvet. Volumen 12. N6. Publicado en: 6 de Junio del 2011.
Disponible en: http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n060611/061103.pdf
Recommended