Upload
norman-rivera
View
443
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
La amiga de Luisa.(En memoria de Olivia Valdez)
Bahía de San Felipe, noviembre de 2011.
La conocí hace unos años, en unas reuniones para hacer no sé que cosa relacionada con aquello que le apasionaba, así como para el marino, su pasión es el mar, para ella su pasión eran las matemáticas. Estudió arquitectura, y aunque nunca dejó de hacer diseños y supervisar obras, desde su llegada a San Felipe hace más o menos 20 años, se dedicó a la docencia.
Hablaba de ellas con la misma pasión y la misma emoción que hablaba de sus hijos, de su esposo o de los crepúsculos en San Felipe, o de sus estudiantes y de la forma en que lograba que las matemáticas se convirtieran en un misterio que deseaban desvelar.
Es algo común llegar a una sala de profesores ( los profesionales de la educación) o a una reunión y el tema recurrente es escuchar quejas del tipo de alumnos que tenemos, y lanzan pestes de ellos: que son muchos, que no estudian, que no saben porqué están en la escuela, etc.
De las reuniones en las que coincidimos, y fueron varias, no recuerdo una en la que ella se haya quejado de algún estudiante, nunca se condolió de su suerte, de los muchos exámenes que debía revisar o de los grupos numerosos que debía atender o incluso, que las matemáticas son en esencia “difíciles” como algunos compañeros sostienen.
Era un gusto hablar con ella de las matemáticas y de la vida, era un gusto ver su sonrisa y escuchar sus carcajadas.
Es una pena que haya muerto, es una pena que la institución que trabajó haya guardado silencio...y no me refiero al silencio que se guarda ante el féretro o la tumba de una persona, sino al silencio infame de no comunicarle a todos los profesores que valía la pena detenerse un momento para recordar a esa profesora, no de las que instruyen, sino de las que forman, y pensar que profesoras o profesores como ella son quienes hacen importante a una institución, no los que van a dar asesorías los fines de semana, sólo si les pagan.
En noviembre de 2011 estuve en San Felipe y por una afortunada coincidencia, la encontré en un restaurante. Se veía con la misma alegría con la que la recordaba, comía con unas amigas y se veía que disfrutaba sus días ya jubilada, no obstante que su esposo hubiera muerto meses antes. Era fuerte y se había repuesto a la pérdida, o al menos, sabía sobrellevarlo. Al despedirnos, quedé de verla en enero y ya no pudo ser. Murió en un accidente carretero el martes 21 de febrero, y yo por otra coincidencia, supe hasta el domingo, por otra coincidencia, casi una semana después, nadie supo en el plantel, nadie lo comentó en las oficinas.
La maestra que me avisó me dio la dirección de un blog que la amiga de Luisa escribía. En él habla, entre otras cosas, de los inicios del plantel cobach en San felipe, tres o cuatro estudiantes formaban un grupo, y cómo al verlos ella imaginaba que algún día habría muchos estudiantes que fueran a la uabc desde el puerto, y la vida le dio ese gusto, de viajar un viernes de regreso a San Felipe, con el autobús repleto de estudiantes, por supuesto, egresados de su plantel. Sus exalumnos, a los que había formado, a los que había impulsado.
Creo que todo ser humano tiene en sus genes el deseo de trascender. Ella ha trascendido por sus hijos y sus nietos, ella ha trascendido en los amigos que la recuerdan y en los profesores y profesoras a los que les transmitió una forma de trabajo que no tiene que ver con horarios o formatos, sino con vida, con pasión, con otorgar el beneficio de la duda a los muchachos, que tiene que ver con honestidad, con respeto.
Como menciona Benedetti en alguno de sus poemas, yo llevo un ladrillo en mi alforja para acordarme de los lugares en que he estado y las personas que he conocido, y lo llevo para mostrárselo a los demás y decirles que lo que ven en mí no es sino fruto de las personas a las que he encontrado, con las que he convivido y de las que he aprendido.
Y el ladrillo que llevo en mi alforja habla de varias personas, pero hoy menciono que ese ladrillo habla de Olivia Valdez, de San Felipe, B. C.
Sirva esto como un homenaje.
A la madre la esposa la arquitecta la mujer la amiga la formadora y educadora la maestra
Prof. Norman Edilberto Rivera PazosMexicali, BC, 6 de marzo de 2012