24 DE LA INTEGRACIÓN ESCOLAR A LA ESCUELA INTEGRADORA se daba respuesta a la demanda de mayor exactitud. Aunque hoy estamos en condiciones de reconocer desde la educación que no fueron buenas las consecuencias de la aplicación generalizada de esta noción, tanto para la educación común como para la especial. Algunos autores realizaron laboriosos estudios que demostraban la constancia y la relativa irreversibilidad del CI en algunas pobla- ciones infantiles,.particularmente en los grados severo y moderado - del retardo mental. La aplicación de la prueba de inteligencia, especialmente de la revisión Stanford realizada por Terman-Merxill. se generaliza a todas las categorías de necesidades educativas especiales y se observa, por ejemplo, la apariciónde adaptaciones para emplear con niños ciegos o paralíticós_ cerebrales. ¡~ La confianza ilimitada en la rigurosidad del CI produjo efectos indeseables para la educación, como la de clasificar a las personas con retardo mental en custodiables, entrenables y educables, según fuera el grado del retardo. Esta clasificación es la consecuencia de reducir el amplio concepto de educación al más estrecho de ins- trucción. Lamentablemente, existen grados de retardo mental que no pueden sacar provecho de una propuesta escolar, pero sí de amplios ) programas educativos. El culto al CI condujo a muchas instituciones, profesionales y docentes, a diversificar la oferta educativa, según el pronóstico del alumno. Esta determinación de ofrecer contenidos escolares a al- gunos niños y no probar hacerlo con otros, hoy, más que una postura •^científica, nos parece omnipotencia derivada del aparente rigor de ésas cifras que cuantifican el desarrollo. Esta concepción, muchas veces, convirtió a las aulas especiales"! en un espacio donde algunos niños eran invitados a interactuar con contenidos escolares-, como los de lectoescritura y matemática, y otros no, porque así lo predeterminaban las pruebas. Este período de la educación especial ha sido acertadamente denominado por BertaBraslavsky (1983) como período estático en . Recorrido histórico de la Educación Especial 25 el cual la condición de sujetos deficientes, que arrojaba el resultado ; de los tests, predeterminaba el destino educativo de los niños. Lo peor que puede pasar, cuando se permite a los niños inte— ractuar con los contenidos escolares, es que algunos de ellos no saquen suficiente provechodel proceso de enseñanza y aprendizaje. Pero, para tranquilidad de quienes se encargan de su educación, lo más relevante será no coartarles la posibilidad de hacerlo. De otra manera, corremos el riesgo de no advertir ciertas vías, a veces no . demasiado manifiestas, de las que disponen las personas con ne- ; cesidades educativas especiales para realizar los aprendizajes. La vida y obra de Gaby Brimmer (1979), joven mexicana afectada de parálisis cerebral que escribió su biografía con el apoyo de la es- critora Elena Poniatowska, ilustra lo que acabamos de sostener. Tal vez nadie dudó de que cuando alcanzó su edad escolar Gaby era una niña inteligente, pero creemos que ningún psicopedagogo "sensato" durante'el período de su infancia, en el que se valoraban en extremo el lenguaje oral y las habilidades psicomotrices como requisito para la adquisición de la lectoescritura, hubiera apostado con vehemencia a su alfabetización. El transcurso' de los años demostró que la escritura, en su caso, pudo reemplazar al lenguaje oral constituyéndose en la vía para expresar sus pensamientos y su sensibilidad hasta en forma de poesía. _ El CI no quedó fuera de la escuela común, sino que reforzó la ' aspiración escolar a trabajar con grupos homogéneos'_y, lo que es peor aún, fue durante mucho tiempo el argumento explícito, hoy todavía muchas veces subyacente, para derivar a los niños haciaj circuitos paralelos (especiales) de educación. No me extenderé sobre este punto que analizaremos más adelante. Al período de surgimiento y auge del modelo psicométrico co- ) rresponde la denominación de pedagogía diferencial o diferen- ciada, por ser la destinada a la atención de ¡os que difieren de la media, según este modelo. —.
24 DE LA INTEGRACIÓN ESCOLAR A LA ESCUELA INTEGRADORA
se daba respuesta a la demanda de mayor exactitud. Aunque hoy
estamos en condiciones de reconocer desde la educación que no
fueron buenas las consecuencias de la aplicación generalizada de
esta noción, tanto para la educación común como para la
especial.
Algunos autores realizaron laboriosos estudios que demostraban la
constancia y la relativa irreversibilidad del CI en algunas pobla
ciones infantiles,.particularmente en los grados severo y
moderado
- del retardo mental. La aplicación de la prueba de inteligencia,
especialmente de la
revisión Stanford realizada por Terman-Merxill. se generaliza a
todas las categorías de necesidades educativas especiales y se
observa, por ejemplo, la apariciónde adaptaciones para emplear con
niños ciegos o paralíticós_ cerebrales.
¡~ La confianza ilimitada en la rigurosidad del CI produjo efectos
indeseables para la educación, como la de clasificar a las personas
con retardo mental en custodiables, entrenables y educables, según
fuera el grado del retardo. Esta clasificación es la consecuencia
de reducir el amplio concepto de educación al más estrecho de ins
trucción. Lamentablemente, existen grados de retardo mental que no
pueden sacar provecho de una propuesta escolar, pero sí de
amplios
) programas educativos. El culto al CI condujo a muchas
instituciones, profesionales y
docentes, a diversificar la oferta educativa, según el pronóstico
del alumno. Esta determinación de ofrecer contenidos escolares a
al gunos niños y no probar hacerlo con otros, hoy, más que una
postura
•^científica, nos parece omnipotencia derivada del aparente rigor
de ésas cifras que cuantifican el desarrollo.
Esta concepción, muchas veces, convirtió a las aulas especiales"!
en un espacio donde algunos niños eran invitados a interactuar con
contenidos escolares-, como los de lectoescritura y matemática, y
otros no, porque así lo predeterminaban las pruebas.
Este período de la educación especial ha sido acertadamente
denominado por BertaBraslavsky (1983) como período estático en
.
Recorrido histórico de la Educación Especial 25
el cual la condición de sujetos deficientes, que arrojaba el
resultado ; de los tests, predeterminaba el destino educativo de
los niños.
Lo peor que puede pasar, cuando se permite a los niños inte—
ractuar con los contenidos escolares, es que algunos de ellos no
saquen suficiente provechodel proceso de enseñanza y aprendizaje.
Pero, para tranquilidad de quienes se encargan de su educación, lo
más relevante será no coartarles la posibilidad de hacerlo. De otra
manera, corremos el riesgo de no advertir ciertas vías, a veces no
. demasiado manifiestas, de las que disponen las personas con ne- ;
cesidades educativas especiales para realizar los aprendizajes. La
vida y obra de Gaby Brimmer (1979), joven mexicana afectada de
parálisis cerebral que escribió su biografía con el apoyo de la es
critora Elena Poniatowska, ilustra lo que acabamos de
sostener.
Tal vez nadie dudó de que cuando alcanzó su edad escolar Gaby era
una niña inteligente, pero creemos que ningún psicopedagogo
"sensato" durante'el período de su infancia, en el que se valoraban
en extremo el lenguaje oral y las habilidades psicomotrices como
requisito para la adquisición de la lectoescritura, hubiera
apostado con vehemencia a su alfabetización.
El transcurso' de los años demostró que la escritura, en su caso,
pudo reemplazar al lenguaje oral constituyéndose en la vía para
expresar sus pensamientos y su sensibilidad hasta en forma de
poesía. _
El CI no quedó fuera de la escuela común, sino que reforzó la '
aspiración escolar a trabajar con grupos homogéneos'_y, lo que es
peor aún, fue durante mucho tiempo el argumento explícito, hoy
todavía muchas veces subyacente, para derivar a los niños haciaj
circuitos paralelos (especiales) de educación. No me extenderé
sobre este punto que analizaremos más adelante.
A l período de surgimiento y auge del modelo psicométrico co- )
rresponde la denominación de pedagogía diferencial o diferen
ciada, por ser la destinada a la atención de ¡os que difieren de la
media, según este modelo. — .
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26 DE LA INTEGRACIÓN ESCOLAR A L A ESCUELA INTEGRADORA
SE RESQUEBRAJA LA HEGEMONÍA PSICOMÉTRICA
Barbel jIr^]derA(1980), en su tesis doctoral realizada en ^1947,' i
efectuó el estudio de un grupo de niños con retardo mental,
utilizan do el mé^jpjcjínico, elaborado por la escuela de Ginebra
liderada por Jean Piaget, en lugar de emplear pruebas
psicométricas. El método clínico tiene la cualidad de diseñar
situaciones de prueba que permiten, además de obtener un resultado,
conocer el recorrido, seguido por el niño para obtener ese
resultado. J
En su investigación utilizó4as pruebas de diagnóstico operatorio
con el objetivo de explorar si los niños conservaban las nociones
de sustancia, peso y volumen. Los resultados que obtuvo Inhelder le
permitieron arribar a tres importantes conclusiones:
• Todo niño con retardo sigue un desarrollo, que aunque retra- j
sado, presenta el mismo orden que el del niño normal, es decir, q
no salta niveles de desarrollo y en su evolución se ajusta al
patrón común que siguen todos los niños. A esta regularidad la
denominó paralelismo psicosenético.
0 En su investigación observó una particularidad que presentan los
niños retardados: la de sufrir verdaderas regresiones cog- nitivas,
que consisten en pasar de un nivel determinado de desarrollo a otro
menos avanzado. A esta característica pecu liar del desarrollo de
los niños débiles Inhelder la llamó viscosidad genética,
atribuyéndola al prolongado tiempo que el niño débil necesita para
completar un estadio; tanto tiempo ~] transcurrido en el mismo
estadio lo adhiere a él de tal manera , l r \ que llega a impedirle
lograr el equilibrio suficiente para ac- ! ceder y mantenerse en
otro estadio superior.
• La tercera conclusión a que arriba Inhelder es la del ina-
cabamiento del desarrollo que presentan los niños débiles mentales.
Según sus observaciones, los niños con retardo se detienen en algún
momento de la evolución del período de las J operaciones concretas.
J
y
w <w w e <s e q e o e w » '
Recorrido histórico de la Educación Especial 27
Rene Zazzo2 realizó un estudio cuyc objetivo era llegar a su
plantar el CI de la prueba Binet-Simon, como dato absoluto de
debilidad mental. Con ese fin, aplicó una batería compuesta por
dieciocho pruebas destinadas a medir distintos aspectos de la inte
ligencia. Con los resultados que obtuvo en su aplicación, elaboró
un perfil psicológico de la debilidad mental, interpretando que los
resultados más bajos de ese perfil correspondían a las pruebas que
exigían a los niños actuar de acuerdo con su edad mental, así como
los más altos eran obtenidos en las pruebas que guardan mayor
correspondencia con la edad cronológica. Sobre la base de esta
observación elaboró el concepto de heterocronía, que caracteriza a
la debilidad mental y que él definió como el déficit de integración
entre edad cronológica y edad mental.
Desde distintos lugares geográficos, y también desde distintos
encuadres científicos y metodológicos, aparecieron estudios cuyas
observaciones contribuyeron a gestar opiniones contrarias al mito
de la cuantificación.
Aunque produjo sus trabajos durante-el primer cuarto de este siglo
conocimos muy recientemente las opiniones de Vigotsky (1986) sobre
la educación especial, o la defectología práctica, como aparece en
sus trabajos. Creemos que su pensamiento en este terreno fue
anticipatorio, casi premonitorio, si se toma en cuenta el tiempo
que llevó comprender los alcances negativos de la medición.
Vigotsky dice:
Hasta hace poco tiempo la defectología era considerada una suerte
de \ pedagogía menor, porque el método de estudio psicológico del
niño anormal se . basaba en una concepción puramente cuantitativi
del desarrollo infantil agrá- ) vado por un déficit. Este método
determina el grado de la insuficiencia intelectual pero no
caracteriza el déficit y la estructura interna de la personalidad
que lo •
2. Zazzo, R.: "¿Qué es la debilidad mental?", Cátedra de Educación
Especial, Universidad Nacional de Buenos Aires,
mimeografiado.
28 DE-LA INTEGRACIÓN ESCOLAR A L A ESCUELA INTEGRAD ORA
determina. Este método puede ser medida pero no estudio de la
inteligencia. Se limita al esquema (más-menos). En defectología se
ha comenzado a contar, a medir, antes que a experimentar, observar,
analizar, generalizar, describir y determinar
cualitativamente.
Era lógico que la práctica se propusiese la idea de un aprendizaje
reducido y lentificado.
Es necesario verificar si el programa didáctico es el método de
trabajo de nuestra escuela diferenciada o si elelemento
cuantitativo (reducción del material didáctico) constituye el fin
de la escuela diferenciada.
La confrontación con la postura cuantitativa constituye el problema
teórico y práctico fundamental de la moderna defectología.
El niño con déficit no es un niño menos desarrollado que sus pares
normales, es un niño que se desarrolla de manera diferente.
Ninguna teoría es posible si se parte de presupuestos negativos,
como tampoco es posible ninguna práctica educativa que funde su
definición en bases puramente negativas.
La ciencia debe demostrar la ley de la variedad de los desarrollos.
Por un lado el déficit es un defecto, una limitación, una
debilidad, una diminución del desarrollo; por el otro al crear un
obstáculo provoca un potente impulso a avanzar.
La posición central de la moderna defectología es que todo déficit
crea el estímulo para la producción de una compensación. El estudio
dinámico del niño I deficitario no puede limitarse a la
constatación del grado o de la'gravedad de la ! insuficiencia sin
incluir el cálculo del proceso compensatorio, sustitutivo, /
integrativo y correa vo en el desarrollo y en el comportamiento del
niño. El ciego aumenta la posibLi.íad de distinción mediante el
tacto por el ejercicio de la observación, de la evaluación de las
diferencias. También en el campo de las funciones psicológicas
la_jn^uficien.cja_de_unacapacidad puede ser compensada to i ^£p
jU£J^men te jp^ otra. Dñamemoria débil, por ejemplo, puede ser
compensada por el ejercicio de la comprensión que se pone al
servicio de la obser/ación y de la memoria; la debilidad de
voluntad y la falta de .iniciativa son compensadas por la
sugestionabilidad o la tendencia a la imitación.
Son muchas las experiencias acumuladas con la intención de
"demostrar las limitaciones de una educación basada en la confianza
en el CI, así como también los pocos beneficios que ofrece una
educación especial segregada. Vamos a detenernos sólo en algunas de
ellas, las que según nuestro criterio sirvieron como antecedente a
la concepción que impera actualmente en Educación Especial.
Recorrido histórico de la Educación Especial 29
En {962) Samuel Kirie estudió grupos de niños con el mismo CI que
concurrían algunos a escuela especial y otros a escuela común. Él
observó que los que asistían a escuela especial, sí bien exhibían
una mejor adaptación escolar, obtenían peores resultados
académicos.
Rosenthal, en 1966, estudió dieciocho grados escolares de I o a 6o,
aplicando a estos grupos un test de habilidades generales,
disfrazado como predictor de ganancia de inteligencia. El 20 % de
los alumnos seleccionados tenía efectivamente retardo mental. Ante
los educa dores de estos niños, se presentó la predicción de que
debían alcanzar ganancias inusuales de inteligencia. AI
administrarse por segunda vez el test, el CI fue más alto para
quienes se predijo que ganarían en habilidad.
Así como en el período que correspondió a la universalización de la
psicometría, muchos autores realizaron laboriosos estudjos
encaminados a demostrarla casifataí irreversibilidad del CI,
autores posteriores demostraron lo contrario.
Nos detendremos en una de las experiencias que cuestionan la
invariancia del CI durante el desarrollo de las personas. Nos refe
riremos a la experiencia de Skodak y Skeels (1978)* que siempre nos
atrajo por tratarse de una observación no planificada, de cuyo
diseño "se encargó" el azar.
Trabajando ambos profesionales en un orfanato de los Estados
Unidos, entre las habituales evaluaciones que realizaban se
presentó la de dos niñas que apenas pasaban el año de edad. Las
niñas obtuvieron el fatal resultado de 45 y 35, respectivamente, de
CI.
Estos puntajes permitían incluirlas en la categoría de "imbéciles
irrecuperables", y conforme a la concepción de la época ambas fue
ron enviadas a un asilo para deficientes'mentales adultos y
colocadas al cuidado de internas, con una edad equivalente a los 9
años.