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DIEGO PÉREZ DE VALDIVIA TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA (1582) INTRODUCCIÓN Y EDICIÓN Juan Cruz Cruz EDICIÓN CONMEMORATIVA DE LA DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE LA INMACULADA (1854-2004) Cuadernos de Pensamiento Español

Valdivia, Inmaculada

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teologia

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  • DIEGO PREZ DE VALDIVIA

    TRATADO DE LA INMACULADACONCEPCIN DE NUESTRA SEORA

    (1582)

    INTRODUCCIN Y EDICINJuan Cruz Cruz

    EDICIN CONMEMORATIVA DE LA DEFINICINDOGMTICA DE LA INMACULADA (1854-2004)

    Cuadernos de Pensamiento Espaol

  • CUADERNOS DE PENSAMIENTO ESPAOL

    Juan Cruz CruzDIRECTOR

    M Idoya ZorrozaSECRETARIA

    ISSN: 1696-0637Depsito Legal:

    Pamplona

    N 26: Diego Prez de Valdivia, Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Se-ora (Tratado de la singular y pursima concepcin de la Madre de Dios), 1582. Introduc-cin y edicin de Juan Cruz Cruz. 2004

    Juan Cruz Cruz. Edicin auspiciada por la Sociedad Cultural Baezana y el Excmo.Ayuntamiento de Baeza

    REDACCIN, ADMINISTRACIN Y PETICIN DE EJEMPLARES:Pensamiento clsico espaol / Departamento de Filosofa

    Universidad de Navarra / 31080 Pamplona (Spain)Tel.: 948 42 56 00 / Fax.: 948 42 56 36 / e-mail: [email protected]

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  • NDICE

    INTRODUCCINJuan Cruz Cruz

    Los hitos de una vida................................................................................ 9Sus obras impresas .................................................................................. 11Sus obras manuscritas .............................................................................. 13Algunos estudios relevantes ....................................................................... 14Su postura inmaculista ............................................................................. 15Mtodo y alcance de su investigacin

    a) La letra y el espritu ......................................................................... 18b) Verdad y compromiso....................................................................... 20

    Esta edicin del Tratadoa) El primer tratado sistemtico en castellano............................................ 22b) El ttulo del Tratado ......................................................................... 23

    TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DE NUESTRA SEORADiego Prez de Valdivia

    Suma del privilegio.................................................................................. 27Epstola dedicatoria .................................................................................. 28Al cristiano lector .................................................................................... 29Prefacin y argumento en el Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Se-

    ora .............................................................................................. 30Epstola dedicatoria: a la Sacrosanta Reina de los cielos, Mara Madre de Dios..... 31Antfona muy devota, de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora, que se

    dice despus de completas ..................................................................... 32

    PARTE PRIMERA DEL TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA: EN QUE SE TRATA QUE EN ELLA NO HUBO CULPA ALGUNACaptulo I. De cinco preguntas que son como fundamento, a las cuales se res-

    ponde al fin de la obra.......................................................................... 35Captulo II. De cun dificultosa materia sea la del pecado original, y cmo parti-

    culamente en este punto es Dios incomprehensible.................................... 36Captulo III. Cul cre Dios al primer hombre, en cuanto al cuerpo y cuanto al

    alma................................................................................................. 37Captulo IV. Del mandamiento que puso Dios a Adn y a Eva, y de la justicia

    original, de donde se entender despus qu se llama pecado original .............. 38

  • ndice6

    Captulo V. Que por ser hijos de Adn somos traidores y mritamente privadosdel mayorazgo. Y que entendi Adn que haba en Dios remedio para su ca-da..................................................................................................... 39

    Captulo VI. Cmo fue el pecado original en Adn, y cmo es en nosotros, y qusea fomes peccati ................................................................................ 40

    Captulo VII. Qu sea propiamente la fiesta de la Concepcin de Nuestra Seoray cmo se ha de entender cuando la llamaren santificada ........................... 41

    Captulo VIII. Cmo fue la gracia de Jesucristo Nuestro Seor y de Nuestra Se-ora.................................................................................................. 42

    Captulo IX. Que aunque la madre de Dios se diga ancilla no fue comprehendidaen la ley de los otros............................................................................ 43

    Captulo X. En que se confirma lo dicho con el ejemplo del rey Asuero con laReina Ester ........................................................................................ 44

    Captulo XI. Qu quiere decir ser concebida una persona en pecado original ......... 45Captulo XII. Cul fue la concepcin de Nuestra Seora, cun llena de virtudes y

    dones, y cul uso de razn tendra y qu actos en el vientre de su madre.......... 46Captulo XIII. Confrmase lo dicho del lbero arbitrio de Nuestra Seora, cuando

    comenz a ser no como los otros, sino ser de grande santidad y ejercicio deella................................................................................................... 47

    Captulo XIV. Que siempre tuvo paz consigo Nuestra Seora en todas sus obrasy palabras y pensamientos, aunque por va de sugestin fuese tentada comoJesucristo su hijo ................................................................................ 48

    Captulo XV. Que en Nuestra Seora no hubo qu lavar, porque nunca tuvoculpa, ni en su predestinacin la hubo..................................................... 48

    Captulo XVI. Que trata de la santificacin de san Juan y concluye diciendo cmose ha de celebrar la Concepcin de Nuestra Seora ..................................... 49

    PARTE SEGUNDA DEL TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA: QUE TRATA DE LAS RAZONES QUE HAY PARA ELLOCaptulo I. En el cual se propone lo que se ha de decir .................................... 53Captulo II. De la primera razn que se toma de la bondad y amor y misericordia

    de Dios Nuestro Seor ......................................................................... 53Captulo III. De la prueba del mayor amor, y del mayor mal y mayor bien que

    podemos hacer cerca del servicio de Dios, y del mayor bien que hace Dios alos hombres....................................................................................... 55

    Captulo IV. De la segunda razn que se saca de la obligacin que tenemos dehonrar a nuestros padres........................................................................ 59

    Captulo V. De la tercera razn que se toma de la dignidad de Dios Nuestro Se-or, y se explican aquellas palabras de David coelum coeli domino............. 64

    Captulo VI. De la cuarta razn: la cual se toma de la infinita perfeccin que hayen Dios, y de que sus obras son perfectas ................................................. 65

  • ndice 7

    Captulo VII. De la quinta razn, semejante a la pasada: y es que todo artfice seseala en alguna obra........................................................................... 66

    Captulo VIII. Con el cual, de todas las razones dichas, con siete preguntas y res-puestas se concluye que quiso Dios, y pudo, preservar a su madre de pecadooriginal, y as lo hizo .......................................................................... 68

    Captulo IX. En el cual se advierte al lector de alguna ignorancia en que algunoscaen.................................................................................................. 69

    PARTE TERCERA DEL TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA: QUE TRATA DE ALGUNAS FIGURAS Y PALABRAS MSTICASQUE FIGURABAN ESE MISTERIOCaptulo I. Del paraso terrenal................................................................... 73Captulo II. De la arca que hizo No por el diluvio......................................... 74Captulo III. Del tabernculo en el cual se pone el arca del Testamento............... 75Captulo IV. De la arca del Testamento........................................................ 76Captulo V. Del aposento que hizo el rey Salomn para s............................... 77Captulo VI. De diversas comparaciones para significar la grande perfeccin de

    Nuestra Seora ................................................................................... 79Captulo VII. De la ciudad de Jerusaln ........................................................ 79Captulo VIII. Del monte de Sin............................................................... 80Captulo IX. Del templo de Salomn .......................................................... 80Captulo X. De la zarza que se arda y no se quemaba...................................... 83Captulo XI. De la cestica en que fue puesto el infantico Moiss y echado ro

    abajo ................................................................................................ 84Captulo XII. De la figura de la reina Ester y del rey Asuero............................. 84Captulo XIII. En el cual, concluyendo esta materia, dice que dos fueron los que

    hicieron enteramente la voluntad de Dios, y no tuvieron culpa: el primero, elHijo de Dios; y el segundo, su Madre benditsima ..................................... 87

    Captulo XIV. Que es como una escusacin del autor para el que esto leyere ....... 88Captulo XV. Del testimonio de la doctrina catlica y de la Iglesia cristiana........ 88

    CUARTA PARTE DE ESTE TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA: EN LA CUAL SE RESPONDE A LAS CINCO PREGUNTAS QUEEN EL PRINCIPIO DE ESTE TRATADO SE PUSIERONCaptulo I. En que se responde a la primera pregunta: por qu esta fiesta de la

    Concepcin es ms solemnizada que otra, habiendo otras fiestas ms solem-nes que sta........................................................................................ 93

    Captulo II. De la respuesta a la segunda pregunta: qu es la razn que siendounos devotos de una fiesta y otros de otra, que de la Concepcin sea todo elpueblo tan devoto................................................................................ 94

  • ndice8

    Captulo III. Respuesta a la tercera pregunta: por qu esta devocin ha sido tanencubierta hasta cerca la fin del mundo .................................................... 95

    Captulo IV. Respndese a la cuarta pregunta: por qu siendo nuestros anteceso-res tan santos y tan devotos de la Virgen, ha descubierto nuestro Seor estadevocin a nosotros y no a ellos ............................................................ 99

    Captulo V. Responde a la quinta pregunta: por qu la Iglesia no manda esta de-vocin como cosa de fe catlica, sino que se contenta que la tengan por cosacierta ................................................................................................ 102

    Captulo VI. Con el cual se encomienda mucho que la devocin de la InmaculadaConcepcin de la Virgen la ejerciten los cristianos con limpieza espiritual,porque celebrarla as es muy fuerte argumento a favor de esta fiesta ............... 105

    QUINTA Y LTIMA PARTE DE LA INMACULADA CONCEPCIN DE NUESTRASEORA: EN LA CUAL SE RESPONDE A LOS ARGUMENTOS CONTRARIOSCaptulo I. Que las razones contrarias no pelean contra nosotros, porque la Vir-

    gen no entr en la ley puesta a Adn....................................................... 109Captulo II. Cmo se han de interpretar los lugares de la Escritura que en general

    hablan de pecado sin excepcin ninguna................................................... 109Captulo III. Por qu los doctores, explicando la Escritura, no apuntan este privi-

    legio de Nuestra Seora........................................................................ 110Captulo IV. Cmo la Virgen, aunque no tuvo culpa alguna, fue redimida por Je-

    sucristo ............................................................................................. 111Captulo V. Que es una general respuesta para todos los lugares de la Escritura

    que hablan de pecado, de la cual disputa trata largamente Ambrosio Catharino,doctor gravsimo................................................................................. 113

    Captulo VI. En el cual, para decir por qu muri muerte natural la benditsimaVirgen no teniendo culpa original, dice qu tal cre Dios el primer hombre yqu fuera de l, si no pecara................................................................... 114

    Captulo VII. De qu manera se honrar y persuadir mejor la limpia Concepcinde Nuestra Seora, y con qu argumentos mejor se confundirn los contra-rios .................................................................................................. 117

    Tabla de los lugares de la Santa Escritura que se declaran en el libro de la Con-cepcin de Nuestra Seora..................................................................... 119

    APNDICEVIDA Y OBRAS DE DIEGO PREZ DE VALDIVIA

    Luis Muoz

    Vida y virtudes del venerable padre el doctor Diego Prez de Valdivia ................. 125Pasa a Barcelona, queda de asiento en esta ciudad............................................ 130Prosigue la materia del pasado: sus escritos y virtudes..................................... 136

  • INTRODUCCINJuan Cruz Cruz

    LOS HITOS DE UNA VIDA

    Diego Prez de Valdivia naci en Baeza, hacia el ao 1520 1523, se-gn se desprende de su propios testimonios: pues en un prefacio de 1580(Camino y puerta para la oracin) afirma que tena 60 aos; y en otro de1585 (Aviso de gente recogida) dice que tena 62 aos. Menos fiable es lafecha que se halla en la Relacin de causas despachadas por la Inquisicinentre 1576 y 1577, donde se dice, sin precisar, que era de 50 aos de edad(AHN: Inq., leg 1856/1).

    En Baeza trat con el Maestro Juan de vila, quien le estimul intelec-tualmente y le prepar para colaborar en las obras que llevaba a cabo en elorden cultural y religioso. Durante varios aos rigi una ctedra de Teologaen la Universidad de Baeza, fundada por el Maestro vila. Tras ser injusta-mente perseguido y encarcelado por la Inquisicin, pas a Barcelona, donderealiz una magnfica labor universitaria y sacerdotal. Muri en la CiudadCondal el veinte y ocho de febrero, a las once de la noche, de mil y qui-nientos y ochenta y nueve, segn relata puntualmente Luis Muoz, su bi-grafo, cuya obra titulada Vida del Padre Diego Prez de Valdivia (1635) seincluye como apndice a esta edicin1.

    1 El Licenciado Luis Muoz fue un seglar nacido en el ltimo tercio del siglo XVI, relatordel Consejo Real y Contadura mayor de Hacienda. Bigrafo acreditado y hombre devoto, susescritos conmueven por su ingenuidad y sencillez. Su criterio histrico es bastante seguro;sus afirmaciones estn respaldadas por las fuentes que utiliza.

    Siguiendo un sobrio criterio de investigacin public, entre 1626 y 1653, ocho obras ha-giogrficas. La biografa del baezano Diego Prez de Valdivia, que aqu se ofrece completa, serelata en los captulos 12, 13 y 14 de la Vida de san Juan de vila (Segunda Parte) que Muozescribi, teniendo a su disposicin un riqusimo tesoro de testimonios escritos, provenientesde muchas fuentes, como de doctores de la Universidad de Baeza, de religiosos de la Compaade Jess, de sacerdotes y personas honradas y veraces.

    En el modo de exponer su biografa Muoz es hijo de su tiempo, en el que los autoresacostumbraban a yuxtaponer sucesos que, a pesar de su veracidad, resultaban a veces inco-nexos o haban sucedido con una distancia temporal de varios lustros. Pero Muoz lospresenta con un estilo sugestivo y grato. Por los datos que maneja y por la calidad de los

  • Juan Cruz Cruz10

    He aqu los principales jalones de su vida:

    1520 Nace en Baeza, siendo sus padres Juan Prez y Catalina de Valdivia.1540 Trata en Baeza al Maestro Juan de vila.1547 Cursa estudios en la Universidad de Salamanca, con 5.000 maraveds

    pagados por el Maestro Juan de vila. Oye a Melchor Cano.1549 Licenciado en Artes. Profesor en la Universidad de Baeza.1554 Ctedra de Vsperas (Teologa) en la Universidad de Baeza.1562 Ctedra de Prima (Teologa), en la Universidad de Baeza. Explica

    Sagrada Escritura. Adems predica, confiesa y hace apostolado.1567 Arcediano de Jan. Predica y se dedica a la causa de los pobres.1574 Es presionado para renunciar al arcedianato (que el Obispo otorga a

    un sobrino suyo) y vuelve a Baeza como profesor de la Universidad.1574 Sometido a proceso, acusado de promover la doctrina espiritual de

    los Alumbrados, es encarcelado por la Inquisicin en Crdoba.1576 Sale de la prisin y se le prohibe predicar.1577 No quiere permanecer en Baeza y emprende viaje a Barcelona. Pasa

    por Toledo y conversa con la Madre Teresa de Jess (18-2-1577).1578 Se le levanta la prohibicin de predicar. Quiere misionar fuera de

    Espaa.1578 Pide consejo en Valencia al Patriarca san Juan de Ribera, quien le

    exhorta a quedarse en Espaa.1579 Catedrtico de Escritura en la Universidad de Barcelona.1580 Publica en Barcelona Camino y puerta para la oracin mental.1580 El nuevo Obispo de Jan, D. Francisco Sarmiento, lo manda llamar

    para incorporarlo a la Universidad de Baeza. Diego retrasa sudecisin.

    1581 Funda el Hospital de la Misericordia en Barcelona.1582 Publica en Barcelona un Tratado de la alabanza de la castidad.1583 Tiene acabado el Tratado sobre la Inmaculada Concepcin. Pues se

    lee en el colofn de la edicin del Tratado en 1600: Fuecompuesto el presente libro por el sobredicho Autor en el ao denuestra salud de 1582. Probablemente tiene terminada tambin su

    documentos en que se basa, la pequea biografa que Muoz perfila de Diego Prez de Valdiviaconserva todava para los investigadores actuales el carcter de fuente histrica.

  • Introduccin 11

    Explicacin sobre el captulo segundo, tercero y octavo del Libro delos Cantares de Salomn (editado con el anterior en 1600).

    1583 Publica en Barcelona una Pltica o leccin de las mscaras(predicada el 25 de enero de ese mismo ao). Tambin publica De sacra ratione concionandi.

    1585 A peticin de las autoridades de Barcelona el rey Felipe II intervienepara que permanezca all y no vuelva a su tierra.

    1585 Publica en Barcelona Aviso de gente recogida y especialmentededicada al servicio de Dios.

    1586 Traspasa a Pedro de Hojeda los cargos del patronato y rectora de laUniversidad de Baeza, pues a ellos tena derecho tras la muerte deBernardino de Carleval, discpulo tambin del Maestro vila.

    1587 Publica en Barcelona Vida nueva para las almas que quierenconfesar bien y comulgar dignamente.

    1587 Publica el Tratado de la frecuente comunin y medios para ella.1588 Apacigua una revuelta contra el virrey. Publica Documentos

    saludables para las almas piadosas; y tambin Documentosparticulares para la vida heremtica.

    1589 Muere en Barcelona, en olor de santidad, el 28 de febrero.

    SUS OBRAS IMPRESAS

    1. Tratado de la alabana de la castidad. Impresso en Barcelona; PorIayme Cendrad, 1587 (1582).Tratado de la alabana de la castidad. En Barcelona; en casa de Ga-briel Graells y Giraldo Dotil; a costa de Iuan Pexo, 1608.

    2. Platica o lecion [sic] de las mascaras en la qual se tracta, si especcado mortal, o no, el enmascararse: y se ponen en ella principios yreglas generales, para juzgar de semejantes obras si son peccado mor-tal: como son yr [sic] a representaciones, fiestas, saraos ... Hecha ypredicada en Sancta Maria dela [sic] Mar de la ciudad de Barcelona diadela [sic] conuersion de S. Pablo a 25 dias de Henero [sic] de 1583.Impressa en Barcelona; en casa de Iayme Cendrat, 1583.

    3. Camino y puerta para la oracion: en el qual se declara y facilita laoracion mental. En Barcelona; en casa de Hieronymo Genoues; en casade Iayme Cendrat, 1584 (1583).

  • Juan Cruz Cruz12

    Camino y puerta para la oracin, en el qual se declara y facilita laoracin mental con fruto espiritual y salud del cuerpo para todo generoy estado de gente que la quiere exercitar. Impresso en Barcelona; encasa de Pedro Malo, 1588.

    4. De sacra ratione concionandi. Barcinone; Petri Mali, 1583.De sacra ratione concionandi. Opus Iacobi Peresii a Valdiuia; additusest in fine libellus eiusdem argumenti ver aureus editus pridiem iussucardinalis Caroli Borromei archiepiscopi mediolanensis. Barcinone;typis Petri Mali, 1588.De sacra rationi concionandi. Opus Iacobi Peresii Valdiuia; additusest in fine libellus eiusdem argumenti. Barcinone; typis Petri Mali; 1589(1588).De sacra ratione concionandi. Antuerpiae; in aedibus Petri Belleri,1598.

    5. Auiso de gente recogida y especialmente dedicada al servicio de Dios.Impresso en Barcelona; en casa de Hieronymo Genoues; en casa de Ia-yme Cendrat, 1585.Aviso de gente recogida y especialmente dedicada al servicio de Dios:en el cual se dan consejos y remedios contra los peligros y tentacionesque en el camino del cielo se suelen offrecer. En Baea; por Iuan Bap-tista de Montoya; a costa de Francisco Garcia Librero, 1596.Aviso de gente recogida, y especialmente dedicada al servicio de Dios:en el qual se dan consejos, y remedios contra los peligros y tentaciones,q[ue] en el camino del cielo se suelen offrescer, y se da orden de vidapara qualquier estado de persona en todos los tiempos del ao. EnBaea; por Iuan Baptista de Montoya; a costa de Fra[n]cisco Garcia (deVelasco), 1596.Auiso de gente recogida y especialmente dedicada al servicio de Dios:en el qual se dan consejos y remedios contra los peligros y tentaciones.En Lerida; por Luys Manescal, 1613.Aviso de gente recogida, y en especial de la dedicada al servicio deDios: en el qual se dan consejos y remedios contra los peligros y tenta-ciones, que en el camino del Cielo se suelen ofrecer, y se d orden devida para qualquier persona en todos los tiempos del ao. En Madrid;en la Imprenta del Reyno; a costa de Manuel de Pinto y Davila, 1678.

    6. Vida nueva para las almas que quieren confesar bien, y comulgardignamente, determinandose de no enojar mas a Dios, y perseverar ensu gracia. Impresa en Barcelona; en casa de Iayme Candrad [sic], 1586.

    7. Tratado de la frequente communion y medios para ella, principal-mente dela confession. Impresso en Barcelona; Iayme Ce[n]drad, 1587.

  • Introduccin 13

    Tratado de la freqvente commvnion y medios para ella, principal-mente del modo y orden para bien confessar. Barcelona. En casa de Pe-dro Malo, 1589.

    8. Documentos saludables para las almas piadosas que con espiritu, ysentimiento quieren exercitar las obras, y exercicios que Iesu Christo yla Santa Iglesia ensea, coligidos de la doctrina de los Santos. Im-presso en Barcelona; en casa de Pedro Malo, 1588.

    9. Tratado de la singvlar y pvrissima Concepcion de la Madre de Dios, yvna exposicion sobre los Cantares, para predicadores y deuotos. Bar-celona. En la Emprenta de Gabriel Graells y Giraldo Dotil, 1600.

    10. Addiciones al libro llamado Camino y puerta de la Oracin, com-puesto por Diego Perez. [s.l.: s.n., s.a].

    11. Annotazioni intorno alla vita, e morte della Sereniss. D. Maria Princi-pessa di Parma. Del dottore Diego Perez. Tradotte di lingua Spagnuoladal Caualiere Fra Giulio Zanchini. Firenze; Per Filippo Givnti, 1593.

    SUS OBRAS MANUSCRITAS

    El Manuscrito 1041 de la Biblioteca Universitaria de Barcelona, bajo laindicacin: Diego Prez: Opsculos espirituales (un volumen en perga-mino 213 x 145 y letra de finales del siglo XVI) contiene los siguientestrabajos de Diego Prez de Valdivia:

    Declaracin del paternoster.El Rosario. Editado por J. Esquerda: Un marilogo catedrtico de laUniversidad de Barcelona en el siglo XVI, Estudios Marianos, 33 (1969),279-303.

    Exhortacin para tratar siempre de Jesucristo crucificado.Diligis Dominum Deum tuum ex toto corde tuo, ex tota anima tua, et extota mente tua. Mathei 22.

    Para alcanzar amor.Instruccin para los tiempos sealados de todo el ao, en los cuales laIglesia hace diferencia de ceremonias. 1580.

    Quin es el hombre.Para agradar a Dios.Consideraciones de la Santsima Trinidad.Aviso de cmo buscaremos a Jesucristo Nuestro Seor.Suma de las virtudes, por el doctor Diego Prez. 1580.

  • Juan Cruz Cruz14

    Instruccin para quien quiere decir Misa.De Charitate.Mihi absit gloriari nisi in cruce domini nostri Jesu Christi, per quam mihimundus crucifixus est et ego mundo.

    De cun mala sea la pereza y los remedios contra ella.De los efectos y seales del amor de Dios.Pregunta de cmo se consolar un alma con Nuestro Seor. Publicado porA. De Saldes. Tratado indito del Dr. Prez de Valdivia. Estudios Fran-ciscanos, 4 (1909), 334-344.

    De Santa Margarita.Alabanzas de la humildad.Sermn del bienaventurado san Jos.Sermn de la dichosa Anunciacin de la Beatsima Virgen.Sermn de la Santa Resurreccin.Del gran beneficio que Jesucristo Nuestro Seor hizo a los hombres en quedespus de resucitado se quedasen sus llagas abiertas.

    ALGUNOS ESTUDIOS RELEVANTES

    Debo mencionar los trabajos que ayudan a precisar los datos biogrficosy los itinerarios teolgicos de nuestro personaje.

    Hay una extensa biografa de Diego Prez en la Crnica de los Capuchi-nos de Catalua, escrita en el ao 1612 por el P. Valladolid; se halla en elManuscrito 987 de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona (pp. 292-301). Tambin se encuentran notas biogrficas, escritas por el carmelita des-calzo P. Juan de San Jos, en el Manuscrito 991 de la Biblioteca de la Uni-versidad de Barcelona. El Licenciado Luis Muoz escribi sobre Diego P-rez una biografa (1635) que aqu se ofrece ntegra. Un resumen de la vida yescritos de Diego Prez se halla en V. de Peralta: El doctor Prez de Valdi-via, escritor mstico del siglo XVI, Estudios Franciscanos, 27 (1921), 177-225.

    Ms recientemente, lvaro Huerga public una erudita Introduccin a lareedicin del Aviso de gente recogida (Madrid 1977). De Juan EsquerdaBifet cabe mencionar su tesis doctoral, titulada El tratado sobre la Inmacu-lada de Diego Prez de Valdivia (1964); as como el artculo Un mari-logo catedrtico de la Universidad de Barcelona. Diego Prez de Valdivia,en Estudios Marianos, 33 (1969), 279-303; tambin es autor del Estudiopreliminar a la reedicin del Aviso de gente recogida, antes mencionada; en

  • Introduccin 15

    todos esos trabajos incorpora abundante aparato crtico y fuentes menoresacerca de nuestro autor.

    Documentos y aspectos especiales de Prez de Valdivia son estudiadostambin por J. M Madurell Marimn: Diego Prez de Valdivia en Barce-lona, Analecta Sacra Tarraconensia, 30 (1957), 343-371. El tratado in-dito de Diego Prez, titulado Pregunta de cmo se consolar un alma conNuestro Seor es estudiado y transcrito por Ambrosio de Saldes en Tratadoindito del Dr. Diego Prez de Valdivia, Estudios Franciscanos, 4 (1909),334-344.

    El asunto de Prez de Valdivia y la Inquisicin es tratado por J. M. Sn-chez Gmez: Un discpulo del P. Maestro vila en la Inquisicin de Cr-doba, el Dr. Diego Prez de Valdivia, Catedrtico de Baeza, Hispania, 9(1949), 104-134; tambin, de este mismo autor: Ediciones y manuscritosde las obras del Dr. Diego Prez de Valdivia, discpulo del Maestro vila,Salmanticensis, 9 (1962), 631-641.

    Una til introduccin a la vida y la obra de nuestro autor es el libro deJos Melgares Raya y Pedro Ayala Caada: Diego Prez de Valdivia, Rectorde la Universidad de Baeza en el siglo XVI, Crdoba, 1999.

    En fin, el admirable y documentado Dictionnaire de Spiritualit, en eltomo 12/1 (Pars, 1984), le dedica a Diego Prez de Valdivia cuatro ampliascolumnas, con pertinente bibliografa. Una referencia muy merecida.

    SU POSTURA INMACULISTA

    En el ao 1582, momento en que Diego Prez de Valdivia termina de es-cribir su Tratado sobre la Inmaculada, estaba vigente la orden que el Papasan Po V (1504-1572) haba dado a todos los telogos de que, bajo grav-simas penas, ni los inmaculistas ni sus contrarios se llamaran entre s herejes;consideraba razonable que cada uno tuviera la opinin que ms le agradara,dejando al otro en paz siempre que unos y otros aceptaran la santidad de laVirgen desde el vientre de su madre2.

    2 Cabe recordar que la fiesta de la Concepcin de Mara tuvo su origen en los monasteriosde Palestina hacia el siglo VII; pero en la mayora de los casos Mara quedaba referida a laConcepcin de Santa Ana (cuya concepcin activa no fue desde luego inmaculada). Losmonjes de oriente la incluyeron en sus liturgias: est ya registrada en el calendario de BasilioII (siglo X); y desde el siglo IX la fiesta de la Concepcin se celebraba el 9 de diciembre. Encambio, en algunos lugares de la Iglesia Occidental, tambin por influjo de los monasterios,empez celebrndose, desde el siglo XII, el 8 de diciembre.

  • Juan Cruz Cruz16

    Realmente no era lo mismo santidad que concepcin inmaculada.Y siglos antes, algunos telogos muy ilustres vean dificultades en conectarambos conceptos. Nada menos que san Anselmo, san Bernardo, san Alberto,san Buenaventura, santo Toms se mostraban desfavorables al privilegio ma-riano de la preservacin del pecado original. Deca san Buenaventura:Aceptemos lo que mantiene la opinin comn: que la Virgen fue santi-ficada despus de haber contrado el pecado original. Estos doctores sos-tienen que la Virgen fue santificada antes del nacimiento, pero despus de laconcepcin.

    Todava en el siglo XVI la Iglesia catlica no quiso definir ni determinarque el pueblo cristiano estuviese obligado a creer como cosa de fe la limpiaConcepcin de Nuestra Seora. Eso s, los Sumos Pontfices favorecieron lacreencia en la Inmaculada Concepcin, concediendo liturgias especiales(Sixto IV adopt la fiesta en 1476 para toda la Iglesia Latina) e incluso in-dulgencias a los que la celebraban. El Concilio de Trento (1546) no abordla cuestin concerniente al posible pecado original de la Santsima Virgen.Pero las ms prestigiosas Universidades, desde 1489 (Leipzig), defendieronsin fisuras, e incluso con exigencia de juramento para sus profesores, elmisterio de la Inmaculada Concepcin: as Pars (Sorbona 1496), Colonia(1499) y Valencia (1530); les siguieron a partir de 1617 las Universidadesde Granada, Alcal, Baeza, Santiago, Zaragoza, Salamanca, Coimbra, Mxicoy Lima, entre otras.

    En 1617 Paulo V decret que no deba ensearse pblicamente queMara fue concebida en pecado original. Tambin muchas rdenes religiosasapoyaban esa doctrina: as los frailes de la Orden Serfica eligieron en 1645como patrona a la Madre Inmaculada. Tambin, aos antes, la CongregacinGeneral de los Jesuitas emiti un edicto en 1593 haciendo oficial en laCompaa la doctrina inmaculista. En cambio, algunos Dominicos estuvieronreticentes, evitando hablar de concepcin y aceptando la fiesta de lasantificacin de la Virgen. Fue el Papa Gregorio XV el que elimin(1622) el trmino santificacin. Y el Papa Alejandro VII declar en 1661como objeto de fe (verdad revelada por Dios) que Mara no fue tocada porel pecado original en el primer momento de la creacin de su alma y su in-fusin en el cuerpo. Mas para esa fecha, haca ya 80 aos que el ilustre pro-fesor baezano haba fallecido.

    Diego Prez de Valdivia, en lo que toca a este punto, ve que en su tiempola Iglesia dejaba a cada uno cierta libertad doctrinal, aunque claramente fa-voreca a los que elegan la opinin de que la Virgen fue concebida sin pe-cado original. De cara a los telogos, sta fue tambin la postura de la Igle-sia con anterioridad a san Po V. Mas Prez de Valdivia no tiene dudas alrespecto: la Santsima Virgen dice fue concebida sin mancha de pecado

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    original. Y para mostrar los hilos de este tema central, el ilustre telogo vuel-ve, una y otra vez, a ofrecer en su Tratado los mejores argumentos referentesa la Inmaculada Concepcin, especialmente el que haba propuesto DunsEscoto en el siglo XIII: Decuit, potuit, ergo fecit (Convino a Dios, pudo,luego lo hizo). Hay, inicialmente, una razn de conveniencia para queMara fuera santificada en el seno de su madre: pues la que engendrara alHijo de Dios deba recibir los mayores privilegios de gracias. Y como el Hijode Dios era tambin perfecto Redentor, ejerci una redencin soberana res-pecto a la persona de su Madre; redencin que, lejos de ser una mera libe-racin del pecado contrado, fue una preservacin de toda huella de pe-cado.

    Cuando la obra de Prez de Valdivia es leda por nosotros, hombres delsiglo XXI, justo cuando se celebra el 150 aniversario de la proclamacin deldogma de la Inmaculada Concepcin, nuestro nimo se conmueve. Puesaquel autor emple los mismos argumentos que llevaron a Po IX a efectuaren 1854 esta definicin solemne: La Virgen Mara, en el primer instante desu concepcin, por singular privilegio y gracia concedidos por Dios, en vistade los mritos de Jesucristo, Salvador del linaje humano, fue preservada detoda mancha de pecado original.

    Esta definicin encierra varios aspectos bsicos que, contenidos en el de-psito de la Revelacin (Escritura y Tradicin), encontramos tambin de-sarrollados en el libro de Prez de Valdivia:

    1 La Virgen Mara ha sido preservada de toda mancha de pecado origi-nal, o sea: resguardada de toda enemistad con Dios y de servidumbre al de-monio, efectos que implican la privacin de la gracia santificante. Por lotanto, fue preservada de la huella de pecado original recibiendo la graciasantificante.

    2 Esa preservacin ocurri en el primer instante de su concepcin, es de-cir, cuando su alma fue creada y unida simultneamente al cuerpo, constitu-yndose Mara como persona humana.

    3 El privilegio de la preservacin se refiere, pues, a la persona humanade Mara. O sea, el sujeto de la preservacin no fue la actividad generativa delos padres, ni el semen generador, ni el cuerpo ni el alma separados, sino lapersona misma, constituida por la animacin: la santificacin de Mara noocurri antes de la infusin del alma en la carne. Tampoco tuvo lugar des-pus de la infusin del alma. La santificacin de Mara ocurri en el mo-mento mismo de la infusin del alma en el cuerpo. Y su alma no fue creadaantes que pudiese ser infundida y santificada, sino en el mismo momento dela infusin en el cuerpo.

    4 La Virgen Mara fue preservada del pecado original en virtud de losmritos de Jesucristo, Salvador del gnero humano. Por tanto, su primera

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    gracia recibida no es independiente de los mritos redentores y futuros de suHijo. Mara, en cuanto descendiente de Adn, hubiera tenido la mancha ori-ginal si Dios no le hubiera concedido el privilegio de la preservacin, aten-diendo a los mritos futuros de su Hijo. Que Mara fuese eximida de con-traer la culpa no significa que se excluyera en ella la necesidad de la reden-cin.

    5 La Virgen Mara fue rescatada perfectamente, pero no mediante unaredencin liberadora de un previo pecado original (como ocurre en elbautismo), sino mediante una redencin preservadora: al igual que quiennos preserva de un golpe con su brazo, nos salva con ms seguridad quequien nos cura una herida (Tratado V 4,1). Aunque no tuvo necesidad debautismo (que hace la remocin del pecado), s tuvo necesidad de redencin(que produce la exclusin del pecado). En Mara se cumple una redencinpreservadora, conforme a su dignidad de Madre amadsima de Dios.

    6 La preservacin no slo es del pecado original mismo, sino tambinde sus consecuencias, que se resuman en lo que se llamaba con terminologaescolstica fomes peccati (huella del pecado): la concupiscencia y la incli-nacin al error. Por eso ella es inviolada y trono de la sabidura.

    7 Mara estuvo exenta de toda falta, incluso la venial; privilegio que im-plica un altsimo grado de gracia habitual y de amor; como tambin incluyeun altsimo grado de libertad o libre arbitrio, enderezado siempre hacia elbien.

    MTODO Y ALCANCE DE SU INVESTIGACIN

    a) La letra y el espritu

    El Tratado de Diego Prez se divide en cinco partes: 1 Qu significaConcepcin Inmaculada. 2 Razones teolgicas para afirmar el privilegiomariano. 3 Figuras del Antiguo Testamento sobre el privilegio. 4 Respuestaa las preguntas puestas al principio del Tratado. 5 Dificultades en contra delprivilegio y su solucin.

    Para entrar en los recovecos de tan profundo misterio, Prez de Valdiviautiliza, en la composicin de su Tratado, una metodologa sencilla y ade-cuada. Inicia su investigacin planteando cinco preguntas absolutamentefundamentales. Pero advierte inmediatamente que deja las respuestas para elfinal de la investigacin: con lo cual tensa todo el tratado, produciendo un

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    efecto psicolgico de curiosidad e inquietud intelectual, que habla por smismo de las altas cualidades pedaggicas del profesor.

    Mas, junto a la llaneza de su metodologa, la argumentacin que utiliza esmuy slida y clara, evitando explcitamente los tpicos milagreros y sacandosus razonamientos del fondo especulativo utilizado por la teologa racionalinspirada en la Escritura: Tampoco no quiero usar en este tratado de lamuchedumbre de milagros que estn escritos a favor de la limpia Concep-cin, ni de las historias que acerca de esto estn por el mundo sembradas, nireferir la muchedumbre de prncipes eclesisticos y seglares que favorecen lalimpia Concepcin, haciendo constituciones a favor de la Concepcin, dandoprivilegios a los que la celebran, ordenando cofradas, dejando rentas, insti-tuyendo fiestas y misas para mayor veneracin de este misterio, fabricandoiglesias y capillas, e inventando mil gneros de particularidades a favor deesta fiesta, y en algunas universidades y estudios generales haciendo estatu-tos, por los cuales mandan que nadie reciba grado sin que se obligue a de-fender esta opinin, y casi todas las religiones lo han tomado a pechos(Tratado III 15,1).

    En la primera y segunda parte viene a probar que Mara pertenece a unorden especial y elevado, de manera que ella es la obra predilecta de Dios,predestinada a la Maternidad divina, a la Corredencin y a la Mediacin delas gracias; siendo la Inmaculada Concepcin una prerrogativa aventajada.Es modlica, por su claridad y rigor, la exposicin que hace del pecado ori-ginal, y la correspondiente argumentacin acerca de que Mara no quedmanchada, por haber sido predestinada desde la eternidad como Madre deDios; e indica el conjunto de gracias y dones que a tal dignidad correspon-den. Pero Diego Prez no estudia algunas cuestiones que, perteneciendo alcontenido de la Mariologa, slo ms tarde fueron abordadas y debatidasteolgicamente. En cambio, desarrolla otras, como la referente a la esencia ysentido del amor, que l aplica magnficamente a la accin de Dios sobre laVirgen, con una fuerza de conviccin que pocos autores posteriores hansabido lograr.

    La tercera parte del Tratado tiene un inters especial, pues pasa revista alas principales figuras bblicas que evocan o representan la InmaculadaConcepcin. Se trata de figuras que tienen un sentido doctrinal y mstico,pero no estrictamente literal. Recurdese que cuando hablamos o escribimosnos damos cuenta de los varios sentidos que puede tener una palabra; mas enel caso de lo que dice la Biblia, este fenmeno aparece con toda intensidad.Por ejemplo, cuando Cristo llama a Herodes esa raposa (Luc 13,32), serainexacto entender la expresin en sentido literal y no metafrico o anal-gico. Igualmente, los animales de la profeca de Daniel son smbolos de rei-nos que habran de venir (Dan 7,17).

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    Diego Prez de Valdivia sabe, como profesor de Escritura, que el sentidoliteral de una palabra o frase no agota las posibilidades semnticas del texto.Son cuatro los sentidos que se hallan en la lectura de las Sagradas Escrituras:el literal, el doctrinal, el moral y el mstico. El sentido literal es el que estexpreso de modo real, porque sale directamente del texto, sin que haya unaextensin del sentido de las palabras por encima de lo normal. Pero cuandola Biblia habla, por ejemplo, del brazo de Dios, no quiere decir que Diostenga brazo, sino figurativamente que tiene poder. Hay sentido doctrinalcuando se expresa una verdad en la que se debe creer. Hay sentido moral,cuando se expresa lo que se debe hacer. Hay sentido mstico, cuando se ex-presa lo que debemos amar y pretender. As, Jerusaln es, en sentido literal,la ciudad santa de los judos; pero alegricamente significa la Iglesia cat-lica; moralmente significa el bien esperado que slo se alcanza por la prc-tica de los mandamientos; y msticamente, segn Diego Prez, representa a laVirgen Mara.

    Es este juego de significados el que, para representar a la Inmaculada,permite a Prez de Valdivia introducir figuras tales como el Paraso, el Arcade No, el Tabernculo, el Arca de la Alianza, el Templo de Salomn, elMonte Sin, la zarza incombustible, la reina Ester. No es posible quedarseemocionalmente indiferente leyendo la interpretacin doctrinal y mstica queel Maestro baezano hace de estas figuras.

    b) Verdad y compromiso

    Hay, en fin, un punto terico ambiguo que, aunque no se refiere al conte-nido del dogma mariano en s mismo, se relaciona con la posibilidad de sudefinicin. l dice que la Iglesia nunca definira el privilegio mariano. Qusentido tiene esta afirmacin? Quien haya ledo con atencin todo el tratadocomprender enseguida que la respuesta ha de ser ponderada: pues lo quequizs est queriendo decir Diego Prez es lo contrario del sentido inme-diato de sus palabras. Veamos:

    a) Es claro que todo el que niegue la realidad o la probabilidad del pri-vilegio, al mismo tiempo niega que pueda proponerse como verdad la In-maculada Concepcin. Pero no es ste el caso de Diego Prez: l piensa queest ante una conclusin teolgica cierta (verdad cierta), y no ve aceptableque alguien admita lo contrario sin temeridad.

    b) Pero en este punto se encuentra Diego Prez con la orden papal deque no se tache de hereje a quien sostenga lo contrario. Debi de pesar bas-tante esta indicacin en el nimo de san Roberto Belarmino, cuando ense-

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    aba (1617) que no se puede definir que la opinin opuesta sea hertica:o sea, no se podra admitir que la creencia piadosa en la Inmaculada fueseuna verdad de fe; ya que eso significara que la proposicin opuesta eshertica. Aos antes haba enseado en Salamanca una tesis parecida Mel-chor Cano, para quien la sentencia inmaculista es slo probable y nunca po-dr admitirse como de fe. Es decir, si se afirmaba que era una verdad de fe,automticamente se tachara de hertica la proposicin opuesta.

    c) Prez de Valdivia, que en su proceso inquisitorial ya haba sufrido laincomprensin por motivos ms ftiles atribuyndole conclusiones pavo-rosas sacadas de expresiones descontextualizadas, no estara dispuesto acrearse un conflicto innecesario; aunque no poda renunciar a su profundaconviccin. Qu hacer? Mantener su ntima certeza sin abrir una contiendapblica. En primer lugar, sostiene que la inmaculada concepcin de laVirgen es una verdad cierta. En segundo lugar, suaviza hacia el exterior suadhesin indicando que no ser definida, por respeto a los doctores y santosantiguos que sostenan una postura ajena al inmaculismo concepcionista. Porlo tanto, no pudiendo contrariar su profunda conviccin, y sin sentirse ur-gido a declarar que el privilegio es definible de derecho, se limit a decirque la Iglesia de hecho no lo definir.

    Tras leer detenidamente su Tratado, estoy convencido de que Diego P-rez de Valdivia admita como verdad cierta el privilegio mariano y que stepodra ser definido de derecho. Para evitar querellas intiles invoc unosargumentos externos, tericamente muy dbiles: primero, que no sera defi-nido por respeto a los santos doctores antiguos que no compartan el privile-gio mariano; segundo, que estando tan deterioradas las costumbres de supoca, podra pensarse que se estaba asistiendo al fin del mundo (Tratado I 1/ IV 3,1) y, por lo tanto, no habra necesidad de adelantar ya definicin dog-matica alguna3. Pensaba el Maestro baezano seriamente en la validez de esteargumento milenarista? Ni de su Tratado, ni de ninguno de sus libros, sedesprende una demostracin razonada de que su tiempo presente por maloque fuese era ya el ltimo, el momento en que Satans habra sido soltadosobre el mundo para engaar a las naciones, haciendo guerra a los elegidos,guerra que Dios acabara, enviando fuego desde el cielo, viniendo a conti-nuacin el Juicio Universal.

    3 Si se llevara a su ltima consecuencia el razonamiento de Prez de Valdivia, habra quesostener que la definicin dogmtica era lo que ms necesitaban los hombre del fin delmundo; pues dice: As como al fin del mundo convino para remediar la disolucin de loshombres que creciese la devocin con la limpieza de la Concepcin de nuestra Seora, asconvino que al fin del mundo ms se descubriese esta verdad, porque conforme a la necesidaddel tiempo ensea el espritu de Dios a los maestros de la Iglesia lo que conviene (Tratado, IV4).

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    Me inclino a pensar que bajo el leve escudo del argumento milenaristadefenda la entraa misma del privilegio mariano; y que quizs no dio per-sonalmente a la imprenta su libro lo escribi siete aos antes de morir y sepublic una vez fallecido, porque sospechaba que sus tesis centrales, hoyratificadas por el dogma, podran acarrear malentendidos.

    Quizs el ttulo de su Tratado corriera tambin la misma suerte, comodir a continuacin.

    ESTA EDICIN DEL TRATADO

    a) El primer tratado sistemtico en castellano

    Despus del escrito de Prez de Valdivia publicado en 1600 salieron ala luz pblica muchos otros tratados en castellano sobre el misterio de laInmaculada Concepcin. Slo en Sevilla se editaron, con diferentes ttulos, almenos nueve: en 1615 el de A. Pizao de los Palacios, el de Silvestre de Saa-vedra y el de F. Nez Navarro; en 1616 el de B. de Loaysa y el de P. deOjeda; en 1617 el de B. de Cepeda y el de Gonzalo Snchez Lucero; en1655 el de Benito de la Serna y el de A. Sobrino. Y posterior tambin a laobra del baezano es el famoso libro de Vicente Justiniano Antist, Tratado dela Inmaculada Concepcin de la Virgen Santsima Nuestra Seora (Madrid,1615), que fue traducido a varios idiomas.

    Otros libros en castellano de la poca pueden verse en Nazario Prez, LaInmaculada en Espaa (Santander, 1951). Asimismo, Ovidio Casado Fuentepas revista en su Mariologa clsica espaola (Madrid, 1958) a las tesismariolgicas mantenidas por los telogos ms reputados de las Universida-des espaolas en el Siglo de Oro, como Zumel, Valencia, Surez, Vzquez,Lezana, Salazar, Granado, Salmanticenses, etc., los cuales escriban sus trata-dos mariolgicos en latn, o sea, en lengua no vulgar.

    En la Epstola dedicatoria de su Tratado sobre la Inmaculada, Prez deValdivia que conoca muy bien esa tradicin espaola, especialmente lasalmantina subraya que no ha venido a mi noticia libro alguno estampadoen lengua vulgar (siendo tan justo que todos entiendan el punto de estafiesta) que enteramente trate de esta materia. La carencia, hasta ese mo-mento, de una exposicin castellana inteligible, slida y completa, fue lo quele motiv a escribir un Tratado pionero, moderando la erudicin excesiva yla impertinente divagacin. Esta declaracin de pionero es ratificada porJuan Esquerda Bifet en su estudio sobre la mariologa de Prez de Valdivia,indicando que ese tratado, en su vertebracin teolgica y sistemtica, es el

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    primero que ha sido escrito explcitamente en lengua castellana sobre dichotema.

    Para entender la oportunidad de un tratado teolgico de este carcter,se debe recordar que en su bula Super speculam Domini san Po V(1572) haba prohibido, a propsito de las controversias teolgicas,escribir o dictar en lengua vulgar sobre la Inmaculada Concepcin. EnEspaa ocurri que, de una parte, algunas autoridades eclesisticas, como elarzobispo de Sevilla, D. Pedro Castro y Quiones, no publicaron la clusulade san Po V; y de otra parte, que muchos que la conocan interpretaron quese refera o bien a no establecer en lengua vulgar lo que acadmicamente sellamaba disputatio (que degeneraba a veces en ataques estriles de una yotra parte), o bien a no editar disputas; pero eso no impedira exponer lla-namente la doctrina. O sea, slo se habra prohibido tratar, ante la gente sen-cilla, la cuestin disputativamente, con la carga de retrica intil queconllevaba. Ahora bien, Diego Prez de Valdivia pensaba honestamente quel no escriba disputas en lengua vulgar, aunque s escriba claramente sobreel misterio en lengua vulgar, o sea, castellana.

    Hubo tambin en lengua castellana, con anterioridad al Tratado de DiegoPrez, colecciones de sermones sobre la Virgen o vidas de Mara, pero noprontuarios homogneos. Y hubo otra obra castellana, la del franciscanoCristbal Moreno, Libro intitulado Limpieza de la Virgen y Madre de Dios,publicada en Valencia en 1582 ao en que Prez de Valdivia ya haba ter-minado su monografa, que incorpora en lenguaje llano una serie de argu-mentos a favor del privilegio mariano; pero como indica Esquerda Bifetpor su falta de criterio y de orden lgico no pretende ser un tratado: exagerala importancia de cuestiones accidentales, no cita crticamente los textos de laEscritura, aduce ejemplos poco convincentes, como los que se refieren arevelaciones privadas o castigos divinos.

    Por lo tanto, aunque la obra de Diego Prez de Valdivia no sea el primerlibro en castellano sobre la Inmaculada, s puede aceptarse que es el primertratado teolgico castellano sobre el particular, debido a su laborioso queha-cer sistemtico, ausente en otros libros mariolgicos de la poca publicadosen el mismo idioma.

    b) El ttulo del tratado

    En cuanto al ttulo concreto del libro de Prez de Valdivia publicado enBarcelona (Tratado de la singular y pursima Concepcin de la Madre deDios), causa extraeza que la Suma de privilegio, firmada por el Duque de

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    Feria, diga: libro intitulado De la Immaculada Concepcin de NuestraSeora. Asimismo, el Censor, el jesuita Luis Prado, dice que este librotrata De la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora. E Ildefonso deColoma, Obispo de Barcelona, tras las palabras del Censor, ratifica que ellibro se titula Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora.El mismo proemio de Prez de Valdivia reza Prefacin y argumento en elTratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora. Asimismo,dentro de la obra de Prez de Valdivia se utiliza la expresin InmaculadaConcepcin veinte veces. No parece plausible que en aquellos cuatro casosde los preliminares se mencionara un ttulo distinto del que se aprobaba. Yadems, en el inicio de cada una de las cinco partes en que se divide el libro,se dice exactamente Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Se-ora. Y al acabar el libro se lee: Fin del Tratado de la Inmaculada Con-cepcin de Nuestra Seora. Pudo ser que Diego Prez pusiera en el ttuloel trmino Inmaculada y luego el editor lo modificara, suponiendo quelos censores estaran de acuerdo en que Inmaculada es lo mismo queSingular y Pursima, y que Nuestra Seora es realmente la Madre deDios. Se habra producido entonces un aventurado trueque terminolgico,aunque de eminente comprensin teolgica. Pero lo cierto es que el libro deDiego Prez fue aprobado oficialmente con el ttulo de Tratado de la Inma-culada Concepcin de Nuestra Seora, distinto del publicado.

    Como editor de esta obra, no entiendo el cambio de ttulo operado por elimpresor Gabriel Graells. Las razones apuntadas son suficientes para restituiral libro el ttulo con el que fue aprobado oficialmente, prologado por elautor y mantenido as en cada una de sus partes. Es un deber de justicia his-trica. Mxime porque en ese ttulo se expresaban las mismas palabras queluego entraron en la definicin dogmtica.

    Son estos unos argumentos que por s solos estimulan a publicar la obrade aquel ilustre profesor baezano, precisamente para conmemorar ahora el150 aniversario de la proclamacin del dogma de la Inmaculada.

  • SUMA DEL PRIVILEGIO

    Con Privilegio del Ilustrsimo y excelente seor Duque de Feria, Visoreyy Capitn general de Catalua, se ha concedido y dado facultad a GabrielGraells, impresor de la ciudad de Barcelona, que pueda imprimir un librointitulado De la Immaculada Concepcin de Nuestra Seora, y una declara-cin de algunos Captulos de los Cantares. Que nadie pueda imprimir, nivender dicha obra por espacio de diez aos, so las penas contenidas en eldicho Privilegio.

    Dat. en Barcelona seis de julio, ao de mil y seiscientos.

    El Duque de Feria

    Vt. Don Ios. de Mor. Reg.Vt. Dominus Franciscus de Agullana& Cardenes Reg.Theorum Ant.

    Gabriel Olsina

    Yo, Luys Prado de la Compaa de Jess, por comisin y mandato delIlustrsimo y Reverendsimo don Alonso de Coloma, Obispo de Barcelona,he visto este libro que trata de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seoray una declaracin sobre los tres captulos de los Cantares, hecho por el SeorDoctor Diego Prez, y no he hallado en l cosa contraria a la fe y buenascostumbres, antes doctrina muy saludable para las almas, y as juzgo debe serimpreso. En Barcelona en nuestra casa de Bethlem de la Compaa de Jess a28 de junio, 1600.

    Luys Prado

    Nos D. D. Ildef. a Coloma Dei & Apostolice Sedis gratia Episcopus Bar-cinone. Visa Approbatione supradicta, huius libri cui titulus est Tratado dela Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora, y una Declaracin sobre lostres captulos de los Cantares, hecho por el Seor Doctor Diego Prez. &c.revisi & correcti a Reverendo Luys Prado, Societatis Jesu: Concedimus licen-tiam imprimendi & divulgandi eum, in nostra Diocesi.

    Dat. Barcinone in nostro palacio Episcopali die 2. mensis Julii anno1600.

    Ildef. Epis. Bar.

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    EPSTOLA DEDICATORIA

    Muchos das ha que me mand vuesa merced que le escribiese un brevetratado de la Concepcin de Nuestra Seora, porque deseaba vuesa mercedentender bien entendida esta verdad, y las razones de ella, y tenerlo escrito,para que cuando quisiese consolarse con la memoria de esta piadosa doc-trina la tuviese a mano, no obstante que cada ao y entre ao se predica estafiesta. Empero es nuestra memoria dbil y olvdasenos presto lo que omos,en especial cuando la materia es algo dificultosa de entender, como real-mente lo es este punto de la Concepcin, del cual manda vuesa merced queyo trate. Que cierto lo es dificultoso y lo entienden pocos, con aquella recti-tud que se ha de entender. Oso decir que, en cierta manera, as como estafiesta es tan universal y tiene tantos devotos, as tiene pocos que la entiendanbien entendida, y la sientan bien sentida, y la solemnicen con aquella reve-rencia y veneracin que a tan grande y alta fiesta se debe. Y aunque yotenga muchas y muy grandes obligaciones de servir a vuesa merced, lascuales solas bastaban y sobraban para que yo hiciese todo lo que vuesamerced me mandase y yo pudiese, por arduo y dificultoso que fuese, hase haallegado esta razn, de entender que ser este mi trabajuelo provechoso paraalgunos corazones devotos de esta fiesta y no tan instruidos en la declaracinde ella.

    Digo esto as, porque entiendo que este nimo de vuesa merced tan gene-roso, liberal y tan amigo de hacer bien a todos, cuando hubiere ledo estelibro y le hubiere agradado, y reportare algn fruto de l no podr menosconsigo de comunicarlo con algunas personas que de buena voluntad quisie-ren escuchar y recibir la doctrina que en este libro se contiene. No tengotemor que a vuesa merced le ha de ser desabrido este tratado, porque yavuesa merced me conoce, y entiende el camino que llevo, y sabe mis faltas; yas, cuando viere los defectos que en este tratado hallar, pasar buenamentepor l, pues con esa condicin me mand vuesa merced que le sirviese: desufrir con paciencia y caridad mis descuidos e ignorancias.

    Una cosa le osar a vuesa merced afirmar: que aunque no hay en estetratado cosas curiosas y agudas y sutiles, ni tampoco haya muchos puntosmuy devotos y tiernos, a lo menos hallar vuesa merced doctrina catlica yslida de edificacin. Nadie puede tomar nada, si no se lo da del cielo. Nome ha dado a m nuestro Seor las vivezas y blanduras de corazn que aotros suele dar. Empero, gloria y gracias a su Majestad, que me ha dadodoctrina clara, llana y sencilla y que ensea a servir a nuestro Seor conmortificiacin y caridad; y conforme a los ejemplos, vida y doctrina de losque muy ciertamente sabemos que fueron y van al cielo.

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 29

    Reciba vuesa merced mi buena voluntad; perdone mis faltas y negligen-cia, y crame que a vuesa merced y a todo ese santo convento, y a todas lascosas que les tocan, las deseo servir entraablemente, con verdaderos y per-fectos servicios, y uno de estos servicios es rogar y suplicar Jesucristo, SeorDios nuestro, guarde y prospere, con perfecta y entera felicidad. Amn.

    AL CRISTIANO LECTOR

    Maravillarse ha, por ventura, el cristiano lector, cuando leyere y oyere[que] un hombre, tan sin devocin y letras y tenido por tan riguroso, hayaosado tomar la pluma para escribir la limpia Concepcin de Nuestra Seora,en especial siendo tan discpulo de Santo Toms y tan arrimado a la antiguadoctrina de los santos, pidiendo esta materia un escritor muy agudo, devotoy erudito. Quiero responder por m, por quitar cuanto en m sea posible lacausa u ocasin de escandalizarse en m algunos prjimos.

    As respondo, lo primero, que me lo han mandado y que ms quiero sertenido por necio que ser porfiado.

    Respondo, lo segundo, que no ha venido a mi noticia libro alguno estam-pado en lengua vulgar siendo tan justo que todos entiendan el punto deesta fiesta que enteramente trate de esta manera. Y as, habiendo yo muchasveces predicado de esta fiesta, habiendo experimentado, por una parte, quealgunos se han aprovechado de la doctrina que oyeron y, de otra parte, po-quitos son los que entienden este punto de la Concepcin, y cun pocos dig-namente la celebran, y que todo es hablar y hacer cosas exteriores, ni tenerespritu ni disposicin conveniente a la celebracin de esta fiesta, me deter-min ofrecer mi pobreza en el templo de Dios y convidar a los muy devotosy doctos a que, enfadados de ver cun pobre y cortamente trato de esta ma-teria tan alta y tan rica, se esforzasen a escribir de esta materia fecunda yeruditamente.

    Ruego, pues, cristiano lector, que olvides la culpa ma y te acuerdes deilustrar con tus escritos este ilustrsimo punto, de la limpia Concepcin deNuestra Seora; y a todos los lectores ruego que no piensen que han de ha-llar en este libro milagros, ni revelaciones, ni costumbres, ni juramentos, niconstituciones de provincias de universidades y cofradas: porque mi intentono es referir historias, ni examinar a nadie, ni ser censor de opiniones: sola-mente pretendo declarar qu quiere decir limpia Concepcin, y qu razonesy causas hay para que los devotos de esta fiesta se gocen y consuelen, viendo

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    cun justamente, y con cunta razn, son devotos de esta fiesta, as como losfieles cristianos se consuelan cuando oyen razones que persuaden ser nuestrafe catlica muy conforme a razn, aunque sobre toda razn.

    Y juntamente con esto pretendo responder a algunos curiosos que suelenhacer preguntas acerca de esta fiesta; y finalmente pretendo concluir, ro-gando a todos los devotos de esta santa fiesta que la honren y reverenciencon toda limpieza de conciencia, y con toda reverencia, interior y exterior,para que corresponda la veneracin al venerado.

    PREFACIN Y ARGUMENTO EN EL TRATADODE LA INMACULADA CONCEPCIN DE NUESTRA SEORA

    Si aquel santo y tan sabio en los divinos misterios, el Rey David, tantotiempo empleaba en considerar las obras de Dios naturales, y de este ejer-cicio tanto fruto sacaba, ocupndose juntamente en las obras de Dios sobre-naturales, y dando a los divinos misterios la mejor y mayor parte del tiempo,muy acertado ser que nosotros, que en el dichoso y feliz tiempo de la leyEvanglica vivimos, no slo tengamos estas consideraciones, sino que, ultrade esto, pasemos a considerar las maravillosas obras que particularmente ha-ce Dios en su Catlica Iglesia, perfeccionndola cada da con nuevas miseri-cordias, cumpliendo la palabra que tiene dada, en la cual dice Mat. lt.: Yoestoy con vosotros hasta el fin del mundo, lo que dijo por David en el Psal.67: Escogida agua le llovistes a vuestra heredad; enferm y volvstesla aperfeccionar. Y es as que si se mirasen las maravillosas obras que haceDios en su Iglesia en diversidad de tiempos, que admiraran, levantaran yedificaran los corazones. En especial, en este centenario de aos en que esta-mos, que corre de quinientos a seiscientos, se han reformado las religiones,se han levantado religiones nuevas: muy cierto, maravillosas cosas son. Eneste centenario se han renovado las letras sealadas, ha habido novedad decorazones en la Iglesia, ha habido grande aumento por conversin de losinfieles, y mejor polica que la que das ha sola haber.

    No niego yo que ha habido muchos males; empero no me determino aaveriguar cual es mayor: el bien o el mal. Contntome que hay muchos bie-nes nuevos, entre los cuales todos, quiero contar dos que son a mi propsito.El uno es la frecuencia de los sacramentos de confesin y comunin, jun-tamente con la veneracin del Santsimo Sacramento. El otro es la devocintan grande a la Concepcin de Nuestra Seora, que en este centenario deaos notabilsimamente ha crecido y aumentado. De estas dos cosas pienso

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 31

    tratar en este volumen: la una, qu es la Concepcin, porque fue principio ydisposicin del santo Sacramento, preparndose la que haba de ser y fueMadre del santsimo Sacramento, quiero decir: del Hijo de Dios y hombreque en el santsimo Sacramento verdaderamente est. Y tambin porque ladoctrina de la Concepcin es disposicin para ms limpiamente recibir elsantsimo Sacramento.

    Guardar este orden en esta materia: que primero har unas preguntaspara abrir la puerta y entrar con ms claridad. Lo segundo declarar qu esConcepcin inmaculada de Nuestra Seora, y las razones que lo persuaden.Lo tercero responder a las preguntas, epilogando con la utilidad que de estaconsideracin se ha de sacar.

    EPSTOLA DEDICATORIA:A LA SACROSANTA REINA DE LOS CIELOS, MARA MADRE DE DIOS,

    GABRIEL GRAELLS IMPRESOR, SU MENOR SIERVO HIJO Y DEVOTO,HUMILDEMENTE SE ENCOMIENDA Y LE OFRECE ESTE LIBRO

    No ignoro yo, Reina soberana, de cun buena voluntad y gana aceptavuestra majestad los servicios de sus devotos, por pequeos que sean. Conesta confianza le ofrezco este libro de su Concepcin santsima y Cantaresen alabanza suya. No mo, sino de aquel tan devoto suyo, cuya alma, a lo quepiadosamente podemos pensar, reposa en vuestra compaa en el cielo. Por-que quien tanto trabaj por vos en este mundo goce de ella en la otra. Puessi queremos probar que haya sido vuestro devoto, este libro lo muestra yensea: que en verdad podemos decir que, como dijo vuestro hijo Jesucristoal glorioso Santo Toms de Aquino: Bien habis escrito de m, Toms,podeis vos decir: Bien habis escrito de m y de mi limpia Concepcin,Diego Prez.

    Qu se puede ms desear en esta materia? Vanla los Doctos, Predica-dores, Confesores, Religiosos y Religiosas, doncellas, casadas, hombres, mu-jeres, viejos y mancebos, que para todos hay en qu emplear su entendi-miento en las excelencias de Mara; pues quin se podr nombrar devoto deMara, y de su santsima Concepcin, que no tenga este libro? Y por ser cosade tan grande utilidad y provecho para las almas, a las devotas para ms con-servarlas en la devocin, y a las tibias y flojas para inflamarlas: no es raznque una obra, tan santa, tan llena de doctrina, espritu y santidad, faltando elautor quedase sumergida en el profundo del olvido, sino que se pusiese la

  • Diego Prez de Valdivia32

    vela sobre el candelero y diese luz a todos, a un tiempo que tan necesitadoest el mundo de limpieza. Ha querido Dios hacernos tanta merced en des-cubrirnos un tan grande secreto, como es que su Madre santsima fueseconcebida sin pecado original, que bien podemos decir: bienaventuradoslos ojos que ven lo que nosotros vemos, que muchos Profetas, y Reyes ySantos lo quisieron ver y no lo vieron; no porque ellos no fuesen ms de-votos y santos que nosotros, sino que Dios por sus secretos juicios no loquiso revelar en aquellos tiempos esto, y no hay para qu probarlo, sino quelean el libro, que en l lo hallarn declarado.

    Pues si queremos decir algo del autor, me parece que ms se dir callan-do que hablando, pues todos los que hoy viven le han conocido y saben suvirtud, su penitencia, su predicacin, su celo de salvar las almas; que, comoespejo, todos nos podemos mirar, porque en la ciudad viva vida eremtica, vi-da de Marta en la predicacin, de Mara en la contemplacin, ejemplo de Sa-cerdotes, dechado de Religiosos y Religiosas, y de Vrgines y continentes.Ms, qu digo? Ya que todos lo saben, ms quiero callar, porque quedarami lengua muy corta y atrs que queriendo alabar a quien tanto merece; enlo que yo faltare, leyendo en el libro hallarn cumplidamente su espritu ydevocin; y darn al autor las gracias del trabajo; y Mara quedar alabada ysu hijo glorificado, el cual vive y reina con el Padre y el Spritu Santo, portodos los siglos de los siglos. Amn.

    ANTFONA MUY DEVOTA, DE LA INMACULADA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA, QUE SE DICE DESPUS DE COMPLETAS

    Tota pulchra es amica nostra, columba nostra, et macula originalis non estin te.

    V. In conceptione tua virgo inmaculata fuisti.R. Ora pro nobis Patrem cuius filium peperisti.

    OratioDeus qui per inmaculatam virginis Conceptionem dignum filio tuo habi-

    taculum praeparasti, concede quaesumus, ut sicut ex morte eiusdem filii tuipraevisa eam ab omni labe praeservasti, ita nos quoque mundos intercessionead te pervenire concedas, per Christum Dominum nostrum. Amen.

  • PARTE PRIMERA DEL TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCINDE NUESTRA SEORA

    EN QUE SE TRATA QUE EN ELLA NO HUBO CULPA ALGUNA

  • CAPTULO I

    DE CINCO PREGUNTAS QUE SON COMO FUNDAMENTO,A LAS CUALES SE RESPONDE AL FIN DE LA OBRA

    Todos lo saben, y no hay cosa hoy ms tratada ni celebrada, que haber si-do la Santsima Virgen concebida sin pecado; parece que con esta doctrinase destetan hoy los nios y no hay hombre ni mujer por pecadores quesean que no se precien de ser devotos de la Concepcin.

    Ahora entra mi primera pregunta: Por qu habiendo otras festividadesde Nuestra Seora ms antiguas y verdaderamente mayores, y de quien lossantos larga y resolutamente escribieron, el pueblo cristiano ms solemnizaesta fiesta y ms devoto le es? Claro est que la fiesta de la Anunciacin deNuestra Seora, cuando en ella se hizo hombre el Hijo de Dios, es la ms altafiesta de Nuestra Seora, as como la ms alta dignidad suya es ser Madre deDios. Claro est que la fiesta de su gloriosa Asuncin es la fiesta de la mayorhonra de la Santsima Virgen, pues en aquel da con tanto triunfo subi alcielo en alma y cuerpo y fue coronada por Reina de los cielos y asentada entrono real a la diestra del verdadero Salomn. Claro est que el da que el Es-pritu Santo vino sobre los discpulos, vino tambin sobre la Virgen santsima.Y si en la Concepcin recibi gracia y en su Natividad y en la Anuncia-ciacin, y en la Visitacin de santa Isabel y en el Nacimiento de su hijo, y entodos los ejercicios de amor que ejercit con su hijo hasta su Ascensin en lavenida del Espritu Santo fue plensima de gracia: de manera que, si va porhonra, en la Anunciacin y Asuncin fue ms honrada; si va por gracia, en lavenida del Espritu Santo la recibi maravillosa: qu es, pues, la causa quemueve a honrar tanto la Concepcin?

    Segunda pregunta: Qu es la razn, porque de las otras fiestas hay sin-gulares devociones, unos son ms del Nacimiento, otros de la Asuncin yotros de la Visitacin, empero de la Concepcin todos lo son cuanto pueden,que parece dan a entender que esta ha de ser la suprema y general devocin?

    Tercera pregunta: Qu es la causa que, estando esta devocin tantostiempos disimulada que muy pocos se acordaban de ella, ahora al fin delmundo (que, cierto, seales hay de que vamos cerca de l, o a lo menosparece que el mundo nos amenaza que se quiere acabar y los hombres no squ fe tienen o sienten de estar cerca del juicio general y del Anticristo) hasido nuestro Seor servido que tanto se haya entrado en los corazones de loshombres, que parece que no es en mano de los hombres no ser muy afecta-dos a esta solemne fiesta?

  • Diego Prez de Valdivia36

    La cuarta pregunta: Por qu esta fiesta tan solemne, tan linda, tan devota,nos la descubri e inspir nuestro Seor ms a nosotros que a nuestros ante-cesores, siendo ellos devotsimos de la Santsima Virgen, que dicen de ellamaravillas, siendo tan santos, teniendo tanta luz, tanto espritu y reverencia yamor a Nuestra Seora? No se enfade nadie de esta pregunta, que cuandovea la respuesta se holgar.

    Quinta pregunta es: Por qu la Catlica Iglesia, aunque ha visto tanta de-vocin en todos los fieles, nunca ha querido mandar al pueblo cristiano que,como cosa de fe catlica, crea la santa y pursima Concepcin? Sino sola-mente se ha contentado a que los fieles lo tengan por cierto cada uno para spor su devocin, y as hace el negocio, negocio de amor y devocin, y no denecesidad.

    Disposicin para lo que se ha de decir

    Estas cinco preguntas se me han ofrecido, las cuales me convienen paradeclaracin: declarando primero qu quiere decir Concepcin Inmaculada,y luego apuntar las razones que hay para entender que as fue, y consolarsecon lo que la piedad cree es tan cierto; a lo cual como en su lugar vere-mos se responde bastantemente y a las preguntas.

    Y para declarar el primer punto, conviene mucho declarar algn tantoqu sea pecado original: porque quien no entendiere bien esto, nunca enten-der el punto de la Concepcin de Nuestra Seora, el cual consiste en que laSantsima Virgen no fue concebida en pecado original, como los otros hom-bres, sino como todos solemos decir: sin ningn pecado concebida.

    CAPTULO II

    DE CUN DIFICULTOSA MATERIA SEA LA DEL PECADOORIGINAL, Y CMO PARTICULAMENTE EN ESTE PUNTO

    ES DIOS INCOMPREHENSIBLE

    Cuatro materias hay, en la religin Cristiana, que son las ms dificultosasde entender, que ms sobrepujan nuestro entendimiento, que son: Trinidad,Encarnacin, Santsimo Sacramento y pecado original. Porque toda la demsdoctrina que la Catlica Iglesia ensea no es tan dificultosa de entenderse, y

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 37

    parece que en alguna manera atina a ella la razn nuestra; y de estas cuatroverdades, a mi pobre entendimiento se le hace ms dificultosa la del pecadooriginal que las otras. Porque a mi entendimiento es muy creble todo lo queengrandece la Majestad de Dios, en bondad, en misericordia, en amor, en li-beralidad, en sabidura incomprehensible, y poder magnfico y piadoso. Locual todo hallo yo en la Santsima Trinidad, en la Encarnacin, en el Sant-simo Sacramento.

    Empero considerando lo que da a entender justicia, a nuestro parecer ri-gurosa, y en la cual mira Dios a lo que el pecado y pecador merece, aflgesemi corazn, viendo segn lo que mi corto entendimiento alcanza que enlas tales obras resplandece ms la justicia que la misericordia; as es lo quetoca a pecado original, como veremos luego. Cuando yo me veo en estegolfo, y me corre tempestad, sgome a la fe y doctrina de la Iglesia Catlica,que tantos millares de aos ha sabido y enseado, y sgome a que es Diosincomprehensible y que no le he de tomar yo cuenta de lo que hace, ni sepueden sus obras del todo comprehender, ni podemos dar razn de todas, yacurdome que dijo san Agustn, con tan conforme razn, que si Dios fueracomprenhensible de entendimiento finito, que no fuera Dios: porque Dios esinfinito e incomprehensible. Y miro tambin que no le va ningn criado atomar cuenta a su amor de lo que hace, ni le pide razn de lo que manda; ymiro que an el corazn de un hombre es inescrudiable; y miro que mesuelo fiar de un hombre de bien, y creo lo que me dice, aunque a veces no loacabe bien de entender; y resulvome con san Pablo, diciendo: Oh, altezade las riquezas de la ciencia y sabidura de Dios, cun incomprensibles sonvuestros juicios y qu inscrutables vuestros caminos! (Ro 10). Y con estenavo paso el golfo afirmndome sobre la doctrina de la Santa Escritura y dela Iglesia Catlica y de todos los santos; y con esta gua dir ahora lo quetodo catlico cristiano debe creer y entender del pecado original.

    CAPTULO III

    CUL CRE DIOS AL PRIMER HOMBRE, EN CUANTO AL CUERPOY CUANTO AL ALMA

    Muy perfecto y muy cabal cre Dios a nuestros padres Adn y Eva. Elcuerpo era muy sano y gentil, y solamente inclinado a lo natural que le con-vena (Gene 1). Al alma cre Dios a su semejanza e imagen, dndole enten-

  • Diego Prez de Valdivia38

    dimiento y voluntad, que constituyen en el hombre el lbero arbitrio; dioleen el entendimiento muy rica lumbre natural y conocimiento, y verdadesgenerales prcticas; y en la voluntad, una natural y escogidsima virtud quellaman sindresis, en griego quiere decir conservacin, la cual nos inclina aconsentir a las verdades que nos ensean el bien y prohiben el mal. Y sobretodo, le dio Dios al hombre, cuando lo cre, un don que llaman justicia ori-ginal, el cual don estaba en el alma y era tan poderoso, que tena al cuerpotan sujeto a la razn que, as como mandamos a nuestra mano o a nuestralengua o a parte semejante de nuestro cuerpo que tenemos ya bien mortifi-cada y no hacemos ms de lo que queremos, as todo el cuerpo estaba obe-dientsimo a la razn en todo lo que la razn le mandaba: en comer, dormiry en todos los cinco sentidos exteriores y en los interiores, y en todas lasacciones de cualquier parte del cuerpo; y la razn estaba sujeta a lo que Diosle inspiraba y mandaba. Sobre todo esto, que era mucho ms de lo que heexplicado y sabra explicar, le dio Dios al hombre la gracia y virtudes sobre-naturales infusas y dones; diole fe, esperanza, caridad; y las cuatro virtudescardinales que llaman prudencia, justicia, fortaleza y temperancia; y los sietedones del Espritu Santo.

    CAPTULO IV

    DEL MANDAMIENTO QUE PUSO DIOS A ADN Y A EVA, Y DE LAJUSTICIA ORIGINAL, DE DONDE SE ENTENDER DESPUS

    QU SE LLAMA PECADO ORIGINAL

    Tan acabado y perfecto sali el hombre de las manos de Dios, cual con-vena que fuese obra hecha por manos de tal maestro; y de esta misma con-dicin cre a Eva; y habindolos creado, trat con ellos especialmente conAdn como con cabeza del humano linaje que lo amasen y sirviesen, cum-pliendo todo lo que la divina ley les enseaba. Y que, ultra de esto, les ponaun mandamiento particular, en el cual quera ms claramente probar su obe-diencia y asentar con ellos lo que a todo el humanal linaje tocaba (Gene 2),cuyas veces y voz, como a padre universal de quien todos haban de descen-der, tena. El mandamiento fue que no comiesen de un cierto rbol que lesseal, que le llam rbol de saber del bien y del mal; porque, si guardaban

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 39

    el mandato, sabran del bien solamente; y si no lo guardaban, sabran delmal; y el concierto fue que si guardaban su mandamiento en la ocasin ytiempo que se les ofreciese la guarda de l por ellos y por todo el linajehumano, que l les confirmara en la justicia original y gracia y virtudes ydones que les haba dado y en todas las mercedes que les haba hecho: y noslo para ellos, sino para todos sus hijos y descendientes sera la justicia ori-ginal y gracia; de tal manera que, comenzando a ser en el vientre de sus ma-dres, tendran justicia original. Empero si quebrantaban el mandamiento queles pona, por la primera vez que lo quebrantasen, moriran infaliblementecuanto al cuerpo y cuanto al alma, ellos y todos sus descendientes hasta elfin del mundo; y perderan la justicia original y gracia que les haba dadocon todas las virtudes y dones que requieren por compaera la gracia; y quela justicia original jams la volveran a tener, aunque, cuanto a la prdida dela gracia, l pondra remedio; y que l y todos sus descendientes seran dadospor traidores en comenzando a tomar ser de hombres, en el vientre de susmadres, por ser hijos suyos. Digo: en comenzando a ser hombres; porque elpecado original no est en la carne sola ni en el alma, la cual no cra Dioscon pecado original; sino en juntndose el alma con el cuerpo, comenzandoa ser y resultando de alma y cuerpo juntos un hombre, hijo natural descen-diente de Adn en aquel mismo instante; por ser hijo de aquel que fue trai-dor, es dado aquel nio, que dentro de las entraas de su madre est, porpecador y traidor, siendo el alma inficionada por el pecado original.

    CAPTULO V

    QUE POR SER HIJOS DE ADN SOMOS TRAIDORES YMRITAMENTE PRIVADOS DEL MAYORAZGO. Y QUE ENTENDI

    ADN QUE HABA EN DIOS REMEDIO PARA SU CADA

    Con esta declaracin, prosigamos adelante lo que colegimos, de la doc-trina de los Telogos, qu su Majestad le significara a Adn. No slo, pues,le dijo que en comenzando a recibir ser sus descendientes seran dados portraidores, mas que por consiguiente seran hijos de ira, contra los cuales lestara enojado para siempre, hasta que aquella falta, culpa y pecado en quepor ser hijos de traidor incurran, fuese lavada con la gracia por algnSacramento, en que profesasen que haba en Dios remedio. Pas esto as

  • Diego Prez de Valdivia40

    como cuando una cabeza de linaje es traidor, al padre castigan como a trai-dor, y todos sus descendientes son privados del mayorazgo y hacienda delpadre, y son tenidos por infames y caen en desgracia del Rey. Y lo que fueactual culpa en el padre es como natural y hbito culpable y pecado queresulta en el hijo, aunque muy ms propiamente es en el pecado de todos loshombres que de Adn heredaron, que por eso se llama pecado original, por-que viene por origen y casta de Adn: porque Adn, como es dicho, tuvovez, y vez de todos sus hijos, y as todos pecamos en l, pecando l.

    CAPTULO VI

    CMO FUE EL PECADO ORIGINAL EN ADN, Y CMO ESEN NOSOTROS, Y QU SEA FOMES PECCATI

    Verdad es que l pec como hombre particular, pec como cabeza de to-dos los hombres, y fue su pecado actual, personal y general; y el nuestro esoriginal y personal. l, si no hiciera penitencia, fuera castigado, no slo conprivarle de la justicia original y gracia y desterrarle del cielo para siempre,quedando tan mal inclinado, flaco y ciego como por el pecado qued trai-dor y enemigo de Dios; sino tambin fuera castigado con fuegos eternos.Empero nosotros no quedamos obligados a fuego eterno, ni quedamos cul-pados como traidores actualmente; sino a todo lo dems quedamos culpadosy castigados. Y as en el punto que comenzamos a ser hombres, en el vientrede nuestra madre, somos hijos de ira, que quiere decir: contra los cuales estairado Dios, careciendo no slo de la justicia original, pero de toda virtud ygracia y desterrados del cielo para siempre, enemigos de Dios y traidores,flacos, ignorantes y tan mal inclinados, que parece no nacimos para hacerobras buenas, sino para pecar, teniendo en nuestra carne una enemistad conla santidad que llaman fomes peccati, que quiere decir un tizn que siemprenos abrasa, enciende y quema y nos inclina a pecar, tal que, aunque por elsanto bautismo nos den la gracia de nuestro Seor y nos alcen el destierrodel cielo y nos hagan hijos de Dios, herederos suyos y juntamente herederoscon Jesucristo, todava nos queda aquel fomes peccati, que tanta guerra noshace: contra el cual hemos de pelear toda la vida, estudiar y trabajar siempreen toda mortificacin interior y exterior. Y finalmente, en pena del pecadooriginal, hemos de morir cuanto al cuerpo. Y es tan perverso y malo estefomes peccati que moralmente hablando es imposible que quien ha tenido

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 41

    pecado original no caiga en algn pecado venial: que de este fomes vieneque jams nadie que en pecado original ha cado, aunque lo libren de l porel Sacramento, deje de caer en algunas culpas veniales, segn el fomes pecatiest ms o menos mortificado.

    CAPTULO VII

    QU SEA PROPIAMENTE LA FIESTA DE LA CONCEPCIN DENUESTRA SEORA Y CMO SE HA DE ENTENDER

    CUANDO LA LLAMAREN SANTIFICADA

    Parceme que sin pasar de aqu he persuadido, a cuantos esto leyeren, queen tan grande mal no haba de caer la santsima Madre de Dios: cmo habade permitir un Dios tan bueno y todopoderoso, tan mala raza en tan altobrocado? Por cierto que no lleva camino ninguno! Y as, me parece he he-cho gran parte de la hacienda que pretendo en haber pintado lo mejor quehe podido el pecado original: porque bien considerado y entendido, no ha-br quien no diga luego que a millares de leguas no toc esto a la Virgen.Empero dejemos esto para su lugar propio, y saquemos de aqu muy clara yfcilmente qu quiera decir la limpia Concepcin de Nuestra Seora: que enuna palabra quiere decir concebida sin pecado original. Esta es, pues, lafiesta de la Concepcin, y el punto de la devocin de la Concepcin: quesola la Virgen, entre todos los hijos e hijas de Adn que naturalmente de ldescendieron, no tuvo que ver con culpa original; antes, desde el punto quecomenz a ser en el vientre de la bienaventuada santa Ana, fue santa: no fuesantificada, si santificada quiere decir trocada de pecadora en santa, porqueningn pecado jams tuvo, antes fue siempre santa. Empero, si santificadasignificase que fue hecha santa al cual modo habla alguna vez la santa Es-critura, bien se podra llamar santificada: as como los Espritus Anglicosque juntamente tuvieron ser y gracia; as como Adn y Eva que fueron cria-dos en gracia; as como Jesucristo, nuestro Seor, cuya alma, del instante desu Concepcin, tuvo infinita gracia.

  • Diego Prez de Valdivia42

    CAPTULO VIII

    CMO FUE LA GRACIA DE JESUCRISTO NUESTRO SEORY DE NUESTRA SEORA

    Empero hay diferencia entre Jesucristo nuestro Seor y su Madre sant-sima: que l tuvo infinita gracia, que llamamos los Telogos gratia capitis,porque es la fuente de la gracia, no slo en cuanto Dios, sino en cuantohombre, porque en cuanto hombre es el segundo Adn celestial, cabeza detodo el humano linaje especial, de los que a l se juntan por fe y sacramen-tos. Y la gracia de Nuestra Seora no fue gracia de esta manera: antes la ma-dre la recibi del hijo, como est escrito en los salmos en sentido mstico,Et ipse fundavit eam altissimus (Ps 86): y as, la gracia de Jesucristonuestro Seor no pudo ser mayor que desde el instante de su Concepcinfue, porque fue desde aquel punto la suprema gracia que puede ser. Ycuando san Lucas dice que creca en edad y gracia delante de Dios y loshombres (Lc 2), se ha de entender cuanto a la manifestacin exterior de lasobras que llaman los Telogos ciencia experimental: porque as como crecanaturalmente el cuerpo de Cristo nuestro Seor, as iba dando muestras demayor sabidura, gracia y santidad. Pero la gracia de Nuestra Seora siemprefue creciendo desde el punto de su concepcin hasta el punto de su muerte:que fue maravilloso crecimiento, que en cierta manera iba acercndose a lagracia del cielo y pareca que ya no era gracia de la de este mundo, quecomparada con la del cielo no tiene aquella perfeccin que tiene en el cielo.

    Item que Jesucristo nuestro Seor la tuvo de s mismo por ser una mismapersona la de Dios y la del hombre, porque una persona divina es Jesucristonuestro Seor en dos naturalezas, divina y humana.

    Item que Jesucristo nuestro Seor no fue hijo de Adn naturalmente,como Nuestra Seora, que fue hija de padre y madre terrenos. Empero Jesu-cristo nuestro Seor tuvo en la tierra sola Madre y en el cielo solo Padre:nico hijo de solo el Padre en cuanto Dios: nico hijo de la sola Virgen encuanto hombre concebido por el Espritu Santo. Y as lo llaman los Telogoshijo de Adn secundum corpulentam substantiam; porque la carne tom dela Santsima Virgen, hija natural de Adn.

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 43

    Conclusin de lo dicho

    Fue, pues, la Virgen santsima, en su santa Concepcin, concebida no so-lamente no en pecado, sino en perfectsima gracia, ajensima de culpa origi-nal y de todo lo que a ella parece, excepto en lo que es padecer. As como elHijo de Dios, como san Pablo dice (Ro 8; Heb 15), en todo lo natural fuesemejante a los hombres, sin que cosa pareciese ni oliese a pecado; y ascomo Jesucristo nuestro Seor padeci tantos trabajos humanos y muri: asla benditsima Virgen. Porque la muerte y trabajos que por el pecado origi-nal entraron no los quiso nuestro Seor quitar con el santo bautismo y conla gracia en este mundo aunque bien pudiera, porque as convena paraque quedasen para ejercicio de grande merecimiento; y por esta causa tam-bin, y para nuestra humillacin, en el resto de los hombres queda el fomespeccati despus del bautismo.

    CAPTULO IX

    QUE AUNQUE LA MADRE DE DIOS SE DIGA ANCILLA NO FUE COMPREHENDIDA EN LA LEY DE LOS OTROS

    Tengo temor no piense alguno que esta excelencia de la Santsima Vir-gen, de no tener que ver con culpa original, ni otra culpa alguna, y ser con-cebida y comenzar a ser con tanta gracia como muchos devotos dicen conuso de lbero arbitrio, fue por va de excepcin: como quien dijese que en elconcierto hecho con Adn, de l y de todos sus descendientes, cuanto a laculpa original entr la benditsima Virgen; empero que la except y libertnuestro Seor de esta obligacin.

    No me contenta esta opinin, no por cierto. Y sujetndome en todo a laIglesia Romana y a sus ministros como en todo me sujeto tengo para mque no entr la Madre de Dios en aquel concierto, ni quiso el Rey de loscielos y tierra a quien todo est presente que su Madre santsima fuesecomprehendida en la ley de sus criados y vasallos: que aunque ella tambinsea ancilla del Seor (Luc 1), como con verdad ella se llam, no es ancillaen cosa de pecado, sino en amar y servir, as como Jesucristo Nuestro Seorse llama siervo de los hombres, en cuanto hombre, diciendo que les vino a

  • Diego Prez de Valdivia44

    servir; empero no siervo del pecado, ni pudo en l caber ser sujeto a pecar, nia pena de pecado como pecador (Mac 20).

    Que en las leyes de los grandes prncipes para sus sbditos no entranmujer ni hijos

    La ley y concierto hecho con Adn (Rom 5) fue como la ley del ReyAsuero (Est 15), que la puso para todos y no entr en ella la Reina Ester; yas le dijo: non propter te posita est lex, dando a entender una generalsima yfundadsima verdad: que las leyes que los grandes prncipes estatuyen parasus vasallos y sbditos no hablan con su mujer ni sus hijos; porque la ley, encuanto ley, es cosa de temor y de pena; y la mujer y los hijos no se preciande tenerlos como siervos, sino de amor; y as las leyes que son honorficas yque la guarda de ellas es muy decente a los mayores, sueen guardarlas losmismos prncipes y su mujer e hijos; empero no por temor ni violencia ocoaccin, que suelen llamar los sabios vim coercitivam que quiere decirfuerza que compele, empero gurdanla por amor y por buen ejemplo; enlas dems leyes que son penales y tratan de cosas indignas de personas no-bles, ni per vim directivam que llaman que quiere decir por autoridad quecamina y ensea cosas honestas y decentes no tienen que ver los grandesseores y prncipes ni sus mujeres ni hijos.

    CAPTULO X

    EN QUE SE CONFIRMA LO DICHO CON EL EJEMPLO DELREY ASUERO CON LA REINA ESTER

    Pongamos ejemplo en el Rey Asuero, el cual hizo una ley en esta forma,diciendo: nadie me entre a ver sin mi licencia, so pena de la vida (Est 4,11); esta ley no obligaba a la mujer, ni a los hijos, sino solamente a los sb-ditos. Empero si hiciera una ley en la cual mandara que ninguno agraviara aotro en ningn agravio, por pequeo que fuese, so pena de la vida, justofuera que su mujer e hijos y el mismo Rey guardaran esta ley. Empero noera justo que el Rey pretendiese poner esta ley contra su mujer e hijos, ascomo era injusticia por un pequeo agravio matar a su propia mujer. Y si es

  • Tratado de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora 45

    justo en leyes humanas y en cosas que pertenecen a la voluntad propia decada uno, mucho ms justo es entenderlo entre la majestad de Dios y subenditsima madre. Y cuanto al pecado, como hemos dicho, no actual sinooriginal, psole Dios ley a Adn y a todos sus sucesores; y no quiso com-prehender en ella a su madre, la cual aunque hija de Adn segn naturaleza,empero Seora de Adn y Reina de los cielos y de la tierra, y la que eter-nalmente era predestinada y electa para Madre de Dios. El que eternamentela eligi para su Madre, cuando en el principio del mundo puso la ley, noquiso comprehender a su Madre, a la cual para tan alto estado haba elegido.No me quiero detener en esto, porque ms parece curiosidad, aunque pia-dosa y devota. Esto es cierto, entre la piadosa gente: que fue concebida sinpecado original; empero que no se comprehendi en la ley, o que se com-prehendi y la exceptaron, djolo a la piedad de cada uno.

    Yo sigo lo que tengo por ms puesto en razn: que no fue comprehen-dida en la ley; y cuando con la gracia de nuestro Seor persuadiremos estaverdad, las mismas razones que probarn ser concebida sin pecado, las mis-mas o la mayor parte ellas probarn que la ley que a Adn se puso no ha-blaba co