PROCESOS AFECTIVOS DE SOCIALIZACIÓN. EL APEGO

Los vínculos afectivos que el niño establece con sus padres, hermanos, amigos, etc. son una de las bases más sólidas del desarrollo social. Estos vínculos unen a los niños con los demás.

El apego es un vínculo afectivo que establece el niño con las personas que interactúan de forma privilegiada con él. Se caracteriza por determinadas conductas, representaciones mentales y sentimientos:

- Conductas para conseguir o mantener la proximidad con la persona a la que se está apegado: llamadas (lloros, vocalizaciones, etc.), contacto (abrazos, contacto táctil, etc.).

- El apego supone la construcción de un modelo mental de la relación con las figuras de apego, en base a las experiencias de la relación, expectativas sobre la relación.

- El apego es un conjunto de sentimientos asociados a las personas con las que el niño está vinculado; sentimientos de seguridad, bienestar, placer, y ansiedad ante separaciones.

Este vínculo afectivo se forma a lo largo del primer año de vida, como resultado

de la necesidad de vinculación afectiva que tiene el niño.

En el segundo año de vida, el vínculo de apego se consolida. Las nuevas capacidades lingüísticas y mentales facilitan también la comunicación y el entendimiento con las figuras de apego.

Implicaciones educativas: la primera etapa de la E.I. puede enriquecer el mundo social del niño y ofrecerle la oportunidad de recibir asistencia educativa más planificada y profesional que la recibida en la familia.

En los casos de déficit familiar (pertenencia a una familia nuclear sin otros niños, hábitat doméstico inadecuado, etc.), la Escuela Infantil es necesaria y beneficiosa.

En la incorporación a la escuela debe cuidarse especialmente el periodo de adaptación (familiarizándose con el lugar, aumentando progresivamente la estancia, etc.).