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P A L O Q U E M A O verdadero deleite Bogotano

Paloquemao verdadero deleite Bogotano

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Crónica basada en la Plaza de Paloquemao en Bogotá, Colombia. Se describe la hitoria de la plaza, sus personajes, las relaciones que se contruyen y los productos que allí se pueden encontrar.

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P A L O Q U E M A Overdadero deleite

Bog

otan

o

Page 2: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

Las plazas de mercado tuvieron auge hacia la colo-

nia tardía, eran consideradas un punto de encuen-

tro al aire libre. Indios, mulatos, criollos, por lo

menos una vez por semana, se desplazaban a es-

tos sitios de acopio para la compra de sus víveres.

Desde el inicio las plazas de mercado se convertía

en un verdadero jolgorio. Un hábito que consistía

en el abastecimiento de productos agropecuarios,

cárnicos, lacteos y flores entre otros. Fue consid-

erado eje fundamental de espacios de distracción

tal como lo eran las chicherías. El consumo de

chicha caracterizaba los días de mercado. “Según

vargas Lesmes, las chicherías situadas dentro del

marco de la plaza de mercado y en los alrededores

de la misma atrían principalmente a la población

indigena; eran el “dolor de cabeza” de las auto-

Lugar de reunión, negocio de familia, espacio para comprar flores, para encontrar una idiosin-cracia típica de diferentes regiones de Colombia o un lugar turístico. No es posible definir a la Plaza de Paloquemao como un lugar que cum-pla una función en específica. Compras, comi-das, arreglos, flores, discusiones, visitas, amores, tradiciones. Para conocer a Paloquemao es nec-esario visitarla varias veces. Hablar de la plaza es decir quiénes son los protagonistas del lugar, lo característico, la identidad que se enmarca en millones de historias vividas por muchos y resal-

tadas por millones.

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ridades que intentaron por varios medios contro-

lar el consumo de la “endemoniada” bebida. Las

plazas han sido siempre consideradas como espa-

cios de espaciamiento. Este tipo de ambientes son

necesarios para interrelacionarse la funciónalidad

que cumplen va intimamente ligada a generar rela-

ciones entre compradores y vendedores.

En 1861 durante el gobierno del General Tomás

Cipriano de Mosquera se prohíben las plazas de

mercado abiertas al aire libre que llevaban en fun-

cionamiento hacia unos veinte años atrás, aproxi-

madamente. Es en 1864 que se ubica el mercado

de la Concepción en el convento de las hermanas

de la Concepción. Siglos más tarde, en el año 1922,

Colombia recibe la indemnización por la pérdida

del canal de Panamá. Se invirtió en vías férreas y

en mercados. Más adelante, en 1946, se hace la

primera plaza. Ubicada en la Carrera 30 con Calle

13, distríbuida en: la Plaza España, San Vicente y

Matallana administrada por el matadero distrital.

El diseño de la Plaza de Paloquemao fue concebido

para obtener una diferenciación entre las circula-

cion de carga y basuras, y las de peatones y taxis

obteniendo así una forma de peine establecida por

sus arquitectos.

Los planos fueron aprobados en 1962; y tardaron

seis años en ser ejecutados. Cabe notar que la plaza

de Paloquemao fue un proyecto que no llegó a su

culminación, cerca de la mitad de lo diseñado no

fue efectuado. Bajo la dirección de los arquitectos

Diken Castro y Jacques Mosseri se inició la con-

strucción en el sector de Paloquemao. Después de

un viaje que hizo Diken a Europa regresa a su país

natal Colombia y un amigo le propone hacerse cargo

de este proyecto que emprende con su compañero.

Se inicia el diseño con referencias tomadas de pla-

zas en México y España. La intención principal fue

de hacer un lugar de intercambio de bienes mate-

riales e inmateriales. Hacer de la plaza de Palo-

quemao un lugar donde se entablaran verdaderas

relaciones entre las personas propias del lugar y

sus visitantes. Se planeó también un jardín infantil

para los hijos de los vendedores; este especio es

hoy administración, una cosa fue el diseño y otra

la apropiación y las modificaciones que sucedieron

de esa época a hoy.

En 1972 cuando el Alcalde Carlos Albán Holguín

dictamina un decreto donde no se permite el ac-

ceso de vehículos pesados, tractomulas, caminioes

de doble tracción, etc ni tampoco el comercio en

las zonas donde en aquella época se llevaba a cabo

la práctica económica. Se decide aglomerar las pla-

zas: España, Matallana y San vicente en un sólo

sector. Los vendedores mayoristas se ubican en el

espacio conocido hoy como “Corabastos” y los mi-

noristas son reubicados en Paloquemao. Cecilia,

una señora de 83 años quien a veces también dice

tener 70; fue reubicada en la plaza de Paloquemao

y de forma muy locuaz como se hubiera sucedido

hace poco narra su caso. Doña Cecilia es quién

atiende en el puesto junto a La Tienda del Paisa,

panadería donde se reúnen vendedores y compra-

dores a tomarse un café espresso, un chocolate o

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un capuchino compañado de un pandeyucas o un

pandebono de queso, bocadillo o mixto. Cecilia re-

lata como cuando en la época que se creó la plaza

y los reubicaron le asignaron un puesto cerca de

los abarrotes donde ella no veía la posibilidad de

tener una buena venta. Se sintió muy alejada del

“centro de la plaza”, era un local oscuro y no vió

que fuera a tener un buen negocio. Cecilia cuenta

que antes de estar en Paloquemao ella solía vender

en la plaza España, una plaza que estaba ubicada

en el barrio La Pepita donde vendía las mismas ver-

duras. Cecilia quería ser reubicada en corabastos

pero no le terminaba de gustar la idea porque no

iba a estar con sus “comadres” pues ellas sí fu-

eron reubicadas en Paloquemao. Buscó la forma

de entrar a Paloquemao y lo logró pero en el local

que no era de su agrado. Un día conversando con

un vigilante se dió cuenta que una tal “Mercedes”

había desaprovechado la oportunidad de estar en el

puesto en el centro de la plaza así que siguiendo los

consejos del vigilante ella misma trasladó su mer-

cado donde Mercedes nunca aparecío y a voluntad

propia se rehubicó. Mercedes nunca apareció “yo

me moví y después nadie me sacó de acá”. Un día

apareció Mercedes sin victoria alguna al traar de

recuperar el puesto a consecuencia de se ausen-

cia ya habia perdido su derecho. Cecilia se quedó

en Paloquemao donde quiso; junto a sus comadres

desde temprano tomaba cerveza “ porque para que

negar que uno no es un santo” dice mientras em-

puña la mano y con el pulgar elevado haciendo la

tradicional seña que afirma el acto de beber. Tanto

a través de textos escritos por el mismo Diken o por

las historias de quienes aún cotidianamente estan

en la plaza se puede saber un marco historico del

origen de este tradicional lugar.

La Plaza de Paloquemao fue arrendada por Fer-

rocarriles Nacionales a Corabastos, quien lo puso

bajo el cargo de los Hermanos Trujillo en recom-

pensa de las acciones que tenía en la anterior plaza

España. Estos personajes fueron responsables de

subarrendar a los comerciantes. Sin consideración

alguna, tres años después Corabastos retoma la

adminitración de la plaza, pues los hermanos Tru-

jillo dictaminaban alzas en los arriendos. La mala

administración generó deterioro de la estructura,

mala sectorización de productos, desaseo y grandes

problemas de inseguridad. Hoy en día la plaza es

administrada por COMERPAL, la cooperativa de

Paloquemo, que fue una entidad sin ánimo de lucro

encargada del correcto funcionamiento de la plaza.

Cumple funciones como defender los derechos de

los comerciantes. Dentro de las visitas aparecen

diferentes versiones del manejo de lo que hoy es

la plaza. En 1990, los comerciantes intentan hac-

erse dueños de los locales por lo que en 1991 bajo

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la presidencia de Cesar Gaviria se ejecuta en tér-

mino de un año la venta de los puestos de venta,

firmando escrituras en 1992. COMERPAL sirvió

como vocero y representante para la compra de la

plaza donde intervinieron alrededor de 850 con-

tribuyentes donde laboran alrededor de 1200 co-

merciantes.

Hoy en día, después de todo el proceso de apro-

piación, arriendo y orden no existe total claridad

por parte de algunos dueños en la plaza. El primer

punto de vista es dado por Maria Isabel Gómez

es la gerente administrativa del puesto de lacteos

“La Excelencia”. Adquirió este lugar ubicado en

el puesto 81144 de su padre a manera de heren-

cia. Con 27 años, Isabel, es Ingeniera Industrial

de la Universidad Catolica de Bogotá, cuenta que

le gustaría ejercer su profesión pero sabe que el

negocio esta en la plaza y no puede dejar su fuente

económica. Al preguntarle por la posesión del bien

cuenta que nadie en la plaza es dueño del local,

todos los locales son arrendados y si alguien dice

poseerlo, es mentira. Cada local paga una admin-

istración a COMERPAL y con esto se mantiene la

plaza, el arriendo es proporcional al tamaño de

cada local. En el registro de los locales se debe

decir qué tipo de productos se venden. Los estab-

lecimientos en Paloquemao no pueden vender lác-

teos, carne y artesanías. En el caso de Isabel sería

lácteos y cárnicos. Por otro lado esta Marcela Ruiz,

vendedora de huevos, quien comenta que compró

el puesto número 81139 con escritura hace unos

años al llegar de Tunja, su lugar de origen. Dice

del pago a la administración y habla del local como

propio. Julieth aclara la contradicción entre Isabel

y Marcela, habla de la cooperativa de COMERPAL,

dice qué sí existen propietarios de los locales y que

se maneja por acciones proporcionales al área del

local y por el nivel de venta que este tiene. La plata

de la administración sirve para cubrir la vigilan-

cia, protección ambiental y recolección de basura.

Habla del administrador y dice que no sirve para

nada, “ya no le da ni regalos a los niños en Dici-

embre”. Describe una posible reubicación de la

plaza para sectorizar el lugar, es un proyecto que

se inició hace 8 años pero no se ha llevado a cabo.

“Este cambio sería bueno porque habría zonas más

marcadas pero a la vez la competencia entre unos

y otros sería peor, a veces la gente prefiere perder

500 pesos y vender; el cliente prefiere caminar y

caminar hasta encontrar el mejor precio. Los cli-

entes miran calidad pero el precio es decisivo a la

hora de comprar.”

Dentro de la plaza existen diferentes perfiles de

vendedor. Cada uno, según su estilo, ha logrado

hacerse su propia clientela. Son ellos quienes le

agregan a la plaza una dinamica distinta y, a pe-

sar de compartir el mismo lugar de trabajo, tienen

diferentes puntos de vista y: en algunos casos no

entablan relaciones muy cercanas con sus colegas,

en otros casos estos compañeros de trabajo son a la

vez su familia.

Julieth Fonseca es una joven de 19 años, estudia

Ingeniería Industrial, amable y sonriente atiende

en “La mejorana”, el puesto 81362 donde las per-

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sonas pueden adquirir baños, riegos, sahumerios,

velas, plantas y productos estéticos. Este hace parte

de los siete puestos dentro de la zona de hierbas de

Paloquemao. Los días Martes, Jueves y Sábado de

cada semana llegan las hierbas que se cultivan en

Chipaque y la Mesa, Cundinamarca. Municipios

cercanos a Bogotá.

Julieth no cuenta más de 15 puestos de hierbas den-

tro de toda la plaza. Ella es bisnieta de la original

dueña del lugar, Inés Castro, más conocida como

Doña Concha. La joven es vendedora durante el día

y en las noches va a la universidad. Sostiene una

inclinación por las plantas y cree en el poder del

hinojo para el dolor de cabeza, de la caracola para

limpiar los riñones y del anamú para prevenir el

cancer, la diabetes, controlar el ácido úrico, mejo-

rar el hígado y el cólon. Ya que siente gran afinidad

por las plantas ésta jóven bogotana pensó estudiar

algo relacionado con botánica pero prefirió seguir

el consejo de su tío “las plantas no dan plata” y

comenzó sus estudios en Ingeniería. Julieth cuenta

que las personas pueden llegar en busca de algo

específico o solamente a preguntar por alguna cura

para algún dolor o malestar tanto físico como sen-

timental. Ella por la información que ha aprendido

de su abuela y lo que lee en internet puede hacer

diferentes tipos de recomendaciones.

La mejorana está dividida en dos sectores, uno que

atiende la mamá de Julieth junto a otro donde las

encargadas son Julieth y Doña Concha. Dentro de la

tienda no solamente trabaja la familia Castro, tam-

bién esta Olivella a quien llaman Oliva de cariño.

Es una mujer que durante su juventud se paseaba

por Paloquemao de puesto en puesto como vende-

dora ambulante junto a su mamá ofreciendo medias

y bolsas para la basura. Durante años todos los días

se iban desde muy temprano, vendían y luego se

paseaban un poco con las “comadres” tomándose

un perico y conversando de sus cosas. Hace 7 años

falleció su madre y cayó en una depresión donde se

sentía sola, no tenía con quien comentar sus angus-

tias y sus penas... como ella dice. Poco a poco dejó

de sentirse bien con la vida que llevaba y aunque

no dejó de ser vendedora ambulante decidió no re-

gresar a casa después de la venta del día sino para

mantener las amistades con quienes hablaba du-

Page 7: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

rante todo el día y compartir tiempo tratando de

llenar el vacío que dejo la pérdida de su madre, su

compañera...

Entre sus clientes estaba Ma. Esperanza Castro

quién arrendaba otro puesto de hierbas cerca a La

Mejorana. Una mañana de Abril, Esperanza le pre-

guntó cómo se sentía con la pérdida de su mamá,

Oliva confesó que se sentía muy sola y por eso

prefería quedarse en la plaza a cambio de regresar

sola a su casa. Por esa época se mueve más la venta

de hierbas por la semana santa y aunque ella no

le podía ofrecer trabajo sabía que en La mejorana

necesitaban alguien para ayudar en la venta de se-

mana santa. Olivella no descartó la idea pero se

excuso diciendo que no sabía del oficio de vend-

er hierbas. Aún así su amiga la animó y dijo que

podría trabajar con Inés Castro, su hermana. Ol-

ivella decidió entrar en el negocio y poco a poco fue

aprendiendo. Hoy en día Oliva es una compañera

de trabajo de Julieth, todos los días se encarga de

abrir La Mejorana y ya conoce bien el oficio, sabe

cuanto es quinientos o mil de yerbas, dá instruc-

ciones de purificación con hierbas amargas y de

atracción con hierbas dulces; hace parte de la fa-

milia Castro y es de entera confianza.

Page 8: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

Al hablar de Paloquemao es indispensable desta-

car la venta de flores. En el parqueadero que dá

a la Avenida 19 todos los días se ubican los vend-

edores desde las 4am ofreciendo lirios, impéricos,

margaritas, repollas, rosas, astromelias, ponsetias,

rosas mini, godetias, nardos, aves del paraiso, o cri-

santemas entre otros. Las flores se adornan junto

con follajes como montecasino, hojas de helecho,

de balazo, cintas, trifer, pino, rusco, etc. Las flores

provienen de la Sabana de Bogotá, de Cota, del

Rosal, de Medellin, Chinauta. Existen dos roles

dentro de la oferta de flores, los mayoristas y lo

revendedores. Un caso es el de Rafael Torres quien

trabaja junto a su cuñado Luis Guzman, ellos son

mayoritas. Este tipo de vendedor puede vender a

mejor precio y tienen su area delimitada para el

descargue. Las flores se exhiben en valdes que en

algunos casos estan marcados con los nombres del

vendedor. La organización esta a cargo de jovenes

como Jhonathan quien a sus 19 años cobra entre

$3mil y $5mil pesos por descargar las flores. Son

los mismos mayoristas quienes se encargan de pon-

erle los capuchones (malla protectore de los peta-

los) a las flores, las empacan y empieza la venta.

Hay otras flores como las margaritas que las pitan

y les ponen escarcha desde el cultivo. Lo artificial

y lo natural se fuciona en algunos casos donde las

flores han sido tinturadas logrando por ejemplo

claveles aguamarina, gladiolos fucsia o pompones

verdes. Existen vendedoras de tradición que com-

parten espacio junto a otros más contemporaneos.

Rafael es de los más nuevos; trabajó durante diez

Page 9: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

años en Pat Primo, una empresa de textilera, y al ser

despedido y verse sin oportunidad laboral el 5 de

Octubre de 2010 accedió a la ayuda de su familiar,

tal como lo hizo un día Olivella, se arriesgo a inno-

var en un campodiferente al acotumbrado. Día tras

día Rafael conoce más de las flores, sus nombres

y los precios. Hablando ese día con Rafael, Luis

interrumpe para aclarar que el precio para los lir-

ios, ese día, era de $7mil pesos, pero, que se debía

cobrar $8mil y luego entrar a negociar con el cli-

ente. Las dinamicas dentro de la plaza son otra car-

acteristica importante que aprender. Las flores de

Paloquemao se convirtieron en punto de encuetro

para muchos. Rafael cuenta “viene mucho gringo,

hay buses que traen gringos, compran, toman fotos

a los muchachos corriendo. Son fotos inéditas desde

varios puntos, hasta se acuestan en el piso”.

Page 10: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

Por otro lado dentro de los revendedores esta Roko-

la, un hombre ya entrado en años a quien Rafael

le hace una broma y luego comenta que él es uno

de muchos revendedores que trabajan apenas para

poder comer. “Ellos vienen y preguntan, cuando

uno puede les ayuda, les vende unos ramos para

que revendan más allá a mejor precio” dice seña-

lando la zona más cercana a la salida de la venta de

flores. Al final del día para los vendedores, hacia las

diez de la mañana, aparecen los zorreros quienes se

encargan de reubicar las flores dentro de bodegas

donde se ubican las flores para el siguiente día.

Generalmente no hay muchas flores que guardar.

Los mayoritas generalmente trasladan las flores

que no se venden en las seis horas de venta a otros

puntos de venta en Bogotá o las afueras.

Page 11: Paloquemao verdadero deleite Bogotano

Desde los inicios a hoy, las plazas acojen diferentes

compradores. Hay visitanes de todos los dias, por

semana, esporádicos o de una sola visita.

Dentro de las personas que se acercan a comprar

a la Mejorana es posible encontrar personajes que

provienen hasta del medio oriente. “El Turco” es

uno de los más fieles compradores. Gano su sobre-

nombre porque su nombre es muy complicado para

pronunciar. En verdad es libanés. Este personaje

tiene un restaurante en la Calle 85 con Carrera.11

y hace el pan con yerbabuena y perejil. Las hierbas

de la mejorana no son sólo curativas sino también

se usan como condimentos. Las guascas se usan

para hacer caldo de papa o ajiaco. Agregan sabor y

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sirven para controlar el ácido urico y el colesterol.

El ácido urico es un desecho del cuerpo humano

que si no se controla dejenera en “la gota” que se

genera por la saturación de este componente en la

sangre que al final genera cálculos renales cuando

este se cristaliza en los riñones, cuantó más au-

menta el ácido urico puede generar en la persona

mayores posibilidades de padecer de afecciones

renales, artritis, etc. El poleo y el cimarrón sirven

para condimentar carne, pollo, pescado. También

se usan en la “rellena” y la chanfaina platos que

se encuentran en la plaza para consumir o para

prepararlos en asados. Los carniceros son clientes

de este tipo de hierbas para hacer los embutidos.

El cimarrón también se utiliza en sancocho uno de

los platos típicos colombianos. Este plato se acom-

paña principalmente con chuguas, niguas y cubios

tubérculos que se pueden conseguir con Cecilia, la

vendedora de toda la vida de la Plaza de Paloque-

mao.

Dentro de los clientes de La Mejorana también esta

El Profesor Salomón, un personaje que hace parte

de programas de la mañana en radio en la emisora

Tropicana y en Muy Buenos Días, un programa de

la franja de la mañana por el canal RCN. Es un

hombre dedicado a la curación del alma y por ende

del cuerpo, invita a las personas a sanar heridas

de toda índole relacionadas con la energía y es de-

voto de Santa Marta, una virgen. Dentro de los pro-

gramas de la mañana el profesor cuidadosamente

describe la fuerza de las plantas, el poder sumpre-

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mo de su patrona Santa Marta y la influencia del

color de las prendas dentro de la cotidianidad de

la audiencia. El profesor Salomón es cliente de la

mejorana, no es muy frecuente pero sigue siendo

uno de los mejores. Julieth comenta que en la úl-

tima visita le compró 522 jabones de tierra. Este

elemento se vende en la mejorana para curar la

caspa o afecciones en la piel. Tiene un valor de mil

pesos. El profesor Salomón hace grandes compras

para luego revenderlos en su centro ubicado en la

Cra 17 # 48-59. En este centro el profesor vende

lo necesario para hacer los rituales y las curas para

las personas, los jabones de tierra los vende para

sacar malas energias y hacer limpiezas. Al hacer la

compra el profesor Salomón está acompañado de su

ayudante, los dos van vestidos totalmente de blanco

y cada uno carga un canguro de donde sacan fajos

de dinero para pagarle a Julieth. Ella se refiere a

él como profesor. Despúes de la compra, desde un

local de venta de plásticos ubicado al frente de La

Mejorana está un jóven quien entabla una conver-

sación con Julieth y Oliva, les dice que él los rev-

ende y se hace el “negocito”, La jóven confirma

“sí, él tiene un centro y las vende a 4000, 5000”;

el jóven cierra la conversación “pero, eso está bien,

cada uno tenemos que ganar”.

Unos minutos más tarde aparece una señora jóven

y Julieth cortésmente la atiende:

-Deme mil de albahaca.

-Se la voy a cambiar, ésta está maluquita.

Julieth se preocupa por dar a sus clientes las hier-

bas frescas y en buen estado.

-500 de manzanilla, 500 de yerbabuena y… esto

¿qué es?

- limonaria.

-Deme 500

-algo más amor?

-no.

En seguida aparece otra cliente:

-Algo para limpiar el hogar..

-si, claro, hay esencias, riegos, jabones, hierbas…

-escencia.

-Hay esencia tumba trabajos, saca sales, abre-

caminos…

-abrecaminos.

-2000.

Dentro de este puesto de hierbas también esta el

saumerio. Mezcla de inciencio, mirra, estorque y

benjui que son piedras, mezcladas junto a la aluse-

ma que es una semilla y romero una hierba. Esto se

prende dentro de un recipiente especial tal como

sucede en las misas católicas y sirve para la limp-

ieza del hogar. Las piedras como el incienso lo traen

de la India “uno tiene un distribuidor de confianza

a quien se las compra”. Julieth habla de las pioni-

das con uno de sus clientes, descibe estas semillas

de color rojo más conocidas para la elaboración de

joyería artesanal sirve para el ataque de epilepsia.

Se tuestan, se maceran y se toma una pisca de hari-

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na disuelto en un cuarto de pocillo de agua en ayu-

nas. Para la tos recomienda póleo, totes, borrajas,

moras, tilo, sauco, pulmonaria cocinadas con agua

de panela y “santo remedio”.

Un comprador de todos los dias es el Señor José

Mutis, dueño del restaurante “Mi Ranchito” ubica-

do en la carrera Séptima con calle 34, es un restau-

rante de almuerzo ejecutivo. A diario el hace una

llamada y ordena la verdura, la fruta y los dulces

para dar de postre. Como es un cliente que tiene

una relación de confianza con sus “proveedores”

les hace el pedido y aunque le entregan los ali-

mentos en el restaurante a la hora de la mañana el

paga cada Sábado. La confianza entre comprador y

vendedor se convierte en el lazo fundamental para

la compra y venta. La persona que se encarga de

reunir las compras y llevarlas al restaurante es re-

sponsable del recorrido en la plaza y conoce muy

bien donde se encuentran las cosas, la confianza es

la caractirstica intrinsica en este tipo de dinamicas.

Por otro lado están compradores como la señora

Leonor Mateus una santandereana de 76 años que

visita la plaza los Domingos para comprar las flores

de la semana, le gusta ir a las 7am porque las flores

no se han asoleado, encuentra gran variedad, prefi-

ere comprar astromelias porque son bonitas, ador-

nan y tiene buen precio, paga entre 500 y 1500 eso

dependiendo de la temporada. Sus preferidas son

las ponsetias que ya son “más caritas” porque son

más escasas, pueden costar 3500. Todo compra-

dor tiene su propio recorrido, un lugar donde llegar

y por lo general no cambia de local a menos de

que sea indispensable. Tener un recorrido implica

tener un mapa de la plaza. Dentro de Paloquemao

se pueden encontrar un mapa en la administración

pero las personas hacen uso de este, pero las per-

sonas más por recordación o por habitualidad, ya

tienen creado un mapa mental.

Dentro de los visitantes se ha roto el sesgo de como

las plazas pueden ser tildadas de no cumplir con lo

necesario para tener productos de la mejor calidad

o de tener alimentos en mal estado. En la plaza de

Paloquemao están las verduras frescas y de muy

buena calidad por lo que dentro de sus más fieles

visitantes estan los más grandes conocedores en el

tema culinario. “La plaza de Paloquemao de Bogo-

tá, esta última es un verdadero placer visitarla a las

6 de la mañana; tantas cosas ricas juntas parecen

un sueño, a esta hora el visitante se puede topar

de tu a tú con los “Grandes Ligas” del quehacer

culinario de la capital: Leo Katz, Harry Sasson,

los hermanos Rausch, Daniel Kaplan, haciendo el

mercado para sus flamantes restaurantes.” Comen-

tarios como el anterior se publican en diarios na-

cionales como “Crónica Quindio”.

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Desde el diseño de Diken y Mosseri la plaza ha

sufrido cambios no tanto en cuanto a remodelación

sino a las narrativas que allí se viven. Las historias

crean en el imaginario de las personas asociaciones

entre la experiencia y el espacio. A existido una

apropiación del espacio como lo propio. Si se habla

de la forma en que los vendedores ven la plaza

el mapa cambia. Cada persona crea de su puesto

el centro de la plaza. Las indicaciones para mov-

ilisarse se hacen de forma verbal y los puntos de

referencia son más por nombre del dueño de los

puetos o lo produtos que en cada uno se venden qe

por los numeros porpios de cada puesto; no existe

una señalética definida y el único cartel que mues-

tra las zonas solo señala 2 direcciones a pesar de

ser la plaza redonda. Después de hacer el ejercicio

donde diferentes personajes describian un croquis

de la plaza se concluyo que todo depende del punto

desde donde se mire.

Cada uno a pesar de asemejarse reluce en los ma-

pas su lugar de trabajo y el resto lo hace por lo

que se acuerde. Ana dice, “ahí usted pregunta y

se va guiando sino regrese, acá siempre para ser-

virle, porque uno vive del cliente , sino no hay quien

le pague”. Doña Cecilia no hizo un mapa diciendo

que ella no sabe de eso. Cada personaje tiene su

propio mapa y a pesar de tener puestos donde es-

tán día a día reconocen fácilmente su zona pero no

conocen toda la plaza, tienen una idea por donde

están los pescados o los tamales, las frutas o las

flores pero no señas puntuales.

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Cada visitante de la plaza tiene su propia historia, cada vende-dor su vivencia y cada turista una mirada a la cultura popular de un país a través de la

Plaza de

P A L O Q U E M A O

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F e r n a n d a A b r i l

A n a R i v e r aD i a n a S a n c h e z

F e r n a n d a A b r i l

Autor y Diseño

Fotografía

Agradecimiento

A l a f a m i l i a d e P a l o q u e m a o