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ANEXO II. Juan Friede y el desarrollo de la etnohistoria en Colombia José Eduardo Rueda* LA OBRA DE FRIEDE: Basándonos en la recopilación bibliográfica que realizamos junto con el antropólogo Jorge Morales Gómez (Contribución a la bibliografía del profesor Juan Friede) podemos decir que Friede publicó entre libros, ensayos, artículos específicos y de avance, reseñas bibliográ- ficas y reediciones un total de 226 títulos, divididos por materia de la siguiente forma: etnohistoria, historia general, fuentes documenta- les, estudios biográficos y de folclore, temas económicos, de historia y geografía histórica, lingüísticos; ensayos de antropología, historia e indigenismo; miscelánea de estudios históricos, crítica e historia del Arte. Los temas que con mayor frecuencia abordó fueron: Histo - ria indígena y del indigenismo, la Conquista, la Independencia, alemanes en América, el clero y las misiones en la Conquista, la Colonia y la República, la encomienda y los encomenderos como formas de control socio -económico y la legislación indiana. Por la diversidad, extensión y contenido es una de las obras, no sólo más extensas, sino más sólidas y serias que intelectual alguno haya escrito en Colombia. Toda ella publicada entre 1943 y 1981, período de tiempo en el cual se puede observar, salvo el lapso de 1980, una secuencia continua de por lo menos un artículo anual, publicados algunas veces y exclusivamente en inglés, francés y alemán, y la mayoría en castellano. En general, a sus libros u "obras mayores" antecedieron artículos de avance. Es así como, por ejemplo, a mi manera de ver su opus magnum: Los Andakí, 1538-1947, Historia de la aculturación de una tribu selvática (1953-1974), tuvo un total de siete artículos, escritos entre 1946 y 1952. La misma característica se cumple en "Los Quim- bayas bajo la dominación española (1539-1810)", publicado por pri- mera vez en 1963 con reediciones en 1978 y 1982, tuvo dos artículos que lo antecedieron: El tesoro de los Quimbayas (1951) y Aportación documental al estudio de la demografía precolombina: Los quimba- yas (1962). * Antropólogo de la Universidad Naci onal. Magister en Historia Andina, Universidad del Valle.

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ANEXO II.

Juan Friede y el desarrollo de la

etnohistoria en Colombia

José Eduardo Rueda*

LA OBRA DE FRIEDE: Basándonos en la recopilación bibliográfica que realizamos junto con el antropólogo Jorge Morales Gómez (Contribución a la bibliografía del profesor Juan Friede) podemos decir que Friede publicó entre libros, ensayos, artículos específicos y de avance, reseñas bibliográ-ficas y reediciones un total de 226 títulos, divididos por materia de la siguiente forma: etnohistoria, historia general, fuentes documenta-les, estudios biográficos y de folclore, temas económicos, de historia y geografía histórica, lingüísticos; ensayos de antropología, historia e indigenismo; miscelánea de estudios históricos, crítica e historia del Arte. Los temas que con mayor frecuencia abordó fueron: Histo -ria indígena y del indigenismo, la Conquista, la Independencia, alemanes en América, el clero y las misiones en la Conquista, la Colonia y la República, la encomienda y los encomenderos como formas de control socio -económico y la legislación indiana.

Por la diversidad, extensión y contenido es una de las obras, no sólo más extensas, sino más sólidas y serias que intelectual alguno haya escrito en Colombia. Toda ella publicada entre 1943 y 1981, período de tiempo en el cual se puede observar, salvo el lapso de 1980, una secuencia continua de por lo menos un artículo anual, publicados algunas veces y exclusivamente en inglés, francés y alemán, y la mayoría en castellano.

En general, a sus libros u "obras mayores" antecedieron artículos de avance. Es así como, por ejemplo, a mi manera de ver su opus magnum: Los Andakí, 1538-1947, Historia de la aculturación de una tribu selvática (1953-1974), tuvo un total de siete artículos, escritos entre 1946 y 1952. La misma característica se cumple en "Los Quim-bayas bajo la dominación española (1539-1810)", publicado por pri-mera vez en 1963 con reediciones en 1978 y 1982, tuvo dos artículos que lo antecedieron: El tesoro de los Quimbayas (1951) y Aportación documental al estudio de la demografía precolombina: Los quimba-yas (1962).

* Antropólogo de la Universidad Naci onal. Magister en Historia Andina, Universidad del Valle.

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Las dos obras mencionadas nos sirven de apoyo para mostrar algunas de las características de los trabajos etnohistóricos de Friede. Los Andakí es quizás uno de los libros a los que Friede dedicó más tiempo en su investigación y redacción, cerca de trece años, espacio de tiempo en el cual consultó el Archivo de Indias de Sevilla, el Nacional de Bogotá y el Central del Cauca así como los regionales y locales de los municipios de Timaná, Garzón, Acevedo, Almanguer y Comisaría del Caquetá.

En tales archivos, y luego de una paciente y sistemática labor de rastreo, lectura y clasificación, obtuvo un considerable volumen de información, la cual sometió a una rigurosa crítica que le permitió agrupar la documentación según su grado de riqueza y pobreza fren te al tema investigado. Por ejemplo, en concepto de Friede, las visi tas eran testimonios importantes pues en ellas se dan una aproxima ción mucho más cercana a la vida cotidiana del indígena así como de sus relaciones directas, interétnicas, con los demás grupos étnicos. También, y basado en la información obtenida en los archivos pudo hacer algunos estudios de lingüística histórica. ; :-.*

Es quizás la preocupación por la documentación y su manejo lo que llevó a Friede a hacer un aporte muy significativo a la historia del país: publicar 25 tomos de documentos sobre la historia de Colombia, que si bien no son las únicas selecciones de documentos que hasta el momento de la primera edición de los de Friede (1947, 1951, 1955-1960) se habían hecho en Colombia, sí fueron las primeras que tuvie ron una presentación o introducción y sobre todo, unos índices que facilitan la consulta.

Como punto esencial dentro de los trabajos de Friede reconocemos su preocupación por mostrar cuáles eran las condiciones de los grupos indígenas antes de la llegada de los españoles y su posterior desenvolvimiento; para ello, se remonta al momento "más cercano" del contacto entre los españoles e indígenas. En dicho objetivo se ayuda de los cronistas pues en ellos generalmente se señala aproximadamente en qué fecha fue dicho acontecimiento. Por ejemplo, para el caso de los Quimbayas cita a Cieza de León. Obviamente, la noticia suministrada por el Cronista trata Friede de constatarla o de encontrar su confirmación documental, o hallar algún indicio que así lo señale.

La cercanía le permite al Maestro, por ejemplo en el caso de los Quimbayas, escribir un trabajo que muestra, hasta donde alcanza la documentación, cómo era la comunidad en el momento de la conquista. A través de las "supervivencias" que encuentra a lo largo de la documentación consultada infiere y concluye muchas cosas. Hace una reconstrucción cronológica muy precisa de todos los hechos que pudieron influir en el desmembramiento de, por ejemplo, la sociedad y cultura Quimbaya: misiones al Perú, Pacificación de los indígenas de Arma, levantamiento de los encomenderos, etc. A través de la documentación rastrea y sigue la casi siempre evidente disminución demográfica indígena, sus causas y efectos.

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En los Andakí, Friede asume un papel de maestro. Efectivamente, el libro tiene otro cariz importante: el didáctico, y que, dada la forma como plantea los problemas y dificultades, así como la solución que de ellos intenta esbozar, hace de los Andakí un libro de lectura obligatoria para eJ estudiante o estudioso que vaya a iniciar la a veces no grata lectura de documentos, pues además de las dificul-tades, da importantes "pistas" para que la labor investigativa sea más productiva.

Parte Friede por señalar los problemas más frecuentes a los cuales el investigador se ve abocado durante una investigación de archivo desde las condiciones mismas de la documentación y el lamentable descuido de los archivos hasta las dificultades para el in vestigador de reconocer palabras puramente indígenas. No deja de lado lo metodológico, tan es así que señala la imposibilidad de "descompo-ner étnicamente una 'nación', 'tribu', 'parcialidad' o 'pueblo'" (1). Igual incapacidad analítica se presenta con las listas que elaboraban los encomenderos, así como con los documentos oficiales. De todo esto también podemos colegir que, en concepto de Friede, uno de los temas esenciales que el etnohistoriador debía tratar de dilucidar era el de la organización social del grupo que se quería estudiar.

La labor didáctica la completó planteando, para antropólogos e his-toriadores, posibles y necesarias investigaciones, problemas, hasta ese momento no tenidos en cuenta: relación entre San Agustín y en general el Alto Magdalena con el Amazonas, con lo cual dio otra interpretación al arte escultórico que allí floreció, así como las nece-sidades investigativas que implicaba para la arqueología, la historia y la antropología, lo que a su vez determinaba la sistematización y estudio de los resultados de lo hecho en esas materias.

En opinión de Friede, para darle un justo valor antropológico a la información recogida en los archivos ésta debía ser cotejada con otra, obtenida en el terreno mismo de los acontecimientos, o en la zona de habitación de la comunidad o grupo estudiado, es decir, la historia oral, la cual recopiló Friede, junto con las tradiciones orales de la re-gión andakí. Informaciones que tuvo buen cuidado de ir comproban-do, en archivos, publicaciones, especialmente Cronistas y con otros informantes. Todo ello implicaba la necesidad para el investigador de conocer la geografía y la etnografía de la región que habitaba la comunidad estudiada. En fin, de adelantar un exhaustivo trabajo de campo.

Lo anterior nos da pie para resaltar el gran valor que da Friede a la necesidad para el investigador, sea antropólogo, historiador, lin-güista, etc., de conocer y manejar los conceptos y métodos de otras disciplinas del saber, pues, éstos, le permiten tener una visión y acercarse mucho más al conocimiento global de una comunidad o grupo humano. Es así como, uno de los puntos de la relación entre

1. Friede, Juan. Los Andakí, 1538-1947. Historia de la aculturación de una Tribu Selvática. Pág. 35.

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Antropología e Historia en el que más centró Friede su atención fue en la posibilidad que tenían ambas especialidades, combinadas una y otra, para comprender las posibles influencias de una comunidad, sus alcances y grados de difusión cultural. Otro más sería, las condiciones naturales y socioculturales en que se desenvolvieron las diferentes culturas. Pero, además del andamiaje teórico-metodológico, las diferentes especialidades debían ayudarse mutuamente: antropología e historia, arqueología e historia y antropología, etc.

Una de las ciencias en la cual más centró su conocimiento fue en la geografía, y especialmente en el valor que dicha disciplina tenía para analizar e interpretar la historia de una región y de una comunidad indígena determinada: importancia comercial de una zona y posibles vías de comunicación, modelos y tipos de asentamientos humanos, relación de una comunidad indígena con su medio ambiente, posibles áreas de influencia social, económica y cultural de un grupo, etc.

Ahora bien, hemos hablado de la crítica a la documentación utilizada en la investigación. Para Friede, también era necesario hacer otra crítica, no ya a la documentación sino a la conceptualización tenida hasta ese momento como cierta. Es así como, frecuentemente, critica y aclara términos como "Caribe", "Antropofagia", etc., los que, la mayoría de veces, habían sido introducidos por los Cronistas, fuente que también debía ser objeto de una minuciosa revisión y que debía ser utilizada con extremo cuidado, dada la superficialidad, descuido y etnocentrismo contenidos en ellas. Todo ello orientado a comprender lo más objetivamente posible la verdadera magnitud de los procesos históricos y también para '' convencer a los historiadores y antropólogos americanos de que no es posible estudiar la verídica historia del aborigen sin adoptar un camino similar, pues sólo con éste se descubre la realidad americana encubierta en los tratados, historias e informes oficiales'' (2).

ANÁLISIS Y VALORACIÓN:

Con Juan Friede la historiografía colombiana rompe por primera vez con una tradición hasta ese momento existente: el culto a la personalidad de algunos grandes personajes, generadores y artífices de la Independencia. En efecto, a partir de la publicación, en 1943, del libro "Los Indios del Alto Magdalena: Vida, luchas y exterminio (1609-1931)" pero, especialmente con "El indio en lucha por la tierra. Historia de los resguardos del Macizo Central Colombiano" (1944), títulos a los que seguirían más de un centenar entre libros, ensayos y artículos, el indígena y en cierta medida las masas, que en últimas son los personajes que más interesan al historiador social, comenzaron a ser considerados como objetos de nuestra historia.

Friede abrió un nuevo campo, una nueva perspectiva, dentro de la historiografía nacional: descubrió e hizo evidente ante los acartona-

2. Ibid.Pág. 10.

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dos académicos la existencia de otras sociedades, en este caso indígenas, con una historia particular y con un desarrollo totalmente distinto y alejado del europeo, con peculiaridades propias frente a la hasta entonces "heroica" y romántica historia nacional. Sin embargo, no enfatizó Friede un hecho esencial: La visión propia que tiene el indígena de su historia lo hacen concebir su futuro de una manera distinta al no indígena. Así, los trabajos de Friede no intentan recuperar la historia de las comunidades, sólo muestran los conflictos a que se han visto abocados a partir de su relación con el "blanco" invasor.

Pero, no debemos olvidar que los estudios de Friede son pioneros; ello hace que tengan sus errores. Sin embargo, son muchos los aciertos y los aportes, sus planteamientos acerca de la situación del indígena a lo largo de la historia de Colombia han sido retomados por científicos sociales y políticos, circunstancia que le ha causado problemas, a más de las dificultades que para el maestro ha representado el tratar de convencer a un público poco acostumbrado a la lectura de biografías colectivas, pues, a la larga, los estudios de Don Juan sobre comunidades indígenas: los Andakí, los Quimbayas, los Chib-chas, los Arhuacos, etc., no son más que eso.

En efecto, las obras de Friede que tratan de la historia de una comunidad indígena determinada, parten de mostrar cómo, muchas de ellas, habían tenido un particular desarrollo socio-cultural, en el cual se habían incluido la difusión cultural y las influencias recíprocas, pero no habían tenido un contacto con culturas radicalmente distintas. A partir de la Conquista y colonización española, dichos grupos iniciaron un contacto, casi siempre involuntario, con el "blanco". A medida que avanzó el proceso, éste se hizo cada vez más conflictivo, convirtiéndose en un verdadero choque entre el complejo mundo indígena y el de los españoles o europeos. Este hecho, conocido por Occidente como "La Conquista", en nada benefició al grupo subyugado: le significó un triste destino colectivo o bien su debilitamiento mediante la aculturación, cuando no su total extinción.

Tal fenómeno, que para nosotros sólo ahora aparece como entendi-ble, aunque no lógico, había sido estudiado por nuestra historia desde el punto de vista del vencedor español magnificando, en la mayoría de los casos, su acción. Nunca, hasta los trabajos de Friede, se había mostrado qué había pasado con esas sociedades indígenas al encontrarse con la sociedad europea.

Por supuesto, el profesor Friede, para cada trabajo o libro que escribió, cumplió un grandísimo esfuerzo en la consecución de los datos, labor que adelantó con tenacidad, y que, a la hora de construir el conjunto, supo utilizar con imaginación innovadora, y sobre todo, en una perspectiva de larga duración en la cual se muestra el constante conflicto entre la sociedad dominante y encomendera, hacendada, misionera, nacional, y la sociedad dominada, los indígenas, pero en la cual se incluyen varios elementos o categorías analíticas:

1. El medio geográfico, físico y cultural en el cual vivían inicialmente las comunidades y su posterior transformación.

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2. El desenvolvimiento demográfico a partir, y en lo posible, del mo mento del primer contacto hasta la fecha límite, impuesta por Friede, para finalizar el estudio.

3. Las diferentes formas de resistencia y convivencia entre "blan cos" e indígenas y su particular desenvolvimiento en cada una de las comunidades escogidas, es decir, las distintas reacciones de los indígenas y de los ' 'blancos" frente a, por ejemplo, una Cédula Real, las cuales, entre otras, no fueron en su totalidad conocidas por los indígenas y aceptadas, pero tampoco cumplidas por los blancos.

Como se ha mencionado, el eje de los estudios de Friede es el con flicto producido por el encuentro de dos sociedades y culturas total mente disímiles, lo que hace que la descripción y análisis estén impregnados de cierto impresionismo que por momentos nos cambia el héroe, quien hasta el momento de aparecer la obra de Don Juan era el conquistador, el encomendero, el misionero, el libertador, para transformarse en el cacique, el capitán, etc. Pero, dado que la historia del indígena es más trágica que gloriosa, el héroe cae siem pre en la desgracia.

De todas formas, no sólo en las obras que tratan sobre indígenas, sino también en las relativas a temas un tanto tradicionales: Independencia, Comuneros, Biografías de personajes, etc., Friede trató de mostrar la otra cara de los hechos, de los procesos: la faz de los derrotados, su drama, su ideología, y accionar, en fin valoró al pueblo, obsesión que explicó Friede de la siguiente forma: "Las culturas indígenas me interesan no tanto por los indígenas en sí sino porque soy un antihéroe. No me interesan los grandes hombres sino el pueblo. En el desarrollo de mi trabajo, a medida que más me iba interesando el indígena, más me iba interesando el pueblo" (3).

Desde ese punto de vista los estudios del maestro pueden servir de modelo, o mejor, de punto de partida, como de hecho lo han sido y seguirán siendo, para comenzar un proceso de estudio e investigación tendiente a comprender el mundo del '' otro'', pues además de introducir al lector en el uso y manejo de las fuentes orales y escritas, como en su necesaria crítica, lo va llevando de la mano (tanto al lector desprevenido como al especialista) hacia el conocimiento y comprensión de la otra sociedad, de sus conflictos y problemas.

Ahora bien, Don Juan ha estudiado la historia indígena en períodos de larga duración, con una metodología que no sólo ha consistido en la consulta sistemática de documentación de archivo, sino que también ha incluido el conocimiento que suministra la etnografía y la historia oral, todo lo cual le ha permitido empaparse de la problemática que afrontó, y que todavía enfrenta el indígena en su relación con la sociedad nacional.

3. Friede, Juan. "Me enamoré de la luz del trópico". Entrevista

concedida a Santiago Aris-tizábal. Revista Gaceta No. 43, pág. 4.

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Las denuncias adelantadas por Friede le trajeron serios problemas, le causaron momentos amargos y no pocas decepciones. Sin embar-go, tuvo la entereza y el valor de continuar su labor intelectual, olvidando, por temporadas, el tema de lo que ha sido causa de su malestar.

En realidad, es bien difícil para un investigador latinoamericanista no hacer cierto "proselitismo", que no implica necesariamente beligerancia, corriendo el riesgo de ser "subjetivo", pues como bien lo ha señalado Magnus Morner en "América Latina, parte integrada del Tercer Mundo, el estudio histórico de las masas se enlaza íntimamente con la problemática del subdesarrollo y sus profundas raíces en el pasado" (4).

No debe pensarse que Friede fue un "panfletista". Por el contrario, si algo caracterizó su trabajo intelectual e investigativo fue su incesante esfuerzo para acercarse objetivamente, y en la medida de las posibilidades, a la realidad por él analizada. Ello se aprecia en la honestidad en presentar la documentación y sus alcances, la rectitud en señalar los vacíos que él no pudo llenar, muchas veces por física carencia de datos, como también en la claridad por expresar sus ideas, valores y objetivos en torno a lo investigado, buscando o por lo menos intentando mostrar una continuidad (propia de la historia) íntimamente relacionada con el presente, pero señalando los cam-bios y mediaciones que durante el proceso de confrontación ha tenido la sociedad indígena. Claro está que el maestro hizo hincapié en las transformaciones más visibles, especialmente en las demográficas y en las de la lucha por la tierra, pero sin ahondar su análisis en los fenómenos de la aculturación, aunque sí toca los de la mentalidad.

En todo lo anterior, sin lugar a dudas, ha influido la relativa indepen-dencia que durante buena parte de su vida mantuvo Friede frente a instituciones oficiales y privadas, como también los períodos en los cuales tomó distancia del país y en los que pudo ampliar sus perspec-tivas.

Fue Friede un asiduo defensor de la necesidad de la interdisciplin a-riedad. En sus estudios confluyen elementos geográficos, ecológicos, pero esencialmente antropológicos, por lo que se le ha señalado como el pionero de la Etnohistoria en nuestro país. Algunos de sus estudios parten de las culturas precolombinas: Chibcha s, Quimba-yas, Andakí, entre las principales, y que muestran las transformacio-nes que ellas han tenido o tuvieron a través de la aculturación ejerci-da por los españoles, lo cual implica el análisis de la lengua, la cultu-ra, la ideología, en diferentes momentos del proceso, para lo cual ha recurrido a la contrastación y complementación de la información obtenida en los archivos con la observación directa, en los casos posibles, de comunidades y culturas aún no desaparecidas, sin olvi-darse de recopilar y utilizar testimonios y tradiciones obtenidos a través de informantes.

4. Morner, Magnus. Ensayos de Historia Social Latinoamericana. P. 10.

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En ese sentido el aporte de Juan Friede fue fundamental pues en sus obras muestra cómo el historiador que se preocupa por lo indígena debe recurrir, al igual que los demás científicos sociales, a la meto-dología y conocimientos de otras especialidades: la antropología, la lingüística, la arqueología, la geografía, la ecología, etc. Debido a que el mundo que pretende estudiar es tan complejo y original, es preciso recurrir a tal interdisciplinariedad, la cual debe completarse con un estricto trabajo de campo, con el que no sólo se pretende obtener y contrastar información, sino también conocer al máximo el entorno geográfico de la comunidad estudiada.

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