“Soluciones Versátiles de la Vida Moderna”

Autores: Makarena Pinilla Vargas

Brigitte Benavente Elgueta

Docente: José Cabrera Sánchez

19 de Mayo, 2014

Hipotecar, vestir, comer, mercado, préstamo, banca, comercio, deuda, interés…son conceptos con los que acostumbramos a relacionarnos y a oír en la vida cotidiana como individuos que interactúan con la vigente sociedad, conceptos que parecieran ser propios del siglo actual, o de la época histórica actual, sin embargo, esto no es así. Conceptos como los mencionados anteriormente tienen una connotación un tanto más inmemorial, que nos arrastra específicamente al fin de la Edad Media. Como muchos historicistas han declarado, el fin de la Edad Media dio paso al inicio de una época a la cual me atrevería a inducir el concepto de ruptura: Ruptura histórica, comercial, de estado, de la sociedad, del hombre. El paso de lo Medieval a la Modernidad no fue sólo un cambio en la estructura comercial establecida desde un feudalismo a un mercantilismo (futuro y actual capitalismo), ni tan sólo un cambio en la forma de gobernar de un estado feudalista a la monarquía autoritaria o un simple cambio en el nombre de la época histórica, sino que fue principal y protagónicamente un cambio en el hombre, en el individuo, es en éste importante salto histórico donde el hombre medieval se quebró y se convirtió en el hombre moderno, en el hombre individual (por redundante que suene), en el sujeto moderno, es éste propio sujeto moderno el que dio paso a sí mismo, el que provocó un quiebre en la estructura económica, política y social y dio paso a la creación de una nueva concepción y de una nueva forma de percibir al hombre y a su entorno, en la cual él era un individuo frente al mundo, distinto pero a la vez igual a cualquier otro frente al estado, y que a la vez ocupa un lugar en la sociedad que lo hace distintivo. Es en éste marco histórico donde se da paso a las nociones de hedonismo y mercantilismo, que parecieran no tener articulación alguna en sus acepciones, pero la verdad es que estos dos conceptos bien articulados al mismo lado de la ecuación y sostenidos en el tiempo dieron paso a una serie de transformaciones al interior del sujeto moderno, llevándolo a caer en lo que hoy conocemos como hombre contemporáneo, o como me gusta llamarlo, hombre globalizado.

Siglo XXI, sinónimo de tecnología, rapidez, velocidad, información, del que todos los individuos somos parte, impresionándonos día a día con lo que la tecnología hace por nosotros de manera técnica. Nadie sabe en qué momento, ni cómo el mundo cambió de manera tan radical en tan sólo aproximadamente tres décadas, y pasamos a vivir en el actual fenómeno de la aldea global, donde todos somos ya no ciudadanos de un estado, sino ciudadanos del mundo, donde el dinero es reemplazado por las tarjetas de créditos, el alimento es no más que una estrategia de marketing y fuente de consumo, donde las diferencias económicas son la brecha que separan a los hombres y donde pareciera que sin el capitalismo, no seríamos nada. Si, parece un típico discurso anticapitalista, pero acá me quiero detener a mencionar que la globalización no es tan mala como la acabo de retratar en líneas anteriores, tiene sus puntos a favor, entre los que cabe mencionar el mayor acceso a la información, el intercambio cultural, que nos permite conocer y comprender de mejor manera a aquél que vive del otro lado del mundo, la apertura de la sociedad a las antigüas minorías y que otorgan nuevos roles sociales, mayor dinamismo en el mercado, entre otras. Pero aunque hayan tanto ventajas como desventajas de éste fenómeno, lamentablemente el evolucionado hombre moderno y actual hombre globalizado, sin saberse manejar en éste mundo, ha perdido el dominio de sí, sin tener control de cómo debe moverse en su entorno, ha perdido esa naturaleza técnica con la cual ha sobrevivido durante siglos, y durante toda su historia, si ya se había desequilibrado anteriormente en el paso de lo medieval a lo moderno, ahora se ha quebrado en la aldea global en la que habita.

Sin más vuelta, es éste último aspecto el que quiero rescatar del film “EL CLUB DE LA PELEA”, protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton. Sinópticamente, el film muestra un hombre común del mundo global, quién presenta un trastorno de identidad disociativo, el cual consiste en la presencia de dos o más personalidades o identidades dentro de un mismo sujeto (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interaccion y concepción del entorno y de sí mismo), las cuales pueden apropiarse del comportamiento del individuo. El protagonista identificado como Jack, se encuentra con Tyler, un sujeto que ha conocido en un vuelo de avión, con el cual termina viviendo luego del incendio de su propio departamento, formando un lazo que los mantiene unidos y los lleva a organizar “el club de la pelea”, una junta diaria de peleas clandestinas, que posteriormente se transforma en el “Proyecto Mayhem” con el objetivo de destruir y provocar caos en los edificios comerciales y provocar una serie de actos terroristas (que a mi gusto tienen una connotación anticapitalista o “anti-globalización”), que son visiblemente ideados por Tyler, pero al descubrir Jack que él mismo es Tyler, se da cuenta de que el ideó el destructivo proyecto. Durante el transcurso de la película, a través de las palabras enunciadas por los personajes y a través del guión se deja entrever el mensaje detrás de los elementos dramáticos. El film hace una especie de espejo metafórico de la sociedad actual y de cómo se desenvuelve un individuo en ella, mostrándolo fielmente como un sujeto el cuál ha perdido sentido, desempeñado labores que no son de su agrado para conseguir elementos que no son necesarios, como lo dice el personaje Tyler en una instancia: “Trabajamos en lo que odiamos para consumir lo que no necesitamos”, ésta es la realidad a la que está sometido el sujeto contemporáneo, cuyas labores las ejerce por inercia, perdiendo así el sentido y más importante aún, dejando de buscarle sentido a su existencia, trabajando por lo mismo por lo que los demás individuos trabajan sin ser siquiera necesario para la integridad del hombre, pero paradójicamente necesario para sobrevivir en el mundo actual. Al ocurrir el incendio en el departamento de Jack, en su posterior junta con Tyler, luego de escuchar sus lamentos por la pérdida de los objetos que conformaban su departamento, éste le dice “perdiste una gran cantidad de soluciones versátiles para la vida moderna”, y éstas palabras muestran la realidad en la que la sociedad se desenvuelve y por la que persiste, consideramos que para la vida moderna y para vivir en ella y perdurar, son necesarios una serie de elementos materiales y superficiales que de alguna manera llenan el vacío de existencia que envuelve a cada sujeto integrador de la sociedad y es así como la lucha diaria de cada uno, es una lucha por lo material, de alguna forma, el hedonismo surgido en la modernidad ha evolucionado a tal punto donde es una cosa netamente material, consumista, donde éstos elementos nos vendan los ojos al mundo y a los demás, pero más aún con cada uno de nosotros, donde cada cual deja de verse a sí mismo y lo que hace, y es así como se retrata en la película, donde Jack terminó por no ver que él tenía otra personalidad dentro de sí, y esto inducido por la vida que estaba obligado a llevar, la dura vida diaria donde haces lo que no te gusta para consumir lo que no necesitas y para que al final el mismo hecho de no ser y no hacer lo que es agradable para sí, termina por desear ser alguien que esté fuera de esa burbuja. De alguna manera, dejamos que los objetos materiales tengan más esencia que el mismo ser, como lo menciona Jack en una instancia al referirse a su departamento quemado: “lo que se quemó era yo”.

Pero además de reflejar estos elementos propios del materialismo y el consumismo, la película también es un reflejo de cómo se siente interiormente el hombre contemporáneo; deseoso, sometido, atrapado. Deseoso, porque bajo el manto de superficialidad y consumismo que lo rodea, éste tiende a la libertad, la libertad de ser quién se enfrente a esto que mantiene a sus

iguales atrapados al igual que él. Sometido, porque desde siempre el hombre ha tenido el afán de organizar, pero “organizar” bajo un sistema de bases que dirija el comportamiento y la vida de los sujetos que conforman éste sistema, lo que no ha cambiado al día de hoy, si bien el hombre es más libre, es más individual y puede decir lo que piensa, éste mismo se somete a seguir patrones de comportamiento que le hagan tener la creencia de que lo que está realizando es lo adecuado, aunque para sí no lo sea. Actualmente el hombre busca y está deseoso de estar bajo un sistema que le dé indicaciones, ya que al estar ocupado de conseguir aquellos elementos que le facilitarán la existencia, no tiene tiempo para pensar en cómo debe actuar frente a determinadas situaciones Y Atrapado, porque a pesar de que tenga el deseo de ser libre e independiente de aquellos elementos que solucionan la vida moderna, esto sólo queda en el deseo, ya que los medios de comunicación, las masas, y los elementos que lo rodean, no le permiten ver otra posible realidad, y aquella realidad que es posible, no es la aceptada por sus pares, y al final de todo, la aceptación de los pares es un elemento vital para la integridad de cada ser humano y una necesidad.

Si bien, pareciera ser que el mundo en el que vivimos hoy en día es más sencillo, rodeado de facilidades que hacen que nuestras labores diarias sean menos arduas y más sencillas, debemos poner esto a un lado de la balanza, y del otro en cómo nos sentimos como sujetos o individuos, ¿Estamos siendo realmente individuos? ¿Ó sólo somos un montón de bultos grises que se mueven en la sociedad? ¿O más bien, que somos movidos en la sociedad? Interrogantes cómo éstas pueden ser las que salven al hombre de la contínua y progresiva caída interna, quizás al hombre global le hace un poco de falta una conexión con la antigüedad y volver a cuestionarse sobre sí y sobre el mundo que lo rodea, admirarse, contemplar, dudar, como lo hicieron los antigüos griegos en algún punto de la historia.

Referencias Bibliográficas

“Psicología, Medicina, Salud y terapias Alternativas” http://www.cepvi.com/articulos/personalidad_disociada.shtml

“El Club De la Pelea”; Film 1999, David Fincher. “Historia moderna y contemporánea” vol. I; 1982, José Manuel Lara

Hernández.