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Ministerio de La Bondad

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  • El ministerio de labondad

    Ellen G. White

    1977

    Copyright 2012Ellen G. White Estate, Inc.

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    Vista General

    Este libro electronic es proporcionado por Ellen G. White Estate.Se incluye en el ms amplio de libertadLibros online Coleccin enel sitio de Elena G. De White Estate Web.

    Sobre el Autor

    Ellen G. White (1827-1915) es considerada como el autor mstraducido de Amrica, sus obras han sido publicadas en ms de160 idiomas. Ella escribi ms de 100.000 pginas en una ampliavariedad de temas espirituales y prcticos. Guiados por el EsprituSanto, que exalt a Jess y se refiri a las Escrituras como la basede la fe.

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  • G. de White en [email protected]. Estamos agradecidos por suinters y comentarios y les deseo la bendicin de Dios a medida quelee.

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  • ndice generalInformacin sobre este libro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IPrefacio a esta edicin castellana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V I IPrlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I X

    Parte 1La filosofa divina sobre el sufrimiento y la pobreza . . 13Captulo 1El porqu de la pobreza y el dolor . . . . . . . . . . . . 14Captulo 2La compasin de Cristo hacia el sufrimiento

    humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21Parte 2El plan de Dios para su iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25Captulo 3Isaas 58: un precepto divino . . . . . . . . . . . . . . . . 26Captulo 4La verdadera religin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30Captulo 5 La parbola del buen Samaritano . . . . . . . . . . . . 36

    Parte 3La norma del Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Captulo 6Nuestro ejemplo en la obra de asistencia social . 44Captulo 7 Las visitas. el modelo del Nuevo Testamento . . 49Captulo 8Las sociedades de beneficencia dorcas. su obra

    y su influencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54Parte 4Evangelizando el vecindario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57Captulo 9Diferentes formas de dar el evangelio a los

    vecinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58Captulo 10Bondad: la llave que abre los corazones . . . . . . 66Captulo 11 Como visitar y que hacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71Captulo 12La eficacia de las visitas misioneras . . . . . . . . . 79Captulo 13La organizacin de la iglesia para la

    asistencia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85Parte 5El alivio del sufrimiento de la humanidad . . . . . . . . . . 93Captulo 14En las pisadas del maestro . . . . . . . . . . . . . . . . . 94Captulo 15La obra de asistencia social en los hogares . . 100Captulo 16La preparacin para las crisis y desastres de

    los ltimos das . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107Parte 6La accin de la sociedad de beneficencia dorcas en

    la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113Captulo 17Las mujeres llamadas a servir . . . . . . . . . . . . . 114Captulo 18Requisitos para la obra de las mujeres . . . . . . 119Captulo 19La influencia de las mujeres cristianas . . . . . . 125

    I V

  • ndice general V

    Parte 7Los pobres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133Captulo 20La obra en favor de los pobres . . . . . . . . . . . . . 134Captulo 21Los pobres de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141Captulo 22Incrdulos pobres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149Captulo 23Ayudad a los pobres a ayudarse a si mismos . 154Captulo 24Los pobres deben ejercer la benevolencia . . . 162

    Parte 8Los desventurados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165Captulo 25Nuestro deber hacia los desventurados . . . . . . 166Captulo 26Ayuda y aliento a las viudas . . . . . . . . . . . . . . . 170Captulo 27El cuidado de los hurfanos . . . . . . . . . . . . . . . 175Captulo 28Los hijos adoptivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185Captulo 29El cuidado de los ancianos . . . . . . . . . . . . . . . . 189Captulo 30Nuestra responsabilidad hacia los ciegos . . . . 191

    Parte 9Los desheredados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195Captulo 31El trabajo en favor de los desheredados . . . . . 196Captulo 32Precauciones que deben observarse

    cuidadosamente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202Captulo 33Un pedido para una obra equilibrada . . . . . . . 205

    Parte 10Los recursos financieros para la obra de asistenciasocial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

    Captulo 34Nuestra responsabilidad individual . . . . . . . . . 212Captulo 35Dejar que los torrentes de la caridad corran a

    raudales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216Captulo 36Recursos especficos para la obra de

    asistencia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219Captulo 37La riqueza de los inconversos . . . . . . . . . . . . . 223Captulo 38La venta de alimentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229Captulo 39Mtodos prohibidos de recolectar fondos . . . . 233

    Parte 11El resultado de la obra de asistencia social . . . . . . . . 237Captulo 40La influencia de la obra entre los vecinos . . . . 238Captulo 41Bendiciones que retornan . . . . . . . . . . . . . . . . . 243Captulo 42Galardones presentes y eternos . . . . . . . . . . . . 251Apndice incidentes personales de Elena G. de White en la

    obra de asistencia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258Se instruye a la seora de White a dar ejemplo . . . . . . . . . 259Elena G. de White en la obra prctica de la sociedad de

    beneficencia dorcas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260La asistencia social a travs de los aos . . . . . . . . . . . . . . . 263

  • V I El Ministerio de la Bondad

    Comenzando la obra en Australia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265La seora de White conserv amplias simpatas durante

    toda la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275Una carta a unos hurfanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276

  • Prefacio a esta edicin castellana

    Al Publicar en castellano la obraWelfare Ministry, estamos lle-nando una necesidad profundamente sentida. La importante obra deayudar a nuestros prjimos es la prueba palpable del cristianismoque nos anima. Una mera profesin de fe jams podr suplantarla.Debido a esa importancia, nuestras abnegadas hermanas que, de unmodo muy especial, dedican tiempo y energas en las sociedadesDorcas de beneficencia, necesitan una orientacin general en cuantoa los principios rectores de su obra. Indudablemente, El Ministeriode la Bondad les ser de una ayuda de valor inapreciable.

    Es necesario efectuar algunas aclaraciones. Una de ellas, decarcter general, es que se deben tomar en cuenta dos hechos. El pri-mero de ellos es que los manuscritos, cartas, artculos para revistas,citas de libros y otros elementos que se han recopilado para formareste libro fueron escritos hace varias dcadas (los hay de unos cienaos de antigedad). Eso explica la mencin de sumas de dinero quepodran parecernos insignificantes hoy, pero que en aquel entoncesrepresentaban muchsimo ms de lo que significan ahora. Tambines imprescindible recordar que las citas recopiladas fueron escritasmayormente en Estados Unidos y en Australia. Por eso, de un modoespecial en el apndice, se mencionan dlares y libras, monedasque son extranjeras para nosotros. Al leer estas lneas, pensemos ennuestras propias oportunidades de hacer el bien.

    Por cierto, los principios eternos de amor al prjimo y de la buenadisposicin para socorrer adecuadamente al desvalido, no reconocen [10]fronteras ni pueden envejecer.

    Debemos aclarar que la expresin obra mdico-misionera quefigura varias veces en el texto implica las tareas de buena voluntadque muchos pueden desempear al ayudar a los enfermos. Sus alcan-ces son muy amplios: van desde la atencin mdica que slo puedeesperarse de un profesional egresado de una facultad de medicina;los tratamientos que pueda suministrar un enfermero especializado;hasta la ayuda menos tcnica y mucho ms limitada que pueda prodi-

    V I I

  • V I I I El Ministerio de la Bondad

    gar cualquiera que tenga la voluntad de hacer algo por sus prjimosdolientes, aunque no haya recibido una preparacin especfica paraatender a los enfermos.

    Esto no significa que la autora de este libro estimule forma al-guna de curanderismo. Debemos ser muy cuidadosos cuando setrata de dar consejos relativos a la salud y, ms todava, cuando nossintamos inclinados a atender directamente a alguien que requieraatencin mdica. Si bien es cierto que no debemos ser tardos ensocorrer a nuestros prjimos, no es menos cierto que hay much-simos casos cuando no deberemos suministrar medicinas que slocorresponden a un facultativo.

    Deseamos a este libro una amplia difusin, pues son muy grandessus mritos y su utilidad puede ser muy vasta. Quiera Dios bendecirsu circulacin y la aplicacin de sus consejos e instrucciones queemanaron de una pluma inspirada.

    Los Editores[11]

  • Prlogo

    El Ministerio de la Bondad presenta instrucciones del espritude profeca en cuanto a la delicada labor de alcanzar los corazonesy salvar almas por medio de la bondad para con nuestros prjimos.Esta es una clase de obra con la cual muchos adventistas del sptimoda se relacionan slo ocasionalmente. Sin embargo, es un trabajoordenado por Dios como el medio ms apropiado para llamar laatencin de los mundanos hacia Cristo y el cristianismo. Es una obraque promete generosas recompensas.

    No solamente con precisos y bien dichos preceptos la autoranos ha presentado esta clase de labor. Aunque estuvo atareada conlos deberes de su hogar y sus responsabilidades como mensajeradel Seor, a menudo sin saberlo sent un ejemplo de cmo su co-razn era atrado hacia los necesitados que la rodeaban. El relatoautobiogrfico de la obra desinteresada de Elena G. de White comouna ejecutora de la obra de asistencia social, que se desprende de sudiario y sus cartas, tal como se hallan en el apndice de este libro,ser ledo con ansioso inters y bien podra leerse antes de estudiarlos consejos que se hallan en el cuerpo del texto. Sea como fuere, ellector pronto observar que la obra de asistencia social a la cual laiglesia est llamada no es meramente un servicio a la comunidad,sino una clase de labor de amor y un esfuerzo para salvar almas: lams elevada clase de evangelismo, mediante la caridad.

    En la seleccin de consejos del espritu de profeca concernientesa este importante campo de labor, se han extractado citas de la vastareserva de preciosas instrucciones escritas a travs de siete dcadas. [12]Se han seleccionado no solamente de libros bien conocidos sinotambin de los miles de artculos de Elena G. de White preparadospara las revistas de la denominacin, de los testimonios especialesimpresos en volantes y de los archivos de manuscritos de Elena G.de White. Puesto que han sido elegidos de diversas fuentes, escritasen diferentes pocas, inevitablemente llevarn al lector por el mismocamino que ha recorrido antes, para hacer resaltar algn punto de

    I X

  • X El Ministerio de la Bondad

    vital importancia para el pleno desarrollo del tema. Tal repeticin,aunque reducida al mnimo, no pudo ser evitada enteramente en unacompilacin como sta, pues los compiladores se hallan limitadosen su trabajo de seleccin del tema y su correlacin en una secuencialgica. Lo nico que los compiladores aadieron por su cuenta sonlos ttulos.

    Ha sido difcil y casi imposible colocar dentro de las tapas de unlibro la enorme cantidad de instrucciones que Elena G. de White diconcernientes a esta clase de trabajo y que podra publicarse adecua-damente en un libro bajo el ttulo de El Ministerio de la Bondad. Noes algo sencillo elegir el material y trazar la lnea divisoria entre lasvisitas amistosas y las entrevistas misioneras, ni separar la obra delas nobles mujeres adventistas en sus aspectos ms amplios de lastareas bien especificadas que se emprenden con propsitos nica-mente misioneros. Para los hijos de Dios estas tareas se confundenen las diversas actividades de la vida diaria.

    Se llama la atencin a ciertos trminos que se presentan confrecuencia en este libro, tales como trabajo mdico-misioneroy labor de ayuda cristiana. Debera tenerse en cuenta que uncuidadoso estudio de los escritos de Elena G. de White, revela que lafrase obra mdico-misionera es empleada por la autora al referirsea los servicios profesionales de consagrados mdicos y enfermeras,y que su significado va mucho ms all de esos lmites hasta incluir[13]todas las obras de misericordia y bondad desinteresadas. Labor deayuda cristiana es tambin un trmino ms comnmente empleadopor los adventistas del sptimo da en sus primeros aos que ahora yse refiere a la clase de trabajo descripto en este libro. Como la autoralo escribi en diferentes continentes, al referirse al dinero habla aveces de dlares y otras de libras y chelines.

    Es necesario que el lector estudie las instrucciones en su marcoapropiado, para descubrir los principios bsicos implicados en cadacaso. Por ejemplo, un estudio de los consejos en cuanto a la ventade comestibles para fines de iglesia revelar que aunque hemossido advertidos contra utilizar la indulgencia en el apetito y el amoral placer como un medio para allegar fondos para la iglesia, sinembargo, es un privilegio de las organizaciones de la iglesia elocuparse en la preparacin y venta de alimentos saludables si eltrabajo se hace apropiadamente y se realiza en el lugar debido.

  • Prlogo X I

    Excepto en muy pocos casos donde una sentencia o dos puedenenunciar claramente un principio, los compiladores se han esforzadoen incluir lo suficiente del contexto de cada seleccin para aseguraral lector el apropiado uso del material elegido. En cada caso, la fechadel escrito o su primera publicacin se indican en relacin con laindicacin de la fuente de la cual fueron extrados.

    Este documento ha sido preparado en la oficina de los fideico-misarios de las publicaciones de Elena G. de White. El trabajo hasido realizado en completa armona con las instrucciones que laSra. de White di a sus fideicomisarios en previsin de la impre-sin y compilacin de mis manuscritos, porque dijo que contenaninstrucciones que el Seor me ha dado para su pueblo. [14]

    Que este libro de instrucciones dirigido a los adventistas delsptimo datanto a los pastores como a los miembros laicospueda animar a la iglesia para aprovechar sus oportunidades en laobra misionera con sus vecinos; que sus instrucciones puedan guiara un servicio de amor, inteligente y concienzudo; y que a travs deesa gua pueda haber una abundante cosecha de almas para el reinode Dios, es el sincero deseo de los editores y de

    Los Fideicomisarios de las Publicaciones de Elena G. de White.[15]

    [16]

  • X I I El Ministerio de la Bondad

  • Parte 1La filosofa divina sobre elsufrimiento y la pobreza

    El Porqu de la Pobreza y el Dolor 17

    La Compasin de Cristo hacia el Sufrimiento Humano 26

    El pecado ha rado el amor que Dios implant en el corazn delhombre. La obra de la iglesia es volver a encender este amor. Laiglesia debe cooperar con Dios en desarraigar el egosmo del

    corazn humano, estableciendo en su lugar la caridad que estabaen el corazn del hombre en su estado original de

    perfeccin.Carta 134, 1902.

  • Captulo 1El porqu de la pobreza y el dolor[17]

    Porque no faltarn menesterosos de en medio de la tierra; por esoyo te mando, diciendo: Abrirs tu mano a tu hermano, a tu pobre y

    a tu menesteroso en tu tierra. Deuteronomio 15:11.

    Bienaventurados los misericordiososEl Seor Jess dijo:Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarn mi-sericordia. Nunca como hoy en da hubo una poca cuando hubieramayor necesidad de ejercer la misericordia. Nos rodean los pobres,los angustiados, los afligidos, los dolientes y los que estn por pere-cer.

    Los que han adquirido riquezas, lo han hecho por medio delos talentos que Dios les ha dado, pero esos talentos para obtenerbienes les fueron dados para que pudiesen socorrer a aquellos quese encuentran en la pobreza. Esos dones les fueron otorgados a loshombres por Aquel que hace que su sol ilumine y su lluvia caigasobre justos e injustos; para que por la fecundidad de la tierra loshombres puedan tener abundante provisin para suplir todas susnecesidades. Los campos han sido bendecidos por Dios y de subondad ha provisto al pobre.The Signs of the Times, 13 de juniode 1892.

    El sufrimiento y la miseria no son el propsito de DiosSonmuchos los que se quejan de Dios porque hay tanta necesidad ydolor en el mundo; pero Dios no quiso nunca que existiese estamiseria. Nunca quiso que un hombre tuviese abundancia de los lujosde la vida, mientras que los hijos de otros lloraran por pan. El Seor[18]es un Dios benvolo.Joyas de los Testimonios 2:511.

    Dios ha hecho a los hombres sus mayordomos y a l no se lepuede culpar del sufrimiento, la miseria, la desnudez y la necesidadde la humanidad. El Seor ha hecho amplia provisin para todos. Elha dado a miles de hombres gran provisin con la cual mitigar lanecesidad de sus prjimos. Pero aquellos a quienes Dios ha hecho

    14

  • El porqu de la pobreza y el dolor 15

    sus mayordomos no han soportado la prueba, pues ellos han dejadosin aliviar a los dolientes y necesitados.

    Cuando los hombres que han sido abundantemente bendecidospor el cielo con mucha riqueza fallan en llevar adelante los designiosde Dios y no alivian al pobre y al oprimido, el Seor se desagrada yseguramente los visitar [con su castigo]. No tienen excusa por rete-ner la ayuda que Dios ha puesto en su poder para dar a sus prjimos,y se deshonra a Dios. Su carcter es mal interpretado por Satans,y es representado como un juez duro que acarrea sufrimiento sobrelas criaturas que ha creado. Esta mala interpretacin del carcter deDios est hecha como para que parezca verdad y de esta maneracomo consecuencia de la tentacin del enemigo el corazn de loshombres es endurecido contra Dios. Satans culpa a Dios el malque l mismo ha causado al hacer que los hombres retengan susrecursos y no los den a los que sufren. El atribuye a Dios sus propiascaractersticas.The Review and Herald, 26 de junio de 1894.

    La miseria y el sufrimiento no son necesariosSi los hom-bres cumplieran con su deber como mayordomos fieles de los bienesdel Seor, no habra el clamor por pan, ni el sufrimiento por la mi-seria, ni la desnudez y la necesidad. La infidelidad de los hombrestrae el estado de sufrimiento en el que la humanidad est hundida.Si aquellos a quienes Dios ha hecho sus mayordomos tan slo em- [19]plearan los bienes del Seor para el objeto con el cual se los di,este estado de sufrimiento no existira. El Seor prueba a los hom-bres dndoles una abundancia de cosas buenas, as como prob alhombre rico de la parbola. Si somos hallados infieles en el manejode las riquezas mundanales, cmo nos podr confiar las verdaderasriquezas? Aquellos que han permanecido firmes en la prueba en elmundo, que han sido hallados fieles, que han obedecido las palabrasdel Seor al ser misericordiosos usando sus medios para el progresode su reino, oirn de los labios del Maestro: Bien, buen siervo yfiel (Ibid.).

    Algunos ricos. Algunos pobresLa razn por la cual Diospermiti que algunos miembros de la familia humana fueran tanricos y otros tan pobres seguir siendo un misterio para los hombreshasta la eternidad, a menos que entren en la debida relacin con Diosy realicen sus planes, en lugar de obrar de acuerdo con sus propiasideas egostas.Testimonios para los Ministros, 284.

  • 16 El Ministerio de la Bondad

    Para fomentar el amor y la misericordiaEn la providen-cia de Dios los hechos han sido as ordenados para que los pobresestn siempre con nosotros, con el propsito de que pueda haberun constante ejercicio en el corazn humano de los atributos de lamisericordia y el amor. El hombre ha de cultivar la ternura y la com-pasin de Cristo; no ha de separarse de los dolientes, los afligidos,los necesitados y los angustiados.The Signs of the Times, 13 dejunio de 1892.

    Para desarrollar en el hombre un carcter semejante al deDiosAunque el mundo necesita simpata, aunque necesita las ora-ciones y la ayuda de Dios, aunque necesita ver a Cristo en la vida delos que le siguen, los hijos de Dios necesitan igualmente oportuni-dades que atraigan sus simpatas, den eficiencia a sus oraciones y[20]desarrollen en ellos un carcter semejante al modelo divino.

    Para proveer estas oportunidades, Dios coloc entre nosotros alos pobres, los infortunados, los enfermos y los dolientes. Son ellegado de Cristo a su iglesia, y han de ser cuidados como l loscuidara. De esta manera, Dios elimina la escoria y purifica el oro,dndonos la cultura del corazn y el carcter que necesitamos.

    El Seor podra llevar a cabo su obra sin nuestra cooperacin.No depende de nosotros por nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestrotrabajo. Pero la iglesia es muy preciosa a su vista. Es el estuche quecontiene sus joyas, el aprisco que encierra su rebao, y l anhelaverla sin mancha, tacha ni cosa semejante. El siente por ella anhelosde amor indecible. Esta es la razn por la cual nos ha dado oportuni-dades de trabajar para l y acepta nuestras labores como prueba denuestro amor y lealtad.Joyas de los Testimonios 2:499.

    Para que comprendamos la misericordia de DiosEl pobre,tanto como el rico, son el objeto del especial cuidado y de la atencinde Dios. Squese la pobreza y no tendremos cmo comprenderla misericordia y el amor de Dios, no habr forma de conocer lacompasin y la simpata del Padre celestial.Carta 83, 1902.

    Dios nos da para que podamos dar a otrosDios nos impar-te su bendicin para que podamos impartirla a otros. Cuando lepedimos nuestro pan cotidiano, l mira nuestro corazn para ver siqueremos compartirlo con los que lo necesitan ms que nosotros.Cuando oramos: Dios, s propicio a m pecador, quiere ver simanifestaremos compasin hacia aquellos con quienes tratamos.

  • El porqu de la pobreza y el dolor 17

    Damos evidencia de nuestra relacin con Dios, si somos misericor- [21]diosos como lo es nuestro Padre celestial.Joyas de los Testimonios2:521.

    El retener empequeece el crecimiento espiritualNada mi-na la espiritualidad del alma ms rpidamente que el albergar en ellael egosmo y las preocupaciones por s mismo. Los que son indul-gentes consigo mismos y negligentes en el cuidado de las almas y delos cuerpos de aquellos por quienes Cristo ha dado su vida, no estncomiendo del pan de vida ni bebiendo del agua del manantial de lasalvacin. Estn secos y sin savia, como rboles que no llevan fruto.Son enanos espirituales, que consumen para s mismos sus recursos;pero, todo lo que el hombre sembrare, eso tambin segar.TheReview and Herald, 15 de enero de 1895.

    A causa de que los ricos descuidan hacer la obra en favor delos pobres que Dios les asign para que hicieran, desarrollan msorgullo, ms suficiencia propia, ms indulgencia para s mismos yse les endurece el corazn. Ellos [los ricos] apartan a los pobres des por el hecho de ser pobres y de ese modo les dan motivo parasentirse envidiosos y celosos. Muchos llegan a la amargura y estnsaturados de odio hacia aquellos que lo tienen todo mientras ellosno tienen nada.

    Dios pesa las acciones, y todo aquel que sea infiel en su mayor-doma, y que no haya remediado los males que estuvo en su poderremediar, no ser tenido en cuenta en las cortes del cielo. Aquellosque sean indiferentes a la necesidad de los pobres sern considera-dos como administradores infieles y clasificados como enemigos deDios y del hombre. Aquellos que malversan los medios que Diosles ha encomendado para ayudar precisamente a los que necesitansu ayuda, demuestran que no tienen conexin con Cristo, porquefallan en manifestar la ternura de Cristo hacia los que son menos [22]afortunados.Ibid. 10 de diciembre de 1895.

    Si el rico camina en las pisadas de CristoEl rico es un admi-nistrador de Dios, y si camina en las pisadas de Cristo, manteniendouna vida piadosa y humilde, llegar a travs de la transformacinde su carcter a tener un corazn dcil y sumiso. Se da cuenta quesus posesiones son solamente tesoros prestados y los sentir comosagrados depsitos que le han sido encomendados para ayudar a losnecesitados y dolientes, en lugar de Cristo. Esta obra traer su re-

  • 18 El Ministerio de la Bondad

    compensa en talentos y riquezas atesorados al lado del trono de Dios.De esta manera, el rico puede hacer que su vida tenga un xito espi-ritual, como un fiel administrador de las cosas de Dios.Manuscrito22, 1898.

    El sufrimiento, un medio para el perfeccionamiento del ca-rcterHay tambin en las palabras del Salvador un mensaje deconsuelo para los que sufren afliccin o la prdida de un ser querido.Nuestras tristezas no brotan de la tierra. Dios no aflige ni congojade su corazn a los hijos de los hombres. Cuando l permite que su-framos pruebas y aflicciones, es para lo que nos es provechoso, paraque recibamos su santificacin. Si la recibimos con fe, la pruebaque parece tan amarga y difcil de soportar resultar una bendicin.El golpe cruel que marchita los gozos terrenales nos har dirigir losojos al cielo. Cuntos son los que nunca habran conocido a Jess,si la tristeza no les hubiera movido a buscar consuelo en l!

    Las pruebas de la vida son los instrumentos de Dios para eliminarde nuestro carcter toda impureza y tosquedad. Mientras nos labran,escuadran, cincelan, pulen y bruen, el proceso resulta penoso, yes duro ser oprimido contra la muela de esmeril. Pero la piedra[23]sale preparada para ocupar su lugar en el templo celestial. El Seorno ejecuta trabajo tan consumado y cuidadoso en material intil.nicamente sus piedras preciosas se labran a manera de las de unpalacio.

    El Seor obrar para cuantos depositen su confianza en l. Losfieles ganarn victorias preciosas, aprendern lecciones de gran valory tendrn experiencias de gran provecho.El Discurso Maestro deJesucristo, 16, 17.

    La afliccin y la calamidad no indican el desagrado deDiosY pasando Jess, vi un hombre ciego desde su nacimiento.Y preguntronle sus discpulos, diciendo: Rabb, quin pec, ste osus padres, para que naciese ciego? Respondi Jess: ni ste pec,ni sus padres: mas para que las obras de Dios se manifestasen en l...

    Se crea generalmente entre los judos que el pecado era casti-gado en esta vida. Se consideraba que cada afliccin era castigo dealguna falta cometida por el mismo que sufra o por sus padres. Esverdad que todo sufrimiento es resultado de la transgresin de la leyde Dios, pero esta verdad haba sido falseada. Satans, el autor del

  • El porqu de la pobreza y el dolor 19

    pecado y de todos sus resultados, haba inducido a los hombres aconsiderar la enfermedad y la muerte como procedentes de Dios,como un castigo arbitrariamente infligido por causa del pecado. Porlo tanto, aquel a quien le sobrevena una gran afliccin o calamidaddeba soportar la carga adicional de ser considerado un gran pecador....

    Dios haba dado una leccin destinada a prevenir esto. La historiade Job haba mostrado que el sufrimiento es infligido por Satans,pero que Dios predomina sobre l con fines de misericordia. PeroIsrael no entenda la leccin. Al rechazar a Cristo, los judos repetan [24]el mismo error por el cual Dios haba reprobado a los amigos de Job.

    Los discpulos compartan la creencia de los judos concernientea la relacin del pecado y el sufrimiento. Al corregir Jess el error,no explic la causa de la afliccin del hombre, sino que les dijo culsera el resultado. Por causa de ello se manifestaran las obras deDios. Entre tanto que estuviere en el mundodijo lluz soy delmundo. Entonces, habiendo untado los ojos del ciego, lo envi alavarse en el estanque de Silo, y el hombre recibi la vista. As Jesscontest la pregunta de los discpulos de una manera prctica, comoresponda l generalmente a las preguntas que se le dirigan nacidasde la curiosidad. Los discpulos no estaban llamados a discutir lacuestin de quin haba pecado o no, sino a entender el poder y lamisericordia de Dios al dar vista al ciego.El Deseado de Todas lasGentes, 436, 437.

    Cristo ha de ser visto y odo a travs de nosotrosDios sepropone que los enfermos, los desventurados, aquellos que estnposedos por malos espritus, oigan su voz a travs de nosotros. Pormedio de sus agentes humanos, l desea ser un consolador, tal comoel mundo jams ha visto antes. Sus palabras deben ser dichas porsus seguidores: No se turbe vuestro corazn; creis en Dios, creedtambin en m.

    El Seor obrar por medio de cada alma que se entregue a smisma para trabajar, no solamente para predicar, sino para asistira los desconsolados e inspirar esperanza en los corazones que nola tienen. Estamos para hacer nuestra parte en aliviar y suavizar lasmiserias de esta vida. Las miserias y los misterios de esta vida sontan tenebrosos y sombros como lo fueron hace miles de aos. Hayalgo que debemos hacer: Levntate, resplandece; que ha venido tu

  • 20 El Ministerio de la Bondad

    lumbre, y la gloria de Jehov ha nacido sobre ti. Hay necesitados[25]cerca de nosotros; los dolientes estn en nuestros propios lindes.Debemos tratar de ayudarlos. Con la gracia de Cristo, las fuentesselladas de la obra ferviente, semejante a la de Cristo, han de serabiertas. En la fortaleza de Aquel que tiene toda la fortaleza, hemosde trabajar como jams hemos trabajado antes.Manuscrito 65b,1898.[26]

  • Captulo 2La compasin de Cristo hacia elsufrimiento humano

    Cristo mismo sufre con la humanidad dolienteCristo iden-tifica su inters con el de la doliente humanidad. Conden a supropia nacin por su equivocado comportamiento con sus prjimos.El descuido o el abuso de los ms dbiles, de los creyentes msdescarriados, l [Jess] lo menciona como hecho a s mismo. Losfavores prodigados a ellos, los considera como conferidos a s mis-mo. No nos ha dejado en tinieblas respecto a nuestro deber, sino amenudo repite las mismas lecciones mediante diferentes ilustracio-nes y bajo diversos aspectos. Lleva a los actores adelante hasta elltimo gran da y declara que el trato dado al ms pequeo de sushermanos es alabado o condenado como si hubiera sido hecho a lmismo. Dice: A m lo hicisteis o ni a m lo hicisteis.

    El es nuestro sustituto y garanta. El se pone en lugar de la hu-manidad, de modo que l mismo es afectado en la medida en queel ms dbil de sus seguidores es afectado. Tal es la compasin deCristo que nunca se permite a s mismo ser un espectador indife-rente de cualquier sufrimiento ocasionado a sus hijos. Ni la msleve herida puede ser hecha de palabra, intencin o hecho que notoque el corazn de Aquel que di su vida por la humanidad cada.Recordemos que Cristo es el gran corazn del cual fluye la sangre devida hacia cada rgano del cuerpo. El es la cabeza, desde la cual seextiende cada nervio hacia el ms diminuto y ms remoto miembrodel cuerpo. Cuando sufre un miembro de este cuerpo, con el cualCristo est tan misteriosamente conectado, la vibracin del dolor essentida por nuestro Salvador. [27]

    Despertar la iglesia? Sus miembros alcanzarn la simpata deCristo, de manera que tengan su misma compasin hacia las ovejasy corderos de su redil? Por ellos la Majestad del cielo se humilla s misma; por ellos, l vino a un mundo agostado y estropeadocon la maldicin; se esforz da y noche para ensear, para elevary dar eterno gozo a los ingratos y desobedientes. Por ellos l se

    21

  • 22 El Ministerio de la Bondad

    hizo pobre, para que por medio de su pobreza ellos fueran hechosricos. Por ellos se neg a s mismo; por ellos soport la privacin,el escarnio, el desprecio, el sufrimiento y la muerte. Por ellos ltom la forma de un siervo. Este es nuestro modelo, lo imitaremos?Tendremos cuidado por la heredad de Dios? Fomentaremos unatierna compasin por los que yerran, los tentados y los probados?Carta 45, 1894.

    Tocado con el sentimiento de nuestras dolenciasCristo,nuestro sustituto y fiador, fu un varn de dolores experimenta-do en quebranto. Su vida humana fu un largo afn en favor de laheredad que haba comprado a tan infinito costo. Fu conmovidocon el sentimiento de nuestras dolencias. En vista del valor queatribuye a lo que ha comprado con su sangre, los adopta como sushijos, haciendo de ellos el objeto de su tierno cuidado, y para queellos puedan suplir sus necesidades temporales y espirituales, l losencomienda a su iglesia, diciendo: En cuanto lo hicisteis a uno destos mis hermanos pequeitos, a m lo hicisteis.Manuscrito 40,1899.

    Cristo vino para aliviar el sufrimientoEste mundo es unvasto lazareto, pero Cristo vino para sanar a los enfermos y proclamarliberacin a los cautivos de Satans. El era en s mismo la salud y lafuerza. Imparta vida a los enfermos, a los afligidos, a los posedosde los demonios. No rechazaba a ninguno que viniese para recibirsu poder sanador. Saba que aquellos que le pedan ayuda haban[28]atrado la enfermedad sobre s mismos; sin embargo no se negabaa sanarlos. Y cuando la virtud de Cristo penetraba en estas pobresalmas, quedaban convencidas de pecado, y muchos eran sanadosde su enfermedad espiritual tanto como de sus dolencias fsicas. ElEvangelio posee todava el mismo poder y por qu no habramosde presenciar hoy los mismos resultados?

    Cristo siente los males de todo doliente. Cuando los malos espri-tus desgarran un cuerpo humano, Cristo siente la maldicin. Cuandola fiebre consume la corriente vital, l siente la agona. Y est tandispuesto a sanar a los enfermos ahora como cuando estaba perso-nalmente en la tierra. Los siervos de Cristo son sus representantes,los conductos por los cuales ha de obrar. El desea ejercer por ellossu poder curativo.El Deseado de Todas las Gentes, ed. PPPA, 763.

  • La compasin de Cristo hacia el sufrimiento humano 23

    Cristo es el nico que experiment todas las penas y tentacionesque sobrevienen a los seres humanos. Nunca fu tan fieramenteperseguido por la tentacin otro ser nacido de mujer; nunca llevotro una carga tan pesada de los pecados y dolores del mundo. Nuncahubo otro cuya simpata fuese tan abarcante y tierna. Habiendoparticipado de todo lo que experimenta la especie humana, no slopoda condolerse de todo aquel que estuviese abrumado y tentadoen la lucha, sino que senta con l.La Educacin, 74.

    Cristo lleg hasta el rico y el pobre por igualCristo tomuna posicin que lo nivel con los pobres, para que por su pobrezapudiramos llegar a ser ricos en perfeccin de carcter y ser, como lfu, un sabor de vida para vida. Al empobrecerse l poda simpatizarcon los pobres. Su humanidad poda palpar la humanidad de stosy ayudarlos a alcanzar la perfeccin de los buenos hbitos y de un [29]carcter noble. El pudo ensearles cmo atesorar para s mismosriquezas imperecederas en el cielo. El jefe de las cortes celestialeslleg a ser uno con la humanidad, un participante de sus sufrimientosy aflicciones, para que por la representacin de su carcter en suinmaculada pureza, ellos pudieran llegar a ser participantes de sunaturaleza divina, escapando de la corrupcin que est en el mundopor la concupiscencia. Y Cristo era una alegra para los ricos, porqueles poda ensear cmo sacrificar sus posesiones terrenas y ayudar asalvar las almas que perecan en la oscuridad del error.Carta 150,1899.

    Cultivar la compasin y la simpata que caracterizaban aCristoLa tierna simpata de nuestro Salvador se despert por lacada y doliente humanidad. Si queris ser sus seguidores debiscultivar la compasin y la simpata. La indiferencia hacia las aflic-ciones humanas se tornar en un vivo inters hacia el sufrimientode otros. La viuda, el hurfano, el enfermo y el moribundo siemprenecesitan ayuda. All hay una oportunidad para proclamar el Evan-gelio, de elevar a Jess, que es la esperanza y el consuelo de todoslos hombres. Cuando el cuerpo enfermo ha sido aliviado y habisdemostrado un vivo inters por el afligido, el corazn se abre y esposible derramar en l el blsamo celestial. Si estis mirando a Jessy aprendiendo de su sabidura y fortaleza y gracia, podris impartirsu consuelo a otros, porque el Consolador est con vosotros.TheMedical Missionary, 1 de enero de 1891. [30]

    [31]

  • 24 El Ministerio de la Bondad

  • Parte 2El plan de Dios para su iglesia

    Leed Isaas 58, vosotros que pretendis ser hijos de la luz.Especialmente vosotros los que os habis sentido muy mal

    dispuestos a incomodaros por favorecer a los necesitados, leedlodetenidamente vez tras vez. Vosotros cuyos corazones y casas sondemasiado estrechos para hacer un hogar para los desheredados,leedlo. Vosotros que podis ver a los hurfanos y a las viudas

    oprimidos por la frrea mano de la pobreza y agobiados por el durocorazn de los mundanos, leedlo. Tenis temor de que en vuestra

    familia sea introducida una influencia que os signifique mstrabajo? Leedlo. Vuestros temores pueden ser infundados, y cadada podis recibir una bendicin conocida y bien comprendida porvosotros. Pero, si por el contrario se os requiere efectuar una laborextra, la podris poner sobre Uno que ha prometido: Entoncesnacer tu luz como el alba, y tu salud se dejar ver presto.

    Me ha sido mostrada la razn por la cual el pueblo de Dios no estms espiritualmente dispuesto y no tiene una fe ms abundante;ello se debe a que est apretadamente estrechado por el egosmo.El profeta est hablando a los observadores del sbado, no a lospecadores, no a los incrdulos, sino a aquellos que tienen la granpretensin de santidad. No son las muchas reuniones lo que Diosacepta. No son las numerosas oraciones, sino el bienhacer: hacer

    lo correcto a su debido tiempo. Es ser menos egosta y msmisericordioso. Nuestras almas deben prodigarse. Entonces Dios

    las har como jardines bien regados, cuyas aguas nofaltan.Testimonies for the Church 2:35, 36.

  • Captulo 3Isaas 58: un precepto divino[33]

    La religin pura y sin mcula delante de Dios y Padre es sta:Visitar los hurfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse

    sin mancha de este mundo. Santiago 1:27.

    El captulo que define nuestra obraTodo el captulo cin-cuenta y ocho de Isaas debe ser considerado como un mensaje paraeste tiempo, que debe ser dado una y otra vez.Special Testimonies,Series B, 2:5.

    Qu dijo el Seor en el captulo cincuenta y ocho de Isaas? Elcaptulo entero es de la mayor importancia.Testimonies for theChurch 8:159.

    He sido instruida para llamar la atencin de nuestro pueblo al ca-ptulo cincuenta y ocho de Isaas. Leed este captulo cuidadosamentey comprended la clase de obra que llevar vida a las iglesias. Laobra del Evangelio debe ser llevada por medio de nuestra liberalidadtanto como por nuestras labores. Cuando encontris almas dolientesque necesitan ayuda, ddsela. Cuando encontris a aquellos queestn hambrientos, alimentadlos. Al hacer esto, estaris trabajandoas como trabaj Cristo. La santa obra del Maestro fu un trabajo demisericordia. Anmese a nuestro pueblo en todas partes a participaren ella.Manuscrito 7, 1908.

    El esbozo de la obraPor favor, leed Isaas 58: Es tal elayuno que yo escog, que de da aflija el hombre su alma, que encorvesu cabeza como junco, y haga cama de saco y de ceniza? Llamarisesto ayuno, y da agradable a Jehov? No es antes el ayuno queyo escog, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de[34]opresin, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompis todoyugo? No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobreserrantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, yno te escondas de tu carne? Entonces nacer tu luz como el alba, ytu salud se dejar ver presto; e ir tu justicia delante de ti, y la gloriade Jehov ser tu retaguardia. Entonces invocars, y orte ha Jehov;

    26

  • Isaas 58: un precepto divino 27

    clamars, y dir l: Heme aqu. Si quitares de en medio de ti el yugo,el extender el dedo, y hablar vanidad; y si derramares tu alma alhambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacer tuluz, y tu oscuridad ser como el medioda; y Jehov te pastorearsiempre, y en las sequas hartar tu alma, y engordar tus huesos; ysers como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguasnunca faltan.

    Esta es la obra especial que ahora est delante de nosotros.Todas nuestras oraciones y ayunos no valdrn nada a menos queresolvamos asirnos de esta obra. Sobre nosotros descansan sagradasobligaciones. Nuestro deber est claramente establecido. El Seornos ha hablado por medio de su profeta. Los pensamientos del Seory sus caminos no son los que los egostas y ciegos mortales creen odesean que sean. El Seor escudria el corazn. Si el egosmo moraall, l lo sabe. Podemos tratar de ocultar nuestro verdadero carctera nuestros hermanos y hermanas, pero Dios lo conoce. Nada puedeesconderse de l.

    Se describe el ayuno que Dios acepta. Es el compartir nuestropan con el hambriento y a los pobres errantes traerlos a casa. Noesperar que ellos vengan hacia nosotros. Prosiguen incansablementeen vuestra bsqueda y os suplican que les proporcionis un hogar.Vosotros debis buscarlos y traerlos a vuestro hogar. Debis extendervuestra alma tras ellos. Debis alcanzarlos con una mano y por fe [35]sostenerlos con el poderoso brazo que brinda salvacin, mientrascon la otra mano del amor rescatis al oprimido y lo socorris. Esimposible asir el brazo de Dios con una mano mientras la otra laempleis en satisfacer vuestros propios placeres.

    Si os empeis en esta obra de misericordia y amor, os resultardemasiado dura? Podris fallar y ser aplastados bajo el peso, yvuestra familia ser privada de vuestro sostn e influencia? Oh,no! Dios ha quitado cuidadosamente todas las dudas en cuantoa esto con una promesa a vosotros bajo la condicin de vuestraobediencia. Esta promesa abarca todo lo ms exigente que se puedapedir. Entonces nacer tu luz como el alba, y tu salud se dejarver presto. Solamente creed que es fiel el que lo ha prometido.Dios puede renovar la fuerza fsica. Ms an, lo dijo y lo har. Y supromesa no termina ah. E ir tu justicia delante de ti, y la gloria deJehov ser tu retaguardia. Dios edificar una fortaleza alrededor de

  • 28 El Ministerio de la Bondad

    ti. Pero la promesa no se detiene ni aun aqu. Entonces invocars,y orte ha Jehov; clamars, y dir l: Heme aqu. Si quitareis elyugo de opresin y terminareis de hablar vanidad; si derramareisvuestra alma ante el hambriento, entonces en las tinieblas nacer tuluz, y tu oscuridad ser como el medioda; y Jehov te pastorearsiempre, y en las sequas [hambre] hartar tu alma, y engordar tushuesos; y sers como huerta de riego, y como manadero de aguas,cuyas aguas nunca faltan.Testimonies for the Church 2:33-35.

    La doble reforma de Isaas 58La obra especificada en estaspalabras Isaas 58 es el trabajo que Dios pide a su pueblo que realice.Es la obra sealada por el mismo Dios. Con la labor de defender losmandamientos de Dios y reparar las brechas que se han hecho a la[36]ley de Dios, hemos de unir la compasin por la humanidad doliente.Hemos de mostrar el supremo amor de Dios. Hemos de exaltar sumonumento conmemorativo, el cual ha sido hollado por pies sacrle-gos. Y con esto hemos de manifestar misericordia, benevolencia yla ms tierna piedad por la raza cada. Amars a tu prjimo como ati mismo. Como un pueblo, debemos realizar esta labor. El amorrevelado hacia la humanidad doliente da significado y poder a laverdad.Special Testimonies, Series A 10:3, 4.

    La verdadera interpretacin del EvangelioSolamente conun generoso desinters por aquellos que necesitan ayuda podremosdar una demostracin prctica de las verdades del Evangelio. Siel hermano o la hermana estn desnudos, y tienen necesidad delmantenimiento de cada da, y alguno de vosotros les dice: Id enpaz, calentaos y hartaos: pero no les diereis las cosas que son ne-cesarias para el cuerpo: qu aprovechar? As tambin la fe, si notuviere obras, es muerta en s misma. Ahora permanecen la fe, laesperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es lacaridad.

    Mucho ms que un mero sermn est incluido en la predicacindel Evangelio. Los ignorantes han de ser instruidos; los desanimadoshan de ser reanimados: los enfermos han de ser restaurados. La vozhumana debe tomar parte en la obra de Dios. Palabras de ternura,simpata y amor han de testificar de la verdad. Oraciones cordiales ysinceras han de acercar a los ngeles. ...

    El Seor os dar el xito en esta labor; ... ella est entretejidacon la vida diaria, cuando se vive y se prctica. La verdadera inter-

  • Isaas 58: un precepto divino 29

    pretacin del Evangelio es la unin de la obra en favor del cuerpo ydel alma, tal como Cristo la realiz.The Review and Herald, 4 demarzo de 1902. [37]

    El consejo es explcitoNo tengo temor por los obreros queestn empeados en la obra representada en el captulo cincuenta yocho de Isaas. Ese captulo es explcito y es suficiente para iluminara cualquiera que desee hacer la voluntad de Dios. Hay muchas opor-tunidades para que todos sean una bendicin para la humanidad. Elmensaje del tercer ngel no debe ser relegado a segundo trminoen esta obra, sino que debe ser uno con ella. Puede haber y hay unpeligro al esconder los grandes principios de la verdad cuando reali-zamos la obra que debe ser hecha. Esta obra ha de ser para el mensajelo que la mano es para el cuerpo. Las necesidades espirituales delalma deben estar en primer trmino.Carta 24, 1898.

    La obra que Dios nos ha sealadoNo puedo instar demasia-do a todos los miembros de nuestras iglesias, a todos los que sonverdaderos misioneros, a todos los que creen el mensaje del tercerngel, a todos los que apartan su pie del sbado, para que conside-ren el mensaje del captulo 58 de Isaas. La obra de beneficenciaordenada en dicho captulo es la que Dios requiere que su pueblohaga en este tiempo. Es obra sealada por l. No nos deja en dudaen cuanto a dnde se aplica el mensaje, y al momento de su cumpli-miento sealado, porque leemos: Y edificarn los de ti los desiertosantiguos; los cimientos de generacin y generacin levantars: ysers llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas parahabitar. Vers. 12. El monumento recordativo de Dios, el sbado osptimo da, recuerdo de la obra que hizo al crear el mundo, ha sidodesplazado por el hombre de pecado. El pueblo de Dios tiene unaobra especial que hacer para reparar la brecha que ha sido abiertaen su ley; y cuanto ms nos acercamos al fin, ms urgente se vuelveesta obra. Todos los que amen a Dios demostrarn que llevan su [38]sello observando sus mandamientos. ...

    Cuando la iglesia acepte la obra que Dios le di, se cumplir lapromesa que se le hizo: Entonces nacer tu luz como el alba, y tusalud se dejar ver presto; e ir tu justicia delante de ti, y la gloria deJehov ser tu retaguardia.Joyas de los Testimonios 2:503, 505. [39]

  • Captulo 4La verdadera religin

    Definicin de religin verdaderaQu es la verdadera reli-gin? Cristo nos ha dicho que la verdadera religin es el ejerciciode la compasin, la simpata y el amor en el hogar, en la iglesia y enel mundo. Esta es la clase de religin para ensear a los hijos y es logenuino. Enseadles que ellos no concentren sus pensamientos ens mismos, sino que por doquier hay seres humanos necesitados ydolientes, que hay un campo para la obra misionera.The Reviewand Herald, 12 de noviembre de 1895.

    La verdadera religin, libre de toda mancha delante del Padrees sta: Visitar los hurfanos y las viudas en sus tribulaciones,y guardarse sin mancha de este mundo. Hechos buenos son losfrutos que Cristo quiere que llevemos: palabras amables, actos demisericordia, de tierna solicitud para con los pobres, los necesitados,los afligidos. Cuando los corazones simpatizan con otros corazonesagobiados por el desaliento y la congoja; cuando la mano repartea los necesitados; cuando los desnudos son vestidos, los extraosbienvenidos a vuestra sala y tienen un lugar en vuestro corazn, losngeles se llegan muy cerca y resuena un acorde como respuesta enel cielo.Testimonies for the Church 2:25.

    La prueba de Dios de nuestra religinSe me han mostradoalgunas cosas referentes a nuestro deber para los desvalidos, quesiento que es mi deber escribir ahora.Ibid. 3:511.

    Vi que en la providencia de Dios han sido colocados en estrecharelacin cristiana con su iglesia, viudas y hurfanos, ciegos, mudos,cojos y personas afligidas de varias maneras; es para probar a supueblo y desarrollar su verdadero carcter. Los ngeles de Dios[40]vigilan para ver cmo tratamos a estas personas que necesitan nuestrasimpata, amor y benevolencia desinteresada. Esta es la forma enque Dios prueba nuestro carcter. Si tenemos la verdadera religinde la Biblia, sentiremos que es un deber de amor, bondad e intersel que hemos de cumplir para Cristo en favor de sus hermanos; yno podemos hacer nada menos que mostrar nuestra gratitud por su

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  • La verdadera religin 31

    incomparable amor manifestado hacia nosotros mientras ramospecadores indignos de su gracia, revelando un profundo inters y unamor abnegado por aquellos que son nuestros hermanos, y que sonmenos afortunados que nosotros.Servicio Cristiano Eficaz, 239.

    Cmo brilla vuestra luz?Los que debieran haber sido la luzdel mundo, tan slo han dejado lucir dbiles y tenues rayos. Qu esluz? Es piedad, bondad, verdad, misericordia, amor; es la revelacinde la verdad en el carcter y la vida. El Evangelio depende de lapiedad personal de sus creyentes para su poder agresivo, y Dios hahecho provisin, mediante la muerte de su Hijo amado, para quecada alma sea plenamente preparada para toda buena obra.TheReview and Herald, 24 de marzo de 1891.

    La seal que distingue la religin verdadera de la falsaLaverdadera simpata entre el hombre y su prjimo ha de ser la sealque distinga a los que aman y temen a Dios de los que no tienenen cuenta su ley. Cun grande es la simpata que Cristo expres alvenir a este mundo para dar su vida como sacrificio por un mundoagonizante! Su religin indujo a la realizacin de la genuina obramdico-misionera.* El era un poder curativo. Misericordia quiero [41]y no sacrificio, dijo. Esta es la prueba que el gran Autor de laverdad usaba para distinguir entre la verdadera y la falsa religin.Manuscrito 117, 1903.

    La simpata prctica es la prueba de la purezaSatans estjugando el juego de la vida para apoderarse de cada alma. Sabe quela simpata prctica es una prueba de la pureza y de la abnegacindel corazn y har todo esfuerzo posible para cerrar nuestro corazna las necesidades ajenas y lograr que al fin no nos conmueva la vistadel dolor. Introducir muchas cosas para impedir la impresin delamor y la simpata. As fu como arruin a Judas. Este se dedicabaconstantemente a hacer planes para beneficiarse a s mismo. En estorepresenta a una gran clase de los que profesan ser cristianos hoy.Por lo tanto necesitamos estudiar su caso. Estamos tan cerca deCristo como l lo estaba. Sin embargo, si, como sucedi con Judas,la asociacin con Cristo no nos hace uno con l, si no cultivamos

    *El lector debe tener en cuenta que la expresin obra mdico-misionera, frecuente-mente empleada por la seora de White, iba mucho ms all de los lmites de un serviciomdico profesional y abarca todos los actos de misericordia y bondad desinteresados.Los compiladores.

  • 32 El Ministerio de la Bondad

    dentro de nuestro corazn una simpata sincera hacia aquellos porquienes Cristo di su vida, corremos como Judas el peligro de quedarseparados de Cristo y de ser objeto de las tentaciones de Satans.

    Necesitamos protegernos contra la primera desviacin de lajusticia; una transgresin, una negligencia en cuanto a manifestarel espritu de Cristo, abren el camino a otra y aun otra, hasta que lamente queda dominada por los principios del enemigo. Si se cultivaun espritu de egosmo, llega a ser una pasin devoradora que nadasino el poder de Cristo puede subyugar.Joyas de los Testimonios2:502, 503.

    La religin pura es realizar obras de misericordia y amorLa verdadera piedad se mide por la obra que se hace. La profesin no[42]es nada; la posicin no es nada; un carcter como el de Cristo es laevidencia que hemos de mostrar de que Dios ha enviado a su Hijo almundo. Los que profesan ser cristianos y sin embargo no procedencomo lo hara Cristo si estuviera en su lugar, daan grandemente lacausa de Dios. Representan falsamente a su Salvador y estn bajouna falsa bandera. ...

    La religin pura y sin mcula no es un sentimiento, sino la reali-zacin de obras de misericordia y amor. Esta religin es necesariapara la salud y la felicidad. Entra en el templo contaminado delalma y con un ltigo echa a los intrusos pecaminosos. Ocupando eltrono, consagra todo con su presencia, iluminando el corazn conlos brillantes rayos del Sol de Justicia. Abre las ventanas del almahacia el cielo, permitiendo entrar la luz del sol del amor de Dios.Con ella entran la serenidad y la compostura. Aumentan el poderfsico, mental y moral, porque la atmsfera del cielo, como un agenteviviente y activo, llena el alma. Cristo es formado en lo ntimo, laesperanza de gloria.The Review and Herald, 15 de octubre de1901.

    Convertirse en un obrero tenaz, continuar pacientemente en elbien hacer que demanda la obra desinteresada, es una tarea gloriosa,sobre la cual sonre el cielo. La obra fiel es ms aceptable a Dios queel culto ms celoso y que se considera el ms santo. El verdaderoculto es trabajar juntamente con Cristo. Las oraciones, la exhortaciny el discurso son frutos baratos que con frecuencia estn juntos;pero los frutos que se manifiestan en buenas obras, cuidando a los

  • La verdadera religin 33

    necesitados, los hurfanos y las viudas, son frutos genuinos y crecennaturalmente en un buen rbol.Testimonies for the Church 2:24. [43]

    Somos los hijos de Dios?No es el servicio caprichoso loque Dios acepta; no son los espasmos emotivos de piedad los quenos hacen hijos de Dios. El demanda que trabajemos movidos porprincipios verdaderos, firmes y permanentes. Si Cristo se forma enlo ntimo, la esperanza de gloria, l se revelar en el carcter, queser semejante a Cristo. Hemos de representar a Cristo al mundo,como Cristo represent al Padre.The Review and Herald, 11 deenero de 1898.

    Debemos mostrar el calor y la cordialidad cristianos, no comosi estuviramos haciendo algo maravilloso, sino tan slo lo queesperaramos que hiciera cualquier cristiano verdadero en nuestrocaso, si estuviera colocado en circunstancias similares.Carta 68,1898.

    No nos cansemos en el bien hacerMuchas veces nuestrosesfuerzos para otros pueden no ser tomados en cuenta e induda-blemente se pierden. Pero esto no debiera ser una excusa para quelleguemos a cansarnos en hacer el bien. Con cunta frecuenciaha venido Jess a buscar fruto en las plantas que l cuida y no haencontrado sino hojas! Quiz nos desanimemos por los resultadosde nuestros mejores esfuerzos, pero esto no debiera inducirnos a serindiferentes ante los ayes de otros y no hacer nada. Maldecid a Me-roz, dijo el ngel de Jehov: maldecid severamente a sus moradores,porque no vinieron en socorro a Jehov, en socorro a Jehov contralos fuertes.Testimonies for the Church 3:525.

    Al hacer para otros estamos haciendo para CristoPor loque me ha sido mostrado, los observadores del sbado se estnvolviendo ms egostas a medida que aumentan sus riquezas. Dismi-nuye su amor por Cristo y su pueblo. No ven las necesidades de losdesvalidos ni sienten sus sufrimientos ni dolores. No se dan cuenta [44]de que al descuidar al pobre y al doliente, descuidan a Cristo y queal aliviar las necesidades y sufrimientos de los pobres hasta dondeles sea posible, ministran a Jess. ...

    Entonces dir tambin a los que estarn a la izquierda: Apartaosde m, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para susngeles: Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, yno me disteis de beber; fu husped, y no me recogisteis; desnudo,

  • 34 El Ministerio de la Bondad

    y no me cubristeis; enfermo, y en la crcel, y no me visitasteis.Entonces tambin ellos le respondern, diciendo: Seor, cundo tevimos hambriento, o sediento, o husped, o desnudo, o enfermo, oen la crcel, y no te servimos? Entonces les responder, diciendo: Decierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeitos,ni a m lo hicisteis. E irn stos al tormento eterno, y los justos a lavida eterna. Mateo 25:41-46.

    Jess aqu se identifica con su pueblo que sufre. Fu yo el queestuve hambriento y sediento. Fu yo el que fu husped. Fu yoel que estuve desnudo. Fu yo el que estuve enfermo. Fu yo elque estuve en prisin. Cuando disfrutabais del abundante alimentoque estaba en vuestras mesas, yo padeca hambre en la choza o enla calle, no lejos de vosotros. Cuando cerrasteis vuestras puertascontra m, mientras estaban desocupadas vuestras bien amuebladashabitaciones, yo no tena dnde hacer reposar mi cabeza. Vuestrosguardarropas estaban llenos con una abundante cantidad de mudasde ropa, en las cuales se haban malgastado innecesariamente losrecursos, que podrais haber dado a los necesitados. Yo estaba des-provisto de ropa adecuada. Cuando disfrutabais de salud, yo estabaenfermo. La desgracia me arroj en la crcel y me aherroj congrillos, deprimiendo mi espritu, privndome de la libertad y la espe-ranza, mientras vosotros os movais libremente. Cmo se identifica[45]aqu Jess mismo con sus discpulos sufrientes! Se pone en lugar deellos. Se identifica como si l hubiera sido en persona el doliente.Notad, cristianos egostas: cada descuido del pobre necesitado, delhurfano, del que no tiene padre, es un descuido de Jess en persona.

    Conozco a personas que hacen gran profesin de piedad, cuyoscorazones estn tan enfrascados en el amor al yo y el egosmo, que nopueden apreciar lo que estoy escribiendo. Toda su vida han pensadoy vivido nicamente para el yo. No entra en sus clculos el hacerun sacrificio para el bien de otros, el perjudicarse por favorecer aotros. No tienen la menor idea de que Dios requiere esto de ellos.El yo es su dolo. Las preciosas semanas, meses y aos pasan a laeternidad, pero no tienen un registro en el cielo de actos de bondad,de sacrificios para el bien de otros, de alimentar al hambriento, vestiral desnudo, o amparar al forastero. No es agradable hospedar aforasteros al azar. Si supieran que son dignos todos los que buscancompartir sus bienes, entonces podran sentirse inducidos a hacer

  • La verdadera religin 35

    algo en ese sentido. Pero hay una virtud en correr cierto riesgo.Quiz hospedemos a ngeles.Ibid. 2:24-26. [46]

  • Captulo 5 La parbola del buen Samaritano

    Ilustracin de la naturaleza de la verdadera religinEnla historia del buen samaritano, Cristo ilustra la naturaleza de laverdadera religin. Muestra que sta no consiste en sistemas, credos,o ritos, sino en la realizacin de actos de amor, en hacer el mayorbien a otros, en la bondad genuina. ...

    La leccin no se necesita menos hoy en el mundo que cuandosali de los labios de Jess. El egosmo y la fra formalidad casihan extinguido el fuego del amor y disipado las gracias que podranhacer fragante el carcter. Muchos de los que profesan su nombrehan perdido de vista el hecho de que los cristianos deben representara Cristo. A menos que practiquemos el sacrificio personal para biende otros, en el crculo familiar, en el vecindario, en la iglesia yen dondequiera que podamos, cualquiera sea nuestra profesin, nosomos cristianos.El Deseado de Todas las Gentes, 460, 465.Quin es mi prjimo?Entre los judos la pregunta: Quin esmi prjimo? causaba interminables disputas. No tenan dudas conrespecto a los paganos y los samaritanos. Estos eran extranjeros yenemigos. Pero dnde deba hacerse la distincin entre el pueblode su propia nacin y entre las diferentes clases de la sociedad? Aquin deba el sacerdote, el rabino, el anciano considerar como suprjimo? Ellos gastaban su vida en una serie de ceremonias parahacerse puros. Enseaban que el contacto con la multitud ignorantey descuidada causara impureza, que exigira un arduo trabajo quitar.Deban considerar a los impuros como sus prjimos?[47]

    Cristo contest esta pregunta en la parbola del buen samaritano.Mostr que nuestro prjimo no significa una persona de la mismaiglesia o la misma fe a la cual pertenecemos. No tiene que ver conla raza, el color o la distincin de clase. Nuestro prjimo es todapersona que necesita nuestra ayuda. Nuestro prjimo es toda almaque est herida y magullada por el adversario. Nuestro prjimoes todo el que pertenece a Dios.Lecciones Prcticas del GranMaestro, 343, 345.

    36

  • La parbola del buen Samaritano 37

    Ilustrado con la parbolaCristo estaba hablando a una granmultitud. Los fariseos, esperando pescar algo de sus labios quepudieran usar para condenarlo, enviaron a un letrado ante l con lasiguiente pregunta: Haciendo qu cosa poseer la vida eterna?Cristo ley en el corazn de los fariseos como en un libro abierto, ysu respuesta a la pregunta fu: Qu est escrito en la ley? cmolees? Y l respondiendo, dijo: Amars al Seor tu Dios de todotu corazn, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tuentendimiento; y a tu prjimo como a ti mismo. Y djole: Bien hasrespondido: haz esto y vivirs. El doctor de la ley saba que consu propia respuesta se haba condenado a s mismo. El saba que noamaba a su prjimo como a s mismo. Pero deseando justificarse,pregunt: Quin es mi prjimo?

    Cristo contest a esta pregunta con el relato de un incidente, cuyorecuerdo estaba fresco en las mentes de sus oyentes.Manuscrito117, 1903.

    Dijo: Un hombre descenda de Jerusaln a Jeric, y cay enmanos de ladrones, los cuales le despojaron e hirindole, se fueron,dejndole medio muerto.

    Viajando de Jerusaln a Jeric, el viajero tena que pasar por unaseccin del desierto de Judea. El camino conduca a una hondonadadesierta y rocosa que estaba infestada de bandidos, y que a menudo [48]era escenario de actos de violencia. Fu all donde el viajero resultatacado, despojado de cuanto de valor llevaba y dejado medio muertoa la vera del camino. Mientras yaca en esa condicin, pas por elsendero un sacerdote; vi al hombre tirado, herido y magullado,revolcndose en su propia sangre, pero lo dej sin prestarle ningunaayuda. Se pas de lado. Entonces apareci un levita. Curioso desaber lo que haba ocurrido, se detuvo y observ al hombre quesufra. Estaba convencido de lo que deba hacer, pero no era undeber agradable. Dese no haber venido por ese camino, de maneraque no hubiese visto al hombre herido. Se persuadi a s mismo deque el caso no le concerna a l, y l tambin se pas de lado.

    Pero un samaritano, viajando por el mismo camino, vi al quesufra, e hizo la obra que los otros haban rehusado. Con amabili-dad y bondad ministr al hombre herido. Vindole, fu movido amisericordia; y llegndose, vend sus heridas, echndoles aceite yvino; y ponindole sobre su cabalgadura, llevle al mesn, y cuid

  • 38 El Ministerio de la Bondad

    de l. Y otro da, al partir, sac dos denarios y dilos al husped, yle dijo: Cudamelo, y todo lo que dems gastares, yo cuando vuelvate lo pagar. Tanto el sacerdote como el levita profesaban piedad,pero el samaritano mostr que l estaba verdaderamente convertido.No era ms agradable para l hacer la obra que para el sacerdote yel levita, pero por el espritu y por las obras demostr que estaba enarmona con Dios.

    Al dar esta leccin, Cristo present los principios de la ley deuna manera directa y enrgica, mostrando a sus oyentes que habandescuidado el cumplir esos principios. Sus palabras eran tan de-finidas y al punto, que los que escuchaban no pudieron encontrarocasin para cavilar. El doctor de la ley no encontr en la leccin[49]nada que pudiera criticar. Desapareci su prejuicio con respectoa Cristo. Pero no pudo vencer su antipata nacional lo suficientecomo para mencionar por nombre al samaritano. Cuando Cristo lepregunt: Quin, pues de estos tres, te parece que fu el prjimode aquel que cay en manos de los ladrones? l contest: El queus con l de misericordia.

    Entonces Jess le dijo: Ve, y haz t lo mismo. Muestra lamisma tierna bondad hacia aquellos que se hallan en necesidad. Asdars evidencia de que guardas toda la ley.Lecciones Prcticas delGran Maestro, 346-348.

    Cualquiera que est en necesidad es nuestro prjimoCualquier ser humano que necesita nuestra simpata y nuestrosbuenos servicios, es nuestro prjimo. Los dolientes e indigentesde todas clases son nuestros prjimos; y cuando llegamos a conocersus necesidades, es nuestro deber aliviarlas en cuanto sea posible.Testimonios Selectos 3:269.

    Con esta parbola queda establecido para siempre el deber delhombre hacia sus prjimos. Debemos cuidar cada caso de sufrimien-to y considerarlo como propio, como agentes de Dios para aliviar alos necesitados hasta donde nos sea posible. Debemos ser colabo-radores junto con Dios. Hay quienes manifiestan gran afliccin porsus parientes, sus amigos y protegidos, pero que fallan en ser buenosy considerados con aquellos que necesitan bondadosa simpata, quenecesitan consideracin y amor. Con corazones fervientes pregunt-monos: Quin es mi prjimo? Nuestros prjimos no son solamentenuestros ntimos y amigos especiales; no son simplemente aque-

  • La parbola del buen Samaritano 39

    llos que pertenecen a nuestra iglesia o que piensan como nosotros.Nuestros prjimos son toda la familia humana. Debemos ser buenoscon todos los hombres y especialmente con aquellos que son de la [50]familia de la fe. Debemos dar al mundo una demostracin de lo quesignifica cumplir la ley de Dios. Debemos amar a Dios por sobretodo y a nuestros prjimos como a nosotros mismos.The Reviewand Herald, 1 de enero de 1895.

    La verdadera religin desfiguradaEl sacerdote y el levitahaban ido a adorar al templo cuyo servicio fu indicado por Diosmismo. El participar en ese servicio era un noble y exaltado pri-vilegio, y el sacerdote y el levita creyeron que, habiendo sido ashonrados, no les corresponda ministrar a un hombre annimo quesufra a la orilla del camino. As descuidaron la especial oportunidadque Dios les haba ofrecido como agentes suyos, de bendecir a sussemejantes.

    Muchos estn hoy cometiendo un error similar. Dividen susdeberes en dos clases distintas. La primera clase abarca las grandescosas, que han de ser reguladas por la ley de Dios; la otra clase secompone de las cosas llamadas pequeas, en las cuales se ignora elmandamiento: Amars a tu prjimo como a ti mismo. Esta esferade actividad se deja librada al capricho, y se sujeta a la inclinacin oal impulso. As el carcter se malogra y la religin de Cristo es malinterpretada.

    Existen personas que piensan que es degradante para su dignidadministrar a la humanidad que sufre. Muchos miran con indiferenciay desprecio a aquellos que han permitido que el templo del almayaciera en ruinas. Otros descuidan a los pobres por diversos moti-vos. Estn trabajando, como creen, en la causa de Cristo, tratandode llevar a cabo alguna empresa digna. Creen que estn haciendouna gran obra, y no pueden detenerse a mirar los menesteres delnecesitado y afligido. Al promover el avance de su supuesta granobra, pueden hasta oprimir a los pobres. Pueden colocarlos en duras [51]y difciles circunstancias, privarlos de sus derechos o descuidar susnecesidades. Sin embargo, creen que todo eso es justificable porqueestn, segn piensan, promoviendo la causa de Cristo.LeccionesPrcticas del Gran Maestro, 350.

    Requerimientos de la ley de Dios demucho alcanceEl dejarsin alivio el sufrimiento de nuestro prjimo es una infraccin a la

  • 40 El Ministerio de la Bondad

    ley de Dios. Dios llev al sacerdote por ese camino con el propsitode que con sus propios ojos pudiera ver un caso que necesitabamisericordia y ayuda; pero el sacerdote, aunque desempeaba unsanto oficio, cuya obra era impartir misericordia y hacer lo bueno,se hizo a un lado. Su carcter qued expuesto en su verdaderanaturaleza delante de los ngeles de Dios. Como ostentacin lpoda hacer largas oraciones, pero no poda guardar los principiosde la ley, al amar a Dios con todo su corazn y a su prjimo como as mismo. El levita era de la misma tribu que la herida y golpeadavctima. Todo el cielo mir cuando el levita pasaba por el camino,para ver si su corazn poda ser tocado por la humana afliccin.Cuando contempl al hombre qued convencido de lo que debahacer; pero como no era un deber agradable, dese no haber pasadopor ese camino, para no haber necesitado ver al hombre herido ygolpeado, desnudo y agonizante y necesitado de la ayuda de sussemejantes. El sigui de largo, persuadindose a s mismo de queeso no le incumba y que no necesitaba preocuparse por el caso.Pretendiendo ser un expositor de la ley, un ministro de las cosassagradas, sin embargo, se fu por el otro lado.

    Oculto en la columna de la nube, el Seor Jess haba dado di-reccin especial en cuanto a la ejecucin de los actos de misericordiahacia el hombre y la bestia. Al paso que la ley de Dios requiere su-[52]premo amor a Dios y desinteresado amor para nuestros semejantes,sus requerimientos ms abarcantes tambin ataen a los animalesque no pueden expresar con palabras sus necesidades y sufrimientos.No vers el asno de tu hermano, o su buey, cados en el camino, y teesconders de ellos: con l has de procurar levantarlos. El que amaa Dios no solamente amar a sus prjimos sino que mirar con tiernacompasin a las criaturas que Dios ha hecho. Cuando el Espritu deDios est en el hombre l lo dirige para que alivie a toda criaturaque sufre.The Review and Herald, 1 de enero de 1895.

    Fueron olvidados los principios de la ley de DiosEl sacer-dote y el levita no tenan excusa para su indiferente frialdad decorazn. La ley de misericordia y bondad estaba claramente esta-blecida en las escrituras del Antiguo Testamento. Precisamente, lesincumba atender casos como el de aquel que ellos framente habanpasado por alto. Si ellos hubieran obedecido la ley que pretendanrespetar, no habran pasado por alto al hombre sin prestarle su ayuda.

  • La parbola del buen Samaritano 41

    Pero haban olvidado los principios de la ley que Cristo, oculto desdela columna de la nube, haba dado a sus padres cuando l los guiabaa travs del desierto. ...

    Quin es mi prjimo? Esta es una pregunta que todas nuestrasiglesias necesitan comprender. Si el sacerdote y el levita hubieranledo de una manera inteligente el cdigo hebreo, su actitud hacia elhombre herido habra sido muy diferente.Manuscrito 117, 1903.

    Condiciones para heredar la vida eternaLas condicionespara heredar la vida eterna son claramente establecidas por nuestroSalvador de la manera ms simple. El hombre que estaba heridoy despojado representa a los que son el objeto de nuestro inters, [53]simpata y caridad. Si descuidamos los casos de los necesitadose infortunados que nos son dados a conocer, no importa quinespuedan ser, no tenemos seguridad de la vida eterna, ya que no he-mos contestado las demandas que Dios ha puesto sobre nosotros.No nos compadecemos ni apiadamos de la humanidad porque ellossean parientes o amigos nuestros. Seris hallados transgresores delsegundo gran mandamiento, del cual dependen los otros seis lti-mos mandamientos [del Declogo]. Cualquiera que ofendiere en unpunto, es culpado de todos. Aquellos que no abren sus corazones alas necesidades y sufrimientos de la humanidad, no abrirn sus cora-zones a las demandas de Dios que estn establecidas en los primeroscuatro preceptos del Declogo. Los dolos reclaman el corazn y losafectos, y Dios no es honrado y no reina supremo.Testimonies forthe Church 3:524.

    Vuestra oportunidad y la maHoy da Dios da a los hombresla oportunidad de mostrar si aman a sus prjimos. El que verdade-ramente ama a Dios y a su prjimo es aquel que manifiesta miseri-cordia hacia los desheredados, los dolientes, los heridos, los que seestn muriendo. Dios insta a cada hombre a empearse en realizar laobra que ha descuidado, a que restaure la imagen moral del Creadoren la humanidad.Carta 113, 1901.

    Cmo podemos amar a nuestros prjimos como a nosotrosmismosPodremos amar a nuestros prjimos como a nosotrosmismos solamente cuando amemos a Dios por sobre todo. El amor deDios traer frutos de amor hacia nuestros prjimos. Muchos piensanque es imposible amar a nuestros prjimos como a nosotros mismos,pero nicamente se es el fruto genuino del cristianismo. Amar a

  • 42 El Ministerio de la Bondad

    otros es levantar en alto a nuestro Seor Jesucristo; es caminar y[54]trabajar teniendo en vista un mundo invisible. De esta manera hemosde contemplar a Jess, el autor y consumador de nuestra fe.TheReview and Herald, 26 de junio de 1894.[55]

  • Parte 3La norma del Nuevo Testamento

    Los seguidores de Cristo han sido redimidos para servir. NuestroSeor ensea que el verdadero objeto de la vida es el ministerio.Cristo mismo fu obrero, y a todos sus seguidores les presenta la leydel servicio, el servicio a Dios y a sus semejantes. Aqu Cristo

    presenta al mundo un concepto ms elevado acerca de la vida de loque jams ellos haban conocido. Mediante una vida de servicio enfavor de otros, el hombre se pone en ntima relacin con Cristo. La

    ley del servicio viene a ser el eslabn que nos une a Dios y anuestros semejantes.

    Cristo confa sus bienes a sus siervos: algo que puedan usarpara l. Da a cada uno conforme a su facultad. Cada uno tienesu lugar en el plan eterno del cielo. Cada uno ha de trabajar encooperacin con Cristo para la salvacin de las almas. Tan

    ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros en lasmansiones celestiales, hay un lugar designado en la tierra dondehemos de trabajar para Dios.Lecciones Prcticas del Gran

    Maestro, 297.

  • Captulo 6Nuestro ejemplo en la obra deasistencia social[57]

    Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, maspara servir. Marcos 10:45.

    Cristo est delante de nosotros como el granModeloHacedde la obra de Cristo vuestro ejemplo. Constantemente l iba haciendoel bien: alimentando al hambriento y curando al enfermo. Ningunoque se alleg a l en busca de simpata se sinti chasqueado. El Prn-cipe de las cortes celestiales, se hizo carne y habit entre nosotros, ysu vida de trabajo es un ejemplo de la obra que nosotros debemosrealizar. Su tierno, misericordioso amor censura nuestro egosmo eindiferencia.Manuscrito 55, 1901.

    Cristo se coloc a la cabeza de la humanidad con el ropaje dela humanidad. Su actitud era tan llena de simpata y amor, quehasta el ms pobre no tema aproximrsele. Era bondadoso para contodos y fcilmente accesible para los ms humildes. Iba de casaen casa, sanando a los enfermos, alimentando a los hambrientos,consolando a los dolientes, aliviando a los afligidos, hablando paz alos acongojados. Estaba dispuesto a humillarse a s mismo, negarsea s mismo. No procuraba destacar su persona. Era el siervo detodos. Su comida y su bebida eran el ser un alivio y un consuelopara otros, alegrar a los tristes y cargados con quienes diariamentese relacionaba.

    Cristo est delante de nosotros como un Hombre modelo, el granMdico Misionero: un ejemplo para todos los que vendran des-pus. Su amor, puro y santo, bendeca a todos aquellos que llegabandentro de la esfera de su influencia. Su carcter fu absolutamente[58]perfecto, libre de la ms leve mancha de pecado. El vino como unaexpresin del perfecto amor de Dios, no para aplastar, no para juzgary condenar, sino para sanar todo dbil, defectuoso carcter, parasalvar hombres y mujeres del poder de Satans. El es el Creador,Redentor y Sustentador de la raza humana. Da a todos la invitacin:

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  • Nuestro ejemplo en la obra de asistencia social 45

    Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, que yo oshar descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m,que soy manso y humilde de corazn; y hallaris descanso paravuestras almas. Porque mi yugo es fcil, y ligera mi carga.

    Entonces, cul es el ejemplo que nosotros debemos presentaral mundo? Hemos de hacer la misma obra que el gran MdicoMisionero emprendi en nuestro beneficio. Hemos de seguir elsendero del sacrificio desinteresado que Cristo transit.SpecialTestimonies, Series B 8:31, 32.

    Cristo movido por la compasinCuando Cristo vi las mul-titudes que se haban reunido alrededor de l, tuvo compasin deellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que notienen pastor. Cristo vi la enfermedad, la tristeza, la necesidad ydegradacin de las multitudes que se agolpaban a su paso. Le fueronpresentadas las necesidades y desgracias de la humanidad de todo elmundo. En los encumbrados y los humildes, los ms honrados y losms degradados, vea almas que anhelaban las mismas bendicionesque l haba venido a traer. ...

    Hoy existe la misma necesidad. Hacen falta en el mundo obrerosque trabajen como Cristo trabaj para los dolientes y pecaminosos.Hay, a la verdad, una multitud que alcanzar. El mundo est lleno deenfermedad, sufrimiento, angustia y pecado. Est lleno de personasque necesitan que se las atienda: los dbiles, impotentes, ignorantes, [59]degradados.Joyas de los Testimonios 2:492.

    El Modelo que debemos copiarEl verdadero espritu misio-nero es el espritu de Cristo. El Redentor del mundo fu el granmodelo misionero. Muchos de los que le siguen han trabajado fer-vorosa y abnegadamente en la causa de la salvacin de los sereshumanos; pero no ha habido hombre cuya labor pueda compararsecon la abnegacin, el sacrificio y la benevolencia de nuestro Decha-do.

    El amor que Cristo manifest por nosotros es sin parangn. Concunto fervor trabaj l! Con cunta frecuencia estaba solo orandofervientemente, sobre la ladera de la montaa o en el retraimientodel huerto, exhalando sus splicas con lloro y lgrimas. Con cuntaperseverancia insisti en sus peticiones en favor de los pecadores!Aun en la cruz se olvid de sus propios sufrimientos en su profundoamor por aquellos a quienes vino a salvar. Cun fro es nuestro

  • 46 El Ministerio de la Bondad

    amor, cun dbil nuestro inters, cuando se comparan con el amor yel inters manifestados por nuestro Salvador! Jess se di a s mismopara redimir nuestra especie; y sin embargo, cun fcilmente nosexcusamos de dar a Jess todo lo que tenemos. Nuestro Salvadorse someti a trabajos cansadores, ignominia y sufrimiento. Furepelido, escarnecido, vilipendiado, mientras se dedicaba a la granobra que haba venido a hacer en la tierra.

    Preguntis, hermanos y hermanas, qu modelo copiaremos? Noos indico a hombres grandes y buenos, sino al Redentor del mundo.Si queris tener el verdadero espritu misionero, debis ser domina-dos por el amor de Cristo; debis mirar al Autor y Consumador denuestra fe, estudiar su carcter, cultivar su espritu de mansedumbrey humildad y andar en sus pisadas.

    Muchos suponen que el espritu misionero y las cualidades parael trabajo misionero constituyen un don especial que se otorga a[60]los ministros y a unos pocos miembros de la iglesia, y que todoslos dems han de ser meros espectadores. Nunca ha habido mayorerror. Todo verdadero cristiano ha de poseer un espritu misionero,porque el ser cristiano es ser como Cristo. Nadie vive para s, y sialguno no tiene el Espritu de Cristo, el tal no es de l. Todo aquelque haya gustado las potestades del mundo venidero, sea joven oanciano, sabio o ignorante, ser movido por el espritu que animabaa Cristo. El primer impulso del corazn renovado consiste en traera otros tambin al Salvador. Aquellos que no poseen ese deseodan muestras de que han perdido su primer amor; deben examinardetenidamente su propio corazn a la luz de la Palabra de Dios ybuscar fervientemente un nuevo bautismo del Espritu; deben orarpor una comprensin ms profunda de aquel admirable amor queJess manifest por nosotros al dejar el reino de gloria, y al venira un mundo cado para salvar a los que perecan.Joyas de losTestimonios 2:126, 127.

    La interpretacin que da Cristo del EvangelioEl divinomandato no necesita reforma. La senda de Cristo de la verdad pre-sente no necesita mejorarse. El Salvador di a sus discpulos leccio-nes prcticas, ensendoles cmo trabajar de modo que las almas segocen en la verdad. Simpatiz con los cansados, agobiados y opri-midos. Aliment a los hambrientos y san a los enfermos. Anduvoconstantemente haciendo bienes. Mediante el bien que haca, con

  • Nuestro ejemplo en la obra de asistencia social 47

    sus palabras amables y actos bondadosos, interpretaba el Evangelioa los hombres.

    Aunque fu breve el perodo de su ministerio pblico, cumplila obra que vino a realizar. Cun solemnes eran las verdades que en-seaba! Cun completa la obra de su vida! Qu alimento espiritualimparta diariamente cuando presentaba el pan de vida a millares dealmas hambrientas! Su vida fu un ministerio viviente de la palabra. [61]Nunca prometi algo que no cumpliera.

    Las palabras de vida fueron presentadas con tal sencillez queun nio poda entenderlas. Hombres, mujeres y nios estaban tanimpresionados con su manera de explicar las Escrituras que ellospodan captar la misma entonacin de su voz, emplear el mismonfasis en sus palabras e imitar sus ademanes. La juventud captaba suespritu misionero y procuraba imitar despus sus amables manerasal procurar ayudar a aquellos que vea que necesitaban socorro.

    As como rastreamos el curso de una corriente de agua por lalnea de viviente verdor que produce, de la misma manera Cristopoda ser visto en los actos de misericordia que marcaban su senderoa cada paso. Doquiera iba brotaba la salud, y la alegra lo seguadondequiera que l pasaba. Los ciegos y los sordos se regocijabanen su presencia. Sus palabras abran al ignorante una fuente de vida.Prodigaba sus bendiciones abundante y continuamente. Eran losacumulados tesoros de la eternidad, dados en Cristo, los ricos donesdel Seor al hombre.

    La obra de Cristo en favor del hombre no ha terminado. Continahoy da. De la misma manera sus embajadores deben predicar elEvangelio y revelar su bondadoso amor por las almas perdidas y queperecen. Mediante un inters genuino en los que necesitan ayuda,han de dar una demostracin prctica de la verdad del Evangelio.Mucho ms que un mero sermonear est incluido en estas palabrasLa evangelizacin del mundo es la obra que Dios ha dado a aquellosque avanzan en su nombre. Son colaboradores con Cristo que revelana los que estn por perecer, su tierno y compasivo amor. Dios llama amiles a trabajar para l, no para predicar a los que conocen la verdad [62]para este tiempo, sino para amonestar a los que jams han odo elltimo mensaje de misericordia. Trabajad con un corazn lleno deun ferviente anhelo por las almas. Haced la obra mdico-misionera.

  • 48 El Ministerio de la Bondad

    As tendris acceso al corazn de la gente y se preparar el caminopara una ms decidida proclamacin de la verdad.

    Quines son colaboradores con Cristo en esta bendita obramdico-misionera? Quines han aprendido las lecciones del Maes-tro y saben cmo tratar sagazmente con las almas por las cualesCristo ha muerto? Oh! tanto necesitamos mdicos para el alma, quehayan sido educados en la escuela de Cristo y que puedan trabajarcomo Cristo lo hizo.The Review and Herald, 17 de diciembre de1914.[63]

  • Captulo 7 Las visitas. el modelo del NuevoTestamento

    Los mtodos de labor de CristoDe los mtodos de labor deCristo podemos aprender lecciones valiosas. El no sigui slo unmtodo; en varias formas busc captar la atencin de la multitud,para poder proclamarles las verdades del Evangelio.

    El trabajo primordial de Cristo fu el de ministrar a los pobres,los necesitados y los ignorantes. Con sencillez abra delante de elloslas bendiciones que podan recibir y as despertaba el hambre enel alma por el pan de vida. La vida de Cristo es un ejemplo paratodos sus seguidores. Es el deber de todo aquel que ha conocido elcamino de la vida el ensear a otros cul es el significado de creer enla Palabra de Dios. Hay muchos ahora en las tinieblas de la muerteque necesitan ser instruidos en las verdades del Evangelio. Casi elmundo entero yace sumido en la impiedad. Pero nosotros tenemospalabras de esperanza para aquellos que estn en tinieblas.TheReview and Herald, 9 de mayo de 1912.

    El alcance de la labor de Cristo hecha casa por casaNuestro Salvador iba de casa en casa, sanando a los enfermos,consolando a los que lloraban, calmando a los afligidos, hablan-do palabras de paz a los desconsolados. Tomaba a los nios en susbrazos, los bendeca y deca palabras de esperanza y consuelo alas cansadas madres. Con inagotable ternura y amabilidad, l en-caraba toda forma de desgracia y afliccin humanas. No trabajabapara s sino para los dems. Era siervo de todos. Era su comiday bebida dar esperanza y fuerza a todos aquellos con quienes serelacionaba.Obreros Evanglicos, 196. [64]

    El mtodo de Cristo da el verdadero xitoSlo el mtodode Cristo ser el que dar xito para llegar a la gente. El Salvadortrataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mos-traba simpata, atenda a sus necesidades y se ganaba su confianza.Entonces les deca: Seguidme.El Ministerio de Curacin, 102.

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  • 50 El Ministerio de la Bondad

    Este fu el medio por el que la iglesia cristiana fu establecida.Cristo primero eligi a unas pocas personas y las invit a seguirlo.Entonces ellas fueron en busca de sus parientes y conocidos y lostrajeron a Cristo. Este es el mtodo con el que debemos trabajar.Unas pocas almas ganadas y plenamente establecidas en la verdad,como los primeros discpulos, trabajarn para otros.The Reviewand Herald, 8 de diciembre de 1885.

    El divino ejemplo en el evangelismo personalJess lleg alcontacto personal con los hombres. El no se mantena alejado yapartado de los que necesitaban su ayuda. Entr en los hogares delos hombres, confortando al doliente, sanando al enfermo, elevandoal despreciado, yendo aqu y all haciendo el bien. Y si nosotrosseguimos en las pisadas de Jess, debemos hacer lo que l hizo.Debemos dar a los hombres la misma clase de ayuda que l lesdi.The Review and Herald, 24 de abril de 1888.

    Lo ms importante no es la predicacin sino el trabajo hecho decasa en casa, razonando y explicando la Palabra. Sern los obrerosque sigan los mtodos que sigui Cristo los que ganarn almas comosalario.Obreros Evanglicos, 483.

    El Seor desea que su palabra de gracia penetre en toda alma.En gran medida esto debe realizarse mediante un trabajo personal.Este fu el mtodo de Cristo. Su obra se realizaba mayormente pormedio de entrevistas personales. Dispensaba una fiel consideracinal auditorio de una sola alma. Por medio de esa sola alma a menudo[65]el mensaje se extenda a millares.Lecciones Prcticas del GranMaestro, 210.

    Los doce enviados a trabajar de casa en casaEn esta pri-mera gira, los discpulos deban ir solamente a donde Jess habaestado antes y haba conquistado amigos. ... No deban permitirque cosa alguna distrajese su atencin de su gran obra, despertaseoposicin o cerrase la puerta a labores ulteriores. No deban adoptarla indumentaria de los maestros religiosos ni usar atavo alguno quelos distinguiese de los humildes campesinos. No deban entrar en lassinagogas y convocar a las gentes a cultos pblicos; sus esfuerzosdeban limitarse al trabajo de casa en casa. ... Deban entrar en lamorada con el hermoso saludo: Paz sea a esta casa. Ese hogar ibaa ser bendecido por sus oraciones, sus cantos de alabanza y la pre-

  • Las visitas. el modelo del Nuevo Testamento 51

    sentacin de las Escrituras en el crculo de la familia.El Deseadode Todas las Gentes, 317, 318.

    Igualmente los setentaLlamando a los doce en derredor des, Jess les orden que fueran de dos en dos por los pueblos yaldeas. Ninguno fu enviado solo, sino que el hermano iba asociadocon el hermano, el amigo con el amigo. As podan ayudarse yanimarse mutuamente, consultando y orando juntos, supliendo cadauno la debilidad del otro. De la misma manera, envi ms tarde alos setenta. Era el propsito del Salvador que los mensajeros delEvangelio se asociaran de esta manera. En nuestro propio tiempola obra de evangelizacin tendra mucho ms xito si se siguierafielmente este ejemplo.Ibid. 316.

    Pablo iba de casa en casaDe la misma manera, Pablo en sutrabajo pblico iba de casa en casa predicando el arrepentimiento y[retorno] a Dios y la fe en nuestro Seor Jesucristo. Se encontraba [66]con los hombres en sus hogares y les suplicaba con lgrimas, decla-r