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Mazagón 2015

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SALUDA DEL ALCALDE

SALUDA DEL TENIENTE DE ALCALDE

LA ALMADRABA DEL LORO José Antonio Mayo Abargues

PINUS PINEA - Pino PiñoreroPablo Rodríguez-Thorices Arroyo

¿SABÍAS QUE ... Manuel Padilla

EL ORO DE LA TORRE DEL ORO José Luis Gozálvez Escobar

LAS CONCHAS MARINAS DE MAZAGÓN Gabriel Gómez Álvarez

PARAJE NATURAL ESTERO DOMINGO RUBIO Miguel Ballesta Meichsner

CUANDO LOS MARINEROS DEJARON DE MIRAR AL MAR Pilar Sánchez Venegas

ODÓN BETANZOS PALACIOS: RECUERDO Y PRESENCIA EN MAZAGÓN Domingo Prieto

LOS TORREROS DE LA COSTA DE PONIENTE EN LA PRIMERA MITAD S. XIX Diego Ropero-Regidor

¿QUIERES SABER MÁS DE LOS CETÁCEOS? ... Soledad Vivas, Carolina Fernández, Eduardo Fernández Tabales

AÑORANZA DE MAZAGÓN Mª Jesús Barquero CasasMEDIODÍA EN EL MÉDANO -Obra gráfica- Pedro RodríguezCOMPOSICIÓN EN AZUL -Obra gráfica- María FerreraLA BOLSA DEL TIEMPO Antonio OrihuelaFRACTALES. ANATOMÍA ÍNTIMA DE LA MARISMA Hector GarridoINTERLUDIO- LA CASA DEL VIGÍA Antonio J. SánchezUN JOVEN PASEA EN AUTOMOVIL Juan Cobos WilkinsPOETAS DEL SUR DE EUROPA (III) Manuel Garrido PalaciosENTRE TUS MANOS Y LAS MÍAS Alfonso S. BarragánENTRE SUS NEGRAS MÁRGENES Juan DragoMEMORIA DE LA TARDE -Obra gráfica- Faustino RodríguezSOÑAR EL MAR / LA ARENA Félix AmadorMAR DE MI NIÑEZ Sefi CárdenasLA PIEL DEL MAR Carmen PalancoA LOS SERES DE TARTESSOS Juan Antonio GuzmánLO LEIDO EN LAS AGUAS José Antonio GarcíaTAMBIÉN EL MAR Carmen CíriaLA IMPUNIDAD Dolores IzquierdoENCUENTRA EL MAR Antonio Ramírez Almanza

MAZAGÓN: UN LUGAR PARA RECORDAR Rafael Blessing

MAZAGÓN... AIRE DEL SUR Juan Carlos Sáenz de la Torre

“MÁGIA OTOÑAL”. RUTA GASTRONÓMICA UNIPO

LA BUENA SUERTERafael López

AL SON DE LAS PALMERASJ. Joaquín Gómez Hernández

OBJETIVO MAZAGÓN. LA INMENSA MIRADAMiguel Ángel Morales Algaba

PROGRAMA DE FESTEJOS

EDITAFundación Municipal de Cultura de Moguer

COORDINACIÓN:Manuel Padilla

DISEÑO Y MAQUETACIÓNMiguel Ollero Márquez

FOTO PORTADA: “El equilibrista”Miguel A. Morales Algaba

FOTOGRAFÍASJavier LerenaJulián Ropero DíazFaustino RodríguezAntonio MayoMiguel A. Morales AlgabaSilvia de LuqueHector GarridoPauliten RagoPatricio Cueto RuaIsrael PadillaMª José CarmonaAbraham FigueiredoAntonio ArcosAutores de artículos

IMPRIMEEditorial MIC

DEPÓSITO LEGALH-204-2003

Las notas y opiniones aparecidas en los presentes trabajos son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

El contenido de esta publicación no puede ser reproducido ni total ni parcialmente sin mencionar la procedencia.

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Un año más, tengo la oportunidad de dirigirme a los vecinos y vecinas de nuestro querido Mazagón para desearos cordialmente, desde las páginas de esta re-vista, que disfrutéis de unas fiestas de verano llenas de momentos de alegría y de sana convivencia.

Tras ser elegido de nuevo alcalde de Moguer en las pasadas elecciones, gracias al apoyo mayoritario de la ciudadanía, quiero en primer lugar transmitiros a todos el compromiso del nuevo equipo de gobierno municipal de seguir trabajando con renovada ilusión por el bienestar de todas y cada una de las perso-nas que tenemos la fortuna de vivir en esta hermosa tierra.

Durante los últimos cuatro años se tendió un puente de unión entre Moguer y Mazagón que perseguía, como máximo objetivo, que de nuevo llega-ran el entendimiento, la concordia, la unidad y, sobre todo, la igualdad entre todos los vecinos y vecinas de ambas poblaciones, y ese es un puente que hemos reforzado de cara a la legislatura que acaba de iniciarse, porque queremos seguir apostando por una gestión solidaria y responsable.

Somos conscientes de que las mayorías absolu-tas han sido escasamente favorecedoras para Mazagón; por ello, y por la satisfacción de haber trabajado con el grupo AVEMA durante cuatro años, logrando entre todos la estabilidad, el de-sarrollo y el progreso de la ciudadanía cuando el punto de partida de nuestro Ayuntamiento era ,poco menos, que un pozo sin fondo, es por lo que hemos querido mantener esa relación basada en el entendimiento y la lealtad política, y seguimos contando con los compañeros y compañeras de Mazagón para seguir trabajando de forma con-junta por el bienestar de todos.

Es momento, pues, de renovar ilusiones y com-promisos, y de seguir poniendo lo mejor de no-sotros para buscar soluciones a los problemas que afectan a los vecinos y vecinas de esta hermosa tierra del sur andaluz; poniendo en marcha nue-vos proyectos, servicios e infraestructuras que nos permitan seguir conquistando un futuro mejor para todos y todas, un futuro en el que Moguer y Mazagón caminen de la mano y puedan mirar al frente con esperanza.

Por último, quisiera agradecer a cuantos hacen po-sible con su trabajo y su entrega que la fiesta y la alegría se conviertan en protagonistas durante es-tos días en los que Mazagón abre sus puertas y su corazón a quienes desean compartir con nosotros la sana alegría que se respira en nuestro singular recinto ferial del parque.

Gracias a toda la buena gente de Mazagón, que disfrutemos de la feria y de todos los alicientes que nos depara el verano, y que sigamos contando con vuestra comprensión y complicidad para continuar trabajando por el bienestar de todos los vecinos y vecinas de nuestro municipio.

Felices fiestas y un cordial saludo.

Gustavo Cuéllar CruzALCALDE DE MOGUER

del Alcalde

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Queridos vecinos y vecinas de Mazagón. En el ecua-dor de este caluroso verano, vuelvo a dirigirme a todos vosotros con motivo de la celebración de nuestras fi-estas para felicitaros afectuosamente y desear que los días de convivencia y diversión que se avecinan estén llenos de imágenes y momentos inolvidables.

En el comienzo de una nueva legislatura municipal, quiero aprovechar la oportunidad que me brinda esta magnífica revista que tenéis en vuestras manos para transmitiros a todos los que formáis parte de este proyecto común, que es Mazagón, un mensaje de es-peranza en un futuro mejor, un futuro que vamos a in-tentar seguir construyendo con toda la ilusión, las ga-nas y con la mayor cercanía posible a las necesidades de los vecinos y vecinas de nuestro pueblo.

Es mi deseo por tanto, y el de todo el equipo de gobi-erno, continuar impulsando un proyecto global para todo el Municipio donde todos participemos, porque el bienestar de nuestros vecinos depende de reforzar esa relación de respeto y entendimiento que ha sido norma en la pasada legislatura, y que nos ha permit-ido desarrollar muchas iniciativas beneficiosas para Mazagón

Con este espíritu positivo nos disponemos ahora a vi-vir nuestras fiestas de verano, esa gran manifestación de alegría en la que vecinos y visitantes conviven y dis-frutan de una feria que hemos organizado con nuestra mayor ilusión para intentar colmar las expectativas de todos ellos.

del Teniente de Alcalde

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saludaCon este objetivo, la Fundación de Cultura y la conce-jalía de Mazagón han coordinado esfuerzos y propues-tas para poder acondicionar y dotar de infraestructuras nuestro hermoso recinto ferial del parque, diseñando además un programa de festejos con alicientes para todo tipo de públicos, que esperamos contribuya a que dis-frutemos de unas fiestas llenas de atractivos y de partici-pación. En este sentido, he de reconocer una vez más la decisiva aportación a la feria que realizan asociaciones y vecinos de Mazagón, que año tras año complementan el programa de festejos con interesantes iniciativas, que sin duda todos les agradecemos.

Otros elementos imprescindibles de nuestra feria de ve-rano son su cartel anunciador y esta revista MARZAGÓN

En el primer caso se trata de un magnífico trabajo de José Joaquín Gómez Hernández, que ha puesto su inspiración y su arte para ofrecernos el hermoso cartel de este año, y merece sin duda por ello nuestro reconocimiento público y nuestra más calurosa felicitación.

De la revista, una publicación que nos llena de orgullo por su calidad y su cuidado diseño, destacar de nuevo el interés de sus artículos y colaboraciones literarias, la es-pectacularidad de los trabajos gráficos que la ilustran, y la coordinación del proyecto a cargo de Manolo Padilla, lo que se traduce en una de las mejores revistas culturales que ven la luz en nuestra provincia. A todas las personas que han puesto su arte y su creatividad al servicio de esta iniciativa, mi más profundo agradecimiento por su gen-erosa aportación a nuestras fiestas.

Y a todos vosotros, vecinos y vecinas de nuestro pueblo, visitantes que disfrutáis junto a nosotros de este verdade-ro paraíso que es Mazagón, desearos que estas fiestas de verano 2015 se desarrollen con la mayor brillantez y nos permitan vivir muchos momentos de alegría y sana con-vivencia en unión de amigos y familiares. Felices fiestas a todas y a todas.

Francisco A. Martínez PérezConcejal de Mazagón

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L

a almadraba del Loro estaba situada a dos millas a Levante de la torre del Loro. La actividad de esta pesca artesanal para capturar el atún rojo, el “Pata Negra” del mar, comenzaba en el mes de marzo y se prolongaba hasta agosto.

El arte de la almadraba es un laberinto de mallas, mediante las que se acorrala y encierra a los atunes. Su estructura, formada por cables de acero, está anclada al fondo, y la red se mantiene a flote con boyas. Hay varios tipos de almadrabas, pero to-das funcionan bajo el mismo principio: interceptar el camino de los atunes y atraparlos en la “cámara de la muerte”, al final de ese laberinto. La del Loro era de las denominadas de Buche, y se calaba de revés o de retorno.

Hay dos maneras de calar la almadraba para capturar a los atunes, una es de derecho o venida

Momento de la “levantá” en la almadraba del Loro. Foto: Luis Claus

LLa Almadraba

desde el Atlántico, y la otra es de revés o de retorno del Mediterráneo. El atún de derecho es un atún muy apreciado gastronómicamente, es vigoroso, de carne apretada y muy sabrosa; sin embargo, el de revés, es de carne magra y seca, ya que retorna muy debilitado por la puesta.

La almadraba del Loro, como todas las al-madrabas suratlánticas, pertenecía al Consorcio Nacional Almadrabero (1928-1971), una empresa estatal creada bajo la dictadura de Primo de Rivera, con sede en Tarifa y posteriormente en Isla Cristina. La instauración del CNA generó una serie de protes-tas políticas y mediáticas por la concesión de este monopolio a un grupo reducido de industriales del atún de las costas de Huelva y Cádiz.

En la primera mitad del siglo XX, los pesca-dores llegaban al Loro dos meses antes de la tempo-

L

por

José Antonio Mayo Abargues

orodel

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Momento de la “levantá” en la almadraba del Loro. Foto: Luis Claus

La Almadraba rada para calar la almadraba, un trabajo muy labo-rioso, ya que había que armar un tinglado de redes y cables, y fijarlo al fondo con numerosas anclas, de entre 300 y 600 kilos de peso. Los primeros en lle-gar eran los capitanes, y lo primero que hacían era ir a ver a un pescador lepero que vivía en el poblado del Loro, llamado Joaquín el de La Barca, para que les indicara el estado de la zona; los cambios que las mareas habían provocado en la morfología del fondo marino. Nadie mejor que él conocía la costa y sus continuos cambios.

Las almadrabas tenían que estar señaliza-das obligatoriamente de un punto perfectamente visible en tierra. Eran unas torres cilíndricas, hue-cas, construidas con ladrillos, de mayor a menor y terminando en forma de chimenea, que servían de atalaya para marcar la situación de la almadraba, así como punto de referencia para calar las anclas. Para ello se encendía una hoguera en su interior con ra-mas húmedas para provocar mucho humo y ser vista desde alta mar para proceder al calado. En los acan-tilados de El Asperillo, entre la Cuesta Maneli y el cuartel de Mata del Difunto hay una torre de mar-cación que, a pesar del paso del tiempo, se encuen-tra bien conservada.

La pesquería de la almadraba no dejaba ni un céntimo en esta localidad, pues los pescadores eran de Almería, Lepe e Isla Cristina. La almadraba del Loro tenía varios encargados que controlaban cada uno a la gente de sus pueblos. Para entrar a trabajar allí había que llevar una buena carta de re-comendación. Allí no entraba a trabajar cualquiera. Además, los atunes que se capturaban no se comer-cializaban en Mazagón, sino en Huelva, y eran trans-portados hasta allí por el vapor Martínez Campos y cuatro barcos más de motor: el César, el Pérez Lila, el Consorcio y el San Fernando. El único que obtenía algún beneficio económico era el pescador lepero, Joaquín el de La Barca. El Consorcio tenía contratado a Joaquín para recoger con sus barcos los flotadores de corcho que se soltaban con los temporales de la almadraba. Éstos eran retirados del mar y llevados a tierra para almacenarlos, apilándolos al sol en dis-tintos lugares; los buenos, los que se podían volver a utilizar eran devueltos a la almadraba, cobrando un real por pieza, y los que estaban rotos se cargaban en un camión con destino a una fábrica de Algeciras para su posterior reciclado y transformación.

Para más inri, el poblado donde estaban insta-lados los pescadores de la almadraba del Loro, es-taba situado muy lejos de la zona, concretamente en un lugar conocido como La Cascajera, en la Isla Saltés, por lo que los pescadores no compraban ni el tabaco en Mazagón. Se trasladaban todos los días hasta la al-madraba por mar en los barcos del Consorcio.

Allí estaban centralizadas tres almadrabas que se encontraban relativamente cerca una de otra: la almadraba del Loro, la almadraba de La Cinta, ca-lada frente a la laguna de Las Madres, y la almadraba de Las Torres, calada en la isla de Banco del Manto, frente a la isla Saltés.

En la Cascajera estaba ubicado el real de las tres almadrabas; un poblado que albergaba a todos los trabajadores relacionados con esta industria, y que contaba con una gran infraestructura para el sostenimiento de la misma: naves dedicadas a al-macén, calderas para alquitranar las redes y las amarras, una instalación para el combustible y un muelle de atraque, así como un cuartel de Carabine-ros que controlaban el tráfico de mercancías del real de la almadraba.

Marcación de la almadraba en El Asperillo. Foto: J. A. Mayo

Plano de La Cascajera. Instituto Oceanográfico. Archivo de la Biblioteca Nacional.

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La “levantá”

Presenciar una “levantá” de la almadraba era un espectáculo mara-villoso que nadie se quería perder, siendo motivo de una gran expectación entre los vecinos de los diferentes asentamientos que había en Mazagón, y todos los años se daban cita en el poblado del Loro para asistir a una “levan-tá”. Desde allí se lanzaba un cohete para avisar a un barco de la almadraba para que fuera a recogerlos junto a la torre del Loro.

La “levantá” es la operación de levantar los atunes que han sido atrapados en el copo o “cámara de la muerte” para ser izados a las em-barcaciones. Cuando el capitán de la almadraba consideraba que la con-centración de atunes en el copo era buena, ordenaba la “levantá”, y las embarcaciones se abarloaban sobre los corchos del copo y comenzaban a elevar la red del fondo para llevar los atunes hacia la superficie. Los pesca-dores van jalando de la red hasta que los atunes se quedan prácticamente sin agua, momento en el que son enganchados por la cabeza con garfios o bicheros para subirlos a las embarcaciones. El agua se agita como si es-tuviera hirviendo por su aleteo, y el cerco de la almadraba se tiñe de rojo por la sangre que brota de sus cabezas. Si el capitán lanzaba su sombrero al copo, significaba que la captura había sido excelente y que todos los pesca-dores tendrían una buena gratificación, por lo que se apresuraban en subir rápidamente los atunes a bordo.

Vecinos de Mazagón al regreso de ver una “levantá”. Foto: Familia de Joaquín Suárez.

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inus pinea L. es una especie de la división Sper-matophyta Gymnospermae, orden Coniferales, familia Pinaceae, subfamilia Pinaideaea, género Pinus del que es la especie típica (“pinus” era nombre latino exclu-sivo del pino piñonero). Este género, dentro de las coníferas es el que cuenta con un mayor número de especies y el que está más ampliamente distribuido en el Hemisferio Norte. Pinus pinea L. es un árbol conocido popular-mente como pino piñonero, pino real o de la tierra en Andalucía. Los pinares de piñonero ocupan en Anda-lucía una superficie aproximada de 200.000 hectáreas, de las cuales 70.000 son masas naturales, mientras el resto proceden de repoblación artificial. Estas cifras colocan a Andalucía como la primera Comunidad Au-tónoma en cuanto a superficie de pinar de piñonero. Esto nos convierte en la mayor reserva de pinares de pino piñonero en el mundo (32,6%), con un tercio de la superficie mundial.

Piñonero

PPino

Pinus Pinea

por

Pablo Rodríguez-Thorices Arroyo

PA mi hermana Amparo, in memoriam

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EL ÁRBOL

Puede alcan-zar los 25-30 metros de altura, o más, en suelos profundos y fértiles; aunque nor-malmente oscila en-tre los 10-12 metros en las estaciones me-nos fértiles y los 21-22 metros en rodales de muy buena cali-dad. Una de las características fisonómicas particu-lares que distinguen a este árbol es su inconfundible porte cuando es adulto, formado por un tronco grue-so y cilíndrico y en la parte superior una amplia copa aparasolada, compuesta por gruesas ramas y denso follaje.

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Es difícil estimar la longevidad media de la especie. Los estudiosos, aunque citan algunos ejem-plares muy longevos1, consideran que la vida media de la especie está en torno a los 200-250 años. En España, aunque es frecuente encontrar ejemplares aislados de 180-200 años, lo más habitual es encon-trar masas de una edad máxima entre 100-120 años.

Las exigencias ecológicas de este pino, espe-cialmente adaptado a los excesos de insolación, de sequedad climática y temperaturas medias elevadas, le hace especialmente eficaz en la colonización y pro-tección de suelos incoherentes y especialmente po-bres para los alcornoques, robles y encinas; ocupan-do, en consecuencia, los terrenos perdidos por las cupulíferas y degradados por la acción del hombre. Asimismo, en amplias zonas de su área de presencia representa la evolución hacia el monte de frondosas. Las raíces forman un complejo multiestratifi-cado potente, compuesto de una raíz principal muy gruesa que aborta pronto y raíces secundarias late-rales que se desarrollan horizontalmente. El sistemaradical, además del imprescindible anclaje al

suelo, está adaptado para extraer el agua que necesita el árbol de una notable profundidad. En suelos arenosos de la campiña onu-bense en los que aparece una capa de arcillas cementadas ferruginosas, la raíz principal en-cuentra dificultades para profundizar y es fre-cuente ver árboles atrancados por el viento.

Pino Centenario de Mazagón

1 Pino Centenario de Mazagón con 400 años que ha merecido la inclusión en el catálogo de monumentos naturales de Andalucía, desde el año 2003.

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La corteza es pardo-rojiza y escamosa; posteriormente se va resquebrajando a medida que el individuo crece; convirtiéndo-se, cuando es adul-to, en un ritidoma grueso gris-oscuro, con grandes pla-cas de color rojo-ladrillo delimitadas por grietas profun-das. Presenta un crecimiento rápi-do, incluso hasta edades avanzadas.

Las hojas o agujas del árbol adulto tienen una vida media que oscila entre 3 y 4 años, son de co-lor verde oscuro ligeramente arqueados, algo rígidas, pinchosas y ásperas en los márgenes. Miden de 10 a 15 cm. de largo y 1,5 a 2 mm. de ancho. Se disponen sobre pequeñas ramas, (braquiblastos) agrupadas en pares mediante una pequeña vaina membranosa que las envuelve por su base.

El periodo de flo-ración varía en función de la localización geográfica, pero en general abarca los meses de marzo a junio. Las primeras flores apare-cen con la madurez sexual. Pinus pinea es una especie monoica, es decir, presen-ta las flores de ambos se-xos en el mismo individuo.

La polinización es anemófila, es decir, la dis-persión del polen se realiza por el viento. Para ello los granos de polen están dotados de unas estructuras que les permiten volar unas pocas semanas. Después de la polinización se inicia un ciclo que se prolonga por espacio de 3 años. Esta es la característica más llamativa del ciclo reproductivo del pino piñonero que lo distingue de las otras especies del género, en los que usualmente la maduración se produce en dos años. Cuando alcanzan la madurez, las piñas son de gran tamaño: 8-14 por 7-10 cm., gruesas, globosas

de color pardo-rojizo y lustrosas, con escamas ensan-chadas hacia el ápice. Cada escama lleva dos grandes piñones. Al tercer año, desde la polinización, las pi-ñas se abren y caen los piñones. Éstos son gruesos, lo que limita su capacidad de autodispersión, por lo que la diseminación lejos del árbol madre la realizan pequeños roedores y aves.

AMENAZAS

Las principales amenazas del pino piñonero son:

Plagas Procesionaria del pino: Es un lepidóp-tero muy frecuente en toda el área mediterrá-nea. En España se ha localizado en todas las provincias. Pe r fo ra d o re s de pino: Los insectos perforadores son gene-ralmente coleópteros que se desarrollan so-bre árboles debilitados. Los daños se asocian a masas que vegetan con dificultad. Perforadores de piña: Provoca importantes pérdidas en la producción de piñón. Puede llegar a causar la pérdida completa de la piña si alcanza el raquis. Chinche originaria de Norteamérica, recien-temente introducida en Europa en los movimientos de madera. En España aparece en toda la fachada mediterránea. Su alimentación provoca daños en las acículas y en las piñas.

Enfermedades El nematodo de la madera del pino es el agente cau-sante de la enfermedad denominada Marchitez o Seca de los Pinos, responsable de daños extremada-mente graves en los países en los que se ha introdu-cido.

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LA PIÑA

La piña es el producto fundamental de los montes de Pino Piñonero. El pino piñonero es, una especie forestal con claro carácter «frutal», carácter que comparte con otras especies arbóreas medite-rráneas como la encina, el acebuche, el quejigo, etc. Una vez más, no es la madera la producción funda-mental de un monte mediterráneo. La producción de piña es variable según los años. Casi nunca una cosecha es nula, pero sí son ob-servables diferencias de producción entre años que llegan desde el máximo, en los años mejores, hasta su quinta parte, en los años malos. Las buenas co-sechas se producen normalmente cada 3-4 años en condiciones normales, pero las heladas (donde exis-ten) y los ataques de los parásitos pueden espaciarlas a 5-6 años. La producción media por árbol depende, en buena parte, del diámetro de éste. Se inicia la pro-ducción en cantidad significativa cuando el árbol (su tronco) alcanza los 20 centímetros de diámetro normal. A continuación se muestra un cuadro donde se relacionan diámetros con número de piñas por árbol, así como los metros cuadrados de ocupación de la copa.

Diámetro normal20253035404550

Nº Piñas /arbol101835508095

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Nº piñas/ m2 copa1

1.51.72

2.22.42,3

Se inicia la recolección en diciembre. Una vez recogida la piña, se procede a la extracción del piñón que contiene. Fundamentalmente este proceso con-siste en su oreo al sol hasta que la piña se abre por sí sola. Para ello se la extiende en eras y se aguarda hasta los meses de más calor en que se abren. El peso y el tamaño de los piñones es muy variable. Depende de una serie de parámetros eco-lógicos y del régimen de producción. En general no suelen alcanzar 1 gr. de peso y miden aproximada-mente de 15-20 mm. por 7-9 mm. Su almendra está envuelta en un tegumento muy fino, es comestible, de textura harinosa y resinosa. El rendimiento de las piñas en piñón es, en peso, del orden de los 15-22 Kg. de piñón con cás-cara cada 100 Kg. de piña. La producción total del piñón «en prieto» de España alcanza un promedio de unas 6.261 toneladas métricas anuales, con cier-ta tendencia a aumentar; oscilando las produccio-nes, según los distintos años, entre las 3.000 y las 10.000 toneladas. A continuación se muestra un cuadro donde se representan las producciones de piñón en distin-tas comunidades autónomas. El rendimiento medio por hectárea en kilogramos de piñón viene siendo de:

Andalucía 12 Kg. / Ha.Castilla-La Mancha 2 Kg. / Ha.Castilla-León 47 Kg. / Ha.Cataluña 54 Kg. / Ha.Extremadura 18 Kg. / Ha.Madrid 48 Kg. / Ha.

En la actualidad, España viene a producir el 45 % de la cosecha mundial de piñón piñonero (va-riando entre el 40 y el 60%, según la cosecha mun-dial); repartiéndose el mercado mundial con Italia, Portugal, Turquía y China, fundamentalmente. Se exporta una buena proporción del piñón producido, con tendencia al aumento. Los Estados Unidos son los consumidores principales a escala mundial. Los piñones han sido muy apreciados desde antiguo para la alimentación humana, hecho al que alude su nombre específico pinea, con el que los ro-manos denominaban a las piñas.

Bibliografía, fuentes y notas

- El pino piñonero. José Miguel Montoya Oliver. Editorial: S.A. MUNDI-PRENSA LIBROS, 1990.

- El pino piñonero (Pinus Pinea L.) en Andalucía. Consejerería de Medio Ambiente J.A. 2004.

- Monumentos naturales de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. J.A. 2003

- Internet

- Gracias a mi amigo Víctor Guerrero Merino por las fotos para el artículo.

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el 15 de diciembre de 1940, se ejecuta el expediente de adquisición por el Patrimonio Forestal del Esta-do del “Coto de Doña Blanca o “de Mazagón”, en términos de Moguer y Lucena del Puerto

en el mes de marzo de 1953, a causa de los fuertes temporales de Levante, el mar arrojó a las playas de Mazagón grandes ejemplares de elefantes marinos; y que marineros de las flotas pesqueras de la costa occiden-tal capturaron, mediante arpones, siete de estos mamíferos pinnípedos, de más de 400 kilos y tres metros de longitud, cada uno

el 29 de marzo de 1966, el Capitán General de la II Región, presenció las operaciones “Sagitario”, in-cluidas en el supuesto táctico “Zodíaco”, en las que intervinieron Fuerzas de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y que el escenario de estas maniobras fue la playa de Mazagón, a la que arribaron tropas transportadas por mar

el 7 de abril de 1967 falleció el Ingeniero de Montes D. Manuel Kith Tassara (04/05/1895), del Patrimo-nio Forestal del Estado y V División Hidrológico Forestal, artífice de la repoblación forestal de Mazagon durante los años 40 y de la construcción de su Poblado en los 50; nombrado por el Jefe del Estado, Ingeniero Jefe de I el 5 de enero de 1950

¿ Sabías que... por

Manuel Padilla

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en julio de 1967 se estaba llevando a cabo una inversión de treinta y ocho millones de pesetas en la ejecu-ción del ensanche y mejora del firme de la carretera de San Juan del Puerto a Palos de la Frontera, dentro de los pro-yectos de infraestructura para fomentar el turismo hacia la playa de Mazagon Asimismo, también se encontraba en período de subastas la ejecución de la variante en los pueblos de Moguer y Palos de la Frta.; con el objetivo de evitar la dificultosa travesía interior por dichos núcleos urbanos.

y que a pesar del mal estado de dichas carreteras, en el año 66 visitaron la playa de Mazagon más de 4.000 turismos en un solo día de verano

el miércoles, 17 de enero de 1968, desde la Base “Campo Arenosillo”, situada frente a las playas de Maza-gón, fue lanzado el primer cohete de la segunda serie espacial, el “Judit Dart”, de investigación meteorológica, y que alcanzó una altura de sesenta y siete metros; cubriendo plenamente su objetivo científico

en agosto de 1970 se desarrolló, por primera vez en España, un turno de campamento para jóvenes de am-bos sexos, con edades comprendidas entre los 15 y los 25 años; y que fueron en las instalaciones del campamento Pedro Alonso Niño, situado tras la subida de la Cuesta de la Barca, donde se desarrolló del 16 al 30 de agosto de dicho añoLa cuota de participación costó 800 pesetas.

el promedio de lanzamientos de cohetes meteorológicos del tipo “Skua” y “Judit Dart” que la base de Cam-po Arenosillo llevó a cabo durante el año 1970 fueron de 10 mensuales, y que la hora de lanzamiento osciló entre las 12:00 y 12:30 Entre el 2 y el 9 de diciembre del mismo año se lanzaron 14 cohetes.

el alcalde de la Palma del Condado, en 1975, D. Cristóbal Gil Pérez, fue gerente accionista de Urbanizaciones El Pi-cacho, en Mazagon; sociedad propietaria de una extensa finca a orillas del mar

y que por el mes de octubre de dicho año se estaba urbanizando la avenida central de la Zona C, de dos kilómetros de longitud, donde irían emplazadas, al final de dicha avenida, las infraestructuras del Club Náutico de Mazagón; cumpliéndose este año su 40º aniversario

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Torre

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lo largo de la última década del siglo XVI, a pie del río del Oro, a escasas brazas de la línea de pleamar, se levantó en las playas de Castilla la torre almenara del Oro. Formaba parte del conjunto defensivo de la costa de Andalucía -la comprendida entre el estrecho de Gibraltar y la desembo-cadura del Guadiana, el resto de la costa del sur era la de Granada-. Pero, al menos en apariencia, bien poco podía guardar en mitad de un desierto de dunas vivas y móviles.

Si acaso, en las mañanas, con velas o espejos y, en las noches, con fuego y humo, podían convertirse en centros emisores de breves comunicaciones: de peligro, ante la presencia de barcos corsarios; o con órdenes del duque de Medina Sidonia, que había descubierto, al levantarse las distintas tor-res, un sistema ágil e inmediato para conectar sus dominios gaditanos y onubenses.

Ni el ser un enclave estratégico de tan escaso relieve en la defensa costera, ni su aprovechamiento como un sistema limitado de comunicaciones ex-plican su pomposo nombre. El verdadero sentido del apelativo de la torre del Oro se origina, sin duda, al situarse en el centro de las coordenadas exactas donde, a lo largo de muchos siglos, ricos pecios nutrieron la codicia de los buscadores de tesoros y engrosaron la hacienda ducal, gracias a los derechos que el señor exigía de las naves que naufragaban en sus marinas y costas.

Después de 1526, cuando surge el tráfico reunido y protegido, estas costas apenas si aparecen en la ruta de las flotas de Indias. La razón es sencilla: a la ida cuando se parte de Sanlúcar o de Cádiz, se aproa hacia el sudoeste para tomar cuanto antes los alisios. A la vuelta, pasado el cabo de San Vicente y Lagos, la ruta se enfila desde el cabo de Santa María, a la altura

del

Apor

José Luis Gozálvez Escobar

Plano y Perfil de la Torre del Rio del Oro que demuestra las dos brechas que tiene su fundamento a los Frentes del Sur, y del Poniente... Archivo General de Simancas, [MPD, 56, 030] Restaurado.

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de Faro, hasta Sanlúcar o Cádiz, evitando Arenas Gordas, como también se denomina a las playas de Castilla, costa inhóspita y despoblada, en la que los navíos acababan encallando. Primero se evitó por su despoblación e insalubridad a las mismas puertas de Sanlúcar, después, cuando comienza a debilitarse la defensa de la Carrera de Indias y las embarcaciones navegan solitarias y corre de su cuenta la protección, porque el enemigo solía guarecerse allí.

Los llamados Libros de Registros de Ida y Venida, documentos pertenecientes a la Casa de la Contratación del Archivo de Indias, sin ser completos, informan de algunos de estos naufragios, teniendo en cuenta, además, que su número no corresponde necesariamente con el de navíos, pues el hundimiento, pérdida o varamiento puede corresponder, a veces, a más de una embarcación. En 1581, se hundieron dos navíos, que formaban parte de la armada de Magallanes, capitaneada por don Diego Flores de Valdés, uno en Arenas Gordas y otro en el Picacho. Ambos aparecen en el registro de un solo naufragio. A lo largo del siglo XVI, otros seis accidentes se localizan en Arenas Gordas, sin más precisiones, uno más en las afueras de Sanlúcar, sin especificar dónde, y uno en el brazo de la Torre, tal vez la desembocadura del arroyuelo del Oro. La nao Espíritu Santo en 1563, de 120 toneladas, cuyo maestre era Gaspar González, que venía de Santo Domingo, se hundió en 1563 «junto a Palos»; y la San Miguel, de 400 toneladas, cuyo maestre era Martín de Lozoya, naufragó en 1581, «cerca de Palos en el paraje de Julianillo», uno de los enclaves tradiciones de pesca de Mazagón.

Durante el siglo XVII, dos nuevos naufragios se localizan en Arenas Gordas, uno en la vecina torre de Carboneros, otro en la cercana barra de Huelva, y un último a 50 leguas de Cádiz, sin especificar el lugar. Mientras que, en la primera mitad del XVIII, aparece uno en la Torre del Asperillo, otro que «naufraga en la costa oeste de Sanlúcar», y un elevado número de naos mercantes que lo hacen en la zona inmediata a la salida de la barra de Sanlúcar, ajenos ya al sistema de Flotas de Indias, al amparo de la ley del Libre Comercio.

La gran mayoría de naufragios tiene lugar a la llegada de los barcos desde América, cargados, en consecuencia, de sus tesoros, de plata y oro brutos. Pero también hay excepciones en la carga y en el sentido de la navegación. Curioso es el naufragio localizado en la barra de Huelva de 1657, al sospecharse que fue premeditado y, por tanto, fraudulento. Las autoridades de la Casa de Contratación enviaron un comisionado para investigar el su-puesto hundimiento de la urca holandesa La Fama Volante que, procedente de Canarias, cargaba un importante volumen de vinos que esperaban navíos franceses escondidos en la costa. Caldo curioso éste que parecía tener casi el valor del mismo oro, a juzgar por la documentación.

Blondo y Zabala, Agustin de, Plano de la Barra de los Ríos Odiel y Tinto que conducen a los fondeaderos de Huelva y Moguer. Levantado por el Capitán de Fragata D. Agustin de Blondo y Zabala, 1829. Archivo Naval de Madrid Sig-natura: E-38-7

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En 1572 la polacra San Diego, alias La Esperanza, naufraga enfrente de la torre del As-perillo, yendo a Cartagena de Indias cargada de «géneros». Quedó varada la noche del 15 al 16 de enero frente a la torre del Oro, lo que dio lugar a que arrieros de Moguer, Trigueros y Sanlúcar se movilizaran para recoger los restos que pudieron ser rescatados. Entre la amplia información que se conserva destaca la nula referencia a Palos, que ni se cita entre las competencias en la recogida de los géneros, discutidas por el visitador, los dueños de las mercancías, el capitán y maestre del barco y las autoridades de rentas de Moguer.

El peligro del enclave de la torre del Oro por la concentración de accidentes en la navegación continuó hasta muchos años más tarde. No hay más que pensar en los conocidos hundimientos de El Rayo o, más tarde, las numerosas pérdidas sufridas en la batalla de Trafalgar. Todo ello, sin contar, además, con las pérdidas incontables de las más modestas embarcaciones pesqueras, que no suele tener el mismo respaldo documental.

De ahí posiblemente también su nombre. Porque con frecuencia, entre los fondos cam-biantes y peligrosos de sus aguas, se escondían fortunas inmensas, una quimera sólo accesible a los grandes aventureros o a las grandes iniciativas, aunque fueran pro-vocadas por la desesperación de los malos tiempos. No es casual, en fin, que allí se instalaran los primeros carabineros de la costa de Huelva: seguía habiendo oro y otras mercancías que guardar. Tampoco lo es que se fundara allí la primera colonia estable de la playa: la que estableció Joaquín el de la Barca.

Plano de la Barraca que se construyó inmediatamente a la torre y Rio del Oro.... Archivo General de Simancas, [MPD, 56, 031]Restaurado.

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Marinas

Lde

Las Conchas

guiadas por el Parque Nacional de Doñana. Pero nos estamos dejando atrás un recurso importante, una particularidad de las playas onubenses sin igual en toda España y un recurso medioambiental importante para el turismo ecológico de Huelva: la malacología.

Con la llegada del verano las costas españo-las acogen un gran número de turistas y Huelva, con sus casi 150 kms. de playas, no se queda atrás. La de-manda de un entorno natural y tranquilo toma fuer-za para aquellas personas que quieren descansar en contacto con la naturaleza. En este sentido, las pla-yas de Mazagón ofrecen una zona sin igual, con lar-gos kilómetros de playas vírgenes que van desde el Puerto Deportivo de Mazagón hasta perderse al pie de los acantilados de arenisca en el Paraje Natural de Doñana. Lejos de la vista de los bañistas, la playa se hunde en una plataforma continental de suave pen-diente y fondos marinos sedimentarios salpicados de rocas. Aunque los enclaves rocosos son escasos, alber-gan una fauna importante de corales, esponjas y otros organismos difíciles de observar en el Mediterráneo.

l turismo ecológico o ecoturismo está en-caminado a compaginar el ocio con el medio natural resaltando valores medioambientales y ecológicos, toda vez que se potencia la sostenibilidad de esta ac-tividad. Este es muy reciente y está relacionado con el desarrollo de una tendencia incipiente que ya está generando una importante demanda sobre el área de turismo. Una parte importante de esta oferta de ocio son las propuestas relacionadas con el medioam-biente: las rutas en bicicleta o a caballo, la escalada, el rafting y el submarinismo son ejemplos de un largo etcétera de actividades que se ofrecen al viajero. En esta línea, Andalucía cuenta con un patrimonio me-dioambiental y una biodiversidad enorme; por lo que, además de las actividades que permiten disfrutar de sus playas, montañas, ríos y mar, se debería poner en valor su flora y su fauna. Gran parte del ecoturismo se mueve en busca de la flora y la fauna que gustan de observar o fotografiar y ,en la provincia de Huelva, empieza a ser habitual las rutas ornitológicas entre los parajes naturales y marismas que se ofrecen al via-jero, las jornadas micológicas en la sierra o las rutas

Mazagón

E

Vistas de las payas de Mazagón desde el Parador Nacionalpor

Gabriel Gómez Álvarez

Coordinador Medio Marino

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Un aspecto importante de la biodiversidad que podemos encontrar en estas aguas es la enorme abundancia de conchas de moluscos que llegan hasta la misma playa. El litoral onubense presenta una am-plísima plataforma continental en la que predominan los fondos marinos sedimentarios, que son el hábi-tat prioritario de gran cantidad de estos invertebra-dos. A la naturaleza de sus fondos marinos se une el aporte de una enorme cantidad de materia orgánica proveniente de sus grandes ríos. Estos ríos generan una sopa de nutrientes perfecta para una explosión demográfica de gran cantidad de caracoles y bival-vos. Además, Huelva presenta una costa de extraor-dinaria riqueza dada su situación geográfica entre dos océanos y dos continentes, y por estar situada a caballo entre 3 regiones biogeográficas: las regiones lusitánica, mauritánica y mediterránea. En esta zona de unión geográfica y marina se produce una mezcla de fauna mediterránea, atlántica de aguas templadas, sub-tropical del atlántico africano y los endemismos del es-trecho de Gibraltar, que no tiene igual en toda Europa.

En la última década, el turismo ecológico ha ascendido considerablemente en la oferta y demanda del viajero naturalista. Con el turismo ornitológico se ha abierto este mercado en España, que poco a poco se va extendiendo a otros campos, y en este sentido las playas de Mazagón se presentan como una zona ideal para recolectar un gran número y variedad de conchas. Se añade así un gran valor a sus playas que incluye una oferta de ocio y estudio. El interés por las conchas ha acompañado a la historia de la humanidad con los diferentes usos que se han hecho de ellas. Los moluscos empiezan a ser recolectados en el paleolíti-co superior y su consumo como alimento se amplió más adelante con los diferentes usos de sus conchas: se usaban como útiles domésticos, elementos orna-mentales, moneda de cambio, herramientas, etc. Por último, aparece el interés por el estudio y colección de las conchas (Malacología), que ha trascendido al ámbito académico, siendo muchos los aficionados a recolectar y coleccionar éstas. Con esta práctica se ha impulsando un importante mercado de colecciones, intercambios, congresos y demás eventos con el referente de la Sociedad Española de Malacología (SEM).

Las playas de Mazagón y en general todas las de la provincia de Huelva, juegan con ventaja en la captación de los aficionados a la malacología, ya que las condiciones del medio; no solo generan una abrumadora cantidad de restos de conchas sino que, además, encontramos especies consideradas muy raras en otras zonas de España y que enriquecerán enormemente las muestras de los coleccionistas. Huelva debería de ser, por tanto, un referente de trabajos en malacología y un destino turístico prin-cipal de coleccionistas y aficionados a esta ciencia.

Vistas de las payas de Mazagón desde el Parador Nacional

Fondo rocoso sumergido bajo sus aguas, donde se aprecia una fauna de gorgonias y esponjas que recubren la roca sobre la que se asienta.

Los nudibranquios o “babosas de mar” son un grupo de moluscos sin concha y muy conocidos entre los buceadores, dado lo vistoso de sus dibujos y el colorido tan llamativo que presentan en todo su cuerpo.

Aspecto de la acumulación de conchas que llegan a determinadas zonas de la playa (conchenas) y que dan idea de la abrumadora cantidad y diversidad de ellas que podemos encontrar en la pro-vincia de Huelva.

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Desde el espigón del Puerto Deportivo de Mazagón hasta la playa del Parador Nacional y más allá, hasta donde queramos llegar, encontraremos una extensa playa de suave perfil y tranquilos rincones. En ella hallaremos decenas de diferentes tipos de conchas; incluido algún que otro fósil, con las que podremos completar o iniciar nuestra colección. Los moluscos son el segundo grupo animal en tamaño y ,dada su gran diversidad, deberemos prestar aten-ción en identificar bien las conchas ya que si bien las hay de fácil determinación, otras pueden tener cierta dificultad por su parecido con otras similares. Para guiarnos en esta opción de ocio y turismo con-tamos con la Guía de las Conchas Marinas de Huelva, editada por la Diputación Provincial y cuyo autor ha creado la WEB www.mediomarino.es. En esta Guía se recogen 150 especies de la provincia, lo que nos permitirá identificar las conchas que encontremos en la playa. Además, se desarrolla un apartado de técnicas de coleccionismo y fotografía, entre otros contenidos, que sin duda ayudarán al que se quiera iniciar en el apasionante mundo de la malacología

¿Quién no ha cogido una concha que guarda en casa, aquella que llamó su atención durante las pasadas vacaciones? ¿No ha pensado que hay cientos

Algunos ejemplos de las conchas más vistosas y “raras” de aquellas especies que podemos encontrar en Huelva. Ampulla priamus (arriba izquierda) es el caracol más exclusivo del mar onubense, ya que Huelva es la única provincia española con presencia.

Fusiturris undatiruga (arriba centro), es una especie citada como “muy rara” de encontrar y, sin embargo, es relativamente abundante en los fondos marinos y fácil de encontrar en las playas de Mazagón.

Y por último, Venerupis geographica (arriba derecha), presenta uno de los dibujos más vistosos que podemos encontrar entre los bivalvos españoles.

El grupo de las porcelanas, llamadas así por su textura y brillo, son algunas de las especies más bonitas que podemos encontrar en las playas de Mazagón. Luria lurida es una de las tres especies que podemos hallar y son una de las piezas más importantes en una colección de conchas.

Para iniciarnos en el mundo de la malacología y las colecciones de conchas, necesitamos una bibliografía fiable que nos lleve a una correcta identificación de nuestras muestras. Para ello, reco-mendamos la Guía de las Conchas Marinas de Huelva, editada por la Diputación; y la consulta “on line” en la WEB www.mediomarinohuelva.es . Ambas opciones nos permitirán, casi con total seguridad, identificar todas las conchas que recojamos en las playas de Mazagón y ,en general, de toda Huelva.

de especies diferentes? ¿Que cada una procede de un animal distinto con particularidades a veces sorpren-dentes? ¿Que una concha presenta un gran número de rasgos morfológicos diferentes que la diferencia de otras? Pues si este artículo ha despertado su interés, le invito a fijarse en la playa, en la arena que pisa, y ob-servar la gran abundancia de formas, dibujos y colores que presentan las conchas que usted podrá encontrar.

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Torre del OroJulian Ropero

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EEstero

omingode DRubio

por

Miguel Ballesta MeichsnerAgente de Medio Ambiente END

n año más, se me ofrece la oportunidad de presentar un texto divulgativo-científico en la publicación anual de la revista Marzagon, la cual, año tras año, adquiere un mayor protagonismo debido en gran medida al exquisito cuidado que su director y editores brindan a cada una de sus páginas.

Después de varios años presentando en dicha revista las diferentes figuras de protección que la Junta de Andalucía le tiene asignado a los diferentes paisajes del entorno de Maza-gón, comenzando en la edición de 2007 con el Monumento Natural Acantilado del Asperillo , y posteriormente en 2011 al otro Monumento Natural, el Pino centenario del parador de Mazagón, pasando en 2012 por el Espacio Natural de Doñana, y finalizando en el año 2013 donde se dedicó el texto al Paraje Natural Laguna de Las Madres y Laguna Primera de Palos. Finalizamos en este 2015 la serie de figuras de protección con el Paraje Natural Estero de Domingo Rubio.

Pocos lugares en el mundo podrán presumir de tener tantos espacios naturales protegidos en tan poca superficie como los que tenemos en Mazagón y de los que tan orgullosos es-tamos los mazagoneros. Y todo eso sin ni siquiera nombrar a lo que es sin duda su mayor tesoro, su playa, a la que se le dedicaron las ediciones de 2004, 2008 y 2010.

U

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Estero PARAJE NATURAL

ESTERO DE DOMINGO RUBIO

A tan sólo 8 kilómetros del municipio de Mazagón, siguiendo la carretera A-494 en dirección Palos de la Frontera, encontramos varios accesos a cada lado de la carretera, llegando a lo que aproxima-damente se puede considerar el centro de este lugar, en el que flora y fauna aún encuentran un resquicio de virginidad, a pesar de que la presión humana es opre-siva con su entorno.

Este medio protegido tiene una superficie de cuenca de más de 10 mil Ha., y está incluido en los tér-minos municipales de Moguer y Palos de la Frontera.

Antes de entrar en profundidad con la descrip-ción del espacio protegido, se debe definir el concepto de Estero; lo que puede esclarecer que sea un lugar de tanto interés respecto a su protección ambiental.

ESTERO: Tramo de un río de gran anchura y caudal que ha sido inundado por el mar debido a la in-fluencia de las mareas y al hundimiento de las riberas; en algunas se acumulan extensos depósitos de fango mientras que otros se conservan relativamente libres por el efecto del retroceso de la marea.

Por tanto, se trata de zonas de interacción en-tre agua dulce y salada, que permanecen vivas y en movimiento diario, lo que ya de por sí le otorga un es-pecial interés a su hábitat y a las especies que alberga.

El Estero de Domingo Rubio es un caño fluvio-mareal del litoral atlántico asociado a la desemboca-dura del Río Tinto; formando en su tramo de salida unas marismas, mientras que hacia su cabecera se ha alterado su dinámica mareal principalmente por la construcción de infraestructuras viarias.

A pesar de que hidrológicamente, en su cabecera, se encuentra unido a través de un corredor verde con el Arroyo de la Rocina, paraje que pertenece al Espacio Natural de Doñana, en esta cabecera se separan claramente estas dos figuras de protección, tanto administrativa como ecológicamente, pues en lo que se conoce como Dehesa del Estero de Domingo Rubio se encuentra la vertiente de aguas de los dos arroyos, donde la más oriental vierte hacia Doñana y la más occidental hacia el Río Tinto. Este humedal presenta pues una alimentación de aguas mixta, por aportes superficiales y por aportes del acuífero Al-monte-Marismas, el mismo acuífero que domina casi toda la comarca.

Fue declarada Paraje Natural por la Ley 2/1989 de 18 de Julio, por la que se aprobó el inventario de es-pacios naturales protegidos de Andalucía (BOJA n°60 de 27/07/1989). Es además uno de los Lugares de Im-portancia Comunitaria (LIC) propuesta por la comuni-dad autónoma andaluza, en aplicación de la Directiva 92/43/CEE y ha sido declarado además ZEPA (Zona de especial Protección para la Aves) dentro de la Red Natura 2000.

El Estero de Domingo Rubio presenta un desta-cable desarrollo de la vegetación palustre y, junto a otros lugares del litoral onubense, forma uno de los más importantes complejos palustres litorales de la Península.

Sustenta una rica y variada avifauna; con-tribuyendo a diversificar los hábitats que sirven de ref-ugio a numerosas aves en sus trayectos migratorios. El grupo más numeroso son las aves acuáticas y todas las que viven junto a humedales, Archibebe común, garza real y garceta común, Ánade real, Pato colorado, focha común, cornuda, garcilla bueyera, cormorán, son algu-nos ejemplos de las que se pueden observar.

Sin embargo, en los últimos 50 años, el Este-ro de Domingo Rubio, al igual que el resto de lugares de interés medioambiental de la zona, está sufriendo continuas amenazas que afectan profundamente a su hábitat, y a las especies de flora y fauna que conviven en él. Siendo, sin duda, el lugar protegido más deterio-rado de los que circundan Mazagón, por las amenazas que se describen a continuación.

1. Modificación de Cauces públicos. Se taponan, se varían, se construye sobre ellos, de manera que se modifica la tendencia natural del desplazamiento del agua, lo que a su vez provoca otros cambios como la precipitación de elementos contaminantes o el ar-rastre de elementos limosos, alternando igualmente la relación agua dulce-salada.

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2. Modificación y destrucción del paisaje cir-cundante, como la eliminación y desmonte de los cabezos o médanos de la zona, y a su vez la construcción de taludes en unos terrenos ya muy transformados por las diferentes actividades humanas, lo que está provo-cando tanto episodios de inundación como de colmatación del estero. Dentro de este apartado se podría incluir la excesiva extracción de áridos que se produce en la cuenca del estero.

3. La alteración hidrodinámica que producen los viales que atraviesan este medio protegido, como son la carretera A-494 o la H-620, entre otras pistas y carriles, a los que la naturaleza de este espacio se ha tenido que adaptar a raíz de sus construcciones.

4. La agricultura intensiva aporta una impor-tante fuente de contaminación química a través de lixiviados como nitratos y fosfatos, además de que sus aguas presentan altas concentraciones de plagui-cidas que podrían evitarse con un mayor control so-bre el aporte de herbicidas y fertilizantes. El régimen de alimentación superficial se encuentra actualmente alterado, de manera importante, debido a la existen-cia de un elevado número de pequeños embalses o represamientos construidos en los cauces de los aflu-entes para su aprovechamiento en regadíos.

5. La actividad industrial en la parte baja del Estero donde se encuentra con los vertidos del polo químico de la capital onubense, hace que, debido al carácter mareal del estero, estos contaminante, prin-cipalmente metales pesados, sean transportados hasta donde el régimen mareal tenga capacidad de ascender, dispersando la contaminación hacia la ca-becera del estero. Esta zona alta también se encuen-tra regada de otro tipo de econtaminantes como vert-ederos de residuos , tuberías de efluentes industriales y plantas químicas abandonadas que existen en su cauce. A esto se debe añadir que las conocidas balsas de fosfoyesos de la capital onubense se encuentran limítrofes a este espacio protegido, con lo que según todos los indicios y publicaciones científicas al respec-to podría estar introduciendo elementos radiactivos en el cauce del Estero.

6. La extracción de agua en la zona de cabecera donde la salinización es baja se convierte en otra amenaza a este lugar.

7. El uso de las zonas circundantes al estero como vertedero de residuos sólidos puede provocar contaminación por lixiviados de materia en descom-posición.

Por tanto, estamos ante un paisaje protegido con muchas actividades antrópicas amenazando su in-tegridad y capacidad autoregenerativa, al que se debe comenzar a custodiar y atender de forma más efici-ente, si no se quiere dejar deteriorar definitivamente.

A pesar de todas estas amenazas, el Estero de Domingo Rubio aún se puede considerar un lugar es-pecial que se debe conservar y cuyos valores a desta-car son los siguientes:

1. Precisamente está sirviendo de amortigua-ción de la contaminación química de la industria y ag-ricultura que tan intensamente la rodea, y que si no mantuviera un buen estado de salud, afectaría aún más a la salud humana de lo que ya lo hace.

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2. Por otra parte, y unido al resto de figuras de protección ya descritas en el inicio, aporta un alto valor paisajístico; disminuyendo el impacto visual nega-tivo que el polo químico de Huelva y la agricultura in-tensiva están mostrando.

3. Al igual que el resto de zonas verdes que ro-dean Mazagón, sirve de pulmón, embellece el paisaje y lo vuelve verde ante el gris industrial.

4. Aumenta el turismo e interés por la orni-tología, con la observación de aves que no son co-munes en otros lugares.

En resumen, y como colofón a estos años dedicados en la Revista Marzagón a la descripción de los espacios protegidos del entorno de Mazagón, se vuelve a ser incapié en la importancia de que entre todos los habitantes y veraneantes de este tramo costero hagamos el esfuerzo de seguir manteniendo a Mazagón como lo que es, una playa rodeada de paisajes increíbles como no existe otra igual en todo el mundo.

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Cuando los marineros

por

Pilar Sánchez Venegas

Técnico Municipal de Turismo

Cuenta la Historia que cuando Colón llegó a nuestra tierra lo hizo atraído por la pericia de sus marineros, por el conocimiento astronómico de los habitantes de la costa onubense y del Algarve y por la hege-monía comercial del puerto de Moguer. Jugaron un papel relevante también dos hechos: la importancia de la Orden de Clarisas de Moguer (cuya abadesa emparentaba con Fernando el Católico) y la cuñada de Cristóbal Colón, que vivía en San Juan del Puerto, y a quien iba a dejar en custodia a su hijo para poder emprender el Viaje.

En el archivo Histórico Municipal de Moguer podemos encontrar cientos de documentos que dan fe de la trayectoria marinera y conquistadora de nuestros habitantes, de la importancia del mar en nuestra cul-tura y de la relevancia de nuestros marinos en la con-figuración de los países del continente americano.

La Carabela Niña fue principal protagonista de la No-ticia del Descubrimiento, pues si bien la Pinta ya la había proclamado en su llegada a Bayona, la Niña arriba con horas de diferencia a las costas onubenses capitaneada por el Almirante Colón, quien se dirige directamente al Monasterio de Santa Clara de Mo-guer a dar gracias por el feliz viaje de regreso: re-cordemos que una tempestad estuvo a punto de hacer naufragar a la Niña y que Colón prometió rezar ante Santa Clara si conseguían regresar sanos y sal-vos. Promesa que afortunadamente pudo cumplir y que dio fe por tanto del Descubrimiento de América junto con Juan Niño, ante los Reyes Católicos.

A partir de entonces, numerosas expediciones, tan-to en los primeros Viajes Descubridores, como en la dilatada Carrera de Indias, fueron configurando un continente plagado de nombres onubenses, moguereños en gran medida, en sus anales históricos.

El mar también nos hizo grandes transportando nues-tros vinos a todo el continente europeo, sirviendo de puente entre culturas, lo que hoy nos hace ricos

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Dejaron y nos ha proporcionado un bagaje cultural excep-cional: nuestros cantes de ida y vuelta al continente americano, nuestra gastronomía andalusí, nuestros ancestros sefardíes, anglosajones, africanos…. Mu-chas son las influencias que conforman nuestra idiosincrasia.

Sin embargo el siglo XX trajo la decadencia del Tinto y el alejamiento del mar…. La construcción de las mi-nas por un lado y el puente de la Punta del Sebo por otro nos trajeron una industria que iba a suponer el desarrollo económico de una zona castigada por la filoxera en sus viñas y que había provocado la casi extinción de caldos en nuestras bodegas. El río se fue cegando, dejó de dragarse y limpiarse, la comarca se volcó en la actividad industrial y poco a poco en la agrícola….. olvidando al mar

“Mira Platero, cómo han puesto el río entre las minas, el mal corazón y el padrastreo (…) Antes, los barcos grandes de los vinateros, laúdes, bergantines, faluchos – “El Lobo”, “ La joven Eloísa”, el San Cayetano, que era de mi padre y que mandaba el pobre Quintero (…)

ponían sobre el cielo de San Juan la confusión alegre de sus mástiles - ¡sus palos mayores, asombro de los niños! – o iban a Málaga, a Cádiz, a Gibraltar, hundidos de tanta carga de vino….”

Juan Ramón Jiménez. Platero y Yo. Cap. XCV, “El Río”

Y hemos olvidado tanto al mar, que nos ha dejado de parecer nuestro medio natural. Ya no somos de la mar, ya no somos puerto ni marinos, ya no habla-mos de poniente ni levante, ni de nudos y millas, no olemos las mareas ni sabemos a salitre……¡qué pena, verdad!?,… ¡Qué corta la memoria que en sólo dos generaciones ha enterrado la Historia marinera de nuestros antepasados durante siglos! ¡que en dos generaciones se ha perdido la memoria sobre lo que fuimos y lo que descubrimos!, que no sintamos la necesidad de oler a mar los 365 días del año y que no inculquemos a nuestros hijos la importancia de nuestra costa.

Pero no nos lamentemos, actuemos!!!...

Hagamos que nuestros hijos se sientan hijos del mar, que sean ellos quienes reivindiquen, porque así lo sientan, la importancia de la Costa de Huelva en la Gesta Colombina, la importancia de los marineros de esta tierra, su pericia y valentía.

Que sean ellos los que se sientan orgullos de ser marineros en su alma, que sepan de barcos y de nu-dos y de millas…. De travesías y de vientos, de liber-tades y esperanzas.

Y a lo mejor debemos desde las administraciones obligar a que en los planes de estudio se incluya obligatoriamente una asignatura que nos reconcilie con nuestra historia, que nos haga entender que so-mos parte de lo que fuimos y que debemos seguir rindiendo homenaje a lo que nos dio la gloria.

Por otro lado, teniendo en cuenta que somos una provincia con una marcada estacionalidad turística, si cultivamos en nuestros jóvenes el amor a La Mar y su Historia, podamos empezar a surcar caminos de bonanza, donde el espacio marítimo se use todo el año, donde no lo abandonemos durante 9 meses y donde encontremos un motor de desarrollo estable, respetuoso con la naturaleza, pero sobre todo, res-petuoso con nuestro devenir histórico.

El Tinto y Mazagón deben integrarse en nuestra vida diaria, no sólo vacacional, sino permanente. Debe-mos usarlos, pasearlos, recordarlos, cuidarlos, …. En definitiva, hacerlos nuestros cada día, porque si no mimamos nuestros tesoros, perderemos no sólo unos espacios naturales envidiables, sino lo más grave, perderemos nuestra Memoria Histórica.

El tímido sol

Foto: M. Ángel Morales Algaba

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n septiembre se cumplirá el octavo aniversario de la muerte de Odón Betanzos Pala-cios, el ilustre rocianero-neoyorkino que cada año recalaba en Mazagón.

Desde la alta atalaya de su casa, con el reluciente océano en el horizonte, regalaba cada tarde, a quien tuviera la suerte de estar en su compaña, el tesoro de su palabra, la finura de su análisis, la paciencia de su atención, la chispa y el ingenio de su agudo sentido del humor.

En efecto, el que por tantos años y hasta su muerte fuese Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, y antes estudiante pobre en la España de la dura posguerra, marino de todos los mares, y, ya en Nueva York, periodista, poeta, editor, nueva-mente estudiante y luego licenciado, doctor y profesor universitario, se sentaba en la terraza de aquella casa mazagonera, de tan hermoso panorama como discreta arquitectura, para conversar de lo divino y de lo humano.

Era admirable la habilidad de Odón para ponerse siempre al nivel de sus contertulios. Si había un hombre sin presunción alguna, era él. La modestia natural y el quitarle importan-cia a lo que había hecho y conseguido eran parte fundamental de su personalidad.

OOdón

Betanzos:

recuerdo y presencia en Mazagón

por

Domingo Prieto García

E

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Había sido marcado por la desgracia y el dolor con dureza: el fusilamiento de su padre en la dura represión franquista de 1936, en Rociana, cuando Odón era un niño de 10 años, y, muy posteriormente, la tem-prana e inesperada muerte de su único hijo Manuel en Nueva York; en 1993, a los 39 años. Pero superó la ad-versidad, consiguió alejar de sí todo resentimiento y dotó a su vida de una férrea disciplina y un afán de trabajo que le llevó a coronar con éxito difíciles retos en la lejana Norteamérica; y terminó por construir una obra tan importante como sólida y duradera. Una obra de creación literaria, de hondo lirismo transido con frecuencia de una filosófica desolación; y sobre todo una importantísima obra de consolidación de la lengua española en USA, el poderoso país de lengua y cultura mayoritariamente inglesa. Aquí hay que referirse a la creación de la editorial Mensaje que fundara y sacara adelante con el que fuera ministro de la República Española, Eloy Vaquero; y como su gran obra, la creación y puesta en funcionamiento de la Academia Norteamericana de la Lengua Española junto al prestigioso lingüista y filólogo Navarro Tomás, profesor en la universidad de Columbia y otro ilustre exiliado español.

Y cada año, siempre en verano, y, al final de su vida, incluso en invierno, Odón volvía a su casa de Mazagón. Siempre mostró predilección por aquel paisaje de pinos, arena y mar. El amanecer era quizá su mo-mento predilecto del día; desde su espléndido mirador veía iluminarse el mar mientras escuchaba los rumores y sonidos de los pájaros en el silencioso ambiente. Es posible que a esa temprana hora Odón llevara tiempo trabajando en sus escritos, o en su variada y amplísima correspondencia que con tanta dedicación atendía.

Pero en Mazagón, junto a su esposa norteamericana Amalia, siempre tenía Odón además un amplio espacio para la conversación y los amigos. En su casa o en la de otros; y con frecuencia en alguna de las con-curridas terrazas veraniegas de la población.

El paso de los años acrecienta y agiganta el recuerdo del gran hombre que fue Odón Betanzos, de su ex-tensa y varia cultura, de su espléndida producción literaria, de su fundamental y decisiva aportación a la lengua española en los Estados Unidos de América; y para los que tuvimos la dicha de conocerlo y tratarlo nos queda de regalo la memoria de su aguda y amena charla, que con tanta generosidad prodigaba en sus felices estancias en Mazagón.

Foto: Julián Ropero

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LLos torrerosde la

oniente

CostadeP

por

Diego Ropero-Regidor

en la primera mitad del siglo XIXFoto: http://luiscenturion.com/paisajes-2/

gravar a los vecinos que ya estaban agobiados por la creciente presión fiscal.

El 12 de julio de 1577, las autoridades del concejo de Mo-guer, con el corregidor y justicia mayor a la cabeza, el licen-ciado Diego de Puebla, se reunieron en la fortaleza de esta villa, residencia de su señor Juan Portocarrero, con Luis Bravo de Lagunas, visitador real de la costa andaluza para tratar sobre la construcción de cuatro torres atalayas des-de el Río del Oro hasta la punta del Arenilla, en el término de la villa de Palos, a cargo del conde de Miranda, su señor, y el marqués de Villanueva, señor de Moguer, y los veci-nos de ambas villas “con el artillería y munición y guardas que convengan para la guarda y defensa de la costa”. En esta reunión trataron de eludir toda responsabilidad con el argumento de que esta villa quedaba “tierra adentro fuera de todo peligro”, extremo totalmente incierto por ser puerto de mar y, aunque la villa de Palos sirviera de escudo, no convencía un razonamiento tan simple como insolidario. No obstante, ofrecieron una ayuda de 300.000 maravedíes a pagar en tres años y en tres plazos.

a guarda y custodia del litoral, un litoral ex-tenso y despoblado y muy mal defendido, cuando aún los piratas berberiscos, sobre todo, saqueadores y cap-tores de esclavos amenazaban sus poblaciones con in-cursiones intermitentes, fue una prioridad en el antiguo régimen, razón de más para que el rey Felipe II tomara cartas en el asunto y encomendara a los concejos y se-ñores territoriales de las villas costeras la financiación de la construcción de torres de almenara (al-manāra en árabe que traduce en román paladino “torres de la luz” por los fuegos que hacían en sus terrados para dar aviso a los pueblos), y es así como “para mejor guardia com-bendría que se labrasen veinte torres y atalayas desde la boca del río de Guadiaro, término de la çiudad de Gi-braltar, hasta el sitio del Pino Seco de la Canela, término de Ayamonte”1 . De esta forma se estableció un cordón defensivo -en total más de trescientos kilómetros- que se mantuvo a duras penas. Las torres proyectadas no se construyeron todas a la vez, debido a la resistencia de los señores y los concejos de las villas afectadas que argumentaron falta de recursos y la imposibilidad de

L

1 El Consejo de Guerra da cuenta del estado en que se halla la fábrica de las torres que están mandadas hacer en la costa de Andalucia y el pleito que en razón de ello se trata en la Justicia. 31 de julio de 1608.A.G.S., G.A., 689. En Mora Figueroa, Luis de: Torres de almenara de la costa de Huelva. Huelva: Diputación Provincial, 1981,pp. 111-113.

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En 1586 el comisionado Gilberto de Bedoya planteó un nue-vo repartimiento entre los señores territoriales, vecinos de sus villas, los maestre de navíos de la Carrera de Indias y los pescadores y mareantes de la costa de Arenas Gordas, con un montante de 8.500.000 maravedíes a repartir de forma proporcionada. La construcción de las torres repercutió en la economía de los vecinos. Moguer fue de las primeras en reaccionar apelando contra dicho repartimiento, pero el juez Bedoya ejecutó un mandamiento contra su concejo y las villas que suscribieron dicha apelación que derivó en un pleito. Estas acciones ralentizaron las obras.

En fin, la necesidad de proteger la franja costera fue una exigencia que no pudieron eludir ni señores ni súbditos a pesar de las protestas, bajo amenazas de cárcel, quedan-do los concejos cuyos términos asomaban a las extensas playas de Andalucía, o aquellas poblaciones más al interior pero que igualmente se beneficiarían, como Moguer o San Juan del Puerto, emplazados a financiar con derramas en-tre sus vecinos o el impuesto por la venta del pescado esas construcciones que, al día de hoy, permanecen unas casi intactas y otras arruinadas, recuerdo de un pasado que aflora en esta ocasión por la nombradía de sus torreros en la primera mitad del siglo XIX. Con el tiempo estas viejas torres, sufridoras de olas y con esclerosis, fueron sustitui-das por faros más modernos y mejores equipados. Al de El Picacho, en Mazagón, me remito, obra ya de la época de la Restauración Borbónica.

Las obras empezaron en 1582, según el plan que había sido concebido pocos años antes por Bravo de Lagunas. Dos décadas más tarde continuaron con nuevas trazas a cargo del ingeniero Juan Pedro Libadot. Entonces estaban acabadas la torre del Río del Oro “que es la más importan-te”, por su aspecto y por su emplazamiento, la de Arenilla, Punta Umbría, Marijata, la del Terrón, Rústica y Sierra Ber-meja en Ayamonte. Todas ellas carecían de guarda y arti-llería, salvo la torre del Oro que había sido pertrechada con dos piezas “por anpararse en ella mucha gente que asiste a las xabegas que de ordinario pescan allí de que se sus-tenta Sevilla y cassi toda el Andaluçia y Extremadura”. En el informe del Consejo de Guerra sobre el estado de dichas torres se insiste sobre la importancia de las mismas con el argumento de la seguridad de toda la costa de Arenas Gor-das y de los pescadores, labradores y pastores que viven en ella, pues no de otra forma cesaría la mayor parte de los cautiverios “que cada día se caussan”, como el producido en 1608 en que se llevaron a unas cincuenta personas2 . El blindaje de la costa era, por tanto, la respuesta a las incur-siones de elementos externos en el territorio.

En 1618, la torre de la Arenilla -acabada en 1596-, se con-sideraba una construcción estratégica para la defensa del estuario del Tinto-Odiel, pero a pesar de ello poseía una artillería deficiente. La fábrica de la torre de Morla, situada en el término de Palos, aparecía completa y de su socorro se encargaba la villa de Moguer. Ésta no contaba con arti-llería, ya que era sólo de vigilancia. Entre esta torre y la del Río del Oro, quedaría emplazada la de Mazagón, al sitio de Julianejo, que no se llegó a construir. Las dos únicas torres que estaban mejor artilladas eran la del Río del Oro y la de San Jacinto; ambas presentaban ese estado a mediados del siglo XVIII, cuando algunas de las otras torres eran sólo de vigilancia. Entonces las desembocaduras de los ríos Tin-to y Odiel, Piedras y Guadiana no contaban con la debida protección.

La torre del Río del Oro, a pocos años de su construcción, sufrió repetidas intervenciones por el deterioro que pre-sentaba debido a su ubicación, una zona arenosa al pie de un arroyo que lamía los cimientos y estaba expuesta a la erosión y sacudidas del mar que la circundaba. Era un po-tente cilindro –cuyos restos aún son visibles– con dos cá-maras, accesible por una escalera de madera, para las mu-niciones y pertrechos de artillería, los soldados de guardia con sus armas y el artillero, y una terraza a la que se acce-día por una angosta escalera de caracol. Estaba socorrida por guardas a caballo por hallarse en despoblado. Hacia 1753-1756 esta emblemática atalaya fue sometida a una importante renovación, sobre todo en lo que se refiere a su estabilidad, actuación que coincide en el tiempo con el proyecto de barracón para un destacamento de caballería que llegó a construirse más arriba en una de las laderas del arroyo o Río del Oro (Ropero: 2004). Por estas fechas la atalaya contaba con cuatro cañones de hierro (años antes se había reforzado con dos piezas de la torre de San Jacin-to), tres torreros y tres artilleros que prestaban su servicio con normalidad. Las señales se seguían haciendo con “lu-minarias”. En las seis torres del término de Almonte –se-gún información proporcionada en 1785 por el párroco de esta villa al geógrafo Tomás López– residían diariamente dos torreros.

Los torreros eran unos empleados públicos sobre los que muy poco sabemos. Al día de hoy en las poblaciones cos-teras hay familias que mantienen activo el apodo de “el torrero”, en Moguer sin ir más lejos, en alusión al oficio que tiene relación con aquellas personas que ejercieron su trabajo de vigilancia desde las torres de almenara. Estos dependían de una autoridad superior que era el “castella-no” o “requeridor”, en este caso, de las torres de Poniente.

2 Mora Figueroa, ob.cit.

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Era el responsable más directo, y estaba por encima de los torreros; se encargaban de la seguridad de un sector de la costa, supervisaban a los vigilantes y velaban por el estado de los edificios (Villegas, Mira, 2014: 236). En 1838 los to-rreros de la playa Juan Antonio Beltrán, Antonio Bermúdez Coronel, Juan Márquez, José Rodríguez, José Quintero, An-tonio Fernández, Benito Ximénez, José Soriano, Cristóbal Conde, Juan de Fuentes, Manuel Gómez, Ramón Regidor, Juan Romero y Domingo González, vecinos y residentes todos ellos de la ciudad de Moguer, otorgaron un poder especial conjunto a favor de Juan Silvestre Díaz, castellano de las torres de Poniente, avecindado en la ciudad de Se-villa, para que en sus nombres y representándoles pueda percibir y cobrar de la tesorería que corresponda todas aquellas cantidades que hasta esa fecha se les estuvieran debiendo y en adelante se les debieren del sueldo que dis-frutaban por su condición de torreros, pudiendo además dar carta de pago y practicar cuantas diligencias judiciales y extrajudiciales ante las autoridades que correspondiesen, presentando memoriales, súplicas y demás documentos.3 Esta reclamación de los sueldos que se les debían no era algo excepcional, pues en fechas posteriores los torreros volvieron a reclamar los atrasos de sus nóminas.

Los torreros de la costa de Poniente otorgaron en 1843 un nuevo poder a favor del mismo Juan Silvestre Díaz, “go-bernador castellano”, autoridad superior responsable del gobierno y control de las torres de la playa de Arenas Gor-das, para cobrar los sueldos vencidos y futuros de aquéllos empleados. Esta escritura es a todas luces más interesante porque contiene una información muy detallada sobre los individuos que servían como torreros con expresión de las denominaciones de las torres, extremo este último al que no se hace referencia en la escritura anterior. Paso a rela-cionar los nombres de los torreros y las torres en las que estaban destinados: Antonio Bermúdez Coronel, en la de San Jacinto; Manuel Gómez y Manuel Gastón García, que lo fueron de la de Carboneros; Juan Antonio Beltrán, Anto-nio Fernández y José Rodríguez, torreros los tres de la torre del Río del Oro; Juan Márquez y Francisco Rengel, del Pica-cho (en 1768 existió un proyecto para construir una torre en la Punta del Picacho); Juan Romero y Domingo Gonzá-lez, de la Arenilla; Benito Jiménez y José Soriano, del Aspe-rillo; Bartolomé Cano y Mariano Rodríguez que lo fueron de la torre Zalavar; Mateo Ponce, de la San Jacinto; Miguel Venegas, de la Marijata; Manuel Domínguez, de la Umbría; Cristóbal Conde, de la Higuera, torres “situadas todas en la Costa de Poniente llamadas de la Playa de Castilla” 4.

Haciendo una comparación, vemos que son catorce los torreros que otorgan escritura en 1838, frente a los diecio-cho de 1843. Esta reducida diferencia puede deberse a la ausencia de algunos de ellos en el momento del acto no-tarial. De los torreros de 1838 repiten doce en 1843 (José Quintero y Ramón Regidor no revalidan), frente a siete cuyos nombres no aparecen en la relación primera. Las torres estaban atendidas por uno y dos torreros, salvo la estratégica del Río del Oro que la servían tres. Esta atalaya seguía contando con artillería.

3 Escritura de poder otorgada ante el escribano público José Joaquin Rasco. Moguer, 20 de noviembre de 1838. Archivo Histórico Municipal de Moguer (en adelante AHMMo). Sección Protocolos Notariales, Moguer, leg.313, fol. 396 r. y v.

4Escritura de poder otorgada ante el escribano público Juan Cayetano de Burgos. Moguer, 9 de agosto de 1843. AHMMo. Sección Protoco-los, Moguer, leg. 322, fols. 61 r. - 62 r.

1838 1843Juan Antonio BeltránAntonio Bermúdez CoronelJuan MárquezJosé RodríguezJosé QuinteroAntonio FernándezBenito JiménezJosé SorianoCristóbal CondeJuan de FuentesManuel GómezRamón RegidorJuan RomeroDomingo González

San Jacinto:Antonio Bermúdez CoronelMateo PonceCarboneros:Manuel GómezManuel Gastón GarcíaRío del Oro:Juan Antonio BeltránAntonio FernándezJosé RodríguezPicacho:Juan MárquezFrancisco RengelArenilla:Juan RomeroDomingo GonzálezAsperillo:Benito JiménezJosé SorianoZalavar:Bartolomé CanoMariano RodríguezMarijata:Miguel VenegasUmbría:Manuel DomínguezLa Higuera:Cristóbal Conde

Las torres de almenara de la costa de Huelva según Mora Figueroa (1981).

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Unos años más tarde, en 1847, será Antonio Víctor Fernández5 , en calidad de torrero cesante de la to-rre nombrada del Oro, vecino de Moguer, quien otor-gue un poder especial a José María Pinto, vecino de la “capital” de Huelva para que en su nombre perciba y cobre de la tesorería u oficinas que correspondan los dineros de su sueldo de torrero “que se me estén adeudando por razón de la asignación que me está se-ñalado por dicho destino”6 .

5Antonio Victor Fernández y Macias (Moguer, ca. 1787-1871), casado con Josefa Rodriguez Batista. Padres de mi tatarabuelo materno José Eulalio Fernández Rodriguez, hacendado y comerciante, hizo su fortuna en La Habana (Cuba), fue alcalde de Moguer.

6Escritura de poder otorgada ante el escribano público José Joaquin Rasco. Moguer, 4 de enero de 1847. AHMMo. Sección Protocolos, Notariales, Moguer, leg. 325, fol. 1 r. y v.

De la documentación mencionada, y por sus fechas, deducimos que las torres de las playas de Poniente estuvieron operativas hasta mediados del siglo XIX. Ya entonces estas controvertidas y necesarias cons-trucciones de vigilancia y defensa de la costa y sus poblaciones presentaban un aspecto de ruinoso. En 1867, un derrotero de la costa por donde nos move-mos señala esta particularidad, lo que es síntoma de su abandono, quedando como meros testigos en un territorio yermo que sería objeto de atención para el turismo un siglo más tarde.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Mora Figueroa, Luis de (1981): Torres de almenara de la costa de Huelva. Diputación Provincial, Instituto de Estudios Onubenses “Padre Marchena”, Huelva.

Ropero-Regidor, Diego (2004): “Defensa y resguardo de las playas de Castilla a mediados del siglo XVIII: el Ba-rracón de la Torre del Oro”. En Revista Mazagón en Fiestas. Fundación Municipal de Cultura, Moguer.

Villegas Martín, Juan; Mira Toscano, Antonio; Carriazo Rubio, Juan Luis (2005): “Nuevas aportaciones para la historia de las torres de almenara onubenses”. En Huelva en su Historia, 12. Universidad de Huelva, Huelva.

Villegas Martín, Juan; Mira Toscano, Antonio (2014): “Un gigante con los pies de barro: la torre del Río del Oro en el siglo XIX”. En Erebea, Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, 4, pp. 225-259.

Mapa geográfico de Moguer y sus inmediaciones referente a los movimientos del General Laci (1810). Ministerio de Defensa. Se aprecian los nombres de algunas de las torres de almenara que en esta fecha estaban aún operativas.

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marzagón r e v i s t a 2 0 15 marzagón34 marzagón

LLos etáceosC

por

Soledad Vivas1

Carolina Fernández1

Eduardo Fernández Tabales2

xisten más de 16 especies de cetáceos en nuestras costas. Todas ellas se encuentran protegidas por la legisla-ción ambiental nacional y autonómica, y además 2 de ellas se encuentran especialmente protegidas por la Directiva Hábitat (Legislación ambiental de ámbito europeo). Estos últimos son el delfín mular (Tursiops truncatus) y la mar-sopa (Phocoena phocoena), para los que es posible definir lugares de importancia comunitaria (LICs) para su protec-ción, la conocida como Red Natura 2000, en este caso ma-rina. En Andalucía o frente a sus costas hay ya más de 20 LICs con zonas marinas, muchos de estos declarados para la protección de ambas especies.

Si nos centramos en el Golfo de Cádiz, hablamos princi-palmente de 4 especies de cetáceos: el delfín común (Del-phinus delphis), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín mular (Tursiops truncatus) y la marsopa (Phocoena phocoena), todos ellos presentes también frente a la costa de Huelva.

Aunque se ha avanzado mucho en relación con los hábitos y ecología de estas especies, aún existen muchas lagunas y desconocimiento, especialmente en lo que se refiere a

aquellas especies que son más raras, que se observan de una manera más excepcional, o que su estudio se demues-tra más complicado debido a sus hábitos, por ejemplo; de grandes buceadores como el cachalote (Physeter macro-cephalus) o las llamadas ballenas picudas (odontocetos) de la familia Ziphiidae, o por tratarse de especies migratorias, como el rorcual común (Balaenoptera physalus) o el rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata), así como pequeños cetáceos como la marsopa cuyos hábitos, generalmente pelágicos, hacen que se avisten individuos de manera muy esporádica.

Una de las herramientas básicas para mejorar en el conoci-miento de estas especies ,y que complementa a los censos y estudios en el medio marino, es el estudio de los anima-les que llegan varados a la costa.

El varamiento es un comportamiento natural, que sucede cuando un animal se encuentra herido o enfermo y se diri-ge a la costa como último recurso para mantenerse a flote. Se puede producir individualmente o en masa. Normal-mente la situación clínica de estos animales cuando llegan a la costa es tan crítica que cuando son localizados por la

El delfin Común (Delphinus delphis), es una de las especies que se pueden observar con más facilidad frente a nuestras costas. Forma grupos de cientos de individuos que en algu-nos casos pueden ser mixtos con la otra especie de delfin, el delfin listado.

E¿Quieres saber más de los cetáceos? ¿Qué es un varamiento y qué puedes hacer en el caso de que veas uno?

1.- Agencia de Medio Ambiente y Agua. Consejeria de Medio Ambiente y Agua. Junta de Andalucia2.- Dirección General de Gestión del Medio Natural. Consejeria de Medio Ambiente y Agua. Junta de Andalucia

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marzagón r e v i s t a 2 0 1535marzagón r e v i s t a 2 0 15

ciudadanía, normalmente ya están muertos. De hecho, se-gún la serie de datos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (CMAOT) (2008-2014), el 93% de los animales varados se localizan ya muertos en la cos-ta. Y del pequeño porcentaje que es localizado vivo y es atendido por un veterinario, en todos los casos, lamenta-blemente los animales han muerto debido a la gravedad de la enfermedad o herida que presentan. La posibilidad de salvarlos es excepcional. El fenómeno del varamiento además acentúa de manera extrema la gravedad del esta-do del animal, ya que cuando contactan con tierra firme, sufren lo que se denomina el “Síndrome de estrés por va-ramiento”. Este síndrome se define como un conjunto de hallazgos fisiopatológicos y lesiones que se observan en el animal como consecuencia del hecho de encontrarse vara-dos fuera de su medio y sufrir de aumento de temperatura corporal, compresión de órganos por peso, dificultad respi-ratoria, deshidratación…

Sin embargo, estas muertes no son en vano. Es fundamen-tal que estos animales lleguen en buen estado a las manos adecuadas para que se realice un estudio en profundidad (necropsia-anatomopatología) e intentar averiguar qué ha podido propiciar el varamiento, principalmente si la causa de muerte del animal se puede atribuir a la interacción con actividades humanas, o se puede asociar a una causa de origen natural. La suma de estos resultados, de un caso y otro caso, hasta disponer de una muestra representativa, nos permite inferir las principales amenazas que se cier-nen sobre las poblaciones libres de estos animales en mar abierto. Con esta información objetiva, es entonces posible regular actividades, impedir que algunas presiones relacio-nadas con la actividad antrópica se produzcan en tal inten-sidad que comprometan la viabilidad de sus poblaciones en el mar.

Algunos resultados de interés. ¿Cuántos cetáceos varan en las costas andaluzas? ¿Y en la provincia de Huelva? ¿Cuáles son las principales causas de muerte de cetáceos en Andalucía?

Desde 2008 hasta 2014, se han atendido un total de 2.136 varamientos en Andalucía, de los que 1.077 han correspon-dido a diferentes especies de cetáceos (51%). En concreto, y sólo en 2014, han varado 104 cetáceos.

Huelva: 142 de estos cetáceos han varado en la costa de Huelva y concretamente, el más reciente un ejemplar de delfín común varado frente a Mazagón, en abril de 2014. Si analizamos todos los datos en su conjunto, las especies que varan con más frecuencia son: el delfín listado 41% (Stenella coeruleoalba), el delfín común 21,5% (Delphinus delphis), y el delfín mular 9% (Tursiops truncatus). Pero si analizamos los datos por provincias este orden variaría; por ejemplo, en Huelva la especie mayoritaria es el defín mular. Dentro de las especies más raras, destacamos, por ejemplo, un cachalote enano (Kogia sima) varado en la costa de la provincia de Huelva en 2013, único registro de la especie en Andalucía.

Tal como hemos comentado en el inicio de este artículo, si el animal no se encuentra en un avanzado estado de descomposición (especial interés si se acaba de morir), se lleva a cabo una necropsia por parte del equipo de la CMAOT. La necropsia implica la toma de una gran canti-dad de muestras, que en algunos casos y por lo específi-co de los estudios, se envían al Instituto Universitario de Sanidad y Seguridad Alimentaria de la Facultad Veterina-ria de Las Palmas de Gran Canaria, donde se encuentran grandes especialistas que completan el estudio con los resultados anatomopatológicos de cada ejemplar reali-zando los correspondientes análisis histpatológicos so-bre las muestras que se envían.

Desde 2004 hasta 2014, se han realizado 296 necropsias a 13 especies de cetáceos diferentes en Andalucía. En el gráfico de la página siguiente se observan las causas de muerte de los individuos analizados, agrupadas en causas de origen natural (53%), desconocida (28%), en proceso de diagnóstico (4%) y antropogénica ( de origen humano) (15%). Esta última está principalmente ligada a la interacción con pesca/captura accidental (by-catch). Dentro de las causas de muerte natural están los posi-bles agentes infecciosos (bacterias, virus, hongos), inte-racción inter-intraespecífica (entre individuos de diferen-te o de la misma especie con desenlace fatal), patología neo-perinatal frecuentemente por separación materna.

El rorcual común (Balaenoptera physalus) es el segundo ani-mal de mayor tamaño del planeta. Se trata de una especie mi-gradora, que observamos frente a nuestras costas a su paso por el Estrecho. De los doce varamientos que se han produ-cido en Andalucia en los últimos 10 años, 7 se han localizado en la costa del Golfo de Cádiz.

Número de varamientos de cetáceos en Andalucía (2004-2014)

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Si encuentras un animal vivo, de nuevo te pedimos que llames al 112, y en este caso que esperes a la llegada de un agente de medio ambiente de la CMAOT o un voluntario de la red que, gracias a su formación espe-cífica, podrán organizar algunas actuaciones de aten-ción primaria del animal para evitar su sufrimiento, a la espera de que llegue el veterinario. Ya que este último es el único profesional con capacidad para realizar una evaluación y diagnóstico de la situación y actuar en con-secuencia. De nuevo, te recomendamos que no toques al animal, de nuevo este puede estar enfermo debido a alguna enfermedad infecciosa que puede ser contagia-da al ser humano. Entre las actuaciones que se pueden llevar a cabo, podrías colaborar en mejorar la situación de estrés del animal, por ejemplo, haciendo un poco de hueco en la arena bajo las aletas del animal y minimizar la sensación de aplastamiento que sufre el animal enca-llado en la arena, en montar unas sombrillas que eviten que el animal se encuentre completamente expuesto al sol; en humedecer levemente la piel del animal para que no se deshidrate… y sobre todo, en evitarle estrés al animal producto del ruido y del contacto excesivo con el ser humano (al que no conocen, ya que son animales salvajes).

En todo caso, y puesto que la espera se puede prolongar unas horas, sólo es posible agradecer la buena voluntad de las decenas de personas que se solidarizan con la si-tuación de un animal que se encuentra moribundo y que dedican su esfuerzo a tratar de mejorar sus condiciones en ese momento.

¿Cómo procedemos dentro de la Consejería de Medio-Ambiente y Ordenación del Territorio? ¿Existe un pro-tocolo de trabajo? ¿Quién interviene? ¿Qué puede hacer la ciudadanía?

Por supuesto, existe un protocolo de trabajo que pre-tende la mejor coordinación entre todos los implicados en la emergencia, ya que son muchos los participantes. Sólo dentro de la CMAOT, destacamos a la Red de Es-pacios Naturales de Andalucía, entre la que reseñamos ,dentro de la provincia de Huelva, al equipo del Espacio Natural de Doñana, el cuerpo de Agentes de Medio Am-biente, la Dirección General de Gestión del Medio Na-tural, de la que depende el Servicio de Emergencias, la Red de Voluntarios de Andalucía, etc, etc . El protocolo se explica bien en el gráfico, al final de este apartado. En este caso, queremos sobre todo explicar cómo la ciuda-danía, un bañista cualquier que está dando un paseo por la playa, por ejemplo, puede ayudar a la Administración a mejorar en la asistencia al animal.

Si encuentras un animal muerto, te pedimos especial-mente que llames al 112; ya que, desde este servicio de emergencias, disponen de toda la información para activar de manera oficial el protocolo. Por supuesto, te recomendamos que no toques al animal, no sólo por-que debido a su posible estado de descomposición es muy poco higiénico, sino porque el animal puede haber muerto de una enfermedad infecciosa, y esta te puede ser contagiada.

El delfin mular (Tursiops truncatus), es una especie cosmopolita que ocupa las aguas de todos los océanos del planeta. Igual que el resto de los delfinidos, es una animal gregario y normalmente se observa formando grupos de entre 2 y 25 individuos.

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FotografíaAntonio Arcos

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39marzagón r e v i s t a 2 0 15letras

M. Jesús barquero casasAñoranza

MazagóndeE sundíaasfixianteenmiSevilla,

perounabrisasuaveenelcorazón

melevantaelrecuerdodeMazagón

ysumarymisbañosensuorilla.

Estedulcerecuerdo,comolaquilla

delabarcaquesemeceensusolas

ylascancionesdelascaracolas

eselsueñodeamordeunachiquilla.

Voycontandolosdías,horaahora.

Escomocuandosiembrounnuevotallo

ypasadosunosdías,crece,aflora.

Estonoesunaillusion,nisolounsueño:

Essentirseesclavadelcalor

ydespertarseenMazagón,sindueño.

Foto: Silvia de Luque

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Mediodía en el médanoPedro RodríguezTécnica: óleo/tablero

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Composición en azulMaría Ferrera

Técnica: acrílico sobre papel

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Antonio Orihuela

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labolsadelascanicasquemiabuelamehizo,

tomounaentrelasmanos

yentresusformasycolores

meveojugandoconmismuñecos

enelcorraldelacasadelosEscribanos,

veounhoyo,veountrompo,

veoamisamigosjugandoalburro,

alacomba,alescondite,

veounsolardetrásdelaFriseta

dondejuegoalfútbolconmicamisetaamarilla

quellevaunaDrecortadaencuerorojo

quemimadremehacosidoenelpecho,

veocómics,librosdeloscincodondeleo

quebebencervezadejengibre

yvivenaventurasmaravillosas

quenuncamehabríandepasaramí,

veoamiabueloQuinterojugandoalabrisca

losdosmetidosdebajodelamesacamilla

dondeardeelpicónyelincienso

yelfríodelamañananosmiradesdelascristalerasdelpatio,

veoamiabuelaTrinidadcosiendoguirnaldasdejazmines

paraahuyentarlosmosquitos,

veounatortugagrieganadando

hastaeloscurofondodelpozo,

veounaarañatejiendosuhilodeplata

empeñadaencompletareltrazadodelosdías.

Miromiscanicas,lahermosuradesuscristalesnosepierde;

tampocoloqueevocandesdesusfacetasdecolores,

veounaplaya,pescadores,lapesadaredquesacamosllenosdealegría

mientraslospecessaltanporencimadenosotros,

veotupelorubio,veounamor,veoelincendiodeunarosaroja,

veounpianodondetodaslasnotasdicenadiós,

veotucuerpoenlasaguasdelCalabazal,

veounabejorroenlatardetórridadeagosto,

veounniñoenunataúd,unniñoheladoquemeobliganabesar

porquedicemitíaGertrudisqueeslomáscercaquevoyaestardeunángel,

veolasextensaspraderasdeTexas,teveoenunteléfonosudado,

veoaCamilofumandodetrásdelabarradelbardelacalleCarnicería,

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veoelrictusdedolordemiabuelaÁngela,

veolasmanosdemiabueloMiguel,

veolastijerasdepodardeltíoFrasco,

veoelrostroserenodemiprimamientrasseextingue,

veoelrostrodespavoridodemitíoJuanantelapresenciadelamuerte,

veoniños,muchosniños,niñosqueyocreíeranmisabuelos,mistíos,misprimos

cuandosoloeranreflejosdemí,

enseñanzasquemefueronmásomenostransmitidas

delaúnicaeimperfectaformaquesupieron,

ejemplos,caminosyatrillados,facturasquepagar,

torreshendidasporelrayo,carros,laberintos,

avisos,barruntos,equivocaciones,errores,convicciones…

Tengolosojosllenosdecanicas,

enunameveodirigiendounaaventurainfantil

cuyoobjetivoeraalcanzarlasorillasdelTinto

ydondeporpocoperecemosentresuslégamos,

enotratocoelaguaconfundidadelOdiel,

delGuadalquivirvistoendiferentesciudadescomosifueraelmismorío,

veounavacahinchadaflotandosobreelIndo,

veoelBagmatidesdeunpuente,unatardedeoro,

enlosañosquesufrílafascinaciónpororiente,

veoelSenadesfilarporelpontNeuf,

veohumosobreelespejodelHudson,

veoelTámesiscruzandobajolatorredeLondres

yhacefrío,muchofríoenestefuegotanpequeño,tandelicado,

queardedentrodeestascanicas,

eltiempodeberíahaberlopreservado,

perotodosedesmoronócomomaderapodrida,

fueborradocomoseborraunapizarra,

llenándolotododeborronesdenubes

enladuraconsistenciadeestascanicas,

ensuluzreflejándoseenmisojos

omisojosenlaluzdesucristal,

enelfuegodondetodoarde

ydentrodeellasveoaunanciano

queencuentraunabolsadecanicasenunarmario.

Foto: Javier Lerena

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Fractales. Anatomía íntima de la marismaHéctor Garrido

Editorial Rueda, Madrid.

Por primera vez se recogen en un sólo libro lasmás espectaculares fotografías aéreas de HectorGarridosobrelasmarismasdelsurdelaPenínsulaIbérica yDoñana.Una incursión indispensable porlageometríaocultadelanaturaleza.Eluniversodelos fractales, de lamano del fotógrafo que aportólosinolvidablespaisajesalapelícula“LaIslaMínima”.

Características:180fotografías.360páginas.PresentacióndeAlbertoRodríguez(DirectordeLa Isla Mínima).PrólogodeJuanManuelgarcíaRuiz(CSIC).IntroduccióndeJordiBascompteDistribución:[email protected]

a mar de librosL

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“La primera fotografía que vi fue de la serie Armonía fractal de Doñana y las marismas. Me quedé impre-sionado, supongo que con esa sensación que muchos tienen cuando ven estas fotos por primera vez: ¿qué estoy viendo?, ¿lo que estoy viendo es real?, ¿es un cuadro, está pintado?, ¿qué representan estas for-mas? …”

Alberto Rodríguez, Director de Cine -La Isla Mínima- (extracto de la Presentación del libro)

“Pero sobre todo esas fotografías de la marisma a vista de pájaro son fundamentalmente bellas. Lo recalco porque hay miles de fotografías aéreas de sistemas naturales fractales –de hecho, casi todo en la naturaleza es fractal– pero pocas de ellas tras-miten la belleza serena, misteriosa, cautivadora que tienen las fotos de Héctor. Sus fotos son bellas no ya por la propia armonía del objeto que se ve, sino por la forma en la que está visto. En eso reside, en mi opinión, la singularidad y el encanto de las fo-tos que usted va a disfrutar en este libro: en que el fotógrafo le saca a la marisma la geometría que lleva dentro.”

Juan Manuel García Ruiz, Investigador CSIC (extracto del Prólogo del libro)

“Las imágenes que constituyen este libro proporcio-nan un placer estético por su belleza y una excusa para la reflexión. Son una ilustración de la geometría de la naturaleza.”

Jordi Bascompte. Investigador, Universidad de Zúrich (extracto de la Introducción del libro)

Extractos del texto del libro (Héctor Garrido)

“Y ese es el objeto de mi búsqueda. Remover esa zona del pensamiento que quedó abandonada. Desempol-varla y darle vida para que vuelva a llenarnos de sen-saciones que nos acerquen a la tierra y nos hagan, al final, comprenderla y, ante todo, respetarla.”

“Todo lo demás que habita ese paisaje, desde las cuernas ramificadas del ciervo que se rasca sobre el tronco del álamo blanco, el propio álamo, desde la raíz a las hojas, las marcas dejadas por la escorrentía del agua en la arena, las plumas de las descaradas perdices, las nubes que siempre cambian de forma y siempre tienen forma de nubes, y así hasta la estruc-tura interna de los animales que pueblan ese paisaje, incluyéndome, todo eso es fractal. Y eso es de lo que va este libro. De la anatomía del paisaje, que no es más que nuestra propia anatomía. El origen de lo que somos.”

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quella mañana puse rumbó a mi balneario de verano a través de una serena lámina turquesa. Las nubes reptaban pesadas sobre el río como un telón de acero que apenas dejara respirar a la luz. Ni si quiera yo podía. Un golpe de humo gobernaba la embarcación con nombre y apellidos: Nemesio Gómez, quien aparte de llevar el timón del vapor Rábida, obedecía a rajatabla los mandatos de su esposa y mi humilde anfitriona, la Carmen. El trabajo de Nemesio consistía, entre otros menesteres, en llevar y traer a los prácticos que trabajaban en la Casa del Vigía. Precisamente se instalaban en aquella parte de la playa cada verano para atender a un yentelman inglés que había ubicado allí su retiro espiritual, un tal Matthew Thomas, el señor Maziu, decía la Carmen, la cual le hacía las veces de cocinera y asistenta mientras su marido iba con el barco de aquí para allá y sus hijos jugaban alrededor del chozo de juncos y madera que el cabeza de familia había construido en la misma arena junto a otros tantos. Justo entre la casa del inglés y la de los prácticos del puerto.

Al rato conseguí divisar la Playa del Vigía. A primera vista parecíamos acercarnos al margen de una isla desierta donde la presencia del hombre era algo puramente anecdótico. Un silencio áspero lijaba la superficie del mar. Inmediatamente un cosquilleo helado se apoderó de mi estómago como araña que busca la salida, y ense-guida supe que estaba en una playa muy diferente a las conocidas. La playa del fin del mundo. Eso habría sido si no fuera por la mujer que hacía aspavientos junto a los dos niños que la acompañaban, gritando mi nombre desde

a mar de librosLInterludio-LAPLAYADELVIGÍA

AFRAGMENTO EXTRAÍDO DE LA NOVELA “EL RASTRO DE SU VOZ”

AUTOR: ANTONIO J. SÁNCHEZ / www. antoniojsanchez.com

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un muelle de madera tan gris que parecía haberle robado el color al cielo. Eran la Carmen y sus hijos. Tras ellos, un palafito de hormigón con banderas y otras alegorías náuticas: la Casa del Vigía.

—¡Señorito Martín, qué alegría! —me gritó mientras me aplastaba entre sus brazos en cuanto puse un pie en el embarcadero. Luego pareció asustarse con la trasparencia que la caracterizaba—. ¡Diosla, qué malita cara me trae! Pero si se me parece a un muerto nimiente de esos! ¿A que me sa mareao en el barco?

—Es que no estoy acostumbrado a las colonias fuertes desde tan temprano.

Mi anfitriona miró severa a su marido.

—Bueno, no me se preocupe usted, que anca la Carmen ya verá lo bien que va a está. ¡Ya verá, ya verá!

Los chicos, de cinco y seis años, vestían un pantalón corto a modo de bañador y un par de polos que hacía tiempo habían dejado de ser blancos. Muy morenos de piel, y algo desaliñados por el día a día en la playa, a su edad ya lucían un mostacho como el de su madre.

—Se nota que han salido a ti, Carmen. Igual de guapos —convine.

—¡Ay, muchas gracias, señorito Martín! Es usté to un caballerete.

Camino de su residencia de verano, fui encontrando un malecón de chozas hechas de cañas, juncos y chapa y de todo lo demás que escupía el mar. Cerca de la orilla trabajaban en sus redes los moradores de aquellas casuchas, pescadores cuyas mujeres, más arriba, hacían la colada que después colgaban en unos cables que habían tendido entre los chamizos. A lo largo de la rompiente, un puñado de niños que correteaban detrás de un balón hecho de harapos. Aquélla era la vida que se respiraba fuera de la ciudad, en un rincón desconocido para el mundo, frente a un mar despintado por el reflejo de unas cuantas pateras.

Mi nuevo albergue era un chozo de juncos, cañas y adobe con un pequeño porche donde me imaginé al capitán del Rábida echando a perder sus pulmones cada puesta de sol. El suelo estaba hecho de finísimas cánulas a modo de esterilla y todo el interior se dividía en distintas zonas mediante sábanas que hacían las veces de tabique. A mí me tocaba dormir con Juanín y Nando, quienes de camino a casa ya daban muestras de ser un par de machangones. A lo largo de la orilla se iban haciendo trastadas el uno al otro. Cuando no venía Juanín por detrás y le llenaba el culo de arena a Nando, era éste el que lo salpicaba con el pie llenán-donos a todos hasta la coronilla de fango.

—¡Su os voy a majá la cabeza a los dos! —les gritaba su madre—; usté, se-ñorito Martín, puede dejá sus cosas en esta cómoda. Ahora vamos a vé al viejo Maziu, seguro que le gustará conocerlo. Eso sí, le advierto que es un hombre un tanto pelicular.

—Querrás decir «peculiar».

—Pos claro, lo que yo he dicho.

Más que peculiar, Matthew Thomas era un tipo a contracorriente. Al contrario que sus paisanos, a él no le gustaba veranear en Punta Umbría, justo al otro lado del río, en el margen contrario del delta que nos separaba. Era allí donde los ingleses habían construido a principios de siglo sus conocidas casas de salud, transformando toda la playa en una especie de balneario de verano, cosa que según la Carmen no era más que una bonita forma de decir que, en resumen, iban allí a quitarse las pelotillas. Nada que ver con eso, el viejo Thomas era más bien un hombre que huía de las multitudes y con cierta tendencia a la misantropía. De manera que un buen día, después de enviudar años atrás, se construyó cual robinsón una preciosa casa de madera en aquel oasis que naufragaba junto a la corriente del Tinto, un lugar olvidado por el resto de la civilización. Mejor, imposible.

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—Eso sí, al igual que sus apatriotas, al viejo Maziu no le gustan un pelo los españoles. Nos sigue con-siderando unos indiógenes.

—Se dice «indígenas», Carmen, de indios. Diógenes era un filósofo que no se lavaba y que vivía en un tonel.

Intentar arreglarle la boca a la Carmen iba ser una tarea faraónica, de modo que opté por no corregirle más.

El hogar del inglés se camuflaba entre las dunas como un perfecto camaleón de madera. Tenía techum-bre de tejas a cuatro aguas y un amplio voladizo a modo de porche cuya sombra abrazaba todo el perímetro. Dos accesos subían a la casa, una en su cara oriental, junto a una caseta que servía de retrete, y otra por la fachada que miraba al mar, donde se encontraba el principal. La cabaña, empinada sobre fuertes estacas, era un palafito de listones de madera que el sol se había encargado de amarillear verano tras verano. Quizás por esa razón un par de botes grandes de pintura y unas cuantas brochas descansaban a la sombra junto a la puer-ta, a la espera de que alguien les diera uso. Y es que, como pude saber después, ese alguien llevaba mi nombre.

De manera que aquella tarde que siguió fue el pistoletazo de salida a un intenso agosto de no vacaciones y otras catástrofes. Mientras Matthew Thomas se enfrascaba junto a su perro Rip en largas travesías a vela, yo me dejaba la muñeca y la cordura encalando su palafito. Partía muy temprano, justo cuando las primeras luces de la aurora trenzaban una telaraña escarlata sobre el mar: bordeaba toda la línea de la manga costera hasta que el horizonte se lo tragaba, unas veces por la esquina donde el día se desperezaba cada mañana, otras tantas por donde el sol se desangraba al anochecer, y regresaba justo cuando le esperaba un plato humeante sobre la mesa.

—Un día de estos, el señor Maziu se me pierde mar endentro.

—No te preocupes, Carmen, que el mar siempre devuelve lo que le sobra.

Durante la primera semana el viejo Thomas se limitó a ignorarme. A partir del décimo día, cada vez que pasaba por mi lado, Matthew Thomas se dedicaba a mascullar palabrejas como escarfeis y otras lindezas en el idioma de Chespir —así lo habían pronunciado en cierta ocasión las Cianuro en San Nicolás—, quizás porque no quería compartir aquello que tanta gracia le hacía con aquella risilla que sonaba a trapo viejo.

—Cara cortada —se dignó a contestarme una mañana—. Scarface significa eso, cara cortada. Te viene ni que anillo al dedo, boy —ahora ya sabía que era por aquella cicatriz que me había hecho en la mejilla en el internado—; por cierto, ¿no te aconsejó el médico que te cosió la cara que no te diera el sol?

—El que me cosió la cara ni era médico ni era bueno para dar consejos —contesté.

—Bueno, también es cierto que los consejos sólo sirven para ignorarlos —presumió— ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?

—Jugando a fútbol. Llevaba la pelota y cuando levanté la cabeza alguien había colocado un árbol en me-dio. La gente los va poniendo por ahí como si nada.

—¿Acaso no sabes llevar la pelota sin mirarte el ombligo, boy?

—Señor Thomas, soy un hombre, no sé hacer dos cosas a la vez.

El viejo Thomas me regaló su risa polvorienta y luego se marchó junto a su peludo amigo al velero. Yo por mi parte, como cada día, seguía a lo mío, esperando a que llegara la hora de mayor calor para terminar la faena y zambullirme en el mar. Con el primer chapuzón siempre me embargaba un inmenso alivio. No sólo el sol picaba rabioso en lo más alto, la arena también ponía de su parte, de modo que cuando llegaba a la orilla ya tenía los pies listos para hacer huevos fritos. Una calma sin igual gobernaba toda la playa. El murmullo

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ahogado de una hélice amortiguaba la quietud a ras del agua; el mar, trasparente, me enseñaba los tobillos sobre aquella tarima de fango duro estriada como una pila de lavar. Al mismo tiempo, con su vaivén efervescente, la marea dibujaba curvas por toda la orilla. En una de esas cunetas siempre había un reducido pelotón de gaviotas que graznaba por lo bajini, como un pequeño contubernio de golpistas. Un poco más cerca, otro pequeño ejército, de cangrejos, me vigilaba desde su fortín de roca y viruta de espuma, afilando sus pinzas y esperando quizás una oportunidad para darme un buen pellizco.

Pero hasta que ese glorioso momento llegaba yo seguía pintándole la casa al viejo Thomas. Menuda invitación de verano la de la Carmen. Y por si fuera poco, mi trabajo no sólo consistía en encalar listón tras listón hasta que to-dos quedasen iguales, sino también a echarles un ojo a Juanín y Nandito de vez en cuando. Su madre me los había puesto de peones, y en honor a la verdad, la cosa es que no lo hacían del todo mal. Pero en cuanto me despistaba, se les cruzaban los cables y metían las manos en el cubo de color. Para cuando me daba cuenta, a la vuelta de la fachada habían trazado una capilla sixtina de monigotes y churretes de tal corte picassiano que, hoy día, tal y como se mueve el mundo, habrían encajado en una galería de arte moderno. Nunca debí haberlos tapado.

Y ése era mi día a día. Cuando llegaba el ocaso, un fuego de poniente incendiaba la playa allá donde el mundo se partía en dos. Y al final de todo, en la otra punta, sobre su ecuador, la Casa del Vigía, solitaria y silenciosa sobre un espejismo de bronce y vapor. Ya en la noche, el Faro del Picacho desmenuzaba la oscuridad con su guadaña de luz, pero nunca sin llegar a tocar los muros de la casa. En esos momentos su turbadora simetría me recordaba a la de San Nicolás, como una mano sombría en mitad de la noche que quisiera atraparnos a todos en su tumba de silencio. Entonces me embargaba una profunda desazón que me arrastraba al interior del chozo.

Y así, hasta el día siguiente.

Foto: Pauliten Rago

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JovenPasea

Automóvilen

Unjoven,enlatardededomingo,quisiera

quedarseparasiempredentrodelautomóvil

cálido.Vivir

sintiempoahí,escuchandounavezyotravez

esamismacanciónfrentealmardelinvierno,

Pequeño vals vienés,Federico

alpoema;LeonardCohen,lavoz.

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Juan Cobos wilkins

U

njovenpaseaenautomóvil,conduce

enlatardedeinviernoydedomingo

haciadondecomienzaoseterminaelmar.

Conducemientrasseempañanloscristales

yellimpiaparabrisasquitaypone,quitaypone

elpaisajecomounatiernafotogris.

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Esoestodo.

Lacanciónsuenaahora,

seempañanloscristales,llueve,

rompenmuycerca,salpicando,lasolas.

Eljovenacelera.Acelera.

(DeBiografía impura)

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ODÓN BETANZOS (Rociana, 1925-Nueva York, 2007)

SONETOS DE LA MUERTE (Raiz y Verbo. Fund. O.B. 2000. Pról. de E. Irizarri)

En agosto de 1970 se presentó en mi casa Odón Betanzos, que venía de y regresaba poco después a Nueva York. En tan breve tiempo conversamos lo suficiente como para tallar una amistad, que se sustanció en trabajos sobre el idioma y el oficio de escribir. Este hombre, sencillamente sabio, repetía que en las relaciones humanas ‘no había que restar, sino sumar’. Frente a su actitud, su nombre y su obra no gozaron en su tierra de la consideración que merecían, mediocridad contra la que sólo oponía su palabra limpia y el devenir de la Historia, a cuya puerta, traspasada por él, vegetaba una legión de ninguneadores vocacionales esperando acceder en la postura que hiciera falta. Odón sem-bró su palabra, la amó y nos la dio hecha poema: Florezco con mi palabra, / articulación trabajada, / siglos de empeños. (La mano universal. Antología. 1972-1976).

La palabra fue su herramienta como poeta, su trabajo como Director de una de las 22 Academias de la Lengua Española y su disciplina en la Universidad de la ciudad de Nueva York. La palabra lo elevaba sobre los dimes y diretes que nutren los rincones de lo turbio, de lo injusto. En unos días densos de literatura en la UNÍA (La Rábida), comentando obras de Darío, Sor Juana Inés, Borges, Neruda, Rulfo…, en un ambiente tan literaturizado era lo propio que la palabra buscara reflexión. Decía: ‘Ser escritor es como estar picado de tarántula; el herido no tiene cura; no hay más salida que entregarse por en-tero a la palabra escrita. Le dijeron a Neruda: Hay un hombre poco instruído que sabe de memoria los versos que ha inventado. Neruda pidió: Que venga. Será el que diga algo nuevo’.

MANUEL garrido PALACIOS a Poesía es la fragancia de la obra, el nexocon la belleza. El autor la capta, pero no sabe enqué lugar reside para arañarle porciones. Se aplica‘Poesía’alartedelapalabraporqueconellasehaceelverso,peroesarendijaporlaqueseaccedeaotradimensióntambiénestáenlatalla,enlamúsica,enelcolor,enlaarmonía,enladanza,enelcine,encuantonosmuevepordentro.EseecoocultoqueflotavieneasercomoloquediceJuanRamónJiménez(Moguer,1881-PuertoRico1958):‘lachicharrasierraunpino,quenuncallega…’(Plateroyyo.1907-1916.LibrairiedesÉditionsEspagnoles.Paris1956.Ilust.deBaltasarLobo)

VienenaquíversosdepoetasquefraguaronpartedesuobraenelSurdeEuropayquenoslleganpocoonocomomerecen.Leerlosesescucharlosenvozbaja,compartirleslasvisionesquerumianensoledadconherramientascomoalgoquepinteyelabismodelahojaenblancoencuyofondobrillaelríoquepasasinhacerruido.

Enlosviajesllevolibrosdepoemasylosleoalládondevoyporcompartirnombres,obras, sensaciones.Heaquíunamuestra:

L

OETAS DEL SUR DE EUROPA (III)P

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La palabra fue un buril que marcó su dimensión de poeta: Los fusilamientos de los padres / los dejaron sin llanto. (Perfiles de las muertes sombras, 1963). Odón inició su andar con la palabra ‘muerte’, y ésta lo obsesionó hasta llegar a dedicarle sus SONETOS DE LA MUERTE. Algo así como ‘meter‘ el dolor en cator-ce versos:

Por fin es la hora del morir naufragiocuando el alma se quiebra en sus verdades;

me recuento y digo en eternidades,corazón que habla en aires de presagio.

Sutil por lo que enseña es el adagiodel cuerpo que se muere en sus edades,

sufrir de día y ver calamidadescomo norma sencilla del naufragio.

La vida dada la estimé en belleza;me la hicieron a golpe de maldadesy no quiero vivir porque no quiero.

Con las ansias de morir se me empiezalenta a morir el alma en soledades.

Poco a poco descubro que me muero.

TenemosenBécquer(1836-1870.Rimasyleyendas.Austral)laimagendelarpaenel“ángulo oscuro / de su dueño tal vez olvidada”esperandolamanodenie-vequesepaarrancarvidadesuscuerdas.Unpoemaes esa mano de nieve que nos roza en lo hondoparaquesueneelalmaenestemundo‘estrepitosoypalabrero’,segúnBergamín;paraquecadaunoseescucheysesientapartedeesealgo entre dos nadas que es la vida.

Foto: Julian Ropero

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ETus

ntre

Manos

Mías

y las

ALFONSO S. BARRAGÁN

P onlasmanossobrelasmíassilascuentasnotesalen,

sialcanzasadivisarelestuariodelosmiedoso

falloenelrecuentoausentedetuslabios,

simeencuentrasausenteydesprotegido;

quizáscelosoenlaantesalaestérildelosdesengaños.

Dejaquetusmanossobrepasenlaurdimbredemicarneydemisvenas

paraquepuedaconstruirtenuevasfantasías,

edificarmilhumoresalladodelostuyos.

Dispóntusmanosunidassobrelasmíascontiemposuficiente

silassombraslleganaausentarse,

cuandoescalarlosdíasseteantojecomplicado

ynadaobtengasconquéentretenertuspasos.

Premio de Poesía XVI Certamen de Poesía y Relato Corto “Marzaga”

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Arrimatusmanosamipecho,

quelacalidezdelacarnecobijetuspesares,

profundiceenelvértigoinsomnedeunlatido

oanegueamorfosvidriosocálicesdeacíbar

dondeenraícentusafliccionesytuscuitas

yemerjanpoemasdeverdades

reclamandosudominioymipersona.

Ysilanocherezaimpenitente

yrecogeselrecuerdodelamuerte,

quetusmanosaleteenenfebrillapso

porelllanotransfondodemisojos

paraquetepuedahablardelaseddeabrazos,

deensueñosligerosylabiosapretados,

yreclamaentoncesdemibocacualquierbeso.

Tratadealineartusmanosconlasmías

antesdeahornarvacíosdecuencos

quecontenganalígerasderramasdecarneypiel,

aquellascúpulasdiáfanasqueerigimosalgúndía.

Ysiadivinasenmisojosrestospálidosdepromesasprolongadas;

oscurécelosconpremura;

que,atentastusmanos,cieguenmissentidos

yañadanfervoralavelada,

páginasalíntimodevocionario

oestrofascálidasaalgunamelodía

queestrecheeltiempoentrenosotros.

Quelapresenciadetusmanosabunderisasyconsuelos,

cizallepesaresreambulantesdeañostranscurridos

yacojaparasiemprelacalidezdenuestrosdías,

cadaminutoentrelazadocuando,alfin,

recompensetodamemoria

nuestracarneentretusmanosylasmías.

Foto: Pauliten Rago

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JUAN DRAGO

Foto

: Isr

ael

Padi

lla

Sus

Ne grasMárgenes

Entre

Quépuedohacerporti,

palabraocaballodenieve

quesubeslacolinahacialaluz?

Noeresescudo,nimoneda,niagua.

Juncoamerceddelviento,

dispersiónquejuegasaserraíz.

Mariposaenuncrucedecaminos.

Pájaroquesiguelamanociegadelaire.

¿Quépuedohacerporti,ypormí?

¿

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L

ntresusnegrasmárgenes

traelanochesupáginablanca.

Escribaellasobremiespalda

comolluviaenlaarena

antesquelasavesalcenelvuelo

yeltestigocomienceacaminar.

osmédanosmedicenqueunanoche

abrirélosbrazosydejaréenlaarena

lahuellademiimpulso.

Nochedeolasyfaroslejanos,

deestrellasyciudadesencendidas,

nochedesombrasqueabrazan

vientresdearañas,corazonesdepájaros.

Nochequeenmínavegaentrensonámbulo

desgajandolacarnedelolvido.

Sólolosdiosessabenleerlaoscuridad,

evitarlosespejosconlucesquedislocan,

quebrarloslaberintosdepalabras

queenvuelvennuestraceguera

cononubesderamas.

Elairequemecubredejaenmílossusurros

E

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Memoria de la tarde Faustino Rodríguez

Técnica: Agua fuerte y colage sobre fotografía

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(DellibroinéditoPoemasenprosa)

FÉLIX AMADOR

elMarSoñar

Soñarlalunaconlasaldelmar.Soñarelmar.Soñartodoslosmares,elmar.Marencalma,marquemata,mardenoche,mardemañana.Soñarlalunaconlapieldelmar.Soñar,soñar,soñar.

ArenaLa

Quizás la arena tenga la estructuracósmicadeunaantinoveladeCortá-zar,elmismoirynoveniryjugaraen-contrarseyencontrarnosenalgúnlu-garinesperadoconlasorpresaenlosojosauncuandosabíamosque,tardeo temprano, íbamos a encontrarnos.Ocurrecadaverano,comounhechocósmico no planeado ni justificableni lógico, pero esperado. Cada sols-ticio.Ocurre.Encontrarnoseseljue-go.Comosinopasaran losveranosnilosañosyfuéramoselmismopardeniñosenelmismolugar,lamismaarena,elmismomar,elmismojuego..

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Descalzoslospies,

desnudaelalma,

nohayprendasobrelapiel

frentealmardeminiñez.

Mareastraenolas

quemojanmidesnudez.

Horizontequedibuja

elMazagóndemissueños;

vineatuorillabuscando

elabrazodeunrecuerdo.

Testigofuidelaluz

deunverdemarapostado

quevuelveadespertarelverso

demanosdelamusa

quenuncahubeolvidado.

SEFI CÁRDENAS

de miiñez

MMazagónmeocupaunrincónespecial.Playademiniñezdondedescubríconasombroquéformateníaelmardelquehablabanloslibros.

Veraneoscortoseneltiempoconlosquedisfrutabaenlos“Ranchos”,casasdemaderasyramajesqueseconstruíancercadelaorillaparapasarelverano.Cierrolosojosypuedoverentreaquelloshombresamipadre,pescado-resimprovisadosquebatíanlasredesenlanocheparaelsustento.Regresábamosatiemposprimitivosatraídosporlafuerzadesupaisaje.

Mazagóneselrecuerdodemispadrespletóricosdeju-ventud,demisprimeraschanclasdegoma,depresenciarlaagoníadelospeceshacinadosenloscubos,delsustodelos“alaclanes”enlosarenales,bajolospinos.Mazagónes elmar; horizonte donde por primera vez perdí lamiradayacudieronlasmusasvenidasalomosdeseresmitológicos,habitantesenlasaguasdemiinterior.

Evocacionesatesoradasenlasentrañasquehoyregresanparadarvozaestosversos.

Foto: María José Carmona

iñeziñez

ar

N

60Foto: María José Carmona

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marzagón r e v i s t a 2 0 1561

Foto: María José Carmona

CARMEN PALANCO

delmAR

La

ielP

Caracoleas,Mazagón

enelcentrodemidolor

yllegasalivio

deatravesadoespigón.

Esmipieltumar,

airequemesabehablar

sipersigocallar.

Caracoleas,Mazagón

ensuextremomeridional,

metraessobrelasisobaras

lalágrimaquehadelimpiar.

Estuarenagaviota

quesequiebraantesdevolar

ydejatuuniversounasiembra

quemedevuelvealasal.

Caracoleas,Mazagón

eslahondura

deunacometasinhilo

quequieta

parasombrademivestido.

Noeresagua,nitramosyertos,

noeresaquelloquesetoca,

nirocamolidaporelcompásdeltiempo,

nimicuerpomuralla

quetraspasarnopuedas,

nillagaabiertaenlaboca,

ninadaquenoquisiera.

Caracoleas,marmío,

entretudunalalibertad

cantaconsuespuma

mordiendolasoledad

queseconsuma

ydondehabíamortalcrecelahierba,

ydondehabíadesiertosevaelfrío.

¡Mira!,mardelsilencio…

queMazagóneslaisladelcomienzo,

ybastióndelasverdades

conlasquemeencuentro…

¡Mira!,

queNeptunopusolengua

asuoleaje

paraqueseentendiera

lapalabra

quehoymesujetaconsuandamiaje.

Al mar y tierra, a la piel en que me habitas, Mazagón da la mano cuando el alma lo necesita

Foto: María José Carmona

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JUAN A. GUZMÁN

losSeres

AdeTartesos

SurcandoelMareNostrum,unospueblosforasterosvinieronporeloriente,yenlasaguasdelestrechodecíanmirandoalcielo:¡QuédifícilnavegarporlossueñosdeTartesosenlaluzdellubrican! Conlaluzdeamanecidapisaronlaarenafinadenuestrasplayasdoradasylargascomoelcabellodeunasirenavarada:losmédanosdelaorillaadornadosconguirnaldasperladasdecamarinas,perfumadosconretamas,conbriznasdeaguamarina…

Fenicios,griegos,romanos,sinsaberqueeraelAtlántico,ensusplayasseasentaron.Yaquí,vivieronsusvidas,yaquínacieronsushijos,deaquípartieronsusvuelosaesavidamejorparalosvivosyamuertos…

AlcobijoyalamparodelosseresdeTartesos,delosantiguosatlantes,losdelasleyesenversos.

Poresopiensoyescribomishumildessentimientos.PoresohoymedirijoalosseresdeTartesos,yesporesoquehoyosdigo:

“Respetaalosotrosseres,losqueestánylosquevienen…”

(Estoseranyhandeserlosversosdenuestrasleyes).

Foto: María José Carmona

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enLeído

Aguaslas

JOSé A. GARCÍA

oL Mazagón, terraza de los días, centro,fuego,fuga...Yatardece:enlaluz,enlasmanos,enlaescritura.Nadadebeinterpretarse,sinembargo,como adiós, abandono, destronamiento; ningunafrustración cabe, copa litoral, nombre propio deplayasituadoenlosperfilesdelocaso,masnoparaanunciarlallegadadelaoscuridad,queparaesoyaestáelmundo,sinoparaclarearloqueexisteden-tro(casitodo),yante locualMazagóndemuestratenerhondosconocimientos,escenificatanoportu-namenteyofrecealamiradalecturasenlasaguas,quenohizonadie.

Quelospaisajesdictenalossentidos,oquelas cosas, pormuy pequeñas e insignificantes queparezcan,siempreesperendenosotrosuncomen-tarioamable,sonrealidadesfácilesdeapreciar(másaúndeatender),yclavestambiénparaencauzarlavisióndereferenciaentornoallugarquenoshato-cadovivir,Mazagónalencuentrodiariodenuestrodestino,unabenditasuerte.

Tomarconciencia,pues,del“yo,aquí,ahora”,esmuyimportante:dejarteverabrazadoyserenoa la vida, pero con los símbolos de tu proceden-cia, al abrigode tumutablenaturaleza; gravitar tuhistoriasobrelaviejapisadaborradaporelviento,agradecido por lo que te transmitieron y ense-ñaron;ascenderdesdelaperseveranciaosueño(laaladaposibilidaddeloinvisible);descendereltiem-po,rompiendo,sinsaberlo,elsilenciodelvacío...YMazagón–insisto-,encadapuntoeinstante,aquelloquefue,es,quedeseguramenteporrezar,recogerenelgrancuadernodesuorilla.Conesapazvoy,entregomirespiraciónalabrisa,mipalabraalolvido,midudaa laesperanza:muestrascerterassondehaberhalladoindiciosdelaverdad,amadoenesteparaísolaexistencia.

A mis hermanos, Alfonso y Manolo

Think for a minute

Foto: M. José Carmona

63

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CARMEN CIRIA

elTM

ambién

ar

Yenlatardequepierdesufiebrebajolatúnicadeshilachadadelocaso,vaperdiendoelcorazónundesventurado.

Leobservaelcaballitodemar,enlosojosundestellodealaocomprensiónopesadumbre:

Tambiénelmarpierdeamoresyhabitantesluminososyensueños,peronocedeyhoradalarocaoseextiendeenlaplayaparainsistir,reinventarseyencontrarunaverdadqueloacreciente.

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Ia

mpunidad

LDOLORES IZQUIERDO

I

¿Quépasióncrecesobrelaimpunidad,

yeldeliriotremendodelos“torpes”?

Marcercanayajena,ynecesaria,

libreyesclavadetodoslossentidos,

cómoremontaselciclodelavida,

yvasyvienesenlaplatanocturnadelosastros,

conociendolospasosdelaHistoria

ylafrágilhogueradelalmadelospueblos.

Madre,mar,madre...

quetrajinaslaesenciaylacomprendes,

comolabiossedientosqueteesperan,

lamuerteseabrepasoentusentrañas

parahacerselavida.

Cuántasmanosvacíasteacompañan,

cuántossueñosperdidos,

cuántodolorinnecesarioyvano

paralavanidadyelnulodesarrollo

delasmentesperversas.

Enesteásperoversoterecojo,

aguapreciosaquealimentasmivida,

claridadenelcinismoqueinvade

laconcienciadelasmanosmásnobles.

Memoriadelosjustos.

A mi madre:Mariana Labrado Márquez

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ANTONIO RAMÍREZ ALMANZA

elEar

ncuentra

M (Losinuitllamanatiqtuqalososos quviajan al mar)

Sitienesdudas,camina.Sigueelitinerariomásseguro,

bordealosriachuelos,álzatealascopasdelosárboles.

Oteasipuedeselhorizonte.Enalgúnlugarinescrutable

estáeldesconocidorumorquetedespiertaenlanoche.

Sígueloconlalentituddelashorasinvernales.Midesus

espaciosporlaslunasycaminahaciaélconlaesperanza

delodesconocido.

Controlaelansiaylallamadaimperturbabledelosvacíos

queocupantuorientaciónperdida.Dejalaparsimoniade

latribuypásatealmonteagreste,líneaimaginariaenla

órbitadetusojos.Notedetengasenlatarde.

Larutaestáenlascorrientesdelasaguas,másalládelos

troncosdelaribera,porelcauce,casiimperceptible,

deritmoslíquidosquenoseagotan.Tendrásunaseñal

sobrelosarbolescuandoveaslacariciadelashojassecas

caeralsuelo.Esaeslafuerzaquebuscas.

Unacampanainmensarecogeráelcimbreodetussienes,

persíguelahastaqueloexteriorseainternoypercibascon

nitidezeldiscursodeloselementos.

Notedetengas.Elmarvieneaticomotúaél.

(DelpoemarioEl triunfo del día) El encuentro

Foto: M. Ángel Morales Algaba 66 sociedad

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ociedad

sociedad

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Por Rafael Blessing

penas faltaban unos minutos para el mediodía cuando el teléfono sonó. Era un número largo y sabía que era de la Delegación, pero la pregunta era cuál de ellas. Mi mujer se quedó a unos metros de mí y respondí con una voz entrecortada, como el que espera una mala noticia.

-¿Sí?- respondí. Al otro lado una voz amable, después de darme los buenos días, me preguntó.

-¿Rafael Blessing?

-Sí, soy yo, dígame

-Mira Rafael, me llamo Narciso, te llamo de la Delegación de Huelva. Tengo una sustitución en Mazagón para que te incorpores mañana. El instituto se llama I.E.S. Odón Betanzos Palacios, es el único que hay en la zona-. A continuación me dio el teléfono de Alejandro, el director, y me comentó que ante cualquier duda lo llamara. Cosa que hice para preguntarle ubicación, horarios y de cuánto tiempo era la sustitución.

Tras despedirnos, colgué el teléfono y le dije a mi mujer -A Huelva-. Dicen que la cara es el reflejo del alma y, por su gesto, pude ver que su alma estaba bastante apenada, igual que la mía.

Siempre he pensado que todos nacemos teniendo un camino que va preestablecido, hemos nacido para algo, y yo lo hice para ser profesor. Es mi vocación. A mí me pusieron en este loco planeta para ser, no solo un transmisor de conocimientos, sino para tratar que estas nuevas generaciones alcancen sus metas, darles la oportunidad de que cojan el cami-no correcto y se conviertan en los grandes del mañana. Los grandes abogados, periodistas, profesores…carniceros, camareros…Que a nadie se le olvide que nuestro objetivo principal es el de formar personas, no el de hacer que estudien una carrera.

)

Mazagón:un lugar para recordar

Foto: Julián Ropero

A

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El hecho es que venía, como aquel que dice, de deshacer la maleta. La semana anterior había terminado en Mijas (Málaga) y, ahora, tocaba rehacerla y coger coche otra vez. Desde Rota (Cádiz), el pueblo que me vio nacer, hay un kilometraje importante hacia aquí y lo peor es que dejaba en casa a mi mujer, Esther, con mis dos “peques”, Julia, mi princesa, de 6 años y Gabriel, un hombretón, de solo 3 meses. Tener un trabajo es un lujo en estos tiempos que corren y más cuando uno hace lo que le gusta, pero en este caso, los “contras” ganan a los “pros”.

Después de preparar el equipaje, el navegador y, lo más duro, despedirme de los míos, llegué a Mazagón. Solo había oído hablar de este lugar por sus playas; pero, realmente, Mazagón es más, mucho más. Ese ambiente y muchedumbre en el parque donde los niños juegan y se columpian mientras sus padres toman el café en las ter-razas, la amabilidad de su gente, sus bellos parajes a través de sus pinos hasta alcanzar los paradores, es su puesta de sol, su gastronomía, su faro, que se levanta altanero y que cada noche despierta para dar color a su bella costa y es, su instituto.

Sobre este último pienso en cómo definirlo y hay una palabra que se me viene inmediatamente a la cabeza: FAMILIA. Apenas son unos veinte los que forman el equipo docente; pero realmente son más, muchos más. Car-men, la conserje, Mariola, la administrativa; las encargadas de que cada mañana nos encontremos el edificio y las aulas dignos de portada de revista y aquellos que dan vida al mismo, los alumnos, “nuestros niños”. Los que hacen que cada mañana nos adentremos en una nueva aventura con la mejor de nuestras sonrisas.

Apenas llevo un mes en el centro y parece que soy un veterano en él. Desde el primer día fui uno más. Tengo que agradecer a todos y cada uno de ellos (Óscar, Joaquín, Pepe, Inma, Paqui, Jenni, D. Manuel, M. Miranda, Mª José, Flor, Isaías, Víctor, Patricia, Lorenzo, Jacinta, Alejandro, M. Ángel, Agustín, Paco) su comportamiento para conmigo, sus gestos amables, sus palabras de ánimo cuando hablo de mi familia y me vengo abajo, el acordarse de mí cuando salen a desayunar o ,incluso, que alguna tarde nos veamos para salir a jugar con los alum-nos y alumnas.

Mazagón y su Instituto parecían un destino más en este arduo camino que es el de ser profesor interino, pero se ha convertido en uno de esos lugares que quedan grabados para siempre en el corazón de las personas. Por eso y por otras tantas, Gracias Mazagón, Gracias mazagoneros y MUCHAS GRACIAS I.E.S Odón Betanzos Palacios.

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Por Luis Carlos Sáenz de la TorreExtracto del Pregón en Honor de la Virgen del Carmen24 de mayo 2015Iglesia Sagrado Corazón de María

Foto: José A. Mayo Abargues

T iene la Virgen del Carmen en sus manos el amor recogido de tantos caminos y sen-deros. Todo con su mirada lo controla. La peana de la Virgen del Carmen se ha transformado con el tiempo en un muro de las lamentaciones. Hasta Ella llegan, cada viernes de romería, los mazagonenses a clavar la mirada en su rostro, dejando deseos con nombres de enfermos, intenciones, sueños incumplidos y amores imposibles. Como si a la Virgen le hiciera falta escuchar-nos cuando nuestros nombres los lleva escritos en sus manos nacaradas. Solo Ella consuela, solo Ella dignifi-ca, solo Ella nos protege; lo sabe Mazagón, el Sagrado Corazón que la guarda, la heráldica sobre su pecho y el hábito carmelita que la abraza; lo sabe el aura de su co-rona, el niño que eleva entre sus brazos, y hasta la yunta del buey que la porta entre alabanzas. Lo sabe el viento de levante, que a su paso se calma, la marejada a la proa de su barco sosegada, y hasta los marineros que a Ella encomiendan su alma.

La Virgen del Carmen no se fue de este mundo, quedó perenne al reloj de la Vida para protección y or-gullo de esta nuestra tierra, en nuestro propio Monte Carmelo, cuyo significado en hebreo es jardín, y nos lleva a entender que nuestra Virgen del Carmen tiene su propio jardín de Dios; aquí, junto a nosotros, en los al-bores del Coto de Doñana; paraje de pinares, bayuncos y castañuelas; alfombra verde que da guarida a linces y zorzales; patos y fochas, aves choqueras nacidas en el Estero Domingo Rubio. Eres tú, Doñana, tesoro de du-nas, coto y marisma, y jardín, Señora, que a tus pies te ofrecemos para gloria tuya, junto a ese océano que nos baña y capitaneas como Stella Maris, Flor del Carmelo y Estrella del Mar.

Basta para sentir tu presencia con acudir al pun-to más alto de la Cuesta de la Barca, al inicio de las Casas de Bonares. Junto a la placa al pintor Miguel Ballesta he sentido siempre muy de cerca tu presencia, mi Señora, ante aquel paisaje inigualable, imposible de alcanzar a ver en otro lugar, fuera de cualquier posibilidad imagi-nativa de artistas y pintores. Aquel sitio me pierde, me traslada; durante un instante siento parar el tiempo. Frente a mí el océano, tan apacible, tan feroz, tan lleno de esperanza, interminable en el tiempo; tanto, tanto que he perdido el horizonte, pues el azul cristalino se confunde con el celeste de nuestros cielos; ese mar choquero, espejo de aves aventureras, me seduce, me estremece…y me hace sentirte y entender que tu pres-encia entre nosotros es para siempre, Reina y Señora de Mazagón, amada Virgen del Carmen.

(…)

Mazagón... aire del Sur

70

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La exquisita mañana primaveral nos alumbra con sus primeros rayos de sol, los nervios son protagonistas impacientes de los romeros, expectantes en los alrededores de la iglesia; sus techumbres de caña son cobijo de devotos cuyos corazones rezan en un mismo son. Señora del Carmen ya vengo a verte, su campana repiquetea incesantemente; impacientes por los momentos pres-tos a disfrutar; los cohetes anuncian, desgarradores de sonido, el inminente momento, transcurre el instante esperado; las insignias de la Asociación esperan expectantes haciendo guardia a la Virgen. Emociones, sentimien-tos, plegarias, romeros que buscan la estampa distinta; la avenida, corazón devocional adyacente al templo, rebosa jubilosa de corazones prestos a la estampa que los rapte del mundanal mundo, y los absorba del recuerdo por los que no están. Unos se acuerdan de José Antonio, el marido de Con-stanza; otros de la mujer de Feria, muchos de Antonio el Pato; como si ellos no estuvieran entre nosotros, como si el Sacramento de la Resurrección no hubiera descendido como lluvia de amor desatada para custodiar a la Virgen en su caminar, qué poca fe hay que tener para pensar que tras esta vida uno no alcanza la gloria junto a Dios.

(…)

Que toque el tamboril de Mazagón, que toque sin parar, anunciador de su belleza, juglar de sus encantos. Que toque el tamboril de Mazagón, que toque sin parar, embrujador de corazones, voceros de su salerosa belleza. Que toquen el tamboril de Mazagón, que toquen sin parar…y que bailen gitanas por seguidillas a compás, que ya Mazagón sueña con El Poblao y su ermita; envuelve con tu talle, gitana, la grandeza de esta mañana, anuncia con tu baile intenso, sentido y emocional el querer de unos romeros, preludio de una entra-da triunfante. Baila gitana y vibra tamboril, con arte y poderío, con una danza campesina de primavera que, al repiqueteo de castañuelas, seduce hasta la misma luna lunera, quien oscurecerá pinares y senderos, prendida por tu aire marinera.

(…)

La senda ha cambiado; nervios convertidos en templanzas, alegría transformada en sosiego; la tarde, como telón desatado de fondo, muestra los primeros cantes, discurrir de un merecido asentamiento a la vera del horizonte lejano que reflejan los mares de Castilla, testigos cercanos de nuestra marcha. Qué nos gusta vivir el ocaso de la tarde en esa larga carretera que nos llevará al Poblao, qué precioso instante en el que la caravana calla la voz durante el procesionar silente, a la vez que el maestro bollero arrea, a la voz, bueyes que hocican como solo pueden hacer la nobleza del bello animal, embriagado por la grandeza de la naturaleza cuyo fogón es la luna disfrazada de pinares.

La Virgen se acerca a El Poblao, lo anuncia Paquito con su caja, y se palpa en el ambiente; se abre el dintel del teatro de los sueños de la Asociación de Romeros del Carmen; la Virgen, a hombros de su pueblo, se posiciona frente al dintel de la ermita, cobijada por sus hijos obedientes a la disposición que se ha tenido a bien, tras la reagrupación en El Parador. Cada pinar de El Poblao es la historia viva de un grupo humano que no tiene más digna forma de llegar que rezando a los pies de la Virgen, qué explosión de sublime belleza la allí mostrada, qué estampa más romera la de los romeros de la Virgen del Carmen en el ocaso vespertino, qué acuarela de sentimientos pudiera dibujar mejor fresco que el que allí habita.

(…)

(...)Será porque Mazagón,

allá por el mes de mayo,vibra de alegría

cuando la noche se enciendey las sombras se perfilan.

Será porque me siento henchido,henchido en el quebranto,

con una medalla en el pecho,cordón marrón y blanco,

símbolo inmaculadode quien sigue su paso.

(...)

Foto: Julián Ropero

71

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El Poblao se despierta

de un letargo manifiesto,

ya quiebra su silencio

una yunta de bueyes

del boyero a lo lejos.

Silencio se haga en la tarde,

van sonando entre rezos

un musitar de oraciones,

esencia pura del tiempo.

La tarde en su cristalina

esencia de paso y tiempo,

arropa su retornar

con su toca blanca al cielo.

El calor ya no le toca,

se ha retirado el viento

y hasta las flores silvestres,

testigo de su trasiego,

aromatizan su llegada

cuando camina a su templo.

¡Mirad, ya entre la Virgen del Carmen,

con un amor que es eterno!

¡Mirad su cara de Virgen,

refulgente cual lucero!

Mirad que entra llorando,

mirad lo bello de su gesto;

que hasta la flor del gladiolo,

cual nube blanca del cielo,

se rompe y queda marchita

con mil quejíos nuestros.

(…)

Foto: Julián Ropero

Page 73: Mazagón 2015

marzagón r e v i s t a 2 0 1573Foto: Julián Ropero

a Asociación UNIPO Mazagón, nace en el año 2005 con el fin de trabajar por el desarrollo local, social y económico en Mazagón . Desde sus comienzos hemos tratado de dar respuestas a las necesidades de los distintos colectivos sociales y sectores productivos , potenciando los recursos intrínsecos del territorio.

Con el fin de promocionar localmente Mazagón y apoyar al tejido empresarial, atrayendo el turismo, llevamos nueve años desarrollando la RUTA GASTRONÓ-MICA “ MAGIA OTOÑAL” EN MAZAGÓN. El evento se realiza entre los días 30 de octubre y 3 de noviembre; coincidiendo esta fecha con la tradicional fiesta de Halloween .

Durante esos días , los bares y restaurantes de Mazagón ofrecen sus mejores tapas acompañadas de una bebida con precio especial, comenzando la jornada desde la mañana y siguiendo por la noche con nuestros pubs que, con motivo de Halloween, son decorados y ofrecen bebidas y cokteles a precio especial.

Son días muy divertidos en Mazagón, un lugar donde niños, adultos y jóvenes pueden disfrutar de animación y actividades de ocio por todos los estableci-mientos participantes en la Ruta.

Todo comienza con la inauguración, donde la poesía y la música se encuentran; en ese acto se procede a la elección de un jurado popular, elegido al azahar en-tre los asistentes al acto, compuesto por seis personas que serán las encargadas de degustar cada una de las tapas para dar su valoración individual, baremada por puntuación siguiendo distintos ítems; resultando tres premios entre los es-tablecimientos participantes.

Durante el fin de semana la diversión está asegurada con pasacalles, fiesta de disfraces halloween, charanga, magia por los establecimientos; finalizando con un acto de clausura en el que, acompañado de espectáculo, se hace entrega del premio a las mejores tapas. En este acto también se lleva a cabo el sorteo de re-galos , cortesía de los empresarios de Mazagón, que colaboran con la Ruta. Para participar en el sorteo el requisito es depositar pasaporte sellado por ,al menos, seis establecimientos participantes de la Ruta.

MagiaRuta Gastronómica

Otoñal

“)L

UNIPOUniversidad Popular de Mazagón

73

Page 74: Mazagón 2015

marzagón r e v i s t a 2 0 15 marzagón7474

La

Buena

uerteS)L

Foto: Paco López Prensa Ayto. Moguer

a idea de paraíso es tan personal y hay tantas versiones como individuos poblan este planeta. Debo reconocer que la mía es la de un lugar ideal, en condiciones meteorológicas, con una oferta cultural extensa y de calidad (este último adjetivo con difer-entes niveles, en función de lo que uno aprenda, se emocione y entretenga). Lo que nos hace humanos, y nos distingue del resto de la fauna animal, es nuestro acervo cultural, del que venimos y hacia el que vamos. La buena suerte de los que vivimos en Mazagón es que la primera condición ya la tenemos. Somos la provincia española con más horas de sol del año, y creo que con mejores temperaturas también, así que la idea de lu-gar paradisíaco se va perfilando cuando pensamos en este pueblo. La segunda idea se va formando poco a poco con el paso de estos últimos y breves años. Ten-emos Cine todo el año, para el público infantil y juve-nil cada vez más creciente en nuestra localidad (con la ventaja además de haber mejorado la calidad de las proyecciones gracias a un nuevo proyector HD compat-ible con BlueRay); del mismo modo las obras de Teatro, independientes y artesanales, al viejo estilo, colman la agenda anual. Exposiciones y Actividades al Aire Libre (ferias de artesanía, reuniones y concentraciones de grupos: patinaje, coches antiguos, etc.). En cuanto a Actividades Musicales aún estamos en proyecto de mejorar. Tres años de Ciclo Didáctico-Divulgativo In-ternacional de Jazz (preparando en estos momentos la cuarta edición), y dos años del Festival de Músicas del Alma – Noches del Faro, ambos eventos de carácter gratuito y con enorme éxito hasta las últimas ediciones. No obstante, las iniciativas privadas han proporcionado una agenda alternativa a los eventos musicales públi-

cos, no siempre teniendo en cuelta el criterio de cali-dad, siendo sustituido en numerosas ocasiones por el criterio caja. Esta circunstancia acaba siendo exclusiva de los eventos musicales privados de nuestra localidad. No me imagino programar Teatro independiente con el criterio caja en mente, o el Cine, o las concentraciones de patinaje …, cuando el criterio caja es el primordial, al final el evento se justifica sólo con aquella palabra que Pink Floyd convirtió en canción: Money!

Este año tenemos en nuestro Centenario Patio Interior del Edificio del Faro dos propuestas gratuitas (hasta completar aforo), públicas (para todas las edades) y, creemos, de calidad. El sábado, 18 de julio, a eso de medianoche, tendremos el placer de disfrutar del Ian Scionti Trio (guitarra clásica, contrabajo y percusión), ofreciendo un espectáculo basado en la improvisación sobre estéticas que beben del Clásico, el Flamenco, el Jazz y los Sonidos Mediterráneos. A casi un mes de dis-tancia, el sábado 8 de agosto, el Proyecto OCNOS (voz soprano, clarinete y requinto, y guitarra clásica) nos ofrecerá el programa MARSIAS, un evento musical y didáctico sin igual en el panorama actual de la Música Culta Contemporánea del Siglo XXI. En este programa encontramos las influencias de las diferentes músicas populares en algunos de los compositores más rele-vantes del pasado siglo: las miradas a oriente de Cage y Britten; la nostalgia que destilan los cantares de un Gerhard en el exilio; la incansable mirada de Berio al folklore de todo el mundo y las influencias populares en el corazón germano de la Alta Cultura Europea.

Todo un lujo de programación en el lugar más místico e hipnótico de toda la localidad, un lujo que le debemos a la Buena Suerte …

Por: Rafa LópezMOS [email protected]

Noches del Farowww.ianscionti.comwww.proyectoocnos.com

Page 75: Mazagón 2015

marzagón r e v i s t a 2 0 157575

n el tercer paso de peatones de la Aveni-da Conquistadores se encontraba desde hacía bastante tiempo. Solo. Expectativo. Yo ya lo había visto desde el otro lado de la acera, no lo voy a negar; pero, por cir-cunstancias que ni uno a veces puede explicarse, hice como si no fuese conmigo.

Él captó rápidamente mis intenciones evasivas y co-menzó a balancear sus dos brazos en el aire, con el mis-mo ritmo armónico de las palmeras de la avenida, o eso me pareció en ese momento; desarrollándose la escena de forma secuencial mientras me acercaba más y más a su posición, a medida que cruzaba la calle. No se movió ni un ápice. Eso me enojó. Ya he aprendido a no bajar la guardia, a que la mayoría que se acerque sea en son de guerra, desafío, confrontación.

Pocos son los que te agradecen tu labor, muy pocos.

“¿Qué querrá éste?”- pensé de forma despectiva- y de repente comenzó a emitir sonidos onomatopéyicos sin sentido alguno para mí. Entre el entendimiento de al-gunas palabras sueltas en la retahíla y gracias a un es-fuerzo sobrehumano, iba interpretando algunas ideas:

“amigo poblema, quere dormir, en chabola polígono, amigos hablar no a mí, frío, por favor decir sí a mí para hacer yo chabola”.

Era joven, de unos treinta y pocos, piel azabache, alto y corpulento. Sus manos no se correspondían con su cuerpo. Grandes. Parecía más bien un colage en el que, con intenciones groseras, se realiza una composición seleccionando de una revista partes del cuerpo de dife-rentes personas para elaborar una obra pictórica poco acertada. Piel agrietada, sus dedos datilares y las uñas parecían estar hechos de plomo, largas, duras y agrisa-das. Posiblemente curtidas por días y días batallando con el fango y la arenisca de las Malvinas en las preca-rias labores agrícolas que se ofertan a aquellos que aún no han obtenido sus papeles.

“Imposible amigo. Yo no puedo hacer eso”. En ese ins-tante se paró el viento y las palmeras dejaron de ba-lancearse. Recuerdo perfectamente su cara. Sus ojos comenzaron a enrojecerse y creo, incluso, que estuvo a punto de romper a llorar. Eso me conmovió y, de forma repentina, una tormenta de sensaciones contradicto-rias cabalgó sobre mi cabeza.

Quise hasta comprar mi conciencia ofreciéndole toda la ayuda posible: bocadillo, comida, ropa… La respuesta de él fue evidente. Tan sólo buscaba un único objetivo y una única respuesta, todo lo demás no le importaba, pero aquella respuesta que él esperaba escapaba a mis posibilidades.

No insistió mucho. Supongo que el NO que le propor-cioné sonó en su cabeza como el ruido del badajo el sábado por la tarde en el campanario de la iglesia de Las Dunas: seco, contundente.

Poco a poco se fue alejando por la Avenida Conquista-dores hacia abajo sin mirar ni una vez hacia atrás, do-lido y desilusionado; no siendo el único herido en esta confrontación.

Pero yo estoy para eso, ¿no?, para hacer cumplir la Ley. Para eso aprendes (y te enseñan) a dejar de lado tus sentimientos y, año tras año, te instruyes en el dormir poco y mal; en ir quedándote cada vez con menos ami-gos; en disfrutar en fiestas y rezar para que el día de fin de año puedas cenar con tu familia; en preocuparte, a veces, más por aquella persona que ha sido maltratada que por los tuyos; en comer de prisa, en no temer a nada (o aparentarlo); en llevarte, un día y otro, los pro-blemas a tu casa…

Y comienzas a valorar muchas cosas en la vida: a dis-frutar de tu familia, de tus amigos, y ves lo importante que son LAS PERSONAS; preocupándote sólo por lo que merece la pena y; aunque podamos tararear lo que se nos decía desde algún Jardín Prohibido: “La vida es así, no la he inventado yo”; creo que está en cada uno de nosotros ir cambiando la letra de esta canción.

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almerasPSon

Por: J. Joaquín Gómez HernándezOficial Policía Mazagón Foto: Javier Bauluz/ Piraván

www.periodismohumano.com

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los vagos recuerdos de mi infancia, siempre ten-go presente una breve estancia de un amanecer en la playa de las Dunas de Mazagón, a la espera de salir de viaje con mi familia a visitar la sierra de Huelva. Y lo que más recuerda mi memoria de aquella espera es ese tiempo en que los niños de aquella excursión bajamos a la playa para jugar un rato con su arena y cómo, por un momento también breve, me quedé paralizado al contemplar absorto la inmensidad de aquella playa, sus infinitos horizontes, en los que la mirada acababa perdida. En aquel instante no podía ni imaginar que algunos años después regresaría, cámara en mano, para intentar fo-tografiarlos.

Hasta llegar ese momento, mi trayectoria vital y fo-tográfica pasa por mi nacimiento, infancia y adolescencia en un pueblo de la provincia de Córdoba (Montilla); aunque, ya desde entonces, muy vinculado por razones familiares a esta tierra, que me acogieron (familia y tierra) espléndidamente y de las que tengo muy gratos recuerdos. Aunque mi devoción por este hermoso arte de la fotografía es muy temprana, mi relación con ella en esos primeros años no pasa de esas fotos que, con mucho empeño y entusiasmo, pero sobre todo con poco acierto técnico, realizaba en excursiones y viajes.

Mi verdadero aprendizaje – que como esos infinitos horizontes nunca concluirá- comienza de una manera ya más seria en las tierras de Huelva, tras mi llegada a ella por motivos laborales. Los primeros pasos los doy, por motivos pasionales, en Minas de Río Tinto, – otro lugar por el que pasé en aquel viaje de la infancia y al que regresé años después- lugar al que fotográficamente le debo mucho, pues su paisaje fue todo un descubrimiento. Parte del fruto de mis andanzas por este lugar (al que aún vuelvo para fotografiarlo) y por otros de la provincia, fue objeto de una exposición en la Casa de la Cultura de Huelva, titulada El paisaje oculto, y un premio de la ciudad de Nerva a la mejor fotografía de tema minero. La titulé así porque por aquel entonces mi mirada (uno nunca sabe por qué) sentía curiosidad por los rincones ocultos, esos pequeños paisajes en los que nadie repara y que, sin embargo, están tan cerca-nos. Era aún la época analógica de la fotografía y tampoco podía imaginar por aquel entonces lo que se avecinaba- los horizontes es lo que tienen: siempre se amplían-. Llegada la era digital (a la de la fotografía aún le quedaba un poco) mi mirada se adentró aún más en lo oculto, hasta hacerse paisaje ella misma. De este momento de mi vida fotográfica son los que yo llamo los paisajes creados. Porque primero fueron creados en un pequeño barreño cuadrado en el que,

La inmensa

Entre

mirada

Por Miguel Ángel Morales Algaba

Naturaleza mágica

O B J E T I VO M A Z AG Ó N

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O B J E T I VO M A ZAG Ó N

tras rellenarlo de agua, introducía papeles pintados de distintos tipos, que luego fotografiaba, y después fueron recreados digitalmente en un ordenador con los programas de tratamiento de imágenes que ya empezaban a proliferar. Parte de este trabajo lo realizaba en Mazagón ya que por aquel entonces contaba con una casa (mi segunda residencia; vivo y trabajo en Huelva) en la que pasaba veranos, puentes y fines de semana.

Es curioso cómo, tras largos años de volver la mirada hacia los espacios ocultos o hacia dentro, empiezo poco a poco y gracias a este lugar maravilloso a levantar esa mirada, como aquel día en la playa, y a quedarme de nuevo ensimis-mado en su paisaje. Pero como bien digo eso ocurrió poco a poco.

Ese proceso de elevar la mirada para regresar al recuerdo y evocarlo de nuevo a través de ese instrumento tec-nológico maravilloso que es la cámara de fotos, con su capacidad para seleccionar la realidad, comenzó lentamente. El primer paso fue pasar de la cámara analógica a la digital. Y así fue como adquirí la que es mi compañera actual, una Sony DSLR alfa-550. Con ella, y aprovechando los pequeños o largos ratos que pasaba en Mazagón, comencé a andar y a per-derme por sus infinitos rincones, con la doble curiosidad de saber qué podían ofrecerme y qué era yo capaz de extraer de ellos (la creación consiste en eso, explotar una realidad a fondo). Ya, desde un primer momento, comprendí que esa tarea me iba a llevar largo tiempo, que no podría concluirla ni en una, ni en dos, ni en muchas jornadas esporádicas (esto también alargaba la tarea) que le dedicara. Que si quería ver y ofrecer lo mejor tendría que ser paciente y volver una y otra vez a los mismos lugares y dejar para otra ocasión los siguientes, aun con la inquietud siempre de saber que me estaban esperando. No tenía prisa.

Ante esa decisión de por dónde empezar, creo que en algún momento me dije: la playa aún puede esperar. Y esa decisión fue crucial, pues me permitió descubrir lo que de otro modo quizás no hubiese descubierto nunca. Mi entusiasta andadura comenzó, como una prolongación de la mirada anterior, en busca de esos rincones ocultos que yo intuía podían hallarse entre el mar de pinos que rodeaba a la población. Fue entre ellos donde, un día de invierno que ya recuerdo también lejano, comencé a caminar. Pero cuál fue mi sorpresa que yo iba buscando rincones y terminé encontrando a unos seres que hasta ese momento solo había contemplado como desconocidos y numerosos habitantes de una vasta naturaleza. Para los que, como mucho, tendría reservado un papel secundario de simples figurantes. Pero empecé a verlos más cercanos. No tenían por qué ser pinos singulares, con alguna característica que los hiciera fotogénicos para la cámara; no, eran pinos anónimos entre muchos otros pinos anónimos. Pinos que quizás, con el mismo humano miedo atávico a desaparecer sin más o con el mismo deseo de protagonismo, reclamaban la presencia de alguien que, con su poder para inmortalizar la realidad, los sacara de ese anonimato; comprendiera que ellos mismos, en su simple y monó-tona existencia, también eran singulares. Así, durante un tiempo, me dediqué a fotografiarlos en múltiples y numerosas sesiones en las que, como modelos de estudio, posaron para mí, dando lo mejor de sí mismos y enseñándome a conocer-los, a distinguirlos, a destacar sus cualidades. Sirva este momento evocador también para lanzar un sentido llamamiento en su nombre, para que en la medida de lo posible sean respetados, como yo aprendí a respetarlos al tiempo que los iba conociendo.

La lu

z del

aire

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Por sus propias peculiaridades, resaltadas por esa luz casi divina de la que luego hablaré, empecé a darles nom-bres propios: El abuelo, El equilibrista, El señor de la tarde y así hasta completar una colección de personajes, habitantes de estas tierras y dueños precarios de las mismas. Se encontraban por todos lados, pero había en concreto un lugar especial al que me llamaban; los alrededores de Rompeculos. Todo un poblado con barrios como El claro del fuego, de donde son: El incombustible, El dueño del bosque, La diosa, El guerrero. O la ribera, que rodea un pequeño mar de pinos pequeños que se encuentra un poco más allá, por donde transcurre también un riachuelo de arena lleno de pisadas de ca-ballos. Allí me encontré con El brujo, El árbol dorado, El actor, El caminante. O la parte alta, a la derecha, conforme entras al aparcamiento. Allí me esperaban Los cómicos, El pelirrojo, El vigilante del bosque, Los amigos, El coloso. Pero, conforme los iba retratando, de vez en cuando, habitantes diminutos de estas zonas también reclamaron mi atención. Para verlos tuve que inclinar de nuevo la mirada y acercarme a ellos. Si los pinos son cientos, ellas son miles. Y mientras que los pinos eran casi impasibles, el mayor problema que tuve con ellas fue que casi nunca estaban quietas, se agitaban de aquí para allá llevadas por el viento. Con paciencia esperé a que se serenaran para, a ellas también, inmortalizarlas. Ahí quedaron Naturaleza mágica, La vida de una flor, La danza de las flores, Luz mágica, Una joya de flor, entre otras.

Pero un día, mientras buscaba personajes de estas zonas que fotografiar, me acerqué demasiado a sus límites, hasta encontrarme al filo de esa ciudad de arena que, ahora, desde sus murallas al mar, me invitaba a que abriera de nuevo la mirada para que buscara nuevos horizontes. Abandoné, no sin regresar a ella de vez en cuando, el interior de esa ciudad y a sus habitantes más prolijos, que tantas instantáneas me dieron, para conocer mejor ese nuevo lugar. Fue todo un reto. Ya no me enfrentaba a lo singular y concreto, sino a algo mucho más grande y, aunque muy conocido, mucho más difícil de fotografiar desde esa altura. Acostumbrado a trabajar con una luz como de estudio, la que iluminaba mis personajes, esa otra luz aparecía cegadora y todo lo inundaba. Sus vistas eran fabulosas, pero ajustarlas en el reducido encuadre de mi vista se volvía muchas veces complicado. Conseguir encajar esa ciudad desde arriba con ese vasto mar que aparecía como de fondo o al mismo mar como protagonista o a todo, ciudad, mar y sol, parecía imposible. Me in-cliné por recrearlo o soñarlo, en definitiva transfigurarlo, aunque sin renunciar, alguna vez que otra, a plasmarlo como es, si es que esto es posible. También desde esta altura pude contemplar; no solo lo inmensa que era la naturaleza, sino lo pequeños que somos frente a ella. De esta forma me decidí a incorporar en algunas instantáneas a esas figuras diminutas que aparecían en mi visor y que unas veces paseaban por la orilla, ignorantes de su pequeñez. Otras veces permanecían impávidas y pensativas contemplando, al igual que yo, tanta grandeza. Y las más, tan solo disfrutando de ella. Tampoco me olvidé de sus habitantes y de sus olas de arena, en las que vivían. De este lugar difícil surgieron instantáneas como: Tan solo un instante, La luna se despide del sol, El rumor del viento, Un mar imposible, La decisión, Claro de nube, Al final la luz, entre otras.

Y por fin, un día bajé al mar, por esas calles empinadas y encajadas que conducen a él. Unas veces por su mismo cauce y otras por aceras de madera hechas por el hombre. De esas bajadas hacia la inmensidad también quedaron alguna que otra instantánea: La ciudad de arena, Pequeñas gotas de luz, Esperando al mar, La mirada perdida.

Me sorprendió la primera vez, y siempre me ha sorprendido, tras un largo tiempo alejado de él, ese encuentro con el mar, ese momento en que surge de repente ante mi vista, grandioso, majestuoso, acompañado de esa luz potente que lo ilumina todo, de esa brisa que se siente y de todos esos sonidos ruidosos que le dan vida. Esa misma sensación es la que siento, pero engrandecida, cuando ese encuentro se produce tras una larga caminata por una de esas calles estrechas que dan a sus dominios y aparece de repente, como de la nada.

Claro de nube El benjamín

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En ese viaje de la mirada, el momento del reencuentro y de su perdurable fijación había llegado. Ante mí tenía el reto de plasmar ese recuerdo, no tal y como lo vi, sino como lo sentí. De todas las instantáneas que realicé buscando ese recuerdo creo que al menos en una de ellas lo conseguí. Fue una tarde de primavera y había bajamar. Me coloqué entre la playa y el mar, en uno de los tantos bra-zos de arena mojada que se for-man en su descenso. Me sentía especialmente conmovido, aun sin saber por qué. Con el ojo de la cámara y el del recuerdo miré hacia un punto central en el que

convergían todas las líneas, todos los espacios, todos los elementos: tierra, agua, aire y luz. Un punto que pertenecía a ese horizonte que la mirada nunca puede alcanzar, por muy grande que se haga. Me serené. Respiré. Y cuando intuí que todo encajaba sentí un estremecimiento y disparé. A esa instantánea, ahora sé por qué, la llamé “La inmensa mirada”. Antes y después hubo otras: Luz celestial, Las heridas del mar, Las nubes que no llueven, En la orilla, Azul & Blue, El sol del invierno. Pero como aquella, ninguna reflejaba, de manera tan equilibrada y serena, la inmensidad y quietud de aquel espacio y la de aquel recuerdo.

En las siguientes sesiones me dediqué a recorrer ese espacio infinito que parecía no tener límites. Anduve por sus arenas mirando al mar. En su espacio hay una sola luz pero miles de cielos, los intenté plas-mar en imágenes como La entrada del cielo, Naranja y Azul, Un cielo enmarañado, Nubes, En la orilla. Y me acerqué a esa muralla que, destruida por el reto del tiempo, aún resiste sus envites. Y paseé a sus pies por un largo camino que la transita. Allí pude ver y guardar para el recuerdo a Las dos hermanas, Lo que aún resiste, El camino del mar, A la vuelta, La fuerza de la vida.

Pero no podría acabar este breve recorrido por ese tiempo y esos espacios sin hablar de ese per-sonaje que, sin su presencia, nada sería posible “La Luz”. Ella es la auténtica protagonista. Porque, aun siendo la misma, es capaz de materializarse en miles de formas para parecer distinta. Y cada lugar deja que se pose sobre sus cosas de manera diferente. Cada lugar tiene su luz. Y la de aquí es mágica. Y de todos esos momen-tos en los que se convierte en materia, posándose sobre este paisaje, yo destacaría uno: la tarde. Esa luz de la tarde crea una atmósfera casi divina. Y es esa luz la que hace que este lugar sea más especial. Porque también hay lugares que, al mismo tiempo que le prestan su impronta, le permiten ser ella misma, le dejan apare-

cer en persona. Y éste, sin duda, es uno de ellos. Es su presencia en este lugar, pero también su existencia, lo que, con mayor o menor acierto, pero siempre con el mismo empeño, he intentado plasmar en todas esas instan-táneas ya hechas y en las que es-pero aún me queden por hacer. Intentos de alcanzar a ver esa Luz son: El iluminado, Lo que asom-bra, Un manantial de luz, Camino de sombras y luces, Naturaleza mágica, La luz del aire.

Pero lo sé, mi empeño es una tarea imposible. Tan im-posible como alcanzar ese punto del horizonte en el que la mirada se hace inmensa.

La inmensa mirada

El camino del mar

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25 de julio XXI CARRERA URBANA “PLAYAS DE MAZAGÓN”19:00 h.Edad: todas las categoríasInscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

25 de julioCONCENTRACIÓN ANDALUZA DE PATINES19:00 h.Edad: todas las categoríasInscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

1 de agostoFIESTA DE LA BICICLETA12:00 h.Edad: todasInscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

Del 4 al 14 de agostoXXVI TORNEO DE TENIS “PLAYAS DE MAZAGÓN”Edad: + 14Inscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

7 de agostoII CONCENTRACIÓN DE ZUMBA MAZAGÓN20:00 h. Edad: + 16Inscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

8 de agosto3 X 3 BALONCESTO “PLAYAS DE MAZAGÓN”10:00 h.Edad: todas las categoríasInscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

11 de agostoSENDERISMO NOCTURNO MAZAGÓN “LAS PERSEIDAS”22:00 h.Edad: + 16Inscripción: PMD en Mazagón (Pabellón Francisco Díaz Torres)

De 09:00 a 13: 30 h. CONCURSO DE PESCA Lugar de celebración: Playa del Antiguo Club Náutico Categorías: Junior / Senior Inscripciones: del 10 al 27 de julio. Edificio Multifuncional de Mazagón (10-14:00 h.)

23:00 h. INAUGURACIÓN DEL ALUMBRADO FESTIVO Lugar: Portada Recinto Ferial

00:00 h. ORQUESTA “MANHATTAN” Lugar: Caseta Municipal

Jueves 30 de julio

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De 10:00 a 13: 00 h. CONCURSO DE CASTILLOS DE ARENA Lugar de celebración: Playa de Las Dunas Modalidad: Parejas / Edades: de 7 a 14 años Inscripciones: del 10 al 27 de julio. Edificio Multifuncional de Mazagón / 10- 14:00 h.

00:00 h. ENTREGA DE PREMIOS CONCURSO DE PESCA Y CASTILLOS DE ARENA Lugar: Caseta de Recepción del Ayuntamiento de Moguer

00:00 h. ORQUESTA “MANHATTAN” Lugar: Caseta Municipal

00:30 h. ENTREGA DE PREMIOS CONCURSO DE EMBELLECIMIENTO DE CASETAS PARTICULARES Lugar: Caseta de Recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial

01:00 h. QUEDADA LATINA con “VETAMUSICAL LATINA” Lugar: Caseta Municipal

De 10:00 a 14:00 h. III TORNEO DE PETANCA “PLAYAS DE MAZAGÓN” Lugar de celebración: Campo cesped artificial de Mazagón Modalidad: Dupleta / Edad: +16 años Inscripciones: Pabellón Fco. Díaz Torres

14:30 h. ENTREGA DE PREMIOS II TORNEO DE PETANCA Lugar: Caseta de recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial

00:00 h. ORQUESTA “MANHATTAN” Lugar: Caseta Municipal01:00 h. ACTUACIÓN DE Mª ÁNGELES CRUZADO Lugar: Caseta Municipal

21:30 h. Gala Infantil “FACTORÍA DE TRAPOS” Lugar: Caseta Municipal

00:00 h. ENTREGA DE PREMIOS DEL XVI CERTAMEN DE PINTURA RÁPIDA MANCOMUNIDAD MOGUER-PALOS Lugar: Caseta de recepción del Ayuntamiento de Moguer. Recinto ferial

00:00 h. ORQUESTA “MANHATTAN” Lugar: Caseta Municipal

00:30 h. ENTREGA DE PREMIOS DEL XVI CERTAMEN DE RELATO CORTO Y POESÍA “MARZAGA” Organizado por la Asc. de Mujeres Marzaga, de Mazagón. Lugar: Caseta Asc. de Mujeres Marzaga. Recinto ferial

Viernes 31 de julio

S ábado 1 de agosto

Domingo 2 de agosto

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