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    Frank Mintz

    El anarquismo social1

    Edicin Fondation Besnard, 2010.

    Sumario

    Este ttulo debera ser intil p. 1

    I A la derecha de lleno p. 3

    II A la izquierda totalmente: la visin de Bakunin p. 6

    III La va est trazada: el papel de Kropotkin p. 11

    IV Otro rumbo: Malatesta, del Programa a la lucha contra Mussolini p. 15

    V Rumbo al naufragio: del adorado ombligo a las acciones gloriosas inmediatas p. 20

    VI Una aplicacin: Ucrania p. 25

    VII Otra aplicacin: Espaa p. 31

    VIII Otro rumbo: los IWW, los obreros industriales del mundo p. 40

    IX Conclusin sobre el anarquismo social p. 43

    Este ttulo debera ser intil, puesto que ambos trminos estn implcitamente vinculados.Asimismo resulta equvoco porque sugiere que puede existir un anarquismo no social, fuera de lasluchas. Est claro, por otra parte, que la etiqueta anarquismo recubre un conjunto de elementosheterogneos y en algunos casos incompatibles2. Es la realidad desde hace no pocos aos contendencias como el anarco-capitalismo en Estados Unidos, el frente de defensa de los animales, etc., loque me parece el culto de la paradoja.

    Estando en contacto con la situacin Argentina actual y en una (re)lectura de Bakunin, meparece necesario retomar brevemente la historia del movimiento anarquista, utilizando el trminoanarquismo social, corriente en Argentina. Para definir estas palabras, aplico el nombre anarquistaa individuos que militan en un grupo anarquista y libertario a personas simpatizantes o cercanas,pero sin actividades relacionadas a un grupo.

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    Un esbozo fue presentado en el Colquio Internacional Libertrio: Histria do Movimento Operriorevolucionrio en agosto de 2004 en So Paulo y en Ro de Janeiro, luego en Crdoba, Argentina.2 Solomonof Jorge N., El liberalismo de avanzada, Buenos Aires, Proyeccin, 1973, p. 10.

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    Cuando se hace referencia a las experiencias econmicas libertarias de Ucrania 1918-1921 yde la revolucin espaola de 1936-1939, los anarquistas de cualquier tendencia las consideran comoprcticas suyas. Y si se toman textos del historiador de la CNT espaola Jos Peirats, de VernonRichards, etc., sin olvidar quien escribe, se encuentra esa asimilacin anarquismo=CNT3, lo queresulta inexacto en cuanto se empieza a analizar la CNT, lo mismo que el movimiento de Makhno y elanarquismo.

    Podra tratarse de un simple problema de vocabulario: anarquista, crata, libertario,anarcosindicalista, cenetista, makhnovista, partidario de Kronstadt quizs, significan la misma cosa.De hecho uno se percata de que existen matices: el anarquista est en un grupo de militantes aplicandoprincipios que dependen de una interpretacin ideolgica; el libertario tiene una sensibilidad antiestatal que va de la ecologa y cierta participacin electoral a la defensa de la democracia, en elsentido burgus y capitalista del trmino, y puede obrar a solas o en grupo para un objetivo preciso,segn los momentos. El cenetista est en un sindicato anarcosindicalista, con asalariados noforzosamente anarquistas, y denuncia la burocratizacin de las centrales sindicales cmplices de lapatronal y del Estado. El makhnovista y el partidario de Kronstadt se oponan con las armas en lamano a la dictadura de los dirigentes del partido comunista, muchas veces con la ayuda de militantescomunistas, y defendan la libertad de todas las tendencias socialistas, construyendo soviets libres de

    trabajadores que se organizaban por s mismos.Todo ese conjunto es el anarquismo social. Bajo distintos aspectos y en diferentes zonas

    geogrficas, anarco-comunismo, anarcosindicalismo, defensa de la base y rechazo del capitalismo paralos IWW y Kronstadt, conforman una organizacin de todos los trabajadores de abajo arriba, atentan apreservar su autonoma. Son el pueblo armado y el poder popular. No buscan integrar una academiaelitista negra y roja.

    En la actualidad, por lo que llego a conocer de bastante cerca, hay varios pases en que semantienen y se expanden esta actuacin y este horizontalismo.

    Por ejemplo en Europa, la SAC sueca (unos 6.000 afiliados), la SKT siberiana en Rusia(6.000), la CGT de Espaa (unos 40.000), la CNT de Francia (unos 2.000). En Italia parece que existe

    una multitud de organizaciones de base pero que no llegan a obrar juntas, todo lo contrario de Greciadonde un millar de anarquistas y libertarios y sin etiquetar llegan a mover la sociedad casi entera.En Amrica Latina desde Mxico a Argentina, las multinacionales de la minera, en especial a

    cielo abierto, estn estimulando a los vecinos ms pacatos a reaccionar y simultneamente desvelan elcarcter real de sedicentes gobiernos populares aliados a dichas multinacionales (Evo Morales, HugoChvez, para no hablar de Lula y los Kirchner enlodados desde hace aos).

    Desde Chiapas (desde 1994) hasta Patagonia (obreros, docentes y Madres de Neuqun yobreros y empleados estatales de Santa Cruz) pasando por las reivindicaciones horizontales de pueblosoriginarios y marginados desde Guatemala a Argentina.

    En esta vorgine de rebeldas espontneas, grupos, frentes, agrupaciones que animancomedores, huertos, apoyo escolar, bibliotecas, radios, etc., por los ms excluidos, que vienensacudiendo el continente, slo puedo mencionar compaeros brasileos de San Pablo y Rio de Janeiro

    y argentinos de Buenos Aires, Crdoba y La Plata.Arriba lxs que luchan en y por la base.

    Frank Mintz, julio-noviembre de 2004 (revisado en agosto de 2007 y agosto de 2010).

    3 En el sentido de una aplicacin mecnica de las ideas de Stirner y de la sntesis de Sebastin Faure (ver mslejos). Desde un punto de vista bakuninista, el enfoque es el de los trabajadores de base y del poder.

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    I A la derecha de lleno

    Es importante darse cuenta de las razones que explican un repliegue de algunos anarquistas en

    un capullo a la espera de mejores condiciones de desarrollo.1939 es la fecha principal de esa auto marginacin: la derrota del anarquismo espaol y de lasfuerzas de izquierda con la victoria de Franco [que seguan al aplastamiento del asalariado italiano,alemn y austriaco por el fascismo y su encuadramiento descerebrador en el verticalismo sindical], elinicio de la segunda guerra mundial, luego la divisin del mundo en dos bloques, el capitalista y elcomunista (en el sentido marxista leninista4) son otros tantos golpes destructores para una generacinde combatientes anarquistas y horizontalistas5. Con sinceridad, supongo, hicieron el anlisis siguiente:no se puede hacer nada con una dictadura en el poder (que sea del PC -el fascismo rojo- o del fascismode tipo Mussolini, copiado por Hitler), por lo tanto hay que elegir el campo de EE UU. Adems, creoigualmente que consideraban que lanzarse en un combate con otras fuerzas (como en Espaa durantela guerra civil), era servir de carne de can para manipuladores, basuras polticas, de ah el encerrarse(para la gran mayora) rechazando cualquier accin con gente poco conocida, con la consiguiente

    inaccin, o sea indiferencia hacia las masas proletarias y amodorramiento ante la lucha de clases.

    El movimiento anarcosindicalista espaol de la Confederacin Nacional del Trabajo, (CNT)persigui [pero dividido] la lucha clandestina contra el franquismo y era el nico movimientoaceptable y admisible [podando las ramas masnicas]. Pero como CNT se escindi en dos, hubo unaeficacia limitada y ese combate no requiri por tanto mucho apoyo. Este criterio era tan fuerte que unalucha similar en otro pas (lucha libertaria desde la base contra una dictadura militar como las hubo enUruguay y en Argentina en los 1970) fue ignorada en gran parte, incluso dentro del movimientooficial de los pases concernidos.

    Ninguna reflexin se hizo sobre el valor de una lucha contra una dictadura militar, en el casoespaol, y el rechazo de cualquier accin organizada en casos semejantes y con un movimientoanarquista relativamente capaz, en el caso de Bulgaria entre 1944-1948 y 1989, de Batista a Cuba en

    los aos 50, luego las juntas uruguaya y argentina en los aos 70, sin olvidar el apoyo posible a lasluchas anti colonialistas en Francia durante las guerras en Vietnam y en Argelia.

    Se leyeron, al contrario, peticiones de apoyo al "mundo libre" con relacin al bloque sovitico.

    [Carta a compaeros norteamericanos] Saben muy bien que hay an en Rusia una dictaduraque es peor que las dictaduras de Franco o de Mussolini [...] Cmo pueden decir que les dosregmenes son fundamentalmente idnticos? Cmo pues se puede enunciar tal afirmacin sobre ladictadura bolchevique, que es en numerosos aspectos peor que el fascismo, peor que la mismadictadura nazi? [...]Dicen que en el Oeste la tendencia que se desprende tiende a una similitud conel sistema bolchevique, pero cualquier ciudadano que razona pensar como yo y otros, que no hay

    prueba de tal aserto. En Rusia el rgimen es el resultado de la aplicacin consciente de los principios polticos y gubernamentales. En EE UU y en el Oeste en general, esos principios particulares noconstituyen la base filosfica y jurdica de los regmenes polticos que son aplicados6. [...] Se ha decriticar los defectos del rgimen capitalista, del sistema parlamentario, etc. [...] pero es un error y

    4 Sobre la profunda identidad de los dos sistemas de propaganda y de manipulacin, el capitalista y el marxistaleninista, ver Chomsky Los intelectuales y el Estado, 1977(http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=693).5 Es notable que los consejistas se automarginaron por razones distintas a la de los libertarios, con la honrosaexcepcin del MIL espaol que supo aunar armas y obras de Camillo Berneri y Anton Pannekoek.6

    El error de esta frase consiste en no concluir que cuando la prctica social contradice los principios significaque no existen tales principios. Son un biombo para las clases dirigentes, un anzuelo para pescar y manejaradictos e ingenuos. Una enseanza anarquista que se deduce rpido de la lectura de Bakunin y Kropotkin.

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    una falsificacin concentrar toda la crtica contra el capitalismo, y no denunciar con al menos igualenerga el sistema del otro lado del teln de acero7.

    [Carta a compaeros italianos] Es fcil, demasiado fcil pretender quedar encima de los dosbloques, bajo el pretexto de quedar fieles a los principios anarquistas.[...] Es tambin demasiado fcildeformar hbilmente las cosas presentando la lucha que tiene lugar en la actualidad a escalamundial como un pugilato entre la URSS y los EE UU por la dominacin del mundo. Esabsolutamente falso; adems la URSS desde 1917 ha extendido su imperio poltico, reconquistandoEstonia, Lituania, Letonia, aplastando Ucrania, asimilando Georgia y otras regiones asiticas. [...]

    Mientras tanto, EE UU abandon Filipinas, el petrleo mexicano a los mexicanos, Bolivia, etc.8 [...]Nuestro movimiento ha podido renacer en Francia, en Italia, en Alemania, en todas las partes en quetriunfaba el ejrcito aliado9. [...] No lo pueden ignorar: el dilema que se plantea a los anarquistas,los libertarios como a tanto otros hombres, es la eleccin entre la libertad y la esclavitud. [...] Hay de

    parte de ustedes cierta cobarda moral en aprovechar esas garantas y la barrera que, en lascircunstancias actuales los regmenes liberales oponen al invasor totalitario ruso-bolchevique, que lesexterminaran sin piedad si ocurriera la invasin, y en combatir nicamente esos regmenes. No,estimados compaeros, sus argumentos slo pueden convencer a los irresponsables ante la historia,

    la vida del movimiento libertario. No slo llevan el movimiento fuera de la historia sino que lodeshonran10.

    La benevolencia para con el capitalismo era una estupidez crasa, a causa del olvido de laexplotacin de los asalariados, pese a pretender Gastn Leval [y afines] ser responsables y el honor delmovimiento. No es necesario subrayar que esos argumentos fueron rechazados por las revistas a lasque se haba dirigido Leval. Lo importante es comprender el itinerario ideolgico de un grupo demilitantes conocidos y antifascistas (Rocker, Volin, Souchy, Rdiger, por ejemplo) a partir de los aos1943-45 hasta su muerte y el 68 francs11.

    Jorge Solomonoff depara una interpretacin: Dichos autores [Godwin, Nettlau, Tucker,Rocker y Read] participan en un rechazo generalizado de todo lo que tenga relacin con el marxismo.

    Es decir, este rechazo no se refiere nicamente a las concreciones polticas marxistas, socialdemocracia, bolchevismo, etc., sino tambin a sus propuestas metodolgicas, el materialismohistrico, la lucha de clases. []

    Finalmente, la deficiencia de una estrategia adecuada para la accin poltica dentro decondiciones histricas dadas que permitiera algn grado de eficiencia a un proyecto de cambio socialen la direccin deseada; la falta de percepcin de los elementos estructurales determinantes de lasituacin social existente; la negacin de cualquier cambio positivo a travs del aparato del Estado;el rechazo de la violencia, ergo del autoritarismo implcito en los conflictos actuantes dentro de laesfera del poder, conducen a la racionalizacin de una ideologa de retirada hacia la vida interior delos individuos que, excluida la fe trascendental en el milenio, confa el advenimiento, de una sociedad

    justa al perfeccionamiento moral de la humanidad. Racionalizacin sta justificadora del abandonodel campo de la accin poltica a fuerzas sociales actuantes, y que como tales no pueden ser

    totalmente ignoradas, y cuyo efecto concreto es una contribucin a la conservacin del existenteestado de cosas12.

    7 Carta de Gastn Leval reproducida en la revista Views and Cmos de Nueva York, 1961, extractos traducidosenNoir etRouge, N 21, junio de 1962, pp. 27-28.8 Las multinacionales estadunidenses se quedaron con sus milicias y proteccin de las oligarquas localessubvencionadas por EE UU.9 El movimiento anarquista blgaro permaneci pero muy diezmado y con pocas simpatas capitalistas. En laURSS se mantuvo entre algunos individuos y volvi a renacer.10Carta de Gastn Leval a la revista Volont de Gnova, abril de 1961, extractos traducidos enNoir etRouge, o.c., p.32-33.11

    Gastn Leval abandon amor pasin por EE UU (como lo escrib en Noir et Rouge en 1963 a propsito deCuba) hacia fines de 65, cuando se alej de la masonera.12O. c., pp. 36, 45.

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    En esa perspectiva, la evolucin final de Abad de Santilln no es para sorprender:No es la destruccin del aparato creado por el capitalismo en su afn de lucro lo que hay que

    pretender, sino la aplicacin y actualizacin y mejoramiento de su dinmica con sentido social, debeneficio para todos, pues reclama y no puede prescindir ya de la presencia y el aporte de la comnidentidad entera. Lo que fue el sindicalismo de resistencia y de lucha tiene que integrarse con losnuevos y esenciales factores del trabajo y tiene que ajustarse a otra metodologa: la de la

    participacin en el estudio y la decisin sobre los destinos de la sociedad, de la humanidad [] Lagran revolucin es hoy la reforma; la barricada ha cumplido su misin, si es que tuvo una misin, yen las condiciones actuales es mucho ms un camino para la antirrevolucin que para el logro de un

    progreso efectivo y de una autntica liberacin; la propagan y recurren a ella precisamente los queno aspiran a la libertad ni a la democracia, sino a la instauracin de nuevos despotismos13.

    Esta visin libertaria anarco-capitalista14 antes de la letra es simultneamente pueril y necia:elaborada en Argentina, fue incapaz de vislumbrar el desarrollo importante de la miseria en loscontinentes americanos (incluido EE UU) y africano desde los aos 60, sin hablar de las dictadurasmilitares (la ecologa era demasiado poco estudiada como para que se pudiera detectar lacontaminacin). Con distanciamiento, queda evidente la ceguera de Abad de Santilln, que tuvo el

    mrito de escribir, lo que sus compaeros del mismo bando pensaban seguramente. Esa cegueraconsiste en identificar el capitalismo con la social democracia, rehusando pensar que las races delcapitalismo son la explotacin y la multiplicacin de los provechos a favor de una minora, insensiblea la miseria de la inmensa mayora de las poblaciones del planeta. Es un olvido de los principioselementales del anarquismo, ms an: una traicin y un silenciamiento de lo esencial de la matriz de ladoctrina de los fundadores.

    Proudhon [] hijo de un campesino, es en los hechos y por instinto cien veces msrevolucionario que todos [los] socialistas doctrinarios y burgueses, se arm de una crtica tan

    profunda y penetrante como despiadada, para destruir todos sus sistemas. [] Su socialismo, fundado sobre la libertad tanto individual como colectiva, y sobre la accin espontnea de lasasociaciones libres, no acatando a otras leyes que las leyes generales de la economa social,

    descubiertas o que tiene que descubrir la ciencia, fuera de cualquier reglamentacin gubernamental oestatal, subordinando adems la poltica a los intereses econmicos, intelectuales y morales de lasociedad, deba ms tarde por una consecuencia necesaria llegar al federalismo15. Bakunin retom yconcentr las ideas de Proudhon, menos los aspectos msticos16.

    13 La organizacin profesional de la sociedad, una estructura representativa, 1970, citado por Fontanillas yMintz en Suplementos Anthropos, Barcelona, 1992, p.129), el subrayado es mo.14 Esa corriente agrupa los libertarios que rechazan el Estado en nombre del capitalismo ms neo liberalposible y los libertarios (anarquistas) ms extremos que se oponen a carreteras, escuelas y a cualquier accinque viole la libertad de enriquecerse [] En mi opinin, el libertarismo derechista y, en general, el capitalismolibrecambista, doctrinalmente de moda, son una burda perversin del pensamiento liberal clsico, despojadodel contenido intelectual y moral Noam Chomsky, Poltica, lenguaje y resistencia , 1992, en Anarquismo(textos y entrevistas) La Plata, 2003, p.84.15

    Bakunin, citado por Munoz enBakounine, la libert (choix de textes), p.140.16 Proudhon, a pesar de todos sus esfuerzos para colocarse en el terreno prctico, ha permanecido sin embargoidealista y metafsico. en Estatismo et anarquismo, Buenos Aires, 2004, p. 168, ed. espaola [escrito en 1873].

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    II A la izquierda totalmente: la visin de Bakunin

    Yaen 1868, Miguel Bakunin tena un enfoque del todo anarquista: XIII. Todas las injusticias histricas, todas las guerras, todos los privilegios polticos y

    sociales tienen por base y objeto principal la supeditacin y la explotacin de algn trabajo asociadoal provecho, a un trabajo forzado sin tregua, a la ignorancia y a una miseria sin salida.

    XV. La civilizacin del nmero reducido se halla as fundada en la barbarie forzada del grannmero. Los privilegiados de todo color poltico y social, todos los representantes de la propiedad son

    pues, por la misma fuerza de su posicin, los enemigos naturales, los explotadores y los opresores delas grandes masas populares.

    XIX Nota 2 El Estado, necesariamente fundado en la explotacin y la supeditacin de lasmasas y como tal, opresor y violador de toda libertad popular y de toda justicia en el interior, es por

    fuerza brutal, conquistador, saqueador y criminal en el exterior. El Estado, cualquier Estado -

    monarqua o repblica - es la negacin de la humanidad. Es su negacin, porque al colocarse comoobjetivo supremo o absoluto el patriotismo de los ciudadanos, poniendo por encima de todos los otrosintereses en el mundo, conforme a su principio mismo, el inters de su poder y aumento del mismo enel interior como el de su extensin en el exterior, niega tanto los intereses particulares y el derechohumano de sus sbditos, como los de las naciones extranjeras. Con eso rompe con la solidaridaduniversal de las naciones y de los seres humanos, los pone fuera de la justicia, fuera de lahumanidad17.

    Si un burgus, inspirado por una gran pasin de justicia, de igualdad y de humanidad, quiereseriamente trabajar por la emancipacin del proletariado, que comience en primer lugar por romperlos lazos polticos y sociales, todas las relaciones de inters tanto como espirituales, de vanidad y decorazn con la burguesa. Que l comprenda primero que ninguna reconciliacin es posible entre el

    proletariado y esta clase, que, viviendo slo de la explotacin de otros, es el enemigo natural delproletariado18.

    Y todos esos crmenes [durante una guerra] tienen que ser bendecidos por el Dios de loscristianos, que cada uno de los Estados beligerantes considera y proclama su partidario conexclusin del otro, lo que naturalmente ha de poner en un brete al pobre de Dios, en nombre del quelos crmenes ms horribles fueron y siguen siendo cometidos en la tierra. Por eso somos los enemigosde Dios y consideramos esa ficcin, ese fantasma divino, como una de las principales fuentes de losmales que atormentan los hombres.

    Por eso somos igualmente los adversarios apasionados del Estado y de todos los Estados.Porque mientras haya Estados, no habr humanidad, y mientras haya Estados, la guerra y loshorribles crmenes de la guerra, y la ruina, la miseria general de los pueblos, que son las

    consecuencias inevitables, sern permanentes. Mientras haya Estados, las masas populares, incluso en las repblicas ms democrticas,

    sern esclavas de hecho, porque no obran por su propia felicidad y su propia riqueza, sino por la potencia y por la riqueza del Estado. Qu es el Estado? Se pretende que es la expresin y larealizacin de la utilidad, del bien, del derecho y de la libertad de todos. Ahora bien, quienes lo

    pretenden mienten como mienten tambin quienes pretendan que Dios es el protector de todos19.

    17 Bakunin Programa de la Sociedad de la Revolucin Internacional, 1868 (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=675).18 BakuninLa poltica de la Internacional, artculo destinado a proletarios y publicado en Lgalitde Ginebraen 1869, Bakunin crtica y accin, Buenos Aires, 2006, p. 99 (http://www.fondation-

    besnard.org/article.php3?id_article=717).19 Bakunin Tres conferencias a los Internacionales de Sonvillier, mayo de 1871 [justo luego de la derrota de laComuna de Pars], enMichel Bakunin, de la guerre la Commune, Pars, 1972, p.375.

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    Los textos de Bakunin son un ments y cachetazo constantes contra el pensamiento y la accinde los anarquistas de derecha. Forman un conjunto, en el que tres grandes aspectos resaltan.

    Primero es la accin directa de los trabajadores y del pueblo en general, asociada a laautogestin 20.

    [] todo control sobre l [se alude al Estado] por parte del pueblo se hace cada vez msimposible [...], la administracin del pas se aleja de la autogestin por el pueblo 21 [] conciliacindel self-government y de la igualdad democrtica con las instituciones monrquicas [] "La idea dela repblica es la expresin ms elevada y ms pura de la autogestin 22 y de la igualdad civil. [...] laautogestin del mir23

    Es normal que los traductores no hayan querido caer en lo que vean como un anacronismo,cuando no lo es. La anticipacin del pensamiento de Bakunin es interesante. En esos cuatro empleos,se trata de veras del equivalente de la autogestin por el pueblo, la autogestin democrtica, laautogestin de los ciudadanos y la autogestin por la comuna.

    El segundo eje es el acento puesto sobre el sindicalismo como medio de accin.1) La emancipacin del trabajo debe ser obra de los mismos trabajadores;

    2) Los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipacin no deben tender aconstituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos (los hombres vivientes en la tierra)derechos y deberes iguales y a aniquilar cualquier dominacin de clase; []

    4) Por esta razn, la emancipacin econmica de las clases obreras es la gran finalidad a laque todo movimiento poltico tiene que subordinarse como un simple medio;5) La emancipacin de los trabajadores no es un problema simplemente local o nacional; alcontrario, este problema interesa a todas les naciones civilizadas, siendo su solucin necesariamentesubordinada a su participacin terica y prctica;

    6) Todos los miembros de la Asociacin as como todos sus miembros reconocen que laVerdad, la Justicia, la Moral, deben ser la base de su conducta para con todos los hombres sindistincin de color, de creencia o de nacionalidad24.

    Bakunin aade que cada miembro de la AIT debe:1 subordinar desde ahora tus intereses personales y aun los de tu familia as como tusconvicciones y manifestaciones polticas y religiosas al inters supremo de nuestra asociacin: lalucha del trabajo contra el capital, de los trabajadores contra la burguesa sobre el terrenoeconmico;

    2 no transigir jams con los burgueses por un inters personal;3 no buscar jams elevarte individualmente, solamente para tu propia persona por encima de

    la masa obrera, lo que hara inmediatamente de ti mismo un burgus, un enemigo y un explotador delproletariado, puesto que toda la diferencia entre el burgus y el trabajador es sa: que el primerobusca su bienestar siempre fuera de lo colectivo y que el segundo no lo busca ni lo pretendeconquistar ms que solidariamente con todos aquellos que trabajan y son explotados por el capitalburgus;

    20 Incluso si la palabra autogestin slo aparece en el vocabulario poltico occidental en los 1960 primero parael caso yugoslavo y tras el 1968, para todas las aplicaciones colectivas, en las lenguaseslavas, como el ruso, sesuele usar desde hace al menos dos siglos. "Samoupravlenie" se emplea en el sentido de gestin autnoma, yasea desde arriba, para un gobierno de provincia, ya sea desde abajo, para los habitantes de un colectivocampesino, el mir, luego los soviets.21 Bakunin Estatismo y anarqua, administracin por el pueblo, traduccin espaola de Alexandre Shapiro yDiego Abad de Santilln, p. 65, ed. espaola. p.114; tatisme et anarchie, Pars, 1984, "narodnogosamoupravlenia", p.45 en ruso.22dem, p. 183, self-governmentdesigna en el vocabulario poltico ingls de 1880-1930 una autonoma localotorgada por el poder central; "virajenie grajenkogo samoupravlenia", p.129 en ruso.23

    Anexo A p.170 en ruso et 369:"obshchinnoe samoupravlenie", "la gestin comunitaria del mir". La traduccinde los anexos, omitida en la edicin argentina, sigue el texto francs en la edicin espaola de 1986, p.295.24 Bakunin Organizacin de la Internacional, Bakunin crtica y o. c., p. 109.

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    4 t siempre seguirs fiel a la solidaridad obrera puesto que la mnima traicin a ella esconsiderada por la Internacional como el mayor crimen y como la mayor infamia que un obrero

    pudiera cometer. En una palabra, debes aceptar francamente, plenamente, nuestros estatutosgenerales y tomar el solemne compromiso de conformar a ello tus actos y tu25vida.26

    Esas afirmaciones del respeto de la base y de la tica parecen estar en contradiccin con elBakunin que predica diferentes asociaciones secretas. Pero, lo mismo que Marx y Engels y luegoKropotkin y no pocos socialistas de muchas escuelas, Bakunin estaban persuadidos de la inminenciadel choque revolucionario y de la victoria popular. Por otro lado, las organizaciones clandestinastenan dos objetivos: asegurar una cohesin y respetar la libertad de los adherentes; acelerar larevolucin para que permanezca en manos del pueblo contra los autoritarios de todo tipo.

    Desde luego, dentro de la lgica bakuninista, mantener una organizacin secreta para laaceleracin de la revolucin en periodo de estancamiento slo puede concernir a un grupo demilitantes muy conscientes e inmunes a posibles desviaciones.

    Por eso rechazaba grupos dementes como el de Nechayev, en cierto bastante prximos a losbolcheviques (marxistas leninistas de todo tipo, siendo el primero Lenin con su organizacin de de la

    represin a fines de 1917), sobre todo cuando se agarraron al poder con su polica secreta y sdica, laCheka27.

    [] l se fue paulatinamente convenciendo de que para fundar una sociedad seria eindestructible era preciso tomar por base la poltica de Maquiavelo y adoptar de lleno el sistema delos jesuitas : por cuerpo la nica violencia, por alma la mentira. [] cuando en asamblea general leconvencimos, se atrevi a decirnos con cinismo: pues s, es nuestro sistema, consideramos comoenemigos, y tenemos el deber de engaar, de comprometer a cuantas personas no estncompletamente con nosotros. O sea a cuantos no estn convencidos de la belleza de ese sistema y nohayan prometido aplicarlo como ellos mismos.)28.

    El aporte fundamental de Bakunin es la potencia del poder no solo en el mbito social y

    poltico sino en la propia psicologa individual, como se comprueba a continuacin: Respetemos a los sabios segn sus mritos, pero por salvacin de su inteligencia y de sumoralidad, no les demos ningn privilegio social y no les reconozcamos ningn otro derecho que elderecho que todos poseen, el de la libertad de profesar sus convicciones, sus pensamientos y susconocimientos. No hay que darles, ni a ellos ni a nadie el poder, porque el que est investido de un

    poder se volver, inevitablemente, por la ley social inmutable, un opresor y un explotador de lasociedad29.

    [] si maana se estableciera un gobierno y un consejo legislativo, un parlamento,exclusivamente compuestos de obreros. Esos obreros, que son hoy da firmes demcratas socialistas,se convertiran pasado maana en aristcratas resueltos, adoradores -atrevidos o tmido- del

    principio de autoridad, opresores y explotadores. [] somos realmente enemigos de toda autoridad,porque sabemos que el poder corrompe tanto a los que estn investidos de l como a los que estn

    obligados a sometrsele. Bajo su influencia nefasta, los unos se convierten en tiranos vanidosos ycodiciosos, en explotadores de la sociedad en provecho de sus propias personas o de su clase, losotros en esclavos30.

    25 Se puede observar con conformar a ello tus actos y tu vida que para Bakunin la militancia y la vida personalson inseparables. Es caracterstico de un desconocimiento de Bakunin, demasiado revolucionario, para muchos,que el mayo-junio 68 francs haya redescubierto esta perogrullada, casi un siglo ms tarde.26 Poltica de la Internacional, 1869,Bakunin crtica y o. c., pp. 84-85.27 Ver El socialismo real (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=520).28

    Carta a Talandier, 24-7-1870, (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=398).29Bakunin crtica yo. c., p. 71.30Bakunin crtica yo. c., p. 40.

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    Eso es vlido tambin para la clase trabajadora. Bakunin denunci a los trabajadoresdemasiado pasivos e indiferentes, por creadores de una burocracia: Excepto las cuestiones de huelga yde cuotas, sobre todos los otros puntos las secciones de los obreros de la construccin [de Ginebra]han renunciado de lleno a todo juicio, a toda deliberacin, a toda intervencin; se conformansimplemente con las decisiones de sus comits. hemos elegido nuestro comit, le toca decidir. Ascontestan muchas veces los obreros de la construccin a quienes se esfuerzan por conocer su opininsobre cualquier cuestin [] siempre que sus comits no les pidan demasiado dinero y no les

    presionen demasiado para pagar lo que deben, stos pueden, sin consultarlos, decidir y hacerimpunemente en su nombre lo que se les antoje bueno. Es muy cmodo para los comits, pero no es deninguna manera favorable para el desenvolvimiento social, intelectual y moral de las secciones, ni

    para el desarrollo verdadero del poder colectivo de la Asociacin Internacional. [] esexcesivamente favorable al desarrollo de toda suerte de intrigas, de vanidades, de ambiciones y deintereses personales; incluso es excelente para inspirar un contento pueril de s mismo y unaseguridad tan ridcula como fatal al proletariado31.

    Para Bakunin, una organizacin que degenera tiene que ser destruida: Si la Internacional pudiera organizarse en Estado, nos convertiramos, nosotros, sus partidarios convencidos yapasionados, en sus enemigos ms encarnizados.32..

    Para ser eficaz [Cierta disciplina es necesaria] El escalafn y el ascenso jerrquicos noexisten, de modo que el comandante de ayer puede ser subalterno hoy en da. Ninguno se alza encimade los dems, o si se eleva, es slo para caer un instante despus, como las olas del mar, regresandosiempre al nivel saludable de la igualdad. En ese sistema, ya no hay de hecho poder. El poder se

    funde en la colectividad, y resulta la expresin sincera de la libertad de cada uno, la realizacin fiel yseria de la voluntad de todos; obedeciendo cada uno porque el jefe de un da slo le manda lo que lmismo desea33.

    La vigilancia es una solucin:Los mejores hombres son fcilmente corruptibles, sobre todocuando el mismo medio provoca la corrupcin de los individuos por la ausencia de control serio y deoposicin permanente. En la Internacional, no puede tratarse de la corrupcin venal, por ser an

    demasiado pobre la asociacin para dar ingresos o incluso justas retribuciones a ninguno de susjefes. Al contrario de lo que se da en el mundo burgus, los clculos interesados y las malversacionesson muy pocos y slo ocurren como excepcin. Pero existe otro tipo de corrupcin a la queinfelizmente la alianza internacional no es ajena: es la de la vanidad y de la ambicin. [] Existe entodos los hombres un instinto natural de mando que se origina en esa ley fundamental de la vida, queningn individuo puede asegurar su existencia y hacer valer sus derechos sino por la lucha... Esalucha entre les hombres empez por la antropologa. [] Se ve que el instinto de mando, en suesencia primitiva, es un instinto carnvoro, del todo bestial y salvaje. Bajo la influencia del desarrollointelectual de los hombres, se idealiza en cierto modo, adorna sus formas, [] Pero en el fondo, elinstinto de mando permanece tan importante, incluso ms, a medida que con la ayuda de lasaplicaciones de la ciencia se extiende ms y potencia su accin. Si hay un diablo en toda la historiahumana, es este principio del mando34.

    Slo l, con la estupidez y la ignorancia de las masas, sobre las que por lo dems se fundasiempre y sin las cuales no podra existir por s solo, produjo todas las desgracias, todos los crmenes

    y todas las vergenzas de la historia. Y fatalmente ese principio maldito se encuentra como instintonatural en cada hombre, sin exceptuar los mejores35 .

    De ah la anticipacin de la degeneracin del Estado llamado obrero de los marxistas, unaevidencia para Bakunin.

    31Bakunin crtica y o. c., 1871, pp. 78-79.32Bakunin crtica y o. c., 1871, p. 107.33Bakunin crtica y o. c., pp. 74-75.34

    Es notable cmo Foucault, Bourdieu y otros universitarios especializados en el estudio del Poder no retomaronlos anlisis de Bakunin, que implican la destruccin de la jerarqua de los sabios.35Bakunin crtica y o. c., pp. 75-76.

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    Evidencia que el Marx subray involuntariamente en sus comentarios sobre Estatismo yAnarqua al tomar esta cita: [en el Estado marxista, hay el] gobierno de la inmensa mayora de lasmasas del pueblo por la minora privilegiada. Pero esa minora, nos dicen los marxistas, sercompuesta de trabajadores. S, de antiguos trabajadores, quiz, pero que en cuanto se conviertan engobernantes o representantes del pueblo cesarn de ser trabajadores y considerarn el mundotrabajador desde su altura estatista; no representarn ya desde entonces alpueblo, sino a s mismos y asus pretensiones de querer gobernar al pueblo. El que quiera dudar de ello no sabe nada de lanaturaleza humana36.

    Marx coment esa misma cita: Si el seor Bakunin conociese, por lo menos, la posicin queocupa el gerente de una cooperativa obrera, se iran al diablo todas sus fantasas sobre ladominacin. Hubiera debido preguntarse: Qu forma pueden asumir las funciones administrativas,sobre la base de un Estado obrero? (si le place llamarlo as) 37.

    Tpico ejemplo de ignorancia de la mecnica del poder: quin administra, detente el poder.Marx no vea esa perogrullada porque crea en una jerarqua buena capaz de oponerse a una mala,cuando la fuente de los males sociales est en la misma jerarqua.

    Marx, naturalmente, no hizo comentario alguno a otra anticipacin sobre la teora de la toma

    del Estado por el pueblo que lo deja en manos de los jefes del partido comunista, es decir, del seorMarx y sus amigos que comenzarn entonces a libertar a su modo. Centralizaran las riendas delpoder en un puo de hierro, porque el pueblo ignorante exige un tutela muy enrgica; fundarn unsolo banco de Estado que concentrar en sus manos toda la produccin comercial, industrial,agrcola y hasta cientfica y repartirn la masa del pueblo en dos ejrcitos: uno industrial y otroagrcola, bajo el comando directo de los ingenieros de Estado que formarn as la nueva casta

    privilegiada poltico-cientfica del Estado38.

    Y se puede constatar que la instauracin del terror contra los recalcitrantes es una necesidaddel socialismo cientfico para conservar el poder (gulags soviticos, represin con ametralladoras delas huelgas en China desde inicio del siglo XXI). La clase dirigente capitalista no obra de mododiferente: de la represin de la Comuna de Pars del siglo XIX a los escuadrones de la muerte, a la

    creacin de zonas de miseria, de indigencia y de muerte acelerada del siglo XXI (suerte de gulagsorquestados por el FMI).

    En conclusin, Bakunin ha predicado simultneamente la iniciativa de las masas y laespontaneidad de los mismos trabajadores con formas en apariencias contradictorias como unaorganizacin secreta que iba a combatir posibles desviaciones de las masas que abandonaran suposicin dominante de poder a favor de partidos polticos representndolas. La inminencia de larevolucin empujaba a dicha contradiccin. Lo nico vlido y esencial es la base y el control de labase.

    Por eso afirm Bakunin que de organizarse la Internacional en Estado, se opondra. Por tanto,los sedicentes anarquistas unidos para dar la pauta a organizaciones obreras (el grupo deLa Protesta yde la FORA en Argentina en los 1920, la FAI sobre la CNT entre 1928 y 1933 - menos luego porque

    se funda entre varias influencias -, la Plataforma de Archinov y Makhno a partir de 1926) estuvieron yestn en oposicin con la horizontalidad operaria. Siempre termina este tipo de organizacin porperder el contacto y la comprensin de los explotados, porque sus militantes obreros se van separandode sus compaeros.

    De hecho, Bakunin era a la vez un terico y una persona profundamente pragmtica (con suformacin de oficial de artillera). La gnesis de un movimiento de masas presenta mltiples facetasnegativas y positivas. Bakunin nos ha dejado su visin prctica y tctica para guardar el timn haciaun rumbo anarquista.

    36Estatismo y anarqua, 1873, p. 210, p.259 (ed. espaola).37

    Notas sobre el libroEstatismo y anarqua, enAcerca del anarcosindicalismo y elanarquismo Mosc, s. d.,[1973).38Estatismo y anarqua, p. 213, p.262 (ed. espaola).

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    III La va est trazada: el papel de Kropotkin

    Pedro Kropotkin entra en militancia ya maduro, a los treinta aos, y empieza a revigorar el

    movimiento libertario entre el fin de una poca vinculada a la AIT y la potenciacin del movimientoanarquista como organizacin obrera. Y eso, tras un alejamiento evidente del movimiento obrero departe de los anarquistas, sobre todo en Francia.

    Todo el movimiento obrero ha cado en manos de los polticos, que lo ahogan, como yaahogaron el primero de mayo revolucionario. Por qu? Porque los anarquistas, somos muy pocos, ylo que pasa, es que los que estn se apartan del movimiento obrero, incluso cuando los obreros no seapartan de nosotros, y en lugar de ir hacia ellos; hasta durante las huelgas, algunos encuentran veryanarchistic no unirse a los huelguistas, y continan trabajando.

    Mantener la pureza de los principios, quedando fuera, no interviniendo en ningn asuntosocial, no trae ningn mrito ni ninguna ventaja. Hay que mantener los principios trabajando con losdems, en medio de los otros39.

    La ltima observacin es fundamental y habra debido quedar inscrita en la prctica diaria. El

    mismo Kropotkin se percata enseguida de que las condiciones socioeconmicas son diferentes entrelos pases occidentales y eslavos40. Adopta dos formas de militantismo: la investigacin terica paramejorar la propaganda escribiendo en ingls y en francs, del otro lado, multiplicando los contactoscon rusos de paso para saber cmo evoluciona el pas, Kropotkin colabora en la preparacinrevolucionaria en Rusia con grupos clandestinos y la elaboracin de conducta prctica revolucionaria.

    Infelizmente, Kropotkin descuid dar a conocer en los movimientos francs e ingls lasposiciones que propona a los revolucionarios clandestinos en Rusia y tambin en Polonia puesto queese pas estaba bajo dominacin rusa. Paradjicamente todas las obras de Kropotkin publicadas enOccidente se traducan al ruso al mismo tiempo.

    Les dos situaciones podan interferir una sobre otra: los soviets de 1905-1906 iban hacia elsentido del sindicalismo revolucionario francs, la oleada de atentados de algunos grupos anarquistasrusos que retomaban la tctica de mile Henry en Francia veinte aos antes.

    En ambos casos Kropotkin intervino para proponer una eleccin segn la lgica de cadasituacin. [] se ve que quienes entre los anarquistas siempre han pensado que el movimientoobrero organizado profesionalmente, por la lucha directa en contra del Capital [] constituye la

    fuerza real, capaz de llegar a la revolucin social y de cumplirla, por la transformacinigualitaria de consumo y de la produccin. [] quedaron simplemente fieles a la misma idea de la

    Internacional41.[] el sentido de todo acto terrorista se mide por sus resultados y por las impresiones que

    produce. Esta observacin puede servir de criterio para distinguir los actos que ayudan a larevolucin y los que resultan ser una prdida intil de fuerza y de vidas humanas. La primeracondicin, de importancia vital, consiste en que los actos de un terrorista sean comprensibles paratodos, sin largas explicaciones ni un complicado motivo. En cada localidad hay individuos tanconocidos por sus acciones (no importa si en todo el pas o entre los vecinos de una comarca) quecualquier anuncio de un atentado contra ellos, de una manera inmediata y sin que sea necesario elapoyo de la propaganda revolucionaria, revela su pasado y el acto terrorista aparece con absolutaclaridad. Si para comprender un acto el hombre de la calle, que no es militante, se tiene que romperla cabeza, la influencia de ese acto resulta nula o incluso negativa. El acto de protesta se convierteentonces para las masas en un crimen incomprensible.

    .

    39 Carta en ruso 1897, P.A. Kropotkin i ero uchenie, Chicago, l931 (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=43). El subrayado es mo.40

    Ver por ejemplo su opinin sobre la revolucin mexicana (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=377).41Les Temps Nouveaux, 25-5-1907, texto completo en Kropotkin Obras, Barcelona, 1977.

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    Consideramos que la accin por el terror en poltica y en economa, ya sea centralizada oespontnea, es completamente artificial. Luchamos igualmente en contra de la opresin econmica

    y poltica, la opresin del estado centralista y de los poderes locales42.

    Desde luego, se le debe a Kropotkin un gran nmero de aportes fundamentales: como folletosclaros y didcticos para todos y libros, redactados e hilvanados para convencer a los msrecalcitrantes lectores.

    En Campos, fbricas y talleres, de 1910, se descubren las deducciones implacables deKropotkin sobre las posibilidades de mejoras sociales que aporta la ciencia. No slo los rendimientosagrcolas pueden ser sustancialmente aumentados de modo a bastar para todos, sino que la cantidad detrabajo necesario es con mucho inferior a la actual (La Conquista del Pan propone unas dos horas).Las industrias podran instalarse en el campo y los obreros, quienes deberan ser los verdaderosdirectores de todas las industrias, comprendern de seguro ms saludable,para la mente como parael cuerpo, el no hacer el mismo montono trabajo el ao entero, y lo abandonarn un mes o dosdurante el verano, a menos de que hallen el de lograr de que no pare la fbrica, valindose del relevo

    por grupos43. Contra la eleccin entre perdedores o ganadores, [la tcnica y la ciencia] reduciran

    cada vez ms el tiempo necesario para producir la riqueza, de modo a dejar a cada uno tanto ociocomo pueda desearlo. Por supuesto, no pueden garantizar lafelicidad, porque la felicidad dependetanto, sino ms, del mismo individuo que de su medio44.Sobre todo que Bajo las presentes condicionesde divisin de la sociedad en capitalistas y trabajadores, en propietarios y masas, viviendo de

    jornales inseguros, la expansin de la industria sobre nuevas regiones viene acompaada siempre porlos mismos hechos de inhumana opresin del obrero, matanza de nios, pauperismo y mayoresdificultades, como se vio a inicios del capitalismo en la primera mitad del siglo XIX en Inglaterra45.

    Es enLa Conquista del Pan, 1892, donde se encuentra ms enseanza.

    Quienes hayan resistido con las armas en la mano la victoria popular o hayan conspirado ensu contra se apresurarn por s solos a liberar de su presencia al territorio insurrecto. Pero nos

    parece que el pueblo, siempre enemigo de las represalias y magnnimo, compartir el pan con todoslos que hayan permanecido en su seno, ya sean expropiadores o expropiados. Si se inspira en estaidea, la revolucin no habr perdido nada; y cuando se reanude el trabajo, se ver a los combatientesde la vspera reencontrarse en el mismo taller46.

    Pan; la revolucin necesita pan! Que se ocupen otros de lanzar circulares con prosabrillante! Que se pongan todos los galones que puedan soportar sus hombros! Que otros finalmentehagan peroratas acerca de las libertades polticas!

    Nuestra tarea especfica consistir en obrar de manera tal que, desde los primeros das de larevolucin, y mientras sta dure, no haya un solo hombre en el territorio insurrecto a quien le falte el

    pan []47

    Hay que multiplicar los ejemplos -se los puede elegir donde se quiera-, meditar acerca delorigen de todas las fortunas, grandes o pequeas, provengan stas del comercio, la banca, laindustria o el suelo. En todos los casos se ha de comprobar que la riqueza de unos se ha hecho con la

    pobreza de otros. Una sociedad anarquista no tiene por qu temer al Rothschild desconocido que pudiera venir de pronto a establecerse en su seno. Si cada miembro de la comunidad sabe que,despus de algunas horas de trabajo productivo, tendr derecho a todos los placeres que procura la

    42O. c., p. 253-254, [traducido del ruso] 1906 (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=798).43Kropotkin Campos, fbricas y talleres, Madrid, 1972, p.123 (traduccin corregida).44dem, p. 149 (trad. ma).45dem, p. 29 (traduccin corregida, a causa de la evidente censura franquista).46

    KropotkinLa Conquista del pan, Buenos Aires, 2005, (www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=910), p. 75.47dem, p. 65.

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    civilizacin, a los goces profundos que la Ciencia y el Arte dan a quienes los cultivan, no ir a vendersu fuerza de trabajo por un poco de comida; nadie se ofrecer para enriquecer a ese Rothschild. Susmonedas sern pedazos de metal, tiles para diversos usos, pero incapaces de multiplicarse.

    Al responder a la objecin precedente, hemos determinado al mismo tiempo los lmites de laexpropiacin. La expropiacin debe ejercerse sobre todo lo que permite a alguien -banquero,industrial o cultivado- el apropiarse del trabajo de otro. La frmula es simple y comprensible.

    No queremos despojar a nadie de su sobretodo; pero queremos devolver a los trabajadorestodo lo que puedapermitir a cualquiera el explotarlos; y haremos todos nuestros esfuerzos para que,no faltndole nada a nadie, no haya un solo hombre que se vea forzado a vender la fuerza de susbrazos para proveer a la existencia de sus hijos y a la suya 48..

    Para atravesar el perodo de pobreza, reclamar lo que siempre ha reclamado en talesocurrencias: la comunidad de los vveres, el racionamiento. Por mucho que se predique la paciencia,el pueblo ya no aguantar; y si todos los vveres no se ponen en comn, saquear las panaderas.

    Si el empuje del pueblo no es bastante fuerte, se lo fusilar. Para que el colectivismo puedaestablecerse, necesita, ante todo, orden, disciplina, obediencia. Y como los capitalistas advertirn

    muy pronto que hacer fusilar al pueblo por los que se llaman revolucionarios es el mejor medio dedarle asco por la revolucin, prestarn ciertamente su apoyo a los defensores del orden, aun a losmismos colectivistas. Ya vern ms tarde el medio de aplastar a stos a su vez.

    Si se restablece el orden de esta manera, las consecuencias son fciles de prever. Larepresin no se limitar a fusilar a los saqueadores. Habr que buscar a los promotores deldesorden, restablecer los tribunales, la guillotina, y los revolucionarios ms fervientes subirn alcadalso. Ser una repeticin de 1793.

    No olvidemos cmo triunf la reaccin en el siglo pasado. Primero se guillotin a loshebertistas, a los enrags a quienes, con el recuerdo reciente de las luchas, llamaba Mignet losanarquistas49.

    Toda una anticipacin de la prctica marxista leninista que Kropotkin contempl y discuti

    con el mismo Lenin a quien mand varias cartas de protesta, dos con conocidas.

    Dmitrov [a unos 40 km de Mosc], 4 de marzo de 1920 (los subrayados son de Kropotkin)Estimado Vladimir Ilich:

    Varios empleados de Correos me pidieron que le presentara a usted su situacin que esrealmente desesperada. Puesto que este problema no slo concierne al Ministerio de Correos yTelgrafos, sino tambin a la condicin general del pas, me he apresurado a transmitir su demanda.

    Usted sabe, por supuesto, que vivir en el Distrito de Dmitrov con dos o tres mil rublos comosalario es absolutamente imposible para estos empleados. Con dos mil rublos, ni se puede comprar unkilo de papas, lo s por experiencia personal. Y a cambio, le pueden pedir jabn y sal, que no seencuentran en ninguna parte.

    Desde que el precio de la harina alcanz nueve mil el pud [unos diecisis kilos], incluso cuando se

    consigue algo, no basta para cuatro kilos de pan, o bastante harina buena para cinco libras.Adems, los escasos subsidios que los empleados reciben de Mosc, del depsito de Correos

    de acuerdo con el decreto del 18 de agosto de 1918, cuatro kilos de harina por persona y cinco librasde harina por enfermo por familia no fueron entregados desde hace dos meses. Los comits localesde alimentacin no les pueden otorgar nada, y los llamamientos de los empleados a Mosc -cientoveinticinco en el distrito- fueron en vano. Hace mes y medio uno de ellos le escribi personalmente,

    pero no tuvo respuesta.Considero mi deber testimoniar que la situacin de estos empleados es verdaderamente

    desesperada. La mayora se muere literalmente de hambre. Se lee en sus rostros. Muchos piensanpartir sin saber a dnde. Pero siguen con sus tareas de modo concienzudo, de modo que perder aestos trabajadores ira a expensas de los intereses de la poblacin local.

    48Ibdem, p. 57.49Ib., p. 70.

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    Slo aadir que todas las categoras de empleados soviticos en otras ramas del trabajo seencuentran en la misma desesperada situacin. [] Una cosa es segura. Incluso si la dictadura de un

    partido fuera un medio eficaz para derribar el sistema capitalista -de lo que dudo mucho, para elestablecimiento del nuevo rgimen socialista, resulta totalmente daina. Es preciso, es imprescindibleque la construccin se haga localmente con las fuerzas existentes en cada lugar, pero no sucede enabsoluto. En cambio, en cada instante, hay gente que, por no estar nunca al tanto de la situacin real,comete los peores errores, cuyo precio es la muerte de millares de personas y la destruccin deregiones enteras.

    Sin la participacin de las fuerzas locales, sin la construccin desde abajo, de los mismoscampesinos y obreros, la elaboracin de una nueva vida es imposible.

    Se deca que precisamente esta reconstruccin desde abajo la iban a cumplir los soviets. Pero Rusia se ha convertido en una Repblica Sovitica slo de nombre. Una gran afluencia y unadireccin impuesta, o sea los comunistas recientes y oportunistas los convencidos estn en lasgrandes capitales ya aniquilaron la influencia y la fuerza constructiva de este rgano prometedor, elsoviet. Ahora en Rusia, no dirigen los soviets sino los comits del Partido. Y sus esfuerzosconstructivos sufren de las insuficiencias del sistema burocrtico50.

    Estimado Vladimir Ilich:Izvestia y Pravda publicaron la declaracin de que el poder sovitico ha decidido tomar como

    rehenes a los socialistas revolucionarios de los grupos de Savinkof y Chernof, los guardias blancosdel centro nacionalista y tctico y los oficiales de Vranguel. Y que si se cometieran atentados contra

    jefes soviticos los rehenes seran exterminados sin piedad.Acaso no ha habido nadie entre ustedes que recordase y convenciese a sus camaradas de

    que semejantes medidas representan una vuelta a los peores momentos de la Edad Media y de lasguerras de religin, y son indignas de personas encargadas de crear una sociedad futura sobre basescomunistas, y que con tales medidas no se puede marchar hacia el comunismo? []

    No comprenden sus camaradas que eso equivale al restablecimiento de la tortura para elrehn y sus familiares? []

    Hasta los reyes y los papas han abandonado medios de defensa tan brbaros como la toma de

    rehenes. Cmo pueden los propagandistas de una vida y de una sociedad nueva recurrir a talesarmas para protegerse de sus enemigos? No sera el signo innegable de que consideran que suintento de comunismo es un fracaso y de que ya no defienden la edificacin de una nueva vida sino lassuyas? []

    A pesar de sus graves insuficiencias -que, como Vd. sabe, veo bien-, la revolucin de Octubreha realizado un gran cambio en el mbito de la igualdad, lo que no impide tentativas de volver alrgimen anterior. Por qu colocar la revolucin en un camino que la conduce a la destruccin,

    principalmente a causa de sus defectos que no son en absoluto inherentes al socialismo o alcomunismo, sino que representan la persistencia del orden antiguo y de los viejos escndalos de unaautoridad ilimitada y devoradora?

    Dmitrov, 21 de diciembre de 1920.

    El colapso de la URSS en 1991 proceda de bases y prcticas en gran parte equivocadas.

    50

    KropotkinLa Moral anarquista y otros textos, Buenos Aires, 2008,pp. 104-105 (http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=905).

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    IV Otro rumbo: Malatesta, del Programa a la lucha contra Mussolini

    Malatesta supo combinar a lo largo de su vida la accin y las puntualizaciones casi definitivas,

    sobre todo en el seno del movimiento de lengua italiana, e igualmente en los pases de lenguasfrancesa, inglesa y castellana. El mrito de Malatesta es retomar lo esencial de las ideas para unaaplicacin inmediata y concreta a favor de los asalariados.

    Su primera aportacin es el rechazo de los atentados sin relacin con movimientos sociales,justificados no obstante por mile Henry, quien tir una bomba en un caf supuestamente burgus51:la burguesa slo consider como un bloque a los anarquistas [.] golpeando a todos en bloque,nosotros tambin golpeamos en bloque. [.]La burguesa tiene que entender bien que quienes hansufrido estn por fin hartos de los sufrimientos. Ensean su rabia y pegan cuanto ms brutalmenteque se les trat brutalmente52 .

    A propsito de otros atentados, y como si intuyera intenciones como las de mile Henry,Malatesta haba escrito dos aos antes:

    Evidentemente, la revolucin producir muchas desgracias, muchos sufrimientos; pero hastasi produjera cien veces ms, sera una bendicin en comparacin con todos los dolores engendradoshoy por hoy por la formacin malvada de la sociedad.

    Se sabe que en una sola batalla muere ms gente que en la ms sangrienta de las revolu-ciones; que millones de nios mueren cada ao muy jvenes53 por falta de cuidados; que millones de

    proletarios mueren cada ao prematuramente por la miseria. Se conoce la vida raqutica, sin alegrasy sin esperanza, que lleva la mayora de los hombres. Hasta los ms ricos y ms poderosos son menos felices de que podran serlo en una sociedad igualitaria. Y tal situacin dura desde hace pocasinmemoriales. Y as durara, sin la revolucin que embiste con firmeza los males en las races y

    puede colocar para siempre a la humanidad por la va del bienestar. Bienvenida sea pues la revolucin: cada da de retraso inflige a la humanidad una masa

    enorme de padecimientos ms. Esforcmonos y obremos para que llegue rpidamente y logre de una

    vez para siempre acabar con todas las opresiones y las explotaciones.Es por amor a los hombres que somos revolucionarios: no es culpa nuestra si la historia nos

    obliga a esa dolorosa necesidad.Por tanto para nosotros anarquistas, o por lo menos (dado que los trminos en definitiva son

    convencionales) entre les anarquistas que piensan como nosotros, cualquier acto de propaganda o derealizacin, por la palabra o por los hechos, individual o colectivo, es bueno si sirve para acerca y

    facilitar la llegada de la revolucin, si propicia el apoyo consciente de las masas y le dan un carcterde liberacin universal; sin tales rasgos podra ocurrir una revolucin, pero no la que deseamos. Essobre todo durante el hecho revolucionario cuando debemos valernos de medios econmicos, el gastocuenta entonces en vidas humanas.

    Conocemos bastante las condiciones materiales y morales desgarradoras en que se encuentrael proletariado, para explicarnos los actos de odio, de venganza, e incluso de ferocidad que puedan

    producirse. Comprendemos que habr oprimidos que -por haber sido siempre tratados por losburgueses con la ms indignante dureza y dado que siempre todo le est permitido al ms fuerte-dirn cuando sean los ms fuertes: Actuemos tambin como los burgueses . Comprendemos que

    pueda suceder, en la fiebre de la batalla, en naturalezas originariamente generosas pero nopreparadas por una larga gimnasia moral, muy difcil en las condiciones presentes, pierdan de vistael objetivo a conseguir, tomen la violencia como fin de s misma y se dejen arrastrar a actos salvajes.

    51 Kropotkin le habra podido hacer a mile Henry la misma crtica que luego a Lenin es la visin medieval dematar a cualquier miembro de una familia, etnia, nacin, slo para vengarse de un individuo preciso que

    supuestamente es de esa familia, etnia, nacin, o sea la ley del talin.52En Emile Henry Coup pour coup, Pars, 1977, pp. 170-171.53 Se nota de pasada la similitud con el inicio del siglo XXI (mismo sistema de explotacin, mismos frutos).

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    Pero una cosa es comprender y perdonar ciertos hechos y otra cosa es reivindicarlos yhacerse solidarios de ellos. No son esos los actos que podemos aceptar, estimular e imitar. Debemosser resueltos y enrgicos; pero debemos adems esforzarnos por no sobrepasar nunca el lmitemarcado por la necesidad. Debemos hacer como el cirujano que corta por lo sano, evitando intilessufrimientos. En una palabra, debemos estar inspirados y guiados por el amor hacia los sereshumanos, hacia todos los seres humanos.

    Este sentimiento de amor es el fondo moral, el alma de nuestro programa. Slo concibiendo,la revolucin como el ms gran jbilo humano, como la liberacin y la fraternidad de todos loshombres -no importa a qu clase o partido hayan pertenecido- podr realizarse nuestro ideal.

    La revolucin brutal se producir, ciertamente, y podr servir incluso para dar el golpe degracia, el ltimo empujn: para echar por tierra el sistema actual; pero si no encuentra el contrapesoen los revolucionarios que obran por un ideal, tal revolucin se devorar a s misma. El odio no

    produce el amor, y con el odio no se renueva el mundo. Y la revolucin del odio fracasaracompletamente o bien instalara una nueva opresin que podra incluso llamarse anarquista como sellaman liberales los gobernantes de hoy, pero que por eso no sera una opresin menor ni dejara de

    producir los efectos que produce toda opresin54.

    Otra anticipacin clarsima de cmo edificar una sociedad futura y vemos de paso que elcapitalismo, sistema econmico fundado en la miseria y la muerte precipitada de millones de sereshumanos, es cloacal en sus bases y en su moral.

    La segunda aportacin es la elaboracin de un programa.

    1) Abolicin de la propiedad privada de la tierra, de las materias primas y de losinstrumentos de trabajo, para que nadie tenga el medio de vivir disfrutando del trabajo de otros, ytodos, al tener garantizados los medios para producir y vivir, sean verdaderamente independientes y

    puedan asociarse libremente con los dems, para el inters comn, y conforme a sus simpatas.

    2)Abolicin del gobierno y de todo poder que haga la ley y la imponga a los otros: por lo

    tanto, abolicin de monarquas, repblicas, parlamentos, ejrcitos, policas, tribunales y cualquierotra institucin dotada de medios coercitivos.

    3) Organizacin de la vida social por obra de libres asociaciones y federaciones deproductores y de consumidores creadas y modificadas segn la voluntad de sus componentes, guiadospor la ciencia y la experiencia y libres de toda imposicin que no derive de las necesidades naturales,a las cuales se somete cada uno voluntariamente, vencido por el sentimiento mismo de la necesidadineluctable.

    4)Garantizar los medios de vida, de desarrollo, de bienestar para los nios y para todos losque sean incapaces de proveer a sus necesidades.

    5)Guerra a las religiones y a todas las mentiras, aunque se oculten, bajo el manto de laciencia. Instruccin cientfica para todos y hasta sus niveles ms elevados.

    6) Guerra a las rivalidades y a los prejuicios patriticos. Abolicin de las fronteras yfraternidad entre todos los pueblos.

    7)Reconstruccin de la familia, de la manera que resulte de la prctica del amor, libre detodo vnculo legal, de toda opresin econmica o fsica, de todo prejuicio religioso.

    ste es nuestro ideal.

    54Malatesta, Un poco de teora, 1892, enMalatesta Articles politiques, Pars, 1979, pp. 36-38; hay en parte latraduccin de Fabbri, deMalatesta, Buenos Aires, 1945, pp. 258-259.

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    Hemos expuesto en lneas generales cul es el fin que queremos alcanzar, cul es el ideal porel que luchamos. Pero no basta desear una cosa: si se quiere obtenerla de verdad hay que emplear losmedios adecuados para conseguirla. []

    Nuestro ideal no es del tipo cuya consecucin dependa del individuo consideradoaisladamente. Se trata de cambiar el modo de vivir en sociedad, de establecer relaciones de amor ysolidaridad entre los hombres, de conseguir la plenitud de desarrollo material, moral e intelectual no

    para un individuo solo, no para los miembros de una determinada clase o partido, sino para todos losseres humanos; y esto no es cosa que se pueda imponer con la fuerza sino que debe surgir de laconciencia iluminada de cada uno y realizarse mediante el libre consentimiento de todos.

    Nuestra primera tarea debe consistir, por lo tanto, en persuadir a la gente. Es necesario quellamemos la atencin de los hombres sobre los males que sufren y sobre la posibilidad de destruirlos.

    Hay que suscitar en cada uno la simpata por los males de los dems y el vivo deseo del bien de todos.A quien tenga hambre y fro le mostraremos cmo sera posible, e incluso fcil, asegurar a

    todos la satisfaccin de las necesidades materiales. A quien est oprimido y vilipendiado, le diremoscmo se puede vivir felizmente en una sociedad de hombres libres e iguales; a quien est atormentado

    por el odio y el rencor, le sealaremos el camino que lleva a la paz y a la alegra del corazn, que se

    siente aprendiendo a amar al prjimo.Y cuando logremos hacer nacer en el alma de los hombres el sentimiento de rebelin contralos males injustos y evitables de los que se sufre en la sociedad actual, y hacer comprender cules sonlas causas de estos males y cmo depende de la voluntad humana eliminarlos, cuando hayamosinspirado el deseo vivo, predominante, de transformar la sociedad para el bien de todos, entonces losconvencidos, por impulso propio y por el de aquellos que los han precedido en la conviccin, seunirn y querrn, y podrn, realizar sus ideales comunes. []

    Pero a esto se oponen -y se oponen con fuerza brutal- quienes se benefician con los actualesprivilegios y dominan y regulan toda la vida social actual.

    sos tienen en su mano todos los medios de produccin, y por ende suprimen no slo la posibilidad de experimentar nuevos modos de convivencia social, no slo el derecho de los

    trabajadores a vivir libremente de su propio trabajo, sino tambin el derecho mismo a la existencia, yobligan a quien no es propietario a dejarse explotar y oprimir si no quiere morir de hambre.Ellos tienen policas, jueces, ejrcitos creados a propsito para defender sus privilegios, y

    persiguen, encarcelan, masacran a los que quieren abolir esos privilegios y reclaman medios de viday la libertad para todos. []

    Dejando de lado la experiencia histrica -la cual demuestra que nunca una clase privilegiadase ha desposedo, en todo o en parte, de sus privilegios, y nunca un gobierno ha abandonado el podersi no se lo oblig a ello con la fuerza o con el temor de la fuerza-, bastan los hechos contemporneos

    para convencer a cualquiera que la burguesa y los gobiernos se proponen emplear la fuerza material para defenderse, no slo contra la expropiacin total, sino tambin contra las ms pequeaspretensiones populares, y estn siempre listos para realizar las ms atroces persecuciones y las mssanguinarias masacres.

    Al pueblo que quiere emanciparse no le queda otro camino que oponer la fuerza a la fuerza. Resulta de cuanto hemos dicho que debemos trabajar para despertar en los oprimidos el

    deseo vivo de una radical transformacin social y persuadirlos de que unindose tienen la fuerzanecesaria para vencer; debemos propagar nuestro ideal y preparar las fuerzas morales y materialesnecesarias para vencer a las fuerzas enemigas y organizar la nueva sociedad. Y cuando tengamos la

    fuerza suficiente, debemos, aprovechando las circunstancias favorables que se produzcan ocrendolas nosotros mismos, hacer la revolucin social abatiendo con la fuerza al gobierno,expropiando con la fuerza a los propietarios, poniendo en comn los medios de vida y de produccine impidiendo que nuevos gobiernos vengan a imponer su voluntad y a obstaculizar la reorganizacinsocial realizada directamente por los trabajadores. [.]55.

    55 Richards VernonMalatesta: pensamiento y accin revolucionarios, Buenos Aires, 2007,(http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=883), pp. 176-179.

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    La tercera es una postura clara sobre el sindicalismo en un momento dado.Hoy como ayer, soy un sindicalista, en el sentido de que soy partidario de los sindicatos. No

    estoy pidiendo sindicatos anarquistas que legitimaran, de inmediato sindicatos social democrticos,republicanos, realistas u otros y podran servir, a lo sumo, para dividir ms que nunca a la claseobrera contra s misma. Ni siquiera quiero sindicatos llamados rojos, porque no quiero sindicatosamarillos. Quiero al contrario sindicatos ampliamente abiertos a todos los trabajadores sin distincinde opiniones, sindicatos absolutamente neutros56. Por lo tanto estoy por la participacin ms activa

    posible en el movimiento obrero. [] Los sindicalistas, al contrario, tienden a convertir el medio enun fin, a tomar la parte por el todo. Y es as que, en la mente de algunos de nuestros camaradas, elsindicalismo est volvindose una doctrina nueva y amenaza al anarquismo en su existencia misma.

    Sin embargo, aunque se ponga el epteto bien intil de revolucionario, el sindicalismo no es ynunca ser ms que un movimiento legalitario y conservador, sin ninguna otra finalidad accesible -yeso es mucho!- que el mejoramiento de las condiciones de trabajo. No buscar otra prueba que la quenos es ofrecida por las grandes uniones norteamericanas. Despus de haber mostrado unrevolucionarismo radical, en los tiempos en los que an eran dbiles, estas uniones se han convertido,a medida que crecan en fuerza y en riqueza, en organizaciones netamente conservadoras, nicamente

    dedicadas en convertir a sus miembros en los privilegiados de la fbrica, del taller o de la mina ymucho menos hostiles al capitalismo patronal que a los obreros no-organizados, a este proletariadoen harapos desanimado por la socialdemocracia57.

    La cuarta es su comprensin del nacionalismo.Creta se ha alzado contra el dominador turco; Macedonia est a punto de hacerlo y toda la

    pennsula balcnica estar tal vez pronto incendiada. Qu debemos, qu podemos hacer en relacin conesos acontecimientos? Algunos socialistas y anarquistas se han preparado58 para ir a Creta. De todas

    partes, estamos recibiendo noticias de compaeros que quisieran ir y slo se quedan por falta demedios. [] Pero nosotros si pudiramos aportar una ayuda eficaz a esos insurrectos, tendramos quehacerlo en nombre de nuestras ideas, que defendemos y que abarcan todas las cuestiones menores.

    Deberamos combatir para que esos pueblos tuvieran la libertad real de elegir sur destino. Pero no

    podramos ser les soldados de un rey, no podramos aceptar de antemano las responsabilidades de todas lasvejaciones, de que los cretenses y los otros sern vctimas de parte de la burguesa griega, que a menudo -estamos seguros de esto- har que echen de menos al turco. [] Con lo que acabamos de escribir, nos

    parece que dadas las condiciones reales - las nuestras y las de Creta -, no podemos hacer nada.Consolmonos: tenemos tanto que hacer, si lo deseamos, contra los turcos de Italia.59

    La quinta, por fin, es el apoyo constante a las sublevaciones populares y el rechazo delfascismo. Mussolini y su movimiento fascista fueron observados por Malatesta de 1922 a su muerte en1932.

    Entre un fanfarrn, que insulte y amenace porque se siente protegido y una mezcolanza decobardes, que estn gozando en su abyeccin, no tenemos que elegir. Comprobamos solamente - nosin vergenza - la suerte de gente que nos domina y a la que no conseguimos escapar.

    Pero qu es el sentido, el alcance, el resultado probable de esa nueva manera de llegar alpoder en nombre y al servicio del rey, violando la constitucin que el rey haba jurado respetar ydefender?

    56 La idea subyacente en supuestos sindicales neutrales es encuadrar a la mayora de los asalariados en un gransindicato para encolumnar hacia un objetivo revolucionario, como lo propona la tendencia del sindicalismorevolucionario (obreros marxistas opuestos a sus intelectuales y obreros anarquistas opuestos a losindividualistas e intelectuales) la CGT francesa. Malatesta no vio que para obtener tal fin los sindicalistasrevolucionarios caan en manipulaciones (oponerse a conflictos en la base) para mantenerse en la cpula enalianzas inestables con socialistas contra reformistas o lo contrario, con tal de guardar su poder. Ver ()57 Congreso anarquista de msterdam 1907

    (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/amsterdam/11.html).58 Era la tradicin internacionalista e insurreccional de Giuseppe Garibaldi.59 Por Creta en LAgitazzione, Ancona,14-3-l897; reproducido en Volont, anno II, N9, 1-3-1948.

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    Fuera de las poses con ribetes napolenicas y que son de hecho de opereta, cuando no sonactos de bandoleros, creemos que en el fondo, nana ha cambiado, excepto durante cierto tiempo unamayor presin policial contra la subversin y los trabajadores. Una nueva edicin de Crispi y Pelloux60. Es siempre la vieja historia del ladrn convertido en gendarme!

    La burguesa amenazada por la marea proletaria que suba, incapaz de resolver los problemas urgentes debido a la guerra, indefensa con los mtodos tradicionales de la represinlegal, se vea perdida y habra saludado alegremente a cualquier militar que se habra declaradodictador y habra sofocado en la sangre las tentativas de insurreccin. Pero entonces, en la

    posguerra, la cosa era demasiado peligrosa y poda tanto acelerar la revolucin como abatirla. Detodos modos, un general salvador no se improvisa o es una parodia. En cambio, vinieron aventurerosque, por no haber dado en los partidos subversivos con bastante lugar para sus ambiciones yapetitos, pensaron en especular con el miedo de la burguesa ofrecindole, mediante galardonesadecuados, el socorro de las fuerzas irregulares que podan entregarse con toda impunidad a todoslos desmanes contra los trabajadores sin provocar directamente la responsabilidad de losbeneficiarios eventuales de las violencias cometidas. Y la burguesa acept, pidi y pag la ayuda: elgobierno oficial, una parte al menos de sus miembros, pens en proporcionarles armas, y auxiliarlessi en un ataque fueran derrotados, en asegurar su impunidad y en desarmar de antemano a quienes

    iban a ser atacados.Los trabajadores no supieron oponer la violencia a la violencia porque haban sido educadosen el respeto de la legalidad. Porque cuando toda ilusin se volva imposible y cuando los incendios ylos asesinatos se multiplicaban bajo la mirada benevolente de las autoridades, los hombres a quieneslos trabajadores otorgaban su confianza61 les predicaron la paciencia, la calma, la belleza y lacordura de dejarse batir heroicamente sin resistir. Y as fueron vencidos en sus bienes, sus

    personas, sus dignidades, sus sentimientos ms sagrados. Acaso cuando las organizaciones obreras haban sido destruidas, derrotadas, los hombres

    ms detestados y considerados como ms peligrosos haban sido matados, encarcelados o reducidosa la impotencia, la burguesa y el gobierno quisieron poner un lmite a la accin de los nuevos

    pretorianos que aspiraban en adelante a convertirse en los amos de quienes sirvieron. Pero erademasiado tarde. Los fascistas son ya los ms fuertes y quieren hacerse pagar los intereses de los

    servicios prestados. Y la burguesa pagar, intentando por supuesto desquitarse a expensas delproletariado.En conclusin, cuando aumenta la miseria, aumenta la opresin.En cuanto a nosotros, slo nos queda continuar nuestro combate, siempre llenos de fe, llenos

    de entusiasmo. Sabemos que nuestro camino est sembrado de dolores, pero lo hemos elegidoconsciente y voluntariamente y no tenemos motivos para cambiarlo. Es lo que piensan tambincuantos tengan el sentido de la dignidad y de la compasin humanas y quieren dedicarse a la lucha

    por el bien de todos. Saben que deben estar preparados a todas las desilusiones, todos los dolores,todos los sacrificios.

    Puesto que quienes se dejan deslumbrar por las apariencias de la fuerza nunca cesan deexperimentar una especie de admiracin secreta por quienes ganan, hay as mismo revolucionariosque dicen los fascistas nos mostraron cmo se hace la revolucin.

    No, los fascistas no nos ensearon nada.Han hecho la revolucin, si as se la quiere llamar, con el visto bueno de sus superiores y al

    servicio de sus superiores. Traicionar a sus amigos, renegar cada da las ideas profesadas la vspera,si es necesario para lograr, ponerse al servicio de los patrones, asegurarse la complicidad de lasautoridades polticas y judiciales, hacer desarmar por los gendarmes sus adversarios para atacarlesluego diez contra uno, prepararse militarmente sin tener que esconderse, incluso recibiendo armasdel gobierno, medios de transporte y equipo, y luego ser llamado por el rey y colocarse bajo la

    proteccin de Dios... tales son las actitudes que no podramos y no quisiramos tener. Otras actitudestenamos previstas el da en que la burguesa se sintiera amenazada con seriedad.

    60

    Crispi, poltico italiano muy autoritario; general y ministro partidario de una poltica de mano dura contra laizquierda61 Son por supuesto los socialistas que colaboraron en parte al inicio del fascismo italiano.

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    El advenimiento del fascismo debera antes servir de leccin a los socialistas legalistas, quecrean, y desgraciadamente siguen creyendo, que es posible abatir la burguesa por la votacin y elnmero de electores, y no quieren creernos cuando les dijimos que nunca alcanzarn la mayora en el

    parlamento y no querrn - para hacer hiptesis absurdas - aplicar el socialismo desde el parlamento,porque les expulsaran con puntapis al culo!62

    Se comprueba, de Bakunin a Malatesta, cmo el anarquismo es inseparable de los trabajadoresexplotados y de sus luchas y se esfuerza por defender a los ms marginados.

    62Umanit Nova, 25-11-1922; artculo no firmado, en MalatestaArticles o.c., pp. 346-349.

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    V Rumbo al naufragio: del adorado ombligo a las acciones gloriosasinmediatas

    Desde 1830, el principio burgus ha tenido plena libertad de manifestarse en la literatura, enla poltica y en la economa social. Se puede resumir en una sola palabra: individualismo 63. Bakuninasimilaba por lo tanto el culto del individuo al pensamiento enemigo de los trabajadores (Stirner y susideas no se conocan an) y como un freno a la accin y a la organizacin de los explotados.

    Y con mucha lgica Kropotkin segua esta visin en su ddefinicin de la palabra anarquismopara la Encyclopedia Britannica64en 1905. La mayor parte de los anarquistas individualistas lo son, enefecto, por pulsin, incluso por vocacin teatral pblica, seguida de largos periodos de olvido, decontradicciones nunca explicadas. El sacro santo ombligo podra mosquearse y nunca queda mshermoso sino cuando est a la vista de todos.

    Esa generalizacin es abusiva, y lo era en la poca de Kropotkin, porque no tomaba en cuenta

    a los anarco-individualistas tolstoyanos -constantes en su prctica fundada en un ideal colectivo real-rechazaban el Estado en el da a da y no slo de vez en cuando en reuniones o manifestaciones.Negaban el Estado cada da ignorando los impuestos, la electricidad, la escolaridad de los nios, elejrcito, etc. Los tolstoyanos tendran mucho que ensear, si su fogoso militantismo no les hubieradiezmado a casi todos, en particular en la URSS donde Lenin hizo encarcelar a todos los objetores deconsciencia, por tanto a decenas de millares de tolstoyanos, como cmplice de la contrarrevolucin.Solienitsyn relata que en los campos del gulag las protestas bajo forma de huelgas del hambre hasta lamuerte de los tolstoyanos motivaban las sornas de los chekistas.

    Lenin continuaba el procedimiento reductor asimilando el anarquismo al individualismo, y eltodo a la burguesa. Llegaba a la curiosa constatacin siguiente en contradiccin con la realidad:

    En la historia reciente deEuropa, qu resultado ha dado el anarquismo que reinaba antes en

    los pases latinos? Ninguna doctrina, ninguna enseanza revolucionaria, ninguna teora. Parcelacindel movimiento obrero. [] Sumisin de la clase obrera a la poltica burguesa so color derechazar toda poltica.65

    Ms idealista an, Rosa Luxemburgo en 1905 prevea incluso el porvenir:La revolucin rusa,esa misma revolucin que constituye la primera experiencia histrica de la huelga general, no slo norehabilita la anarqua, sino que desemboca en una liquidacin histrica del anarquismo66.

    Nuestros dos marxistas, de tendencias opuestas, tienen un punto comn: la incapacidad deanalizar el presente y de prever la evolucin histrica, cuando del movimiento obrero y del

    63 Bakunin Tres conferencias a los obreros del valle de Saint-Imier, 1871, Obras Completas, tomo 2, p. 345.64 Stirner [...] abog, no slo por una rebelin total contra el Estado y contra la servidumbre que el comunismoautoritario impondra a los hombres, sino tambin la plena liberacin del individuo de toda atadura social ymoral: la rehabilitacin del yo, la supremaca del individuo, completo a-moralismo, y la asociacin de losegostas. [] el sentido final de esta suerte de anarquismo individual [] no es hacer que todos los miembrosde la comunidad se desarrollen de modo normal, sino permitir a ciertos individuos mejor dotados desarrollarse

    plenamente, aun a costa de la felicidad y de la existencia misma de la gran mayora de los seres humanos. Es asuna vuelta al individualismo ms vulgar, defendido por todas las supuestas minoras superiores [] Por estotal direccin ideolgica, no obstante su acierto indudable al abogar por el pleno desarrollo de cadaindividualidad, slo halla eco en limitados crculos artsticos y literarios.(http://www.theyliewedie.org/ressources/biblio/es/Kropotkin_-_Anarquismo_definicion.html).

    65 Lenin Socialismo y anarquismo, Redactado el 24 de noviembre (7 de diciembre) de 1905. Publicado el 25 de

    noviembre de 1905 en Novaia Jizn.66Luxembourg, Rosa, Grve de masse, parti et syndicats, Pars, p. 94.

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    anarquismo se trata. Inquietante fenmeno para adeptos del socialismo cientfico y de la cienciamarxista!

    Es la lgica del dictador de Lenin incluyendo imperturbablemente los campesinos ucranianosde Makhno, los obreros de Kronstadt, sus propios compaeros de la Oposicin Obrera67.

    Empero, el justificador del individualismo anarquista, el mismo Stirner, no excluye de ningunamanera la lucha social y recomienda a los trabajadores que no trabajen ya por los capitalistas68. Pero sudefensa del individuo contra la sociedad, los partidos polticos, conduce a Stirner a escribir esasafirmaciones:[sobre el partido]La moral, en efecto, exige que cada uno se adhiera firmemente a su

    partido; hacerle traicin es mancharse con el crimen de infidelidad; pero la individualidad no conoceni abnegacin ni fidelidad de precepto; permite todo, incluyendo la apostasa, la desercin y dems.[]Yo tambin amo a los hombres, no slo a algunos, sino a cada uno de ellos. Pero los amo con laconciencia de mi egosmo; los amo porque el amor me hace dichoso; amo porque me es natural yagradable amar. No reconozco la obligacin de amar69.

    Si tomamos el punto de vista histrico, vemos que los anarco-individualistas se aslan. Lacamaradera amorosa, la predica mile Armand, pero no el amor por los compaeros noindividualistas. El individualismo a veces se identifica con el pacifismo. Louis Lecoin, sindicalista y

    antimilitarista conocido y eficaz en Francia, lo fue incluso en periodo fascista! Felizmente, hubo nopocas sorprendentes excepciones como Wilkens en Argentina, que prefiri abjurar su pacifismo ymatar al oficial que mand fusilar 1.500 huelguistas de Patagonia en 1923.

    Pero se puede llegar a lo peor. Malatesta escriba a propsito de un grupo individualistasitalianos, activo de 1889 a 1897: Ridiculizaban el Primero de Mayo, la huelga general, laorganizacin de los trabajadores en el mbito econmico, etc., y siempre en nombre de la revolucin

    y la anarqua. Predicaban el robo por cuenta propia, incluso y hasta especialmente contra loscompaeros y contra los pobres, y se decan comunistas. [] y se decan enemigos del sistemaburgus y partidarios del bien general y de la armona social. [] Sostenan todo absurdo que laestupidez de los inconscientes o la maldad de los enemigos hubiesen atribuido a los anarquistas, ydecan que aquello era anarqua pura70.

    Jean Grave, unos aos ms tarde, anotaba tendencias, todava vlidas hoy por hoy, en relacincon el individualismo. Si se admitiera esa teora que los mviles del individuo deben ser el egosmo

    puro y simple, la adoracin de su Yo, [] sera confesar que la revolucin futura tendra que serhecha por y para los ms fuertes[.]Puede ser que entre los que se dicen anarquistas, los haya queenfoquen as la cuestin. Eso nos explicara aquellas defecciones y confesiones de individuos que, trasser los ms ardientes, desertaron las ideas para alinearse con los defensores de la sociedad actual,

    porque les ofreca compensaciones71. Peor an, apuntaba: As, so color de atacar los propietarios,algunos [anarquistas] se hacen los defensores del robo; otros, a propsito del amor libre, llegan asostener las fantasas ms absurdas, que no vacilaran en calificar de desenfreno y crapulera si seaplicara entre burgueses; los ms extremistas son los que dan guerra a los principios -otros tantos

    67las concepciones de "la oposicin obrera" y de los elementos anlogos no slo son falsas tericamente, sinoque en la prctica constituyen la expresin de las vacilaciones pequeoburguesas y anarquistas, debilitan lalnea de firme direccin del partido comunista y ayudan a los enemigos de clase de la revolucin proletaria. [marzo de 1921, publicado en 1923] en Marx, Engels Lenin acerca del anarquismo y anarcosindicalismo, p.320.68Stirner El nico y su propiedad, Buenos Aires, pp. 119-120(http://www.quijotelibros.com.ar/anarres/El%20%DAnico%20y%20su%20propiedad%20de%20Utop%EDa%20Libertaria.pdf).69dem, pp. 240, 296.70 Artculo de 1897, en Fabbri, o. c., p. 294. En Francia, Andr Lorulot public a cuenta de autor en 1921 Chezles loups (Roman de murs anarchistes), [entre los lobos, novela de costumbres anarquistas] con ese aviso a loslectores: Se encuentran en los medios anarquistas a hombres dotados de un gran valor moral [] Por qu

    vemos aparecer al lado de eso hombres tantas lacras sociales irresponsables, tantos presumidos y egostasatentos a disfrazar sus apetitos detrs de un ideal magnfico?71 Grave Jean,La socit mourante et l'anarchie[la sociedad moribunda y la anarqua], Pars, 1893, p.19.

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    prejuicios, segn ellos- proclamando: Me burlo de los principios, me quedo sentado encima. Parallegar a la Revolucin, todos los medios son buenos, no tenemos que quedar parados por escrpulos aredropelo72.

    Se tiene una valoracin ms dura, exagerada sin duda, durante una asamblea de anarquistasitalianos exiliados en 1935, el compaero Barbeta (Rivoluzio Giglioli) ofreca este anlisis delmovimiento libertario italiano compuesto de 1) [.] trabajadores, capaces de soportar el hambre, lamiseria, [.] Y hasta de inmolarse por el ideal, pero inaptos para discutir las ideas [.] 2) Una

    pequea minora de elementos seleccionados, [.] indispensables para el papel de agitador poltico.3) Cierto nmero de elementos sospechosos, psicpatas, amorales, errneamente inscritos en elmovimiento anarquista [.] 4) Un grupo de locos y de desequilibrados que dependen mucho ms dela psiquiatra que del movimiento anarquista73.

    En estas tres citas de Malatesta, Grave y Giglioli tenemos casos de individuos asociales y enparte enfermos que tapan sus desequilibrios con una militancia a su nivel, o sea la mofa y ladenigracin sistemtica de los seres normales. Es una desviacin penosa del individualismo de partede irresponsables.

    De hecho en la conducta individual, puede existir al principio un acto sano: convencido de la

    justeza de su idea, un individuo se adelanta en medio de los dems y se responsabiliza de su acto.Como fue el caso heroico ya evocado de Wilkens. Los actos individuales son respetables si el embusteest ausente, si hay respeto de la opinin de la mayora. La idea divergente es primero til porqueobliga a adoptar una respuesta para comprender mejor el alcance de las crticas. El individualismo esdiferente porque persuadido de encarnar la verdad, vitupera, casi siempre rehsa el dilogo sincero, noteme aislarse y colocarse en el rango de los irresponsables y de los provocadores. Es poco diferente delburgus, del supuesto ganador que se mofa de los perdedores. La tentativa de desmarcarse delindividualismo de ese gnero es lgica, sana y necesaria. Estn en una postura inversa al programa de

    Una verdadera sntesis fue propuesta por el grupo Nabat (la campana de alarma) en Ucraniaen 1918, partiendo de tres "exigencias, impuestas al movimiento anarquista por la vida misma:

    1)Delimitarse bien distintamente de aquellos elementos, que bajo la bandera del anarquismo

    pescan en ro revuelto, los cuales, de una o de otra manera, se anexaron al movimiento anarquista,persiguiendo los fines ms distintos y que nada tienen que ver con el objeto que nuestro movimientopersigue;

    2) el minucioso conocimiento del anarquismo [] una forma determinada de organizacin dela vida social;

    3) organizar todas las fuerzas vivas del anarquismo, unir a los partid


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