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8/16/2019 Amossy, Lo plausible y lo evidente, doxa, interdiscurso, tópicos
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Amossy, R. (2000): L´argumentation dans le discours. Discours politique,littérature d ´idées, fiction. París, Nathan. Capítulo 3.
Lo plausible y lo evidente: doxa, interdiscurso, tópicos 1
1. La doxa o el poder de la opinión co!n
2. "oxa, dóxico, interdiscurso
3. Las tópicas en la retórica: de #ristóteles a Perelan
$. %oras dóxicas: topoi, idées reçues, estereotipos.
La retórica coo arte de persuadir su&ra'a la unción esencial de la doxa o la opinión
co!n en la counicación er&al. C. Perelan lo recuerda iaente: el discurso
ar*uentatio se constru'e so&re puntos de acuerdo, preisas intro'ectadas en el
auditorio. #po'+ndose so&re una tópica (un conunto de lu*ares counes) el orador
intenta hacer adherir a sus interlocutores a la tesis -ue les presenta para su asentiiento.
n otros t/rinos, es siepre en un espacio de opiniones ' creencias colectias -ue el
orador intenta resoler un dierendo o consolidar un punto de ista. l sa&er copartido
' las representaciones sociales constitu'en, así, el undaento de toda ar*uentación.
llos periten la eer*encia ' el desplie*ue del de&ate en la polis, la rep!&lica
deocr+tica donde los indiiduos de&en toar decisiones ' ne*ociar sus desacuerdos, &as+ndose en lo -ue los aseea.
n la perspectia retórica, la doxa coo undaento de la counicación ar*uentatia
se ale de diersas oras er&ales. Lo -ue la retórica anti*ua llaa&a topo, lu*ares,
actualente es estudiado por dierentes disciplinas -ue se interesan por las
coni*uraciones er&ales del sa&er co!n, de los topoi de la pra*+tica inte*rada al
estereotipo en sus acepciones ca&iantes. #de+s, el an+lisis del discurso ' los estudios
literarios han priile*iado, &ao el no&re de discurso social, interdiscurso,
intertexto, el espacio discursio *lo&al en el cual se articulan las opiniones
doinantes ' las representaciones colectias. inculareos entonces la noción de
doxa u opinión co!n, por un lado a las unidades discursias 4discurso social o
interdiscurso5 -ue la portan, ' por otra parte a las oras (ló*ico)discursias
1 6raducción de #na 7oledad 8ontero para el 7einario l estudio de las eorias discursias. l casode los discursos *olpistas en la #r*entina (19305 19;) dictado por la "ra. #leandra itale en el a
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particulares 4topoi de todos los tipos, idées reçues2, estereotipos5 donde ella eer*e de
anera concreta.
1. La doxa o el poder de la opinión común
1.1. Puntos de vista sobre la doxa
#ntes de a&ocarnos a las oras -ue ella ad-uiere en el discurso, se iponen al*unos
coentarios preliinares so&re la noción de doxa. 7e sa&e -ue en la #nti*?edad, se
oponía a la epistémè, al conociiento aut/ntico, coo actualente la opinión p!&lica se
distin*ue del sa&er cientíico. n la edida en -ue posee un alor de pro&a&ilidad, no
de erdad, la doxa constitu'e el undaento de la erosiilitud so&re la -ue se apo'a en
discurso con perspectia ar*uentatia. lla proee los puntos de acuerdo -ue pueden
esta&lecerse so&re un tea dado en una asa&lea copuesta de ho&res ra@ona&les. La
retórica supone, en eecto, -ue ciertas cosas pueden ser aditidas por un conunto de
seres ra@ona&les, incluso si no pueden ser deostradas ' presentarse coo erdades
se*uras. La doxa es entonces el espacio de lo plausi&le tal coo es aprehendido por el
sentido co!n. #ristóteles presenta en este hori@onte de pensaiento la noción de
endoxon coo a-uello so&re lo cual pueden ponerse de acuerdo todos los ho&res, o al
enos la a'oría de ellos, o incluso los sa&ios. Los endoxa, resue 8eter on 8oos,
son entonces opiniones suicienteente acepta&les (lo contrario positio de los andoxa
' paradoxa, opiniones er*on@osas o pro&le+ticas) ' descansan en un consenso
*eneral o al enos representatio (1993: ). s interesante constatar -ue lo -ue parece
acepta&le en #ristóteles est+ undado tanto en la opinión de todos o de la a'oría coo
en la de los seres copetentes ' autori@ados -ue pueden ha&lar en representación de
todos: es entonces la autoridad la -ue unda ' le*itia el endoxon. # esto se a*re*a por
supuesto la iportancia de la tradición, de lo -ue es aceptado por la costu&re.
La #nti*?edad ediica así una cultura cíica ' retórica, -ue tiene conian@a en el
consenso, en el Adiscurso colectioB (on 8oos, 1993: $). 7e opone en eso a nuestra
odernidad -ue e en la doxa la arca de lo *re*ario ' de la opresión eercida por la
opinión co!n. No nos extendereos a-uí so&re un ca&io de perspectia radical del
cual ustae %lau&ert, ' en la isa línea, Doland >arthes, son los representantes +s
c/le&res, ' -ue ue estudiado en otra parte (Eersch&er* Pierrot, 199FG #oss', 1991).
2 Eeos decidido antener esta expresión en ranc/s por-ue carece de una traducción adecuada enespa
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s necesario no o&stante tener en ente ese *iro cuando utili@aos t/rinos acu
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l discurso soetido a una doxa -ue istiica a su auditorio puede ser considerado
coo anipulatorio. Pero puede ta&i/n aparecer coo la arca del searthes
encuentra todas las arcas de las idées reçues -ue ocasionan la atal conusión del
prota*onista en su relación aorosa con una &ella cantante -ue en realidad es un
castrado. HLa a&inellaI qui+s comi- un poco de ms' pero la gula es, se dice, una
gracia en las mu$eres. dmirando el pudor de su amante, *arra+ine hi+o serias
reflexiones para el futuro. /lla quiere sin duda ser desposada, se di$o . >arthes
uestra -ue 7arra@ine se en*a
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pertenece a una relexión co!n entre los ie&ros de un *rupo contestatario. lla es
dóxica incluso si se indexa a una corriente inoritaria -ue ataca la opinión doinante.
Lo iso sucede con la se*unda parte de la cita, -ue se opone de anera +s
conencional a lo -ue se le reprocha conencionalente al undo asculino, a sa&er,
una actitud a*resia de rialidad ' co&ate. l texto oili@a así una isión, ahora
aceptada en los edios einistas, de lo -ue denoinan alocracia. Conira si es
necesaria la indexación de todo discurso a un espacio de creencias colectias.
#dhireos o no la doxa -ue su&'ace al enunciado de Cixous, de&eos reconocer -ue
coo lle o *arra+ine, se constru'e so&re un conunto de opiniones copartidas para
deliitar el lu*ar co!n donde pueden coul*ar las ueres nueas en &!s-ueda de
identidad.
n síntesis, el an+lisis ideoló*ico se incula a la doxa para deelar el car+cter construido
' artiicial de lo -ue el texto parece considerar coo arcado por el sello de la
naturale@a. l crítico uestra -ue las citas de lle o *arra+ine no transiten una siple
posición sensata so&re la uer: arrastran representaciones culturales ancladas en una
ideolo*ía situada. l analista se da por tarea deelar el reerso del decorado, ostrar la
trapa ideoló*ica detr+s de la apariencia inocente de lo -ue parece ir de su'o. l
analista acorrala a la doxa, searthes.
isto desde esta óptica, el an+lisis ideoló*ico es a la e@ u' parecido ' u' dierente
del an+lisis de la ar*uentación en el discurso. 7e distin*uen en la edida en -ue el
priero pretende esencialente denunciar una isión de undo alienada en no&re de
una clariidencia enida de auera. l an+lisis ar*uentatio, si es crítico, no se asiila
por ello a una desitiicación. ste &usca coprender cóo los eleentos de un sa&er
copartido autori@an una operación de persuasión. 8uestra -ue los discursos einistas
est+n, tanto coo los textos +s tradicionales so&re la uer, atrapados por un conunto
de creencias ' opiniones: sólo -ue no son los isos.
Lo -ue se pro&leati@a en los textos estudiados por >arthes, es una ul*ata so&re la
einidad -ue arrastra los estereotipos de la uer dedicada ante todo al atrionio '
la aternidad. Lo -ue eer*e de los textos de Cixous es una isión ne*atia del undo
asculino ' un cuestionaiento de la diisión tradicional de roles. La crítica ideoló*ica
pone al día los preuicios cu'os eectos nocios ella isa rearca. l an+lisis de la
O
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ar*uentación descu&re las capas dóxicas so&re las -ue se constru'e el enunciado sin
por ello toar partido so&re su alor o su *rado de nociidad. s -ue no toa la pala&ra
en no&re de una erdad exterior (einista, arxista, etc.). 7u o&etio declarado
consiste en descri&ir de anera lo +s precisa posi&le un uncionaiento discursio, '
estudiar las odalidades se*!n las cuales el discurso &usca construir consenso,
polei@ar contra un adersario, conse*uir un ipacto en una deterinada situación de
counicación. 7i el an+lisis ar*uentatio puede ser llaado crítico, es entonces en el
sentido de -ue expone a la lu@ del día los eleentos dóxicos -ue la ar*uentación
presenta a enudo coo si ueran de su'oG pero su ocación no es reeniarlos a una
ideolo*ía u@*ada coo condena&le en no&re de una deterinada erdad, cual-uiera
sea.
=n !ltio coentario se ipone. "einir la doxa coo el sa&er copartido de los
ie&ros de una counidad en una /poca dada, es conce&ir a los interactantes coo
tri&utarios de representaciones colectias ' de eidencias -ue su&'acen a su discurso.
s er su pala&ra coo odelada por lo -ue se dice ' se piensa a su alrededor, por lo
-ue ellos a&sor&en a su pesar, por-ue lo toan coo eidente sin poder dar cuenta de
ello. s así coo se esta&lece la &arrera -ue "oini-ue 8ain*ueneau arca&a, en su
nalyse du discours, entre #" ' retórica:
l #" no de&e ser trasladado a una concepción retórica de la ar*uentación, aun-ue
/ste se constru'a, en &uena parte, en el interior del capo -ue ocupa&a la retórica
tradicional. xiste todaía una distinción irreducti&le entre esa retórica ' sus
prolon*aciones odernas (las !ltiples t/cnicas de la counicación eica@, de la
persuasión,M) ' el #": ientras la priera supone un sueto so&erano -ue utili@a
procediientos al sericio de una inalidad explícita, en el se*undo las oras de
su&etiidad est+n iplicadas en las condiciones isas de posi&ilidad de una oración
discursia (1991: 23$).
l an+lisis de la ar*uentación en el discurso conci&e la ar*uentación coo anclada
en una doxa -ue atraiesa, a su pesar, al sueto ha&lante, -ue lo i*nora tanto +s cuanto
-ue est+ proundaente inerso en ella. 7i la ar*uentación iplica una
intencionalidad ' una pro*raación, ellas se conci&en tri&utarias de un conunto dóxico
-ue condiciona al locutor ' del cual /l est+, la a'or parte de las eces, leos de tener
una clara conciencia. Podeos entonces aplicar al an+lisis ar*uentatio lo -ue
;
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8ain*ueneau dice del an+lisis del discurso, del cual es una raa: #sí, para el #", no
sólo el sueto no anea el sentido, sino -ue incluso se constru'e a tra/s de las
condiciones -ue el archio ipone a su enunciación (1991: 10).
2. !oxa, dóxico, interdiscurso
2.1. "ampos y l#mites de la doxa
QPero podeos ha&lar de una doxaS so supondría un conunto hoo*/neo del cual
participarían todas las eidencias copartidas de una /poca, ientras la opinión co!n
contiene corrientes diersas ' a enudo contradictorias. Por otra parte, ella est+ hecha
de capas -ue ad-uieren un estatus dierente se*!n proen*an de una doctrina articulada,
de una tradición o de un conunto a*o de posiciones diundidas por el ruor o los
edios. ste tea tiene una incidencia directa so&re el tra&ao de an+lisis. n eecto, si
los eleentos dóxicos est+n atrapados por una pala&ra preexistente -ue ellos repiten o
odulan, Qes suiciente con se
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cuanto -ue la doctrina oili@ada por L´0té 113 ha sido, desde ese oento,
asiilada por el *ran p!&lico. Lo iso sucede con todos los textos políticos, o
periodísticos, -ue se indexan a un discurso -ue existe por uera de ellos &ao la ora de
cuerpo de doctrinas, o a un conunto diuso de opiniones inculadas con una doctrina
existente. HMI
La situación ca&ia no o&stante cuando el discurso reenía a una isión de undo en
relación con creencias -ue proienen, 'a no de una doctrina constituida, incluso
ul*ari@ada, sino de una opinión co!n, luctuante ' a*a. 6oeos un eeplo
extraído de un relato contepor+neo, L´cacia de Claude 7ion, -ue cuenta el re*reso
al ho*ar del prota*onista escapado de los capos aleanes de tra&ao durante la
7e*unda uerra 8undial:
X, en la actualidad, /l copartía con ella H i.e. su uerI ' las ancianas los pa-uetes de
salchicha, el chocolate ' los a@apanes -ue ellas le ha&ían eniado durante el erano ' -ue
los sar*entos resonsa&les de una arada -ue aplasta&a las ciudades con &o&as, asesina&a
de a illones a seres huanos, deolían, ipertur&a&les, al reitente, intactos, solaente
un poco a&ollados, con la ención "esconocido en el capo (19F9, 3F).
ste ra*ento actia un sa&er ailiar para todos los lectores de los a
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asiila&le por el p!&lico cuanto -ue reenía a relexiones de lar*a data so&re el
coportaiento paradóico de los aleanes durante la 7e*unda uerra undial. "e
odo -ue podeos ha&lar de eleentos dóxicos sin necesidad de reconstruir una
ideolo*ía *lo&al o la coherencia total de un discurso social.
2.2. !oxa y arc$ivo
Lo iso sucede con los textos -ue reiten a una /poca o una cultura dierente, con el
a*re*ado de -ue el analista (' tapoco el lector) no posee siepre los conociientos
enciclop/dicos -ue le periten reparar ' coprender los eleentos dóxicos apo'ados
en un sa&er copartido en el cual /l iso no participa. xaineos, desde esta
óptica, el si*uiente texto:
7i heos erecido tener a P/tain, heos erecido ta&i/n, *racias a "ios, tener a de
aulle: el espíritu de a&andono ' el espíritu de resistencia, uno ' otro se encarnaron en los
ranceses ' se idieron en un duelo a uerte. Pero cada uno de esos dos ho&res
representa&a ininitaente +s -ue a sí iso, ' 'a -ue el +s odesto de entre nosotros
coparte la *loria del prier resistente de %rancia, no retrocedaos ante el pensaiento
de -ue una parte de nosotros isos ue tal e@ cóplice, en ciertas horas, de ese ieo
ulinado (n eillon, 19F$: $05$0F).
QPodeos coprender ese pasae correctaente sin sa&er -ue ue escrito en ulio de
19$O, en el oento del proceso de Li&eraciónS l procesaiento de Philippe P/tain se
a&re el 23 de ulio de 19$O en la #lta Corte, ' el de&ate p!&lico so&re la cuestión de la
culpa&ilidad del 8ariscal es ia@: apasionadas -uerellas se inolucran en un pro&lea
cu'a resolución pr+ctica es ininente. La cuestión de sa&er si hace alta o no inli*ir
una pena al -ue ha diri*ido %rancia durante la ocupación es o&eto de los sondeos de
opinión, coo lo uestra la antolo*ía de ". eillo, La 4olla5oration (19F$: $09).
ntonces, es cierto -ue el *ran p!&lico no podía i*norar las idas ' ueltas del asunto.
#de+s, no es indierente sa&er -ue el autor de esas líneas es %ranYois 8auriac,
escritor católico -ue participó actiaente en la Desistencia (el texto ue pu&licado en
sus Mémoires politiques, rasset, 19;, 1FF5191). Ea' -ue tener en cuenta -ue se trata
de un escritor de reno&re, de un intelectual -ue, en el contexto cultural de la %rancia
contepor+nea, est+ le*itiado para toar partido en los asuntos políticos, ' ucho
+s en la edida en -ue estuo, /l iso, inolucrado en la acción resistente.
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Para coprender la situación ' el dispositio enunciatio -ue deterinan a-uí la
ar*uentación, ha' -ue tener en cuenta, entonces, dierentes capas de datos: ha' -ue
interro*ar el archio. 6eneos, en prier lu*ar, la naturale@a del de&ate p!&lico so&re
los procesaientos de la Cola&oración en *eneral ' so&re el del 8arechal en particular,
en el cual se inserta esta declaración, ' las opiniones -ue circula&an en la /poca tales
coo las -ue podeos encontrar en los docuentos (prensa, escritos auto&io*r+icos,
correspondencias, etc.): ahí est+ el interdiscurso. 6eneos ta&i/n la coposición del
auditorio de pos*uerra al -ue se diri*e 8auriac, el *ran p!&lico ranc/s diidido entre
los -ue adhieren erienteente al petainiso, los -ue se han aliado a de aulle, ' los
-ue sipleente se declararon pasios rente al ocupante. 6eneos, inalente, la
autoridad del locutor, su ethos preio odelado por su estatus de intelectual ' su ia*en
de Desistente (K, 2).
7i el conociiento de lo -ue se pensa&a ' se decía en una /poca pasada es necesario
para la &uena coprensión de un discurso ar*uentatio, ta&i/n es desea&le en caso
de -ue se trate de un texto contepor+neo -ue proiene de una cultura otra. 6oeos
por eeplo este enunciado extraído del relato -ue el escritor ' noelista israelí
Wonathan reen dedicó a su adre, #ia "a'an, con el título 6ne femme très chère
(1999). 7e diri*e a la a&uela del narrador en priera persona, "ora "a'an, adre del
conocido 8oshe "a'an, en el oento de su lle*ada a Ksrael en la *ran ola de
ini*ración sionista lle*ada de Dusia en loa a
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sistea de alores ailiar al lector ranc/s -ue critica el &oariso, opone el alor de
la actiidad política al sue
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particular. No o&stante ese pro*raa presenta nuerosas diicultades, +s all+ de la
aplitud de las operaciones -ue se ponen en ue*o. 7upone en eecto -ue una
sisteati@ación es posi&le ' desea&le, ' -ue la ló*ica extraída no es una construcción
del analista sino una propiedad del o&eto. l an+lisis del discurso puede rodear esos
pro&leas *racias a la noción de interdiscurso, construida so&re el odelo de intertexto
(-ue proponeos reserar para los estudios literarios, donde esa noción ha sido utili@ada
priero):
7i consideraos un discurso particular podeos HMI llaar interdiscurso al conunto de
las unidades discursias con las cuales /ste entra en relación. 7e*!n el tipo de relación
interdiscursi%a -ue priile*ieos podr+ tratarse de discursos citados, de discursos
anteriores del iso */nero, de discursos contepor+neos de otros */neros, etc.
(8ain*ueneau, 199;: O05O1).
=tili@areos el t/rino interdiscurso para reeniar a la diseinación ' circulación de
eleentos dóxicos en todo tipo de discursos. n la edida en -ue se trata de detectar la
inscripción puntual, en el discurso oral o escrito, de las eidencias copartidas o de la
plausi&ilidad de una colectiidad situada, ha&lareos de eleentos dóxicos +s -ue de
doxa. Las nociones de eleento dóxico ' de interdiscurso periten así arcar hasta -u/ punto el interca&io ar*uentatio es tri&utario de un sa&er copartido ' de un espacio
discursio, sin conerir a esos ateriales preexistentes una sisteaticidad deasiado
*rande.
%. Los tópicos en la retórica: de Aristóteles a Perelman
%.1 !e las &ormas vac#as a las idées reçues Lo dóxico se conunde a enudo en nuestra ente con el lu*ar co!n. Eaciendo eso,
olidaos hasta -u/ punto la idea -ue nos haceos se alea de la noción de topos
7oinos tal coo aparece en #ristóteles. s +s, lo -ue ho' llaaos lu*ar co!n era
para los anti*uos un lu*ar especíico. l priero se reería a las opiniones aceptadas
dotadas de un *rado +xio de *eneralidad, el se*undo a opiniones aceptadas relatias
a uno de los tres doinios asi*nados a la retórica: el udicial, el deli&eratio, el
epidíctico. #ctualente podeos dierenciar tipos de lu*ares -ue reiten a *rados
aria&les de lo ló*ico o de lo dóxico.
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8+s cerca de la noción aristot/lica de lu*ar co!n se encuentra el topos coo
estructura oral, odelo ló*ico5discursio: es un es-uea sin contenido deterinado
-ue odela la ar*uentación. "einidos coo a-uello donde se re!nen una *ran
cantidad de ra@onaientos oratorios, los topo o lu*ares counes son /todos de
ar*uentación de orden, en prier lu*ar, ló*ico, pero consustancial a la puesta en
discurso (8olin/, 1992: 191). n otros t/rinos, se trata de oldes en los cuales
pueden introducirse una *ran cantidad de enunciados. 6oeos, por eeplo, el lu*ar
de lo +s ' lo enos &ao la ora lo -ue se da para lo +s (puede, de&e) darse para lo
enos. #llí teneos dos concreti@aciones, de las cuales la se*unda ue toada de un
texto 'a anali@ado:
Cuando una horda de &+r&aros, cuando toda la uropa arada ino a anchar el suelo de
%rancia, cuando nuestros ranceses traidores de la patria inieron, despu/s de treinta a
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es-ueas orales -ue pueden concreti@arse en eeplos u' diersos. Lo -ue ale
para lo +s ale para lo enos su&'ace ta&i/n al discurso personal undado so&re los
alores de la ailia -ue el discurso o&rero insur*ente posterior a los a
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preponderancia. #sí el priado de los lu*ares de la cantidad caracteri@aría al espíritu
cl+sico, el de los lu*ares de la cantidad distin*uiría al espíritu ro+ntico: Lo !nico, lo
ori*inal, ' lo so&resaliente en la historia, lo precario ' lo irreedia&le son lu*ares
ro+nticos (190: 131). Perelan searthes, 199$: 30F).
La historia de los topoi o loci 'a ue reali@ada, ' a-uí no olereos so&re ella. "esde
la perspectia etodoló*ica, es &ueno distin*uir entre:
5 el topos o lu*ar, -ue llaareos para distin*uirlo topos retórico: es el sentido
del topos aristot/lico (retoado por Perelan) coo es-uea co!n
su&'acente a los enunciados (topos ló*ico5discursio -ue no es en sí iso
dóxico, por-ue consiste en una ora acía)
5 el lu*ar co!n: es, de hecho, el lu*ar particular de #ristóteles deenido lu*ar
co!n, en el sentido oderno ' pe'oratio del t/rino. #un-ue lu*ar co!n
sea la traducción literal de topos 7oinois, podeos alinearnos con el uso
corriente to+ndolo en su sentido +s tardío: tea consa*rado, idea ia
coninada en un repertorio
1O
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5 la idée reçue: recorta la idea de lu*ar co!n insistiendo so&re el car+cter 'a
hecho ' opresio de las opiniones copartidas. %lau&ert pone en eidencia su
relación con la autoridad ' su alor de exhortación 4se
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n la edida en -ue la pra*+tica inte*rada deine la ar*uentación coo
encadenaiento de enunciados, el topos cuple una unción crucial por-ue es /l el -ue
perite li*ar dos enunciados o conuntos de enunciados a partir de una idea
co!nente aditida. Eace calor, aos de paseo (el eeplo cl+sico de "ucrot)
perite lle*ar a la conclusión de -ue un paso es &ienenido a partir de la idea de -ue el
calor es propicio para el paseo. n 7u tesis es excelente, tiene todas las posi&ilidades
de o&tener el puesto, lle*aos a la conclusión por la ía del principio se*!n el cual la
calidad de una tesis es suiciente para *aranti@ar la o&tención de un puesto (en
oposición, por eeplo, a su director de tesis es un ho&re u' inlu'ente, tiene todas
las posi&ilidades de o&tener el puesto).
sta es la deinición -ue da #nsco&re de los topo (-ue llaareos pra*+ticos
para dierenciarlos de sus hoólo*os aristot/licos llaados retóricos):
Principios *enerales -ue siren de apo'o a los ra@onaientos pero no son ra@onaientos.
No son nunca asertados en el sentido de -ue el locutor no se presenta nunca coo su autor
(aun-ue eectiaente lo sea), pero son utili@ados. 7on casi siepre presentados coo el
o&eto de un consenso en el seno de una counidad +s o enos asta (incluso reducida a
un indiiduo, por eeplo el locutor). s por eso -ue pueden ser copletaente creados,
coo si tuieran uer@a de le', coo si ueran de su'o
(#nsco&re, 199O: 39)
"esde la perspectia del an+lisis ar*uentatio, podeos conorarnos con esta
descripción, -ue resuena a la de "ucrot en la isa o&ra: creencias presentadas coo
counes a cierta colectiidad (en #nsco&re, 199O: F;) -ue ase*uran el
encadenaiento de los enunciados. "eareos de lado la cuestión de la escalaridad de
los topo, -ue ha hecho correr ucha tinta en pra*+tica pero -ue, +s all+ de su
car+cter en sí iso pro&le+tico, no nos parece instruental para el an+lisis
ar*uentatio del discurso ("ucrot, 19F0G #nsco&re ' "ucrot, 19FF). Lo -ue iporta
a-uí es la naturale@a aria&le de los topo -ue pueden, en el reserorio de una cultura
dada, contradecirse utuaente ' -ue son oili@ados por el locutor se*!n las
necesidades de la causa. s un hecho de lin*?ística -ue existen topo HMI declara
#nsco&re, ' es un hecho de sociolo*ía -ue, en una /poca ' un lu*ar dados, exista un
topos en particular. Nuestras ciili@aciones no son +s onolíticas -ue nuestras
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ideolo*ías, es recuente -ue coexistan un topos ' su contrario HMI (199O:39).
ncontraos ahí una característica de los topo retóricos.
#de+s, los pra*+ticos dierencian entre los topo intrínsecos ' extrínsecos. Los
prieros undan la si*niicación de una unidad l/xica. Por eeplo rico: ^ poseer, ^
poder de copra. l topos intrínseco de rico orienta el enunciado -ue contiene ese
oca&lo, autori@a ciertas continuaciones ' exclu'e otras. Podeos decir: Pierre es rico:
puede coprarse un Wa*uar, ' no Pierre es rico: no puede coprarse un Wa*uar. Los
topo -ue oran parte del sentido iso de un t/rino contri&u'en a darle una
orientación. l sentido de un enunciado contiene, como parte integrante, constituti%a,
esa forma de influencia que llamamos fuer+a argumentati%a. *ignificar, para un
enunciado, es orientar (#nsco&re ' "ucrot, 19FF: %ant propos). s constituti%o
del sentido de un enunciado pretender orientar la continuaci-n del dilogo ( 95:d .: 30),
no descri&ir o inorar, sino diri*ir el discurso en deterinada dirección (#nsco&re,
199O: 30). s en este contexto -ue la pra*+tica llaada inte*rada recha@a la
disociación entre retórica ' se+ntica. n la perspectia se*!n la cual sentido '
orientación son indisocia&les (lo -ue explica -ue la ar*uentación para #nsco&re '
"ucrot est/ en la len*ua, ' no en el discurso), los topo interienen de anera central,
'a -ue: conocer el sentido de una pala&ra es sa&er -u/ topo le est+n undaentalente
asociados (#nsco&re, 199O: $O). =tili@ar pala&ras es conocar topo. "e ahí sur*e la
hipótesis -ue Hsostiene -ueI el sentido de las pala&ras no es undaentalente la
donación de un reerente, sino la puesta en disposición de un ha@ de topo ( 95:d .: O1).
l topos extrínseco cuple las isas unciones -ue el topos intrínseco, pero es de
naturale@a dierente en la edida en -ue no est+ inscripto desde el principio en el
sentido del oca&lo. #sí: Pierre es rico: tiene uchos ai*os o Pierre es rico: por lo
tanto es aaro. La ora tópica (^ poseer, ^ ser solicitado o rodeado de *ente) o
(^poseer, 5 dar) no est+ en la si*niicación de rico. 7on topo a*re*ados -ue ienen
del reserorio ideoló*ico -ue toda len*ua tiene en una /poca dada. Puede tratarse de
slo*ans, proer&ios, idées reçuesM (#nsco&re, 199O: O) coo los ricos est+n
siepre rodeados de personas interesadas o el dinero endurece el cora@ón. "e
anera *eneral, ade+s, a*re*a #nsco&re, el uso de esos topo tiene coo inalidad la
construcción de representaciones ideoló*icas (199O: O). s interesante notar -ue
#nsco&re incula la noción de topos extrínseco con oras ias -ue expresan la
sa&iduría de las naciones coo el proer&io. l topos extrínseco en su relación con el
proer&io es el +s ipactante desde el punto de ista dóxico, en la edida en -ue
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arrastra opiniones reci&idas propias de la colectiidad. No o&stante el topos extrínseco
es ta&i/n de orden cultural. n ese caso, es la len*ua isa (en el niel se+ntico) la
-ue porta una doxa$.
'. (ormas dóxicas: topo), idées reçues, estereotipos
ios -ue la tópica en su diensión retórica ' pra*+tica es reepla@ada por la
concepción oderna de lu*ar co!n coo opinión copartida, tea ailiar o idée
reçue. Pero el lu*ar co!n se expresa a tra/s de una *ran ariedad de oras er&ales.
No tiene a priori un arco lin*?ístico ' puede decirse en una descripción coo en un
relato trillado o una órula &anal. n ese conunto a*o donde el lu*ar co!n reite a
todo lo -ue es perci&ido coo 'a conocido, 'a dicho, ailiar ' copartido, ha' -ue
se
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sentencia -ue condena el rencor ' una proposición adicional (siendo t! iso
ortal) -ue es su explicación ( 95:d .: 2O;). n el arco de la retórica anti*ua, el uso
de sentencias consa*radas puede auentar las posi&ilidades de suscitar la adhesión
por-ue su car+cter *eneral, ustiicado por el consentiiento un+nie, hace resaltar su
coneniencia ( 95:d .: 2OF). s interesante, sin e&ar*o, er hasta -u/ punto los
eeplos -ue #ristóteles da en ese arco hacen resaltar el car+cter de /poca de lo -ue
crea el consenso. #sí, el hecho de decir a las personas -ue uno -uiere alentar a la pelea
cuando son +s d/&iles -ue el enei*o: 8ar@o est+ tanto con unos coo con otros, o
si no se han sacriicado: el !nico au*urio erdaderaente &ueno es pelear por su país
( 95:d .: 2OF), 'a no tiene sentido actualente. Para ser eectias, las sentencias de&en
enunciar perspectias aditidas por el auditorio al -ue se diri*e el discurso.
La sentencia aristot/lica corresponde a la ase *en/rica de la lin*?ística contepor+nea
cu'a característica es exponer una relación -ue se ha uelto independiente en cierto
sentido de las situaciones particulares, un estado de cosas o situación potencial ' no
real (Zlei&er, 19F9: 2$O). lla iene a le*itiar un caso particular a partir de un sa&er
*lo&al. n tanto se da coo una erdad *eneral toada del sa&er colectio, reiste el
aspecto de un proer&io HMI. staos, desde entonces, en el doinio de la pareia, es
decir, enunciados -ue atri&uios al sentido co!n ' cu'a ora lin*?ística puede ser
aria&le: proer&ios, locuciones er&ales, +xias, etc. ("oín*ue@, 2000: 19).
Contrariaente a la sentencia, el proer&io se deine por su indexación a una sa&iduría
popular ' por su ora ia, aparece necesariaente coo una citación, ' perite al
locutor -ue apela a /l o&tener la *arantía de un sa&er colectio alacenado en un
repertorio cultural. l -ue proiere una sentencia de su cosecha tiene la desentaa de no
poder apo'arse so&re una autoridad exterior. "e ahí la necesidad -ue se
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ale. La o&ra de >al@ac ' los coentarios de los -ue ue o&eto son sinto+ticos a
propósito de esto. n eecto, el autor de la 4omédie humaine es particularente aecto a
las pareias, a sa&er, las sentencias o proer&ios -ue *aranti@an su decir ' apuntalan su
deostración. Lo -ue podría reor@ar el decir de >al@ac es precisaente, a los oos de
>arthes, lo -ue lo inalida. 7_ reite al códi*o *nóico o códi*o cultural los
enunciados -ue el texto presenta &ao la ora de un sa&er ' cu'o ori*en parece ser la
sa&iduría huana (>arthes, 190: 2O). # los oos del crítico, sin e&ar*o, el
proer&io cultural hastía, prooca una intolerancia de lectura por su presencia isa,
de odo -ue de&ilita el ipacto del texto &al@aciano, -ue est+ totalente ipre*nado
de /l ( 95:d .: 10$). Xa no es entonces la autoridad del locutor lo -ue repercute so&re la
sentencia, es, al contrario, su utili@ación coo tal lo -ue desle*itia al locutor. No nos
sorprender+ -ue >arthes, coo uchos contepor+neos, se reu*ie en la para5doxa, en
todo lo -ue parece despla@arla e intenta hacerla racasar.
'.2. +l estereotipo, o la in&luencia de las representaciones colectivas
La noción de estereotipo 'a ha sido presentada en su ínculo constitutio con el
auditorio ' el ethos. Decordeos -ue, en el sentido restrin*ido del t/rino, el
estereotipo puede deinirse coo una representación o una ia*en colectia
sipliicada ' ia de los seres o las cosas -ue heredaos de nuestra cultura, ' -ue
deterina nuestras actitudes ' coportaientos. Considerado 'a sea coo una creencia
o coo una opinión, reite siepre al preconstruido ' a enudo se eparenta al
preuicio. n la pr+ctica de los cuestionarios de sociolo*ía, el estereotipo se descri&e
con la a'uda del /todo atri&utio: se asocia a un *rupo con una serie de adetios -ue
lo caracteri@an (#oss', 1991G #oss' Eersch&er* Pierrot, 199). La noción de
estereotipo es utili@ada so&re todo en ciencias sociales para deterinar las i+*enes del
otro ' de sí iso -ue circulan en una counidad dada. iene, en ese sentido, a dar
precisión al lu*ar co!n, del cual constitu'e un aspecto particular en la edida en -ue
desi*na una representación social -ue es el prisa a tra/s del cual los interactuantes
perci&en a los ie&ros de un *rupo extranero, o incluso su propia identidad.
Coo el lu*ar co!n o la idée reçue, el t/rino estereotipo est+ car*ado de una uerte
dosis de desprecio: aniiesta el pensaiento *re*ario -ue deal!a a la doxa a los oos
de los contepor+neos. No o&stante, ha' -ue conce&ir a-uí al estereotipo coo un
eleento dóxico o&li*atorio sin el cual no sólo no sería posi&le nin*una operación de
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cate*ori@ación o *enerali@ación, sino -ue ni si-uiera podría ela&orarse nin*una
construcción de identidad ni nin*una relación con el otro. Coo todo eleento dóxico,
el estereotipo cuple un rol iportante en la ar*uentación.
n cuanto a la locali@ación, no ha' -ue olidar -ue el estereotipo raraente se enuncia
con todos sus atri&utos, aun-ue /stos se dicen o&li*atorios. 7in duda, es posi&le
encontrar discursos donde en es-uea colectio desplie*a sus constitu'entes de anera
particularente isi&le. #sí, en el eeplo de *arra+ine encionado +s arri&a, las
ueres son expresaente presentadas coo *olosas, p!dicas ' deseosas de ser
desposadas. l estereotipo no es +s, coo intent/ deostrarlo en Les idées reçues
(1991), -ue una construcción de lectura. l estereotipo de la uer en el ho*ar, la adre
udia, el ini*rante, el socialista, no eer*e +s -ue si un alocutario lo repone a partir
de una actiidad de desciraiento. sta consiste en encontrar los atri&utos del *rupo
incriinado a partir de orulaciones ariadas, ' a relacionarlas con un odelo cultural
preexistente. Los datos discursios son a enudo indirectos o impl:citos, dispersos '
lacunarios. n la edida en -ue no se unda en una repetición literal, el estereotipo
de&e ser recopuesto a partir de eleentos diersiicados -ue ha' -ue reitir al ras*o
típico. l estereotipo puede aparecer de anera +s dispersa -ue condensada, exi*iendo
así una eori@ación +s *rande ' un tra&ao de li*a@ón +s ela&orado. s +s,
ciertas características del es-uea ailiar pueden ser lisa ' llanaente oitidas, sin
ipedir por eso la actiación del estereotipo. Cuando /ste es ra*entario, el texto
puede contar con el sa&er del lector para -ue coplete auto+ticaente los ras*os
silenciados ' llene los casilleros acíos (#oss', 199).
QCóo el estereotipo, en tanto es-uea -ue de&e ser actiado por el destinatario '
relacionado con un odelo cultural conocido, puede contri&uir al &uen uncionaiento
de la ar*uentaciónS n tanto -ue representación colectia ia -ue participa de la doxa
circundante, proee coo todo lu*ar co!n el terreno en el cual podr+n coul*ar los
interactuantes. n el capo de la ar*uentación, el estereotipo es uncional '
constructio. Ea' -ue er, sin e&ar*o, si es -ue puede perudicar al pro'ecto de
persuasión tanto coo puede aorecerlo. 7i, en eecto, el alocutario detecta
cóodaente en el discurso representaciones sociales -ue pertenecen al *rupo aderso
o, por deterinada ra@ón, le parecen inadisi&les, la sola presencia del estereotipo ser+
suiciente para descaliicar las posiciones del ar*uentador. 7i, por el contrario, adhiere
a las i+*enes 'a hechas -ue se le presentan, podr+ dearse llear por la ar*uentación
-ue se alienta de las representaciones sur*idas de su propia isión del undo.
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No o&stante, es necesario o&serar -ue los usos retóricos del estereotipo no apuntan
sipleente a producir una reacción de recha@o o de de adhesión inediata. Las
representaciones colectias pueden ser oili@adas se*!n odalidades copleas -ue
deterinan su ipacto. 7u eecto aría en unción de la inserción del estereotipo en
ar*uentaciones especíicas con sisteas de alores dierentes. #sí, las isas
representaciones del udío o del +ra&e pueden tener una lle*ada dier*ente en un
periódico ranc/s de extrea derecha, un discurso aoísta antiiperialista, una historia
diertida contada por los ie&ros de esas colectiidades. #de+s, cada discurso
puede oili@ar en su propio &eneicio un conunto de estereotipos -ue odula
dierenteente (por el pathos, la ironía, el distanciaiento críticoM) o cu'a
'uxtaposición o intererencia producir+ un eecto particular. xaineos r+pidaente,
desde esta perspectia, el odo en -ue el relato en priera persona de Do&ert 8erle
presenta a Dudol Lan*, alias Dudol E`ss, coandante en ee del capo de
#uschit@, en La mort est mon métier , redactado en 19O2.
l prota*onista, relatando su existencia, de&e ustiicar sus elecciones ' sus acciones a
los oos de un p!&lico inorado so&re las atrocidades perpetradas en los capos de
concentración na@is. n el oento en -ue reporta la priera tarea concentracionaria
-ue aceptó 4en el capo de "achau antes de 19$0, principalente reserado en la
/poca a los counistas ' los hoosexuales aleanes5, el 'o de&e construir un terreno
de entendiiento con un lector desaora&leente dispuesto a su aor. "e ese odo,
en este estadio delicado de su auto&io*raía, de&e contar con alores counes. X en
eecto apela a noras reconocidas ' apliaente copartidas eocando la satisacción
de una existencia tran-uila ' plena, soetida a la rutina del tra&ao:
l tiepo pasó r+pida ' apaci&leente, en "achau. l capo esta&a or*ani@ado de anera
eeplar, los detenidos, soetidos a una disciplina ri*urosa, ' 'o reco&ra&a, con un
proundo sentiiento de ale*ría ' pa@, la rutina inlexi&le de la ida de cuartel.
(8erle, 19O2: 232)
Delatando ese episodio de su ida, el locutor se presenta coo un ho&re de carrera -ue
&usca reci&ir aances, coportaiento reconocido coo positio. oca su ale*ría en
el oento de su priera prooción coo su&5lu*arteniente: #penas dos a
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nuerosos hios, a los -ue desea naturalente ase*urarles &uenas condiciones. l lector
es i*ualente llaado a apreciar el hecho de -ue un indiiduo proeniente de un sector
desaorecido ' condenado desde su uentud a una ida estrecha acceda a una
existencia aterial +s conorta&le *racias a su tra&ao ' sus /ritos:
Cuando e no&raron oicial, en lu*ar de edio chalet donde iíaos u'
austadaente, ad-uirios un chalet entero, ucho +s conorta&le ' ucho eor
situado. l sueldo de oicial e peritió una ida +s cóoda, ' lue*o de todos esos a
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ostrarse coo un h/roe, pro'ecta la ia*en de un soldado disciplinado listo para
sacriicar sus intereses ' deseos para o&edecer ordenes.
No o&stante el texto de Do&ert 8erle anea los estereotipos se*!n una estrate*ia -ue
escapa al locutor -ue dice 'o. n eecto, el contraste entre la representación ediocre
' tran-uili@adora del pe-ue
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