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El presente documento busca acercarnos a la compresión de las rúbricas de las celebraciones del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor y del Santo Triduo Pascual y tiene como destinatarios a los ministros ordenados de la Arquidiócesis de San José y a todas aquellas personas que junto con los sacerdotes de las comunidades, organizan la Semana Santa de las parroquias.
Citation preview
Celebremos la Semana Santa en comunin
con la Iglesia Universal
Acercamiento a la compresin de las rbricas de las celebraciones del Domingo de Ramos en la Pasin del Seor
y el SantoTriduo Pascual
Arquidicesis de San Jos
VICARIA EPISCOPAL DE PASTORAL LITRGICA
CRDITOS
Vicara Episcopal de Pastoral Litrgica
del Arzobispado de San Jos.
Revisado y autorizado por el Pbro. Alfonso Mora Melndez,
Vicario Episcopal.
Compilacin y redaccin scar D. Montenegro Mata.
Diseo, diagramacin y aporte en textos Luis Carlos Bonilla Soto.
Colaboracin en la revisin
Cinthia Chacn Gamboa
Las ilustraciones son tomadas de litografas de Misales Romanos de la iglesia parroquial de Santa Rosa de Santo Domingo y de la Catedral Metropolitana. Escultura del Seor Sepultado de Turrubares.
VICEPAL ao del Seor 2013
Presentacin
El presente documento busca acercarnos a la compresin de las rbricas de las celebraciones del Domingo de Ramos en la Pasin del Seor y del
Santo Triduo Pascual y tiene como destinatarios a los ministros ordenados de la Arquidicesis de San Jos y a todas aquellas personas que junto con los sacerdotes de las comunidades, organizan la Semana Santa de las parroquias.
Hemos de insistir que en estas pginas pretenden ser un acercamiento y explicacin de las rbricas que la Iglesia ha dispuesto para la vivencia de los das Santos. Por ende, desea ser un texto propositivo y de ayuda para la sana aplicacin de lo que la Iglesia desea que el pueblo de Dios viva en la Semana Mayor.
Como se ver, lo que se trata es de explicar la importancia de vivir plenamente nuestras celebraciones en comunin con la Iglesia Universal, alejndonos de las visiones que insisten en insertar cambios en la liturgia sin un conocimiento certero de las razones por las cuales la comunidad cristiana ha definido los signos y formas de llevar cada una de nuestras acciones rituales, las cuales surgen de la vida de fe y de la lectura de los designios de Dios en su Pueblo Santo. As tambin en la prctica los listados de elementos necesarios ac incorporados les puede facilitar la revisin previa a cada una de las celebraciones.
Nuestra fe es que con todas nuestras capacidades intelectuales, corporales y espirituales podamos experimentar el paso del Espritu del Resucitado en nuestras vidas individuales y las de nuestras comunidades y, as, esta experiencia sea fuente para continuar el encargo de anunciar la Buena Nueva a todas las gentes, afirmando que Cristo verdadera-mente ha resucitado.
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CATEQUESIS En este da la Iglesia celebra la entrada de Cristo, el Seor, a Jerusaln para consu-mar su Misterio Pascual. Por eso en todas las Misas se conmemora de alguna manera este acontecimiento, bien sea por medio de una procesin, o por medio de la entrada solemne en la Misa principal, o bien por la entrada simple al comenzar las dems Mi-sas. Sin embargo, puede repetirse la entra-da solemne, no la procesin, antes de otra de las Misas con gran concurrencia de fie-les. La entrada del Seor en Jerusaln, ya desde antiguo, se conmemora con una procesin, en la cual los cristianos celebran el aconteci-miento, imitando las aclamaciones y gestos que hicieron los nios hebreos cuando sa-lieron al encuentro del Seor, cantando el fervoroso "Hossana".
Para este da, la Iglesia no hace una simple
procesin, sino que provee un formulario
de Misa Estacional, la cual tiene dos esta-
ciones: 1. En un lugar distinto de la iglesia,
donde iniciar la celebracin con la bendi-
cin de los ramos y el arranque de la proce-
sin. 2. La iglesia donde continuar la cele-
bracin de la eucarista. Por ello, la proce-
sin sea nica y tenga lugar en la Misa en la
que haya ms presencia de fieles.
omingo de Ramos en la Pasin del Seor
Por ser una
Misa Estacional, se han de observar todos los
elementos que se tiene para dicha
celebracin.
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Por ser una Misa Estacional, se han de ob-
servar todos los elementos que se tiene para
dicha celebracin, ya que, la primera esta-
cin, la procesin, abre o inicia la eucarista
que continuar en la iglesia, para esto se
requiere tener preparado todo lo necesario
que se expone a continuacin.
EN LA PROCESIN
Cruz alta adornada con ramos.
Ornamentos de color rojo, ya sea
casulla o capa pluvial.
Bendicin de los ramos
Proclamacin del Evangelio segn
el ciclo litrgico.
Procesin hacia la iglesia donde se
continuar con la celebracin euca-
rstica.
Cantos y aclamaciones de alabanza
EN LA IGLESIA
La ambientacin cambia, se busca
interiorizar en la Pasin de nuestro
Seor. Por ende, los cambios de-
ben introducir a los fieles a una
reflexin ms profunda sobre la
entrega amorosa de Jess.
Los elementos festivos, se dejan
de lado.
DOS FORMAS PARA LA EUCARISTA CONMEMORACIN DE LA ENTRADA
DEL SEOR A JERUSALN
Primera forma: Procesin
Elementos a preparar para esta celebra-cin:
Ornamentos:
Casulla o capa pluvial roja
Alba
Estola roja
Cngulo
Ramos de palma.
Cruz alta adornada con ramos
Dos ciriales (provistos de quin-
qus) o antorchas, una a cada lado
de la cruz.
Incensario, incienso, carbn, chis-
pa o soplete para encender carbn.
Misal romano o en su defecto Misa
de Cada Da.
Acetre e hisopo para el agua ben-
dita
Si se tiene el Evangeliario llvese,
o bien la imagen del Seor del
Triunfo.
Libros de cantos
Se inicia entonces la procesin, de la mane-ra acostumbrada, hacia la iglesia donde se celebrar la Misa. Si se usa incienso, prece-de el turiferario; sigue, en medio de dos mi-nistros con velas encendidas, el aclito u otro ministro que lleva la cruz, adornada
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con ramas de palmas, segn las costumbres de los lugares. Siguen el dicono, quien lleva el Evange-liario, el sacerdote con los ministros y, des-pus de ellos, el pueblo, llevando los ra-mos en las manos.
Segunda forma: Para las dems Misas
Si se realiza la bendicin de ramos en la en-trada de la iglesia:
Ramos de palma
Acetre e hisopo para agua bendita
Misal romano (o, en su defecto, La
Misa de Cada Da)
Ornamentos para la misa Rojos.
Si no se realiza bendicin de ramos:
Todo lo acostumbrado en la misa.
CONSIDERACIONES Y PROFUNDIZACIN EN ELEMENTOS TEOLGICO-PASTORALES:
LOS CANTOS
La procesin tiene un elemento de festivi-dad, por ende, los cantos elegidos deben llevar a que los fieles entren en la dinmi-ca de alabanza, a su vez se pueden interca-lar entre los cantos los distintos responso-rios que vienen en la Misa de Cada Da. Re-cordemos que desde sus inicios dicha pro-cesin adquiri un carcter triunfal, era una verdadera fiesta de Cristo Rey. Una vez llegados a la iglesia, los cantos restantes no pueden seguir siendo festi-vos, dado que entramos de lleno a contem-plar la Pasin de nuestro Seor, de ah que los cantos restantes (presentacin de ofren-das, comunin y envo) han de ser cantos
que introduzcan a los fieles a contemplar con profundidad el misterio de la entrega amorosa de Jess. Tngase en cuenta que si no se realiza la conmemoracin de la entrada del Seor a Jerusaln en su primera forma, dgase la procesin, para las restantes formas, los cantos deben ser desde su inicio, cantos que introduzcan a los fieles a contemplar con profundidad el misterio de la entrega amorosa de Jess, evitando con ello, todo elemento festivo. EL MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA
Recordemos que la Semana Santa es la vivencia y experiencia de los acontecimien-tos salvficos de nuestro Seor, en su Pasin, Muerte y Resurreccin, de su di-mensin histrica. Por tal motivo, la pre-sencia y la presidencia del presbtero de la conmemoracin de la Entrada en su forma de procesin, no es un elemento agregado o secundario, sino ms bien de carcter pri-mordial y central, dado que el presbtero acta in persona Christi capitis, en la misma persona de Cristo Cabeza. Por ello, es de capi-tal importancia que el presbtero no se mire como un fiel ms que va en la procesin, sino ms bien, como aquel que la encabeza y le da sentido. No es la imagen del Seor del Triunfo la que ha de presidir dicha pro-cesin sino el que preside, obispo o presb-tero, junto con el Evangeliario.
Los cantos despus de la Oracin Colecta deben ejecutarse con sobriedad, para que contemplen los fieles con profundidad el misterio de la
entrega amorosa de Jess en la Cruz.
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LOS MINISTERIOS LAICALES Recurdese de tener dos lectores ms, para lo que ser la proclamacin de la Pasin. Los elegidos para cada una de las partes, Cristo (el Presbtero), el cronista (un lec-tor), personajes (un lector) deben ensayar la proclamacin para que el tono de voz y si es oportuno los gestos, acompaen con ve-racidad lo que se est proclamando. El resto de la misa es como de costumbre. LO QUE CONTRADICE EL ESPRITU DE LA LITURGIA DE ESTE DA
Realizar la Procesin sin la presencia del obispo o presbtero que presidir la tota-lidad de la celebracin. En otras pala-bras, el que preside no debe esperar en la iglesia mientras llega la procesin en-cabezada por otra persona.
La omisin de la bendicin de los ramos.
Desde el sbado anterior, en las misas dominicales vespertnas, no debe, por ninguna razn omitirse la proclamacin de la Pasin del Seor sustituyndola por otro trozo evanglico.
El verdadero signo de Cristo en su entra-da en Jerusaln no es una imagen del Se-or del triunfo, ni una persona distinta del sacerdote o del obispo montada so-bre un burro, poni, etc.
Si se lleva un animal, recordando la ca-balgadura del Seor en su entrada, el animal debe quedar fuera de la iglesia, no debe entrar.
No es correcto realizar la procesin sin que sta sea el inicio de la Eucarista a donde llegue dicha procesin.
No se debe iniciar una Eucarista con cualquiera de las otras dos frmulas, y recibir en medio de dicha celebracin la procesin iniciada en otro lugar distinto a la iglesia.
Por ninguna razn debe omitirse la proclamacin de la
Pasin del Seor
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1. En el Triduo Sacro la Iglesia celebra so-lemnemente los mximos misterios de nuestra redencin, haciendo memoria de su Seor crucificado, sepultado y resuci-tado, con especiales celebraciones.
2. Celbrese por este tiempo, en todas partes, el ayuno pascual, el Viernes San-to, en la Pasin del Seor y, segn las circunstancias, extindase tambin al S-bado Santo, para que de esta manera, con nimo encendido, se llegue a las ale-gras del domingo de Resurreccin.
2. Para la buena realizacin de la celebra-cin del Triduo Sacro se requiere un n-mero conveniente de ministros laicos, quienes deben ser instruidos cuidadosa-mente acerca de lo que les corresponde hacer.
3. El canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante tiene especial importancia en las celebraciones de estos das; en efecto, los textos reciben su ma-yor fuerza propia cuando se llevan al canto.
4. Por lo tanto, no omitan los Pastores explicar a los fieles, de la mejor manera posible, el significado y el orden de las celebraciones, y prepararlos para una participacin activa y fructuosa.
agrado
Triduo Pascual
Los Pastores deben, de la mejor manera posible,
catequizar a los fieles sobre el significado y el
orden de las celebraciones y, prepararlos para una participacin
activa y fructuosa
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CATEQUESIS: "Con la Misa que tiene lugar en las horas vespertinas del jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo pascual y evo-ca aquella ltima cena, en la cual el Seor Jess en la noche en que iba a ser entrega-do, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreci a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entreg a los apstoles para que los sumiesen, man-dndoles que ellos y sus sucesores en el sa-cerdocio tambin los ofreciesen".
La celebracin del Jueves Santo al caer la tarde es el prlogo u
obertura para el acontecimiento que
viviremos en los das restantes.
JUEVES SANTO Misa vespertina de la Cena del Seor
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Esta celebracin nos permite visualizar el conjunto del Misterio que iremos celebran-do en los tres das. Por ende, tiene una fun-cionalidad de prlogo o de obertura para el acontecimiento que viviremos en los das restantes. Recordemos algo de capital importancia, mientras el Triduo nos presenta la reali-dad del misterio pascual en su dimensin histrica, es decir hacemos memorial de los hechos por los que paso Jess. La celebra-cin del Jueves Santo nos transmite su di-mensin ritual, es decir, momento sacra-mental del nico misterio pascual. En otras palabras, en este da celebramos de manera sacramental el Misterio Pascual de Jess (pasin, muerte y resurreccin), mientras
que el viernes, sbado y domingo lo hace-mos de manera histrica, es decir, trayendo el memorial de la muerte el viernes, el s-bado la contemplacin ante el sepulcro, y el domingo la resurreccin. Dentro de la celebracin se tiene dispuesto la recepcin de los Oleos sagrados, bende-cidos y consagrados durante la misa Cris-mal presidida por el Obispo. Con tal recepcin dentro de la celebracin de la misa Vespertina de la Cena del Seor, se quiere destacar tres puntos importantes:
ntima relacin entre la celebracin pascual y la Iniciacin cristiana;
Unidad de la Iglesia diocesana; Comunin con el obispo
El lavatorio de los pies, que, segn la tradi-cin, se hace en este da a algunos hombres previamente designados, significa el servi-cio y el amor de Cristo, que ha venido "no para ser servido, sino para servir". Conviene que esta tradicin se mantenga y que se explique segn su propio significado.
Para el lavatorio de los pies, en algunos lu-gares se ha despertado la costumbre de be-sar los pies de los doce varones elegidos previamente por el que hace el lavatorio; sin embargo, el besar los pies no es una prctica litrgica mandada. Por ende, si al-gn sacerdote decide hacer el gesto de be-sar los pies, no incurre en una falta. Si mi-ramos lo que indica el Misal Romano para ese momento , se tiene mayor claridad:
Los varones escogidos se dirigen a los asientos reservados para ellos en un lugar visible para los fieles acompaados por los ministros. Luego el sacerdote (dejada, la casulla, si es necesario) se acerca a cada una de las personas escogidas, y ayudado por los ministros, les lava y seca los pies.
Dentro de la estructura general de la cele-bracin de la Eucarista se destacan tres momentos:
Recepcin de los oleos
El lavatorio de los pies
El traslado del Santsimo al lugar
de la reserva.
ELEMENTOS NECESARIOS PARA ESTA CELEBRACIN
Ornamentos:
Casulla blanca o dorada
Alba
Estola blanca o dorada
Cngulo
Pao de hombros de color blanco (humeral)
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Coro o animadores del canto.
Cruz Alta (sin adornar)
2 Candelabros que acompaan la
cruz alta
Evangeliario
2 candelabros que acompaan el
Evangeliario
Recipientes con los Oleos Sagrados (crismeras). Cada uno debe estar adornado segn el color correspon-diente:
Crisma (SC): blanco.
Uncin de los enfermos (OI): rojo.
Catecmenos (OC): morado.
Misa de Cada Da para las oracio-nes de recepcin de los oleos. (Esto porque las oraciones de recepcin de los oleos no estn dentro de los libros litrgicos)
Mesa para poner los Oleos Sagra-dos
Libro de la Sede
Tres lectores y un salmista para la misa.
Varones elegidos previamente pa-ra el lavado de los pies.
Asientos para aquellos con quienes se realizar el lavado de los pies, lugar visible.
Incienso, incensario, carbn, chis-pa o soplete para encender carbn.
Recipiente (palangana) para el la-vado de los pies,
Pichel con suficiente agua
Jabn de manos
Pao grande para secar los pies.
2 o 3 Clices, vino suficiente, hos-
tias suficientes para jueves y vier-nes.
Hoy es un da idneo para que los fieles reciban la Comunin bajo las dos especies.
Copones grandes para reservar las hostias.
Un solo copn ser el que se lleva al lugar de la reserva (conocido in-debidamente conocido como el santo monumento). No debe llevarse la custodia.
Preparar un lugar idneo para re-servar los restantes copones.
Misal Romano.
Carpetas de concelebracin, para los otros presbteros que concele-bran.
Personas encargadas de pulsar las campanas al momento del Himno del Gloria.
En un momento oportuno, una vez termi-nada la celebracin con el traslado del San-tsimo Sacramento, se procede a descubrir
Al inicio de la celebracin
el sagrario debe estar completamente vaco
y el altar debe estar adornado con suma moderacin.
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el altar y, si es posible, se retiran las cruces que haya en la iglesia. Conviene cubrir con un velo las cruces que acaso queden en la iglesia. CONSIDERACIONES
Al inicio de la celebracin el sagrario debe estar completamente vaco.
El altar debe estar adornado con la moderacin que conviene a la ndole de este da.
Se han de consagrar las hostias sufi-cientes para el jueves y viernes.
Es de gran valor dar a los fieles la co-munin bajo las dos especies. Segn la Instruccin General del Misal Romano en su n 281:
Cuando la sagrada Comunin se hace bajo las dos especies el signo adquiere una for-ma ms plena. De esta forma, en efecto, el signo del banquete eucarstico resplandece ms perfectamente y expresa ms clara-mente la voluntad divina con que se ratifi-ca la Alianza nueva y eterna en la Sangre del Seor, as como tambin la relacin en-tre el banquete eucarstico y el banquete escatolgico en el reino del Padre.
Se asume la recomendacin, consigna-da en la III IGMR, de la comunin bajo las dos especies. El factor tiempo no debe ser obstculo para ello.
El gesto del lavatorio de los pies, debe ser considerado como un cuasi sacra-mental.
Se han de elegir varones para el lava-do de los pies, antes de la celebracin y proveerles de un lugar idneo para que el gesto sea visto por toda la asam-blea. Tmese en cuenta que la rbrica
no especifica el nmero de los varo-nes.
No es un gesto a manera de obra de teatro.
Elijasen cantos que permitan a los fie-les captar el sentido profundo de la catequesis de este da: la institucin de la sagrada Eucarista, del orden sacer-dotal y del mandamiento del Seor sobre la caridad fraterna.
Se debe preparar un lugar idneo y vistoso a la asamblea para la recepcin de los leos sagrados.
Ser muy conveniente que los dico-nos, aclitos y/o ministros extraordi-narios lleven la Eucarista a la casa de los enfermos que lo deseen, tomndola del altar en el momento de la comu-nin, indicando de este modo su unin ms intensa con la Iglesia que celebra.
Para el traslado del Santsimo al lugar de la reserva se ha de utilizar nicamen-te sobre los ornamentos el pao de hombros (Humeral), no as la capa pluvial, pues es un traslado que no tiene carcter procesional solemne.
El Lavatorio de los pies es un signo cuasi-sacramental no una obra de teatro.
A la hora de confeccionar el lugar de la reserva del Santsimo, en el que se ha de ubicar un espacio para colocar el co-pn con las hostias consagradas, tn-gase en cuenta que este lugar no deber ser pensado como un expositorio sino como un sagrario en el que el copn quede oculto.
El sagrario o la urna no han de tener
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la forma de un sepulcro. Evtese la misma expresin "sepulcro" o monumento. Por lo que se debe ca-tequizar acerca de que la capilla de la reserva no se prepara para representar "la sepultura del Seor", sino para con-
servar el pan eucarstico destinado a la comunin del Viernes de la Pasin del Seor.
Invtese a los fieles a una adoracin prolongada en la noche del Santsimo Sacramento en la reserva solemne, despus de la Misa "en la Cena del Se-or". En esta ocasin es oportuno leer una parte del Evangelio de San Juan (cap. 13-17).
LO QUE CONTRADICE EL ESPRITU DE LA LITURGIA DE ESTE DA
No se debe dar a los fieles en el momen-to de la comunin hostias consagradas de das anteriores.
No se debe elegir previamente hombres y mujeres para el lavado de los pies, pen-sando que con ese gesto ser una forma de inclusin del sexo femenino, por creer que se est excluyendo.
No se debe elegir varones en el momen-to mismo del lavatorio de los pies.
No se debe realizar el gesto del lavatorio de los pies a manera de un show vistoso y entretenido para la asamblea.
En el traslado al lugar de la reserva es loable propiciar un silencio solemne para dar paso a la adoracin pblica hasta la media noche. Nunca, por ningn motivo, debe ejecutarse el Duelo de la Patria u otras marchas fnebres. Las mismas que-dan reservadas para los actos de piedad popular del Viernes Santo por la noche.
Es de gran valor dar a los fieles
la comunin bajo las dos especies. Segn la Instruccin General del Misal
Romano en su n 281. Ser muy conveniente que los diconos, aclitos y/o ministros extraordinarios lleven
la Eucarista a la casa de los enfermos que lo deseen, tomndola del altar en el momento de la comunin
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CATEQUESIS En este da, en que "ha sido inmolada nues-tra vctima pascual: Cristo" (63), la Iglesia, meditando sobre la Pasin de su Seor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvacin de todo el mundo. Segn una antiqusima tradicin, la Iglesia no celebra los sacramentos, excepto la Peni-
VIERNES SANTO en la Pasin del Seor
PRIMER DA DEL TRIDUO
La Iglesia no celebra los sacramentos,
excepto la Penitencia y la Uncin de los Enfermos.
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tencia y la Uncin de los Enfermos, ni este da ni el siguiente. En este da, la sagrada Comunin se distri-buye a los fieles nicamente dentro de la celebracin de la Pasin del Seor. A los enfermos, que no puedan participar en la celebracin, se les puede llevar la Comu-nin a cualquier hora del da. El altar est totalmente desnudo: sin cruz, sin candelabros, sin manteles.
LA CELEBRACIN CONSTA DE
TRES PARTES:
Liturgia de la Palabra.
Adoracin de la Cruz.
Distribucin de la Comunin.
La postracin de los ministros al inicio de
la celebracin: es un rito propio de este da,
se ha de conservar diligentemente por
cuanto significa tanto la humillacin "del
hombre terreno", cuanto la tristeza y el do-
lor de la Iglesia.
LITURGIA DE LA PALABRA
La celebracin tiene entretejidas notas do-
lorosas (1 lectura) que expresan el amor
obediente, o entrega, que produce la salva-
cin (2 lectura). Pero, lejos de ser luctuosa
(lamentable, penosa) es una liturgia marca-
da por una esperanza certera y gozosa, que
permite incluso una asuncin confiada del
sufrimiento (1 lectura, salmo, 2 lectura).
Pues, proclamamos la pasin de Cristo co-
mo el triunfo (adoracin de Cruz) en que se
manifiesta la soberana del Seor
(Evangelio); ya que en la muerte de Jesu-
cristo se revel particularmente el amor in-
menso y transformante de Dios (colecta);
gracias al cual, todos los seres humanos
(oracin universal de los fieles) reciben la
fuerza para caminar hacia la resurreccin
(poscomunin, oracin sobre el pueblo).
La postracin de los ministros al inicio de la celebracin es un rito propio de este da.
LA ORACIN UNIVERSAL
La oracin universal ha de hacerse segn el
texto y la forma establecida por la tradi-
cin, con toda la amplitud de las intencio-
nes, que expresan el valor universal de la
Pasin de Cristo, clavado en la Cruz para la
salvacin de todo el mundo.
LA ADORACIN DE LA CRUZ
La Adoracin de la Cruz, ha de hacerse con
un esplendor digno de la gloria del miste-
rio de nuestra salvacin; tanto la invitacin
al mostrar la Cruz como la respuesta del
pueblo hgase con canto, y no se omita el
silencio de reverencia que sigue a cada una
de las postraciones, mientras el sacerdote
celebrante, permaneciendo de pie, muestra
elevada la Cruz.
sese una nica cruz para la adoracin tal
como lo requiere la verdad del signo.
La Cruz que se utiliza para la adoracin no
ha de llevar crucifijo.
sese una nica cruz para la adoracin
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ELEMENTOS NECESARIOS PARA ESTA CELEBRACIN
Ornamentos:
Casulla roja
Estola roja
Alba
Cngulo
Cruz cubierta con velo rojo.
2 Candelabros que acompaan la
cruz alta
6 lectores para la Accin Litrgica.
Leccionario
En la proclamacin de la Pasin,
un leccionario para cada lector (o,
en su defecto, La Misa de cada da).
1 corporal
1 mantel blanco
2 cirios para el altar
3 ministros extraordinarios que
trasladen la reserva del Santsimo
Copones para la distribucin de la
comunin.
Misal Romano
Coro
DESARROLLO Y CONSIDERACIONES EN LA CELEBRACIN
LITURGIA DE LA PALABRA
Se realizan las tres lecturas de la misa ordi-nariamente.
Para la proclamacin de la Pasin, se ten-dr dos lectores ms. Realcese la homila, de forma breve, pero profunda, con la cual los fieles se vean pro-vistos de una explicacin de los textos pro-clamados y del sentido de toda la celebra-cin. Conviene exaltar la figura del Corde-ro Pascual: fuera del templo, donde mue-ren los corderos para la cena pascual (adelantada por Cristo), l es el dueo -Yo doy la vida, l es el altar, l es el templo, l es el Sumo Sacerdote que ofrece su pro-pio sacrificio, y, por ltimo, l es el Corde-ro que se inmola. Exhortemos a nuestros fieles a ser inmo-lacin con Cristo! LA ORACIN UNIVERSAL
Hgase segn lo determina el misal, con el fin de proveer a los fieles una dinmica pe-daggica en cuanto a la manera de cmo se debe realizar las intenciones de la oracin universal. No se dice el Credo
LA ADORACIN DE LA CRUZ
PRESENTACIN DE LA CRUZ
Un sacerdote u otro ministro idneo, con dos ministros con candelabros, se dirigen a la puerta de la iglesia, de donde traern cruz procesionalmente, por la iglesia hasta el medio del presbiterio, la Cruz cubierta con un velo rojo. El sacerdote presidente, de pie ante el altar, vuelto hacia el pueblo, recibe la Cruz, la descubre un poco en la parte superior, y levantndola, canta:
ste es el rbol de la Cruz...,
para lo cual pueden ayudar el dicono u otro ministro y, si es necesario, el coro. Todos responden:
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Venid a adorarlo.
Terminado el canto, todos se arrodillan y, durante un breve espacio de tiempo, en si-lencio, adoran la Cruz que el sacerdote, de pie, sostiene en alto. Luego el sacerdote descubre el brazo dere-cho de la Cruz, la eleva de nuevo y canta ste es el rbol de la Cruz..., y prosigue en todo como la primera vez. En seguida descubre toda la Cruz y, elevndola, em-pieza por tercera vez ste es el rbol de la Cruz... y prosigue en todo como la prime-ra vez.
AL MOMENTO DE LA ADORACIN DE LA CRUZ
Luego el sacerdote, acompaado por dos ministros con cirios encendidos, lleva la Cruz a la entrada del presbiterio, o al sitio ms apto para su adoracin. All la coloca o la entrega a los ministros para que la sos-tengan. Los cirios se dejan a izquierda y de-recha de la Cruz. Para la adoracin de la Cruz, primero se acerca solo el sacerdote celebrante, sin la casulla y, segn las circunstancias, sin los zapatos. Despus avanzan el clero, los mi-nistros laicos y los fieles en forma procesio-nal, pasando y haciendo reverencia a la Cruz con una genuflexin simple, o con otro signo apto, segn el uso de la regin, como por ejemplo besando la Cruz. Para la adoracin, se debe presentar una sola Cruz a los fieles. Si por la gran concu-rrencia de fieles no todos la pueden adorar individualmente, despus que una parte del clero y de los fieles la hayan adorado, el sacerdote toma la Cruz y, de pie delante del altar, invita con breves palabras a todo el pueblo a adorar la santa Cruz. Luego la sostiene elevada durante algunos momen-tos para que todos los fieles la adoren en silencio. No se omita este gesto de adoracin dado que, la adoracin personal de la Cruz es un elemento muy importante de esta cele-
bracin Terminada la adoracin, la Cruz se lleva a un sitio cerca del altar. Los cirios encendi-dos se colocan cerca del altar, sobre l, o cerca de la Cruz. O bien, dispngase en la iglesia un lugar adecuado (por ejemplo la capilla donde se coloc la reserva de la eu-carista el Jueves Santo), para colocar all la Cruz, a fin de que los fieles puedan adorar-la, besarla y permanecer en oracin y medi-tacin.
Hacemos
reverencia a la Cruz con una genuflexin simple, o con otro signo apto, como por ejemplo besando la Cruz.
DISTRIBUCIN DE LA COMUNIN.
Se coloca un mantel sobre el altar y se po-nen el corporal y el misal. Entretanto el sacerdote, o en su defecto un ministro extraordinario, traslada el Santsi-mo Sacramento del lugar de la reserva al altar, por el camino ms corto. Toda la asamblea permanece de pie y en silencio. Dos ministros con cirios encendidos acom-paan al Santsimo Sacramento. Los cirios se dejan sobre el altar o cerca de l. Tan pronto como el ministro extraordinario ha dejado sobre el altar el Santsimo Sacra-mento y ha descubierto el copn, el sacer-dote se acerca al altar y hace genuflexin.
LO QUE CONTRADICE EL ESPRITU DE LA LITURGIA DE ESTE DA
No se debe realizar un canto de entrada.
No se debe omitir la postracin por parte del sacerdote y dems ministros.
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No se debe elegir otro canto en vez de cantar o rezar el versculo antes del evan-gelio.
No se debe dramatizar la Pasin.
No se debe hacer interrupciones en me-dio de la lectura de la Pasin para hacer breves homilas.
No se debe omitir la homila.
No se debe disponer de varias cruces para el momento de la adoracin buscan-do que el rito sea lo ms rpido posible.
No se debe dar la bendicin al final de la celebracin.
No se debe realizar un canto al final de la celebracin.
No se debe utilizar ornamentos de color
negro TANTO EN LA CELEBRACIN
DE LA PASIN como en la acostumbra-
da procesin del santo sepulcro, con la
presuncin de que la Iglesia est de luto
por la muerte de su Seor. El ornamento
es rojo durante todo el da.
SBADO SANTO SEGUNDO DA DEL TRIDUO
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CATEQUESIS
El sbado Santo la Iglesia permanece y per-severa junto al sepulcro del Seor, medi-tando su pasin y su muerte, as como su descenso a los infiernos (lugar donde repo-san los justos del Antiguo Testamento, en espera de la redencin en Cristo), en ora-cin y en ayuno, y esperando su resurrec-cin. La Iglesia se abstiene de celebrar el sacrifi-cio de la Misa, conservando el altar descu-bierto hasta cuando, despus de la solemne Vigilia, o bien, despus de la espera noctur-na vigilante de la resurreccin, acoja el go-zo pascual, de cuya abundancia desbordar durante los cincuenta das siguientes. Se recomienda con insistencia la celebra-cin del Oficio de Lectura y de las Laudes con participacin del pueblo (cf. n. 40). Cuando esto no sea posible, preprese una celebracin de la Palabra o un ejercicio pia-doso que corresponda al misterio de este da. Pueden ser expuestas en la iglesia a la ve-neracin de los fieles la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro, o descendien-do a los lugares inferiores, ya que ilustran el misterio del sbado santo, as como la
imagen de la Santsima Virgen de los Dolo-res de los fieles. En este da la sagrada Comunin puede ad-ministrarse slo como vitico. Si se ofrecen al pueblo de Dios celebracio-nes piadosas como la Hora de la Madre, o procesin de silencio con la Virgen de la Soledad, entre otras, instryase a los fieles sobre la significacin de dichas prcticas, con el fin de que se tenga conciencia y clari-dad que, en el Sbado Santo, la Iglesia per-manece en silencio junto al sepulcro a la espera de la gloriosa Resurreccin.
La Iglesia
se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa, conservando el altar descubierto hasta el momento en que se reviste en la Vigilia Pascual.
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VIGILIA PASCUAL
EN LA NOCHE SANTA
(SBADO POR LA NOCHE) CATEQUESIS Segn una antiqusima tradicin, sta es
una noche de Vigilia en honor del Seor
(Ex 12, 42). Por eso los fieles, siguiendo la
amonestacin del Evangelio (Lc 12, 35-37),
DOMINGO DE PASCUA
en la Resurreccin del Seor
TERCER DA DEL TRIDUO
La Misa de la noche, aunque se celebre antes de la
medianoche, es Misa del Domingo
de Resurreccin. 20
llevando en sus manos lmparas encendi-
das, deben asemejarse a los siervos que
aguardan el retorno de su Seor para que,
cuando l vuelva, los encuentre en vela y
los haga sentar a su mesa.
La Vigilia de esta noche, que es la ms su-
blime y la ms noble de todas las solemni-
dades, debe ser una sola para cada una de
las iglesias.
Y se ordena de este modo:
despus del Lucernario y del Pregn Pas-
cual (que constituyen la primera parte de
esta Vigilia), la santa Iglesia medita las ma-
ravillas que el Seor Dios hizo por su pue-
blo desde el principio, llenndose de con-
fianza en su Palabra y por sus promesas
(segunda parte o Liturgia de la Palabra),
hasta cuando, acercndose el da, con los
nuevos miembros renacidos por el Bautis-
mo (tercera parte), es llamada a la mesa,
que el Seor prepar para su pueblo, me-
morial de su muerte y de su resurreccin,
hasta cuando l vuelva (cuarta parte).
Toda la celebracin de la Vigilia Pascual
se debe realizar durante la noche. Por ello
no debe comenzarse antes de iniciarse la
noche, ni terminarse despus de la aurora
del da domingo.
La Misa de la noche, aunque se celebre an-
tes de la medianoche, es ya la Misa de Pas-
cua del Domingo de Resurreccin.
SIGNIFICADO DEL CARCTER NOCTURNO DE LA VIGILIA PASCUAL
"Toda la celebracin de la Vigilia pascual
debe hacerse durante la noche. Por ello
no debe escogerse ni una hora tan tem-prana que la Vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tarda que con-cluya despus del alba del domingo".
Esta regla ha de ser interpretada estricta-mente. Cualquier abuso o costumbre con-trario que, poco a poco se haya introducido y que suponga la celebracin de la Vigilia pascual a la hora en la cual, habitualmente, se celebran las Misas vespertinas antes de los domingos, ha de ser reprobado.
La Vigilia de esta noche, que es la ms sublime y la ms noble de todas las solemnidades,
debe ser una sola para cada una de las iglesias. Es importante tomar conciencia del signifi-cado y las caractersticas de una celebracin que se determina como VIGILIA, a fin de que no se conciba como una misa larga. La vigilia tiene esa caracterstica de ser un espacio de oracin prolongado, de ah que
se ofrece todo un itinerario bblico para que, de forma pedaggica, se entre en ora-cin y se contemple la obra salvfica que arranca desde los inicios de la creacin y que tiene su culmen en la Persona de Cristo Resucitado. Ahora bien, esta vela nocturna es de carc-ter festivo, el cual se manifiesta, como en su punto culminante, en la cuarta parte de la celebracin que es la Liturgia Eucarstica. sta es la razn por la cual, despus de es-tar durante un espacio prolongado en ora-cin por medio de las lecturas del Antiguo
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y Nuevo Testamento, nos adentramos al momento de la Plegaria Eucarstica donde junto con Cristo nos ofrecemos al Padre co-mo victimas agradables, haciendo vida y contemplando en nosotros mismos los mis-terios que durante los das anteriores se han reflexionado y contemplado, y que lle-gan a su realizacin y vivencia plena por medio de la celebracin de la Eucarista.
Por ello es importante que los presbteros no nos preocupemos por el tiempo que pueda durar la celebracin, ya que eso limi-tara disposicin para celebrar de forma idnea la celebracin, como tambin ten-dra su repercusin en la vivencia por parte de los fieles. De ah que, debe privar siem-pre el uso del itinerario bblico en su forma completa y solo donde graves circunstan-cias pastorales as lo exigen, se puede dis-minuir el nmero de lecturas.
ELEMENTOS A PREPARAR PARA LA CELEBRACIN AL MOMENTO DEL LUCERNARIO
Ornamentos:
Alba
Cngulo
Estola blanca
Casulla blanca
Fogata en las afueras del templo
Cirio pascual
Granos de incienso (para las llagas)
Punzn
Foco
Pinza para sacar carbones
Carbn
Misal romano o libro de la Sede (o
bien, en caso necesario, la Misa de Ca-
da Da para las oraciones).
Micrfono
Incensario
Incienso
Candelas para los fieles
Puertas de la iglesia cerradas
CUANDO SE EST DENTRO DE LA IGLESIA
Encendido de las luces de la iglesia.
Texto del Pregn Pascual
Base para el cirio adornada
Arreglos florales
Altar adornado con mantel blanco
Cirios o candelabros al lado o sobre el
altar
Fsforos o encendedores
Imagen del Resucitado en un sitio idneo.
Leccionario correspondiente
Misal Romano
Libro de la Sede
Asientos para los lectores (12)
Vasos sagrados:
Cliz (2 o 3)
Hostias suficientes para toda la asam-
blea
Vino suficiente
Copones para la distribucin
Lavabo (taza, pichel, pao)
Purificadores (4), corporales (3)
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Personas para tocar campanas al mo-
mento de entonar el Himno del Gloria.
Suficientes ministros extraordinarios
para la distribucin de la comunin.
Pila bautismal con agua
leos sagrados
Algodones
Ritual de los sacramentos de inicia-
cin.
Pao
Personas preparadas para la distribu-
cin de la luz al momento de la reno-
vacin de las promesas bautismales.
Coro
CONSIDERACIONES Al momento del lucernario toda la asam-blea ha de estar fuera de la iglesia, dado que la intencin de que el Cirio sea bende-cido y luego entre de forma procesional y acompaado de tres aclamaciones, tiene un fin teolgico litrgico: es el nuevo pueblo de Dios iluminado por la presencia del Re-sucitado, como la luz del mundo. Y el sim-bolismo de la procesin es recordarnos que as como al pueblo hebreo durante el da lo guiaba una nube y por la noche una colum-na de fuego, de igual manera y de forma plena ahora Cristo Resucitado gua a todo el pueblo salvado por su sangre en el altar de la cruz. Se debe insistir en ir detrs del cirio pas-cual.
El simbolismo de la
procesin tras el
Cirio Pascual es recordarnos que as como al pueblo hebreo durante el da lo guiaba una nube y por la noche una columna de fuego, de igual manera y de forma plena ahora Cristo Resucitado gua a todo el pueblo salvado por su sangre en el
altar de la cruz. Al momento de entonar la tercera aclama-cin deben de encenderse las luces de la iglesia, pues ya no tiene razn de estar en tinieblas, dado que la presencia de Cristo Resucitado est en medio de la Asamblea. Recordemos que el signo de la Resurrec-cin es el Cirio pascual y no el canto del Himno del Gloria, que tan solo nos aden-tra a vivir la dimensin festiva de este da, despus de haber estado en vela durante un tiempo prolongado por medio de la me-ditacin de las lecturas bblicas. Los arreglos florales han de estar colocados desde el inicio de la celebracin, con el fin de evitar cualquier show o distraccin du-rante la celebracin. El altar ha de estar preparado para la cele-bracin con su mantel correspondiente y los cirios ya sea sobre el mismo o a un lado. La imagen del Resucitado no es imprescin-dible, puesto que est el Cirio Pascual. No obstante si, en consideracin de la piedad popular se va a exponer a la veneracin du-rante el tiempo pascual, debe estar coloca-da en un lugar digno preparado para tal fin. Al momento del canto del Himno del Glo-ria, tanto el presidente de la celebracin co-
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mo toda la Asamblea ha de hacer un nico rito y es el de cantar el Himno. Por ello no se ha de hacer ninguna otra accin que va-ya a distorsionar y a crear otros puntos de atencin que no sea el canto. Tngase preparado al menos un bautizo sea de un adulto o nio, esto para enrique-cer la celebracin, dado que la Vigilia en todos sus elementos llevan a confluir en el bautismo as como en la renovacin del mismo. Tngase una lista con los nombres de los catecmenos que se van a bautizar. Tn-ganse en cuenta que han de estar los padres y los padrinos junto con el candidato. Preparar asientos con una preponderancia en la asamblea con el fin de destacar a los nefitos. Procrese realizar la procesin con los cate-cmenos al momento del bautismo, en la forma que la dispone el Misal y acompaa-da del canto de las Letanas (La asamblea entera estar en pie por ser la Pascua). Coordnese con el coro para que se haga de forma adecuada el canto solemne del Ale-luya. No se llevan cirios al momento de la pro-clamacin del evangelio. Solamente incien-so. Realcese la aspersin del agua bendita de forma que la asamblea pueda entrar en un momento de oracin con el cual toma con-ciencia de la renovacin del bautismo. Por ello es conveniente que el sacerdote expre-se la realidad profunda de este gesto ritual como tambin, elijase cantos que lleven a los fieles a entrar en un momento de ora-cin. Indquese a la asamblea litrgica pre-sente que al momento de recibir el agua
bendita han de trazar el signo de la cruz sobre su cuerpo, de forma habitual, pues se est en un momento de conmemoracin del bautismo que les ha permitido insertarse en los misterios de la salvacin de Cristo. Es de gran valor dar a los fieles la comu-nin bajo las dos especies. Segn la Instruc-cin General del Misal Romano en su n 281: Cuando la sagrada Comunin se hace bajo las dos especies el signo adquiere una forma ms plena. De esta forma, en efecto, el signo del ban-quete eucarstico resplandece ms perfectamente y expresa ms claramente la voluntad divina con que se ratifica la Alianza nueva y eterna en la Sangre del Seor, as como tambin la rela-cin entre el banquete eucarstico y el banquete escatolgico en el reino del Padre. LO QUE CONTRADICE EL ESPRITU DE LA LITURGIA DE LA VIGILIA
Omitir la fogata y la bendicin del fuego
Dejar las luces de la iglesia apagadas du-rante las lecturas.
Proclamar las lecturas a oscuras tan solo con un foco.
Incensar el altar y la imagen del Resuci-tado al momento del canto del Himno del Gloria.
Introducir la imagen del resucitado en el momento del canto del Himno del Glo-ria. El Cirio Pascual es el verdadero sm-bolo del Resucitado y ya est presente en medio de la asamblea.
Dejar de hacer bautismos.
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CATEQUESIS La Misa del da de Pascua se debe celebrar con la misma solemnidad que la Vigilia, pues celebra el evento pascual como da de Cristo el Seor. El Cirio Pascual est colocado al frente, cer-ca del altar, simbolizando que Cristo Resu-citado est presente, presidiendo todas las
DOMINGO DE PASCUA
en la Resurreccin del Seor
TERCER DA DEL TRIDUO
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acciones litrgicas de su Iglesia. En lugar del acto penitencial, es muy con-veniente hacer la aspersin con el agua bendecida como durante la celebracin de la Vigilia, para insistir en la fuerza del bau-tismo en el fiel cristiano. Las lecturas bblicas contienen el kerigma pascual y la llamada a los empeos de la vida nueva en Cristo resucitado. Despus de la segunda lectura, puestos en pie se reza o canta la Secuencia de pascua. La cual puede realizarse durante toda la octava de pascua en las celebraciones euca-rsticas. ELEMENTOS A PREPARAR PARA LA CELEBRACIN
Ornamentos
Casulla blanca o dorada
Alba
Estola
Cngulo
Coro
Cruz Alta
2 Candelabros que acompaan la cruz
alta
Acetre e hisopo para la aspersin*.
Libro de la Sede
4 lectores para la misa.
Incienso, incensario, carbn, chispa o
soplete para encender carbn.
Cliz, vino suficiente, hostias suficien-
tes.
Copones
Misal Romano.
Carpetas de concelebracin, para los
otros presbteros que concelebran.
CONSIDERACIONES
Es muy conveniente hacer la aspersin con el agua bendecida durante la cele-bracin de la Vigilia, en lugar del acto penitencial.
Destquese el valor de la secuencia de pascua.
Destacar el significado y la presencia del Cirio Pascual en esta celebracin y otras celebraciones litrgicas.
Utilcese el incienso para darle solemni-dad a la celebracin.
Se debe celebrar con
la misma solemnidad que la Vigilia, pues celebra el evento pascual como da de Cristo el Seor. FUENTES CONSULTADAS -Borobio, D. (2000) La Celebracin en la Igle-sia III. Ritmos y tiempos de la celebracin. Sala-manca, Ediciones Sgueme. -Congregacin para el Culto Divino y Disci-plina de los Sacramentos (2002). III Instruc-cin General del Misal Romano. -Congregacin para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, 16 de enero de 1988. Carta circular sobre la preparacin y fiestas pascuales. -Martimort, A.G. (1992) La Iglesia en oracin. Introduccin a la liturgia. Barcelona, Edito-
rial Herder.
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