Taller de reflexión artística I

Jorge Noriega

Ensayo sobre la imagen

TPF REFLEXIÓN ARTÍSTICA XX

Poleri Chiara

Diseño gráfico

chiarapolerii@hotmail.com 97122

TPF

05/12/2017

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Biografía

Martina Elisa Montoya, nace el 7 de noviembre de 1994 en Buenos Aires, Argentina.

Para ella el arte “es una forma autentica de expresión. Una herramienta súper poderosa

para comunicar, donde la sensibilidad, la creatividad y la intuición se encuentran.”

Es una artista a la que le gusta romper con paradigmas del arte, estar en constante

búsqueda de libertad y así permitirse reinventarse. Estudió dibujo y pintura en Buenos

Aires con artistas como Camila Lamarca, Patricia Reca, Billy Waller, Eugenia Laprida y

Eleonora Esponda. Martina se destaca hoy en día por el arte viviente pero también hizo

ilustración, collage, murales, arte digital y fotografía artística.

Disfruta de participar en exposiciones, y llevar su arte a distintos eventos corporativos.

En el año 2015 participó en la Feria Anual Arte Espacio en el Hipódromo de San Isidro

como artista emergente. Su inserción en el arte viviente, en 2017 la relata así: “Empecé

pintando una pared de mi cuarto y le dije a una amiga de mi hermana que estaba en casa

si se animaba a entregarse a algo nuevo.”. Más aún sus obras fueron seleccionadas para

exponer en la Muestra Anual Ayudarte en el Centro Cultural Kirchner.

Se destaca por su búsqueda innovadora. Actualmente está enfocada en su proyecto de

Arte Viviente, una técnica artística en la cual ella considera que prisma la confusión entre

realidad y obra, porque intervienen personas y objetos que se van adentrando en la pintura

y generan un solo plano. Sus colores y su estilo desenfadado son una propuesta de

innovación y modernidad y su resultado es un cuadro original e irrepetible. (Martina

Elisa: Arte Viviente)

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Entrevista

1. ¿Cómo te surgió la idea de hacer arte viviente?

Había visto que la técnica se implementaba en otras partes del mundo, y realmente me

volvía loca. No conocía a nadie que lo hiciera acá y eso me parecía un gran desafío, sobre

todo porque combinaba las dos cosas que más me gustan: las personas y la pintura.

De chica amaba que me pinten la cara en los cumpleaños y siempre tuve alguna prenda

en mi placard pintada por mí, también recuerdo haber pintado caras de amigas con

acrílico. Entonces un día sin darme cuenta terminé mechando un poco de todo lo que me

gustaba.

Empecé pintando una pared de mi cuarto y le dije a una amiga de mi hermana que estaba

en casa si se animaba a entregarse a algo nuevo. Y desde ese día nunca pare.

2. ¿Qué es lo que más disfrutás de hacer arte viviente? ¿Qué cosas te permite que no

podes realizar con otro tipo de técnicas?

Amo esta técnica. Me encanta que contiene dos etapas muy especiales: una de soledad

absoluta y pura libertad cuando realizo los fondos y otra de completa conexión y

comunicación con la persona a la que pinto.

Además, se genera un efecto impactante, donde prima una confusión entre realidad y

obra. Es fantástico ver el proceso y como cada elemento se va adentrando en la pintura

generando un solo plano.

3. ¿Cuál es tu definición de arte?

Arte para mi es una forma autentica de expresión. Una herramienta súper poderosa para

comunicar, donde la sensibilidad, la creatividad y la intuición se encuentran.

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4. ¿Qué artista o artistas te inspiran?

Todos me inspiran, cualquier obra que vea despierta algo en mí siempre.

Pero creo que las obras que más llaman mi atención hoy son las de Klimt, Felipe Noe,

Andy Warhol, Basquiat, Claudio Roncoli, Emilio Pucci (diseñador).

Las postales Vintage, la moda de los 80, y los carteles que veo por las calles suelen

inspirarme mucho también.

5. ¿Cuál es el movimiento artístico con el que te sentís más identificada?

Podría ser POP ART.

Me cuesta decidir uno, me estaría encasillando en una cosa, y creo que al encasillarme no

me doy lugar a la mutación, a la apertura y a re inventarme. Siento que muchas veces se

espera que el artista se defina lo cual genera presión, ya que no todo está definido siempre.

6. ¿Cómo te describís como artista?

Soy una persona súper intuitiva, me escucho mucho a mi misma y avanzo hacia ahí. Me

conecto fácilmente con mis deseos y necesidades y desde ahí expreso. Soy auténtica,

trasparente, sensible, tengo carácter, me río de mi misma, estoy en búsqueda de libertad

constantemente y me gusta romper con paradigmas.

7. Antes de comenzar a pintar ¿tenés una idea previa sobre lo que querés transmitir? Si

es así ¿cómo lo reflejas?

Depende, hay muchas veces que arranco a pintar y no tengo la menor idea donde va a

terminar. Esas suelen ser las mejores obras.

En muchas otras ocasiones ya se hacia dónde voy porque tengo hecho un boceto previo

(sobre todo cuando se trata de un trabajo para alguna marca o empresa donde la idea es

compartida)

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8. ¿Cuán importante consideras que es el color en tus obras?

El color es fundamental, le da fuerza, carácter y sentido a la pintura.

9. ¿Qué buscas transmitir con tu arte?

Me gusta trasmitir la idea de que todo puede ser transformado en una obra de arte, que

nosotros mismos somos obra de arte. Que la autenticidad prueba que no hay un solo

camino, que la fórmula no es siempre la misma y que podemos romper con paradigmas.

10. ¿Qué crees que marca tu estilo como artista, aquello que le permite a uno reconocer

que es una obra tuya?

Creo que mi estilo está en la fuerza, en los trazos bien marcados, en los contornos oscuros,

en los contrastes de colores y en el juego que se genera de imaginación versus realidad.

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Ensayo sobre la imagen

En el siguiente ensayo se analizará la obra de la artista Martina Elisa Montoya con el fin

de destacar sus elementos más significativos y como estos encuadran en los distintos

movimientos que surgieron a lo largo de la historia, así como también como esta se

diferencia de los mismos. Antes de comenzar el análisis, cabe destacar que las obras de

arte de viviente de Martina Elisa constan de dos etapas: una de soledad absoluta y pura

libertad cuando realiza los fondos y otra de completa conexión y comunicación con la

persona a la que pinta.

Para empezar, durante el postimpresionismo, que surge en Francia en 1880, se utilizaban

colores vivos, pinceladas distinguibles y se plasmaban temas de la vida real llevando más

emoción y expresión a sus cuadros. Vincent Van Gogh, usaba el arte como medio de

expresar y no de imitar a la Naturaleza, él tenía pinceladas notorias y hacía utilización de

paletas brillantes y opulentas. Martina se asemeja en sus trazos bien marcados y en sus

formas con aspecto violento e independientes del mundo exterior. Además, ella al igual

que Paul Gauguin no intenta hacer una copia de la realidad visual, y por lo tanto no se

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encuentra ligada ni a paletas de colores que concuerden con la Naturaleza ni tampoco a

las leyes de la perspectiva para recrear el espacio.

Sumado a esto, en sus obras hace uso del recurso que imponía Henri de Tolouse-Lautrec,

él era un artista del postimpresionismo que comenzó a hacer afiches con el sistema

litográfico y utilizaba el contorno que permitía destacar la figura del fondo. En este caso,

se puede ver como la autora de la obra hace un contorno alrededor de los brazos, la

clavícula y en la pera, ella considera que los contornos oscuros es uno de los recursos que

marca su estilo y permite que el espectador reconozca sus pinturas.

En la paleta de la artista se ven colores brillantes y contundentes pero que no coinciden

con una realidad sino más bien expresan una libertad pictórica. Es por esto, que en su

obra se puede ver la semejanza con los fauves, artistas que, a partir del año 1905, en

Francia, recibieron ese nombre a causa de sus elecciones de color expresivas y llamativas

por su apariencia salvaje. Los fauvistas consideraban que el color tenía su propio valor

expresivo y que este era inherente a la realidad y al objeto porque podía sostenerse por sí

mismo en una pieza artística. La artista en su obra también le da al color una nueva

función que ya no es la de permitir reconstruir una realidad que el público reconozca, sino

la de captar la atención y entrar en un plano de pura expresión en la que el color “le da

fuerza, carácter y sentido a la pintura.”. Martina Elisa Montoya al igual que los fauves

“provoca la sorpresa con sus formas más violentas y el color inesperado.” (Jean Cassou,

1995, p.23). No obstante, ella opta por incluir en la paleta no sólo colores puros sino

también desaturados con blanco, que le permite generar mayor contraste.

Otro de los movimientos con los que se puede relacionar la obra es el expresionismo

alemán, que se desarrolló a partir de 1905 en un contexto de continuos inventos y

descubrimientos que obligaron al hombre a pensar de una forma diferente, más abstracta.

Los artistas realizaban cuadros cargados de emoción que debían captar los sentimientos

más íntimos del ser humano, uno de los grupos que se destacan en el expresionismo es

Die Brücke (El Puente), ellos empleaban “colores brillantes y saturados que,

desprendidos del colorido local y pintados superficialmente con un pincel grueso, se

encuentran engastados dentro de un fuerte contorno…” (Kraube, 1995, p.87). Martina

Elisa al igual que Ernst Ludwig Kirchner otorga al color una dimensión emocional y

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composicional y utiliza para ello pinceladas gruesas y el contraste de colores. Además,

ambos artistas no se atan a una paleta que concuerde con la realidad.

Más aún, en el movimiento artístico pop art, que nace en 1958, los artistas “evocaron las

imágenes de la cultura popular de masas, de la prensa sensacionalista y amarilla, de la

propaganda, del cine y del diseño.” (como se cita en Kraube, 1995, p.114). Durante este

movimiento artístico se vuelve a recuperar el mundo material y los objetos de la vida

cotidiana son elevados a la categoría de obras de arte.

Martina Montoya, aunque prefiere no encasillarse, se siente identificada con este

movimiento. En la obra se pueden ver semejanzas en el fondo en la utilización de recursos

pictóricos como las estrellas, que son imágenes que se encuentran dentro de un mundo

conocido y comprensible para el espectador que le posibilitan comprender la obra sin la

necesidad de conocimientos previos ni especiales. (Kraube, 1995, p.114). También, se ve

un estilo pop art en la inclusión de recortes de imágenes como la fotografía de 4 mujeres

que ella intervino con colores vívidos.

Asimismo, en el caso de Martina una vez que pinta el fondo y la persona ella comienza a

hacer uso de la fotografía para captar su obra y poder reproducirla y compartirla con el

público, en ese proceso debe elegir que es lo que va a mostrar de su arte viviente, y así

decidir la posición de la persona y de la cámara que son variables que generan una imagen

totalmente distinta. Esto se relaciona con el artista Andy Warhol que utilizaba la

fotografía de distintas estrellas como base para sus obras de serigrafía en las que jugaba

con la aplicación del color. Sin embargo, las obras de Warhol no tenían unicidad porque

se fabricaban en grandes cantidades, mientras que las obras de Martina Elisa, son efímeras

e irrepetibles para aquel espectador que ve la obra en vivo.

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Anexo

Martina Elisa Montoya

Paul Gauguin Mujeres de Tahíti 1891

Ernst Ludwig Kirchner Doris con cuello alto 1906

Henri Matisse Mujer con sombrero 1905

Andy Warhol Marilyn 1964

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Referencias bibliográficas

• Martina Elisa: Arte viviente. Recuperado de https://www.arteviviente.com

• Yuki: Martina Montoya. Recuperado de https://yuki.com.ar/martina-montoya/

• Kraube, A. C. (1995). Historia de la pintura: Del renacimiento a nuestros días (1ª

ed.) Köln: Könemann

• Corredor, M. J. , Giralt M. D. y Cassou. J. (1975). La pintura en el siglo XX (1ª ed.)

Barcelona: Salvat 1975