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LA GESTIÓN DE PASTIZALES DESDE EL ENFOQUE DE LA ECONOMÍA ECOLÓGICA Estudio de caso: Marinilla Investigadora CLAUDIA ELENA ÁLVAREZ CANO Programa curricular MAESTRÍA EN MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO Director SERGIO HERNANDO LOPERA CASTRO Escuela PROCESOS Y ENERGÍA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MEDELLÍN 2010

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LA GESTIÓN DE PASTIZALES DESDE EL ENFOQUE DE

LA ECONOMÍA ECOLÓGICA Estudio de caso: Marinilla

Investigadora CLAUDIA ELENA ÁLVAREZ CANO

Programa curricular MAESTRÍA EN MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO

Director SERGIO HERNANDO LOPERA CASTRO

Escuela PROCESOS Y ENERGÍA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MEDELLÍN

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TABLA DE CONTENIDO

RESUMEN .............................................................................................................. 5

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 5

1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL................................................................. 9 1.1 LA VALORACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS EN LA ECONOMÍA ................ 9 1.1.1 La Valoración en la Economía Ambiental.............................................. 13 1.1.2 La Valoración en la Economía Ecológica .............................................. 16

1.2 LOS ECOSISTEMAS COMO CAPITAL NATURAL ..................................... 27 1.2.1 El Capital Natural Crítico ....................................................................... 31

1.3 LA SOSTENIBILIDAD DEL CAPITAL NATURAL ........................................ 33 1.4 LAS FUNCIONES DEL CAPITAL NATURAL .............................................. 35

2. MARCO INSTRUMENTAL................................................................................ 45 2.1 LOS SIG EN LA IDENTIFICACIÓN DEL CAPITAL NATURAL CRÍTICO .... 45 2.2 METODOLOGÍAS PARA IDENTIFICAR CAPITAL NATURAL CRÍTICO .... 48 2.2.1 El CNC y las implicaciones del criterio de sostenibilidad fuerte (CRITINC) ...................................................................................................... 48 2.2.2 Inventario de métodos para identificar CNC.......................................... 54 2.2.3 Identificación y evaluación del CNC con SIG ........................................ 57

2.3 ANÁLISIS DE LAS TRES METODOLOGÍAS .............................................. 61 2.3.1 Metodología CRITINC........................................................................... 61 2.3.2 Metodologías con SIG........................................................................... 71

2.4 SÍNTESIS METODOLÓGICA ...................................................................... 76 2.4.1 Componente Conceptual....................................................................... 76 2.4.2 Componente Instrumental ..................................................................... 78

2.5 PROPUESTA PARA LA GESTIÓN DE PASTIZALES COMO CAPITAL NATURAL.......................................................................................................... 80 2.5.1 Componente Conceptual....................................................................... 80 2.5.2 Componente Instrumental ..................................................................... 83

3. APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA APROPIADA........................................ 94 3.1 RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN ......................................................... 96

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3.2 DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO.............................................. 97 3.2.1 Contexto Regional................................................................................. 97 3.2.2 Contexto Municipal................................................................................ 98

3.3 IDENTIFICACIÓN DE ESTÁNDARES AMBIENTALES, SOCIALES Y ECONÓMICOS................................................................................................ 115 3.4 DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL, SOCIAL Y ECONÓMICA QUE AFECTA LA ZONA OBJETO DE ANÁLISIS Y AL(OS) ECOSISTEMA(S) OBJETO DE ESTUDIO ...................................................... 117 3.5 IDENTIFICACIÓN DE LAS TENDENCIAS DE INSOSTENIBILIDAD ........ 127 3.5.1 Evaluación de las medidas asumidas para contrarrestar el impacto de la problemática identificada sobre los ecosistemas de la zona de análisis..... 127 3.5.2 Identificación de las funciones del ecosistema más afectadas ...... 149 3.5.3 Identificación de la brecha de sostenibilidad.................................. 149

3.6 APLICACIÓN DE HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS-DECISIÓN ............... 149

4. CONSIDERACIONES FINALES ..................................................................... 155

BIBLIOGRAFIA ................................................................................................... 158

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LISTA DE FIGURAS Figura 1. Diagrama de la metodología CRITINC 41 Figura 2. Diagrama de la metodología Inventario de métodos para identificar CNC 42

Figura 3. Diagrama de la metodología Identificación y Evaluación del CNC con SIG 44

LISTA DE TABLAS Tabla 1. Indicadores de estado de la dimensión socioeconómica y el sistema de manejo de la función producción 69

Tabla 2. Indicadores de presión ambientales y socioeconómicos 70 Tabla 3. Comparativo de los pasos propuestos para la identificación del CNC de un proyecto de desarrollo y para la gestión de los ecosistemas como capital natural

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Tabla 4. Información utilizada para el desarrollo de la investigación 72 Tabla 5. Tamaño de la propiedad rural en Marinilla 1997 82 Tabla 6. Niveles de diversificación y productividad en Marinilla 86 Tabla 7. Inventario pecuario 1998 88 Tabla 8. Matriz DOFA del Municipio 1999 102 Tabla 9. Categorías de conflicto por uso del suelo 108 Tabla 10. Códigos Cobertura vegetales 109 Tabla 11. Códigos Coberturas Vegetales suelo 110 Tabla 12. Coberturas vegetales por año 111 Tabla 12 a. Coberturas vegetales entre años 112 Tabla 13. Cambios en Coberturas Vegetales 113 Tabla 14. Principales Cambios de Cobertura Vegetal entre períodos por Vereda 114

Tabla 15. Conflictos por año y por vereda 115 Tabla 16. Principales Cambios en Conflictos entre 1992-2007 por Vereda 115 Tabla 17. Pastizales y cultivos en dos categorías de conflicto por año 116 Tabla 18. Variables Sociales 117 Tabla 19. Principales veredas en las categorías de conflicto y en la disminución de las variables sociales

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RESUMEN Esta investigación se hizo con el propósito de apropiar una metodología de gestión de los pastizales desde el enfoque de la economía ecológica que permita reconocerlos como un ecosistema que cumple diferentes funciones que son importantes y en ocasiones irremplazables. Para lograrlo se hizo un análisis teórico y conceptual de la valoración de los ecosistemas en la economía y un análisis instrumental de las propuestas de Van der Perk & De Groot (2000) y Ekins et al., (2003), para identificar y evaluar el capital natural crítico, y de Escobar (2005), para hacer dicha identificación y valoración a partir de la plataforma de Sistemas de Información Geográfica –SIG-. De esta manera, se hizo un ajuste conceptual e instrumental que derivó en una propuesta metodológica para gestionar pastizales desde el enfoque de la economía ecológica y una propuesta para identificar el impacto de un proyecto de desarrollo sobre las funciones de los ecosistemas. Con el propósito de identificar las dificultades de la aplicación de la primera de estas propuestas se hizo una prueba piloto en el municipio de Marinilla-Antioquia que permitió determinar que la recopilación y acceso a la información, la escala de análisis y la necesidad de un equipo de trabajo interdisciplinario, son las principales limitaciones.

ABSTRACT

This investigation was done by the intention of adapting a methodology of management of the pastures from the approach of the ecological economy that allows to recognize them as an ecosystem that fulfills different functions that are important and in irreplaceable occasions. To achieve it there was done a theoretical and conceptual analysis of the valuation of the ecosystems in the economy and an instrumental analysis of the offers of Van der Perk & De Groot (2000) and Ekins et al., (2003), to identify and to evaluate the natural critical capital, and of Escobar (2005), to do the above mentioned identification and valuation from the platform of Geographic Information Systems -GIS-. Hereby, there was done a conceptual and instrumental adjustment that derived in a methodological offer to manage pastures from the approach of the ecological economy and an offer to identify the impact of a project of development on the functions of the ecosystems. With the intention of identifying the difficulties of the application of the first one of these offers a pilot test was done in the municipality of Marinilla-Antioquia that allowed to determine that the collection and access to the information, the scale of analysis and the need of an equipment of interdisciplinary work they are the main limitations.

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INTRODUCCIÓN

A lo largo de toda su historia la humanidad ha explorado diferentes formas de satisfacer sus necesidades y trascender las fronteras del conocimiento haciendo uso de los bienes y servicios que la naturaleza nos ofrece. Sin embargo, la cultura moderna se consolidó gracias a la creencia de que la naturaleza era ilimitada y estaba disponible como recurso para la racionalidad tecnocientífica infinita del ser humano, lo que repercutió en todos los ámbitos del conocimiento e influyó en las relaciones entre dicha cultura, que se creyó sobrenatural e infinitamente poderosa gracias a la razón, y las tramas de la vida ecosistémica (Noguera, 2004). Esta actitud nos tiene en la situación actual de deterioro de los ecosistemas que está exigiendo la comprensión de su funcionamiento por encima de la fe ciega en el avance tecnológico, para determinar la pauta del diseño de políticas públicas que garanticen el uso racional y equitativo de todo lo que nos proporcionan. De esta manera, la valoración adecuada de la importancia, deterioro y desaparición de los ecosistemas es el principal reto por enfrentar en la búsqueda de su sostenibilidad. Sin embargo, la complejidad biológica, la multifuncionalidad de los bienes y servicios, la irreversibilidad e impacto a diferentes escalas espaciales de los daños, y el reconocimiento de que preocuparse por la naturaleza implica considerar un número importante de actores que la afectan y sufren su agotamiento, hace que se presenten problemas prácticos en la elaboración de metodologías de valoración, por la dificultad para establecer claramente la distribución y participación de las partes involucradas, así como el monitoreo y la aplicación de medidas y programas de regulación en los usos. Por otro lado, también está la dificultad para elegir los criterios apropiados para valorar y medir, pues el debate en la actualidad gira alrededor de si se debe valorar con base en un análisis costo-beneficio para los seres humanos o se debe hacer a partir del reconocimiento de que los límites biofísicos del planeta son determinantes en el funcionamiento de los ecosistemas. Estas últimas consideraciones son el objeto central de dos enfoques económicos que han propuesto alternativas para la gestión de los bienes y servicios que nos ofrece la naturaleza: la Economía Ambiental (EA) y la Economía Ecológica (EE). Ambos enfoques parten de reconocer a la naturaleza como un tipo específico de capital, denominándola entonces como capital natural, que está en capacidad de proveer un flujo constante de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de los seres humanos. Sin embargo, existen profundas diferencias en la manera como cada enfoque estructura su marco teórico y conceptual para hacer operativa la sostenibilidad del uso de los ecosistemas, como se verá a continuación. Para la Economía Ambiental, la gestión de la naturaleza implica ocuparse del impacto de las externalidades de los procesos económicos en el ambiente y hacer una asignación intergeneracional óptima de los recursos agotables, a través de la

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valoración de su uso o degradación con base en las preferencias del grupo poblacional humano directa o indirectamente afectado. De esta manera, la valoración económica de la naturaleza no se obtiene de la diversidad biológica y la complejidad que la caracteriza, sino del precio asignado por las personas que la valoran. Así, el valor económico de un bien o servicio se reduce a la sumatoria crematística de lo que están dispuestos a pagar o cobrar todos los individuos involucrados en su uso o manejo (Oksanen, 1997). Además, este enfoque de la economía considera que el bienestar de los seres humanos no es normalmente dependiente de una forma específica de capital porque es viable la sustitución entre capital natural y manufacturado, sin causar ningún impacto negativo en el planeta. La Economía Ecológica considera que la gestión de la naturaleza debe partir del reconocimiento de que los procesos económicos y sus consecuencias están determinados por los límites biofísicos del planeta y que ante la pretensión de extender el análisis económico a la valoración de la naturaleza deben abandonarse los principios, clasificaciones y conceptos que estructuran la abstracción del sistema económico neoclásico (Daly, 1989). Para lograrlo, propone gestionar la naturaleza a través del análisis y evaluación del papel que desempeñan las funciones y las características intrínsecas de los ecosistemas en el mantenimiento de la biosfera y la vida humana. Como consecuencia de lo anterior este enfoque considera que la sustitución del capital natural por capital manufacturado está seriamente limitada por la irreversibilidad, incertidumbre y criticidad de muchos procesos de los ecosistemas. Esta investigación se realizó con el propósito de apropiar una metodología para gestionar los pastizales desde este último enfoque de la economía. Para lograrlo se ajustaron conceptual y operativamente los aportes realizados por Van der Perk & De Groot (2000) y Ekins et al., (2003) para identificar y evaluar el capital natural crítico, y por Escobar (2005) para hacer dicha identificación y valoración a partir de la plataforma de Sistemas de Información Geográfica. Posteriormente, se identificaron las dificultades de la aplicación de la metodología apropiada en Marinilla-Antioquia por ser un municipio cuyas actividades agropecuarias tienen una fuerte dependencia de los bienes y servicios que proveen los pastizales, lo que ha derivado en una sobreexplotación y deterioro, que se ha agravado por las demandas de Medellín y su Área Metropolitana, quienes a través de múltiples mecanismos penetran las regiones cercanas a su área de influencia, utilizándolas como fuentes directas de productos agropecuarios, espacio para la industria, servicios, ocio, recreación, dormitorio, rentas, trabajo y energía para el mantenimiento de su dinámica urbana dominante1.

1 Ver “Directrices Metropolitanas de Ordenamiento Territorial “Hacia una región de ciudades”. 2006. Disponible en el sitio web: http://www.metropol.gov.co/contenidos.php?seccion=15)

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Como resultado de lo anterior son evidentes las disfunciones espaciales, las transformaciones culturales, políticas e institucionales; la pauperización y desalojo de la actividad en el sector primario; la atomización de la prestación de servicios y la dependencia de entidades del orden regional, departamental y metropolitano; la modificación en la diferenciación territorial de los niveles de crecimiento, a cambio del fortalecimiento de la jerarquización espacial, que conduce a un mal desarrollo de las áreas rurales y en general de las áreas periféricas, y la alteración del funcionamiento de los mercados laborales. Todo lo anterior reduce la viabilidad económica de algunas estructuras productivas y afecta la base de permanencia de importantes grupos poblacionales, estableciendo mecanismos de intercambio desfavorables que reducen el desarrollo potencial de las áreas menos avanzadas2 Los resultados obtenidos con el desarrollo de la investigación permiten corroborar la hipótesis de trabajo inicialmente planteada, al encontrar en el enfoque de la Economía Ecológica metodologías que permiten gestionar los pastizales como ecosistemas que cumplen diferentes funciones. Para contextualizar al lector sobre la temática tratada se organizó el texto de la siguiente manera. En la primera sección se encuentra el Marco teórico y conceptual del que se partió para el desarrollo de la investigación con un resumen de la manera como los enfoques de la Economía Ambiental y la Economía Ecológica han asumido la valoración de la naturaleza, la definición de la naturaleza como capital natural y capital natural crítico, así como las definiciones de la sostenibilidad y las funciones del capital natural. En la segunda sección, se encuentra el Marco instrumental con la presentación de los SIG en la identificación del capital natural crítico, la descripción de las metodologías propuestas por Van der Perk & De Groot (2000), Ekins et al., (2003) y Escobar (2005) para hacer dicha identificación, el análisis de las tres metodologías y la síntesis metodológica a la que se llegó para finalmente proponer la gestión de los pastizales como capital natural. En la tercera sección se encuentra la aplicación de la metodología apropiada con el detalle de cada uno de los pasos realizados. En la cuarta sección están las consideraciones finales del desarrollo de la investigación.

2 Ver “Plan de Acción 2004-2006. CORNARE”. Disponible en el sitio web: http://www.cornare.gov.co/contenidos.php?seccion=3&id=261).

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1. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

1.1 LA VALORACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS EN LA ECONOMÍA En la evolución del pensamiento económico la definición de escasez ha jugado un papel preponderante en la búsqueda de la fuente del valor, como lo reconoció Georgescu Roegen al afirmar: “lo que parece escasear tan frecuentemente en cualquier tiempo es el factor de cuya abundancia dependen un bienestar y una felicidad mayores” (1993, p 829). Consecuente con esta asunción la teoría económica se ha adaptado a las condiciones espaciotemporales de cada momento por lo que analizar la historia con detenimiento es fundamental para entender el estado actual de las condiciones sociales y ambientales del planeta, como se verá a continuación. En los siglos XVI y XVII el mercantilismo identificaba al oro y la plata como las fuentes de escasez o de riqueza de las naciones, pero las guerras y el abandono de la tierra por parte de los nobles feudales en Francia en el siglo XVIII, llevaron a la aparición de la fisiocracia, como una nueva doctrina sustentada en la necesidad de conseguir alimentos (Roll, 1975). Por eso la tierra pasó a ser la única fuente de valor3 por su capacidad para producir excedentes y acumulación de alimento, madera y minerales. Sin embargo, a finales del siglo XVIII la mano de obra empezó a ser el factor de escasez porque era lo que más necesitaba la economía industrial surgida con la aparición de la máquina de vapor de Watt. Esta consideración del nuevo factor de escasez fue defendida por Adam Smith (1776) y posteriormente profundizada por Marx (segunda mitad del siglo XIX)4, para quien el valor de una mercancía estaba en la cantidad de trabajo contenido en ella, de esta manera la mano de obra es el único recurso escaso, del que se debe partir para explicar el problema de la asignación de los recursos5. Después de Smith,

3 Gómez (2005) afirma que en 1662 Petty definió el valor diciendo que todas las cosas debían valorarse por dos denominaciones naturales que son la tierra y el trabajo, algo que en 1950 Cantillón retoma al afirmar que la tierra es la fuente de riqueza y el trabajo del ser humano la forma de producirla. 4 Ambos autores citados por Uribe (1983). 5 Aunque Soddy (1921), intentando definir la riqueza a partir de lo que realmente debería ser, afirmó “si Marx hubiera vivido después y no antes del establecimiento de la doctrina moderna de la energía no hay duda de que su aguda y erudita mente hubiera captado su significación para las ciencias sociales. Pero tal como fueron las cosas, y para hacerle justicia, hay que decir que él no trató de averiguar la naturaleza real de la riqueza sino que se concentró totalmente en el problema de su equivalente monetario, esto es, sobre el valor de cambio y no sobre el valor de uso” . Martínez Alier (1995) le atribuyó la responsabilidad del desconocimiento de Marx sobre los adelantos de la termodinámica a Engels, quien analizó el trabajo de Podolinsky en 1882, y aunque le reconoció su esfuerzo, consideró que no era apropiado “mezclar” la física con la economía, cortando así el desarrollo de un marxismo ecológico.

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Ricardo (1817)6 profundizó en dicha teoría afirmando que todos los costes de producción son costos laborales que se pagan de una forma directa o acumulándolos al capital y que los precios dependerían de la cantidad de trabajo incorporado en los bienes o servicios. La pérdida del papel central que representó la tierra en el análisis económico se incrementó aún más por los imparables avances de la productividad agrícola, la mecanización y el desarrollo del sector financiero que aseguraban la expansión económica, aparentemente ilimitada, en un mundo que, en ese entonces, parecía infinito. Sin embargo, desde el siglo XIX los trabajos de Carnot y Clausius sobre las leyes de la termodinámica (1824-1849, respectivamente), la propuesta de Mill de una economía estacionaria (1850), el aporte de Jevons, en la segunda mitad del siglo IXX, sobre la agotabilidad del carbón (energético indispensable de la economía británica), los estudios de Podolinsky (1880) sobre los ciclos de la materia y la energética agrícola, el análisis de Geddes (1884) sobre los problemas del entorno y su amplio estudio sociológico centrado en el urbanismo, el aporte de Soddy (1921) sobre la influencia de la ciencia física en la administración del Estado, y el trabajo de Lotka (1924) quien fue el primero en intentar integrar los sistemas ecológicos y económicos en términos cuantitativos y matemáticos, empezaron a cuestionar los criterios con base en los cuales se asignaba el valor de las cosas identificando como prioritarios los límites impuestos por la naturaleza7. No obstante estos adelantos, también a finales del siglo XIX, economistas como Walras8, con base en los adelantos de Newton y Galileo, se encargaron de aplicar los preceptos de la física y las matemáticas en la economía porque el valor de cambio de las mercancías es mensurable. De esta manera, dicho autor define la economía como el conjunto de todas las cosas materiales o inmateriales que son útiles, dándole una acepción distinta al concepto de escasez que implica relacionar la disponibilidad de un bien con la necesidad (o deseo) que se tiene de él. Esto contrasta con la acepción del término que lo define en términos físicos, aludiendo a las cantidades disponibles de un recurso concreto en un entorno accesible al ser humano (Naredo, 1996)9. Con base en estos postulados se constituye la visión neoclásica de la valoración de la naturaleza, cuyo marco conceptual es el mercado y la noción de escasez, y

6 Ver la traducción al español Ricardo (1959) 7 Para profundizar más en este recuento histórico ver: Martínez Alier & Schlüpmann (1991) y Aguilera & Alcántara (1994). 8 Cuyo trabajo fue publicado en 1987 por Ed. Alianza. Madrid, España, como Elementos de economía política pura: o teoría de la riqueza social. 9 La relevancia de estos planteamientos se detallará más adelante en el análisis de la metodología CRITINC.

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cuando se inserta la producción y el crecimiento en este marco, se emplea el lenguaje matemático mediante la formulación de funciones de producción. De esta manera la producción se concibe como la utilización de estos factores con el objeto de proporcionar bienes o servicios que prestan alguna utilidad a las personas. Asimismo el consumo consiste en el uso de esos bienes o servicios para la satisfacción de las necesidades y deseos humanos (Granda, 2006)10 Es así como durante las primeras décadas del siglo XX los adelantos cognoscitivos sobre los límites de la naturaleza empezaron a analizarse para incluirlos en las funciones de producción neoclásicas, dando origen a la Economía Ambiental, la Economía del Bienestar y el estudio de los costos sociales y las externalidades11. Pigou (1946) se destaca en estos avances al proponer la comparación entre las diferencias de los costos privados y los costos sociales como una manera de corregir las fallas del mercado, incluso sugirió la aplicación de impuestos para disminuir las externalidades o por lo menos compensar los posibles daños causados por ellas. Aunque antes de él Hotelling12, en los años treinta, demostró que no puede hablarse de asignación intertemporal óptima de recursos a menos que se conozca la demanda futura total, lo cual es imposible. Por eso propuso el establecimiento de tasas de interés bajas para gestionar los recursos naturales no renovables13 porque cuando están por encima de las tasas del valor de los recursos, la racionalidad económica del propietario lo lleva al agotamiento. Posteriormente Coase (1960), propone correcciones a la existencia de dichas externalidades en el marco institucional, a partir de la introducción del concepto costos de transacción y al plantear que la adecuada definición y protección de los derechos de propiedad permite que la negociación y el intercambio económico resuelvan o internalicen los costos sociales. De esta manera, consideró innecesaria la intervención del Estado a través de impuestos o de la regulación para resolver estos problemas e incluso para alcanzar niveles más altos de bienestar.

10 Para la autora, esta representación de la vida económica como una igualdad entre las cantidades demandadas y ofrecidas para determinar los precios relativos de los factores o bienes producidos, se corresponde con la denominada ´corriente circular´ de Schumpeter (1957), que es una construcción teórica y expositiva que se caracteriza por la repetición indefinida, estática y en condiciones de libre competencia. 11 Costos no incorporados en los precios de mercado y transferidos fuera de algún proceso de producción o de consumo, y que hoy son inherentes a cualquier impacto o deterioro ambiental. 12 El artículo publicado en 1931 fue titulado The Economics of Exhaustible Resources. La cita se tomó del artículo que Álvarez et al., (sin fecha de publicación) tradujeron como Economía de los recursos agotables. Disponible en el sitio web: www.eumed.net/cursecon/textos/ 13 De la misma manera que Hicks (1939) para los bienes duraderos.

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Para muchos economistas el trabajo de Coase14 fue el origen formal de la Economía Ambiental, ya que según Lopera (2007), él propuso pensar el costo social de una decisión como un problema de naturaleza recíproca, “El enfoque tradicional ha tendido a obscurecer la naturaleza de la elección que encierra. El problema se formula comúnmente como uno en el que A ocasiona daño a B. Para este autor la naturaleza recíproca se manifiesta si analizamos que “Evitar daño a B infligiría un perjuicio a A. La cuestión real que debe decidirse es: ¿Debe permitirse que A dañe a B o que B dañe a A? La cuestión es evitar el daño mayor. Se pone como ejemplo el caso de un panadero cuya maquinaria, con sus ruidos y vibraciones, perturbaba el trabajo de un médico. Evitar daños al médico ocasionaría perjuicios al panadero. El problema presentado en este caso era básicamente si se valoraban más, como resultado de restringir los métodos de producción del panadero, los mayores servicios del médico cuyo costo es una oferta reducida del producto del panadero ” Para Lopera (2007), el análisis de Coase plantea el problema en términos de dos actores dejando de lado cuestiones bastante importantes como: daños sobre los ecosistemas independientemente de los daños que se puedan causar a los actores. Por otro lado, en la argumentación de Coase se asume implícitamente una visión antropocéntrica de carácter utiliritarista, es decir, plantear el análisis desde el punto de vista de la reciprocidad entre dos actores, suponiendo que el asunto esencial es minimizar la pérdida económica, es reducir la naturaleza y el hombre a la dimensión económica. Por ejemplo, cuando Coase equipara el valor de los peces que se pierden por la contaminación, con el valor del producto que origina la contaminación, está suponiendo que es posible comparar dichos valores y desconoce la existencia de funciones ambientales críticas que si desaparecen presentan daños irreversibles. La propuesta de Coase15 consiste en cambiar el concepto de factor de producción, de la siguiente manera: “Una razón final del fracaso en desarrollar una teoría adecuada para manejar los problemas de los efectos dañinos surge de un concepto erróneo de lo que es un factor de producción. Este usualmente se entiende como una entidad física que el hombre de negocios adquiere y usa (una hectárea de tierra, una tonelada de fertilizantes) antes que como un derecho para desarrollar ciertas acciones (físicas).” Pasar de la idea de factor de producción como concepto físico a interpretarlo como el derecho a ejercer la acción es pasar del mundo real de la transformación de la materia y la energía al mundo abstracto del mercado. Es a partir de esta idea de Coase que los economistas neoclásicos fundan la economía ambiental, que se ocupa principalmente de la asignación de derechos de propiedad reduciendo el 14 Publicado originalmente en The Journal of Law and Economics (octubre 1960, p 1-44). El párrafo citado textualmente en esta investigación fue tomado de la traducción titulada El problema del costo social (p 82-83). Disponible en el sitio web: http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_1363.html 15 Ibid, p 133.

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problema de la capacidad de carga y abastecimiento de la biosfera, a la creación de un mercado a partir de la asignación de derechos de propiedad. Sin embargo, a esta relación entre la economía y los ecosistemas le salieron visiones paralelas con críticas importantes al paradigma neoclásico como la de Georgescu-Roegen (1971) y Odum (1971), cuyas propuestas giraron en torno al energeticismo16; la de Daly (1973), a comienzos de los setenta, sobre la economía del estado estacionario basada en los postulados iniciales de Mill en el sigo XIX; o la idea de Sachs (1982) del Ecodesarrollo, precursor de la inquietud actual sobre la sostenibilidad17. Todas estas propuestas terminaron en la constitución de una disciplina alterna: la Economía Ecológica. Dada la importancia de los aportes de estos dos enfoques de la economía para valorar los ecosistemas, se detallan a continuación las diferencias entre ellos y las técnicas de gestión asociadas que proponen para el uso de los ecosistemas.

1.1.1 La Valoración en la Economía Ambiental Este enfoque de la economía está focalizado en la valoración monetaria de los bienes y servicios de los ecosistemas que no son transados en los mercados y por tanto no tienen precio explícito (CONAMA, 1998). Además, estudia el problema de las externalidades de los procesos económicos, la asignación intergeneracional óptima de los recursos agotables, y determina la curva de demanda para los bienes y servicios de los ecosistemas, es decir, el valor que las personas le asignan a los recursos biológicos, expresado en términos monetarios (Azqueta & Field, 1996) Para hacerlo sólo reconoce aquellos valores asociados a una posición ética denominada subjetivismo antropocéntrico que está influida por la cultura del grupo poblacional al que se le preguntan sus preferencias, con lo que se demuestra que

16 Retomando los planteamientos de Podolonsky y Lotka. 17 En esta investigación se utilizará el término Sostenibilidad en lugar de Desarrollo Sostenible por estar de acuerdo con las objeciones planteadas por Naredo (1999) al considerar que ambos conceptos obedecen a niveles de abstracción y sistemas de razonamiento distintos: el primero, está ligado al mundo de las ideas de la economía convencional que equipara crecimiento económico y desarrollo, mientras que el segundo, se preocupa por la perdurabilidad de los procesos físicos singulares y diversos, por lo tanto está muy ligado a la ecología, que es para el autor, una economía de la naturaleza. Aunque Daly (1991 b, p 39), consideró que el problema está en el uso de los conceptos ´crecimiento sostenible´. Según él “el crecimiento es un incremento cuantitativo de la escala física, mientras que el desarrollo es la mejora cualitativa o el despliegue de potencialidades. Por esto una economía puede crecer sin desarrollarse, o desarrollarse sin crecer, o hacer ambas cosas, o ninguna. Puesto que la economía humana es un subsistema del ecosistema global finito que no crece, aunque se desarrolle, está claro que el crecimiento de la economía no puede ser sostenible en un período largo de tiempo. El término ´crecimiento sostenible´ debe rechazarse como un mal apaño. El término ´desarrollo sostenible´ es mucho más adecuado. El desarrollo cualitativo de sistemas que no crecen ha sido observado durante largos períodos de tiempo”

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la valoración económica de la naturaleza no se fundamenta en la diversidad biológica ni en la complejidad que la caracteriza, sino en el precio asignado por las personas que los valoran; así el valor económico de un bien o servicio ecosistémico se reduce a la sumatoria crematística de lo que están dispuestos a pagar o a cobrar todos los individuos involucrados en su uso o manejo (Oksanen, 1997). Por lo tanto, es una valoración que privilegia las generaciones actuales por encima de las generaciones futuras. Riera (1992) afirma que los esfuerzos por establecer el valor económico de los ecosistemas o de algunos de sus componentes se remontan a 1947, cuando el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos encarga a un grupo de economistas el análisis de varios aspectos que determinan la valoración de áreas protegidas para identificar su contribución a la economía del país, un estado o una localidad. De esta manera, Ciriacy –Wantrup en 1952 propuso utilizar la encuesta como método para valorar los bienes públicos o bienes sin mercado, aunque en 1954, Samuelson desaconsejó su uso por la subjetividad implícita. Aún así, Randall & Eastman en 1974, contribuyeron a incrementar la fiabilidad de las encuestas y su aceptación como método para dotar de “precio” a los bienes ecosistémicos y a los usos recreativos. La línea de valoración propuesta por Hotelling fue aplicada por Trice & Wood en 1956, con la valoración del uso recreativo de un río estadounidense en dos dólares por visitante y por día. Con el propósito de formular un método de valoración más amplio que el habitualmente utilizado en las transacciones económicas o en las contabilidades nacionales, se creó el concepto de Valor Económico Total (VET), que permite (en teoría) agrupar la totalidad de los diferentes valores económicos de los ecosistemas, distinguiendo las diferentes maneras en que éstos benefician al ser humano (Pearce & Morán, 1994; Pearce & Turner, 1995). El VET pone de manifiesto que los ecosistemas ofrecen una gran variedad de bienes y servicios, tanto tangibles para la subsistencia (comida y plantas medicinales), como servicios ecosistémicos que apoyan la totalidad de las actividades humanas. En términos simples, el VET de los ecosistemas está formado por los Valores de Uso y los Valores de No Uso. Los primeros están asociados a la satisfacción de preferencias y necesidades derivadas del uso de recursos biológicos, los cuales a su vez se dividen en valores de uso directo, valores de uso indirecto y valores de uso de opción o valor potencial. Los valores de uso directo, a su vez, son subdivididos en valor de uso directo extractivo y valor de uso directo no extractivo. Son valores de uso directo, en cuanto reportan beneficios a los seres humanos, a través de productos o servicios. Es el valor más obvio, pero no siempre es posible medirlo en términos económicos. Por ejemplo, en el caso de un bosque se puede evaluar el valor directo de la madera mediante los precios vigentes en el mercado. Sin embargo, en el caso de las plantas medicinales, ¿cómo se podría evaluar el valor directo, acaso por el valor de las vidas humanas salvadas?

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Los valores de uso directo extractivo, son aquellos usados como materia prima y bienes de consumo tales como producción de madera, leña y forraje, producción de peces, gomas, cultivos, nueces, frutas, cosechas, agricultura de subsistencia, cacería y pesca. Los valores de uso directo no extractivo, son aquellos percibidos por los individuos tales como actividades recreativas (ecoturismo, pesca deportiva y otras actividades de recreación), actividades culturales y religiosas, estética, artística, educacional, espiritual y valores científicos. Los valores de uso indirecto corresponden principalmente a las funciones ecológicas o ecosistémicas (Pearce & Morán, 1994) que cumplen un rol regulador o de apoyo a las actividades económicas que se asocian al respectivo recurso. Generalmente benefician a la sociedad entera más que a un grupo limitado de personas y su valor económico reside en que sustentan gran parte de los recursos biológicos asociados a los valores de uso directo, permiten la actividad económica e incrementan el bienestar de las personas. Las contribuciones económicas de estas funciones no son transadas en los mercados y en general son ignorados en los procesos de gestión de los sistemas biológicos. El valor de opción es el que supone no usarlo en el presente para usarlo más adelante. Respecto al valor de no uso, éste no implica interacciones hombre-entorno y se asocia al valor intrínseco del recurso ecosistémico. Los valores de no uso, a su vez se pueden dividir en valor de Legado que implica mantener intacto un recurso para nuestros descendientes sin tener idea de un uso posterior y el valor de Existencia que un valor subjetivo, no relacionado con ningún uso ni presente, ni futuro, ni actual, ni potencial; sino aquel que está cargado de componentes éticos que pueden ir desde el derecho de otros seres vivos a su disfrute, incluyendo los valores religiosos, mitológicos y culturales. Algunos de los métodos de valoración más utilizados por este enfoque se resumen a continuación:

� Método del Coste de viaje (Travel cost): es un método indirecto, basado en una encuesta que se aplica principalmente a la valoración social de un espacio de interés específico. Permite conocer la demanda de un bien o servicio. Su aplicación consiste en relacionar el precio del bien con los gastos de desplazamiento que soportan sus visitantes. Por lo general, cuanto más cerca se reside del espacio cuyo disfrute se quiere valorar, menores son los gastos de desplazamiento y mayor el número relativo de visitantes. Este modelo puede servir para medir cambios en el valor que dan los visitantes al producirse un daño sobre un espacio recreativo de interés natural.

� Método de los Precios Hedónicos (Hedonic Pricing): comenzó a aplicarse

en 1974 por Sherwin, atribuyendo el precio de un bien de mercado en función de varias características, cuyo resultado final será la suma de los valores particulares asignados a cada una de ellas, ponderadas según unos procedimientos econométricos. Un ejemplo de este modelo puede ser la

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valoración del efecto negativo que producen los aviones sobre las personas que viven cerca al aeropuerto. El valor de la pérdida de bienestar por el ruido y los riesgos por accidente, se puede medir por la disminución en el precio de la vivienda.

� Método de Valoración Contingente (Contingent Valuation): es un método

hipotético y directo que se basa en la información que revelan las personas cuando se les pregunta por la valoración del bien ecosistémico objeto de análisis. Lo fundamental es el diseño de un cuestionario que recoja la valoración que las personas otorgan a las alteraciones en el bien. Los cuestionarios juegan el papel de un mercado hipotético, donde la oferta viene representada por la persona entrevistadora y la demanda por la entrevistada, a la que se le pregunta por su disposición a pagar, o por el precio máximo que pagaría por el bien objeto de la valoración. Igualmente, los costes derivados del daño ambiental se valoran por la cantidad de dinero que estarían dispuestas a recibir como compensación las personas afectadas (Romero, 1994)

1.1.2 La Valoración en la Economía Ecológica

Algunos de economistas ambientales como Solow (1994) postulan que los bienes y servicios de la naturaleza pueden ser sustituidos por capital manufacturado producto del avance de la tecnología, por lo que a largo plazo no importa la sobreexplotación o el agotamiento de ellos pues la escasez de los mismos no impone límites a la productividad. Sin embargo, otros economistas18 (Naredo, 1987; Daly, 1989; Castilla, 1992; Bermejo, 1994; Martínez Alier, 1995), descalificaron la valoración económica de la Economía Ambiental por tener inherente a sus postulados un problema metodológico ya que el valor intrínseco de los ecosistemas no puede ser reducido a una unidad monetaria, pues las interrelaciones dinámicas entre los sistemas económicos y el total del conjunto de los sistemas físicos y sociales, hacen de la discusión de la complejidad de los ecosistemas, la equidad, la distribución, la ética y los procesos culturales elementos centrales para la comprensión del problema de la sostenibilidad del uso de la naturaleza. Según Daly (1989) la economía ecológica se articula sobre tres nociones biofísicas fundamentales:

� La ley de la conservación de la energía en un sistema cerrado, donde la

energía mecánica, química, térmica, eléctrica o potencial es constante (la energía no se crea ni se destruye, solo se puede transformar).

� La ley de la entropía, que dice que la materia y la energía se degradan

continua e irrevocablemente desde una forma ordenada a una forma desordenada, es decir, desde una forma disponible a otra forma no disponible, independientemente de que sea utilizada o no.

18 Basados en los aportes de Podolinsky, Geddes, Soddy y Georgescu-Roegen.

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� La imposibilidad de generar más residuos de los que puede tolerar la capacidad de asimilación de los ecosistemas, so pena de destrucción de los mismos y de la vida humana.

Por otro lado, autores como Naredo (1987) y Goldsmith (1992), entre otros, afirman que la Economía Ecológica también debe estar basada, en Primer lugar, en principios éticos pues ante la crisis ambiental, las necesidades actuales y futuras sólo son solucionables desde la potenciación de la SOLIDARIDAD y la COOPERACIÓN. El egoísmo y el individualismo unidos al pensamiento puramente económico convencional no permiten abordar problemas de carácter global y dimensión mundial, como lo son los ambientales. En Segundo lugar, debe centrarse en la satisfacción de necesidades vitales y tener en cuenta que un sistema ecointegrador debe valorar los resultados de su implantación, en función de la repercusión que tenga sobre la vida de los habitantes (no sólo la especie humana) de un determinado ecosistema. Además de las dos anteriores características aparece en Tercer lugar la sostenibilidad. Aunque las acepciones del término son tan amplias como contradictorias, es importante afirmar que el permanente reciclaje de un conjunto básico de recursos y la alimentación del sistema con energía solar, son los que hacen que una economía sostenible pueda funcionar a largo plazo al igual que un ecosistema natural. Esta rama del conocimiento se caracteriza por requerir un estudio multidisciplinar, que tal como lo expone Naredo (1987) debe, primero, utilizar los desarrollos teóricos que otras ciencias pueden aportarle, y después, transmitir sus conclusiones a otros campos. Y esto porque, de esta forma, el conocimiento global sobre los problemas del ambiente -y por tanto su capacidad de interpretarlos y tratar de solventarlos- aumentaría. Finalmente, la Economía Ecológica tiene un carácter sistémico que podría ser una de las características más significativas, o al menos la que más claramente aporta el contrapunto con respecto a la Economía Ambiental. Este carácter sistémico le permite captar la complejidad de los sistemas que abarca (el sistema biofísico de la Tierra y los sistemas sociales, a su vez divididos en económicos, políticos...etc) y de las interrelaciones existentes entre ellos. Bermejo (1994), hace alusión a otras características como la necesidad de que el sistema económico sea autorregulado, es decir, controlado por la sociedad porque el mercado por sí solo no es capaz de asignar valor a los recursos de forma eficiente. Además de todo lo anterior, Jiménez (1996) considera que para que la Economía Ecológica logre gestionar los ecosistemas como sus postulados lo pretenden, necesita: A. Un nuevo sistema de información: es decir, un nuevo sistema de Contabilidad

General donde se incorporen los costes ecológicos, sociales y ambientales ligados a los procesos económicos.

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� Contabilidad Nacional de Recursos. Distintas aproximaciones metodológicas a una contabilidad económico- ecológica integrada.

� Informes sobre el estado del ambiente. B. Conocer mejor el funcionamiento de la biosfera y el estado actual de los ecosistemas, así como el estado y evolución del stock físico de recursos.

� Propiedad de los recursos naturales. � Los mecanismos de asignación de recursos. � Reforma ecológica del sistema de impuestos. � Modificaciones de las estructuras de Gobierno.

C. El desarrollo de un sistema tecnológico al servicio de los objetivos propuestos. D. Un nuevo indicador del bienestar que sustituya al Producto Interno Bruto (PIB) y que incluya tanto los gastos de defensa del ambiente como su depreciación a largo plazo. La aportación más aplaudida es la del economista Daly que propone recurrir al Producto Nacional Neto Social Sostenible (PNNSS). Los planteamientos multidimensionales o sistémicos de la Economía Ecológica para la gestión de los ecosistemas pueden agruparse en tres tipos de escuelas. La primera podría llamarse “termodinámica” o biofísica y propone un cambio radical con respecto a la Economía Ambiental porque busca la utilización de unidades de medición comunes entre los ecosistemas y los sistemas humanos. Para tal fin se cuantifican las existencias y flujos de materia y energía como base del valor y la contabilidad del valor se concentra en la degradación implícita en la segunda Ley de la Termodinámica y su efecto sobre las existencias del capital. La fuente del valor cambia de la utilidad derivada de las posibilidades de consumo a la medición física de las existencias y flujos del capital natural y capital manufacturado en los diversos sistemas. Los principios que la estructuran están respaldados en los resultados de las investigaciones que desde 1830 se están haciendo sobre los ciclos de la materia19 de las que se resaltan las realizadas por autores como

19 Para analizar la eficiencia fotosintética con respecto a la tasa de producción de biomasa a gran escala.

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Lindeman (1942), Odum (1957), Pimentel et al., (1973)20, Rapparport (1971)21 y Naredo & Campos (1980)22, entre otros. Por su lado, Ayres (1998) resalta las implicaciones significativas de la termodinámica en la teoría económica ya que los materiales de entrada en los procesos económicos no son totalmente consumidos al ser extraídos de la naturaleza porque vuelven a él en forma de desechos. Por lo tanto la exergía (parámetro para medir la calidad de la energía) no se conserva y por ello está siendo utilizada como una medida de la calidad de la oferta y la demanda, como medida de comparación entre las entradas y las salidas, y también como un factor de producción semejante al trabajo y el capital a través del papel que juega la tecnología en la teoría económica. En esa misma línea, Cornelissen (1997) utilizó el análisis de exergía como mecanismo para reducir irreversibilidades en los procesos, convirtiéndose en un instrumento poderoso para el análisis del desarrollo sostenible asociado a la producción: a mayor eficiencia exergética mayor tendencia a la sostenibilidad. Eficiencia es “perfección termodinámica” de un sistema, incluyendo todos sus procesos internos y las interacciones entre energía y flujo de materiales que ocurren fuera de sus límites, sólo así pueden evaluarse los impactos ambientales. El método propuesto es el análisis del ciclo de vida de los productos teniendo como referente un proceso con cero emisiones e irreversibilidades. Wackernagel & Rees (2001) propusieron una herramienta contable para sintetizar los propósitos de esta escuela, que parte del supuesto de que cada categoría de consumo de energía y materia, así como cada descarga de residuos, necesita una capacidad productiva o de absorción de desechos correspondiente a un área finita de agua o suelo. Si se suman las demandas de suelo para todas las categorías de consumo y la descarga de desechos de una población determinada, el área total representa la Huella Ecológica de esta población en el planeta, sin que esa área coincida necesariamente con la región de origen de esta población. Por lo tanto, este análisis incluye el área de los ecosistemas (capital natural) requeridos para 20 El análisis comparativo de la energía requerida por el maíz de Estados Unidos en 1945 y 1970, permitió concluir que la evolución en el consumo de energía (basado en los insumos utilizados) aumentó entre los dos años un 213%, donde el único insumo que disminuyó fue la mano de obra en 61%. 21 Este autor concluyó que con la actividad agrícola la energía almacenada da origen a unas cadenas alimenticias que encaminan la cultura humana hacia los complejos sistemas sociales de hoy en día, es decir, a mayor evolución social, mayor demanda de energía y mayor degradación ecológica. 22 Estos autores establecieron comparaciones a lo largo del tiempo, entre los insumos y las producciones en la agricultura española, concluyendo que los insumos energéticos en la agricultura han aumentado más que la misma producción: en 1950 una caloría de energía (agricultura moderna) producía 6 calorías de producción vegetal, a finales de los setenta, la relación cambió a una caloría por caloría, lo que se explica por los cambios tecnológicos introducidos en los procesos productivos agrícolas.

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producir los recursos renovables y los servicios proporcionados por las funciones de soporte vital; el área de suelo perdida en términos de productividad biológica, por contaminación, radiación, erosión, salinización y pavimentación urbana (el asfaltado o construcción de suelos, que los vuelve ecológicamente improductivos); el uso de recursos no renovables hasta donde entran en el procesamiento de energía y generan efectos de contaminación, relacionados con su uso. La segunda es la escuela denominada “asignativa” busca establecer métodos de comparación del valor entre los elementos del capital y sus flujos. Utiliza la unidad monetaria como medio de valor y la ecuación del valor total como marco de referencia. Así, reconoce entre los valores de no uso al valor de existencia que es el intrínseco, intangible y ético valor de bienes y servicios que no está relacionado con el bienestar del ser humano. Proviene de un sentimiento de consideración por las entidades no humanas. Sin embargo, a pesar de ser un planteamiento surgido desde el enfoque de la Economía Ambiental23, desde la perspectiva filosófica se identifica con el planteamiento de la Economía Ecológica al pretender mantener la sustentabilidad de las existencias de capital. Una tercera escuela es la que agrupa varias opciones que pretenden capturar la complejidad de los procesos de toma de decisiones, proponiendo una combinación de muchos parámetros del valor, con el propósito de superar las limitaciones de disponibilidad de información que presentan las primeras dos escuelas mediante el desarrollo de métodos de Evaluación multicriterio, que se basan en un proceso participativo de todos los agentes implicados en un problema. Estos métodos permiten incorporar los conflictos que existen entre los objetivos económicos, ambientales y sociales, en distintas escalas de decisión, a partir de la consideración de factores cualitativos y cuantitativos que se aplican a los problemas específicos de la gestión ambiental (Munda, 1998). En este contexto, los agentes no optimizan sus decisiones con base en un objetivo único, sino que buscan un equilibrio o compromiso entre un conjunto de objetivos en conflicto (Romero, 1993). Aunque el método no resuelve todos los conflictos ayuda a penetrar en la naturaleza de los mismos con el fin de encontrar compromisos políticos en el caso de preferencias divergentes y de esta manera juega un papel vital como herramienta de gestión. Además, al usar variables difusas en su evaluación permite ser utilizada como herramienta de decisión para el manejo de problemas ambientales caracterizados por una alta incertidumbre y evaluaciones aproximadas, y los procedimientos matemáticos desarrollados pueden ser una herramienta eficiente para tratar aspectos de eficiencia, equidad y de interacciones entre la economía y el ambiente (Munda, 1998).

Con base en los postulados de las tres escuelas que en términos generales aplican los preceptos de la Economía Ecológica, se podría circunscribir una cuarta manera24 de gestionar el ambiente, que es en la actualidad una de las

23 Ver el análisis del planteamiento del VET que aparece en el item 1.1.1 de esta investigación.

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formas más utilizada para hacer operativo el concepto de sostenibilidad ambiental fuerte a través de la identificación de las funciones ambientales que cumplen los ecosistemas. Para ello, se empieza por indicar la importancia de la naturaleza para el equilibrio de la biosfera y la sociedad humana, a través del concepto de Capital Natural, que es definido como la reserva que tiene la capacidad de dar lugar a un flujo de bienes y/o servicios. En el siguiente apartado se profundizarán los postulados de esta escuela. Para terminar con la introducción a los postulados de cada uno de los dos enfoques económicos, se muestra a continuación lo que varios autores han dicho sobre las diferencias entre ambos. Los enfoques de la Economía Ambiental y de la Economía Ecológica difieren en el análisis que respectivamente hacen de la valoración de los bienes y servicios de los ecosistemas porque frente a la idea de un beneficio financiero a corto plazo del primero, está la idea del mantenimiento de la vida en forma indefinida o sostenible, del segundo. La Economía Ambiental parte del supuesto de que las preferencias individuales se pueden sumar para obtener las preferencias de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, la posibilidad de sumar los diferentes valores se ve restringida por la dificultad de reducir los mismos a una unidad de medida común. Además en muchas ocasiones será imposible asignar valor monetario a bienes y servicios intangibles tales como el valor de existencia, de legado y a los valores ecosistémicos. Para poder calcular o tratar de calcular los valores de los bienes o servicios que proveen los ecosistemas, estos métodos de la economía ambiental aplican una reducción del universo con una visión unidimensional, lo que implica que muchos de ellos quedan por fuera del análisis, en el intento por adaptar la realidad a lo restringido de la metodología. Elegir una alta tasa de interés de mercado para definir la tasa de descuento correspondiente refleja una mayor importancia del consumo presente, lo que representa mayor extracción de recursos naturales, que puede llevar a su destrucción. Según Castilla (1992) esto es una prueba clara de que la valoración económica va por un lado y el funcionamiento de los ecosistemas por otro. La Economía Ecológica, por su parte, sustituye las preferencias individuales por un estándar de aceptación general. Propone la utilización de medidas físicas en el entendido de que es imposible traducir ciertos servicios ecosistémicos en medidas monetarias únicamente. Sugiere un enfoque sistémico que permite captar la complejidad de los sistemas que abarca las interrelaciones existentes entre ellos. Trata de adaptar la metodología a lo complejo de la realidad proponiendo un modelo ecointegrador que modifique los objetivos de la producción, el consumo, la orientación del cambio tecnológico y las relaciones entre naciones subdesarrolladas e industrializadas. Se basa en principios éticos y sociales que sobrepasan el ámbito puramente económico al sugerir una tasa de descuento

24 Tiene en cuenta los límites biofísicos del planeta con el desarrollo del concepto de capacidad de carga. Pone en práctica los postulados de escuela “asignativa” para hacer algunas valoraciones. Por último, utiliza los planteamientos de la Evaluación multicriterio al utilizarla como herramienta para la toma de decisiones.

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igual a cero, lo que implica igual importancia en el presente y el futuro para los recursos de la biodiversidad. Aún a pesar de estas críticas, Costanza et al., (1997) afirmaron que a pesar de los problemas conceptuales y empíricos inherentes a la producción de estimados que permitan valorar monetariamente los bienes y servicios de los ecosistemas, la valoración debe hacerse porque esta información: a) puede ser utilizada como fundamento de las decisiones políticas que afectan los ecosistemas (análisis costo-beneficio); b) puede resultar útil para las organizaciones en defensa de la naturaleza ya que permiten conocer con mayor rigor el valor del patrimonio natural que defienden; c) puede ayudar en el cálculo de las indemnizaciones que se han de pagar por daños ocasionados cuando se esté dirimiendo un conflicto desde la perspectiva de los tribunales de justicia; y d) porque los países en desarrollo pueden utilizarla para aprovechar el potencial económico de sus recursos naturales desde una base sostenible. De la misma manera, Castiblanco (2003) propone hacer la valoración monetaria por tres razones: a) por la relevancia que tiene para la toma de decisiones, tanto públicas como privadas, en la evaluación de proyectos que planteen alternativas de uso de los ecosistemas; b) porque juega un papel muy importante en el diseño de políticas ambientales para regular el acceso y uso de los recursos; y c) porque los recursos naturales son el cimiento esencial para la actividad económica al ser considerados como parte del capital del cual la economía deriva su ingreso. Sin embargo, esta autora reconoce que los tres métodos25 utilizados para hacer esta valoración monetaria son criticados por la precisión y por la naturaleza misma de las técnicas. De esta forma se cuestionan los formatos de las encuestas, la forma de recolectar la información, el que las técnicas no se apliquen con base en un comportamiento real del individuo y el que las cifras se generen en situaciones construidas muy diferentes a la cotidianidad de los encuestados. Citando a varios autores que están preocupados por disminuir estos sesgos y parcialidades desde la estadística26, considera que el reto de los investigadores es muy grande sobre todo para la monetarización de los valores de no uso, como los de opción, y los valores futuros de los ecosistemas o los valores de herencia o legado. Por otro lado, Kristrom & Riera (1997) señalaron que la razón principal por la que se valoran monetariamente los bienes sin mercado es por la misma que se valoran los bienes privados: para darles un uso más eficiente a través de un precio. De la misma manera que Castiblanco, estos autores reconocen que es cuestionable que sean los consumidores los que determinen en definitiva la estructura productiva y distributiva de la sociedad ya que esto supone aceptar como bueno el principio de la soberanía del consumidor y el sistema de democracia del mercado, sin importar el impacto sobre el resto de los seres vivos. Además, los conocimientos científicos

25 Método del costo de viaje, Precios hedónicos y Valoración Contingente. 26 Cita a Mitchell & Carson, (1993) y Broolshire, (1982).

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actuales acerca de los sistemas ecológicos no proveen la información necesaria para realizar una evaluación económica monetaria exhaustiva. A pesar de que Costanza et al., (1997) encontraron que la elaboración de un estimado para valorar monetariamente los ecosistemas a partir de los resultados de varias metodologías aplicadas en diferentes parte del mundo, permitía, entre otras cosas, hacer un rango de los valores potenciales de los servicios de los ecosistemas más aparentes y establecer una primera aproximación de la magnitud relativa de los servicios de los ecosistemas globales, Castiblanco (2003) considera que no es posible ponerle precio a lo que no se conoce y que al ser las personas quienes expresan su disponibilidad a pagar por los beneficios que proveen los ecosistemas, dichas valoraciones están sujetas a la información o grado de educación que posea la persona que monetariza. Los pobladores de las zonas donde estén ubicados los ecosistemas y las instancias donde se toman las decisiones, como el gobierno central, empresas y entidades ambientales se caracterizan por el gran desconocimiento de los beneficios y las funciones estratégicas que desempeñan los ecosistemas como por ejemplo los humedales, páramos, sabanas, manglares, etc. Asimismo, Page (1991), analizando el problema de la valoración monetaria y la sostenibilidad, afirma que debe ser elaborada una nueva teoría del valor debido a que el modelo de vida fundamentado en la definición que se le ha dado al concepto, ha producido demasiados daños en el planeta cuya escala de recuperación en muchos casos es geológica. Asimismo, Limburg et al., (2002) consideran que desde una perspectiva ecológica el concepto de valor de los ecosistemas es mucho más amplio que el manejado la economía porque en ellos se deben identificar las estructuras clave, las funciones y las interacciones entre los elementos que los constituyen para entender la importancia del mantenimiento de su equilibrio para la producción de bienes y servicios. Esta infravaloración de los recursos naturales fue identificada por Castiblanco (2003) como producto de:

� El que sean bienes públicos o de libre acceso: los bienes públicos tienen dos características, no exclusión (una vez que se ofrece a una persona se ofrecen a todas) y no rivalidad en el consumo (si alguien lo consume no reduce el consumo potencial de los demás). Los bienes de libre acceso son aquellos que están al acceso no controlado de los individuos que encuentran rentable o útil usarlos, y aunque este uso no tiene costo sí existe rivalidad en el consumo, es decir, el uso de alguien limita el uso de otra persona. La ausencia de regulación en el uso de este tipo de recursos propicia el agotamiento y la sobreexplotación.

� Políticas económicas inapropiadas, ya que la fijación de precios, subsidios,

cuotas y otros procedimientos pueden distorsionar los precios, así que estos no reflejan los valores de mercado de los recursos, provocando un uso ineficiente y/o excesivo que generan grandes impactos negativos.

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� Fallas institucionales, como deficiencias básicas en los circuitos de producción y demanda, falta de demanda a los subproductos de la actividad económica, como los desechos, las emisiones y los efluentes; falta de infraestructura de acceso a los recursos o deficiencias en el establecimiento de los derechos de propiedad que hacen muy difícil la incorporación de ellos en el ciclo económico.

� Altas tasas de descuento en los análisis costo-beneficio para la toma de

decisiones, porque descontar significa valorar menos los costos y beneficios futuros que los actuales. Por esto Norgaard & Howarth (1991), en su intento por definir cómo establecer las tasas de descuento para hacer uso de los recursos naturales, proponen la necesidad de evaluar su funcionamiento para identificar la capacidad de regeneración después de su uso y la capacidad de asimilación de los ecosistemas de los desechos producidos.

� Por ser los recursos naturales el cimiento esencial de las actividades

económicas, son considerados como parte del capital del cual deriva sus ingresos, sin embargo, su deterioro no aparece registrado en el Sistema de Cuentas Nacionales27, y por esto el PIB, el PNB o las tasas de crecimiento no reflejan el aporte real del capital natural al sistema económico. Aguilera & Alcántara (1994) consideran que esta ausencia más el análisis costo-beneficio para la toma de decisiones son los dos puntos relevantes del debate sobre la valoración monetaria de los bienes y servicios de los ecosistemas.

En palabras de Wackernagel & Rees (2001), el análisis convencional de la economía está basado en un flujo circular del valor de intercambio (flujos de dinero) entre los hogares y las empresas (como lo demuestran las medidas estándar del PIB) que no tienen en cuenta las medidas físicas del capital natural, el ingreso natural y las consecuentes transformaciones de materia/energía, que son básicas para un enfoque ecológicamente informado. Y aunque es posible monitorear la disponibilidad de energía, materia y otras formas de ingreso natural, en términos de medidas físicas de los flujos y existencias de capital natural o términos de precios corrientes de los bienes y servicios que se transan en el mercado, para estos autores los análisis monetarios pueden ser engañosos en su evaluación de la sostenibilidad o los factores limitantes del capital natural por los siguientes motivos:

� Las interpretaciones monetarias de las demandas constantes de capital natural pueden enmascarar una disminución de las existencias físicas. De acuerdo a la teoría neoclásica de la economía el precio marginal de los bienes se incrementa a medida que son más escasos. Si la premisa fuera cierta los precios crecientes (los que señalan la escasez del recurso)

27 Para profundizar sobre la manera como se pueden modificar estos sistemas en los países ver Hannon (1991)

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podrían mantener constante el ingreso o el valor total de una reserva de capital específico, mientras las existencias físicas estén realmente disminuyendo. En otros casos los precios puede caer (lo que da a entender una abundancia de recursos) mientras que las existencias se están agotando debido a factores externos al mercado o a mejorías en las tecnologías extractivas.

� En cualquier evento la escasez biofísica o ecofuncional no se ve bien

reflejada en el mercado. Como se mencionó en el anterior item los precios de mercado generalmente no tienen en cuenta el tamaño de las existencias de capital natural restantes ni si hay un tamaño mínimo crítico de existencias bajo el cual la recuperación será imposible. De esta manera los precios no sólo no reflejan el tamaño de las existencias ni la fragilidad de los sistemas, tampoco dan cuenta de la escasez en el mercado porque están más influenciados por la demanda a corto plazo, el estado de la tecnología (costos de transacciones, procesamiento y extracción), la intensidad de la competencia, la disponibilidad de sustitutos, etc. Por otro lado, el mercado es incapaz de detectar los comportamientos sistémicos de la naturaleza que se caracterizan por desfases temporales y cambios repentinos irreversibles (o tiempos de recuperación muy largos) que van en contravía del cambio suave y reversible del abastecimiento y de los precios que presume el modelo económico convencional.

� Los análisis monetarios son sistemáticamente parciales porque descuentan

el futuro. Descontar el futuro hace que la naturaleza parezca tener cada vez menos valor mientras más lejos se mira en el futuro. Sin embargo, la vida depende de la continuidad ecológica: dado el estado de nuestros conocimientos, es probable que las futuras generaciones necesiten la misma cantidad de los mismos tipos de bienes y servicios ecológicos críticos que los que necesitamos hoy, cualquiera sea el valor (monetario) actual descontado de estos bienes. Por ejemplo, asfaltar sobre tierras agrícolas para hacer un centro comercial hoy significa que se conoce tanto el valor futuro de la productividad ecológica perdida como las ganancias monetarias anticipadas que compensarán esta pérdida. Por todo lo anterior los enfoques típicos de descuento de los servicios de la naturaleza constituyen un prejuicio sistemático y peligroso en contra del futuro.

� La utilidad de los indicadores monetarios disminuye aún más debido a las

fluctuaciones del mercado, las que afectan los precios pero no el valor ecológico o la integridad del capital natural. Por ejemplo, las fluctuaciones de los precios mundiales no están relacionadas a las circunstancias locales ni a las variaciones interregionales, pero afectan la fuerza económica relativa de distintas regiones y con esto los valores percibidos en torno al capital natural local. De esta manera, los valores monetarios y los mercados pueden alterar seriamente las prácticas de gestión y de conservación local con respecto a la tierra agrícola, aunque su productividad inherente y

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contribución potencial a la seguridad alimentaria a largo plazo se mantenga invariable.

� Los valores monetarios no distinguen entre bienes sustituibles y bienes

complementarios. Mas aún, en las hojas de balances monetarios, todos los precios están sumados o restados como si los bienes que tienen los mismos precios fueran de igual importancia para la vida humana. Esto desconoce que muchos bienes y servicios de la naturaleza son virtualmente prerrequisitos para la vida, y por ello no son conmensurables con algún artificio humano. Aunque exista sustituibilidad entre insumos industriales (por ejemplo la fibra de vidrio está reemplazando los cables de cobre en la transmisión de datos y comunicaciones) no pasa lo mismo a todos los posibles cambios entre el capital natural y el manufacturado.

� El potencial de crecimiento del dinero es teóricamente sin límites, lo cual

obscurece la posibilidad que puedan existir límites biofísicos al crecimiento económico. El análisis monetario no reconoce la Línea Plimsoll que indica la capacidad de carga máxima de un barco, el crecimiento excesivo puede llegar a hundir el barco. La eficiencia de Pareto, que es el criterio comúnmente utilizado para medir la salud macroeconómica, sólo se encarga de asegurar que la carga esté distribuida de tal manera que el barco se hunda de manera óptima.

� Por último, Wackernagel & Rees, (2001) consideran que quizá la objeción

más seria al análisis monetario es la ausencia de mercados para muchos de los procesos vitales y las existencias de capital natural crítico (la capa de ozono, la fijación de nitrógeno, la distribución global del calor, la estabilidad climática, etc). Los enfoques convencionales de la conservación y la sostenibilidad se basan principalmente en los valores monetarios de los bienes (recursos) comerciables (madera, fibra) y son insensibles a las funciones intangibles que están fuera del mercado del capital natural que las produce (por ejemplo, el ecosistema forestal). Estas funciones son destruidas al cosecharse el recurso. Además, existen limitaciones severas para establecer precios sombra válidos, aún para los bienes y servicios ecológicos que son familiares y ninguna posibilidad para aquellas funciones cuya misma existencia es desconocida (y puede ser inherentemente imposible de conocer). En situaciones como estas los precios no son buenos indicadores de escasez.

Para terminar este análisis es necesario decir que la crisis ambiental es un componente destacado de la crisis de la civilización industrial y por eso no se puede estudiar separadamente de este contexto. Este reconocimiento nos exige lograr una mejor gestión política, ampliar la legislación en materia ambiental, potenciar una educación de respeto por la naturaleza y a las generaciones futuras, y desde el terreno de la filosofía práctica, diseñar una ética capaz de enfrentarse a estos nuevos retos a partir de conocimientos confiables arrojados por la gestión de los de los bienes y servicios de los ecosistemas, a partir de comprensión del papel

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que desempeñan en los propósitos centrales de la sostenibilidad y su participación en los flujos biogeoquímicos del planeta.

1.2 LOS ECOSISTEMAS COMO CAPITAL NATURAL Como se explicó en el apartado anterior el sistema económico reposa sobre los cimientos de la naturaleza. Por una parte, los ecosistemas son la fuente de todos los materiales y la energía procesados a lo largo de los sistemas productivos hasta su transformación en bienes o servicios de consumo. Por otra parte, los ecosistemas son el sumidero al que van a parar todos los residuos derivados del metabolismo socioeconómico, tanto en sus fases productivas como consuntivas. La necesidad de reflejar este hecho erige la noción de capital natural como concepto clave para poner de relieve el papel que juegan los ecosistemas en el sustento de la economía y de esta manera articular la naturaleza en el lenguaje económico. Aunque si bien es cierto que algunos autores han respaldado esta sustentación teórica (El Serafy, 1990; Costanza & Daly, 1991; De Groot & Gómez-Baggethun, 2007, entre otros) muchos otros la han criticado (Victor, 1991; Harte, 1995; Leff, 1994; Gudynas, 2004; Granda, 2006) por considerar que denominar la naturaleza como un tipo de capital es mercantilizarla y que ésta no es la mejor estrategia para resolver nuestros problemas de escasez y crisis ambiental. Aunque no forma parte de los objetivos de esta investigación profundizar en dicho debate, las críticas realizadas por Victor (1991) y Granda (2006) para sustentar su rechazo al uso del concepto de capital natural, sirven para entender que no es tan simple soslayar la discusión sobre esos fundamentos teóricos28 pero también para resaltar que el debate teórico ha formado parte de la evolución histórica del concepto CAPITAL y por eso no existe una única definición que suscriban todos los economistas. De acuerdo a la definición dada por la Economía Ecológica el concepto de capital natural tiene un antecedente claro en el factor de producción tierra considerado por la economía clásica. Asimismo, podemos encontrar alusiones metafóricas al concepto de capital natural desde hace más de un siglo. Walras habló ya en el siglo XIX de las tierras como “capitales naturales y no artificiales o producidos” (Walras, 1987). La moderna noción de capital natural se intuye también en la obra de Vogt (1948), quien señaló que al consumir nuestro verdadero capital, el de los recursos naturales, reducimos la posibilidad de que algún día consigamos pagar la deuda que hemos contraído con la naturaleza. La mención explícita del capital natural para referirse a los ecosistemas aparece 25 años después en la obra de Schumacher (1978), que utilizó dicho concepto en referencia a los combustibles fósiles. Sin embargo, la noción de capital natural no quedaría formalizada hasta principios de los años 90, gracias a los trabajos desarrollados en los campos de la

28 No obstante en el apartado donde se analiza la metodología CRITINC se mostrará que lo importante es encontrar un instrumento aplicación coherente con el soporte teórico de la economía ecológica.

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Economía Ambiental y la Economía Ecológica (véase Pearce & Turner, 1995; Costanza & Daly, 1992). Costanza & Daly (1992) definieron capital natural como toda reserva que genera un flujo de bienes y servicios útiles o renta natural a lo largo del tiempo. Dicha definición, ha persistido hasta la actualidad en la literatura con pequeñas variaciones o matices. No obstante, desde la perspectiva ecológica, el capital natural no puede ser concebido como una simple reserva o agregación de elementos. A parte de estos componentes (estructura del ecosistema), el capital natural engloba todos aquellos procesos e interacciones entre los mismos (funcionamiento del ecosistema) que determinan su integridad y resiliencia ecológica. Para Ekins et al., (2003) el capital natural es una categoría más del capital total, que está desagregado en tres tipos diferentes: natural, manufacturado, y humano29.

a) El capital natural es una metáfora para indicar la importancia de los elementos de la naturaleza (por ejemplo, minerales, ecosistemas y procesos ecosistémicos) para la sociedad humana. Es una categoría compleja que realiza cuatro tipos de funciones ambientales30, de las cuales dos son directamente relevantes para el proceso de producción. La primera es el suministro de recursos para la producción, es decir, las materias primas que se convierten en alimento, combustibles, metales, madera, etc. La segunda es la absorción de los desechos de la producción, tanto de los procesos de producción como de la eliminación de los bienes de consumo. Cuando estos desechos añaden a, o mejoran la reserva de capital ecológico (por ejemplo, a través del reciclaje o la fertilización del suelo por el ganado), pueden ser considerados como inversión. Pero lo más usual es que destruyen, contaminan o erosionan, con los consecuentes impactos negativos sobre las reservas de capital ecológico, humano o manufacturado, entonces, como agentes de deterioro ambiental, pueden ser considerados como los causantes de la inversión negativa, la depreciación o el consumo del capital. El tercer tipo de función ambiental no contribuye directamente a la producción, pero en muchos casos es el tipo de función más importante porque provee el contexto básico y las condiciones con las cuales la producción es posible totalmente. Esto comprende las funciones básicas para el soporte de vida, como las que producen la estabilidad del clima y los ecosistemas, y la protección de la radiación ultravioleta por la capa de ozono, entre otras. El cuarto tipo de función ambiental contribuye a la salud y bienestar humano a través de lo

29 Este autor enuncia un cuarto tipo de capital, el social/organizacional, pero no lo explica ni lo incluye dentro de la propuesta de la metodología CRITINC. 30 Más adelante se hablará con más detalle de la definición, composición y diferenciación de las funciones de los ecosistemas.

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que puede llamarse “servicios de amenidad”, como la belleza de las zonas selváticas y otras áreas naturales. Tanto las funciones de soporte de vida como los servicios de amenidad son producidos directamente por el capital ecológico independientemente de la actividad humana, pero la actividad humana puede seguramente tener un efecto (frecuentemente negativo) sobre el capital responsable y de esta manera, sobre las funciones producidas por él.

El capital natural está definido por un número de características ambientales que a su vez determinan la capacidad de los ecosistemas para suministrar bienes y servicios. Estas características ambientales son muchas (por ejemplo, De Groot (1992) lista 53, clasificadas en nueve grupos), que pueden estar relacionadas a su vez con tres medios ambientales fundamentales (aire, agua y tierra) y con la vida que ellos soportan, a través de los hábitat que sostienen. Estos cuatro medios se convierten en la base de la estructura del capital natural.

Aire: Propiedades atmosféricas y procesos climatológicos (por ejemplo, calidad del aire, precipitación, temperatura y viento) Agua: Procesos y propiedades hidrológicas (por ejemplo, reservorios de agua, residuos líquidos, descargas a los ríos, tabla de agua subterránea, calidad del agua). Suelo: Características cimentales y procesos geológicos (por ejemplo, minerales, tectónica). Procesos y propiedades geomorfológicas (p.e, estado del tiempo, albedo). Procesos y propiedades del suelo (p.e, textura, fertilidad, actividad biológica) Hábitats: Características de la vegetación (p.e, estructura, biomas, evapotranspiración). Flora y fauna (p.e, diversidad de especies, dinámicas, valor nutricional). Propiedades de la comunidad de vida (p.e, cadenas alimenticias, descomposición). Valor de conservación/aspectos de integridad (p.e, integridad, unicidad)

b) El capital manufacturado comprende bienes materiales –herramientas, máquinas, edificios, infraestructura- que contribuyen al proceso de producción pero no se incorporan en la salida y, usualmente, son “consumidos” en un período de tiempo mayor a un año. Los bienes intermedios, al contrario, o son incorporados en los bienes producidos (por ejemplo, metales, plásticos, componentes) o son inmediatamente consumidos en el proceso de producción (por ejemplo, los combustibles).

c) El capital humano comprende todas las capacidades individuales para el

trabajo; mientras que el capital social y organizacional comprende las redes y las organizaciones a través de las cuales las contribuciones de los individuos son movilizadas y coordinadas.

Lopera (2003) propuso una ecuación para describir esta relación que supone que los tipos de capital son sustituibles tal como aparece a continuación:

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K = Km + Kh + Kn

Donde Km: Capital manufacturado. Kh: Capital humano. Kn: Capital natural. Según este autor de esta ecuación es posible constatar que para que el volumen de capital se mantenga constante, la variación del capital natural debe ser igual a la suma de los capitales manufacturado y humano31. De esta manera el capital natural puede ser reemplazado por capital humano y manufacturado32. Sin embargo, para cuestionar esta afirmación cita la objeción planteada por Georgescu-Roeguen (1997)33 cuando afirmó que sólo es posible obtener un Q0 a partir de una ecuación de tipo Coob Douglas como la propuesta por Solow (1974), si el flujo de recursos naturales satisface la siguiente condición:

Ra2 = Q0/(K

a1*L0a3).

De esta ecuación se deduce que el valor de R será determinado por el valor de K, así, es posible calcular un valor de R muy pequeño a partir de un valor de K grande. Para Georgescu-Roegen, Solow debería tener en cuenta dos cosas:

a) Todo proceso material es un proceso de transformación de ciertos materiales por otros (elementos de flujo) a partir de ciertos agentes (elementos de fondo).

b) Los recursos naturales son la savia del proceso económico. Así, dado que los recursos naturales no son un simple factor de producción, entonces, para Georgescu-Roeguen (1971), la cuestión hoy es saber si estamos descubriendo nuevas fuentes de energía que puedan ser utilizadas, ya que ninguna elasticidad de una función Coob-Douglas puede ayudar a resolver esta cuestión. De esta reflexión Lopera (2003) concluye que en efecto, en el mundo abstracto de los economistas neoliberales la cuestión se reduce a encontrar las elasticidades de sustitución entre los diferentes tipos de capital. Sin embargo, se sabe que estas funciones de elasticidad suponen que el proceso de producción económico es reversible, cuando en realidad es irreversible. Por estas razones dicha representación del proceso de producción económico involucrando a los ecosistemas como un tipo de capital que puede ser sustituido por cualquiera de

31 Como se verá más adelante el concepto de sostenibilidad ambiental débil se basa en este principio, el cual supone que el capital es homogéneo y que existe sustitución perfecta entre los capitales natural y manufacturado. 32 Ver en el apartado anterior la cita de Solow (1974) 33 Veáse Ecological Economics (1997), “Forum on Gesurgescu-Roegen versus Solow/Stiglitz”. 22 (3) September.

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los otros tipos viola la segunda ley de la termodinámica. La discusión sobre la posibilidad de sustitución entre los diferentes tipos de capital también determina la definición de los diferentes tipos de sostenibilidad ambiental como se verá a continuación. 1.2.1 El Capital Natural Crítico En el apartado anterior se mencionó reiteradamente el concepto de capital natural crítico, sin explicar claramente qué es lo que se está entendiendo con esta distinción. Por esta razón se presenta a continuación el aporte de algunos autores para definir la criticidad del capital natural. Lo primero que debe decirse sobre el capital natural crítico es que es un instrumento mediante el cual se pueden establecer unas condiciones mínimas de regulación del proceso de producción para garantizar la conservación de la naturaleza. Para Turner (1993) el capital natural critico está constituido por aquellas partes vitales del ambiente que contribuyen a los sistemas de soporte a la vida, la biodiversidad y otras funciones necesarias definidas como especies y procesos claves (De Groot et al., 2003). Para Noël y O’connor (1998), citados por Lopera (2003), el capital natural crítico es definido como el conjunto de recursos ambientales que a una escala geográfica dada asegura las funciones ambientales importantes y para las cuales no existe ningún sustituto en términos de capital manufacturado o humano. A su vez Noël (2000), citado por Lopera (2003), consideró como partes del capital natural critico, el patrimonio genético, el capital natural de soporte a la vida y los elementos cuya función ambiental no puede ser sustituida a un costo aceptable. Deutsch et al., (2003) analizan la criticidad del capital natural desde dos ángulos:

� Capital natural crítico (CNC) relacionado con las funciones ambientales para el bienestar humano, es decir, las funciones fuente y sumidero o servicios del ecosistema.

� Capital natural crítico relacionado con las funciones soporte de vida de los ecosistemas, es decir, la composición de los ecosistemas y el aseguramiento para garantizar el flujo de las funciones críticas fuente y sumidero

En la primera categoría el interés se centra en el flujo y capacidad de los ecosistemas para ofrecer bienestar humano. La segunda se enfoca en la capacidad de los ecosistemas para sostener los servicios esenciales que se extraen de ellos. Es así como la resiliencia y la diversidad biológica juegan un papel clave en la composición de los ecosistemas y de esta manera proveen los prerrequisitos para las funciones fuente y sumidero. La “criticidad” de la función “soporte de vida” es en cierto modo tenida en cuenta en las funciones de regulación (De Groot, 1992), y por el concepto de resiliencia de Holling (1996). Lo que se busca con estas apreciaciones es especificar que el capital natural crítico es un activo dinámico que necesita ser monitoreado, entendido y manejado.

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De Groot et al., (2003) proponen la identificación de la Importancia y la Amenaza de los ecosistemas como criterios del CNC, definiendo a la primera a través de la Importancia Ecológica (Integridad, Biodiversidad, Particularidad, Fragilidad, Valor de Soporte de vida y Renovabilidad/Recreabilidad), Importancia Sociocultural (Salud, Amenidades, Ancestral, Espiritual y Existencia) y la Importancia Económica (Valor de uso productivo, Valor de uso consuntivo, Valor de Conservación, Valor de Opción, y Sustituibilidad). La segunda es definida a través de las mediciones de la cantidad y calidad del ecosistema, relacionadas con la cobertura espacial, la distribución y el estado actual del ecosistema comparado con un estado de referencia. Teniendo en cuenta esta diferencia entre los tipos de capital natural Lopera (2003) propuso una subdivisión del capital natural en tres tipos: capital natural renovable, capital natural no renovable y capital natural crítico34. El primero es aquel que puede ser degradado sin generar mayores traumatismos al ecosistema, ya que los daños ocasionados pueden ser reparados a unos costos aceptables. El segundo estará constituido por los recursos naturales no renovables cuyo agotamiento no pone en peligro ni la existencia de la vida humana ni la estabilidad del planeta desde el punto de vista ambiental. El tercero, es aquel cuyo deterioro pone en peligro la existencia misma de la vida humana sobre la tierra. Sin embargo, en el 2007, Lopera corrigió esta clasificación del capital natural al reconocer que el CNT debe ser mayor o por lo menos igual al CNC, que siempre será mayor que cero. De esta manera el CNT se compone de una parte que puede ser renovada y de otra que no puede serlo, cuya expresión matemática es la siguiente:

CNT = CNR + CNNR Con CNR + CNNR ≥ CNC

y CNC ≥ 0 Donde, CNT: Capital Natural Total35 CNR: Capital Natural Renovable. CNNR: Capital Natural no Renovable CNC: Capital Natural Crítico

35 Costanza & Daly (1992) definen el capital natural total CNT como: CNT = CNR +CNNR, donde CNNR es el capital natural no renovable.

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1.3 LA SOSTENIBILIDAD DEL CAPITAL NATURAL Para Ekins et al., (2003) la sostenibilidad36 depende del mantenimiento de la reserva del capital o citando la definición dada por Naturaleza Inglesa (1994), es el mantenimiento de las cualidades y características naturales del ambiente y su capacidad para desempeñar su rango completo de funciones, incluyendo el mantenimiento de la biodiversidad. Después de esta definición surge la necesidad de saber si dicho mantenimiento puede hacerse con sustitución permitida entre las partes de la reserva (tipos de capital) sabiendo que el llamado capital natural contribuye al bienestar de un modo único que no puede ser reemplazado por otro componente del capital. Dicha inquietud llevó a Turner (1993) al planteamiento de dos tipos diferentes de sostenibilidad:

� La sostenibilidad ambiental débil, que proviene de la percepción de que el bienestar no es normalmente dependiente de una forma específica de capital y puede ser mantenido sustituyendo capital natural por manufacturado, aunque con excepciones.

� La sostenibilidad ambiental fuerte, proviene de una percepción diferente en la que la sustituibilidad de capital manufacturado por natural está seriamente limitada por características ambientales como irreversibilidad, incertidumbre y la existencia de componentes “críticos” del capital natural, que hacen una contribución única al bienestar.

Para Ekins et al., (2003) el punto en disputa en estas dos definiciones es saber cuál percepción es la que más válidamente describe la realidad, y aunque resolver este punto es un asunto empírico, si la sostenibilidad débil es asumida a priori, es imposible mostrar ex post si la asunción se justificó o no, por la siguiente razón. La asunción subyacente en la sostenibilidad débil es que no hay una diferencia fundamental entre las diferentes formas de capital o entre los tipos de bienestar que ellos pueden generar. Esto permite, teóricamente al menos, que todos los tipos de capital y los servicios y bienestar generados por ellos sean expresados en las misma unidad monetaria (aunque se debe ver Faucheux et al., (1998) para una crítica teórica fundamental de las posibilidades de tal monetarización). En la práctica, pueden haber dificultades insuperables en la monetarización y agregación necesarias, pero la posición teórica es clara y se están haciendo grandes esfuerzos para hacerla operativa. Pero los números que surgen de estos esfuerzos sólo pueden mostrar si la sostenibilidad débil ha sido o no alcanzada, es decir, si el bienestar total se ha mantenido. Ellos no pueden arrojar claridad sobre la pregunta en cuanto a si la asunción de capitales conmensurables y sustituibles estuvo justificada. De esta manera no hay forma de establecer después si tales diferencias fueron importantes.

36 La definición de este concepto es la traducción del artículo de Ekins et al., (2003) complementada con las apreciaciones de otros autores.

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La asunción de sostenibilidad fuerte no sufre este defecto severo en la metodología científica. Teniendo en cuenta que el capital natural es distinto de otras clases de capital, se pueden examinar las contribuciones particulares que hace al bienestar, distinguiendo entre su contribución a la producción (a través del suministro de recursos y absorción de desechos) y los servicios que generan bienestar directamente. La evaluación puede revelar que, en algunos casos, el bienestar derivado del capital natural es completamente conmensurable con otro bienestar de la producción, así que en estos casos la sustituibilidad con otras formas de capital productivo existe y la condición de sostenibilidad débil de una reserva de capital agregado no disminuido es suficiente para mantener el bienestar. En otros casos, el resultado de la evaluación puede ser diferente. El punto más importante es que, partiendo de la asunción de sostenibilidad fuerte de no sustituibilidad en general, es posible cambiar hacia una posición de sostenibilidad débil que se muestre apropiada. Pero partiendo de una asunción de sostenibilidad débil no hay permiso para que tales perspicacias permitan excepciones que se puedan identificar. En términos de metodología científica, la sostenibilidad fuerte es por tanto preferible como la posición a priori. Hay otros motivos teóricos para escoger la suposición de sostenibilidad fuerte, además de la razón práctica de la dificultad total para realizar los cálculos de sostenibilidad débil necesarios para los efectos ambientales complejos. Victor (1991) apunta que hay un reconocimiento en la economía que vuelve hacia lo que dijo Marshall (1920) de que el capital manufacturado es fundamentalmente diferente del capital natural. El primero es capital hecho y reproducible por el hombre en las cantidades deseadas, mientras que el segundo es el “regalo libre de la naturaleza” y en muchas categorías tiene suministro fijo o limitado. Además la destrucción del capital manufacturado es raras veces irreversible (esto sólo ocurriría si el capital humano, o el conocimiento, que creó el capital manufacturado también se hubieran perdido), mientras que la extinción de especies, el cambio de clima o la combustión de combustibles fósiles, hace que el consumo de capital natural sea irreversible. Finalmente, debe anotarse que la producción de capital manufacturado necesita un constante ingreso de capital natural lo que hace que no exista una sustitución completa entre ellos. De hecho, si el proceso de industrialización es visto como la aplicación del capital humano, social y manufacturado para transformar el capital natural en más capital manufacturado y humano, entonces es posible ver los problemas ambientales actuales como la evidencia de que tal sustituibilidad no es completa. Si nuestro desarrollo actual es insostenible, es porque se están disminuyendo algunos componentes críticos y no sustituibles de la base del capital del que dependen. El “capital natural crítico” puede entonces definirse como el capital natural que es responsable de funciones ambientales importantes y que no puede ser sustituido en el suministro de estas funciones por capital manufacturado.

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1.4 LAS FUNCIONES DEL CAPITAL NATURAL Las funciones de los ecosistemas37 son las características que dan lugar a los flujos que emanan de él, que De Groot (1992) definió como la capacidad de los procesos y componentes naturales para suministrar bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas (directa y/o indirectamente). Los “bienes” (por ejemplo, recursos) son suministrados usualmente por los componentes del ecosistema (plantas, animales, minerales, etc). Los “servicios” (por ejemplo, reciclaje de desechos) por los procesos ecosistémicos (ciclos biogeoquímicos). Se han identificado y clasificado de diferentes maneras, De Groot et al., (2002) las dividieron en cuatro categorías:

� Funciones de Regulación: regulación de los procesos ecológicos esenciales y los sistemas de soporte de vida (ciclos biogeoquímicos, regulación del clima, purificación del agua, etc);

� Funciones de producción: cosecha desde los ecosistemas naturales de, por

ejemplo, alimentos, materias primas y recursos genéticos;

� Funciones de Hábitat: suministro de refugio y de reproducción de hábitat de los ecosistemas naturales para las plantas y animales silvestres y de este modo contribución (in situ) a la conservación de la diversidad biológica y genética y de los procesos evolutivos.

� Funciones de información: suministro de muchas posibilidades para

recreación y placer estético, información cultural e histórica, inspiración artística y espiritual, educación e investigación científica.

Pearce & Turner (1990) las agruparon en funciones fuente, sumidero y servicios. A estas, Noel & O´Connor (1998) les agregaron las categorías de funciones escenario, sitio y soporte de vida. Otras escuelas han usado el término servicios del ecosistema (o ecológicos) para referirse a la misma idea. Por ejemplo, Daly (1991, b) define los servicios del ecosistema como “las condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales, y las especies que los hacen, sostienen y satisfacen la vida humana” y Barbier et al., (1994) definen los servicios ecológicos como “las funciones ecológicas que soportan y protegen las actividades humanas de producción y consumo, o afectan el bienestar global de alguna forma, de esta manera impactando el bienestar humano”. Subyacente a estas categorizaciones, se puede hacer una diferencia importante entre las ´funciones del´ capital natural y las ´funciones para´ los humanos que se generan. Las ´funciones del´ capital natural (que corresponden a las funciones de De Groot de regulación o de soporte de vida, en la clasificación de

37 La definición de este concepto es la traducción del artículo de Ekins et al., (2003) complementada con las apreciaciones de otros autores.

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arriba) son los procesos y ciclos básicos en el funcionamiento interno de los sistemas naturales, que son responsables del sostenimiento y mantenimiento de la estabilidad y la resiliencia de los ecosistemas (Holling et al., 1995). Las ´funciones para´ los humanos son aquellas que suministran recursos para, y absorben los desechos de, las actividades humanas, y suministran bienestar humano de otras formas. Sin las ´funciones del´ capital natural, ninguna otra categoría de funciones sería capaz de existir en una base sostenida y sistemática. Esto implica que la economía y otro bienestar que se obtiene de las ´funciones para´ los humanos son dependientes de las ´funciones del´ capital natural, independientemente de si la gente las desea, conoce acerca de ellas o las percibe o no. La dependencia primaria de la humanidad de las ´funciones del´ capital natural refleja el hecho de que, no obstante los humanos pueden percibirlas por sí mismos, ellos son parte de, y no están aparte de, la naturaleza. Un papel significativo, todavía sin entender cabalmente, es jugado por la diversidad biológica en las funciones del capital natural (Basking, 1997) tanto para el funcionamiento de los procesos clave que soportan el flujo de bienes y servicios, como en el mantenimiento de las funciones de resiliencia frente al cambio del capital natural. La resiliencia es la capacidad de un ecosistema para amortiguar disturbios e imprevistos y de esta manera conservar opciones y oportunidades futuras (Holling, 1994) para una discusión de la biodiversidad y la resiliencia con relación al crecimiento de la población humana). Este papel de la biodiversidad puede ser pensado como un seguro de la función de regulación del capital natural. De esta manera, las funciones de regulación juegan un papel fundamental en el soporte a la vida, regulando los procesos involucrados en el capital natural y manteniendo la integridad de los ecosistemas y la biosfera. Las ´funciones para´ la gente, no obstante estar categorizadas, contribuyen todas directamente de alguna forma al bienestar humano. Como se apuntó arriba, algún acto como ingresos a, o desechos absorbidos desde, la economía, otras ayudan a mantener la salud humana o contribuyen para otros aspectos del bienestar humano. Si las funciones ambientales (tanto las de soporte de vida ´del´ capital natural como aquellas que se suministran directamente ´para´ la gente) contribuyen al bienestar humano, entonces tienen un valor. De Groot (1992) identificó nueve tipos diferentes de valores de las funciones ambientales, agrupados bajo las tres dimensiones del desarrollo sostenible: Ecológica (valores de conservación y existencia) Social (valores de salud humana, personal, comunitario y de opción) Económica (valores consuntivo, productivo y de empleo) Estos valores son una fuente directa de bienestar humano. El valor de conservación reside principalmente en la regulación de las funciones de soporte de vida. El valor de existencia refleja el bienestar que la gente obtiene de

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simplemente conocer que alguna función ambiental, o parte de la naturaleza, existe. Muchas funciones ambientales contribuyen directa o indirectamente a la salud humana. Muchas funciones ambientales, especialmente las de hábitat e información, contribuyen al bienestar comunitario. El valor de opción proviene del interés que la gente tiene de mantener las funciones ambientales para un posible uso de las generaciones futuras. Los valores económicos de los usos consuntivo y productivo provienen principalmente de las funciones ambientales fuente y sumidero. El valor de empleo proviene también del servicio de las funciones ambientales (por ejemplo, la dependencia de mucho turismo sobre las áreas naturales sin estropear). Hay influencias sociales, económicas, éticas y ambientales sobre la reserva de capital natural, los elementos de la materia, energía y ecosistemas, que incluyen los ecosistemas cultivados por el hombre (por ejemplo, plantaciones forestales, cereales). Estos elementos son puestos en los procesos naturales que sostienen los ecosistemas y toda la vida dentro de ellos, que son llamados colectivamente 'las funciones del capital natural' y que también pueden ser descritas como funciones de regulación, hábitat o soporte de vida. Ellas sostienen los ecosistemas y les dan resiliencia. Los elementos y funciones del capital natural generan un rango de funciones ambientales para la gente. Estas funciones incluyen las que previamente fueron clasificadas como funciones de hábitat, producción e información, o como funciones fuente, sumidero y servicio, con la posterior división en funciones de soporte de vida, escenario y sitio. En este caso, las funciones hábitat y soporte de vida están relacionadas con la gente más que con los ecosistemas (aunque, en general, las funciones para la gente dependen de las funciones del capital natural, así que las funciones hábitat y de soporte a la vida para la gente dependen de la operación continua de las funciones hábitat y de soporte de vida relacionadas con los ecosistemas). Tanto las funciones del capital natural como las funciones para la gente están sujetas a factores espaciales, así que en el análisis de ellas debería prestársele atención a la escala espacial. Las funciones para la gente generan bienestar humano, dividido aquí en tres partes: bienestar económico, bienestar relacionado con la salud y todos los otros bienestares. El centro del problema ambiental es que en su uso de las funciones ambientales para la gente, particularmente aquellas que generan bienestar económico, la humanidad está teniendo un impacto e influencia negativos sobre la reserva de capital natural, y particularmente sobre las funciones de esta reserva que son responsables de la estabilidad y resiliencia de los ecosistemas. Pero a largo plazo, la generación de bienestar ' funciones para la gente ' sólo será sostenida a través de la operación continuada de las ' las funciones de la naturaleza” de soporte de vida. El propósito de acentuar la distinción entre las funciones de capital natural fundamentales y las funciones más obvias para la gente es que las primeras no son frecuentemente percibidas y por tanto valoradas por la especie humana hasta que la función es dañada o perdida.

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La identificación de las funciones ambientales y el capital natural que se requiere para ellas es un ejercicio objetivo ampliamente informado por la ciencia ambiental, aunque permanecen grandes áreas de incertidumbre o incluso ignorancia acerca de las causas, efectos y dinámicas de las funciones del capital natural que sostienen los ecosistemas. Por otro lado, la percepción y valoración de lo que las funciones en realidad entregan a la vida humana y la sociedad es un asunto subjetivo. Para esas funciones que contribuyen a la economía a través de transacciones, las convenciones de la valoración mercantil pueden permitir que se exprese su valor en términos monetarios y directamente compararlo con otras fuentes de valor económico. Para las funciones que contribuyen a la salud y la ampliación del bienestar humano y especialmente aquellas que sostienen los ecosistemas, la aplicación de tales convenciones es problemática, tanto en la teoría como en la práctica. Las decisiones de mercado en estas situaciones probablemente necesitan otros criterios y consideraciones. Por otro lado, las cuatro categorías de funciones ambientales de De Groot están relacionadas con aspectos muy diferentes del capital natural que las suministra, por tanto los criterios para definir su importancia y uso sostenible necesitan ser evaluados de formas diferentes, teniendo presente que cada criterio necesita ser interpretado de una forma que refleje la dinámica esencial del ecosistema:

� Para las funciones de regulación (por ej, mantenimiento de la resiliencia ecosistémica, reciclaje de desechos, prevención de erosión, mantenimiento de la calidad del aire) se incluyen criterios como capacidad de carga, conservación de la biodiversidad e integridad de los procesos esenciales para el soporte de la vida.

� Para las funciones hábitat (por ej, conservación de especies) se adiciona una dimensión espacial (por ej, tamaño crítico mínimo del ecosistema)

� Para las funciones de producción (por ej, extracción de recursos) es un criterio importante el nivel máximo de producción sostenible

� Para las funciones de información los criterios son derivados y manejados por la ciencia social (por ej, la percepción del valor paisajístico; el valor histórico y cultural, etc).

En una situación de conocimiento completo acerca de la contribución de las diferentes funciones al bienestar humano, su importancia puede ser evaluada en estos términos y las funciones estimadas de ese modo pueden ser relacionadas con las reservas específicas de capital natural que es responsable de ellas. Desafortunadamente, existe una enorme incertidumbre acerca de cuáles funciones son importantes para el bienestar humano y por qué, especialmente las relacionadas con las funciones de regulación y hábitat que se cree sostienen los procesos vivos, y cuáles componentes dificultan cuantificar su contribución al bienestar humano. Aunque las técnicas de valoración monetaria pueden capturar algunos valores ecosistémicos, tanto las técnicas como los números producidos por ellas continúan cargados con problemas de interpretación38. Más que usar

38 Esta apreciación ya fue profundizada en el apartado anterior.

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tales técnicas, parece preferible identificar alguna función ambiental como “importante” o crítica (y de esta manera esencial para la sostenibilidad):

� Que no pueda ser sustituida por alguna otra función, ambiental o no, en términos de generación de bienestar;

� La pérdida sería irreversible; � La pérdida sería riesgosa o, se supone actualmente, como pérdida excesiva

La coincidencia simultánea de incertidumbre, irreversibilidad y posibles grandes costos o excesiva pérdida, ha sido reconocida como una importante consideración para la política ambiental. Como se mencionó anteriormente, el trabajo clásico de Ciriacy-Wantrup (1952) prefiguró muchos de los intereses actuales de sostenibilidad con el desarrollo del concepto de “el estándar mínimo de seguridad”. Este autor identificó la existencia de “zonas críticas” para muchos recursos, especialmente renovables, donde se establece un rango de tasas (o flujos de los recursos) más o menos claramente definido, bajo el cual una disminución en el flujo no puede ser reversible económicamente bajo las condiciones previsibles del presente. Frecuentemente tal irreversibilidad no es sólo económica también es tecnológica y biológica, por ejemplo con la extinción de especies. En la terminología empleada aquí, esto significa que la pérdida de funciones ambientales puede ser irreversible. El concepto de “zona crítica” es notablemente similar al de “carga crítica” que es empleado en la política ambiental moderna (por ej, con respecto a la reducción de emisiones de SO2 ordenada por el segundo protocolo de azufre (Ekins, 2000). Entonces Ciriacy-Wantrup identificó la posibilidad de “excesivas pérdidas” por la degradación ambiental, con respecto a que: “un objetivo importante de las decisiones de conservación es evitar las posibles pérdidas excesivas -aunque de poca probabilidad- aceptando la posibilidad de moderadas -aunque sean las más probables”. Una regla de decisión que alcanzaría esto es el criterio de minimáximo, que implica el máximo de reducción con el mínimo pérdidas posibles. La aplicación de este criterio para los recursos caracterizados por las zonas críticas llevó a Ciriacy-Wantrup a recomendar el “estándar mínimo seguro –EMS-” como un objetivo de política de conservación (que hoy sería llamada ambiental): “Un estándar mínimo seguro de conservación es alcanzado evitando la zona crítica – que es, esas condiciones físicas, producidas por la acción humana, que harían poco económico parar y reversar la contaminación”. En el contexto de los sistemas complejos, la zona crítica puede ser pensada como el umbral, el punto desde el que un ecosistema puede transformarse en otro dominio de estabilidad. Evitar exceder el umbral implica que la gestión debe construir la capacidad de amortiguación o resiliencia. Bishop (1993) trae el enfoque EMS en el contexto del discurso ambiental actual relacionado con la sostenibilidad: “Para alcanzar políticas de sostenibilidad debería considerarse obligar a que las operaciones diarias de la economía sean en formas que aumenten la dotación de recursos naturales para las generaciones futuras, pero observando las implicaciones económicas de los pasos específicos

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para implementarlas. Aquí, el estándar mínimo seguro se ha convertido en un estándar de sostenibilidad. En los términos discutidos previamente, esas actividades que suponen la posibilidad de efectos irreversibles y costos excesivos son identificadas actualmente como insostenibles ambientalmente. El enfoque EMS sugiere que las políticas obliguen o transformen esas actividades hacia la sostenibilidad no deberían ser consideradas en una estructura normal de costo beneficio sino una que busque evitar los costos intolerables y alcance el estándar de sostenibilidad de una forma costo efectiva. La demanda de sostenibilidad ambiental para esta preeminencia como un objetivo político está basada en la importancia de las funciones ambientales para el bienestar humano y en que a su pérdida pueden estar asociados irreversibilidades y altos costos. Aún así, como se dijo antes, no todas las funciones ambientales pueden, o necesitan, ser sostenidas en todas partes. Debería hacerse alguna valoración de esas funciones que juegan un papel particularmente importante en el soporte de vida y el bienestar humano, y cambiar las políticas de sostenibilidad hacia esto. La función ambiental más importante, la de mayor peso que debería ser adjuntado a su uso sostenible. Las funciones importantes de este tipo pueden ser llamadas “funciones ambientales críticas”. Allí donde las reservas de capital realizan estas funciones no pueden ser sustituidas por otras reservas de capital ambiental u otro tipo de capital que realice las mismas funciones, entonces pueden llamarse “capital natural crítico” Con el actual estado incierto sobre el conocimiento acerca de los ecosistemas y las funciones ambientales en general, es muy difícil juzgar cuáles son críticas y cuáles no. Es probable, por ejemplo, que todas las funciones de regulación del capital natural sean críticas porque no es claro cómo operarían los sistemas naturales con funciones dañadas, aunque investigaciones recientes sugieren la existencia de umbrales ambientales y cambios irreversibles cuando la resiliencia está perdida. Probablemente sea alguna, y tal vez de redundancia ecológica considerable – no todas las especies que se dan en un hábitat dado y realmente crítico para el funcionamiento de ese hábitat. Sin embargo, no está del todo claro ex ante cuáles especies son o pueden ser redundantes. Por eso la ciencia sugiere mucha precaución en la categorización de las funciones ambientales (y, por extensión, elementos del capital natural como especies individuales) como no críticas porque el daño de la pérdida de tales funciones puede ocasionar efectos insostenibles. Sin embargo, en muchos casos, especialmente donde las funciones que no son de regulación son preocupantes, que cuentan más como un “efecto insostenible” que como un costo económico sostenible es un asunto de juicio que la ciencia sólo puede resolver parcialmente. La ética y la actitud hacia el riesgo también juegan un papel significativo aquí. Es importante que la base del juicio esté articulada claramente, especialmente quién es responsable de los efectos y quién está relacionado con sus costos, y diferenciando las contribuciones hechas por la ciencia, la ética y la aceptación o aversión al riesgo.

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Si la consideración clave para la sostenibilidad ambiental es el mantenimiento de las funciones que son importantes para el bienestar humano, entonces es sobre las funciones para la gente sobre las que se debe enfocar la atención. Esto fue dicho en una sección previa que la contribución principal de estas funciones relacionadas con la economía (con una conveniente división posterior en funciones fuente y sumidero), la salud humana y otros tipos de bienestar humano. También se dijo que las funciones para la gente son fundamentalmente dependientes de las funciones de la naturaleza de soporte de vida. Esto sugiere que los principios de la sostenibilidad ambiental necesitarán mantener las funciones ambientales importantes como sigue:

� Funciones fuente – la capacidad para suministrar recursos � Funciones sumidero- la capacidad para neutralizar los desechos, sin

producir cambios o daños en el ecosistema. � Funciones para el soporte de vida- la capacidad para sostener la salud y el

funcionamiento del ecosistema y � Otras funciones para la salud y el bienestar humano- la capacidad para

mantener la salud y generar bienestar de otras formas Daly (1991, a) sugirió cuatro principios para alcanzar el desarrollo sostenible:

1. Limitar la escala humana (rendimiento) a la capacidad de carga del planeta. 2. Asegurar que el progreso tecnológico incremente la eficiencia más que el

rendimiento 3. Cosechar los recursos renovables a una tasa que no exceda la tasa de

regeneración (producción sostenida); la emisión de desechos que no exceda la capacidad del ambiente para recibirlos.

4. Los recursos no renovables no deberán ser explotados más rápido que la tasa de creación de recursos sustitutos.

Estos principios están también entre las normas que Turner (1993) formuló “para la utilización sostenible de la reserva de capital”, los otros principios son: corrección e intervención en las fallas del mercado; dirección del cambio tecnológico no sólo para incrementar la eficiencia en el uso de los recursos sino también para promover sustitutos renovables para los recursos no renovables; admitir el principio de precaución para la incertidumbre involucrada. De estas reglas, la corrección de fallas, la naturaleza del progreso tecnológico y la dirección para el cambio tecnológico están más para alcanzar la sostenibilidad que para definir principios; y en vista de la complejidad de la aplicación del concepto de capacidad de carga para las actividades humanas, se ve deseable expresarlo más específicamente en términos de esos problemas ambientales que aparecen como los más urgentes. Tales consideraciones permiten que las reglas de Daly/Turner sean reformuladas en una serie de siete principios de sostenibilidad que cubren las cuatro categorías esenciales de funciones ambientales y que son previstas para aumentar el mantenimiento de aquellas que son críticas, identificadas por el tipo de contribución al bienestar humano:

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1. Regulación: desestabilización antropogénica de procesos ambientales,

como patrones climáticos o la capa de ozono, deben prevenirse. Lo más importante en esta categoría es el mantenimiento de la biodiversidad (ver abajo), la prevención del cambio climático por la estabilización de la concentración atmosférica de gases efecto invernadero, y salvaguardar la capa de ozono parando la emisión de las sustancias que reducen el ozono.

2. Soporte de vida: ecosistemas críticos y características ecológicas deben

ser absolutamente protegidas para mantener la diversidad biológica (especialmente de especies y ecosistemas). La criticidad en este contexto viene del reconocimiento no sólo del quizá todavía inapreciado valor de uso de las especies individuales, sino también del hecho de que la biodiversidad apuntala la productividad y la resiliencia de los ecosistemas. La resiliencia, definida como “la magnitud de disturbio que un sistema puede absorber antes de que cambie su estructura por el cambio de las variables y procesos que controlan su comportamiento”, depende de la diversidad funcional del sistema. Esto depende a su vez, de modos complejos, no precisamente sobre la diversidad de especies sino sobre su mezcla y población y las relaciones entre los ecosistemas que las contienen. “La conservación de la Biodiversidad, la sostenibilidad económica y la sostenibilidad ecológica está inextricablemente relacionadas; la pérdida incontrolada e irreversible de biodiversidad rompe esta relación y pone en riesgo la sostenibilidad de nuestro sistema básico económico-ambiental”.

3. Fuente: los recursos renovables y no renovables deben estar amparados a

través del mantenimiento de la fertilidad del suelo, los ciclos hidrobiológicos, la cobertura vegetal necesaria y la aplicación rigurosa de la cosecha sostenible. Esto último implica tasas de cosecha basadas en los estimados más conservadores de niveles de reserva, para recursos como la pesca; asegurar que la reforestación se vuelva una parte esencial de tales actividades forestales; y usar tecnologías para cultivar y cosechar de tal manera que no se degrade el ecosistema relevante y que no se reduzca la diversidad del suelo ni la genética.

4. Sumidero: la reducción de los recursos no renovables deberá buscar

balancear el mantenimiento de un mínimo de esperanza de vida del recurso con el desarrollo de sustitutos. Sobre el cumplimiento del mínimo de esperanza de vida, su mantenimiento significaría que el consumo de los recursos tendría que ser combinado con nuevos descubrimientos. Ayudar a financiar la investigación para alternativas y la eventual transición hacia sustitutos renovables, toda la reducción de los recursos no renovables deberá suponer una contribución a un fondo de capital. El diseño para la eficiencia y durabilidad de los recursos puede asegurar que la práctica de reparar, reacondicionar, re-usar y reciclar (las cuatro r) se acerque a los límites de su eficiencia ambiental.

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5. Soporte de vida/bienestar humano: las emisiones al aire, al suelo y al

agua no deben exceder su carga crítica, que es la capacidad del medio receptor de dispersarlas, absorberlas, neutralizarlas, y reciclarlas, sin turbar otras funciones, ni que ellas puedan conducir a concentraciones de toxinas dañinas para la vida. La sinergia entre los contaminantes puede hacer que la carga crítica sea mucho más difícil de determinar. Tales incertidumbres deberán resultar en un enfoque preventivo en la adopción del estándar mínimo seguro.

6. Otros bienestares: los paisajes humanos o ecológicos de especial

significado, debido a su rareza, calidad estética o asociaciones cultural o espiritual, deberán ser preservados.

7. Todas: las actividades humanas con eventos de riesgos que dañan la vida

deben ser vigiladas en niveles muy bajos. Se deberán conocer las tecnologías que amenazan causar daños serios y muy duraderos a los ecosistemas o la salud humana, en cualquier nivel de riesgo.

Como se dijo, de estos siete principios de sostenibilidad, el 3 y el 4 y, en cierta medida, el 2 buscan sostener las funciones de los recursos. El principio 5 busca sostener las funciones de absorción de desechos; el 1 y el 2 buscan sostener los servicios ambientales que soportan la vida y el 6 otros servicios de valor humano; y el 7 reconoce los daños asociados con el cambio ambiental, los efectos en el umbral y las irreversibilidades mencionadas arriba. Por lo menos algunos de los principios de sostenibilidad vistos arriba son aceptados internacionalmente y prueba de ello es el que aparecen en tratados y convenciones como el Protocolo de Montreal para retirar paulatinamente las sustancias reductoras del ozono (Mantenimiento de la biodiversidad), la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies en Vías de extinción y el establecimiento de la Reserva Mundial de la Biosfera (Renovación de recursos renovables) para mantener la biodiversidad y el Principio de Precaución, aprobado por la Conferencia de las UN para el Medio Ambiente y el Desarrollo en la Agenda 21, para limitar la toma de riesgos ambientales (Prevención del calentamiento global y la disminución de la capa de ozono, cargas críticas para los ecosistemas y aplicación del principio de precaución). Ninguno de estos acuerdos internacionales fue el resultado lógico de la aplicación detallada de técnicas de evaluación ambiental en una estructura de análisis costo-beneficio. Ellos descansan en el sencillo reconocimiento de que son la forma humana, moral e inteligente como la humanidad procede para mantener sus condiciones de vida y son defendidos por este hecho. La aplicación de estos principios de sostenibilidad permite que las funciones ambientales críticas y el capital natural crítico que las realiza, sean tentativamente (por la incertidumbre) identificados. En esta identificación es necesario prestar atención especial al espacio y la escala sobre las que está siendo realizada la

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función. Dadas las interacciones entre los ecosistemas, es posible que aparezca bastante parecida a una función ambiental local, es de hecho dependiente de factores y procesos ambientales que operan a distancias considerablemente lejanas, o son parte de sistemas ambientales globales o regionales. La aplicación de estos principios a las funciones ambientales y a la reserva de capital natural que las ocasiona permite identificar el capital natural crítico.

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2. MARCO INSTRUMENTAL 2.1 LOS SIG EN LA IDENTIFICACIÓN DEL CAPITAL NATURAL CRÍTICO Dado que esta investigación es una continuación de la investigación realizada por Escobar (2005) para identificar el capital natural crítico a partir de la plataforma SIG, aparece a continuación un resumen del análisis realizado por este autor sobre el aporte de esta herramienta para alcanzar tal fin. De esta manera dicho autor afirma en su investigación que dado que el análisis territorial tradicional involucra una gran cantidad de procesos que habitualmente se realizan en forma independiente y que cada proceso se desarrolla usando una variedad de herramientas y sistemas computacionales que en muchos casos ocasionan dificultades en la integración y demanda excesiva de los recursos humanos, técnicos y económicos (citando a Barredo, 1996), los SIG resultan ser herramientas versátiles que permiten organizar la información espacial y disponerla para su uso efectivo a través de un ensamble de mapas, tablas y gráficas. Al tiempo, aportan los instrumentos necesarios para el análisis del espacio geográfico y las relaciones e interacciones que se presentan en él. De esta manera, y citando a ITC (2004), enuncia las siguientes áreas de la ciencia y la tecnología, en las que se puede hacer uso de esta herramienta:

� Agricultura: manejo de campos de cultivo, monitoreo de la rotación de cultivos, estudios pérdida de suelos, manejo de sistemas de irrigación, análisis de crecimiento, producción, predicciones de demanda y abastecimiento de productos agrícolas y determinación de conflictos de uso del suelo.

� Gobierno y aplicaciones municipales: la mayor parte de la información

necesaria para el funcionamiento del gobierno municipal es georreferenciada, como por ejemplo: zonificación, manejo de catastro, desarrollo vial, manejo de infraestructuras de saneamiento, entre muchas otras.

� Seguridad: debido a que los SIG pueden mostrar los patrones y las

tendencias de los datos, los organismos de seguridad los utilizan para establecer la localización y la frecuencia de los diferentes crímenes y en base a ello implementar sus planes de acción (Parra et al., 1997).

� Servicios eléctricos, de gas y telecomunicaciones: los SIG contribuyen a la

planeación, diseño y mantenimiento de los servicios, ya que permite inventariar los recursos, redistribuir mantenimientos, realizar análisis de modelos de distribución, análisis de cargas, modelación de flujos, control de fallas y estimación de costos (Parra et al., 1997).

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� Geología: los SIG han sido ampliamente utilizados en identificación y mapeo de formaciones geológicas, así como en la explotación de recursos minerales.

� Hidrología: éste ha sido uno de los campos de más amplia utilización de los

SIG. Es así como en la actualidad existen diferentes herramientas que permiten estudiar los sistemas de drenajes, evaluar las fuentes de agua, modelar el comportamiento de la escorrentía, desarrollar modelos de riesgos y balances hídricos.

� Ambiente: existe una amplia variedad de aplicaciones dirigidas al

monitoreo, manejo y control en temáticas ambientales, tales como: estudio y manejo de ecosistemas, manejo de basuras, administración de emergencias, estudios de distribución de especies de fauna y flora, manejo de áreas costeras, monitoreo de áreas de protegidas, monitoreo de la calidad de las aguas.

De manera resumida en términos teóricos, Escobar (2005) afirma que la construcción de un instrumento SIG para apoyar la toma de decisiones, en cualquier campo, busca establecer un modelo, entendido este como una simplificación de la realidad, en el cual se integren las variables y procesos claves que interpretan o representan una realidad que no es estática, sino que incluye una dinámica en la cual se dan intercambios continuos de materia, energía e información tanto en el espacio geográfico como en el tiempo. Sin embargo, el autor reconoce que a pesar de que un sistema puede ser representado a través de una agregación de capas homogéneas de información, siempre existirá una pérdida de información como consecuencia de la calidad, actualidad y profundidad de la información existente, combinada con la pérdida inherente a la representación simplificada de la realidad. De la revisión de los estudios que han involucrado los SIG en la identificación y/o valoración del capital natural, que en algunos casos incluyen el concepto de criticidad, concluye que pueden clasificarse en las siguientes dos categorías. Aunque el autor analiza varios modelos en cada categoría por los intereses de esta investigación sólo se enunciarán los modelos que él utilizó para hacer su propuesta metodológica, tal como aparece a continuación:

1. Los que proponen modelos conceptuales para la identificación y valoración del CNC basándose en análisis sobre sistemas georreferenciados, pero que no avanzan en los métodos y procedimientos para su implementación práctica, como:

� El modelo conceptual propuesto por Van der Perk & De Groot (2000) para

la identificación del CNC apoyado en SIG y su aplicación para la valoración de las interacciones entre funciones ambientales propuesto por De Groot (2002) en el análisis y evaluación de conflictos de usos del suelo. De este modelo afirma que aunque aborda las variables consideradas no profundiza

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en la instrumentación basada en SIG para identificar y valorar el CNC. Sin embargo, reconoce el aporte de dos elementos fundamentales en su obtención, como la identificación de los mapas de usos del suelo y coberturas vegetales como elementos síntesis de las variables a considerar y una lista de chequeo de funciones ambientales para paisajes seminaturales que sirven de guía en aplicaciones prácticas.

2. La otra categoría de clasificación se relaciona con los trabajos que han abordado el uso de los SIG como herramienta de apoyo en la identificación y valoración del CNC y han alcanzado una implementación práctica en términos de herramientas y procedimientos, como los siguientes:

� La propuesta de Ekins et al., (2003) de una metodología integrada de

análisis la cual, si bien no se dirige explícitamente al campo de los SIG, sí permite instrumentar los elementos y funciones bajo análisis bajo el concepto de capas temáticas para proceder a análisis espaciales integrados.

Como se anotó en párrafos anteriores dados los propósitos de esta investigación estos dos modelos y el finalmente propuesto por Escobar, se describirán y analizarán con más detalle en los siguientes apartados. Para terminar con la descripción del análisis realizado por Escobar (2005) se enuncian a continuación las preguntas que el autor se hizo para resumir sus inquietudes con respecto a la identificación del CNC a través de la plataforma de SIG:

1. ¿Cuáles son las variables claves asociadas al CNC en la región de estudio y de qué fuentes pueden ser obtenidas?

2. ¿Cómo cuantificar las variables asociadas a las funciones claves del CNC en una región de estudio para dos estados de referencia?

3. ¿Cuales son las mejores escalas a las cuales es posible obtener fuentes de información que permitan representar y cuantificar el CNC?

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2.2 METODOLOGÍAS PARA IDENTIFICAR CAPITAL NATURAL CRÍTICO 2.2.1 El CNC y las implicaciones del criterio de sostenibilidad fuerte (CRITINC) La metodología CRITINC39 fue desarrollada por Ekins et al., (2003), buscando hacer operativa la sostenibilidad, al contabilizar y analizar las interacciones que existen entre las actividades económicas de los humanos y el ambiente del que dependen para realizarlas. De manera resumida la metodología CRITINC está dividida en tres niveles40 de información:

� En el primero de ellos se describe el Capital Natural –CN- evaluado con base en las características propuestas por De Groot (1992).

� En el segundo, se presenta, inicialmente, el aporte del CN a cada una de las categorías de funciones ambientales para posteriormente identificar el efecto de alguna actividad económica en cada una de ellas, ya que hay un flujo de recursos (insumos) que entra como producto al sistema económico y sale como desecho o subproducto al ambiente, afectando las funciones ambientales.

� El nivel tres comprende los estándares de sostenibilidad que describen la cantidad mínima y máxima del CN que se necesita para cumplir con las funciones. La diferencia entre los niveles actuales y los sostenibles es la brecha de sostenibilidad, que es hacia donde deben dirigirse las políticas ambientales. Esta brecha también se determina monetariamente (tanto como sea posible) identificando los costos que implica la restauración, evasión y disminución del daño en las funciones ambientales. Para el diseño de políticas de mejora proponen el uso de la herramienta de análisis multicriterio.

39 Los aportes sobre esta metodología son el resultado del proyecto CRITINC: Haciendo operativa la sostenibilidad: el capital natural crítico y las implicaciones de un criterio de sostenibilidad fuerte, desarrollado desde mayo de 1998 hasta mayo de 2000, por las siguientes entidades: Department of Environmental Social Sciences, Keele University, UK. Reino Unido (coordinador), Fondazione Eni Enrico Mattei, FEEM. Italia, Stockholm University, SU. Suiza, Wageningen University, WU. Países bajos, Wuppertal Institute, WUP. Alemania, C3ED, Université de Saint-Quentin-Versailles, C3ED. Francia. Los proyectos específicos realizados por cada uno de los participantes (excepto el de Alemania) están disponibles en el sitio web: http://www.keele.ac.uk/depts/spire/Working_Papers/CRITINC/CRITINC_home.htm También es posible encontrar la presentación de la metodología, la aplicación en Inglaterra, las conclusiones de los estudios de caso y algunos de los artículos de la reflexión teórica de la propuesta en el Volumen 44 (2003) de la revista Ecological Economics. 40 Ver en el anexo 1 los pasos que se deben seguir para obtener la información de los tres niveles.

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El enfoque teórico común que soportan las investigaciones41 que alimentaron la propuesta definitiva de la metodología CRITINC es que el ambiente como capital natural puede ser definido como un contribuyente para la vida y las actividades humanas a través del desarrollo de funciones ambientales. Como las poblaciones humanas y sus actividades se han incrementado, también ha pasado lo mismo con la demanda de estas funciones, de tal manera que ahora no pueden ser completamente desarrolladas porque hay competencia entre funciones. El continuo sobre uso de algunas funciones puede conducir a que otras funciones se estén perdiendo. Esto puede tener serias implicaciones en la capacidad del ambiente para sostener la vida humana y sus actividades en el futuro. Como punto de partida, la metodología CRITINC adoptó como definición de sostenibilidad ambiental el mantenimiento de funciones ambientales importantes. El CNC es el capital natural que permite que tales funciones se desarrollen, con la condición adicional de que, para cualquier CNC, y la resultante función ambiental, no hay capital sustituto, ya sea natural o hecho por el hombre, que permitiría que la función fuera desarrollada en la misma medida, es decir, el CNC no es sustituible con respecto a la función en cuestión. El principio de sostenibilidad fuerte se apoya en que el CNC debe ser absolutamente protegido. De las investigaciones realizadas y de la aplicación de la metodología CRITINC en los diferentes estudios de caso se llegó a dos importantes conclusiones. La primera es que no es posible identificar el CNC como elementos particulares del capital natural. La complejidad de los sistemas naturales es tal que las funciones ambientales pueden ser desarrolladas por procesos resultantes de las interacciones entre los elementos del capital natural así como de los elementos en sí mismos. Estas interacciones derivan de ciertas características de la reserva de capital natural, que necesitan ser salvaguardadas para poder mantener las funciones. Esto es importante siempre que se vayan a considerar las funciones en relación con las interacciones entre las características del capital natural así como el capital natural en sí mismo. La segunda conclusión está relacionada con la naturaleza de las funciones ambientales que loa autores del proyecto clasificaron de la siguiente manera:

� Funciones Fuente (FU): aquellas que proveen recursos para las actividades humanas.

� Funciones Sumidero (SU): aquéllas que absorben, neutralizan y reciclan los desechos de las actividades humanas.

� Funciones Soporte de vida (SV): aquellas que actúan para mantener los ecosistemas.

� Funciones para la Salud y el Bienestar Humano (SB): aquellas que contribuyen directamente para la salud y el bienestar humano.

41 Ver en el anexo 2 el resumen de los estudios de caso de la metodología CRITINC.

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Con respecto a la diferencia entre las “funciones para” y las “funciones del” la metodología CRITINC agrupó sus categorías así: las funciones para los humanos, pueden ser recursos para la economía (FU), servicios para procesar desechos (SU) o servicios para la salud y amenidad (SB). La metodología aclara que estas son las funciones que generalmente se perciben y aprecian más fácilmente en las valoraciones del CNC. Mientras que las funciones del ambiente no son fácilmente percibidas, y el conocimiento científico acerca de ellas es aún incierto e incompleto. Sin embargo, la metodología CRITINC resalta que por encima de que la ciencia logre entender o no estas funciones, o si la gente las valora o ignora, de su cabal cumplimiento depende el desarrollo continuo de muchas de las funciones para los humanos. Miradas de manera aislada, estas “funciones del” ambiente pueden verse inútiles en términos humanos, y de esta manera, prescindibles. Consideradas como parte de un sistema natural complejo, estas funciones pueden ser esenciales para la operación continua de otras funciones de mucha más importancia para los humanos. El peligro es que vistas de manera aislada, o con ignorancia científica acerca de la complejidad natural, pueden resultar en “funciones del” sacrificadas para los beneficios económicos y sociales, sin considerar las posibles consecuencias indeseables. La situación se hace más compleja cuando las funciones del son intervenidas por el ser humano para el desarrollo de las funciones para. De esta manera el incremento en la productividad agrícola, por ejemplo a través de la intensificación, puede tener serios efectos negativos sobre las funciones de los ecosistemas, así como la eliminación de desechos puede superar su capacidad de carga. La incertidumbre científica acerca de estos efectos y acerca de los umbrales de resiliencia para las funciones del, es una advertencia para las actividades humanas que pueden amenazarlas. Para la metodología CRITINC el principal factor de operatividad de la sostenibilidad ambiental es la identificación de las funciones ambientales “importantes”. Lo que hace la economía convencional para tal proceso es asignar un valor monetario al beneficio acumulativo de la función, que sería entonces mantenida a menos que el gran valor monetario de una actividad, resultara en su necesaria destrucción. Sin embargo, muchos problemas surgen en el intento de dar una valoración monetaria a funciones ambientales complejas, por el eso la metodología CRITINC buscó definir la importancia de las funciones ambientales con base en los siguientes criterios:

� Mantenimiento de la salud humana: funciones que deberían ser mantenidas en un nivel que evite los efectos negativos sobre la salud humana. Estos efectos pueden ser físicos o fisiológicos, resultantes de la pérdida de la calidad o amenidad ambiental.

� Evasión de amenazas: Funciones que deberían ser mantenidas si hay cualquier posibilidad de que su pérdida suponga altos costos imprevisibles. Este criterio es incluso fuerte si hay cualquier riesgo de que la pérdida de la

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función sea irreversible, por lo tanto es más aplicable para las consideraciones sobre la biodiversidad y el mantenimiento de la integridad de los ecosistemas.

� La sostenibilidad económica: funciones que proveen recursos o servicios para las actividades económicas que serían usadas en una base sostenible (es decir, una que pueda ser proyectada para continuar en el largo plazo futuro)

Para terminar con la descripción de la metodología CRITINC se enuncian a continuación los pasos que deben seguirse para evaluar las implicaciones de los factores sociales, culturales, económicos o éticos, sobre el capital natural:

1. Identificación de la función(es) bajo amenaza o investigación, y su ubicación en la categoría relevante (fuente, sumidero, soporte de vida o salud y bienestar humano)

2. La relación de las anteriores funciones con el capital natural del que ellas emanan.

3. Preparación de varias matrices de impacto (A-D, A´-D),

4. Derivación de los estándares de sostenibilidad para las funciones, si es posible, o las tendencias en aquellos casos donde no se pueda identificar la sostenibilidad.

5. Luego de identificados los estándares, calcular las brechas de sostenibilidad.

6. Descripción de las aspiraciones sociales y económicas que están poniendo la función bajo amenaza o presión, en términos de los beneficios que su realización produciría. La investigación de formas alternativas de alcance parcial o total de la aspiración.

7. La aplicación de un sistema de análisis-decisión como un análisis multicriterio, que pueda ponderar los diferentes impactos sobre una escala común para ayudar a entender las implicaciones de la aplicación del principio de sostenibilidad fuerte (por ej, manteniendo esas funciones ambientales identificadas como críticas para asegurar que, en el peor de los casos, la brecha de sostenibilidad no se incremente) y que además permita identificar lo que se debe hacer para aplicar este principio.

En la Figura 1 se presenta el diagrama que describe los niveles de información de la metodología CRITINC. En el nivel 1 aparecen las características del Capital Natural objeto de análisis. El nivel 2 describe las funciones del ecosistemas en las cuatro categorías y en el margen izquierdo aparecen las entradas y salidas de las actividades económicas que afectan su funcionamiento. El nivel 3 describe los estándares de sostenibilidad de los que debe partir la identificación de la brecha

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de sostenibilidad que debe corregirse con el diseño de políticas de gestión que mitiguen el daño ocasionado.

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Características del Capital Natural Subsuelo/Geología Atmósfera y Clima Geomorfología Hidrología (superficie) Suelo Características de Vegetación Flora, fauna Vida comunitaria Ecosistema Capital Natural hecho

por el hombre 1 2 ... 1 2 ... 1 2 ... 1 2 ...

Funciones Fuente Tema

sostenibilidad AGOTAMIENTO

Funciones Sumidero Tema

sostenibilidad CONTAMINACIÓN

Fun. soporte a la vida Tema Sostenibilidad

BALANCE DEL ECOSISTEMA

Funciones de salud y bienestar humano

Total de recursos Matriz de Estado Matriz de Estado Matriz de Estado

Tabla Entradas-Salidas de recursos por sector

Impactos A Impactos B Impactos C Impactos D

Total

Contaminantes

Matriz de Estado

Contaminantes por sector

CO2

……

Impactos A’ Impactos B’ Impactos C´ Impactos D’

Total Agotamiento

N1

Total contaminación por tema

N2

SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA

SOSTENIBILIDAD MEDIOAMBIENTAL /ECOLÓGICA SOSTENIBILIDAD

SOCIAL Situación Actual Situación Actual Situación Actual Situación Actual Estándares de

sostenibilidad

Estándares de sostenibilidad

Estándares de sostenibilidad

Estándares de sostenibilidad

Brecha de Sostenibilidad Económica

Brecha sostenibilidad (físico)

Brecha sostenibilidad (Físico)

Brecha sostenibilidad (Físico)

Brecha sostenibilidad (Físico)

N3

Costos de Agotamiento, pérdida y restauración ANÁLISIS MULTICRITERIO

ASPIRACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES

Figura 1. Diagrama de la metodología CRITINC

Cultura, Estructura social, Instituciones

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2.2.2 Inventario de métodos para identificar CNC Antes de aparecer la metodología CRITINC, Van der Perk & De Groot (2000) analizaron tres metodologías aplicadas en los Países Bajos (específicamente en Holanda) para evaluar el Capital Natural Crítico y a partir de ellas diseñaron una cuarta con el propósito de aplicarla en el proyecto CRITINC. Los elementos más importantes de las tres metodologías se pueden resumir de la siguiente manera:

� Enfoque de reserva del CN: es un método orientado a la identificación de las reservas de capital natural, identificando los recursos renovables de especial interés de acuerdo a la presión que están recibiendo. Luego de elegir los recursos analizan las funciones ambientales más críticas que ellos cumplen de acuerdo a seis criterios: desempeño (con indicadores que muestren el grado en el que se está), escasez, características, relevancia a escala nacional, que sea básica para una política ambiental, que sea operativa con parámetros medibles (si una función no se puede expresar en unidades medibles es imposible reflejarla en un indicador). En general es una metodología que se basa en el modelo Presión-Estado-Respuesta en el cual la criticidad es una función del estado y la presión actual, y la respuesta representa las soluciones por asumir para corregir los posibles problemas.

� El Índice de Capital Natural (ICN): es una aproximación espacial definida

como el producto entre la cantidad actual (porcentaje del área remanente del ecosistema considerado) y la calidad (cociente entre el estado actual del ecosistema y el estado de la línea base) del ecosistema evaluado. Los criterios utilizados para hacer esta aproximación son naturalidad (dinámica del tamaño de la población), capacidad de carga (presiones ambientales) y distancia con respecto a la situación de referencia. Este indicador varía entre 0 y 100 %, así si un país tiene el 50% de tierra natural y la calidad de esta es del 50%, el valor del ICN será del 25%. De esta manera este índice describe el estado de la naturaleza en el nivel más alto de agregación, generando información detallada sobre áreas específicas y especies, permitiendo saber el estado (calidad) del área sobrante de un ecosistema que ha sido intervenido.

� Método de Áreas Protegidas: este método busca principalmente

salvaguardar, conservar y preservar el CNC de acuerdo a los criterios estipulados por acuerdos como el Patrimonio Natural Mundial, las Reservas de la Biosfera, el tratado de Protección de Humedales, los Diplomas Europeos, las directrices de Hábitat y Aves, y las categorías IUCN de áreas protegidas. Los criterios para seleccionar las áreas críticas dependen de la escala (local, nacional), la importancia y el valor ecológico (escasez)

La cuarta metodología: como se mencionó anteriormente esta metodología es un híbrido de las tres metodologías descritas que propone analizar el CNC desde una perspectiva espacial, integrando la relación entre cantidad y calidad, el

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cumplimiento de las funciones ambientales y el tamaño del área. Las funciones del ecosistema son expresadas en términos espaciales, relacionando el uso actual del suelo con las presiones ejercidas sobre él que exceden la capacidad de carga del ecosistema. En la Figura 2 se presenta el diagrama que describe cada uno de los pasos de la metodología.

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Ecosistemas Naturales

(Potenciales)

Expresión espacial de las funciones

Uso actual del suelo (capital hecho por el hombre)

Estado cuantitativo del

Capital Natural

Presión que está excediendo la capacidad

de carga Estado cualitativo del

Capital Natural

x

=

Capital Natural Crítico Potencial

Monitoreo de la información espacial y la dinámica temporal del

Capital Natural

Capital Natural Crítico Actual

Eutrofización Acidificación Disturbios

Drenaje artificial., etc…..

Ingreso: Vegetación Natural Potencial Información histórica Situación de referencia

Información abiótica

Fragmentación, Desecación

Figura 2. Diagrama de la metodología Inventario de métodos para identificar CNC

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2.2.3 Identificación y evaluación del CNC con SIG Se expone a continuación la explicación que Escobar (2005) hace de cada una de las fases de recolección y análisis de la información para el desarrollo de un sistema de información geográfica orientado a la planeación y apoyo de la toma de decisiones, en cualquier campo, que parta de la consideración de que los objetos de actuación son sistemas donde sus relaciones no pueden aislarse o fraccionarse. Con la siguiente figura representó el diagrama de flujo de este proceso que es explicado como sigue a continuación.

Figura 3. Diagrama de la metodología Identificación y Evaluación del CNC con SIG Fase 1. Recolección y organización de la información. Esta fase está representada por las técnicas convencionales de representación y analogía del territorio y puede explicarse como:

1. Una identificación y recolección de los elementos y variables que constituyen el eje de construcción de la información geoespacial, que se basa en la información básica y temática de uso habitual en procesos de análisis territorial.

2. Una ubicación espacial de los componentes de tal forma que estos correspondan con el sistema de proyección geográfica de uso habitual en la región de estudio.

3. Una identificación de relaciones y estructuras espaciales fundamentada en asociaciones tabulares y espaciales.

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Fase 2. Análisis y Modelamiento.

Esta fase busca obtener una representación simplificada de la realidad con la mínima pérdida de información basándose en la construcción de modelos que sinteticen los elementos, las variables y los procesos que ocurren en el territorio. En este sentido es necesario aclarar que un modelo es más que la simple agregación de los elementos. Por ejemplo: una cuenca hidrográfica no puede ser expresada solamente por las redes de drenajes, las curvas de nivel y una poligonal que la acota geográficamente, debe incluir además, los procesos que allí ocurren como la precipitación, la escorrentía superficial y subsuperficial, la interceptación y la evapotranspiración debida a las coberturas, la captación de aguas que hacen los usuarios, la inyección de componentes exógenos y endógenos, entre muchos otros. Las acciones que permiten consolidar esta fase son:

1. La construcción de relaciones espaciales y funcionales con lo cual se busca, a partir de modelos de análisis numérico, estadísticos y/o booleano (teoría de conjuntos) establecer las relaciones entre los elementos que representan un territorio y/o espacio geográfico. Por ejemplo: ¿Cuál es la pendiente media en un área de estudio, ó cuáles predios, y en qué fracción son afectados por un proyecto determinado?

2. Modelamiento de elementos y variables que no tienen una expresión

espacial explícita, con ello se busca integrar aquellos fenómenos que a pesar de ser continuos son medidos en forma discreta. Dos ejemplos de este tipo de problemas son: a) las precipitaciones, las cuales a lo largo de un periodo de observación tienen un comportamiento continuo el cual se mide a través de un muestreo discreto (estaciones) y se representa a través de otro modelo discreto como son las isoyetas y b) los fenómenos asociados a la contaminación aérea los cuales se miden a partir de datos discretos de emisión y muestreo y se representa por isopletas de concentración, en una aproximación al comportamiento real que corresponde a un fenómeno de decaimiento en el cual la velocidad del agente transportador (aire), la concentración y la dinámica de la partícula son modelados a través de la ecuación de gauss.

3. El modelamiento de procesos que busca consolidar la integración del

sistema42 a través de la representación de las variables motoras y los procesos que en él actúan considerando que estos son dinámicos en el tiempo y en el espacio geográfico. Un ejemplo de esto puede verse en el modelamiento atmosférico en el cual las condiciones en un tiempo t dependen de las interacciones zonales entre el suelo, las coberturas y la atmósfera; pero ellas pueden ser distintas en el tiempo t+1, sin embargo el proceso puede ser representado por funciones de probabilidad, cuyos resultados son útiles para análisis que van desde la planeación de la

42 Desde el punto de vista de la dinámica de sistemas.

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producción agrícola hasta el establecimiento de sistemas de alerta temprana en la prevención de desastres.

Fase 3. Simulación prospectiva Constituye la fase más avanzada de los sistemas informáticos y busca consolidar los sistemas de información geoespacial como herramientas de apoyo a la planeación y toma de decisiones considerando el conocimiento del territorio y la gestión ambiental a través de escenarios. Las acciones involucradas son:

1. La identificación y construcción de reglas de decisión con el objetivo de integrar el ejercicio conceptual e intelectual del decisor en la selección de alternativas considerando múltiples objetivos los cuales están en conflicto, por ejemplo: la decisión óptima para mitigar una amenaza puede ser económicamente inviable. El logro en la construcción e integración de reglas de decisión requiere la construcción de modelos computacionales basados en sistemas expertos, inteligencia artificial y lógica difusa que integren, además de la información existente, el conocimiento agregado sobre el territorio.

2. Simulación de comportamientos y tendencias en diferentes escenarios en la

búsqueda de encontrar y evaluar con anticipación los efectos de las acciones, las estrategias y/o las políticas de intervención. Por ejemplo: ¿Cuál es la tendencia de los escenarios probables y/o deseados en la recuperación de zonas degradas frente a diferentes políticas de gestión? Esta acción requiere la integración de los modelos desarrollados en la fase 2 y los sistemas de simulación y toma de decisiones concebidos por las disciplinas científicas involucradas en la selección de un modelo de desarrollo o intervención.

Para la realización de su proyecto Escobar (2005) propuso una variación del cuarto método listado por Van der Perk & de Groot ( 2000) en combinación con la metodología de análisis propuesta por Ekins et al., (2003), la cual fue complementada con la perspectiva de la construcción de un sistema de información geográfica orientado a la identificación del CNC en una región donde se desarrolla un proyecto de explotación de hidrocarburos. El paso a paso43 de la metodología propuesta por el autor es el mismo de la metodología CRITINC con una primera fase adicional que es la preparación de las fuentes de información como puede verse a continuación: Fase 1. Preparación de fuentes de información Fase 2. Identificación de la(s) función(es) bajo amenaza y ubicación en la categoría a que corresponden

43 En el anexo 3 se puede encontrar las actividades por desarrollar en cada una de las fases.

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Fase 3. Establecimiento de las funciones asociadas al capital natural del cual ellas surgen. Fase 4. Preparación de las matrices de impacto. Fase 5 Derivación de los estándares de sostenibilidad Fase 6. Comparación del estándar de sostenibilidad con el estado actual Fase 7. Descripción de la aspiración económica y social que sitúa la función medio ambiental bajo amenaza o presión. Fase 8. Aplicación de herramientas de análisis-decisión

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2.3 ANÁLISIS DE LAS TRES METODOLOGÍAS 2.3.1 Metodología CRITINC Aunque en primera instancia la propuesta de Ekins et al., (2003) se ve adecuada para alcanzar los propósitos del enfoque de la economía ecológica, dicha percepción cambia cuando se empieza a analizar con más detalle los soportes teórico e instrumental que la sustentan. Con respecto a la parte teórica los autores comienzan definiendo el Capital como uno de los conceptos esenciales de la economía pero aclaran que por el propósito del artículo en el que presentan la metodología no detallarán su génesis ni evolución hacia la aparición de la denominación de la Naturaleza como “capital natural”. Tal como se expuso en el apartado que describe esta metodología para los autores el capital debe considerarse como una reserva que tiene la capacidad de dar lugar a un flujo de bienes y servicios, que según la economía clásica se divide en tres tipos: tierra, trabajo y el capital hecho por el hombre (los autores aclaran que frecuentemente esta categoría es la conocida como capital). Además, afirman que gran parte de la economía neoclásica omite la tierra en su representación de las funciones de producción, enfocándose solamente en el trabajo y el capital. Para terminar la sucinta introducción al concepto, los autores afirman que el incremento en la conciencia del papel que juegan los recursos ambientales en la producción condujo a la ampliación de algunas funciones de producción para incluir la entrada de energía y materiales, y aunque citan a Smith & Krutilla (1979) para explicar que esta inclusión no siempre es adecuada porque la sustitución entre factores puede violar leyes físicas o presentar problemas cuando se trata de incluir recursos que son de propiedad común sin precio (Ekins et al., 2003, p 166) 44, no profundizan para explicar por qué lo que ellos van a proponer resuelve estas inquietudes e inmediatamente conectan la exposición con la clasificación que Ekins (1992) hizo del capital en las siguientes cuatro categorías: manufacturado, humano, social/organizacional y natural (llamado también ecológico o ambiental)45. Posteriormente concentran el interés en la diferencia que existe entre las percepciones que han surgido para explicar la imposibilidad o posibilidad de sustitución entre estos tipos de capital. Es así como terminan enunciando el

44 However, the treatment of energy and other environmental resources in a conventional production function may not be satisfactory because the range over which substitutions between factor inputs are physically meaningful may be quite small. As Smith and Krutilla (1979) note: ‘The adjustments... by the factor substitutions represented in an abstract production function may well violate physical laws.’ Moreover, they further note that treating natural resources as if they were conventional inputs ‘is not necessarily valid for addressing the problem (of environmental scarcity) when it involves services of non-priced common property environmental resources also required in production and consumption processes.’ (Smith & Krutilla, 1979, p. 29). 45 Ekins (1992) has disaggregated the capital stock into four different types of capital: manufactured, human, social/organisational and natural (also called ecological or environmental) capital. Ekins et al., ( 2003, p 166)

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concepto de sostenibilidad ambiental fuerte propuesto por Daly (1991 c)46 para explicar que no es posible establecer una sustitución entre el capital manufacturado y el natural porque la irreversibilidad, incertidumbre y los componentes “críticos” que caracterizan a este último, contribuyen de manera exclusiva al bienestar. No es el propósito de esta investigación profundizar en el debate teórico sobre el uso del término capital natural para referirse a la naturaleza porque tal como se mencionó en el apartado 1.2 a lo largo de la evolución histórica de la economía se han propuesto diferentes acepciones para definir el CAPITAL. Por eso se considera mucho más oportuno concentrar los esfuerzos en encontrar un instrumento de aplicación para identificar y valorar los ecosistemas que sea coherente con el soporte teórico de la economía ecológica que lo sustenta, algo que no está muy claro en la metodología CRITINC, tal como se muestra a continuación. Según la metodología los ecosistemas naturales son la categoría compleja denominada capital natural (o ecológico) cuya capacidad para cumplir cuatro tipos de funciones ambientales que nos proveen de bienes y servicios, está determinada por una serie de características ambientales que pueden relacionarse con tres medios: el aire, el agua y la tierra, y con los hábitats que soportan la vida47. Sin embargo, en la aplicación de la metodología en el Reino Unido estos medios y los hábitats pasan a ser categorías del capital natural (Ekins & Simon, 2003, p 25648), de esta manera si lo que se busca es estudiar la contaminación del aire en una zona específica deben analizarse con mayor detalle las características relacionadas con este medio y las actividades económicas que lo impactan, como si el aire de manera aislada estuviera en capacidad de suministrar un flujo de bienes y servicios. Esta manera de concebir el capital natural también se refleja en algunos de los estudios de caso del proyecto CRITINC49, en los que cada investigación se concentró y analizó con más profundidad los medios directamente relacionados con sus temáticas de interés. 46 Strong sustainability, which derives from a different perception that substitutability of manufactured for natural capital is seriously limited by such environmental characteristics as irreversibility, uncertainty and the existence of ‘critical’ components of natural capital, which make a unique contribution to welfare. An even greater importance is placed on natural capital by those who regard it in many instances as a complement to man-made capital (Daly, 1991). Citado por Ekins et al., (2003, p 168) 47 Natural ecosystems are defined by a number of environmental characteristics that in turn determine the ecosystems’ capacity to provide goods and services…..which can be related in turn to the three fundamental environmental media (air, water, land) and the life they support, through the habitats they sustain. Ekins et al., (2003, p 169) 48 There are four basic types or categories of natural capital: air, water (fresh and marine), land (comprising the characteristics of soil, space and landscape) and habitats (including the ecosystems, flora and fauna which they both comprise and support) 49 Ver en el anexo 2 el resumen de los estudios de caso.

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Esto sorprende porque una de las dos principales conclusiones a las que se llegó con la aplicación de la metodología CRITINC es “…que no es posible identificar el CNC como elementos particulares del capital natural. La complejidad de los sistemas naturales es tal que las funciones ambientales pueden ser desarrolladas por procesos resultantes de las interacciones entre los elementos del capital natural así como de los elementos en sí mismos. Estas interacciones derivan de ciertas características de la reserva de capital natural, que necesitan ser salvaguardadas para poder mantener las funciones. Esto es importante siempre que se vayan a considerar las funciones en relación con las interacciones entre las características del capital natural así como el capital natural en sí mismo” (Ekins, 2003, p 27850). Es más, en uno de los estudios de caso (el realizado en Estocolmo, p 1251) se amplió esta dificultad al afirmar que los ecosistemas no pueden funcionar o generar servicios aisladamente porque funcionan a través de flujos hidrológicos y biogeofísicos conectados. Considerar que el capital puede ser analizado en categorías aisladas es una visión reduccionista que va en contra del enfoque sistémico que se busca impulsar para propiciar la gestión sostenible de los ecosistemas. De la misma manera es necesario preguntarse por qué si en la aplicación de la metodología en el Reino Unido se dice que el capital natural está constituido por procesos (ciclos biogeoquímicos) que suministran los servicios (reciclaje de desechos) y por componentes (plantas, animales, minerales) que suministran los bienes (que son los recursos) es válida la clasificación que se hace del capital natural en recursos renovables, no renovables y capital natural crítico, como si, al igual que con los medios ambientales, cada uno aisladamente estuviera en capacidad de propiciar un flujo de bienes y servicios (Ekins & Simon, 2003, p 25752). En otras palabras ¿cómo pueden el petróleo, como un recurso no renovable (a escala humana) o el agua, como un recurso renovable, o un coral, como capital natural crítico, proveer dichos flujos de manera aislada?

50 The first is that it is not possible to identify CNC as particular elements of natural capital. The complexity of natural systems is such that environmental functions may be enabled or performed by processes resulting from the interactions between elements of natural capital as much as from the elements themselves. These interactions derive from certain characteristics of the natural capital stock, and it is the characteristics that need to be safeguarded if the functions are to be maintained. Thus it is important always to consider functions in relation to the interacting characteristics of natural capital as well as to the natural capital itself. 51 Los autores del estudio, citando a Jansson et al., (1994) y Rockström et al., (1999) “An ecosystem can not function and generate services in isolation. It operates in an infrastructure of different ecosystems, connected through biogeophysical- and hydrological flows” 52 It is the characteristics of the natural capital set out in Appendix B which constitute its capacity to perform environmental functions , which may be defined as the provision by natural capital’s processes and components of goods and services that satisfy human needs (directly and/or indirectly). The ‘goods’ (e.g. resources) are usually provided by the components (plants, animals, minerals, ecosystems etc.); the ‘services’ (e.g. waste recycling) by the processes (biogeochemical cycling).

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Plantear esta categorización del capital natural va en contravía del enfoque sistémico que pretende recuperar la economía ecológica para gestionar el uso de los ecosistemas porque cuando algo se define como componente significa que compone o forma parte de la composición de un todo, mientras que cuando algo es un tipo de cosa se está hablando de clase o ejemplar, que se asume independiente. Para entender por qué es cuestionable esta clasificación se explica a continuación qué es lo que se busca con dicho enfoque. Según Hart (1980) un sistema es un arreglo de componentes físicos o un conjunto o colección de cosas conectadas o relacionadas de tal manera que forman o actúan como una unidad, como un todo. Todo sistema tiene una estructura relacionada con el arreglo de los componentes que lo forman y tiene una función relacionada con cómo actúa el sistema. La Estructura del sistema depende de: Número de componentes, Tipo de componentes y Arreglo (interacción) entre componentes. Las relaciones entre componentes y entre componentes y flujos producen el arreglo característico del sistema. Si al arreglo se suma el tipo y número de componentes, el resultado es la estructura del sistema que está muy ligada con la función, que es definida en términos de procesos como productividad (cantidad de salidas menos las entradas por unidad de tiempo o superficie), eficiencia (salida dividida por la entrada) y variabilidad (probabilidad en la cantidad de salidas). Estas características son el resultado directo de las características de la estructura. Por ello hacer el análisis del sistema es tratar de relacionar su estructura con su función. El término ecosistema fue propuesto por Tansley (1935), para referirse a “todo el sistema (en el sentido físico) incluyendo no solamente el complejo de organismos, sino también el complejo total de los factores físicos que forman lo que llamamos bioma... A pesar de que los organismos podrían ser nuestro interés principal, no los podemos desligar de su ambiente espacial, con los que forman un solo sistema físico”. Con este término sucede lo mismo que con el concepto de Capital, los ecólogos y demás investigadores relacionados con la ecología y la biología, no suscriben una única definición. Por ello desde la propuesta de Tansley han surgido diferentes definiciones53 como la propuesta por La Evaluación de los Ecosistemas del milenio54 que lo definió como el conjunto de seres vivos que viven en un área determinada, los factores que lo caracterizan y las relaciones que se establecen entre los seres vivos y entre estos y el medio físico. El ecosistema equivale a la 53 Odum (1971), lo definió como la totalidad de los organismos de un área determinada que actúan en reciprocidad con el medio físico, de modo que una corriente de energía conduzca a una estructura trófica, una diversidad biótica y a ciclos de materiales. Margalef (1974) lo definió como el nivel de organización en el que interactúan individuos de diversas especies dentro de una matriz física común. 54 La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) es un programa de trabajo internacional diseñado para satisfacer las necesidades que tienen los responsables de la toma de decisiones y el público general, de información científica acerca de las consecuencias de los cambios en los ecosistemas para el bienestar humano y las opciones para responder a esos cambios. Disponible en el sitio web: http://www.millenniumassessment.org/es/index.aspx

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biocenosis más el biótopo, luego incluye los seres vivos que habitan un área o zona determinada y su ambiente. Como no tienen límites fijos sus parámetros se establecen en función del interés científico, político o de gestión que se esté examinando. En función del objetivo del análisis, puede considerarse como ecosistema un lago, una cuenca, o una región entera. Con base en las anteriores definiciones es posible identificar por qué la separación del objeto de análisis en varias categorías que se pueden evaluar de manera aislada no es coherente con la visión sistémica. Por estas mismas razones no es acertado que la metodología CRITINC considere que los ecosistemas son un componente más del capital natural como aparece en la parte que lo enuncian como uno más de los ejemplos junto con las plantas, animales, minerales, etc (Ibid55). O más adelante cuando afirman que algunas actividades que destruyen o perturban los ecosistemas pueden afectar las funciones que son atribuidas al aire/atmósfera, al agua o tierra, debido a las continuas interacciones y retroalimentaciones entre los ecosistemas y otros tipos de capital natural (Ibid56). En el diagrama de la metodología se puede apreciar que los ecosistemas son una característica más del capital natural (Ver en la Figura 1, el nivel 1 de información) Otra definición que genera dudas es la dada al capital cultivado. Aunque en la presentación de la metodología no es enunciado este tipo de capital, en el artículo de Ekins & Simon (2003, p 256-25757) lo definen como un híbrido entre el capital hecho por el hombre y el capital natural, que también desarrolla funciones ambientales y que puede llegar a ser capital crítico si es importante para las dimensiones social y económica de la sostenibilidad. Esta forma de ver el capital cultivado es semejante a la de Van der Perk et al., (2000) quienes, citando a Berkes & Folke (1994), dividen el capital en tres categorías; natural (la base, la precondición del capital cultural), cultural y manufacturado (producto de la interacción entre los dos anteriores) 58, pero agregan un cuarto tipo de capital al

55 The ‘goods’ (e.g. resources) are usually provided by the components (plants, animals, minerals, ecosystems etc.); the ‘services’ (e.g. waste recycling) by the processes (biogeochemical cycling). 56 Most obviously, activities that destroy or disrupt ecosystems may also affect functions, which have been attributed to air/atmosphere, water or land, because of the continuous interactions and feedbacks between ecosystems and other types of natural capital. 57 In addition to the characteristics of natural capital, there are characteristics of human-made capital (or mixed human-made and natural capital), which perform important environmental functions (for example, buildings or cultivated landscapes). These environmental functions, and the characteristics and capital from which they derive, may be important for the social and economic dimensions of sustainability, and may therefore be, identified as critical capital. However, such capital is only considered in this paper where natural capital (including cultivated natural capital) is its principal component. 58There exists a fundamental interrelation between natural capital, human-made capital, and cultural capital. In simplest terms, cultural capital is the interface between natural capital and human-made capital. Our world view, values, knowledge, and institutions shape the way in which we treat the environment. Natural capital is the basis, the precondition, for cultural capital. Human-made (manufactured) capital is generated by an interaction between natural and cultural capital. Human-

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que llaman cultivado. Para ellos este tipo de capital es producto de la interacción entre el capital natural y el manufacturado, e incluye en el que se debe incluir la agricultura, la acuicultura y las plantaciones forestales59. Una de las diferencias que tiene el capital cultivado con el capital natural es que este último hace uso de gran parte del espacio ecológico pero al tiempo provee muchas otras funciones ambientales sin costos de manejo, mientras que el capital cultivado ocupa menos espacio pero requiere grandes costos de mantenimiento, cultivo, alimentación, agua y confinamiento, etc60. Si lo que se quiere expresar es que los cultivos no son capital natural porque tienen intensiva intervención del hombre, entonces también deberían incluir al capital cultural (que es el tipo de capital con el que se representa a los humanos) en la mezcla para producir este híbrido porque sin la intervención del hombre el capital cultivado no se podría obtener. El problema con el uso del concepto capital cultivado es que no está en consonancia con la propuesta de producción agropecuaria sostenible, que está enmarcada bajo los criterios de la agroecología, una ciencia fundamental para orientar la conversión de sistemas convencionales de producción (monocultivos dependientes de insumos y agroquímicos) a sistemas más diversificados y autosuficientes. Esta ciencia propone para tal fin la utilización de principios ecológicos que favorezcan los procesos naturales e interacciones biológicas, porque son los que optimizan las sinergias necesarias para que la agrobiodiversidad sea capaz de subsidiar por si misma procesos claves como la acumulación de materia orgánica, fertilidad del suelo, mecanismos de regulación biótica de plagas y la productividad de los cultivos (Gliessman, 2002). En otras palabras lo que esta ciencia pretende es que en las actividades agropecuarias se reconozca que para hacer sostenible la gestión de los cultivos, pastizales y plantaciones forestales, se debe empezar por reconocer que son ecosistemas y que los sistemas de manejo que implantamos en ellos deben estar diseñados con base en este reconocimiento para poder recuperar la visión sistémica en la que el ser humano es un elemento más del sistema tratado. Considerar que los cultivos son otro tipo distinto al capital natural puede afectar esta visión porque no permitiría ver que es posible con la agroecología hacer que

made capital, in turn, may cause an alteration of cultural capital (Berkes & Folke, 1994). Citado por Van der Perk et al., (2000, p 3). 59 This introduces a hybrid category that combines natural capital and human-made capital: a category we may call ‘Cultivated Capital’. This is a broad category, including agriculture, aquaculture and plantation forestry. This category is vital to human well-being, accounting for most of the food we eat, and a good deal of the wood, fibers and other raw materials we use. Van der Perk et al., (2000, p 9) 60 Other differences between natural capital and cultivated capital are: natural capital takes up a lot of ecological space, but provides at the same time many other ecological functions than cultivated capital does, without any management costs. The latter requires much less ecological space, but requiring greater maintenance, breeding, feeding, watering and confinement costs if viewed as cultivated capital. Van der Perk et al., (2000. p 9)

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estos ecosistemas produzcan y cumplan al tiempo otras funciones ecosistémicas. Si de lo que se trata es de resaltar que los cultivos no son naturales porque han sido intervenidos, en esta investigación se considera que es más acertado el uso del término agroecosistema, ya que el prefijo agro, denota la presencia humana, y el sufijo ecosistema, reconoce lo que son, por lo tanto este término compuesto hace referencia a un ecosistema modificado por el ser humano que puede estar en mayor o menor grado de sostenibilidad si el sistema de manejo aplicado es cercano o no a la comprensión de esta realidad. De igual manera, considerar los cultivos como capital natural facilitaría la aplicación de la metodología CRITINC porque tal como está diseñada no evalúa muchas cosas que son necesarias para valorar la sostenibilidad de un ecosistema como los pastizales61, en el caso de que la función ambiental que más cumpla sea la de producción de materias primas para sistemas agropecuarios. Con postulados agroecológicos es posible lograr que este ecosistema mejore el cumplimiento de las demás funciones ambientales, que también pueden ser irremplazables, y la metodología CRITINC debería permitir evaluar este desempeño. Por otro lado, también se debe cuestionar el que los autores consideren que lo ecológico (Ekins, 2003, p 17162) es una dimensión de análisis de la sostenibilidad o que consideren que lo ambiental es otra dimensión adicional a la ecológica (estudio de caso realizado en Gran Bretaña, p 6). La confusión con el uso de estos términos la resaltó Vidart, quien para explicar la diferencia entre ambos afirmó, “En primer lugar debe señalarse que las voces ecología y ambiente, y por ende los conceptos por ellas convocados, no son términos sinónimos, semejantes, intercambiables o relacionados como la parte y el todo. Sin embargo, se los utiliza sin precisión, a veces indistintamente, y no sólo por los desaprensivos periodistas de los mass media sino por quienes se autoproclaman sabedores de las causas y los efectos de la crisis ambiental que aqueja la era contemporánea a la cual, erróneamente, denominan “crisis ecológica” (1997, p 408) La diferencia entre los dos conceptos radica en que mientras la ecología (Haeckel, 186663) es definida como “…la totalidad de la ciencia de las relaciones del organismo con su entorno, que comprende en un sentido amplio todas las condiciones de existencia. Es decir, que estudia las relaciones de los seres vivos con su ambiente y las características del medio, que también incluye el transporte

61 El ecosistema objeto de estudio de estudio en esta investigación. 62 “De Groot (1992) has identified nine different types of values of environmental functions, grouped under the three dimensions of sustainable development: Ecological (conservation and existence values). . Social (human health, personal, community and option values). . Economic (consumptive, productive and employment values)” 63 Citado por Deléage (1991, p 10)

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de materia y energía y su transformación por las comunidades biológicas64; el ambiente65 es lo que está alrededor de algo, lo que rodea o circunda los seres y las cosas que se destacan, o que son aisladas por los constructores de sistemas, de una realidad distinta a la de su propia naturaleza (Vidart, 1997, p 2966). Estas diferencias permiten plantear que lo ecológico más que una dimensión67 de análisis del objeto de estudio es un enfoque68 desde el cual se asume el análisis del objeto estudiado, entendiéndolo como algo que no está aislado sino interconectado con muchas otras cosas y que, por lo tanto, no puede reducirse a unas pocas variables para ser evaluado. En el caso de lo ambiental sí es acertado utilizarlo como una dimensión de análisis porque hace referencia a las variables relacionadas con el entorno que son las que se pretenden incluir en el análisis de los procesos de producción antropogénicos y sus posibles efectos negativos para el planeta. Sobre la parte instrumental de la metodología CRITINC, el primer aspecto por resaltar es que no aclara cuál es la escala o escalas en las que se debe obtener información, ni cuál debe ser la unidad muestral69. Esta aclaración es muy importante en la aplicación de la metodología en un ecosistema como los pastizales porque el problema a resolver se complica espacio-temporalmente cuando se salta del potrero al predio, del predio al ecosistema o al paisaje, y de estos a la ecorregión (Allen & Starr, 1982). Esto significa que los problemas agroecológicos que se detectan a escala pequeña como la pérdida de fertilidad de un potrero o ataque de una plaga a un cultivo, pueden ser corregidos en plazos relativamente cortos (por ejemplo, en una estación de cultivo). En cambio, la solución de problemas a gran escala geográfica como la contaminación de una 64 Odum (1985) la definió como el estudio de la estructura y función de la naturaleza. Sutton & Harmon (1977) como la ciencia que estudia las interacciones entre organismos vivos y su ambiente. Margalef (1992) como la biofísica de la naturaleza. 65 No se utiliza la dupla “medio ambiente” porque tal como fue definido el ambiente, “…reproduce por lo menos dos de los rasgos que caracterizan el medio: la relación topológica entre un objeto o un ser con su derredor referencial y el ser-para, o sea lo disponible y utilizable del contorno. De tal manera medio y ambiente se superponen, se repiten, conforman una pareja tautológica. Se impone, en consecuencia, el divorcio de estos términos reiterativos para quedarnos solamente con la voz ambiente y analizarla a la luz de lo que efectivamente significa o queremos que signifique” Vidart (1997, p 30) 66 Aunque el autor cita 8 acepciones más del concepto surgidas de acuerdo a igual número de disciplinas científicas. 67 Que la Real Academia Española define en su primera acepción como: Aspecto o faceta de algo. Ver: www.rae.es 68 Que la Real Academia Española define en su segunda acepción como: La manera de considerar un asunto o problema. Ver: www.rae.es 69 Unidad seleccionada de la población para la aplicación de la técnica de investigación. Puede ser un elemento poblacional único o un conjunto de elementos.

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cuenca, la inundación de una zona, o el calentamiento global del planeta, tienen tiempos de resolución mucho más prolongados (años, décadas y aún siglos) (Viglizzo, 1996). Además, cuando se trabaja en esta última escala, la complejidad del problema se multiplica porque entran en juego factores e interacciones que no se detectan a escalas menores como el potrero o el predio. El problema es que en general se dispone de suficiente tecnología para atacar problemas de escala menor (tecnologías a nivel de potrero) pero se tiene una notoria debilidad técnica para atacar problemas de escala mayor, por ejemplo, a nivel de cuenca, ecosistema o paisaje (Viglizzo, 2001). Tal como lo dice el IGBP (2001) nuestro planeta se comporta como un sistema teleconcectado del que ignoramos en gran medida como funcionan esas teleconexiones. Ahora bien con respecto a cada uno de los niveles de información, el análisis se puede hacer de la siguiente manera. Nivel 1 Con respecto al primer nivel de información70 las características descriptivas del capital natural son demasiadas y obtener resultados sobre algunas podría tardar hasta años, además sólo se describen las características relacionadas con el capital natural. En esta investigación se piensa que este nivel de información debe incluir las variables de las tres dimensiones de la sostenibilidad (ambiental, económica y social) porque cuando se deja alguna de las dimensiones por fuera se afecta la comprensión de lo que está pasando y como consecuencia será difícil tomar decisiones acertadas para corregir los problemas que sólo se están identificando en la parte ambiental. Por otro lado, no se explica claramente qué es lo que se debe evaluar del capital hecho por el hombre para incluirlo en este nivel. Nivel 2 En este nivel se presenta, inicialmente, el aporte del CN a cada una de las categorías de funciones ambientales para posteriormente identificar el efecto de alguna actividad económica en cada una de ellas, ya que hay un flujo de recursos (insumos) que entra como producto al sistema económico y sale como desecho o subproducto al ambiente, afectando las funciones ambientales. En esta investigación se considera que las actividades económicas no son las únicas que impactan el cumplimiento de las funciones ambientales también lo hacen la cultura, la estructura social y las instituciones, que intervienen en el diseño de políticas públicas (plasmadas en los Planes de Desarrollo o en los Planes de Ordenamiento Territorial) o de fomento económico (modalidades de crédito en entidades financieras agropecuarias) que también determinan situaciones. Como en la metodología CRITINC estos aspectos aparecen en la parte derecha como simples descriptores aislados, el obtener la información necesaria para describirlos

70 En el que se describe el Capital Natural –CN- evaluado con base en las nueve categorías propuestas por De Groot (1992)

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se verá facilitado con los aportes dados para trabajar la escala de análisis y para mejorar el NIVEL 1 de la metodología. Nivel 3 El nivel tres comprende los estándares de sostenibilidad que describen la cantidad mínima y máxima del CN para que pueda sostener sus funciones. La diferencia entre los niveles actuales y los sostenibles es la brecha de sostenibilidad, que es hacia donde deben dirigirse las políticas ambientales. Para hacer esta determinación la metodología propone usar indicadores de estado y presión pero no detalla la manera como deberían construirse. En esta investigación se considera que los indicadores deben, de igual manera que en el nivel 1, dar cuenta de las tres dimensiones de la sostenibilidad.

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2.3.2 Metodologías con SIG El análisis de las metodologías propuestas por Van der Perk & De Groot (2000), y Escobar (2005) se realizará conjuntamente porque ambas parten del mismo soporte teórico y conceptual de la metodología CRITINC, que ya fue analizado en el apartado anterior. Por eso lo que se presenta a continuación es un análisis de la manera como estas metodologías utilizaron la plataforma SIG para identificar y evaluar el CNC. Comencemos con la metodología de Van der Perk & De Groot (2000). Como se mencionó anteriormente Escobar (2005) afirma que uno de los principales aportes de esta metodología fue proponer que los mapas de uso del suelo y coberturas vegetales son elementos síntesis de las variables a considerar en el modelo que desarrollaron. Sin embargo, es necesario anotar la importancia del término potencial en el mapa que llama Escobar de coberturas vegetales71 porque tal como se ve en la entrada de la información para obtenerlo (identificación la vegetación natural potencial, la información histórica, la situación de referencia y la información abiótica) lo que buscan los autores es identificar los ecosistemas naturales potenciales. En esta investigación se considera que la identificación de los ecosistemas naturales potenciales debería partir de la identificación del uso potencial del suelo que se obtiene a partir de la clasificación de las zonas agrológicas o clases de suelo que es la síntesis de la interrelación de varias variables como se explica a continuación. El sistema de clasificación de las tierras o zonas agrológicas es un método elaborado por el Soil Conservation Service de Estados Unidos, con base en el sistema propuesto por Klingebiel y Montgomery (1961). Este método ha sido ampliamente utilizado en todo el mundo con numerosas adaptaciones72 que, en su versión original, utiliza criterios cualitativos. La inclusión de un suelo en una clase se efectúa de una manera inversa, es decir, no buscando de forma directa la idoneidad, sino su grado de limitación respecto de un parámetro en función de un uso concreto. De esta manera la clasificación de los suelos se hace con base en los efectos combinados del clima y las limitaciones permanentes del suelo que afectan su capacidad para producir fibras, alimentos y materias primas de origen vegetal para la generación de energía y actividades de producción. Entre las características de los

71 Ver la Figura 2 de este documento. 72 Fotogrametría Analítica Ltda., FAL Ltda. - Ingenieros Consultores, caracterizaron los suelos del Altiplano del Oriente antioqueño (zona a la que pertenece el Municipio seleccionado en esta investigación para hacer la prueba piloto de la aplicación de la metodología adaptada) con base en la Clasificación de Tierras por Capacidad de Uso de Klingebiel y Montgomery (1961) del Servicio de Conservación de Suelos de los Estados Unidos de América, que fue modificado, en Colombia, por la Subdirección Agrológica del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Mosquera, 1983). Este informe fue proporcionado por CORNARE (Corporación Autónoma Regional Rionegro-Nare)

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suelos que se tienen en cuenta están: profundidad efectiva, textura, permeabilidad, capacidad de retención de humedad aprovechable, acidez, fertilidad natural, salinidad, alcalinidad y pedregosidad. Entre las características del terreno se analizan: pendiente, inundabilidad, dinámica del nivel freático. Y entre las características climáticas se evalúan: precipitación, distribución de las lluvias, evaluación de períodos o épocas para cultivos, evapotranspiración (FAL & CORNARE, 1995) El sistema incluye tres categorías: subclases y unidades o grupos de manejo; en el mismo orden aumenta el detalle y la especificidad de la agrupación. En términos generales las cuatro primeras clases ( I a IV) corresponden a tierras de vocación agrícola; las clases V y VI son aptas para cultivos permanentes, reforestación y ganadería; con un manejo cuidadoso de las praderas cuando hay suelos derivados de cenizas volcánicas; la clase VII agrupa las tierras que, por sus características, requieren cobertura vegetal permanente tipo multiestrata (por ejemplo bosque nativo, café con sombrío); la clase VIII comprende aquellas áreas que presentan tantas y tan severas limitaciones que sólo se recomienda su uso para conservación de la vida silvestre, la belleza escénica, las aguas y los suelos. Una vez definida la vocación de los suelos mapeados se determina su capacidad para ser utilizados en uno o varios de los siguientes usos generales: cultivos limpios, semilimpios y densos; pastoreo; cultivos silvoagrícolas, agro-silvo-pastoriles y silvo-pastoriles; plantación productora, productora-protectora y protectora; usos para conservación, protección y/o manejo especial73 (FAL & CORNARE, 1995) Con base en esta información es posible proponer que la evaluación de la sostenibilidad de los ecosistemas comience con la identificación de los usos potenciales de los suelos para con base en ella evaluar si un tipo de cobertura vegetal específico es adecuado para los atributos con los que se cuenta. Por otro lado, en esta investigación se comparte la apreciación de Escobar (2005) sobre la metodología de Van der Perk & De Groot, de que no profundiza en la instrumentación basada en SIG y en el diagrama que resume los pasos realizados no es muy claro por qué el mapa de uso actual del suelo elaborado con base en la fragmentación y desecación produce información cuantitativa del estado del capital natural, mientras que el mapa de la presión ambiental que está excediendo la capacidad de carga (presión que puede ser ocasionada por eutrofización, acidificación, disturbios, drenaje artificial, etc) produce información cualitativa del estado del capital natural. Tampoco es comprensible cómo la multiplicación de los dos tipos de información (cualitativa x cuantitativa) da como resultado el capital natural crítico potencial. En términos generales debe decirse que esta metodología no es muy clara en su propuesta para identificar el CNC con SIG aunque enuncie elementos clave para dicho análisis. A diferencia de esta metodología la propuesta por Escobar (2005) es un gran avance en la identificación del CNC a partir de la plataforma SIG. Además de

73 Ver en el anexo 4 la clasificación realizada para la zona de estudio de esta investigación.

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hacer una excelente síntesis de otras propuestas con el mismo propósito ofrece un paso a paso conciso y muy claro sobre el tipo y la escala más apropiada de la información que se debe obtener, las posibles fuentes que la pueden proporcionar y el uso que le debe dar para obtener resultados. Sin embargo, cuando se analizan algunas de las suposiciones de la Fase 274 de la Implementación de la metodología sobre el SIG, se hace necesario cuestionar qué tan válida es la generalización de estas suposiciones en algunas situaciones. Lo que hace el autor en esta fase es proponer posibles fuentes de información o capas temáticas para inferir la potencialidad de cumplimiento de las funciones ambientales elegidas, a través de procesos analíticos como Clasificación de coberturas, Índices de vegetación (GVI), e Índice Tasselled Cap de Verdor. De esta manera, para el caso de las funciones de Regulación propone como suposiciones “que las coberturas vegetales son un buen indicador entre dos estados, y que será la variación cuantitativa en el área la que permitirá definir la pérdida o ganancia en las funciones” (Ibid., p 58). Entonces para inferir “Prevención de desastres, retención de suelos y regulación del agua, se supone que la disminución en área de las coberturas vegetales más robustas (Bosques y rastrojos) afectan negativamente el área de análisis, esto guarda relación con los procesos que suceden en una cuenca ya que las masas vegetales cumplen un papel fundamental en la reducción del arrastre provocado por las aguas y en la regulación del tiempo de transito de las escorrentías superficiales y subsuperficiales” (Ibid., p 59) Posteriormente en la Fase 3 que es en la que se desarrolla el modelo75 espacial integrado de las diferentes capas de información obtenidas en la Fase 2, como preámbulo al análisis e identificación del CNC, se hacen también estas tres suposiciones que deben ser analizadas con más detalle:

(1) El Potencial de Hábitats toma como fuente de datos las función verdor calculada a partir de un modelo Taselled Cap obtenido de imágenes Lansat, considerando que la densidad y el estado de salud de la vegetación aportan a las especies silvestres las condiciones de protección, alimento y refugio requeridas para su normal desarrollo, a partir de allí se reclasifica esta fuente en dos funciones principales (refugio y criadero), ambas en una escala cualitativa de 1-9, otorgando un menor valor a las coberturas descubiertas y poco densas y un mayor valor al caso contrario. (4) El Potencial de Regulación de Gases toma como fuente de datos el índice de vegetación normalizado (NDVI), el cuál tiene como ventaja, e inconveniente, que no responde a ninguna variable concreta sino a una amalgama de factores (cobertura, estado fenológico, estado fitosanitario) sin embargo para comparaciones temporales de una misma zona permite obtener estimaciones de variables tales como el índice de área foliar,

74 Fase 2: Identificación de la(s) función(es) bajo amenaza y ubicación en la categoría a que corresponden. 75 Que se obtiene a través de técnicas de análisis espacial donde se combinan las fuentes de información por medio de análisis basados en operaciones de conjuntos (intersección y unión) y álgebra de mapas (operaciones aritméticas y booleanas con matrices).

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flujo neto de CO2, radiación fotosintéticamente activa absorbida por la planta y productividad neta de la vegetación, etc, por tal motivo es posible inferir que a mayor valor, mayor uso de CO2, lo cual se refleja en el clasificador el cual asume una escala de 1 a 9. (8) El potencial de retención de suelos asume una relación sencilla e inversa entre el papel de las coberturas en la retención de suelos de acuerdo a la pendiente, así a mayor pendiente y menor cobertura vegetal mayor será la perdida de suelos.

Lo primero que debe decirse sobre estas suposiciones no es que no sean válidas lo que pasa es que en muchas situaciones no son una valoración adecuada de la realidad. Por ejemplo en Marinilla, zona de estudio de esta investigación, fue el kikuyo76, una especie de pasto mejorado utilizado para consumo ganadero, la alternativa de solución para la recuperación de los taludes que quedaron desprotegidos por la ampliación a doble calzada de la autopista Medellín-Bogotá77, taludes con pendientes superiores a los 45° y que en ningún caso hubieran soportado el establecimiento de especies arbóreas para su recuperación. De la misma manera, la recuperación78 de la llanura de inundación de la quebrada Marinilla y el Río Negro sólo pudo lograrse con esta especie de pasto, y se debieron remover todos los árboles porque sus ramas y hojas se volvían obstáculos para el curso de la quebrada en las épocas de lluvia. Por el lado del potencial de hábitats, la suposición no tiene en cuenta todas aquellas zonas del planeta cuyas condiciones de humedad y de fertilidad edáfica dificultan el desarrollo de coberturas arbóreas, dando lugar al surgimiento de los biomas que conocemos como praderas, estepas, pampas o sabanas, sitios que además de ser el refugio de muchas especies de herbívoros, aves, insectos y mamíferos, son mucho más ricos en humus que los suelos forestales equivalentes (por causa de la brevedad del ciclo vegetativo de las plantas herbáceas, se produce una importante acumulación de materia orgánica, de tal forma que la humificación es más fuerte que la mineralización), bien manejados pueden tener menos lixiviación y una mayor acumulación de sales minerales - particularmente de calcio y potasio - en las capas superficiales, ya que por el clima la evaporación es superior a la pluviosidad (Paladines, 1992) Además de lo anterior, la mayoría de las especies herbáceas que predominan en los pastizales tienen la propiedad de elevar la capacidad de absorción y retención del agua edáfica por la finura de las hojas, tallos y raíces; por la densidad de la cubierta vegetal en la superficie; por los innumerables canales abiertos por las raíces y por la materia orgánica que incorporan al suelo, que al tiempo permiten grandes acumulaciones de carbono edáfico. Por esto cuando son sometidas a buenas prácticas de manejo se constituyen en uno de los factores más destacados en la conservación de suelos fértiles y en la recuperación de suelos desgastados por manejos inadecuados en diferentes usos de la tierra (Gómez,

76 Nombre científico: Pennisetum clandestinum. 77 Ver en el anexo 5 la recuperación de taludes. 78 Ver en el anexo 6 la recuperación de la llanura de inundación.

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1996). Claro está que si el mantenimiento no es adecuado como por ejemplo con el sub. y sobrepastoreo pecuario, sin fertilización, ni descanso para los potreros, se puede obtener como resultado una erosión laminar hasta cinco veces más acelerada que la de rastrojos y bosques (Vásquez, 1998). Es necesario aclarar que el análisis anterior en ningún momento invalida las operaciones de carácter estadístico y matemático realizadas por Escobar (2005) para explorar, resaltar y/o extraer información específica, a partir de las particularidades radiométricas de las diferentes bandas espectrales que componen las imágenes satelitales utilizadas en la investigación. Lo que se pretende dar a entender es que ese tipo de análisis debe complementarse con otros procedimientos en SIG y con trabajo de campo para validar las suposiciones de las que se parte para calificar las coberturas vegetales porque como se explicó anteriormente en algunas ocasiones serán cuestionables, no obstante en otras, como en la investigación de Escobar (2005), que por no tener suficiente información de la zona en la que aplicó el modelo debió utilizar las coberturas vegetales79 y la pendiente80 para identificar espacios potenciales para la expansión de viviendas, sí pueden ser acertadas. De esta manera se propone en esta investigación un procedimiento alternativo con SIG que empieza con la identificación de las clases de suelo de un territorio para establecer las aptitudes y usos potenciales, y con la información sobre las coberturas vegetales o uso actual de un territorio, se generan mapas de conflicto a través de los cuales se puedan establecer tendencias de insostenibilidad. Para terminar con el análisis de la metodología debe decirse que Escobar (2005) también propone el mapa de uso potencial como fuente de información para inferir la potencialidad de las funciones de Información y Transporte/hábitat pero utiliza como pivote de su análisis el mapa de coberturas vegetales y no profundiza en la manera como debería utilizarse este tipo de información. En el siguiente apartado se explorará con más detalle la manera como puede utilizarse esta información para identificar el CNC.

79 Se reclasifican las coberturas vegetales asignado una mayor calificación a las tierras descubiertas y pastos y una menor a los cultivos y bosques. Es decir el modelo tendrá cierta tendencia a anular la posibilidad de establecer construcciones en áreas de interés ecológico o económico. (Ibid., p 74) 80 Se tomó la fuente de datos que representa la topografía (DTM) y se calculan las pendientes, para reclasificarlas de tal forma que las zonas de mayor pendiente tenderán a ser restrictas para la expansión de las vivienda. (Ibid., p 74)

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2.4 SÍNTESIS METODOLÓGICA En los apartados anteriores se expusieron los criterios teóricos, conceptuales e instrumentales de los que se partirá en esta investigación para proponer una metodología de gestión de los pastizales como capital natural. Sin embargo, fue necesario realizar algunos ajustes conceptuales e instrumentales para facilitar no sólo la identificación del capital natural crítico de un proyecto de desarrollo (por ejemplo, un proyecto de explotación y exploración de hidrocarburos) sino la gestión de los ecosistemas como capital natural como se pretende en esta investigación. De esta manera aparecen a continuación los ajustes realizados a la propuesta en general y en el siguiente apartado se enunciarán los pasos a seguir cuando la propuesta metodológica se utilice para gestionar pastizales como capital natural.

2.4.1 Componente Conceptual Capital natural: se acoge la definición de Ekins et al., (2003, p 166)81: “reserva con capacidad para producir un flujo de bienes y servicios” y el concepto que abarca lo que se pretende con esta definición es el de ecosistema. Por lo tanto se acoge la definición de Tansley (1935) “todo el sistema (en el sentido físico) incluyendo no solamente el complejo de organismos, sino también el complejo . Sin embargo, en esta investigación se agrega que esta capacidad para producir el flujo debe ser autónoma, es decir, no puede depender de la intervención del ser humano para que se presente. Esto quiere decir que una ciudad a pesar de ser una reserva con capacidad para producir un flujo de bienes y servicios, determinados por complejas interrelaciones, no puede ser reconocida como ecosistema porque su existencia depende de la intervención de los humanos. En cuanto a la delimitación del ecosistema y la escala de análisis, se acoge la propuesta de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio: los parámetros de evaluación de los ecosistemas se establecen en función del interés científico, político o de gestión que se esté analizando. Esto puede derivar en que la delimitación del(os) ecosistema(s) la determine la división político-administrativa del territorio como por ejemplo, un municipio, aunque se tenga claro que para comprender cabalmente las interrelaciones y complejidad que caracteriza el(los) ecosistema(s) objeto de estudio, se requiera analizarlo a una escala superior. Es muy importante aclarar esto porque uno de los principales desafíos que se tienen con la identificación de la escala de análisis es encontrar la manera de conciliar las delimitaciones dadas por la naturaleza (de las aún ignoramos tanto) con las delimitaciones dadas por los seres humanos, que son las que finalmente determinan las políticas de gestión de los ecosistemas.

81 The essence of the concept of capital is that it is a stock that possesses the capacity of giving rise to flows of goods and/or services.

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Unidad de gestión: Con base en la anterior definición, en esta investigación se acoge el ecosistema con la unidad de gestión o análisis de la metodología que se proponga para aplicar los preceptos del enfoque de la economía ecológica. Funciones del ecosistema: se acoge la definición de De Groot (1992)82: son las características de los ecosistemas que dan lugar a los flujos que emanan de él. Estas características pueden entenderse como los procesos (ciclos biogeoquímicos) y componentes (plantas, animales, minerales, microbiota, etc) a través de los cuales se obtienen los servicios (asimilación de CO2) y los bienes (recursos como el petróleo), respectivamente. Se acoge la categorización dada por De Groot (1992): funciones de Regulación, funciones de Producción, funciones de Hábitat y funciones de Información83, por considerar que es una clasificación más completa que la sugerida por Ekins et al., (2003). Sin embargo, se aclara que la categorización es para facilitar la evaluación más no para enunciar que existen de manera aislada y que su comprensión se puede alcanzar sin el acercamiento a las demás funciones. De igual manera, se resalta que esta investigación no acoge el enunciado funciones ambientales porque quien las cumple no es el ambiente sino los ecosistemas. Sostenibilidad: se acoge la definición de Daly (1991)84 para el criterio de sostenibilidad fuerte: “es el mantenimiento del flujo de bienes y servicios proveídos por los ecosistemas, reconociendo que muchos de estos bienes y servicios no los puede proveer el capital manufacturado”. La evaluación de este mantenimiento puede realizarse a través de las dimensiones ambiental, social y económica. Se aclara que esta división en dimensiones es para facilitar la evaluación de los usos que afectan dicho mantenimiento, no para enunciar que existen tres tipos de sostenibilidad y que algún uso específico puede ser sostenible en alguna de las dimensiones sin tener que serlo en todas. Esto quiere decir que no es posible evaluar si un uso dado a un ecosistema permite el mantenimiento del flujo de bienes y servicios, si sólo se tienen en cuenta variables ambientales (como contaminación del agua, pérdida de suelo, inadecuada eliminación de excretas, etc) porque las variables socioeconómicas son las que permiten comprender por

82 It is the characteristics of the ecosystems, or natural capital, which give rise to the flows emanating from this capital, which De Groot (1992) calls environmental functions, defined as ‘the capacity of natural processes and components to provide goods and services that satisfy human needs (directly and/or indirectly)’. The ‘goods’ (e.g. resources) are usually provided by the ecosystem components (plants, animals, minerals, etc.); the ‘services’ (e.g. waste recycling) by the ecosystem processes (biogeochemical cycling). Citado por Ekins et al., (2003, 169) 83 Ver en el anexo 7 las funciones que abarca cada categoría. 84 Strong sustainability, which derives from a different perception that substitutability of manufactured for natural capital is seriously limited by such environmental characteristics as irreversibility, uncertainty and the existence of ‘critical’ components of natural capital, which make a unique contribution to welfare. An even greater importance is placed on natural capital by those who regard it in many instances as a complement to man-made capital (Daly, 1991). Citado por Ekins et al.,( 2003, p 168)

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qué se está ocasionando la afectación (los usos del suelo son decisiones humanas) y cómo se puede corregir (los humanos son los que tienen que modificar el uso). Por lo tanto, se resalta que esta investigación no acoge el enunciado sostenibilidad ambiental porque lo ambiental es sólo una de las dimensiones que debe considerarse para evaluar si el uso dado a un ecosistema es sostenible o no. 2.4.2 Componente Instrumental Como se mencionó anteriormente las propuestas instrumentales de Ekins et al., (2003) y Escobar (2005) tienen en términos generales las mismas etapas para identificar y evaluar el capital natural crítico de un proyecto de desarrollo. En esta investigación se hicieron algunas modificaciones a dichas propuestas y por ello se proponen las siguientes fases cuando lo que se busca es identificar el capital natural afectado por el desarrollo de un proyecto específico. En el siguiente apartado se detallará la propuesta que hace esta investigación para gestionar un ecosistema como los pastizales como capital natural. Fases para evaluar el capital natural afectado por un proyecto de desarrollo

1. Descripción de la zona de instalación del proyecto

Para la recopilación de información se acogen las sugerencias de Escobar (2005) sobre las posibles fuentes de información y las características que debe tener la información cartográfica (ver anexo 3). Sin embargo, se resalta lo que ya se dijo anteriormente, que el primer mapa síntesis de la información ambiental básica de un territorio es el de uso potencial determinado a partir de las clases de suelo o de la aptitud de uso. Aunque se recomienda utilizar el mapa de uso potencial con base en las clases de suelo porque tiene mayor grado detalle para determinar el uso, como se verá más adelante en la aplicación de la metodología en Marinilla85. De igual manera, se resalta que el mapa de cobertura vegetal no siempre puede arrojar la información sobre el uso actual del suelo, es decir, cuando una cobertura vegetal es cultivo puede fácilmente inferirse el uso dado al suelo a través de su identificación, pero cuando es pastizal no porque puede tener usos recreativos, pecuarios, de protección y/o recuperación, etc. De igual manera debe decirse que en algunas ocasiones lo que se llama mapa de uso actual realmente es un mapa de coberturas vegetales en el que a cada categoría de cobertura vegetal se le han identificado las principales especies vegetales, lo que deriva en más categorías dentro de una misma cobertura86. Finalmente, se recuerda que la escala de análisis se define con base en los intereses de la investigación y la disponibilidad de

85 Zona de estudio de esta investigación. 86 Esto se verá más adelante en la cartografía suministrada por CORNARE para el desarrollo de esta investigación.

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información. Luego de este preámbulo se sugieren las siguientes variables para cada dimensión de análisis. Variables ambientales: todas aquellas que permitan identificar los atributos del territorio objeto de análisis y su estado actual.

� Mapa uso potencial suelo � Mapa pendientes � Mapa Cuencas hidrográficas � Mapa coberturas vegetales � Mapa uso actual

Variables socioeconómicas: todas aquellas que permitan describir las particularidades socioeconómicas de quienes gobiernan y habitan el territorio objeto de análisis, entre las que se pueden mencionar las siguientes.

� Nivel de educación � Capacidad económica adquisitiva y fuente de ingresos � Estructuras organizativas � Características culturales, religiosas y políticas.

2. Identificación de estándares ambientales, sociales y económicos. Con las

variables ambientales identificar los estándares de sostenibilidad mínimos en la dimensión ambiental para conservar el flujo constante de bienes y servicios de los ecosistemas del territorio objeto de análisis. Con las variables socioeconómicas identificar las costumbres, estilos de vida y aspiraciones económicas que aún sin estar acordes con los atributos ambientales del territorio deben considerarse porque representan la cultura de quienes lo gobiernan y habitan.

3. Descripción de las actividades del proyecto que afectan los ecosistemas. A

cada una de las actividades necesarias para el desarrollo y mantenimiento del proyecto que afecten los ecosistemas se le deben detallar el tiempo de duración, los insumos requeridos, los residuos eliminados, y en la medida de lo posible los costos de todo lo utilizado.

4. Identificación de tendencias de insostenibilidad

� Evaluación de las medidas propuestas para contrarrestar el impacto de las actividades del proyecto sobre los ecosistemas de la zona.

� Identificación de las funciones ecosistémicas más afectadas y en la

medida de lo posible identificación de los costos de reparación y mitigación.

� Identificación de la brecha de sostenibilidad

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5. Aplicación de herramientas de análisis-decisión como análisis multicriterio

para elegir las medidas de corrección más adecuadas ambiental, social y económicamente entre quienes gobiernan y habitan el territorio afectado por el desarrollo del proyecto.

2.5 PROPUESTA PARA LA GESTIÓN DE PASTIZALES COMO CAPITAL NATURAL En el apartado anterior se enunció la propuesta que hace esta investigación para identificar y evaluar el capital natural crítico de proyectos de desarrollo. En este apartado se expone la propuesta para gestionar pastizales como capital natural dentro de una división político-administrativa como un municipio. Para tal fin se acogen los siguientes conceptos para el desarrollo de la metodología. 2.5.1 Componente Conceptual Unidad de análisis Municipio Entidad territorial fundamental de la división político administrativa del Estado (Constitución Política de Colombia. art. 311), con autonomía para la gestión de sus intereses dentro de los límites que señala la Ley. Su finalidad es garantizar el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población en su respectivo territorio. Unidad de gestión Pastizal Capital natural constituido principalmente por especies herbáceas solas o en combinación con especies arbustivas y/o boscosas en estado natural o con mínima intervención humana; o por una o varias especies de gramíneas y/o leguminosas introducidas o nativas con algún tipo de manejo. Otros conceptos necesarios87 Aptitud de Uso del Suelo. Cada una de las cuatro categorías constituidas para abarcar los usos potenciales del suelo en tierras con aptitud agrícola, ganadera, que requieren cobertura

87 Estos conceptos fueron sacados de la Ley 388 de 1997, que establece el marco general ordenamiento del territorio, los objetivos y acciones urbanísticas, la clasificación del suelo y los instrumentos de planificación y gestión del suelo, en los municipios y distritos de Colombia.

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vegetal permanente y aquellas que sólo se pueden destinar a la conservación y/o recuperación de la naturaleza. Clase Agrológica Se refiere a una de las 8 posibilidades en que se divide el sistema de clasificación norteamericano de las tierras y suelos de acuerdo con su capacidad de uso. Para esta clasificación se usan números romanos de I a VIII; la clase I presenta valores mínimos de pendiente y máximos de fertilidad del suelo; la clase VIII presenta las inclinaciones más extremas y las condiciones más desfavorables para el desarrollo sostenible agropecuario. Cuenca hidrográfica Porción de un territorio definida por divisorias de aguas superficiales, que drenan o desaguan a un cauce central. La jurisdicción de cada cuenca depende de la escala, y existen jerarquías como (de mayor a menor extensión): cuenca oceánica, gran hoya hidrográfica (ej: Magdalena), cuenca (ej: río Negro - Nare), subcuenca (ej: La Pereira, Cocorná), microcuenca (ej: Barbacoas, La Bolsa). Manejo Agroecológico Conjunto de medidas, tecnologías, formas de uso, etc., que tienen en cuenta la fragilidad del recurso suelo debido a una serie de condiciones como son: altas pendientes, alta lluviosidad (pluviosidad), suelo deleznable, susceptibilidad alta a la erosión, baja profundidad efectiva, frecuencia de vientos fuertes, etc. El manejo agroecológico también puede referirse a correctivos necesarios ligados a intervenciones e impactos grandes sobre el medio por el hombre (ej: minería Bajo Cauca). El manejo agroecológico se refiere a la agricultura y la ganadería practicadas con un sentido de sostenibilidad y/o recuperación. Este manejo incluye medidas como: arar en sentido de curvas de nivel, hacer compostaje, hacer huertos para producción de maderas de diferentes calibres, extracción sostenible de productos del bosque, zoocría, trinchos en cárcavas, barreras vivas, cercos vivos, barreras rompevientos, siembras de enriquecimiento forestal, manejo de fragmentos bosque - cultivo - pradera, etc. Ordenamiento Territorial El Ordenamiento del Territorio Municipal y Distrital comprende un conjunto de acciones político - administrativas y de planificación física concertadas, emprendidas por los municipios o distritos y áreas metropolitanas, en ejercicio de la función pública que les compete, dentro de los límites fijados por la Constitución y las Leyes, en orden a disponer de instrumentos eficientes para orientar el desarrollo del territorio bajo su jurisdicción y regular la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo socioeconómico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales. Plan de Ordenamiento Territorial Instrumento básico para desarrollar el proceso de Ordenamiento del Territorio Municipal, el cual se define como el conjunto de objetivos, directrices, políticas,

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estrategias, metas, programas, actuaciones y normas adoptadas para orientar y administrar el desarrollo físico del territorio y la utilización del suelo. Suelo Rural Constituyen esta categoría los terrenos no aptos para el uso urbano, por razones de oportunidad o por su destinación a usos agrícolas, ganaderos, forestales, de explotación de recursos naturales y actividades análogas. Suelo Suburbano Constituyen esta categoría las áreas ubicadas dentro del suelo rural, en las que se mezclan los usos del suelo y las formas de vida del campo y la ciudad, diferentes a las calificadas como áreas de expansión urbana, que pueden ser el objeto de desarrollo con restricciones de uso, de intensidad y de densidad, garantizando el autoabastecimiento en servicios públicos domiciliarios. Uso Actual y Coberturas del Suelo (o de la Tierra) Se refiere a la utilización del suelo o a la existencia de elementos que lo cubren, todo ello de acuerdo (en el caso del presente trabajo) con la terminología particular definida por la empresa FAL en la cartografía respectiva del AOA. El uso o coberturas son actuales para el(los) momento(s) de toma e interpretación de fotografías aéreas. Uso Potencial del Suelo (o de la Tierra) Es la identificación de la capacidad de uso y manejo del suelo con base en los efectos combinados del clima y las limitaciones permanentes del suelo que afectan su capacidad para producir fibras, alimentos y materias primas de origen vegetal para la generación de energía. Entre las características de los suelos que se tienen en cuenta están: profundidad efectiva, textura, permeabilidad, capacidad de retención de humedad aprovechable, acidez, fertilidad natural, salinidad, alcalinidad y pedregosidad. Las características del terreno son: pendiente, inundabilidad y dinámica del nivel freático. Características climáticas: precipitación pluvial, distribución de las lluvias, evaluación de períodos o épocas para cultivos. El sistema incluye tres categorías: Subclases y unidades o grupos de manejo; en el mismo orden aumenta el detalle y la especificidad de la agrupación. Zona agroecológica o Unidad de Tierra Es la agrupación de las clases agrológicas y las subclases de acuerdo a factores combinados de tipo climático (provincias de humedad, pisos términos) y geomorfológico (paisaje, procesos erosivos) principalmente. Las unidades de tierra son definidas en una categoría más alta, para tener una visión integral del paisaje y para delimitar zonas agroecológicas homogéneas que sirvan como elementos de criterio para la planificación y el ordenamiento territorial.

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2.5.2 Componente Instrumental Se proponen las mismas fases para la identificación del capital natural afectado por un proyecto de desarrollo, pero se detallan a continuación algunas modificaciones y propuestas para algunas de ellas.

1. Descripción de la zona objeto de análisis y del(os) ecosistema(s) objeto de estudio. Se describen las características ambientales, sociales y económicas de la delimitación político-administrativa que tiene bajo su jurisdicción el(os) ecosistema(s) objeto de estudio, así como las características que describen el(os) ecosistema(s).

2. Identificación de estándares ambientales, sociales y económicos. Se

describen dichos estándares para la delimitación político-administrativa objeto de análisis.

3. Descripción de la problemática ambiental, social y económica que

afecta la zona objeto de análisis y al(os) ecosistema(s) objeto de estudio. Cuando lo que se busca con la identificación y evaluación del capital natural es gestionarlo de la manera más adecuada, se debe partir de un diagnóstico de la situación ambiental, social y económica en la que se encuentra la zona objeto de análisis para identificar cuáles son las prioridades de la gestión que se va a realizar. Uno de los principales insumos para tal fin es la normatividad expedida por la división político-administrativa objeto de análisis para planificar el territorio bajo su jurisdicción, a través de los Planes de Ordenamiento Territorial, la legislación para estimular o castigar tributariamente usos específicos del suelo, las políticas de fomento de crédito para ciertas actividades productivas, entre otros. El propósito de dicho análisis es identificar la relación entre los modelos de desarrollo propuestos y los usos que realmente se le dan al territorio. Se sugiere empezar el análisis de dichas políticas con los planes de ordenamiento territorial porque a través de ellos es posible inferir las políticas de desarrollo y de gestión ambiental por las siguientes razones:

� El Plan Básico de Ordenamiento Territorial, espacializa políticas y

proyectos a ser tenidos en cuenta en los Planes de Desarrollo. � El Plan Básico de Ordenamiento Territorial, establece el marco

general de actuación para el largo plazo. � Ajusta el Plan de Desarrollo en su programa de ejecución. � El Plan de Desarrollo ejecuta el corto plazo del Plan Básico de

Ordenamiento Territorial. � Un Plan Básico de Ordenamiento Territorial contiene en su

vigencia la realización de tres Planes de Desarrollo. � El Plan Básico de Ordenamiento Territorial es el insumo para la

elaboración de los programas de gobierno.

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� El Plan Básico de Ordenamiento Territorial se fundamenta en la planeación prospectiva de largo plazo, el Plan de Desarrollo en la planeación estratégica de corto y mediano plazo.

� El Plan Básico de Ordenamiento Territorial sustenta los énfasis físico-espaciales que se complementan y articulan con los énfasis socioeconómicos del Plan de Desarrollo.

� El Plan de Gestión Ambiental complementa y orienta la dimensión ambiental del Plan Básico de Ordenamiento Territorial.

� El Plan de Gestión Ambiental establece un contexto regional, al cual deben articularse los Planes Básicos de Ordenamiento Territorial locales y subregionales.

� Articula la Ley 388/97 con la Ley 99/93. � La articulación entre los dos planes, permite regular y orientar el

proceso de diseño y planificación del uso del territorio del Altiplano del Oriente Antioqueño y cada uno de los municipios, en armonía con la oferta de los recursos naturales renovables.

� Se establecen los fundamentos para lograr la sostenibilidad. � El Plan Básico de Ordenamiento Territorial retroalimenta el Plan de

Gestión Ambiental en la definición normativa y en las decisiones de uso y manejo del suelo.

4. Identificación de tendencias de insostenibilidad

a) Evaluación del impacto de la problemática identificada sobre los

ecosistemas de la zona de análisis. A diferencia de lo propuesto por Ekins et al., (2003) y Escobar (2005) en esta investigación se considera que antes de entrar a identificar las funciones bajo amenaza se debe empezar con el análisis de el(los) ecosistema(s) bajo estudio con base en los atributos del territorio donde está asentado a partir de la generación de mapas de conflicto que permitan identificar las zonas ambientalmente afectadas por usos inadecuados. Si la información cartográfica está digitalizada se podrá hacer uso de SIG para la generación de dichos mapas y las categorías de conflicto se constituirán no sólo con información ambiental, también podrán utilizarse criterios socioeconómicos para definir cuándo un uso es inadecuado o no. Además de lo anterior, en esta investigación se propone un procedimiento para evaluar cambios si se tiene información de dos o más años de una misma capa temática. Este procedimiento se propone porque si se tiene información de dos años de una capa temática como conflictos lo que se puede evaluar al compararlos es el cambio en el área de cada una de las categorías en las que se tenga clasificada la información, no es posible saber a costa de cuál categoría se hizo el cambio. Por ejemplo, si se tienen los mapas de conflicto para 1992 y 2001, y la categoría de conflicto USO

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INADECUADO aumentó, con la comparación entre los dos mapas se puede saber que aumentó en área pero no se podría saber a costa de cuál(es) categoría(s) se dio el cambio. Si esto se supiera se podría utilizar como un instrumento adicional al de la generación del mapa de conflictos para priorizar las áreas que pueden estar más afectadas por usos del suelo específicos. Para entender mejor lo que se busca con este procedimiento ver en el anexo 8 su aplicación en el cambio de coberturas vegetales entre 1992 y 2001.

Análisis de los resultados Los resultados obtenidos tanto de los procedimientos cartográficos como de la información social y económica deben someterse a análisis estadísticos que permitan describir e inferir interrelaciones entre todas las variables seleccionadas para el desarrollo de la investigación.

b) Identificación de las funciones del ecosistema más afectadas Luego de hacer la evaluación del ecosistema como un todo desde las diferentes dimensiones de análisis (ambiental, social y económica) se procede a identificar las funciones del ecosistema más afectadas por las tendencias de insostenibilidad. En esta investigación se considera que esta identificación no puede hacerse únicamente con información de sensores remotos, es necesario utilizar información de campo primaria o secundaria. Aunque como se verá más adelante los pastizales cumplen varias funciones, dados los alcances de esta investigación sólo se propondrán alternativas de identificación y evaluación para dos categorías: función de producción de materias primas como alimento y función de regulación atmosférica a través de la asimilación de CO2, que son las más afectadas en este tipo de ecosistemas por los usos inadecuados del suelo. Antes de entrar a describir los pasos para evaluar el cumplimiento de las dos funciones propuestas es necesario comenzar por identificar cuáles son las unidades de producción que conforman la zona de estudio y a cuáles unidades prediales pertenecen. De esta manera se deben obtener las siguientes características antes de entrar a evaluar cada función:

� Número de predios � Tamaño de cada predio � Tipo de apropiación � Número de sistemas de producción por cada predio � Identificación de la fuente de agua para el abastecimiento del

predio � Identificación del sistema de tratamiento de desechos sólidos � Identificación del sistema de eliminación de excretas

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FUNCIÓN PRODUCCIÓN

El cumplimiento de cada una de las funciones también debe analizarse a través de las tres dimensiones de la sostenibilidad. De esta manera si analizamos la dimensión ambiental de la producción de los pastizales lo primero que debe hacerse es describir las características que identifiquen los atributos de la unidad de producción para sostener un determinado sistema de producción y aunque antes de llegar a analizar el cumplimiento de esta función ya se identificaron los atributos del territorio con el mapa de uso potencial, es necesario detallar aún más la capacidad de cada unidad de producción. Por ello se considera que la propuesta de Vélez y Gastó88 (1999) es adecuada para determinar cuáles variables se deben medir89. Citando a Gastó et al., 1993 afirman que el escenario donde se desarrolla la agricultura del predio es el producto de la integración de los elementos del suelo, el clima, la formación geológica y geomorfológico, organizados en un espacio e interrelacionados entre sí, constituyendo una estructura espacial y funcional definida. Las variables que mejor representan cada uno de estos aspectos son la humedad ambiental, la pendiente, la profundidad efectiva, la textura y el hidromorfismo. De la combinación de estas variables los autores obtienen el índice de Receptividad tecnológica que evalúa la capacidad de un ecosistema para recibir y asimilar un tipo y cantidad de tecnología sin deteriorar su capacidad productiva.

Para la evaluación de las dimensiones social y económica se le hicieron ajustes a la propuesta MESMIS90 para describir las variables sociales y los sistemas de manejo de las unidades de producción analizadas. De igual manera se proponen indicadores de presión para cada una de las dimensiones de análisis ver Tablas 2 y 3. Los indicadores de presión/estado que se elijan para evaluar la brecha de sostenibilidad de los pastizales pueden ajustarse para que respondan a las guías enunciadas por Gaviria (1995) para diseñar estrategias de acción que mitiguen los impactos negativos de las actividades pecuarias, con el análisis de la interacción con el suelo,

88 En el anexo 9 se puede ver la metodología detallada y algunos elementos de análisis sobre sus ventajas y desventajas 89 También se sugiere la propuesta de Altieri y Nicholls (2000) para evaluar los atributos del suelo y la sanidad del cultivo por ser una alternativa más sencilla de aplicar por personas no expertas. Aunque el artículo citado propone la metodología para aplicarla en cafetales, es posible extrapolarlo con ajustes a otros sistemas de producción. Ver en el anexo 10 el resumen y análisis de la propuesta. 90 En el anexo 11 aparece el resumen y análisis de la metodología.

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el agua, la ubicación en una cuenca hidrográfica y las actividades agrícolas.

� La actividad pecuaria no debe destruir sino potenciar y

preservar la biodiversidad primigenia y basarse sobre un conocimiento más profundo de la biocenosis. Las redes de reservas tienen un papel estratégico. Entender las posibilidades de manejo de la fauna local debe figurar en al agenda pecuaria regional.

� Es necesario ejercer un control al desplazamiento animal para reducir impactos negativos sobre suelos, fuentes de agua, ecosistemas protegidos, como bosques y páramos. Cercamientos, cordeles, estabulación y semiestabulación son aspectos que juegan gran papel.

� Buscar intensificaciones no por la vía de la ampliación del área en pastos sino mediante el aumento de la productividad primaria en la producción vegetal orientada a la dieta pecuaria, mediante el establecimiento de cultivos multiestratas, bancos verdes de proteína, potreros arborizados y cercas vivas entre otros. Reservorios de agua, combinación de ofertas energéticas y proteicas.

� Responder a la estacionalidad y la baja de oferta alimentaria en el verano optimizando el uso del agua, protegiendo de la insolación a los animales, favoreciendo la presencia de la materia orgánica, fomentando coberturas muertas y vivas, poniendo barreras contra vientos, reservando el recurso hídrico. Guardar alimento en forma de silos vivos, silos muertos, bloque nutricional, henificación, rotación de zonas de pastoreo.

� Relacionar productivamente los ciclos agrícola y pecuario en sistemas animales que utilicen residuos de cosecha, y sistemas agrícolas que usen estiércol en los cultivos. Fabricar suplementos o concentrados con productos locales.

� Combinar la protección de la cuenca con arborización para forraje y la protección de los suelos con franjas de producción de biogas. Vincular la forrajería con la oferta de combustible de cocina.

� Estimular la creatividad y el conocimiento local. Difundir y exaltar las prácticas sostenibles que desde hace tiempo vienen realizando algunos campesinos.

FUNCIÓN DE REGULACIÓN ATMOSFÉRICA (Asimilación de CO2)

En cuanto a la función asimilación de CO2, debido a la alta variabilidad espacial que presentan los pastizales, ya sea en sistemas sólo con especies rastreras o formando parte de sistemas agroforestales, los muestreos estratificados al azar producen

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resultados más precisos que otras opciones. Los estratos deben ser elegidos de acuerdo a la vegetación, a las condiciones edáficas y a la topografía (MacDiken, 1997). El uso de parcelas permanentes es generalmente considerado como un medio estadísticamente superior para evaluar los cambios temporales, debido a que presentan dos ventajas importantes: a) proveen datos más reales del desarrollo de la vegetación y b) son más fácilmente verificables que otros métodos (MacDiken, 1997). Al realizar los inventarios, a través del tiempo, en las mismas parcelas de muestreo se reducen los errores en la estimación y los cambios en los resultados podrían ser considerados como flujos de carbono. La forma de las parcelas dependerá de la topografía del terreno; el tamaño de la parcela de la densidad poblacional (Anderson & Ingram, 1993) y el número de parcelas va a depender del nivel de precisión del monitoreo, el cual debe ser determinado para cada compartimiento (biomasa aérea, hojarasca, biomasa radical y suelo), así como, la frecuencia de evaluación pues cada uno tiene diferente tasa de cambio (MacDiken, 1997). Si el compartimiento tiene un recambio acelerado el monitoreo debe hacerse anualmente (como es el caso de los componentes aéreos), si es el carbono edáfico resulta muy costoso evaluar anualmente, sobre todo en áreas que no son altamente disturbadas (Vine et al., 1999)

Cuantificación de la Biomasa en cada componente del sistema

Biomasa aérea

Se debe cuantificar el carbono capturado por la biomasa leñosa y la biomasa del estrato herbáceo (pastos, helechos, leguminosas, hierbas y otros hábitos de crecimiento de porte herbáceo). El contenido de biomasa leñosa, es decir, la correspondiente a árboles y arbustos, se estimará mediante el empleo de dos técnicas cuyos resultados se promediarán para obtener un valor más aproximado y con menor error. En primer lugar se hará uso de modelos generales para estimar biomasa con base en el DAP91 y la altura. A cada individuo dentro del área de muestreo con un DAP> 2 cm se le medirá el diámetro y la altura total. En segundo lugar se usarán tablas de rendimiento donde con la estimación del volumen de los árboles en pie con base en variables como el DAP y la altura total, además de otros datos como la gravedad específica y el factor de expansión de la biomasa se puede obtener la biomasa aérea total.

La biomasa del estrato herbáceo se medirá utilizando marcos de muestreo (50 x 50 cm) en tres sitios al azar dentro de cada parcela. Se procederá a cortar y pesar todo el material herbáceo que se

91 Diámetro a la altura del pecho

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encuentre dentro del marco de 50 x 50 cm, lo cual será pesado en su totalidad para obtener el peso fresco y posteriormente se tomará una submuestra de alrededor de 200 g para determinar el contenido de humedad y así calcular posteriormente el peso seco. Adicionalmente de la cuantificación de biomasa se realizará la colección de muestras botánicas de los individuos presentes en las parcelas.

Biomasa bajo suelo

La cuantificación del carbono capturado por los sistemas radiculares se hará con el empleo del procedimiento de medición directa. Se debe extraer la biomasa bajo suelo dentro de los marcos utilizados para muestrear la biomasa aérea (herbácea) y debe clasificarse en tres categorías y que será representada principalmente por tres componentes: raíces finas, raíces gruesas y material leñoso en descomposición. Para la toma de muestras de suelo de igual volumen se empleará un barreno y posteriormente se separarán los componentes de la biomasa y teniendo presente la estratificación del suelo según la profundidad. Se tomará el peso fresco y posteriormente se calculará el peso seco en laboratorio.

Hojarasca

Los residuos orgánicos, representados por hojas, ramas, frutos y semillas de la superficie del suelo, se deben cuantificar de una forma similar a la descrita en el caso del componente herbáceo dentro de los marcos de muestreo en donde se obtendrá una submuestra representativa para el cálculo del peso fresco y posteriormente el cálculo del peso seco en laboratorio.

Estimación de la captura de carbono en la biomasa de cada componente

Con base en los inventarios de biomasa de cada componente del sistema de helechales y pastos arbolados, se realizará la estimación del almacenamiento de carbono. Para cada componente, es decir, la parte superficial o aérea del suelo, la existente bajo suelo y la hojarasca, se empleará la fracción de carbono contenido en ellos. Para la estimación del carbono orgánico en el suelo se deben emplear los marcos de muestreo y se obtendrán submuestras a una profundidad de 30 cm, y posteriormente se debe hallar la concentración de carbono orgánico, empleando el método de Walkley & Black (1934), además se debe determinar la densidad aparente del suelo con el método del cilindro. El contenido de carbono se debe calcular con base en las variables anteriores y la ecuación para la estimación de contenido de carbono orgánico en suelos reportada por Andrade & Ibrahim (2003). Posteriormente se

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debe cuantificar el almacenamiento y la fijación de todos los componentes, para cada PPM y para el área total de las zonas con cobertura de helechales y pastos arbolados.

c) Identificación de la brecha de sostenibilidad. Se identifica la distancia que

hay entre la situación actual y la que se desea tener en términos sociales y económicos, ajustados a las limitaciones ambientales del territorio. En la medida de lo posible se debe cuantificar el costo para alcanzar los estándares propuestos.

5. Aplicación de herramientas de análisis-decisión como análisis

multicriterio para elegir las medidas de corrección más adecuadas ambiental, social y económicamente entre quienes gobiernan y habitan el territorio que se busca gestionar.

Tabla 1. Indicadores de estado de la dimensión socioeconómica y el sistema de manejo de la función producción

VARIABLES SOCIOECONÓMICAS SISTEMA DE MANEJO Tipo de unidad de producción (familiar, empresarial, mixta

Tipos de sp y ppales variedades manejadas: cultivos agrícolas, manejo forestal y pecuario.

Objetivo de la producción

(subsistenica, ingresos, ambos)

Organización cronológica: calendario, frecuencia, sucesión de cultivos y arreglo espacial

(monocultivo, policultivos)

Tipo de organización (comunitaria, ejidal,

ONG, unión de crédito, cooperativa, empresa,

etc)

Prácticas de manejo (tipo, calendario)

Número de productores que constituyen la

unidad de producción

Tecnología empleada (manual, mecanizada, tracción animal, mixta)

Manejo del suelo: prácticas de preparación (tipo de labranza) y fertilidad (fertilización qca, abonos

orgánicos, mixto)

Manejo de insectos plaga, arvenses y

enfermedades: Manejo integral de plagas, uso de plaguicidas, control biológico, labores culturales

Subsistema pecuario: ganadería extensiva,

intensiva, estabulación, pastoreo libre, pastoreo mixto.

Sistemas agrosilvopastoriles (tipo de conexiones

entre los subsistemas)

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Tabla 2. Indicadores de presión ambientales y socioeconómicos

INDICADORES AMBIENTALES INDICADORES SOCIOECONÓMICOS

Tasa de cambio de uso del suelo Relaciones insumo-producto entre los sistemas de la unidad de producción

Número de sp manejadas. Índice de Shanon

Proporción de necesidades básicas cubiertas con la producción propia

Tendencia y coeficiente de variación de rendimientos

Evolución de daños por plagas, granizo, heladas, etc. Frecuencia de ocurrencia de siniestros

Número y tipo de beneficiarios por género, sector social, edad, etnia.

Proporcionalidad entre costos y beneficios

Relación beneficio/costo B/C Distribución de biomasa total según número de sistemas, arreglos y especies utilizadas

Supervivencia del proyecto después de conflictos, problemas graves o ausencia de financiamiento Valor presente neto (VPN)

Tasa interna de retorno (TIR) Rendimientos por producto y subproducto

Mecanismos de distribución del poder en la toma de decisiones Ingresos netos Índice de nutrición, índice de salud, escolaridad, esperanza de vida

Índice de Valor Equivalencia (IVE) Unidad de producto por unidad de

insumo crítico Salidas energéticas Entradas energéticas

Índice de sustitución de insumos (ISI) Porcentaje de materia orgánica,

estabilidad de agregados, niveles de agroquímicos en el agua y suelos Porcentaje del ingreso derivado

de distinto cultivos o compradores

Tipo y frecuencia de capacitación, mecanismos de difusión del conocimiento entre miembros (transferencia campesino a campesino)

Acceso a créditos y seguros Tasa de infiltración del agua en el suelo, compactación, erosión (tipos, nivel y porcentaje)

Entradas de energía fósil/Salidas de energía por producto

Adopción o adaptación de los cambios en los diferentes aspectos de la vida: apropiación de estos por la comunidad

Evolución de los precios de insumos críticos y de principales productos del sistema

Tipo de tenencia de la tierra, reglas sobre el uso y disposición de los recursos

Número y tipo de opciones de manejo disponibles

Costos de inversión Control local sobre predios y abasto de insumos o productos: acceso a maquinaria Relación entre costos de

inversión e ingreso de productores

Demanda o desplazamiento de trabajo

Existencia de asociaciones para compra de insumos o venta de productos, cooperativas, uniones de crédito Nivel de autofinanciamiento

Reglas y sanciones para la toma de decisiones colectivas

Ïndice de dependencia de insumos externos (IDIE)

Grado de endeudamiento, ahorro interno

Porcentaje del gasto en alimentos cubierto con la producción propia

Insumos externos/Unidad de producto

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En la Tabla 3 se muestra un comparativo de los pasos propuestos por las metodologías de Ekins et al., (2003) y Escobar (2005), y las propuestas realizadas en esta investigación para identificar el CNC de un proyecto de desarrollo y para gestionar los ecosistemas como capital natural.

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Tabla 3. Comparativo de los pasos propuestos para la identificación del CNC de un proyecto de desarrollo y para la gestión de los ecosistemas como capital natural

EKINS et al., (2003) ESCOBAR (2005) ÁLVAREZ (2010) Identificación del CN afectado

por un proyecto específico Gestión de los ecosistemas

como CN 1. Identificación de la función(es) bajo amenaza o investigación, y su ubicación en la categoría relevante (fuente, sumidero, soporte de vida o salud y bienestar humano)

2. La relación de las anteriores funciones con el capital natural del que ellas emanan.

3. Preparación de varias matrices de impacto (A-D, A´-D),

4. Derivación de los estándares de sostenibilidad para las funciones, si es posible, o las tendencias en aquellos casos donde no se pueda identificar la sostenibilidad.

5. Luego de identificados los estándares son identificados, calcular las brechas de sostenibilidad.

6. Descripción de las aspiraciones sociales y económicas que están poniendo la función bajo amenaza o presión, en términos de los beneficios que su realización produciría. La investigación de formas alternativas de alcance parcial o total de la aspiración.

7. La aplicación de un sistema de análisis-decisión como un análisis multicriterio

Fase 1. Preparación de fuentes de información Fase 2. Identificación de la(s) función(es) bajo amenaza y ubicación en la categoría a que corresponden Fase 3. Establecimiento de las funciones asociadas al capital natural del cual ellas surgen. Fase 4. Preparación de las matrices de impacto. Fase 5 Derivación de los estándares de sostenibilidad Fase 6. Comparación del estándar de sostenibilidad con el estado actual Fase 7. Descripción de la aspiración económica y social que sitúa la función medio ambiental bajo amenaza o presión. Fase 8. Aplicación de herramientas de análisis-decisión

1. Descripción de la zona de instalación del proyecto 2. Identificación de estándares ambientales, sociales y económicos de la zona en la que se desarrollará el proyecto. 3. Descripción de las actividades del proyecto que afectan los ecosistemas. 4. Identificación de tendencias de insostenibilidad

� Evaluación de las medidas propuestas para contrarrestar el Impacto de las actividades del proyecto sobre los ecosistemas de la zona.

� Identificación de las funciones ecosistémicas más afectadas por el proyecto

� Identificación de la brecha de sostenibilidad

5. Aplicación de herramientas de análisis-decisión como análisis multicriterio para elegir las medidas de corrección más adecuadas ambiental, social y económicamente.

1. Descripción de la zona objeto de análisis y del(os) ecosistema(s) objeto de estudio 2. Identificación de estándares ambientales, sociales y económicos de la zona objeto de análisis 3. Descripción de la problemática ambiental, social y económica que afecta la zona objeto de análisis y al(os) ecosistema(s) objeto de estudio 4. Identificación de tendencias de insostenibilidad

� Evaluación de las medidas asumidas para contrarrestar el impacto de la problemática identificada sobre los ecosistemas de la zona de análisis.

� Identificación de las funciones del ecosistema más afectadas

� Identificación de la brecha de sostenibilidad

5. Aplicación de herramientas de análisis-decisión como análisis multicriterio para elegir las medidas de corrección más adecuadas ambiental, social y económicamente.

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3. APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA APROPIADA En este apartado se presentan las actividades desarrolladas para identificar las dificultades de la aplicación de la metodología apropiada en una zona de estudio específica. De esta manera se eligió el municipio de Marinilla-Antioquia porque sus actividades agropecuarias tienen una fuerte dependencia de los bienes y servicios que proveen los pastizales, lo que ha derivado en una sobreexplotación y deterioro, que se ha agravado por las demandas de Medellín y su Área Metropolitana, quienes a través de múltiples mecanismos penetran las regiones cercanas a su área de influencia, utilizándolas como fuentes directas de productos agropecuarios, espacio para la industria, servicios, ocio, recreación, dormitorio, rentas, trabajo y energía para el mantenimiento de su dinámica urbana dominante92. Como resultado de lo anterior son evidentes las disfunciones espaciales, las transformaciones culturales, políticas e institucionales; la pauperización y desalojo de la actividad en el sector primario; la atomización de la prestación de servicios y la dependencia de entidades del orden regional, departamental y metropolitano; la modificación en la diferenciación territorial de los niveles de crecimiento, a cambio del fortalecimiento de la jerarquización espacial, que conduce a un mal desarrollo de las áreas rurales y en general de las áreas periféricas, y la alteración del funcionamiento de los mercados laborales. Todo lo anterior reduce la viabilidad económica de algunas estructuras productivas y afecta la base de permanencia de importantes grupos poblacionales, estableciendo mecanismos de intercambio desfavorables que reducen el desarrollo potencial de las áreas menos avanzadas93. A pesar de que esta investigación no contó con la colaboración de un equipo de trabajo interdisciplinario, ni suficientes recursos financieros, ni con información sobre el Municipio suficiente y actualizada, era necesario analizar la manera como se podían solventar estas ausencias que son tan comunes en la cotidianidad académica e investigativa. De esta manera, se detallarán a continuación las actividades desarrolladas para alimentar cada una de las fases de la metodología y que se organizaron de la siguiente manera: Recopilación de información Descripción de la zona de estudio

3.2.1 Contexto Regional 3.2.2 Contexto Municipal 3.2.2.1 Dimensión Ambiental

92 Ver “Directrices Metropolitanas de Ordenamiento Territorial “Hacia una región de ciudades”. 2006. Disponible en el sitio web: http://www.metropol.gov.co/contenidos.php?seccion=15) 93 Ver “Plan de Acción 2004-2006. CORNARE”. Disponible en el sitio web: http://www.cornare.gov.co/contenidos.php?seccion=3&id=261).

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3.2.2.2 Dimensión Social 3.2.2.3 Dimensión Económica

Identificación de los estándares ambientales, sociales y económicos Descripción de la problemática ambiental, social y económica que afecta la zona objeto de análisis y al(os) ecosistema(s) objeto de estudio Identificación de las tendencias de insostenibilidad

3.5.1 Evaluación de las medidas asumidas para contrarrestar el impacto de la problemática identificada sobre los ecosistemas de la zona de análisis

3.5.1.1Procesamiento de la información con Sistemas de Información Geográfica 3.5.1.2 Resultados 3.5.1.3 Análisis estadístico de los resultados 3.5.1.4 Discusión

3.5.2 Identificación de las funciones del ecosistema más afectadas 3.5.3 Identificación de la brecha de sostenibilidad Aplicación de herramientas de análisis-decisión

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3.1 RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN Información Primaria. Se hizo un recorrido por todas las veredas para registrar fotográficamente y georrefenciar algunos puntos que permitieran apreciar el estado de los pastizales e inferir las funciones que cumple (Mapa 11 y en el anexo 18 el registro fotográfico) Información Secundaria. En la siguiente Tabla aparece descrita la información cartográfica y social obtenida con base en la cual se hicieron todos los análisis. Tabla 4. Información utilizada para el desarrollo de la investigación

INFORMACIÓN FUENTE

• Cartografía básica del municipio • Mapa veredal • Clases de suelo • Zonas agroecológicas • Aptitud de Uso del suelo • Uso potencial • Pendiente • Acuerdo 016 de 1998 ”Por el cual se dan los lineamientos y

directrices ambientales para la ordenación del territorio en la Subregión de Valles de San Nicolás

• Coberturas vegetales 1992 y 2007”

CORNARE

• Mapa cobertura vegetal 2001 HENAO, R.Y. 2004. CAMBIOS DEL USO DEL SUELO RURAL EN EL MUNICIPIO DE MARINILLA (1995-2004)

Variables sociales por vereda para los años 2001 y 2007 • Número de viviendas • Número de hogares • Número de hogares propietarios • Viviendas con agua potable • Viviendas con sistema de eliminación de excretas • Viviendas con manejo adecuado de desechos sólidos • Viviendas con servicio de gas

SIRPAZ (Sistema de Información Regional para la Paz) del II Laboratorio de Paz del Oriente Antioqueño. PRODEPAZ.

Plan Básico de Ordenamiento territorial del Municipio • Acuerdos No. 75 del 2000 • Acuerdo No. 24 del 2004 • Acuerdo No. 98 del 2007

Municipio

PROYECTO DISTRITO AGRARIO “Creación, Declaratoria, Manejo Y Administración De Un Distrito Agrario En El Municipio De MARINILLA – ANTIOQUIA”

Municipio

Informe de la experiencia de campo sobre la Secretaría de Agricultura y Ambiente del municipio de Marinilla en el departamento de Antioquia

Municipio

PLAN DE GESTIÓN AMBIENTAL MUNICIPAL 2005 – 2020 Municipio Resultados del Concejo Municipal de Desarrollo Rural realizado el 17 de mayo de 2008 para discutir el componente rural en el Plan de Desarrollo

Asistencia al evento

Resultados de la Constituyente Rural realizada el 29 de mayo de 2009 para discutir los ajustes en el componente rural del PBOT de 2000.

Asistencia al evento

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3.2 DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO 3.2.1 Contexto Regional El municipio de Marinilla94 se encuentra localizado en el Altiplano del Oriente Antioqueño (AOA), y con los municipios vecinos de Guarne, San Vicente, Rionegro, El Santuario, La Ceja del Tambo, El Carmen de Viboral, El Retiro y La Unión, conforman la Asociación de Municipios del Altiplano del Oriente Antioqueño, MASORA, proyecto asociativo que ha permitido enfrentar en forma conjunta el reto de ordenar el territorio y, a su vez, consolidar importantes esfuerzos de planeación adelantados en los últimos años, como el montaje de los Sistemas de Información Local y Subregional y el Proyecto PUEBLOS, realizados con la estrecha colaboración de CORNARE y Planeación Departamental (Antioquia). El Altiplano del Oriente Antioqueño es una región no tan plana como su nombre lo indica. El nombre procede en realidad de la consideración, en fases previas del ordenamiento, de la Cuenca Alta del Río Negro-Nare, como área de ordenamiento por CORNARE. En la época del Acuerdo 019 (1991), se pensaba y trabajaba el territorio en términos de la Cuenca Alta del Río Negro y no como la agregación simultánea de 9 áreas municipales. A partir de la consolidación de la MASORA y del Proyecto PUEBLOS (1996), se habla ya del AOA. como la agregación municipal mencionada. Las condiciones del altiplano que predominan en la Cuenca Alta del Río Negro, tienen que ver con la posible existencia de un lago muy antiguo, que se habría rellenado de sedimentos de las montañas circundantes. Se dice que este lago desaguó debido a un evento sísmico, que afectó la zona en donde hoy está el embalse de El Peñol-Guatapé. Este desagüe, ha ocasionado a lo largo de los pasados miles de años, la disección o excavamiento por las aguas del fondo antiguo del lago, formando lo que hoy es el sistema de colinas y lomas del valle central del Río Negro. Existen varias versiones del área del AOA y de los municipios que lo conforman. Según el estudio contratado por CORNARE – MASORA con la FAL, es de 176.600 ha y según Catastro Departamental, es de 174.969 ha. (CORNARE, 1994 y 1998; MASORA, 1997; archivos digitales de Catastro Departamental, sin fecha). Según las cifras que se manejan en el Proyecto PUEBLOS, la Cuenca Alta del Río Negro-Nare tiene alrededor de 93.000 hectáreas y el resto del AOA, aproximadamente 90.000 ha. (CORNARE-MASORA-Departamento de Antioquia, 1995).

94 Toda la información de este apartado se extrajo de los documentos de diagnóstico y soporte técnico del Plan Básico de Ordenamiento Territorial de 2000, Acuerdo 075 de 2000.

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En síntesis, el nuevo contexto de interrelación espacial del AOA, le abre las posibilidades a los municipios de hacer uso de sus fortalezas: condiciones naturales del territorio, localización geográfica, variedad de núcleos urbanos altos, accesibilidad a los mercados nacionales e internacionales, utilización de modernos instrumentos de comunicación, implementación de tecnologías limpias y modernización y extensión de tecnologías de saneamiento, calificación de mano de obra y creación de nuevos frentes de participación con el fin de abrir espacios para la obtención de un reconocimiento frente a otras regiones y lograr un desarrollo orientado a elevar las condiciones de vida de sus pobladores y la sostenibilidad de los recursos naturales y el ambiente en la región. 3.2.2 Contexto Municipal El municipio de Marinilla se encuentra ubicado dentro de esta subregión a los 6°10´32¨ de latitud norte y a 75°25 17 de longitud. Tiene una extensión de 11.800 ha y hace parte del área de influencia de la Corporación Autónoma Regional Rionegro Nare –CORNARE- y como tal recibe un manejo especial por parte de esta Institución, en cuanto a la protección, reglamentación y manejo de los recursos naturales. El Municipio limita por el NORTE con San Vicente y sirve de límite el río Negro. Por el OCCIDENTE con Rionegro y sirve de límite el río Negro y la quebrada Cimarronas. Por el ORIENTE con El Peñol, a través de la quebrada Pozo, con El Santuario a través de la quebrada Pavas y con El Carmen de Viboral por la quebrada El Chocho. Por el SUR con El Carmen de Viboral a través de la quebrada La Rivera y la quebrada El Chocho. El crecimiento y desarrollo territorial del Municipio está altamente interrelacionado con las funciones y demandas establecidas por el área metropolitana del Valle del Aburrá y los mercados nacionales (autopista Medellín - Santa Fe de Bogotá) e internacionales (aeropuerto José María Córdoba). Esto ha generado algunos de los siguientes fenómenos: desplazamiento de la frontera agrícola hacia zonas más frágiles, reducción cada vez más generalizada de las áreas con vegetación natural, intensificación de cultivos y la ocupación de las zonas rurales para el uso de viviendas campestres (parcelaciones, fincas, condominios). En su área urbana cuenta con 31 barrios y 34 veredas en el área rural (no tiene corregimientos). De acuerdo a SIRPAZ (2007) en el área urbana habitan 5173 hogares y en el área rural 3581. La información demográfica no está actualizada y en todos los documentos oficiales del Municipio se citan las estadísticas del censo realizado por el DANE en 1995, según las cuales la población de Marinilla es de 42.719 habitantes de los cuales 26.072 es población urbana y su tasa de crecimiento es de 3.06%, para el año 2.020 se espera que la población total se duplique a 85.600 habitantes, de los cuales 50.000 estarán en el área urbana. El crecimiento del área urbana, es debido a la movilidad o desplazamiento de la zona rural o de otros municipios al área urbana por factores de violencia (PUI, 2006).

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El PBOT de 200095 divide el Municipio en las siguientes zonas:

1. ZONA NORORIENTAL: Delimitada por la autopista Medellín Bogotá y la vía Marinilla - El Peñol y los límites Municipales entre Marinilla- El Peñol, Marinilla- El Santuario. Se exceptúan las zonas ubicadas en altitudes desde los 2.300 m.s.n.m. que corresponden a la zona de protección y la zona ubicada en una franja de 100 metros a cada lado de las vías Marinilla-El Peñol (Corredor Turístico) y la Autopista Medellín Bogotá (corredor de actividad múltiple).

2. ZONA NOROCCIDENTAL: Es la comprendida entre la vía Marinilla-El Peñol y el Río Negro al norte del casco urbano. Se exceptúa la vereda La Primavera. Esta zona será dedicada a la producción del sector primario.

3. ZONA DE EXPANSIÓN PARA LA PRODUCCIÓN PRIMARIA ESPECIALIZADA Y LA PARCELACIÓN: Corresponde a la zona sur a partir de la autopista Medellín-Santafé de Bogotá.

4. ZONA DE PROTECCIÓN: Constituye el conjunto de área localizadas a partir de la cota 2300 m.s.n.m. y que corresponde a la Cuchilla de los Cedros en la zona limítrofe entre Marinilla y el Santuario. El Alto de Venado en la zona limítrofe entre Marinilla y San Vicente.

5. ZONA DE CORREDORES PROTECTORES DE CORRIENTES Y NACIMIENTOS DE LAS MICROCUENCAS Y CUENCAS DEL MUNICIPIO: Corresponde a las Microcuencas Barbacoas, Pozo, La Bolsa y Cascajo, y las cuencas Cimarronas, La Marinilla y el Río Negro.

6. CORREDOR TURÍSTICO: Corresponde a la franja de (100) 200 metros a lado y lado de la vía Marinilla- El Peñol susceptible de ampliarse o disminuirse de acuerdo a las características biofísicas del territorio.

8. ZONA DEL CORREDOR VIAL AUTOPISTA MEDELLÍN-SANTAFÉ DE BOGOTÁ:

Corresponde a una franja de 300 metros a ambos lados de la Autopista susceptible de ampliarse o disminuirse de acuerdo a las condiciones biofísicas del territorio.

9. CORREDOR VIAL DEL TRANVIA DE ORIENTE HASTA EL LIMITE DEL SANTUARIO.

Corresponde a una franja de 200 metros a lado y lado susceptible de ampliarse o disminuirse de acuerdo a las condiciones biofísicas del territorio.

95 Esta información se encuentra en el Acuerdo 098 de 2007 “Por medio del cual se reforman y compilan los acuerdo No 75 de 2000 (PBOT de 2000) y No 24 de 2004” Ajuste de largo plazo del Plan de Ordenamiento Territorial, 2007-2019. Ver en el anexo 12 la zonificación del Municipio.

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10.CORREDOR PARQUE VIA LOS SAUCES CON SECCION VIAL DE 60 METROS.

Corresponde a una franja de 300 metros a ambos lados de parque susceptible de ampliarse o disminuirse de acuerdo a las condiciones biofísicas del territorio.

11 CORREDOR VIAL LA CIMARRONAS LAS GARZONAS: Corresponde a una franja de 200 metros a ambos lados de Via susceptible de ampliarse o disminuirse de acuerdo a las condiciones biofísicas del territorio.

De acuerdo a la Oficina de Catastro Departamental (1997), de los 5.911 predios rurales existentes en el Municipio en ese momento, 4864 (82.3%) tenían un área inferior a 3 ha, 912 (15.4%) tenían entre 3-10 ha y 135 predios (2.3%) tenían un área mayor a 10 ha. En el 2004 Henao ( 2004) identificó 7362 predios con incrementos en las tres categorías: los predios con menos de 3 ha aumentaron a 5821 (79.1%), los predios de 3-10 ha aumentaron a 1296 (17.6 %) y los de más de 10 ha aumentaron hasta 244 (3.3 %). Para el 200996 disminuyó el número total de predios hasta 6156 de los cuales el 29% tienen menos de 2ha y abarcan el 75% de la población. Este fenómeno de minifundización es atribuido entre otras causas al crecimiento de la población rural y al auge de las fincas de recreo y ocio, por las facilidades de acceso y cercanía a los centros urbanos. En la Tabla 4 aparece la información predial por veredas para el año 1997. 3.2.2.1 Dimensión Ambiental Clima De acuerdo con el mapa de isoyetas de EPM (1991), las precipitaciones en el territorio municipal se encuentran entre los 2000 mm en las partes mas bajas y los 2.500 mm en las mas altas. La mayor pluviosidad en las partes altas se explica por su localización. De acuerdo con la estación La Selva, se infiere que en promedio, la temperatura es de 16,3ºC y el brillo solar multianual de 2.000 horas/año. Así mismo, se presenta una alta nubosidad, sobrepasando el 80% en los valores de humedad relativa. La dirección de los vientos varía de acuerdo con el relieve, pero su tendencia predominante es de oriente a occidente, con una velocidad promedia relativamente baja, de 2 m/s. Teniendo en cuenta la distribución de las precipitaciones, se observa un comportamiento multimodal con dos períodos lluviosos: uno que va de Abril a Junio y otro de Agosto a Noviembre, siendo los meses de Mayo y Octubre los más

96 Información suministrada por Jose Luis Duque Pineda, encargado de la actualización al PBOT del Municipio para el 2010, durante la Constituyente Rural realizada el 18 de mayo de 2009 para difundir entre los campesinos los modelos de desarrollo rural propuestos para el Municipio.

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húmedos, y Enero el más seco, mientras que Junio y Julio son de transición para todas las microcuencas del Municipio. Zonas de vida El municipio cuenta con tres zonas de vida. El 53.3% de su superficie en bosque muy húmedo Montano Bajo (bmh-MB) con 15 veredas, 43.1% en bosque húmedo Montano Bajo (bh-MB) con 12 veredas y el 1.4 % en bosque muy húmedo Premontano (bmh-PM). (ver cuadro 1). En el bmh-MB y bh-MB, se encuentran los nacimientos de aguas y hoyas hidrográficas de ríos y quebradas que abastecen de agua a grandes núcleos humanos así como a las centrales hidroeléctricas del Peñol-Guatapé, Jaguas y asociadas que surten de energía a numerosas ciudades del país, a través de la red de interconexión eléctrica. Es de anotar que este complejo hidroeléctrico genera el 35% de la energía del país. Igualmente, para Marinilla es en el bmh-MB, donde está la zona declarada por CORNARE según Acuerdo 016/98 como de protección para la Conservación del bosque primario y cubre un área aproximada de 1.000 a 1.300 ha. En este sitio aún quedan relictos de bosque nublado alto andino conformado por un corredor arbóreo entre los municipios del Carmen de Viboral, El Santuario y Marinilla, y continuidad en El Peñol y Granada, con algunos claros en potreros, cultivos y vías veredales e intermunicipales que la intersectan. La clasificación de zonas de vida define la totalidad del territorio en la provincia de humedad perhúmedo, lo cual significa que hay excedentes de agua todo el año, después de ser aprovechadas por las plantas y vegetación en general.

Geologia De acuerdo con Hermelín, Et al 1988 y el Mapa de suelos del P.I.D., 1992, en el municipio se diferencian dos grandes geoformas: colinas y valles aluviales. Estas se encuentran recubiertas de cenizas volcánicas y descansan sobre el batolito antioqueño. Una relación más detallada de las características geológicas y geomorfológicas en dos de las más importantes microcuencas (La Bolsa y Barbacoas), nos permite identificar rasgos comunes en las demás microcuencas y en general para todo el territorio de Marinilla, la cual se describe a continuación: El subsuelo de la microcuenca de la quebrada Barbacoas, consiste en un conjunto de formaciones superficiales donde se encuentran saprolitos derivados de rocas ígneas (cuarzodiorita) y metamórficas, (conurbina y anfibolita), depósitos aluviales, depósitos gravitacionales y cenizas volcánicas. La diferencia con la microcuenca de La Bolsa, es que en ésta, el basamento rocoso lo constituye únicamente la cuarzodiorita. Estas dos microcuencas son las que abastecen el sistema del acueducto para la cabecera municipal.

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En las microcuencas, se reconocen tres tipos de depósitos aluviales: terrazas, abanicos y llanuras aluviales. Se distinguen cuatro niveles de terrazas en ambas márgenes de las quebradas con pendientes menores del 4%. Los abanicos aluviales se localizan en las partes alta y media con pendientes menores del 10%. Las llanuras aluviales se extienden a lo largo de los cauces principales, y pendiente menor del 4%. Las coberturas de las dos primeras unidades son en pastos y cultivos limpios y, en las llanuras, de pastos no mejorados y rastrojos bajos. Esta última zona presenta inundaciones periódicas, al menos cada dos años. Los depósitos gravitacionales se localizan en la parte inferior de las colinas sobre las vaguadas de las corrientes de primer y segundo orden, recubriendo los perfiles de meteorización de las rocas ígneas. Sus texturas son limo - arcillosas a limo - arenosas con espesor menor de 2 metros. La génesis de estos depósitos está asociada con antiguos procesos de erosión acelerada que afectaron el altiplano al final del cuaternario. Finalmente, las Cenizas volcánicas recubren casi toda el área del municipio y su génesis se relaciona con la actividad volcánica del cuaternario en el Macizo del volcán nevado del Ruiz. Poseen una textura limo - arcillosa a limo - arenosa. Su espesor oscila entre 1,0 y 1,5 metros. Son de una gran capacidad de absorción. Además, las cenizas se caracterizan por una porosidad alta. En síntesis, las características en textura y espesor de los perfiles de meteorización que corresponden al municipio permiten inferir una alta capacidad para almacenar agua. Así mismo el manto de cenizas volcánicas por su espesor, porosidad y capacidad de retención de agua, contribuyen eficazmente en la regulación de los caudales, especialmente en los períodos muy secos. Geomorfologia Ambas microcuencas presentan una situación similar en cuanto a las geoformas y el nivel de los rasgos de pendiente, caracterizándose por un relieve colinado97. Las colinas son bajas, con alturas que no sobrepasan los 100 metros de altura. Las áreas más evolucionadas han generado un sistema de colinas planas y convexas que han dado paso a colinas cóncavas, a través de procesos de erosión acelerada y de movimientos en masa que aportaron una sedimentación abundante y fina de textura limo - arcillosa, la cual se acumuló en el fondo de los valles de primer y segundo orden. Los eventos morfogénicos de esta situación, se presentaron con anterioridad a la caída de cenizas volcánicas en las cuencas. Las colinas se conectan entre sí a través de corredores rectos a cóncavos, estrechos a relativamente amplios, los cuales tienden a formar una especie de red. Estos corredores constituyen divisorias de agua por donde, en general, discurre la red vial veredal. Ocasionalmente se observan pequeñas colinas con alturas entre 20 y 30 metros, modeladas dentro de los valles principales. Los valles principales de las quebradas, son amplios en forma de U abierta y poco profundos. Los de

97 Ver en el Mapa 3 las zonas agroecológicas del Municipio

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las corrientes de primer orden son pequeños, amplios, en forma de artesa y, hacia las cabeceras, tienen aspecto de anfiteatro. La geoforma de las depresiones es el resultado de antiguos procesos de depositación que dieron lugar a un sistema de superficies plano - cóncavas levemente inclinadas. En estas zonas se presentan niveles freáticos altos, dando origen a afloramientos de aguas superficiales. Los abanicos, las terrazas y las llanuras aluviales son las geoformas agradacionales o formaciones por depositación natural. Las terrazas se localizan a lo largo de los drenajes principales. La llanura aluvial se mantiene encharcada la mayor parte del tiempo, y sus orillas sufren socavación lateral, principalmente por falta de protección boscosa. En cuanto a los procesos morfogenéticos, los deslizamientos activos son poco frecuentes y se restringen principalmente, hacia las vertientes con superficie quebrada de pendientes moderadas a fuertes, modeladas en saprolito. Se presentan algunas cicatrices de deslizamientos recientes hacia las cabeceras de los drenajes de primer orden. Los procesos de socavación lateral de orillas se limitan a las corrientes principales por su mayor caudal. La erosión laminar se presenta en superficies de onduladas a quebradas que, en algunos casos, evolucionan hacia la formación de surcos y cárcavas incipientes. En síntesis, las características del relieve en todo el Municipio son favorables, puesto que la morfogénesis activa es de eficiencia baja y las depresiones entre colinas y llanuras aluviales con sus terrenos saturados la mayor parte del año, contribuyen a la regulación de las corrientes principales. Las amenazas provienen de las intervenciones antrópicas, sobre todo por los cultivos limpios y las zanjas que se abren por ganaderos y agricultores, para “secar “ el suelo en las zonas bajas. Suelo Los suelo del Municipio tienen en general texturas francas, variando entre franco arenoso (FA) y arenoso franco (AF), lo cual da unas condiciones favorables para el laboreo, así como el aprovechamiento del agua por parte de las plantas, ya que tiene una permanencia entre baja a moderada. La fertilidad se cataloga entre baja y muy baja, ya que sus pH son fuertemente ácidos, tiene bajos contenidos y desbalance de bases y fósforos, lo cual obliga a realizar correctivos que van desde mejorar el pH y la capacidad de intercambio catiónico (CIC), hasta incorporar calcio, fósforo, magnesio y potasio para neutralizar el aluminio. Por la alta utilización de insumos de síntesis química en la agricultura, se ha venido perdiendo aceleradamente la fertilidad natural, eliminando una gran cantidad de macroorganismos como lombrices, ciempiés, tijeretas, etc. y microorganismos benéficos del suelo, tanto como hongos y bacterias descomponedores de materia orgánica, hongos antagonistas de otros

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microorganismos, controladores biológicos de plagas y enfermedades, transformadores de nutrientes, entre otros. El tipo de suelos presentes en las cuencas (Bolsa y Barbacoas) son los andisoles, derivados de cenizas volcánicas y, en mínima proporción, a partir de depósitos aluviales muy recientes. Como propiedades especiales de este tipo de suelos se tiene una alta capacidad de intercambio catiónico, alta fijación de fosfatos, alta habilidad para formar complejos estables con la materia orgánica, alta porosidad y alta capacidad para retener humedad, condiciones que facilitan laboreo del suelo. Sin embargo, presentan alta susceptibilidad a la erosión, especialmente en las zonas de pendiente mayor de 50% y con alta pluviosidad. Las Microcuencas más importantes98 La Bolsa y Barbacoas En relación con las demandas hídricas para el abastecimiento del acueducto urbano, las dos microcuencas presentan una ubicación estratégica y unas condiciones favorables que se resumen en los siguientes aspectos:

• La ubicación de las microcuencas dentro de provincias hidrológicas con altas precipitaciones debidas a su ubicación en el frente de erosión del Río Magdalena, lo cual brinda una mayor confiabilidad respecto a la persistencia de unos caudales sostenidos para abastecer el acueducto urbano.

• La relación de tamaño - caudal de ambas microcuencas y la cercanía con el área urbana, las hacen atractivas desde el punto de vista técnico y económico.

• La estructura del subsuelo, la configuración del relieve colinado y la presencia de un manto continuo de cenizas volcánicas, son factores positivos en cuanto permiten la retención de la humedad contribuyendo a la regulación de los caudales. Además, la baja eficiencia de la morfogénesis activa y los bajos niveles de erosión, revelan estabilidad de las microcuencas.

Cascajo La extensión de su corriente principal es de 8.4 Km., posee 65 nacimientos de agua y el número de quebradas afluentes es de 24, su área corresponde al 6.7% de la extensión del municipio. Su caudal mínimo, según el Plan de Ordenamiento y manejo realizado en 1993 era de 52 lt/seg, y el caudal en la desembocadura es de 0.209 m3/seg. La microcuenca posee una extensión aproximada de 770 ha y recorre las siguientes veredas: Campo Alegre, la Esperanza, la Esmeralda, Cascajo Abajo, Cascajo Arriba, Belén y Cimarronas. Sus aguas son utilizadas únicamente en las veredas Belén y Cimarronas para consumo humano (cuya 98 Ver en el anexo 13 las microcuencas más importantes del Municipio

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distribución la hace el acueducto multiveredal CORBELEN) en el resto de la zona se emplea para usos agrícolas y pecuarios. Pozo Es una cuenca limítrofe entre los municipios de Marinilla y El Peñol, nace a los 2.400 m.s.n.m. y tiene un área de 8.9 Km2, abastece los acueductos de El Carmelo (incluye una pequeña parte de la Inmaculada y Yarumos), el acueducto municipal de El Peñol, los de Horizontes y la parte alta de la vereda La Inmaculada y los de Inmaculada –El Pozo – Porvenir y El Pozo – Porvenir en el municipio de Marinilla, en conjunto benefician a 8.250 habitantes del municipio de El Peñol y 1620 habitantes de Marinilla. Las características básicas del Municipio y las coberturas vegetales identificadas para tres años de referencia se pueden apreciar en los mapas como sigue a continuación:

No de Mapa TEMÁTICA

1 CLASES SUELO CON AC_016

1a PENDIENTES

2 APTITUD DE USO

3 ZONAS AGROECOLÓGICAS

4 USO POTENCIAL

5 COBERTURA VEGETAL 1992

6 COBERTURA VEGETAL 2001

7 COBERTURA VEGETAL 2007

3.2.2.2 Dimensión Social Organización y participación comunitaria El Municipio cuenta con organizaciones de una antigüedad y trayectoria muy larga como son las Juntas de Acción Comunal, de las cuales existen 31 en el ámbito rural, todas con personería jurídica vigente. Su estructura organizativa es tradicional y tienen como actividades básicas: e mantenimiento de vías y escuelas, organizaciones de eventos culturales y sociales, incidencia sobre las decisiones que afecten el desarrollo de la vereda. También están las Juntas de los Acueductos que se encargan de vigilar el buen funcionamiento de los acueductos y de reunir aportes con la comunidad para mejorar la funcionalidad de los mismos. La Familia del municipio está asociada al matrimonio como institución y es evidente la estructuración familiar en torno a la madre, el padre siendo jefe del hogar, realiza actividades de producción con el apoyo de sus hijos.. Existe en la familia la preocupación por la honradez y las buenas costumbres. La convivencia familiar está arraigada a la propiedad y explotación de la tierra. La familia

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campesina de Marinilla tiene como objetivo básico cubrir las necesidades de consumo mediante la mano de obra familiar, la cual participa en todas las etapas de la producción agrícola. El manejo de los sistemas pecuarios recae casi por completo en la mujer y los niños. La función de la mujer y de los niños en la actividad productiva rural es subestimada tanto en su trabajo como en el aporte a la economía del municipio. La mano de obra familiar no es remunerada ni tenida en cuenta en los costos de producción por el agricultor. La vinculación de la mujer a los procesos productivos es una carga de trabajo adicional a su función básica de las labores domésticas y la crianza y cuidado de los hijos. Algunas mujeres tienen otras actividades que les generan algunos ingresos. Estas actividades son: artesanías en hilo y fique, fabricación de escobas, cepillos y traperas, engorde de pollos y venta de quesos, arepa, etc. El producto de estas labores se destina a gastos de la misma familia como vestido, educación y salud. Las posibilidades de empleo para la mujer rural, cuando ella decide buscarlo, son muy reducidas y se limitan al servicio doméstico en Marinilla o Medellín y en fincas de veraneo del municipio. La mujer rural no tiene ninguna participación en la toma de decisiones para la producción agropecuaria. La alimentación de la familia se basa en el consumo de productos tradicionales como el fríjol, el maíz, la Papa, arroz, panela, hortalizas, huevos y leche. La recreación para la familia rural es poca. El acceso a los servicios de salud y educación formal son buenos, dada la oferta educativa en todas las veredas y los servicios que el hospital local, los centros de salud rurales y las promotoras de salud prestan. En cuanto a saneamiento básico rural se puede decir que el cubrimiento de sistemas de eliminación de excretas es alrededor del 71% (SISBEN). La vivienda rural de Marinilla en términos generales está construida en adobe y teja de barro, su mantenimiento es aceptable, así como su tamaño y distribución del espacio. El número de personas por vivienda, en promedio es de cinco (5). La mayoría de las viviendas rurales cuentan con servicios de energía eléctrica y acueducto. La comunidad rural de Marinilla tiene facilidades de acceso a diferentes medios de comunicación social por la cercanía a la capital del departamento y municipios importantes de la región y por el cubrimiento casi total del servicio de energía eléctrica. Los medios de comunicación más utilizados por los productores y la familia rural son la radio y la televisión. Pocos productores tienen acceso a cartillas, plegables, y boletines publicados por diferentes instituciones como CORNARE, SENA, ICA, y Secretaria de Agricultura y Medio Ambiente. Muy pocos agricultores leen los periódicos nacionales o municipales.

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3.2.2.3 Dimensión Económica Marinilla y Rionegro conforman la centralidad regional de los nueve municipios que constituyen el AOA, con tendencia a generar una conurbación de sus áreas urbanas, conformando un sistema de ciudad con centralidad compartida, donde Marinilla tiene el comercio y los servicios con énfasis local y Rionegro la industria como expansión del desarrollo industrial. Marinilla sustenta gran parte de su economía a partir del desarrollo del sector de producción agropecuaria y tiene el siguiente comportamiento en cada sector económico: El Sector Primario El sector primario ha sido el más importante desde el punto de vista económico, tanto por su participación en el Producto Interno Bruto, como por su generación de empleo. Inicialmente, este sector era dominado por la actividad minera y una agricultura de subsistencia, que le servía de apoyo, pero poco a poco la minería desapareció, llegando a prevalecer la actividad agropecuaria, fundamentalmente la agrícola que se presenta en el área rural, y por ser la de mayor incidencia económica se ha considerado tradicionalmente que el Municipio tiene una "vocación agrícola". Esta economía se puede catalogar como de carácter campesino, cuyas características básicas son: • Utilización de la fuerza de trabajo familiar. • Ausencia de un proceso sostenido de capitalización. La fuerza de trabajo es esencialmente de carácter familiar, aunque en épocas de siembra y recolección pueden aparecer varios tipos de asistencia mutua: Intercambio, o mano de obra asalariada. En cuanto a la capitalización, el pequeño tamaño de las explotaciones agrícolas, solo permite satisfacer las necesidades básicas del campesino, pero no genera excedentes económicos que sustenten un proceso de acumulación y por ende, de expansión de la actividad. Antes de la década de los sesenta, la producción agrícola del Municipio era de subsistencia, y lo poco que salía al mercado era absorbido por el consumidor local. Con la apertura de vías de penetración y la puesta en marcha de programas como el Desarrollo Rural Integrado (DRI), se incentivó la actividad, generando el proceso de diversificación de la agricultura. El cultivo de los tres productos tradicionales: maíz, papa y fríjol, se amplió con la inclusión de hortalizas tales como repollo, zanahoria, remolacha, pimentón, tomate, arracacha, acelgas y espinacas. Además, el mercado amplió su cobertura, suministrando productos al Valle de Aburrá y otros departamentos especialmente de la Costa Atlántica.

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Tabla 5. Tamaño de la propiedad rural en Marinilla 1997

VEREDA < 3 HA. 3-10 HA. >10 HA. TOTAL PREDIOS Alto Mercado 168 28 2 198

Asunción 118 34 10 162

Belen 451 19 5 475

Campo Alegre 146 13 0 159

Cascajo Abajo 154 36 4 194

Cascajo Arriba 57 8 3 68

Chagualo 91 5 1 97

Chocho Mayo 189 32 3 224

Cimarronas 227 34 4 265

Esmeralda 112 25 1 138

Esperanza 261 15 2 278

Gaviria 75 27 3 105

Inmaculada 53 31 6 90

Llanadas 129 55 14 198

Mercedes 478 40 6 524

Milagrosa 63 17 7 87

Montañita 163 64 13 240

Peña 214 75 9 298

Porvenir 124 6 1 131

Pozo 117 3 6 2 155

Primavera 159 29 6 194

Rosario 253 41 3 297

Salto Abajo 110 59 8 177

Salto Arriba 56 14 2 72

San Bosco 312 43 1 356

San José 188 35 3 226

Santa Cruz 83 27 5 115

Socorro 214 32 5 251

Yarumos 99 32 6 137

TOTAL 4.864 912 135 5.911

Fuente: Catastro Departamental (Abril/1997) Hasta el año 1986 se mantuvo el crecimiento del subsector agrícola, pero a partir de este año, comienza un proceso de decaimiento, expresado en hechos como la disminución del área cultivada y el despoblamiento del campo, reflejado este último en los saldos migratorios negativos de los dos últimos quinquenios. Entre los factores causantes de esta caída cabe destacar: la baja rentabilidad de la actividad, y la presión ejercida sobre la tierra para otros fines. A su vez, la actividad agrícola ha dejado de ser rentable para el campesino, entre otros por los siguientes factores:

� La subdivisión de la tierra, cuyo acelerado proceso de minifundización se deduce del comportamiento y estado de la tenencia de la tierra. Así, de 2.186 predios menores de tres hectáreas existentes en 1960, se pasó a 4.864 unidades en abril de 1.997, para un total de 5911 predios. lo que equivale al 82.28% del total de predios. Esto muestra la gravedad de la

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situación, a lo cual se agrega el hecho de que un predio de menos de tres hectáreas no permite una explotación rentable, ni mucho menos el sostenimiento digno de una familia. Para 1997, las veredas con mayor división predial fueron Las Mercedes (8.9%), Belén (8%) y San Bosco (6%) debido principalmente al cambio de uso del suelo a fincas de veraneo o de residencias, especialmente en las dos últimas veredas.

� La baja productividad, debida a las características del suelo. En efecto, las

tierras del Municipio son de muy baja fertilidad, tanto por su naturaleza, como por las técnicas de explotación utilizadas, las cuales han acelerado su proceso de deterioro. Esto se corrobora por las grandes cantidades de fertilizantes utilizadas para la producción.

� El alto costo de los insumos, los cuales son generalmente procesados con

materias primas importadas, lo que hace que su valor se vea afectado constantemente y de manera creciente, por los procesos de devaluación de la moneda y de la inflación.

� La fluctuación en los precios: los productos agrícolas perecederos

presentan una variación constante, pasando de un precio alto a uno bajo, en cuestión de horas. Esto conlleva muchas veces a grandes pérdidas para los agricultores, ya que los precios bajan a tales niveles que no cubren ni los costos de los fletes, por lo cual, se opta por dejar perder el producto en las mismas, sementeras.

� La falta de asistencia financiera: los créditos existentes son escasos y con

unos intereses onerosos, además, no están acompañados de algún tipo de seguro que proteja al campesino de una mala cosecha. Ante una eventualidad como esta, las posibilidades de una prórroga acorde con las necesidades del campesino son mínimas y por lo tanto, corre el peligro de perder su condición de productor independiente. Por esta razón el campesino opta por no recurrir al préstamo.

� La asistencia técnica, cuyo nivel de cubrimiento es abajo, además de que

los paquetes tecnológicos son muchas veces mal interpretados por el campesino, que confía más en los vendedores de insumos y en el poder de persuasión de la publicidad.

� El cambio de uso del suelo, debido a la presión que por la tierra ejercen

personas extrañas, con el fin de convertir las parcelas en fincas de recreo para los fines de semana. Esto conlleva al desalojo del campesino, el cual es reemplazado por un mayordomo asalariado.

� El escaso o ningún valor agregado que se le da a la producción

agropecuaria, invirtiendo el sentido rentable de la comercialización que es comprar insumos al por mayor y vender la producción al detal, ocurriendo lo contrario en el actual sistema de operación comercial.

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Sector Secundario El sector secundario ha sido poco significativo en el Municipio, debido a la inexistencia de una clase empresarial con capacidad de acumular e invertir capitales en la actividad industrial. Se ha desarrollado principalmente en el corredor de la Autopista Medellín-Bogotá, y el las proximidades con el municipio de Rionegro, en las fajas correspondientes a las llanuras próximas a las quebradas Cimarronas, La Marinilla y el Río Negro. El ritmo de desplazamiento de industrias al Altiplano del Oriente Antioqueño ha ido disminuyendo, debido a que muchas de las ventajas que ofrecía la región se han perdido, debido a factores como:

� La elevación de los precios de la tierra, como consecuencia de la ola especulativa generada por la economía subterránea.

� La nivelación de los salarios del Oriente con los del Valle de Aburrá.

A pesar de ello, existe una situación que puede ser aprovechada como "ventaja relativa" para el asentamiento de industrias en la región. Esta situación se refiere a un menor poder de control en la aplicación de las leyes de preservación ambiental por parte de los entes Municipales, en relación a otras regiones de mayor desarrollo y poder económico y político. Esto, debido básicamente a la falta de recursos técnicos y financieros para hacer cumplir la legislación existente, lo cual ha evitado que el proceso se paralice del todo. Debido a que el Municipio no tiene capacidad para la creación de industrias de gran capital, como una respuesta al problema de desempleo, se han generado microempresas, muchas veces de tipo familiar, que requieren poco capital y escasa tecnología, pero que son fuente importante para la generación de empleo y a diferencia de las industrias de mayor tamaño, las microempresas están dispersas en la cabecera municipal. Sector Terciario Ocupa el segundo lugar en importancia después del sector primario. Es un sector con amplias expectativas futuras, ya que las tendencias actuales de crecimiento así lo confirman. Este sector ha tenido un gran crecimiento durante los últimos años y está concentrado dentro de la zona urbana del Municipio, exceptuando algunas actividades que se desarrollan en el área rural como acueductos y algunos de comercio como pequeñas tiendas. Antes de la década de los años sesenta, el comercio de Marinilla dependía básicamente de Medellín y Rionegro. Con el proceso de industrialización y la generación de empleo correspondiente, se incrementó la demanda de bienes y servicios, lo que incentivó el crecimiento del número de establecimientos comerciales, especialmente los dedicados al expendió de licor (heladerías). A pesar de esto, el comercio ha estado conformado básicamente por pequeños

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negocios, con poca capacidad de crecimiento por la falta de capital. En resumen, es un comercio estático o deprimido. Paralelo a la actividad legal, ha aparecido un comercio de tipo informal, constituido por las ventas estacionarias (chazas, Kioscos), caracterizado por su eficiencia económica y el deterioro del espacio público. Básicamente está dedicado a la venta de comestibles y se localiza en la plaza principal y las calles aledañas, especialmente en las horas nocturnas. El mercadeo de los productos agrícolas se desarrolla en la Plaza de Mercado, que funciona los domingos para el comercio minorista, y los jueves, viernes y sábados para las transacciones de tipo mayorista. El sector del comercio está caracterizado por:

� La Prevalencia de negocios a pequeña escala, con poca capacidad de crecimiento debido a la falta de capital.

� La proliferación del comercio informal (ventas estacionarias), caracterizado

por su productividad de subsistencia y la ocupación del espacio público.

� En la zona urbana no existe una distribución organizada de las áreas comerciales. Existe una sobresaturación del comercio formal e informal en la zona histórica del Municipio, lo que origina un constante cambio en los usos del suelo que conducen a conflictos sociales y de ocupación del espacio público.

Principales características de la producción agropecuaria Producción agrícola La actividad agrícola en el Municipio de Marinilla se caracteriza por el alto uso de agrotóxicos y el uso intensivo del suelo. Ambos factores lesionan la sostenibilidad de la producción. Los paquetes tecnológicos que emplea el agricultor hacen parte ya de su tradición productiva que se fundamenta en un consumo inadecuado de abonos orgánicos, fertilizantes químicos, pesticidas entre otros, así como en la dependencia de semillas hortícolas importadas. El mal manejo de los factores de producción constituye una de las razones por las cuales la actividad resulta poco competitiva, además de los altos costos de los insumos, la falta de incentivos para la producción agropecuaria, la ausencia de planificación de siembras y la desprotección estatal de la economía campesina, entre otras. La producción agrícola del municipio concentra su mayor área en las veredas Gaviria, Las Mercedes, Alto del Mercado, Montañita y Chocho Mayo, presentando a su vez una alta productividad y diversidad exceptuando Chocho Mayo que presenta una diversidad media.

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Diez y siete (17) veredas presentan una productividad alta, en once veredas dicha productividad es media y solo una (1) vereda (El Porvenir) califica con baja productividad. La diversidad alta, caracterizada entre 8 y 10 productos, se presenta en 22 veredas; la diversidad media se presenta en 4 veredas (de 6-8 productos). Y de menos de 6 productos o diversidad baja se tiene en 3 veredas.

La cosecha de los productos en muchos casos se realiza en función del precio vigente presentándose por esta razón productos en el mercado, en condiciones no óptimas de maduración y tamaño, afectando las condiciones de mercadeo. El uso excesivo de agroquímicos y el poco control que se tiene sobre las semillas a nivel de manejo y almacenamiento implica altos costos y disminución de rendimientos que causan baja competitividad de la región frente a la Sabana de Bogotá, El Valle y Nariño. Las prácticas de post - cosecha de los productos ocasionan altas pérdidas en los productos perecederos. En frijol, maíz y papa el margen de pérdidas es más bajo. Los agricultores realizan el lavado de los productos inadecuadamente, lo que causa una contaminación de los mismos y un aumento de la contaminación de las fuentes de agua. La labor de selección y clasificación de los productos no es habitual, salvo caso en que el comerciante lo exige. Los empaques y medidas presentan graves problemas: los bultos oscilan entre 75-90 kg, causando deterioro y pérdidas físicas al producto. En tomate, pimentón y lechuga se utilizan cajas de madera no homologadas e inadecuadas por capacidad, tipo de madera y terminado. Adicionalmente los empaques regresan de las plazas de mercado y centrales mayoristas, posibilitando el intercambio de agentes patógenos.

En cuanto al sistema de mercadeo de los productores de hortalizas de Marinilla, se caracteriza por ser una estructura de tipo oligopólico en la cual los compradores deciden el precio de cada producto, quedando los productores sin capacidad de decisión. El precio de las hortalizas en el oriente antioqueño se forma con base a la oferta nacional, la cual regula el precio. Los comercializadores cuando un producto aumenta el precio en Marinilla, importan volúmenes de La Sabana, Nariño o El Valle con el fin de disminuirlo. Los altos precios solo se sostienen cuando la escasez es nacional. En los supermercados o almacenes de cadena se realiza clasificación y reempaque, pero esto solo representa el 10% de la oferta. El 90% restante se envía a los mercados regionales o de la costa sin ningún valor agregado, diferente al transporte. El acopio de los perecederos en fincas es de corta duración. Los intermediarios acopian en bodegas inadecuadas (húmedas, faltas de espacio, sucias, con poco control de plagas) por lo que la comercialización debe hacerse rápidamente.

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Los productores campesinos en general desconocen las calidades exigidas en los mercados terminales y entregan el producto sin clasificar que es una conveniencia económica para el intermediario. En la cabecera municipal existe un área en bodegas que es propiedad del municipio, de 2.400 metros cuadrados, la cual es administrada por éste y a ella concurren libremente productores e intermediarios.

Tabla 6. Niveles de diversificación y productividad en Marinilla

-VEREDAS PRODUCTIVIDAD DIVERSIDAD AREA TOTAL AREA AGRICOLA

GAVIRIA A A 485 278

LAS MERCEDES A A 398 257

ALTO MERCADO A A 360 253

MONTAÑITA A A 418 252

CHOCHO MAYO A A 504 242

SALTO ABAJO M B 545 205

SANTA CRUZ A A 529 199

LA MILAGROSA A A 393 199

EL POZO M M 320 184

LLANADAS A A 596 180

CASCAJO ABAJO M A 431 169

EL ROSARIO A A 511 164

LA PRIMAVERA A A 503 154

SAN JOSE A A 446 149

LA ASUNCION A A 370 140

LA ESMERALDA M A 203 132

SALTO ARRIBA M M 321 129

EL PORVENIR B B 275 126

LA PEÑA A A 314 110

LA INMACULADA A A 308 107

EL SOCORRO M A 327 105

CIMARRONAS M M 200 104

YARUMOS A A 362 102

LA ESPERANZA M A 358 100

CAMPO ALEGRE M A 269 94

CASCAJO ARRIBA M A 374 91

CHAGUALO A A 180 76

SAN JUAN BOSCO A A 230 67

BELEN A B 334 3

A: Alto. M: Medio. B: Bajo Todas las veredas del municipio se conectan con vías adecuadas para vehículo automotor con la cabecera, además con otros municipios como Santuario, El Peñol y Carmen de Viboral que son los mercados alternos para sus productos. Existe un parque automotor de camiones de 1 a 4 toneladas de capacidad, que es utilizado para desplazar el producto de las veredas a la cabecera de Marinilla, Santuario y el Peñol. También es usual el transporte de producto en buses urbanos. El municipio concentra el 30% de la oferta a comercializar en su cabecera, el resto se distribuye entre el Peñol 10%, Santuario 50% y el Carmen de Viboral el 5%. Otros sitios el 5% aproximadamente.

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La producción se transporta a la Costa Atlántica y Medellín. Para la Costa se hace en camiones de 8 a 12 toneladas y a Medellín en camiones de 4 a 6 toneladas. Los vehículos que se desplazan a la Costa usualmente traen insumos químicos producidos en esa región y gallinaza. La red de transporte tiene limitaciones en cuanto a número de vehículos y calidad de los mismos. Por el lado de los costos, en Marinilla se consumen anualmente las siguientes cantidades en insumos agrícolas: Fungicidas: 300 toneladas Insecticidas: 25000 litros Fertilizantes Químicos: 5500 toneladas Se calculan unas ventas anuales por valor de 6000 millones de pesos.

Producción Pecuaria Las actividades pecuarias en el municipio de Marinilla tradicionalmente han sido un complemento de la producción agrícola. Sin embargo, desde comienzos de la década de los noventa se ha venido incrementando significativamente. Según el consenso agropecuario realizado en 1998, el inventario pecuario es el siguiente: Lo anterior permite concluir que la disminución de la competitividad y la rentabilidad de la agricultura en el Municipio, que no es más que el reflejo de lo que pasa en el país, está llevando al cambio de uso del suelo y de actividad hacia la ganadería, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que la producción de leche es menos riesgosa y el precio pagado al productor es mucho más estable.

Tabla 7. Inventario pecuario 1998

BOVINOS No. Animales Equivalencia en UGG No. Animales UGG Vacas paridas Vacas Horras Novillas vientre Novillas levante Novillos levante Crias hembra Crias macho Toros

3.500 3.500 2.000 1.000 300 300 300 100

1 0.8 0.7 0.6 0.6 0.25 0.25 1.5

3.500 2.800 1.400 600 180 75 75 150

TOTAL 11.000 Equinos Caballar 370 1.5 555 Aves ponedoras 7.000 Aves engorde 1.200 Porcinos 730

UGG: Unidad Gran Ganado (Equivalente a un animal de 450 Kilos) Fuente: Ciclo Vacunación Antiaftosa Semestre A 1998. SAYA

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3.3 IDENTIFICACIÓN DE ESTÁNDARES AMBIENTALES, SOCIALES Y ECONÓMICOS Esta identificación se hizo con base en lo estipulado para cada una de las dimensiones de análisis en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial –PBOT-. El primer PBOT del municipio de Marinilla se reglamentó en el Acuerdo 075 de 2000, con modificaciones en el Acuerdo 024 de 2004 y el Acuerdo 098 de 2007, que finalmente reforma y compila lo dispuesto en los anteriores acuerdos. Con base en lo estipulado en dichos acuerdo se enunciarán los estándares ambientales, sociales y económicos que el Municipio propuso para ordenar su territorio. ESTÁNDARES AMBIENTALES99. Objetivos y estrategias que orientan las intervenciones ambientales en el territorio para el aprovechamiento, uso, ocupación y manejo del suelo y demás recursos naturales:

1. Instaurar un proceso de recuperación progresiva de los recursos naturales.

a. Fomento del conocimiento ambiental del territorio para su aprovechamiento, uso, ocupación y manejo. b. Asistencia integral e inter-institucional a los usuarios del territorio para la recuperación ambiental. c. Promoción de una política de Incentivos y desincentivos, como mecanismo de ejecución del ordenamiento.

2. Recuperar el hábitat humano, mediante la construcción de modelos de

ocupación que valoren y articulen la calidad del paisaje.

a. Integración de los elementos ambientales a la estructura del Espacio Público. b. Articulación de la red hídrica como referente del espacio público. c. Manejo especial de las Microcuencas que abastecen acueductos.

3. Incrementar la capacidad de gestión ambiental.

a. Vinculación de la planeación ambiental a los procesos de planificación local. b. Ejecución de una gestión ambiental local competitiva vinculada al

Plan de Gestión Ambiental Regional (PGAR). c. Intervención de los factores de generación de riesgos ambientales. d. Propiciar el fortalecimiento del expediente municipal mediante la articulación de los sistemas de información ambiental.

99 Artículo 10 del Capítulo 1 de la Segunda parte del Acuerdo 098 de 2007.

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e. Ejecución del Plan de Saneamiento ambiental. f. Manejo Integral de Residuos Sólidos.

ESTÁNDARES SOCIOECONÓMICOS110000.. Objetivos y estrategias para alcanzar el desarrollo social y económico en el Municipio de Marinilla. 1. Conformar el Sistema Educativo Municipal.

a. Implementación de un proceso de transformación de la educación de alta calidad basado en el conocimiento del territorio y sus dinámicas articuladas al conocimiento universal.

b. Conformación de la Ciudadela Educativa como instancia que lidere y desarrolle el sistema educativo.

c. Vinculación de actores que garanticen la transformación de la educación como factor de desarrollo.

2. Crear condiciones para la apropiación sociocultural del territorio local y subregional.

a. Promoción de eventos subregionales y regionales. b. Actuaciones Vinculantes de participación cultural. c. Concertación de instrumentos y mecanismos para el Ordenamiento Territorial. d. Ejecución de planes estructurantes por operaciones urbanas con cooperación entre partícipes. e. Creación de condiciones de vinculación de los migrantes.

3. Propiciar el mejoramiento de las condiciones de vida a través de la satisfacción de las necesidades humanas.

a. Desarrollo de alternativas de Empleo solidario. b. Mejoramiento de cobertura, calidad y economía en la prestación de los servicios públicos domiciliarios. c. Desarrollo de los programas para el Manejo Integrado de los Residuos Sólidos (MIRS) y el Uso Racional del Agua. d. Localización, delimitación y dimensionamiento de los elementos constitutivos del espacio público y su administración para la recuperación de comportamientos socioculturales hacia lo público. e. Incremento de la cobertura de servicios de salud y fomentar la cultura de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. f. Promoción del desarrollo de los talentos y métodos propios para la autodeterminación. g. Promoción de la recreación y el deporte como alternativa de comportamiento colectivo y de vida sana.

100 Artículo 9 del Capítulo 1 de la Segunda parte del Acuerdo 098 de 2007.

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3.4 DESCRIPCIÓN DE LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL, SOCIAL Y ECONÓMICA QUE AFECTA LA ZONA OBJETO DE ANÁLISIS Y AL(OS) ECOSISTEMA(S) OBJETO DE ESTUDIO Principales Problemas y Recomendaciones de Uso en las Microcuencas Problemas en La Bolsa y Barbacoas Factores de deterioro en ambas microcuencas:

� La presencia de cultivos limpios, especialmente de papa, en las vertientes de mayor inclinación, que propicia la erosión laminar y por escorrentía, durante las lluvias.

� La práctica de abrir zanjas de drenaje para favorecer actividades agropecuarias, que disminuyen la capacidad de retención de humedad en los suelos.

� La fragmentación de los predios, el incremento de población, la consolidación de fincas de recreo y las condiciones de pobreza, inducen el aumento de áreas productivas a costa de las coberturas de bosques y rastrojos, con lo cual se favorece la degradación de suelos y aguas, contribuyendo a la alteración de la regulación hídrica.

� El aumento de la demanda de agua, especialmente por las fincas de recreo, está dando lugar al aumento de la competencia por el recurso y por tanto, de la conflictividad.

� La contaminación química de suelos y corrientes de agua, con los consiguientes problemas para la salud de los campesinos y de los habitantes del área urbana.

� Las deficiencias en la disposición de aguas residuales domésticas, que producen contaminación orgánica y química por el uso de detergentes.

� Los procesos de deterioro social debidos, entre otros factores, al aumento de fincas de recreo, la influencia de los estilos de vida urbana, la pobreza, la inmigración de mayordomos, la emigración de jóvenes y el bajo nivel de organización, crean un ambiente de descomposición y desarraigo que impiden el compromiso y la participación de los habitantes (especialmente de aquellos que viven de manera temporal e intermitente), con las acciones que propenden por la conservación y mejoramiento ambiental de las microcuencas.

Recomendaciones para La Bolsa En términos generales se recomienda que el manejo integral de la microcuenca esté basado en los conceptos de conservación y uso sostenido de los recursos, y en el desarrollo equitativo del sector rural; estableciendo, impulsando y desarrollando las siguientes acciones específicas. Para áreas críticas en proceso de erosión y el área de explotación minera (balastrera):

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� Intercepción y desviación de aguas de escorrentía por medio de cunetas y zanjas de desviación que lleven tales aguas a drenajes naturales estables y bien protegidos.

� En áreas críticas donde quede algo de vegetación natural, protegerla al máximo y fomentar su regeneración natural (parte alta de la balastrera: Vereda Gaviria)

� Revegetalización de áreas críticas.

Para áreas de uso recomendable cultivo limpio:

� Ajustes de las formas de producción agraria a las necesidades de conservación de suelos y aguas.

� Búsqueda de sistemas agrarios que permitan cultivos no tradicionales del minifundista.

� Conservar, preservar y mejorar los suelos y reglamentar el uso de insumos agrícolas.

� Vigorizar la organización y promoción campesina hacia el incremento de la producción, el manejo eficiente de microempresas rurales, la comercialización remunerativa de sus cosechas, la adquisición de insumos y otros elementos a precios justos.

� Capacitación y educación ambiental para el manejo de agroquímicos. � Implementar la bio-agricultura � Introducción de prácticas de conservación de suelos. � Desestimular la actividad agrícola en el área de influencia directa con la

quebrada ¨La Bolsa¨ y sus afluentes (al menos 10 metros a ambos lados).

Para áreas de uso recomendable cultivo Denso:

� Fomentar la ganadería intensiva y/o estabulada � Fomentar los pastos mejorados, los pastos de corte y las leguminosas

forrajeras con el fin de reducir la carga de sobre-pastoreo sobre los suelos.

� Cultivo de frutales y desarrollo de huertos.

Para área de uso recomendable Agroforestal: � Fomentar el cultivo de árboles asociados con cultivos agrícolas y

ganadería. � Establecer árboles de sombra y/o mejoradores del suelo en áreas de

pasto. � Enriquecimiento de barbechos con especies de valor idem con

leguminosae.

Para áreas de Uso recomendable Forestal: � En áreas de uso actual pasto-rastrojo bajo-helecho y donde prima la

tenencia de tierras en forma de minifundio, se recomienda comprar con prioridad: los que estén localizados en nacimientos.

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� Establecer un cinturón verde a lo largo de los afluentes principales y de la quebrada.

� Producción de estacones, varas y leña en bosque, cercas y barreras vivas, con la búsqueda de valor comercial a los productores de estas plantaciones.

� Experimentación de sistemas de plantación y manejo forestal.

Consolidar en el Gobierno local la integración del plan de ordenamiento y manejo a la plantación y ejecución Municipal. Coordinación interinstitucional para la concordancia entre los objetivos de desarrollo y la conservación de las entidades gubernamentales armónicamente actúen, en concordancia con sus necesidades de manejo y de la comunidad, para asegurar la acción en conjunto y la ejecución de los programas y proyectos. Desarrollo de sistemas de gestión comunitaria para el manejo de la microcuenca y de los acueductos veredales. Administrar y manejar eficientemente el recurso hídrico. Seguir con el monitoreo de la quebrada ¨La Bolsa¨ y los hoyos en época de invierno y verano. Consecución de financiación para el acueducto Alto del Mercado-San José-Santa Cruz-Cristo Rey. Su construcción mejora las condiciones de salud de la población urbana y rural. Para los barrios donde la concentración por contaminación residencial es mayor, construir un sistema de alcantarillado y tratamiento de aguas negras rural. En lugares donde las viviendas están muy dispersas se construirán pozos sépticos. Recreación rural con menores de 6 a 15 años. Este proyecto tiene como objetivos:

� Lograr que la población infantil recupere las expresiones culturales y autóctonas de la región como: juegos, danzas, cantos y rondas.

� Participación en actividades deportivas que le permitan la competencia sana, la autodisciplina, cooperación y socialización.

� Desarrollo de su creatividad a través de la libre expresión de actitudes, habilidades y destrezas.

� Procurar que por medio del juego el menor adquiera formación en salud, hábitos de estudio, servicio a la comunidad y todas aquellas áreas que ayuden al desarrollo integral.

� Realizar recorridos ecológicos, educativos y concursos con temas ecológicos. Para los jóvenes es indispensable apoyar la construcción de escenarios deportivos en las veredas donde no existen. Con esta medida se busca contrarrestar el exceso del consumo de alcohol y droga.

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Recomendaciones para Barbacoas La definición de uso y manejo en la microcuenca Barbacoas se soporta bajo las particularidades intrínsecas de la oferta natural, de los asentamientos humanos y de las características socioculturales, resaltadas en los conflictos que se desprenden de las tendencias de desarrollo y de las interrelaciones que surgen de dichas características de la microcuenca. En este sentido se hacen las siguientes recomendaciones: Frente a la expansión de praderas para la ganadería Permitir y asistir el uso de pastos para actividades ganaderas, en áreas con pendientes menores al 20%. Esta actividad se puede desarrollar y apoyar según las zonas de vida; es decir apoyar este uso en el bosque húmedo montano bajo y desincentivarlo en el bosque muy húmedo montano bajo. No permitir ganadería en las estribaciones en la cuchilla los cedros. Frente a la expansión de praderas para cultivos Apoyar la producción intensiva en todas las áreas con pendientes menores del 12%, que no estén impactando corrientes y nacimientos de agua. En terrenos con pendientes del 12% al 25%, se recomienda una asistencia técnica que permita desarrollar prácticas adecuadas de labranza y manejo del suelo. En pendientes mayores del 25% y menores del 40% se propiciará el desarrollo de actividades más permanentes como el bosque, y en ocasiones pastos de corte. En pendientes mayores del 50%, se propiciará la recuperación en rastrojos y bosques plantados, para disminuir los procesos erosivos sobre el suelo y aumentar la regulación hídrica de la microcuenca. Frente a los procesos de la eliminación de la cobertura boscosa Desarrollar incentivos para la conservación de las coberturas boscosas. Reglamentar la función ecológica de la propiedad en la microcuenca. Frente a la explotación de canteras Restringir al máximo la explotación de canteras y especialmente en cercanías a corrientes de agua y nacimientos (100 mts de distancia). Frente a explanaciones del suelo No realizar movimientos masivos de tierra. Controlando al máximo botaderos y cortes profundos del suelo. Realizar un estudio de factibilidad de construcción sin remoción de la capa de cenizas volcánica. Mantener al máximo la continuidad de la capa de ceniza volcánica, por el papel de regulación hídrica que esta cumple.

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Frente a la expansión de las florifactorías Evitar al máximo extensiones superiores a 1000 mts cuadrados. Promover el desarrollo de la producción artesanal de flores artesanales (pequeños productores organizados en grupos de economía solidaria. Frente a la tecnología Renovación de la tecnología tradicional contaminante de la vida humana y de los recursos naturales mediante el desarrollo de alternativas productivas en el sector primario. Desarrollo tecnológico en los sectores agropecuario, acueductos rurales, agro-industriales y vivienda, vías y servicios públicos. Frente a la red hídrica Reforestación y protección de las zonas inundadas o anegadas permanentemente. recuperación de los nacimientos de agua mediante la reforestación con guadua y demás especies como sauces y plataneras. Cercos a zonas anegadas para evitar el ingreso del ganado. Prohibir la construcción de surcos de drenaje para habilitar zonas anegadas con áreas agropecuarias. Problemas en Pozo De acuerdo con el Plan de Ordenamiento y Manejo realizado por Ambiecol Ltda., 1995, las fuentes de agua de esta cuenca presentan contaminación por excretas de personas o animales, siendo más crítica en la vereda La Inmaculada. En toda la cuenca, pero especialmente en la parte alta, es necesario proteger todas las fuentes y revisar los tanques sépticos y los sumideros. Así mismo y por la intensa intervención del bosque, se ha ocasionado una pérdida de la cobertura existente en la zona de infiltración, donde se está presentando el fenómeno de secamiento de pequeñas fuentes. De otro lado, la deforestación de áreas con bosques naturales, agravada con la extracción de leña de toda la cuenca, especialmente de envaradera, ha disminuido la diversidad de la flora y la fauna asociada a ella. Los plaguicidas han contribuido también a disminuir la fauna silvestre, tanto terrestre como acuática, lo cual ha ocasionado la pérdida del equilibrio natural en la dinámica del control de plagas y ha incrementado la necesidad de utilizar más plaguicidas. Recomendaciones para Pozo Suponiendo que no haya más deterioro de los bosques y considerando que la fuente del acueducto municipal de El Peñol tienen capacidad para surtir 5284 viviendas más hasta el año 2005, se recomiendan acciones que estimulen en la

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población de la cuenca alta el mantenimiento de la cobertura boscosa y la planeación racionalizada de construcción de viviendas. En cuanto al acueducto de Horizontes, que ya no tiene capacidad para conectar más usuarios nuevos, se recomienda que en la vereda se fijen vallas visibles que adviertan que para comprar tierra o para construir viviendas se debe consultar con planeación, debido a las dificultades de adjudicar más derechos de agua, dada la limitación de la fuente. Otra alternativas sería bajar a 100 l/día el consumo de agua por persona y el establecimiento de unos estatutos con condiciones diferentes a las actuales que permitan conectar nuevos usuarios, teniendo siempre presente, la restricción en la cantidad de agua. Con el conocimiento de que los propietarios de los terrenos de las fuentes del acueducto de Horizontes voluntariamente los venden, se recomienda comprarlos entre la comunidad y otras entidades, para entregárselos en comodato o en propiedad a los usuarios dela acueducto con el fin de que sean ellos quienes los cuiden y preserven el bosque. La conexión de 360 viviendas al acueducto Inmaculada-Milagrosa-Porvenir-Pozo proyectadas en la merced de agua, aún con las tres fuentes, supera la capacidad para abastecer la población con 180 l/hab/día. Por lo tanto, se recomiendo analizar nuevamente el número de usuarios que se van a abastecer, cuál va a ser el consumo máximo por vivienda, la estructuración de estatutos para el funcionamiento del acueducto, colocar vallas en El Pozo y El Porvenir (en la Milagrosa si se decide llevar hasta allá el acueducto), anunciando la necesidad de consultar a planeación para construir o para comprar tierra. En el área de recarga de las fuentes que surten estas bocatomas se debe emprender urgentemente una campaña de reforestación y revegetalización, y si se puede, comprar tierras a algunos propietarios que manifestaron estar dispuestos a vender en forma voluntaria. El agua de ninguna de las fuentes de los acueductos se puede beber sin hervir porque todas están contaminadas con fecales de animales o de humanos y pueden producir enfermedades entéricas. Se recomienda una campaña de saneamiento del recurso hídrico en toda la cuenca, especialmente en la vereda La Inmaculada. Recomendaciones para el Uso del Suelo La importancia de la cuenca El Pozo para generación de agua destinada a consumo humano, lleva a buscar una estrategia de acercamiento entre el uso actual y el uso potencial de los suelos. Para las recomendaciones de uso del suelo se tienen en cuenta las tendencias de desarrollo en la cuenca: Expansionista En la vereda El Carmelo, alrededor de la escuela, se aprecia una tendencia de desarrollo expansionista, originada por el uso intensivo de los suelos, la buena

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disponibilidad de agua, vías de penetración hasta la vereda, escuela y caseta comunal. La tendencia expansionista se presenta en las veredas Pozo, El Porvenir, parte de la Inmaculada y Horizontes, especialmente en las áreas más densamente pobladas, donde el uso del suelo es también muy intensivo, hay buenas vías de penetración y escuelas. En estas veredas son más frecuentes las fincas de recreo, por esta razón se hace más fácil una reordenación del uso del suelo orientada a la conservación en estas fincas. Conservacionista El área conservacionista está ubicada principalmente en la cuenca media, en las áreas colindantes correspondientes a las veredas La Inmaculada y El Carmelo. Esta tendencia de desarrollo surge de la baja densidad de población, uso menos intensivo de los suelos, agua disponible, menor densidad de vías y frecuencia de transporte. Esta área debe ser enfocada a la protección de los recursos para evitar el cambio de la tendencia de desarrollo hacia la expansión. El arraigo de la comunidad en sus tierras y la explotación intensiva de los suelos, descartan cualquier posibilidad de manejo que no permita la supervivencia económica de las personas en la cuenca. Por esta razón no es factible en el corto o mediano plazo un ordenamiento del uso del suelo y por lo tanto, el acercamiento a los usos recomendables de los suelos debe hacerse gradualmente, sin comprometer la subsistencia de la población que depende completamente de la explotación de la tierra. El área determinada como conservación-protección, coincide en gran parte con los bosques aún existentes en la zona, por lo que el acercamiento a este uso recomendable se restringe al manejo adecuado de estos bosques y a evitar el continuo saqueo de material vegetal usado en envaradera y como leña y la ampliación de la frontera agrícola. Los usos correspondientes a plantación productora-protectora y a plantación productora, llevan a pensar en sistemas de manejo ecológicamente apropiadas de los cultivos, tales como el establecimiento de cercas vivas para leña, cercas productoras (árboles frutales), barreras revegetalizadoras con pasto de corte y combinación de cultivos limpios y semilimpios en las áreas de menor pendiente. El área de pastos y cultivo denso puede ofrecer una alternativa orientada a un manejo técnico de la ganadería, mediante la implementación de pastos mejorados, rotación de potreros y el consecuente aumento de la capacidad de carga por hectárea. Así mismo, estas áreas pueden ser usadas para el mantenimiento de equinos de transporte y carga. La aproximación al silvopastoreo se puede lograr mediante la siembra de especies forrajeras como el chachafruto y el quiebrabarrigo en los cercos divisorios de potreros.

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Los otros usos del suelo, en especial los cultivos limpios y semilimpios, son de gran importancia económica para los habitantes de la cuenca, ya que de ellos derivan su sustento. La alternativa de manejo deber ser orientada a prácticas ecológicas en los cultivos, mediante selección de malezas, mezclas de cultivos, restitución de la fertilidad natural del suelo, barreras vivas, abonos verdes y manejo integrado de plagas. Finalmente, el área correspondiente a la zona de vida bosque muy húmedo premontano (bmh-PM), es decir, hasta la cota de los 2000 m.s.n.m. acepta por norma general el establecimiento del cultivo del café con sombrío regulado y practicas de conservación de suelos, así como procesos ecológicos de beneficio del grano. Recomendaciones para el Uso de la Flora y la Fauna Se recomiendan incentivos para conservar el bosque para mantener no sólo especies vegetales sino también el hábitat de las especies animales y la promoción de tecnologías agrícolas que no sean altamente demandantes de plaguicidas con el fin de recuperar la dinámica natura de control de plagas. Problemas en Cascajo Algunos de los problemas ambientales que presenta la microcuenca Cascajo son los siguientes: Deforestación de los nacimientos y cauce aguas abajo de la microcuenca y las pequeñas vertientes Contaminación por pesticidas y lavado de equipos de fumigación Contaminación por aguas negras y excretas producidas por el establecimiento de porquerizas y/o por acción antrópica Contaminación por el lavado de productos agrícolas ocasionando sedimentación en los lechos de las quebradas El Cascajo y Cascajito. La importancia y trascendencia de esta fuente y microcuenca está en el aporte de agua potable que se consume en el área urbana para un potencial de 24.513 hab. Así como para industrial y áreas suburbana. Recomendaciones para Cascajo Uso Recomendable en Zonas con Tendencia Proteccionista. En estas zonas se decidió recomendar el uso potencial en especial en las zonas de producción agropecuaria donde el uso actual es inadecuado o muy inadecuado. Además se recomienda aumentar la cobertura vegetal, en las áreas de uso actual rastrojo y bosque. Uso Recomendable en Zonas con Tendencia Expansionista. En las zonas con esta tendencia se decidió recomendar el actual en áreas con uso agropecuario, donde hay pocos conflictos (uso adecuado o inadecuado) e implementar sistemas agroforestales donde aumenten los conflictos (muy inadecuado). Así, por ejemplo,

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en un área de poco conflicto es necesario introducir técnicas sofisticadas de conservación de suelos, con el fin de seguir con los cultivos limpios, de alto valor comercial. Donde las tierras son subutilizadas (rastrojo, bosques) se recomiendan usos con menos cobertura vegetal que el del uso actual, con el fin de incrementar las áreas con factibilidad de desarrollo agroforestal o agropecuario y evitar así el impacto negativo de la disminución de la cobertura, en las áreas de alta producción agropecuaria, pero con un uso potencial mayor, no apropiado para ello. Principales Problemas Sector Agropecuario

� Falta de competitividad de la actividad agropecuaria por el alto costo de los insumos, ausencia de políticas de mercadeo y comercialización, y uso indiscriminado de agroquímicos que afecta la calidad de los alimentos.

� Débil oferta tecnológica relacionada con la estructuración de sistemas alternativos de producción, acceso a semillas mejoradas y producción y uso de semillas nativas, oferta de herramientas y maquinaria apropiadas a las características de suelos de ladera de la región, manejo agroecológico de cultivos.

� Ausencia de programas encaminados a desarrollar y fortalecer la seguridad alimentaria de la familia campesina y de los consumidores en general.

� Falta continuidad y cobertura de la investigación en sistemas alternativos de producción.

� Ausencia de estructura técnica definida en la Secretaría de Agricultura y Ambiente que hace que las funciones de la misma se cumplan a través de contratistas poniendo en riesgo la continuidad de los planes y programas para el sector.

� Ausencia de Políticas estructurales para el sector agropecuario en materia de tierras, comercialización, transferencia tecnológica, investigación, crédito, seguridad alimentaria, Control de precios, de productos e insumos.

� Alta subdivisión de la tierra en Marinilla dadas las características patriarcales de tenencia de la tierra y cambio de uso del suelo hacia actividades no productivas.

� Escasez presupuestal para el sector definido desde la ley 60 de 1993 � Debilidad o poca participación de los campesinos en la educación y

transferencia tecnológica así como asimilación o adopción de las propuestas de desarrollo para el sector

� Insuficiente número de personal capacitado para las funciones de asesoría, transferencia tecnológica e investigación.

En el anexo 14 se muestra un cuadro comparativo con los usos del suelo que finalmente quedaron estipulados en los acuerdos de 2000 y 2007 para las tres más importantes zonas de subdivisión del Municipio.

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Tabla 8. Matriz DOFA del Municipio 1999

FORTALEZAS DEBILIDADES • Directrices ambientales en el PID

municipal • Utilización indiscriminada de recursos

Naturales • Voluntad política y administrativa • Mala calidad del agua • Experiencia en gestión de proyectos • Disminución de caudales • Juntas de administración de

acueductos • Sistemas de producción y utilización

del suelo inadecuadas • Descentralización administrativa • Alta carga contaminante y

sedimentación de cauces • Incentivos tributarios para la

conservación • Vías inconclusas y sin estudios de

impactos ambiental • Reglamentación de retiros de aguas,

nacimientos y vías • Uso intensivo e indiscriminado de

agrotóxicos • Cargo de inspector forestal • Alta subdivisión de la tierra • Papel en lo ambiental de las

promotoras de salud • Resistencia cultural al cambio

• Alianzas para el desarrollo de campañas.

• Valoración economicista de los recursos

• Programas de carácter ecológico • Pérdida de biodiversidad a todo nivel • Reglamentación del Artículo 42 de la

ley 99 que distribuye recursos a los municipios por ser oferente de agua a los embalses

• Poca disponibilidad de información actualizada.

• No control de procesos de urbanización en fincas.

OPORTUNIDADES AMENAZAS • Políticas y estrategias mundiales,

Nacionales y regionales de protección y conservación

• Proceso de metropolización con Rionegro.

• Plan vial para el Oriente Antioqueño • Recursos económicos y humanos

técnicos disponibles • Industrialización de áreas suburbanas

• Jurisdicción de CORNARE • Contaminación atmosférica • Hacer parte de la asociación de

municipios MASORA • Conflictos sociales

• Estar en zona de alta demanda turística

• Contaminación de microcuencas y aguas compartidas

• Contar con universidades cerca y un núcleo representativo de la población con nivel educativo alto

• Estimulo al consumo de plaguicidas

• Existir paquete de biotecnología para producir especies vegetales nativas

• Desplazamiento de la población rural

• Interés en desarrollar proyectos piscícolas

• Alta demanda de productos agropecuarios

Fuente: Diagnóstico ambiental PBOT 2000.

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3.5 IDENTIFICACIÓN DE LAS TENDENCIAS DE INSOSTENIBILIDAD 3.5.1 Evaluación de las medidas asumidas para contrarrestar el impacto de la problemática identificada sobre los ecosistemas de la zona de análisis 3.5.1.1 Procesamiento de la información con Sistemas de Información Geográfica A continuación se explicará la manera como fue procesada la información cartográfica de los años 1992101, 2001 y 2007 a escala 1:10000. Se aclara que a pesar de que el municipio tiene 34 veredas, la cartografía existente sólo reconoce 30 y registra como sectores de división territorial el Área Urbana y la Zona de Expansión, como ambos tienen identificadas las coberturas vegetales se acogieron dentro de los análisis. La vereda Los Alpes se tuvo que excluir de los análisis porque sólo aparece analizada completamente en el mapa de coberturas vegetales de 2007. De esta manera el procesamiento cartográfico se realizó con 29 veredas y los dos sectores mencionados anteriormente. Para comenzar se explicarán los procesos desarrollados sobre la información cartográfica. Como se mencionó en la síntesis metodológica el pivote de análisis de esta metodología es el mapa de Uso potencial obtenido a partir de las clases de suelo o zonas agrológicas. Aunque este mapa también puede obtenerse con la aptitud de uso, tal como lo hizo el Municipio para proponer los usos de suelo más indicados en el PBOT102 de 2000, en esta investigación se trabajó con el mapa de clases de suelo porque tal como puede apreciarse en el mapa 2 la aptitud de uso del suelo está clasificada en 4 categorías, mientras que las clases de suelo103 (mapa 1) están discriminadas en 10 categorías, lo que permite detallar aún más si un uso específico es apropiado o no. Por esta razón para la generación de los mapas de conflicto por uso (mapas 8, 9 y 10) se utilizaron las clases de suelo (mapa 1) y las coberturas vegetales de 1992, 2001 y 2007 (mapas 5, 6 y 7). Las valoraciones en cada categoría de conflicto se hicieron con base en la manera como FAL (1995) construyó cada categoría de Uso Potencial104 y las posibles coberturas vegetales relacionadas con dichos usos. La matriz de conflictos

101 Se aclara que la información de las coberturas vegetales de 1992 es la que se cita en muchos documentos de la zona de estudio como si fuera de 1995. Lo que sucede es que ese fue el año en que FAL (Fotogrametría Analítica Ltda., FAL Ltda. - Ingenieros Consultores) elaboró el informe para CORNARE pero la imagen satelital con base en la cual se registraron las coberturas es de 1992. 102 Plan Básico de Ordenamiento Territorial del Municipio, Acuerdo 075 de 2000. Ver en el anexo 15 la aptitud de uso identificada para el Municipio en el PBOT de 2000. 103 Este mapa fue ajustado por FAL a escala 1:10000 a partir la información cartográfica existente del IGAC a escala 1:100000. 104 Ver anexo 5.

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generada aparece en la Tabla 9 y en las Tablas 10 y 11 aparecen los códigos asignados a las coberturas vegetales y al uso potencial del suelo por CORNARE. En el Anexo 16 se puede encontrar el modelo con todos los procesos realizados sobre la cartografía en el software ArcGIS versión 9.3, que pueden describirse de la siguiente manera.

Mapas de conflicto por vereda Antes de generar los mapas de conflicto se unió el mapa de zonas (mapa de suelos) con el del Acuerdo 016 de 1998, porque como se obtuvo en 1992 no incluyó la delimitación estipulada en dicho acuerdo para las zonas de uso forestal o de protección. De esta manera el primer mapa generado se llamó Uso_Potencial_con_Acu_016. Posteriormente, y producto de la operación de Union ((Op_2) de los layer de Cobertura Vegetal (para los distintos años) con el mapa de Uso_Potencial_con_Acu_016, se obtuvieron los mapas de conflicto para cada uno de los tres años. La siguiente actividad fue realizar una operación Split (Op_15) con el layer Vereda, para obtener los conflictos de uso para las 32 veredas objeto de estudio. Los resultados se denominaron: Conflicto_X_Vereda Conflicto_X_Vereda (3) Conflicto_X_Vereda (5) Es importante aclarar que el resultado de esta operación Split, es un grupo de 32 layers, cada uno representando el conflicto para una vereda distinta del Municipio. Mapa de cambio en el conflicto para los años 1992 y 2007 Se excluyó del procedimiento el mapa de conflicto 2001 porque no hubo un cambio significativo al compararlo con 1992 y 2007. El modelo inicia con dos insumos principales: Layer de Zonas Layer de Acuerdo_016 A estos dos layer se les realizó una operación de Union (Op_1). El resultado es el layer de Uso_Potencial_con_Ac_016. A este último layer se le realizó una operación de Union (Op_2) con los siguiente layer_ Cobertura_Vegetal_1992 Cobertura_Vegetal_2001 Cobertura_Vegetal_2007

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Los resultados de estas uniones, arrojaron los siguientes layer resultantes: Conflicto_Uso_1992 Conflicto_Uso_2001 Conflicto_Uso_2007 Los layer Conflicto_Uso_1992 y Conflicto_Uso_2007 fueron convertidos a raster mediante la función Poligon to Raster (Op_3). Los resultados de esta operación son los Grid Conflicto_1992 y Conflicto_2007. Estos últimos a su vez fueron reclasificados mediante la función Reclasify (Op_4), para obtener los grid Conflicto_Rec_1992 y Conflicto_Rec_2007. Con estos dos grid se realizó una operación de álgebra de mapas -Single Output (Op_5)-, en la que al grid del año 1992 se le restó el grid del año 2007. El resultado se llamó Cambio_Conflicto_92_07. Este grid resultante se convirtió en archivo vectorial mediante la función Raster to Poligon (Op_6), para dar como resultado el layer Cam_Conf_92_07.shp. Finalmente a este último layer se le aplicó una función Split (Op_7) con el layer de Veredas de Marinilla para determinar el cambio en el conflicto de uso para cada una de las 32 veredas. El resultado se llamó Camb_Conf_X_Ver_92_07. Mapa de cambio en la cobertura Los insumos para la obtención de este mapa fueron: Cobertura_Vegetal_1992 Cobertura_Vegetal_2001 Cobertura Vegetal_2007 A estos layer se les aplicó la función Poligon to Raster (Op_8), con el fin de convertirlos a formato grid de ESRI. A estos grid resultantes se les llamó: Cob_Veg_1992 Cob_Veg_2001 Cob_Veg_2007 El proceso siguiente fue hacer una reclasificación mediante la función Reclasify (Op_9). Los resultados se denominaron: Cob_Rec_1992 Cob_Rec_2001 Cob_Rec_2007

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Con los grid Cob_Rec_1992 y Cob_Rec_2001, se procedió a hacer una operación de álgebra de mapas – Single Output (Op_10), consistente en restar el grid de 2001 del grid de 1992. El resultado se llamó Cambio_Cob_92_01. De manera análoga se procedió a restar el grid de 2007 del grid de 2001, mediante la funcion Single Output (Op_11). El resultado se llamó Cambio_Cob_01_07. Así mismo se hizo la operación 12 (Op_12), para restar el grid de 2007 del grid de 1992, para obtener como resultado Cambio_Cob_92_07. A los grid Cambio_Cob_92_01, Cambio_Cob_01_07 y Cambio_Cob_92_07, se les aplicó la función Raster to Poligon (Op_13) con el fin de vectorizar estos grid. Los resultados de esta vectorización se denominaron: Cambio_Cob_92_01.shp, Cambio_Cob_01_07.shp y Cambio_Cob_92_07. A los anteriores layer se les aplicó una función Split (Op_14) con el layer Vereda, para obtener el cambio en la cobertura vegetal para las 32 veredas en estudio. Los layer resultantes se denominan: Cambio_Cob_X_Ver_92_01 Cambio_Cob_X_Ver_01_07 Cambio_Cob_X_Ver_92_07 Con respecto a las variables sociales se acudió al estudio realizado por el Sistema de Información Regional para la Paz del II Laboratorio de Paz del Oriente Antioqueño durante los años 2001 y 2007. De la misma manera que con la información cartográfica sólo fueron analizadas 30 de las 34 veredas que conforman el Municipio y se tuvieron que excluir las veredas San Bosco, Santa Cruz y Los Alpes porque para el año 2007 no se había información sobre ellas. La selección de las variables tenidas en cuenta en esta investigación se hizo con base en las que se pudieran utilizar para inferir tendencias de insostenibilidad como sigue a continuación:

1. Número de viviendas: indicador utilizado como referente para analizar:

� Viviendas con agua potable. A través de este indicador se puede inferir cuántas viviendas tienen un sistema organizado para el suministro de agua porque sólo de esta manera es posible tener agua potable.

� Viviendas con sistema de eliminación de excretas. A través de este indicador se puede inferir cuántas viviendas tienen sistema de alcantarillado, pozo séptico o sumidero.

� Viviendas con manejo adecuado de desechos sólidos. A través de este indicador se puede inferir cuántas viviendas no queman la basura.

� Viviendas con servicio de gas. A través de este indicador se puede inferir

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� Número de hogares con respecto al número de viviendas. A través de este indicador se determina cuántas familias viven en una misma vivienda.

� Número de hogares propietarios. A través de este indicador se puede inferir en manos de quién están quedando las rentas de la producción agropecuaria campesina.

3.5.1.2 Resultados

� En la Tabla 12 aparece registrado el área cubierta en cada una de las coberturas vegetales por año y por vereda, y en la Tabla 12 a se registra el comparativo de cada cobertura vegetal por año y por vereda.

� Las Tabla 13 registra todos los cambios que se dieron en las coberturas y las Tabla 14 detalla los principales cambios por vereda.

� La Tabla 15 registra las categorías de conflicto generadas y la Tabla 16 registra los principales cambios en las categorías de conflicto por vereda entre 1992 y 2007. La Tabla 17 registra el área de Pastizales y los Cultivos que 1992 y 2007 estuvo en uso Adecuado con Condiciones o en uso Inadecuado. Se eligieron sólo estas dos categorías de conflicto por ser las que registraron los cambios más significativos y se eligieron sólo los pastizales y los cultivos dentro de ellas por los intereses de esta investigación.

� La Tabla 18 registra las variables sociales por vereda para los años 2001 y 2007.

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Tabla 9. Categorías de conflicto por uso del suelo

CLASE SUELO USO_POT bn1 bn2 rb pl cp ct pm pn Pm1k Pm2k Pm3i Pn1k Pn2k Pn3k

III-s ACL SUBU_E SUBU_E SUBU_E INAD ADEC OPT ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON

IV-s ACLi SUBU_E SUBU_E SUBU_E INAD ADEC ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON

IV-h GPA SUBU_E SUBU_E SUBU_E INAD INAD INAD OPT OPT OPT OPT OPT OPT OPT OPT

IV-e ACS, ACD SUBU_E SUBU_E SUBU_E INAD OPT INAD ADEC_CON ADEC_CON OPT ADEC_CON OPT OPT OPT ADEC_CON

VI-s TODAS_COBP

ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD

VI-e TODAS_COBP_SIN_ACS ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD INAD ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD

VII-s BSP,BPC OPT OPT ADEC OPT ADEC_CON INAD ADEC_CON ADEC_CON OPT INAD INAD OPT OPT INAD

VII-e BPC, BPP OPT OPT ADEC ADEC INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD

VIII AC_016

CPE

ADEC_CON ADEC_CON ADEC_CON INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD INAD

CATEGORÍA ABREVIATURA EXPLICACIÓN

Óptima OPT La cobertura vegetal es la mejor para el USO POT propuesto

Adecuado ADEC La cobertura vegetal es adecuada para el USO POT propuesto pero hay otra mejor

Adecuado con condiciones ADE_CON

La cobertura vegetal es adecuada pero con condiciones ambientales (prácticas de conservación de suelos, aplicación de principios agroecológicos, etc) y/o económicas (cuando no hay restricciones ambientales la cobertura con condiciones debe dar más rentabilidad que la cobertura vegetal adecuada)

Inadecuado INAD La cobertura vegetal es inadecuada ambiental y económicamente para el USO POT propuesto.

Subutilizado en términos económicos SUBU_E

La cobertura vegetal es adecuada en términos ambientales pero no en términos económicos porque el USO POT propuesto permite el establecimiento de sistemas de producción

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Tabla 10. Códigos Cobertura vegetales

ABREVIATURA COBERTURA VEGETAL DETALLES

Bosques Naturales Primarios Intervenidos

Bn1 Bosques Naturales Primarios Muy Intervenidos

Bosques Naturales Secundarios Sucesion temprana

Bosques Naturales Secundarios Sucesion intermedia

Bn2 Bosques Naturales Secundarios Sucesion tardia

Bosques Plantados Maduros Coniferas

Bosques Plantados Maduros Latifoliadas

Pl Bosques Plantados Juveniles Coniferas

Cultivos Premanentes No tecnificado Cafe con sombrio

Cultivos Premanentes No tecnificado Frutales

Cultivos Premanentes No tecnificado Huerta casera (incluye algunos transitorios)

Cultivos Premanentes No tecnificado Cafe y platano

Cultivos Premanentes No tecnificado Fique

Cultivos Premanentes No tecnificado Cafe sin sombrio y otros

Cultivos Premanentes Tecnificado Aguacate

Cultivos Premanentes Tecnificado Brevo

Cultivos Premanentes Tecnificado Cafe (caturra, variedad Colombia)

Cultivos Premanentes Tecnificado Mora

Cultivos Premanentes Tecnificado Caña platanera

Cultivos Premanentes Tecnificado Platano

Cultivos Premanentes Tecnificado Tomate de áarbol

Cultivos Premanentes Tecnificado Viveros (arboles frutales y ornamentales)

Cp

Cultivos Premanentes Tecnificado Frutales (manzanao, higo, lulo, otros)

Cultivos Transitorio No tecnificado Varios (incluye algunos permanentes)

Cultivos Transitorio No tecnificado Mixtos con rastrojo (incluye algunos permanentes)

Cultivos Transitorio No tecnificado Yuca

Cultivos Transitorio Tecnificado Cultivos en experimentacion

Cultivos Transitorio Tecnificado Frijol (maiz, papa, hortalizas "en rotacion")

Cultivos Transitorio Tecnificado Horticultura (repollo, zanahoria, remolacha, arrac

Cultivos Transitorio Tecnificado Maiz (frijol, papa, hortalizas "en rotacion")

Cultivos Transitorio Tecnificado Papa ((maiz , frijol, hortalizas "en rotacion")

Cultivos Transitorio Tecnificado Tomate (maiz, frijol "en rotacion")

Cultivos Transitorio Confinados Floricultura (Pompon, rosa, clavel, alstroemeria,

Ct

Cultivos Transitorio Confinados Ornamentales, propagacion de esquejes, otros

Pm1k Pastos Mejorados Arbolados Kikuyo con eucaliptos y cipreses

Pm2k Pastos Mejorados Limpios Kikuyo y raigras principalmente

Pm3i Pastos Mejorados De Corte Imperial y otros

Pn1k Pastos No mejorados Enmalezados Kikuyo y gramas con helechos y/o arbustos

Pn2k Pastos No mejorados Arbolados Kikuyo y gramas con siete cueros y otros

Pn3k Pastos No mejorados Limpios Kikuyo, gramas y otros

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134

Tabla 11. Códigos Coberturas Vegetales suelo

CATEGORÍA ABREVIATURA Cultivos limpios con prácticas ligeras de conservación de suelos

ACL

Cultivos limpios con prácticas intensivas de conservación de suelos

ACLi

Pastoreo GPA

Cultivos semilimpios ACS

Cultivos densos ACD

Cultivos silvoagrícolas BSA

Cultivos agro-silvo-pastoriles

BAS

Cultivos silvopastoriles

BSP

Plantación Productora BPU

Plantación Productora-Protectora

BPC

Plantación Protectora BPP

Conservación, protección y/o manejo especial

CPE

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135

Tabla 12. Coberturas vegetales por año 1992 2001 2007 VEREDA

bn1 bn2 cp ct pl pm pn bn1 bn2 cp ct pl pm pn bn1 bn2 cp ct pl pm pn rb

Alto del Mercado 69,5 176,9 5,5 156,2 62,3 59,9 1,4 146,0 2,3 176,8 73,4 0,1 163,4 14,3 147,5 133,0 24,7

Area Urbana 3,2 26,7 3,3 72,3 10,6 7,0 11,8 2,2 56,1 18,4 0,3 27,6 62,1 26,8 2,1

Belén 7,9 0,8 41,4 18,0 170,3 9,5 5,5 29,6 12,0 134,1 61,3 99,6 13,2 9,4 64,4 77,0 11,0

Campo Alegre 1,1 47,1 0,9 127,1 0,3 53,6 16,9 27,9 3,3 52,5 5,0 107,0 49,2 2,2 71,3 11,0 77,0 81,8 13,9

Cascajo Abajo 69,6 2,8 164,7 14,3 115,9 34,0 57,7 2,9 88,0 2,8 178,1 67,7 128,2 10,6 1,3 129,7 114,7 28,5

Cascajo Arriba 72,0 149,8 0,5 64,2 64,4 46,5 98,9 125,7 69,6 2,1 79,6 52,2 81,8 127,5 17,6

Chagualo 14,4 54,3 4,6 76,1 10,6 11,8 41,6 1,4 13,0 19,1 1,4 3,0 49,4 4,2 57,5 28,4 7,8

Chocho Mayo 102,8 1,7 197,5 25,5 101,0 82,5 7,1 150,0 0,9 97,0 90,5 4,4 111,0 18,3 142,2 85,1 80,1

Cimarronas 18,4 0,0 58,1 14,0 22,4 38,8 48,5 24,6 5,6 26,3 50,7 30,1 0,0 2,7 60,2 53,2 17,2

El Porvenir 57,6 16,9 54,9 19,2 112,4 64,4 7,5 68,0 11,5 108,1 56,9 32,7 71,9 57,8 45,9

El Socorro 79,5 142,8 2,3 72,5 68,9 74,9 2,5 108,1 3,4 115,7 55,6 1,9 119,8 111,2 99,4 39,8

Gaviria 90,5 203,5 11,4 179,0 56,2 112,3 2,5 151,5 111,0 66,5 83,9 8,0 3,4 186,9 88,2 2,7 131,9 88,1 44,2

La Asunción 102,6 109,8 94,3 40,4 85,7 0,3 107,9 75,4 70,3 12,8 86,0 6,7 112,6 111,9 28,2

La Esmeralda 50,6 0,5 117,6 32,9 14,7 28,9 3,7 110,4 53,5 19,1 72,3 30,9 51,3 33,5 34,9

La Esperanza 0,3 64,1 171,3 2,2 72,6 24,0 36,9 16,5 96,9 0,3 132,2 44,9 0,2 86,0 0,8 105,8 99,3 50,5

La Inmaculada 113,4 9,2 113,4 7,3 101,6 84,9 6,0 103,1 23,3 126,9 5,0 35,3 66,2 7,6 54,6 89,5 90,5

La Milagrosa 96,2 148,3 53,3 89,7 92,8 117,1 104,8 70,0 3,2 9,6 88,4 53,7 17,7 103,6 61,2 52,3

La Peña 89,9 0,4 127,8 3,4 14,3 92,4 76,2 7,6 80,7 3,0 46,7 110,8 7,5 69,0 6,3 1,1 112,8 90,5 49,2

Las Mercedes 69,2 0,1 138,8 1,6 119,4 24,2 53,9 0,5 124,3 0,5 105,9 50,6 1,1 134,3 83,0 103,0 33,3

LLanadas 180,4 4,3 109,6 10,3 44,1 172,7 161,4 8,2 103,0 7,0 66,3 158,6 2,0 32,4 124,4 69,3 5,7 88,9 104,5 94,3

Montañita 89,9 190,2 20,4 107,8 59,0 6,3 181,8 20,1 105,5 1,6 18,2 176,2 46,8 4,6 69,0 82,7 33,7

Pozo 64,7 25,8 63,9 3,6 131,1 53,4 0,6 80,3 1,0 81,0 70,3 2,2 3,7 51,0 82,8 65,5 56,4 36,2

Primavera 60,8 1,9 168,9 6,6 183,0 38,5 46,2 5,9 102,9 8,0 225,1 56,6 148,4 3,4 118,9 171,0 28,3

Rosario 140,5 0,7 143,2 1,7 36,0 145,5 97,4 120,2 1,7 119,6 127,6 4,9 43,9 160,8 1,3 171,6 63,7 32,7

Salto Abajo 177,5 8,3 130,4 11,0 169,8 119,9 2,3 139,7 121,5 111,4 3,5 66,2 12,7 2,7 138,2 212,5 32,2

Salto Arriba 130,1 0,0 109,8 28,8 84,4 125,1 73,3 0,2 79,1 70,1 4,1 25,6 48,4 73,9 21,0 64,4 89,5 28,9

San Bosco 22,4 61,6 5,0 111,9 22,9 28,3 45,2 24,8 53,0 37,5 7,2 72,4 10,7 69,5 40,1 16,1

San José 98,1 200,9 45,5 62,2 68,7 1,3 171,7 0,6 77,4 82,8 3,2 33,9 74,3 82,6 129,8 109,7 13,9

Santa Cruz 162,9 0,8 184,6 1,1 77,4 79,5 156,9 1,3 160,4 55,7 126,2 3,1 28,3 111,5 61,8 4,6 154,3 83,5 58,1

Yarumos 120,0 0,1 105,1 3,0 84,5 123,9 0,4 87,3 16,8 80,8 2,9 83,7 11,0 19,4 53,6 55,7 76,3

Zona de expansión 0,3 5,4 0,3 61,2 8,3 94,1 12,6 10,4 0,0 55,2 1,9 83,9 23,2 73,8 16,2 1,7 64,2 68,8 2,5

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136

Tabla 12 a. Coberturas vegetales entre años

BOSQUE NATURAL

PRIMARIO (bn1)

BOSQUE SECUNDARIO

(bn2)

CULTIVO PERMANENTE

(cp)

CULTIVO TRANSITORIO

(ct) PLANTACIÓN (pl) PASTO

MEJORADO (pm) PASTO NO

MEJORADO (pn) RASTROJO BAJO (rb) VEREDA

1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 2007 Alto del Mercado 70 60 0 1 163 177 146 14 5 2 156 177 147 62 73 133 25

Area Urbana 3 7 0 28 27 12 3 2 72 56 62 11 18 27 2

Belén 8 5 1 100 41 30 13 18 12 9 170 134 64 10 61 77 11

Campo Alegre 1 47 28 2 1 3 71 127 53 11 0 5 54 107 77 17 49 82 14

Cascajo Abajo 70 58 3 3 128 165 88 11 14 3 1 116 178 130 34 68 115 28

Cascajo Arriba 72 47 2 80 150 99 52 0 64 126 82 64 70 128 18

Chagualo 1 14 12 3 49 54 42 4 5 1 76 13 57 11 19 28 8

Chocho Mayo 103 83 4 2 7 111 198 150 18 1 25 97 142 101 90 85 80

Cimarronas 18 48 0 30 58 25 0 14 6 3 22 26 60 39 51 53 17

El Porvenir 58 64 17 7 57 55 68 33 19 12 72 112 108 58 46

El Socorro 79 75 2 2 120 143 108 2 3 73 116 111 69 56 99 40

Gaviria 8 91 112 3 3 187 204 151 88 11 111 3 179 66 132 56 84 88 44

La Asunción 103 86 13 0 86 110 108 7 94 75 113 40 70 112 28

La Esmeralda 51 29 0 4 72 118 110 31 33 53 51 15 19 33 35

La Esperanza 0 64 37 0 16 86 171 97 1 2 0 73 132 106 24 45 99 50

La Inmaculada 113 85 5 9 6 35 113 103 66 8 7 23 55 102 127 90 91

La Milagrosa 3 96 93 10 88 148 117 54 18 53 105 104 90 70 61 52

La Peña 90 76 8 0 8 69 128 81 6 3 3 1 14 47 113 92 111 91 49

Las Mercedes 69 54 1 0 0 134 139 124 2 0 119 106 83 24 51 103 33

LLanadas 2 180 161 32 4 8 124 110 103 69 10 7 6 44 66 89 173 159 105 94

Montañita 2 90 59 18 6 176 190 182 47 5 20 20 69 108 106 83 34

Pozo 2 65 53 4 26 1 51 64 80 83 1 4 81 66 131 70 56 36

Primavera 61 46 2 6 148 169 103 7 8 3 183 225 119 39 57 171 28

Rosario 141 97 5 1 44 143 120 161 2 2 1 36 120 172 146 128 64 33

Salto Abajo 178 120 3 8 2 66 130 140 13 3 11 122 138 170 111 212 32

Salto Arriba 4 130 125 26 0 48 110 73 74 0 21 29 79 64 84 70 89 29

San Bosco 22 28 7 72 62 45 11 5 25 112 53 69 23 37 40 16

San José 3 98 69 34 1 74 201 172 83 1 46 77 130 62 83 110 14

Santa Cruz 3 163 157 28 1 1 111 185 160 62 1 5 77 56 154 80 126 83 58

Yarumos 3 120 124 0 0 84 105 87 11 19 3 17 54 84 81 56 76

Zona de expansión 0 5 10 0 0 74 61 55 16 8 2 2 94 84 64 13 23 69 3

2 0 32 2471 2109 211 75 88 2769 3854 3032 1038 114 196 107 2080 2649 2949 2084 2290 2700 1125

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137

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Tabla 14. Cambios por vereda

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Tabla 15. Conflictos por año y por vereda

ADECUADO ADECUADO CON CONDICIONES INADECUADO ÓPTIMO SUBUTILIZADO

VEREDA 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007 1992 2001 2007

Alto del Mercado 0,1 0,0 37,1 160,9 162,4 327,8 241,8 237,0 66,0 47,0 41,2 37,9 20,5 19,2 3,6

Area Urbana NO HAY

NO HAY 4,3 22,2 15,3 28,3 30,5 21,0 12,5 29,5 26,9 15,4 0,7 2,4 1,5

Belén 1,3 0,3 74,6 102,8 105,1 72,6 56,9 53,2 58,6 84,0 80,7 46,2 2,3 1,4 3,8

Campo Alegre 0,2 0,0 10,1 66,5 93,0 147,4 149,4 125,8 78,3 24,1 21,8 11,4 6,4 4,0 3,1

Cascajo Abajo 0,4 0,1 18,1 122,3 145,5 257,6 225,2 200,0 98,0 37,5 38,4 19,3 15,8 12,7 6,7

Cascajo Arriba NO HAY

NO HAY 17,2 135,7 130,9 196,6 149,2 162,1 95,8 50,2 37,6 33,1 15,6 9,7 6,7

Chagualo 0,6 0,2 16,0 56,3 24,8 78,7 75,2 47,1 36,0 26,4 12,8 12,6 1,6 2,1 2,0

Chocho Mayo NO HAY 0,7 11,5 166,3 159,0 299,8 213,9 227,2 81,5 31,7 26,9 25,9 16,5 14,1 12,5

Cimarronas 0,0 NO HAY 3,7 53,4 79,4 101,3 80,9 52,5 34,3 12,1 14,1 13,2 5,0 8,7 2,8

El Porvenir 1,3 0,5 3,9 118,8 127,0 133,0 133,7 124,5 116,9 2,9 4,0 2,8 4,1 3,4 2,9

El Socorro 0,2 0,0 26,8 100,6 97,6 162,4 210,4 208,3 148,2 42,2 41,9 23,0 12,6 12,2 4,8

Gaviria 0,4 13,0 24,4 168,0 218,9 252,4 311,1 245,6 216,4 46,7 33,6 33,7 14,4 16,6 13,1

La Asunción NO HAY 0,3 11,5 117,8 106,2 204,3 167,4 173,1 99,3 50,3 50,1 25,0 11,6 9,7 4,3

La Esmeralda 0,1 0,2 16,3 53,6 41,7 99,7 120,9 135,3 75,6 29,2 30,6 17,2 12,5 7,7 8,4

La Esperanza 0,0 2,8 21,8 79,2 79,8 185,3 206,2 209,2 103,9 42,4 31,5 13,6 6,6 4,3 9,1

La Inmaculada 0,9 0,8 5,7 175,7 133,8 196,9 145,9 187,7 116,8 17,6 14,2 13,4 4,6 7,3 11,9

La Milagrosa NO HAY

NO HAY 17,7 173,8 169,9 234,4 175,8 180,1 96,8 28,7 22,7 26,4 9,1 12,1 9,8

La Peña NO HAY 0,6 13,3 148,9 181,0 245,4 149,2 112,4 48,5 10,3 16,9 13,6 19,7 13,8 6,5

Las Mercedes NO HAY

NO HAY 40,1 114,6 110,4 214,5 171,5 159,7 70,1 52,6 52,6 15,8 14,6 12,8 5,6

LLanadas 1,0 2,6 43,7 221,4 218,9 233,9 182,0 171,5 181,8 94,6 89,2 35,8 22,4 18,8 10,2

Montañita NO HAY 4,0 37,3 150,1 130,8 159,2 188,1 180,5 130,6 49,0 41,4 56,9 21,0 15,9 12,7

Pozo 1,8 0,5 5,1 134,5 118,6 156,3 131,8 146,5 114,5 11,0 10,5 7,0 9,9 10,4 6,1

Primavera 1,5 2,4 34,1 96,9 114,5 165,1 250,7 243,8 216,3 92,0 71,7 27,7 18,1 11,3 10,5

Rosario NO HAY

NO HAY 3,2 237,8 223,9 268,6 190,8 211,8 174,2 18,9 16,7 16,7 20,1 14,0 4,7

Salto Abajo 0,5 1,0 4,3 215,1 173,8 250,1 197,9 239,3 130,7 6,6 6,3 5,3 15,7 12,0 6,0

Salto Arriba NO HAY 0,1 2,5 167,1 170,1 200,7 166,3 152,3 134,5 11,0 17,4 10,1 8,6 6,6 2,3

San Bosco 0,9 1,7 14,5 74,7 77,0 103,0 97,8 80,0 54,6 46,7 22,7 23,7 3,6 7,6 5,2

San José NO HAY

NO HAY 14,9 162,2 166,8 259,8 180,6 182,7 100,9 32,3 30,0 23,7 31,7 22,9 8,8

Santa Cruz NO HAY

NO HAY 22,1 204,3 232,0 296,5 237,4 206,9 151,0 40,6 44,7 27,5 24,0 16,9 4,2

Yarumos 0,1 NO HAY 11,0 160,8 151,3 182,3 110,8 118,8 74,8 31,4 21,4 21,4 9,5 17,5 20,1

Zona de expansión 0,4 0,1 37,3 64,9 55,7 98,5 76,4 68,0 41,0 34,5 39,9 25,2 1,5 3,5 2,1

AREA TOTAL 11,7 32,0 604,0 4027,2 4015,2 5812,4 5025,9 4864,1 3158,3 1134,2 1010,7 680,7 380,2 331,5 212,4

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Tabla 16. Principales cambios en Conflictos entre 1992 y 2007

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Tabla 17. Pastizales y cultivos en dos categorías de conflicto por año

ADECUADO CON CONDICIONES INADECUADO

1992 2007 1992 2007

PASTIZALES CULTIVOS PASTIZALES CULTIVOS PASTIZALES CULTIVOS PASTIZALES CULTIVOS VEREDA

Alto del Mercado 85 24 240 68 104 136 11 54

Area Urbana 20 1 24 4 15 15 9 4

Belén 88 1 60 5 32 17 29 24

Campo Alegre 20 5 190 47 39 110 31 66

Cascajo Abajo 51 10 190 47 77 143 31 66 Cascajo Arriba 69 10 167 17 33 116 18 78

Chagualo 33 1 60 10 38 35 12 24

Chocho Mayo 62 17 100 15 45 169 43 72

Cimarronas 31 NO HAY 80 8 21 51 15 17

El Porvenir 57 8 69 22 72 62 55 62

El Socorro 35 1 105 32 82 128 82 67

Gaviria 81 3 149 61 123 184 48 167

La Asunción 30 5 134 36 74 94 58 41

La Esmeralda 17 NO HAY 67 13 23 98 11 64

La Esperanza 18 6 123 34 63 143 64 40 La Inmaculada 55 13 100 15 46 99 4 72

La Milagrosa 68 3 132 38 53 123 17 72

La Peña 54 3 173 23 52 96 25 23

Las Mercedes 49 10 150 38 78 93 20 42

LLanadas 70 1 93 33 99 75 64 115

Montañita 54 10 98 25 43 145 31 99

Pozo 65 11 99 23 63 69 18 97

Primavera 61 5 134 22 119 129 123 91

Rosario 94 23 199 37 73 117 28 145

Salto Abajo 58 12 197 30 83 115 90 39

Salto Arriba 42 1 122 19 64 103 27 74

San Bosco 48 4 72 21 51 44 11 43

San José 60 5 209 36 34 147 18 83

Santa Cruz 52 9 180 26 77 160 38 109

Yarumos 43 3 78 17 24 86 19 45 Zona de Expansión 56 2 83 0 28 44 21 18

AREA TOTAL POR

COBERTURA 1626 207 3878 822 1826 3147 1071 2013

AREA TOTAL DE LA

CATEGORÍA 4142 5938 5117 3245

% COB DEL AREA

CATEGORÍA 39 5 65 14 36 61 33 62

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Tabla 18. Variables Sociales

No DE HOGARES No DE VIVIENDAS

Familias que son propietarias

Viviendas con agua potable

Viviendas con sistema de eliminación de

excretas

Viviendas con manejo adecuado de desechos

sólidos

Viviendas que utilizan el servicio de gas

CALIDAD VIDA POR VEREDA

NOMBRE VEREDA

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

2001 2007 2007-2001

ALTO DEL MERCADO

215 193 -22 180 193 13 78 47 -31 166 193 27 120 1 -119 59 3 -56 109 85 -24 3,09 3,34 0,3

BELEN 511 268 -243 380 275 -105 190 123 -67 361 266 -95 323 110 -213 342 0 -342 380 237 -143 3,5 4,02 0,5

CAMPO ALEGRE 154 127 -27 130 228 98 60 56 -4 0 104 104 83 20 -63 37 0 -37 69 70 1 3,02 2,75 -0,3

CASCAJO ABAJO 185 185 0 152 185 33 148 80 -68 0 180 180 132 10 -122 12 0 -12 0 87 87 3,15 3,09 -0,1

CASCAJO ARRIBA 121 115 -6 101 115 14 60 60 0 0 105 105 79 15 -64 9 0 -9 43 52 9 3,02 2,76 -0,3

CHAGUALO 112 140 28 96 134 38 50 58 8 0 134 134 63 44 -19 2 7 5 47 100 53 2,88 3,3 0,4

CHOCHO MAYO 178 137 -41 149 137 -12 96 44 -52 135 86 -49 124 5 -119 0 1 1 38 65 27 2,78 3,41 0,6

CIMARRONAS 149 87 -62 127 87 -40 45 42 -3 119 83 -36 71 15 -56 101 25 -76 101 65 -36 3,29 3,14 -0,2

EL PORVENIR 60 50 -10 52 51 -1 30 29 -1 33 33 0 33 0 -33 7 0 -7 13 21 8 2,85 2,25 -0,6

EL ROSARIO 129 133 4 113 133 20 73 94 21 66 118 52 76 3 -73 27 0 -27 43 36 -7 3,04 3,04 0,0

EL SOCORRO 81 94 13 72 94 22 27 38 11 66 94 28 40 0 -40 32 1 -31 56 49 -7 2,95 3,13 0,2

GAVIRIA 225 265 40 202 265 63 90 89 -1 167 200 33 126 15 -111 202 0 -202 180 112 -68 3,76 3,57 -0,2

LA ASUNCION 99 80 -19 87 80 -7 50 36 -14 77 80 3 60 1 -59 14 0 -14 43 41 -2 3,16 3,57 0,4

LA ESMERALDA 118 120 2 106 121 15 76 78 2 100 115 15 95 9 -86 0 0 0 33 58 25 3,17 3,39 0,2

LA ESPERANZA 136 161 25 114 161 47 44 92 48 98 154 56 80 15 -65 29 5 -24 64 103 39 3,11 3,39 0,3

LA INMACULADA 55 78 23 49 78 29 37 35 -2 31 71 40 37 7 -30 15 0 -15 7 11 4 2,63 2,66 0,0

LA MILAGROSA 154 70 -84 117 70 -47 52 24 -28 0 61 61 90 10 -80 3 3 0 117 16 -101 2,8 2,77 0,0

LA PEÑA 89 75 -14 82 69 -13 25 13 -12 57 69 12 53 10 -43 33 0 -33 56 25 -31 2,97 3,13 0,2

LA PRIMAVERA 160 262 102 137 258 121 35 109 74 129 250 121 80 0 -80 65 48 -17 99 183 84 3,36 3,64 0,3

LAS MERCEDES 163 184 21 144 179 35 99 125 26 110 169 59 129 10 -119 8 0 -8 41 125 84 3,34 3,57 0,2

LLANADAS 126 97 -29 100 97 -3 55 30 -25 0 57 57 98 0 -98 15 0 -15 46 44 -2 2,87 3,2 0,3

MONTAÑITA 240 262 22 214 274 60 96 144 48 132 119 -13 120 0 -120 53 50 -3 103 37 -66 2,92 2,87 0,0

POZO 153 111 -42 134 114 -20 93 57 -36 0 109 109 105 7 -98 35 0 -35 37 32 -5 3,07 2,54 -0,5

SALTO ABAJO 104 82 -22 89 80 -9 46 55 9 47 61 14 54 0 -54 29 2 -27 43 50 7 3,13 2,6 -0,5

SALTO ARRIBA 122 55 -67 98 80 -18 58 35 -23 61 76 15 81 6 -75 11 0 -11 49 40 -9 3,13 3,47 0,3

SAN JOSE 158 157 -1 137 157 20 62 56 -6 127 75 -52 100 1 -99 35 0 -35 83 75 -8 3,08 3,13 0,0

YARUMOS 116 56 -60 104 75 -29 31 18 -13 81 49 -32 59 0 -59 31 0 -31 53 50 -3 2,87 3,42 0,6

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3.5.1.3 Análisis estadístico de los Resultados Todas las variables registradas fueron sometidas a los siguientes análisis estadísticos en el software R, y los resultados obtenidos fueron analizados con base en los postulados de Lertner y Bishop, (1986); Becker et al., (1988); Chamber & Harare, (1992); Jonhson & Wickern, (1998). GRÁFICO DE PUNTOS: Análisis que permite apreciar la frecuencia de los datos y por lo tanto inferir que el descriptor estadístico más adecuado para analizar los datos obtenidos es la mediana. BOXPLOT: Diagrama se usa cuando se necesita la mayor información acerca de la distribución de los datos. Como la mediana es un descriptor más apropiado para analizar los datos de esta investigación se utilizó este gráfico para comparar los cambios entre años y analizar la dispersión de los datos. STARPLOT: es un gráfico que se utiliza para examinar el comportamiento relativo de todas las variables en una serie multivariada de datos. En esta investigación se utilizó este gráfico para comparar las similitudes en coberturas vegetales y categorías de conflicto entre veredas. HISTOGRAMAS Y COLUMNAS: estos gráficos se utilizaron para facilitar la comparación de las variables sociales de los años 2001 y 2007 CLUSTER: este gráfico se utilizó para encontrar las similitudes entre las veredas con la información social de cada año. En el anexo 15 se pueden ver los gráficos de estos análisis suya interpretación se enuncia a continuación de acuerdo a la manera como fue procesada la información: Coberturas Vegetales105 La cobertura vegetal más afectada por el cambio entre los tres años fue Cultivos Transitorios que de 1992 a 2001 disminuyó un 23% y entre 2001 y 2007 disminuyó 66%, para una disminución total del 74% entre 1992 y 2007. Este cambio se dio principalmente a costa del incremento en pastos mejorados. Sin embargo, de las 3854 ha que en 1992 estaban sembradas con cultivos transitorios 3147 ha fueron clasificadas en la categoría de conflictos como uso INADECUADO y 207 ha como uso ADECUADO CON CONDICIONES. Las veredas que más área tenían con cultivos transitorios en 1992 fueron Gaviria y San José, y las que menos área tenían fueron el Área urbana y Belén. Durante este año todas las veredas tuvieron área con Ct, al igual que en 2001 pero en el 2007 esta cobertura desapareció en el Área Urbana, y en las veredas El Socorro, Las Mercedes y Primavera. A pesar de que la constante fue la disminución en el área cubierta con esta cobertura entre 1992 y 2001 hubo un ligero incremento en las veredas El Porvenir, Pozo y Salto Abajo. Entre 2001 y 2007 se dio de nuevo un ligero incremento en la vereda Pozo y en la vereda Rosario hubo un incremento más significativo.

105 Ver gráficos estadísticos en el anexo 17.

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El Bosque Secundario es la otra cobertura significativamente afectada por la disminución en el área en un 90% entre 1992 y 2007, pero la disminución se dio sobre todo entre el 2001 y el 2007. Las veredas que en 2007 quedaron sin esta cobertura fueron Belén, Cascajo Abajo, Cimarronas, El Porvenir, La Esmeralda, Pozo, Yarumos y la Zona de Expansión. La vereda con más área cubierta con esta cobertura fue Llanadas. Los Cultivos Permanentes tuvieron un incremento del 87% entre 1992 y 2007, y muchas veredas que no tuvieron esta cobertura en 1992 y 2001 pasaron a tenerla, especialmente el incremento se dio en Gaviria, Montañita y Alto del Mercado. El cambio se dio principalmente a costa de cultivos transitorios, pasto mejorado y bosque secundario. Con respecto a los Pastizales, en sus dos categorías de pastos mejorados y pastos no mejorados, fue la categoría con mayor área durante los tres años y también tuvo incrementos significativos en las dos subcategorías aunque no en la misma proporción que se incrementó el área con cultivos permanentes. Los cambios se dieron principalmente a costa de los cultivos transitorios y bosque secundario. La vereda con más pasto mejorado en 1992 y 2001 fue Primavera pero en el 2007 la que más área tuvo con esta cobertura fue Rosario. En cuanto al pasto no mejorado la vereda con mayor área en 1992 y 2001 fue Llanadas, mientras que en el 2007 fue Salto Abajo. Durante los tres años todas las veredas tuvieron área con esta cobertura. El Bosque Natural tuvo un incremento del 94% entre 1992 y 2007 aunque es la cobertura con menor área en los tres años. La vereda en la que se dio el incremento más significativo fue Gaviria pero de las 31 veredas analizadas sólo 11 tuvieron esta cobertura en 2007. En cuanto a las Plantaciones hubo un incremento entre 1992 y 2001 del 42% pero entre 2001 y 2007 hubo una disminución del 33%. Aún entre 1992 y 2007 hubo un ligero incremento del 13%. A pesar de este incremento en el 2007 muchas veredas perdieron el área con esta cobertura como Alto del Mercado, Área Urbana, Campo Alegre, Cascajo Abajo, Chagualo, El Socorro, La Esperanza, Las Mercedes y San Bosco. Mientras que en veredas como La Inmaculada, La Milagrosa, Montañita, Salto Abajo y Yarumos, lo que se dio fue la aparición de la cobertura en 2007, cuando en los dos años anteriores no la hubo. Finalmente, aparecen los Rastrojos Bajos, cobertura que sólo fue identificada en 2007 por lo tanto no es posible hacer comparaciones para saber cuál fue el comportamiento en los años anteriores. Aún así se puede decir que la aparición de esta cobertura desde 1992 se dio a costa de bosque secundario, cultivo transitorio y pasto no mejorado. Desde 2001 a costa de bosque secundario y pasto mejorado.

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Conflictos Por Uso Del Suelo106 En la siguiente tabla aparece el área total en cada una de las categorías de conflicto por año y el porcentaje que representan de acuerdo al área del mapa de suelo (10946 ha) con base en el cual se creó el mapa de conflictos. Se debió realizar la ponderación con respecto a esta área porque como se puede apreciar el área total de los mapas de coberturas no es la misma. De esta manera se puede ver que de 1992 a 2007 hubo una disminución del 15% en el uso INADECUADO del suelo, en la categoría ÓPTIMO hubo una disminución del 4% y en la categoría SUBUTILIZADO en términos ECONÓMICOS hubo una disminución del 1,5%. Mientras que en el uso ADECUADO CON CONDICIONES hubo un incremento del 16% y en la categoría ADECUADO hubo un aumento del 5.2%. En términos generales se puede decir que hubo una mejoría en los usos del suelo desde 1992 a 2007 y como el cambio en 2001 no fue significativamente diferente a 1992 los análisis por vereda se realizarán entre estos dos años.

CONFLICTO CON CLASE DE SUELO

1992 % ÁREA 2001

% ÁREA 2007

% ÁREA

ADEC 11,7 0,1 32,0 0,3 604,2 5,5 ADEC_CON 4142,4 37,8 4015,6 36,7 5937,9 54,2 INAD 5117,1 46,7 4864,1 44,4 3244,7 29,6 OPT 1153,0 10,3 1010,7 9,2 688,9 6,3 SUBU_E 384,1 3,5 331,5 3,0 221,1 2,0 10808,2 98,5 10253,9 93,7 10696,8 97,7

USO ADECUADO Entre 1992 y 2007 hubo un incremento significativo en esta categoría pasando de tener en 1992 11.7 ha a tener 604 en 2007. Las veredas en las que más se incrementó el área en esta categoría entre 1992 y 2007 fueron Belén, Llanadas, Las Mercedes, Zona de Expansión y Montañita. Las veredas que menos área tuvieron fueron Salto Arriba, Rosario, Cimarronas, El Porvenir y Área Urbana. Se debe resaltar que en 1992 las veredas Las Mercedes, Montañita, Santa Cruz, La Milagrosa, Cascajo Arriba, San José, La Peña, La Asunción, Chocho Mayo, Rosario, Salto Arriba y el Área Urbana no tuvieron área cubierta en esta categoría, mientras que en 2007 todas las veredas mencionadas sí tuvieron cobertura vegetal en esta categoría. USO ADECUADO CON CONDICIONES Las veredas en las que más se incrementó el área en esta categoría entre 1992 y 2007 fueron Alto del Mercado, Cascajo Abajo, Chocho Mayo, La Esperanza y

106 Ver gráficos estadísticos en el anexo 18.

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Las Mercedes. Las veredas que menos área tuvieron fueron Belén, Área Urbana, Montañita, Llanadas y El Porvenir. Como esta fue una de las categorías en las que se dio un cambio significativo entre los dos años de referencia y dados los intereses de esta investigación, se analizaron con detalle los cambios por vereda para las coberturas vegetales pastizales y cultivos, agrupadas. De esta manera es posible decir que en 1992 los pastizales tenían más área en esta cobertura (1626 ha) que los cultivos (207 ha). Las veredas con más área en pastizales fueron Rosario, Belén, Alto del Mercado, Gaviria y Llanadas, y las veredas con menos área fueron La Esmeralda, La Esperanza, Área Urbana, Campo Alegre y La Asunción. Con respecto a los cultivos las veredas que más área tuvieron con esta cobertura fueron Alto del Mercado, Rosario, Chocho Mayo, La Inmaculada y Salto Abajo. Las veredas Cimarronas y La Esmeralda no tuvieron cultivos en esta categoría de conflicto y las que menos área tuvieron fueron Llanadas, El Socorro, Área Urbana, Chagualo y Salto Arriba. En el 2007 el área con pastizales dentro de esta categoría siguió siendo superior (3878 ha) al área con cultivos (822 ha) e incluso aumentó significativamente con respecto a 1992. Las veredas con más área en pastizales en esta categoría fueron Alto del Mercado, San José, Rosario, Salto Abajo y Campo Alegre, mientras que las que menos área tuvieron fueron el Área Urbana, Belén, Chagualo, La Esmeralda, El Porvenir y San Bosco. En cuando a los cultivos Alto del Mercado, de igual manera que con pastizales, tuvo el área más grande con esta cobertura, seguida por Gaviria, Campo Alegre, Cascajo Abajo, Las Mercedes y La Milagrosa, mientras que las veredas que menos área tuvieron fueron la Zona de Expansión, el Área Urbana, Belén, Cimarronas y Chagualo. En todas las veredas el principal cambio hacia esta categoría de conflicto se hizo a costa de la categoría INADECUADO. USO INADECUADO Entre 1992 y 2007 hubo una disminución significativa en esta categoría pasando de tener 5026 ha a tener 3158 (una disminución de 1868 ha). Las veredas en las que más disminuyó el área fueron Alto del Mercado, Chocho Mayo, Cascajo Abajo, La Esperanza y Las Mercedes. En todas las veredas hubo una disminución excepto en Belén. De la misma manera que con la categoría anterior, se analizó lo sucedido con los pastizales y los cultivos. En 1992 los cultivos tuvieron más área en esta categoría (3148 ha) que los pastizales (1826 ha). Las veredas que más área tuvieron con pastizales fueron Gaviria, Primavera, Alto del Mercado, Llanadas y Salto Abajo, las que menos área tuvieron fueron Área Urbana, Cimarronas, La Esmeralda, Yarumos y la Zona de Expansión. La vereda Gaviria también fue la que más área tuvo con cultivos, seguida por Chocho Mayo, Santa Cruz, San José y Montañita, las veredas que menos área tuvieron fueron Área Urbana, Belén, Chagualo, Zona de Expansión y Montañita. En el 2007 hubo una disminución en ambas coberturas vegetales pero los cultivos siguieron teniendo más área (2013 ha) que los pastizales (1071 ha). Las veredas que más área tuvieron en pastizales fueron Primavera, Salto Abajo, El Socorro,

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Llanadas y La Esperanza, mientras que las veredas que tuvieron menos área fueron La Inmaculada, Área Urbana, San Bosco, La Esmeralda y Alto del Mercado. Las veredas que más área tuvieron en cultivos durante este año fueron Gaviria, Rosario, Llanadas, Santa Cruz y Montañita, y las veredas que menos área tuvieron son Área Urbana, Cimarronas, Zona de Expansión, La Peña y Belén. Los cambios en esta categoría se dieron principalmente a costa del incremento en la categoría ADECUADO CON CONDICIONES. USO ÓPTIMO Entre 1992 y 2007 hubo una disminución de 1134 a 681 ha. Las veredas más afectadas por esta disminución fueron Primavera, Llanadas, Belén, Las Mercedes y La Esperanza. Las únicas veredas en las que hubo un incremento en el área dentro de esta categoría fueron Montañita, La Peña y Cimarronas. USO SUBUTILIZADO Entre 1992 y 2007 hubo una disminución en esta categoría de 380 a 212 ha. Las veredas más afectadas por esta disminución fueron San José, Santa Cruz, Alto del Mercado, Rosario y La Peña. Las veredas en las que hubo un incremento del área en esta categoría fueron Yarumos, La Inmaculada y La Esperanza. Finalmente, es posible decir que tal como puede apreciarse en la Tabla 14 los principales cambios que se dieron entre las categorías de conflicto por vereda fueron: Uso Inadecuado a Uso Adecuado con Condiciones Uso Adecuado con Condiciones a Uso Inadecuado Uso Adecuado con Condiciones a Uso Adecuado Uso Óptimo a Uso Inadecuado Información social107 El análisis de la información social de los años 2001 y 2007 permite decir que en todas las veredas hubo disminución en alguna de las siete variables analizadas. Las veredas en las que todas las variables disminuyeron fueron Belén, Cimarronas y Yarumos. Las veredas más afectadas por la disminución en el número de viviendas fueron Belén, La Milagrosa, Cimarronas, Yarumos y Pozo. Las veredas en las que más disminuyó el número de hogares fueron Belén, La Milagrosa, Salto Arriba, Cimarronas y Yarumos. En las que más disminuyó el número de familias propietarias fueron Cascajo Abajo, Belén, Chocho Mayo, Pozo y Alto del Mercado. En las que más disminuyó el número de viviendas con agua potable fueron Belén, San José, Chocho Mayo, Cimarronas y Yarumos. En las que más disminuyó el número de viviendas con sistema de eliminación de

107 Ver gráficos estadísticos en el anexo 19.

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excretas fueron Belén, Cascajo Abajo, Montañita, Alto del Mercado y Chocho Mayo. En las que más disminuyó el manejo adecuado de desechos sólidos fueron Belén, Gaviria, Cimarronas, Alto del Mercado y Campo Alegre. En las que más disminuyó el número de viviendas que utilizan el servicio de gas fueron Belén, La Milagrosa, Gaviria, Cimarronas y La Peña. En la Tabla 19 se registran las principales veredas en las que se incrementó el área en cada una de las categorías de conflicto y en las que disminuyó el valor de las variables sociales. 3.5.1.4 Discusión sobre los Resultados En el anexo 13 aparece un cuadro comparativo entre los usos del suelo propuestos por el PBOT de 2000 y la compilación y modificación realizada en 2007 por medio del Acuerdo 098, en el que es posible apreciar que la aptitud de uso predominante en el Municipio (Cobertura permanente) fue acogida mediante el desestímulo del uso del suelo en cultivos transitorios y el propósito de concentrarlos en la zona Nororiental del Municipio, que es la destinada para Distrito Agrario. Esto se refleja en los mapas de coberturas vegetales para los tres años de referencia108 aunque la vereda Gaviria, ubicada en esta zona, es la que más área tiene en uso INADECUADO y la segunda con más área un uso SUBUTILIZADO. Asimismo, los parches con cultivos transitorios en la zona Noroccidental, en las veredas El Porvenir, Rosario, Llanadas y Salto Arriba; y en la zona Sur, en las veredas Cascajo Arriba y La Esperanza, son inadecuados para los atributos del suelo109. Adicionalmente, los resultados en las categorías de conflicto y las variables sociales permiten inferir que la problemática identificada en las principales microcuencas del Municipio se sigue presentando. Prueba de ello es que las veredas más afectadas por el incremento en el área en las categorías de uso INADECUADO y en la disminución del área en las categorías ADECUADO y ÖPTIMO, así como por la disminución en las variables sociales, están ubicadas en dichas microcuencas como puede apreciarse en la Tabla 19 y en el registro fotográfico del estado actual de los pastizales en el Municipio110. Con respecto a este ecosistema debe decirse Desafortunadamente, este análisis sólo pudo hacerse con base en las coberturas vegetales que como se explicó anteriormente no reflejan siempre el uso y el sistema de manejo dado. En el Municipio no existen caracterizaciones vigentes de los sistemas de producción agrícola pero sobre todo de los sistemas de 108 Ver Mapas 5, 6 y 7 109 Ver Mapa 10. 110 Ver en el anexo 20 el registro fotográfico y en el Mapa 11 la ubicación de los puntos desde los que se hizo el registro.

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producción pecuaria. Sin esta información es muy difícil hacer una evaluación adecuada de las medidas que deben tomarse para contrarrestar el impacto de la problemática identificada. 3.5.2 Identificación de las funciones del ecosistema más afectadas En el anexo 21 aparece el registro fotográfico de algunas de las funciones que cumplen los pastizales en el Municipio. Debido a la escasez de información no fue posible cuantificar o calificar el cumplimiento de dichas funciones, para el caso de las funciones de regulación con la recuperación de taludes o la llanura de inundación de La Marinilla, no se tienen registros de la fuente de la(s) especies de pastos plantadas, ni del sistema de manejo o mantenimiento de los sembrado. Para el caso de la función de producción el Municipio sólo tiene estadísticas de los inventarios pecuarios111 pero no se tienen las caracterizaciones de los sistemas de producción, ni información clara sobre el funcionamiento de la Feria de Ganado, que se realiza todos los sábados y que por la afluencia de compradores y vendedores, es considerada la segunda más importante del Departamento112. Se recuerda que en el apartado 2.5.2 se pueden apreciar las variables que se deben analizar para identificar y evaluar la función producción y la función regulación atmosférica con la asimilación de CO2. 3.5.3 Identificación de la brecha de sostenibilidad De la misma manera que con la identificación de las funciones del ecosistema la poca información cualitativa y cuantitativa dificulta la identificación de la brecha de sostenibilidad. 3.6 APLICACIÓN DE HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS-DECISIÓN Para analizar este último paso de la metodología se exponen a continuación el análisis de la asistencia a dos espacios de participación que el Municipio utiliza para difundir y discutir las directrices de actuación del desarrollo rural. 1. El Cabildo Abierto del Concejo Municipal de Desarrollo Rural113 -CMDR-convocado el 17 de mayo de 2008 para discutir con la comunidad rural los resultados de los diagnósticos participativos por vereda para el componente rural

111 Ver anexo 22. 112 Ver en el anexo 23 el registro fotográfico de un día de Feria de ganado en el Municipio. 113 Estipulado para el Municipio con base en el Acuerdo No 55 de 1994 que fue compilado junto con las demás modificaciones, por el Acuerdo no 40 de 2009 “Por medio del cual se compilan los acuerdos municipales no 55 de 1994, 60 de 1996, 96 de 2000, 36 de 2002 y el 54 de 2005 que crearon y han modificado el Concejo Municipal de Desarrollo Rural del municipio de Marinilla y se establecen algunas modificaciones”

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del Plan de Desarrollo del Municipio. Con base en dichos resultados para los campesinos de Marinilla las necesidades más urgentes en el sector rural son:

• Mejorar las vías de acceso a las veredas • No subir la categoría en el SISBEN • Pintar las escuelas de las veredas • Ampliar el área de la escuela • Ampliar la cobertura del restaurante escolar

2. La Constituyente Rural –CR- convocada el 29 de mayo de 2009 para discutir los modelos de desarrollo rural propuestos para el reajuste del PBOT de 2000. La Alcaldía de Marinilla contrató con MASORA la revisión del PBOT de 2000, quien a su vez contrató a Jose Luis Duque Pineda y Virgiilio Chacón Castaño como coordinadores técnicos de la revisión. Por esta razón se realizó la Constituyente Rural con el objetivo de definir la vocación rural de Marinilla de acuerdo con la visión de sus habitantes. A esta instancia se llegó luego de realizar diferentes reuniones en las veredas que permitieron concluir que la comunidad de Marinilla no tiene una única vocación de desarrollo para el sector rural y por eso la Coordinación técnica de la revisión del PBOT sintetizó la visión de la comunidad en los siguientes modelos de desarrollo:

a) PARCELACIÓN Y URBANIZACIÓN DEL CAMPO. Facilitar un acelerado proceso de urbanización del sector rural con la consabida demanda de infraestructura física, desplazamiento campesino y transformación cultura y social.

b) DESARROLLO AGROECOLÓGICO SUSTENTABLE. Disciplina que provee los principios ecológicos básicos del ecosistema y los principios que regulan su funcionamiento. Producir limpio y vivir dignamente en armonía con la naturaleza.

c) MODELO AGROINDUSTRIAL. Sistema que potencia la transformación de los elementos producidos, agregándoles valor, eliminando intermediación y permitiendo cierto grado de industrialización de la actividad agrícola. Requiere inversión en maquinaria y equipos, y capacitación técnica a la población campesina.

d) DISTRITO AGROPECUARIO. Modelo de producción basado en la cultura y tradición, tendiente a la seguridad alimentaria; a mejorar los medios de producción y que puede involucrar otras actividades como la agroecología y el agroecoturismo.

e) MODELO AGROTURÍSTICO Y ECOTURÍSTICO. Aprovechar la actividad campesina tradicional para conocimiento y disfrute de turistas, generando alternativa económica para el campesino paralelo a su producción. Requiere infraestructura adecuada de servicios, capacitación y conocimiento del mercado potencial.

f) INDUSTRIALIZACIÓN. Utilización del territorio rural para la producción industrial y manufacturera a gran escala. Puede referirse a industria

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pesada, media o liviana. Se acuña el término de industria sin chimeneas para industrias poco contaminantes. Se requiere gran inversión en infraestructura y servicios.

Como el objetivo de la Constituyente era que la comunidad discutiera estos seis modelos de desarrollo el diagnóstico de la situación actual del Municipio se concentró en el análisis del tamaño de los predios en el sector rural del que se expusieron los siguientes resultados: El 29% del territorio rural tiene menos de 2ha y eso equivale al 75% de los 6156 predios registrados en Catastro hasta 2005. Los predios menores de 1 ha ocupan el 11% del territorio rural y el 52% de los propietarios están dentro de esta categoría. Los predios menores de 3300m2 son 1658 que equivalen al 25% de los predios, esto quiere decir que están por fuera de la norma mínima de construcción de CORNARE (que es de 3 viviendas en 1 ha) y con seguridad en cada uno de esos predios hay más de una vivienda. Si se tiene en cuenta lo que afirma el INCODER114 el área mínima para producir en Marinilla es de 3-5 ha ya que por debajo de esta área no es rentable producir pero como se ve en el diagnóstico anterior la realidad del Municipio está por debajo de la norma para producir y para construir viviendas. Sin embargo, Duque afirma que la experiencia dice que el problema para producir no está en el tamaño del predio sino en el manejo dado a la producción. Por eso y teniendo en cuenta las apreciaciones de la comunidad se propusieron las siguientes subdivisiones para resolver la parcelación que está por fuera de la norma. En la Zona de DA se está pidiendo que los predios de más de dos ha puedan bajar a 1 cuadra (antes sólo se podía bajar a 1ha), excepto en la zona de aptitud

114 114 RESOLUCIÓN No. 041 DE 1996. Determinación de extensiones para las UAFs ” Por la cual se determinan las extensiones de las unidades agrícolas familiares, por zonas relativamente homogéneas, en los municipios situados en las áreas de influencia de las respectivas gerencias regionales. De acuerdo a esta resolución Marinilla pertenece a la ZONA RELATIVAMENTE HOMOGÉNEA No. 9 VALLE DEL ABURRA Y EL ORIENTE CERCANO para la cual se definió la Unidad agrícola familiar (UAF): según la potencialidad de explotación, así: agrícola: 3-5 has.; mixta: 12-16 has. y ganadera: 27-37 has. La UAF fue definida en la Ley 160 de 1994 “Por la cual se crea el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino, se establece un subsidio para la adquisición de tierras, se reforma el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria y se dictan otras disposiciones” de la siguiente manera:

Se entiende por Unidad Agrícola Familiar (UAF), la empresa básica de producción agrícola, pecuaria, acuícola o forestal cuya extensión, conforme a las condiciones agroecológicas de la zona y con tecnología adecuada, permite a la familia remunerar su trabajo y disponer de un excedente capitalizable que coadyuve a la formación de su patrimonio. La UAF no requerirá normalmente para ser explotada sino del trabajo del propietario y su familia, sin perjuicio del empleo de mano de obra extraña, si la naturaleza de la explotación así lo requiere.

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forestal y de bosques de CORNARE, que no puede ser menor a 1 ha. Pero estos predios equivalen sólo al 25% de los propietarios y ocupan el 30% del territorio y no es aquí donde está el problema social de parcelación. El problema social empieza en los predios que tienen menos de dos ha, por eso se está proponiendo que los predios que están entre 5000 y 20000 m2 se puedan subdividir con base en la norma de CORNARE y a los que están entre 3300 y 5000, el Concejo Municipal y las JAC115 los analicen para ver si tienen resuelto los problemas de salubridad (tratamiento de aguas residuales) y para evitar que la parcelación sea para veraneantes. Si cumplen con los requisitos se pueden legalizar con el establecimiento de Unidades de Planificación Rural116, que lleguen hasta los 1500m2. Análisis de los dos eventos De los dos eventos es posible analizar los siguientes inconvenientes de la participación de la comunidad en los procesos de decisión:

� Los resultados del CMDR son preocupantes porque de las cinco propuestas realizadas por los campesinos para potenciar el desarrollo rural del Municipio, sólo es pertinente la propuesta de mejorar las vías de acceso a las veredas porque el estado actual117 afecta enormemente la entrada de los insumos necesarios para la producción agropecuaria y salida de los productos obtenidos (especialmente en la época de invierno). El resto de las propuestas no son consecuentes con el perfil de una comunidad campesina capacitada y formada en el desarrollo rural y que ha sido modelo a seguir en el departamento por su activa participación y constante programación de eventos relacionados con el sector rural.

� En la CR no hubo una adecuada presentación de los elementos técnicos

del ordenamiento territorial a partir de los cuales se deben proponer los modelos de desarrollo. Antes de enunciar dichos modelos la Coordinación técnica de la revisión del PBOT debió exponerle a la comunidad cuáles son los atributos y limitaciones que tiene el territorio para albergar determinado modelo de desarrollo. Después de este diagnóstico es que se proponen los modelos que estén más acordes con los atributos y limitaciones pero que

115 Juntas de Acción Comunal de cada vereda 116 DECRETO 3600 DE 2007 Por el cual se reglamentan las disposiciones de las Leyes 99 de 1993 y 388 de 1997 relativas a las determinantes de ordenamiento del suelo rural y al desarrollo de actuaciones urbanísticas de parcelación y edificación en este tipo de suelo y se adoptan otras disposiciones. Unidad de Planificación Rural. Instrumento de planificación de escala intermedia que desarrolla y complementa el plan de ordenamiento territorial para el suelo rural. 117 Ver en el anexo 24 el registro fotográfico del estado de las vías de acceso a las veredas.

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tengan en cuenta los deseos de la comunidad que se afectará por ellos. Ahora bien, si se analizan los modelos propuestos se puede concluir que el Municipio tiene tres principales preocupaciones en la organización del sector rural:

- Organizar el territorio para una producción agropecuaria con enfoque

agroecológico sustentable que permita al tiempo la explotación agro y ecoturística, y la producción agroindustrial.

- Organizar el territorio para atender la presión que está ejerciendo la industria proveniente del Valle de Aburrá.

- Organizar el territorio para atender la acelerada demanda por espacio para vivienda y recreación.

Estas necesidades quedaron plasmadas desordenadamente en los modelos propuestos por la Coordinación técnica de la revisión del PBOT, hecho que se agrava aún más cuando, como ya se mencionó, se pone a los campesinos a opinar sobre algo que tal vez en la práctica no pueda realizarse en algunos sectores del Municipio. Es necesario hacer un esfuerzo por homologar lo que se llama lenguaje técnico o académico, con el lenguaje que entienden los campesinos para que sea fructífera la participación de la comunidad en los escenarios de decisión de las políticas que afectan un territorio.

� Aunque es cierto que es muy difícil sostener el área mínima propuesta por

el INCODER para las UAF de un municipio que sólo tiene 118 km2, es necesario analizar con más detalle que tan adecuada es la propuesta de bajar hasta 1500 m2 el área de algunos predios, teniendo en cuenta sólo dos criterios para aprobar la subdivisión: que el predio tenga tratamiento para las aguas residuales y que la parcelación se haga para miembros de la familia propietaria y no para veraneantes. Estipular en el PBOT áreas tan pequeñas puede derivar en la urbanización del sector rural que no sólo es importante para la producción agraria, también nos proporciona muchas otras funciones ecosistémicas que deben considerarse para tomar estas decisiones.

� Finalmente debe decirse que el equipo técnico encargado de la revisión del

PBOT debería evaluar si la propuesta que se hizo en el 2000 para el establecimiento de un parque lineal recreativo en la llanura de inundación de la quebrada La Marinilla es adecuada para una zona que en las épocas de invierno está inundada118. De la misma manera, se debería evaluar que tan adecuado es tener ganado bovino y equino en esta zona, que a pesar de ser adecuada por la pendiente no lo es por la contaminación del agua con las heces fecales de los animales119

118 Ver en el anexo 25 las fotografías tomadas en mayo de 2009. 119 Ver el anexo 26

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Tabla 19. Principales veredas en las categorías de conflicto y en la disminución de las variables sociales

VEREDAS CON MENOS ÁREA EN USO

ADECUADO

VEREDAS CON MENOS ÁREA EN USO ADECUADO

CON CONDICIONES

VEREDAS CON MÁS ÁREA EN USO

INADECUADO

VEREDAS CON MENOS ÁREA EN

USO ÓPTIMO

VEREDAS CON MÁS ÁREA EN

USO SUBUTILIZADO

DISMINUCIÓN No

VIVIENDAS

DISMINUCIÓN No DE

HOGARES

DISMINUCIÓN FAMILIAS

PROPIETARIAS

DISMINUCIÓN VIVIENDAS CON AGUA POTABLE

DISMINUCIÓN VIVIENDAS

CON SISTEMA

ELIMINACIÓN DE

EXCRETAS

DISMINUCIÓN VIVIENDAS

CON MANEJO ADECUADO

DE DESECHOS SÓLIDOS

DISMINUCIÓN VIVIENDAS

QUE UTILIZAN GAS

Salto Arriba Belén Gaviria El Porvenir Yarumos Belén Belén

Cascajo Abajo Belén Belén Belén Belén

Rosario Chagualo Primavera Salto Abajo Gaviria La Milagrosa

La Milagrosa Belén San José

Cascajo Abajo Gaviria

La Milagrosa

Cimarronas La Esmeralda Llanadas Pozo Montañita Cimarronas Salto Arriba

Chocho Mayo

Chocho Mayo Montañita

Alto del Mercado Gaviria

El Porvenir Cimarronas Rosario Salto Arriba

Chocho Mayo Yarumos Cimarronas Pozo Cimarronas

Alto del Mercado

Campo Alegre Montañita

Salto Abajo San Bosco Santa Cruz Campo Alegre

La Inmaculada Pozo Yarumos

Alto del Mercado Yarumos

Chocho Mayo San José Cimarronas

Pozo El Porvenir El Socorro Chagualo Primavera Salto Arriba Pozo La Milagrosa Montañita Las Mercedes Pozo La Peña

La Inmaculada

Campo Alegre Salto Arriba Cimarronas Llanadas La Peña

Chocho Mayo Llanadas EL Porvenir Gaviria La Peña

Alto del Mercado

Campo Alegre Pozo Montañita

La Inmaculada La Milagrosa

Chocho Mayo Llanadas Salto Arriba

La Asunción San José El Socorro Salto Arriba

Yarumos Montañita El Porvenir La Esperanza

La Esperanza Salto Abajo

Campo Alegre La Asunción La Peña Llanadas Yarumos San José

Chocho Mayo El Socorro

La Inmaculada Rosario San José La Peña

Alto del Mercado Yarumos Salto Abajo Pozo El Rosario El Socorro

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4. CONSIDERACIONES FINALES

Esta investigación aporta una metodología de gestión de los pastizales desde el enfoque de la economía ecológica, que los reconoce como capital natural que cumple diferentes funciones que no pueden ser reemplazadas por capital manufacturado. Asimismo se hizo una propuesta metodológica para identificar el capital natural afectado por un proyecto de desarrollo. Para lograrlo, se ajustaron conceptual y operativamente los aportes realizados por Ekins et al., (2003) para identificar y evaluar el capital natural crítico, y por Escobar (2005) para hacer dicha identificación y valoración a partir de la plataforma de Sistemas de Información Geográfica. Los resultados obtenidos permiten plantear las siguientes consideraciones.

1) La propuesta de Ekins et al., (2003) fue elegida para el diseño de la metodología porque al hacer operativa la sostenibilidad de los ecosistemas con base en la evaluación del cumplimiento de funciones es posible valorar los diferentes aportes que hacen en el planeta. Además, por hacer uso del lenguaje económico facilita la inserción de criterios ecológicos en la visión preponderantemente económica de los procesos de producción humanos. No obstante, se identificaron algunos elementos conceptuales y operativos poco claros para el estudio de un ecosistema como los pastizales. Por eso se ofrecieron posibles alternativas de solución con base en los preceptos de la ecología y la agroecología, que ofrecen elementos para gestionar los sistemas productivos con una visión sistémica que los haga sostenibles ambiental, social y económicamente. Desafortunadamente, sólo fue posible ofrecer alternativas de identificación y evaluación para dos de las cuatro categorías de funciones de los ecosistemas: la función de producción de materias primas como alimento y la función de regulación atmosférica a través de la asimilación de CO2.

Los criterios agroecológicos permiten analizar la apropiación de los bienes y servicios ofrecidos por los pastizales como un proceso coevolucionista (Norgaard, 1984), en el sentido de que existe una interdependencia entre el ecosistema y el sistema socioeconómico que exige, a su vez, una mutua adaptación de ambos sistemas. Esto quiere decir que en la medida en la que el sistema socioeconómico modifica los ecosistemas, se ve obligado a su vez a adaptarse a los cambios introducidos en ellos, de manera que sea capaz de comprender los efectos de las modificaciones, adquiriendo nuevo conocimiento que le permita usarlos adecuadamente. Norgaard, (1987) considera que la coevolución es un proceso local, determinado por el conocimiento cultural, la tecnología y la organización social local, aspectos para los que se ofrecieron alternativas de evaluación en esta investigación que facilitan la gestión de los pastizales como capital natural.

2) La propuesta de Escobar (2005) fue elegida por ofrecer una metodología para identificar el capital natural crítico a partir de la plataforma SIG.

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Aunque este autor utilizó los SIG para simular y modelar el comportamiento de las variables seleccionadas en esta investigación se utilizaron principalmente para medir y representar el comportamiento de las temáticas objeto de análisis. De nuevo se aclara que el análisis realizado a esta propuesta no invalida las operaciones de carácter estadístico y matemático realizadas por el autor para explorar, resaltar y/o extraer información específica, a partir de las particularidades radiométricas de las diferentes bandas espectrales que componen las imágenes satelitales utilizadas en la investigación. Lo que se pretendió dar a entender es que los supuestos de valoración asignados a la información ofrecida por sensores remotos debe complementarse con otros procedimientos en SIG y con trabajo de campo. Por estas razones se propuso en esta investigación una alternativa para complementar el trabajo desarrollado por el autor en mención ya que la plataforma SIG es una herramienta que facilita el análisis de información pero debe seguirse explorando la manera como se le puede sacar el máximo provecho sin llegar a los reduccionismos de los modelos. De igual manera, debe resaltarse la necesidad de seguir explorando alternativas de manejo espacial de la información social para que se pueda incluir adecuadamente en los análisis y toma de decisiones.

3) La prueba piloto en el municipio de Marinilla para identificar las dificultades

de la aplicación de la metodología apropiada permitió identificar las siguientes principales limitaciones:

� la recopilación y acceso a la información, � la escala de análisis y � la necesidad de un equipo de trabajo interdisciplinario.

A pesar de que se accedió a la cartografía básica del Municipio en una escala de detalle adecuada para los propósitos del análisis, el Municipio no tiene diagnósticos actualizados de los problemas ambientales, sociales y económicos que lo afectan, ni tiene caracterizados los sistemas productivos y usos del suelo. No obstante haber contado con la colaboración de dependencias como la Secretaría de Agricultura y Planeación Municipal, para acceder a gran parte de la información utilizada en el desarrollo de la investigación, otras oficinas como Catastro no permitieron el acceso al número, área y propósito de uso de los predios del sector rural. Esta información hubiera facilitado la caracterización de los predios o la presentación de sugerencias para hacerlo.

En cuanto a la escala de análisis se debe decir que en esta investigación se intentó reconocer la dependencia del Municipio de unas directrices regionales que limitan y determinan la gestión que debe hacerse de los ecosistemas bajo su jurisdicción, para lo cual se partió de las estipulaciones del PBOT del Municipio del año 2000. Esta investigación ofrece elementos que deberían ser considerados en la actual revisión del PBOT porque en la versión de 2000, se establecieron los usos potenciales del suelo con base

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en las categorías de aptitud de uso, que pueden ser muy generales para tener en cuenta limitaciones de pendiente y susceptibilidad a la erosión de muchos sectores del Municipio. Por eso se sugiere partir de este reconocimiento y de la identificación de los posibles conflictos generados por usos del suelo inadecuados.

Con respecto a la situación de sostenibilidad de los ecosistemas del Municipio, específicamente de los pastizales, puede decirse que los usos del suelo propuestos en el PBOT de 2000 y la compilación y modificación realizada en el 2007, desestimularon el uso del suelo en cultivos transitorios, que era la categoría predominante en el Municipio, y lo concentraron en la zona Nororiental, que es la que tiene los atributos para sostenerla. El desestímulo a las coberturas no aptas se nota en las categorías de conflicto generadas, ya que los usos INADECUADO y SUBUTILIZADO disminuyeron entre los años 2001 y 2007, no obstante haber disminuido también el uso ÖPTIMO.

Los Pastizales, tanto en la categoría de pastos mejorados y pastos no mejorados, fue el ecosistema con mayor área en los tres años de análisis y también tuvo incrementos significativos en las dos subcategorías aunque no en la misma proporción en que se incrementó el área con cultivos permanentes. Dicho incremento se dio principalmente a costa de los cultivos transitorios y el bosque secundario. A pesar de que el Municipio tiene un área significativa cubierta con este ecosistema es muy poca la que se encuentra en uso INADECUADO y un alto porcentaje está en uso ADECUADO CON CONDICIONES. Sin embargo, las evidencias de deterioro en muchos sectores del Municipio120 exigen una gestión adecuada para que los sistemas de manejo aplicados sean consecuentes con las exigencias de los atributos del territorio y las actividades socioeconómicas de los habitantes del Municipio.

Para terminar debe decirse que a pesar de la precaria y desactualizada información, la escasez de recursos financieros y la ausencia de un equipo interdisciplinario, esta investigación es un aporte más en la búsqueda por gestionar los ecosistemas a partir de la identificación de las funciones que cumplen con una visión sistémica que reconoce la complejidad e incertidumbre que los caracteriza. El desafío por enfrentar es encontrar un indicador que cuantifique

120 Ver anexo 27

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