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Vol. 6 No. 14 ENE/ABR 2016 ISSN: 2007-719X La educación en el adulto mayor como vía de un envejecimiento activo Margarita Maldonado Saucedo La educación en el adulto mayor como vía de un envejecimiento activo Margarita Maldonado Saucedo EDUCACIÓN EDUCACIÓN Sincronicidad: un acercamiento al paradigma acausal de Carl Jung Sergio Alejandro Sainz Flores Sincronicidad: un acercamiento al paradigma acausal de Carl Jung Sergio Alejandro Sainz Flores DESARROLLO HUMANO DESARROLLO HUMANO Presentación de la revista Girum en la FIL 2015

Presentación de la revista Girum en la FIL 2015 · de Carl Jung Sergio Alejandro Sainz Flores Sincronicidad: un acercamiento al paradigma acausal de Carl Jung DESARROLLO HUMANO Presentación

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Vol. 6 No. 14 ENE/ABR 2016

ISSN: 2007-719X

La educaciónen el adulto mayor como vía de unenvejecimiento activoMargarita Maldonado Saucedo

La educaciónen el adulto mayor como vía de unenvejecimiento activoMargarita Maldonado Saucedo

EDUCACIÓNEDUCACIÓN

Sincronicidad:un acercamiento al paradigma acausal de Carl JungSergio Alejandro Sainz Flores

Sincronicidad:un acercamiento al paradigma acausal de Carl JungSergio Alejandro Sainz Flores

DESARROLLO HUMANODESARROLLO HUMANO

Presentaciónde la revista Girum en la FIL 2015

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de Salud, pero el 48% lo desconoce. El 90% de las personas responde que sabe que la Homeopatía trata de manera individual los aspectos físicos, mentales y emocionales, en el caso solo el 10 % lo desconoce. El 70% considera que cura toda enfermedad física, mental, emocional y un 28% lo desconoce. El 100% recomendaría asistir con un Ho-meópata, así para el 68% las referencias so-bre la Homeopatía son buenas. Por último, el 30% considera que la Homeopatía cura de manera rápida, un 40% que lo hace de manera regular y el 30% restante dice que es de manera lenta.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

En el conocimiento diario de la terapéutica homeopática las personas necesitan que la

Alicia Fernanda Vargas Naya

Licenciada en Homeopatía [email protected]

Erik Misael Peña Cisneros

Doctorante en Desarrollo Humano UNAGMaestro en Nutrición Clínica UNIVA

Médico Homeópata UNIVAMédico Cirujano IETS “Matatipac”.

Técnico Acupunturista [email protected]

[email protected]

CONCLUSIONES

Las personas encuestadas de la comunidad de Cofradía de Suchitlán en Comala, Coli-ma, tienen una percepción de la Terapéu-tica Homeopática de lo que han conocido en base a la experiencia y al contacto con el uso de los medicamentos, también en cuanto a su respuesta en el proceso de tra-tamiento y en el curativo.

En la percepción de los resultados positivos se vislumbra la opinión positiva hacia la forma de prescribir y a la atención recibida, en ese punto observan al terapeuta como una opción mejor y económica en compa-ración con la medicina alopática.

En este estudio se observa también que un 23% no conoce si los medicamentos ho-meopáticos pueden causar efectos secun-darios.

Es necesaria la sistematización en el proce-so de atención del Licenciado en Homeopa-tía, esto evitará que la atención cambie de un paciente a otro; es necesario que las per-sonas sean correctamente informadas de lo que ellos consideran como parte de su per-cepción acerca de la Terapéutica Homeopá-tica y se aclaren dudas que han surgido en base a lo empírico y no a lo fundamentado en bases científicas. Al aclarar muchos as-pectos negativos que se tienen en contra del tratamiento homeopático, el Homeó-pata educa correctamente a sus pacientes.

REFERENCIAS

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Hahnemann, Samuel (1921). Organon de la Medici-na. India: B. Jain Publishers Pvt. Ltd.

información que se les proporciona sea lo más claro posible para que la percepción de una terapéutica pueda ser conocida y el paciente pueda confiar en el terapeuta una vez iniciando un tratamiento.

Se visualiza en los resultados obtenidos que la población encuestada de Cofradía de Su-chitlán sí conocen que hay un Homeópata en su localidad y que conocen que el costo es económico, que está regulada por la Secretaría de Salud, también que existen diferencias entre las maneras de prescribir Alopatía y Homeopatía. Las personas con- Las personas con-sideran que los tratamientos son efectivos y los recomendarían tanto para ellos como para sus familiares, así mismo recomenda-rían a las personas en general asistir con un Homeópata.

Larnaudie, Roger (1975). La vida sobre humana de Samuel Hahnemann. México: Fernando Alda-pe Barrera.

Marzetti, Roberto (1981). Lo fundamental en Homeo-patía, su teoría y práctica. Argentina: Hachette.

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Antes de continuar, se analizarán algunas de las raíces del concepto de sincronicidad, pues es una palabra que tiene su origen en la lengua alemana como synchronicity (Jung la acuñó en esta lengua) pero exis-ten, por ejemplo, en la filosofía oriental di-versos paralelismos que es necesario aten-der. Jung nos habla de la simultaneidad relativa (de ahí el termino sincronicidad) en comparación con el I Ching, donde bajo este modelo chino, no existe un orden de causalidad, y esto ya operaba en la visión del autor antes mencionado desde el año 1913.

Parece, en realidad, como si el tiempo fuera, no algo menos que abstracto, sino más bien un continuo concreto, que contiene cualidades o condiciones fun-damentales que se pueden manifestar, con simultaneidad relativa, en diferentes lugares, con un paralelismo causalmente inexplicable como, por ejemplo, en casos de la manifestación simultánea de idén-ticos pensamientos, símbolos o estados psíquicos (Jung y Wilhelm, 1961, p. 10).

El mismo Wilhelm habla de otro ejemplo de simultaneidad que tiene que ver con los periodos estilísticos chinos y europeos, que causalmente no pueden ser relacio-

Observaciones desde la vida cotidiana (1986 - 2012)

Carl Gustav Jung, acuñó a lo largo de su vida (1875-1961) diversos conceptos

de complejo entendimiento (Von-Franz, 1982). Uno de estos es el que denominó “sincronicidad”, término que, debido a su complejidad, ha sido omitido en su estu-dio por varios autores, como es el caso de Robertson (2006). Para hablar de los fenó-menos de lo acausal, será necesario abordar disciplinas tales como la psicología, la física moderna y la filosofía, todo esto únicamen-te para acercarnos de manera breve y con-ceptual a dicha representación.

No se realizará aquí un análisis a profun-didad del concepto de sincronicidad, sino una explicación de la manera más sencilla posible, haciendo que el profano pueda desarrollar una lectura comprensible y asi-milable. Cabe señalar que los ejemplos que se mencionan en este trabajo, son de situa-ciones no controladas y fueron observados en la vida cotidiana. Dichos eventos fueron significativos para las personas que los vi-vieron; algunos de estos relatos se presen-ciaron durante sesiones de psicoterapia y

«En la medida que nos permitamos reconocer otro

tipo de información, se podrá acceder a un nuevo

paradigma para generar un mejor y mayor conocimiento

de lo que nos rodea»

Desarrollo Humano

Sincronicidad:un acercamiento al paradigma acausal de Carl Jung

Sergio Alejandro Sainz Flores

en la vida diaria. Asimismo, es importante mencionar que los fenómenos que se des-criben más abajo se presentaron en lo que hoy se denomina Área Metropolitana de Guadalajara en el Estado de Jalisco en Mé-xico, del año 1986 al 2012.

Para el propio Jung (1988), hablar del fe-nómeno acausal fue algo complejo, ya que tuvieron que pasar muchos años de su vida profesional para que le dedicara una inves-tigación en donde mostrara sus hallazgos encontrados durante este tiempo. El autor de El Libro Rojo, llegó al concepto de “sin-cronicidad” gracias a la colaboración con el físico Wolfgang Pauli (Robertson, 2006), contemporáneo y crítico de Einstein (Pauli, 1996), así como también gracias a diversos eventos ocurridos durante su vida y su prác-tica terapéutica en donde el mismo Freud fue testigo de este fenómeno (Jung, 2002).

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gen en admiración o asombro que inspira el estado de las cosas.

Aristóteles (1998, p. 19), argumenta que:

Y puesto que, evidentemente, es preciso adquirir la Ciencia de las primeras causas (decimos, en efecto, que sabemos una cosa cuando creemos conocer su causa primera), y las causas se dividen en cua-tro, una de las cuales decimos que es la substancia y la esencia (pues el por qué se reduce al concepto último, y el por qué primero es causa y principio); otra es la materia o el sujeto; la tercera, aquella de donde procede el principio del mo-vimiento, y la cuarta, la que se opone a esta, es decir, la causa final o el bien (pues este es el fin de cualquier generación y movimiento).

Argumentar que este “bien” es lo significa-tivo del fenómeno para la persona, al per-cibir el fenómeno acausal, Aristóteles co-menta que por la experiencia progresan la ciencia y el arte en el hombre (Aristóteles, 1998) y es precisamente en la experiencia donde los eventos de la sincronicidad han hecho modificaciones en la ciencia. No hay que perder de vista lo revisado sobre la causalidad, que es conocer el origen de los sucesos en la materia enfocados a un fin, ya que en la siguiente parte se hablará de lo acausal en la física.

Abordada brevemente la parte filosófica, pasemos a lo comentado párrafos arriba sobre algunos fenómenos de la física que tienen relación con nuestro tema. Existe en la naturaleza una materia como el plu-tonio, que es radiactivo, que tiene átomos muy inestables y que estos se disocian, es decir, se separan debido a que el átomo está cargado con noventa y tres protones con carga positiva; esto hace que los protones

se repulsen y el átomo así como el núcleo se separen; de esto se conoce la causa, es cierto, pero supongamos que observa-mos mil átomos de plutonio y conocemos por qué estalla un átomo, sin embargo, se desconoce por completo lo que ocasiona el que se desintegren primero unos antes que otros (Reeves, 1993). La física conoce la causa del “desorden”, pero no el por qué unos primero y otros después debido a que las condiciones de los átomos son las mis-mas. No hay razón de ninguna índole que lo explique.

Jung hace mención de esta descomposición de la radiactividad y la denomina acausal porque no es posible explicar causalmente por qué la descomposición radiactiva ocu-rre en este orden y no de otro modo (Citado en Von Franz, 1992). Tal vez, después de esto, pueda saltar una duda donde se es-tablezca que la probabilidad en la ciencia puede ayudar a develar la sincronicidad, sin embargo, hay que considerar que:

(…) a nivel atómico, los objetos sólidos materiales de la física clásica se disuelven en patrones de probabilidades, y estos patrones no representan probabilidades de cosas, sino probabilidades de interco-nexiones. La teoría cuántica nos fuerza a ver el universo no como una serie de objetos físicos, sino más bien como una complicada telaraña de relaciones entre las diversas partes de un todo unificado (Capra, 2000, p. 55).

De tal modo que la probabilidad argumenta que las cosas son probables, más esta área no dice cual ni en qué momento o lugar ocurrirán los estallidos de los átomos.

Se ha de recordar que no se dará una revi-sión profunda del término y que lo ante-riormente mencionado acerca de la proba-

nados entre sí (Jung & Wilhelm, 1961). “Este pensamiento que se edifica sobre la sincronicidad, desapareció desde Heráclito y su filosofía y no fue hasta Leibniz que se reinsertó de forma muy breve, se mantuvo oculto dentro de la especulación de la as-trología” (Jung & Wilhelm, 1961, p. 11). Jung (1998) argumenta que fue Schopen-hauer el autor que le llevó a acuñar el térmi-no de sincronicidad, pues este último dice que la simultaneidad se deriva de lo que no guarda relación causal, que nosotros llama-mos azar. Todos los eventos de la vida de un hombre quedarían, por tanto, compren-didos en dos tipos básicos de conexiones: por una parte, la conexión objetiva y causal del proceso natural; por otra, la subjetiva, que depende únicamente del individuo que la experimenta y es, por lo tanto, tan subje-tiva como sus propios sueños. Ambos tipos de conexión se dan simultáneamente y el propio suceso, aunque sirve de nexo en-tre dos cadenas totalmente diferentes, sin embargo, se producen las dos, de tal forma que el destino de un individuo se adapta al de otro y cada uno es el héroe de su pro-pio drama mientras que, al mismo tiempo, aparece en un drama ajeno a él, esto es algo que sobrepasa nuestra capacidad de comprensión y solo puede concebirse como posible en virtud de la más maravillosa ar-monía preestablecida.

Con lo anterior, es dable pues, analizar la conceptualización filosófica en una prime-ra instancia y a la física en una segunda para orientarnos en lo que será la consecu-ción de este trabajo. Hay que aclarar antes de continuar que para explicar lo acausal es necesario entender un poco el concepto de lo causal.

Visto desde la filosofía y desde la con-ceptualización de Jung, este fenómeno “obedece” a los aspectos de la causalidad, pero ésta se queda corta para explicar la sincronicidad (Jung, 1988). Ya que como veremos más adelante, existen en la física moderna ciertos fenómenos para los cua-les, a pesar de los avances tecnológicos, no se encuentran relaciones causales, es decir, no tienen una causa, son acausales; pero, antes de continuar es necesario que se de-fina aquello que se entiende por causalidad y acausal.

Hablar de la causalidad en la filosofía es re-mitirnos a los griegos, en específico, hasta Aristóteles, quien habla de la ciencia de las causas primeras, donde éstas tienen su ori-

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bilidad dejará espacio a nuevas investigaciones, más este no es nuestro objetivo. Dicho lo ante-rior, se analizará la con-cepción psicológica del término de sincronici-dad, para posteriormen-te hablar de los ejemplos contextualizados de este fenómeno.

Hasta este momento, la definición del fenómeno acausal puede que no esté muy clara debido a que sólo nos hemos enfoca-do en definir conceptos y en intentar dar una base medianamente sólida de las ideas que conforman dicho fenómeno. Jung quiso argumentar la existencia de hechos que no pueden ser explicados por el binomio causa-efecto, pero que son de gran impor-tancia para el observador (Reeves, 1993). Como lo afirma Shinoda Bolen (2005, p. 19): La sincronicidad es un término descrip-tivo que designa el vínculo entre dos acon-tecimientos que están conectados a través de su significado, un vínculo que no puede explicarse mediante la causa y el efecto.

Jung (1988) hace una aclaración intere-sante que merece ser mencionada aquí, en referencia a sincronicidad y sincronismos, donde el primero es la sucesión simultá-nea de dos acontecimientos significativos no relacionados causalmente y el segundo, que manifiesta simplemente el aconteci-miento simultáneo de sucesos.

En el terreno de lo psicológico, la sincro-nicidad está ligada de manera directa con estados afectivos, es decir, con arquetipos, y estos últimos están directamente rela-cionados con este fenómeno (Jung, 1988), ya que los arquetipos están cargados de energía (Jung, 1986) y es así que los suce-sos sincronísticos se experimentan como imágenes psíquicas del presente, como si el suceso objetivo (en la materia) ya existiera. Dejaremos hasta aquí la definición concep-tual para dar paso a los ejemplos contex-tualizados que son “nuevos” y que pueden aportar material al tema en cuestión, espe-rando así develar con mayor claridad dicho fenómeno.

Todos los ejemplos que se presentan a con-tinuación, se obtuvieron a través de una comunicación personal. La primera de ellas ocurrió en 1987 en la ciudad de Guadalaja-ra, Jalisco en México, específicamente en el barrio de Analco de la zona centro de esta ciudad, y corresponde a un niño (para esas fechas) oriundo de esta localidad.

Eran aproximadamente las 5 de la tarde de julio, el día estaba con nubosidad, pero la luz del sol se veía entre las nubes oscu-ras, yo caminaba por la calle de Cuauhté-moc rumbo a una tienda de abarrotes en la siguiente cuadra después de mi casa. El clima era templado sin mucha humedad. En mis manos llevaba dos botellas de refrescos (soda) hechas de vidrio. Cami-naba por debajo de la banqueta, y jugaba con las botellas, chocando las bases de estas, una con otra debido a que el sonido que emitían era muy particular. Llevaba dos o tres golpeteos entre las botellas y al dar el siguiente, pensé: iba a llover, en este preciso momento golpee de nuevo las botellas y al hacer contacto, estas se rompieron en varios fragmentos, al mis-mo tiempo se escuchó el estruendo de un trueno con mucha fuerza y en ese mo-mento la lluvia comenzó a caer.

El siguiente ejemplo, pertenece a una mu-jer de aproximadamente 30 años, casada y madre de tres niñas. El evento sucedió en la zona centro de la ciudad de Guadalajara, Ja-lisco en México, en el mes de mayo de 2005.

Era mediodía, caminaba por las calles del centro de la ciudad y me dirigía con una clienta para ofre-cerle nuevos productos. Ya llevaba rato con un fuerte dolor de cabeza y este aumentaba en inten-sidad entre más me acer-caba al establecimiento de mi clienta. Llegó un momento en el que el do-lor se hizo insoportable, a tal grado que decidí en-trar en un local de venta de flores naturales que se percibía fresco. En el mo-mento de dar el primer paso al interior del local, un florero con agua esta-lló de manera súbita y sin razón alguna, ya que na-die se encontraba cercano a este. Precisamente en el

momento en el que el objeto se destrozó, mi dolor de cabeza desapareció.

La encargada del lugar, una mujer de la tercera edad, me pregunto ¿ya te encuen-tras mejor?, a lo que respondí que sí.

El siguiente ejemplo del fenómeno de la sincronicidad ocurrió en la zona centro de la ciudad de Guadalajara, en las instalacio-nes de una unidad de prestación de servi-cios psicológicos, donde me encontraba dando asesoría psicológica. Ocurrió en el trascurso del mes de junio a julio del 2010, entre las 10 de la mañana y las 12 de la tar-de. Se atendía a un joven de aproximada-mente 17 años de edad:

El paciente se había presentado con mu-cho tiempo de anticipación ya que tenía deseos de seguir avanzando en su proce-so terapéutico que ya llevaba varios me-ses. Entramos a la pequeña oficina donde se daba la asesoría, ésta se encontraba junto a una bodega con muebles y obje-tos varios que tenían años sin moverse. El joven inició platicando lo que le aque-jaba en esos momentos, que después de un tiempo de escucharlo y con los antece-dentes del proceso terapéutico, se detec-tó que aquello que presentaba el paciente estaba relacionado con el arquetipo de la sombra. Después de cierto tiempo de estar interactuando con este tema, el paciente cayó en un profundo estado de interiorización. Minutos después levantó la cabeza y con los ojos cargados de lágri-

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mas, exclamó: ¡Ya caigo! De repente, en la bodega que se encontraba a un lado de la pequeña oficina, se escuchó cómo los muebles y demás cosas que había en ella comenzaron a caerse de manera abrupta haciendo que se levantara mucho polvo; los encargados del lugar llegaron a la ofi-cina para cerciorarse de que estuviéramos bien. Para el paciente, este evento fue significativo y lo externó al explicar que llamó su atención que exactamente cuan-do él dijo esas palabras, se derrumbó lo que estaba en la bodega. A partir de este evento, el progreso del joven fue bastante notorio, según reportaron sus padres y él mismo.

Estos son algunos “nuevos” ejemplos. Es necesario comentar que todo lo anterior puede abrir espacio para futuras investiga-ciones y críticas relacionadas con el fenó-meno de la sincronicidad.

Es dable comentar que al hablar de este tipo de eventos, puede uno pensar en fe-nómenos paranormales (Daniels, 2008) o bien en cuestiones místicas, pero no en-traremos en detalles de estas, aunque es recomendable observar que para la men-te occidental y mecanicista, alejarse de

antes mencionadas y que con los ejemplos aquí dados, pueda nutrirse el concepto de sincronicidad, acercándolo de manera sen-cilla al público; argumentando con esto lo dicho por Jung, que no hay nada en el en-tendimiento, que antes no estuviera en los sentidos (Jung & Scharf, 2010).

REFERENCIAS

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Wilber K., Bohm D., Pribram K., Capra F., Ferguson M. & Weber (2005). El paradigma holográfico. Una exploración en las fronteras de la ciencia. Barcelona: Kairós.

Sergio Alejandro Sainz Flores

Lic. En Psicología (UTEG)Maestro en Ciencias de la Educación (UVM)Doctorante en Desarrollo Humano (UNAG)

Docente UNAG [email protected]

«En el terreno de lo psicológico, la sincronicidad

está ligada de manera directa con estados

afectivos, es decir, con arquetipos»

la “apatía mística” (Sevilla, 2011) puede tener enormes beneficios, pues se estaría abierto a nuevas formas de percepción de la realidad, y con esto no se está diciendo que tanto lo paranormal o místico sean del orden de lo acausal, pero en la medida que nos permitamos reconocer otro tipo de información, se podrá acceder a un nuevo paradigma para generar un mejor y mayor conocimiento de lo que nos rodea.

Sin lugar a dudas, el fenómeno de la sin-cronicidad es un tema amplio y complejo, de tal modo que el acercamiento que se da es un intento por tener una idea general del concepto, ampliándola con los “nuevos ejemplos”. La conjunción de las ciencias como la física moderna, la filosofía y la psi-cología son difíciles de entrelazar pero ya existen diversas teorías que están hacien-do estudios enfocados a la unión de estas áreas, logrando con ello supuestos comple-jos y llenos de discusión (Wilber, Bohm, Pribram, Capra, Ferguson & Weber, 2005) y haciendo que el paradigma planteado por el Dr. Jung tenga una mayor apertura en el campo de las ciencias (Robertson, 2006).Es pues, con esto, que se dejan abiertas áreas de discusión e investigación que pue-dan llevar a la unificación de las ciencias

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Iniciativa y Creatividad

Gestión de la calidad organizacionalen instituciones educativas Francisco Javier Hernández García

Educar no es fabricar adultos según un modelo, sino liberar en cada hombre lo que le impide ser él mismo y permitirle

realizarse según su ‘genio’ singular 

Olivier Reboul

A toda la comunidad educativa tenemos el agrado de compartirles los proyectos

en los cuales la Universidad Antropológi-ca de Guadalajara (UNAG), a través de la gestión del rector el Mtro. José Alejandro Garza Preciado, ha puesto su interés y está implementando pensando en el logro de sus objetivos, los cuales tienen como finali-dad la mejora continua para la comunidad estudiantil, el personal docente y los frutos de ambos en la sociedad.

En el contexto universal, las políticas y tendencias se mueven de manera verti-ginosa, los países que no apuestan por la innovación y la calidad están destinados al rezago en todas sus áreas y por tanto a problemas sociales graves. El primer paso para responder a las demandas universa-les y particulares es asegurar la calidad de la educación; por tanto, se requiere de una organización interna en cada institución y externa como país.

La UNAG, pensando en la realidad de nues-tra ciudad y del país, ha propuesto una modalidad flexible para el estudio de las diferentes carreras que oferta, consolidan-do así, una “universidad para todos”. Por lo tanto, los planes de estudio se proponen en la modalidad no escolarizada, mixta, a dis-tancia y por créditos, para llegar a donde se necesite y atender sin distinción las necesi-dades educativas de quien aspire a realizar una carrera profesional.

Es una universidad incluyente, recibe a alumnos con capacidades diferentes, tanto en facultades físicas como cognitivas o con algún problema de aprendizaje, siempre y cuando no requieran de una atención ex-clusivamente personalizada. Cuenta con

acceso para personas que utilicen algún tipo de aparato para poderse trasladar de un lugar a otro (establece lo que sea nece-sario para su integración), atiende sin ex-clusión de sexo o tendencia sexual, estatus social, credo, tendencia política o lugar de procedencia; en el caso de extranjeros, úni-camente comprueba su estancia legal en el país.

Desde sus orígenes, el fundador José Gar-za Mora y su esposa Livier Preciado García han establecido un sentido humano pro-fundo y un cuidado social especialmen-te en el campo de la salud y el desarrollo humano, pensando siempre en las necesi-dades de las personas; se han preocupado por brindar un servicio de calidad, para que todos terminen sus estudios, realicen sus sueños y proyectos.

La UNAG por sí misma, debido a su mem-bresía con la UNESCO, no puede polarizar sus esfuerzos a una línea solamente, es de-cir, quedarse en lo académico y descuidar lo laboral, social y humano. “En los albores del nuevo siglo, se observa una demanda de educación superior sin precedentes, acom-pañada de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el desarrollo so-ciocultural y económico y para la construc-ción del futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos cono-cimientos e ideales” (UNESCO, 1998, p.1).

Por su parte, con las dinámicas familiares actuales, es necesario atender la educación en sentido de formación en un contexto integral, bajo los diferentes ángulos de per-

cepción, en todos los niveles educativos y en todas las áreas; al mismo tiempo que se prepara en la técnica que le lleve a profe-sionalizar su quehacer a fin de provocar un profesional de calidad con una ética irre-prochable, un ser humano que trasciende su status quo para crecer, superar y avanzar.

Es por esto que para la UNESCO es impor-tante:

Atender las necesidades sociales y fo-mentar la solidaridad y la igualdad; pre-servar y ejercer el rigor y la originalidad científicos con espíritu imparcial por ser un requisito previo decisivo para alcan-zar y mantener un nivel indispensable de calidad; y colocar a los estudiantes en el primer plano de sus preocupaciones  en la perspectiva de una educación a lo lar-go de toda la vida a fin de que se puedan integrar plenamente en la sociedad mun-dial del conocimiento del siglo que viene (UNESCO, 1998, p. 4).

En esta perspectiva se ha iniciado el traba-jo de la Calidad Educativa con estándares nacionales e internacionales, que permitan medir el logro hasta hoy conseguido y reca-pitular con nuevas energías en las diferen-tes áreas de oportunidad. Por esta razón se han tomado tres áreas a trabajar: la Gestión directiva, la Investigación y la Innovación Educativa, en las cuales se involucra toda la comunidad educativa y en su momento cada uno aportará desde su rol en la uni-versidad.

«En octubre del 2014 iniciaron cuatro procesos

de calidad en el ámbito educativo, los cuales

requerirán de un tiempo considerable de entre dos a

cuatro años de trabajo arduo y el esfuerzo conjunto»

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