15
LA EXPERIENCIA POPULISTA EN ARGENTINA Y CHILE Análisis comparativo de los regímenes de Perón e Ibáñez POR: JOSÉ IGNACIO OLAVE GAJARDO Ensayo presentado a la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad del Desarrollo, Curso Los desafíos de Latinoamérica, un continente de revoluciones” para optar al grado académico de Diplomado. PROFESORA GUÍA: Sr. MARCELO JARA Julio, 21 de 2013 CONCEPCIÓN

La experiencia populista en Argentina y Chile

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La experiencia populista en Argentina y Chile

LA EXPERIENCIA POPULISTA EN ARGENTINA Y CHILE

Análisis comparativo de los regímenes de Perón e Ibáñez

POR: JOSÉ IGNACIO OLAVE GAJARDO

Ensayo presentado a la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad del

Desarrollo, Curso “Los desafíos de Latinoamérica, un continente de revoluciones” para

optar al grado académico de Diplomado.

PROFESORA GUÍA:

Sr. MARCELO JARA

Julio, 21 de 2013

CONCEPCIÓN

Page 2: La experiencia populista en Argentina y Chile

2

INDICE

Resumen………………………………………………………………….………………..……3

Introducción……………………………………………………...……………………..….……4

Argentina y el peronismo……..……..……………………………………………………...…6

Chile y el ibañismo………..……………………………………………………………..……..9

Análisis de discursos………………………..………………………………………………...11

Conclusiones…………………………………………………………………………………..14

Bibliografía………………………………………………………………………….………….15

Page 3: La experiencia populista en Argentina y Chile

3

RESUMEN

El presente ensayo pretende comprender el populismo en su realidad histórica, como

elemento determinante de la realidad política latinoamericana de mediados del siglo

pasado, y su manifestación en el discurso público de sus principales representantes.

¿Es posible establecer semejanzas y diferencias entre las experiencias chilena y

argentina en base a los diferentes discursos populistas? La respuesta a esto, es

afirmativa ya que hay claros puntos de convergencia y divergencia entre ambos

procesos; mediante el análisis comparado de los casos de Chile y Argentina

establecen puntos en común y de contraste entre el discurso público sostenido por los

presidentes de la época: Ibáñez y Perón, respectivamente. La importancia de este

ejercicio radica en conocer y comparar el desarrollo político de dos países

latinoamericanos como Chile y Argentina, que vivieron un desarrollo político con

características semejantes, y que por su cercanía geográfica y sus rasgos

idiosincráticos favorecen el trabajo de establecer paralelismos entre ambas

experiencias. Para ello es necesario conocer, en primer lugar, las características

generales de cada gobierno y luego centrarse en dos discursos políticos relevantes

que permitan dar paso a un breve ejercicio comparativo.

Page 4: La experiencia populista en Argentina y Chile

4

INTRODUCCIÓN

El populismo constituye uno de los fenómenos políticos más relevantes del siglo XX en

el contexto latinoamericano y destaca, fundamentalmente, por la particularidad y

frecuencia con la que se presentó en los más diversos contextos sociales y culturales

del continente; es así como en países con historias políticas e institucionales bastantes

diversas, nos encontramos con casos de populismo. A pesar que se pueden trazar

algunos lineamientos centrales en torno a las características esenciales que debe tener

un régimen “populista”, es también posible encontrar una serie de diferencias de

acuerdo con la conformación social y cultural de cada país latinoamericano.

Este trabajo busca avanzar en esa línea, y para ello se plantea el problema: ¿cuáles

son las coincidencias y las divergencias entre el populismo chileno y el argentino de

mediados del siglo veinte? A partir del estudio y análisis de algunos documentos

representativos –fundamentalmente discursos públicos de Ibáñez y Perón, resulta– se

buscará caracterizar y contrastar ambas expresiones del populismo.

Ahora bien, ¿cómo podríamos definir el populismo latinoamericano? A primera vista,

dar una definición satisfactoria es complejo ya que se trata de un concepto polisémico,

que tiene múltiples interpretaciones. En primer término, puede catalogarse como una

categoría histórica, como un “concepto para describir ciertos momentos históricos de la

evolución de algunos países”1 y que para el caso de América Latina, se desarrolló

mayoritariamente a mediados del siglo XX en países como Brasil, Argentina, México,

Perú, Ecuador y Chile. Se pueden definir, de manera muy amplia, como un régimen

político basado en “alianzas policlasistas con predominio de los sectores urbanos (…) y

con un claro liderazgo caudillista”2. A diferencia de otros episodios, como el ruso y el

norteamericano, los populismos latinoamericanos tienen una serie de rasgos que le

otorgan su particularidad: un cierto paternalismo, en algunos casos, son abiertamente

1 GARCÍA, Roberto, sobre el concepto de populismo en Revista “Estudios” nº103, vol. X, 2012, p.10

consultado en http://biblioteca.itam.mx/estudios/100-110/103/RobertoGarciaJuradoSobreelconceptodepopulismo.pdf (19-07-2013) señala que han existido una serie de episodios populistas a lo largo de la Historia y el caso de América Latina es el tercero a considerar. 2 Art. cit., p. 16.

Page 5: La experiencia populista en Argentina y Chile

5

autoritarios y todos ellos buscaban una identificación y una movilización popular “desde

arriba”, es decir, dirigida por el Estado.

Habría que agregar a esta breve conceptualización, el elemento central de todo

populismo que, como lo señala su nombre- dice relación con poner al “pueblo” como

centro de la acción y el discurso político; fue a través de la movilización popular y del

protagonismo otorgado a las masas, como se construyeron y consolidaron estos

regímenes populistas en América Latina. Esta alusión al pueblo tiene una singularidad

que la distingue de otras apelaciones –como las que pueden provenir de otras

ideologías o regímenes políticos– y, en general, se trata de una idea vaga, poco

definida, informe, que puede aludir a una “entidad nebulosa e ilimitada (…) tiene como

característica definitoria su indefinición; alude a una totalidad, pero sin especificar su

contenido”3. Desde la perspectiva latinoamericana, podría tratarse de los sectores más

desposeídos de la sociedad, las masas obreras, los campesinos, las personas sin

educación y/o que viven en la marginalidad, pero también puede referirse a la totalidad

de una nación o del Estado.

Desde un punto de vista ideológico, cabría señalar que el populismo latinoamericano

se ha caracterizado por una combinación de diferentes elementos, difusos y

generalmente vagos; las posibles ideas que pueda contener aparecen encarnadas en

las personalidades de los caudillos o líderes que las representan, de este modo,

surgen el peronismo, el ibañismo, cardenismo, el velazquismo, etc., complejas

combinaciones ideológicas que se sustentan, fundamentalmente, en la figura del líder

carismático. Contrario a lo que podría pensarse, el populismo no se formula como “anti

político”, si no que se trata de un fenómeno político –aunque también tenga ribetes

culturales o económicos– y se manifiesta democráticamente4. ¿Qué condiciones

permitieron que surgiera en América Latina? Básicamente la crisis del sistema

oligárquico (entre 1930 y 1960) heredado del siglo XIX y que en esta época comienza a

debilitarse permanentemente debido al ascenso de los sectores medios, el desarrollo

del movimiento obrero y, finalmente, con el advenimiento del populismo.

3 Art. cit., p. 19.

4 Ver Art. cit., p. 22 y siguientes.

Page 6: La experiencia populista en Argentina y Chile

6

ARGENTINA Y EL PERONISMO

El siguiente apartado tiene por objetivo exponer de manera sintética el origen y

desarrollo del populismo peronista en Argentina y, principalmente, revisar sus

principales características como modelo político5.

Hacia la década de 1930 Argentina vivía una encrucijada: por un lado se producía una

gran expansión económica y una explosión demográfica, pero al mismo tiempo el

orden liberal comenzaba a tambalearse. Se asiste al debilitamiento de la ideología

liberal y al ascenso del nacionalismo, ideología que daría forma a buena parte del

carácter político en décadas posteriores. Bajo la presidencia de Roberto María Ortiz se

desarrolla el proceso de democratización y bajo un régimen de signo oligárquico los

argentinos lograron sobrellevar con relativo éxito las consecuencias de la crisis de

1929. Sin embargo, en torno a junio de 1943 se produce el derrumbe del sistema

liberal-conservador en medio de una delicada situación económica en medio del

contexto de la Segunda Guerra Mundial: de la mano de un golpe de estado que

terminó con el gobierno de Ramón Castillo e inaugura la “revolución nacionalista” que

tendría como eje el “antiimperialismo”, el desarrollo industrial dirigido y la oposición

ideológica tanto al liberalismo como al comunismo: Argentina ahora se encaminaba

hacia una época de profundas transformaciones políticas y sociales. Pese a que el

proyecto nacionalista no logró a cabalidad sus objetivos –debido a discordancias

internas entre “liberales” y “nacionalistas”– permitió, en los años subsiguientes, el

ascenso de uno de los generales que participó en el golpe del 43, Juan Domingo

Perón6.

Desde un comienzo, cuando formaba parte del gobierno militar, Perón tuvo como uno

de sus objetivos centrales vincularse con los movimientos obreros en ascenso y los

sindicatos, para atraerlos hacia el nacionalismo, característico de la junta militar, y

alejarlos de otras ideologías como socialismo o el comunismo. En este sentido, se

5 Para comprender a cabalidad los orígenes y desarrollo del peronismo argentino ver: PLOTKIN, Mariano,

El día que se inventó el peronismo, Ed. Sudamericana, Barcelona, 2007. 6 Ver resumen de este período de la historia argentina en BETHELL, Leslie et. al. Historia de América

Latina, vol. 15, Ed. Crítica, Barcelona, 2002, p. 3 en adelante.

Page 7: La experiencia populista en Argentina y Chile

7

puede realizar una breve caracterización de las ideas originarias de los militares, y que,

con el paso del tiempo y la consolidación definitiva del peronismo, se mantendrían

como elemento ideológico central del mismo. Dichas ideas centrales eran:

a) Soberanía económica: poner el acento en la independencia de la economía

argentina respecto al comercio internacional, fortalecer la industrialización y el

mercado interno y nacionalizar empresas extranjeras que reemplazara el antiguo

modelo liberal de desarrollo.

b) Soberanía política: bajo el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el mundo de

posguerra, las ideas nacionalistas buscaban la independencia de la influencia de

Estados Unidos en Argentina, que en esta época era un elemento gravitante de la

política interna. Se sostenía el principio de la “neutralidad activa”, el antiimperialismo

y anticolonialismo como ejes centrales. En este apartado también cabría agregar la

oposición tanto al liberalismo (a la “oligarquía”) como a la penetración del

comunismo y el socialismo en los sectores obreros, es decir, una ficticia

“independencia ideológica”.

c) Justicia social7: constituye el elemento clave que va a caracterizar con mayor fuerza

al peronismo, y dice relación con la incorporación de las masas a la política y a una

serie de beneficios económicos (aumentos de salarios, acceso a bienes y servicios)

y sociales que antes les estaban restringidos. En este punto cobra especial

relevancia la movilización popular, lo que trajo consecuencias de largo alcance: la

rápida irrupción de las masas en la política argentina; el peronismo se va a

sustentar, fundamentalmente, en el apoyo que los sectores obreros urbanos y su

fuerza electoral le otorgaron en un estado de movilización permanente, factor que

será clave en la consolidación del peronismo. Así, organizaciones como la CGT

(Central General del Trabajo) y otros sindicatos, tendrán un rol preponderante en la

política pero siempre cooptados desde arriba por el peronismo. En esto cabe

7 Se sugiere profundizar las relaciones entre Perón y el movimiento obrero en PLOTKIN, Mariano, El día

que se inventó el peronismo, Ed. Sudamericana, Barcelona, 2007, pp. 4-14.

Page 8: La experiencia populista en Argentina y Chile

8

señalar que los nacionalistas pensaban que la clase obrera debía estar tutelada por

ellos o bajo el control del Estado, lo que ocurriría plenamente bajo el régimen

peronista posterior.

Las ideas que sostenían los nacionalistas y luego Perón, han sido consideradas, en un

primer momento, como de inspiración fascista pero también encuentran su origen en el

régimen de Getulio Vargas en Brasil; este elemento también se refleja en la

importancia dada al Ejército durante toda la era peronista en Argentina y su rol como

representante y articulador de la nación8. Entre otras cosas, esto explica, en el contexto

internacional, la tensa relación que Argentina mantuvo con un Estados Unidos

enfrascado en la lucha contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial.

Teniendo en cuenta estos elementos se explica el vertiginoso ascenso de Perón9, que

culmina con su elección como Presidente en 1946, tras una serie de intentos por parte

de la oposición de neutralizarlo. Apoyado por una coalición de partidos que luego se

disolvió por problemas internos y una vez instalado en el poder, en enero de 1947, se

funda el “Partido Peronista” que va a tener como principal característica el

personalismo, dado el desorden inicial de las fuerzas políticas que apoyaron al general

triunfante: era el propio el Perón el encargado de ordenar, dirigir la política y disciplinar

a sus partidarios10. Los pilares o fundamentos del régimen populista peronista, al

menos en su primera etapa (1946-1955) lo constituyeron: el Partido Peronista,

dominando las instituciones públicas y la burocracia estatal, así como obteniendo la

mayoría parlamentaria en el Senado; los sindicatos, lo que significó el apoyo irrestricto

de la CGT –que desde entonces se mostraría totalmente controlada por el peronismo–;

y las Fuerzas Armadas, que inicialmente se mantuvieron neutrales, pero teniendo un

rol importante participando en el gobierno. El respaldo (no irrestricto) que Perón recibe

también de parte de la Iglesia le otorga una mayor legitimidad a sus ideas y lo acercan,

en cierto sentido, a la doctrina social de la Iglesia como “tercera vía”.

8 BETHELL, Leslie et. al. Historia de América Latina, vol. 15, Ed. Crítica, Barcelona, 2002, p. 48. Señala

que “para Perón y los nacionalistas lo consideraban (al ejército) el epicentro mismo de la comunidad nacional, el encargado de dirigir y movilizar la sociedad”. 9 De acuerdo con PLOTKIN, Mariano, op. cit., p.4-14 la fecha fundacional del peronismo corresponde al 17

de Octubre de 1945, con la marcha de miles de obreros y simpatizantes que exigían su liberación y retorno al país tras meses de encarcelamiento. 10

BETHELL, Leslie et. al. Op.cit., p.61.

Page 9: La experiencia populista en Argentina y Chile

9

Los principios generales del peronismo que se institucionaliza y consolida en esta

década son esencialmente los ya explicados anteriormente: nacionalismo,

industrialización y justicia social.11 Sin embargo, para llegar a tener este dominio sobre

el Estado y la política, Perón tuvo que tomar y poner en práctica una serie de medidas

tendientes a reprimir y censurar a la oposición (constituida esencialmente por el Partido

Demócrata, la Unión Cívica Radical, los socialistas, comunistas y liberales y

conservadores nostálgicos del antiguo régimen) como por ejemplo, manejando

virtualmente la prensa y estableciendo un monopolio sobre los medios de

comunicación12. Todo esto puso en evidencia las tendencias autoritarias del populismo

peronista, lo que a la larga, sería el inicio de su debilitamiento.

En cuanto a lo económico, el peronismo buscó llevar a cabo una serie de

transformación que apuntaban al modelo de industrialización por sustitución de

importaciones (ISI) y una política económica que buscaba expandir e incrementar el

gasto público, un control estatal de los precios e incentivar la industria nacional. Fueron

“las bases sociales del régimen las condicionaron sus opciones económicas”13, lo que

significa que el peronismo no tenía una postura rígida o ideológica en cuanto al manejo

económico, sino que más bien buscó representar los intereses de las bases sociales

que los sustentaban, y para ello adscribió, casi de manera espontánea, al modelo ISI

(con la recesión económica posterior y la crisis del régimen se liberalizaría

paulatinamente la economía argentina).

A modo de síntesis, se puede señalar que el régimen de Perón, con las características

ya señaladas, cabría dentro de la definición de populismo, puesto que pone como eje y

protagonista al pueblo y la búsqueda de la justicia social tan anhelada. Por otra parte,

los elementos caudillescos y personalistas, el control del aparato estatal por un partido,

el manejo económico, los difusos elementos ideológicos que sostenían el peronismo y

las medidas tomadas por el gobierno pueden catalogarse como propiamente

“populista”.

11

BETHELL, Leslie et. al. Op.cit., p.62. 12

Ver BETHELL, Leslie et. al. Op.cit., p.63. 13

BETHELL, Leslie et. al. Op.cit., p.64.

Page 10: La experiencia populista en Argentina y Chile

10

CHILE Y EL IBAÑISMO

Hablar de populismo en Chile resulta complejo dado el “mito” histórico sobre la

estabilidad institucional y democrática de nuestro país, que habría mantenido cualquier

forma de caudillismo o populismo fuera del esquema político. No obstante, en la

historia republicana chilena hay dos casos que podrían calificarse como “populistas”: la

primera presidencia de Arturo Alessandri y la segunda presidencia de Carlos Ibáñez

del Campo (1952-1958), siendo este segundo caso el que tiene una mayor cercanía

con un modelo o forma de gobierno populista14.

De acuerdo con Fernández, “un liderazgo populista pudo emerger en Chile debido a la

existencia de dos factores. Por una parte, por la fuerza que el discurso nacionalista

adquirió en las primeras décadas del siglo veinte. Por otro lado, el electorado chileno

se caracterizaba por su independencia de los partidos”15; la combinación de ambos

factores permitió el surgimiento de un liderazgo como el de Ibáñez marcado por su

sello nacionalista y con un discurso contrario a la política partidista sostenida hasta

entonces. El mismo autor plantea que Ibáñez “…interpeló a la gente común, aislada de

la actividad política. Invocando un lenguaje y una ritualidad política patrióticos, apeló a

una cultura nacionalista común presente en el electorado chileno. De este modo intentó

superar las divisiones partidistas, clasistas y religiosas de los ciudadanos”16, lo que fue

el sello de la primera parte de su segundo gobierno tras el triunfo presidencial de 1952.

De hecho, el lema del “general de la esperanza” era “barrer con la politiquería”,

aludiendo directamente a la pléyade de partidos políticos surgidos en la década del 40

y con sus privilegios. La campaña de Ibañez apuntaba a devolver a Chile el orden

perdido y restituir el progreso económico que se veía en entredicho, mientras combatía

14

Para un análisis en profundidad del populismo de Ibáñez consultar: MOULIÁN, Tomás, El gobierno de Ibáñez (1952-1958), Ediciones FLACSO nº2, Santiago, 1986, 83 p. y FERNANDEZ, Joaquín, El ibañismo (1937-1952) un caso de populismo en la política chilena. Ediciones Pontificia Universidad Católica de

Chile, Santiago, 2008, 214 p. 15

Citado por BARRÍA, Diego, reseña sobre el libro de FERNANDEZ, Joaquín, El ibañismo… en Revista Política, vol. 49, nº1, 2011, p. 245 consultado en http://www.revistapolitica.uchile.cl/index.php/RP/article/viewFile/16773/17471 (20-07-2013) 16

FERNANDEZ, Joaquín, El ibañismo (1937-1952) un caso de populismo en la política chilena. Ediciones Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2008, p.27.

Page 11: La experiencia populista en Argentina y Chile

11

la corrupción y el desorden social17. Así también, si se profundiza en los factores que

facilitaron el ascenso de Ibáñez y, como en otros casos en América Latina,

corresponde a cierto descontento ciudadano, producido hacia fines del gobierno de

González Videla, relacionado con la inflación y el déficit fiscal y medio de un contexto

de crisis de los partidos políticos que se hacía cada vez más evidente18. Ya en las

elecciones parlamentarias de 1949 se hizo sentir la fuerza del ibañismo al obtener un

importante triunfo de la mano del Partido Agrario Laborista, al que luego se sumaría un

diverso grupo de partidos, entre otros, el Partido Socialista Popular y el Partido

Femenino de Chile (el voto femenino será clave en el triunfo del general) para la

presidencial de 1952.

Una vez en el gobierno, se intentó materializar la propuesta del “populismo autoritario”

que terminara con el estilo de gobierno centrado en los acuerdos entre partidos

políticos e inaugurar una nueva fase que aspirara a un nuevo orden, forjando una

relación directa entre el gobernante y las masas. No obstante estos anhelos populares,

el gobierno de Ibañez solo tuvo una primera fase “populista” (entre 1953 y 1955)

caracterizado por la inestabilidad en los ministerios, por los conflictos entre los

diferentes grupos de poder por la participación en el gobierno. Como bien señala

Moulián, lo que se destaca como constante del populismo ibañista fue “la pretensión de

favorecer a los trabajadores, de controlar a los ‘clanes económicos’, de aumentar la

inversión del Estado, de favorecer la autoridad presidencial y de criticar los excesos del

Parlamento”19 .

En lo sucesivo, con el fracaso de las políticas que trató de impulsar el ibañismo en

medio de un clima de creciente conflicto social e inflación, la segunda etapa del

gobierno de Ibáñez se alejó paulatinamente de ideas populistas iniciales y en un primer

momento se acercó a la derecha empresarial para intentar salir de la crisis financiera, y

finalmente termina gobernando apoyado por los partidos de izquierda (1957-1958).

Esto confirma lo difuso, ideológicamente hablando, que resultó ser el ibañismo.

17

CORREA, Sofía et. al. Historia del siglo XX chileno, Ed. Sudamericana, Santiago, 2001, pp.190. 18

CORREA, Sofía et. al. Op.cit, pp.197. 19

MOULIÁN, Tomás, op.cit., p. 21.

Page 12: La experiencia populista en Argentina y Chile

12

ANALISIS DE DISCURSOS

En este apartado se pretende establecer algunas coincidencias y diferencias entre los

regímenes populistas de Perón e Ibáñez y para ello, se toman como fuentes dos

documentos clarificadores de algunas ideas populistas de ambos líderes.

Una primera aproximación al pensamiento de Perón la podemos encontrar en el

discurso de la Plaza de Mayo del 15 de abril de 195320 en el que se dirige a las clases

obrera y plantea ideas que corresponde destacar. Puntualiza lo que viene a ser el

primer principio del “catecismo peronista” que es que “la verdadera democracia

consiste en que el gobierno haga solamente lo que el pueblo quiere y defienda un solo

interés: el del pueblo”. Dicha afirmación pone de manifiesto la absoluta subordinación

del gobierno a los intereses del pueblo, como un ideal democrático a alcanzar, este

constituye el objetivo principal de lo que buscaba el peronismo. En su discurso, Perón

involucra permanentemente al pueblo al gobierno21, como un todo coherente

responsable por las decisiones que se puedan tomar: el pueblo aquí aparece como el

eje del proyecto nacional22. La necesidad de tener un pueblo alerta de sus enemigos

discurre como un elemento articulador del discurso y, en este punto, la justicia social a

la que aspira el peronismo pasa por el conflicto político con la oligarquía, con el

enemigo, que también tiene ramificaciones en el exterior (aludiendo veladamente a

Estados Unidos). Estrechamente relacionado con esto, sobresale la visión maniquea

de la política que sostiene el peronismo, caracterizada por un lenguaje agresivo contra

sus enemigos (no se habla de “opositores”). ¿Cuál debía ser el carácter del gobierno

peronista? “el Gobierno ha de proceder con justicia, con serena justicia, pero con

indestructible decisión y rigor contra los que infrinjan la ley”, es decir, como centro del

gobierno está el hacer justicia con firmeza, como es evidente, para los argentinos más

desfavorecidos y marginados, pero siempre dentro del margen que permiten las leyes.

20

Consultado en http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/ascenso_y_auge_del_peronismo/discurso_15_de_abril_53_peron.php (20-07-2013). 21

“Por esta razón, desde que estoy en el gobierno vengo reclamando la ayuda de cada argentino, porque cuando me eligieron y me hicieron responsable de los designios de la nación, cada uno de los que me votó compartió conmigo la responsabilidad de haberme designado”. 22

“A la patria la salva una sola entidad: el pueblo. Las patrias se salvan o se hunden por la acción de sus pueblos”.

Page 13: La experiencia populista en Argentina y Chile

13

En un punto, el discurso se manifiesta bajo cierta superioridad moral por sobre los

enemigos del gobierno. Considerando el contexto de crisis en que ocurre esta

proclama –enfrentamiento violento con la oposición tras el “caso de Juan Duarte” –

denota cierta necesidad de reforzar su autoridad frente al masas y aparece claramente

el rasgo caudillista23 tendiente a reafirmar la unión casi mística con el pueblo argentino.

Por parte del ibañismo, se analiza un texto que, aunque no corresponde a la época de

estudiada puesto que data de 1929 (en la plenitud de su primer gobierno), ya en él se

vislumbran las ideas fuerza que van a estar presentes en la campaña del 52. Dicho

documento son sus declaraciones al diario “La Nación” de Buenos Aires24 y de sus

palabras ya se puede inferir lo que va a ser una constante en su pensamiento político y

que se va a manifestar con fuerza a comienzos de su segundo mandato: la constante

desconfianza de los partidos políticos: “con semejantes agrupaciones, movidas ya por

su apasionamiento, ya por sus prejuicios de tendencias, no era posible realizar nada

conveniente para la República”. Para Ibáñez, las leyes o proyectos que se habían

desarrollado hasta la fecha y que buscaban el progreso económico y social de Chile no

habían logrado su cometido básicamente porque respondían a los intereses cupulares

de los partidos políticos y a sus visiones ideológicas o para sacar algún provecho

electoral; el Parlamento no estaba respondiendo como mecanismo para resolver los

problemas que aquejaban a los chilenos más desposeídos. He aquí que aparece

también, de manera semejante al peronismo, la búsqueda de la justicia social como

aspiración central. Posteriormente, profundiza en los aspectos políticos y como buscó

contrarrestar el avance del comunismo, para terminar nuevamente haciendo una crítica

a los “políticos profesionales” y de los partidos que representan25. Por último, Ibáñez da

luces sobre cuál es la forma de gobierno que a él le parece más conveniente: un

gobierno fuerte, destacando abiertamente lo que será su sello en sus dos gobiernos: el

autoritarismo y vinculado con eso, el personalismo.

23

“(…) Si mediante eso pudiera algún día llegar a perder la fe inquebrantable que tengo en mi pueblo, habría dejado de ser Juan Perón”. 24

Consultado en https://es.wikisource.org/wiki/Declaraciones_del_presidente_de_Chile_Carlos_Ib%C3%A1%C3%B1ez_del_Campo_a_%E2%80%9CLa_Naci%C3%B3n%E2%80%9D_de_Buenos_Aires (20-07-2013). 25

“Son escolásticos, nublados por un doctrinarismo cerrado y no ven que el país marcha por una senda distinta”.

Page 14: La experiencia populista en Argentina y Chile

14

CONCLUSIONES

Finalizando este sucinto recorrido por ambos ejemplos de populismo latinoamericano,

se pueden señalar coincidencias y divergencias entre el peronismo y el ibañismo:

Coincidencias: Tanto el peronismo como el ibañismo son regímenes que tienen una

serie de elementos comunes26 entre los que podemos destacar: el caudillismo y la

movilización de masas como centro de la actividad política; el desencanto con la

política tradicional y con los partidos tradicionales, la poca claridad ideológica que

permite a ambos populismos desenvolverse apoyados por las fuerzas más dispares; en

lo económico, el rol preponderante otorgado al Estado y a la industrialización y el

control estatal de los aspectos macroeconómicos; el marcado nacionalismo (que en el

caso argentino llegó más lejos que en el caso chileno) y la cercanía con el militarismo y

las Fuerzas Armadas como catalizadores de la actividad política o de las demandas

populares; y, por último, del estudio de ambos casos de populismo, se desprende el

deseo de alcanzar la justicia social y con ello otorgar un papel central a los sectores

más desposeídos en la democracia (esta irrupción de las masas se dio con mucha

mayor rapidez y vehemencia en Argentina, dado que en Chile el proceso se había

iniciado antes).

Diferencias: Algunos elementos diferenciadores a destacar entre ambos regímenes se

relacionan con la capacidad que tuvieron para llevar a cabo sus ideas: de las dos

experiencias populistas, la que tuvo un éxito más contundente fue la argentina, dado

que el peronismo logró copar el espacio político e instalarse como una fuerza que

perdura hasta la actualidad; en cambio, la experiencia chilena fue de corto aliento,

dado que el ibañismo fracasó a poco andar, y no se consolidó políticamente a través

de sus logros. También el discurso peronista resultó mucho más “incendiario” o

agresivo que el que sostuvo el ibañismo, lo que se explicaría debido a las experiencias

políticas dispares de Chile y Argentina durante la primera mitad del siglo veinte.

26

Habría que señalar aquí que Ibáñez en su segunda presidencia se inspiró en el modelo peronista y que entre ambos existió una estrecha relación de cooperación y amistad que tuvo su punto culminante con la visita de Perón a Chile en 1953.

Page 15: La experiencia populista en Argentina y Chile

15

REFERENCIAS

I. FUENTES

Discurso de Juan Domingo Perón en Plaza de Mayo, 15 de abril de 1953 en

http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/ascenso_y_auge_del_peronismo/discur

so_15_de_abril_53_peron.php (20-07-2013).

Declaraciones del presidente de Chile Carlos Ibáñez del Campo a “La Nación” de

Buenos Aires (1929) en

https://es.wikisource.org/wiki/Declaraciones_del_presidente_de_Chile_Carlos_Ib%C

3%A1%C3%B1ez_del_Campo_a_%E2%80%9CLa_Naci%C3%B3n%E2%80%9D_d

e_Buenos_Aires (20-07-2013).

II. BIBLIOGRAFÍA

BETHELL, Leslie et. al. Historia de América Latina, vol. 15, Ed. Crítica, Barcelona,

2002.

CORREA, Sofía et. al. Historia del siglo XX chileno, Ed. Sudamericana, Santiago, 2001.

FERNANDEZ, Joaquín, El ibañismo (1937-1952) un caso de populismo en la política

chilena. Ediciones Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2008.

GARCÍA, Roberto, sobre el concepto de populismo en Revista “Estudios” nº103, vol.

X, 2012 consultado en http://biblioteca.itam.mx/estudios/100-

110/103/RobertoGarciaJuradoSobreelconceptodepopulismo.pdf (19-07-2013)

PLOTKIN, Mariano, El día que se inventó el peronismo, Ed. Sudamericana, Buenos

Aires, 2007.