13
Cuarta Palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado

4. dios mío, dios mío

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 4. dios mío, dios mío

Cuarta Palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado”

Page 2: 4. dios mío, dios mío

La naturaleza comienza a conmoverse por la muerte de Dios. Llegada la hora sexta hasta la hora nona, es decir desde las doce del día hasta las tres de la tarde, una sombra cada vez más espesa va cubriendo la tierra cuando se aproxima el instante decisivo de la historia. Casi no ve cada uno a su vecino, como en la plaga de Egipto. Comienza a cundir el terror, y a penetrar los corazones un convicción, que expresará el centurión: “El hombre justo padece y muere” (Lc 23, 45-48; Mt 27, 45). Un extraño fulgor parece brotar de la cruz de Jesús, y hace ver el suceso a los que están junto a ella. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: “¡Elí, Elí! ¡lemá sabactaní? Que quiere decir “Dios mí, Dios mío! ¿Por qué? Me has abandonado. Al oír esto algunos de los presente dijeron: “Mira llama a Elías”.Las tinieblas que cayeron sobre la tierra es el fenómeno con el que Dios Padre manifiesta su condena y reprobación al crimen más grande de la historia: el que habían cometido los judíos al crucificar a su Hijo.

Page 3: 4. dios mío, dios mío

A Jesús le dolía la vida rota y la muerte que le rondaba como hombre, le dolían fuertemente los clavos en sus manos y en sus pies, le dolía la espalda rasgada por los latigazos. Le dolían los pinchazos de los espinos en su cabeza. Le dolían las heridas en sus rodillas y en la cara al caer bajo el madero de la cruz cuando subía hacia el Gólgota. A Jesús le dolía la soledad, el abandono, la burla, el fracaso aparente, la condena, el rechazo de su pueblo. Y grita en medio de las tinieblas y la soledad llamando al Dios de su vida. Jesús no se queda con su dolor, lo hace oración. Jesús ora en su situación límite, ora la vida hundida, sepultada, derrotada. No se queda con nada, todo lo pone en las manos del Padre.Su grito de angustia es en la noche, en la fe desnuda y dolorosa. Le dice al Padre amado: “Dios mío, Dios mío ¡Por qué me has abandonado”. Grito de angustia que está contenido en el Salmo 22 (21), Jesús lo repite con las palabras del salmista y muy probable que continuará en su interior recitando el Salmo.

Page 4: 4. dios mío, dios mío

Algunos de los que estaban presentes, equivocaron la palabra Elí, Elí por Elías, el famoso profeta del Antiguo Testamento, y creyeron que Jesús estaba llamando a Elías en su auxilio. Había una tradición por la cual muchos judíos creían que Elías había de volver para preparar el camino al futuro Mesías. Probablemente con cierta sonrisa e ironía decían: “A ver si viene Elías a descolgarlo”.Le dice que su voz no le llega al Padre “a pesar de sus gritos”. Le dice que de día y de noche le grita, pero “no le responde, no le hace caso”. Grita y se siente “vergüenza de la gente, desprecio del pueblo”. Grita y siente que se “burlan de él”. Grita y siente que se ríen a su propia cara. Grita “con los huesos descoyuntados”, “apretado contra el polvo de la tierra”. Jesús ora su vida en cruz. Es el Sumo Sacerdote celebrante de su única Eucaristía. Jesús ora su dolor.

Page 5: 4. dios mío, dios mío

Jesús pone en las manos del Padre su límite, su humanidad, su debilidad, su camino sin salida y confía en el Padre. Y se entrega a su poder. Y se abre a su misericordia. Jesús en fe pura, suplica, adora, ama, alaba, agradece, confía y canta.

La oración le ha dado respuesta a su dolor. Y su corazón ahora goza en la paz interior. Es en él, el grito de todos los hombres escuchado por el Padre.Desde ese grito de Jesús cuando en la historia el Padre oye un grito de uno de sus hijos, lo oye unido al del Hijo Amado, Jesús. Y acude con ternura a acogerlo en sus brazos.

Page 6: 4. dios mío, dios mío

Este abismo de dolor lo sufre Cristo por mí, para redimirme del pecado y convencerme que me ama hasta el extremo, hasta dar la vida.

NO HAY MEDIDA PARA ESTE AMOR. CORRESPONDÁMOSLE.

Las palabras de Cristo encierran un profundo misterio que nos revela hasta donde llegó en el abismo de sus sufrimientos. Jesucristo se siente identificado con los pecados de los hombres, y se siente responsable ante su Padre de tanta maldad. Pablo nos dirá: “A quién no conoció pecado, Dios le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él” (2 Cor, 5, 21).A los inmensos tormentos físicos de Cristo se añade el tormento moral de sentirse “pecado” ante su Padre Dios; a él, que era el Santo de los Santos, el Inmaculado, el que nunca conoció el pecado.

Page 7: 4. dios mío, dios mío

Para poder conocer el verdadero sentido de su grito de angustia veamos el Salmo 22. No hay otro salmo que se refiera al Mesías de manera tan directa y profunda como éste. El salmista, con visión profética, nos narra con precisión absoluta los tormentos que sufre el Mesías, nos describe los sentimientos que siente el corazón del Mesías durante estas horas de sufrimiento. El salmo es una plegaria que pone de manifiesto los sufrimientos del Mesías y la angustia de su alma, aflora en él una casi protesta hecha con amor filial y al final se convierte en una plegaria de confianza en el Padre.Jesús sabía que muchos de nosotros tendríamos que pasar por momentos semejantes en los cuales como que parece que Dios se haya alejado, que nos haya abandonado, y quiso enseñarnos a rezar también en esas situaciones tremendas. Él quería descender hasta las últimas profundidades de la situación humana, para que no hubiera sitio de dolor al que tengamos que ir nosotros, en el cual Jesús no haya estado antes.

Page 8: 4. dios mío, dios mío

El vencedor es el que se niega a creer que Dios lo ha abandonado definitivamente. Jesús no terminó su vida con este grito de dolor Él exclamó luego con voz poderosa “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”, porque su fe en el Padre era mucho más grande que las apariencias de abandono en las que lo había dejado. Él quería decirles a los hombres que, aunque hasta el último momento parezca que la derrota nos persigue, si nos aferramos a Dios tenemos el triunfo asegurado, aunque todos los apoyos humanos hayan desaparecido.

Page 9: 4. dios mío, dios mío
Page 10: 4. dios mío, dios mío

Salmo 22 (21)Versículos del 1 al 23Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?¡lejos de mi salvación la voz de mis rugidos!Dios mío, de día clamo, y no me respondes,también de noche, no hay silencio para mí.¡Más tú eres el Santo,que moras en las laudes de Israel!En ti esperaron nuestros padres,esperaron y tú los liberaste;a ti clamaron y salieron salvos,en ti esperaron y nunca quedaron confundidos.

Page 11: 4. dios mío, dios mío

Y yo gusano, que no hombre,vergüenza del vulgo, asco del pueblo,todos los que me ven, de mí se mofan,tuercen los labios, menean la cabeza:“Se confió a Dios, ¡pues que él le libre,que le salve, puesto que le ama!”Sí, tú del vientre me sacaste,me diste confianza en los pechos de mi madre;a ti fui entregado cuando salí del seno,desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios.No andes lejos de mí, que la angustia está cerca,no hay para mí socorro!

Page 12: 4. dios mío, dios mío

Novillos innumerables me rodean,acósanme los toros de Bazán;Ávidos abren contra mí sus fauces,leones que desgarran y rugenComo al agua me derramo,todos mis huesos se dislocan,mi corazón se vuelve como cera,se me derrite entre mis entrañas.Está seco mi paladar como una tejay mi lengua pegada a mí garganta;tu me sumes en el polvo de la muerte.Perros innumerables me rodean,una banda de malvados me acorralacomo para prender mis manos y mis pies.

Page 13: 4. dios mío, dios mío

Puedo contar todos mis huesos;ellos me observan y me miran,repártense entre sí mis vestidurasy se sortean mi túnica.¡Más tú, Señor, no estés lejos,corre en mi ayuda, oh fuerza mía,libra mi alma de la espada,no dejes que me maten esos perros;sálvame de las fauces del león,y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos!Anunciaré tu nombre a mis hermanos,en medio de la asamblea te alabaré!...