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Instituto de Investigaciones Filosóficas and Universidad Nacional Autónoma de México are collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Crítica: Revista Hispanoamericana de Filosofía. http://www.jstor.org Universidad Nacional Autónoma de México Villoro: sobre verdad, objetividad y saber Author(s): León Olivé Source: Crítica: Revista Hispanoamericana de Filosofía, Vol. 16, No. 48 (Dec., 1984), pp. 79-103 Published by: , Instituto de Investigaciones Filosóficas Universidad Nacional Autónoma de México Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40104355 Accessed: 30-04-2015 17:05 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 148.206.159.132 on Thu, 30 Apr 2015 17:05:14 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

Villoro Sobre Verdad, Objetividad y Saber

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León Olivé

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  • Instituto de Investigaciones Filosficas and Universidad Nacional Autnoma de Mxico are collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Crtica: Revista Hispanoamericana de Filosofa.

    http://www.jstor.org

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Villoro: sobre verdad, objetividad y saber Author(s): Len Oliv Source: Crtica: Revista Hispanoamericana de Filosofa, Vol. 16, No. 48 (Dec., 1984), pp. 79-103Published by: , Instituto de Investigaciones Filosficas Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40104355Accessed: 30-04-2015 17:05 UTC

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  • VILLORO: SOBRE VERDAD, OBJETIVIDAD Y SABER

    DISCUSIONES

    LEN OLIV Instituto de Investigaciones

    Filosficas, UNAM

    El libro de Luis Villoro Creer, saber, conocer (1982), fue pu- blicado en Mxico hace ms de dos aos. Hasta donde s, a la fecha no ha recibido en el medio filosfico de habla espaola la discusin que merece en virtud de la importancia de los temas que trata, el rigor con que los aborda, y las contribu- ciones que hace para su esclarecimiento. En lo que sigue dis- cutir algunos de los problemas tratados por Villoro, sin in- tentar hacer una resea del libro. No hace falta aclarar que esta discusin, lejos de pretender disminuir los mritos de la obra, intenta subrayarlos al mostrar lo estimulante que puede ser su lectura. Su mejor efecto sera el de contribuir a generar una polmica sobre el libro y los temas que trata, fundamen- tales para la epistemologa contempornea.

    Mi inters reside fundamentalmente en las nociones de "objetividad" y de "verdad", como presupuestos necesarios para el esclarecimiento de la de "saber". Desde mi punto de vista, una de las contribuciones de Villoro consiste en la clari- dad con que presenta la nocin de objetividad, y en sealar su relatividad con respecto a comunidades epistmicas. Creo, sin embargo, que el anlisis de Villoro puede refinarse, y la nocin de objetividad extenderse de manera que se vea explcitamen- te su relacin con contextos de accin prctica y contextos de interaccin comunicativa. Tambin me parece conveniente resaltar ms el papel de los marcos conceptuales. Propondr que la objetividad ciertamente es relativa, pero a sociedades, entendidas como comunidades epistmicas junto con los mar- cos conceptuales que tienen a su disposicin, as como los contextos de accin y de comunicacin entre los sujetos que

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  • son miembros de ellas. Por otra parte subrayare que la inter- pretacin que hace Villoro de la concepcin semntica de la verdad, tal como la precis Tarski, no es la nica posible, y que de hecho es neutral con respecto a los debates entre rea- listas y antirrealistas, debate que veremos pertinente para los problemas que discute Villoro. Ms an, propondr que su anlisis queda expuesto a las crticas, desde mi punto de vista correctas, que frecuentemente se dirigen contra el realismo que asume, al cual llamar metafsico, siguiendo la terminolo- ga de Putnam (1981). Por ello sugerir otra manera de enten- der la verdad, la cual evita las crticas mencionadas, y no slo es compatible con el anlisis de Villoro, sino que es ms apro- piada para sus fines. Finalmente examinar algunas de las consecuencias de las anteriores cuestiones con respecto al anlisis de la nocin de "saber".

    Verdad y realismo

    Villoro asegura que la nocin de "saber" requiere la de "razo- nes objetivamente suficientes", y a la vez la nocin de "justi- ficacin objetiva" requiere la de "verdad" (p. 181). Esta ltima resulta as una nocin primitiva sobre la cual lo ms que puede decirse es lo que Tarski precis con respecto a la concepcin semntica.

    Pero Villoro incluye en su interpretacin dr la concepcin de Tarski ideas que ya no son semnticas sino metafsicas, y asume una posicin realista. Efectivamente, dice que en el anlisis de la condicin.

    (V) "/>" es verdadera si y slo si t

    />, es decir, "lo que hace verdadera la proposicin '/'\ slo puede ser el hecho real, tal como existe con independencia de cualquier sujeto que lo crea" (p. 176. subrayado mo).

    Villoro admite una interpretacin realista al aceptar la exis- tencia de hechos reales con independencia de cualquier sujeto. En primer lugar quiero subrayar que Villoro admite la exis- tencia independiente de hechos reales. Y en segundo lugar

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  • que ve tal independencia con respecto de los sujetos: "Debe aceptarse que si // es verdadera, p existe con independencia de cualquier sujeto" (p. 178).

    Villoro justifica su realismo recurriendo al llamado argu- mento de la mejor explicacin. As dice:

    ... las nociones de "realidad" y de "verdad" son indispen- sables para explicar la objetividad de la justificacin. . . la objetividad supone la coincidencia de juicios de una comu- nidad de sujetos epistmicos. En lo que respecta a los jui- cios de hechos, la mejor explicacin de esa coincidencia es la existencia real, independiente de los sujetos, de los hechos juzgados. De lo contrario la intersubjetividad slo podra explicarse por extravagantes hiptesis. . . La admi- sin de un mundo real, comn a todo sujeto, base de la verificacin de todo juicio emprico, es la nica explica- cin concluyente, completa y coherente con todos nues- tros conocimientos. La verdad, como correspondencia de nuestros juicios con esa realidad, resulta as la nica expli- cacin racional suficiente de la objetividad de nuestras ra- zones (p. 181). Villoro piensa, pues, que la nocin de verdad y su correla-

    tiva de realidad no contaminada por los marcos conceptuales, son necesarias para comprender el concepto de objetividad.

    Por "objetividad" Villoro entiende, a la vez, coincidencia de juicios entre los sujetos de una comunidad epistmica. Vi- lloro define esta nocin como sigue:

    Llamemos 'sujeto epistmico pertinente' de la creencia de S en p a todo sujeto al que le sean accesibles las mismas ra- zones que le son accesibles a S y no otras, y 'comunidad espistmica pertinente' al conjunto de sujetos epistmicos pertinentes para una creencia (p. 147). Ahora bien, la coincidencia de juicios de una comunidad

    epistmica, lo cual constituye la objetividad de una creencia, no debe entenderse como una coincidencia de hecho, sino

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  • como aceptabilidad por parte de los sujetos de lo que es ob- jetivo. Lo que es muy importante es que la aceptabilidad se entiende en relacin con las condiciones realmente existentes para la comunidad en cuestin. Se trata entonces de la mejor justificacin que tienen a su alcance los sujetos de esa comu- nidad. La justificacin depende de los saberes, de la tecnolo- ga, de los marcos conceptuales disponibles, quiz de las rela- ciones sociales presentes en la comunidad. Otra comunidad, la cual presente variaciones con respecto a los anteriores pa- rmetros, podr no aceptar lo que la primera admiti como saber objetivo.

    Observemos que Villoro apoya su realismo recurriendo al argumento de la mejor explicacin en relacin con la posibi- lidad de la objetividad, y acompaa tal argumento con otro sobre la coherencia con respecto a su propio sistema de creen- cias. En otro momento recurre de nuevo al argumento de la mejor explicacin, pero en relacin con el xito de la ciencia, o el acierto del saber (p. 222).

    Ninguno de los tres argumentos, ni los tres juntos, son sufi- cientes para apoyar el realismo metaf sico. Sobre el argumen- to del xito de la ciencia me he extendido en otro trabajo (Oliv [1983]), por lo cual ahora me limitar a indicar breve- mente por qu considero insuficiente tal argumento. Es cierto que el realismo metaf sico puede explicar el xito de la cien- cia, lo que objeto es que por s slo aparezca como la nica manera de explicar dicho xito. Su debilidad puede apreciar- se, por ejemplo, al considerar una posicin que sostenga que los objetos de la realidad, tanto como nuestro conocimiento de ella, son construcciones de los sujetos o de las comunida- des de sujetos. As, igual que con respecto a la objetividad un antirrealista metafsico puede alegar que objetividad cierta- mente significa concordancia de los juicios de los miembros de la comunidad con respecto a los objetos que dependen de los marcos conceptuales en uso por esa comunidad, con res- pecto al xito de la ciencia el antirrealista puede alegar que ciertamente el conocimiento cientfico es exitoso porque se ajusta a leyes de comportamiento de los objetos, y porque contiene proposiciones verdaderas, es decir, proposiciones

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  • que corresponden a los hechos, pero que esas leyes, esos objetos y esos hechos no pueden verse como independientes de los marcos conceptuales de las comunidades, lo cual no impide que el conocimiento sea objetivo, pues todos los suje- tos comparten, con las mejores razones de las que pueden dis- poner, la creencia en la verdad de las proposiciones cientficas.

    De hecho, todo lo que se diga con respecto a sujetos, el an- tirrealista constructivista podr reelaborarlo y aceptarlo, pero siempre en relacin con los sujetos que comparten un mismo marco conceptual. Con esto comienza a apreciarse la necesi- dad de enfocar esta discusin con respecto a los marcos con- ceptuales y no con respecto a los sujetos.

    Villoro podra replicar al constructivista que la verdad tiene que asumirse como comn a todos los sujetos, incluyen- do sujetos que pertenezcan a comunidades epistmicas diferen- tes, los cuales podran usar marcos conceptuales diferentes. Pero el problema entonces es entender cmo podran ponerse de acuerdo diferentes sujetos, recurriendo a diferentes marcos conceptuales, sobre la proposicin que debe considerarse, y sobre su pretendida verdad. Eso supone, por lo menos, una interseccin de sus marcos conceptuales. Creo que Villoro queda comprometido con esta idea, pero no la trata explcita- mente. Para dar cuenta de ella se precisa dar un lugar central a los marcos conceptuales.

    Tambin puede apreciarse la importancia de los marcos conceptuales, aun para la teora de Villoro, a travs de su an- lisis de la garanta del acierto del saber.

    Villoro sostiene que "la garanta de acierto, en el saber, es la justificacin objetiva. La objetividad supone el acuerdo po- sible de una comunidad epistmica" (p. 222). Pero debe sub- rayarse que este acuerdo es de hecho, en relacin con las con- diciones realmente existentes para tal comunidad. La posibi- lidad de justificacin objetiva, a la vez, reside en la verdad de lo que se sabe. La garanta de acierto proviene en ltima ins- tancia de una "atadura" de lo que se sabe con la realidad, para usar la misma metfora que emplea Villoro.

    Pero, cul es la atadura entre saber y realidad? La objeti- vidad del saber no lo es. Pues como Villoro mismo lo aclara,

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  • una comunidad C2 puede descubrir que otra Cl en realidad no saba que/>, aunque para Cl fuera objetivamente justifica- do considerar que saba que p. Si la objetividad fuera la ata- dura, Cl tendra atado su saber a la realidad, y ni C2 ni nadie podra desatarlo. Villoro es claro en esto, la objetividad quie- re decir slo que los sujetos de una comunidad tienen la mejor justificacin que pueden tener para creer que algo es verdade- ro, pues dentro del alcance de esa comunidad no es posible hallar razn alguna que contravenga esa creencia. En ese sen- tido la objetividad es garanta de la verdad para esa comuni- dad. Y por eso, para esa comunidad es garanta de acierto.

    Pero la nocin de "garanta de acierto" es ambigua, puede querer decir confianza (incluso absoluta) en que se va a acer- tar. ste es el sentido en que Villoro usa el trmino en su expresin "la justificacin objetiva es garanta de acierto", y es correcto. Los sujetos de una comunidad tienen la garanta de acertar, es decir, estn justificados en tener toda la con- fianza en que acertarn, porque el saber en cuestin est obje- tivamente justificado, esto es, dentro de su comunidad es imposible contravenir esa creencia, es un saber.

    Pero hay otro sentido de "garanta" que no depende de la creencia, ni de las justificaciones de los sujetos involucrados. Es el sentido del trmino "garanta" en la siguiente pregunta: cul es la garanta de que un sujeto acierte y obtenga un fin utilizando instrucciones que se basan en proposiciones verda- deras pero que el sujeto en cuestin no sabe que lo son, o cree que lo son por razones equivocadas? La respuesta es que la garanta de acierto en este caso es la verdad de las proposi- ciones, est o no el sujeto al tanto de esa verdad. Villoro po- dra replicar que en ese caso, aunque contingentemente equi- vocado, el sujeto podra llegar a darse cuenta de la verdad de las proposiciones, es decir, podra llegar a tener un saber objetivamente justificado.

    Pero la concepcin de objetividad de Villoro nos permite imaginar un caso en que, por definicin, los sujetos tengan un saber objetivamente justificado pero falso, y les sea imposible darse cuenta de ello. Pensemos en una comunidad ya desapa- recida y a un observador, un historiador, que la investiga a

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  • travs de documentos. As que por definicin es imposible la interaccin entre el observador y los sujetos de la comunidad. El investigador descubre que en ella se seguan prcticas tera- puticas muy exitosas, cuyo xito puede explicar, porque de acuerdo con el sabe de su propia comunidad altamente cientfi- ca, aquellas prcticas utilizaban una serie de drogas conocidas por sus cientficos contemporneos, y muy efectivas para combatir males que los sntomas descritos en los documentos que analiza permiten considerar como la enfermedad X. El observador tiene evidencia suficiente de que en la comunidad estudiada se crea que los enfermos sanaban por intervencin de espritus convocados por medio de ritos en los que se pre- paraban infusiones con yerbas que contenan las substancias medicinales, las cuales luego se administraban a los enfermos. Los miembros de aquella comunidad saban que los enfer- mos se curaban con esos brebajes, y sanaban porque interve- nan los espritus. Su creencia estaba objetivamente justifica- da, era pues un saber, y los miembros de aquella comunidad tenan garanta de xito porque tenan justificacin objetiva en considerar verdadera su creencia. Desde el punto de vista del observador tambin hay garanta de acierto, pero esa ga- ranta no es porque hayan tenido justificacin objetiva los miembros de la comunidad, sino porque su creencia era ver- dadera, pero no su creencia en la intervencin de los espri- tus!, sino su creencia en que si administraban ciertos brebajes a un enfermo con tales y cuales sntomas, ste sanara. La conclusin es que desde el punto de vista del observador, la garanta de acierto est dada por la verdad de las proposicio- nes, pero esa verdad puede no ser conocida, o no estar objeti- vamente justificada para los miembros de la comunidad en cuestin. Ms an, como desde la posicin de Villoro puede haber conocimiento objetivo pero falso, en tal caso la garan- ta de acierto no puede ser la verdad. Tenemos, pues, dos nociones de garanta. Llammosles garanta! y garanta2 , res- pectivamente.

    Quiz lo anterior se vea ms claro con la siguiente cita de Villoro sobre la ciencia:

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  • La objetividad de su justificacin le permite ser una garan- ta de verdad para cualquier sujeto que tenga acceso a sus razones (p. 224). Se trata, claro, de garantat : cualquier sujeto epistmico

    pertinente est plenamente justificado en creer que (es decir, en tener confianza en que) las proposiciones cientficas son verdaderas, y por ello est justificado en tener plena confian- za en el acierto.

    Pero la garant a2 no es la que pide, o puede tener, un suje- to epistmico pertinente, sino la que puede tener un observa- dor, en este caso un filsofo o un socilogo de la ciencia, quien se pregunta por qu el conocimiento, o los saberes en la terminologa de Villoro, tienen xito al aplicarse. Esa garan- ta2 no es la objetividad, pues el conocimiento objetivo de una comunidad puede ser falso, y adems como en el ejemplo anterior, la nocin de objetividad puede no ser aplicable porque el observador es ajeno y no puede interactuar con los sujetos epistmicos pertinentes. El observador, para tener ga- ranta2 . debe ver una atadura con la realidad. Esta garanta^ no es otra cosa que la verdad. Pero en este caso, a diferencia que en garanta! , la objetividad no garantiza la verdad. Pode- mos decir, pues, que la objetividad garantiza i la verdad, que es garanta! para los sujetos epistmicos pertinentes. Pero la objetividad no es garanta2 de la verdad, ni del acierto, pues las razones objetivamente suficientes dentro de un marco conceptual pueden no serlo para el observador que est fuera de l. Esto es claro en Villoro al reconocer la falibilidad de todo saber, pues si todo saber, que por definicin est objeti- vamente justificado, es decir, est garantizado t , fuese verda- dero, por qu sera corregible? Pero la verdad s es garanta2 del acierto.

    En resumen, la garantat responde a una pregunta sobre los sujetos epistmicos pertinentes: por qu estn justifica- dos en tener confianza plena en acertar? Porque consideran que su conocimiento es verdadero. Qu garanta tienen? La garanta! : ese conocimiento est objetivamente justificado. La garanta2 responde a una pregunta sobre el saber mismo,

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  • no sobre los sujetos que saben y la confianza que pueden tener. Aqu se trata de la pregunta: por qu tienen xito las acciones realizadas con base en ese saber? Porque hay una atadura con la realidad, lo sepan o no los sujetos que lo usan, est a su alcance o no el darse cuenta. (En esta discusin he equiparado "verdad" con "atadura", aceptando as implci- tamente la interpretacin correspondentista. Adelante ofrece- r razones para rechazar dicha interpretacin. Eso no debe verse como una incoherencia de mi parte. Me parece que la anterior discusin se lee ms claramente usando el trmino "verdad", por eso la he dejado as. Sin embargo, puede re- formularse leyendo "atadura" en todos los casos donde apa- rece "verdad". El argumento no cambia, ni se pierde preci- sin, pues todava no sabemos cmo entender el trmino "verdad".)

    La nocin de garanta2 incluye la idea de Villoro de que "realidad" y "verdad" "son indispensables para explicar la objetividad de la justificacin" (p. 181). Sin embargo Villoro parece pasar por alto que esa explicacin debe llevar consigo una justificacin para algn sujeto que la aceptara o rechaza- ra, digamos un observador externo. Como se ver adelante, esto conduce a una tensin en su libro.

    De acuerdo con lo anterior resulta insuficiente el anlisis del saber como estados internos de los sujetos. El saber en cuestin est a disposicin de los sujetos, pero de hecho est contenido en marcos conceptuales. Entre otras cosas eso es lo que hace posible que el historiador lo descubra como un re- curso de la comunidad que investiga.

    As pues, la nocin de marco conceptual es indispensable para distinguir entre garantat y garanta2 (que Villoro mane- ja slo de forma implcita), y la nocin de garanta (o las nociones de garanta), son a la vez necesarias para entender el argumento del xito, o acierto del saber, a favor del realismo. Pero he sugerido que en trminos de la garantat no puede apoyarse al realismo (pues aqu se trata de confianza y no de atadura), se le puede apoyar slo en trminos de garanta2 , en combinacin con un anlisis del cambio de marcos concep- tuales.

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  • He sugerido ya algunas razones para cambiar el foco del anlisis hacia los marcos conceptuales. Otra razn para adop- tar una concepcin societaria del conocimiento reside en que hay sociedades, por lo menos las actuales sociedades indus- trializadas, en las cuales ninguna persona puede poseer todo el saber heredado y producido en ellas. As, puede ser correc- to interpretar a la expresin "S sabe que py) como referida a. estados internos de la persona 5. Pero cuando hablamos del saber a disposicin de una sociedad, no debemos interpretarlo como referido al saber de los sujetos individuales de esa socie- dad, sino al saber contenido en los marcos conceptuales a dis- posicin de esa sociedad. Claro est que los saberes slo se desarrollan y se ponen en uso a travs de las acciones de las personas. Pero el saber de las sociedades no puede reducirse a la suma de los saberes que poseen sus miembros individuales. Eso equivaldra a la reduccin de una sociedad a la suma de sus miembros. Tesis que debe rechazarse. (He discutido esta cuestin en otros trabajos, por ejemplo Oliv [1985] y [1984].)

    Incluyo aqu este comentario, no porque me parezca que de l se deriva una objecin al anlisis de Villoro, sino por- que creo que para apuntalar una posicin realista como la que debe asumir para su anlisis, es pertinente enfatizar la dimen- sin social del saber, y como he mencionado, tambin enfocar el problema de cambios de marcos conceptuales, lo cual reba- sa el mero anlisis de la expresin "S sabe que /;".

    Un rasgo importante del realismo metafsico que supone Villoro, consiste en la admisin de que el progreso del saber estriba en un acercamiento a la nica completa y verdadera descripcin acerca del mundo real, si bien esa descripcin aparece slo como un lmite que de hecho es inalcanzable para los sujetos reales (cfr. p. 195).

    El problema con esta posicin es que se presta a malos en- tendidos, por ejemplo, para Putnam [1981] el realista metaf- sico "quiere pensar que el mundo consiste en objetos que son al mismo tiempo independientes de la mente y auto-identifi- cantes" (p. 54).

    Ciertamente es un sinsentido la idea de objetos auto-identi-

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  • ficantes, pues las identificaciones se hacen desde puntos de vista, son sujetos que usan marcos conceptuales quienes iden- tifican objetos, y los objetos pueden ser identificados slo a travs de los marcos conceptuales. Pero una genuina posicin realista no tiene que admitir objetos auto-identificantes. Es un problema de cmo se defina "identificacin". Debe enten- derse en trminos de una relacin entre un objeto y un con- cepto, por lo cual la nocin de auto-identificacin de objetos conduce a la idea de que los objetos tienen en s mismos su concepto. Habra as una indisoluble ligazn entre la realidad y la interpretacin de esa realidad, digamos entre realidad e ideas. Eso es lo que Hegel debe de haber credo. Y eso resulta adecuado para el realista metafsico de Putnam, pues la nica verdadera y completa descripcin de la realidad sera aquella en trminos de cada uno de los conceptos ligados, en esa misma realidad, con los objetos.

    Por mi parte considero que un genuino realismo debe acep- tar que hay una realidad no contaminada por conceptualiza- ciones, es decir, independiente de todo marco conceptual. Pero igualmente debe rechazar la idea de que existe un nico, verdadero y completo marco conceptual que ofrece la des- cripcin correcta de la realidad. Eso quiere decir que deben admitirse los diversos marcos, correspondientes a diversos puntos de vista, y que aun siendo diferentes pueden ser co- rrectos. La nocin de objeto auto-identificante debe rechazar- se por incoherente (pues slo hay identificacin desde marcos conceptuales y no desde los objetos), o porque si se hace coherente se llega a una metafsica indeseable (Hegel).

    En suma, podemos dar por lo menos tres razones para abandonar la nocin correspondentista metafsica de la ver- dad: 1) nadie ha ofrecido una adecuada elucidacin de ese tipo de correspondencia (pero sta podra ser una desventaja contingente y superable), 2) si se lleva hasta sus ltimas con- secuencias, la idea de la correspondencia metafsica debe ir acompaada de la aceptacin de una nica, verdadera y com- pleta descripcin del mundo, la que equivale a reconocer que hay objetos auto-identificantes, pero entonces debe admitirse una identidad entre realidad y razn, o realidad y discurso, lo

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  • cual es una tesis metafsica indeseable, 3) esa nocin de ver- dad es incoherente con una perspectiva social que permita entender la existencia de diferentes puntos de vista, y a veces de incompatibles sistemas de creencias, o de marcos concep- tuales, los cuales sin embargo pueden describir adecuadamen- te una realidad; esta cuestin es tambin importante para el anlisis de cambios de marcos conceptuales.

    Falta todava esclarecer el trmino "adecuadamente" en la oracin anterior. Para ello propondr una modificacin a la nocin de objetividad de Villoro, as como una nocin di- ferente de verdad, compatible con su sistema. Segn esa pro- puesta, "adecuacin a la realidad de incompatibles marcos conceptuales" podr analizarse segn los contextos, como objetividad o como verdad, en los sentidos que enseguida ex- plicar. (Para ello sigo la propia idea de objetividad de Villoro, as como ideas de Habermas. Sin embargo, propongo modifi- caciones en ambos casos. He desarrollado con detalle estas modificaciones en Oliv [indito].)

    La objetividad se refiere al reconocimiento pblico, en una sociedad particular, de que hay una situacin de hecho, la cual puede tener efectos en la sociedad en cuestin. Su esta- tuto de real est garantizado por tener efectos en esa realidad social. Las creencias objetivas, entonces, siempre tendrn efectos en la sociedad en la que son relevantes. La objetividad no debe verse referida a contextos universales de accin prc- tica, sino a contextos de accin restringidos a sociedades particulares. Sin embargo, dentro de cada sociedad particular no est restringida a la accin prctica, entendida como accin instrumental basada en conocimiento tcnico, sino que puede extenderse a contextos de interaccin comunicativa. Por eso, las creencias aceptables en esa sociedad por cualquier miem- bro de ella, la aceptacin de las cuales puede tener efectos en la misma, sern objetivas. Se ve entonces que recojo del an- lisis de Villoro la restriccin, y por consiguiente la relativiza- cin a sociedades. Lo que es objetivo para una sociedad puede no serlo para otra. Pero todo conocimiento objetivo pue- de servir de base para acciones, o para interacciones, las cuales

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  • tienen efectos reales en la sociedad en cuestin o en su medio ambiente.

    La verdad es tambin un concepto epistmico. Las proposi- ciones y creencias verdaderas son las aceptables para cualquier sujeto en condiciones epistmicas ideales. La verdad no es correspondencia con una realidad descontaminada de concep- tualizacin. Las condiciones epistmicas ideales son las condi- ciones de posibilidad de la comunicacin. Por eso son reales y posibles, aunque en general no son actuales. Es importante apreciar esto, pues significa que las condiciones epistmicas ideales no son utpicas. Si llegasen a actualizarse, lo que de ello puede inferirse no es que habra un nico sistema de pro- posiciones que describe correctamente al mundo, sino que los sujetos interactuantes en esas condiciones construiran un nuevo marco conceptual a partir de los diferentes marcos conceptuales a su disposicin en el momento en que comen- zara la interaccin. La disputa cesara cuando de comn acuerdo todos los sujetos involucrados aceptaran cierto marco conceptual y admitieran o rechazaran las proposiciones en disputa.

    De lo anterior se sigue que parte del conocimiento objetivo se intersecta con el verdadero, pero no todo conocimiento ob- jetivo es verdadero.

    La verdad se refiere a contextos discursivos y de interac- cin, es decir, se trata de poder justificar una pretensin de verdad frente a quienquiera que la dispute, cualquiera que sea su marco conceptual. La verdad simplemente es un predi- cado que se aplica a proposiciones o a creencias para indicar que pertenece a la clase de las "buenas", es decir de las que son aceptables por cualquier sujeto, cualquiera que sea la so- ciedad de la que provenga. Pero para eso la interaccin no puede ser cualquiera, no se trata de convencer por la fuerza, ni de disputar la aceptacin de una proposicin agresivamen- te, sino por medio del dilogo en condiciones ideales de comunicacin. As, el resultado de la interaccin entre sujetos cuyos marcos conceptuales originales eran diferentes, debe- ra ser la creacin de un nuevo marco conceptual derivado de los primeros.

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  • Lo anterior nos permite entender la verdad sin asumir el compromiso de que exista el verdadero y completo marco conceptual al cual tienden todos los marcos de hecho produ- cidos.

    Otra ventaja del enfoque epistmico de la verdad frente al correspondentista metaf sico se aprecia al aplicar al anlisis de Villoro sus propios criterios para evaluar su pretensin de verdad.

    Villoro propone que un sujeto S atribuye verdad a una pro- posicin "p" porque tiene razones objetivamente suficientes para ello. Pero las razones son relativas a las comunidades epistmicas, y el saber que p es un saber falible. Para Villoro lo que es relativo es la garanta de verdad (garanta! ), no la verdad misma, la cual es absoluta, pues es correspondencia.

    Con lo anterior queda expuesto a la siguiente objecin que frecuentemente se ofrece frente a las concepciones correspon- dentistas metafsicas de la verdad, y al realismo que la acom- paa. Villoro afirma:

    La admisin de un mundo real, comn a todo sujeto, base de la verificacin de todo juicio emprico, es la nica expli- cacin concluyente, completa y coherente con todos nues- tros conocimientos (p. 181).

    Cul es el estatuto de esta proposicin? Ms an, ah el trmino "nuestros conocimientos" se refiere a un cuerpo de conocimientos social e histricamente localizados, y por ende, de acuerdo con su propia posicin, revisables por otras comu- nidades epistmicas. De hecho es pertinente la pregunta acerca del estatuto de la teora del conocimiento de Villoro: expre- sa un saber falible?, es una teora emprica? Aceptara Vi- lloro que de su teora slo se puede decir, en el mejor de los casos, que nadie podra encontrar razones para contravenirla en nuestra comunidad epistmica, pero que otra comunidad puede desecharla como falsa con buenas razones? Creo que de antemano podemos descartar la opcin de considerar que la teora est formada por enunciados analticos.

    Debo aclarar que no veo nada criticable en una posicin

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  • que acepte la corrigibilidad de su propia teora. Por el contra- rio eso es muy saludable. Pero se apreciar que la cuestin de fondo aqu en juego no se refiere a la corrigibilidad en el sen- tido de que una teora siempre puede mejorarse, y puede admitir crticas constructivas (sobre lo cual no queda duda que Villoro est de acuerdo). La dificultad es sobre el estatu- to de los juicios de la teora, y de la teora misma. El proble- ma es que Villoro parece quedar comprometido con una epis- temologa naturalizada segn la cual la teora del conocimien- to es una teora emprica. Quiz nuestra comunidad la acepte como saber objetivo, pero es falible y otra comunidad puede rechazarla con buenas razones, podra descubrir que es falsa.

    Si asumimos la nocin de verdad aqu propuesta no surge esta dificultad. La teora del conocimiento no es una teora emprica, no se aceptar o rechazar con base en experiencias -si bien el saber emprico no es irrelevante, ni para su desa- rrollo ni para su justificacin. Ms an, no siempre es perti- nente plantearse si es una teora objetiva, es decir, si expresa un saber objetivo. Pues desde lo que aqu he propuesto, la ob- jetividad est ligada a contextos de accin prctica, o de inte- raccin comunicativa, pero siempre en relacin con la modi- ficacin de la realidad social (se den cuenta o no los sujetos).

    Podra pensarse que la teora del conocimiento puede estar ligada a contextos de liberacin, por ejemplo de desmistifica- cin y desestabilizacin de ideologas dominantes, y en ese sentido puede afectar a la realidad social, y por consiguiente tiene sentido plantearse el que sea objetiva. La intencin de Villoro, manifiesta a travs de su captulo sobre una tica de las creencias, y la investigacin por venir que anuncia en su libro, ofrecen fundamento para considerar que admitira esta idea.

    Ahora bien, lo que puede asegurarse en definitiva es que la teora del conocimiento, particularmente la de Villoro, tiene pretensiones de verdad, es decir, sus enunciados tienen pre- tensiones de verdad. Bajo la concepcin correspondentista metafsica lo ms que puede decirse es que en nuestra comu- nidad epistmica hay las mejores razones posibles para creer que es verdadera. Pero queda la tensin entre sostener que es

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  • verdadera (corresponde con la realidad) -y por consiguiente presumimos que cualquier otra comunidad la encontrar ver- dadera-, y la admisin de que sin embargo es falible. Para Villoro todo conocimiento emprico es falible:

    la garanta de verdad, para los enunciados empricos, es relativa a un tiempo y a una sociedad histrica. Las razones que pueden ser suficientes para una comunidad epistmica Cl en el tiempo ti pueden ser insuficientes en el tiempo t2 para otra comunidad C2 (p. 180). Desde la perspectiva que aqu se propone se elimina esa

    tensin. La objetividad es relativa a las sociedades. As, la teora del conocimiento de Villoro, o cualquier otra, si es objetiva lo es en una sociedad especfica. Ah es objetiva porque afecta a la realidad de esa sociedad. Pero otra sociedad puede no ser afectada de ningn modo aunque sea capaz de entender la teora. Sin embargo, esa otra sociedad, si la teora es verdadera, tendra que aceptarla tambin, si la disputara en condiciones epistmicas ideales. As puede entenderse que las teoras filosficas no sean empricas, pero que contengan pro- posiciones sintticas. Si son verdaderas es que son admisibles por cualquier sujeto. Las teoras del conocimiento pertenecen a esta clase.

    La importancia de esto es que para entender como verda- dera a la teora del conocimiento, ella misma no tiene que verse al mismo tiempo, como correspondiente a la realidad pero falible. Como explicar adelante, puede verse sin tensin alguna como verdadera y corregible (aunque no como falible) al mismo tiempo.

    Es importante aclarar que no pretendo discutir si la teora del conocimiento de Villoro, o cualquier otra, de hecho es verdadera. Lo nico que sostengo es que Villoro al reconocer la falibilidad del conocimiento, y adoptar al mismo tiempo la concepcin correspondentista metafsica de la verdad, se en- frenta al problema de aceptar un conocimiento como verdade- ro, es decir como correspondiente a la realidad, el cual sin embargo es falible, esto es, otras comunidades pueden encon-

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  • trarlo falso. Eso puede no ser problemtico entendido en rela- cin con los sujetos epistmicos pertinentes, pero es proble- mtico entendido en relacin con observadores que piden garantias2 de la efectividad de los saberes, y como hemos vis- to es problemtico tambin para una teora como la de Villoro si se aplica reflexivamente.

    La tensin en cuestin proviene de la aceptacin de la ver- dad absoluta como correspondencia, y de entender la justifi- cacin slo como la justificacin de hecho alcanzable en una comunidad particular por sus sujetos. La propuesta que he defendido considera a la verdad tambin absoluta, pero no la separa de la justificacin como lo hace Villoro, sino por el contrario, la define en trminos de una justificacin universal. Consecuencias para el anlisis de la nocin de "saber"

    Una de las ms importantes contribuciones del libro de Villo- ro consiste en una modificacin al anlisis tradicional de la nocin de "saber". De acuerdo con Villoro dicha nocin debe entenderse en los siguientes trminos.

    S sabe que p si y slo si: 1) S cree quep, y 2) S tiene razones objetivamente suficientes para creer

    quep (p. 175). Villoro ofrece tres argumentos para respaldar su propuesta,

    particularmente para eliminar la condicin de verdad, es decir, la condicin que asegura que " 'p' es verdadera" debe formar parte del anlisis de "S sabe que p".

    Para terminar esta discusin har algunas observaciones sobre esos argumentos.

    El primero dice que: La definicin no es precisa mientras no mencione quin juzga la verdad de *p\ Debe entenderse que " Y es verda- dera" es aseverada por S, o por cualquier sujeto posible? (p. 182).

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  • Ante la posible rplica de que la condicin de la verdad de "/>" debe incluirse porque es independiente de las otras y slo establece que el hecho />, al cual se refiere la creencia de S, existe realmente con independencia de cualquier sujeto, Vi- lloro afirma:

    La segunda condicin establecera la verdad absoluta de "/>" como una relacin didica entre una oracin (o propo- sicin) y un hecho. Entonces debemos suponer que no hay nadie que juzgue la existencia de esa relacin. En efecto, en el momento que admitamos que hay alguien que la juz- ga, la juzgara por sus razones, y estaramos en una de las dos posibilidades antes examinadas. (A saber, que es S o algn sujeto epistmico pertinente -miembro de la misma comunidad de S- quien juzga.) Interpretada la relacin de verdad como verdad absoluta, independientemente de las razones aducidas por un sujeto, no puede aplicarse a nin- gn juicio de un sujeto. As, la segunda condicin se enun- ciara de manera que, por principio, nadie puede aseverarla y, por consiguiente, nadie puede juzgar que S sabe. En efecto, nunca se puede saber que una oracin es verdadera y, por ende, que alguien sabe, ms que por el criterio de verdad, esto es, por razones (p. 183). Lo anterior me parece correcto. Sin embargo, creo que Vi-

    lloro ha dejado de considerar una tercera posibilidad. Cuando l se refiere a cualquier sujeto, tiene en mente cualquier suje- to epistmico pertinente. Esta nocin es adecuada para deter- minar la objetividad, pero es muy restrictiva para determinar la verdad. Es cierto que ser siempre un sujeto S' el que juzgue la pretensin de saber de otro sujeto S, pero adems de las dos posibilidades examinadas por Villoro, que S

    ' sea

    idntico aS, o que S '

    sea miembro de la comunidad epist- mica de S, hay una tercera posibilidad: que S' sea un obser- vador externo a la comunidad de S. Cierto que S 'juzgar de acuerdo con sus razones, relativas a su sociedad. Pero aqu es fundamental lo que seal arriba acerca de la nocin epist- mica de verdad. Si S y S

    ' interactuaran con el fin de acordar

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  • la verdad, sus marcos conceptuales podran transformarse en virtud de su interaccin, y podran llegar a un acuerdo sobre la verdad o falsedad de la proposicin que expresa la creen- cia de S. En ese caso se podra entender literalmente la idea que sugiere el mismo Villoro de que quien juzga la pretensin de saber de S puede ser cualquier sujeto, y no cualquier suje- to epistmico pertinente. Desde la perspectiva que propongo se alcanzara una autntica universalidad. Esto no hace falta desde la perspectiva de la comunidad epistmica en cuestin, pero es indispensable desde el punto de vista de la teora del conocimiento.

    Ms an, creo que el tratamiento que ha hecho Villoro lo deja expuesto a la objecin de que ahora l confunde una definicin de saber, la cual debera incluir la condicin de verdad de "/;", con los criterios para saber que S sabe. Esto se ver ms claro si pasamos a su segundo argumento.

    El segundo argumento es el siguiente:

    Si "S sabeque/>" incluye " 4p* es verdadera" y "verdadera" se entiende en el sentido de la verdad absoluta, entonces slo sabramos las proposiciones infalibles (p. 184). Esto es cierto, pero Villoro incluye aqu una conjuncin:

    que el concepto de saber incluye que "/?" es verdadera y que "verdadera" se entiende en el sentido de la verdad absoluta como correspondencia.

    Por consiguiente, si deseamos rechazar la conclusin de que slo sabramos las proposiciones infalibles, un camino ciertamente es el que escoge Villoro, el de no incluir la clu- sula " /'' cs verdadera" en la definicin de saber. Pero queda otra opcin: la de rechazar la concepcin correspondentista metafsica de la verdad.

    As, en el aspecto puramente lgico del argumento, no estamos obligados a aceptar la solucin que Villoro elige. Por consiguiente el argumento no es concluyente.

    Pero hay una cuestin conceptual de fondo, ms all de la lgica, en la cual se aprecia que Villoro no ha guardado la dis- tincin entre la definicin de Ar y los criterios para aceptar

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  • que es el caso que X. Villoro mismo subraya eso con respecto a la verdad (p. 179). Su argumento se basa en la idea de que la definicin debe precisar quin juzga la verdad de "/*". Pero a eso puede replicarse que eso es necesario slo en relacin con ios criterios para decidir que S sabe que />, y no para la definicin de "saber". Por esto, creo que sus argumentos son slidos, pero con respecto a los criterios para decidir si hay saber, pero no contra la definicin tradicional de saber, que es lo que l quiere criticar. Creo, en cambio, que si se opta por la versin epistmica de la verdad, entonces sus argumen- tos adquieren solidez incluso contra la definicin, como ve- remos enseguida.

    Se ve fcilmente que la anterior dificultad se liga con lo que plante arriba acerca del estatuto de la propia teora de Villoro. Conviene subrayar este punto.

    En efecto, Villoro quiere aplicar el concepto de "saber" a saberes objetivamente justificados pero falibles. Un saber es objetivamente justificado si hay razones objetivamente sufi- cientes que aseguran a cualquier sujeto

    que el objeto de su creencia no slo tiene existencia para l, sino tambin tiene existencia real, independiente de su propio juicio. Las razones objetivamente suficientes bastan, por lo tanto, para que un sujeto pueda asegurar que su creencia es verdadera y que sabe, son pues, criterio de ver- dad. . . (p. 179). Pero si son criterio de verdad de "//', entonces garantizan

    "para un sujeto, la existencia real de p" (ibid.). Villoro no quiere relativizar la existencia real de p al sujeto, sino slo las garantas que el sujeto tiene para creer en esa existencia real. "Saber" implica entonces tener razones obje- tivamente suficientes para establecer que "p" es verdadera, o sea que p existe como un hecho con independencia de todo juicio. Pero eso slo se aplica a los sujetos de la comunidad epistmica en cuestin. Otro sujeto, perteneciente a otra co- munidad, podra reconocer que despus de todo "p" es fa sa

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  • y p no existe. Pero de hecho, una vez que nos percatamos de lo que Villoro nos dice, nos damos cuenta de que todo lo que creemos puede ser falso, nuestro saber es falible. Ya vimos que eso es un problema cuando nos preguntamos sobre la teo- ra del conocimiento misma, pues la debemos ver como falible.

    Pero adems, qu ocurre cuando "p" es verdadera? (que de acuerdo con Villoro quiere decir absolutamente verdadera). La definicin de Villoro no permite distinguir entre un saber donde lo que se sabe es verdadero y un saber donde hay fali- bilidad. Y esto proviene de que Villoro enfoca slo el anlisis de **S sabe que p" desde la perspectiva de S o de cualquier otro sujeto pertinente, pero no desde la de cualquier otro sujeto.

    Conviene subrayar aqu que el meollo de una teora del conocimiento debe estar formado por lo que es comn a toda comunidad epistmica y a todo marco conceptual posible, por ejemplo, las condiciones epistmicas ideales y sus correla- tivas nociones epistmicas de objetividad y de verdad.

    Si "p" es verdadera, aunque no lo sepa el sujeto, o aunque su saberlo sea relativo a su comunidad, la teora del conoci- miento tiene que reconocer que jams habr razones acepta- bles por cualquier sujeto que la puedan contravenir. Por eso conviene refinar el anlisis de modo que no queden compro- metidos con la idea de que todo saber es falible. La teora del conocimiento debe poder distinguir entre saber que es verda- dero, y ya no es susceptible de encontrarse falso, y el saber que no lo es. Pero eso precisa ir en el anlisis de la expresin "S sabe que />" ms all de la perspectiva de la comunidad epistmica de S. Una teora epistmica de la verdad, no corres- pondentista, admite que el saber, que por definicin es objeti- vamente justificado, puede ser verdadero en ocasiones, pero no lo es necesariamente; y si es verdadero puede ser corregible. Debe distinguirse entre corregible y falible. Falible significa que el saber en cuestin puede despus de todo ser falso. Y sa es la tensin para Villoro. Porque el saber que era verda- dero, lo que desde la teora del conocimiento debe suponerse como tal, porque as lo debe juzgar cualquier sujeto que quie- ra explicar la objetividad o el acierto del saber en cuestin,

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  • pertenezca o no a la comunidad pertinente, tiene que verse como falible, es decir, que puede resultar falso. En cambio, desde mi perspectiva el saber verdadero lo ser siempre, porque ser aceptable para cualquier sujeto en condiciones adecuadas. Ahora bien, como el saber verdadero no corresponde con la realidad, aunque sise refiere a ella, es corregible. Por ejemplo, la descripcin de un objeto siempre puede hacerse ms preci- sa, o simplemente ser distinta en funcin de otros intereses. La proposicin "La Tierra es redonda" es verdadera. Siempre ser aceptable para cualquier sujeto en condiciones ideales. Pero es una descripcin que es pertinente slo en ciertos con- textos, y siempre ser susceptible de cambios y de precisiones, siempre ser corregible. Pero si pensamos que es falible debe- mos aceptar que alguna comunidad podra encontrar razones muy buenas y demostrar que es falsa. Desde la perspectiva de la teora del conocimiento eso no significara falsa para esa comunidad, sino simplemente falsa, absolutamente falsa. Y eso, desde la perspectiva de la misma teora del conocimiento, es inadmisible.

    El tercer argumento de Villoro se basa en los ejemplos del tipo Gettier. Asegura que su propuesta escapa a las objeciones que surgen de ese tipo de ejemplos. Su conclusin es que esos ejemplos aparecen porque la

    justificacin se basa en razones diferentes a aquellas que garantizan la verdad de la creencia. Para que S sepa que p es menester que lo sepa por las razones que hacen "/>" ver" dadera y no por otras (p. 190).

    Su estrategia para enfrentar esos ejemplos consiste en sim- plificar el anlisis,

    entendiendo la 'justificacin' de manera que no sea inde- pendiente de la condicin de verdad, pero entonces, no puede entenderse como justificacin slo para el sujeto, sino como justificacin para cualquiera (p. 191).

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  • Pero como ya he sealado, no se trata realmente de justifi- cacin para cualquiera sino slo para cualquier sujeto epist- mico pertinente.

    De nueva cuenta, puede apreciarse que la interpretacin epistmica de la verdad es ms apropiada para lo que Villoro desea, pues est directamente ligada con la justificacin uni- versal, autnticamente para cualquier sujeto, mientras que la nocin correspondentista de la verdad est desligada de los contextos de justificacin. Villoro dice literalmente que se trata de no ver a la justificacin del saber con independencia de lo que hace verdadera a "/;". Pero su anlisis se ha basado en una concepcin que por definicin establece la diferencia entre la verdad absoluta como correspondencia, y la justifi- cacin para creer en ella, relativa a los sujetos y falible. Por consiguiente aparece de nuevo la tensin en su anlisis del saber al pedir que en la definicin del mismo se refleje la unin entre una concepcin de verdad absoluta, desligada de los contextos de justificacin, y una concepcin que relativiza la justificacin de la verdad.

    En suma, me parece que la eliminacin de la condicin de la verdad de "/>" en la definicin tradicional de "S sabe que //", que propone Villoro es correcta. Lo que sugiero es que la concepcin epistmica de la verdad es ms apropiada para su anlisis. Por un lado evita la tensin arriba mencionada, y por otro establece claramente que el saber, al ser creencia objeti- vamente justificada, no tiene que ser creencia verdadera, pues la objetividad se refiere a aceptabilidad por cualquier sujeto epistmico pertinente, mientras que verdad se refiere a acep- tabilidad por cualquier sujeto, y hemos visto que hay inde- pendencia lgica entre ambas nociones.

    La concepcin correspondentista nos ha acostumbrado a pensar que es racional exigir una justificacin de la pretensin de que nuestro saber corresponde con la realidad. Desde la pers- pectiva epistmica de la verdad lo racional es exigir justifica- cin objetiva, como lo propone Villoro, pero entendiendo que esa justificacin objetiva slo ofrece garanta i de verdad. Bajo la concepcin correspondentista es problemtico que la justificacin objetiva no pueda ofrecer garantas2 de verdad,

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  • sobre todo cuando se aplican reflexivamente los criterios de una teora del conocimiento. A la luz de la concepcin epis- tmica ese problema no surge ms, pues desde su ngulo un saber objetivamente justificado en una sociedad particular debe tener efectos reales en ella. Pensemos por ejemplo en creencias que justifican, es decir, legitiman relaciones de do- minacin en una sociedad de castas. Mientras esa sociedad subsista establemente, esas creencias estarn objetivamente justificadas, incluso corresponden con la realidad de esa socie- dad. Pero la proposicin que diga de dos miembros de esa so- ciedad, A y B, que "A es superior a B", aunque aceptable para cualquier sujeto pertinente, cualquier sujeto que compar- ta los marcos conceptuales que definen a esa sociedad, no es aceptable para cualquier sujeto, no es verdadera. (He desarro- llado este punto en Oliv [indito], vase tambin Oliv y Es- quivel[1983].)

    Anlogamente, la teora del conocimiento que incluya estas tesis puede admitir la posibilidad de que un saber, quiz ella misma, est objetivamente justificado, esto es, tenga efectos en la realidad social en la que es pertinente. Una teora del conocimiento, por ejemplo, podra tener efectos de desmisti- ficacin y por consiguiente servir de base para acciones de emancipacin. Pero esa objetividad sera relativa a esa socie- dad, y no hay problema alguno para que la teora se recono- ciese, aunque objetiva, no verdadera, es decir, no aceptable por cualquier sujeto. La concepcin correspondentista, en cambio, debe enfrentar la paradoja de que si es objetiva tiene garanta de ser verdadera, es decir, de corresponder con la realidad, pero al mismo tiempo, como es falible, ella tiene que acepta* que puede ser falsa.

    La propuesta de este trabajo enfrenta con mayor xito al escepticismo, pues no tiene que conceder que todo saber es falible. Puede admitir, y explicar, en cambio, que el saber es corregible, pero no por eso falso.

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  • BIBLIOGRAFA

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    cepciones de verdad y sus relaciones con teora social".

    y j. bsquivel, (198o), va concepto sociolgico de jerarqua , Da-

    noia, 1983, Vol. 29. Putnam, H. (1981), Reason. Truth and History. Cambridge Univenntv Press. Villoro, L. (1982), Creer, saber, conocer, Mxico, Siglo XXI.

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    Article Contentsp. 79p. 80p. 81p. 82p. 83p. 84p. 85p. 86p. 87p. 88p. 89p. 90p. 91p. 92p. 93p. 94p. 95p. 96p. 97p. 98p. 99p. 100p. 101p. 102p. 103

    Issue Table of ContentsCrtica: Revista Hispanoamericana de Filosofa, Vol. 16, No. 48 (Dec., 1984), pp. 1-123Front MatterFree Will [pp. 3-17]Inescrutabilidad de la referencia, lenguajes privados y estructura de la mente [pp. 19-34]Global Justice, Power and the Logic of Capitalism [pp. 35-51]Sobre el realismo convergente [pp. 53-78]DiscusionesVilloro: sobre verdad, objetividad y saber [pp. 79-103]

    Notas bibliogrficasReview: untitled [pp. 105-109]Review: untitled [pp. 110-112]Review: untitled [pp. 112-114]

    Noticias [pp. 115-117]Libros recibidos [p. 118-118]Back Matter