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8/14/2019 texto completo amenaza

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Una experiencia ritual en un aula de doctorado: La amenazaMarin Alegre, Sara Cervilla, Andrea Concha, Blanca Gimeno, Aida Mir, Ana Paz,Pilar Prez, Olga Rueda, Yamile Torres.Universidad Autnoma de Madrid

RESUMEN

Un evento experiencial en una clase de doctorado en torno a los rituales

contemporneos, la construccin de una identidad colectiva a partir de la sombra

psquica en su aspecto de terrores: La amenaza. De un taller se deriva a un proceso

personal que rene el grupo y en una propuesta performtica que va tomando cuerpo

siendo testigo un blog:www.lamenazadeunaperformance.blogger.com

Vivimos un momento en que las amenazas se multiplican, de la crisis global a lainminencia de una pandemia, desastres naturales, terrorismo internacional, lo que ya

atisbaba Beck en el ao1997, la brasileizacin de Europa est siendo un hecho (Beck2004, 219). Tanto el individuo como el grupo, nunca como ahora sinti las amenazastan presentes, los diferentes medios de comunicacin se encargan de hacernos llegartodos estos peligros, de los ms prximos a los ms lejanos con la cercana de loinevitable.

Los grupos humanos se han protegido del caos utilizando sus recursos de cohesinsocial, sus creencias mgicas y han afrontado los cambios a partir de conductasritualizadas, pautadas socialmente (Geertz, Turner, Eliade), en un mundoinminentemente individualista a la par que gregario, nuevas estrategias de supervivenciahan de surgir como respuestas rituales y simblicas de la comunidad.

La amenaza, con todas sus implicaciones sociales y personales, es el punto de partida deesta experiencia ritual, realizada en un aula de doctorado de educacin artstica enperiodo de formacin, como vivencia, experiencia e interrelacin del yo amenazado ynuestro colectivo social tambin amenazado.

Entre los cuerpos dados fenomnicamente se halla el humano, y con l, est dada, deun modo que no admite ulterior explicacin, la vivencia. Mas con la vivencia salimosdel mundo de los fenmenos fsicos y entramos en el reino de la realidad efectivaespiritual. Este reino es el objeto de las ciencias del espritu y la reflexin sobre estas y

su valor gnoseolgico es totalmente independiente del estudio de sus condicionesfsicas (Dilthey, 2000, p. 121)

El miedo es una emocin bsica que pervade la existencia misma tanto humana comoanimal. Socialmente est exento de responsabilidad criminal aquel que obre impulsadopor miedo insuperable, (Cdigo Penal espaol, Art 20.6, vigente desde 24 de mayo de1996) reconociendo as un derecho bsico a sentir y a actuar bajo este. No obstante,segn el psiquiatra Luis Rojas, la humanidad no es especficamente violenta, si hemossobrevivido tanto tiempo, dice, es porque la mayor parte del gnero humano tiende a laempata y la convivencia pacfica (Rojas 2005, 16).


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La existencia tiene el miedo como respuesta a la incgnita bsica y fundamental. Elmiedo a la muerte. El miedo a la muerte no es distinto del miedo a la vida. La muertedel yo como instancia final a la que irremediablemente todo ser autocognoscitivo seenfrenta. El yo compuesto que se autoengaa con la ilusin de existencia inherente teme

diluirse, confundirse, enloquecer. La cordura nos ata a la vida y la cordura no es otracosa que la ilusin de la consistencia del yo. El miedo paranoico protege de ladesvanescencia de la ilusin viendo al otro como enemigo, como ser en lucha pordesvanecer tu consistencia del yo construido. El otro se manifiesta en su mismo miedode inconsistencia del yo afirmndose y el propio se protege.

Tomando la idea de Yo saturado de Gergen (2006) la sopa de identidades posiblesdebido al enorme despliegue de modelos viables en la que estamos sumergidos roza elterror a la pregunta de quin soy yo? Con frecuencia, la difcil respuesta nos asoma a laangustia vital de la disolucin del yo.

Siguiendo la teora de Piaget y la Teora General de Sistemas, si tomamos al individuocomo sistema, podramos deducir que en nuestra sociedad el individuo es un sistemaabierto en constante acomodacin.

En la teora de Piaget conocer algo es asimilarlo a un esquema, a su estructura deconocimiento. En este sentido asimilar significa incluir un acontecimiento o actividaden los esquemas ya existentes, consolidando as su definicin. Cuando en la aplicacinde un esquema determinado es necesario efectuar un cambio para ajustarlo a lasparticularidades percibidas en la nueva situacin, entonces Piaget habla deacomodacin (Feixas y Villegas, 2000, p.66)

En la educacin, como en cualquier otro mbito de la interrelacin, el profesor, elterapeuta, o quien sea, tememos que nuestro yo se diluya ante el otro. Y en estemomento especialmente asediado por la constatacin de la flexibilidad e inconsistenciade nuestra cultura del yo. Por eso nos aferramos a la idea de tener razn deseandovalidar nuestro constructo en lucha con el del otro frente al temor de la desaparicin, dela propia locura. La reafirmacin frente al otro nos sirve de amuleto olvidando que elotro est en la misma situacin de precariedad frente a la existencia. Solo la con-pasin,el otro como si mismo, alivia el miedo. Somos parte de la misma danza, somos parte dela misma duda, del mismo temor y no es fcil sostener frente a los otros la angustiagenerada por la diaria confirmacin de nuestro miedo a vivir sin referentes slidos. Es el

miedo a la deriva del devenir lo que nos hace vulnerables, y esa vulnerabilidad lejos dederribarnos en nuestro hacer profesional, puede darnos el consuelo de la compaa delos otros frente al miedo.

Entre sealizaciones, atascos, publicidad excesiva, entre informacin desmedida ymuchas veces carente de sentido, se encuentra el ser humano de estos tiempos; en laactualidad se privilegia el proceder rpido, casi sin pensar, lo inmediato. Dar un espacioa los sentimientos y a las emociones, no es tarea fcil dentro de este embrollo, ya quepara hacer mencin de estos es necesario detenerse.

Las emociones son intrnsecas al ser humano, tanto las de agrado como las desagrado,

pero hoy por hoy simplemente son valoradas las frugales y las que producen placer,


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como la alegra momentnea. Por el contrario, las emociones como la rabia, tristeza y elmiedo, se intentan esconder, hacer como si no existiesen.

Al hacer un ritual sobre los miedos en el aula de clases, se dio un espacio para poder

expresar lo ms profundo del ser humano, algo que es individual y a la vez compartido.Por medio de recortes, pegando papeles, exponiendo y buscando soluciones a qu hacercon los miedos, se dio un espacio de descanso, un espacio de reflexin y decomunicacin.

Sin duda la expresin artstica, la combinacin de distintas herramientas, ayudaba a darforma a algo que en un principio pareca amorfo. Norman Duncan plantea que lasartes, como toda expresin no verbal, favorecen la exploracin, expresin ycomunicacin de aspectos de los que no somos conscientes (2007, p.40); en el aula, secompartieron los miedos, algo que en lo cotidiano no ocurre.

El ritual contena diversas miradas y formas de representar los miedos, sin embargo,al compartirlos de una forma artstica, se daba un ambiente que permita expresarse sinmiedo, lo cual era muy interesante y paradjico. Adems, ver en otro un miedosemejante al tuyo, produca un acercamiento, el que se acentu en la unificacin de losmiedos y creacin de la vacuna.

Y as trabajamos desde la experiencia ritual. Los rituales son lugares colectivos dondeencuentran comunin las distintas artes (Prez Camarero 2001 y 2002). El ritual nacepor necesidad del grupo que lo realiza, as como el proceso artstico es explicado desdeesa necesidad interior del que lo produce (Kandinski). El arte y el ritual son elementospurificadores y curativos, la experiencia artstica es un vehculo de autoconocimiento.Aparentemente vivimos un mundo desritualizado, pero los rituales, necesarios para lasalud de la comunidad se abren paso por caminos insospechados, lo que no se ritualizase convierte en sntoma. Hay una dificultad para definir lo que es un rito, no es unaconducta repetida, no es algo conectado necesariamente con el hecho religioso aunquesuele tener relacin con el carcter transcendente del ser humano. Como dice Centlivresalgunas conductas asociadas al rito en las llamadas sociedades primitivas hoy seencuentran desvinculadas del mismo: la danza, el juego, la expresin de las emociones,la expresin corporal en sus diversas formas (en Segalen 2005, 8). Y como diceSegalen el ritual tiene la virtud de adaptarse al correr de los tiempos, pues es flexible.

En nuestra prctica y comenzando con un ritual de paso anual desarrollado en el aula,reflexionamos despus sobre los ritos, su capacidad de transformarse y permanecer alhilo de los tiempos, y observamos que funcionan como elementos protectores de losmiedos y las vulnerabilidades individuales y colectivas. Realizamos una introspeccincreativa a la bsqueda de las amenazas y lo convertimos despus en un proceso decomunin del colectivo, inventamos el rito, y deriv en una suerte de psicomagia(Jodorowsky 2009) pero en este caso nosotros mismos nos recetamos el remedio, elritual para vencer el problema, el tab (la amenaza). Despus observamos los procesos ylas posibles aplicaciones en educacin artstica, como Inmaculada Gonzlez maestra deinfantil, que lo desarroll en una prctica con su grupo de clase que result unapropuesta ritual Miedo, miedete, vete vete que se fue construyendo como un proyecto


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Enseo mi sombra, aunque no me atrevo a hablar de ella, pero la hago visible, pblica...y veo la de los dems, algunas ms terrorficas, otras familiares, otras incomprensibles...

Escucho a los otros, sus miedos locos, sus miedos ntimos, sus miedos solidarios...

Me empapo de lo colectivo, todos tenemos miedos. Un rumor ancestral me dice loscompartimos todos. Una familiaridad cultural, social me dice que somos vctimas de lamisma agresin... el grito del cuerpo, la insatisfaccin con nuestra imagen, la agona delcuerpo de la tierra...

Comulgamos todos, comiendo un trozo de nuestro miedo. Algo quedar dentro, algoaccesible a mi digestin. Un contrahechizo, el anticuerpo que me dar fuerza,inmunidad...

Entonces unimos nuestros miedos en ese caldo colectivo del que provienen. Se sumergemi yo junto a otros yo-es, formamos todos una unidad. Se disuelven las imgenes enagua y ya no veo mi miedo, veo una masa pesada y hmeda. Un cuerpo extrao queamasamos y estrujamos y ya es de todos. Hemos materializado y unido nuestrasamenazas. Somos todos guerreros, hechiceros, alquimistas y somos todos tribu...

Me llevo un trozo de estos miedos compartidos y lo entierro en un maceta... tierra ycermica, le devuelvo a donde vino. Y esparzo semillas de girasol... a ver si mi sombra

se llena de luz.


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Utilizar los rituales en el aula desde su vertiente ms creadora ayuda a fundir lasmicronarrativas con la historia mtica del clan, los ritos inventados y autogenerados con

los rituales performticos del espacio acadmico ms ortodoxo (Mc Laran). En estemarco las artes escnicas, la dramatizacin y las artes visuales encuentran su conexin.

Este ritual nos resitu en torno ya no nicamente de nuestras propias amenazas si noante las de los dems. Acrecentando el sentido de pertenencia. Tratndose de un grupoabierto a la transformacin en tanto que la accin va dirigida al cambio, considerandocomponentes conscientes e inconscientes de la psique. Haba que dejar salir lo instintivoe irracional para despus comprenderlo, actividades que por otra parte no son habitualesen los entornos educativos, siendo mucho ms frecuentes las que potencian elrazonamiento lgico y/o anlisis racional. Construir un grupo vivo que dota de sentido asu actividad, capacitado para generar cultura y no simplemente para asimilarla. Esta

accin, este movimiento as concebido genera deseo, motivacin. Integrando la sombra(nuestro ser del inframundo es negro Hilmann 2004, 89) y haciendo uso de su fuerzapara generar nuevas realidades, constructivas y comunitarias. Solo la escuela vivagenera aprendizaje ms all de la mera asimilacin de conocimientos.

El ritual y su experiencia actan como elementos de conexin y catarsis de losparticipantes con el entorno educativo y son vehculo de transformaciones. En nuestraintervencin en elIII Congrs dEducaci de les Arts Visuals pretendemos participarlesde nuestras reflexiones textuales y visuales del evento y su devenir a la vez quecompartir una accin performtica frente a lo que sentimos amenaza el entornoeducativo en que nos movemos: Reforma globalizante en falsa clave de gasto cero

Bolonia a la Espaola: La amenaza.


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La amenaza fragmentada viaj a las casas de los intervinientes en la experiencia:

Cuando llegu a casa el da de clase con la bola de papel de amenaza la enterr en latierra de la jardinera, como si de una semilla se tratara para sembrar algo. Mi compaerode piso reg las plantas tal y como aparece en las fotos y vio la bola de papel flotandohasta que cay por el borde de la jardinera abajo. Es un primer piso y estuve mirando siencontraba la bola de papel en el jardn de abajo, pero no hubo rastro. Ha desaparecido.As acab mi amenaza.


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Me molest tener que cargar con todas las amenazas. Yo tena una sola y volv con unabola amasijada de amenazas generales.

No bast inocularse comindonos un pequeo pedazo de nuestros propios miedos.Haba que transformar aquella fea bola informe llevndonos los restos a casa.

Visualic el kfir, ese hongo que crece y crece en tu cocina pidiendo ms y ms leche,insaciablemente, como un beb aliengena que alguien de buen corazn te dio encustodia para cumplir el ritual de bienvenida al mundo macrobitico y que como untamagochi New Age, tienes miedo a desatender o incluso a matar! por un olvido nointencionado.

Llegu a casa, mir mis plantas y pens en reducir el tamao de aquel monstruo antes dedarle una nueva vida ms gozosa al lado de mis hermosas flores. Dej en la chimenea enespera de cremacin el zurullo pensando en hacerlo el fin de semana y me acost.

Al da siguiente volv tarde de trabajar. Haba estado la limpiadora y el ambiente ola alimpio. Tan limpio que no vi mi alfombra preferida en la entrada, donde la dejenrollada para llevarla al tinte. Busqu por toda la casa y tampoco encontr a zurullo,pero he de reconocer que la ausencia de mi predilecta hizo menor el desenlace fatal quesupuse haba acabado con el nuevo inquilino y hasta sent alivio.


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Jetta me dijo que haba tirado la alfombra. QU HAS TIRADO MIALFOMBRA!!! S, seura. Sent crecer mi ira de tal modo que sin ms colgu.Hasta 16 llamadas perdidas recib de la que ya senta mi ex-asistenta. Despus decalmarme un poco y de pensar que ella se traslad a un pas lejano para limpiar las casas

de los que pueden tirar sus alfombras cuando se ensucian, devolv la llamada y le dijeque no se preocupase, ante su insistencia de que buscara la forma de compensarlo.


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Lo cierto es que despus de una semana, la alfombra volvi a aparecer en el lugar dondedesapareci y entonces desconfi de ella porque me haba mentido. No he vuelto ahablar con Jetta ms, ni de esto ni de nada. Le dejo notas en la mesa sobre las tareas que

debe realizar en mi ausencia y punto.

Lleg el da de la reunin de Las Amenazas y record el tema de la ma: El monlogo.

Jetta me proporcion el monlogo para darme cuenta de que la amenaza que tanto temoslo puede ser transmutada por el dilogo. Esa es la transformacin.

La amenaza, como trabajo realizado en el aula de clase, fue un proceso interiorizado enel curso de multicultura y smbolos, ha sido una experiencia altamente significativa, queha anudado muchos de los conceptos aprendidos. En el proceso de adaptacin yapropiacin a los cambios y en la toma de conciencia, al saber la importancia que tiene

el ritualizar las amenazas que se nos presentan en el devenir de la vida, de lacotidianidad, son muchos esos factores, que de manera relevante estn ah, tantoamenazas como oportunidades, ellas nos preparan de manera rigurosa a establecerpautas de juego.

Rituales que nos facilitan de manera sana, sacar adelante, circunstancias queconsideramos son parte del interactuar, en un mundo cambiante, lleno de traumatismosy de necesaria adaptacin.

Mi experiencia, personal fue muy satisfactoria, esas amenazas, que me ha entregado micompaera de curso, para que las exorcizara, fueron devoradas por un tigrillo, que viveconmigo, es mi mascota, l devora todo lo malo que me pasa, acta como una vlvulade escape, como experiencia liberadora, es un elemento simblico y arquetpico, quedesigne, sera mi acompaante, en este viaje del conocimiento.

Como medio metafrico de liberacin y renovacin, es aqu donde este juego muestracmo el imaginario hace realidad nuestros sueos y las amenazas desaparecen.

Primero las cort en trocitos pequeos, que fui uno a uno introduciendo en la boca deltigre, luego, simul, que fueron devoradas por mi tigrillo, para evidenciarlo, tom lafoto, luego las ech en agua, ellas se diluyeron y las ech en el retrete. Es un juego muy

divertido y de gran aliciente.Este ritual, fue muy rpido, pues las amenazas deban desaparecer de mi vida y bueno,lo logr. No se pudo de otra manera, pues vivo en un cuarto del colegio mayor y nadaera mejor as.


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El planteamiento del trabajo de clase era que partiendo de una serie de materialimpreso variado de revistas y dems, encontrramos aquello que nos amenazaba. En micaso rebuscando encontr una masa ingente de gente en una plaza. Esa es una de mispeores pesadillas, la gente aglutinada sin cabeza y sin control, todos a uno.

Cog a mi grupo de individuos y comenc a aadir elementos que influyen en esosmovimientos de personas ante un mismo hecho y en donde la mayora de las veces unopasa a ser masa, y es ah donde la masa te engulle. Encontr varias cmaras detelevisin y algn elemento ms que ahora no recuerdo. Y ah estaba. Luego reunimosnuestras amenazas particulares y las curioseamos, las comentamos.

Qu hacer con ellas?1. Vacunarnos: comimos cada uno una pequea porcin de nuestra amenaza. Yaestamos vacunados!!!


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2. Destruirlas? Quemarlas? Reciclarlas?: Decidimos hacer una sper amenazacolectiva y repartrnosla. Cada uno se llevara una pequea porcin y decidira comoreciclarla o reconvertirla.

En mi caso hubo limpieza de mesa del comedor y mis hijos, muy bien educadosvieron que aquello era una basurilla de papel mojado y de pinta asquerosa y se fue a labasura sin mayores miramientos. As se fue la amenaza de mi casa de la mano inocentede unas criaturas.

UNA AMENAZA EN NADA SINGULAR Y EN TODO ALIENANTEEl dedo ndice es el segundo dedo de la mano, y se encuentra entre el pulgar y el dedocorazn. A lo largo de la historia, sino de la Humanidad, si de la historia de multitud de

seres pululantes por este planeta Tierra, cientos de veces se ha dado el hecho dedescubrirles con gesto napolenico, o lo que es lo mismo apuntando a otros conDIRECTRICES IMPERATIVAS.

1fase ELABORACIN PLSTICA DE LA AMENAZA

As cuando menos me lo esperaba me vi componiendo en la clase de este curso deDoctorado un curioso collage en el que si alguna imagen destacaba era esta que acabode sealar. Ese puo con el dedo ndice bien saliente, en este caso, para recriminar,domesticar, imperarUn ndice que a travs de ese gesto delimitador gravitaba en miinterior con la pretensin de dilapidar cualquiera de mis ideas, tanto ms si se trataba de

ideas, con un alto poder intuitivo, con un fuerte componente simblico y hadado.


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La amenaza en este caso ya estaba definida, una amenaza especialmente capacitada paraapagar el deseo de iniciativa. Una conexin profunda vinculaba a esta amenaza con elmbito educativo. No por casualidad me vino a las manos la imagen de un reloj a travsde una de las mltiples revistas que haba encima de la mesa. Y no por casualidad me

vino a la memoria el siguiente fragmento de la obra de James Barrie, Peter Pan. Porsupuesto, todos los chicos fueron enviados a la escuelaDespus de asistir a la escueladurante una semana se dieron cuenta de lo tontos que haban sido por no quedarse en laisla, pero ya era demasiado tarde y no tardaron en acostumbrarse a ser tan normalescomo vosotros, yo o cualquier hijo de vecino. Es triste tener que decir que poco a pocofueron perdiendo la capacidad de volar. As, al dedo ndice escrutador e imperativo sele uni la delimitacin del espacio y el tiempo, a travs de una imagen situada en elngulo superior izquierdo a modo de Sol.

2fase EXPOSICIN DE LA AMENAZA.

Una vez que esta amenaza se vio expuesta, desvelada, entre tantas otras a cada cual msrebelde y daina, perdi sus pesquisas de singularidad y se vio sometida a lamediocridad de quien comparte parmetros comunes en base a objetivos como el desilenciar los relieves y uniformar los matices. La amenaza revestida de su propiaidentidad, quedaba exhausta, silenciada, encogida.

3fase-LA AMENAZA SOMETIDA A UN PRIMER NIVEL DETRANSFORMACIN.

Tras este escarnio pblico que les supuso el verse expuestas entre las variopintasamenazas que se extendan a todo lo largo de la mesa del aula de plstica, se vieronsumergidas en el ocano de las emociones de sus propios llantos. As, en el barreo azulfueron depositadas una a una hasta conformar la gran aglomeracin. Fue as como estaamenaza perdi todas sus fuerzas, toda su relevancia, y as fue como despus deconformarse en una amorfa y deforme masa contribuy a generar el mejor antdoto delos antdotos.

4fase-LA VACUNA

Una pequea dosis de la misma me reconcili con su esencia. Antes de ingerirla memanifest su verdadera identidad, sus vctimas ms sabrosas, las que por ser ms afines

a ella eran devoradas por esa funcin principal que tena de eliminarlas y sabotearlas.En su esencia lata la inteligencia, la estrategia, y el deseo de libertad. Todo aquelpotencial alienante lo haba adquirido sustentada por un mar de miedo y ciertasoberbia. Mutaron en su ncleo capacitndola como un veneno amenazante capaz deamortiguar cualquier deseo de iniciativa.

El caso es que la dosis requerida ofreci pequeas resistencias, se haca bola,obstculo. Una vez ms se resista a pasar por el tamiz de la transformacin. Porque aeso era a lo que estaba abocada, fundamentalmente desde el momento que empez aestar bajo los influjos de esta experiencia ritual.


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5fase-EL RITO-EL GRAN ACUERDOUna vez ingerida la vacuna, teniendo por tanto la amenaza bajo control, cada miembrodel grupo acord llevarse parte de su sustancia para proceder a una ltima y personalaccin transformativa.

La consigna general era plantarla, al poder ser, en un lugar en el que no se perdiera devista su transformacin, su cambio y florecimiento.

6fase- LA AMENAZA YA NO PASA DE LA ENTRADA DEL ALMA

En esta 6 fase an hoy he de decir que bajo ese aspecto ptreo y deformado queadquiri, infunda, guardaba la amenaza en su expresin plstica la capacidad degenerar temor. Da cuenta de ello la expresin del rostro de un buen amigo que ajeno asu significado se dio de bruces con la misma y fue entonces cuando una especie detemor incomprensible le hizo estremecer.

Desde que Mara Struck lo barri sin ms del hall de mi psique, pues no la permitllegar a ms, me ha quedado claro que su potencial es tremendo, su nido el caos, su casala basura.

7fase-TRANSFORMACIN FINAL

No obstante la ech de menos y pens en la basura en la que haba acabado. Pens enesos ciclos de reciclaje y su potencial de rescate. Cuando transforman sus sustancias atravs de un poderoso ciclo y se ampla o incrementa el poder de su materia como savianueva. Se consigue as una nueva forma que ha requerido de una atencin permanente,para distinguir y consolidar sus ms potentes residuos.

Fue a travs del ritual que provoc la expulsin de esta amenaza, mejor dicho, queprovoc su desvelamiento el que como experiencia transformativa me hizoencontrarme con ella, hallar sus secretos.

No olvidar que esta amenaza se encuentra en el caos y es potencial de todo sistema estan importante como perpetuar el ejercicio de sus posibilidades de cambio ytransformacin.

Me propuse reciclar, poner una especial atencin a la materia, a su uso, su orden, sudesorden su transformacin.

La puerta de entrada de una amenaza, bien pudiera ser la materia, pudiendo hacer deella su aliada, la puerta de salida el rito, la ceremonia.

Ahora la amenaza transformada y converta en abono crece en varias macetas de micasa. Llegu con la bola de papel simblico en su vasito de cumpleaos, sintiendo ungran recelo. Estuvo por ms de una semana en una balda de una estantera en el saln,cada vez que pasaba la miraba con aprensin, quera hacer un ritual de transformacin yplantarla en una maceta pero no encontraba la forma, no me decida, estaba esperando el

momento, la oportunidad. Una noche sal con unos compaeros de la Universidad y


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encontr una planta de cintas que haban tirado a la basura, la rescat y fue compaerade velada me gusta recoger cosas de la calle y sent no llevarme otras plantas queestaban en la misma basura, mis colegas me miraban con ese gesto de quien piensa quehaces algo que no cuadra al momento, yo me senta muy bien.

Al da siguiente me dispuse a hacer el ritual, estaba sola en casa, tom la bola de lasamenazas colectivas, la troce con mucha dificultad qu dura y resistente esa bola demiedos! Troceada, la fui quemando con mucha paciencia, troceando y quemando. Elolor era ftido, pens que era adecuado a lo que se estaba quemando, encend inciensopara compensar y mejorar el aire. Fuera se estaba preparando una tormenta, y segn elritual -que se demor- fue celebrndose, la tormenta termin en una lluvia liberadora,me acompa con msica, puse un disco de Billie Holliday que me gusta mucho, y fuiaceptando el proceso, acompaada por la melancola suave de las canciones.

Cuando estaba quemada la un a la tierra y la plant en una maceta. La planta ha crecido

y brotado, al tiempo mi compaero ha plantado otras dos plantitas en macetas mspequeas, as que esa amenaza transformada tiene dos hijos supervivientes. La plantamadre est en la habitacin onrica y las hijas en la ventana de la cocina y en unapequea habitacin frente a la entrada de la casa. Me da buena sensacin verlas, aunquerecuerdo que debajo de la principal haba una amenaza colectiva, y que las pequeitasson carne de la misma sustancia, me hacen pensar irnicamente en la pelcula Latienda de los horrores, pero esta amenaza ya no va en mi contra, porque fluyo con ella,para m que a los miedos y las amenazas es mucho mejor tenerlos a la vista.


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Algunas de los participantes no contaron qu cosa ocurri con sus amenazas, de lasnarraciones, buena parte se perdieron, se traspapelaron en ese viaje a casa, en un caso sefue camino a las aguas subterrneas, en otro ha criado transformada en unas cuantasmacetas.


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