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Ministerio de Cultura - RAPSODIA PARA UNcdn.mcu.es/.../11/Dossier-Rapsodia-para-un-hombre-alto.pdfRAPSODIA PARA UN HOMBRE ALTO ESCRITOS EN LA ESCENA Dramaturgia y dirección: Félix

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RAPSODIA PARA UN

HOMBRE ALTO ESCRITOS EN LA ESCENA

Dramaturgia y dirección: Félix Estaire

Funciones

Del 9 al 20 de diciembre de 2015

Duración: 1 hora y 10 minutos (aprox.)

De martes a sábados, a las 19 h.

Domingos, a las 18 h.

Encuentro con el público

Martes 15 de diciembre

Teatro María Guerrero

Sala de la Princesa

C/ Tamayo y Baus, 4

28004 Madrid

CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL | COMUNICACIÓN

Teléfonos 913109429 – 913109425 – 913109413

[email protected]

http://cdn.mcu.es/

EQUIPO ARTÍSTICO

Dramaturgia y dirección: Félix Estaire

Reparto (por orden alfabético)

Árbitro/ entrenador de ambos países / padre José Ramón Iglesias

Jugador Ignacio Jiménez

Equipo artístico

Movimiento escénico y coreografía Xus de la Cruz

Ayudante de dirección Xus de la Cruz

Producción: Centro Dramático Nacional

Un proyecto de investigación del Laboratorio Rivas Cherif

SINOPSIS

Es la final del mundial de baloncesto. El marcador está ajustadísimo. Una

falta personal y tres tiros libres por delante. El tiempo se ha muerto. ¿Qué

ocurre en la mente del jugador que tiene en sus manos la gloria o el fracaso de

su equipo? El resultado real del partido en escena (es decir, según se encesten o

no los tiros libres) determinará el final entre las distintas posibilidades de

continuidad y desenlace que ofrece la pieza.

NOTAS DEL AUTOR

Es la final de un mundial de baloncesto y se enfrentan dos países

limítrofes, que hasta no hace demasiado formaban un mismo estado. Durante el

desarrollo del partido el equipo del jugador ha ido perdiendo efectivos que han

sido eliminados por acumulación de faltas. El entrenador no tiene más opciones

en el banquillo y decide que el jugador salga a la cancha para disputar los

instantes finales. En el último suspiro del encuentro el jugador lanza a canasta y

es objeto de falta personal. Dispondrá de tres tiros libres con el tiempo de

partido completamente consumido, no hay tiempo para más.

La pieza se estructura en torno a las distintas posibilidades que se

encierran en esos tres lanzamientos a canasta, de forma que el desarrollo y

desenlace de la pieza será uno u otro en función de lo que ocurra realmente en

escena con el lanzamiento de estos tiros libres. Como si fuera una de esas

novelitas de Timun Más (Elige tu propia aventura) en las que se le planteaba al

lector una diatriba y según decidiera el desarrollo del libro te mandaba a

páginas distintas, a historias distintas dentro del mismo libro. Una historia con

posibilidades de muchas historias. Se trata de intentar acercar a la escena la

incertidumbre que habitamos en nuestra vida, crear un puzzle de distintas

realidades que cada día posibilitará uno u otro desarrollo, uno u otro desenlace.

Es como cuándo nos preguntamos, ¿qué hubiera sido de mi vida si hubiera

decidido esto o aquello, si me hubiera pasado esto en lugar de aquello, si

hubiera estado en otro sitio en vez de estar donde estaba? Les invitamos a jugar

esta noche, a desear uno u otro desarrollo, como si su pronóstico pudiera hacer

que la pieza tomara uno u otro camino. Bienvenidos a un partido donde está en

juego algo más que un resultado de baloncesto. Bienvenidos a la incertidumbre

con la que, cada día, los actores salen al escenario para jugar delante de ustedes.

Rapsodia para un hombre alto trata de extraer las posibilidades de rumbo

de una vida a partir del instante. Somos decisiones, instantes e intervalos de

tiempo vividos con mayor o menor lucidez, con mayor o menor suerte y ahí nos

encontramos, en ese estar arrojados en un mundo sin certezas.

Es una rapsodia porque es el pasaje de un poema épico vivido a través de

los ojos de un hombre puesto en la diatriba y es, además, un homenaje

compuesto por retazos de las vidas de muchos jugadores de baloncesto y sus

propias experiencias y declaraciones puestas en escena a modo de composición

musical. Un juego saltos en el tiempo a medio camino entre el documental y la

búsqueda real y concreta de la propia identidad.

Félix Estaire

CUADRO ILUSTRATIVO DE LA

ESTRUCTURA DEL TEXTO

ENTREVISTA CON FÉLIX ESTAIRE

Rapsodia para un hombre alto ha sido seleccionada por la dirección del CDN

para participar en el proyecto Escritos en la escena. ¿Puedes contarnos cómo

te animaste a participar en el proyecto y en qué consiste?

Pues la verdad es que ya llevaba varios años intentando participar en

esta sección de la programación del Centro Dramático Nacional. Es de lo más

interesante que uno puede llevar a cabo como dramaturgo y director. Se trata

de ir generando la pieza y el texto en compañía y no en la soledad que suele

acompañar al autor. Es decir, cuentas con el equipo de trabajo y con los actores

pruebas escenas, pruebas a improvisar, puedes decidir qué sirve y qué no,

reescribir lo que ves que necesita arreglos. Puedes plantear de varias maneras

una misma escena y ver si cojea... es un lujo y un placer poder trabajar así.

La obra gira en torno al baloncesto pero tienes otras obras sobre deporte ¿no

es así? ¿Por qué se te ha ocurrido tratar el tema del deporte en el teatro, cosa

que no es muy frecuente?

Así es, tengo varias obras sobre deporte y no es que sea un apasionado

del deporte, pero sí lo soy de sus relaciones con la vida. Tengo una pieza sobre

una boxeadora, otra sobre un jugador de rugby, otra sobre dos ciclistas y ahora

una sobre baloncesto. Además estoy dándole vueltas a una sobre curling.

Incluso estoy planteándome escribir mi tesis doctoral sobre deporte y

dramaturgia porque entre ambos términos encuentro muchos lugares

convergentes y porque el deporte en sí es una estructura dramatúrgica

completa (Dos tiempos de 45 minutos/ dos actos, cuatro tiempos de 10

minutos/cuatro cuadros o escenas, etc.).

Escribo sobre deporte porque es, en esencia, material dramático de

primera. Encierra dentro de sí un conflicto. En todo deporte hay

enfrentamiento, lucha, competición, entrega. El deporte parte de un

antagonismo siempre, puesto que enfrenta un equipo contra otro o a uno

mismo contra sus propias capacidades. Además pienso que el deporte es un

sustitutivo de las guerras, que ahora los enfrentamientos se producen en "paz"

(lo pongo entre comillas porque no siempre es así) porque hay una necesidad

de canalizar la ira y demostrar quién está por encima.

Del mismo modo, creo que el deporte es, por encima de todo, unos

cuerpos y sus límites puestos en un escenario y sometidos a unas reglas. Escribo

sobre deporte porque lo considero una representación de los enfrentamientos y

una representación a escala de la propia vida y eso mismo, curiosamente, es

para mí el teatro. Mamet habla en su libro Los tres usos del cuchillo del partido de

fútbol perfecto refiriéndose a la obra dramática perfecta porque contiene la

incertidumbre, la emoción, el acierto en una jugada, el fallo en la otra, y

condensa en brevísimos instantes la gloria y el fracaso; cuando todo parece

perdido el equipo se rehace, y cuando todo va mejor, expulsan a un jugador o

meten un gol por un fallo absurdo... Todo ello es para mí, puro drama

contenido en los cuerpos; pura escena.

La obra trata, básicamente, de un jugador de baloncesto en un partido muy

especial tirando tres tiros libres. Es original en el sentido de que según

enceste o no veremos uno u otro desarrollo y final. ¿Puedes explicarlo un

poco más?

La obra parte de llevar a cierto extremo dramático las posibilidades de la

incertidumbre y de poder recrear en escena un conglomerado de

posibilidades... como sucede en el deporte, que todo está en función de un

acierto o un fallo. Y ese instante, en deporte, termina por decidir una vida: es

campeón o pudo serlo, es un ídolo o todo el mundo le repudia... Iniesta es un

héroe en España, no creo que los holandeses piensen lo mismo de Robben o del

propio Iniesta.

Durante el desarrollo de la pieza se producen tres lanzamientos a

canasta. De esta forma: tenemos un primer acto que termina con el primer

lanzamiento a canasta: si encesta va para un lado (porque da un resultado), si

falla, va para otro (porque da otro resultado). Esto da lugar a dos segundos

actos, en cuyo final se vuelve a lanzar a canasta dando lugar de nuevo a otra

subdivisión lo que produce cuatro posibles terceros actos. Y por último, se

produce otro lanzamiento al final del cada tercer acto dando lugar, de nuevo a

otra serie de posibilidades. De esta forma, tenemos un primer acto, dos

segundos actos, cuatro terceros actos y ocho posibles desenlaces. De todas las

posibilidades solo sucederá una cada día y de ese resultado salen distintas

consecuencias para el lanzador y los que le rodean.

Sería como plantear un estudio dramatúrgico de las posibilidades que

encierra una misma idea dramática, según ocurra esto o esto otro.

El problema es que el espectador en cada función verá solo una de las varias

posibilidades que tiene la obra. ¿Es así?

Yo no lo llamaría problema, pero sí, la gente sólo verá un desarrollo.

Todas las funciones pueden ser distintas hasta completar todas las

posibilidades. Incluso puede que tengamos algún desarrollo ensayado que no

se produzca nunca y que otro se repita varias veces. Todo está en función del

acierto o el error del lanzador, del actor, que tomará un camino u otro según su

pericia o según su suerte. Y en este montaje dependen de este actor, en otro, de

otro actor y sus capacidades y así... Lo que también me interesa es que el actor

viva la propia tensión del lanzamiento, realmente se juega algo en cada

lanzamiento y su vida es una u otra según los tiros de esa noche.

¿Cuál es el tema de la obra?

La obra plantea diferentes temáticas con mayor o menor presencia según

sea uno u otro el desarrollo, pero todos los desarrollos comparten un tema

central que es la identidad (personal y/o territorial y/o nacional). Aunque

también tienen mucha presencia la educación, los problemas del núcleo

familiar, la memoria (tanto histórica como personal) y el abandono, entre otros.

¿Habrá banderas en tu puesta en escena?

No, no habrá banderas; ninguna.

Félix Estaire (Autor y director)

Félix Estaire (actor, director y dramaturgo) nace en Madrid en 1976. Cursa

estudios de interpretación con José Pedro Carrión, John Strasberg y Javier Gª

Yagüe entre otros. Realiza cursos de Clown con Carlo Colombaioni, Phillipe

Gaulier, Pep Vila (Els Joglars) y Vassily Protshenko. También se interesa por la

danza contemporánea y estudia y trabaja con Mónica Valenciano. Ha finalizado

también estudios de Dirección de Escena y Dramaturgia en la RESAD de

Madrid (especialidad Dramaturgia) y un Máster de Teatro y Artes Escénicas en

la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente está Doctorando en la

Universidad Carlos III de Madrid. Así mismo, asiste a clases de dramaturgia

con José Ramón Fernández (Madrid) Rafael Spregelburd, A. Tantanian, E. Gª

Wehbi, Horacio Banega, E. Pavlowsky, G. Calderón, R. Monti, M. Kartun

(Buenos Aires).

Trabaja como actor en más de 30 montajes teatrales en compañías como

Cuarta Pared (Trilogía de la Juventud I, Las manos y Trilogía de la juventud III,

24/7), Producciones [IN]constantes (La tierra, Antígona SIGLO XXI), El patrón

Vázquez (Apátrida, doscientos años y unos meses), entre otras. Además funda su

propia compañía TAC (Teatro de Acción Candente, S.L.) con la que ha

producido, dirigido y/o actuado en más de ocho montajes teatrales (Hamlet

García, La vida en chándal, etc). Actualmente se encuentra girando con los

espectáculos El Antidisturbios (CoriolANNUS 2M14) y Los Hortelano’s son unos

perros.

Como dramaturgo ha estrenado, entre otras, Auto[in]definido o el don de

Juan (VVAA), Aranda 1473 (escrita junto a Carlos Contreras), La distancia más

corta entre dos puntos es la muerte, Los Hortelano´s son unos perros, EL Antidisturbios

(CORIOLannus 2M14), FARO, una luz gira y un cuello se parte, SOS y El extraño

caso de la Marquesa de Vadillo encargos textuales de la compañía Teatro El Zurdo

(escrita en colaboración con José Ramón Fernández, entre otros) y Materiales de

Construcción. Obtiene la Beca de Creación Dramatúrgica de la Comunidad de

Madrid para su proyecto Los hortelano’s son unos perros.

También trabaja como adaptador de Los incendiarios de Max Frisch, El

caballero de Olmedo de Monteser (mención especial en Almagroff) y GUK,

libremente inspirado en Historias de Cronopios y Famas de Cortázar, Danzad

Malditos (libremente inspirada en la novela de H. McCoy They shoot the horses,

don´t they?), entre otras. Así mismo, es autor de la Trilogía del deporte cuyo

estreno aún no se ha comprometido (la primera parte de esta trilogía obtuvo el

segundo Premio de Textos Teatrales en la edición 2010 de los Premios FATEX).

Como director ha estrenado más de 25 montajes teatrales tanto en el

ámbito profesional como en el ámbito académico desde salas de gran y

mediano formato a microsalas.

Actualmente compagina las necesidades y producciones de su compañía

con su trabajo de Profesor Titular en el Grado de Artes Escénicas de la

Universidad Europea de Madrid. Es director del Máster de Dirección y

Producción de las Artes Escénicas de la misma universidad.

REPARTO

(Por orden alfabético)

José Ramón Iglesias (Árbitro/Entrenador de ambos países/Padre)

Diplomado en Arte Dramático por el Instituto del Teatro y de las Artes

Escénicas de Asturias, en teatro le hemos podido ver en Mujeres y Criados (dir:

Rodrigo Arribas y Lawrence Boswell); El Caballero de Olmedo. El de Lope no,

el otro (dir: Julián Ortega); Otelo (dir: Eduardo Vasco); Noche de Reyes (dir:

Eduardo Vasco); Entremeses Barrocos (dir: Elisa Marinas); Un Bobo hace ciento

(dir: J.C. Pérez de la Fuente); La Estrella de Sevilla (dir: Eduardo Vasco); El

pintor de su deshonra (dir: Eduardo Vasco); El curioso impertinente (dir:

Natalia Menéndez); Don Duardos (dir: Ana Zamora) y Las Leandras (dir:

Gustavo Tambascio), entre otras.

Entre sus trabajos en televisión se encuentran El Botones Sacarino, Paco y

Veva, Cuéntame, Un lugar en el mundo, Impares, Padres, La Gira, La pecera de Eva,

Con el culo al aire, El secreto de Puente Viejo, Cuéntame, Aída, Museo Coconut y El

ministerio del tiempo.

En cine, le hemos podido ver en Águila roja (dir: José Ramón Ayerra

Díaz) y El futuro ya no es lo que era (dir: Pedro Luis Barbero).

Ignacio Jiménez (Jugador)

Ignacio Jiménez se ha formado en la escuela RESAD en Madrid. Ha

trabajado, entre otros directores, con Mario Gas (Un tranvía llamado deseo),

Helena Pimenta (El chico de la última fila) o Pilar Massa (Esa Cara).

Como parte de la última promoción de la Joven Compañía Nacional de

Teatro Clásico participa en los montajes de La Noche Toledana, con dirección

de Carlos Marchena y La cortesía de España, con dirección de Josep María

Mestres.

Colabora con la compañía de danza dirigida por Luz Arcas La Phármaco

(El libro de los venenos y La voz de nunca).

Por último, en televisión la hemos podido ver en series como Padres, La

princesa de Éboli, Toledo, Los misterios de Laura, Águila roja, entre otras.