Sobre Justificación y Verdad Respuesta a León Olivé

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Sobre justificación

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    Sobre justificacin y verdad: respuesta a Len Oliv Author(s): Luis Villoro Source: Crtica: Revista Hispanoamericana de Filosofa, Vol. 22, No. 65 (Aug., 1990), pp. 73-92Published by: , Instituto de Investigaciones Filosficas Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40104441Accessed: 30-04-2015 17:55 UTC

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  • SOBRE JUSTIFICACIN Y VERDAD: RESPUESTA A LEN OLIV

    Luis Villoro Instituto de Investigaciones Filosficas

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    DISCUSIONES

    CRTICA, Revista Hispanoamericana de Filosofa Vol. XXII, No. 65 (agosto 1990): 7S-92

    En varios trabajos Len Oliv (1984, 1986, 1988) ha presen- tado comentarios crticos a algunas tesis de mi libro Creer, sa- ber, conocer (1982), particularmente a la relacin entre justi- ficacin objetiva y verdad. Como alternativa a las dificultades que encuentra en mi tesis, ha ofrecido otra propuesta terica que conduce a un concepto nuevo de verdad.

    "Justificacin", "objetividad", "saber", "conocimiento", "realidad", "verdad", "racionalidad" pertenecen a una misma familia de conceptos. Ninguno se entiende sin referencia a los dems. Tanto las crticas de Oliv como su propia respuesta son una contribucin seria para dilucidar mejor la relacin entre esos conceptos. Merecen toda nuestra atencin. Empecemos por examinar sus reparos a la nocin de verdad como "ade- cuacin" y al llamado "realismo metafsico".

    Verdad como adecuacin Para despejar el camino, reconozcamos un error. En mi libro avanc una interpretacin realista de la definicin semntica de verdad como si fuera la nica posible. Tiene razn Oliv en sealar que la definicin de Tarski es neutra frente a la alter-

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  • nativa realismo-antirrealismo (1988, p. 161). Por sostener esa interpretacin tengo una excusa: coincida con mis preferen- cias tericas y me pareca corresponder a la del propio Tarski. Aun as, deb sealar que no se deriva con necesidad de la definicin semntica.

    Otra omisin de mi parte: adhiero a la concepcin de la ver- dad como "adecuacin entre el entendimiento y la realidad", sin aclarar en qu sentido podra considerarla legtima. Ahora bien, esa concepcin ha sido blanco de serias objeciones los ltimos aos. Creo sin embargo, que todas ellas afectan a una versin que entendera la "adecuacin" al modo de una co- rrelacin entre dos entidades distintas y separables. Wittgen- stein, en su teora de la "figura" (Bild), es responsable de la formulacin moderna ms elaborada de esta versin. Pero creo que la concepcin de la verdad como adaequatio expresa una intuicin bsica imprescindible: que la verdad no puede com- prenderse como una relacin intra-lingstica o intra-mental, sino que, en los enunciados verdaderos, alcanzamos una rea- lidad extra-lingstica. Por desgracia, los nombres de "corres- pondencia" "adecuacin" sugieren una imagen engaosa: la comparacin entre dos entidades previamente existentes: por un lado enunciados o creencias, por el otro, una realidad no afectada por ninguna creencia. Esta imagen supone dos ideas insostenibles: 1) admitir la posibilidad de conocer una reali- dad separada de todo sujeto; 2) concebir la "correspondencia" en analoga con la relacin entre dos formas o estructuras cuyos elementos embonaran entre s.

    Pero cabra otra versin de la verdad como correspondencia que, sin aceptar esos supuestos, hiciera justicia a su intuicin bsica. Recordemos, primero, que lo que puede ser "verda- dero" o "falso" no es el enunciado en cuanto acto de habla (Speechact) sino lo enunciado en l. "Decir la verdad no es una manera de decir: es decir algo verdadero" (R Strawson, 1964, p. 33, sub. nos.). Lo dicho, lo enunciado en el "decir la verdad" es una situacin objetiva (Sachverhalt, state ofqffairs) 74

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  • existente. Por ejemplo si el enunciado "la luna es brillante" es verdadero, entonces es un hecho que la luna es brillante; esto quiere decir que la situacin objetiva enunciada es. Lo que hace verdadero al enunciado no es algo perteneciente al enunciarlo, sino el hecho de que algo existe. Y el hecho no es distinto a la situacin objetiva existente. El hecho de que p no es algp distinto a la situacin enunciada en "p", es slo la caracterstica de existir de p. La misma situacin objetiva puede existir realmente o ser solamente enunciada (creda, juz- gada, mencionada). En el primer caso es un hecho. El hecho de que la situacin objetiva exista realmente no convierte a la situacin enunciada en imagen o figura {Bild) que pudiera compararse con ella, pues el hecho es la existencia real de la misma situacin enunciada. No hay, en suma, dos entidades que comparar sino una sola que tiene, en un caso, existencia puramente enunciada, de origen lingstico, y en el otro exis- tencia real. Recordemos la antigua distincin entre "existencia objetiva" y "existencia formal". Podramos decir que lo enun- ciado, en un enunciado verdadero, tiene "existencia objetiva" en cuanto enunciado y "existencia formal" en cuanto verda- dero. Por lo tanto, si "p" es verdadera, podemos entender por p el hecho real que hace verdadera a "p", sin que ese hecho pueda compararse, de ningn modo, con "/>", puesto que es lo mismo enunciado en "p".

    Pero que la situacin objetiva sea un hecho quiere decir que no es slo una entidad lingstica, que no est "puesta", "cons- tituida" en el acto de enunciarla, que su existencia no obedece a ese acto. Husserl expresaba esto al decir que entonces la situacin objetiva est "dada por ella misma" (Selbstgegeben). La verdad sera la adecuacin de lo significado con lo "dado por s mismo". Pero no se tratara de una concordancia entre dos entidades diferentes sino del darse lo significado tal como es significado (1929, Va. Investigacin, cap. V). La nocin de verdad como "correspondencia" sera una manera metafrica de indicar que la verdad se da slo cuando una situacin ob-

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  • jetiva enunciada o creda es, adems, un hecho real, es de- cir "corresponde" a algo existente. Quizs, como piensa Stra- wson (1964, p. 32) conviniera abandonar de lleno la nocin de "adecuacin" o "correspondencia", para evitar equvocos. Pero entonces habra que reemplazarla por otra que recogiera sus dos ideas fundamentales: 1) el hecho que hace verdadero al enunciado no es una entidad lingstica; 2) ese hecho "corres- ponde" a una entidad enunciada, luego, lingstica. Me parece que las concepciones de la verdad propuestas como alternati- vas a la nocin de "correspondencia" (verdad como coherencia, como consenso, etc.) no hacen plena justicia a esas dos ideas.

    Quien siguiera esta versin de la teora de la adecuacin, no podra aceptar la reduccin de la verdad a una relacin intra- conceptual, pero s debera aceptar la idea recordada por Oliv de que la verdad no implica una comparacin o corresponden- cia entre una entidad conceptual y una realidad "incontami- nada" por conceptos.

    Realismo metafisico Oliv cree leer (1984, p. 80-88) en mi libro un "realismo me- tafisico". Hilary Putnam (1981, p. 49) ha definido ese tipo de realismo por tres note i: 1) "El mundo consiste en una totalidad fija de objetos independientes de la mente". Como veremos, "independiente de la mente" es un trmino ambiguo. Putnam no lo aclara pero, por el contexto, es de presumir que entiende por l algo as como "no afectado" por conceptos o enunciados. 2)"Slo hay una descripcin verdadera y completa de la 'ma- nera cmo es el mundo' ". 3) La verdad implica una correspon- dencia entre signos lingsticos y cosas "externas". Una doc- trina que sostuviera esas tres proposiciones es tan claramente contradictoria que resulta sorprendente que Putnam dedique tantas pginas a refutarla. Esas tres proposiciones comprome- ten, en efecto, a aseverar la existencia de una realidad que, por definicin (proposicin 1), es independiente de toda aseve- 76

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  • racin, as como a aceptar la posibilidad de una descripcin del mundo independiente de las condiciones subjetivas que hacen posible toda descripcin (proposicin 2). Ignoro quin podra sostener un "realismo" semejante.

    En mi libro (1982) me inclin por una forma de realismo. De seguro no me detuve en distinguirlo de otras formas; soy responsable pues de los equvocos a que puede dar lugar. Con todo, no creo que pueda interpretarse mi postura en el sen- tido del "realimo metafsico" tal como Putnam lo define. De las tres proposiciones que lo caracterizan, la tercera se refiere a la versin simplista de la verdad como adecuacin que acabo de discutir. En la primera proposicin (la existencia de "ob- jetos independientes de la mente") hay una ambigedad que intentar dilucidar ms tarde. Todo realismo acepta la existen- cia independiente del mundo, pero no necesariamente la inde- pendencia respecto de la mente de los objetos pensados. Esta segunda proposicin es contraria a la tesis central de Creer, sa- ber, conocer. Una parte de mi argumentacin para eliminar la verdad de las condiciones de "saber" consisti justamente en mostrar la imposibilidad de admitir una verdad absoluta que no sera concebida o aseverada por ningn sujeto (1982, p. 182- 3). Por otra parte, trat de mostrar que ningn sujeto puede juz- gar de la verdad de sus creencias si no es mediante sus propias justificaciones. La admisin de una objetividad independiente del proceso de justificacin sera contradictoria. Una cosa es sostener que un hecho enunciado tiene una existencia inde- pendiente de su enunciarlo (tesis de todo realismo) y otra que pueda ser un objeto independiente del enunciado (tesis contra- dictoria del llamado "realismo metafsico"). Permtaseme una cita de mi libro: "No afirmamos que - si "p" es verdadera el hechop no exista con independencia de todo juicio, sino que no puede ser juzgado, ni sabido, con independencia de todo juicio" (1982, p. 178).

    Tampoco he sostenido la posibilidad de "una completa y ver- dadera descripcin del mundo". Oliv, que ha ledo con inte-

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  • ligencia mi libro, sabe que intent demostrar cmo todo sa- ber, por lo tanto toda descripcin del mundo, est condicio- nada por las creencias bsicas de una "comunidad epistmica" histricamente determinada. Cmo podra entonces admitir una sola verdadera descripcin del mundo? Oliv interpreta una frase ma como si afirmara que "El progreso del saber estriba en un acercamiento a la nica completa y verdadera descripcin acerca del mundo real" (1984, p. 88). Pero lo que yo escrib es algo distinto: "La verdad absoluta no es plena- mente Mcanzable por sujetos histricos; su acceso a ella siem- pre ser parcial y estar limitado por condiciones fcticas. Sin embargo, la adecuacin plena de nuestros juicios a la realidad es una idea regulativa de la razn a la que se aproxima pro- gresivamente, en etapas sucesivas, el conocimiento de la espe- cie" (1982, p. 195). El acceso a la verdad estar por lo tanto, siempre condicionado histricamente. La meta regulativa no es "alcanzar una nica descripcin verdadera del mundo", sino progresar en descripciones, condicionadas histricamente por cada comunidad epistmica, pero cada vez provistas de mejores garantas para alcanzar la realidad.

    Coincido, pues, con Oliv en el rechazo de un "realismo metafsico" como lo entiende Putnam. La postura ms razo- nable me parece la de un realismo (podramos llamarlo "on- tolgico"?) que aceptara la existencia de un mundo comn a todo sujeto, independiente ontolgicamente, pero no describi- ble ni cognoscible con independencia de todo sujeto. No es sta tambin la posicin de Oliv? As se desprende de frases como sta: "Por mi parte considero que un genuino realismo debe aceptar que hay una realidad no contaminada por con- ceptualizaciones, es decir, independiente de todo marco con- ceptual. Pero igualmente debe rechazar la idea de que existe un nico, verdadero y completo marco conceptual que ofrece la descripcin correcta de la realidad" (1986, p. 155 y 1988, p. 171). El problema sera cmo concebir ese realismo.

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  • "Realismo interno" Oliv sostiene un "realismo interno" que modifica en un punto importante el de Putnam. Veamos primero este ltimo. Putnam caracteriza su realismo con dos ideas: 1) Los objetos no pue- den concebirse ms que "en el interior del esquema concep- tual" de los sujetos; pero adems "los objetos no existen inde- pendientemente de los esquemas conceptuales" (1981, p. 52). Notemos que Putnam pasa, sin argumento alguno, de "los obje- tos no pueden concebirse sin esquemas conceptuales" (lo cual es cierto) a "los objetos no existen sin esquemas conceptua- les" (lo cual puede o no ser cierto segn el sentido de "obje- tos", pero, en todo caso, no se deduce de la proposicin ante- rior). Este es un punto que discutiremos en el segundo apar- tado. 2) "La verdad es alguna especie de aceptabilidad racional (idealizada)" (1981, p. 49). Esta segunda tesis es lgicamente independiente de la primera. En efecto, de la dependencia de los objetos a conceptos no se sigue que la verdad sea una forma de "aceptabilidad" y no una forma de "adecuacin", salvo si "adecuacin" se define por la versin contradictoria que Put- nam presta al "realismo metafsico".

    Oliv sigue el realismo interno de Putnam con dos modifica- ciones importantes: 1) reemplaza la nocin vaga de "esquemas conceptuales" por la de "marcos conceptuales", ms precisa y a salvo, segn Oliv, de las objeciones de Davidson. Si lo he entendido bien, cada "comunidad epistmica" estara determi- nada por un "marco conceptual" especfico. 2) Oliv se percata de que, en la posicin de Putnam, tanto la realidad como la ver- dad slo pueden darse en el interior de un marco conceptual. Por lo tanto, no se puede explicar el cambio de los marcos con- ceptuales ni, en mi terminologa, el trnsito de una comunidad epistmica a otra (1986, p. 172, 1988, p. 156). Para explicar el cambio de marcos conceptuales, Oliv acepta que "hay una realidad no contaminada por conceptualizaciones, es decir, in- dependiente de todo marco conceptual", aunque no exista un

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  • nico marco conceptual susceptible de ofrecer la descripcin correcta de esa realidad (1986, p. 171). Me parece que, en ese punto, el "realismo interno" tal como Oliv lo entiende coin- cide con mi propia postura.

    Pero centremos el problema: frente a los argumentos de Put- nam, es posible admitir un mundo "tal como existe con in- dependencia de cualquier sujeto que lo crea", para usar mi propia frmula? (1982, p. 176). Todo depende de lo que se entienda por "independencia". Si se entendiera en el sentido del "realismo metafsico"de que habla Putnam, no sera posi- ble. En efecto, supondra una realidad "independiente de todo concepto" que slo podra ser descrita con un tipo de concep- tosHDe la negacin de esa proposicin contradictoria Putnam pretende concluir que "los objetos no existen con independen- cia de esquemas conceptuales" (1981, p. 52). Esta proposicin es verdadera si y slo si "objeto" quiere decir "aquello que es el trmino de nuestros conceptos". Pero entonces es una tauto- loga. Esa proposicin no se concluye, en cambio, si "objeto" quiere decir "hecho o situacin objetiva existente". En efecto, del hecho de que todo objeto deba concebirse mediante con- ceptos (enunciado tautolgico) no se sigue que lo as conce- bido no exista con independencia de conceptos. Putnam con- funde dos nociones elementales: dependencia noseolgica y dependencia ontolgica. De la primera no puede concluirse la segunda. De que una rosa no sea rosa ms que si la nombro "rosa" no se sigue que no sea, sin que nadie la nombre "rosa". Lo que una cosa sea depende de nuestros esquemas conceptua- les, que una cosa sea no depende de ninguno.

    Si lo interpreto bien, Oliv no cae en el simplismo de Put- nam. Critica mi postura porque cree leer en ella una versin de un "realismo metafsico". Pero ya indiqu que no pretendo sostener esa tesis. Oliv ofrece, en cambio, una versin realista ms clara y convincente que la que yo haba expuesto en mi li- bro. No puedo menos que aceptarla. Subrayemos slo un punto. Oliv difiere de Putnam y coincide conmigo en que, para expli-

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  • car el cambio de marcos conceptuales, es menester admitir la existencia de una realidad independiente de todo marco con- ceptual. A la vez sostiene, con Putnam, que toda descripcin de esa realidad se hace "en el interior" de un marco conceptual. Esas dos proposiciones no son contradictorias slo si se distin- gue independencia ontolgica de independencia noseolgica. Para explicar tanto la coincidencia de todos los sujetos de una comunidad epistmica en un saber objetivo, como el paso de una comunidad epistmica a otra, debemos admitir tanto la in- dependencia ontolgica del mundo, como su dependencia no- seolgica. Creo que sa es la tesis de Oliv aunque dicha con otras palabras. Creo tambin que expone mejor de lo que yo haba hecho, mi propia conviccin. No creo haberme equivo- cado, por lo tanto, como piensa Oliv, al sostener que "la mejor explicacin de la coincidencia [de los juicios empricos de los miembros de una comunidad epistmica] es la existencia real, independiente de los sujetos, de los hechos juzgados" (Villoro, 1982, p. 181 y Oliv, 1986, p. 163), poique lo que califico de "independiente de todo sujeto" no son los objetos en tanto co- nocidos o juzgados, sino la existencia de los hechos juzgados, y me parece que, en este punto, Oliv debera coincidir con- migo. En cambio, en algunas frases de Oliv an subsiste cierta ambigedad. La admisin de "un mundo real comn a todo su- jeto" debe entenderse - dice (1986, p. 168) - como "mundo comn a todo sujeto que comparta ese marco conceptual" y "mundo real" como "no independiente del marco conceptual". Tiene razn si "independiente" se entiende en un sentido no- seolgico, y "mundo" como el conjunto de "objetos conocidos o descritos", pero no la tiene si "independiente" tiene un sentido ontolgico y "mundo" es simplemente la realidad que es.

    Verdad y justificacin Regresemos ahora a la nocin de verdad. Rara explicar el cam- bio de marcos conceptuales y, a la vez, evitar la relativizacin

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  • de la verdad a comunidades histricamente determinadas, ca- ben dos vas diferentes: Primera: No separar "verdad" de "justificacin objetiva". La verdad se define como una forma de justificacin. Cuando sta se realiza en ciertas condiciones ideales, resulta comn a toda comunidad epistmica y, por lo tanto, universal. Es la va que sigue Oliv. Segunda: Distinguir entre "justificacin objetiva" y "verdad". La verdad podra in- ferirse de la justificacin cuando sta cumple con ciertas con- diciones, pero no coincide, por definicin, con ninguna forma de justificacin. Ambas vas son compatibles con el "realismo interno" tal como Oliv lo concibe. Las dos presentan ventajas e inconvenientes tericos. Slo podemos dirimir entre ellas si determinamos cul postura suministrara un marco conceptual mejor para comprender los problemas que nos ocupan. Por las razones que aducir, la segunda va me parece la ms acepta- ble.

    Aunque las posiciones de Putnam, de Habermas y de Oliv presentan diferencias, coinciden en un punto: derivarla nocin de verdad de la de justificacin. Putnam, frente a la nocin de la verdad como correspondencia, sostiene un concepto de ver- dad como "una especie de aceptabilidad racional (idealizada)" que, por desgracia, no precisa. La describe con caractersticas tan generales que pueden aplicarse a varias nociones de ver- dad. Se trata -dice - de "una especie de coherencia ideal entre nuestros conceptos y con nuestras experiencias tal como son ellas mismas representadas en nuestro sistema de creen- cias" (1981, pp. 49-50).

    Habermas parte de un supuesto que no se acompaa de su- ficiente argumentacin: que la "pretensin de verdad" es una "pretensin justificada de validez" (berechtige Geltungan- spruch). En consecuencia, da por supuesto que la verdad podra definirse en funcin de la justificacin. "Llamamos verdaderos a los enunciados que podemos justificar". Pero, como la justifi- cacin supone la coincidencia de predicaciones entre todos los sujetos, la verdad puede definirse como "promesa (Versprechen) 82

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  • de alcanzar un consenso racional" (1976, p. 219). ste no es un concepto descriptivo de una situacin de hecho, sino un concepto normativo. Para que se realice esa "promesa", es me- nester una situacin de interaccin comunicativa ideal (1976, p. 255). Luego, la verdad puede definirse en trminos de una justificacin bajo condiciones ideales.

    Oliv, a su vez, sostiene una nocin de verdad derivada de la de justificacin objetiva universal. Mientras la justificacin objetiva consistira en la aceptabilidad para todo sujeto de una comunidad epistmica en el interior de un marco conceptual, la verdad sera la "aceptabilidad racional en condiciones epis- tmicas ideales", vlidas, por lo tanto, para cualquier sujeto en el interior de cualquier marco conceptual (1984 pp. 95-101, 1986, p. 179, 1988, p. 144).

    Los tres autores comparten un supuesto: la verdad puede entenderse como un caso "ideal" de justificacin objetiva. Ese supuesto me suscita dudas.

    Me parece que "verdad" y "justificacin" responden a pre- guntas diferentes. No podemos confundir la pretensin (Ans- pruchj claim) de verdad con la pretensin de justificacin uni- versal. La primera pretende que, si un enunciado es verdadero, el hecho enunciado es; la segunda, que nadie puede acceder a razones que invaliden lo bien fundado de un enunciado. La pri- mera contesta a la pregunta existe p realmente?, la segunda, a est "p" justificada para cualquier sujeto? "Verdad" est emparentada con "realidad", "justificacin" con "intersubje- tividad". Que "p" est justificada objetivamente quiere decir que est basada en razones no controvertibles por otros sujetos, por lo tanto, que se retire a una situacin vlida para todos. Que "p" sea verdadera quiere decir que lo enunciado forma parte del mundo real, independientemente de que otros sujetos coin- cidan en enunciarlo.

    "Hecho" (Tatsache, fact) es lo que hace verdadera a una proposicin. No es lo aseverado en condiciones ideales sino aquello que est all, en el mundo real y que es aseverado. No

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  • se trata, claro est, de una realidad metafsica, ajena a toda interpretacin, pero s de una realidad que no es puesta por mi acto de enunciarla; de algo que se me impone a pesar de mis conceptos, con lo que me encuentro. En un sentido vivido, "realidad" no es una* que existiera "fuera de m", realidad es aquello que me resiste, se me opone, me hace frente, aquello que no es construido, fraguado, puesto por m. Puedo pensar que el objeto de percepcin no es meramente subjetivo en la medida en que reconozca en l un elemento dado, que se hace por s mismo presente (Selbsgegeben). Cierto que slo puede darse condicionado por mi aparato perceptivo y en el marco de mi estructura conceptual, pero no pretendera a la realidad del objeto percibido si no aprehendiera en l un elemento dado. En la prctica, al manipular los objetos, compruebo un factor de resistencia que se opone a mi accin voluntaria, slo por ello, opongo a mi accin voluntaria una "realidad" que le hace frente. La primera nocin de una realidad vivida se refiere a aquello que hace resistencia a mi deseo, aquello con lo que me encuentro, contradiciendo a menudo mis expectativas, lo que se impone y resiste. El concepto discursivo de "realidad" tiene que recoger esa vivencia originaria. En efecto, la presen- cia de lo dado en la percepcin, la resistencia del objeto en la prctica no bastan para poder afirmar la realidad del objeto. Es menester pasar de la vivencia precrtica a un razonamiento que descarte las posibilidades de engao o ilusin subjetivas. El juicio de realidad es resultado de una inferencia. Podremos juzgar "real" el hecho percibido o enunciado en la medida en que comprobemos que efectivamente est dado y no propuesto, que efectivamente se me impone y no es un producto ms de mi deseo. Pero al inferir la realidad del hecho, simplemente afirmo que no ha sido fraguado por m, sino que forma parte de esa esfera de lo impuesto a mis acciones, deseos y creencias. Lo que asevero es que en el hecho confluyen ("se corresponden") lo aseverado y lo presente o impuesto.

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  • Sin duda la reflexin nos muestra que los hechos reales slo me salen al encuentro bajo ciertas condiciones subjetivas y en el marco de ciertas actitudes y conceptos. Pero eso no elimina que al decir "es verdad quep" lo que pretendo es quep se me impone, me sale al encuentro bajo esas condiciones y en ese marco. Cierto que "es verdad quep" se infiere de " 'p' est ob- jetivamente justificada". Pero esas dos proposiciones no tienen el mismo sentido. La primera dice: "p forma parte del mundo real", la segunda dice: "cualquier sujeto de una comunidad epistmica, si se atiene a sus razones, aceptar la proposicin *p forma parte del mundo real' ".

    Si la verdad se definiera como alguna forma de justificacin objetiva o de "aceptabilidad" universal bajo ciertas condicio- nes,

    " 'p' es verdadera aunque no sea aceptable por todo su-

    jeto en condiciones ideales" sera un enunciado contradictorio. Ahora bien, podemos sostener que ese enunciado es falso o que no est suficientemente justificado, pero no que sea contradic- torio. Por ejemplo, si Meister Eckhart sostiene la verdad del enunciado "El fondo del yo es idntico al fondo de la Deidad", no quiere obviamente decir que esa verdad sea "aceptable para todo sujeto racional"; por el contrario, l sabe bien que no es as, por que para aceptarla se requieren ciertas condiciones tanto intelectuales como emotivas. Lo que Eckhart quiere de- cir es que esa proposicin expresa una realidad, independien- temente de que alguien la acepte o no. Rara justificar su aserto debe recurrir a razones - en este caso, una experiencia mstica privilegiada - que pueden o no coincidir con las nuestras. La aceptabilidad universal podra tener el estatuto de un criterio estricto de objetividad. Siguiendo ese criterio, podemos con- cluir que las razones aducidas por Eckhart no son objetivas. Lo cual permitira sostener que Eckhart no sabe lo que afirma, sino slo lo cree por razones subjetivas, pero no concluir que la proposicin de Eckhart no exprese una creencia verdadera. No slo el conocimiento mstico - ejemplo extremo de creencias condicionadas por actitudes - sino todo conocimiento personal

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  • est en ese caso; y no podemos concluir por ello que no haya conocimiento personal verdadero. No es necesariamente falso que "la vida sea un continuo pesar" porque slo unos cuantos aceptaran lo razonable de ese enunciado. En suma, la acep- tabilidad racional en condiciones ideales puede ser un criterio estricto de objetividad pero no corresponde a lo que entende- mos por verdad.

    Garantas de abierto Si la verdad no se define en trminos de justificacin objetiva cul sera la relacin entre ambos trminos? Slo puede ser, me parece, una relacin de inferencia. De los enunciados sobre las razones en que se basa "p" podemos inferir " *p' es verda- dera". Pero esa inferencia nunca es infalible. Cabe siempre la posibilidad de creencias objetivamente justificadas en una co- munidad epistmica que se revelen falsas ante razones suple- mentarias a que tenga acceso otra comunidad. Cabe tambin siempre la posibilidad de creencias de hecho verdaderas, pero no justificadas objetivamente. La justificacin admite muchos grados pero nunca - aun en condiciones ideales - coincide con la verdad misma.

    En los "conocimientos personales" (Villoro, 1982), que no se acompaan de justificacin objetiva, el darse mismo del ob- jeto o situacin objetiva en una experiencia justifica unapre- suncin de su verdad, aunque no suministre una garanta firme de lograrla. De hecho, el darse de la cosa misma se acompaa regularmente de una creencia espontnea en su existencia real. Tomar las cosas mismas "tal como se dan y en los lmites en que se dan", segn el lema fenomenolgico, constituye una condicin de una predicacin justificada de verdad. Por ello se comprende que Husserl haya hablado de una "verdad ante- predicativa". Pero esa expresin es impropia. En efecto, el pro- pio Husserl admiti que la evidencia ante-predicativa debe so- meterse a crtica antes de aceptarse como justificacin de una 86

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  • predicacin verdadera. La presencia de lo dado por s mismo es una condicin necesaria pero no suficiente de verdad. Slo si tenemos razones para aseverar que lo dado no est sometido a circunstancias que lo distorsionan ni nosotros somos vctimas de un engao, podemos razonablemente pretender su verdad. En los conocimientos personales, desprovistos de razones ob- jetivamente suficientes, una afirmacin de verdad es la con- clusin de: 1. Enunciados que aseveran la presencia de algo que se da por s mismo. 2. Enunciados que descartan la exis- tencia de circunstancias que distorsionaran esa presencia re- velndola como una ilusin o engao. sta no es una justifi- cacin objetiva. Sin embargo, en nuestras creencias no cient- ficas, es razonable inferir de ella que lo dado corresponde a una realidad. No sera, en cambio, razonable pretender que consti- tuye una garanta de acierto, aceptable por cualquier miembro de una comunidad epistmica determinada.

    Llegamos as a la nocin, un tanto metafrica, de "garanta". La justificacin objetiva es garanta de verdad y, como sta per- mite el acierto en la accin, es tambin garanta de acierto. La garanta de verdad es - como indicaba Platn - una "ata- dura con la realidad". Nos vincula a ella de manera firme. Pero, por firme que sea, toda atadura puede ser desecha. La posesin de una credencial garantiza ante los dems la mem- bresa a una institucin. Pero ellos no tienen acceso directo a esa membresa. Slo pueden inferirla de la credencial. Y sta, en su lmite, podra estar falsificada. La palabra de 5 ofrece una garanta de que Z cumplir. Pero por honorable que sea 5, podra faltar a su palabra. Garantizar algo es anudarlo, te- nerlo por seguro; pero todo nudo puede romperse. Los nudos son ms o menos fuertes. En un caso extremo, pueden ser tan slidos que su ruptura es difcilmente concebible, pero siempre es lgicamente posible. Es el caso de la "justificacin obje- tiva". Slo si tuviramos acceso a la verdad, sin mediacin de razones, la "atadura" a la realidad sera irrompible. Pero esto sera inadmisible, me parece, para el propio Oliv.

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  • Oliv distingue, con acierto, entre dos sentidos de "garan- ta": garanta como "confianza" y garanta como seguridad ob- jetiva, independiente de la conviccin subjetiva. Pero me pa- rece que no est en lo justo al identificar la segunda con "la verdad de las proposiciones, est o no el sujeto al tanto de esa veidad" (1984, p. 165, 1988, p. 149). Oliv admite, en efecto, que la objetividad de la justificacin, en el interior de una comunidad epistmica, es garanta de acierto para cualquier sujeto de esa comunidad, pero piensa que puede haber situa- ciones en que, para un observador externo a esa comunidad, la garanta ya no sea la objetividad sino "la verdad misma". Aduce, para mostrar su punto, un ejemplo. Supongamos, dice, por una parte las creencias de una comunidad justificadas para todo miembro de esa comunidad; por el otro lado, un obser- vador, ajeno a esas creencias, perteneciente, por lo tanto, a otra comunidad epistmica, que comprobara la verdad de esas creencias, pero recusara las justificaciones que los miembros de aquella comunidad les daban. En ese caso, concluye Oliv, para el observador, la garanta de acierto de la comunidad ob- servada no pueden ser sus justificaciones sino "la verdad de las proposiciones" (1984, p. 165, 1988, p. 148). Me parece, sin embargo, que el anlisis que da Oliv de su ejemplo no es convincente. En efecto, supongamos el caso de dos sujetos S y S', pertenecientes a sendas comunidades epistmicas, C y C, diferentes. S' sera el observador externo del ejemplo de Oliv. S' puede juzgar verdaderas las proposiciones formuladas por S, aunque no comparta sus razones. Pero, para ello, Sf tiene que dar otras razones accesibles a su propia comunidad epistmica (C) que no eran accesibles a 5. La garanta de acierto para S' es su propia justificacin, que rebasa las razones accesibles a la comunidad a que pertenece S. Porque S' (el observador del ejemplo de Oliv) puede acceder a razones suplementarias, a las que S no tiene acceso, puede juzgar, tanto de la verdad de la proposicin formulada por 5 como de la falsedad de sus razones. Entonces la garanta de acierto para Sf no es la ver-

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  • dad misma sino una nueva justificacin objetiva, basada en las razones accesibles a C. A la verdad misma no tiene acceso directo Sf como tampoco lo tena S, sino slo al travs de las razones dentro de su propio marco conceptual.

    Aceptabilidad racional

    Los intentos de comprender la verdad en trminos de condi- ciones que sirven para definir la justificacin objetiva me pa- recen enfrentarse a varias dificultades. Es el caso de la verdad como "aceptabilidad racional en condiciones epistmicas idea- les" segn la formulacin de Oliv (1988, p. 144, 1984, p. 100, 1986, p. 179).

    1. Si la verdad se define en trminos de aceptabilidad por cualquiera y sta implica racionalidad, entonces slo seran verdaderas las proposiciones justificadas racionalmente ante cualquier sujeto. Luego, sera contradictorio "creo que 4p' es verdadera pero no es justificable para cualquier sujeto". Sin embargp, ese enunciado puede ser falso, pero no es contra- dictorio. De hecho, la mayora de nuestras creencias son de ese tipo. Tenemos por verdaderas muchas proposiciones que expresan convicciones profundas y no pretendemos que sean umversalmente aceptables. Es el caso de la mayora de nues- tras creencias morales, polticas, estticas o religiosas.

    2. Una definicin semejante de verdad comprometera a una posicin racionalista extrema. Slo estaramos en el derecho de considerar verdadero lo demostrable racionalmente mediante procedimientos argumentativos vlidos umversalmente. Ten- dramos que rechazar como falsa - o, al menos, como irracio- nal - toda creencia que no fuera racional segn los criterios ms estrictos. Nos comprometeramos entonces a reducir cual- quier creencia, moral, poltica o religiosa, con pretencin de verdad, a requisitos de una racionalidad estricta. No es un hecho, sin embargo, que los programas de vida, las apuestas comunitarias que afirman valores, los juicios morales o religio-

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  • sos basados en experiencias personales pueden pretender la verdad sin por ello comprometerse a una aceptabilidad univer- sal?

    3. Entendemos que la aceptabilidad racional bajo condicio- nes ideales no es un concepto descriptivo de una situacin de hecho. Respecto de su definicin paralela de "verdad" como consenso bajo condiciones ideales de racionalidad, Habermas indica que se trata de un concepto normativo (1973, p. 239). Me parece que la nocin de verdad de Oliv tendra que tener un estatus semejante. No podemos pues alegar en su contra su irrealidad, pero s su pertinencia. Una situacin de con- senso basada en argumentaciones discursivas puramente racio- nales es realmente deseable? Todo interlocutor en esa situacin ideal tendra que dejar de lado cualquier motivacin personal y slo aceptar razones objetivas vlidas umversalmente. Se obli- gara a un discurso asctico del que habra desaparecido cual- quier interferencia de las actitudes emotivas en la aceptacin de creencias. Ahora bien, es cierto que las motivaciones perso- nales son el principal obstculo en el acceso a una justificacin objetiva, pero es cierto tambin que, en muchos campos, la pro- secucin de la verdad no puede darse sin una actitud personal de carcter emotivo. La pasin por la justicia, por la realizacin personal, el amor y la compasin, el anhelo mismo de verdad no son acaso necesarios en la empresa de alcanzar la realidad ms all de nuestros intereses individuales? Y son esas pa- siones reducibles a motivaciones racionales, compartibles por cualquiera? La sola pregunta muestra, al menos, la dificultad de la respuesta.

    Parece plausible el programa de Habermas: determinar las condiciones de posibilidad de una interaccin comunicativa que permitiera una comunicacin tal que cada quien pudiera sostener la verdad de ciertos programas de vida dirigidos a la realizacin de valores. Pero entonces las verdades as sosteni- das no son equivalentes a las condiciones de su posibilidad. La meta no es igual al camino.

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  • 4. Parece difcil determinar cules seran las 'condiciones ideales" para una comunicacin racional. Oliv sostiene que se llegara a ellas "por un intercambio racional". Tal vez. Pero quizs fueran necesarias tambin otras condiciones subjetivas, que difcilmente llamaramos "racionales", al menos en el mis- mo sentido, como: ruptura de los intereses egostas, amor a la verdad, autenticidad, deseo del bien comn, etc. 0 bien todas las condiciones para una interaccin comunicativa ideal no son reducibles a una racionalidad discursiva, como la define Ha- bermas, o bien nos comprometemos a suministrar un concepto de "racionalidad" mucho ms amplio, que abarcara las moti- vaciones (actitudes personales) que mencionamos.

    5. Dadas las dificultades sealadas conviene definir la ver- dad a partir de la aceptabilidad racional o tratar de explicar la aceptabilidad racional por los conceptos ms primitivos de realidad y de verdad? En Creer, saber, conocer intent esta se- gunda va. Oliv ha tenido razn en sealar las dificultades a que tiene que hacer frente. Pero creo que todas ellas provienen de interpretarla como un "realismo metafsico" y de aceptar una versin simplista, ligada a l, de la verdad como corres- pondencia. Rechazadas ambas tesis, me parece que esa va es an la ms prometedora. Las crticas de Oliv al "realismo metafsico" y su propia concepcin de un "realismo interno", lejos de clausurarla, seran una contribucin importante para precisarla.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    Habermas, J., 1973, "Wahrheitstheorien ' en Wirklichkeit und Refle- xin: Festschriftfur Walter Schulz, Pfullingen.

    Husserl, E., 1929, Investigaciones lgicas, Rev. de Ocoidente, Ma- drid.

    Oliv, L., 1984, "Villoro: sobre verdad, objetividad y saber", en Crtica, Vol. XVI, Nm. 48, Mxico.

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  • , 1986, "Dos concepciones de verdad y sus relaciones con la teora social", en Revista Latinoamericana de Filosofa, Vol. XII, Nm. 2, Buenos Aires.

    , 1988, Conocimiento, sociedad y realidad, FCE, Mxico. Putnam, H., 1981, Reason, Truth and History, Cambridge Univ.

    Press. Strawson, P, 1964, 'Trutri , en S. Pitcher (ed.), Truth, Prentice-Hall. Villoro, L., 1982, Creer, saber, conocer, Siglo XXI, Mxico.

    Recibido: 13 febrero 1990.

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    Article Contentsp. 73p. 74p. 75p. 76p. 77p. 78p. 79p. 80p. 81p. 82p. 83p. 84p. 85p. 86p. 87p. 88p. 89p. 90p. 91p. 92

    Issue Table of ContentsCrtica: Revista Hispanoamericana de Filosofa, Vol. 22, No. 65 (Aug., 1990), pp. 1-95Front MatterLa objetividad del azar en un mundo determinista [pp. 3-21]Relations and 16th-Century Mexican Logic [pp. 23-41]El trilema de aristfanes y los presupuestos normativos del dilogo crtico [pp. 43-55]La justificacin prctica del principio de no contradiccin en Aristteles [pp. 57-72]DiscusionesSobre justificacin y verdad: respuesta a Len Oliv [pp. 73-92]

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