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'REFLEXIONES SOBRE LA ApORíA REALISMO-IDEALISMO 1 El encuentro del hombre, en su espontánea actitud conocrtiva, con un con- junto de manifestaciones di~tintas a él, es decir, con un mundo "externo", y con una serie de vivencias y elementos .propios, personales, es decir, con un "mundo interno", ha significado, sin duda, desde la primera aparición aún rudimentaria de la conciencia, un conflicto, una contrariedad,' un problema, a causa de las' profundas dificultades' hailadas para entender la correspon. dencia, reducción, eventual aplicación, entre esos mundos: conflicto que en algunos ha desembocado tal vez en el' atisbo de la presencia de una verda- dera aporía. . El mundo externo y el mundo interno, lo objetivo y lo subjetivo, lo em- pírico y lo a priori, lo real y lo ideal, lo abstracto y lo concreto, lo existente y lo "apareciente", 10 fenoménico y lo nouménico, el ser y el pensamiento -'-O cualesquiera otras denominaciones más o menos equivalentes que se les dé- implican o parecen implicar una oposición tan 'radical, irreductible, contradictoria y excluyente, que a través de la historia del pensamiento produjo y mantiene el par de ismos opuestos quizá más relevante: el de realismo-idealismo. Las dos actitudes se apoyan en fundamentos teóricos y empíricos, que en principio pueden considerarse como indubitables; lo cual precisamente haría pensar que se trata de un falso problema, de un defecto de perspectiva, o de los polos de una antinomia. Porque, en primer lugar, la oposición misma en cuanto tal no es la causa del problema, ya que ella es algo natural -lo que en' último término se funda en la dualidad y alte- ridad de los elementos conocitivos, es decir, el objeto y el sujeto-, en vista de que las características de los factores opuestos son esenciales, definitorias. Por otra parte, la existencia en cuanto tal, correlacionada y aun corres- pondiente, de los dos aspectos, no sólo no es conflictiva de por sí, sino que es necesaria; e incomprensible sería más bien la no-coexistencia. Que algo sea real y algo diverso y opuesto sea ideal; que exista algo subjetivo y algo ob- jetivo; que haya algo empírico y algo a priori, etc.: todo esto nadie podrá negarlo, una vez bien definidos los términos. La dificultad estriba más bien en otros puntos. Los principales, a mi juicio, son dos: primero, la elimina- ción llana y simple de un aspecto, reduciendo el otro a éste -pueden servir de ejemplos el empirismo, el fenomenismo o los idealismos radicales de Pla- tón y Berkeley-, y segundo, la sustitución ° suplantación de un aspecto con otro, sin negar necesariamente el primero, o, dicho en diversa forma, la atri- [141]

Reflexiones sobre la aporía realismo-idealismo

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'REFLEXIONES SOBRE LA ApORíAREALISMO-IDEALISMO

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El encuentro del hombre, en su espontánea actitud conocrtiva, con un con-junto de manifestaciones di~tintas a él, es decir, con un mundo "externo",y con una serie de vivencias y elementos .propios, personales, es decir, con un"mundo interno", ha significado, sin duda, desde la primera aparición aúnrudimentaria de la conciencia, un conflicto, una contrariedad,' un problema,a causa de las' profundas dificultades' hailadas para entender la correspon.dencia, reducción, eventual aplicación, entre esos mundos: conflicto que enalgunos ha desembocado tal vez en el' atisbo de la presencia de una verda-dera aporía. .

El mundo externo y el mundo interno, lo objetivo y lo subjetivo, lo em-pírico y lo a priori, lo real y lo ideal, lo abstracto y lo concreto, lo existentey lo "apareciente", 10 fenoménico y lo nouménico, el ser y el pensamiento-'-O cualesquiera otras denominaciones más o menos equivalentes que se lesdé- implican o parecen implicar una oposición tan 'radical, irreductible,contradictoria y excluyente, que a través de la historia del pensamientoprodujo y mantiene el par de ismos opuestos quizá más relevante: el derealismo-idealismo. Las dos actitudes se apoyan en fundamentos teóricos yempíricos, que en principio pueden considerarse como indubitables; lo cualprecisamente haría pensar que se trata de un falso problema, de un defectode perspectiva, o de los polos de una antinomia. Porque, en primer lugar,la oposición misma en cuanto tal no es la causa del problema, ya que ellaes algo natural -lo que en' último término se funda en la dualidad y alte-ridad de los elementos conocitivos, es decir, el objeto y el sujeto-, en vistade que las características de los factores opuestos son esenciales, definitorias.

Por otra parte, la existencia en cuanto tal, correlacionada y aun corres-pondiente, de los dos aspectos, no sólo no es conflictiva de por sí, sino quees necesaria; e incomprensible sería más bien la no-coexistencia. Que algosea real y algo diverso y opuesto sea ideal; que exista algo subjetivo y algo ob-jetivo; que haya algo empírico y algo a priori, etc.: todo esto nadie podránegarlo, una vez bien definidos los términos. La dificultad estriba más bienen otros puntos. Los principales, a mi juicio, son dos: primero, la elimina-ción llana y simple de un aspecto, reduciendo el otro a éste -pueden servirde ejemplos el empirismo, el fenomenismo o los idealismos radicales de Pla-tón y Berkeley-, y segundo, la sustitución °suplantación de un aspecto conotro, sin negar necesariamente el primero, o, dicho en diversa forma, la atri-

[141]

ingrid
Typewritten Text
Diánoia, vol. 17, no. 17, 1971
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BERNABÉ NAVARRO

bución de las característicaspropias del uno al otro -como sería, conside-rando las formulacionesde Kant, un realismo trascendental (=aristotélico-escolástico)y un idealismo emPírico o material. Tanto la eliminación y lasustitución,comocualesquieraotrasactitudesque pretendansoslayarel pro-blemaplanteadopor la oposiciónnatural entre los dos aspectos,desembocanen teoríasque por principio se cierran la puerta a la posible solución, ocuandomenosal reconocimientode una aporía,de una antinomia.

A mi juicio, las posicionesgnoseológicasrealismo-idealismo -así encuanto ismos y en cuanto teoríasexplicativas,no comomerascomprobacio-nes de fenómenos- derivan histórica y doctrinalmentedel problema queexistió siempreacercadel origen,de la causay "localización" de las determi-;naciones [ormales y materiales que ofrecela realidad (ejemploplástico deestadiferencia sería una cosade un metal concreto= determinaciónmate-rial, y con una figura particular= determinaciónformal). No es difícil ad-vertir que todo realismo,en general, sostieneque esasdeterminacionespreci-samente"sehallan" en la realidad,de dondeprocedenpara la mente;mien-tras que todo idealismo,en general, sostieneque tales determinacionessonfunción y productode la facultadconocitiva.

Ahora bien, el problemano se refiere a la aportaciónespecíficaque esatribuida a cadafactor,ya que el conocimiento,segúnlos datosfenoménicos,siendopor una parteun actoy teniendopor otra un contenido,ofrecenece-sariamenteun aspectomental estructurale ideal y otro aspectodiversodelacto y de la estructura ideal por cuyo medio es conocido, independienteen tal forma,y por lo mismo real. Es decir, fenoménicay provisionalmenteal menos,no puede negarseque lo "real", la realidad, aporte algo en or-den al conocimiento,así como lo hacen las estructurasidealesde la facul-tad conocitiva: esto segundoparece imposible que alguien 10 niegue, sino como "ideas" estrictamentedichas,sí al menoscomo instrumentoscono-citivos;para lo primero,bastala evidenciade que la facultadconocitivanopuedeni imaginar [icticiamente, ni deducir lógicamente, ni crear entitatioa-mente el contenidou objeto último e irreductible del conocimiento:en elprimer casose trataría de una ilusión o apariencia;en el segundo,de unapura construcciónmental;en el tercero,de una acción y un efectonegadospor principio al ser finito.

El problema,que ahoraenfocamosmuy sumariamente,másbien se refie-reen generala la atribución no específicao invertida de los elementosdeter-.minativos a uno de los factoresen vez del otro. Los elementosdetermina-tivos serían de dos clases:de simple "determinación"de la pura existencia-cuasi determinación- y de determinaciónpropiamentedicha, formal ycategorial.Todo realismofalsoo infundadoderiva de una atribución absolu-ta del segundotipo de elementosa la "realidad"; en forma parecida,todoidealismo falso o infundado deriva de una atribución también absoluta,a

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las estructurasidealeso al acto y a la función gnoseológicosde la mente,decualquier materia o sustratoentitatiuor que resolvierael problemaaludidoantes,el cual deriva de la imposibilidad de reducir el conocimientoa unaficción, deducción o creación. En cierta forma hay una atribución total delas dos clasesde elementosora a uno, ora a otro de los aspectoso factores.

Il

Acerca de esteproblema,el ordinario realismo tradicional resulta ingenuoy con basesempiristasy positivistas.Su tesis se reduce en el fondo a lareafirmación o confirmación del dato fenoménico,semejantea los asertosque sehacenen el sistematolemaicodel mundo:el Sol sale,el Sol sepone,elSol recorreel cielo. Para esterealismo,en general,los objetos,los seres,sonentitatiuamente comose nos manifiestan, tienen en sí y por sí no sólo lascualidadessensibleso susfundamentos;sino las formasy estructurasmismas,esdecir, las esencias,las formassustanciales.El mundo empírico se convierteen mundo trascendentepor un lado y en trascendentalpor otro; 10 primero,por su existenciaindependienteen sí, y lo segundo,por la atribución a élde las estructurasformales.En términosestrictos,y con respectoa estepro-blema,no pareceposible considerarlocomo teoría o explicación -a no seren sentido impropio y no científico--, porque sólo afirma lo que percibe aprimera vista: que las determinacionesmanifestadasen el conocimientoestánen los objetos,porque ahí las ve. En cierto modo,vistas las cosasasí, ni senecesitaexplicación, exceptosólo ésta: que el conocimientose reduce a lamera recepción, cual un espejo,de lo que es y existe en si perfectamentedeterminado, medianteuna facultad dispuestaadecuadamente,a la que co-rrespondeen el plano intelectivosólo "abstraer"o sacarlas formasy esencias,para que la mente,conformea ellas, es decir, reproduciéndolas,realice susfunciones.Sin duda,estatesises luego desarrolladaamplia y profundamenteen aspectosconexos,pero el punto de partida permaneceel mismo.

Ante estaposición,cabepreguntarde inmediato,¿aqué sepretenderedu-cir propiamentela labor y función de la facultadconocítíva, así sensiblecomo.intelectiva?Parece.olvidarsedel todo, por ejemplo,la evolucionadísimafísio-logia de los órganossensorialesexternos,sus complicadosmecanismosy suadmirable funcionamiento,por una parte; por otra, la finura, sutileza ydiferenciabilidadde los procesossensiblesinternos;pero, sobre todo, la casiinfinita variedad, en gradosy en especies,de actos, funciones y procesosintelectivos,que en principio, y con las debidasprecisiones,obligan a atri-buir a la facuItadconocitiva la totalidad de las referenciaso determinacio-

1 Siendo imposible no pensaro referirse de algún modo, aun el más impropio, lejanoe indirecto, al elementodesconocidoe inconocible --si fuera conocible,sería ya una de-terminación del conocimiento- que separa lo "existente" de lo no "existente", el "algo"de la "nada", me sirvo para tal efecto del término "entítatívo".

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nes, ora configuradas y dispuestas por la sensibilidad, ora constituidas yexpresadas por el entendimiento,

En 'cuanto a esto último, piénsese; también, 'en aquellas referenciastodeterminaciones mínimas, indefinidas, vagas y generales, que son como límitede las funciones del entendimiento, más allá de las cuales se hallaría el "sus-trato entitativo informe", con el cual ellas precisamente nos permitirían elúnico nexo indirecto, convencional e hipotético. Me refiero a los términos"algo", "nada", "ser", "cosa", "objeto", "ente", etc. ¿No son éstos concep-ciones del entendimiento y expresiones del lenguaje, actividad específica yexclusiva de la facultad conocitiva? En cuanto determinación formal o mate-rial, ¿sería posible señalar algo que 'en lo "real" correspondiera a estostérminos?

Pero no sólo los términos anteriores -que desde 'un cierto punto devista vienen a brindar un fácil argumento-- sino cualesquiera otras' expre-siones 'concretas o particulares, como "hombre", "animal", "planta", "oro","reloj", etc. Es indudable que a estos términos corresponde un objeto en larealidad, independientemente de la facultad que concibe, expresa y conoce.Pero, ¿de qué clase de "correspondencia" se trata? ¿De una formal y espe-cífica, de modo que entre el conocimiento y la realidad hubiera la identi-ficación de una imagen reflejada y de una estructura o esquema exactamentereproducido? (¿Es posible afirmar que hay una imagen' o algo imaginable, sino 'se refleja? ¿O' que hay una estructura o algo esrructurable, 'si no se loreproduce?) ¿O se trata más bien de una correspondencia con algo existente;informe sí, aunque capaz por él mismo, dentro del conocimiento, de produ-cir sobre la facultad conocitiva una diversidad en lis determinaciones?Podría tratarse de una diversidad potencial, conocible sólo a través de ladiversidad en acto o producida. Tal vez, en efecto, quede mejor formuladaesa correspondencia, si se la concibe como virtual o potencial, aun en ordena las determinaciones especificas, de' manera que a toda 'determinación con-figurada o constituida, dentro del conocimiento, corresponda un elemento X,informe o indeterminado de por sí, pero formable y determinable en elconocimiento.

Aquí el problema último estaría en que, de cualquier modo, se atri-buye a lo entitativo una diversidad específica, que en alguna forma tiene queexistir ahí, ya que la facultad conocítiva no puede ni fingir o inventar, nideducir, ni crear el fundamento de la diversidad; es decir, el conocimientono podría a su arbitrio decidir, la presencia ora de una planta, ora de unhombre, ora de un libro, etc. O expresado con más exactitud: la evidentediversidad en los objetos presentes o manifiestos a la facultad conocitivano puede ser únicamente su efecto, pues entonces no se explicaría la necesidadfáctica de la presencia de aquéllos, determinadamente dispuestos en el espa-cio y seguidos en el tiempo: en efecto, si el fundamento existiese en la

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facultad, la determinada' disposición de los objetos en el 'espacio y la deter-minada sucesión de los mismos en el tiempo, 'dependerían sólo del propósitoy exigencia del sujeto conocente: lo cual es del todo indemostrable.' En suma,parece necesario admitir en' la realidad' una diversidad específica virtual,previa al conocimiento e independiente de éste, que explique la diversidadactual posterior, pero cuya actualización sea su único sentido y la 'únicabase, no sólo para saber de' su existencia, sino simplemente para poder 'pen-sarla. En otras palabras, aunque entítativamente resulte necesario admitiresa diversidad, sólo en 'orden al 'conocimiento y dentro de él tiene algún sen-tido y alguna validez el simple' referirse a ella.

III

Veamos ahora directamente la posición del idealismo frente al problemaplanteado. La primera característica que debe atribuirse a éste, es el pasode la actitud directa a la' actitud refleja: es decir, en vez de "teorizar"" sim-plemente aquélla, concibe un verdadero sistema explicativo a partir de datos,mínimos,' pero suficientes. Su base y punto de arranque puede formularseasí: siendo el conocimiento acto, proceso y función de un sujeto y teniendoen sí mismo los' instrumentos necesarios para llevarlo a cabo, lo principaly decisivo es esto, y no lo 'diverso, ajeno 'y extraño a él -de 10 cual, por otraparte, sólo puede' ser consciente y hacerse responsable de modo indirecto.La actitud idealista, además, ostenta el sello de la madurez de conciencia y dereflexión, al trasladar toda la temática y problemática del conocimientodel plano natural y espontáneo de las cosas, los objetos, los' seres, al planoteórico y reflejo de los procesos íntelectivos así como de las estructurasideales. En la actitud espontánea' y natural basta, por decirlo así, abrir losojos para tener las bases de la 'concepción entera; para la actitud refleja yteórica, en cambio, es preciso un gran esfuerzo --el esfuerzo copernícano=-que se inició en Parménides y se concibió por vez primera en Platón" pero quepara consumarse necesitó de los más grandes genios y' de la casi total historiadel pensamiento. El idealismo, y los aspectos o tendencias idealistas de diver-sas teorías, representan la posición más "científica" y metódica, no sólode la gnoseología, sino de la filosofía, tanto por emprender el camino másdifícil, como por apoyarse en las bases más sólidas y llevar a cabo los análisismás profundos y las demostraciones más rigurosas.

Pero al idealismo le surgen dificultades también, aunque en una pro-porción y grado mucho menores por cierto que al realismo, con respecto altema fundamental considerado aquí, a saber: el origen y la "localización"de las determinaciones del objeto del conocimiento. Este problema es, sinduda, el central de toda la gnoseología y sus consecuencias resultan decisivasno sólo para las demás disciplinas filosóficas, sino para las ciencias y el

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pensamiento humano entero. En tomo a él han girado las reflexiones funda-mentales de 'Un Platón y un Kant, para no citar a otros, y constituye elpunto esencial o clave del idealismo.

La pregunta y objeción básicas, que se han formulado desde sus co-mienzos al idealismo, se refieren a la verdadera y real existencia del mundoexterno, diferente al sujeto. Porque, con base o sin ella, siempre se le haatribuido la negación de éste. Sin embargo, en la mayor parte de los casos'--o en los más señalados: Platón, Descartes, Kant- puede demostrarse quedicha atribución se basa en un malentendido, en una confusión. En efecto,parece olvidarse que se trata de dos tipos de conocimiento, diversos y aunopuestos, y de dos clases de objetos, correspondientes a aquéllos: el conoci-miento y mundo empírico frente al conocimiento y mundo ideal o a priori(trascendental). La confusión consiste en pretender, no tanto un conocimientoempírico del mundo ideal, cuanto lo contrario, un conocimiento trascendentaldel mundo empérico; es decir, se trataría de una aplicación invertida --deahí la confusión- de una clase de conocimiento al objeto contrario, yviceversa.

En términos platónicos sería un conocimiento "ideico" o eidético delmundo sensible y una captación del mundo de las ideas por medio de lossentidos. En términos kantianos la inversión significaría, por un lado, unrealismo trascendental, y por otro, un idealismo empirico: es decir, se pre-tendería, por una parte, un conocimiento intelectivo-intuitivo del dato ocontenido de la intuición sensible (de ahí la negación radical kantiana deuna "intuición intelectual", así entendida),» y por otra parte, un conoci-miento constitutivo mediante las categorías y conceptos del entendimientopor obra o a partir de la intuición sensible. La afirmación platónica de queel verdadero conocimiento y el verdadero mundo real es el de las ideas, debeentenderse precisamente en el sentido de que un conocimiento universal-mente válido, inmodificable, permanente, eterno, etc., sólo es el que seobtenga por medio de las ideas, es decir, de instrumentos que posean esascaracterísticas, y no con los sentidos, que tienen las contrarias. Lo cual, enprimer término, viene a significar que, por falta de adecuación entre mediosy objetos, no es posible lograr del mundo sensible un conocimiento conaquellas· características y denominación, es decir, un conocimiento "ver-dadero".

Ahora bien, si se considera y define como conocimiento verdadero-yválido únicamente el de las ideas, no así el de los sentidos, en virtud de po-seer o no las características aludidas, el problema se desplaza hacia el funda-

2 Fichte, tan idealista trascendentalcomo Kant,' sostiene una intuición intelectual,pero no orientadani entendida así (lo que Kant no advirtió o no tuvo en cuenta),sinoreferida al acto de posición absoluta o al obrar puro del Yo: intuición que Fichte ve im-plícita en la apercepcíón trascendentaldé Kant. .

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mento que se tenga para esa consideracióny denominación. Con otraspalabras se preguntada: ¿es posible una justificación realmente fundadapara llamar verdaderoal conocimientode las ideas y sólo aparente,y aunfalso-bajo determinadaspretensiones- al de los sentidos?¿No seha adver-tido, desdesiempre,una diferenciaradical entreambosconocimientosen loqueconciernea alcance,forma,métodos,etc.,quedandopara el eídético unaprimacía irreductible e indiscutible? Negar un conocimiento "verdadero"--en el sentido indicado- del mundo sensible,no es negar todo conoci-miento del mismo.

En Platón el mundo sensiblees un mundo percibido, conocido, aundentrode todaslas circunstanciasnegativasque se atribuyenal conocimientode los sentidoso sedan en él. Las sombraspercibidasen la cavernason loque son percibidas y su diferencia respectoal "verdadero" conocimientoessólo de especieo tipo, y aun de grado.Dentro del uso de la terminologíamodernano puedesostenerseque Platón hayanegadola existencia o presen-cia fenoménica del mundo externo sensibleo empírico; lo que él le niegaa éstees la existenciaeidéticay todaslas característicasque ella implica, asícomo, en consecuencia,un conocimiento de él a priori, ideal, ontológico.Nadie sostieneun único modode existir y conocer,cosaimposiblee indemos-trable dentro de las condicionesdadasde lo humano.

Si, por tanto, existendosmodosfundamentalesde conocery dos objetosadecuadosa ellos; si, además,cada uno reúne los requisitos específicosynecesariospara ponerseen relación, directa o indirecta, con la "realidad",cualquieraque ella sea;si, en fin, la diversidadentre amboses tal que vienena ser irreductiblesy uno de ellos tiene característicastan precarias,que pudoser considerado-sin duda en sentido figurado e impropio- como no-conocimientoo conocimientosólo de lo aparente,irreal, inseguro,cambiante,efímero,etc.: entoncessededuceque la negaciónplatónica del mundo realexternoessólo productode una determinadaperspectivay de un modoespe-cial dedecir; tambiénsededucequeel "idealismo"de las ideasno secontrapo-ne-porque no estáen el mismonivel- con el "realismo"de las sensaciones.

La inversión de que hablamos antes puede considerarsemencionadaexpresa,aunqueindirectamente,en la posiciónkantiano.fichteanade un idea-lismo trascendental y de un realismo empírico; menosindirectamenteen laparalela refutación que hace Kant de un realismo trascendentaly de unidealismoempírico, la cual seentiendefundadaen tal inversión.Ahora bien,puede decirse que en los términosmismosestá la clave para entenderelsentidoy validez de los argumentos.En efecto,pareceevidenteque un idea-lismo, por principio, no puedeser sino trascendental-si se toma estetér-mino y conceptoen su verdaderosentido y valor-;.3 y que un realismono

3 Cf, nuestro artículo: "Breve estudio sobre lo trascendental", en Diánoia, México,1959, pp. 23-49·

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BERNABÉ NAVARRO,

ha de ser sino' empírico. Porque lo 'expresado' se halla implícito en la defi-nición con bastante claridad, a saber: que por medio de las :estructuras .idealeses imposible tomar' contacto' con la realidad, pues nO 'son adecuadas paracaptar lo real, precisamente por su carácter esquemático, estructural, abstrac-to (de ahí, por ejemplo, 'la invalidez del argumento llamado ontológico y lafalta de alcance en las otras demostraciones de la existencia -de Dios, por fun-darse en un mero concepto y carecer de una intuición empírica correspon-diente); y en forma parecida, la irítuición sensible, por significar un contactodirecto e inmediato con algo y no necesitar de ninguna configuración estruc-túral+ para el' mismo, es'la única que enlaza con lo real, no .pudiendo, encambio, tener relación' alguna 'con' estructuras ideales' (dentro ,del realismotradicional 'los conceptos referidos a objetos del -mundo ,externo son,productode' una abstracción,'es 'decir, en cuanto tales; prescinden de'olas notas indi-viduantes concretas de' lo real: por eso aun ellos tampoco son aptos para"demostrar" la realidad; -de ahí el axioma: 'la realidad o existencia no se de-muestra -mediante conceptos, juicios y -raciocinios=-, sólo se señala, secapta, se intuye).

Pero, además de las indicaciones' anteriores, este punto de vista se,con-firma, si' atendemos 'a la concepción de Kant sobre lo trascendental. En efec-to, no sólo el perfil y la esencia de toda su gnoseología y' filosofía, sino lasafirmaciones y aun definiciones' expresas, sitúan absolutamente lo trascen-dental no en el campo directo "del conocimiento de cosas", sino en el reflejodel conocimiento del conocimiento mismo, Por' consiguiente" toda referenciay: aplicación de lo trascendental, según ;Kant, se 'hace sobre la esfera .reflejade 'las estructuras y funciones -íntelectivas, y no sobre 'el mundo .dírecto decosas y objetos, es 'decir, sobre la realidad (las expresiones kantianas: "rea-lismo trascendental" y "objeto trascendental" se refieren a algo hipotético,es decir, a' la tosa, y realidad en sí, las cuales contendrían, independiente-mente del conocimiento, las, estructuras formales significadas por lo tras-cendental). '

Puede considerarse como ,una consecuencia -de todo lo anterior, queexiste una correlación o, más bien, un nexo o dependencia entreel idealismotrascendental y él realismo empírico, así como, paralela y opuestamente,entre el realismo trascendental y el idealismo empírico (sobre este segundocaso d. la teoría aristotélico-escolástica en su concepto de la abstracción).Acerca del primer caso, Kant y Fichte lo dicen expresamente en muchospasajes y demuestran esa necesaria correlacíón.s Pero, además, ello está sinduda en el espíritu y sentido de toda su gnoseología, expresado en aquelprincipio: los conceptos sin intuiciones son vacíos; las intuiciones sin con-

4 Que signifique propiamente un intermediario, pues entonces ya no sería intuición,es decir, conocimiento inmediato.

¡¡ Más adelante se ofrecen en forma directa y amplia sus puntos de vista.

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ceptos son ciegas. Es decir, ni.la intuición ni el concepto aislados son factoressuficientes para un conocimiento verdadero-y completo; es necesario reunir-los, complementarlos. sí idealismo trascendental soto ofrecería únicamente unmundo de luminosa claridad de estructuras ideales, conceptos, relaciones,.categorías, esquemas, formas puras, etc., perp sería, un topos uránios, unmundo abstracto, teórico; irreal; el realismo emPírico solo ofrecería única-mente una abigarrada y confusa multiplicidad de "impresiones", "sensacio-nes", "excitaciones",. "estímulos", .etc., con' III impacto 'po~eroso e. incontro-lable de lo vivo, real y existente (algo as! como 10 que puede suponerse que.acontecíó al: hombre primitivo .o. sucede·en .los animales superiores, en loque concierne al entendímíento),' pero' oscuros, nebulosos, informes, inde-terminadós.

Al .realismo y al. idealismo,. por consiguiente, les. competen' funcionesdiversas; en sus' propios .planos, no sólo no se oppnen, contradicen'. o elimi-nan.. sino que son recíprocamente necesarios, pues. de otro modo se careceríade uno de .Ios.dos factores del conocimiento corno tal.. que no es procesopuro de la. mente .ni del sujeto, sino también aportación de la sensibilidady del objeto: la intuición empírica debe aportar el 'contacto directo' con"aquello" que es'la realidad; .las.Iormas pura~ y las estructuras ideales. debenaportar la configuración, y.constitución de.aquélla, a fin, de que esa laborconjunta, como conocimiento.rpueda ser incorporada a las funciones del serpensante; a la vida del espíritu.

El realismo y el idealismo se oponen, y se invalidan a sí mismos, cuandoabandonan los propios campos :y olvidan el alcance de los propios; instru-mentos; cuando se autoatríbuyen. funciones y objetivos del todo infundados:básicamente, cuando el realismo atribuye a la "realidad" aquello que es sólo.producto de la operación de la facultad· conocitiva y' cuando el idealismoatribuye a .las estructuras y funciones de ésta,lo que es sólo aportación de la-realidad. Entonces se llega -y ha llegado- a los límites de la indemostra.bilidad y del dogmatismo, así como .a.reducir al' mínimo y hasta negar la;presencia o aportación de uno de los dos factores: lo que en el fondo con-duce a invalidar el :conocimiento mismo.

IV

Tratándose del problema realismo-idealismo} es innegable que, si queremostomar un punto de partida para la investigación en algún autor clásico, hade recurrirse en primerísimo lugar a Kant -y junto a él a Fichte, por laconexión inmediata de éste con la gnoseología trascendental' de aquél. Énlo que concierne a Kant, creo que cualquiera justificación de esta actitudresulta superflua, si se conoce aunque sea deIejos y en general el contenidode la Crítica de la razón pura; en lo que se refiere a Fíchte, aparecerá como

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BERNABÉ NAVARRO

evidentepara un buen conocedorde la filosofía fichteana y para quien es-tudie a fondo la Lógica trascendental, la Primera y Segunda Introduccióna la teoría de la cienciap etc. .

La esenciade la gnoseologíakantiana sobreel tema presente7 puedeformularseasí: idealismo en lo que se refiere a la realización y a la consti-tución misma del conocimiento,es decir, a los procesosintelectivosy a las·estructurasideales,y realismo en lo queconciernea la mera toma de contactocon lo existente, al simple y puro nexo con lo real; o, dicho másbrevemente:es idealismo por lo que tiene y requiere de ideal, y realismo por lo quetieney exigede real. De acuerdocon esto,no pareceríahaber mejor manerade expresaruna tautología o de llevar implícito un raciocinio puramenteanalítico: es ideal, porque es ideal; y real, porque es real. Mas lo primeroque se quiere asentarcon estoes que la posición kantiana ofreceevidente-mentey sostienecomo algo indispensableun aspectoidealista y un aspectorealista. Nadie puede afirmar lo contrario, so pena de falsear claramente.los textosde Kant o de torcer tendenciosamenteel sentido de sus afirma-ciones.La actitud kantiana puededecirseque constituyeuna tarea de jus-ticia, un dar al César lo que es del César,y a Dios lo que es de Dios: enefecto,Kant sostiene,destacay llama por su nombre,de un lado, a lo quehay de ideal en el conocimiento,y de otro, a lo que hay de real en él. Esindudable que esta formulación escuetay simplista río es suficiente,ya quesegúnella apenashabría teoría del conocimientoque no quedara incluidaformalmenteahí.

Sin embargo,como decíamosantes,el problema radica en lo que se·atribuye a' cada aspectoo factor y en cómo se los concibe. Para Kant la"realidad" o "existencia" es sólo exclusivamenteeso: no siendo, en efecto,la existencia ningún predicado -si lo fuera, consistiría en una determina-ción del entendimiento=-,ella:no puedeser sino la posición absoluta, lopuesto absolutamente. El único nexo posiblecon ella lo proporciona el tam-bién único instrumentode relación con algo diversoen la gnoseologíakan-·tiana: la Empfindung, .recepción sensitivao sensaciónreceptiva, que es elinicio de la percepción (Wahrnehmung) y en general de la experiencia(Erfahrung).8 Sin ésta la concepciónkantiana no ofreceríaaberturaninguna

6 De la primera obra no existe aún traducción al español -ni a ninguna otra len-gua-, pero el suscrito trabaja en una a publicarse en los próximos años. De la segunda,la UNAM reeditó en 1964con el nv 62 de la Colección de la Facultad de Filosofía y Letras laque el Dr. Gaos hizo para Revista de Occidente en 1934.

7 Cf. especialmentesobre el problema realismo-idealismoestos pasajes de la Criticade la razón pura: a) De los paralogismos de la razón pura. El cuarto paralogismo de laidealidad (1'1-ed., 367-405);b) Los postuladosdel pensar empírico en general, con la Refu-tación del idealismo (1'1-ed., 218-235;2'1-ed., 265-287);c) El idealismo trascendental comollave para la solución de la dialéctica cosmológica (1" ed., 490-497;2'1-ed., 518-525).

8 Cf. para el primer punto: Der einzig mogliche Beweisgrund .zu einer Demonstrationdes Daseins Gottes, 1 Abt., Betracht. 1 u. 2 y Op. Post. NQ 3761Y 4396; para el segundo

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REFLEXION:E'S SOBRE LA APORtA REALISMO-IDEALISMO 151

hacia algo diverso del sujeto conocente y caería en un subjetivismo e idea-lismo absolutos, sin posibilidad alguna de realismo, Pero con ella se ofrecetambién sólo eso: nexo, contacto, enlace puro, indeterminado y absoluta-mente indeterminable, por cuanto toda determinación es trabajo del enten-dimiento, Con su rigurosa y exclusiva posición realista puede y debe decirseque Kant vio en toda su profundidad el peligro que significa para el cono-cimiento humano permitir en el realismo-la injerencia de toda otra facultadintelectiva y no intuitiva, y aun imaginativo-constructiva, mediante las cualespodría llegar a "demostrarse" la realidad de cuanto se quisiese. Para él, comose dijo, verdadera y auténtica realidad sólo la puede brindar la experiencia(Erfahrung), la percepción (Wahrnehmung) y la recepción sensitiva (Empfind-ung}, todas ellas elementos de una sola facultad y proceso, que, sensibles a la."vibración entitativa" -llamémosla así- sólo tienen por función activarseante el "toque", "roce", "frotamiento", en suma, presencia de lo existente,de lo real.

En cierto modo tiene efecto aquí algo contradictorio, es decir, el "conocer"sin conocer; porque estrictamente, en términos kantianos, la "existencia" o la"realidad" (ésta no como categoría, sino como "referencia", "alusión", "in-dicación") no es conocida ni entendida, sino sólo "conectada", captada, reci-bida, disponiéndose, para tal "objeto", de las seudocategorías de existentey real, a fin de distinguir sólo y simplemente lo que existe, respecto de lanada. Esa toma de contacto podría interpretarse como un "encuentro entita-tivo", como la coincidencia espacio-temporal de dos existentes, uno de los cua-les "encuentra" y otro "es encontrado". Si, valiéndonos de una imagen, imper-fecta sin duda, identificamos el conocimiento con la visión; podemos imagi-nar al conocente como moviéndose en medio de tinieblas absolutas y "to-pándose" con otros existentes, de los cuales, por el toparse, sólo "sabría" que"existen" .

Kant llama a "esto" -ya diga relación directa con el mundo sensible,ya con el inteligible- del que sólo se "sabe" "eso": cosa en sí, objeto tras-cendental, noúmeno; términos y conceptos sólo relacionales, es decir, usadosno por una aplicación directa de verdaderas categorías a sus "objetos", sinopor relación a sus opuestos: cosa en nosotros, sujeto trascendental, fenómeno.De manera que lo conocido estrictamente al atribuir tales términos a dichos"objetos", es lo que estos últimos significan y en absoluto algo que proce-diera de ellos -porque al suponerlos existentes en sí mismos e independiente-mente del conocer con tales determinaciones, éstas provendrían de ellos pornecesidad, a menos que se pensara en una coincidencia entre la facultadconocitiva y la cosa en sí o en una duplicidad innecesaria: ambas cosasabsurdas. Aquellos términos, pues, no significan de por sí absolutamente

punto: Crítica de la razón pura, 1" ed., pp. 225-6; 2" ed., pp. 272-4. Y op. Post. NQ 3761,5710, 6413, etc.

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BERNABÉ NAVARRO,

nada conocido ni conocible: Kant no. cesará de repetir, y no. hay en toda suobra la más ligera vacilación, que 'la cosa en sí, el objeto trascendental, lüsnoúmenos son absolutamente in-conocidos e inconociblesv y si noúmenose entiende sólo. en relación con el mundo. suprasensible, inteligible, se admi-tirá un "conocimiento práctico", es decir, sólo. analógico, pero. jamás teórico.

Dejando aparte el aspecto. idealista en la filosofía de Kant -:-d~cuyo.sentido, alcance y forma no. puede. haber simplemente la menor duda-:-, talvez podría justificarse la pregunta de si basta, para fundar el aspecto. realista,lo. que afirma y demuestra en favor del realismo y en .contra del idealismo.Son frecuentes y expresüs sus razonamientos para apüyar aquél y para refutaréste, especificándolo en las posiciones de Platón, Descartes y Berkeley .. Igual-mente, sus afirmaciones y argumentaciones sobre la real y verdadera existen-cia del, mundo exterior son constantes y repetidas hasta la saciedad, preci-sando, .naturalmente, q~e es absurdo. e imposible 'entenderlo. o. conocerlocomo algo en sí, y que sólo. lo. puede ser como "representación" (Vorstellung¡y "aparición" [Erscheinung], manifestación, fenómeno, etc.

Pero. será más objetiva y efectiva sin duda la relación de estas líneascon el pensamiento. de Kant, si, al menos, en forma breve, presentamos direc-tamente algunos pasajes suyos, los más ilustrativos sobre el problema que nosücupa. Vüy a reproducir los textos agrupándolos en cuatro. puntos: el 1) con-.cierne a la interdependencia de idealismo. trascendental y realismo. empírico;el 2) a la 'paralela interdependencia entre las posiciones contrapuestas, asaber" realismo. trascendental e idealismo. empírico; , «::13); al énfasis puesto.sobre el realismo. en general de su doctrina, y el 4) al rechazo del idealismo,entendido también en general" que sería como una consecuencia del punto.anterior,

,1) Parece lo. más indicado, pues, ofrecer primeramente en su contextolas dos únicas afirmaciones concretas sobre el nexo. entre el idealismo. tras-cendental y, el realismo. empírico, Helas aquí: "El idealista trascendentalpuede, ppr, el contrario, ser un realista emplrico y con ello, según se lellama, un dualista; es decir, puede conceder la existencia d,e la materia, sinir.más allá de la simple autoconciencia, y sin admitir algo. más que la certezade las representaciones en mí y, con ello, el cogito, ergo sum." 10 "En ordena la realidad de los objetos exteriores me es tan .pÜCo.necesario. estableceruna deducción, corno con vista a la realidad del objeto de mi sentido. interno.(mis .pensamíentos), pues ellos-son pür ambos Iados no.otra cosa que repre-sentaciones, cuya: percepción inmediata (conciencia) es al mismo. tiempo. 1}.naprueba suficiente ,de su realidad [/]. Así pues, el idealista trascendental es

,9 Cf. passim el primero de los pasajesaludidos en la nota 7.10 Crítica de la razón pura, 1" ed., p. 370. La referencia de edición y página remite

a las .edíciones .originales (1", 1781;2", 1787)enoalemán.Todas las traduccionesde Kant yde Fichte aquí empleadasson mías. En general los subrayadosespecíficosson también ";líos.

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REFLEXIONES SOBRE :LA APORíA REALISMO·IDEALISMO

ün realista emplrico y le concede a la materia, como fenómeno, una realidad,que no puede ser deducida, sino que es percibida inmediatamente." 11 En estesegundo pasaje atíéndase, además, aIaafirmación repetida de la no-deducciónde la realidad o existencia, sea porque no es necesaria, sea porque no esposible.

2) En seguida parece oportuno considerar los asertos de Kant sobre latambién estrecha relación entre las posiciones del par contrario, es decir,entre el realismo trascendental y el idealismo empírico, donde el filósofo noprocede tanto a mostrar la falsedad del 'primero, cuanto a señalar, sobretodo, la necesidad que tiene éste de recurrir al segun~o para resolver losproblemas que le plantea su propia concepción errónea. En la primera re-ferencia (las dos que citarnos pertenecen a un mismo pasaje extenso, dedi-cado especialmente al tema) 1.2 Kant ex.plica antes en qué consiste aquelprimero: HA este idealismo [trascendental] se contrapone un realismo tras-cendental, que considera tiempo y espacio como algo dado en sí (indepen-dientemente de nuestra sensibilidad). El realismo trascendental, por tanto, serepresenta los fenómenos exteriores (si se concede su realidad) como cosasen sí mismas, que existen independientemente de nosotros y de nuestrasensibilidad, y que, por tanto, también conforme a los conceptos puros delentendimiento estarían fuera de nosotros. Este realista trascendental es pro-piamente quien la hace luego de idealista empírico y quien, después dehaber supuesto falsamente sobre los objetos de los sentidos, que, si deben serexteriores, habrían de tener su existencia en sí mismos también sin lossentidos, descubre en este punto de vista que todas nuestras representacionesde los sentidos son insuficientes para hacer cierta .la realidad de las mis-mas." 13 En la segunda referencia opone Kant, además, su propia tesis idea-lista al llamado idealismo empírico: "Por el contrario, el realismo trascen-dental cae en perplejidad y se ve precisado a dejar sitio al idealismo em-pírico, porque considera los objetos de los sentidos externos como algodiverso de los sentidos mismos, y las simples representaciones como seres sub-sistentes, que se encuentran fuera de nosotros; porque indudablemente,dentro de la mejor conciencia de nuestra representación de esas cosas, estáaún muy lejos de ser cierto que, si existe la representación, también existeel objeto correspondiente a ella; por el contrario, en' nuestro sistema estascosas exteriores, a saber, la materia, en todas sus figuras y modificaciones,no son nada más que meros fenómenos, es decir, representaciones en nosotros,de cuya realidad nos hacemos inmediatamente conscientes." 14

3) Como, sin duda, el aspecto general idealista del pensamiento kantiano

11 tus; p. 37I.12 Me refiero al primer párrafo de los indicados en la nota 7.13 Crílica de la razón pura, 1" ed., p. 369.14 Ibid., pp. 371.2.

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era mucho más notorio que el realista, parece natural y requerido el énfasisexplícito que puso Kant sobre el realismo de su posición, aclarando cierta-mente su sentido y alcance, a fin de que se entendiera correctamente su doc-trina, resguardándola de interpretaciones falsas. La: insistencia sobre el realis-mo puede decirse que aparece a lo largo de la Crítica de la razón pura, siempreque se plantea el problema que nos ocupa. He aquí uno de los pasajes másconspicuos: "Nuestro idealismo trascendental) por el contrario [es decir,frente al realismo trascendental y al idealismo empírico], admite que losobjetos de la intuición externa, exactamente como son intuidos en el espacio,también san reales) y todas las modificaciones en el tiempo, son así como elsentido interno las representa.' Pues, como el espacio es ya una forma deaquella intuición, que nosotros llamamos externa, y sin objetos en el mismono se daría absolutamente ninguna representación empírica: así podemosy tenemos nosotros que aceptar ahíseres extensos como reales) e igualmentesucede también con el tiempo. [ ... ] En el espacio, empero, y en el tiempola verdad em-pirica de los fenómenos está suficientemente asegurada y dife-renciada bastante del parentesco con el sueño, si en una experiencia seconectan ambos conforme a leyes empíricas correcta y generalmente." ,1)5 Enotro se añade una ligera aclaración, de acuerdo con el idealismo trascendental:"Toda percepción externa, por tanto, demuestra inmediatamente algo realen el espacio, o' es más bien lo real mismo) y según eso, en consecuencia, elrealismo empírioo está fuera de duda) es decir, a nuestras intuiciones exter-nas corresponde algo real en el espacio. Indudablemente, el espacio mismo,con todas sus manifestaciones, en cuanto representación, está sólo en mí; peroen ese espacio, sin embargo, 'está igualmente dado lo real) o el material detodos los objetos de la intuición externa, real e independientemente de todaficción [... )" 16 Un tercero resulta de especial interés por hacer hincapiésobre la imposibilidad del realismo en general, si no se presupone el idea-lismo trascendental o "crítico": "Mi llamado' idealismo (propiamente crítico)es por tanto de una especiemuy particular, a saber, de tal clase que trastornaal ordinario; que todo conocimiento a priori) aun el de la geometría, sólopor su medio recibe realidad objetiva) la cual, sin esta mi demostrada idea-lidad del espacio y del tiempo, no podría afirmarse en absoluto aun por losrealistas más fervientes." 17

4) Para quienes advirtieron de inmediato el carácter idealista generalde las doctrinas de Kant, debe de haber parecido un tanto extraño, a pri-mera vista, que un párrafo de la Crítica de la razón pura -breve sin duday como subdivisión de otro- ostentase el título de "Refutación del idea-

15 Ibid., pp. 491-2.16 Ibid., p. 375.17 Prolegomena, p. 375 (la referencia de página remite a la 1" edición original ale-

mana de 1783).

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Iísmo" y que "El cuarto paralogismo" de la razón pura fuese el "de la ideali-dad ( de la relación externa)" .18 Pero, sin duda, Kant sabía en qué aspectoy sentido era y debía ser idealista su gnoseología, y en qué aspecto y sentidodebía ser realista. Por ello, siempre que es necesario, rechaza el falso idea-lismo, distinguiéndolo del verdadero, y sostiene el único realismo posible,precisando en qué esfera debe quedar situado. Y no sería ininteresante señalarque los textos más explícitos en que Kant opone las tesis del idealismopuro a las suyas propias, que más bien suenan a realismo, proceden de losProlegomena, cuya tarea en gran parte fue aclarar aspectos de la Crítica(1<;1 ed.). Veamos, pues, primero, cómo opone los dos idealismos, es decir, el"genuino" (absoluto, específico, radical) y el suyo propio: "El principio detodos los idealistas genuinos, desde la escuela eleática hasta el obispo Berkeley,está contenido en esta fórmula: 'Todo conocimiento por medio de los senti-dos y la experiencia no es sino mera apariencia, y sólo en las ideas del enten-dimiento puro y de la razón hay verdad: [/] El principio fundamental, querige y determina universalmente mi idealismo, es por el contrario: 'Todoconocimiento de cosas por el mero entendimiento puro o la razón pura no essino mera apariencia, y sólo en la experiencia hay verdad: [1] Pero estoes exactamente lo contrario de aquel idealismo genuino; ¿cómo puedo,entonces, servirme de ese término para un propósito totalmente contrapues-to [ ... ]?" 19 En el siguiente pasaje se destaca con más nitidez, cómo elidealismo falso consiste en atribuir idealidad a algo cuya realidad debe pre-cisamente mostrarse: "El idealismo consiste en la afirmación de que no sedan otros seres que los pensantes; las demás cosas, que nosotros creemospercibir en la intuición, serían sólo representaciones en los seres pensan-tes, a las cuales de hecho no correspondería ningún objeto que se encon-trara fuera de éstas. Yo digo, por el contrario: están dadas a nosotros, comoobjetos de nuestros sentidos, cosas que se encuentran fuera de nosotros;únicamente no sabemos nada de lo que puedan ser en sí mismas, sino queconocemos sólo sus manifestaciones, es decir, las representaciones que pro-ducen en nosotros, al afectar nuestros sentidos." 20 En fin, en la continua-ción del texto anterior, después de presentar lo esencial de su doctrinapositiva sobre la realidad del mundo exterior, afirma que aquélla es contrariaal idealismo: "Conforme a esto, concedo yo ciertamente que fuera de nos-otros se dan cuerpos, es decir, cosas que, aun cuando según lo que puedanser en sí mismas nos son completamente desconocidas, nosotros las conocemosmediante las representaciones, que nos produce su influjo sobre nuestrasensibilidad, y a las que damos la denominación de un cuerpo, la cualpalabra, por tanto, significa simplemente la manifestación de aquel objeto

18 Crítica de la razón pura, 2", p. 274; y 1", p. 366.19 Prolegomena, p. 374.20 l dem, Pl': 288'9.

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desconocido para nosotros, pero no por ello menos real. ¿Se puede acasollamar a esto idealismo? Sin duda, es precisamente lo contrario de ello." 21

No debe ocultarse -y no se me oculta- que sobre la negación delconocimiento de una realidad en sí y sobre la afirmación del conocimientode una realidad s610 fenoménica es sobre las que se apoyan las objecionescontra el realismo kantiano y de la filosofía trascendental, así como lasatribuciones a uno y otra de idealismo. Sin embargo, como dice Kant endiversos lugares, si el mundo exterior -mundo empírico y de los sentidos-es algo en sí, es decir, es en sí como aparece y contiene de por sí las deter-minaciones que manifiesta, independientemente del conocimiento, entoncesresulta imposible ponerse en contacto o establecer enlace con él, porque elconocimiento humano no dispone de facultad o instrumento intuitivo-intelec-tivo que pueda, por decirlo así, pasando a través de lo que aparece, o pres-cindiendo de ello y olvidándolo, llegar a lo que sólo es.

Si, por el contrario, se recurre a la facultad deductiva del entendi-miento y de la razón, entonces quiere decir que se utiliza un medio, quehay un intermediario, el cual por esencia y definición no posee, ni puedeen consecuencia comunicar, la modalidad que se pretende, es decir, la exis-tencia real: en otras palabras, se tratará entonces de una mera conclusióno deducción, cuyos conceptos, proceso y estructura pertenecen a otro nivel ytienen otra modalidad que la existencia real. Pero, sobre todo, el mundoexterior, o más bien la exterioridad del mundo, en cuanto tal (y aun la"i'nterior idad" empírica del Yo, del alma, aparecida al sentido interno) tieneque ser, por principio, algo que aparece, que se manifiesta, que precisamente$C "exterioriza" y sólo puede ser captada o percibida por un instrumentoadecuado a ello, a saber, los llamados "sentidos externos" o "internos". Conéstos no se puede "inteligir" ni conocer forma alguna ni esencia entitatioa,más allá de todo fenómeno o aparición, sino solamente estos últimos.

Según esto, por tanto, la adecuación o correspondencia entre el mundoexterior, como objeto, y los sentidos externos, como sujeto, determinan,por un lado, la necesidad de aparición del mundo exterior y la imposi-bilidad de aparición del mundo en sí; y por otro, la imposibilidad de capta-ción de éstepor una facultad intuitivo-intelectiva y la necesidad de percibirlomediante los sentidos, es decir, la experiencia, la empirie. Brevemente: elmundo exterior tiene que aparecer y na puede quedarse sólo en sí: pues poresto lo entenderíamos, mientras que por 10 primero "sabríamos" que existe.

Ahora bien, ¿puede hablarse, dentro del conocimiento, de una realidaddel mundo exterior diversa de la fenoménica> Esa otra realidad del mismosería, como dice Kant, la trascendental, es decir, "realizada" en estructurasontológicas; de donde resultaría, como aludí antes, que lo fenoménico se

21 Ibid., p. 289.

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convierte en entitativo, lo empírico en trascendental, lo sensible en inte-ligible, los "accidentes" en esencias y formas. Pero tal realidad, insistimos,no podría ser captada inmediatamente; no sería posible establecer un nexodirecto del conocente con ella, sino sólo indirecto, a través' de un medioestructural o abstraído, lo que significaría renunciar a ella: pues valerse deun medio equivale únicamente a entenderla, pensarla, concebirla, es decir; enúltima instancia, admitirla sólo como deducida, lógica, ideal,

Así pues, la única realidad posible del mundo exterior, base, segúnKant, de todo realismo, es la fenoménica y empírica; y la facultad sensiblees, también, la única capaz .de ponerse en contacto inmediato con ella.Atribuir al mundo exterior una realidad metaempírica -más allá de laexperiencia y del fenómeno- es abusar de conceptos y categorías o hun-dirse en lo indeterminable e inconocible. Toda filosofía que sostenga el pri-mer punto de vista, será realismo verdadero y objetivo; la que afirme elsegundo, vendrá a ser un realismo pretensioso e infundado.

vLa gnoseología fíchteana, como toda su filosofía, no es sino un desarrollo,perfeccionamiento y consumación de las doctrinas de Kant, según puedecomprobarse tanto expresa como implícitamente, es decir, ora en las innume-rables afirmaciones de Fichte, ora en las tesis mismas, el método y losrazonamientos ofrecidos en sus obras -quedando aparte el problema de larectitud y justificación de dicho perfeccionamiento,. el cual se basa en unsupuesto y sigue una dirección determinados, que tal vez no fueran los queKant mismo pensó o los exigidos por la doctrína.w Todo desarrollo fichteanode temas gnoseológicos muestra referencias directas a Kant y a puntos con-cretos de su teoría del conocimiento, así como un manejo continuo de susconceptos y terminología, destacándose una aceptación y concordancia funda-mentales con aquélla, según puede advertirse sobre todo en las obras citadas:Lógica trascendental y Primera y Segunda Introducción a la doctrina de laciencia.

La labor de Fichte podría, más concretamente, formularse en estos dospuntos: a) por lo que se refiere a la base, es decir, a los principios y puntosde partida, se ocupa en buscar y demostrar para el conocimiento humanouna razón última y un fundamento unitario en orden al sistema perfecto,señalando la primera, dentro del ámbito de la razón práctica, en el deber serde la realización del Yo formalmente necesaria, y el segundo en la unidad

Z2El suscrito presentó como tesis doctoral en 1966en la Universidad de Munich unestudio sobre el tema, titulado: Der uollstiindige transzendentale Idealismus, que reela-borado en castellano apareceráen la Colección de Dimloia con el nombre: El desarrollo[iciüeano del idealismo trascendental de Kant.

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originaria del Yo, que en acto primero y absoluto se pone a sí mismo (fun-damento que Fichte considera implícito e iniciado en la unidad trascen-dental de la apercepción de Kant); b) por lo que se refiere al proceso mismo,a las etapas de desarrollo intermedio y a los extremos, se dedica a rectificar,precisar, completar, perfeccionar y hacer explícitos aspectos particulares demétodo y de' doctrina, en general secundarios, aunque a veces de relativaimportancia.

Sobre el problema que nos ocupa, la aceptación por Fichte de la teoríade Kant no sólo es manifiesta, sino que puede decirse que aquél insiste talvez más que éste sobre el punto, es decir, sobre la interdependencia entreel idealismo trascendental y el realismo em.pirico -si bien debe observarseque Fichte nunca habla en forma expresa ni terminológica de la paralelacorrelación entre realismo trascendental e idealismo empírico, y apenas sepodría descubrir en algún desarrollo una alusión indirecta al tema. Además,dentro de mis conocimientos, Fichte no sólo no habla de esa correlación,sino que tampoco menciona en parte alguna un "idealismo empírico", pormás que recuerda el pasaje de la Crítica de la razón pura, donde Kant seocupa del idealismo de Berkeley y del de Descartes;23 para referirse a todoidealismo que no sea el trascendental, Fichte se sirve del término dogmático.De manera semejante, este filósofo no' denomina jamás trascendental al rea-lismo, sino que para referirse a la posición falsa de éste, lo llama tambiéndogmático y a veces trascendente.

En el desarrollo que Fichte hace del problema pueden destacarse lossiguientes aspectos: a) empleo reiterado de las fórmulas kantianas y acepta-ción explícita de su tesis; b) explicación y comentario de algunos elementosde la doctrina de Kant al respecto; c) exposición de aquello en que consistepara él el idealismo trascendental, por un lado, y su necesaria complemen-tación, el realismo empírico, por otro; d) sostenimiento de una teoría ulte-rior, conforme con la orientación y el sentido de toda su filosofía, sobre launión e identificación de las dos posiciones.

a) Sobre el primer punto leamos ante todo, entre ·otras varias, estasnetas declaraciones: "El idealismo trascendental de Kant es al mismo tiemporealismo empirico ... " 24 "Aquí se halla el realismo empirico kantiano, quesin embargo es un idealismo trascendental."25 "Esto quiso decir Kant, opor lo menos debió quererlo, cuando dijo: que su sistema era un realismoempírico, pero un idealismo trascendental... " 26 "Desde este ángulo la doc-

23 Siimtliche Werke, tomo 1, p. 21. Se trata de la primera edición de las Obras Comopletas hecha por 1. H. Fichte, hijo del filósofo, en Bonn, 1834, los tres últimos tomos(IX-XI), y en Berlín, 1845-6, los ocho primeros (I-VIII). En lo que sigue se citará SWy los tomosdel I al' XI.

24 SW IX, 59.25 SW 1, 490.26 SW IX, 364.

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trina es realismo empiiico, .. Sin embargo. .. de este modo, el idealismo estrascendental." 27 La aceptación de la doctrina kantiana está clara, aunqueen general no expresa, en todos los pasajes donde Fichte se ocupa de nuestroproblema, muchos de los cuales leeremos en lo que sigue. Como muestrade una afirmación explícita veamos ésta: " ... nosotros podemos apropiarnosesta expresión [realismo empírico - idealismo trascendental], explicada porcierto. La doctrina de la ciencia [denominación que da Fichte a su filosofía]es realismo empírico. .. y es idealismo trascendental ... " 28

b) Como explicación y comentario de diversos. puntos de la tesis kan-tiana sobre idealismo y realismo, pueden tomarse en general las exposicionesde Fichte sobre sus propios puntos de;vista al respecto, si atendemos a laamplia y fundamental coincidencia entre su gnoseología y la de Kant. Loanterior es tan cierto, sobre todo cuando la coincidencia es mayor, que senecesita un análisis muy sutil y profundo para distinguir lo que Fichte tomade Kant y lo aportado por él mismo: distinción que no es facilitada, comopodría suponerse, por el uso de una terminología propia, sino, al contrario,hecha más difícil, pues se tiene que examinar si a ella .corresponde en rea-lidad .una doctrina nueva o un contenido y~ propio. Sin embargo, puedeilustrarse este punto con un pasaje en que, como un estadio intermedio,Fitche parte de conceptos básicos de Kant (cosa en sí, empirie) y explica elproceso de su teoría idealista-realista: Ella "concede y demuestra que; cuan-do el entendimiento habla de una cosa en sí, tiene-que hablar de esa manera,y tiene en ello todo el derecho; que, sin embargo, este en-sí sólo es en ciertorespecto y quedando oculto su principio, pero no es un en-sí verdadero _ysubsistente. Esta visión se logra mediante trascendentalidad, que es precisa-mente elevación sobre la empirie hacia la intuición de la -ley y de la vidadel espíritu. En la empirie está dada una cosa en sí; sobre ello no hay dudaalguna. Pero es una cuestión muy diversa, qué validez debe tener la empiriemisma y si ella es el saber absoluto. Pues si llegara a descubrirse que sucedeen otra forma, quedaría también degradada con ella la cosa en sí".29

c) Entre el aspecto anterior y el presente puede decirse que sólo hay unadiferencia de grado, es decir, del grado de aproximación -o alejamiento deFichte con respecto a Kant: ello determinaría si aún es sólo comentario o setrata ya de formulación, método y pensamiento propios. Esto mismo últimodebe entenderse dentro de la afirmación general de la coincidencia del pun-to de vista fichteano con el de Kant: es decir, propio significará aquí, na-turalmente, no una doctrina del todo diversa o extraña, sino un desarrolloulterior, una complementación, explicitación, nueva perspectiva y profun-dización de las bases o puntos de partida. A través de las diversas expo--

27 Id., 100.

28 Id., 364.29 SW IX, 59.

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síciones. de.sus puntos de vista, advertiremos, pues, cómo Fichte ve la teoríakantiana. y la transforma y re-crea.

El punto central para Fichte en orden a la explicación del problemaentre idealismo y realismo -ambos sin duda verdaderos en su propio nivel-consiste primeramente en distinguir. lo que sostiene, y puede sostener, cadauno, así como en señalar el carácter y resultado u objeto de sus afirmaciones.He aquí el principio de una argumentación que establece el filósofo paraexplicar la diferencia. entre las dos posiciones: "Los adversarios no entien-den al idealismo en esto, no se lo conceden, y sólo quieren convertirlo enuna certeza con mucho inferior. ¿Dónde se halla el .malentendido? Aquí:ellos creen que nosotros negamos o dudamos del es categórico: la estufa es.Sin embargo, nosotros no negamos esto en absoluto, sino que lo fundamosmás firmemente que lo qué aquéllos son capaces. Ellos 'se quedan en laimpotente afirmación: tal cosa es,y con eso basta, yo ciertamente lo sé; perono pueden elevarse a un enlace de este es con un fundamento, y por ciertocon un fundamento' verdadero y permanente [... ]" 3(1 .Según esta primeradistinción, lo característico del realismo es la simple categoricidad, es decir,el carácter puramente positivo y fáctico de sus afirmaciones, mientras el idea-lismo tiene como tarea buscar una fundamentación de ese carácter. en algoenteramente diverso y superior. ¿Cuál es ello? "Nosotros tenemos [prosigueFichte], además de aquella intuición del ser, del es categórico, aun tambiénun concepto del ser, del verdadero y real, que ciertamente es determinadoa su'vez en una forma múltiple. Este ser real, pues, lo negamos con derechoal fenómeno .empírico, Éste es, decís vosotros; naturalmente, proseguimosnosotros, sólo qúe 'no el ser,' sino su mera imagen." 81 .A través .de los tér-

minos "intuición" y "concepto" podemos advertir su relación con Kant yver cómo lo que Fichte llama "ser", es el objeto constituido por el enten-dimiento, y la "imagen", del ser, es la aparición, el fenómeno. Reafirmandosu posición básica, concluye el filósofo: "La. doctrina de la ciencia es realis-mo empírico, pues concede absolutamente el es categórico. [Y es] idea-lismo trascendental: pues se eleva. por encima de la experiencia hasta unconcepto puro del ser, y si ceñimos la experiencia a éste, la encontramos nocomo ser, sino como imagen.".32

Con términos más fichteanos se establece en otro pasaje la fundamenta-ción que el. entendimiento o la facultad intelectiva, como algo "absoluto",hace de lo dado o manifestado a ella, destacando también la dependenciasobre todo de esto respecto de aquélla: "Nosotros presuponemos corno loabsoluto el ver, saber, ojo, que mira y no puede dejar de mirar. De aquí,entonces, resulta el ser, el mundo -en el ojo, a saber, corno visto. Así tene-

3Q ta., 304.31 Ibid.32 Ibid.

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mos una unión y un principio del nexo. Esto es, pues, idealismo incondi-cionado. - Ahora bien, a este ojo se le ofrece ciertamente un mundo, portanto, un ser en sí y, en esta forma, no como producto de un ver. Desdeeste ángulo la doctrina es realismo emplrico: así el ojo mira, porque es unojo intelectivo (intuición que se entiende como imagen), no mero esbozo deuna imagen. Que, sin embargo, es su producto, se ve sólo subiendo más alto;así el idealismo es trascendental. [/] Mi propósito principal era fijar estepunto correctamente, y proteger a ustedes de un idealismo vacío [... ], quesuprime, más que al [¿idealismo?] trascendental, al realismo empírico." 83

Otra formulación de la dependencia realismo-idealismo, más fichteana toda-vía, mediante conceptos y procesos que van más allá de Kant -el "senti-miento" (Gefiihl) y la limitación (Beschrankung)-, la remata Fichte decla-rando su conexión con Kant: "Mas el Yo empírico, considerado desde elpunto de vista trascendental, se explica sin duda su propio 'sentimiento';conforme a la ley: nada limitado sin algo limitante; él se crea por mediode la intuición una materia extensa, sobre la cual traslada, como sobre sufundamento, aquello meramente subjetivo del 'sentimiento', y sólo por mediode esta síntesis hace para sí un objeto. El análisis continuado y el conti-nuado explicar de su propio estado le da a él su sistema del inundo; y lacontemplación de las leyes de ese explicar le da al filósofo su ciencia. Aquíse halla el realismo enipirico kantiano, el que sin embargo es un idealismotrascendental." 34 Y adelantándose a una posible, aunque ciertamente muyimprobable, interpretación exagerada del realismo que atribuye él a su"doctrina de la ciencia", explica en qué sentido debe algo considerarse comodependiente, por una parte, o independiente, por otra, de la facultad cono-citiva: "Mas a despechode su realismo, esta ciencia no es trascendente, sinoque en sus más íntimas profundidades sigue siendo trascendental. Ella ex-plica, en efecto, toda conciencia por algo que existe independientemente detoda conciencia; pero ÍlO olvida que en esta explicación se rige tambiénconforme a sus propias leyes, y tan pronto como reflexiona sobre esto, aque-llo independiente, a su vez, viene a ser un producto de su propia facultadintelectiva, con ello algo dependiente del Yo, en cuanto que debe existirpara el Yo (en el concepto de él)".35

Veamos ahora en particular la presentación del carácter o aspecto rea-lista, que hace Fichte de su posición ante el problema. Puede decirse quecomo Kant, o sin duda aun mucho más que éste (el idealismo de aquél hasido considerado siempre -y con razón- como más avanzado que el kan-tiano y tal vez el más avanzado de todos, ya que se lo ha designado con eltítulo de absoluto y subjetivo), Fichte necesita destacar e insistir en la parte

33 Id., 10034 SW 1, 490.35 ts; 280.

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y fundamento de realismo que tiene su doctrina o él le atribuye. Parecenatural que el realista no haga hincapié particularmente sobre su realismo,y por igual el idealista sobre su idealismo, tal vez como consecuencia de suactitud dogmática o ingenua, pero sobre todo por no considerarlo necesario.Kant y Fichte destacan el realismo de su posición, tanto por su actitud crí-tica fundamental, como por la apariencia de "irrealismo" de su doctrina ypor la necesidad de sostener y fundamentar lo que de realismo e idealismodebe tener por igual el conocimiento, respondiendo así a todas las objecionesreales o posibles de sus adversarios; pero también ambos se preocupan siem-pre por precisar exactamente cómo ha de entenderse su realismo frente acualquier interpretación trascendentista y dogmática, la cual vendría a echarpor tierra el propósito fundamental de toda su filosofía.

Las afirmaciones realistas de Fichte son a veces tan enérgicas, que pa-recen a veces llegar a lo excesivo y paradójico. Como Kant, él atribuye asu idealismo, por ejemplo, ser el factor del verdadero realismo, de maneraque la negación de éste implicaría la absoluta negación de todo: "Poresto, la filosofía trascendental [dice el filósofo], que también puede llamarseidealismo trascendental, es al mismo tiempo un realismo, y a la vez el másfuerte y decidido, que puede darse. Si se pregunta: ¿No existe, pues, nin-gún mundo? ¿No están, pues, las cosas en el espacio? ¿No caen los fenó-menos del mismo en el tiempo?, sirve como respuesta: Ciertamente es aSÍ,yno sucede de otra manera, pues de lo contrario tendría uno que deshacersede la razón, de la vida, de la inteligencia; pero entonces no se daría absolu-tamente nada. Por tanto, nuestras representaciones contienen verdad, ver-dad objetiva, fuera de la cual no se da ninguna. Nuestras representacionesconcuerdan con las cosas,pues ambas son lo mismo." 36 En otro texto el rea-lismo es explicado como la dependencia empírica con respecto a algo inde-pendiente, simplemente presente, cuyas determinaciones empero provendránde la facultad conocitiva: "Según esto, la doctrina de la ciencia es realista.Ella muestra que la conciencia de las naturalezas finitas no puede absolu-tamente explicarse, si no se admite la presencia de una fuerza, independientede las mismas y contrapuesta del todo a ellas, de la cual ellas mismas segúnsu existencia embirica son precisamente dependientes. Pero tampoco afirmaotra cosa que tal fuerza contrapuesta, la cual es simplemente sentida por elser finito, pero no conocida. Todas las determinaciones posibles de estafuerza o de este no-Yo, que pueden presentarse hasta el infinito en nuestraconciencia, se compromete ella a deducirlas de la facultad determinante delYo, y tan cierto como ella es doctrina de la ciencia, tiene que poder dedu-cirlas." 37 El mismo aspecto de la existencia independiente del mundo esformulado en otro pasaje casi en los términos de un realismo trascendente,

36 Nachgelassene Schrijten, Hrsg. von Hans Jacob. Berlín, 1938,tomo 2, p..48.37 SW 1, 279-80.

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si bien se añaden precisiones para evitar esa interpretación: "El fundamentode todo ser real (del mundo de los fenómenos) ha sido expuesto en la formamás profunda y exhaustiva, en parte según su carácter formal, en partesegún el material. El primero consiste en que el mundo debe ser indepen-dientemente de todo saber, que ahí en el saber mismo sea reconocido comosaber; en que el mundo sería, aun cuando no existiera el saber de él; ade-más, en que, con todo, no debe ser necesariamente, sino que por igual tam-bién podría no ser. Especialmente tenemos que habérnosla con el primero;y se equivoca uno mucho si piensa que el idealismo trascendental niega larealidad emPírica del mundo de los sentidos, y cosas semejantes: él simple-mente demuestra en ella las formas del saber, y las aniquila por lo mismocomo algo subsistente por sí y absoluto." 38

Otro carácter que Fichte destaca en la presentación de su realismo, esla necesidad o necesariedad de éste, dentro de la finitud del ser humano,que ha de realizarse, es decir, que debe obrar y para ello conocer, si es quequiere existir como tal. Una reflexión del filósofo se desarrolla en tornoal origen .de la representación de la materia y llega a oponer, y preferir, elrealismo al idealismo en un determinado sentido: "Es necesario [dice Fíchte]que la razón finita se figure un mundo material; pues mediante unión dealgo contradictorio se nos origina el concepto de materia, como muestra ladoctrina de la ciencia. Debe concebirse algo en conflicto, y por cierto me-diante la facultad imaginativa. El resultado de la unión es materia. Lafilosofía crítica es, por tanto, realismo y en este sentido no idealismo. Aquíel realismo es algo así que niegp.que la cosa en St' sea algo, y el idealismoafirma: es algo. Sólo que la filosofía crítica no es un dogmatismo, porqueno sostiene nada de la cosa en sí. El idealismo es también un verdaderosistema metafísico, pues se eleva sobre aquél y explica la legitimidad delmundo material." 39 Otra reflexión enlaza aquella necesidad -"imposi-ción"- con la actividad -"obrar"- del ser humano: "El realismo, que seimpone a todos nosotros y aun al más decidido idealista cuando se llega alobrar --es decir, la suposición de que existen objetos del todo independientesde nosotros y fuera de nosotros-, se halla en el idealismo mismo, y en él esexplicado y deducido; y la deducción de una verdad objetiva, así en el mun-do de los fenómenos, como también en el mundo inteligible, es por ciertoel único propósito de toda filosofía." 40

d) El final del pasaje correspondiente a la nota 36: "Nuestras represen-taciones concuerdan con las cosas,pues ambas son lo mismo", y la "inheren-cia" del realismo en el idealismo, expresada en el texto anterior, puedenservirnos como un primer indicio de la unión y hasta identificación que,

38 SW II, 104'5.39 NS 2, 49.40 SW 1, 455,nota.

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segúnFiehte, se da y debemostrarseentre realismoe idealismo. Kant, se-gún dijimos,no sostieneni serefiereexpresamentea ello, maspuededecirseque al menosen parte y como fundamentose halla dicha tesisen sus afir-maciones,ya que si el idealismotrascendental"es al mismo tiempo" un rea-lismo empírico, se suponeque son sólo como dos aspectos,funciones,ver-tientes, etc., de una misma realidad, o más bien, del proceso que es elconocimientomismo;por tanto, en cierta forma Fichte sacasólo la conclu-sión de las premisaspuestaspor Kant. Esta identificación de realismo eidealismo, señaladaexpresamentey demostrada-o más bien, deducida-por Fiehte, partiendode basessuficientesy muy evolucionadasde Kant, esun aspectoo parte del propósitofundamentalde aquél,de encontrarpor unlado la unidad absolutaoriginaria de ser y conocer,y por otro, la unidadprofunda y última entre las dos facultades fundamentalesdel conocer: lasensibilidady el entendimiento.Todo ello, como indiqué antes,no es sinola tareay preocupacióncentralesde la filosofía fichteana.

Empleando términospropísimosy el peculiar lenguajede su filosofía,Fichte establececon toda claridad, primero, las basesdel problema,refirién-dose a las posicionesdogmáticas,que luego, al situarlas en su verdaderoplano -el del obrar, de la actividad- perderán ese carácter y resultaránaptaspara reducirsea una posición intermedia, que vendrá a ser la uniónmisma de ambas:"El resultadode la primera forma de reflexionar, fundaun idealismo dogmático: toda realidad del no-Yo es exclusivamente unatrasladada del Yo. El resultadode la segundaforma de reflexionar, fundaun realismodogmático:no puede ser trasladada) si no está ya presupuestauna realidad independiente del no-Yo, una cosa en sí. La síntesis que debeahora establecerse,según esto,"tiene sobre sí nada menos que la tarea deresolverla disputay mostrarel camino intermedio entre idealismo y realismo.[/] Ambas proposicionesdeben unirse sintéticamente,es decir, deben con-siderarsecomo una y la misma [proposición].[... ] Según esto, el sentidomás profundo de la síntesis anterior es el siguiente: fundamento-ideal yreal son una y la misma cosa en el concepto de la efectividad (y con ello,en todas"partes,pue.ssólo en el conceptode la efectividadse presentaunfundamento-real).Esta "proposición,que funda el idealismo crítico, y quemedianteésteune al idealismo y al realismo) no quiere entrarle a los hom-bres;y que no lesquiera entrar,dependede la falta de abstraccíónv.? Comorematede estaexposicióndel pensamientode Fichte sobreel problemarea-lismo-idealismoy de su aportaciónpersonalpara resolverlo,puedeservir esteúltimo pasaje,dondeexplieael filósofocuál esel trasfondoúltimo del proble-ma,explicación que apuntaal reconocimientode una aporía -"círculo"- ydonde,sin embargo,proponeuna solución para ésta,acuñandodos términosvaliosos,aunque sin duda esencialmenteparadójicos: "Esto [declaraFich-

41 Id., 172-5.

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te]: que el espíritu finito ha de poner necesariamente algo absoluto fuerade él _(una cosa en sí) y sin embargo, por el otro lado, ha de reconocerque eso mismo sólo existe para él (que es un noúmeno necesario), es aquelcírculo que él puede extender hasta el infinito, pero del cual no puede salirjamás. Un sistema que absolutamente no tome en consideración ese círculo,es un idealismo dogmático, pues propiamente sólo es el círculo señalado, quenos limita y nos convierte en seres finitos; un sistema que se figure habersalido de aquél, es un dogmatismo idealista trascendente. [/] Entre ambossistemas la doctrina de la ciencia sostiene positivamente el medio, y es unidealismo crítico, al que también se podría llamar un real-idealismo, oun ideal-realismo." 42

VIDe acuerdo con las sumarias y sencillas reflexiones anteriores, pero sobretodo con base en los razonamientos citados de la filosofía trascendental,puede considerarse como establecida la necesidad de la presencia conjuntay complementaria de realismo e idealismo en el conocimiento, es decir, deelementos o factores de carácter tanto ideal como real, restringiéndolos porcierto a lo significado por los términos: real como la mera presencia entita-tiua, el simple estar-ahí existencial de algo -"cosa en sí"-, absolutamenteindeterminado e indeterminable en sí y por sí y, según ello, inconocido eínconocíble, lo cual sin embargo no puede en absoluto ser aportado por lafacultad conocitiva, so pena de reducir el conocimiento a una mera ficcióny especulación o a la creación entitativa; ideal como la configuración y es-tructuración o constitución de aquel algo informe, mediante "campos" coor-dinativos y estructuras, es decir, formas, esquemas, conceptos o categoríase ideas, todo lo cual no puede ser aportado por la "realidad", a menos quese degrade el conocimiento a simple reflejo o reproducción de aquélla.

Independientemente de la concepción concreta y en detalle de factoreso elementos,'funciones y procesos, puede, pues, considerarse como constitui-da y demostrada la dualidad, o mejor aún alteridad, antes dicha. El proble-ma efectivo que nos queda, como dijimos, es la atribución desmedida, esdecir, infundada e inespecífica, de los resultados o efectos de un factor alopuesto, y viceversa: esto es, atribuir al conocimiento la ficción, deduccióno creación entitativa de la realidad; o asignar a ésta, como agente externo yprimario -el secundario e interno sería la mente misma- la configuracióny estructuración -aun en un sentido objetivo y pasivo, derivado de otrosubjetivo y activo, ajeno al ser humano-, propias del conocimiento.

Ahora bien, parece obvia, a primera vista, e irrefutable la posición con-traria, a saber: atribuir la "realidad" a algo diverso e independiente, comoexistencial o entitativo, del sujeto conocente; y asignar la conformación y

42 Id., 281.

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estructuración a la facultad conocitiva. Lo primero, porque, de no ser así,toda realidad se desvanecería y aun el concepto mismo carecería absoluta-mente de significado, confundiéndose con cualquiera de sus contrarios enlos diversos planos; lo segundo, porque, de no ser así, desaparecería el ver-dadero y legítimo sentido, único posible, del acto o de la operación conoci-tiva en cuanto tal, así como de los elementos, funciones y procesos en que,según análisis autoconsciente, ella consiste.

Sin embargo, aun después de las afirmaciones y argumentos más cons-picuos, de Kant sobre todo y también de Fichte, aquí citados, parece inevi-table tener que admitir que aún falta algo para la demostración absolutay definitiva; que todavía queda aquí, como diría N. Hartmann, un restoproblemático, no resuelto y tal vez insoluble, que constituya precisamenteuna aporía, la cual revele el último carácter aporético de la reflexión filo-sófica y del conocimiento humano.

La complementación o integración, pero sobre todo la asimilación eidentificación de los dos aspectos o elementos en el conocer, es la que hace,a mi juicio, que el descubrimiento de la verdadera y justa aportación decada uno, buscada ora analítica ora deductívamente, sea tan difícil, quizáimposible. Porque, precisamente esa asimilación y compenetración, es decir,la interacción de uno sobre otro, no permitiría descubrir en forma absoluta,a menos que se poseyera un criterio válido adecuado, qué efecto correspondeexclusivamente a uno y qué a otro. ¿Cómo distinguiríamos, por ejemplo,en qué punto se detiene la labor conocitiva en dirección hacia la "reali-dad" y empieza la "presencia" pura de ésta, sobre todo teniendo encuenta que aun el más mínimo e "in-significante" término con que se laseñale, es una elaboración, una creación gnoseológica de aquélla? ¿Y cómopodría afirmarse, por cierto, la absoluta exclusividad de la aportación men-tal en las determinaciones, si no se demuestra por anticipado la no-influenciade la "realidad" sobre las funciones y estructuras mismas determinantes?Para demostrar esto habría que "aislar" las estructuras conocitivas, es decir,separarlas de su contenido real; ahora bien, esto no es posible, porque en-tonces ya no habría conocimiento y aquéllas se reducirían automáticamentea simples formas mentales vacías y el conocimiento se convertiría en pensa-miento puro, deducción o combinación ideales, perdiéndose así la distinciónespecífica y fundamental entre ambos: en suma, la no-influencia tiene quecomprobarse por necesidad dentro del conocimiento. Pero, de cualquiermodo, aunque lo anterior fuera posible, no debe perderse de vista que pre-cisamente de lo que se trata, es de examinar la validez o aplicabilidad cono-citiva de tales estructuras, aplicabilidad y validez que sólo pueden compro-barse justamente en el acto mismo de conocer y no prescindiendo de él, puessería contradictorio.

Tal vez se tenga que responder a todo lo anterior simplemente esto:

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que es una tarea conjunta y complementaria, es decir, que el conocimientode un objeto real o un objeto real conocido proviene de los dos factoreso elementos, sin que sea posible, absolutamente, determinar en concreto lamedida y proporción exclusivas de las aportaciones. Así pues, la única afir-mación válida es ésta: tiene que haber necesaria e igualmente una aportaciónconocitiua y una aportación entitatiua, pues de otro modo no hay conoci-miento; lo que equivale también a decir: pues de otro modo no hay ni co-nocimiento ni realidad, por la necesaria interdependencia; en suma: o sellega a la afirmación total o se cae en la negación absoluta.

Sin duda, debe admitirse que en el caso de lo aportado por la facultadconocitiva hay un amplio campo para el análisis, el reconocimiento y la des-cripción, tanto porque se trata del estudio de sí misma, como por la exten-sión o proporción de lo aportado, que debe concebirse como el máximo,mientras el de la "realidad" es el mínimo --desde luego, dentro de la con-cepción trascendental. Pero, hay que insistir, en el momento en que setrata de la demostración apodíctica e irrefutable, el lindero de las aporta-ciones se hace impreciso, porque no existe medio o instrumento alguno quepermita captar en forma absoluta lo que la facultad conocente, por un lado,y la "realidad", por otro, son en sí mismas y lo que pueden hacer, prescin-diendo de la función conocitiva, puesto que se trata justamente de sabercuál sería la situación fuera del campo o de la influencia relacional delconocimiento: pero esto significaría "sacarlos" de él. Ahora bien, ¿cómosería ello posible?

De lo anterior puede concluirse que el punto clave de la insolubilidaddel problema realismo-idealismo, en lo que se refiere, como hemos repetido,al origen y "localización" de las determinaciones del objeto real conocido,consiste en la necesaria inclusión de los dos elementos conocitivos en el juiciomismo que determinaría o decidiría su procedencia: es decir, toda proposi-ción que afirme una u otra tesis es por necesidad conocimiento, o sólo en elacto de conocer podría decidirse de su alcance y validez; ahora bien, puestoel conocimiento, se presentan de modo necesario acto y contenido, sujetoy objeto, ideas y realidad -y junto con éstos, naturalmente, las determina-ciones-; y al contrario, quitado el conocimiento, desaparecen de maneraabsoluta los dos factores y las determinaciones (a menos que se admita unafacultad conocitiva latente o en potencia: pero entonces el problema se tras-ladaría al momento de realizarse ésta en acto). ¿Cómo decidir, por tanto,si las determinaciones proceden del acto o del contenido, del sujeto o delobjeto, de las formas y estructuras ideales o de la realidad?

Estrictamente hablando no parece posible la existencia de un criterioválido para decidir, pues el argumento absoluto y definitivo sería la com-probación misma de estas dos cosas: 1) de que las formas y estructuras idea-les o a priori, causa y origen de las determinaciones, existen, se dan, está:n

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ahí, independientemente del acto de conocer -como las ideas platónicas enel topos uranios (¿qué sentido tendrían, si no funcionan como factores cono-citivos?)-; y 2) de que las cosas, seres y objetos, poseen en cuanto algo enti-tativo, de por sí e independientemente del acto de conocer, las determinacio-nes mismas. Ahora bien, ¿cómo es posible comprobar esto fuera del actode conocimiento? ¿Sería posible una comprobación que no fuera conoci-miento? En cierta forma deberíamos concebir la posibilidad de una especiede "salida" del conocimiento, para "comprobar:' o "ver", fuera del conoci-miento, si las determinaciones están en las cosas o son producto sólo de lasestructuras y formas del conocimiento. Esto sólo puede ser una ficción, puessería afirmar que en un sentido absoluto y es~rictose conoce sin conocer.

Permítaseme hacer referencia a un principio de la ciencia física, dondeme parece advertir una corroboración de mi punto de vista. Aludo al llama-do principio de indeterminación de Heisenberg, que, como es sabido, se fun-da precisamente en la modificación que sobre el objeto por conocer (elec-trón, .por ej.) produce el medio mismo que se emplea para conocerlo (laluz). Partiendo de aquí, diríamos que en forma parecida, pero como algomucho más radical, las modificaciones o, más bien, determinaciones, al con-cebirse como producidas por la facultad conocitiva, impiden saber lo quees en sí la realidad y permiten sólo conocer la realidad modificada poraquélla -en la física se conocerían sólo las partículas modificadas por laluz o por cualquier otro medio de percepción, pero no lo que serían sinellos, pues entonces no podría en absoluto conocerse la realidad de que setrata: como, en general, la realidad objetiva sin la luz del conocimiento.Así, pues, como la luz ilumina, pero al mismo tiempo indetermina, así lafacultad conocitiva hace conocer, pero a la vez deja indeterminado, incono-cido, 10 que es la realidad en sí, Según el principio de indeterminación, laluz hace conocer las partículas intraatómicas modificadas por ella, es decir,como a ella se le manifiestan y no como son en sí sin la modificación pro-ducida por la luz, esto es, en la oscuridad, donde no pueden conocerse; se-gún ello, la luz o medios equivalentes "causarían" las modificaciones de laspartículas, a saber, sus determinaciones, que 'es lo que conoce el conocente.Si la realidad no es -o por lo menos no se sabe que es- como se la conoce,entonces la facultad de conocer tiene que modificarla, conocerla equivalea determinarla; mas al determinar su manifestación, como diría Kant, y de-jar en la oscuridad absoluta la realidad en sí, que es concebida como "in-forme", como indeterminada, entonces por lo menos indirectamente la in de-termina. El principio de Heisenberg podría sugerir la presencia de un casoparticular, así de la inconocibilidad de la verdadera realidad en sí, como dela insolubilidad -aporía- del problema último entre realismo e idealismo.

El punto de vista de la filosofía trascendental -Kant y Fichte- con-tiene a mi parecer ciertos indicios que apuntan hacia la aporía que he se-

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ñalado, es decir, que pueden considerarse como residuos problemáticos, cuyaposible solución indirecta estaría en el reconocimiento de dicha aporía. EnKant serían: a) el enigma, para casi todos insoluble, de la inclusión en supensamiento de la cosa en sí y de los noúmenos; b) la admisión del llamado"conocimiento práctico"; c) la afirmación de la ininvestigabilidad de la pro-bable "raíz común" de las dos "ramas" -sensibilidad y entendimiento-del conocer; y d) expresiones como: " ... sin objetos, en el mismo [espacio]no se daría absolutamente ninguna representación empírica ... " (donde seinvalida la función conocitiva y, tal vez, la existencia misma del espacio,sin la presencia de los objetos: lo que significaría, 1) negación del conoci-miento y, en el fondo, de sus dos elementos, al faltar uno de éstos; y 2)necesidad de la presencia o ausencia conjunta y simultánea de ellos, base dela indetermínahilidad a que alude la aporía).43 En Fíchte tendríamos: a) laidentificación de realidad e idealidad con que remata su pensamiento; b)la declaración de la existencia de un "círculo" dentro de las bases del pro-blema realismo-idealismo, que lo conduce precisamente a la identificaciónde las mismasr= c) la amplia argumentación para demostrar que realismo eidealismo en definitiva no pueden refutarse mutuamente en forma directa,"porque su disputa es sobre el primer principio".45

No es posible aquí y ahora desarrollar el proceso para demostrar claray eficazmente el enlace de la afirmación de la aporía con los puntos ante-riores, mas en general puede advertirse su dependencia y conexión. Pero,sobre todo, creo que a través de la historia de la gnoseología hay datos im-plícitos e indirectos para el atisbo de la aporía. ¿Dónde están esos indicios?Para mí, se hallan, en primer lugar, en todas las argumentaciones o actitu-des: dogmáticas, escépticas, analíticas, deductivas, ingenuas, científicas, ete.,en favor ora del realismo ora del idealismo; en segundo lugar, en todos losproblemas, inmediata o mediatamente relacionados, cuya solución, a primeravista obvia y fácil, resulta insegura e insostenible, al profundizarse y llevarsea sus últimas consecuencias.

El reconocimiento pleno de la aporía depende, y dependerá, de la ma-yor profundidad de la reflexión y mayor sutileza del análisis, así como deuna más clara conciencia del alcance del conocimiento humano: lo cualconducirá, sin duda, no al escepticismo, sino a la búsqueda de otros caminos,seguros, aunque no perfectos.

BER.!'JABÉ NAVARRO

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

43 Cf. el pasaje de la nota 15.44 Cf. el pasaje de la nota 42.45 SW 1, 429ss.