Revista Periferias - Número 12 [2005]

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Revista Periferias - Número 12 [2005]Periferias es una publicación semestral de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas que se edita desde el año 1996. Reúne artículos de investigadores nacionales e internacionales que portan al debate de problemáticas teóricas, políticas e ideológicas, vinculadas al desarrollo y las necesidades del movimiento popular, tanto en Argentina como en América Latina y el Caribe.Véase también:http://www.fisyp.org.ar/modules/tinycontent/index.php?id=5http://fisyp.rcc.com.ar/Periferias.htm

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SUMARIODel Comit Editorial ............................................................................................. 3

Dossier: A cien aos del Qu hacer?A cien aos del Qu hacer?: hay que refundar la izquierda argentina Jos Ernesto Schulman ......................................................................................... 7 Que cien aos no es nada. Nos seguimos preguntando Qu hacer? Beatriz Rajland ................................................................................................... 25 Crisis del capitalismo y crisis del socialismo. Entre la crisis objetiva y la crisis subjetiva Oscar Sotolano ................................................................................................... 45 Ocaso y vigencia del Qu hacer? Algunas hiptesis molestas Esteban Rodrguez .............................................................................................. 59

ArtculosNuseas y aparentes aporas. Sobre insurrecciones y elecciones Miguel Mazzeo .................................................................................................... 77 Nacin, peronismo y revolucin en Rodolfo Puiggrs (segunda parte: 1956-1980) Omar Acha .......................................................................................................... 87 La cola del diablo: el marxismo de Jos Aric y su interpretacin de Gramsci Antonino Infranca ............................................................................................. 113 La trayectoria de la Central nica de los Trabajadores (CUT) de Brasil frente a la reestructuracin capitalista Paulo Sergio Tumolo ........................................................................................ 125 La dinmica sexista del capital: feminizacin del trabajo precario Renata Goncalves ............................................................................................. 149 Potestad. Ensayo sobre la memoria de una poca Paula Halperin ................................................................................................. 159 Publicaciones recibidas .................................................................................... 165

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DEL COMIT EDITORIAL

El clima de movilizacin de los primeros meses de 2002, el auge de la consigna Que se vayan todos! han quedado atrs. Argentina tiene nuevamente un gobierno constitucional, y el sentido comn dominante augura una vuelta al orden y a la moderacin. Es momento apropiado para esbozar un anlisis de la coyuntura que permita trazar perspectivas para el futuro inmediato. Despus de la ms que tortuosa senda de las elecciones presidenciales, el gobierno del presidente Kirchner ha iniciado una accin de gobierno evidentemente marcada por el signo del largo verano 2001-2002, y las modificaciones que ste hizo emerger en el cuadro socio-poltico. La va del giro interminable hacia la derecha y la represin, albergada en las candidaturas de Menem y Lpez Murphy, demostr su capacidad de captar votos, pero no le alcanz para ganar las elecciones en segunda vuelta. Y los sectores que rodearon a K antes, y en gran medida despus, de su triunfo electoral, apuestan a una salida progresista, un avatar ms del gobierno de Alfonsn y de las intenciones iniciales de la Alianza, pero con una lectura medianamente lcida de los aos y los cambios transcurridos. El nuevo gobierno, con acciones en materia sobre todo de poltica internacional y derechos humanos (y algunos gestos en lo econmico-social que todava no se traducen en polticas de fondo), ha sabido generar expectativas favorables de vastos sectores de la poblacin, quizs no ms amplias pero s ms intensas que las de los das iniciales de los gobiernos anteriores (sin contar al de Duhalde, surgido en la mayor precariedad institucional y en medio del repudio generalizado a la dirigencia).

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Una de las consignas ms utilizadas por el nuevo gobierno es la que verbaliza el propsito de construir un pas normal. Y no son pocas las organizaciones sociales de trayectoria progresista, desde la CTA a los as llamados piqueteros moderados, y muchas individualidades con posiciones al menos a la izquierda del centro, se han apresurado a anunciar el advenimiento de una nueva era, signada precisamente por esa normalizacin. Ahora bien, esa normalidad significa, deberan saberlo bien, capitalismo perifrico y endeudado. Habra que desplegar la mirada, adems, sobre la forma en que el gobierno toma sus decisiones: vertical, centrada en la persona del Presidente, reacia al debate y aun a la difusin pblica. El contenido ms o menos popular de algunas medidas no tiene correlato con una apelacin a las organizaciones populares para que las sostengan. Y la idea que se pone en prctica sobre el dilogo entre movimientos sociales y gobierno es la de un pequeo grupo de dirigentes de aqullos sentados a presentar demandas en el despacho de algn funcionario encumbrado, que despus tomar sus decisiones en soledad y silencio. El mensaje subyacente emitido desde el poder aparece claro: esperar la benevolencia que pueda descender desde el aparato estatal, sin molestar demasiado con iniciativas autnomas o urgencias ruidosas. Algunos pesimismos invierten hoy el signo de la euforia post 20 de diciembre, afirmando que nada ha quedado de aquello. En realidad, muchos e importantes elementos siguen en pie: una revalorizacin general de la accin colectiva (como no se vio desde la poca de la dictadura), expresada en la aparicin de nuevas organizaciones y el refuerzo de otras ya existentes. Las agrupaciones de trabajadores desocupados tienen una presencia pblica y una militancia que no posean hace slo un par de aos. Las empresas recuperadas han crecido en nmero y la lucha por salvaguardar la existencia de algunas de ellas frente a la accin patronal y estatal han llegado a ocupar el centro de la escena. Las asambleas vecinales reconstruyeron una organizacin barrial, sobre todo en las zonas de capas medias, que haca dcadas no exista con el grado de combatividad y autonoma exhibidas hasta hoy. No debera perderse de vista la profundidad y agudeza de la crisis en que se vio inmersa la sociedad argentina, y con ella el sistema de dominacin. En los das iniciales de 2002, el grueso de las instituciones sociales fundamentales estaban presas no slo de un profundo desprestigio sino de un cuestionamiento activo de vastos sectores de la poblacin (los partidos y la dirigencia poltica, los sindicatos, la administracin de justicia, las fuerzas armadas, los medios de comunicacin). La orientacin del gobierno de Kirchner parte de la conviccin de que el poder poltico no poda mantenerse por mucho tiempo en ese estado de resquebrajamiento generalizado. Y que de perdurar ese estado de debilidad y la orientacin exclusiva

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hacia el gran capital de las acciones estatales, la movilizacin popular podra volver a ascender, con mpetu renovado. El estilo K no es un resultado ms o menos espontneo de las convicciones y la voluntad del presidente y su entorno. Al contrario, es una lnea de respuesta a las demandas populares condensadas alrededor del 20 de diciembre, compatible con invariadas polticas de Estado (pago de la deuda, relacin amistosa con los organismos financieros internacionales, preservacin plena de las relaciones econmicas fundamentales y de las formas representativas de la democracia), de una dirigencia poltica y un poder econmico que haban perdido toda su capacidad hegemnica, no contando siquiera con un mnimo aval social para ejercer la fuerza. Analizar desde este punto de vista el momento presente lleva a la conclusin de que nada de la construccin social de las organizaciones populares viejas y nuevas, del nivel de autonoma alcanzado, de las modalidades de lucha puestas en prctica (cortes de ruta, cacerolazos, escraches, ocupaciones de espacios para apropirselos) puede ser abandonado, ni siquiera provisoria y temporariamente, a las expectativas puestas en un gobierno cuya tctica hacia abajo parece centrada en cooptar avales en la base para acumular poder en el vrtice. No es una modalidad que parezca acercar transformaciones sociales profundas. S lo hecho desde abajo en estos ltimos dos aos, y lo que se pueda avanzar en dotar de un basamento de articulacin y coherencia a lo que ha quedado bajo el signo de la dispersin... Consejo Editorial

En este nmero, Periferias se ha centrado en el anlisis de la mirada actual sobre el Qu hacer? de Lenin, tema de su dossier, una forma de hermanar el examen de largo alcance con el anlisis centrado en la coyuntura. En los cuatro trabajos que componen el dossier se busca, por distintos caminos, responder a los interrogantes que se abren para el pensamiento revolucionario del siglo XXI, en vinculacin con aquel opsculo que virtualmente inaugur el pensamiento revolucionario del siglo anterior, en un aqu y ahora que refiere a la Argentina post 20 de diciembre.

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DOSSIER:

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LIBERALIZACIN DE LA ECONOMA ARGENTINA RUPTURA O CONTINUIDAD?Julio Gambina, Alfredo T. Garca, Mariano Borzel, Agustn Crivelli*

1. Introduccin General1.1 De la economa de la convertibilidad a la economa de la devaluacin La liberalizacin de la economa es el objetivo planteado por la ofensiva del capital luego de la crisis de fines de la dcada de los sesenta y hoy se ha generalizado como programa que asumen los organismos internacionales, especialmente la OMC, el FMI y el Banco Mundial. Ese proyecto es parte sustancial de las negociaciones y tratados comerciales y de inversin que se suscriben y discuten en todo el mundo1 . Es una convocatoria a abrir las economas para favorecer la libre circulacin de mercancas, servicios y capital. La motivacin sustancial apunta al libre movimiento de capitales a escala global para contrarrestar la tendencia al deterioro de la tasa de ganancia. Analizar este proceso en la Argentina es el tema central del trabajo. Las presiones para lograr la liberalizacin fueron potenciadas a escala planetaria en los ochentas y los noventas, tras su enunciacin y ensayo temprano en el cono sur de Amrica Latina en los comienzos de los setentas. Distintos pases fueron* Ponencia para la Primera Reunin del Grupo de CLACSO Globalizacin, Economa Mundial y Economas nacionales a realizase en Puebla, Mxico, entre el 25 al 27 de agosto de 2004

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asumidos como ejemplo en cada una de las etapas donde las polticas gubernamentales coincidan bsicamente con el objetivo liberalizador de las corporaciones transnacionales (CTN). Argentina fue uno de esos pases y quiz el momento cumbre haya sido durante la Conferencia conjunta entre el FMI y el Banco Mundial llevada a cabo en la ciudad de Washington en 1998. En dicha oportunidad, adems del Presidente del pas anfitrin, la palabra fue otorgada al titular del poder ejecutivo argentino. Era el premio al mejor alumno del modelo que impulsaba el Consenso de Washington, aunque su autor, el propio John Williamson2 ha intentado despegarse del rgimen de convertibilidad, no contemplado en el declogo sustentado, una posicin que ha sostenido la direccin de los organismos financieros internacionales, a partir del estallido del modelo de Convertibilidad en Argentina. La orientacin principal de la poltica econmica de la Argentina durante la dcada de los noventas reflejaba claramente la esencia de la demanda internacional del capital. Ello se expres desde las privatizaciones y la desregulacin de la economa a la libre circulacin de capitales, con un flujo que permiti un saldo neto favorable de U$S 100.000 millones en la dcada, cuya contrapartida ha sido la formacin de activos externos propiedad de residentes argentinos por una cifra de U$S 109.000 millones3 . Bajo la mencionada orientacin se defini al Estado como el sostn de ese financiamiento a cargo del presupuesto pblico. En efecto, la deuda externa pblica creci en forma sostenida para beneficio de los capitales ms concentrados. Supuestamente para 1998, en Argentina se haba superado la crisis del tequila, que luego de la devaluacin de la moneda mexicana en diciembre de 1994 haba provocado una fuerte recesin durante 1995 y 1996, con picos de desempleo y relanzamiento del modelo basado en el financiamiento externo, una mayor dolarizacin y la transferencia de propiedad local al capital extranjero en todas las ramas de la economa. Con la crisis asitica sumada al agotamiento del modelo argentino, en 1998 comenz una recesin que se prolong hasta 2002 con una cada del PBI en ese ao del 10,9%4 . Recin en el 2003, con un 8,8% de crecimiento del PBI, la economa argentina cambi la tendencia, aunque a mediados del 2004 todava no ha recuperado el nivel de produccin de 1998. Los efectos del modelo fueron profundamente regresivos y mutaron sustancialmente las condiciones de vida de la mayora de la poblacin. La ltima medicin del INDEC para el 2003 seala que el 10% ms rico de la poblacin recibe 22 veces ms ingresos que el 10% ms pobre, cuando en 1974, el ltimo mejor registro de la distribucin del ingreso, la diferencia era de 12 veces. Estos datos son parte de la realidad que nos motiva a considerar si hubo cambio o continuidad esencial en la Argentina pos devaluacin. Las autoridades emergentes luego de la crisis de 2001 sostuvieron que el pas

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deba avanzar a un modelo productivo5 , para luego redefinir el objetivo por reconstruir el capitalismo nacional6 y ms recientemente en el 150 aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires al manifestar que buscamos una economa capitalista, productiva y transparente7 . No obstante, el acento de la gestin econmica ha estado puesto en la negociacin de los acuerdos con el FMI, la resolucin del problema de la deuda pblica, que a pesar del default continu incrementndose, y en el mantenimiento de los flujos de liberalizacin financiera y comercial, polticas generales que han marcado el pulso de la dcada de los noventas. En el presente documento se pretende destacar los elementos esenciales que hacen a la continuidad de las polticas oficiales, que son convergentes con las demandas del capitalismo global y poner en dudas las expectativas de cambio de modelo de acumulacin de capitales en Argentina que se generaron a partir de la salida del rgimen de convertibilidad y el discurso productivista. Argentina fue modelo de liberalizacin extendida en los noventas y se pretende demostrar en este trabajo que su esencia se mantiene induciendo adems dinmicas similares en los mbitos de integracin en los que participa, en especial en el caso del MERCOSUR.

2. Once aos de Convertibilidad2.1 Convertibilidad e insercin internacional La integracin plena de Argentina a los mercados financieros internacionales desempe un rol fundamental en el funcionamiento del rgimen de Convertibilidad y abon, como contrapartida, el terreno para el estallido de diciembre de 2001. En el presente apartado se analiza la dinmica de la cuenta capital durante los noventa, en tanto ella constituye el punto de partida para abordar el perodo que sigue a la devaluacin de la moneda y ruptura del rgimen cambiario fijo. La vulnerabilidad de la economa en la Argentina tiene un eje central en el sector externo y, ms particularmente, en los condicionantes de la apertura externa que surgen desde la crisis de mediados de los setenta. El fenmeno se despliega mediante la liberalizacin del comercio y la cuenta de capitales, lo cual determin un proceso creciente de dependencia de los flujos financieros del exterior como forma de equilibrar el creciente dficit de la cuenta corriente. Dicha realidad es convergente con el comportamiento de los capitales internacionales excedentes, que como solucin propia a la crisis de rentabilidad operada a fines de los sesenta y comienzos de los setenta, presionaron para abrir las cuentas de capital de los pases de menor desarrollo relativo.

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La Convertibilidad, entendida como un trpode compuesto por apertura externa irrestricta, reforma del Estado y tipo de cambio fijado al dlar8 , tuvo su origen a principios de los noventa. Ante la sociedad fue presentada como la solucin definitiva al problema de la devaluacin e inflacin que afectaron al pas durante la dcada de los ochenta. Mientras que el tipo de cambio fijopor ley prcticamente elimin el riesgo de devaluacin, la inflacin se contuvo a travs del ingreso de productos importados, el cual se vio favorecido por la disminucin generalizada de aranceles (a comienzos de la dcada) y la sobrevaluacin de la moneda domstica, dada su vinculacin directa con el dlar estadounidense. Sin embargo, a pesar de que se logr contener la inflacin y, por definicin, se evit la depreciacin monetaria, para la sociedad en su conjunto los costos superaron ampliamente a los beneficios de la estabilizacin. Como una representacin fiel de las polticas neoliberales que comenzaron a implementarse en Amrica Latina en los aos setenta y que luego se plasmaron en el declogo del Consenso de Washington, era previsible que el paquete de medidas aplicado por el gobierno de Menem redundara en mayores niveles de endeudamiento externo y especulacin financiera, incremento en la volatilidad de las principales variables macroeconmicas, mayor exposicin a shocks externos, desarticulacin de la estructura productiva y el consiguiente empeoramiento de los indicadores de empleo y distribucin del ingreso. La utilizacin de un tipo de cambio fijo garantizado por leyque representaba un seguro de cambio gratuito para los inversoresy la apertura irrestricta a los flujos financieros internacionales garantizaron el ingreso de los capitales necesarios para el financiamiento de un esquema que se complement con la privatizacin de las empresas pblicas, la desregulacin completa de la actividad econmica y, como se mencionara anteriormente, la apertura comercial. El esquema de la Convertibilidad gener los mecanismos para que el capital dominante residenteen vinculacin directa con el externoobtuviera jugosos beneficios econmicos. Entre otros, se posibilit su acceso a sectores mono u oligoplicos donde antes slo tena ingerencia el Estado, se realizaron dudosas operaciones de capitalizacin de deuda externa que incluan condiciones extremadamente favorables para el sector privado, se asegur la ganancia en dlares de los sectores empresarios con marcos regulatorios casi inexistentes, se permiti la indexacin de las tarifas de servicios por la inflacin norteamericana y se abri la posibilidad para que las empresas privadas accionen legalmente contra el Estado en mbitos supranacionaleslo cual se enmarca en los acuerdos bilaterales de inversin (BITs) pertenecientes a la esfera del Banco Mundial (ver punto 4 y anexo). En trminos del manejo macroeconmico, la apertura irrestricta de la cuenta capital y la adopcin de un tipo de cambio fijo anularon casi por completo la posi-

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bilidad de influir sobre las variables monetarias. Adems, el enfoque fiscalista de las autoridades y de los Organismos Internacionales descart la utilizacin de herramientas de poltica fiscal con fines anticclicos9 . Lo anterior determin la inexistencia de polticas destinadas a incentivar la actividad econmica, favorecer objetivos de empleo o redistribuir ingresos. La ausencia de dinamismo por el lado de las exportaciones (ver Cuadro 2.1) hizo depender al pas del ingreso de divisas va endeudamiento externo. Mientras que en pocas de liquidez mundial el ingreso de capitales permita expandir la cantidad de dinero y darle oxgeno a la actividad econmica, en momentos de retraccin se deba recurrir al ajuste sistemtico de la absorcin domstica. Complementariamente, la apertura de la cuenta capital sumergi al pas en la lgica y disciplinamiento de los mercados financieros, que pasaron a auditar el rumbo de la economa junto a los Organismos Internacionales. El ndice de riesgo pas se constituy en el termmetro inefable de la marcha de la economa y, en otro nivel, en una muestra cabal del circuito de especulacin financiera caracterstico de los noventa. Los anhelos del gobierno de De La Rua (1999-2001) y de grupos vinculados a los sectores no transables de mantener el esquema de la Convertibilidad, llevaron a que la poltica econmica se centrara exclusivamente en la disminucin del riesgo soberano como forma de obtener el refinanciamiento de los servicios de laabultadadeuda pblica, situacin desemboc en la profundizacin del ajuste fiscal y en la agudizacin de los desequilibrios de la economa que se venan gestando tiempo atrs. El desenlace final no se demorara demasiado (ver punto 3). No fueron suficientes la entrega de fondos frescos por parte de los organismos en lo que se denomin Blindaje Financiero de fines de 2000, ni el Megacanje de deuda pblica de mediados de 2001, que en la prctica represent un alargamiento de plazos de la deuda a tasas usurarias10 y jugosas comisiones para los bancos participantes. El frente externo represent el punto de partida para la ruptura del rgimen cambiario y para la crisis financiera de 2001 y dej, entre otras cosas, una pesada carga bajo la forma de una abultada deuda externa privada y pblicaesta ltima continuara aumentando significativamente luego de la crisis. En cuanto a la apertura irrestricta de la cuenta capital, se puede sostener que se constituy en un lubricado canal para la extraccin del excedente econmico generado localmente.

12 2.2 La dinmica de la cuenta capital Grfico N 1 Balance de Pagos. Rubros Principales (1992-2001)

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Fuente: elaboracin propia en base a Ministerio de Economa

En la primera mitad de los noventa el endeudamiento privado con el exterior11 financi el desbalance de la cuenta Mercancas vinculado al boom de consumo privado (1992-1994); pieza clave para obtener el consenso de una parte importante de la sociedad y fundamental en la reeleccin de Menem en 1995. Pero tambin se verific un significativo saldo deficitario en la cuenta de Servicios, que excede al de Mercancas si consideramos el perodo completo (1992-2001). Los servicios han sido un determinante fundamental del dficit total de la cuenta corriente, incluyndose en ellos conceptos como los viajes al exterior, incentivados fundamentalmente por la sobrevaluacin cambiaria del peso. El financiamiento externo tambin ayud a cubrir el bache generado por las rentas de la inversin, que tenan origen en el pago de dividendos e intereses de la deuda externa. En el primer caso, los flujos se vinculan con la extranjerizacin de la economa local en el marco de la ola de fusiones y adquisiciones en el terreno privado y de las privatizaciones de empresas pblicas. En el segundo se vinculan al abultado stock de deuda externa del pas y comienzan a adquirir relevancia en la segunda mitad de la dcada. Los intereses, junto con los servicios fueron los principales conceptos explicativos del egreso en cuenta corriente.

MARZO 2005 Cuadro N 1 Cuenta Corriente. Rubros Principales (1992-2001) 1992 Mercancas Exportaciones fob Importaciones fob Servicios Exportaciones Importaciones Intereses netos Ut. y Divid. Netos Otros TOTAL -1.396 12.399 13.795 -2.557 2.984 5.542 -1.480 -992 800 1993 -2.364 13.269 15.633 -3.326 3.071 6.396 -1.581 -1.486 563 1994 -4.139 16.023 20.162 -3.779 3.364 7.143 -1.772 -1.918 508 1995 2.357 21.162 18.804 -3.436 3.826 7.262 -2.541 -2.149 609 1996 1.760 24.043 22.283 -3.562 4.352 7.914 -3.380 -2.120 493 1997 -2.123 26.431 28.554 -4.415 4.512 8.927 -4.199 -2.000 512 1998 -3.097 26.434 29.531 -4.504 4.720 9.224 -5.090 -2.293 463 1999 -795 23.309 24.103 -4.166 4.574 8.740 -5.852 -1.616 468 2000 2.452 26.341 23.889 -4.318 4.770 9.089 -5.921 -1.609 412 2001 7.385 26.543 19.158 -3.953 4.407 8.360 -7.516 -258 436

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92-01 41 215.952 215.912 -38.017 40.580 78.597 -39.332 -16.441 5.265

-5.626 -8.193 -11.100 -5.159 -6.810 -12.224 -14.521 -11.960 -8.984 -3.906 -88.485

Fuente: elaboracin propia en base a Ministerio de Economa

Es importante tener presente que en la primera parte de la dcada el peso de los intereses de la deuda respecto del total del saldo de la cuenta corriente no fue significativo en virtud de las condiciones estipuladas en la renegociacin de la deuda externa enmarcada dentro del Plan Brady (1992), que podra ser considerado el punto de partida para el nuevo ciclo de acumulacin basado en el endeudamiento, fuga de capitales y egresos por rentas de factores. En particular, la normalizacin y el reconocimiento de la deuda vieja fue la herramienta con la que los bancos comerciales se deshicieron de una deuda incobrable y ya previsionada, a cambio de ttulos pblicos, bonos y obligaciones garantizados por el Tesoro de los Estados Unidos. As pudieron utilizar nuevamente la masa de recursos liberada hacia nuevos negocios y obtener rditos elevados en la aplicacin de los recursos. Una porcin importante del ingreso bruto (incremento de pasivos) tuvo contrapartida en la denominada fuga de capitales (incremento de activos). A pesar de que estas transacciones entre residentes y no residentes no debieran modificar la posicin de inversin internacional de un pas y por ende su solvencia externa, en la prctica puede ocurrir que el fuerte incremento en el stock de deuda genere una situacin de fragilidad de las cuentas externas si, en la prctica, el Estado no puede disponer de los recursos colocados en el exterior por los residentestal cual ocurri en Argentina. En este caso, ello fue una consecuencia de la especulacin financiera llevada a cabo por inversores que se endeudaban en el exterior, realizaban el cambio de moneda extranjera a domstica y obtenan tasas superiores mediante la compra de ttulos pblicos, renta que luego era girada al exterior (en dlares). La

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libre entrada y salida de capitales fue una condicin necesaria para la realizacin de tales operaciones. En la segunda mitad de la dcada las perturbaciones externas (Mxico, Asia y Rusia) jugaran un papel importante en la dinmica de endeudamiento ya que, con la alteracin en las condiciones de acceso al financiamiento externo para los residentes (privados), el sector pblico pasa a ser el encargado de obtener los dlares necesarios para engrosar el stock de reservascomo forma de mantener la cobertura de la base monetaria)y para hacer frente a la demanda de divisas del sector privado residentedestinados a la fuga de capitales y a los pagos al exterior por los baches de la cuenta corriente, todo lo cual increment dramticamente el stock de deuda pblica externa12 . En el perodo considerado, se puede observar que la cuanta de recursos obtenidos por el Sector Pblico no Financiero ms que duplica a la del sector privado (Cuadro 2). A grandes rasgos, en los noventa se verifica una retroalimentacin perversa explicada por el hecho de que los stocks delimitan de manera creciente el sendero (poco sustentable) de los flujos13 , y las nuevas necesidades de financiamiento externo. Por su parte, las estadsticas permiten analizar las operaciones de rescate llevadas adelante por el gobierno en 2001, a travs del BCRA, y los Organismos Internacionales, consistentes en auxilios de carcter financiero que en la prctica terminaron siendo canalizados hacia el sector privado, que compr los dlares recibidos por el Banco Central (a cambio de pesos). Ello redund, en definitiva, en el incremento de la deuda externa pblica y en el aumento del stock de activos privados en el exterior, los que alcanzaron a fines de 2001 los U$S 107.000 millones14 . Cuadro N 2 Cuenta Financiera. Desagregacin Sectores Residentes (1992-2001) 1992 Sector Bancario BCRA Otras entidades financieras Sector Pb. no Financiero Sector Priv. No Financiero Errores y Omisiones Netos TOTAL 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 67 762 -695 8.258 305 -192 2001 11.588 10.743 845 -3.262 -13.727 -2.877 92-01 21.685 9.967 11.718 60.089 24.828 -11.287 7.376 1.305 -1.695 288 -3.064 1.017 1.369 796 7.014 6.959 8.169 -176 -1.060 4.250 1.999 4.692 -197 -909 444 1.922 1.003 -586 1.555 2.770 -1.200 -323 3.994 5.855 9.024 8.163 6.667 -3.322 3.494 9.461 -895 -2.182 -1.679 -1.283 682 -102 3.882 3.273 3.505 1.330 -512 -1.033 4.017 2.363 9.361 10.886 5.414 1.407 -394 -548 3.438 1.201

9.060 13.488 12.660

7.225 12.321 16.714 18.281 13.623

8.631 -5.401 106.602 -439 -12.083

Variacin de Res. Internac. 3.274

Fuente: elaboracin propia en base a Ministerio de Economa

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Por ltimo, vale mencionar que no se verificaron en Argentina los pregonados beneficios de la apertura de la cuenta capital. Segn los proponentes de la liberalizacin financiera, el acceso al financiamiento externo debiera disminuir la volatilidad de las principales variables macroeconmicas de la economa que liberaliza. En lo que respecta al consumo, dado el extraordinario boom inicial, esta hiptesis no parece haberse verificado. Otra de las ventajas de la apertura radicara en la posibilidad de obtener recursos externos para financiar determinadas inversiones de difcil realizacin dados los escasos recursos disponibles en los pases de la periferia. Los datos de la composicin de los ingresos brutos de financiamiento externo son concluyentes en el rechazo de esta hiptesis. De los U$S 17.200 millones ingresados entre 1992 y 2001, U$S 93.700 millones (55%) correspondieron a Inversin de Cartera y Otra Inversinlos flujos de mayor volatilidad y principales canales de transmisin en momentos de crisis internacionales. El 45% restante, unos U$S 76.400 millones, corresponde a Inversin Externa Directa (IED), de los cuales solamente unos U$S 22.400 millones (29%) representaron inversin nueva. La entrada neta de fondos fue incluso inferior si se tiene en cuenta que la remisin de utilidades al exterior alcanz los U$S 16.400 millones. En lnea con ello, el principal componente de la IED fue el cambio de manos, U$S 43.100 millones (56%), concepto estrechamente vinculado con la privatizacin de empresas pblicas y, en trminos ms generales, a la transnacionalizacin de la estructura productiva local. Dentro de este panorama, se interpreta que los aportes reales de capitales hayan sido el 0,9% del PIB y el 4,8% de la inversin bruta interna15 . Lejos de haberse constituido en la panacea prometida por sus acrrimos partidarios, la liberalizacin de la cuenta capital represent la puerta de entrada para el capital transnacional y la condicin de posibilidad para la extraccin de ingentes rentas por parte del capital dominante. La enseanza fundamental de los noventa lleva a concluir que el legado heredado de Convertibilidad difcilmente se revierta en tanto no se reconsideren aspectos vinculados a la insercin internacional del pas (apertura externa), a la deuda externa y a la cuantiosa masa de recursos colocados en el exterior por residentes. A continuacin se abordan los principales acontecimientos del perodo pos devaluatorio.

3. El escenario pos Devaluacin 3.1 Las caractersticas que definieron la salida de la ConvertibilidadUna aguda dependencia del financiamiento externo, el consiguiente aumento

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explosivo de la deuda externa y la falta de sustentabilidad del esquema de la Convertibilidad, configur un proceso que puede ser caracterizado de retroalimentacin, por el cual la falta de financiamiento externo impact directamente sobre el sistema financiero y su credibilidad, a la vez que los disturbios en este ltimo, centrados en altsimas tasas de riesgo pas y salida de depsitos, generaron salidas de capitales, imponiendo fuertes dficits en la cuenta financiera del Balance de Pagos. Ya en el ao 2000, el sector privado no financiero slo ingres U$S 305 millones, que muestra la aceleracin de una tendencia generada a partir de la crisis asitica, como lo muestran los flujos positivos de U$S 9.500 millones en 1997, U$S 5.400 millones en 1998 y U$S 1.400 millones en 1999. Este sendero fue compensado por el sector pblico, que se endeud fuertemente en estos aos en los mercados internacionales; en el ao 2000, el gobierno nacional ingres por esta va U$S 8.300 millones, que fueron los responsables del saldo positivo de la cuenta financiera. Con motivo de la situacin descripta, las Reservas Internacionales presentaron en el ao 2000 una reduccin de algo mas de U$S 400 millones, mostrando un flujo negativo que no se observaba desde 1995, pleno impacto de la crisis del Tequila. El sistema financiero bimonetario ya mostraba en el ao 2000 signos de agotamiento, los depsitos del sector privado aumentaron el 6,2%, mientras los prstamos al mismo sector se redujeron un 5,2%, evolucin concomitante con la intensificacin de la recesin y el incremento del financiamiento del gobierno en el mercado domstico, dado que ya se manifestaban los problemas de financiamiento en los mercados internacionales. Cuadro N 3 Principales Pasivos y P.N. del Sistema financiero argentino Saldos en millones de pesos Convertibilidad Dic-99 Dic-00 Depsitos Sector Pblico Sector Privado no Financiero Patrimonio Neto Resultados Pos Devaluacin Dic 01/ Dic-01 Dic 00 Dic-02 Dic-03 74.808 94.647 8.492 16.105

81.573 86.570 66.220 -23,5% 7.244 7.289 4.327 -40,6%

74.038 78.611 61.541 -21,7% 66.027 77.865 16.577 18.080 15.626 -13,6% 25.033 22.902 -219 -1.078 -1.716 59,2% -21.491 -23.273

Fuente: Elaboracin propia con datos del BCRA

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El ao 2001 fue el ao decisivo en la finalizacin de la convertibilidad y en la gestacin de la crisis financiera. El retiro de depsitos de los bancos fue significativo y alcanz los U$S 17.000 millones, aunque no fue mucho mayor al producido en el ao 1995 por el efecto Tequila (un 22% de cada en el 2001 respecto al 18% producido en el perodo mas lgido del Tequila). Sin embargo, un dato notorio es la fuerte cancelacin de prstamos del sector privado no financiero, variable que tambin descendi un 22%, mientras el financiamiento al sector pblico, medido como la sumatoria de ttulos pblicos y prstamos al gobierno, se mantuvo constante. En correspondencia con este proceso, la cuenta financiera del sector privado no financiero mostr un dficit significativo de U$S 13.800 millones en el 2001, compuesto por compras de moneda extranjera por U$S 9.000 millones, como reflejo de la cada de depsitos en los bancos domsticos, y cerca de U$S 2.300 millones de incremento de sus depsitos en los bancos del exterior; en ese ao, el sector no mostr variacin alguna de pasivos. El dficit en la cuenta corriente para el ao 2001 fue menor que aos anteriores debido a un saldo positivo en la cuenta de mercancas, originado fundamentalmente por la cada de las importaciones impulsada por la recesin econmica y la falta de financiamiento externo. A ello se suman cancelaciones netas por parte del gobierno por cerca de U$S 3.400 millones, lo que gener un dficit de pagos de cerca de U$S 21.500 millones, como se observa en el cuadro N 6 que muestra una presentacin analtica del balance de Pagos. Este dficit potencial signific un 8% del PIB del 2001 y el 80% del nivel de Reservas Internacionales a inicios del mismo ao. Este significativo dficit de pagos fue financiado por una cada de U$S 12.000 millones en las Reservas Internacionales (que signific una disminucin del 45%), y prstamos netos del FMI por U$S 9.400 millones, tal cual se observa en el referido cuadro. En este ao, tanto el BID como el Banco Mundial financiaron al gobierno por U$S 500 millones cada uno. Entre fines de diciembre del ao 2000 y enero del 2001 se produjo el llamado blindaje, consistente en un eventual prstamo del FMI por U$S 10.00016 millones a desembolsar paulatinamente, a pesar de lo cual las medidas tomadas por el entonces ministro Machinea consistentes en un fuerte incremento de tasas impositivas segn lo solicitado por el FMI, abort la recuperacin que se haba iniciado con el cambio de gobierno. En este entorno recesivo, continuaron los problemas financieros a pesar del blindaje. Es el momento de reingreso al Ministerio de Economa de Domingo Cavallo17 , artfice de la Convertibilidad, que evidencia un fuerte consenso en la dirigencia poltica y empresaria sobre la necesidad del mantenimiento del esquema de convertibilidad.

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Cavallo realiza una fuerte renegociacin de ttulos de deuda a mediados de ao denominado Megacanje, criticado por beneficiar exageradamente a los acreedores y a los bancos gestores, para caer en una nueva renegociacin, en este caso con acreedores locales, hacia fines del ao18 . En un contexto de crisis externa y de sostenibilidad de la deuda, el modelo de Convertibilidad tena los das contados. Pero fueron las modificaciones en el sistema financiero que tornaron inevitable e irreversible este desenlace: luego de la aguda fuga de depsitos del sistema financiero, el entonces ministro de economa Domingo Cavallo, decidi implementar el mundialmente conocido corralito que estableca significativos lmites a la extraccin del dinero de cuentas bancarias19 , conjuntamente con una dolarizacin automtica de los depsitos que se encontraban nominados en pesos en las cuentas corrientes y de ahorro. La fuga hacia adelante, es decir, mayor dolarizacin, estrategia exitosa que implement el mismo ministro Cavallo pero con otro presidente para salir de la crisis del Tequila, no funcion esta vez, debida al corralito, pero tambin a una crisis financiera externa que llevaba varios aos de desarrollo. Grfico N 2

Fuente: Elaboracin propia con datos del BCRA

El corralito y los cacerolazos pusieron fin al gobierno de De la Rua, continuado por el de Rodriguez Saa de efmera duracin (6 das) pero que le alcanz para declarar la cesacin de pagos de la deuda externa argentina y continuar sosteniendo ideolgicamente la convertibilidad. Con esta situacin asumi el gobierno el presidente Duhalde, quien a partir del primer da hbil del ao 2003 decret una devaluacin del peso argentino a una tasa fija de 1,4 por dlar; un mes despus, y cediendo a presiones del FMI, el gobierno decidi dejar flotar libremente el dlar, el cual lleg a los 4 pesos por dlar estadounidense para estabilizarse luego cerca de los tres pesos (Ver grfico

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N 2). Con estas medidas arreciaron las presiones sectoriales para resolver el tema de la dolarizacin del sistema financiero, con los deudores solicitando la conversin a pesos de los prstamos y los depositantes exigiendo el mantenimiento en dlares de sus activos. Se intensific la retencin de depsitos en el sistema financiero, y del corralito se pas al corraln20 . Luego de varias idas y venidas, el fiel de la balanza se inclin por los deudores. El gobierno de Duhalde decidi pesificar la totalidad de los prstamos concedidos en dlares a una relacin 1 peso por dlar, cediendo a las presiones de los grupos econmicos locales. Cerca de 1.400 deudores concentraban el 44% de los prstamos, lo que permite tener una idea de cmo la pesificacin favoreci a las grandes empresas, muchas de las cuales poseen ingresos en dlares fruto de sus exportaciones. El total de riqueza transferida a los prestatarios por esta medida puede estimarse en una cifra cercana a los U$S 30.000 millones21 . Cuadro N 4 Principales Activos del Sistema Financiero Argentino Saldos en millones de pesos Convertibilidad Dic-99 Dic-00 TOTAL ACTIVOS Ttulos Pblicos Prstamos Sector pblico Sector Financiero Sector Privado no financiero Previsiones 152.815 15.848 77.698 12.109 3.778 Pos Devaluacin Dic 01/ Dic-01 Dic 00 Dic-02 Dic-03

163.478 23.989 -24,2% 187.535 188.277 13.899 6.321 -54,5% 31.260 45.655 76.151 8.688 -9,8% 72.389 59.044 15.165 2.684 49,6% 44.330 33.437 3.649 2.601 -28,7% 1.935 1.417 37.805 33.398 11.681 9.208

68.016 64.496 50.209 -22,2% 6.205 7.159 6.806 -4,9%

Fuente: Elaboracin propia con datos del Banco Central de la Repblica Argentina

La pesificacin de los prstamos fue acompaada por una medida similar con los depsitos, aunque, para evitar la respuesta airada de los participantes del cacerolazo (clase media cuyos depsitos quedaron atrapados en el sistema financiero) el gobierno decidi pesificar los depsitos pero a $1,4 por dlar. Esta pesificacin gener una asimetra en los activos y pasivos de las entidades financieras que desquici los balances de las mismas, a la vez que implic una significa-

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tiva transferencia de riqueza desde los depositantes hacia los grandes grupos econmicos endeudados con el sistema financiero local. Este especial abordaje de la crisis financiera, congelando la situacin, gener grandes problemas y prolong la crisis del sistema financiero por ms de un ao. Los problemas aparecieron en dos frentes principales: por un lado, los depsitos que continuaron atrapados en el corraln sufrieron el embate de resoluciones judiciales, denominados amparos por los cuales los jueces obligaban a los bancos (que tenan sus activos pesificados) a devolver los depsitos en dlares, y de no ser posible, en pesos al cambio del da, generalmente a costa de otros depositantes que no podan retirar de sus cuentas de salario puesto que los amparos dejaban ilquidos a los bancos. Este proceso se desaceler con el canje de los depsitos del corraln, denominados reprogramados por ttulos pblicos en dlares estadounidenses (Boden), lo que signific una nueva vuelta a la dolarizacin y un significativo incremento de la deuda pblica en moneda extranjera por U$S 6.000 millones. El otro frente se present en los balances de los bancos, puesto que las compensaciones por la pesificacin asimtrica recin finalizaron, va entrega de bonos denominados en dlares (tambin Boden), a principios del ao 2004. El total de deuda emitida para compensar a los bancos por la pesificacin asimtrica (uno de los costos ms significativos de la resolucin de la crisis del sistema financiero) asciende a los U$S 8.000 millones, mas U$S 900 millones por indexacin asimtrica22 . Las caractersticas de la resolucin de la crisis financiera originada en la salida de la convertibilidad han sido una fuerte devaluacin en un contexto de sistema financiero y transaccional altamente dolarizado, una significativa transferencia de riqueza entre sectores y el alto endeudamiento que implic la salida. Sin embargo la caracterstica distintiva es la prolongacin en el tiempo de la crisis, demora originada en parte por la decisin del ministro Roberto Lavagna quien se empecin en realizar un canje voluntario.23 A modo de comparacin, la crisis del sistema financiero de fines de los ochentas derivada de la hiperinflacin, tuvo una resolucin rpida, con sus grandes transferencias de riqueza, pero luego de un fin de semana las reglas de juego estaban definidas, se canjearon depsitos y ttulos por nuevos bonos del gobierno, y el sistema comenz lentamente su recuperacin (Plan Bonex en los ltimos das de 1989). En la crisis iniciada en el 2001, an hoy, despus de dos aos y medio transcurridos, hay grandes temas que han quedado pendientes, entre ellos la resolucin de los amparos (que contina latente) y las compensaciones por la dolarizacin de facto realizada por Cavallo en las postrimeras de su gestin24 .

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Ello implica un sistema financiero que no est generando crdito, posee depsitos a cortsimo plazo y ha disminuido significativamente su participacin en la intermediacin financiera, con su negativo impacto sobre el sector real y el sector externo25. En el 2003 comenz una leve recuperacin de depsitos del sector privado, aunque sigui el sendero de crecimiento del PIB, mientras que los prstamos continuaron retrocediendo a niveles alarmantes, llegando a representar un insignificante 9% del PIB. Este esquema se encuentra asociado a una alta participacin del sector pblico en la estructura de activos del sistema bancario y que asciende al 42% del total de activos (Ver cuadro N 4). Cuadro N 5 Prstamos y Depsitos del Sector Privado No Financiero En % del PBI Ao 2000 2001 2002 2003 Prstamos 23% 19% 12% 9% Depsitos 28% 23% 21% 21%

Fuente: Elaboracin propia con datos del BCRA e INdEC

Tanto en el sistema financiero, como ha sido descripto, como en el sector real de la economa, el discurso productivista de la devaluacin, enarbolado por los capitales productivos ms concentrados vinculados al agro y la industria, no ha mostrado su capacidad para revertir la situacin, mas all de recuperar una parte de la fuerte cada en el PIB producida, precisamente, por la devaluacin y las medidas tomadas para salir de la convertibilidad. 3.2 Los flujos de Capitales La salida de la convertibilidad va devaluacin signific un cambio fundamental en la Cuenta Corriente del Balance de Pagos, la cual comenz a mostrar fuertes supervits, originados esencialmente en la aguda disminucin de las importaciones ms que en el dinamismo de las exportaciones, debilidad exportadora que contrasta con la fuerte devaluacin y el significativo incremento de los precios de las materias primas, principal rubro de las ventas externas argentinas. A pesar de tan altos supervits comerciales, las Reservas Internacionales continuaron disminuyendo en el ao 2002 (U$S -4.516 millones) y mostraron un leve

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aumento en el 2003 (U$S +3.581 millones), que no lleg a compensar la cada del ao anterior. La dbil evolucin de las Reservas Internacionales resulta an ms difcil de comprender si consideramos que en ambos aos se produjo la suspensin de parte de los pagos de la deuda externa, que provey un financiamiento excepcional de U$S12.500 millones en el 2002 y U$S 14.400 millones en el ao siguiente (ver cuadro N 6). La explicacin se halla en las fuertes salidas de capital que se produjeron en ambos aos, por parte del sector privado pero tambin por cancelaciones netas de deuda a los organismos internacionales producidas por el gobierno nacional. En la presentacin analtica del Balance de Pagos pueden observarse los fuertes dficits de la Cuenta Financiera, generados en las operaciones de mercado y que alcanzaron a U$S 23.671 millones en el 2002 y a U$S 16.267 millones en el 2003.

MARZO 2005 Cuadro N 6 Estimacin del Balance de Pagos de Argentina Presentacin analtica En millones de dlares1. Cuenta corriente Mercancas Exportaciones fob Importaciones fob Servicios Exportaciones de servicios Importaciones de servicios Rentas Renta de la inversin Intereses Utilidades y Dividendos Transferencias corrientes 2. Cuenta capital y financiera Cuenta capital Cuenta financiera Sector Bancario BCRA Otras entidades financieras Sector Pblico no Financiero Sector Privado No Financiero 3. Errores y Omisiones Netos 4. SALDO POSICIN INTERNACIONAL Variacin de Reservas Internacionales Reservas Internacionales del BCRA Ajuste por tipo de pase FINANCIAMIENTO EXCEPCIONAL Prestamos FMI Atrasos 2.000 -8.989 2.452 26.341 23.889 -4.323 4.808 9.130 -7.522 -7.530 -5.921 -1.609 403 7.959 106 7.853 -711 -16 -695 8.258 305 -187 -1.218 -439 -424 15 -778 -778 0 2.001 -3.853 7.385 26.543 19.158 -3.944 4.440 8.384 -7.725 -7.729 -7.471 -258 430 -14.813 157 -14.970 2.213 1.368 845 -3.385 -13.798 -2.791 -21.458 -12.083 -12.005 79 -9.375 -9.375 0 2.002 9.142 17.236 25.709 8.473 -1.658 3.039 4.697 -7.009 -6.996 -7.227 230 572 -23.671 406 -24.077 -2.608 -1.196 -1.412 -4.625 -16.844 -1.919 -16.448 -4.516 -4.437 79 -11.932 612 -12.544

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2.003 7.839 16.447 29.566 13.119 -1.541 3.989 5.530 -7.668 -7.658 -6.797 -861 601 -16.197 70 -16.267 -3.034 -128 -2.906 -6.686 -6.547 -1.689 -10.047 3.581 3.643 62 -13.628 740 -14.368

Fuente: Alfredo T. Garca con datos de Indec Rep. Argentina

A pesar del impactante default de la deuda anunciado por el efmero presidente Rodrguez Sa que se ha mantenido hasta nuestros das, puede expresarse,

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paradjicamente, que el gobierno realiz pagos netos de deuda a un nivel que nunca antes haba realizado, lo que sustenta la muletilla del actual presidente Kirchner cuando mencion en varios discursos que no somos el pas del default. Efectivamente y tal cual se explic en el punto anterior, la suspensin de pagos alcanz slo a la deuda en manos de los acreedores privados (incluidos fondos de pensin domsticos) pero no a los organismos internacionales. Por ello, segn los datos del Balance de Pagos, el saldo negativo de U$S 3.385 millones en el 2002 para el sector pblico no financiero se compone de amortizaciones netas de ttulos por U$S 2.300 millones y pagos netos a los organismos internacionales por U$S 1.700 millones. En el ao 2003, las amortizaciones netas de ttulos explican ms del 85% del saldo negativo por U$S 6.686 millones. En el caso del sector privado, la constitucin de activos en el exterior ( tambin denominada fuga de capitales) es la que explica la mayor parte del saldo negativo del sector en los aos pos convertibilidad. En el ao 2003 los activos en el exterior aumentaron U$S 10.000 millones (de los cuales U$S 6.700 consistieron en la compra de dlares billetes) y la disminucin de pasivos lleg a los U$S 6.000 millones por cancelaciones de deuda (U$S 1.700 de ttulos de deuda, U$S 3.700 por deudas directas con bancos y U$S 1.300 de deuda con proveedores, entre otros). El ao 2003 muestra una menor constitucin de activos en el exterior, cuyo flujo alcanz a los U$S 5.600 millones (de los cuales U$S 2.200 millones son compra de dlares billete) y U$S 1.700 millones por incrementos de pasivos26 , continuando las amortizaciones de ttulos y de deuda con bancos, aunque con un saldo positivo en la deuda con proveedores (U$S 2.400 millones), sin duda como contrapartida del fuerte incremento en las importaciones. El comportamiento del sector privado muestra la continuacin de la liberalizacin de capitales, que permiti una fuga de capitales de una magnitud calamitosa para la economa argentina, pero permitida por la normativa. Si bien en los inicios de la gestin del ministro Lavagna, y cuando las expectativas sobre fuertes aumentos a futuro del dlar estaban en su cspide, se tomaron medidas de control de capitales que restringan la salida de divisas al exterior, las mismas se restringan a limitaciones para las cancelaciones de deudas. A medida que el valor del dlar se estabiliz (bajo un sistema de libre flotacin), e incluso como parte de una estrategia orientada a evitar la apreciacin del peso en el segundo semestre del 2002 (marcada por los fuertes saldos comerciales superavitarios), los controles de cambios se fueron liberando, poltica que continu durante el 2003. De hecho, esta preocupacin por la apreciacin del peso llev a tomar alguna medida contraria a la liberalizacin de los capitales recin mencionada, y que limita el ingreso de capitales. En resumen, se intenta mostrar la continuidad, luego de la devaluacin, de

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paradigmas existentes en el denominado modelo de convertibilidad que respondan a la aplicacin de los postulados del Consenso de Washington, como lo son el mantenimiento de la liberalizacin de capitales, la autorizacin a las empresas exportadoras de hidrocarburos de dejar en el exterior el 80% de las divisas obtenidas por la exportacin27 , la dolarizacin de la economa (el sector privado compr en los dos aos siguientes a la devaluacin U$S 9.000 millones28 , y la novedad de cancelaciones netas de deuda externa, una rara avis en la economa mundial de nuestros das. Gracias a estas continuidades e innovaciones, el saldo negativo de la cuenta financiera alcanz en los dos aos posteriores a la devaluacin a los U$S 40.000 millones, el 30% del PIB argentino del 2003.

3.3 La cuestin de la Deuda Pblica3.3.1 Radiografa de la deuda El monto total de la Deuda Pblica de la Argentina alcanzaba al 31/12/2003 una cifra de U$S 178.821 millones (Cuadro N 7). Ese monto incluye atrasos por U$S 28.015 millones. Se estima el PBI local en unos U$S 140.000 millones, lo que hace que la deuda represente el 128% del producto. A fines de la convertibilidad la relacin era aproximadamente del 50%. En una hiptesis aventurada, en que los acreedores en default aceptaran la quita ofrecida por el gobierno y en plena negociacin29, el monto final de deuda sera cercano al del PBI. Si la deuda pblica representaba un serio problema al momento de la crisis, mayor lo ser, ms all del arreglo que las autoridades proponen para su reestructuracin. La sensacin existente es que la deuda es impagable y todo intento de cancelacin, an parcial, o de postergacin en materia de plazos, tambin significa resignar la satisfaccin de necesidades sociales extendidas. El ofrecimiento recientemente elevado a los acreedores incluye bonos con cancelaciones que se proyectan hacia el ao 2045, con vencimientos de capital en la prxima dcada. Aunque en el corto plazo la exigencia solo sea de intereses, los nuevos bonos se incluirn en el mercado de oferta y demanda de ttulos que agrega instrumentos para la especulacin a favor de aquellos con suficiente capacidad de aguantar hasta los vencimientos. Es una forma de reproducir una economa de la especulacin a la que tanto se condena desde el discurso oficial productivista. Una parte de esa deuda se est pagando regularmente y alcanza al 48% del total de la deuda30 . Debe destacarse en ese sentido, el arreglo con el FMI en setiembre de 2003, mediante el cual se acord el reconocimiento del 100% de la

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deuda bilateral y multilateral. Otra parte la constituyen los bonos otorgados a bancos y ahorristas en compensacin parcial por las demandas derivadas de las restricciones financieras que se instalaron desde noviembre de 2001 y a posteriori (corralito, corraln). Esos ttulos incluyeron una quita sobre el monto total como consecuencia del establecimiento de una paridad cambiaria menor a la del mercado. Los bonos se entregaron a una paridad de 1,40 + el Coeficiente de Estabilizacin de Referencia (CER), representando actualmente un valor aproximado de un dlar equivalente a dos pesos. Debe recordarse que la cotizacin del dlar oscil desde Junio 2002 en su techo de 3,90 hasta los actuales 2,90 (junio 2004), con pisos transitorios de 2,75 en algn momento del lapso mencionado. Ambos conceptos totalizan una cifra cercana a los U$S 75.000 millones. Es la parte de la deuda cuyos intereses se pagan regularmente. El supuesto gubernamental pasa por la capacidad de renegociar recurrentemente el capital de esa deuda y por lo tanto remitirse a cancelar slo los intereses. Sin ese supuesto ser imposible para el pas hacer sostenible el cumplimiento de esas obligaciones. Por ahora, el supuesto se sostiene por el acuerdo con el FMI hasta el 2007, siempre y cuando Argentina cumpla con las condicionalidades establecidas. Cuadro N 7 Deuda Total del Sector Pblico al 31/12/2003. Por instrumento y tipo de plazo. (Millones de dlares) Bilateral (Club de Pars y otros) Multilateral BID BIRF FMI Otros Banca Comercial y Otros Prstamos (Canje) Bienes y Ttulos pblicos En moneda nacional En moneda extranjera Mediano y largo plazo (1) Vencimiento en el ao (2) Deuda Total* Mora (3) Principal Intereses 4.571 32.118 8.946 7.683 15.463 25.3 789 14.100 87.022 9.676 77.346 148.279 2.526 178.821 28.015 18.041 9.974

MARZO 2005Fuente: www.mecon.gov.ar Secretara de Finanzas *Resulta de sumar (1)+(2)+(3)

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La otra parte de la deuda es aquella que subsiste en cesacin de pagos, luego de haber sido declarada a fines de 2001. Son aproximadamente U$S 103.000 millones, incluidos los intereses impagos y corresponde al monto que en estos momentos negocia el gobierno argentino con los respectivos tenedores de bonos. Se estima que el 50% de esos ttulos estn en manos de argentinos y un poco menos de la mitad de ese valor se encuentra en las carteras de las Administradoras de Fondos de Pensin y Jubilacin (AFJP). Se trata de los aportes de los trabajadores que en los ltimos 10 aos han aportado al rgimen previsional de capitalizacin. Por ello, los fondos ahorrados por los trabajadores e invertidos en bonos de la deuda pblica se encuentran en default y ante la inminencia de una importante quita. La propuesta gubernamental reconoce un canje por nuevos ttulos que totalizarn unos U$S 43.200 millones, si es que ms del 70% de los acreedores se aviene a la reestructuracin ofrecida. De ese modo la quita a valor nominal alcanzara un 60% y se estima como una de las mayores en la historia de las renegociaciones de la deuda pblica de los pases. En resumen, una parte de la deuda est regularizada y otra en cesacin de pagos. A unos se les reconoce el 100% y a otros se les propone una importante quita de deuda. Queda claro que los organismos internacionales han resultado favorecidos al momento de la renegociacin.

3.3.2 Evolucin reciente del stock de deuda y los pagos Si analizamos la evolucin del stock de deuda a travs del tiempo (Cuadro N 8) podemos verificar que la deuda pblica creci en los dos aos siguientes a la salida de la convertibilidad en unos U$S 40.000 millones, que esencialmente se debe a la forma adoptada para superar la crisis bancaria antes comentada. Las diferencias de valores en el Cuadro 7 y 8 est motivada en fuentes oficiales diferentes, ambas del Ministerio de Economa y que pueden verificarse en el sitio de Internet citado al pie de cada cuadro. Esta evolucin del stock de la deuda pone de manifiesto la continuidad de un problema serio que condiciona la perspectiva de la Argentina. Es cierto que si se avanza en la renegociacin, podr registrarse un monto inferior una vez finaliza-

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da la negociacin, pero la experiencia de aos anteriores nos indica que las quitas tienen efectos transitorios. El asunto es que la deuda subsiste y an disminuyendo la carga de los pagos al comienzo, luego se reanuda con mayor fuerza haciendo insostenible su repago. Cuadro N 8 Evolucin de la Deuda pblica 1998 112.357 1999 2000 2001 2002 2003 176.295 121.877 128.018 137.707 136.241

Millones de dlares Fuente: www.mecon.gov.ar

En ese sentido puede analizarse el Cuadro N 9 donde se puede apreciar la sustancial baja de los pagos de intereses luego de declarada la cesacin de pagos. En efecto, si en 2001 se pagaron intereses por 10.175 millones de dlares, en los dos aos siguientes los pagos suponen un ahorro de 3.300 millones de dlares promedio por ao. Ese menor destino de fondos para cancelacin de deuda ha servido para reorientar el gasto pblico en el periodo a los efectos de descomprimir la conflictividad social fuertemente instalada durante el 2001 y buena parte del 2002 y an del 2003. Durante el 2004 se ha incorporado el acuerdo con el FMI que implica un incremento de los fondos destinados a la cancelacin de la deuda respecto de los aos previos. La subsistencia del default permite que no se prevean pagos a los acreedores en cesacin de pagos, pero la situacin se modifica en la perspectiva de los prximos aos. Por un lado el FMI presiona para incrementar los pagos y los acreedores ya lograron que se incluyeran los atrasos de intereses en el monto a renegociar. Era algo no incluido en la oferta de setiembre de 2003 en Dubai. Cuadro N 9 Intereses pagados 1998 6.660,3 1999 8.223,6 2000 9.656,0 2001 2002 2003 6.882,8 10.174,6 6.809,5

Millones de dlares Fuente: www.mecon.gov.ar

Pese a la disminucin de los pagos, en el Cuadro IV puede constatarse el fuerte condicionante de la deuda en relacin con la capacidad de crear riqueza del

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pas (PBI). Si se analizan cuidadosamente los guarismos nos encontramos que los menores ndices se presentan en 1993 y 1994, los dos primeros aos posteriores al arreglo derivado del Plan Brady, suscripto por la Argentina en 1992 y que represent una quita de intereses y una refinanciacin del capital. En efecto, ya en 1995 la incidencia de los servicios sobre el PBI se acrecienta y ms an a continuacin de 1999, ya en plena recesin. El mximo valor se alcanz en 2001 con 5,31% sobre el PBI, No haba pasado una dcada desde la reestructuracin de la deuda que fuera planteada por la dupla MenemCavallo como la definitiva. En 2002, la incidencia es elevada pese a que buena parte de la deuda estaba en cesacin de pagos. Si bien son cifras preliminares, el volumen de los pagos realizados durante el 2003 y lo que va del 2004 nos hacen pensar que una parte elevada de la riqueza socialmente generada en el pas por ao (PBI) est comprometida en los pagos a los acreedores de la deuda pblica. An con la quita prevista se comprometen recursos ingentes de la riqueza socialmente generada en el pas. Adems, es sabido que el capitalismo funciona en base a ciclos que incluyen momentos de ascenso y de baja y por lo tanto no es previsible que la economa crezca invariablemente a tasas elevadas como las registradas en 2003 (8,8%) o el previsto para 2004 que puede llegar segn las versiones ms optimistas a 7 8%. Sin recuperar lo perdido en la recesin 1998-2002, constituyen valores interesantes, los que se comprometen en la medida que vayan pasando los aos de gracia para el pago de las deudas reestructuradas. Cuadro N 10 Servicios de la Deuda pblica Como % del PBI Ao 1993 1994 1995 1996 1997 Valor 1,85 1,75 2,24 2,21 2,67 Ao 1998 1999* 2000* 2001* 2002* Valor 2,69 3,56 4,26 5,31 2,63

Fuente: www.mecon.gov.ar *Cifras provisorias

3.4 Los acuerdos con el FMI y la continuidad del enfoque neoliberalLa poltica econmica de la dcada del noventa se reflej claramente en los sucesivos acuerdos firmados por el pas con el FMI. Todas las partes componentes del ideario neoliberal se encuentran plasmadas en las cartas de intencin aprobadas

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por el Organismo Internacional. All se incluyen, entre otras, la reestructuracin del Estado y privatizaciones, la flexibilizacin laboral, la reforma del sistema financiero y la apertura al capital. El punto de inflexin que signific la devaluacin del 2002 gener una fuerte polmica en torno a los pasos a seguir por el gobierno. Los sectores ms ortodoxos del espectro nacional presionaban para que el gobierno firmase urgentemente, y a cualquier costo, un nuevo acuerdo con el FMI. En el mbito mundial se comenzaba a discutir el papel y grado de responsabilidad del FMI en la crisis Argentina. Sin embargo, la debilidad del gobierno de transicin comandado por Duhalde no le otorgaba un rumbo definido a las negociaciones. La asuncin de Kirchner a la presidencia le dio un nuevo marco poltico a las mismas. El cambio de discurso que encarn el presidente gener expectativas sobre la posibilidad de modificar el rumbo econmico del pas. Desde el gobierno se alent la idea de que se iniciaba un nuevo camino en las relaciones con el FMI, donde la poltica econmica fuera diseada en beneficio de la poblacin. Finalmente, y luego de cuatro meses de negociaciones, en septiembre del 2003 se firm una nueva carta de intencin con el FMI. El gobierno resalt que el Acuerdo contemplaba la situacin social del pas y que las negociaciones se haban llevado adelante con firmeza, lo que haba permitido morigerar las demandas del Organismo. La prensa lo recibi como el mejor acuerdo que se haba firmado en aos31. Sin embargo, el anlisis del acuerdo desmiente esta algaraba. Al compararlo con los firmados durante la dcada del noventa nos encontramos con una serie de medidas que son la continuacin de las polticas neoliberales que edificaron el modelo. La primer definicin del acuerdo firmado en el 2003 genera dudas sobre su ruptura con las polticas neoliberales, ya que se afirma que El nuevo programa [...] se basa en continuar con polticas macroeconmicas prudentes combinadas con una ampliacin y profundizacin de las reformas estructurales y una reestructuracin ordenada de la deuda soberana. Uno de los puntos claves sobre los que se bas la retrica de apoyo al nuevo acuerdo fue la meta de supervit fiscal primario. El pas habra obtenido un muy buen acuerdo porque slo se haba comprometido un 3% del PBI como supervit frente al 4,5% ofrecido por Brasil. Al examinar los acuerdos de la dcada pasada queda claro que no slo es el mayor supervit comprometido, sino que nunca el sector pblico logr alcanzar ese nivel. Pero lo que es ms relevante, la comparacin que se realiza con la meta de Brasil carece de utilidad, ya que lo determinante es el supervit en relacin con el ingreso fiscal del Estado. Dado que los ingresos fiscales del pas vecino son ms elevados respecto a su PBI, se desprende que Argentina deber realizar similar esfuerzo fiscal para alcanzar el supervit acordado.32

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En este sentido, es llamativa la continuidad que tienen las polticas de ajuste del gasto pblico en el acuerdo. Se estipula un nivel de gasto nominal similar al del ao anterior sin tener en cuenta ni la erosin provocada por la inflacin ni los sucesivos ajustes que determinan que este nivel haya alcanzado un piso histrico. Por su parte, al rastrear lo que concit ms atencin por parte de los medios, la inclusin de la problemtica social dentro del acuerdo, nos encontramos con que el tenor de la aparicin de este tema no difiere en nada de los acuerdos firmados durante los noventa. Slo se lo menciona como parte del contexto en que se inscriben las medidas, pero no se incluyen ni polticas especficas, ms all de las existentes. Se utiliza un enfoque netamente fiscalista que no se relaciona con la resolucin al problema de la exclusin social sino con cuestiones vinculadas a qu nivel de gobierno es el encargado de solventar el subsidio o cmo hacer para controlar su asignacin. Por ltimo, la temtica social queda, en el Acuerdo, siempre relegada al objetivo central del pago de la deuda. Las medidas relativas al pago estn en completa sintona con las adoptadas en 1989. El objetivo principal del acuerdo es sentar las bases para la normalizacin de la relacin con los acreedores, exigencia que se intensific en las dos revisiones del 2004, beneficiando an ms a los tenedores de bonos impagos. En trminos de poltica tributaria no se hace referencia a cambios sustantivos en la alineacin de los impuestos o a la progresividad del sistema. El acuerdo estipula la eliminacin de las retenciones a las exportaciones para el ao 2005 y la eliminacin de exenciones al IVA. En cuanto al sistema bancario, las medidas propuestas en el acuerdo continan con la lgica de concentracin y extranjerizacin del sistema financiero. Si bien se critican tibiamente los altos costos de la banca privada, se establece para los todava existentes bancos pblicos una auditoria por parte de una consultora externa para hacer una revisin estratgica de su rol. No se hace explcito, pero el objetivo de la misma es convertirlos en Sociedades Annimas. Luego de diez aos de rgida Convertibilidad, el rgimen de poltica monetaria que se menciona en el Acuerdo es el de metas de inflacin (se implementara a fines de 2004). Anhelo fundamental del capital transnacional, representa la encarnacin moderna de los principales lineamientos del neoliberalismo desde la ptica de la poltica monetaria. Basado por completo en la lgica ofertista para el cumplimiento del principal objetivo de la autoridad monetariael control de la inflacinel rgimen subordina otras cuestiones esenciales como el empleo y la distribucin del ingreso. La utilizacin de la tasa de inters como instrumento de poltica de bancos centrales (independientes y conservadores) incorpora, entre otras cosas, un sesgo recesivo peligroso en estos esquemas, cuestin que parece ser descartada en el Acuerdo33.

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El anlisis punto por punto del acuerdo firmado entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional luego del default y la devaluacin del 200234 nos muestra que ms all de la tibia autocrtica esbozada por el organismo y del meditico cambio de discurso del nuevo gobierno, los cambios efectivos en las exigencias del FMI no se han producido. El acuerdo del 2003 reproduce, con leves variantes, no slo las ideas sobre las que se encolumna la doctrina neoliberal sino las polticas que aconseja, invariablemente a todos los pases y ante cualquier situacin, el Fondo Monetario Internacional.

4. La estrategia Argentina de insercin en el mundoEn este apartado se pone de manifiesto la existencia de una continuidad en la lgica liberalizadora que ha venido marcando la forma de insercin regional e internacional de la Argentina a lo largo de los aos noventa. La estrategia del gobierno argentino (aparentemente compartida con el brasileo) pone al Mercosur como un espacio privilegiado en las negociaciones con lo diversos bloques en las que Argentina se encuentra involucrada. En la ltima Cumbre de la OMC35 el Mercosur encabez el G-2036 , liderando la resistencia a los intentos de imposicin y a las maniobras propugnadas por los pases ricos. Sin embargo, con los acuerdos del ALCA y la Unin Europea, lo que se procura es establecer mayores facilidades para el acceso a los mercados de bienes, liberalizacin del mercado de servicios y proteccin a la circulacin del capital. El aparente fortalecimiento del Mercosur se inscribe en la estrategia de regionalismo abierto, donde la integracin regional se produce en el marco de una apertura unilateral al resto del mundo. El Mercosur no ha escapado de la lgica liberalizadora imperante en la dcada del noventa. Del anlisis de las operaciones comerciales dentro del bloque queda en claro que con la expansin de los negocios que se han venido gestando dentro del bloque algunos sectores puntuales han sido los beneficiados.

MARZO 2005 Cuadro N 11 Exportaciones argentinas a Brasil (1992-2002) 1992 Agro (3) Automotrz (2) Petrleo (1) Otros 29,3% 4,6% 6,7% 59,4% 1993 21,5% 14,5% 18,8% 45,2% 1994 1995 16,7% 17,6% 15,1% 50,6% 13,8% 18,7% 11,7% 55,8% 1996 12,1% 20,6% 18,0% 49,3% 1997 8,4% 29,4% 11,8% 50,4% 1998 11,5% 30,4% 7,0% 51,1% 1999 2000 14,3% 14,1% 9,6% 62,0% 14,1% 19,0% 18,0% 48,9% 2001 13,1% 20,5% 12,1% 54,3%

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2002 16,6% 15,2% 8,8% 59,4%

(1)Incluye: Aceite crudo de petrleo, Naftas y Gasolinas. (2)Incluye: Vehculos, Chasis, Carroceras, Motores y Autopartes. (3)Incluye: Trigo (excluido duro y morcajo), Maz (excepto para siembra), Habas de Soja (excepto para siembra). (4)Primeros 6 meses. Fuente: elaboracin propia en base a Indec.

Los sectores que concentraron la mayor parte de las exportaciones son la industria automotriz, el agro y petroqumica (explican aproximadamente la mitad de las exportaciones argentinas a Brasil durante los aos noventa, con un piso del 48% en el ao 1999 y un techo del 54,8% en el ao 1993). Los tres son sectores fuertemente monopolizados y con destacada hegemona del capital externo, lo que sugiere una escasa socializacin del mayor comercio regional entre los sectores ms desprotegidos de la economa local. Son monopolios que apropian el excedente generado en su actividad y que inciden escasamente en la resolucin de temas sociales problemticos, tales como el desempleo, la pobreza o la marginacin37. Las negociaciones del ALCA, luego de la serie de reuniones que tuvieron lugar durante el mes de junio de 2004 en Buenos Aires, se encuentran obstaculizadas, sin embargo el ALCA avanza por otros caminos, tomando la forma de acuerdos bilaterales y regionales. stos procuran aislar y condicionar al Mercosur (y ms particularmente a Brasil) en posteriores etapas de negociacin. De esta manera, el ALCA ligth (del cual quedaran excluidos de la discusin los abultados subsidios recibidos por el agro estadounidense), funcionara como un plan alternativo en la estrategia general del gran capital estadounidense (y socios locales). Durante la ltima cumbre del Mercosur, los das 7 y 8 de julio de 2004, en la ciudad de Puerto Iguaz, Venezuela fue aceptada oficialmente como pas asociado al bloque, pasando al status del que gozan Chile, Bolivia y Per. Por otro lado, la asociacin de Mxico al Mercosur qued condicionada a la firma de un acuerdo de libre comercio, que se suma as a la lista de espera en que estn Ecuador y Colombia, que ya adelantaron su intencin de sumarse al bloque. Un hecho a tener en cuenta es que con la eventual incorporacin de Mxico al

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Mercosur, este bloque estara, en los hechos, firmando un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos casi como si estuviese suscribiendo el ALCA. Esto es as ya que mediante el acuerdo NAFTA que posee Mxico, junto a Canad y Estados Unidos, los productos de las empresas estadounidenses emplazadas en Mxico, accederan libremente al mercado sudamericano. En lo que se refiere a las negociaciones del Mercosur con la Unin Europea, las mismas se han manejado de una forma muy poco transparente. Incluso se sabe menos al respecto de stas, de lo que se sabe sobre las del ALCA. Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil afirmaron que el secreto respecto de las propuestas en debate es una de las condiciones impuestas por los europeos para continuar con las negociaciones.38 De los documentos a los que se puede tener acceso se deduce que el acuerdo en discusin no difiere demasiado de las propuestas generales del ALCA y la OMC: liberalizacin del flujo comercial, libre movimiento de capitales, igualdad de trato para las inversiones extranjeras, apertura de los mercados de servicios y gubernamentales. Si bien es cierto que podramos hablar de un ALCA de los europeos, tambin es cierto que el proyecto europeo tiene algunas diferencias con el norteamericano: toma como modelo de integracin el puesto en marcha para la incorporacin a la UE de los pases del Este, sobre la base del reconocimiento de las diferencias econmicas y la necesidad de establecer compensaciones e intercambios preferenciales. Sin embargo, Europa no pone en negociacin la eliminacin de sus abultados subsidios al agro (contenidos en la Poltica Agraria Comn), que son an mayores que los norteamericanos. No obstante, se intensifica la presin para la liberalizacin de los mercados de compras y contrataciones gubernamentales, de servicios y en el tratamiento a las inversiones extranjeras. Es aqu que crea una contradiccin en la estrategia unificada de Brasil/Argentina. Porque Argentina tiene ms abiertos sus mercados que Brasil, que los reserva, al menos hasta ahora, para una estrategia de desarrollo nacional. Esta claro que lo que el acuerdo Mercosur-UE busca es incrementar el sometimiento de la poltica a los intereses econmicos de los capitales ms concentrados y empresas transnacionales europeas. Segn la UNCTAD, entre 1991 y 2002 se reportaron 1641 cambios en las normas nacionales sobre inversin, la mayora de ellos favorables a las empresas transnacionales.39 Con las clusulas que liberalizan completamente la repatriacin de las ganancias a las casas matrices as como con la prohibicin de todo tipo de preferencia a los inversionistas nacionales, los gobiernos son privados de herramientas de regulacin y de poltica industrial. La incapacidad de recurrir a requisitos de desempeo sobre las inversiones acta en el mismo sentido. De hecho, las empresas

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transnacionales pueden obtener reparaciones financieras por cualquier medida poltica que tiene consecuencias negativas sobre sus actividades. En resumen, se pretende una superioridad de los derechos de las empresas transnacionales a obtener sus ganancias sobre el derecho de las comunidades a proteger el medio ambiente, la salud pblica o las condiciones laborales. Entre 1990 y 1995, durante el gobierno de Carlos Menem, Argentina firm acuerdos bilaterales de inversin (BITs), con 38 pases, entre ellos Francia, Italia, Estados Unidos, Alemania, Espaa, Canad y Chile, pases de origen de la mayor parte de los capitales que ingresaron en las empresas de servicios pblicos privatizadas. Mediante estos acuerdos, el inversionista tiene el beneficio de acudir a una jurisdiccin arbitral internacional para resolver eventuales conflictos con el Estado receptor. De esta manera, en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), rbitro creado en el marco del Banco Mundial, 29 de los 74 casos pendientes existentes, corresponden a disputas contra el Estado argentino40. Las concesiones que el Mercosur realice en el marco de las negociaciones de asociacin interregional con la Unin Europea podran tener importantes consecuencias en el resto de las negociaciones del bloque. En primer trmino, en el ALCA, el representante de comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, ya se quej pblicamente de una supuesta inconsistencia entre las posiciones negociadoras del Mercosur, que estara siendo ms abierto a concesiones para la Unin Europea que en el mbito del ALCA. Por lo que no debera extraarnos que las concesiones hechas a los europeos se extiendan a los norteamericanos41. En segundo trmino, la oferta de la Unin Europea tendra como intencin ablandar la oposicin de los pases en desarrollo a las propuestas de los pases industriales en las actuales negociaciones en el marco de la Organizacin Mundial del Comercio (OMC). Haciendo algunas concesiones, la UE aspira a ganar como aliados a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Si el Mercosur accede ello podra dinamitar tanto el grupo Cairns (una coalicin de exportadores de productos agrcolas) como el G-20 en el mbito de las actuales negociaciones de la OMC42.

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PERIFERIAS N 12 Cuadro N 12 Principales disputas entre el Mercosur y la Unin Europea43

Compras Gubernamentales: El Mercosur ofrece transparencia, o sea, decir cuales sern las reglas, como ser comprado y lo que puede ser nacional o no. Servicios: El Mercosur ofrece acceso a telecomunicaciones y servicios profesionales.

Disputa: Europa pide acceso al mercado de licitaciones, lo que el Mercosur no acepta.

Disputa: Adems de estos sectores los europeos piden acceso a servicios financieros y transporte martimo.

Inversiones: Los europeos quieren garantas Disputa: Brasil no tiene acuerdos firmados jurdicas, ms all de que el acceso al en este tema (los 13 que haban sido Mercosur est prcticamente liberalizado. firmados por el anterior gobierno todava no haban sido ratificados por el Congreso y fueron retirados por el actual gobierno). Si bien los lineamientos polticos del acuerdo MercosurUE se debaten en el marco del Parlamente europeo que funciona en Bruselas, los aspectos econmicos (al igual que en el ALCA que son debatidos con el Comit de negocios constituido por las 400 mayores empresas del continente), estn determinados en el marco del Foro de Negocios de la Unin Europea-Mercosur (MEBF). Este foro se encuentra integrado por empresas alemanas (Wolkswagen Daimler Benz, Chrisler, Siemens, Basf), espaolas (Endesa, Repsol, Telefnica, Banco Santander) italianas (Parmalat, Fiat) francesas (Danone, Carrefour, Suez Lyonnaise, ex Vivendi,) etc, muchas de ellas operando en la regin desde las masivas privatizaciones de empresas pblicas realizadas en la Argentina. Por lo tanto, salvo excepciones, muchos de los representantes nacionales de estos pases no son ms que funcionarios de las filiales de las compaas antes citadas lo que lgicamente tan solo genera un dilogo consigo mismos. Al mismo tiempo, la Argentina (y el Mercosur) busca abrir negociaciones con la India, China y Rusia, muchas de las mismas en el mbito del Mercosur. Sin embargo, en el marco de las relaciones Sur-Sur, la ausencia de las potencias imperialistas parecera dejar fuera de discusin la necesidad de posturas proteccionistas. De esta manera, la intencin ya no sera plantear acuerdos de libre comercio, si no bajo el mecanismo de Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Pases en Desarrollo (SGPC). Asimismo, se analizara la posibilidad de que el Mercosur reemplace la demanda importadora de estos pases que actualmente es abastecida por los Estados Unidos y Europa. Resulta difcil de comprender las razones de la poltica argentina que se expresa en una supuesta convergencia con la postura adoptada por el G-20 en la XI

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Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), realizada entre el 13 y el 18 de junio en S?o Paulo, donde el SGPC fue relanzado. Adems del gran sentido poltico que significa su reactivacin, debe destacarse que el comercio Sur-Sur, es decir, de los pases en desarrollo entre s, entre 1990 y el 2000 pas de representar el 24 por ciento del comercio mundial al 32.44 En el mismo sentido, un documento45 del Centro de Economa Internacional (CEI) de la Cancillera Argentina subraya que el intercambio Sur-Sur creci un 120 por ciento en la ltima dcada y destaca su singular valor para la Argentina: el 60 por ciento de sus exportaciones bajo este rgimen son productos manufacturados. Sin embargo, queda clara la continuidad en la estrategia liberalizadora del actual gobierno argentino. La posicin del mismo es la de ofrecer mayores concesiones en servicios, compras gubernamentales e inversiones, a cambio de lograr mejores accesos a los mercados centrales, mediante la reduccin de los subsidios en los pases industrializados. Al respecto el Vicecanciller argentino seala estamos dispuestos a trabajar sobre mejoras potenciales en las reas de inversiones y servicios, a condicin que la Unin Europea (y Estados Unidos) mejore(n) su oferta en materia de bienes46. Asimismo, la ausencia de rupturas con la lgica liberalizadora financiera de la dcada pasada queda an ms en evidencia si se tiene en cuenta quin est al frente de las negociaciones de las que participa la Argentina.47

5. Existe futuro ms all de la liberalizacin?A modo de conclusin, en este trabajo se intenta poner de manifiesto, desde un enfoque de Economa Poltica, la dinmica del proceso que va del estallido de la crisis de 2001 al perodo actual, sin dejar de lado las caractersticas principales del rgimen de Convertibilidad. En este proceso se han operado cambios que impactaron mas fuertemente en el conjunto de la sociedad que en las polticas oficiales. Esta ltimas, particularmente las referidas a los asuntos econmicos, continan privilegiando esencialmente a un mismo ncleo de beneficiarios. A grandes rasgos, ellas mantienen los parmetros que caracterizaran al pas en los noventa. En materia de insercin internacional, el acento sigue estando en la apertura indiscriminada a los mercados mundiales y al ingreso de capitales. Es cierto que han ocurrido mutaciones en las formas de ejercicio del poder y del gobierno y que han variado las proporciones de apropiacin de riqueza incluso en el propio seno del poder econmico. Antes de la devaluacin, los principales beneficiarios entre la cpula del poder eran los acreedores externos, las empresas privatizadas de servicios pblicos y la banca transnacional. Luego de la devalua-

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cin se posicionaron mejor los grandes productores y exportadores, principalmente aquellos vinculados al sector agrcola y extractivo, especialmente soja y petrleo. Todos ellos son sectores altamente monopolizados y en manos de capitales externos. Una vez producida la devaluacin, aquellos que como consecuencia de ella perdieron posiciones relativas en la cpula han ido recuperando posiciones. Eso vale para los acreedores externos, especialmente los Organismos Financieros Internacionales que han resultado privilegiados en todo el proceso. Es tambin la situacin de las empresas privatizadas y del propio sistema financiero, hegemonizado por la banca transnacional, donde se verifica una mejora sustancial de la rentabilidad a pesar del escaso margen de intermediacin existente. No se puede ocultar tampoco que en el marco de la recuperacin econmica algunos sectores no monoplicos encontraron un lugar para el desarrollo de sus actividades. En trminos esenciales podemos afirmar que se mantiene la libre circulacin de los capitales, que sigue operando la fuga legal de divisas y la especulacin. Se mantiene la extranjerizacin de la economa y la radicacin de recursos locales en activos reales y financieros en el exterior. Se profundiza el endeudamiento externo y el condicionante de las polticas soberanas, tal como tambin pretende sellarse con los acuerdos de libre comercio que se negocian con EEUU (ALCA) o con la Unin Europea. Aunque estas negociaciones se vistan de discusiones regionales abordadas desde el MERCOSUR, constituyen mecanismos de subordinacin de la soberana a las necesidades de las clases dominantes externas y locales. Argentina tiene condiciones estructurales y coyunturales para encarar un proyecto alternativo. El documento presentado se extendi especficamente en los temas de la liberalizacin aunque muchos de los temas que se sugieren pueden extenderse hacia otros aspectos de la poltica econmica. Argentina no puede continuar con su poltica de insercin subordinada tal como demanda la corriente hegemnica en poltica econmica. No debe insistir en una apertura indiscriminada para beneficio de unos pocos, de adentro y de afuera. No es sostenible continuar con los condicionantes derivados de una deuda pblica impagable. Hace falta otra lgica para modificar el campo de los beneficiarios. Esa nueva orientacin debe apuntar a satisfacer las necesidades sociales insatisfechas, definidas globalmente en la pobreza, el desempleo y el deterioro de la calidad de vida de buena parte de la sociedad. Es necesario otro modelo de desarrollo econmico y en ese marco otra insercin definida desde nuevas relaciones sociales en escala global. Se trata de pasar de la subordinacin a una insercin independiente, construyendo nuevas formas de articulacin del comercio internacional, las inversiones y la cooperacin entre naciones. En rigor, estamos pensando en el desafo que algunos se han planteado al proponer que Otro mundo es posible.

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Si bien estamos hablando de relaciones sociales en el mundo, entre los pases, se debe tomar conciencia de los desafos nacionales. En ese sentido, el gobierno argentino ha convocado a reconstruir el capitalismo nacional y ello supone la existencia de un bloque social que organice los recursos y el potencial humano existente. Es necesario discutir tericamente la posibilidad del propsito, e incluso la pertinencia de acudir en apoyo a una categora social que marcha a contramano de las tendencias globalizadoras que empuja la liberalizacin de la economa. Al mismo tiempo, se puede reflexionar en otros trminos y desafiar al intelecto para pensar la oportunidad histrica que devino de la crisis en 2001 puesto que hoy, pese a la retomada iniciativa poltica y econmica de los capitales ms concentrados, subsisten potencialidades en la sociedad argentina para encaminar un proyecto alternativo. Ello supone la construccin de un bloque social y poltico que articule a la mayora afectada por la crisis y que proponga resolver las necesidades de los trabajadores y con ellos, las de la mayora de la poblacin para organizar su destino con las mejores condiciones de vida. Ese bloque no existe aunque sean vastos los sectores que luchan y traban acuerdos por un presente diferente, no lleg a organizarse en 2001 y sigue estando ausente ahora. El anlisis presentado apunta a mejorar el diagnstico sobre la realidad de un caso especial, el argentino, fiel seguidor del ideario de la corriente principal en aspectos de economa. La pretensin intelectual apunta a obtener lecciones para no insistir con ese camino. Tiene el objetivo de intentar superar la experiencia fronteras adentro y aspira a contribuir solidariamente a que otros pueblos puedan observarse en el espejo del saldo regresivo en materia social. Julio de 2004

Anexo: casos pendientes en el CIADI contra la Repblica Argentina 481 2 3 4 Compaa de Aguas del Aconquija S.A. y Vivendi Universal contra la Repblica Argentina (marzo de 1997). Contrato de concesin de servicios de agua y cloacales. Enron Corporation y Ponderosa Assets, L.P. contra la Repblica Argentina (marzo de 2001). Compaa de transporte de gas natural CMS Gas Transmission Company contra la Repblica Argentina (agosto de 2001). Empresa de transmisin de gas. Azurix Corp. contra la Repblica Argentina (diciembre de 2001) Contrato de concesin de servicios de agua y cloacales.

48 http://www.worldbank.org/icsid/cases/pending.htm

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PERIFERIAS N 12LG&E Energy Corp., LG&E Capital Corp. y LG&E International Inc. contra la Repblica Argentina (enero de 2002). Empresa de distribucin de gas. Siemens A.G. contra la Repblica Argentina (julio de 2002). Contrato de servicios informticos. Sempra Energy International contra la Repblica Argentina (diciembre de 2002). Empresa de produccin y distribucin de gas. AES Corporation contra la Repblica Argentina (diciembre de 2002). Empresa de generacin y distribucin de electricidad. Camuzzi International S.A. contra la Repblica Argentina (febrero de 2003). Empresa de produccin y distribucin de gas.

10 Metalpar S.A. y Buen Aire S.A. contra la Repblica Argentina (abril de 2003). Empresa automotriz. 11 Camuzzi International S.A. contra la Repblica Argentina (abril de 2003). Empresa de transporte y distribucin de electricidad. 12 Continental Casualty Company contra la Repblica Argentina (mayo de 2003). Compaa de seguros. 13 Gas Natural SDG, S.A. contra la Repblica Argentina (mayo de 2003). Empresa de produccin y distribucin de gas. 14 Pioneer Natural Resources Company, Pioneer Natural Resources (Argentina) S.A. y Pioneer Natural Resources (Tierra del Fuego) S.A. contra la Repblica Argentina (junio de 2003). Concesionarias de hidrocarburos y electricidad. 15 Pan American Energy LLC y BP Argentina Exploration Company contra la Repblica Argentina (junio de 2003). Concesin de hidrocarburos y electricidad. 16 El Paso Energy International Company contra la Repblica Argentina (junio de 2003). Concesin de hidrocarburos y electricidad. 17 Aguas Provinciales de Santa Fe, S.A., Suez, Sociedad General de Aguas de Barcelona, S.A. y Interagua Servicios Integrales de Agua, S.A. contra la Repblica Argentina (julio de 2003). Concesin de servicios de agua. 18 Aguas Cordobesas, S.A., Suez, y Sociedad General de Aguas de Barcelona, S.A. contra la Repblica Argentina (julio de 20