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1 Desconozco si el manual del periodista de turf canta en alguna de sus páginas no escritas que el profesional debe anteponerse al burrero pero me animaría a afirmar que en la cabeza y el corazón de Pablo Gallo ambos disputan a diario un final cabeza a cabeza que ningún photofinish podrá desentrañar. Su ojo clínico (él prefiere llamarlo impresión) ha hecho de Todo a Ganador una marca registrada a la hora del análisis. Adentrarse en cualquiera de sus crónicas burreras es sumergirse de lleno en la magia envolvente de las carreras, En síntesis, la entrevista de Marcelo Fébula llevará al lector a un viaje donde la pasión, el conocimiento y los códigos del turf acompañan jugando durante todo el tiro. Lopecito TODO A GALLO Marcelo Fébula: Tu viejo me contó que fuiste Medalla de Oro en el Colegio Nacional, pero el día de recibirla te fuiste a Palermo. A él le batían que estabas escondido en el Paddock. ¿Cómo fue eso? Pablo Fernando Gallo: Uno era vago, pero vago responsable. Las carreras me tiraban, pero el día ese los burros fueron medio una excusa, en realidad no quería ir al acto porque nunca me gustó el protocolo. En el Nacio tenía un gran amigo burrero, el Mono Rocha, hoy en Houston, y nos íbamos en el tren a Palermo. Bajábamos en Lisandro de La Torre y entrabamos por Olleros, nadie te paraba en el portón y había mucha gente incluso hasta en la última tribuna. Se respiraba turf. Ahí nos hicimos amigos de 5 ó 6 jovatos que con el tiempo nos batían "los pibes de La Plata", unos cracks que seguramente el tiempo se llevó. Igual al Bosque, de incógnito, frecuentaba vuelta a vuelta desde los 7 u 8 años, éramos una banda del barrio que iba en bici los domingos, nos parábamos en los asientos y mirábamos las carreras por encima del muro de las torres ubicadas frente al derecho del hipódromo, entre los 350 y los 280 aproximadamente. MF: O sea que saliste de abajo de las gateras, si a los 7 u 8 años ya te mandabas de incógnito... ¿Tu viejo te tenía calado o descubrió las escapadas más tarde? PG: Y, había testimonios de "te vieron en el hipódromo". Uno los negaba rotundamente. Por otra parte, mi viejo me llevaba a asados o cenas a lo de Valija Torres, Julio Corte, el

TODO A GALLO

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Entrevistamos Pablo F. Gallo, alma mater de "LA VERDE"

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Desconozco si el manual del periodista de turf canta en alguna de sus páginas no escritas que el profesional debe anteponerse al burrero pero me animaría a afirmar que en la cabeza y el corazón de Pablo Gallo ambos disputan a diario un final cabeza a cabeza que ningún photofinish podrá desentrañar. Su ojo clínico (él prefiere llamarlo impresión) ha hecho de Todo a Ganador una marca registrada a la hora del análisis. Adentrarse en cualquiera de sus crónicas burreras es sumergirse de lleno en la magia envolvente de las carreras, En síntesis, la entrevista de Marcelo Fébula llevará al lector a un viaje donde la pasión, el conocimiento y los códigos del turf acompañan jugando durante todo el tiro.

Lopecito

TODO A GALLO

Marcelo Fébula: –Tu viejo me contó que fuiste Medalla de Oro en el Colegio Nacional,

pero el día de recibirla te fuiste a Palermo. A él le batían que estabas escondido en el

Paddock. ¿Cómo fue eso?

Pablo Fernando Gallo: –Uno era vago, pero vago responsable. Las carreras me tiraban,

pero el día ese los burros fueron medio una excusa, en realidad no quería ir al acto porque

nunca me gustó el protocolo. En el Nacio tenía un gran amigo burrero, el Mono Rocha, hoy

en Houston, y nos íbamos en el tren a Palermo. Bajábamos en Lisandro de La Torre y

entrabamos por Olleros, nadie te paraba en el portón y había mucha gente incluso hasta en

la última tribuna. Se respiraba turf. Ahí nos hicimos amigos de 5 ó 6 jovatos que con el

tiempo nos batían "los pibes de La Plata", unos cracks que seguramente el tiempo se llevó.

Igual al Bosque, de incógnito, frecuentaba vuelta a vuelta desde los 7 u 8 años, éramos una

banda del barrio que iba en bici los domingos, nos parábamos en los asientos y mirábamos

las carreras por encima del muro de las torres ubicadas frente al derecho del hipódromo,

entre los 350 y los 280 aproximadamente.

MF: –O sea que saliste de abajo de las gateras, si a los 7 u 8 años ya te mandabas de

incógnito... ¿Tu viejo te tenía calado o descubrió las escapadas más tarde?

PG: –Y, había testimonios de "te vieron en el hipódromo". Uno los negaba rotundamente.

Por otra parte, mi viejo me llevaba a asados o cenas a lo de Valija Torres, Julio Corte, el

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Gordo González, el Turco Alí, Cacho Pascual, al "Chaparral" del Gordo Verdura donde iba

Derli Gómez, y siempre alguno me preguntaba "¿te gustan las carreras?". Era una situación

un tanto incómoda. Aparte a mi casa por ahí caían Pepe Figueroa, el Galgo Libré, Pablo

Tárrago, Coco Rúa, el mismo Valija Torres, Juan Héctor Martino... Es decir que había turf

por todos lados. Pero no querían que uno fuera burrero, sobremanera mi vieja. Recuerdo

que yo jugaba en las infantiles de Estudiantes, me iba a buscar mi abuela Laura y

volvíamos caminando por calle 1 hasta la estación para tomar el bondi, tipo 8 de la tarde. Y

te juro que cuando esperábamos en la parada y había carreras, yo escuchaba la campana de

largada, al rato ese griterío que en aquella época rebotaba largamente hasta más allá de las

vías, veía las torres del hipódromo encendidas y percibía como si una aureola de algo

sobrenatural envolviera al hipódromo, a su mundo, como si una bruma lo poseyera. Esa

imagen, real o ideal, me estremecía. Y hoy en día, cuando a veces voy para las últimas, al

cruzar la vía de 1 y 44 todavía la distingo nítidamente, con sus contornos borrosos como los

de un sentimiento.

MF: –Me contestaste lo que te iba a preguntar, si a los studs

también habías entrado de pibe. Recordando las charlas con tu

viejo, ahora pienso que tal vez los dos jugaron al fútbol más o

menos hasta la misma edad. Él me contó que llegó hasta la tercera

de Estudiantes, un día el técnico Miguel Ignomiriello le dijo

"Gallito, ésto o las carreras", y largó el fútbol. ¿Vos cuándo

largaste, cómo fue tu trayectoria de jugador? Supongo que

mientras lo fuiste nunca te olvidaste del turf.

PG: –Lo vi jugar a mi viejo cuando tendría cerca de 40. La

descosía. Yo seguí jugando, de la 8ª de Estudiantes a Cambaceres,

ahí hice todas las inferiores hasta la 3ª, cuando vino Ignomiriello

con los jugadores libres de Estudiantes y Gimnasia e hizo una

limpieza. Quedamos 3 ó 4, pero por causa común con un montón

de pibes que hacía un montón jugábamos juntos, nos fuimos

todos. Jugué con el mejor 5 que vi en mi vida, el Titi Sotelo, un

crack sin suerte que podría haber llegado a donde se lo

propusiera. Teníamos un cuadrazo. Después seguí con el fútbol en la Liga de La Plata (For

Ever, Everton), hasta que me casé. En la 1ª de Everton tuve de técnico al desaparecido

Daniel Espinoza, ex Nº10 de Gimnasia, muy burrero, gran amigo del cuidador Danny

Cabral, siempre tuvo algún caballito de negocio. De la época de Cambaceres recuerdo que

volvía en el micro 307 de entrenar en Ensenada, y los martes o jueves, en lugar de parar en

la esquina de mi casa seguía hasta la estación para ir a ver un par de carreras, todo con

mucha carpa por supuesto.

MF: –Hablemos un poco de Oscar. ¿Cómo fue su trayectoria en el periodismo? Sé que

laburó mucho tiempo en La Fija, en el Diario Popular. Cuando empecé a cruzar mensajes

con él tenía un programa de radio.

PG: –Laburó en La Fija, revista decana del turf dirigida por Vicente "Cacho" Otero, que

era mi padrino. Una vez venían al hipódromo en auto desde Capital, y en un paredón de la

Avenida 7 había una pintada que decía "Monseñor Plaza = Cacho Otero"; éste muy suelto

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de cuerpo, le dijo a mi viejo: "Mire Gallito, me comparan con un prelado". En La Fija

publicaban avisos pidiendo redactores o cronistas de turf, y "Cacho" les tomaba el examen

de ingreso, preguntándoles a manera de filtro si tenían algún lugar dónde sacar boletos o un

fáber de confianza. Cuando a "Cacho" lo secuestran y al poco tiempo la gloriosa editorial

de calle Riobamba cierra, mi papá es elegido por los Gremios del Turf de La Plata para ser

su representante en la Comisión de Carreras, a principios de los '70. Lo eligieron por

aclamación, era muy querido por los cuidas, los jockeys, los vareadores, era amigo de

todos. Un tipo de hacer gauchadas al que fuese. Todavía hoy me para gente y me cuenta

cosas que te conmueven. Bueno, ellos levantaron el Hospital Rossi (está la placa en la

entrada), pusieron la iluminación, hicieron la recta opuesta, idearon jugadas, dieron

superávit a rentas, pero claro, lo llevaban en la piel. Uno vivió todo eso, aun siendo gurí, y

no existe ni una mínima comparación posible con los paracaidistas que se han ido

sucediendo en los Eucaliptos. Después al tiempo a mi viejo lo exoneran por un doble

cambio de caballos (Luini por Regency y Pedregales por Regency), en un hecho

aprovechado por algunos pseudo–moralistas para denostarlo en una publicación que tengo

guardada, y donde su autor (mucho tiempo después traicionaría a esa misma revista) pone

de manifiesto el odio acumulado durante tanto tiempo de hacer lo que no sentía, en una

retorsión difícil de explicar. Mi viejo queda en la calle, entonces se pone a vender escobas

por el barrio de los studs y cuando cae al del "Turco" Alí, éste lo hace pasar y le compra

todo el camión. De Omar se dijeron muchas cosas, muchas barbaridades, pero era un

fenómeno; y a su perrito Capitán sólo le faltaba hablar. Ahí se hicieron amigos, al tiempo le

presenta a Lucho Bravo, con quien fundan la Gaceta de la tarde en La Plata, y lo pone de

jefe de página. Trabajó en Diario El Día, luego fue uno de los fundadores del Diario

Popular, donde escribió hasta jubilarse. Y siguió despuntando el vicio en TAG hasta su

muerte, amén de haber estado conmigo y con el Pato Álvarez en el programa televisivo

Varios Cuerpos, y en emisiones de radio.

Oscar Felipe Gallo

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MF: –Hay padres que viendo que sus hijos rumbean para el mismo lado que ellos dejan que

se hagan solos y no les tiran ni una línea. Otros que los llevan siempre de tiro marcándoles

todo lo que deberían hacer. ¿Cómo era tu viejo en ese sentido? Te pregunto tanto en el

terreno del periodismo como en el del escolaso.

PG: –Él vivía en su mundo. Un 19 de noviembre acerté 2 ó 3 carreras, siendo chico, y

medio me retó. "No te entusiasmes". Después se enojaba cuando le decían que me habían

visto en el hipódromo. Y esto tenía que ver también con que él había tenido 4 ó 5 infartos,

no podía fumar, fumaba, y no quería que yo lo viera con el faso. Pero se daba cuenta que yo

merodeaba. Y él medio iba al bombo. Yo paraba en la anteúltima Popular, arriba, o en la

borrachería de abajo, con el tío de Maurito Morano, el tachero Edgardo Riquelme (un día

hicimos un desastre en Palermo con la yegua Get Love, de Iriarte), el Cabezón Marcelo y

Oscar Malacalza, todos ellos burreros hasta el presente. Y hablábamos con un viejito que

sabía un bagayo de pedigrees y nos enseñaba las sangres barreras: Platón, Lefty, Mantecón.

Un día nos dateó con un hijo de Angriff si mal no recuerdo, Pimesón, diciéndonos que

cuando lloviera era un atraco. Corría los Handicaps y Especiales. Bueno, una vez llovió y

acerté una trifecta llave, con Pimesón arriba y cinco abajo, pagó bastante, como decirte de

ahora cuatro o cinco mil pesos. Me fui al Palco de Periodistas, subí por la tribuna que da a

la pista, le golpeé el vidrio a mi viejo, puso cara de sorpresa y le pegue el boleto en la

ventana: nerviosamente miró la revista, el boleto, la revista, el boleto, y me hizo gesto que

entrara. "Sos un genio", me dijo, "dame el boleto". Lo cobró, me sacó la mitad y fue como

un peaje que pagué para caminar libremente y sin esconderme nunca más. Después, del

escolazo y del periodismo me inculcó todo. Mucho código, muchos valores de vida, en el

Diario Popular me dio una libertad total para aprender, para crear, y allí tuve la suerte de

ser guiado por un ser humano excepcional como Oscar Fraga, quien me enseñó a titular, a

armar una página, a diagramar, y te estoy hablando de mediados de los '80, cuando no había

PC ni internet ni celulares, pues era todo máquina de escribir, teléfono y fax.

MF: –Recordás bien, acá en la página del Stud Book dice Pimesón, por Angriff y

Bambalinera. Algo parecido pasó un día que corrían Halcón Guapo y Lin Yutang, ¿no?

Hombre del escolaso, periodista, dirigente. Tal vez la anécdota que mejor pinta a tu viejo, o

mejor dicho que mejor refleja su forma de pensar, sea aquella del "discurso" con que cerró

un encuentro de periodistas hípicos.

PG: –Lin Yutang por media cancha, con Gramática en un Gran Premio de la milla, pasó de

largo abierto; ese día lo datié a mi viejo, daban la fila con Halcón Guapo. Cómo corrían los

Laramie Trail, un padrillo de excepción. La anécdota a la que referís fue en un congreso

realizado por el Centro de Periodistas del Turf de La Plata con motivo del Latino ganado

por Much Better en 1994 en el Bosque. Le preguntaron por el caso del cambiazo

mencionado, y mi viejo respondió que en el hipódromo éramos todos "estafadores en

potencia". Se hizo un murmullo grande, bravo. Y se despachó: "Si a cualquiera de los aquí

presentes los para un amigo o conocido en el hipódromo, asegurándole por ejemplo que 5ª

el 6 es un cambiazo, un ganador de cuatro en la de perdedores... yo creo que todos van a

correr a buscar una ventana o una cueva para jugarlo. Que levante la mano quién lo iría a

denunciar al Comisariato". Hubo unos segundos de tenso silencio, como de sorpresa, e ipso

facto un aplauso unánime.

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MF: –El que se asome a esta conversación sin ser del palo se puede estar preguntando cómo

es eso de los códigos y valores de vida transmitidos por un hombre que reivindica

pertenecer a un grupo de estafadores en potencia. ¿Cómo se lo explicarías? Y no sólo a

quien no sea del palo, cómo se lo explicarías por ejemplo a la gente que se sintió incómoda

por lo que escribiste cuando murió Pascual Caruso, refiriendo un cambiazo famoso en

USA.

PG: –Con seguridad fue una expresión figurada surgida en el momento, aunque no alejada

de la realidad. Él vivió otra época, donde todos estos hechos formaban parte de un folklore.

La onda, la pizarra, la joda de los placés, los mentideros. Si vamos al caso, todos los

entrenadores que salen con sus pupilos medicados también serían estafadores en potencia, y

yo no creo en absoluto que sea así. Hay mucha hipocresía. Gente que firma sanciones a

jockeys y cuidadores sin tener un respaldo ético o moral categórico ni de cerca, por dar un

ejemplo. Respecto a quienes se sintieron incómodos por lo escrito en la necrológica de

Pascual Caruso seguramente no irán al cielo con Don Pascual, que fue un crack de darle

una mano a miles de personas, un tipo con una clase innata descomunal, y seguramente

hizo una sonrisa allá arriba al leerlo. No me extraña que los moralistas se hayan inquietado,

habría que preguntarles si serían capaces de tirar la primera piedra; en el fondo, muchos de

ellos desearían tener la inteligencia, la picardía, la lucidez y el coraje de Don Pascual para

urdir un negocio en Norteamérica volteando a la mafia neoyorquina de las apuestas de los

años '70, ningunos nenes de pecho. Ya lo dijo Pitágoras: "el hombre justo y virtuoso no es

aquel que jamás se aparta de la rigidez, sino quien, al apartarse y poder ser perjudicial, tiene

la voluntad virtuosa de no serlo".

MF: –En un cuento del Negro Fontanarrosa un personaje dice que están los buenos por

convicción y los buenos por limitación, que no tienen ni la inteligencia ni el coraje para

jugar del lado de los malos. Yo realmente admiro alos protagonistas de aquella aventura.

No acostaron a cualquier gil. ¿Así que esos son los pagos de Carlo Gambino, Vito

Genovese y Al Capone? ¿Son todos pesados ahí? Bueno, banquen un cacho que sale una

delegación de Sudamérica.

Volvamos a tus años en el diario. ¿Cuánto tiempo laburaste en el Popular? Supongo que

además de aprender el trabajo viviste un montón de anécdotas propias de una gran

redacción. En Porto Alegre nos contaste aquella de cuando llegaste con dos compañeros a

un lugar donde el muerto ya no estaba...

PG: –Del 88' al 94' aproximadamente. Se le daba mucho espacio al turf, junto a Crónica

son los dos únicos diarios capitalinos (aunque el Popu tiene su sede en Avellaneda) que

mantienen esa saludable tendencia en la medida de lo posible. En la redacción conocí tipos

de primera, como Cattiva y Cilencio, éste dibujante de la revista Humor. En turf estaban el

Gordo Muglia y Albertito Santinelli, quienes murieron antes que yo ingresara, mi viejo y

Pichín Bernardino. Serrita mandaba los informes de Rosario, pasaba el fax los jueves con

los trabajos de la semana, y dateaba; un día afirmó de un pupilo de Luis Fuentes: "Si pierde

este me voy caminando hasta Buenos Aires". A la otra semana, lo atiende mi viejo y lo

ataja: "Serrita, ¿ya venís por San Nicolás?". Todos jugábamos a las carreras, y hacíamos la

Revista Burrera que acertaba tupido. Esa del muerto fue la de un fotógrafo que llegó a

cubrir un caso con el periodista cuando ya se habían llevado el cuerpo. Entonces agarraron

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a un pibe que estaba mirando, le dijeron que se tirara al piso, lo taparon con diarios y sacaron la foto del "cadáver". Un recurso. De esas anécdotas hubo miles.

MF: –¿Cómo surgió la idea de fundar TAG - Todo a Ganador? ¿Recordás qué

publicaciones especializadas se editaban en ese momento?

PG: –Surgió en un box de un stud abandonado de La Plata. Se llamaba Argentina Turf,

duró 3 ó 4 meses, la emprendió Horacio Balbi, hermano de Daniel, quien hoy distribuye la

green en la Zona Sur y en el Bosque. Se imprimía acá en La Plata, los números no

cerraban, y allí se contactó con Julio Balbi, titular de la empresa Balbi S.A., quien le dio el

respaldo de su imprenta sita en Wilde y es su dueño desde 1998 ó 99. En esos momentos

estaba sólo la Revista Palermo si mal no recuerdo, medio que al poco tiempo, con su

directiva de entonces, emprendió acciones legales contra TAG obligándola a modificar su tabulada.

MF: –Desde esos primeros tiempos teniéndolo a tu viejo en el staff hasta hoy supongo

hemos pasado muchos colaboradores por las páginas de TAG. ¿Ves una línea pareja pese a

la rotación o sentís que la historia de la revista tuvo puntos de inflexión en algún sentido? ¿Cuál te parece que es el sello distintivo de la publicación que dirigís?

PG: –El sello distintivo es el acierto, el pronóstico, la opinión. Permanecer dieciséis años

ininterrumpidos en el mercado, a pesar de una distribución deficiente, de infinidad de

errores que nos cuesta corregir por una cuestión de estructura, de la inquisición permanente

por parte de la Asociación de Hipódromos, y del lobby en contra de personajes para quienes

TAG significa una urticaria, no serían posibles sólo por una tapa linda. A grandes rasgos

creo que es eso. Después, puntos de inflexión no sé, pero noto que la cantidad periódica de

carreras, el número elevado de caballos, las jornadas largas, nos fueron obligando a poner

el foco más en el día a día, por un tema de tiempo, cuando antes publicábamos más notas,

pero eran reuniones de 11, 12, 13 carreras, por ahí 14 ó 15 en un Pellegrini; ahora 12 son un

milagro, la media es 15 ó 16, hay de 17, 18, 19, entonces los márgenes de armado y de

confección se acotan muchísimo, tanto como el espacio. Una variante que le gustó mucho a

la gente fue el comentario y el reloj debajo de cada carrera, tuvo gran aceptación. Pero yo

no estoy conforme con un montón de cosas que me gustaría cambiar, desde la gráfica hasta situaciones inherentes a quienes trabajamos.

MF: –¿Qué es eso de la inquisición permanente por parte de la Asociación de Hipódromos?

¿Cómo se manifiesta?

PG: –La prohibición lisa y llana a la venta de Todo a Ganador en las agencias

administradas por esa "asociación". En algunos lugares, con el tiempo, la revista entró. Pero

en los menos. Hubo hechos gravísimos, como amenazas permanentes a gente que la vendía

en la puerta de las agencias, o a 30 metros de las misma, agresiones físicas, a una

vendedora le pegaron, a un vendedor lo empujaron desde un auto cuando volvía en bicicleta

a su casa, en fin, todos procederes característicos de una verdadera mafia. La misma que

subyugó las hípicas del Interior al manejar la señal y las máquinas para el negocio de las

foráneas en muchos lugares donde fueron socios privilegiados gracias a contratos

pantagruélicos, otorgando migajas a cambio mientras los hipódromos de esos lugares

languidecían.

MF: –¿El tema es sencillo como yo imagino, tiene la mecánica habitual del ambiente? Me refiero al "Nos criticás, te agredimos."

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PG: –No debería ser así, menos todavía en un estado democrático. Pero uno de los

personeros de esta "asociación" tiene pasado en la Dictadura Militar. Otro persiguió a los

banqueros en Rosario, pero cuando estuvo en la gerencia de La Plata le cobrara un canon

mensual a los muchachos del fáber para que laburaran en la Tribuna Oficial. En semejante contexto la recordada tira "Poliladron", de Adrián Suar, no agarraría chapa.

MF: –Y, acá si empezás a revisar tabuladas no queda ni el loro. Creo que Otero tenía una frase famosa respecto de los ortibas, ¿no?

PG: – Claro, "Si en Argentina se abre una Academia de Buchones, al otro día se agotan las

vacantes".

MF: –Seba Heredia un día me dijo que, siendo burreros, nuestros ídolos son muy cercanos,

algo que no pasa ni remotamente en otros deportes. Y es así, si uno tiene ganas de tomar un

café con, por ejemplo, un jockey que admira, lo invita y listo. Me pregunto si vos

respirando turf desde tan chico veías a los grandes de la actividad como personajes públicos sobresalientes o simplemente como tipos que tratabas habitualmente.

PG: –Como personas que veía a diario, casi familiarmente, pero de la misma manera

estimo que dos o tres décadas atrás eran más respetados que ahora, aunque esto vaya

emparentado con una pérdida general de los valores en la sociedad.

MF: –Con amigos de tu edad o acompañado de tu viejo caminaste el hipódromo y los studs siendo muy chico. ¿A conocer el ambiente de las cuadreras también llegaste temprano?

PG: –No, me llevaron de muy chico a unas cuadreras grandes, pero tengo un recuerdo muy

vago. Me acerqué más por invitaciones cuando la revista fue creciendo, y de una te

invitaban a otra, te ibas interiorizando. Así fue conociendo muchos lugares entrañables y también mucha gente de primera.

MF: –Dos preguntas más respecto de TAG que me quedaron en el tintero: ¿El nombre y el

color característico de quién fueron idea? ¿Tenés una idea aproximada de qué porcentaje de

burreros enfilan para el HP con la Revista Palermo y qué porcentaje con TAG?

PG: –Fueron idea de Marcelo Tealdi, quien la administró en sus primeros años, hasta que

luego quedó en manos de Balbi S.A. Respecto al porcentaje, sinceramente lo desconozco, pero TAG siempre mantuvo su media y en estos meses se ha incrementado.

MF: –¿Esa media en cuántas revistas se traduce? Digo contando edición papel y edición

online.

PG: –Serían alrededor de dos lucas y media por día, con marcado crecimiento en los fines de semana y en las jornadas de Grandes Premios.

MF: –¿Recordás algún caballo del que te hayas hecho hincha de pibe?

PG: –Hubo muchos, pero Farmer me marcó.

MF: –Nada menos… Ya vamos a hablar de los grandes yobacas. Ahora te pido que por un

momento te pongas en el lugar de un propietario que tiene mucha guita como para contratar

a los mejores. ¿A quiénes convocarías para un equipo de trabajo?

PG: –Voy a ser injusto con mucha gente de primera y sin las oportunidades que se merece.

Creo que tendría 20 ó 30 cuidadores... El "Flaco" Udaondo, Ernesto Romero, Carlitos

Viviani, Leo Campelo, Maurito García, el "Lobo" Torres, Pellegatta, Eduardo Tadei. Por

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nombrar algunos nomás. Como jockey Pablo Falero, sin dudas. Veterinarios hay un montón

de gran nivel. Como también equipos de caballerizas, existe cantidad de gente conocedora a

fondo de su trabajo, que es del palo y ha pulido ese arte, por lo general transmitido de

generación en generación.

MF: –Ahora nombrame lo mismo pero de cualquier época. Algo como un "equipo de los sueños".

PG: – Entre los cuidadores, Valija Torres, Miguel García, el Gurí Ojeda, Cachi Vazón,

Vicente Santos, Ricardo Trejo, Pascual García, Aldo A.A. Jacoby, Adolfo Pedro y Aníbal

“Chiquito” Giovanetti, José Fregonese, el Mago Bianchi, Nito Boni,Julio Corte, Onesto

Puente, Cacho Pascual, y me sigo quedando corto. Arriba del caballo, Valdivieso, el Topo,

Laitán, Galloso y el Ruso Jarcovsky eran cinco fuera de serie. Por Coco Tárrago me llamo

Pablo, y también fue un jockey de excepción.

MF: –Siempre suponiendo que sos el trompa del stud. Si un día tenés ganas de que uno de tus yobacas no agarre chapa, ¿quién lo corre en ese "equipo de los sueños"?

PG: –El mismo que lo correría cuando fuera a ganar.

MF: –¿Con uno de esos cuatro grandes fue aquella anécdota del hijo de Noble Quillo no?

PG: – Claro. Quien lo había visto correr debutando, a vuelta de hoja podía jugarle un castillo con la princesa y el rey adentro.

MF: –Las estadísticas de jockeys en nuestro país históricamente han sido dominadas por

pilotos extranjeros, con excepciones, claro está. Hay gente que a la hora de explicarlo habla

de los jinetes formados en el campo y de los formados en un caballo mecánico, algo que no

me cierra del todo porque si bien es una diferenciación válida, no divide exactamente a

extranjeros y argentinos. Otros conjeturan que existe una mayor contracción al trabajo en quienes llegan para abrirse camino fuera de su país. ¿Vos cómo lo ves?

PG: –Lo del caballo mecánico es un complemento para pulir un estilo. Los pibes se hacen

en la calle, en las cuadreras, en el campo. El año pasado en Porto Alegre hablando con

Jorge Ricardo me decía cuánto le costaba ganar acá por el nivel general, y no sólo hablando

de Falero, Domingos, Blanco, Gonçalves o Noriega. Yo creo que Falero está a una altura

histórica inconmensurable, por todo lo que ha ganado en un turf que no da respiros, hiper

competitivo, muy distinto al de Leguisamo y Antúnez. Ricardo, por su número monstruoso

de triunfos, sigue escribiendo una página cuya resonancia recién se comprenderá dentro de

20 ó 30 años. Mirando hacia afuera, no tengo dudas que Valdivieso, por ejemplo, podría

haber triunfado en cualquier hípica del mundo. Aunque en ese sentido, los cotizados jinetes

extranjeros han recibido al recalar en Argentina no sólo la bendición de enormes

caballerizas o de haras con sus reservados, sino gran cantidad de facilidades y concesiones,

inexistentes para los jockeys argentinos cuando fueron a otros países.

MF: –Sí, recuerdo esa conversación con Ricardo, inclusive yo le planteé que su rival en la

pelea por el récord mundial, Russell Baze, competía en un medio aparentemente mucho

menos exigente. En cuanto a Falero, otra forma de entender su magnitud es ver que hace 20

años los primeros lugares de la estadística lo han peleado varios, pero siempre con él. Ahí

arriba fueron sucediéndose Valdi, Jacinto, Chupino, el Corto, Ricardo, hoy Altair y Gonçalves, pero siempre discutiendo liderazgo con él.

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MF: – ¿A quién ves dominando las estadísticas cuando Falero, Ricardo y otros muchachos de esa generación se retiren?

PG: –Gonçalves tiene todo para triunfar, es buen piloto, muy laburador, no se la cree. Altair

es un jockazo. Creo que si se lo proponen, Gustavo Calvente y Juan Cruz Villagra no le

envidian nada a nadie. E Iván Monasterolo dejó el descargo sin enterarse, regala humildad, es de a caballo, un pibe joven, y puliendo algunos detalles se mantendrá en el estrellato.

MF: –¿Qué opinás de un cambio en la escala de pesos?

PG: –Entiendo que resulta impostergable porque el respaldo científico al respecto es

contundente. Su aprobación en distintos lugares del mundo muestra una apertura conceptual

y una capacidad de razonamiento que aún aquí no se perciben.

MF: –No conozco a fondo el panorama en el interior del país, tal vez lo que se vive allí

invalida esto que te voy a preguntar. Basta meterse en el hipódromo, en una agencia hípica

o en un turfito y ver qué porcentaje de gente tiene menos de 50 años para concluir que los

burreros somos una raza en extinción. ¿Cómo te parece que se puede revertir este proceso?

PG: –Es un tema con innumerables aristas. Se ha deprimido al extremo la cultura del turf

en las grandes ciudades, no así en el mundo cuadrero donde la tradición por las pencas se

mantiene viva y se regenera permanentemente. A grosso modo, estimo que en las últimas

cuatro décadas se fueron multiplicando las variantes para ocupar el tiempo ocioso, éste se

redujo por las exigencias laborales, cambió el rol de la mujer en la sociedad, y las ofertas

lúdicas cercaron al turf en cantidad y en calidad de oferta (no de producto genuino). Y el

turf no reaccionó, porque de otra manera no se comprende que haya esta cantidad de

carreras todos los días, sin darle respiro al bolsillo, y agobiando la fruición. "Lo bueno, si

breve, dos veces bueno", pero acá vemos que no hay ni tiempo de mirar el paseo o de

averiguar cómo va el cinco. Entonces nos encontramos con una hípica dominada por la

vorágine, que descree del estudio, y acá tenemos el caso del vergonzoso Teletrucho de

Palermo. Por eso uno termina pensando que se trata de una estrategia diseñada para

empujar a la gente al subsuelo. En las carreras razonás. En los juegos de azar (y no hablo de poker, truco o mongo donde es vital la viveza), sos un mero instrumento de lo fortuito.

MF: –En la quiniela, una de esas ofertas lúdicas que compiten con el turf, y en el turf

mismo, el juego por afuera es tan prohibido como tradicional. Aunque sea a muy grandes

rasgos, ¿se puede calcular cuánto se juega en Argentina por zurda?

PG: –Es imposible de descifrar. Pero seguramente, en la época de las pizarras o hasta la década del '80 se jugaba afuera tres o cuatro veces más que ahora. Es la impresión de calle.

MF: –Respecto de ese juego por afuera en el turf, a tu criterio habría que combatirlo,

blanquearlo dentro del hipódromo cobrándole un porcentaje a quien quiera tomar apuestas

con su propio totalizador, o dejar todo como está?

PG: –Se le debe competir, con ingenio. Hay dos o tres banqueros que manejan el sport. No

puede ser así. Los banqueros deberían legalizarle y tributar, no pagarle un arreglo a la yuta

y a ciertos gerentitos. Hace poco en La Plata voltearon a unos muchachos por un tema

netamente político, pero la mayoría habla sin saber de qué se trata. Y muchos apuntan a

gente a la que le deben. Entonces los límites son muy viscosos. Debería existir un lapso

mayor entre carrera y carrera, diez minutos más antes de la suelta, y en la mitad de esos

diez minutos, cerrar las operaciones a ganador, segundo y tercero: el que quiera bancar que

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ponga el pecho, porque ahora descargan en la máquina y regulan la pizarra, entonces dejan de ser banqueros para transformarse en kioskeros.

MF: –Soy de la opinión que muchos de los actuales problemas del turf se solucionarían con

una fuerte regulación estatal (no me refiero precisamente a habilitar un casino en el HP y

darle la concesión a un amigo por 20 años). Evidentemente lo que sucede en el mundo

demuestra que los hipódromos necesitan ruedas de auxilio. Para mí tanto el turf como esas

actividades extra-turfísticas generadoras de ingresos, todo, debería ser regulado por el

Estado. ¿A vos qué te parece?

PG: –Siempre que quienes regulen sean idóneos y honestos. Pero también pensando en otro

tipo de estado, mucho más dinámico y no tan burócrata, porque en La Plata, por ejemplo,

para pedir papeles de fax o nafta para los tractores hay que abrir expedientes, y todo se hace

muy lento y engorroso. Así no sirve. Tampoco es admisible el batallón del regimiento "29"

que baja del remisse a marcar tarjeta y se va, repartiendo luego sus honorarios con la corona.

MF: –En 2012 fuiste amenazado de muerte en tu casa por una persona aparentemente

vinculada al Hipódromo de Azul. ¿En qué quedó ese asunto?

PG: – En la nada. Lamentablemente, en este país los corruptos tienen beneficios, y los castigos recaen en la gente honesta.

Con Ricardo y Baze

MF: –Hacés una revista todos los días. A la hora de escribir análisis, comentarios, y tirarle algunas líneas al lector, ¿sobre el programa de qué hipódromo preferís hacerlo?

PG: –Es indistinto. Uno tiene la suerte de trabajar de lo que le gusta, entonces se disfruta

todo, aunque a veces hay programaciones que te llevan al lugar del lector, a compadecerlo

y a comprender las tribunas vacías.

MF: –Cómo manejás algunas situaciones. Por ejemplo: un propietario o criador importante

te dice que le gustaría ver en la revista una nota de la reciente victoria de su caballo. Otra: alguien te pide que no nombres a determinado ejemplar en los comentarios previos.

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PG: –En la medida de lo posible, uno trata siempre de acceder de manera desinteresada.

MF: –En todos estos años de TAG, ¿recordás algunas tapas que hayan sido un golazo por trascendencia de la carrera y por sport?

PG: – Tapatío y Expressive Halo en el Nacional, Lloyd saliendo de pobre en el Provincia de Bs. As., Interaction en el Pellegrini. Pero hay un montón.

MF: –¿Algún "palmerón"?

PG: –Siempre los hubo, los hay y los habrá. Recuerdo uno con el amigo Juanca Rodríguez

una vez en San Isidro jugamos grande a un caballo del stud Odín con el Ruso Jarcovsky que venía para ganar por una cuadra y se rompió. Esa dolió.

MF: –Empezar esta parte de la charla se me hace difícil, porque es como pedirle a un

melómano consumado que nombre unas pocas obras musicales. Pero vamos a intentarlo.

Nombrame grandes veloces hayas visto correr adentro o en la calle, los que entran en tu selección de caballos de carrera.

PG: –Villares, "Al Ver Verás" en la calle, y adentro un coloso con las sedas del "Chicho",

al punto de ganar un handicap con 72½ en el lomo, dando ventajas de más de 20 kilos.

Solyluz, Pariguana, Sumatra, Wally, Spiny, todas del Haras La Quebrada. Preflorada, una

fenómena. El Golpe, un Snow Festival así llamado en las cuadreras y en las oficiales.

Osorno, el Four Fingers del "Flaco" Parisi. Despistado, Nico (otro Four Fingers), Pancho

Press. La pléyade de los Laramie Trail integrada por Lupín, Pitador, Luisant, Le Soleil,

Tudor Trail, el monstruoso y secuestrado Vinxi (Vencedor en la "yeca"). Lo de Engrillado

en Tornquist y Santa Rosa era como para no tener rivales en la corta, más allá que luego fue

un trepador de distancias. Comisariato y tantos Combé. Montebello y El Fugitivo (los

entrenaba Saturnino Bello), el primero ganador del GP Álzaga Unzué-G1. El tordo Brujito

y su "Magia Blanca", Diadoca (de Las Horquetas), Sumariado, Borcazo... en fin. De la

calle, de los que vi, Lambada (SPC Tioia Bun), Dado Vuelta, Turco Miguelito (lo cuidaba

Mario Otero), el tordillo Banquero, María José (SPC Ultra Zun, una Ultraje velocísima),

Casimira (SPC Furia Dorada, propia hermana de Jerry Tarritu), King Kong (SPC

Ultramóvil), Don Carlos (el brasilero Confrontante). Y estoy siendo injusto con Gabán,

Vascular Sugery, Charles King, Lenovo, Marignan y muchísimos más de distintas épocas. Con tiempo podría escribirte un libro.

MF: –No tengo ninguna duda, si tuviera guita ya te tomaría la palabra y te daría un contrato

para firmar por ese broli. Sigamos con los milleros.

PG: –En mi trifecta personal pondría a Intérprete, Bayakoa y Candy Ride. De los últimos

tiempos, Ritón e Infiltrada en la hierba, Cafetín, Inter Red, Winning Prize. Más lejos, El

Virtuoso, "el mejor caballo que cuidé en mi vida" según me comentó una vez Pochi

Etchechoury. Ultrasonido, a mi juicio un millero neto. El gran Ahmad. Pulinés, con la

"Pulidez" que les daba Antoñito a sus pupilos. El ya nombrado Lin Yutang, Off the Record,

Bogart, Laborioso (el Farnesio que cuidaba Julio Corte), la pinga Conda. Y acá también

podríamos hablar largo y tendido de ejemplares que dejaron su huella, como el querido Gad Braian en los Eucaliptos.

MF: –Fondistas.

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PG: –Respuesta rápida, por debajo de 55" para los 1000: Farmer, Fain, Campero, New

Dandy, Propicio, Babor, Mountdrago, I'm Glad en su mutua consagración con Jorge

Valdivieso, Pair –un Pardallo muy clasudo-, Sake, el stayer del "Guanabara" que era cosa

seria. Regidor, Chullo cuando estuvo entero, Potrillón, Second Reality, Freddy, Storm Mayor, Latency, Expressive Halo, Indy Point.

MF: –Cracks absolutos, sin distancia ni superficie.

PG: –MatBoy, Farmer, Ahmad, Farnesio, Paseana, Intérprete, Bayakoa, Candy Ride y Latency.

MF: –Entre los caballos que en los últimos 40 años salieron de nuestros haras o hipódromos

y actuaron en los grandes escenarios del mundo, ¿destacás alguno por sobre el resto?

PG: –Creo que desde Arturo A. y Forli, luego Mat-Boy, Bayakoa, Paseana, Farnesio,

Campero, Candy Ride e Invasor fueron afianzando el prestigio del SPC argentino en el

exterior. E incluso Telescópico –al que quizás haya olvidado en alguna de las respuestas

anteriores– al correr disminuido en Francia. Lamentablemente, y pese a algunas

excepciones como Indy Point, esa tendencia se ha revertido en los últimos tiempos porque

el elevage sucumbió a reglas del mercado turfístico dictadas por quienes hicieron

privilegiar la velocidad por sobre el fondo en defensa de sus intereses particulares.

Entonces, tantas derrotas de locales en Pellegrinis, Latinos, Dardo Rochas –"double event"

de Mr. Nedawi (BRZ)– y también en el "Derby" obtenido por Eu Tambem (BRZ), no son

casuales en absoluto.

MF: –Amén de ése y otros motivos por los cuales se van sucediendo esas derrotas, ¿qué te pareció el último Latino?

PG: – Una payasada por la novela previa en torno a Blood Money, verdadera burla a los

reglamentos y a la potestad de la Comisión de Carreras platense. Una pinturita por la

organización en el día de la carrera, aunque el circo de HAPSA ya parece la sede del

Mossad. Una ratificación de la seriedad con que la hípica peruana se toma estas justas. Y

extrañeza por la participación de Ídolo Porteño, muy disminuido en el paseo; siempre su

trainer aseguró “una más es una menos”, máxima aprendida del brasileño Lineu de Paula Machado, pero aquí no fue así.

MF: –Sin ser muy entendido en el tema, veo muy bien que progresivamente se vaya

eliminando la aplicación de medicamentos en los ejemplares que salen a competir. Pero

pienso que tal vez un calendario como el nuestro, donde los caballos debutan cada vez más

temprano, sea una barrera muy difícil de superar si el objetivo es "farmacia cero" en las pistas. Tu opinión al respecto.

PG: –"Farmacia cero" sería ideal. Pero para todos y en todos los hipódromos. Hay casos

recientes (Storm Rancher, Koller, Juhayna, etc.) que dejaron al descubierto serias

irregularidades. A Pellegatta lo sancionaron en Palermo por una droga que no suministró; y

en este circo todavía recordamos el escándalo de la yerba mate supuestamente "inducida"

en el material de la yegua Nutria (Rustler), o de ejemplares distanciados por "pomadas"

mientras es vox pópuli la figura del "pase". Máquinas que no andan, drogas que no se

buscan porque no hay presupuesto para los reactivos, materiales de extracción que son

arrojados al río en algunos circos provinciales, precintos violados o con numeraciones

apócrifas en La Plata. Es un tema que daría para una encuesta aparte. Respecto del Lasix,

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hay quienes se oponen abiertamente, y quienes sostienen la imperiosa necesidad de su uso;

a los primeros habría que preguntarles, ya que persiguen una hípica sana, cómo pueden

admitir los registros (tiempos) oficiales que en los últimos 15 años desprestigiaron en

Palermo a la hípica argentina en el contexto internacional. Porque la sensación de ambigüedad es indudable. Y el turf es uno solo.

MF: –¿Qué harías si el día de mañana cambia el viento, los dirigentes se animan a consultar a todos los actores de la actividad y alguien te pide propuestas?

PG: –Reduciría los tributos sobre el turf, a modo que dentro de éste, la quita fuera

sensiblemente menor sobre las apuestas y los dividendos de los SPC se incrementaran.

Eximiría de cargas impositivas agobiantes a las agencias, para que dejaran de quitar el 10%,

o el absurdo 5% al acierto que se aplican en la Provincia de Santa Fe, verdadera

barrabasada sin ninguna clase de lógica. Agilizaría los trámites para evitar la burocracia

aduanera. Y, por sobre todo, los fondos del subsidio deberían volcarse íntegramente al turf,

sin desvíos hacia agujeros negros para el enriquecimiento de paracaidistas y pseudo-

vivancos avalados por la impunidad galopante de este país, de la cual el turf no escapa. Es

inadmisible que la denominada Comisión de Seguimiento esté integrada por representantes

de quienes perciben el subsidio mensual. Sería como darle la llave de Alcatraz a Al

Capone. Una locura. Es absurda la cantidad impresionante de suspensiones padecidas por el

Hipódromo de La Plata a causa de las lluvias, cuando con los fondos recibidos en más de

una década el problema de fondo se podría haber solucionado si existieran vocación hípica,

honestidad y compromiso. Creo que dirigente de turf se nace, si no lo llevás en la piel es

imposible. Y acá venimos viendo personajes que no saben ni quién fue MatBoy, pero tienen poder de decisión y se animan a meter la mano en la lata, total el fotochart se puede alterar.

MF: –Nombrame alguna persona que pueda ser catalogada entre los que más saben de turf

en el país, considerando distintos aspectos: historia, pedigree, cría, cuida, carreras. Vale decir, un maestro.

PG: –Hubo dos, Oscar Felipe Gallo y Carlos Nalé. De esa época, Valija Torres, Miguel

Ángel García, Moyita, el Cabezón Solveyra, Roberto Vasquez Mansilla, Jorge Degregorio

(el cuidador de Regidor), el Lírico, Tito Medina Cámpora, “Cachito” Vázquez, el

“Profesor” Addiechi. Ahora debería juntar pedacitos de muchas personas para formar

colososcon ese nivel de fuego sagrado. Aunque hay gente que sabe una barbaridad, como

Néstor Otero, Alfredo Martínez, el Bebe Correas o Marito Rozano por citar algunos. En La

Plata, porque luchó y sigue luchando contra infinidad de obstáculos increíbles levantados

por los mercaderes de la codicia, por su humildad y por lo que juna del palo, Julio

Chiusaroli es un tipo con quien siempre da gusto sentarse a matear.

MF: –¿Cómo te imaginás el futuro de la actividad en nuestro país?

PG: – Es una pregunta muy amplia. Mi espíritu es optimista, pero el razonamiento es

pesimista por muchas de las cuestiones que hemos enumerado. Si quienes hablan de

defender la salud del caballo programan reuniones que en pleno enero arrancan a las 13 ó

13:30 horas, con 50º de sensación térmica en la cancha, estamos al horno.

MF: –Conocés varios hipódromos en Argentina y también en el exterior. Más allá de lo afectivo respecto de Los Eucaliptos, ¿cuáles te gustan más?

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PG: – Del exterior, el Cristal de Porto Alegre. Del Interior argentino, la rectas de Macachín y Tornquist, el Independencia de Rosario, Las Flores (Santa Fe), Río IV y Venado Tuerto.

MF: –Me gustaría que cuentes alguna anécdota más de tu viejo. Hago punta yo

mencionando una que leí en esas memorias que estaba escribiendo con el título

de Mentiras. Un día dateó a uno que andaba muerto. El tipo le preguntó si era firme y Oscar

le dijo "es para jugarle la sangre". Después de la carrera, que ganó fácil el dato, lo vio por la

tribuna y le preguntó si se había podido afirmar. "-Claro -le contestó el tipo,-¿Usted no me

dijo que era para jugarle la sangre? Bueno, vendí un litro y le fiché."

PG: –Claro, así fue. Le jugó la sangre nomás. Era otro turf, sin dudas. Con su fauna de

personajes, con un fuego sagrado que algunos todavía mantienen irreductible, pese a las

ráfagas incesantes del sistema que pugnan por apagarlo. De mi viejo te puedo contar mil.

Una vez después de su cuarto o quinto infarto, lo llevamos al cardiólogo con mi vieja, y el

doctor, después de revisarlo, le dijo que tenía que caminar más; él respondió al

toque: "¿Más de lo que camino en el hipódromo?". Otra vez estando en Mar del Plata, creo

que era para una entrega de unos Premios Faro de Mar, nos habían nominado por el

programa Varios Cuerpos; y ahí entre un montón de periodistas sentenció: "Yo no entiendo

cómo habiendo agencia de carreras y dos casinos, la gente en Mar del Plata va a la

playa".

Final mano a mano con Lopecito

Gustavo López: –Si estudié para hacer una imperfecta y en la redonda veo que uno bostea y el otro es calzado de tres. ¿Ficho igual?

PG: –Sí, pero achicá la parada. Si es calzado de las cuatro ya cambia….

GL: –Haceme una trifecta (derecha o revuelta) con los tres mejores y peores dirigentes de turf que conociste.

PG: –Los tres mejores, Valija Torres, Roberto Vasquez Mansilla y Julio Chiusaroli.

Aunque haría cuatrifecta e incluiría a Carlos Felice porque en menos de una década hizo

mucho más por el Turf del Interior que miles en medio siglo. La otra quedaría vacante porque no habría cantidad de mandiles posibles.

GL: –¿El mejor hipódromo para hacer una moneda?

PG: –La Plata.

GL: –En el caso de los jockeys, ¿se corre como se vive?

PG: –No podría generalizar, los Señores Jockeys hacen sacrificios inconmensurables.

GL: –Tu mejor día en las carreras y tu mayor peladura.

PG: –Cualquiera de los que me enamoraron del turf siendo gurí. La mayor peladura

siempre puede estar por venir.

GL: –¿Tu ídolo pincha?

PG: –José Ernesto Sosa.

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GL: –Un periodista de turf en Argentina para vivir de su profesión, ¿debe transar mucho poquito o nada?

PG: –Debe transar sólo con el escolaso, para aprender a patear y también a atajar. Debe

opinar desde la convicción y la inquebrantable honestidad intelectual. Con seguridad no sea

lo políticamente correcto, pero uno siente la profesión de esta manera.

GL: –¿Todo a ganador o es mejor jugar la tira?

PG: –La tira, siempre…y el gancho.

GL: –¿Qué vale más a la hora de poner un pingo en la fórmula, ¿la información o la tabulada?

PG: –La impresión.

GL: –¿El mejor periodista de turf de la actualidad?

PG: –Mário Rozano y Lucho Ortiz de Guinea. Y esta respuesta también es una suerte de

homenaje a dos colegas que admiro por lo que saben, por su simpleza de personas y por

todo lo que dan sin pedir nada a cambio.

GL: –¿Libro? ¿Película?

PG: –Cien Años de Soledad. Cinema Paradiso.

GL: –¿TAG podria haber crecido más de lo que creció hasta hoy? De ser afirmativo, ¿qué faltó?

PG: –Por supuesto. Apoyo interno desde la editorial, y también externo.

GL: –El bombo, ¿es trampa o lo aceptamos como parte de la actividad?

PG: –Es parte de la actividad, e insignificante al lado del bombo dirigencial.

GL: –Mañana viene un tipo y te da la que pedís pero con la condición que trabajes para él y no vuelvas a pisar un hipódromo. ¿Agarrás?

PG: –Me encantaría ser DT de fútbol y no lo descarto, pero al hipódromo volvería siempre.

Los Pingos de Todos. 30/3/2015.

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Pablo Gallo y Mário Rozano en el Hipódromo Cristal de Porto Alegre.