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Vodovnik, Ziga - Sobre Anarquismo. Entrevista a Howard Zinn

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Durante la Segunda Guerra Mundial Zinn se enroló en laFuerza Aérea de los Estados Unidos y sirvió en aviones decombate en el “teatro de guerra europeo”. Esa fue una expe-riencia formativa que no hizo sino robustecer su convicciónde que no existen las guerras justas. También le reveló, una vezmás, el verdadero rostro del orden socioeconómico vigente,en el que los sufrimientos y sacrificios de la gente corrientesirven para aumentar las ganancias de un puñado de privile-giados. Aunque pasó sus años mozos ayudando a sus padres amantener a la familia con su trabajo en los astilleros, despuésde la Segunda Guerra Mundial comenzó estudios en la Uni-versidad de Columbia, donde defendió con éxito su tesis doc-toral en 1958. Posteriormente fue nombrado jefe del departa-mento de Historia y Ciencias Sociales de Spelman College, uncentro universitario para mujeres negras de Atlanta, Georgia,donde participó activamente en el Movimiento por los De-rechos Civiles. Desde el inicio de la guerra de Vietnam fue unmiembro activo del naciente movimiento contra la guerra, yen los años siguientes incrementó su participación en movi-mientos que aspiran a lograr un mundo mejor. Zinn ha escri-to más de veinte libros, entre los que se encuentra A People'sHistory of the United Status (trad. española en Hiru, La otrahistoria de los Estados Unidos), que constituye una “brillante yconmovedora historia del pueblo norteamericano escrita

desde el punto de vista de quienes han sido política y econó-micamente explotados y cuyo calvario ha sido, en buena me-dida, omitido de la mayoría de las historias…” (Library Jour-nal). Su libro más reciente se titula A Power GovernmentsCannot Suppress (Un poder que los gobiernos no pueden ani-quilar), y consiste en una fascinante compilación de ensayosescritos por Zinn en los dos últimos años. Zinn es un historia-dor radical que cuenta con numerosos seguidores. Aún hoydicta conferencias en los Estados Unidos y en otras partes delmundo, y mediante su apoyo y su participación activa en di-versos movimientos sociales progresistas prosigue su lucha afavor de una sociedad libre y justa.

—A partir de los años ochenta hemos sido testigos de un for-talecimiento cada vez mayor del proceso de globalización.Muchos militantes de izquierda se ven atrapados en un “dile-ma”: o trabajar en pro del robustecimiento de la soberanía delos estados-naciones para erigir una barrera defensiva contra elcontrol del capital foráneo y global, o luchar por una alternati-va no nacional a la forma actual que ha adoptado la globaliza-ción, pero que sea también global. ¿Qué opina sobre la cuestión?—Soy anarquista, y los principios del anarquismo planteanque los estados-naciones se convierten en obstáculos para unaglobalización verdaderamente humanista. En cierto sentido, el

Sobre anarquismoEntrevista a Howard Zinn

por Ziga Vodovnik

oward Zinn, que cuenta en la actualidad con ochenta y cinco años de edad, es Profesor Emérito deCiencias Políticas en la Universidad de Boston. Nació en Brooklyn, Nueva York, en 1922, en el seno deuna familia de inmigrantes pobres. Ya en su temprana juventud se percató de que la promesa del “sueño

americano” que se haría realidad para todas las personas emprendedoras y diligentes era justamente eso: unapromesa y un sueño.

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avance de la globalización, proceso mediante el cual los capi-talistas están intentando saltar por encima de las barreras delos estados nacionales, brinda una oportunidad para que elmovimiento haga a un lado esas barreras y aúne a personas detodo el mundo, de todas las naciones, para oponerse a la glo-balización del capital y crear una globalización popular opues-ta a las ideas tradicionales sobre la globalización. En otras pala-bras, se trataría de utilizar la globalización –no hay nada maloen la idea de una globalización– para trasponer las fronterasnacionales y, claro, sin un control empresarial de las decisioneseconómicas que atañan a los habitantes del planeta.

—Pierre-Joseph Proudhon escribió en cierta ocasión que “La li-bertad es la madre del orden, no su hija”. ¿Cómo concibe el mun-do después o más allá del estado (nación)?—¿Más allá del estado-nación? (risas) Creo que lo que hay másallá del estado-nación es un mundo sin fronteras nacionales,pero con personas organizadas. No organizadas en naciones,sino en grupos, en colectivos, sin fronteras nacionales o ni deninguna otra clase. Sin ningún tipo de fronteras, pasaportes ovisados. ¡Nada de eso! Organizadas en colectivos de distintostamaños –dependiendo de la función del colectivo– que man-tengan contactos entre sí. Es imposible pensar en pequeñoscolectivos autosuficientes, porque los mismos dispondrían derecursos distintos. Este es un aspecto en el que la teoría anar-quista no ha profundizado, y probablemente no lo puedahacer antes de la llegada de ese momento, sino que es algo quetendrá que construirse en la práctica.

—¿Considera que se puede lograr un cambio mediante la polí-tica institucionalizada de partidos o que sólo es posible alcan-zarlo por medios alternativos como la desobediencia civil, laconstrucción de marcos de referencia paralelos, la creación demedios de comunicación alternativos, etc.?—Si se trabaja en el marco de las estructuras vigentes se ter-mina por ser víctima de la corrupción. Son sistemas políticosque envenenan la atmósfera, incluso a las organizaciones pro-gresistas. Se está viendo en estosmismos momentos en los EstadosUnidos, donde las personas “de iz-quierda” están todas inmersas enla campaña electoral y se enzarzanen violentas discusiones acerca desi debemos apoyar a este o aquel candidato de este o aqueltercer partido. Esto es sólo un botón de muestra de la corrup-ción que comienzan a sufrir los ideales cuando se trabaja en elmarco de la política electoral. Por eso creo que lo que hay quehacer no es pensar en términos de gobiernos representativos,

o votaciones, o política electoral, sino en términos de organi-zar movimientos sociales, de organizar a los trabajadores ensus centros de trabajo, a los vecinos en los barrios; hay quepensar en términos de organizar colectivos que puedan llegara ser lo suficientemente fuertes como para, primero, resistir laembestida de la autoridad y, segundo, y posteriormente, apo-derarse de las instituciones.

—Una pregunta personal. ¿Acude usted a las urnas? ¿Vota?—Sí. A veces, no siempre. Depende. Pero creo que en ocasio-nes es preferible un candidato a otro, siempre sabiendo queesa no es la solución. A veces el mal menor no es tan menor,así que no se vota, o se vota por un tercer partido como pro-testa contra el sistema de partidos. A veces la diferencia entredos candidatos resulta importante en un sentido inmediato, yen esos casos creo que tratar de elegir a alguien que es unpoquito mejor, que es menos peligroso, resulta comprensible.Pero eso sin olvidar nunca que no importa a quién se elija; lacuestión fundamental no es quién resulta electo, sino con quétipo de movimiento social se cuenta. Porque hemos visto his-tóricamente que si se cuenta con un movimiento social pode-roso, no importa quién detenta el poder. Quien detenta el po-der puede ser republicano o demócrata, no importa, si secuenta con un movimiento social fuerte, tendrá que ceder,tendrá que respetar en ciertos aspectos el poder de los movi-mientos sociales.

Lo vimos en los sesenta. Richard Nixon no era el mal menor,sino el mal mayor, pero fue durante su presidencia que se logróponer término a la guerra, porque tuvo que vérselas con la fuer-za de un movimiento contra la guerra y con la fuerza del movi-miento vietnamita. Votaré, pero siempre con el convencimien-to de que lo fundamental no es el voto, sino la organización.

Cuando me preguntan por el voto y si apoyaré a este o aquelcandidato, siempre digo: “Apoyaré a ese candidato durante elminuto en que esté en la cabina de votación. En ese momen-to apoyaré a A contra B, pero antes de entrar en la cabina devotación y después de salir de ella, me concentraré en organi-

zar a las personas y no en organi-zar campañas electorales.”

—En este sentido el anarquismo seopone a la democracia representa-tiva, que para el anarquismo sigue

siendo una forma de tiranía: la tiranía de las mayorías. Losanarquistas se oponen al concepto de voto de la mayoría, por-que señalan que los criterios de la mayoría no siempre coinci-den con los criterios moralmente acertados. Thoreau dijo encierta ocasión que estamos obligados a actuar según los dicta-

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No hay que pensar en términos de política electoral, sino en organizar

movimientos sociales.

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dos de nuestra conciencia, incluso si se oponen a la opinión dela mayoría o a las leyes de la sociedad. ¿Está de acuerdo con esaafirmación?—Totalmente. Rousseau se preguntaba una vez que si noven-ta y nueve personas de un grupo de cien tenían derecho a con-denar a muerte a uno de ellos simplemente porque consti-tuían la mayoría. No, las mayorías pueden equivocarse, lasmayorías pueden desconocer derechos de las minorías. Si lasmayorías gobernaran, es posible que todavía existiera la escla-vitud. En otras épocas, un 80% de la población esclavizaba al20% restante. Si nos atenemos al gobierno de la mayoría, esoconstituye un problema. Esa es una concepción muy erradade la democracia. La democracia tiene que tener en cuentavarias cosas, entre ellas, las necesidades de las personas, nosólo las de la mayoría, sino también las de la minoría. Tambiéntiene que tener en cuenta que la mayoría, especialmente enlas sociedades en que los medios de comunicación manipulanla opinión pública, puede estar completamente equivocada yser malsana. Así que sí, hay que actuar según los dictados dela propia conciencia y no según el voto de la mayoría.

—¿Cuáles considera que son los orígenes históricos del anar-quismo en los Estados Unidos?

—Uno de los problemas al analizar el anarquismoes que hay muchos individuos que tienen ideasanarquistas, pero que no necesariamente se auto-denominan anarquistas. Proudhon fue el primeroque empleó el término, a mediados del siglo XIX,pero en realidad antes de Proudhon hubo ideasanarquistas, tanto en Europa como en los EstadosUnidos. Un ejemplo son algunas de las ideas deThomas Paine, que no era un anarquista y nunca sehabría llamado a sí mismo anarquista, pero que semostraba suspicaz con respecto al gobierno. Y lomismo ocurre con Henry David Thoreau, quien noconoció el término anarquismo y no lo empleónunca, pero cuyas ideas están muy próximas a lasdel anarquismo. Thoreau era muy hostil a toda for-ma de gobierno. Si buscamos los orígenes del anar-quismo en los Estados Unidos, probablementeThoreau sea lo más parecido a un pionero del anar-quismo. Pero en realidad el anarquismo no aparecehasta después de concluida la Guerra Civil, cuandollegaron a los Estados Unidos anarquistas euro-peos, sobre todo alemanes. Esos anarquistas em-prendieron verdaderas tareas de organización. Laprimera vez que el anarquismo contó con una fuer-za organizada y apareció públicamente en los Es-

tados Unidos fue en Chicago, en la época del incidente deHaymarket.

—¿De dónde proviene la principal inspiración del anarquis-mo estadounidense contemporáneo? ¿Considera que el tras-cendentalismo –Henry D. Thoreau, Ralph W. Emerson, WaltWhitman, Margaret Fuller, y otros– constituye una fuente deesa inspiración?—Bueno, podría decirse que el trascendentalismo es una for-ma temprana de anarquismo. Los trascendentalistas tampo-co se llamaban a sí mismos anarquistas, pero en su pensa-miento y en la literatura que produjeron hay ideas anarquis-tas. Herman Melville expone de diversas maneras algunas deesas ideas anarquistas. Todos se mostraban suspicaces con laautoridad. Podríamos decir que el trascendentalismo de-sempeñó un papel en la creación de una atmósfera de escep-ticismo con respecto a la autoridad, al gobierno.

Lamentablemente hoy no hay un verdadero movimientoanarquista organizado en los Estados Unidos. Hay muchosgrupos y colectivos importantes que se autodenominananarquistas, pero son pequeños. Recuerdo que en los sesen-ta había un colectivo anarquista en Boston integrado porquince (¡sic!) personas, y que después se escindió. Pero en los

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Foto de Molly (Creative Commons)

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sesenta la idea del anarquismo alcanzó una mayor impor-tancia debido a los movimientos de esa década.

—La mayor parte de la energía creadora de la política radicalproviene hoy en día del anarquismo, pero sólo unos pocos de losparticipantes en el movimiento se autodenominan “anarquis-tas”. ¿Cuál considera que es la razón fundamental de que esoocurra? ¿Se avergüenzan los activistas de identificarse con esatradición intelectual o se trata de que están convencidos de quela verdadera emancipación incluye la emancipación de todorótulo?—El término anarquismo ha llegado a asociarse con dos fenó-menos con los que los verdaderos anarquistas no quieren quese les asocie. El primero es la violencia y el otro es el desordeno el caos. La interpretación popular del anarquismo es, de unlado, las bombas y el terrorismo y, del otro, la ausencia de re-glas, de regulaciones y de disciplina, la confusión y la idea deque todo el mundo puede hacer lo que quiera, etc. De ahí nacela renuencia a emplear el término. Pero en realidad las ideasdel anarquismo se integraron a la manera en que los movi-mientos de los sesenta comenzaron a pensar.

Creo que, probablemente, la mejor manifestación de esaintegración fue, en el Movimiento por los Derechos Civiles, elStudent Nonviolent Coordinating Committee (Comité deCoordinación de Estudiantes a favor de la no violencia–SNCC).Sin conocer la filosofía del anarquismo, el SNCC encarnó suscaracterísticas. Era un grupo descentralizado. Otras organiza-ciones involucradas en la lucha por los derechos civiles, porejemplo, la Southern Christian Leadership Conference (Con-ferencia de líderes cristianos del Sur) eran organizaciones cen-tralizadas en torno a un líder, en ese caso, Martin Luther King.La National Association for the Advancement of ColoredPeople (Asociación Nacional para el Avance de las personas decolor–NAACP) tenía su sede en Nueva York y su organizaciónera centralizada. La SNCC, sin embargo, estaba totalmentedescentralizada. Tenía lo que llamaban secretarios locales,que trabajaban con un alto nivel de autonomía en pueblitospor todo el Sur. Tenía una oficina enAtlanta, Georgia, pero la oficina noera una fuerte autoridad centraliza-dora. Quienes trabajaban sobre el te-rreno –en Alabama, Georgia, Luisia-na y Mississippi– estaban, en buenamedida, librados a sus propios recursos. Colaboraban con lagente de la localidad, con gente de la base. Es por esa expe-riencia que tuvo la SNCC que no había un líder único de laorganización y sí una gran suspicacia con respecto al gobier-no. Los miembros de la SNCC no podían depender de que el

gobierno los ayudara, los apoyara, aun cuando el gobierno enesa época, a principios de los sesenta, se consideraba pro-gresista, liberal. Especialmente el de John Kennedy. Pero laSNCC veía a John Kennedy, veía cómo se comportaba. Kenne-dy no apoyaba al movimiento a favor de la igualdad de dere-chos para los negros que se desplegaba en el Sur. Lo que

hacía era designar jueces segrega-cionistas en el Sur y permitirles alos segregacionistas sureños ha-cer cuanto se les antojaba. Así quela SNCC era descentralizada, anti-gubernamental y no tenía un

único liderazgo; pero, a diferencia de los anarquistas, carecíade visión acerca de una sociedad futura. No pensaba a largoplazo, no se preguntaba qué tipo de sociedad tendríamos enel futuro. Estaba concentrada en el problema inmediato de lasegregación racial. Pero su actitud, la manera en que trabaja-

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Es constructivo, es útil, es saludablereflexionar acerca de cómo podría ser

la sociedad futura.

Foto Gabriel Vargas Lozano.

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ba, la manera en que estaba organizada seguía, podría afir-marse, líneas anarquistas.

—¿Considera que el (mal)uso peyorativo de la palabra anar-quismo es una consecuencia directa del hecho de que la idea deque las personas pueden ser libres asustaba y asusta muchoaún a quienes detentan el poder?—¡Por supuesto! No cabe duda de que las ideas anarquistasasustan mucho a quienes detentan el poder. Quienes detentanel poder son capaces de tolerar las ideas liberales, son capacesde tolerar las ideas reformistas, pero son incapaces de tolerarla idea de la inexistencia del esta-do, de la inexistencia de una auto-ridad central. Por eso les resultatan importante ridiculizar la ideadel anarquismo, para crear la im-presión de que es violento y caóti-co. Eso les resulta útil, sí.

—La ciencia política teórica identifica, a los fines del análisis,dos concepciones fundamentales del anarquismo: un así lla-mado anarquismo colectivista, limitado a Europa, y un anar-quismo individualista limitado a los Estados Unidos. ¿Está deacuerdo con esa división?—Para mí, se trata de una separación artificial. Como sucedetan a menudo, los analistas tratan de hacerse las cosas másfáciles creando categorías y ubicando los movimientos en esascategorías, pero no creo que eso sea posible. Cierto que aquí,en los Estados Unidos, ha habido quienes han creído en unanarquismo individualista, pero también ha habido anarquis-tas organizados, en Chicago en la década de 1880 y en la SNCC.Creo que en ambos lugares, tanto en Europa como en losEstados Unidos, es posible encontrar ambas manifestaciones,salvo por el hecho de que quizás en Europa la idea del anarco-sindicalismo ha sido más fuerte que en los Estados Unidos.Pero en los Estados Unidos está Industrial Workers of theWorld (IWW), que es una organización anarcosindicalista yque no suscribe el anarquismo individualista.

—¿Cuál es su opinión acerca del “dilema” de los medios, esto es,revolución versus evolución social y cultural?—Creo que hay ahí implicadas varias preguntas. Una de ellastiene que ver con el tema de la violencia, y en ese punto losanarquistas han tenido desacuerdos. Aquí en los EstadosUnidos ha habido desacuerdos, y es posible encontrar esa dis-crepancia en una misma persona. Podría afirmarse que EmmaGoldman, ya muerta, llevó el anarquismo al primer plano enlos Estados Unidos durante los sesenta, cuando de repente se

convirtió en un personaje importante. Emma Goldman estabaa favor del asesinato de Henry Clay Frick, pero después deci-dió que ese no era el camino. Alexander Berkman, su amigo ycamarada, no renunció por completo a la idea de la violencia.Por otro lado, ha habido anarquistas como Tolstoi y Gandhique han creído en la no violencia.

Hay una característica fundamental del anarquismo en loreferido a los medios: el principio, que le resulta central, de laacción directa. Ese principio implica no apelar a las vías que lasociedad ofrece, esto es, el gobierno representativo, el voto, lasleyes, sino avanzar directamente a la toma del poder. En el ca-

so de los sindicatos, del anarcosin-dicalismo, significa que los obre-ros vayan a la huelga, y no sólo eso,sino que se hagan con las indus-trias en las que trabajan y las diri-jan. ¿Qué es la acción directa? En elSur, cuando los negros se organi-

zaban para luchar contra la segregación racial, no esperaronuna señal del gobierno, ni apelaron a los tribunales para pre-sentar sus demandas, ni esperaron a que el Congreso aproba-ra leyes. Emprendieron una acción directa: entraron en losrestaurantes, se sentaron y se negaron a salir. Se subieron a losautobuses e hicieron realidad la situación que querían queexistiera.

La huelga, por supuesto, siempre es una forma de accióndirecta. Tampoco con una huelga se le está pidiendo al gobier-no que facilite las cosas aprobando una ley, sino que se estárealizando una acción directa contra el patrón. Yo diría que enlo que toca a los medios, la idea de la acción directa para opo-nerse al mal que se desea superar es una especie de denomi-nador común de las ideas y los movimientos anarquistas. Sigocreyendo que uno de los principios más importantes del anar-quismo es que resulta imposible separar los medios de losfines. Si el fin es lograr una sociedad igualitaria, es necesarioemplear medios igualitarios; si el fin es una sociedad no vio-lenta en la que no exista la guerra, no se puede emplear la gue-rra para lograr ese fin. Creo que el anarquismo exige que losmedios y los fines estén en sintonía. De hecho, creo que esa esuna de las características distintivas del anarquismo.

—En cierta ocasión se le pidió a Noam Chomsky que explicarasu visión de la sociedad anarquista y que expusiera un plandetallado para alcanzarla. Respondió que “no podemos prefi-gurar los problemas que surgirán a menos que experimentemoscon ellos”. ¿Usted también tiene la impresión de que muchosintelectuales de izquierda invierten demasiadas energías endisputas teóricas acerca de los medios y los fines correctos, y que

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Uno de los principios más importantes del anarquismo es que resulta imposible

separar los medios de los fines.

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Carlus JovéJoe Hill

Sindicalismo como banda sonora

En Estados Unidos, el legado musical de JoeHill se ha transmitido de generación en gene-ración, y forma parte de la tradición musicalobrera de ese país. Sus canciones han sidocantadas por Woody Guthrie, Phil Ochs, Pe-te Seeger, Joan Baez, Billy Bragg y muchosotros. Comprometido con la lucha sindical, JoeHill fue detenido, procesado y condenado amuerte en 1915, acusado de haber asesi-nado a dos tenderos, padre e hijo, en unatraco. Joe siempre se declaró inocente.

RETRATOS DELVIEJO TOPO

Martin SmithJohn Coltrane

Jazz, racismo y resistencia

Este es un libro sobre la música de JohnColtrane. Pero no sólo. En el momento en elque el jazz revolucionaba la música del sigloXX, sus músicos vivían otra revolución: lade la lucha por los derechos civiles de losafroamericanos. Coltrane no fue ajeno a esalucha. Su talento lo puso a la vanguardia dela música de su tiempo, pero su saxofón,más allá del ritmo y belleza de sus sonidos,se convirtió también en una de las voces dela resistencia frente al racismo.

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eso les impide comenzar a “experimentar” en la práctica?—Creo que vale la pena adelantar ideas, como hizo MichaelAlbert con Parecon, por ejemplo, aunque es necesario preser-var la flexibilidad. No es posible hacer desde ahora mismo undiseño detallado de la sociedad futura, pero creo que es buenoreflexionar sobre el tema. Creo que es bueno tener un objetivoen mente. Es constructivo, es útil,es saludable reflexionar acerca decómo podría ser la sociedad futura,porque eso se convierte, en ciertosentido, en una guía para lo que sehace hoy, aunque sólo si los deba-tes acerca de la sociedad futura no se convierten en obstácu-los para trabajar en pro de esa sociedad futura. Si no es así, esposible pasarse todo el tiempo discutiendo sobre esta posibi-lidad utópica versus aquella posibilidad utópica, y mientrastanto no se actúa de manera que nos acerque a ninguna.

—En su La otra historia de los Estados Unidos usted muestraque no son el puñado de personas ricas e influyentes las que noshan donado nuestra libertad, nuestros derechos, nuestras nor-mas ambientales, etc., sino que siempre han sido conquistadosmediante la desobediencia civil por la gente corriente. Aten-diendo a eso, ¿cuál debería ser el primer paso hacia la conquis-ta de un mundo mejor?—Creo que el primer paso consiste en organizarnos y protes-tar contra el orden vigente: contra la guerra, contra la explota-

ción económica y sexual,contra el racismo, etc. Peroorganizarnos de maneraque los medios se corres-pondan con los fines, y quecreemos el tipo de relacio-nes humanas que debenimperar en la sociedad fu-tura. Eso implica organizar-nos sin una autoridad cen-tral, sin líderes carismáti-cos, de forma que represen-temos en miniatura el idealde la futura sociedad iguali-taria. De ese modo, aunqueno se obtenga una victoriamañana o el año próximo,se habrá creado un modelo.Se habrá hecho funcionaren la práctica un modelo decómo debe ser la sociedad

futura, y se habrá generado una satisfacción inmediata, aun sino se alcanza el objetivo último.

—¿Qué opinión le merecen los intentos de demostrar científica-mente la creencia ontológica de Bakunin de que los seres huma-nos poseen un “instinto libertario” que no forma parte sólo de su

voluntad, sino también de susnecesidades biológicas?—Lo cierto es que creo en esaidea, pero no me parece que sepueda lograr una evidencia bio-lógica de ella. ¿En qué consisti-

ría? ¿En encontrar un gen de la libertad? No. Creo que lamanera de proceder es analizar el comportamiento humanoen la historia. La historia del comportamiento humano evi-dencia ese anhelo de libertad, evidencia que siempre que haexistido una tiranía, los seres humanos subyugados por ellase han rebelado■

Ziga Vodovnik es Profesora Asistente de Ciencias Políticas de laFacultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ljubljana. Se espe-cializa en la teoría y la praxis del anarquismo y en los movimientossociales de las Américas. Su nuevo libro, Anarchy of Everyday Life -Notes on anarchism and its Forgotten Confluences (La anarquía de lavida cotidiana. Notas sobre el anarquismo y sus confluencias olvida-das) saldrá a la luz a finales del año 2008.

Traducción de Esther Pérez.

La historia muestra que siempre que haexistido una tiranía, los seres humanos se

han rebelado.

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