Whindam, Ryder - Star Wars - El Alzamiento Del Imperio - En Busca de La Jedi Perdida

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    STAR WARS Ryder Whindam

    Ryder Whind am33 AOS ANTES DE LA BATALLA DE YAVIN

    I NTRODUCCI N

    n la Ciudad Galctica sobre el planeta Coruscant, los doce miembros del Consejo

    Jedi contemplaban la Fuerza y decidan la accin sobre diez mil Caballeros Jedi por

    toda la galaxia. Legendarios por su valenta y poder, los Jedi evitaban guerras,

    preservaban la paz y mantenan la justicia. El Maestro Jedi Qui-Gon Jinn era

    considerado como uno de los grandes Caballeros Jedi. Un guerrero valiente y un hombre amable,

    Qui-Gon no se intimidaba por ningn reto. Pudo haber sido un miembro del Consejo pero crea que

    su destino era como un Caballero Jedi, aliado con la Fuerza para ayudar a quienes lo necesitaran.Como Maestro Jedi, deba entrenar exitosamente a un aprendiz Padawan para convertirlo en un

    Caballero Jedi. El Padawan de Qui-Gon Jinn era un joven llamado Obi-Wan Kenobi

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    Iientras los tres droides artilleros se tambaleaban delante de las sombras de la

    arena, el aprendiz de Jedi de veinticinco aos, Obi-Wan Kenobi, rpidamenteblanda su sable de luz y presionaba el botn de activacin. De repente, elsonido del sable lser disminuy, un suave zumbido llen el aire y la oscura

    arena se ilumin por la fra y azul luz. A pesar que la hoja de su sable de luz resplandeca, Obi-Wan no poda ver nada. Llevaba una gruesa y acolchada venda. En postura de combate, losdroides artilleros elevaban sus pistolas blaster y apuntaban al vendado Obi-Wan, enviandorayos de energa rojos que volaban hacia su objetivo. Utilizando la Fuerza para percibir la

    trayectoria de los rayos que se acercaban, Obi-Wan, inclin rpidamente su sable lser y sebalance ante el mortal bombardeo. Un estrpito, emergido elctricamente, llen el aire cuandoObi-Wan estaba golpeando los rayos de energa con su sable lser; sacudiendo de vuelta a los

    tres droides. Dos droides fueron destruidos cuando los rayos impactaron sus torsos en una lluviade chispas, tumbndolos al piso de metal negro. El tercer droide er ms veloz, esquivando consorprendente velocidad para evitar un impacto directo. Un rayo de energa pas rozndole e

    impact en la densa pared de plastoide; pero el rayo final separ el engrasado codo del brazo deldroide. An agarrando la pistola blaster, el cercenado braz se sacudi en el piso.

    M

    El droide reaccion automticamente. Utiliz el brazo que le quedaba para alcanzar sumorral ubicado en la espalda y tomar un rifle blaster completamente cargado. Mientras el droideartillero apuntaba el rifle, el vendado Obi-Wan salt en la arena; movindose tan rpido que seconvirti en un borrn. El droide recalibr sus sensores de objetivo, hal el gatillo y descarg unacorriente explosiva de rayos de energa a la indistinta forma de Obi-Wan, pero Obi-Wan fuedemasiado rpido . Los dispersos rayos martillaron en las paredes de los alrededores.Instantneamente, Obi-Wan y su destellante sable lser se rematerializaron muy cerca al droideartillero. Detectando a su oponente, el droide se movi para atacar, pero no fue losuficientemente veloz. En un destello enceguecedor, el sable lser de Obi-Wan atraves aldroide, partiendo al autmata por la mitad. Desplomndose, sus intiles patas, su cercenadas yscorched partes se esparcieron por el negro piso. Obi-Wan Kenobi desactiv su sable laser. Toda

    la pelea con los tres droides haba terminado en tan solo once segundos.Muy impresionante, Obi-Wan , una voz profunda comentaba desde la entrada de la

    arena.Inmediatamente reconoci la voz, Obi-Wan vir su rostro vendado hacia el que hablaba.Saludos, Maestro, el joven Jedi respondi mientras se quitaba la venda.

    Perdneme. No le o llegarQui-Gon Jinn, un Maestro Jedi alto, le sonri a su aprendiz desde el arqueado portal.

    Moviendo su mano sobre un panel en la pared, Qui-Gonn encendi las luces del interior de laarena, provocando que Obi-Wan parpadeara.

    Estabas concentrando demasiada atencin en los droides, Padawanapunt Qui-GonPara prepararse hacia lo inesperado, tienes que invocar a la Fuerza. A lo mejor ests pasandomucho tiempo aqu en el Templo Jedi; te hara bien salir de este centro de entrenamiento de vezen cuando

    S, Maestro replic Obi-WanSeguir su consejo. Pero si me permite preguntar,qu le trae por el Templo? Cre que estaba yendo a visitar los niveles inferiores de Coruscant

    Hubo un cambio de planesrespondi Qui-Gon.Siento escuchar eso, s cunto disfruta a sus amigos de all abajoA decir verdad, Obi-Wan no entenda por qu Qui-Gon le gustaba la compaa de

    patticas formas de vida como las que poblaban las regiones industriales ms bajas deCoruscant. Por muchos siglos, la ciudad capital se haba expandido hasta cubrir el planetaentero. Los ciudadanos ms ricos vivan en lujosos rascacielos, mientras que los ms pobres

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    luchaban por sobrevivir en las aglomeraciones subterrneas bien abajo de la superficie deCoruscant.

    Cambiando el tema, Obi-Wan pregunt: Entonces, qu tanto vio de mi sesin de

    prctica en contra de los droides?Viendo a los tres droides artilleros cadosrespondi Qui-Gon, lo suficiente para ver

    que tu habilidad con el sable lser cada vez mejora msAgradecido por el comentario de Qui-Gon, Obi-Wan hizo una venia. Gracias,

    MaestroMientras un droide de sanidad corra por la arena para limpiar los escombros del piso,

    Qui-Gon golpe a Obi-Wan en la espalda.Vamos, Padawandijo, guiando a su aprendiz haciala salida. Tendremos que apuramos si queremos cumplir la cita

    Cita? pregunt Obi-Wan, caminando ms rpido para estar a la par de la marchade su Maestro Cul cita?

    Hemos sido requeridos por el Consejo Jedireplic Qui-Gon mientras salan de laarena de entrenamiento y entraban a un corredor. Fue por eso que no fui a los niveles

    inferioresEl corredor estaba cubierto por una fila de altas ventanas, ofreciendo una espectacularvista de Ciudad Galctica.

    El Consejo Jedi? repiti Obi-Wan, claramente sorprendido.Sabe por qu quierenvernos? Llevando a Obi-Wan hacia un turboascensor, Qui-Gon respondi:

    Slo s que es mejor no tardarnos.

    IIlConsejo Jedi estaba conformado por doce miembros: Mace Windu, Yoda, Ki-Adi-Mundi, Adi Gallia, Depa Billaba, Eeth Koth, Oppo Rancisis, Even Piell, Plo Koon,Saesee Tiin, Yaddle y Yarael Poof. Juntos, contemplaban el balance de la Fuerza y

    ayudaban a guiar a los Caballeros Jedi en sus misiones. Con el Maestro Yoda a sulado, Mace Windu, presida como Director Jedi del Consejo. Saliendo del turboascesor yentrando a la cmara del Consejo, Qui-Gon y Obi-Wan se encontraron al Maestro Jorus Cbaoth,que estaba de salida. Como Jorus Cbaoth era el consejero personal del senador Palpatine delSenado Galctico, Obi-Wan se inquiet mucho ms por la naturaleza de la reunin en el Consejo.Acercndose a los miembros del Consejo, Qui-Gon ech una rpida ojeada a los Jedi sentados.

    E

    Inmediatamente not una silla vaca dentro del recinto semicircular del Consejo.Cayendo en la cuenta del Jedi que estaba ausente, Qui-Gon ignor toda formalidad y pregunt:

    Qu le pas a Adi Gallia? Antes que Mace Windu pudiera responder, las largas y puntiagudas orejas de Yoda se

    echaron hacia atrs mientras deca:Siempre perceptivo el Maestro Qui-Gon es, a lo que es visible noAdi Gallia est desaparecida, Qui-Gon revel Mace WinduEstaba en una misin

    encubierta en el planeta Esseles . Levantando una mano hacia el proyector hologrfico, Maceactiv un holograma. Un globo que rotaba lentamente apareci, mostrando Esseles como unclido mundo cubierto de una serie de montaas jvenes.

    Sabemos que Adi lleg a salvo a Esseles, pero no realiz los ltimos dos reportesprogramados. Ests familiarizado con este mundo?

    Nunca he estado all, pero lo conozco. Qui-Gon estudi el hologramaEs uno de losplanetas vinculados a la Ruta Comercial de Perlemian, en el Sector Darpa. La capital de Esseles

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    es Calamar, un centro de investigacin de alta tecnologa y desarrollo, especializada enhipernutica y motores avanzados de hiperimpulso

    Escuchando a su Maestro, Obi-Wan sinti admiracin y respeto. Obi-Wan siempre haba

    estado impresionado por la aguda memoria de Qui-Gon para lo detalles. Mace asinti,manteniendo sus ojos fijos en Qui-Gon.

    Esseles ha progresado de la investigacin y desarrollo a la manufactura a granescala apunt Mace Recientemente, el Consejo recibi una misteriosa tarjeta de datos,alertndonos que una fbrica llamada Naves Trinkatta fue comisionada para construir cincuentacazas droides experimentales.

    La tarjeta de datos fue un truco para llevar a los Jedi a Esseles? pregunt Qui-Gon. Si fuera un trucopregunt Mace Windualguien tuvo muchos problemas paraenviarnos informacin muy detallada. El holograma de Esseles se desvaneci, reemplazadopor un flamante caza estelar droide en forma de dardo.

    De acuerdo a la tarjeta de datos continu Mace estos cazas estelares estnequipados con motores de hiperimpulso.

    Y qu significa nosotros los sabemos

    intervino Yoda

    . Viajar por el hiperespaciopara propsitos de paz, los cazas droides no lo harn.El Maestro Yoda dice la verdad asever el Maestro Jedi Rancisis. Un astuto

    estratega militarel velludo Maestro Oppo apunt hacia el programa y manifest:Los cazasdroides tienen dos propsitos: matar y conquistar. Mienten, emplearon armas sin temor niremordimiento, reservadas generalmente para las campaas ms letales. Con capacidad dehiperimpulso, no necesitan ser transportados por una nave carguero. Programadosapropiadamente, pueden ser enviados a atacar cualquier nave o planeta en la galaxia ycomprados por cualquier criatura que

    Dudo que Naves Trinkatta haya construido costosos cazas droides a menos que yahubiera un compradorcoment Qui-Gon Jinn mientras se desvaneca el holograma. Sabenquin encarg estos cazas? .

    No replic Mace Windu. Eso era lo que Adi Gallia esperaba averiguar en Esseles.

    No hemos informado al Senado de nuestra investigacin porque los cazas droides pueden habersido ordenados por un planeta miembro de la Repblica Galctica. Es posible que uno denuestros aliados estn planeando una guerra civil. Si ese es el caso, el informar al Senado puedealertar a los compradores para cubrir su rastro. Le hemos pedido a Jorus Cbaoth no notificar aningn senador de estos procedimientos. Hasta que tengamos evidencia slida de la identidadde quin paga por los cazas, necesitamos mantenerlo en secreto.

    Secreto? pregunt Qui-Gon, esforzndose por mantener la voz tranquila, Quhay de Adi Gallia? Su vida no vale ms que otra operacin encubierta? Por si no recuerdan, noestara parado aqu ahora si ella no hubiera salvado mi vida.

    Obi-Wan se sorprendi por la afirmacin de su Maestro. Qui-Gon nunca le haba contadode una aventura con Adi Gallia.

    Es por eso que te hemos citado, Qui-Gon Jinnpregunt Mace Windu. Comandarsa dos caballeros Jedi para encontrar a la Maestra Adi. En ese momento, dos Caballeros Jedi

    ms ingresaron a la cmara del Consejo. Eran Vel Ardox y Noro Zak.Vistiendo una tnica negra, Vel Ardox pareca humano, pero era una anfibio biubree del

    Sector Ploo. Noro Zak, con sus orejas puntiagudas y alas membranosas y coriceas indicaba queera un baxthrax.

    Qui-Gon salud a los dos Caballeros Jedi. Haba peleado junto a Vel y Noro en el pasadoy confiaba en ambos. Exceptuando las circunstancias, es bueno verlessalud Qui-Gon.

    Girando hacia la puerta, continu Ser mejor que los cuatro vayamos a Esseles.Vamos, Obi-Wan.

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    Tal vez no fui claro, Qui-Gon interrumpi Mace Windu. Una Maestra Jedi estdesaparecida. Esta misin puede ser extremadamente peligrosa. Como aprendiz, Obi-WanKenobi no est listo para dicha misin. Tu Padawan debera permanecer aqu en el Templo.

    Qui-Gon mir a Obi-Wan, buscando su rostro por si alguna reaccin. Obi-Wan tena unaexpresin relajada y sabiamente permaneci en silencio. Pero Qui-Gon percibi que estabadecepcionado.

    Entendido respondi Qui-Gon a Mace WinduObi-Wan nos ayudar a prepararnospara la partida.

    Viendo a Qui-Gon, Vel Ardox, Noro Zak y a Obi-Wan salir de la cmara del Consejo, Yodadijo suavemente: Que la Fuerza los acompae.

    ** *En el hangar de naves del Templo Jedi, el Crucero Radiante VII y su tripulacin de ocho:

    un capitn, dos copilotos, dos oficiales de comunicaciones y tres ingenieros, esperaban paratransportar a los Jedi hacia Esseles. Desde la cubierta del hangar, Obi-Wan miraba cmo Qui-Gon segua a Vel y a Noro hacia la escotilla principal del crucero. Por supuesto, Obi-Wan haba

    esperado unrsele a Qui-Gon en la misin; haba peleado junto a su Maestro antes y crea queestaba bien entrenado para dicha misin. Pero el Padawan saba muy bien que cuestionar lasrazones de Mace Windu de quedarse en Coruscant, tambin le poda traer alivio a su decepcin.

    Si Qui-Gon haba discutido con Mace Windu sobre permitir que Obi-Wan se uniera alequipo de rescate, hubiera sido vergonzoso para todo el Consejo. Al ingresar al Radiante VII,Noro Zak se tuvo que agachar, doblando sus rgidas alas contra su espalda para que no rozaranel techo. Qui-Gon miraba desde la escotilla abierta mientras Noro se acomodaba en el asiento

    junto a Vel Ardox.Puede cerrar la escotilla, Maestro Qui-Gonadvirti Vel. Estamos listosAn no replic Qui-Gon mientras jugueteaba con el mecanismo de la escotilla.

    Volvindose hacia la escotilla, Qui-Gon mir hacia la cubierta del hangar y llam a Obi-Wan.Padawan, quiero que revises esta escotilla. Creo que est atoradaPreguntndose por qu Qui-Gon no solicit un droide mecnico apropiado, Obi-Wan

    abandon el muelle y entr al crucero. Tan pronto como Obi-Wan estuvo adentro, Qui-Gon cerrrpidamente la escotilla.

    Ah! exclam Qui-GonParece que la escotilla funciona despus de todo. Ahora,Padawan, como ests abordo, deberas buscarte una silla. Tenemos un largo viaje por delante

    P-p-pero, MaestroObi-Wan tartamudeMace Windu dijo que deba quedarmeS lo que Mace Windu sugiri interrumpi Qui-Gonpero eres mi responsabilidad.

    Si voy a Esseles, te quiero donde perteneces: a mi lado! La mirada de Obi-Wan viaj desde la escotilla cerrada hasta el rostro de Qui-Gon. A

    pesar de la presencia de Vel y Noro, Obi-Wan estuvo obligado a protestar.Perdneme, Maestro, pero me pone en una situacin incmoda. Me pide

    desobedecerlo tanto a usted como al Consejo JediNo te estoy pidiendo que desobedezcas a nadie, Padawan respondi Qui-

    GonAmbos sabemos que ests listo para esta misin. Quiero que vengas con nosotros aEsseles porque tengo un presentimiento que te vamos a necesitar all. Si estoy pidiendo algo es tu ayuda Volteando la cara hacia los dos Jedi sentados, Qui-Gon levant sus cejas ypregunt: Preguntas?

    Vel y Noro intercambiaron miradas. Volvindose hacia Obi-Wan, Noro pregunt:Quieres un asiento cerca a la ventana? despus de un momento de duda, Obi-Wan sealej de la puerta cerrada.

    No puedo creer que est haciendo estomurmur. Qui-Gon sonri.

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    Complacidos de modificarlo.Inclinndose hacia una unidad de comunicaciones empotrada en la pared, Qui-Gon se

    dirigi hacia el capitn del Radiante VII, ubicado en la cabina del crucero. Estamos todos

    abordo, Capitn. Preprese a despegar.Mientras Qui-Gon y Obi-Wan se ubicaban en asientos contiguos, Obi-Wan

    susurrMaestro? No saba que la Maestra Adi le haba salvado la vida. En vez de responderinmediatamente, Qui-Gon cerr los ojos, preparndose para entrar en una meditacin profunda.

    Te contar todo, Padawanpero despus del rescate de Adi Gallia.

    II Iinutos despus de dejar Coruscant, el Radiante VII salt al hiperespacio. Era unviaje difcil; para llegar al Sector Darpa el computador de navegacin necesitabacambiar delicadamente de curso de una ruta de comercio a otra antes de llegar

    al sistema de Esseles. Rato despus, el crucero sali del hiperespacio, llegando a la rbita deEsseles.

    MNaves Trinkatta est a las afueras de Calamar apunt Qui-Gon. El capitn

    aterrizar nuestro crucero a una distancia discreta y permanecer en la nave. Desde ah, nosdesplegaremos en deslizador.

    Volvindose hacia el alado Noro, Qui-Gon continu. Noro, volars a Trinkatta,buscando seales de cualquier actividad inusual. Vel, Obi-Wan y yo viajaremos en deslizador ynos encontraremos all.

    Hablndole al piloto por la unidad de comunicaciones, Qui-Gonn Jinn orden:Aterricemos.

    Veinte minutos ms tarde, el deslizador de Qui-Gon, Val y Obi-Wan se alejaba delRadiante VII. Volando bajo sobre el camino polvoriento, Vel Ardox conduca el deslizador a altavelocidad hacia la fbrica de naves.

    Naves Trinkatta era un complejo inmenso, cubra casi dos kilmetros cuadrados.Rodeada de una barricada alta de piedra, el complejo encerraba dos grandes estructuras: una

    torre de observacin para monitorear las naves que ingresaban y salan, y una monumentalfactora. Los niveles superiores de la fbrica parecan estar compuestas de plastoide conventanas abovedadas de transpariacero, pero los viejos cimientos indicaban que la edificacinoriginal haba sufrido profundas renovaciones. Adornando el techo de la fbrica, tres chimeneasaltas expelan un humo azul oscuro hacia el cielo. Obi-Wan tosi, luego aclar su garganta.

    Ese humo ftido inhal, inclinndose hacia las chimeneas Dudo que NavesTrinkatta conozca de regulaciones ambientales

    Estudiando la barricada alta que rodeaba la fbrica, Vel Ardox apunt: Parece comoque tampoco promueven visitantes

    Disminuyendo la velocidad para planear cerca del muro, Vel Ardox mir hacia arriba,buscando a Noro. Sus agudos ojos rpidamente encontraron a la figura voladora. Noro planeabaen lo alto de la fbrica, evitando cuidadosamente las nubes txicas que se elevaban desde las

    tres chimeneas. Inclinando sus alas, Noro se abalanz en una espiral descente hacia los otrosJedi. Segundos ms tarde, sus garras tocaron el terreno junto al deslizador.Hace mucho tiempo, esta fbrica debi haber sido una fortaleza declar Noro

    mientras Qui-Gon, Obi-Wan y Vel se bajaron del deslizador. Apuntando hacia la torre deobservacin, Noro continu: El espaciopuerto de Trinkatta est entre la torre y la fbrica. Vialgunos vehculos turborepulsores y un viejo carguero aparcados en el espaciopuerto, pero nohaba ninguna seal de los cazas droides.

    Deben estar al interior de la fbricadijo Qui-GonEl muro rodea toda la fbrica?

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    S respondi NoroY al otro lado del muro hay una amplio foso. Un puente cruza elfoso desde un puesto de control de seguridad.

    Mustranos el camino hacia el puesto de control, Norosolicit Qui-Gon. Noro gui a los

    otros alrededor de la barricada hacia una gran cabina de piedra. Ms all de la cabina, unapesada puerta de metal separaba a los Jedi desde el puente hasta la fbrica de naves. Dosdroides de seguridad altos salieron de la cabina del puesto de control. Acercndose a los Jedi,los pesados pies de metal de los droides sonaban contra el liso pasillo. Un droide levant unamano en seal de alto.

    Cules son sus asuntos con Trinkatta? pregunt el droide, mientras su cabeza enforma de tonel escaneaba las cuatro figuras.

    Buscamos una amiga nuestra respondi Qui-Gon Se supone que nosencontraramos aqu. Es inspectora inmobiliaria. El droide sacudi la cabeza, que cruja concada giro del cuello.

    No hay inspectores inmobiliarios aqu. Slo droides. Deben irse ahora. Estamosapagando las chimeneas. La fbrica est a punto de ser fumigada

    Fumigada?

    pregunt Qui-Gon

    Pero si slo hay droides al interior, qu tratan deexterminar? .Bichosrespondi rpidamente el otro droide. Ahora deben irseMiren! grit Obi-Wan.Siguiendo su mirada, los otros Jedi vieron que las tres chimeneas de la fbrica ya no

    estaba liberando nubes txicas al aire. Segundos ms tarde, las altas ventanas de transpariacerose oscurecieron cuando el humo comenz a llenar la factora.

    Qui-Gon Jinn cerr los ojos en seal de meditacin. Abriendo los ojos dijo,Siento queque Adi Gallia est al interior del complejoy puede que est herida. Tenemos que rescatarlaantes que sea consumida por el humoFijando su mirada en los droides, Qui-Gon orden: Deben dejarnos entrar a la fbrica inmediatamente.

    Los fotorreceptores del droide ms cercano se pusieron rojos.Instrucciones recibidas del comando central droideexpres el droide mientras daba

    una paso atrsLos intrusos deben ser exterminados.Sin ms advertencia, ambos droides alcanzaron sus pistolas blaster. La mano de Obi-Wan tom su sable lser, pero Vel Ardox se movi ms rpido. Su sable de luz resplandeci yarremeti en una barrida relmpago, cortando ambos droides antes que pudieran disparar susblasters. Los droides cayeron al piso.

    Se supone que los droides de seguridad arrestan a los intrusos exclam Vel. Alguien reprogram estas unidades para matar.

    Pero quin hara?Obi-Wan comenzaba a decir, pero fue interrumpido por el estridente sonido de una

    sirena.Los otros droides ya deben saber que estamos aqu! apunt Noro Uno de

    nosotros debe quedarse aqu y distraerlos, mientras el resto de nosotros encuentra una entradaa la fbrica. Tenemos que detener ese humo o abrir esas chimeneas!

    Si podemos llegar al cuarto principal de controlaadi Ardoxpodremos anular elsistema y desactivar todos los droides! .

    Adi Gallia es nuestra prioridad! declar Qui-Gon mientras agarraba su sable de luz.!La fbrica se est llenando con humos txicos! Tenemos que encontrar a Adi y sacarla ahora!

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    ** *Despus de revisar rpidamente el rea del puesto de control de Naves Trinkatta, Qui-

    Gon Jinn volte hacia Obi-Wan Kenobi, Vel Ardox y Noro Zak. ste es el plan les dijo

    puedo retirar a los droides de seguridad del puesto de control y distraerlos mientras que ustedes tres tratan de encontrar otra entrada a la fbrica. Tendremos una mejor oportunidad deencontrar a Adi Galli dividindonos y buscando en diferentes reas del complejo.

    Mantendremos comunicacin? pregunt NoroSi los droides de la fbrica estn monitoreando las frecuencias, pueden interceptar

    nuestros mensajesseal Qui-GonUsen su comunicador slo si necesitan ayuda o localizana Adi Gallia. Vamos. Y que la Fuerza les acompae.

    Obi-Wan y Vel corrieron mientras que Noro se fue por el aire, dejando a Qui-Gon solo enel puesto de control. Caminando por entre los droides de seguridad cados, Qui-Gon se aproxima la gran puerta deslizante. Escuch el sonido de engranajes en funcionamiento mientras lapuerta comenzaba a deslizarse por el muro. Mientras la puerta se levantaba, Qui-Gon pudo verel amplio puente que cruzaba el foso y conduca a la fbrica de naves. De repente, seis droidesde seguridad salieron de la fbrica y avanzaron hacia el puente.Viendo a Qui-Gon, los droideslevantaron sus armas blaster. Movindose ms rpido de lo que los fotoreceptores droidespudieran seguir, Qui-Gon activ su sable de luz y avanz. Balanceando la letal hoja con mortalprecisin, el Maestro Jedi cort a los seis droides de seguridad en segundos. Los droidescayeron en la superficie del puente con gran estrpito.

    Eso debi captar la atencin de los otros droides de seguridad, pens Qui-Gon, esperandoque le permitiera a sus amigos encontrar otra entrada a la fbrica de naves. Qui-Gon pas sobrelos cuerpos metlicos de los droides cados, atravesando el humo que se elevaba de sus restoscalcinados. Mientras comenzaba a atravesar la factora, Qui-Gon mir por debajo del puente. Elpuente estaba sostenido por cables, suspendido a diez metros de un foso profundo de agua.

    Activando su comunicador, Qui-gon susurr: Estoy en el puente que lleva a la entrada.Ya estn adentro de la fbrica?

    An no, Maestro!respondi Obi-WanAtacamos algunos droides. Entrar ser msdifcil de lo que cremos

    Apagando su comunicador, Qui-Gon estaba a medio camino del puente cuando undestello brillante capt su atencin desde arriba. En tres piezas, en el techo, que sostenan una

    torre elevada de agua, Qui-Gon observ a ocho droides de seguridad ponindose en posicin. Derepente, los amenazadores droides levantaron sus rifles blaster y dispararon desde arriba.

    El sable de luz de Qui-Gon sali rpidamente, golpeando los rayos de energa quellegaban. Los golpe de vuelta a la torre elevada de agua por encima de los droides, impactandola base de la torre en una rpida sucesin. Mientras los droides continuaban disparando, la torrese rompi desde las piezas y explot sobre sus cabezas, golpendolos. Miles de litros de aguacayeron en una devastadora cascada, arrastrando a los droides hacia el puente. Pese al hecho deque apunt a la torre de agua, Qui-Gon Jinn se sorprendi por la magnitud del impactoresultante y apag su sable de luz. En un esfuerzo por evitar ser arrastrado por los torrentes ogolpeado por los droides que caan, Qui-Gon salt sobre el cable y se sumergi al foso que habaabajo. Despus de zambullirse en el agua, retorn a la superficie. Cuando volva a la superficie,

    casi fue golpeado por un rayo de energa. Dos droides haban sobrevivido a la cada y estabandeterminados a matar al invasor humano. Tomando un rpido aliento, el Maestro Jedi sesumergi y nad directamente bajo el puente, alejndose del rango de tiro de los blaster de losdroides. Nadando hacia la plataforma de la fbrica de naves, vio lo que pareca ser la entrada deun tnel bajo el agua. Esperaba que fuera una entrada a la factora. Tom su til cinturn y sacsu respirador. Despus de poner el dispositivo en su rostro, pronto estaba respirando fcilmente.Se impuls hacia delante en el oscuro tnel.

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    Segundos despus, Qui-Gon estaba sumido en una oscurida negruzca. El Maestro jedi,concentrado en el interior de la cueva, usaba la Fuerza para que le dejara percibir las toscasparedes rocosas. Libre de miedo, nadaba hacia adelante. Pronto, el tnel se estrech, haciendo

    ms difcil el nado. Tentando con sus manos y pies, Qui-Gon apenas poda moverse por entre elacceso subacutico. Senta las paredes del tnel, tratando de agarrarse, pero las paredesrocosas estaban cubiertas de un musgo grasoso. No pudo encontrar un asidero. Algo grasosogolpe la pierna de Qui-Gon. Al siguiente instante, su tobillo izquierdo estaba atrapadofuertemente. Qui-Gon tena compaa.

    Alcanzando su pierna, Qui-Gon toc un grueso tentculo que le enrollaba el pie.Serpenteando por un hoyo en la pared del tnel, el tentculo tir del tobillo, llevndolo hacia labrecha. Algunos pedazos de roca de la plataforma yacan debajo del hoyo. A pesar del ataque dela criatura, Qui-Gon no reaccion con violencia. Estaba en su naturaleza tener empata con todaslas formas de vida. Cuando haba sido Padawan, su tendencia a la amabilidad haba confundidoa su propio Maestro. En el tnel bajo el agua, Qui-Gon se encontr preguntndose: si viveratranquilamente en un hueco, me gustara si algn organismo grande irrumpiera en mi hogar?.

    De repente, el tentculo solt su presa y desaparecin por la brecha en la pared del

    tnel. Para sorpresa de Qui-Gon, escuch un suave eco aliengena en su mente, respondiendo asus pensamientos: Me disculpo por atacarte, extraa criatura. Te confund con un gran pez. Eresbienvenido a nadar en estas aguas, pero cudate de la corriente.

    Destrs de su respirador, Qui-Gon sonri.Gracias.

    IVejando atrs a la criatura, Qui-Gon nad por entre el tnel subacutico. Mientrasse impulasaba por la oscuridad, sus pensamientos se centraron en Adi Gallia.Como e

    vida. Pera tambin sablla lo haba rescatado hace algn tiempo, Qui-Gon crea que le deba laa que no era momento de contemplar el pasado. El Maestro Jedi aclar

    su mente y nad ms rpido. Un sonido seco y mecnico se acrecentaba mientras avanzabahacia adelante. Par para escuchar el sonido y se dio cuenta que aunque detuvo el nado, an seestaba moviendo a paso lento por entre el tnel. Atrapado en su poderosa corriente, estabasiendo arrastrado hacia la oscuridad profunda. Qui-Gon dese haberle prestado ms atencin ala advertencia de la criatura tentaculada. El sonido mecnico se volva cada vez ms estridente.Luchando contra la corriente, extendi sus brazos y piernas, tratando de agarrarse dentro del

    tnel. Incapaz de agarrarse de la superficie lisa y enlodada del tnel, fue arrastrado haciadelante. En una explosiva oleada, Qui-Gon fue lanzado hacia fuera del tnel a una cascada,cayendo a un ancho silo circular.

    D

    Dando volteretas por el aire, cay a una profunda piscina en la base del silo. El golpazofue estruendoso, retumbando fuera de las paredes del silo en estrepitosos ruidos. Como en ungran drenaje, el agua se agitaba y arremolinaba alrededor de Qui-Gon, llevndolo hacia abajo dela superficie. Bajo el agua, comprendi la causa del horrendo ruido; en la base del silo, una

    gigantesca hlice hidrulica giraba rpidamente, atrayendo el agua hacia abajo y circulndolaen el foso de la factora. Qui-Gon supo que la gran hlice lo cortara en tiras a menos que pudieraescapar del silo. Luchando contra la corriente que le tiraba hacia abajo, Qui-Gon emergi a lasuperficie de la piscina. Golpeado por el agua que caa de arriba, nad por la pared del silo. Elsilo ms interno pareca estar construdo por una gruesa capa de ferrocreto, una mezcla deconcreto y materiales de acero unidos a nivel molecular. Como en el tnel, las resbaladizasparedes no permitan el agarre. Mirando a la cima del silo, Qui-Gon vio una escotilla demantenimiento.

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    La escotilla estaba iluminada por varias barras de luz amarilloverdosas que se sostenande un estrecho puntal. Qui-Gon consider arrojar su compacto gancho de agarre hacia las barrasde luz, pero con ambos brazos mantenindolos ocupados sobre el agua, saba que sera un

    esfuerzo difcil. Tambin saba que el suministro de aire de su respirador estaba casiacabndose. Otra posibilidad se le ocurri: ahorando energa, Qui-Gon se dej llevar por debajode la superficie. Mientras se acercaba a la hlice, se concentr en las aspas giratorias,visualizndolas dobladas y circulantes mientras rotaban. Sigui un crujiente ruido, entonces lahlice se sacudi a su posicin fija. Usando la Fuerza, Qui-Gon haba hecho que la mquina sevolviera contra s misma. El resultado fue una explosin bajo el agua que sacudi el interior delsilo y destroz la hlice. Grandes pedazos de metal destrozado pasaron por entre Qui-Gon enuna rfaga de burbujas mientras salan a la superficie. Con la destruccin de la hlice, elestruendo termin y el nivel de agua comenz a subir. Mientras que el agua lo llevaba arriba delsilo, Qui-Gon rpidamente alcanz la escotilla. Tomando el mecanismo de apertura en forma derueda, gir fuertemente. La oxidada rueda cruji en sus manos mientras el agua continuabaelevndose. Estaba atrapado!

    Qui-Gon trat de concentrarse en el oculto mecanismo de la escotilla, pero le fue difcil

    mantener la calma. El agua pronto estara sobre su cabeza. La mano del Maestro Jedi alcanz susable de luz, lo desprendi de su cinturn y activ la hoja. Con un solo giro circular, hundi elsable de luz en la escotilla metlica, empujndolo por entre su marco daado. Mientras laabollada escotilla caa al suelo de la siguiente cmara, Qui-Gon salt de cabeza por entre elhoyo. Un crujido son de su cinturn mientras aterrizaba al interior de la cmara seca. Habagolpeado accidentalmente su propio comunicador. Se puso rpidamente de pie y levant losrestos de la escotilla. Atasc el metal cortado de vuelta al hoyo justo cuando el agua comenzabaa derramarse hacia la cmara. Con la escotilla cerrada, Qui-Gon retir su respirador einspeccion sus nuevos alrededores. Se par en una gran cmara subterrnea. Sutilmenteiluminada por barras de luz, el cuarto de paredes de roca ola a polvo y podredumbre. En elcentro de la cmara, tres pilares se alzaban desde el piso rocoso hacia el cielo raso adoquinado.

    Uhmmmgimi una voz detrs de un pilar.Corriendo alrededor de la columna, Qui-Gon encontr a un aliengena semiconsciente

    tirado en el piso. Una pequea criatura reptilesca de escamas amarillas con un pronunciado picoestaba vestida con una tnica. Su pie izquierdo estaba encadenado al pilar y le faltaba su brazoderecho a la altura del codo.

    Ests bien? pregunt Qui-Gon mientras revisaba el pulso del aliengena. A esaproximidad, Qui-Gon pudo darse cuenta que el brazo de la criatura haba sido arrancadorecientemente.

    Oh, estoy bien rugi el aliengenaexcepto que los droides cortaron mi mano y meencerraron aqu de por vida.

    Los ojos de Qui-Gon se abrieron. Los droides te cortaron el brazo?! Estaban tratando de sacarme informacindijo el aliengena con un suspiroNo es

    gran cosa. Soy un kloodaviano. El brazo crecer en un par de dasQu haces aqu? pregunt Qui-GonYo debera estar formulando esa pregunta! gru el kloodaviano Soy Boll

    Trinkatta. Propietario de esta fbrica de naves. Pero mis droides se volvieron locos y tomaron elmando. No s cmo, pero alguien debi haberlos reprogramado. Los droides me trajeron aqu yme dejarn morir

    Antes que Qui-Gon pudiera hacerle algunas preguntas ms a Boll Trinkatta, un droide demanteniemiento de ocho brazos sali de uno de los otros pilares. Ocultndose fuera de vista,haba esperado el momento exacto para atacar. Cada uno de sus ocho brazos contaba con unaherramienta diferente, incluan un taladro de luz, un cortador de fusin, un macrofusionador y unrastreador de potencia.Extendiendo sus apndices, el droide aceler su paso y se dirigi directo

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    hacia el Maestro Jedi. Cuando el droide estaba casi encima de su presa, Qui-Gon salt a un lado.Incapaz de detenerse a tiempo, el droide se estrell en la pared rocosa. Cayendo desde el muro,los ocho brazos del droide se arrastraban mientras trataba de recuperar su equilibrio y ponerse

    en posicin de ataque. Antes que el droide pudiera disparar su cortador de fusin, el sable de luzde Qui-Gon brill y se arque en el aire, cortando al droide por debajo de sus ocho hombros.

    La cabeza y hombros del droide cayeron de su cuerpo, enviando una lluvia de chispashacia el cielo raso. Estrellndose contra el piso, el droide qued inmvil. Alejndose de los restosdel droide cado, Qui-Gon se acerc a Trinkatta, que an se inclinaba contra el pilar.

    Con sorpresa en sus ojos, el kloodaviano coment:Slo un Jedi se mueve as derpido!

    Mi nombre es Qui-Gon Jinndijo el Maestro Jedi. Mirando a Trinkatta a los ojos, Qui-Gon fue al granoUna mujer vino aqu a inspeccionar tu edificio continu manteniendo ladiscrecin de no mencionar el nombre de Adi Gallia. Me dirs dnde puedo encontrarla

    Trinkatta mir a Qui-Gon pero no respondi.Ests en graves problemas, amigocontinu Qui-GonS que ests vendiendo

    cincuenta cazas droides. Quiero la identidad del comprador. Llvame al cuarto principal decontrol de la fbrica.

    Nono tengo que decirte nada! insisti Trinkatta. Qui-Gon no saba si elkloodaviano era arrogante o tena miedo de responder sus preguntas. Confiando en la Fuerza,Qui-Gon intent hacer hablar al aliengena.

    Me puedes decir todolo persuada mientras haca un suave gesto con su mano.Los labios reptilescos de Trinkatta se retrajeron en una bien intencionada sonrisa.Los kloodavianos somos inmunes a los trucos mentales Jedi declar Pero

    contestar tus preguntas si me desencadenasHechoacord Qui-Gon. Mientras el Maestro Jedi se dispona a abrir el candado, con

    cuidado para no herir la pierna del kloodaviano, Trinkatta habl.No s nada de una inspectora inmobiliaria. Es posible que haya sido capturada por mis

    droides despus de que me encerraron

    Qu hay de la ubicacin de tu cuarto de control droide? pregunt Qui-Gon.Est en el nivel diecinueve de la torre de observacin, al otro lado del espaciopuerto de

    la fbricaAbriendo un delgado grillete en el pie de Trinkatta, Qui-Gon pregunt:Y quin orden los cincuenta cazas droides? Trinkatta trag saliva, nervioso por

    responder esa ltima pregunta.Loslos constru para la Federacin de ComercioLa Federacin de Comercio orden esto? dijo Qui-Gon con sorpresa Pero este

    planeta no est para nada cerca de las rutas de la Federacin de Comercio. Por qu teencomendaron construir esos cazas droides?

    No s por qu me escogieronadmiti Trinkatta. Todo fabricante de naves en lagalaxia sabe que los xi charrianos tienen un contrato de exclusividad para construir cazasdroides para la Federacin de Comercio. Cuando los neimoidianos me dijeron que me queran

    para instalar motores de hiperimpulso en los cazas, protest. Al da siguiente mi piloto depruebas desapareci! Tena miedo de que si no segua las rdenes de la Federacin deComercio, me haran desaparecer a mi tambin

    Dnde estn los cazas droides ahora?pregunt Qui-Gon.Ojal supiera! grazn TrinkattaEso es lo que mis propios droides disfuncionales

    mantenan preguntndome cuando me encerraron. Alguien rob los cincuenta cazas. Cuandolos neimoidianos se enteren, me matarn!

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    Nos preocuparemos por la Federacin de Comercio luegocoment Qui-Gon mientrasretiraba el grillete de la pierna de TrinkattaTus droides apagaron las chimeneas de la fbrica y

    todo el complejo se est llenando de humos. Si mi amiga est es el edificio, morir a menos que

    la rescatemosMe ofrecera a ayudargimi Trinkattapero no soy bueno para ti con este brazo

    intil. Apuntando su pico hacia un estrecho pasillo, dijo: Este corredor conduce al cuarto demontaje de naves. Puedes abrir las chimeneas desde la cmara de operaciones de montaje.Desde all, tendrs que cruzar el espaciopuerto hasta la torre de operacin y el control principaldroide. Espero que encuentres a tu amiga

    Puedes quedarte aqudijo Qui-Gon calmadamenteSi los humos te alcanzanPuedo cuidarme! replic el kloodavianoTengo un tnel secreto que conduce fuera

    de la fbrica. Mejor vete mientras puedas! Qui-Gon no quera dejar a Trinkatta, pero el kloodaviano insisti. Toda su vida, Qui-Gon

    haba sentido gran simpata por todas las criaturas vivas, especialmente por aquellos queparecan ser de alguna ayuda; Trinkatta puede que fuera pequeo, pero no caba duda que Qui-

    Gon era un ser voluntarioso, capaz de cuidarse solo. El hecho que Trinkatta fuera propietario de toda una fbrica de naves era prueba que era un formidable personaje. Qui-Gon corri por elpasillo. El sonido de sus pasos llegaron a los sensores de audio de los dos droides deoperaciones de la fbrica a lo lejos del extremo del corredor.

    Los dos droides avanzaron bloqueando la entrada de Qui-Gon al cuarto de montaje denaves. Ambos droides tenan superiores cuerpos anchos soportados en fuertes pero delgadaspiernas. Levantando sus brazos, los amenazadores droides ansiosamente le hicieron sonar susgarras a Qui-Gon. Esperando conservar la carga en su sable de luz, la mano de Qui-Gon tom sugancho. Sacndolo de su cinturn, tom el delgado pero fuerte cable y lo lanz a las piernas delos droides. El gancho atrap y enroll a los droides, apresndolos bajo sus rodillas. Mientras losdroides trataban de salir del enredo, Qui-Gon tir del cable. Los pies de los droides se liaron bajoellos, enviando a los dos autmatas al piso.

    Qui-Gon salt sobre los droides cados mientras se cayeron con estrpito en el piso,incapaces de levantar sus colosales figuras. Entr al cuarto de montaje y lo encontr llen deuna neblina de humo. Mirando hacia el techo, apenas pudo ver las ventanas que cubran losniveles ms altos. Por entre el cuarto, ms all de varias filas de naves y vehculos repulsores endiferentes etapas de construccin, Qui-Gon vio la cmara de operaciones de montaje. Deacuerdo a Trinkatta, los controles de las chimeneas de la fbrica estaban localizados en el cuartode operaciones. Tosiendo, Qui-Gon revis el medidor de su respirador. Estaba casi agotado.Aguantando su respiracin, atraves el cuarto. Para su asombro, encontr que los circuitos delcomputador de la cmara de operacin haban sido arrancados. Sospech que los droides lohicieron, en un esfuerzo por evitar que alguien abriera las chimeneas y permitiera que el humoescapara. Qui-Gon detect un caza Mar sin terminar yaciendo sobre un sistema transportadorcercano. La nave no estaba lista para volar pero sus caones lser parecan funcionales.Aguantando an su respiracin, corri hacia el caza estelar y salt a la cabina.

    Sus dedos se dirigieron hacia el sistema de armas del vehculo mientras apuntaba loscaones lser hacia el distante cielo raso. Qui-Gon apret los gatillos y dispar los caones,

    lanzando una poderosa explosin de luces continuas hacia el techo. Los rayos lser atravesaronel techo en una feroz explosin. Los rayos superiores rompieron y cayeron. Qui-Gon salt fueradel caza y busc cubrirse en un hoyo de grasa. En un segundo despus, el caza fue destruido poruna inmenso bloque de plastoide. Mirando desde el foso de grasa, Qui-Gon vio que haba hechoun gran hoyo en el techo. Su vista del cielo de Esseles era oscurecida por el humo que se elevabamientras que la fumarada atravesaba el hueco y sala de la fbrica. Cuando la humareda seaclar, revis el rea, buscando alguna seal de Adi Gallia. El Maestro Jedi perciba que Adihaba estado en esa habitacin antes. Sin confiar en sus ojos, Qui-Gon los cerr y abri su mente

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    a la Fuerza. Una imagen se form en su mente. Perciba a Adi Gallia tirada tranquilamente enuna cmara. Estaba cerca, de repente lo supo. Slo queella estaba bien arriba del pisoenalgn lado.

    Girando su cabeza, Qui-Gon abri los ojos para darse cuenta que estaba mirando por unaventana que ofreca una vista del espaciopuerto de la fbrica desde el cuarto de ensamble. Alotro lado del espaciopuerto, la torre de observacin apareca sobre la baha de aterrizaje. Latorre!Qui-Gon sbitamente supo que encontrara a Adi Galli all.

    De veinte pisos de alto, la torre era una estructura nueva construida encima de una viejaplataforma de roca. Los primeros diecisiete pisos se elevaban desde el terreno como un obeliscocuadrado que soportaba una cpula invertida cubierta con ventanas de transpariacero quesostenan los tres pisos de los niveles de observacin. Cinco muelles de aterrizaje de plastoidesobresalan de la cpula invertida, aadindole a la torre la cruda apariencia de una gigantescaflor en forma de mquina. Qui-Gon revis la torre y vio un vehculo en el muelle de aterrizaje msalto de la torre. El vehculo no estaba all cuando los Jedi haban llegado a la fbrica. Era unextrao saltacielos de dos sillas, un rpido vehculo propulsor diseado para volar sobre el

    terreno. Qui-Gon no reconoci el modelo. Recordando que el cuarto principal de control droide

    estaba en el nivel 19 de la torre, Qui-Gon pens que la presencia de un saltacielos aliengenapareca ser demasiada coincidencia. Sospechaba que el saltacielos parqueado en la torreperteneca a los villanos saboteadores que intentaban tomar el control de la fbrica de Trinkattareprogramando sus droides desde la torre. Conciente de que Adi Gallia podra estar a mercedde un enemigo desconocido, Qui-Gon corri por salida del espaciopuerto. Rogaba porencontrarla viva.

    Haban varios vehculos de propulsin pertenecientes a la fbrica estacionados en elpavimento. Esperando llegar a Adi Gallia tan pronto como fuera posible, Qui-Gon corri hacia losvehculos, planeando volar uno de ellos hasta la torre de observacin. Cuando Qui-Gon seaproximaba, tres droides astromecnicos ltimo modelo rodaron en grupo desde un transporteque estaba arriba, soportado por bloques. Armados con taladros de luz y herramientas desoldadura, los abollados astromecnicos viejos emitieron una oleada de bips amenazadoresmientras rodaban hacia Qui-Gon. Blandiendo su sable de luz, el Maestro Jedi corri hacia el otro

    lado del transporte elevado. Los astromecnicos rodaron sus cabezas abovedadas y giraron,esperando acorralar al fugitivo. Cuando los astromecnicos se movieron por debajo del transporte, Qui-Gon cort uno de los bloques de soporte. El transporte tambale y los droidesaceleraron, tratando de alcanzar su objetivo.

    Qui-Gon lanz una patada bien puesta hacia el costado del transporte. El vehculo cayde sus soportes y aplast a los rebeldes droides. Qui-Gon desactiv su sable lser. Mientrascorra hacia un deslizador que estaba parqueado, se pregunt si Obi-Wan, Vel Ardox y Noro Zakestaban an peleando con droides o si ya haban ingresado a la fbrica. Salt al interior deldeslizador, se asegur, encendi los motores y corri hacia la torre de observacin. Haracualquier esfuerzo por reprogramar a los droides o desactivarlos. Cuando se acercaba a la torre,Qui-Gon excedilos niveles de inercia, pero el deslizador no disminuy su velocidad. Forz loscontroles inerciales de nuevo pero no tuvo efecto, luego alcanz el nivelador de emergencia.Cuando el nivelador fall, zaf su cinturn de seguridad y salt del deslizador. Una fraccin de

    segundo despus, golpe el pavimento y rod, escuch al deslizador estrellarse en la base de latorre.El Maestro Jedi se levant del asfalto y corri por entre el deslizador estrellado hacia el

    turboascensor de la torre. Ingres al elevador y expres su destino: Nivel Diecinueve, controlprincipal droide . El turboascensor parti en un poderoso envin desde el nivel franco.Segundos despus, la luz del campo repulsor de advertencia parpade en rojo y el elevadorrechin para detenerse. Qui-Gon fue despegado del piso, estrellndose en la escotilla deemergencia del techo antes que cayera de vuelta al suelo. Levantndose, revis la consola del

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    turboascensor. De acuerdo a la pantalla numrica, estaba atrapado entre los niveles 18 y 19, justo antes de su destino. Intuy que los droides pudieron haber bloqueado la terminal decomputador del turboascensor y que su comando de destino les haba alertado su posicin

    exacta.Estirndose, abri la escotilla de escape del techo. Trepando por la ventanilla, se par

    encima del turboascensor. Mir hacia arriba del ducto del elevador y vio las puertas selladas delnivel 19. De repente, el rumor de un motor son desde arriba. Un droide de manteniemiento delducto, aferrndose a las paredes por sus miembros magnticos, rpidamente descendi de losniveles superiores del turboascensor. Apuntando su disruptor a Qui-Gon, el droide se prepar adisparar. Qui-Gon activ su sable de luz y lo tir al aire en un grcil giro. La hoja del sable lsercercen el costado izquierdo del droide, separndolo de sus miembros y desequilibrndolo.Cuando el sable de luz cay de vuelta hacia Qui-Gon, lo tom por el mango, luego rpidamentedirigi la hoja a travs de las puertas del Nivel 19, abriendo un gran hoyo. Qui-Gon atraves elhoyo de metal fundido justo cuando el resto del desmembrado droide vena descendindosedesde arriba, acabando de golpe en el techo del elevador. El elevador se fue por el ducto,arrastrando el droide por todo el camino hasta el fondo. Levantndose, Qui-Gon escuch el

    impacto explosivo mientras el elevador golpeaba el piso franco, diecinueve pisos abajo. Una bolade fuego estall y Qui-Gon salt fuera del camino. El Nivel 19 estaba lleno de sofisticadoscomputadores pero parecan estar libre saboteadores o droides. Qui-Gon se dirigi hacia elcuarto principal de control droide y pas por una ventana que ofreca una vista de la fbrica denaves al otro lado del espaciopuerto. En el pavimento, droides salan de la fbrica y avanzabanhacia la torre de observacin.

    Haban cerca de cien de ellos de varios tamaos, todos ellos esgrimiendo armas y letalesherramientas. Todo droide de Naves Trinkatta estaba yendo tras l. En slo cuestin de minutos,alcanzaran el Nivel 19. Qui-Gon prest atencin hacia el interior del cuatro de control. Mientrasbuscaba la terminal principal que regulaba todos los droides de la fbrica, ingres a un centro decustodia. El centro de detencin esa un corredor largo que finalizaba en un gran muro metliconegro . Cinco celdas cubra la pared derecha y otras cinco estaban construidas a la izquierda. Enlugar de tener puertas metlicas selladas, cada celda era visible a travs de un campo

    transparente de energa. Desde donde estaba parado, Qui-Gonno poda ver directamente alinterior de ninguna de las celdas. Se movi cautelosamente hacia delante para inspeccionarlas.Para su sorpresa, vio la misma imagen en cada celda: el cuerpo inmvil de Adi Gallia. Qui-Gonse dio cuenta que nueve de las celdas tenan proyecciones hologrficas, seuelos para demorarcualquier intento de rescate.

    En cada celda, la Maestra Adi apareca en la misma posicin. Estaba desplomada sobreuna cama metlica con su tocado trenzado cayndole sobre su cabeza. Sus ojos estabancerrados. Su tnica marrn oscuro le impeda a Qui-Gon ver si estaba respirando o no. Grit sunombre, tratando de despertarla. Pero fue intil. Una consola de mando estaba localizada amitad del centro de detencin. Qui-Gon divis los diez interruptores si marcar de la consola demando, suponiendo que uno de ellos desactivara los campos energticos de las celdas.Cautelosamente seleccion un interruptor y tir de l. Sin darse cuenta, haba desactivado losproyectores hologrficos puestos en cada celda. Sbitamente, todos los hologramas se

    desvanecieron y slo qued la verdadera Adi Gallia. Pero el escudo de energa permanecaactivo. Quedaban nueve interruptores ms y Qui-Gon les dio un rpido estudio. Sospechaba quelos interruptores junto al del holoproyector deba activar una trampa, as que lleg al quintointerruptor. Despus de tirar del interruptor, escuch un sonido detrs de l. Volte para ver unapuerta escondida deslizarse de vuelta al muro metlico. Un guardia droide alto sali de uncompartimento, al interior del muro. Era humanoide en su diseo, pero los dos brazos del droide

    terminaban en amenazadores rifles blaster de dos caones. A la vista del intruso humano, losfotorreceptores del droide se tornaron rojos. El guardia droide avanz hacia adelante. La manode Qui-Gon vol a su cinturn y su sable de luz fue sbitamente encendido. El droide

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    rpidamente lanz un disparo doble de blaster desde sus brazos, pero la hoja del Maestro Jediintercept cada disparo, impactndolos de vuelta hacia el droide. Los rayos asestaron en laarmadura del guardia droide y cortaron su cuello y articulaciones. La cabeza del droide explot

    mientras su cuerpo despedazado caa al suelo, provocando una estridencia que retumb por todo el centro carcelario. Qui-Gon desactiv su sable de luz y prest atencin de nuevo a losrestantes interruptores. Normalmente, disfrutaba resolver acertijos para mantener su mentealerta, pero con la vida de Adi Gallia en riesgo, saba que eso no era ningn juego.Arriesgndose, hal los interruptores siete y ocho al mismo tiempo.

    No supo cul interruptor haba hecho el trabajo, pero todos los diez escudos de energadesaparecieron. Corri hacia la celda de Adi Gallia, se agach y revis sus signos vitales. Estabainconsciente y su pulso era dbil. Pero estaba viva. Apenas viva. Comprendiendo que necesitabaatencin mdica, Qui-Gon se devolvi hacia la terminal principal del cuarto de control. Esperaba

    transmitir una seal de desactivacin para los droides, detenindolos en su persecucin antesque pudieran asaltar la torre.

    Despues de ingresar las rdenes en la computadora, Qui-Gon corri hacia la ventana.Afuera, los droides avanzaban cada vez ms cerca hacia la torre. Pronto, llegaran.

    Los saboteadores debieron haber interferido la computadora. Qui-Gon se preguntabaqu hacer despus. Mirando por la ventana, pudo ver el saltacielos aliengena que an estabaestacionado en el muelle exterior que sobresala de la torre. Decidi tomar una carrera hacia elsaltacielos, pero no sin antes hacer algo para detener a los droides. A menos que los droidesestuvieran exterminados, no podran escapar de la fbrica y provocar ms daos. Volvindosehacia el cuarto de control, divis un gabinete de emergencia de rayas rojas y amarillas. Abriendoel gabinete, encontr que contena un iniciador de autodestruccin. Pensaba que era un pocodramtico para Trinkatta tenerlo instalado, pero el dispositivo pareca ser la nica manera dedestruir a los droides. Sin perder tiempo, Qui-Gon activ el interruptor iniciador. La cuentaregresiva comenz en tres minutos. Las advertencias de evacuacin comenzaron a sonar. Conalgo de suerte, los otros Jedi las escucharan. Levantando a Adi Gallia del suelo, Qui-Gon la llevhasta una escalera de acceso hacia el muelle superior de la torre.

    Saliendo de la escalera, advirti que la puerta de salida haba sido pateada desde

    afuera. Atravesando el portn daado, Qui-Gon se pregunt adnde se haban ido lossaboteadores. Llegando al muelle superior, Qui-Gon Jinn llev a Adi Gallia hacia el saltacielosestacionado. De improviso, dos aliengenas insectoides salieron de detrs del saltacielos. Consus armadura corporal negra y movimientos fragmentados, Qui-Gon reconoci a los aliengenasde una: eran bartokks.

    Los bartokks eran una raza de sanguinarios mercenarios reconocidos en toda la galaxiapor sus escuadrones de asesinos. Con su mentalidad colectiva, trabajaban juntos para matar asus objetivos asignados. Su inteligencia estaba distribuida por centros nerviosos a travs de

    todo sus cuerpos, de modo que si les cortaban las cabezas no los detenan; los pedazoscercenados continuaran atacando. Cada bartokk se paraba en dos poderosas patas y tenancuatro brazos, dos armas de manipulacin se extenda de sus cinturas mientras que sus brazossuperiores terminaban en largas garras arqueadas. Antes que Qui-Gon pudiera encargarse delos bartokks, los dos insectoides levantaron sus garras y avanzaron.

    Rpidamente puso a Adi Gallia en el suelo de cubierta, tom su sable de luz y extendisu hoja. Como todo Jedi, Qui-Gon no crea en matar a menos que fuera absolutamente necesario.Pero saba que los bartokks eran matones profesionales que no dudaran en cortarle de la cabezaa los pies. Viendo que Qui-Gon activaba su sable de luz, los bartokks retrocedieron un paso. Losojos del Maestro Jedi se fijaron en ambos mientras les adverta:

    Este encuentro no tiene que terminar en sus muertesLos bartokks intercambiaron una ininteligible comunicacin, luego saltaron por el aire. El

    sable de luz de Qui-Gon Jinn hizo un rpido y nico arco. Cort a un bartokk a la mitad mientrasle mutilaba al otro un brazo. Los bartokks chirriaron y sus partes amputadas se sacudieron por el

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    muelle, reaccionando independientemente. Cortando al bartokk erguido, Qui-Gon vio losfragmentos del cuerpo del insectoide arrastrarse hacia la figura bocabajo de Adi Gallia. Qui-Gonsalt hacia el costado de Adi Gallia. Sus botas aterrizaron en uno de los fantasmagricos brazos

    del bartokk con un horrible crujido.Su sable de luz zumbaba mientras lo bajaba una y otra vez, cortando los trozos

    insectoides. Qui-Gon saba que estaba contra el reloj. Desde que activ el mecanismo deautodestruccin, saba que slo tena menos de un minuto para escapar de la torre. Apagandosu sable de luz para levantar a Adi Gallia, Qui-Gon casi fue agarrado por una de lasdesmembradas garras de los bartokks. Las partes corporales de los bartokks perseguan a Qui-Gon mientras corra hacia el saltacielos. Colocando a Adi Gallia en la cabina, salt a su lado ypresion los controles. Aunque el saltacielos estaba diseado para los bartokks, reaccion al

    toque de Qui-Gon. Cuando el saltacielos se elev de la cubierta, una estruendosa explosinestall debajo. La fuerza del estallido impuls al saltacielos hacia adelante, quitndolo delcamino. Tomando los controles, Qui-Gon se lade hacia la izquierda y vio fuego y humo saliendode la torre. Mirando hacia abajo al, espaciopuerto, Qui-Gon vio que los droides haban sidoderribados por la explosin. Al destruir el cuarto central de control droide, haba evitado que los

    droides provocaran ms caos.Aterrizando el saltacielos lejos de las barricadas que rodeaban Naves Trinkatta, Qui-Gonvio a Obi-Wan corriendo desde el puesto de control de seguridad de la fbrica. Vel Ardox y NoroZak estaban varios pasos detrs.

    Maestro Qui-Gon! grit Obi-Wan mientras se acercaba al saltacielos Vimos latorre explotar! No pudimos siquiera entrar a la fbrica. Los droides nos retuvieron y

    Al llegar al costado del saltacielos y ver a Adi Gallia, Obi-Wan se qued sin palabras.Encontr a la Maestra Adi!Por qu no nos dijo? Mi comunicador se darespondi Qui-Gon mientras revisaba a Adi Gallia.Buen trabajo, Qui-Gonfelicit Noro.No es momento para celebrar! reprendi Qui-Gon Adi est inconsciente y

    requiere atencin mdica! Adems, no pude encontrar los cincuenta cazas droide. Pero averigque fueron ordenados por la Federacin de Comercio. Algo peor, tuve que vrmelas con asesinos

    bartokk.Al escuchar la informacin, Vel, Noro y Obi-Wan intercambiaron miradas de

    preocupacin. Si la Federacin de Comercio y los bartokks estaban operando en Esseles, los Jedisaban que su misin apenas comenzaba.

    Parece que Adi Gallia experiment un considerable shock en su sistemaexclam VelArdox con gran consternacinDebe ser llevada a un centro mdico de inmediato

    Me temo que no hay lugar en Esseles que est preparado para curar a un JediexpresNoro Zak.

    Esperen! interrumpi Obi-WanHay una Casa Capitular Jedi en el planeta Rhinnal.Rhinnal es famoso por su habilidad en medicina y est en el Sector Darpa. Podemos llevar a laMaestra Adi all .

    Qui-Gon Jinn mir a Obi-Wan Kenobi, luego se volte hacia Vel y Noro.Lleven a Adi de vuelta a nuestro crucero y llvenla a Rhinnal les dijo. Obi-Wan y

    yo permaneceremos aqu e investigaremos qu sucede en Esseles; luego nos reuniremos enEsseles tan pronto como podamos. Tenemos que averiguar qu pas con los cazas droides. Si laFederacin de Comercio y los bartokks estn involucrados, estoy decidido a averiguar por qu!

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    Va nave de la Federacin de Comercio estaba lejos de casa, posicionada en elespacio, en los lmites de las Colonias Rerion.Parado

    Gunray, miraba por uL en la cubierta de mando, el Virrey de la Federacin de Comercio, Nute

    n estrecho ventanal la Nebulosa Ringali.Gunray haba seguido sus rdenes sin cuestionar, maniobrando su nave de batalla a la

    distante regin donde esperaba por ms instrucciones. Despus de esperar diecisiete horasestndar, Gunray se estaba impacientando. Al escuchar una fuerte seal proveniente de laconsola de comunicaciones, Nute Gunray volte hacia su segundo al mando, Rune Haako.

    Estamos recibiendo transmisin, seorafirm Rune Haako.Nuestras instrucciones!exclam Nute GunrayAl fin!Un holograma se materializ desde el proyector ubicado en la consola de

    comunicaciones. Una figura encubierta cuyo rostro estaba perdido en las sombras apareci anteellos. Nute Gunray reconoci la imagen proyectada inmediatamente. Era Darth Sidious.

    Reporten el progreso en el planeta Esselesorden el Seor de los Sith.Los cazas droides fueron programados para dejar la fbrica Trinkatta bajo la escolta de

    un carguero corellianorespondi Nute Gunray. El carguero debi haber llegado hace quinceminutos. No puedo explicar la demora.

    El holograma de Darth Sidious parpade.Tu reporte no me satisface! protest el Seor de los SithMe enter que el Consejo

    Jedi supo de la construccin de los cazas droides en Esseles. Alguien en Esseles debi haberleinformado al Consejo. Estn seguros que los cazas estelares no sern rastreados hacia laFederacn de Comercio?

    S, Lord Sidious respondi Nute Gunray. Estaba intentando lo ms para no sonarnervioso.

    Esos cazas son esenciales para nuestro plan de expansin galctica afirm DarthSidiousEnven alguien a Esseles de una vez y confirmen que los cazas han abandonado lafbrica. Adems, encuentren a la persona que le inform al Consejo Jedi ycllenlo.definitivamente! .

    Ss, Lord Sidious tartamude Gunray nerviosamente, pero el holograma ya sehaba apagado. Volvindose hacia Rune Haako, Gunray orden: Preparmonos a salir deEsseles inmediatamente!

    VIEn Esseles, Qui-Gon y Obi-Wan estaban parados en su deslizador con Trinkatta, el

    kloodaviano. Miraban el crucero de la Repblica despegar, llevndose a Noro Zak, Vel Ardox y a

    la herida Adi Gallia hacia el verde firmamento. Segundos despus, el crucero desapareca devista mientras ingresaba al espacio, rumbo al planeta Rhinnal. Obi-Wan se dio cuenta que Qui-Gon ya tena que revelar la historia de cmo Adi Gallia le haba salvado su vida.

    Mirando la afligida expresin de su Maestro, Obi-Wan decidi esperar a que Qui-Gon lecontara la historia.

    Gracias por rescatarme de mis droidesmurmur Trinkatta. Aunque su brazo derechoya estaba comenzando a crecer, Trinkatta an estaba impresionado por los devastadores

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  • 8/4/2019 Whindam, Ryder - Star Wars - El Alzamiento Del Imperio - En Busca de La Jedi Perdida

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    STAR WARS Ryder Whindam

    eventos que haban llevado caos a su fbrica de naves. Su tnica estaba cubierta de polvo, unrecuerdo del escape por su tnel secreto.

    Mirando directamente a Qui-Gon, Trinkatta dijo: Ojal pudiera haber evitado esto.

    Creo que Adi Gallia estar bien, Maestrocoment Obi-Wan.S que estar bien, Padawanrespondi Qui-Gon con gran confianzaTal como s en

    mi corazn que los villanos que la hirieron sern llevados a la justica.Cules villanos? pregunt Obi-WanLos droides de la fbrica, los bartokks o la

    Federacin de Comercio? Creo que todos estn conectados reflexion Qui-Gon, mesndose su barbaCada

    trozo de informacin es como una pieza de rompecabezas. La Federacin de Comercio ordencincuenta cazas droides a la fbrica de Trinkatta. Cuando Trinkatta se rehus a instalar losmotores de hiperimpulso, su piloto de pruebas desapareci, asustando a Trinkatta para queconstruyera los cazas estelares. Alguien supo de los cazas y se preocup lo suficiente paraenviar una tarjeta de datos a Coruscant, alertando al Consejo Jedi. Ahora parece que los cazashan desaparecido tambin.

    No olvide a los bartokks

    aadi Obi-Wan

    Entraron al cuarto principal de controldroide para poder reprogramar los droides de Trinkatta y tomar el control de la fbrica denaves.

    Pero por qu? indag Qui-GonQu queran los bartokks? Los cazas droides yano estn en la fbrica. Qu queran?

    Si me excusan interrumpi TrinkattaTengo planes de vuelo. Saldr de esteplaneta antes que la Federacin de Comercio venga a buscar sus cazas!

    De repente, los ojos de Qui-Gon Jinn se abrieron bastanteHay una buena oportunidadpara encontrar esos cazasmusit

    Cul es?pregunt Trinkatta, guiando sus prpados reptilescos.Los bartokks viajan en colmenas de quinceapunt Qui-Gonpero quedaron slo dos

    en la torre de observacin. Los otros trece bartokks an deben estar en Esseles! Por qu estaran todava aqu si los cazas ya no estn? pregunt Obi-Wan,

    confundido por la lgica de su Maestro.Los cazas no estn en la fbrica de Trinkattaexpres Qui-Gonpero no han salido

    de Esseles! . Agarrando a Trinkatta de los hombros, Qui-Gon levant al kloodaviano y lodeposit en la parte de atrs del deslizador.

    Todava no nos vamos, compaerodijo el Maestro Jedi solemnementeVas aayudarnos a encontrar los cazas droides.

    continuar.

    Traducido por Borthna-Ferrinx

    [email protected]

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