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CIUDAD Y UTOPÍA

Revista Ciudad y Utopía

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Revista académica para la materia Lenguaje y creatividad

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CIUDAD Y UTOPÍA

Según la Real Academia de la Lengua Española la

utopía se define como “Plan, proyecto, doctrina o

sistema optimista que aparece como irrealizable

en el momento de su formulación”

Es la necesidad ideal de un pensamiento, de una

ideología, de un lugar. En las ciudades modernas

el concepto de lo ideal, de lo que debería ser se

transforma hacia el concepto y el hecho de la solu-

ción inmediata. En el asunto arquitectónico es muy

notoria la diferencia del ideal de vivienda para la

construcción de sociedades integras, y entre la

solución rápida a un problema de pobreza, sobre-

población y desplazamiento.

Hemos escogido dos lugares en los cuales podemos

representar estos dos contrastes de vivienda ideal

que atraviesa la ciudad de Medellín hoy día. Uno de

ellos es el barrio “Prado centro” y el otro el proyecto

urbanístico “Ciudad del Rio”.

La ciudad de Medellín debido a su crecimiento pobla-

cional inminente en los últimos años se ha visto gol-

peada por estos problemas anteriormente menciona-

dos, y ha buscado solución en la construcción de vi-

viendas de interés “social”, que dé social sólo tiene el

cumplimiento de la norma constitucional.

Por otro lado está el ideal de vivienda, donde se lleve

a cabo el proceso de socialización, y en donde se

forme para el bienestar de los hombres.

CIUDAD Y UTOPÍA

Arquitectónicamente, el valor que tiene el barrio es que todas

sus casas están construidas bajo estilos diferentes. Es como

si fuera un gran museo de arquitectura oriental, republicana,

colonial, belle epoque, neoclásicas, incluso kitsch, que los

ricos de la época veían en sus viajes por el mundo y traían

en sus fotos de viaje. Sobre esas fotografías, el puñado de

arquitectos que apenas existía, ponían manos a la obra.

Las familias que tradicionalmente ocupaban las quintas han

emigrado a otros sitios de la ciudad, a Laureles, en la margen

occidental, y en los últimos años, a las colinas de El Poblado

en el sur. Un éxodo que han aprovechado algunas clínicas,

como la del Prado, del CES, Noel, Carisma y Sagrado Co-

razón, para construir sus sedes, pero también muchas orga-

nizaciones no gubernamentales, grupos de teatro y entidades

sin ánimo de lucro que toman estas casas como centro de

operaciones.

La arquitectura que cubre la urbe de Prado para nosotros

se convierte en un ideal de vida que no debería relegarse,

resaltando en su estructura un desarrollo de vida importante

en todas las situaciones que debería convocar el desarrollo

del ser humano por diversas situaciones de cambio, que en

muchos casos han resultado positivo, pero otras no tanto.

Deseamos resaltar como era la vida tradicionalista de aquel

entonces, un lugar que buscaba convocar, un lugar de gran

densidad que permitía el intercambio e interacción, pero

que además permitía que las personas tuvieran su propio

espacio, uno que no estuviese marginado por la ausencia

de lugares de esparcimiento, si bien es cierto que cada épo-

ca convoca diferentes escenarios de vida, de hábitos, de

costumbres, es sumamente importante tener en cuenta que

la vida también debe estar marcada por procesos y espa-

cios que congreguen como parte de la formación y desarro-

llo integro del ser humano.

PRADO CENTRO

Un espacio en el cual se establezca la importancia de la

“casa” como “el hogar”, que recrea no solo la capacidad

de habitar un lugar, sino de ir más allá de lo que represen-

ta el compartir con: la familia, los amigos, los vecinos, ese

espacio que congrega y se convierte en el marco del de-

sarrollo, ese que busca el encuentro con el otro, el com-

pañerismo, la amistad y la distracción, un imaginario

construido a partir de la creación de un lugar para los

afectos, un lugar de referencia para compartir, un lugar de

contemplación de espacios trazados por el verde; cubier-

tos de árboles y lugares sin tanta polución, en el que se

respire un poco más de aire puro.

“El barrio es el espacio de una relación con el otro como ser social,

y la práctica del barrio, desde la infancia, es una práctica de recono-

cimiento del espacio en calidad de espacio social, pero también del

lugar propio”

“La experiencia de caminar por sus calles, contemplar los gestos

arquitectónicos, escuchar el canto de los pájaros que se posan en lo

alto de los árboles, o seguir la caída de la flor de guayacán, ‘la con-

sideración de un pasado que siempre fue mejor’ “

El caminar por el barrio Prado, las huellas de su memoria nos remi-

ten a un pasado construido por colectividades, un modo de vida

arraigado por una cultura por la preservación y recreación de luga-

res que nos hagan sentir en familia y que generen la tranquilidad

que tanto añoramos los seres humanos.

Las ciudades ideales son formas de utopía no narradas sino repre-

sentadas que han cambiado en el tiempo, tienen modelo espacial

pero no social. No pretendemos que la ciudad cambie de un mo-

mento a otro, y mucho menos que se construya una nueva ciudad

en base en el barrio Prado. Lo que buscamos es la consciencia de

viviendas realmente dignas, con espacios amables para el hombre y

con sentido realmente social. Porque en esta era de las Tecnolog-

ías y la Información, sumándole los problemas de seguridad, orden

social y conflicto armado se debe optar por otras estrategias para

comenzar a construir una nueva sociedad.

CIUDAD DEL RÍO

Es el redesarrollo de un espacio tradicionalmente destinado

para la industria, mediante un Plan Parcial que introduce un

concepto urbanístico de alto impacto para la ciudad.

Ciudad Del Río propiciará una renovación de este sector, a

través de la introducción de nuevos usos y la sana conviven-

cia de estos, generando así, mayor calidad de vida para los

habitantes de Medellín.

Este Plan "permite la vinculación de nuevas zonas a un de-

sarrollo estructurado de ciudad y la redefinición de estos

espacios que tradicionalmente estaban dispuestos para usos

industriales, adaptándolos de acuerdo con las necesidades

de los habitantes", afirmó Jorge Jaramillo Ochoa, jefe del

proyecto.

A la fecha, Ciudad Del Río, concluyó las demoliciones y

avanza en actividades de urbanismo como licencias, estu-

dios de suelos, diseños constructivos de parques y vías, y la

recuperación de Talleres Robledo. Igualmente, inició las

ventas de las diferentes Unidades de Gestión, de las cuales

ya negoció las dos primeras, que serán destinadas al desa-

rrollo de un proyecto de vivienda.

Cambio - Características

- Autonomía para las empresas existentes: las industrias exis-

tentes gozan del derecho de seguir operando en el predio, esto

es el principio de autonomía, que les permite, de manera inde-

pendiente, decidir el tiempo de permanencia en la zona.

- Introducción de nuevos usos: el ingreso de nuevos usos, co-

mo el comercial, de servicios y residencial responde a la nece-

sidad que tiene la ciudad de crecer en su interior, tal como lo

establece el POT.

- Desarrollo Flexible: por la ubicación privilegiada de estos pre-

dios la distribución porcentual de usos es de 40% para vivienda

y 40% para usos distintos a vivienda, el 20% restante será un

comodín para ser desarrollado en cualquiera de los dos ante-

riores.

- Concepto innovador: integrar actividades económicas, cultura,

esparcimiento y vivienda en un sólo lugar, generando el am-

biente de una nueva ciudad para la ciudad.

- Espacio con vida propia: por sus múltiples usos y atributos le

permite tener vida propia y generar mayor calidad de vida para

los habitantes de la ciudad de Medellín.

Este proyecto está orientado más a un tema comercial y

económico, beneficiando sin duda alguna a la empresa

privada, desenfocándose en el bienestar del residente.

Como es evidente, el mega proyecto “Ciudad del río”

busca involucrar aspectos como: La vivienda, actividades

económicas y culturales, además del tema del esparci-

miento. Pero pese a esto, nuestro proyecto de investiga-

ción busca evidenciar de qué manera es posible que

este proyecto pueda ser realizado y enfocado para el

desarrollo integro de una sociedad, cuando su marco

principal se centra en el desarrollo económico e indus-

trial.

Las grandes diferencias que se enmarcan entre “Prado y

Ciudad del río” Son evidentes, mientras que en Prado

son más los espacios de esparcimiento y convivencia de

las personas, en “Ciudad del río” se evidencian espacios

muy reducidos de interacción, las viviendas se concen-

tran en grandes torres de dimensiones exactas, agrupan-

do a los individuos y condenando el desarrollo integro

de las necesidades, además de que su magnitud se

constituye en mínimas condiciones su costo es elevado.

Los lugares de esparcimiento que probablemente pue-

dan constituirse son pequeños parques aglutinados por

poblaciones desmedidas que no nos permiten experi-

mentar sensaciones de tranquilidad, todo esto sumado al

daño ambiental y la polución que conlleva la construc-

ción desmedida y la a minoración de los recursos natura-

les, porque aunque se siembren árboles y unas cuantas

plantas, estas no constituyen ni la tercera parte del recur-

so ambiental desabastecido.

Es evidente que proyectos como estos desencadenan otro

tipo de usufructos, pero es triste que se acabe con los recur-

sos naturales, además de que se pierda ese ideal de lugares

de interacción que generen paz, tranquilidad y respeto para

que cada persona pueda compartir el espacio que desee sin

ser marginado por otros.

¿Hasta qué punto este ideal podría ser beneficioso para el

desarrollo integro de la infancia y la vejez de los seres huma-

nos?

Los utopistas creen que la sociedad será mejor entre menos

se diferencien los individuos y menos importancia tenga lo

individual respecto a lo colectivo. Esa concepción toma forma

en espacios urbanos hechos de casas idénticas (con una

misma dotación y amueblamiento) que ocupan un lugar es-

pecífico de la ciudad definido jerárquicamente con respecto a

otros. Imaginan ciudades ordenadas a partir de líneas rectas,

ángulos y simetrías; hermosas por su estética depurada de

detalles que destaca la forma elemental; atravesada por

enormes espacios destinados a hacer una vida en común. En

esas ciudades los edificios representativos son los del gobier-

no y el orden; los que simbolizaban el progreso, la ciencia, la

técnica y la razón

Ciudad del Río sí puede ser modelo de ciudad, dejando de

lado el tema del espacio, pero para el individuo de una clase

social media-alta donde solo se interesa por el confort y la

comodidad, pero se olvidan de lo tradicional, espacios sufi-

cientes para una mejor convivencia. Creemos que Ciudad del

Río es un lugar donde puedes encontrar todo sin tener que

desplazarse de un lugar a otro, y por supuesto es cómodo

pero en esta idealización de ciudad se está olvidando la ciu-

dad en sí misma pues solo se centran y aglomeran en una

burbuja de cristal donde se creen protegidos y seguros, y a

su vez dejan de lado el contacto con la sociedad, con el cen-

tro, con lo cotidiano y simplemente abandonan las relaciones

comunes con el otro. Por esto las ciudades-jardín como Ciu-

dad del Rio podrían considerarse como un modelo de indivi-

dualismo excesivo. Es así que para nosotros no es tan impor-

tante el beneficio económico que este proyecto tenga, sino la

tranquilidad de tener una vivienda digna donde haya seguri-

dad pero a la vez no se pierda la relación con el colectivo.

Para nosotros el estilo urbanístico ideal debería ofrecer al

individuo la posibilidad de establecer condiciones aptas en el

arte de la vivienda, no contar solo con 602 metros cuadrados.

El ideal para nosotros no es que se acaben las calles como

en Ciudad del Río si no que afuera de las casa las calles

existan para no perder el contacto con el mundo que vivimos.

Quizás el problema está en estrategias como la construc-

ción de edificios, torres edificadas en todas partes, hasta

en la montaña más alta, sin interesarles la afectación de la

naturaleza, sin importarles las consecuencias futuras, sin

tener responsabilidad social, sólo es un asunto económico

y comercial, y más si observamos que adquirir una vivienda

de este tipo no es asequible para toda la población. Las

edificaciones vuelven al ser humano menos humano, con-

virtiéndose en un materialista frívolo encerrado en sí mis-

mo. En nuestro pensar la ciudad utópica sería un lugar

donde todos convivan sin desigualdad social teniendo las

mismas condiciones con beneficios para todos. Aunque

ahora es obvio que eso no se pueda dar, es trabajar por

ello, es buscar nuevas formas de construir sociedades

equilibradas.

No es negativo el hecho de la construcción de edificios

para contrarrestar problemas de urbanización, porque se

es consciente de la urgencia de estrategias y métodos para

mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la

ciudad, que cada vez se ve más envuelto en situaciones de

necesidad y menos de sociedad.

Porque las ciudades construidas en su conjunto según un

modelo estético utilizado actualmente excluye al individuo

de la sociedad en la medida que los convierten en inquili-

nos con una forma de ser insegura y transitoria.

Necesitamos un cambio en el modelo de construcción que

contribuya a la integridad ciudadana y logre ayudar a la

desaparición del desplazamiento, una vivienda con sentido

social y dando al habitante una verdadera calidad de vida,

sin el juego del comercio y el lujo desmedido.

TRABAJO ACADÉMICO PARA:

LENGUAJE Y CREATIVIDAD

REALIZADO POR:

MARIA CAMILA PARRA MERCADO

DIANA ARISTIZÁBAL GÓMEZ

KAISY MENDOZA VENTÉ

KATHERÍN CUARTAS CASAS

CON LA COLABORACIÓN DE:

MARTHA GRAJALES

FACULTAD DE COMUNICACIÓN

UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN

2012

Definición Utopía. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española

Medellín y ciudadanía. Consultado en: http://www.medellindigital.gov.co/Mediateca/repositorio%20de%20recursos/Ensayo_DetallesyColores.pdf La ciudad ideal se llama 'eco-utopía'; no es un sueño, ya se trabaja en materializar esta idea. Consultado en: http://www.portafolio.co/archivo/documento/CMS-7786457 Prieto, Peréz Santiago. Escribe: Ciudad ideal. Ars Medica. Revista de Humanidades. 2007

Pirenne H. Las ciudades de la Edad Media. Madrid: Alianza Editorial, SA. Club Internacional del Libro. Colección Biblioteca fundamental de nuestro tiempo, 1984.

Rosenau H. La ciudad ideal: su evolución arquitectónica en Europa. Madrid: Editorial Alian-za. 1999

BIBLIOGRAFÍA