Tanatología en niños.

González Rojas María Cristina

El gran impacto que marca la muerte de un ser querido en niños es mucha, debemos de saber cómo tratar con ellos para que tengan una recuperación más rápida. Hablar de la muerte con ellos resulta un poco difícil, pero se debe hablar siempre con la verdad.

Representa un acontecimiento que causa dolor, tristeza, melancolía, culpa, angustia, enojo, entre muchas otras cosas.

En personas adultas y niños el dolor se manifiesta entre otras formas en llanto, negación, ira, resentimiento y depresión.

La muerte es parte del ciclo de la vida, en ocasiones ocurre a temprana edad y en otros momentos cuando ya uno es muy viejo, todas las personas deben seguir con su vida y en lugar de decirles no sufran, apoyarlos a enfrentar la vida.

Negación: Nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. En los niños puede preguntar reiteradamente dónde está el difunto.

Etapas de duelo.

Desorganización.- Es un período de desorganización emocional con la sensación de estar al borde de una crisis nerviosa y enloquecer. Tras aceptar la perdida el nivel de tristeza y el dolor empieza a experimentarse con una mayor intensidad.

Enojo.- Se manifiesta con rabia y resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar debido a que la ira se desplaza en todas direcciones.

Culpa.- Durante este período el doliente recuerda, con resentimiento, las cosas que se hicieron con la persona, cuando aún estaba con vida. La persona idealiza el pasado y se siente responsable por las faltas, los asuntos no terminados o los errores que se cometieron.

Soledad.- En ésta etapa, llamada del sentido de pérdida y de soledad, el dolor que se sufre es el más profundo. El ser plenamente consciente de que una persona vivió y ocupó un espacio a nuestro alrededor, llega a ser abrumador y se acentúa cada vez que los detalles cotidianos traen el recuerdo de ella.

Alivio.- Aún cuando su nombre pueda dar un sentido negativo al concepto, lo cierto es que él, o los sobrevivientes, pueden experimentar una sensación de alivio, de una forma u otra.

Restablecimiento.- Es la última parte del duelo en este punto se está capacitado para manejar la realidad sin el difunto, desarrolla lentamente, a medida que el doliente aprende a manejar los sentimientos de culpa que tiene .De esta manera, el doliente vuelve a vivir, ve el futuro con más confianza y seguridad en sí mismo; goza más el presente, y el recuerdo de la persona ida se hace menos doloroso.

Siempre a los niños se les debe de hablar con la verdad acerca de la muerte de una persona, ya que depende mucho la información que les demos para poder recuperarse de esa tragedia. Acompañar a un niño en duelo significa no apartarlo de su realidad, con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Aunque resulte muy doloroso y difícil hablar de la muerte con el niño, es mejor hacerlo lo antes posible

GRACIAS.