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Videopoesía y otras hierbas. C. A. Villegas Uribe. 2012

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Videopoesía y otras hierbas. Carlos Alberto. Villegas Uribe. Agosto, 2012. Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com * , [email protected] . Cali, Colombia.

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Videopoesía y otras hierbasC.A. Villegasuribe © 2012

Diseño e imagen de portadaFósil de Ícaro para una luna de marzoGrabado DigitalC.A. Villegasuribe © 2012

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Con especial reconocimiento a

Denyse PeyrocheSasha Pimentel

Rosa AlcaláPedro Vianna

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Hacia una poética propia

Siento y pienso y obro y persisto. Esas palabras podrían bastar para decirme, para cantar estrellas y contarme cielos. Pero no diría todo.

Siento. Mi corazón abre la mañana y acuna sueños y el otro que me habita aso-ma sus ojos a mi suelo, entonces el paso cotidiano huele a desierto y oigo sinfonías de chicharras que vienen desde lejos. Huelo la mañana y los mañanas sin temor al futuro ni a la patraña. El niño que despierta en mi

palabra juega en la calle a la rayuela y ate-sora memorias de potreros. Esa ensoñación de la infancia recobra símbolos. Soy un niño con canas, con canicas y con ganas de vi-vir, de extender el hoy, sacarlo a caminar y asolearlo en las calles del asombro. El hoy es niño conmigo y mi palabra titila como si fuera a viajar en un vilano. Suave, tranquila, la palabra es un tremolar de sueños y senti-dos. Palpo, toco, acaricio y los sentidos flo-recen para saludarte, verbo y canto. Canto también, en la ducha, con conciencia de fi-nitud. Porque nada será mañana, solo hoy, el hoy de sentir, de extasiarme. De llenarme de sentidos provisorios, de reservorios de presencias que serán imagen, luz, símbolo, vida. Razón de ser y cronotopía personal (espacio-tiempo sin distancias). Siento. La voluntad de sentir, una de las esencias de mi poética. Mi poema será mañana ensoñación atesorada, consentida, con sentidos, hoy es

solo sentir desde el abismo de la profundi-dad cotidiana. La palabra en germen desde las sensaciones plenamente vividas.

Pienso. Y la lógica abre líneas y en-tre líneas. Se asoma con rostro de abuelo y la lógica paradójica de los eleáticos, los griegos que inventaron al mundo y a los dioses –la multiplicidad de dioses que luego de ser soñados nos soñaron, nos encade-naron a sus formas a sus ritos, a sus mí-seros cielos y transmigraciones–. Pienso y la música de las esferas llega como razón ordenadora. Pienso y la cronotopía (el espa-cio tiempo) abre los pétalos de su comple-jidad razonadora en el sujeto, en lo social, en las objetivaciones. Y la rosa de la razón roza la sinrazón, la realidad se vuelve eva-nescente y se diluye en múltiples planos. La realidad se diluye en ejercicios gnoseo-

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lógicos, en teoría del desconocimiento. En qués, en quiénes, en cómos, en porqués. La razón que organiza y vigila. Argos mitológico y arquetípico que racionaliza y ordena.Y en-tonces la poética demanda razones, lógicas, sentidos consistentes, inducciones, deduc-ciones y abduciones. Y los griegos, con sus mitos y razonamientos se toman la página en blanco para incrementar el simbolismo, la razón que se potencia y estalla en nuevos niveles de significación. “Oh dicha de enten-der, mayor que la de imaginar o la de sen-tir” susurra ahora en mi oído el dios de los misterios teratológicos, para decirlo con las palabras del Poeta Elías Mejía, quien tam-bién cantó a Borges. Pienso. La pesada be-lleza del pensamiento, de la bella forma del decir poéticamente. La “technique” poética. El juego cerebral de la forma. Y entonces la razón, la lógica, la deducción cobra su espa-cio en el poema, lo reclama, con todos los

requerimientos y silogismos, sin el vuelo de la imagen, sin sus nirvanas. La voluntad de pensar, otra piedra angular de mi poética y mis obsesiones griegas.

Obro. Y soy. Lo otro es ensoñación y divagaciones. Necesarias para el obrar porque nadie es poeta sin sentir ni pensar, pero lo es aun menos sin obrar. Los poetas son las obras y las obras los poetas. Círcu-lo virtuoso que solo se hace realidad con el trabajo y la disciplina. Momento del malabar con lo sentido y lo pensado. Horas de tra-bajo con la palabra. Silencioso momento de la creación. La capacidad de atornillarse al asiento y dialogar con las letras. Tiempo de crear y recrear, de objetivar, revisar y corre-gir. Tiempo de pulir pero también tiempo del ensayo y el error. El obrar es el laboratorio

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de la palabra. Obro y soy poeta. Obro y soy autor. Obro y soy artista. Obro y soy. Obro. La voluntad de obrar que exige disciplina como la tercera piedra angular de mi poéti-ca personal. Una conquista sobre mi mismo que exige la aventura de empezar. De reco-nocerme como autor y obrar en consecuen-cia. Obro y soy en el otro.

Persito. Y no me diluyo. Persisto y regreso a la jornada del héroe arquetípico. Persisto y me sé viajero de los sueños, el hombre que debe volverse a levantar. Sísi-fo y su roca que pareciera condena pero es exigencia del ser. Soy cuando siento, soy cuando pienso, soy cundo obro, pero sigo siendo solo cuando persisto. Pues sólo so-mos lo que hacemos y persistir en lo que se hace significa sobre todo persistir en el

Ser. Soy poeta cuando persisto en la pala-bra creadora, cuando la cito al encuentro personal y triunfo sobre sus demandas de sentir de pensar y de obrar y trasciendo en ella, independiente del reconocimiento o de la fama. La voluntad de persistir como la cuarta de las piedras angulares que confi-guran al escritor (al poeta, al artista, al crea-dor) como summa de voluntades, no como un ser raptado y sepultado por la caprichosa inspiración.

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VIDEO 1

Paradoja de Diofanto

(a la Zarca de Alejandría)

Alguien dirá,alguna vez,que me oyórepetir a Homero.

Por eseque me recuerdeya no seré mássólo un instante de fuego.

http://www.youtube.com/watch?v=idVqLf2yq04

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VIDEO 2

El gato de Ulises R.I.P. por CB

Borges, mi gato, juega con las sombras que una lámpara de papel arroja al piso. Sus manos, tan reales como esta pantalla donde escribo, tratan inútilmente de aprehenderlas.

Yo, fantasioso también, creo que lo engaño, como el griego, proyecto sombras sobre las sombras de la caverna contemporánea en un pedante intento de jugar a la superioridad. Se engaña, lo engaño, nos engañamos todos; ilusos, casi enajenados, creemos posible raponear la realidad.

Como el gato, le sigo dando vueltas a la sombra,y a pesar del gesto inútil, cada vez es más distante la gredosa presencia de Ítaca.

http://www.youtube.com/watch?v=Qmi3kvhSLik

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POÉTRIE 2009VOIES et VOIXVIAS Y VOCES

París, abril 2009

Videopoemas “Poema visual para la nostalgia de un Amigo” y “Otra página de Homero” seleccionados por la fundación cultural Actes de Présence y presentados en la versión de Poétrie 2009 Voies et Voix,

Traducción de la hispanista Denise Peyroche

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PREÁMBULO

Las calles nuestras de cada día

El camino viene a la memoria como una premonición de calle. El camino es el espacio de los pasos que intuyen y con-quistan futuros. Un anhelo que planta es-peranzas bajo otros cielos. Y allí donde dos anhelos se cruzan, los caminos instalan las primeras calles. Vienen entonces las fon-das y las casas esquineras. A lado y lado de las fondas las casas se extienden con sus representaciones económicas y con

sus medidas históricas, en pulgadas, en yardas, en varas, en cuadras, en fanega-das. Pronto las calles han creado escalas sociales y aparece la plaza y el cura y el alcalde. Es decir, la inequidad se organiza y se instala. El camino es el viajero, la calle es el habitante. Allí surgen entonces las calles físicas, pero son otras las calles que nos interesan, las calles subjetivas, reser-vorios de presencias que nos constituyen y nos cuentan a lo largo de nuestra historia. Cuatro son las calles básicas de esas nar-rativas vitales, con sus matices y bifurcacio-nes, que pueden ser visitadas, revisitadas y complementadas por próximos viajeros: las calles heredadas, las calles construidas, las calles anheladas y las calles recreadas.

Las calles heredadas, legados en la infancia; aquellas que nos pertenecen por vínculos atávicos, pero que no comprom-eten nuestra piel. Calles que muchas veces

se tejen en la intimidad del hogar, hiladas por la voz de nuestros abuelos o nuestros padres. O calles que llegan a nuestros sen-tidos por la mediación de quienes tienen despierta su conciencia ancestral, su senti-do de tiempo y de espacio y su compromiso con la historia local, regional, universal des-de su historia personal, particular, privada. Polos de una misma y única historia, la his-toria de la especie ritualizada.

Sin duda cada lector aportará un dechado de nombres y situaciones de calles heredadas, donde la infancia enso-ñada tiene permanentes regresos.

Las calles construidas: paso a nuestros pasos, aquellas que nos pertene-cen porque en ellas involucramos la piel y nos construimos, con el otro, como sujeto.

Un día abandonamos la protección del hogar o de la escuela y empezamos a experimentar la calle no como un con-

cepto ajeno, sino nuestro. Entonces las cosas empiezan a cobrar identidad propia para nosotros y los espacios, referentes de paso, adquieren una presencia auténtica, definida por olores, sabores, colores y cir-cunstancias.

Los nombres de las personas y sus historias se consolidan ante nuestros ojos, cobran vida, ritmo, proyectos propios. Aparecen el par y la gallada y los ojos que miramos y nos miran, la complicidad nece-saria para inventar nuestro propio mundo y oponernos a ese otro que nos legaron, que nos impusieron. En ellas tenemos nombres para los otros y los otros recuerdan los nuestros.

La calle entonces es roce de piel con el otro, reconocimiento, validación so-cial de nuestros sueños y anhelos, marcha, toma de conciencia, ideología y consigna, preguntas esenciales y propuestas nove-

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dosas. No es imposible ninguno de los Nó-bel y ninguna razón tiene más razones que las nuestras.

Las calles se acumulan innumera-bles, las del pueblo, las de la ciudad, todas las calles construidas por y para nuestras conquistas. Podemos trasladarnos pero siempre habrá una calle por construir, por delinear, por hacerla cotidiana. Trayectorias y recorridos poblados de significaciones, fotos instantáneas de las neuronas que colocamos en el álbum de nuestro cere-bro para revisitarlas diariamente. Calles que tienen domingos soleados y rincones para nuestras rutinas. Voces de pueblo que rompen la neblina del anonimato hasta volverse formas concretas, con todas las trayectorias vitales que tocan nuestros afectos.

Calles que se morigeran, pero que no terminan. Que sólo tendrán punto final

con el paso definitivo. Las calles que aún son para nosotros a pesar de las amplias avenidas.

Calles anheladas, la premonición habitada. Por el contrario, las calles an-heladas no tienen vínculos atávicos con nosotros y no comprometen nuestra piel hasta que no las hayamos caminado. Las calles anheladas han llegado a nosotros como extensiones, como mediaciones, a través de la palabra escrita, de la imagen audiovisual, del relato oral o de textos escri-tos de aquellos viajeros que mitifican esas calles futuras donde algún día nuestros pa-sos harán su travesía narrativa.

Algunas de ellas se convertirán en calles construidas por nosotros, otras tan sólo seguirán alimentando nuestros anhe-los viajeros.

Pero aquellas que nos acojan reci-birán el eco de nuestros pasos como tur-

istas, -un afán de catálogos ciegos para los recintos de la vanidad-; como viajeros -un inventario de reconocimientos para una cartografía vital de la existencia-, o como constructores de realidades -extensión de nuestras calles construidas, objetivación de sueños y vuelta al hogar de nuestros imagi-narios-; distintas intensidades para habitar la calle, que dejan en la memoria, a su vez, diversas apropiaciones, distintos paisajes internos.

Y para terminar esta fiesta de la evo-cación: Las calles recreadas, posibilidad de la universalidad; calles sedimentadas en los tiempos y espacios de los hombres, que pasan por la voluntad creadora. Calles que fueron piel pero ahora regresan mitificadas por códigos y símbolos, calles que fueron anhelo pero que se materializan en medios y expresiones, en gestos mimetizados. En ellas el signo y la ficción se juntan para

fundirlas en un nuevo objeto de nuestras andanzas: la estética del espacio–tiempo. La historia como arte.

Ellas son para nosotros, mate-rial de transmutación personal y estética, metamorfosis y reinvención del ser, camino de trascendencia.

Calles que sólo pueden ser conta-das, cantadas, narradas, poetizas, pinta-das, filmadas por un sujeto, por el sujeto como cosmovisión única e irreductible, como el cuadro El Café de la Terraza de noche, pintado por Van Gogh, con sus am-arillos inconfundibles y esos cielos estrel-lados que ya auguraban el expresionismo, pero que ante todo nos cuentan el amor del atormentado pintor por ese rinconcito de Arles, donde no es difícil imaginar a un gru-po significativo de arlesianos disfrutando la palabra compartida bajo las luces acogedo-ras que le regalan color a la calle contigua.

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O la calle que recorre con su aire de gacela, la hermosa Fermina Daza de El Amor en los Tiempos del Cólera, seguida por la pasión incurable de Florentino Ariza; una calle anfibia que uno puede ubicar en Cartagena, sin temor a equivocarse. Calle en las que las toponimias ya construyen presencias poieticas: el Café de la Parro-quia, la tienda El Alambre de Oro, el Por-tal de los Escribanos, pero sobre todo una disculpa del autor para recrear con su re-alismo mágico la barahunda multicolor del trópico. Fenomenología pura, así nuestro Nóbel no sea afecto a los tremedales de la razón. Calles, donde el pie de Fermina Daza –nuestro propio pie literario– hizo un recorrido largo y minucioso, sin rumbo pen-sado, con demoras, que no tenían otro mo-tivo que el deleite sin prisa en el espíritu de las cosas. Y luego un prolijo paseo por las sensaciones que las cosas producen en los

sentidos y el alma como repercusiones y resonancias. Un tour de force que nos rec-oncilia con los objetos callejeros y con los personajes coloridos, sus afanes, miedos, angustias y esperanzas que le dan peso específico a la calle, que la densifican y la ponen en valor humano.

O, como lo señalara el escritor quin-diano Jaime Lopera Gutiérrez, esa calle, Eccles Street, donde Joyce dio los primer-os pasos de la novela moderna y nos con-fundió a todos con su anticipada percepción de un mundo cambiante.

Las calles pesarosas y absurdas de Kafka o las posmodernas calles de Kun-dera, donde el ciudadano común construye la seguridad de su existencia con la lábil verdad de las encuestas.

Las calles parisinas que recons-truyó Julio Cortázar en Rayuela para atra-par con su red de ensoñaciones a la Maga

de sus afectos.O las calles del Buenos Aires bor-

gesiano, laberínticas calles de cuchilleros y olvidos, donde la sombra de la eternidad se asoma a repetir su nombre. Calles todas e-llas echas de barro, sueños y espejos para el juego insondable de unas ruinas circula-res donde otro dios nos sueña.

Las poco aprehensibles calles cine-matográficas que están supeditadas por entero a las acciones de los personajes, pero sin embargo suscitan alas y amores de butaca para nuestros imaginarios.

Calles consentidas, calles con sen-tido, en las que naufraga la razón pero en las que sobreviven para la memoria los detalles intensos de nuestra embriaguez imaginativa.

Calles para contar y ser contadas, para recrear, para hacer girar de nuevo las narrativas vitales de Las calles nuestras de

cada día. Calles que les serán heredadas a nuestros hijos, o serán heredadas para nuestros nietos, como acervo vincular o como imaginario de sus propias calles construidas, anheladas o recreadas.

Un catálogo que nunca termina, como lo sugiere el Poeta Elías Mejía, quien extiende, desde el otro lado del Atlántico, con su poética solicitud, el repertorio de calles, con sus calles añoradas, esa trampa de la memoria donde la cotidianidad nau-fraga a veces como una deuda impagable, como una extensa saudade.

Carlos Alberto Villegas Uribe(Y la niebla que afantasma las esquinas)

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VIDEO 3

POEMA PARA LA NOSTALGIA DE UN AMIGO O POEMAS CON FORMAS DE CALLE

Poèmes pour la nostalgie d’un ami ou poèmes en forme de rues

INTRODUCCIÓN AL VIDEO

Poema para la nostalgia de un amigo

El presente poemario visual es un acto de creación en respuesta a la solicitud de un amigo poeta, Elías Mejía, quien desde Calarcá me pidió que visitara a unos amigos suyos, aquí en Madrid en donde el vivió hace treinta y cinco años.

Es ante todo, un ejercicio de creatividad, por extender y entreverar las calles anheladas, las calles construidas. Las calles que nosotros construimos en este momento en Madrid y que Elías construyó hace tiempo y que se han convertido para el en unas calles anheladas. Un calles que comparto ahora con ustedes y con la Penélope de siempre.

INTRODUCTION À LA VIDEO

Poème pour la nostalgie d’un ami Ce recueil poétique visuel est un acte de création en réponse à la requête d’un ami poète, Elías Mejía, qui, m’a écrit de Calarcá pour me demander d’aller voir des amis, ici, à Madrid où il a vécu il y a trente-cinq ans. C’est avant tout un exercice de créativité, pour relier et mêler les rues désirées, les rues construites. Les rues que nous construisons en ce moment à Madrid et qu’Elías construisit il y a longtemps et qui pour lui sont maintenant des rues de nostalgie. Des rues que je partage maintenant avec vous et avec ma Pénélope de toujours.

Voces Voies

et

VoixViasVoces VoiesVoixViasVoces VoiesVoix

http://www.youtube.com/watch?v=C68VeolfyVQ

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Solicitud

Resuenan mis pasosen el bello Madrid de mi pasado,arroyo de diamante líquido que fluyecomo “Imprecación del hombre de Kenya”,poema de Zalamea que no tropieza ni cansadesde que lo leí hace treinta y cinco añosy ahora regresa de la mano de Santiago Mutisen la Antología de Omar Ortiz.

Amigo, en favor del poemaque abrió sendas a nuestros pasoste ruego de nuevopases por calle Preciados 25,piso quinto, izquierda, Madrid 13,y en la pensión Teruel, que espero exista aún,averigües por la familia Gómez Guillén.

Si existe, un abrazo para quien sea de ella.Si no, me cuentasy borro de un manotazo ese recuerdode donde viví dieciocho meses.No es difícil cumplirme este deseo frustrado.Saludos a tu compañeray una caricia para Borges.

Elías Mejía(Y la niebla que afantasma las esq

Requête Mes pas résonnentdans le beau Madrid de mon passé,ruisseau de diamant liquide qui coulecomme l’ «Imprécation de l’homme du Kenya», poème de Zalamea qui ne trébuche pas, ne lasse pasdepuis que je l’ai lu il y a trente-cinq ans,et qui revient par la main de Santiago Mutisdans l’Anthologie d’Omar Ortiz. Carlos, en l’honneur du poèmequi ouvrit des sentiers à nos pas je te prie à nouveaude passer par la rue Preciados, au 25,cinquième étage, gauche, Madrid 13e,et à la pension Teruel, qui j’espère, existe encore,

de chercher les Gómez Guillén.S’il y en a, une accolade pour qui que ce soit d’entre eux.Si non, tu me le diset j’efface d’un revers de main ce souvenirdu lieu où je vécus pendant dix-huit mois.Il n’est pas difficile d’accomplir pour moi ce désir frustré.Un salut à ta compagneet une caresse à Borges. Elías Mejía(Et le brouillard qui fantomise les coin

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Calles añoradas

Estremeciento de pielque habita mesesy estaciones precisasmemoria desgranada,necesidad de calorpara la imagen desvaídaque tiene vivoel tiempo y los afectos.

Sonidos de trenesy pasos y bocas que besanen la muchasy extensas toponimias.

Princesas que tienennombres de calley de rebusqueque ya no cazan

generosas pesetassino mezquinos Euros

Foto, postal, memoria, recuerdo.Rescoldo que avivapone calor y colory estira sentidos y razonesen muy lejanas esquinas.

Carlos Villegas(la niebla que afantasma l

Rues de nostalgie Frémissement de peau qui habite des moiset des saisons précisesmémoire égrenée,besoin de chaleurpour l’image pâliequi conserve vivants le temps et les sentiments. Bruits de trainset de pas et de bouches baisées,dans les nombreuseset vastes toponymies. Princesses qui ontdes noms de rueet de débrouillequi ne chassent plusde généreuses pésètes

mais de chiches Euros Photo, carte postale, mémoire, souvenir.braise qui ranimedonne chaleur et couleuret lance aux coins des ruesau loin, très loin, sens et raisons ! Carlos Villegas(Et le brouillard qui fantomise l

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Calles del desencuentro

Con Eva Durán, la poeta de sales y de soly con Penélope, tejedora de mis sueños,la cómplice de siempre,regresamos a la caza de nomenclaturas,a la imprecisa cartografía de calles y fantasmas.

En alguna esquina de Gran Víatropezamos sin saberlo conAmparito Guillenque no te reconocióentre mis barbas.Tal vez otra era la edad de ambos.

Y es casi probable que en la propia puertadel metro de Callao aún sobrevivacomo un clochart socráticoel Apolo con nombre de bailarín argentinoque gozó el honor de tus poemas inaugurales.

La fuenteque suscitó en tus oídoslas calles anheladasde Piaf y de Aznavourmurmura cautelosala provebial sentenciade Heráclito de Éfesoy en los andenesalguien vendela ilusoria suerteque tus recuerdos no tuvieron.

Pero, como el Ulises que soy,he de volver a los silencios,al inútil apretar de timbres,en estos dédalos venturososque algún Borges, burlón, imaginacomo cielos circulares.

Carlos Villegas(y la niebla que afan

Edición de una fotografía de Elena Ospina. Alicante 2008.

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Rues de la rencontre manquée Avec Eva Durán, poète de sels et de soleilet avec Pénélope, tisserande de mes rêves,complice de toujours,nous repartons à la chasse aux nomenclatures,à l’imprécise cartographie de rues et de fantômes. À un coin quelconque de la Gran Víanous tombons sans le savoir surAmparito Guillénqui ne t’a pas reconnusous ma barbe.Notre âge à tous deux était sans doute différent. Et il est presque probable qu’à la porte mêmedu métro Callao survive encorecomme un clochard socratiquel’Apollon au nom de danseur argentinque tu honoras de tes premiers poèmes.

La fontaine qui suscita à tes oreillesles rues désiréesde Piaf et d’Aznavourmurmure avec prudencela proverbiale sentenced’Héraclite d’Éphèseet sur les quaisquelqu’un vend la chance illusoireque n’eurent point tes souvenirs. Mais, comme l’Ulysse que je suis,je reviendrai aux silences,aux sonnettes pressées inutilement,dans ces dédales heureuxque quelque Borges, moqueur, imaginecomme des cieux circulaires. Carlos Villegas(Et le brouillard qui fant

Edición de una fotografía de Elena Ospina. Alicante 2008.

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Calles del eterno retorno

Neschtze sonreiríacon nuestras andanzas.

Su cielo imposibledonde todo vuelve a girardesde el comienzohasta quedar estático;su deseo mesiánicode matar a Diospara instalarse como profetade una nueva religión,se habría cumplido

Yo, más humilde,si tal virtud abrigara,sólo quiero dejar constanciade que hemos recaladode nuevo en estos pagos

donde la esperanza persistecon voluntad de yuyo caminero.

El otro Borges(y la niebla que

Rues de l’éternel retour Nietzsche souriraitde nos aventures. Son ciel impossibleoù tout recommence à tournerdepuis le débutjusqu’à rester statique ;son désir messianique

de tuer Dieupour s’installer en prophèted’une nouvelle religion,se serait réalisé. Moi, plus modeste,si toutefois j’abritais une telle vertu,je ne veux que laisser témoignagedu fait que nous nous sommes plongésà nouveau dans des terresoù persiste l’espoiravec un entêtement de mauvaise herbe des chemins. L’autre Borges(Et le brouillard qui

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Voces Voies

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Versión y perversión de unpoema que tiende puentes

Mis pasos en estas callesresuenanen otra calledondeElías escucharesonarmis pasosen esta calledondesólo es real la niebla.

Octavio Paz(y la niebl

Version et perversion d’unpoème qui établit des ponts Mes pas dansces ruesrésonnentdans une autre rueoùElías écouterésonnermes pasdans cette rueoùseul est réelle brouillard Octavio Paz(Et le brouillar

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VIDEO 4

Otra página de homero En el Metro de Madrid,una mujer de pezones azulesme mira desde sus ojos de cielo. Mis pupilas estrábicas,que entretejen y confundentiempos y distanciasy anhelan regresos primordiales,auscultan su impalpable geografíade valles, montañas y cavernas

donde una flauta de Paninaugura héroes y siglos.

Un golpe bruscoy un mugido de astado bicorneque no alcanzan mi rostrodetienen la torpeza de mis manos ciegas. Tras la puerta del vagóndesaparecen la mujer y su aromay el territorio intuido regresa a la oscuridad del olvido. Por entre escaleras mecánicas, que suben y bajan,la fragancia azul es un hilo de Ariadnaque mi olfato sigue con habilidad de galgo viejo,pero entre los nodos del telar hispánicoque con paciencia desteje Penélope,

las notas de una canción ciudadaname devuelven la certeza de un díaque instaura historias de dagas y cuchillos. Ahora que sé quién soyuna luz peregrina golpea mis ojos de luna. Detenido frente a la sombra migrante que alarga nostalgias de bandoneón,repito, íntegros, los versoscon la prolijidad del memorioso Funes:

“Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles”

Y el euro que tintinea en la baldosareverbera amargo en algún lugar de Ítacabajo las pezuñas de un minotauro.

http://www.youtube.com/watch?v=dy1s9wIXmkM&feature=related

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Une autre page d’Homère

Dans le métro de Madridune femme aux tétons bleusme regarde du haut de son regard de ciel. Mes pupilles qui louchent,entremêlent et confondenttemps et distanceset aspirent à des retours essentiels,auscultent son impalpable géographiede vallées, de montagnes et de cavernesoù une flûte de Panconsacre héros et siècles. Une brusque embardée et un mugissement de taureau bicornequi n’atteignent pas mon visagebloquent la maladresse de mes mains aveugles.Derrière la porte du wagon

disparaissent la femme et son parfumet le territoire entrevu retourneà l’obscurité de l’oubli. Au milieu des escaliers mécaniques,qui montent et descendent,la fleurance bleue est un fil d’Arianeque mon odorat suit avec la maîtrise d’un vieux lévrier,mais entre les nœuds de la toile espagnolequ’avec patience détisse Pénélope,les notes d’une chanson citadineme rendent la certitude d’un jourqui instaure des histoires de dagues et de couteaux. Maintenant que je sais qui je suisune lumière étrange frappe mes yeux de lune. Immobile face à l’ombre migrantequi allonge des nostalgies de bandonéon,je répète, en entier, prolixe comme Funes

à l’infinie mémoire, les vers «Chante, oh déesse, la colère d’Achille le Pélide» Et l’euro qui tinte sur la dallerésonne amèrement en quelque lieu d’Ithaquesous les sabots d’un minotaure.

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Triptico de Portugal

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VIDEO 5

Memoria en amarelo

Un trino de aguacanta desde el bosquey Sintra nos regalasus amarillos de siempre.

Lenta, como la lluvia,la piedra desciendepor sus callesy encuentra la libertaden un sonido de alas

Quien no pueda ver el amarillo en el verdeciego estará para el colorque Sintra le regala.

Quien no pueda oirel arrumaco de las piedrassordo estará para el colorque rumora en la lluvia.Sintra es amarilla

Sintra es húmeda,vuela desde las sonrisasy lame las paredescon el murmullo amorosode su lenguaje amarillo.

Quien no pueda repetir las voces susurrantes, mudo estará para el canto de sus sueños

ni podrá pronunciarel rosado calordel blanco de la cameleiray sus dedos no hablaránel verde húmedo de sus paredes.

Quien no pueda ver el amarillo en el ocrenunca verá el verdede las ramasinclinadas tras la verjainvitándole a seguirinvitándole a quedarseen el azul de sus baldosasenmohecidas bajo su cielo amarillo.Sintra pinta, y sueña y recuerdaen el ocre de sus puertas.

Bosque y piedra y trino y vuelo,Sintra es amarilla.

http://www.youtube.com/watch?v=uBkwcQ0PX-U&feature=endscreen&NR=1

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VIDEO 6

Memoria en Vermelho La singular multiplicidad de Pessoa

Invierno en Lisboa y cálida sonrisami lúdica ignoranciaviaja en busca de una sombra,una huella habitada.

Reis, Campos, Caeiros, Soares,cuántos yo, cuántos ellos, cuántos nadacuerpo menudo de bigote recortado,singular multiplicidad silenciosa,y la escasez de una silueta

vocifera manifestacionesen los pasos indecisos de calles reticuladas.

He viajado en busca de un fantasma y he topado con un pueblo:Tereisa y Claudia y Pedroy Antonio y Terry y Ruíy Rita y Mery y Margaritay Plantú y Kiska y Alexandranombres múltiplesde múltiples sueñosque quieren esenciarseen una sola voz asombrada.

http://www.youtube.com/watch?v=rUg1HJiwwnY&feature=relmfu

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Acaso él y yo,entretejidos de tiempo y espacio,cronotopías aleladas,hablamos ahora entre un afán de turistasdel mismo uno que canta,que pinta, que cuentabajo miriadas de estrellas.

De Picoas a Chiado Baixade Prazeres a Boavistade queijo de ovelhiaa bacalhau cum natashe viajado en busca de una saudade y he topado con un puebloque susurra fantasmas en su tiempo detenido.

Siete o setentao setenta veces sieteorto, homo, seudo,multipicidad de heterónimoso efectivas presenciasuna pessoa caminapor la húmeda Lisboa en busca de su íntima sombraen un rastro detenido.

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VIDEO 7

Amor a Lisboa

(Á maese Pedro)

No Lisboao cantado río Tejoe um rio muito amorosonão atravessa a cidadesó a beija

a beijaa beijaa beija

http://www.youtube.com/watch?v=iWzmLGJGVzY&feature=relmfu

Ela, tendida do norte ao suranelante, desejosa, úmidae o rio só a beija, a beija, a beijadesde Marvila a Belém

a beijaa beijaa beijados pés à cabeza.

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Videopoesía: la poiésis como

metarrepresentación

Desde el trabajo de investigación protagónica de Belén Gache, el aporte con-ceptual de los poetas canadienses quienes a través de su página web recogen el Mani-fiesto de la videopoesía de Tom Konyves y desde el acercamiento teórico de Clem-ente Padín, nos aproximaremos al contexto teórico para pergeñar finalmente algunas reflexiones sobre la videopoesía en Lógica amatoria de los colibríes.

http://www.youtube.com/watch?v=J71vdUTYh-E

Acercamiento teórico

a la videopoesía

Para iniciar esta reflexión sobre la poiesis a través del video, quiero recoger la reflexión de Padín, para afirmar que el poeta, como creador de planos de realidad que per-mitan al ser humano volver a mirar su mundo desde el asombro, debe acometer los retos de los nuevos medios y recursos expresi-vos disponibles, sus nuevas perceptivas. Y agregaría el académico: no confundirla con la preceptiva.

El poeta, nunca dejará de aceptar el reto que le ofrecen los nuevos medios y recursos expresivos para crear nuevas obras, valiéndose de cualquiera de las dimensiones del

VIDEO 7

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que el signo y sus representaciones han variado a lo largo de los tres periodos más importantes de la historia de la humanidad –leída, claro está, desde el canon occiden-tal–: La Premodernidad, la Modernidad y la Postmodernidad.

De signos, poéticas y funciones

El signo en la premodernidad opera como analogía y tiene en la palabra hablada el medio predominante para la divulgación de esa cosmovisión, en donde, igualmente la verdad autónoma es el sentido último de cualquier acto humano y su explicación. Los rapsodas, Homero entre ellos, no sólo con-taban y cantaban la historia de los hombres a través de la épica, sino que intentaban agradar a los dioses –cualquiera fuera su denominación–. Recordemos aquí el sen-tido teleológico de expresiones estéticas

como el canto gregoriano.

El signo en la Modernidad opera por orden y medida y tiene la intención de re-presentar la idea de un mundo que puede ser conocido o razonado. La modernidad encuentra en el libro, su posibilidad de re-producción y la divulgación mecánica del signo predominante en la palabra escrita –la imprenta–. El libro connstituye el dis-positivo primordial para acercar a los hom-bres a las nuevas represtaciones y razones teleológicas del mundo de la modernidad. Un mundo sujeto al orden y la medida con-sensuada por los hablantes a través de la palabra escrita. Desde la Carmina Figurata, pasando por los juegos de los simbolistas, y llegando a la poesía concreta, el poema deja de ser una creación para ser dicha –hablada y escuchada: medio predominante de la Premodernidad– y se convierte en

un hecho estético para ser leído –el libro como dispositivo predominante de la Mo-derndad–. El acto poético se transforma así en intercambio mediado entre el lector y el poeta –ahora el escritor–. Sin duda los po-emas de figuras existen desde el inicio de la tradición poética occidental. Pero debe-mos subrayar que esa figuración se hace a través del libro incunable, que tiene como signo predominante, insistimos, la palabra escrita. El libro es el medio o dispositivo predominante del la modernidad. Porque la cronotopía cultural va más allá de una fecha determinada: es ante todo una cos-movisión.

El sentido lúdico y estético de los monjes iluministas complementan con la di-mensión visual de la caligrafía, acentuando desde el figuratum, el significado visual del poema. Importante señalar también que el

lenguaje verbal, ya sea lo semán-tico, lo visual, lo sonoro o lo perfor-mático, solas o conjuntadas. (Padín, Web)

Sin embargo, es necesario plantear también, desde una particular teoría sobre el mundo y sus lenguajes, que oficiar el acto poiético desde los medios de la contempo-raneidad, significa igualmente ejercer una cosmovisión particular que condiciona la creación y su lectura.

Nos referimos al hecho de que la videopoesía es un medio de expresión postmoderna. Y como tal implica asumir el signo desde esa cosmovisión. Lo cual re-quiere entender, siguiendo a Foucault en Las palabras y las cosas y complementan-do con la mirada de Marshall Berman, en Todo lo sólido se desvanece en el aire,

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poema figurado no es monolítico, como si lo pretende ser el poema visual, el cual no puede ser entendido sin los recursos que el grafismo le aporta a la lectura –y la condi-ciona–. De acuerdo con César Chaparro, recordemos aquí que los caligramas de Guillaume Apolinaire constituyen una re-semantización del carmen figuratum de la antigüedad, presentados en las primeras décadas del siglo XX como una novedad absoluta del vanguardismo.

Poesía y Postmodernidad

As an amalgam of Latin (video) and Greek (poetry) origins, “video-

poetry” combines the best of two classical traditions: making poetry

with technological innovation

Konyves

La poesía no escapa a las corrientes renovadoras. La videopoeta Belen Gache, escritora de doble nacionalidad (argentina–española) quien ha publicado las novelas Divina Anarquía (2004) y Luna India (1994) y finalista en distintos concursos ibero-americanos, ha dedicado parte de su vida artística a comprender la función del signo en la videopoesía (Escrituras nómadas, del libro pérdido al hipertexto Gijón, Trea 2006). Su compendio de poemas El libro del fin del mundo (2002) incluye un CD con obras in-teractivas de carácter experimental. Su tra-bajo (videopoemas, instalaciones sonoras, poesía electrónica y proyectos mixtos), la han llevado a convertirse en una de las po-etas postmodernas con mayor propiedad en el continente americano y su mirada teórica y praxis estética orientará el acercamiento a la videopoesía.

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La videopoesía es una expresión estética que también resemantiza a través de los medios audiovisuales esas formas antiguas. Pero al apropiar la expresión estética y someterla a las condiciones de encodificación que los nuevos dispositivos demandan (uso de la electricidad para la divulgación del mensaje, códigos reseman-tizados –visual, sonoro, lingüístico–) trans-forman también la función del signo.

El plan totalizador que ofrece el video, ha venido a concretar el pro-grama, preanunciado por Mallarmé, de poetizar a través de formas de expresión sintéticas, ideogramáti-cas y sincrónicas, no meramente analíticas. El video ofrece recursos casi ilimitados al quehacer poético, no sólo la posibilidad de combinar y conjugar lenguajes de todo tipo bajo

las formas más alejadas al sentido común posible sino que, además, ofrece un nuevo espacio con el cual entrever nuevos sentidos de la reali-dad (reducir el caos) y crear nuevos ámbitos poéticos imposibles de ser imaginados por otros medios o so-portes. (Padin, web).

En lo audiovisual el signo no opera como representación sino como meta–re-presentación. Al favorecer la objetivación de múltiples códigos y múltiples cronoto-pías (espacio–tiempo) que son transferidos a otros espacio–tiempo, el signo no sólo cumple una función de representación, sino una función de metarrepresentación mediante la cual crea distintos planos de realidad. Al ciudadano del siglo XXI, por ejemplo, no lo conflictúa ya la expresión de que tal o cual acontecimiento “esta siendo

transmitido en tiempo real”, o es un pro-grama en “tiempo diferido”. Y sin hacerse consciente de ello, está manejando implici-tamente conceptos de cronotopías (espa-cio–tiempo) que relativizan la realidad o los planos de realidad que pueden ser habita-dos por él –sus cronotopías subjetiva, inter-subjetiva y mediada–.

Y así como para la premodernidad el estatuto de verdad es la verdad autóno-ma, para el habitante de la modernidad el estatuto de verdad es una verdad consen-suada bajo el poder de lo hegemónico (son poseedores de la verdad: los hombres –no las mujeres–, lo blancos y los poderosos); en la posmodernidad el estatuto de verdad es relativo, porque el juego de las metar-representaciones y los espacio–tiempo (cronotopías) descentran la esfera de po-der. La otredad aparece como posibilidad

RELACIÓN ENTRE CRONOTOPÍA Y VALORES REPRESENTACIONALESS

CRONOTOPÍA CULTURAL

Valores representacionalesPredominantes

PREMODERNIDAD MODERNIDAD POST

MODERNIDAD

Teleología Pasado Futuro PresenteLenguaje predominante Oral Escrito DigitalParadigma científico predominante

MecánicaPtoloméica

Mecánica Newtoniana

MecánicaCuántica

Medio de comunicación predominante

Palabra hablada Impreso Audiovisual

Economía Feudal Capitalismo burgués

CapitalismoGlobal

Ejercicio del poder predominante Monarquía Democracia Corporación

Mnemotopía predominante(objetivación de la memoria)

El sujeto Las bibliotecas La red

Estatuto político Señor–Lacayo Ciudadano Consumidor

Lugar de encuentro La plaza El centro comercial La web

Veridicción(estatuto de verdad)

Verdad autónoma

Verdad consensuada

Verdad relativa

Emergencia del sujeto En el pronombre Él Nosotros Yo

Validación Dogma Razón Creación

Apreciación corporal Perdición Pudor Celebración

Canon estético Verdad Belleza Libertad

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de verdad y se incorporan al concepto de poder las minorías, los géneros, las multi-plicidades. Como lo afirmara Marx, citado por Berman, todo lo sólido se desvanece en el aire y las esferas de poder pierden su centro con la aparición de un grupo de pensadores –Niesztche, Foucault, Wigges-tein, Derridá, Deleuze, Bauman, Lyotard– quienes iluminan con sus planteamientos una cosmovisión de múltiples e imprecisas variables. Esas variables conjuntadas con-figuran la cosmovisión de la postmoderni-dad (Ver Tabla).

Pero además de la corriente epis-témica, existen en el quehacer estético un sinnúmero de ofertas y discursos que llevan a creadores y teóricos como Tom Konyves a elaborar un manifiesto de la videopoesía con claras intenciónes taxonómicas:

What follows is intended to distinguish videopoetry from poetry films, film po-etry, poemvideos, poetry videos, cy-ber-poetry, cine-poetry, kinetic poetry, digital poetry, poetronica, filming of po-etry and other unwieldy neologisms, which have been applied, at one time or another, to describe the treatment of poetry in film and video but which have also developed different and di-vergent meanings. (Konyves,Web).

El acercamiento teórico de Clem-

ente Padin, nos ofrece pistas adicionales sobre la videopoesía y su estatuto concep-tual, como medio estético:

Según definición del estudioso Gior-gio de Marchis, en relación al so-porte, tenemos que: “Un videopoema es toda aquella obra grabada al me-

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nos en parte (o volcada totalmente para su distribución) en soporte vídeo o cine respectivamente, en cualquier formato, emitida por proyección en cualquier medio; y que su autor de-nomina como tal. Es también toda obra en la que (reuniendo las carac-terísticas anteriores menos la de ser denominada como “videopoesía”) un poema reconocido como tal se integ-ra de forma sonora o visual, o ambas, con imágenes. Finalmente, lo es toda obra que visualiza o representa a un poema reconocido como tal, aunque éste no esté reflejado directamente.” (Padin, Web)

Agregamos ahora que el hecho es-

tético de la videopoesía ha sido posible gra-cias a la introducción y la democratización de la tecnología del video. Cada vez con

mayores posibilidades, el ciudadano co-rriente puede acceder a los componentes de hardware y software que posibilitan su manejo como un elemento de creación es-tética para narrar el mundo y narrar su sub-jetivad.

Como lo define Konyves:

Videopoetry is a genre of poetry dis-played on a screen, distinguished by its time-based, poetic juxtaposition of images with text and sound. In the measured blending of these three el-ements, it produces in the viewer the realization of a poetic experience. Presented as a multimedia object of a fixed duration, the principal function of a videopoem is to demonstrate the process of thought and the simultane-ity of experience, expressed in words

–visible and/or audible–whose mean-ing is blended with, but not illustrated by, the images and the soundtrack.

Pero como pasa siempre con el dispositivo, él no garantiza nada. Cuán-tos ciudadanos tienen un computador con procesador de texto y cuántos han escrito un libro de poemas? Al dispositivo es ne-cesario adicionarle el concepto del escritor como suma de voluntades desde un autén-tico deseo (la voluntad de sentir, la voluntad de pensar, la voluntad de obrar y la volun-tad de persistir).

De la teoría a la práctica: hacer volar un colibrí

En nuestro caso dispusimos para la creación de la videopoesía de una cá-

mara de fotografía digital corriente –que en la actualidad incorpora las facilidades del video–, un editor de video del computador portátil, recursos sonoros que brinda la tec-nología mp4, recursos gráficos y creativos que brinda la tecnología de photoshop y algunos sonidos recogidos del ambiente cotidiano.

A partir de textos previamente ela-

borados (poemario Pavimento Reventado) se recogieron con la cámara digital, lecturas de tres poemas, (escritos que fueron leídos por tres estudiantes de la UTEP). Con los fragmentos de estas lecturas y experimen-tos previos de videopoesía se configuró un relato total que dio como resultado el video-poema: Lógica amatoria de los colibríes.

En el proceso creativo tuvimos en

cuenta las orientaciones de Konyves en el

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sentido de equilibrar los códigos que sub-yacen en la videopoesía: visual, sonoro y lingüístico:

Videopoetry is one word; it is not separated or hyphenated. As one word, it indicates that a fusion of the visual, the verbal and the audible has occurred, resulting in a new, different form of poetic experience. As one word, it recognizes that a century of experiments with poetry in film and video – poems introduced to motion pictures as intertitles, then as kinetic texts, as images illustrating voiced texts (some excluding visual or voiced text entirely), poems performed in front of a camera, poems as text superimposed over images – is the narrative of a gradual movement from the tenuous,

anxious relationship of image and text to their rare but perceptible synthesis, i.e., from poetry films to film poems to poetry videos to videopoetry. (Konyves, Web)

Y podríamos afirmar ahora, el ejer-cicio logró un resultado que no se agota en el registro visual de una poesía leída o ilustrada mediante video, sino que tiene la intención de integrar la imagen y el sonido (texto leído y sonido ambiente) en un todo coherente con voluntad poiética (alcanzar una emoción estética a través de la recre-ación del mundo dado).

Y a pesar de ser un todo coherente bajo un solo título –y una sola intención: hacer volar un pájaro de diversas y poé-ticas maneras– en la videopoesía Lógica amatoria de los colibríes se pueden apre-

ciar distintos momentos que podrían ser sintetizados en los siguientes tópicos:

a. Despertar de la conciencia desde la imagen

b. Despertar de la conciencia desde el sonido (el canto de los pájaros crea la mañana)

c. Declaración de la imposibilidad de recrear el colibrí con un Videofigu-ratum

d. Mímesis audiovisual de su vuelo e. Negativa verbal a convertir el vuelo

estético del colibrí y su relación con la naturaleza en simple mecánica.

f. El reconocimiento de las posibili-dades estéticas del colibrí como in-tegrador de la naturaleza mediante la metáfora del beso.

g. La insistencia en la imposibilidad de escribir poesía a través de un nuevo

videofiguratum –la paradoja como hecho estético–

h. El logro de hacer volar un colibrí mediante un videofiguratum o la ilu-sión de hacerlo volar.

i. La nueva posibilidad –que es al mis-mo tiempo imposibilidad– de hacer volar un colibrí, o su imperfecto ar-quetipo, utilizando otra técnica esté-tica: el origami –testimonio paradóji-co de la imposibilidad poiética–

A manera de colofón, es necesario

subrayar que esta experiencia de Video-poesía, además de un disparador creativo, se convirtió, en mi caso, en la apropiación y puesta en escena de un acervo teórico complejo. De otra parte, ayudó a consolidar experiencias previas en videopoesía, donde todavía el video cumplía una función de re-gistro poético –el videopoema desde la dife-

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renciación de Padin–. En aquellas primeras realizaciones se relegaban las múltiples de-mandas de la videopoesía como lenguaje autónomo con una estética particular: el necesario y equilibrado juego de sus códi-gos expresivos desde su propia poiética.

Referencias

Barthes, Roland (1973); “Las láminas de la enciclopedia”, El grado cero de la escritura, seguido de nuevos en-sayos críticos, traducción de Nico-lás Rosa, Buenos Aires, Siglo XXI.

–––––––––––––– (1999) “Variaciones so-bre la escritura”, La escritura y la etimología del mundo, Buenos Ai-res, Suramericana.

Gache Belén, Videopoesías: de la imposi-bilidad de la escritura a la lectura

como traición. http://findelmundo.com.ar/belengache/videopoesia-vortice.htm 05.03.2012.

–––––––––––––– (2006) Escrituras nó-mades, del libro pérdido al hiper-texto, Gijón, Trea.

Berman, Marshall (2000); Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experien-cia de la modernidad. México: Siglo Veintiuno Editores.

Campa Ricardo (1999) La escritura y la eti-

mología del mundo, Buenos Aires, Suramericana.

Chaparro Cesar, Acercamiento a los Car-mina Figurata: Optaciano Porfirio. ACERCAMIENTO A LOS CARMINA FIGURATA: P. OPTACIANO ... Pdf. 05.01.2012 Anuario de estudios filológicos, ISSN 0210-8178, Vol. 4, 1981 , págs. 55-69

Foucault, Michel (2001); Las palabras y las cosas, México, Siglo XXI.

________________ (1981); Esto no es una pipa. Barcelona, Anagrama.

Konyves Tom “VideoPoetry: A manifesto”. Poetry Québec.com http://www.po-etry-quebec.com/pq/article/article_477.shtml 04.25.2012

Padín Clemente, Videopoesía una aproxi-mación teórica Escáner Cultural, Revista virtual de arte contemporá-neo y nuevas tendencias http://re-vista.escaner.cl/node/705 Chile, 04.25.2012. Web.

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