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Convivir vivir o sobrevivir?

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Convivir # 1


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La Convivencia Prematura Trampa o Ventaja? ...........................................3

Padres Hoy. Entre el yugo de sus padres y la tirana de sus hijos ...............12

La ansiedad, Soportarla o combatirla? ....................................................20

De la adolescencia precoz a la emancipacin tarda ..................................30

Consigue que tu hijo sea ms feliz ............................................................39

Saber perdonar, necesario para convivir ....................................................46

La Inteligencia Emocional no tiene edad ....................................................54

La mejor inversin. La autoestima de la familia. ..........................................65

Crticas: esa fuente de tensiones cotidiana ...............................................74

Te marchas, amor, pero yo seguir adelante .............................................84

El cuidado de las personas de la tercera edad

y enfermos en el mbito familiar ................................................................94

Celos en la pareja ..................................................................................104

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La Convivencia PrematuraTrampa o Ventaja?

Convivir # 1

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La Convivencia PrematuraTrampa o Ventaja?

El noviazgo de ayer se ha convertido en la pareja prematura? de hoy que viaja junta en algunos fines de semana o ya comparte piso y desayuno. Es suficiente estar enamorados para comenzar a vivir juntos? Cmo conseguir que esa relacin tenga un final feliz, concluya en boda o en una separacin amistosa? Convivir es un arte que necesita un aprendizaje y unas ideas claras.

Para llegar a ser un artista de la convivencia, se requiere de tiempo, paciencia y, sobre todo, de unas ganas tremendas de trabajar por la propia felicidad.

A sociamos a menudo la felicidad con eventos externos, grandes, sonoros Sin embargo, la persona realmente feliz es la que ha conseguido crear, en su entorno ms prximo, un ambiente en el que todos se apoyan, expresan, comunican y viven impregnados de afecto, respeto y, dentro de este respeto, libertad.

Las relaciones humanas precisan de un tiempo para desarrollarse: las personas necesitan conocerse, gustarse, compartir Los sentimientos afloran entonces y son importantes, pero son lo nico que necesitamos para tener xito en una vida compartida?

Hoy en da sabemos que las buenas intenciones no son suficientes para tener xito en una relacin: querer que algo salga bien no significa que uno sepa cmo hacerlo. La idea es poco romntica, pero el romanticismo tiene muy poco que ver con la realidad y mucho menos con la felicidad.

En la actualidad vivimos rodeados de inmediatez, lo queremos todo ya, tomamos decisiones rpidas y, en muchas ocasiones, sobrevaloramos nuestra capacidad para detectar lo que nos conviene y lo que no. Empieza a ser habitual en parejas de todas las edades, pero especialmente en las ms jvenes, la convivencia como si se fuera pareja,

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La ConvivenCia Prematura tramPa o ventaja?

cuando todava se tienen entre manos muy poquitos ingredientes para que salga algo que merezca la pena. La pasin, el buen rollito, la atraccin fsica y poco ms.

DEL PLTANO DULCE AL AGRIO LIMN

Por qu el concepto de prematuro aplicado a la convivencia? Lo prematuro es algo que todava no est listo para ser lo que tiene que ser: un nio sietemesino, un pltano verde o un contrato sin firmar son proyectos que hay que dejar crecer, que necesitan todava de un tiempo, y durante ese tiempo de unos procesos, que los hacen idneos cuando llega el momento de poder cumplir con su funcin.

Puede parecernos que dos personas estn y son lo suficientemente maduras para tomar sus decisiones, eso no implica que la relacin haya madurado lo suficiente como para poder digerirse con agrado.

La pasin, el enamoramiento loco, el atractivo, e incluso un anlisis racional de la persona y de las circunstancias podran parecernos suficientes. Pero todava no han ocurrido las suficientes vivencias que nos permitan distinguir bien el recorrido que tiene el otro y, lo ms importante, si es lo ms adecuado para nosotros y lo que realmente queremos.

Sabemos cmo reacciona ante una situacin difcil? Sabe decirme cundo se aburre o algo no le gusta? Cmo maneja su temperamento? Sabe acompaarme en mis momentos bajos? Quiere saber cmo me siento? Cmo reacciona cuando nuestros puntos de vista no son los mismos? Es responsable con sus obligaciones? Es coherente lo que dice con lo que hace? En definitiva, qu s de esa persona?

El tiempo nos permite decidir con ms claridad si lo que finalmente ha madurado es realmente lo que queramos o lo que creamos.

El tiempo permite que ocurran eventualidades, como una enfermedad grave, una situacin laboral delicada o un problema familiar importante. En estos momentos es cuando uno puede conocer ms a fondo a la persona con la que se est. Me ha acompaado?Me ha apoyado?He sentido que estaba cerca o lejos de mi en estas circunstancias? Ahora es cuando se puede distinguir con mayor claridad si, finalmente, el pltano dulce que pensbamos que bamos a disfrutar aparece ante nosotros como un agrio limn. Pero el limn, definitiva y rotundamente, es inocente de nuestra precipitacin

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CONVIVIR Y SER PAREJA, ES LO MISMO?

Hace aos, los noviazgos consistan en largos periodos de hacer manitas, algn beso casto, y las relaciones previas al contrato matrimonial absolutamente descartadas (en teora). En la actualidad se ha pasado a la convivencia cuasi conyugal a escasas semanas de conocerse dos personas. Se empieza por fines de semana juntos, pequeos viajes o ms largos, ya que he venido a cenar, me quedo a dormir, y as, a veces sin darse cuenta, y a veces explcitamente, se inicia una convivencia presuntamente de pareja, cuando a veces todava no se sabe si hay pareja.

Compartir la intimidad no es compartir el cuarto de bao o la cama. En pareja, compartir lo ms ntimo se refiere al espacio psicolgico y emocional.

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En las convivencias prematuras parece como si ya se fuera pareja, pero todava no lo hemos hablado, pero somos buenos amigos, pero no s cmo hemos llegado hasta aqu Es decir, no se tiene todava claro lo que realmente se es y se est haciendo, aparte de compartir un espacio fsico y algo de ilusin y mimos. Entonces, empiezan a surgir tambin prematuramente, lo que todava no corresponde: las exigencias y los reproches. Pero, qu me ests pidiendo/diciendo/exigiendo?

No falta razn, todo hay que decirlo. El cmo del periodo de noviazgo ha cambiado, pero el para qu sigue estando absolutamente intacto.

Aunque dos personas estn conviviendo a las pocas semanas de haberse preguntado el nombre y el telfono, todava estn de noviazgo, es decir, conocindose.

Todava no hay una pareja consolidada. Todava no hay proyectos comunes. Todava no hay compenetracin afectiva en el abanico de eventos con los que nos sorprende la vida. La relacin, todava, no est preparada para compromisos mayores, porque todava no hemos comprobado, en realidad, con quin estamos.

Como dice el refrn, los extremos se tocan. Los noviazgos de antes y las convivencias prematuras de ahora no nos garantizan que se sepa con certeza con quin se est comprometiendo el tiempo y la vida.

En realidad, la frmula que se elija es irrelevante. Lo importante es no olvidarse de que la intimidad tiene que ver con el conocimiento profundo y ntido del otro, y que la relacin de pareja es el resultado de una decisin basada en ese conocimiento.

ESTAR ENAMORADO NO ES SUFICIENTE

Es ciertamente triste, pero es as. Estar enamorado es un requisito, pero no es lo nico ni lo es todo.

Para qu sirve entonces la etapa de enamoramiento? Simple y llanamente para que exista la ilusin que facilite el estar ms prximo a la otra persona. La cercana permite conocerse mejor. Y, a medida que esto ocurre, tambin decrece ese sentimiento cuasi irracional que ya ha cumplido con su cometido. A la vez, va

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apareciendo otro ms racional y que nos va a dar la clave sobre la siguiente decisin que hay que tomar: amar o cortar? Ay!, pero en este momento la dificultad radica en desdecirse de todas las promesas y palabras bonitas que adornaron los primeros momentos de arranque

Una de las decisiones ms difciles suele presentarse cuando se ama profundamente a una persona, pero se es consciente de que la convivencia resulta imposible. Horarios cambiados (uno es diurno y el otro nocturno); campo o playa; fro o calor; rigidez o laxitud en la educacin de los hijos; orden o caos; a la hora de dormir, persianas subidas o bajadas

En la convivencia, los pequeos detalles se hacen manifiestamente grandes: abres la boca cuando masticas?te dejas siempre las luces del bao encendidas?sabes

separar la ropa de la lavadora?recoges la mesa nada ms comer o una hora despus?cuntas veces has llamado hoy a tu familia?... Estas pequeas diferencias, sin embargo, pueden y suelen dinamitar relaciones en las que hubo, probablemente hay, y podra haber habido, mucho amor.

TODOS LOS DOMINGOS HAY QUE IR A COMER A CASA DE TUS PADRES?

Cuando se empieza a hacer como si algo fuera real (en este caso, una relacin de pareja), tambin aparecen las consecuencias reales, aparecen las situaciones no maduras, con ellas tambin los conflictos.

Al inicio de la convivencia con una persona a la que se conoce desde hace relativamente poco tiempo, cada uno llega sus hbitos particulares, que no se van a cambiar de la noche a la maana. Ni se puede, ni se debe. Por qu no s cunto ganas? Has quedado hoy otra vez con tus compaeros? Todos los domingos hay que ir a comer a casa de tus padres? Por qu cuando haces la compra no incluyes ms comida y menos chorradas? Con quin hablabas? Ah!, pero tambin saliste con esta persona?

Una de las consecuencias de la convivencia prematura es que los cambios, en vez de

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producirse de forma gradual, natural, voluntaria y placentera, se fuerzan y se exigen. Es fcil de detectar cuando, en algn momento, alguno de los dos, o ambos, se miran a los ojos para preguntarse: Pero, qu me ests pidiendo/diciendo/exigiendo?.

Lo que est ocurriendo es simplemente que todava no es el momento de pedir cuentas, sino de seguir conocindose para decidir si ms adelante se sigue juntos o no.

A partir de ahora, entran en juego con fuerza dos habilidades imprescindibles: la comunicacin y la negociacin.

Comunicar y hablar no es exactamente lo mismo. Para que una relacin funcione hay que saber decir lo que uno quiere, necesita o le molesta, sin ofender y con nimo constructivo.

Por otro lado, negociar no significa trapichear, sino ser capaz de que ambas partes lleguen a acuerdos satisfactorios y, en el caso que nos ocupa, en compaa, amor y armona.

LA FAMILIA PRIMERA ES LA QUE SE FORMA CON LA PERSONA ELEGIDA

La convivencia prematura trae consigo el aadido de la relacin prematura tambin con familia poltica. Cuando todava uno no conoce bien a la persona con la que est conviviendo, de pronto se ve inmerso en un pequeo universo del que se desconocen sus reglas y hbitos. Y esto es aplicable para los dos, de forma recproca y bidireccional.

Qu hacemos con la familia del otro? Lo aconsejable sera dejar pasar un tiempo prudencial hasta que las dos personas se conocieran algo ms, antes de entrar tambin en el mbito ntimo de la familia.

Una de las premisas con las que trabajamos en terapia de pareja es que la familia primera es la que se forma con la persona elegida, pasando a segundo plano la familia de origen. Sin embargo en las convivencias prematuras, una de las quejas ms habituales es la de sentirse en segundo plano, de tener interferencias constantes, de tener que compartir tambin una parte del tiempo o de la intimidad con personas que apenas se conocen. Lamentablemente, puesto que la pareja todava no es pareja, tampoco puede pasar a la deseada primera lnea, hasta que no llegue el momento oportuno.

Tampoco se puede obligar a las respectivas familias a comerse el pltano cuando a ellos, tambin, les parece que est todava verde.

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Como vamos viendo, efectivamente, el amor no es suficiente. La ilusin tampoco. Este guiso lleva muchos ingredientes que hay que ir aadiendo con tacto, con prudencia, con sabidura

CONVIVENCIA PREMATURA: UNA TRAMPA O UNA VENTAJA. T DECIDES

Una de las ventajas de la convivencia prematura es que, si sale bien, uno se ha ahorrado muchsimo tiempo y, hoy en da, es ms oro que nunca. Pero este xito se debe, en la mayora de los casos, ms a cuestiones de azar que de pericia.

Pero lo ms frecuente es que uno se vea atrapado en contratos legales (el alquiler del piso, los recibos de la casa, asociaciones laborales, hijos), o afectivos (relaciones con familiares, enfermedades, hijos de nuevo). Y se d cuenta de que no resulta tan fcil deshacer lo andado. A veces, para toda la vida.

La ltima palabra la tiene siempre la propia conciencia y sus dictados. Es importante recordar que una convivencia prematura es la versin moderna del noviazgo; que todava se estn conociendo las dos personas; que todava no es el momento de adquirir compromisos mayores; que an no es lo ms prudente que se conozcan las respectivas familias; en definitiva, que la relacin, todava, no est hecha.

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Por poner un smil, si uno es consciente de que se ha puesto el baador, con mucha ilusin, doscientos kilmetros antes de llegar a la playa, y se da cuenta de que donde est todava hace fro, lo que probablemente ocurra es: o bien se pone la ropa adecuada al momento; o bien se congela y va protestando todo el camino de lo mal que lo est pasando. En este caso, lo ms probable sera que nunca llegara a la playa y, si lo lograra, no lo disfrutara.

Como casi todo lo importante de la vida, el xito no depende tanto del qu (comer, dormir, cantar, amar), sino del cmo (con acierto o sin acierto, mejor o peor, con arte o sin arte)

Convivir prematuramente y ser pareja, es lo mismo? La respuesta, despus de todo lo anterior, es clara: todava, no. Pero el noviazgo es una de las etapas imprescindibles de las parejas de xito.

Entrevista a Mila Cahue

Mila Cahue

www.milacahue.comPsicloga / rea de ParejasCentro de Psicologa lava Reyes


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Padres Hoy. Entre el yugo de sus padres y la tirana de sus hijos

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Padres Hoy. Entre el yugo de sus padres y la tirana de sus hijos

En los ltimos aos ha aumentado el perfil de hijo duro que exige y tiraniza a sus padres. Cmo deben actuar hoy los padres ante situaciones parecidas? Qu hacer ante adolescentes caprichosos que frente a todo pronstico llegan incluso a amenazar o agredir a sus padres? Sepamos cmo abordar estos momentos y reconducir para bien la convivencia entre padres e hijos adolescentes.

DE LA FACILIDAD DE ENGENDRAR A LA DIFICULTAD DE EDUCAR

S i existen experiencias naturales y para las que venimos preparados biolgicamente, son las relacionadas con la procreacin y la crianza de nuestros hijos. Es lgico pensar que tras todas aquellas habilidades humanas bsicas encaminadas a la supervivencia, como es defenderse de cualquier tipo de amenaza, o desarrollar la destreza para buscar sustento y alimentos, existan otras facultades que nos hayan permitido, adems de cuidarnos a nosotros mismos, sostener y asegurar la especie.

Se puede dar la circunstancia de que se atrase el reloj biolgico, se puede valorar que an no es el momento de tener hijos, por cuestiones econmicas o de estabilidad personal, o se puede, contra todo pronstico, engendrar un hijo a los quince aos, y en todos los casos nos encontraremos en un escenario, planificado o imprevisto, pero para el que venimos preparados con todo un arsenal gentico encaminado a facilitarnos el trabajo con los indefensos hijos.

Ahora bien, lo que no est escrito en los genes es el producto resultante entre la interaccin entre poder engendrar hijos y la influencia del contexto social en el que crecer, se desarrollar y evolucionar l y toda la familia y en el que nos encontraremos diversas dificultades, muchas de ellas, fruto de la sociedad que nosotros mismos estamos creando. No cabe duda de que ste es el aspecto que ms nos va a influir en la forma y las condiciones en las que nos relacionemos con nuestros hijos.

AQUEL ESTRICTO CALDO DE CULTIVO. PADRES AUTORITARIOS

Los padres de aquellas generaciones de tiempos duros, que en muchos casos son hoy grandes abuelos, lo tenan claro: ejercer la paternidad era seguir la inercia de los tiempos, la costumbre, lo que tena que ser as y no caban discrepancias.

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Padres Hoy. entre el yugo de sus Padres y la tirana de sus Hijos

La autoridad era propiedad indiscutible de los padres y ni se ganaba, ni haba que hacer nada especial para mantenerla y por supuesto ni se perda, salvo raras excepciones; sencillamente se ejerca, incluso sin apenas ningn esfuerzo, es ms, podan carecer de un alto nivel educativo, de tiempo libre para la familia, e incluso de libros de autoayuda.

Pero atencin! esto, por mucho que pueda parecer fantstico, no siempre lo era. Tena sus efectos secundarios y letra pequea (que con sangre entra). Me refiero a que aquella estructura tan rgida y escasa de libertades, provoc en muchos casos posos internos, que generalmente no se aprecian, pero cuyos efectos se pueden hacer sentir incluso durante toda la vida.

Esas esquirlas que se alojaron en muchos de esos hijos que crecieron en ambientes excesivamente frreos y exigentes y que aos despus, podemos decir que muchos de ellos an sienten el peso de la falta de libertad, de una falta de aprendizaje para haberse podido guiar a s mismos, de haber padecido un excesivo control externo, y en definitiva, de una sensacin de no haber sido los protagonistas de su propia historia. Todo un caldo de cultivo de inseguridad a la hora de tener que ser ellos quienes se encarguen de la educacin de sus hijos.

LA LEY DEL PNDULO: DE LA PASIVIDAD A LA PERMISIVIDAD

Aquellos hijos crecieron, formaron su propia familia y han tenido su momento, la oportunidad de poner en marcha su manera de ejercer la paternidad y la maternidad. Y qu es lo que se han encontrado?

El desconcierto.

Un entorno menos estable, ms inseguro, donde los roles estn menos definidos y donde son ellos mismos quienes pueden y deben ejercer la paternidad y la maternidad con la responsabilidad de implicarse activamente y decidir incluso la manera de hacerlo.

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Y cules han sido las frmulas para la educacin de sus hijos?

Una de ellas, podramos decir, que es la frmula de la continuidad, que consiste en dejar que todo fluya, sin tomar la iniciativa y esperando ingenuamente, a que las cosas sencillamente sean como siempre, es decir, esperar que los hijos se cren solos, que sean disciplinados simplemente porque hay que serlo y que caminen por la senda del sentido comn. Si conmigo mis padres no tuvieron que hacer nada en particular por qu hemos de estar pendientes? En este estilo educativo no hay ms all de algunas voces y gritos e intentos de utilizar la fuerza para imponer disciplina.

Una segunda frmula es la de posicionarse en el extremo contrario a como lo hicieron sus propios padres, y as, si aquellos fueron muy exigentes, pues bajo ningn concepto, parecerlo en absoluto y s en cambio, tratar de hacer todo lo posible para parecer incluso su coleguita. Gestos propios de esta frmula seran los de tratar de sugerirles, pedirles o incluso rogarles a sus hijos que cumplan con las normas, con el fin de evitar cualquier guio al pasado que se pudiera interpretar como tpico de una educacin carca e imperativa; en definitiva, trataron de evitar cualquier atisbo de presin en sus hijos con el fin de que estos no se frustren ni traumaticen.

EL REY DE LA CASA

Algo totalmente inesperado: generaciones de hijos, en el fondo an ms despistados que sus padres, pero que en las formas, se muestran totalmente convencidos de que son ellos quienes manejan el barco.

Quienes creen que han de tomar las decisiones desde bien pequeos, sobre el resto de la familia, padres y hermanos, y que pareciera que estn por encima del bien y del mal.

Aunque lgicamente no es reflejo de la mayora de los jvenes actuales, lo verdaderamente significativo es el gran aumento a lo largo de los ltimos aos, de este perfil de hijo duro, que exige y tiraniza a sus padres.

Por un lado, los hay que desde la ms tierna infancia ponen en jaque a sus padres con conductas tan prosaicas como negarse a comer, o probar exclusivamente lo que les apetece, o marcar el paso del resto, queriendo decidir asuntos que corresponderan

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a los padres, y que son un signo inequvoco de que quieren ser los reyes de la casa. Por otro lado, estn los que, habindolo conseguido, llegan incluso a mostrarse como adolescentes caprichosos que frente a todo pronstico, incluso llegan a agredir a sus padres, muchos verbalmente y algunos menos, aunque nada desdeables dado que han ido en aumento ao tras ao, fsicamente. Entre medias, existen un sinfn de comportamientos ante los cuales los padres se encuentran desorientados, impotentes y poco a poco ms mermados en sus fuerzas y ms negativos en sus expectativas.

Padres que nunca dieron una voz ms alta que otra, hoy escuchan cmo sus hijos, con un tono arrogante, les hablan por encima del hombro.

Padres que en su infancia se tenan que callar por sistema y que ahora tampoco tienen nunca la ltima palabra.

Padres que se dejaron llevar como hijos y que se dejan llevar como padres.

RECUPERAR LA DIRECCIN DEL BARCO

No es que hayan perdido el mando es que nunca lo tuvieron.

Es indudable que todos estamos sometidos a nuestro tiempo y que somos en cierta forma, esclavos de nuestras circunstancias y nuestro estilo de vida. Pero igual de cierto es que nunca es tarde para hacernos

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cargo de la situacin y emprender una nueva frmula para vivir la vida, una forma distinta de situarnos en el mundo, de ejercer nuestras acciones, de virar el barco si el rumbo no es el adecuado.

Los padres, mientras sigan ostentando el cargo podrn hacerse con el mando. El capitn nunca abandona el barco.

PERDER EL MIEDO

Es necesario caer en la cuenta de que el miedo media muchas de las respuestas humanas y nos puede llegar a confundirnos, pensando que es prudencia lo que en realidad es pasividad por terror a hacerlo mal con los hijos, o creyendo que es darles libertad cuando en realidad es simplemente dejar hacer por miedo a ejercer la autoridad.

Pero es necesario tener siempre bien presente que quien no se arriesga no vence el miedo y quien huye de l lo cronifica y lo hace ms fuerte

Si tenemos miedo a ponerles lmites cuando son pequeos, por no pasarnos, pobrecitos!, o porque no hacerlo resulta indudablemente ms cmodo a priori, muy probablemente estaremos aterrorizados cuando nos saquen una cabeza y tengan pelos en la barba, aunque slo hayan cumplido quince aos.

Si tenemos miedo, por otro lado, a pasarnos de laxos, e intentamos imitar aquellos patrones autoritarios, nos perderemos la oportunidad de permanecer cerca de nuestros hijos, aportndoles unas buenas dosis de afecto e insustituible apego paterno y materno.

Ni tenemos que ser sus coleguitas ni tampoco el director general.

Si finalmente pensamos que a estas alturas no lo conseguiremos, generaremos un miedo anticipatorio que nos boicotear la estrategia de recuperar la autoridad.

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Pensemos que podemos, que debemos intentarlo y que lo que debe de darnos miedo es en un futuro sentir que no lo hemos intentado y haber permanecido pasivos ante la educacin de nuestros hijos.

Si no hicimos lo que debamos, hagmoslo en este momento, tomemos decisiones por difciles que sean y afrontemos el problema en el formato en el que se nos presenta en este momento.

LA CULPA NO ES BUENA CONSEJERA

El sentimiento de culpa es uno de los peores acompaantes de los padres en esta aventura, que pretende evitar que naufrague el barco. Sentirse culpables por no haber sabido hacer o decir en el momento oportuno aquello que en el momento actual sabemos que hubiese sido necesario es sin ms, lo que impide que nos centremos en lo que ahora es realmente importante, como es trabajar en lo que se puede hacer para reconducir y solucionar cuestiones del presente, que son las que determinarn el futuro.

Por lo tanto, culpabilizarse cronifica un sentimiento que se nutrir a s mismo y que seguir aportando cada vez ms motivos para sentirlo. Basta ya de atormentarnos con pensamientos intiles, negativos, sesgados y que se asientan en el pasado para nublar el presente.

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Eliminar este lastre de la culpa supone implicarse en lo nico controlable, la realidad que estamos viviendo.

Aceptar nuestras carencias e intentar suplirlas, asumir nuestros errores e intentar hacerlo bien, que no perfecto puesto que es imposible, desbloquear nuestro cerebro y permitirle dirigirse con optimismo a la solucin de problemas y a la toma de decisiones, que constantemente rodean la convivencia y que nadie ha de tomar por nosotros.

EL PASO DEL DESGASTE AL FORTALECIMIENTO

Resurgiremos y buscaremos nuestro sitio, que no es ni el que ocupaban aquellos padres del pasado, ni en el que nos quieren situar nuestros hijos, y nos fortaleceremos hasta que nos vean seguros en nuestros valores, en nuestros afectos y en nuestros comportamientos.

Dejaremos de parecer vulnerables y acabaremos dejando de serlo. Dejaremos de ver en el entorno actual una amenaza para empezar a ver en nuestros hijos una oportunidad.

Una gran oportunidad para mostrarnos cercanos emocionalmente, descubriendo lo que verdaderamente nos quieren decir desde pequeos y no quedndonos en la apariencia, frialdad y sometimientos de sus palabras cuando son adolescentes.

Una gran oportunidad para ejercer con libertad, aquella que fue arrebatada por el yugo de sus padres y a la que esclaviza la tirana de sus hijos.

Entrevista a ngel Peralbo

Angel Peralbo

www.angelperalbo.comPsiclogo / rea de adolescentesCentro de Psicologa lava Reyes


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La ansiedad, Soportarla o combatirla?

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La ansiedad, Soportarla o combatirla?

Nervios, tensin, inquietud, fobias, preocupacin infundada, insomnio Qu es esto? Pues seguramente es Ansiedad, el trastorno psicolgico ms comn hoy da, despus de la depresin y el abuso de alcohol y drogas.

Estar tenso o nervioso de vez en cuando es normal; hay que tener las pilas cargadas para poder afrontar ciertos retos. Sin embargo a veces la ansiedad se nos va de las manos y se convierte en una complicacin que muchos soportan resignadamente porque la consideran gajes del oficio de vivir. Si eres t uno de ellos, que sepas que no es as; la ansiedad es un problema evitable, que conviene reconocer en uno mismo o en las personas que queremos, porque puede llegar a controlarse.

Cuatro de cada diez personas que visitan al mdico por cualquier razn manifiestan adems problemas de ansiedad

ESTRS Y ANSIEDAD NO SON LA MISMA COSA

Se suele confundir ansiedad y estrs y no son la misma cosa. Primero djame comentarte una curiosidad: la palabra estrs viene del mundo de la fsica. Indica la capacidad de puentes, edificios, carreteras, etctera, para adaptarse a los cambios climatolgicos. Las personas nos parecemos a las construcciones en eso: podemos adaptarnos, mejor o peor, a las circunstancias desfavorables. Cuando nos asalta una tensin seria se establece algo as como un combate entre nosotros y el agente estresor, es decir, el conflicto, y se pone a prueba nuestra capacidad de resistencia. Eso es el estrs.

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La ansiedad, soportarLa o combatirLa?

Todos estamos capacitados para soportar una fuente de estrs, incluso dos, durante un cierto tiempo. Pero si ste se prolonga (una larga hospitalizacin de un hijo ; alguien es vctima de un acoso laboral sin salida) o coinciden tres situaciones estresantes al mismo tiempo (trabajo excesivo, viajes frecuentes y conflictos graves con la pareja, por ejemplo) entonces, adems del estrs, puede aparecer la ansiedad.

El estrs es relativamente comn, seguro que t lo has sufrido alguna vez. En cualquier caso esa sobrecarga humana depende no slo de la intensidad de la presin sino de los recursos con los que contemos para hacerle frente. Si eres un ejecutivo muy estresado, quiz seas autnomo para tomarte un fin de semana de relax, pero si eres una ama de casa que cuidas a un enfermo de Alzheimer, difcilmente podrs dejarlo todo y buscar un descanso lejos de tu hogar.

La ansiedad es un estado de inquietud prolongado con una causa difusa; el estrs, en cambio, es de menor duracin y tiene una causa clara

El proceso de estrs tiene tres fases. La primera es la Alerta: surge el problema y se inicia la presin sobre la persona. La segunda fase es la Resistencia: se refuerza la activacin fisiolgica y el organismo resiste y lucha. Esta situacin puede durar poco o mucho, y las consecuencias son imprevisibles, por ejemplo, una discusin airada de solo unos minutos, o quedarse encerrado en el ascensor durante media hora, pueden generar enorme estrs y provocar un infarto. En general en esta fase se suele resolver el conflicto. Pero si no es as, puede suceder que se llegue a la tercera fase, el Agotamiento, en la que la resistencia fsica y psicolgica se desmorona, o bien que el estrs se haga crnico y se convierta en Ansiedad.

Es importante sealar que el estrs puede aparecer tambin ante situaciones favorables -los preparativos de una boda, un viaje importante, un cambio de casa, una competicin deportiva-, causando igualmente algn tipo de incidencia en el bienestar como adelgazamiento o aumento de peso, herpes labiales, insomnio, etctera, que por suerte remiten pronto.

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TENGO TAQUICARDIA, SIENTO ANGUSTIA E INCERTIDUMBRE, NO ME CONCENTRO: CMO SE MUESTRA LA ANSIEDAD?

La ansiedad es un estado emocional no fcilmente controlable, que se manifiesta en cualquiera de estos campos: el cuerpo, el pensamiento y la conducta.

Empecemos por lo ms evidente, qu pasa en el cuerpo? El organismo y la mente no funcionan por separado. Igual que ante un susto repentino el corazn se nos pone a cien por hora, as ante un agente estresante el organismo activa los sistemas Nervioso Central, Neurovegetativo o Endocrino y aparecen sudoracin, respiracin acelerada, sequedad de boca, mareos, taquicardias, etctera, u otras respuestas menos perceptibles como el aumento de la presin arterial o de la tensin muscular, o si la ansiedad persiste, otras alteraciones como trastornos sexuales o vulnerabilidad del sistema inmunolgico.

Tampoco el pensamiento se libra del malestar ansioso. Qu pasa en la mente? Una persona ansiosa sufre aprensin e inseguridad y se ve asaltada por autovaloraciones negativas, pensando que es incapaz de dominar el asunto. Hay distintas intensidades: la ansiedad puede ser controlable (tengo un nudo en el estmago pero tomo el avin), fuerte e incapacitante (se me ha olvidado todo, me retiro del examen), o extrema (me estoy volviendo loco, siento que me voy a morir)

Cuando se sufre ansiedad nadie est tranquilo ni quieto Qu pasa en el comportamiento? A menudo los sntomas de ansiedad no se notan y pueden dominarse aparentemente, pero en la mayor parte de las ocasiones los ansiosos se ponen muy nerviosos y ejecutan movimientos repetitivos sin finalidad alguna, como morderse la uas, manipular objetos, tocarse el pelo, u otras respuestas como llorar o tartamudear. Todo eso son los tics. Sin embargo la conducta ms problemtica del ansioso es la Evitacin.Una persona que siente ansiedad ante ascensores, animales, hospitales, oscuridad, entrevistas, otras personas u otras circunstancias, elude la situacin y esto le produce alivio momentneo

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pero en la prxima ocasin responder del mismo modo, de tal manera que se crear un crculo vicioso y no llegar a vencer la ansiedad.

CMO ACTA LA ANSIEDAD SOBRE

El cuerpo El pensamiento El comportamiento

Palpitaciones, pulso rpido, tensin arterial elevada

Sofocos, temblores, sensacin de fatiga

Sudoracin, sequedad de boca

Nauseas, mareos

Sensacin de ahogo, respiracin rpida

Miccin frecuente

Disfuncin sexual, frigidez, impotencia

Vulnerabilidad del sistema inmunolgico

Preocupacin

Sensacin de inseguridad

Aprensin

Sentimiento de inferioridad

Incapacidad de tomar decisiones

Incapacidad de concentrarse

Confusin

Desorientacin

Olvidos frecuentes

Evitacin

Tics

Tartamudeo

Temblores

Movimientos torpes

Hiperactividad o paralizacin

Risas nerviosas, bostezos

Explosiones emocionales

Comer en exceso o rechazar la comida

Abuso de tabaco, alcohol, frmacos o drogas

EL MIEDO A LOS AVIONES NO AFECTAR IGUAL A UN ESTUDIANTE Y A UN DIRECTIVO DE UNA COMPAA MULTINACIONAL

Da lo mismo que tengamos veinte aos, cuarenta o sesenta, todos hemos vivido alguna experiencia en la que un cierto nivel de ansiedad ha potenciado nuestra capacidad de concentracin y de decisin y hasta nos ha hecho sentir ms listos y ms valientes. Sin embargo, como ya hemos dicho, la ansiedad no siempre es positiva y en ciertos casos deja de ser adaptativa para convertirse en un problema real, en una patologa dolorosa que se describe en los manuales diagnsticos de Psicologa y Psiquiatra.

Hay distintos problemas de ansiedad. No es lo mismo tener miedos infundados, que no poder dominar un impulso o un pensamiento. Tampoco tienen igual significado padecer insomnio persistente, que no poder soportar entrar en el metro o en el cine, o tener que lavarse las manos compulsivamente cien veces al da. En efecto, existen diferentes trastornos de ansiedad, entre los cuales las Fobias, las Crisis de Pnico y la Ansiedad Generalizada, constituyen los ms comunes.

Todos tenemos alguna pequea fobia, pero seguramente no ser grave. Los psiclogos consideramos un trastorno fbico aquel que dificulta mucho la vida corriente o conlleva sufrimiento. Por ejemplo, la aerofobia -miedo a los aviones-, no

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afectar al modo de vivir de un escolar, pero puede arruinar la carrera de un directivo de una multinacional.

Existen otros trastornos de ansiedad como la Fobia Social (miedo a los otros), el TOC, Trastorno Obsesivo-Compulsivo (el dominio de pensamientos intrusivos o de comportamientos absurdos e inevitables) y el Estrs Postraumtico (ansiedad dolorosa que surge tras una experiencia traumtica).

Hoy da la mayora de los trastornos de ansiedad se controlan con un tratamiento adecuado. En un cierto tiempo, con o sin ayuda de frmacos, la intensidad de los miedos y de las respuestas fisiolgicas se puede reducir considerablemente y el psicoterapeuta podr entonces iniciar una terapia ms profunda para tratar de analizar las causas de la ansiedad, que a veces son orgnicas y otras psicolgicas.

La ansiedad no excluye necesariamente la felicidad, como s sucede con la depresin, pero la empaa con inquietud, malestar y zozobra

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EL EXCESO O LA CARENCIA DE TRABAJO, LA FALTA DE COMUNICACIN EN LA PAREJA, LOS MALOS TRATOS SON CAUSAS FRECUENTES DE ANSIEDAD

Los expertos en Ansiedad sostienen que existen unas bases genticas que predisponen al desarrollo del trastorno ansioso. De padres ansiosos, hijos ansiosos, afirman. Pero la predisposicin requiere un caldo de cultivo para que la ansiedad se desarrolle.

La vida actual no es ms difcil que la de hace unas cuantas dcadas. La esperanza de vida es mucho mayor, tenemos acceso a la medicina, al agua corriente, a la buena alimentacin, a la comunicacin y a los transportes, pero eso no significa que nuestra vida sea ms serena. El confort material no nos hace ms felices. Es evidente que tampoco seramos felices si faltaran los recursos necesarios, como hoy est sucediendo en muchos hogares espaoles. Pero, con recursos o sin ellos, lo cierto es que hemos alterado ciertos valores, y los nuevos han trado excesos, inmediatez, cierta ambicin y poca resistencia a la frustracin.

En cualquier caso es improbable pasar por la vida sin encontrarse problemas. Vivir es eso y la ansiedad suele asociarse a los conflictos, como causa o como consecuencia. Uno de ellos el trabajo y sobre todo la carencia del mismo, uno de los ms graves problemas de nuestro pas actualmente. Adems hay otros factores laborales conflictivos como la inseguridad, los salarios insuficientes, los contratos basura, la falta de horizontes para los ms jvenes, la competitividad feroz, las condiciones agotadoras, o el acoso moral en el trabajo (mobbing).

Tampoco el mundo afectivo es ajeno a la ansiedad. Querer y ser querido, uno de los principales objetivos humanos, trae consigo a veces dolorosas sombras. La falta de comunicacin, por ejemplo, es en las parejas de cualquier edad demasiado habitual y muy desgastador. Y de ah se puede ascender en la escala de intensidad de causas ansigenas: as la decepcin, el desamor o los celos patolgicos. Por supuesto el proceso de ruptura, a veces liberador, no se salda nunca sin altas dosis de ansiedad. En el extremo ms grave se sitan los malos tratos psicolgicos o fsicos, que segn algunos socilogos se da en el 20% de los hogares espaoles.

Otras causas de ansiedad no tienen que ver con lo de fuera, sino con el enfrentamiento con uno mismo. A veces nos miramos en el espejo de la vida con poca indulgencia. No vemos una imagen de un ser humano corriente y valioso (que somos las dos cosas a la vez), sino que nos pesa solo lo negativo: los fracasos no olvidados, la discrepancia entre lo que quera ser y lo que soy, el temor ante las cosas, el efecto del paso del tiempo.

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Las prisas, la competitividad y el estilo de vida que hemos desarrollado estn aumentando la ansiedad

CMO APRENDER A MANEJAR LA ANSIEDAD CON O SIN MEDICINAS

Muchas personas combaten la ansiedad automedicndose y esto es grave. Ciertamente hoy existen frmacos para las fobias, el pnico, la ansiedad generalizada y el TOC que resultan eficaces y que siempre deben ser prescritos por el mdico. Los psiclogos sabemos que en algunos casos los frmacos son imprescindibles pero tambin pensamos que antes de recurrir a los medicamentos, y quiz llegar a depender de ellos, es necesario intentar otros mtodos que seguramente son ms eficaces a la larga.

Algunos son sencillos, como cuidar la alimentacin y hacer ejercicio, y otros un poco ms complicados, como aprender a relajarse, adoptar un modo de vida sosegado y cambiar nuestro modo de ver el mundo. Las personas somos en gran medida responsables de cmo nos sentimos y una buena parte de nuestro bienestar depende de nosotros mismos.

En otro momento hablaremos ms despacio de esto. Hoy solamente mencionaremos que hay quien no sabe ver la vida con cierta tolerancia, con algo de distancia o con un poco de indulgencia hacia uno mismo, y es un error. Esto no quiere decir que haya

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que ser un irresponsable o un vago, ni dejar las cosas para maana y pasar de todo. Pero s que conviene aprender a aceptarnos como somos, tratando, eso s, de sacar lo mejor de uno.

No interesa entender la vida desde la perspectiva del victimismo (que genera autocompasin, pena e inactividad), ni tampoco del perfeccionismo exagerado, ni del catastrofista (que cree que siempre va a suceder lo peor). Estas tres maneras de afrontar la vida hacen que se est permanentemente angustiado e inquieto. Y conviene tener presente esta idea que os brindo para recordar y, si os parece, tambin para reflexionar: Las cosas no son como son, son como somos.

Consejos para combatir la ansiedad

Practicar la relajacin

Cuidar la alimentacin

Hacer ejercicio y no abusar de alcohol ni tabaco

Desterrar los pensamientos ilgicos

Ser ms indulgente con uno mismo

Tener amigos, hablar con ellos

Procurar disfrutar de la vida

Acudir al psicoterapeuta si la ansiedad es intensa

QU HACER CUANDO ALGUIEN DE NUESTRA FAMILIA SUFRE ANSIEDAD

El primer paso para resolver un problema es identificarlo. La ansiedad siempre causa zozobra pero no siempre se identifica y es posible que esto le est sucediendo a alguien a nuestro lado, sea nio o adulto.

Hay que hablar con la persona sobre cmo se siente y tratar de identificar las causas que provocan su malestar. Si la causa del mal es concreta (un perodo de examenes, un conflicto afectivo; o ciertas enfermedades fsicas) quiz estemos ante una situacin de estrs y, si conocemos bien a la persona, posiblemente podamos aconsejarle medidas razonables para manejar o minimizar su estrs.

Si lo que le suceda es un revs vital, una tragedia de las que no estamos a salvo ninguno, entonces el sufrimiento es inevitable, porque no somos un robot, y durante un cierto tiempo lo normal es un estado de tensa tristeza y nuestra ayuda deber ser el consuelo y el apoyo.

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Pero quiz la causa sea aparentemente inexistente o injustificada (como son las fobias). Si es as y el malestar es profundo y prolongado, entonces muy probablemente estemos frente a un caso de ansiedad.

El tipo de ayuda que podamos ofrecer a nuestro familiar depender del grado de ansiedad. Para conocer esto son muy tiles algunos libros divulgativos sobre Ansiedad que ofrecen consejos orientativos. En cualquier caso, si la ansiedad es intensa es necesario consultar al medido, quien seguramente derivar a la persona al psiquiatra o al psiclogo.

Hoy da acudir a un psiclogo es casi tan habitual como acudir a un dentista.Sin abuso, pero sin reparos: la ayuda de un psiclogo puede ser definitiva en un momento de la vida

Entrevista a Pilar Varela

Pilar Varela

[email protected]

Psicloga


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De la adolescencia precoz a la emancipacin tardaTODO UN RETO PARA LA CONVIVENCIA

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De la adolescencia precoz a la emancipacin tarda. TODO UN RETO PARA LA CONVIVENCIA.

Pareciera que hablar de la adolescencia est de moda pero lo cierto es que nunca ha dejado de estarlo!

Esta etapa evolutiva rompedora, abrupta e inestable por naturaleza, pone en jaque a padres e hijos. Los progenitores pronto empiezan a sentir que han perdido el control familiar y los adolescentes, a creer que el mundo est a sus pies.

ESOS AOS DE RELATIVA CALMA

E l perodo infantil por lo general y salvo excepciones, es tranquilo y razonablemente manejable, al menos si se compara con lo convulso de otras etapas posteriores de la vida. En el mbito de la familia, los afectos son recprocos, es decir, los padres expresan a sus hijos su amor y sus cariitos y los hijos hacen lo propio o al menos se dejan. En lo referente a la autoridad, los padres la ejercen sin demasiados problemas y los hijos la asuman sin mucha complicacin.

En lo que tiene que ver con las normas, con ms o menos rigor, por lo general las cumplen. Respecto a los valores, fluyen con relativa facilidad y salvando cros ms reactivos, se van filtrando y asentando.

La comunicacin por lo general es tranquila y equilibrada, siendo habitual los nios que preguntan mucho, que piden, que cuentan y que escuchan, salvo problemticas o situaciones extremas.

CUANDO LLEGA LA TEMPESTAD

Pero, qu ocurre hoy da a partir de los once o doce aos en un porcentaje muy alto de chicos y chicas? lo normal antes era que empezasen a apreciarse cambios en torno a los catorce o quince aos, en cambio, en la actualidad, los padres las detectan y se quejan de ellas con bastante antelacin. Es como si todas aquellas actitudes adolescentes irrumpieran ahora a edades donde lo esperable sera ms bien la continuidad de la niez.

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De la aDolescencia precoz a la emancipacin tarDa

Un cambio abrupto que en muchos casos desconcierta a los padres y que les obliga a poner en marcha recursos nuevos para esta etapa que pareciera que se instala por sorpresa.

Y resulta que aquella afectividad que rebosaba al principio y que en cierta forma inundaba las relaciones, se convierte en algo que ya no fluye en los dos sentidos y as los padres se suelen quedar solos en el intento: un beso que casi hay que darlo en marcha porque el nio se desva de la trayectoria y por supuesto no lo devuelve, un abrazo no correspondido... y de ah y con todos los matices posibles, hasta aquellos casos en los que por ms que los padres intentan seguir manteniendo los besos y abrazos, los hijos pueden llegar incluso a despreciarlos y negarse en rotundo a satisfacerlo, cuanto ms, en pblico.

De ah a un djame en paz o un te odio, muchas veces no hay tanto.

En lo referente a la autoridad, se produce un cambio tambin, de tal manera que las formas se endurecen y los cros comienzan a cuestionarla, desafiarla y a oponerse frontalmente si llega el caso.

Las normas se ponen en duda, se incumplen y se convierten en un autntico problema en muchos casos, pudiendo llegar a ser un caos en el que pretenden que nadie les diga lo que tienen que hacer, ni cmo ni cundo, ni nada por el estilo.

Djame que es cosa ma, estudiar cuando yo lo diga, por qu he de hacerlo si no quiero?..

Los valores son como si se hubieran esfumado por arte de magia, totalmente desaparecidos o como si nunca hubiesen estado ah. Cambian en su forma de expresarse, de entender la vida, de relacionarse, etc.

Y la comunicacin se transforma y as podemos ver muchos ms monoslabos, un lenguaje ms parco en general, con la aparicin de palabras soeces y toda una jerga, a veces difcilmente entendible, mezclado todo ello con un tono algo arrogante y que rebosa cierto toque retador constante tambin y sobre todo a travs del lenguaje no verbal. Por supuesto el silencio y la falta de comunicacin se pueden instalar con gran facilidad.

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HORROR! QU EST PASANDO?

Que entendamos que este tipo de conductas pueden ser normales en cuanto a que puedan aparecer en la etapa adolescente, por un lado no les resta cierta carga de despiste y por supuesto, desgaste para los padres, que nunca se sienten lo suficientemente preparados como para afrontarlas con xito sino ms bien con miedo e incertidumbre. Pero si adems estas conductas aparecen a edades mucho ms tempranas pueden desbordar el vaso incluso antes de tiempo.

Y ser que hoy los nios saben latn o que a los padres les ha pillado con el paso cambiado, pero el mpetu con el que se vive actualmente la vida pareciera haber llegado incluso a las hormonas adolescentes.

Nios altamente estimulados

Hoy los hijos desde bien temprano manejan una cantidad de informacin que en muchos casos excede su capacidad de entendimiento pero que no por ello les genera humildad y sensacin de no estar a la altura sino todo lo contrario incluso, sensaciones de saber ms incluso que sus propios padres. La paradoja es que nuestros hijos probablemente son los ms informados y desinformados a la vez que nunca haya existido. Si en un medio folio colocamos la informacin que cabe en un libro, sin control, sin orden ni sentido, el resultado nos lo podemos imaginar...

Mucha informacin, a edades tempranas y gran parte de ella sin control externo, es fcil que infunda la sensacin de poder y de saber. Internet y todas las herramientas de que disponen los nios en la actualidad tiene doble filo en muchos casos, .por un lado mucha cantidad y por otro poca calidad

Nios altamente credos

En general hoy tenemos el mayor grado de nios que crecen con la sensacin de que son mayores, autosuficientes y perfectamente capaces de hacer lo que creen conveniente, al margen de lo que piensen los adultos de referencia, es decir, sus padres o mayores responsables de ellos. Han crecido alimentando esa sensacin

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poco a poco hasta que se deciden a probar y descubren que en cierta manera les funciona, es decir, que pueden manejar al entorno a su antojo, si no siempre, al menos gran parte de las veces que lo intentan.

Los famosos NINIS

Una vez que han descubierto que independientemente de la edad, pueden hacerse con el control del resto del mundo, al menos en algunas ocasiones, deciden que tambin pueden conseguir vivir a costa del prjimo, es decir, de sus padres, por lo que desarrollan la habilidad de ni estudiar, pareciendo que lo hacen, ni trabajar, queriendo que parezca que es pronto an para ello.

Su principal eslogan podra ser: Vivir de mis padres hasta que pueda vivir de mis hijos.

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Padres altamente desgastados

Ante estos escenarios en lo que respecta a los padres, observamos una menor influencia de estos sobre sus hijos, con menos capacidad para el control y una merma de su autoridad sobre ellos, a edades incluso muy tempranas. Ello a su vez, y como una balanza, les quita a ellos lo que les da a sus hijos. Estos van tomando terreno y mientras se fortalecen, los progenitores se hacen poco a poco ms dbiles.

TRAS LA TEMPESTAD NO SIEMPRE LLEGA LA CALMA

La cuestin es que convivir con estos ingredientes es bastante complicado y le impone al da a da un esfuerzo y unas dificultades que a modo de pequeas dosis txicas, acaban poco a poco con cualquiera. Padres e hijos se ven inmersos en un devenir que muchas veces rompe los afectos, el buen trato, el respeto y saca lo peor de todos y cada uno de ellos.

Por un lado los padres expresan:

- No hay quien se haga con l.

- Ya no nos respeta en absoluto.

- A ver si se va de casa.

Por otro lado, los hijos dicen cosas como:

- Son inaguantables, siempre estn enfadados.

- No me entienden para nada.

- A ver si me voy de casa. O mejor, a ver si se van ellos.

Irse de casa es una de las frases ms paradjicas que existen en el seno de las relaciones familiares. Por un lado muchos padres la mencionan con demasiada facilidad, generalmente en momentos de gran conflicto, cuando saben perfectamente que es una idea llena de miedos e inseguridades y que no es necesariamente lo que desean; por otro lado, los hijos aunque lo dicen, estn hoy lo suficientemente acomodados en casa como para no quererse ir en realidad, es ms, muchos avisan de que cuando tengan dieciocho aos se irn y segn se van acercando a la edad, dejan de anunciarlo por si acaso.

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Cmo hacemos para convivir?

LA OBSERVACIN ES LA CLAVE DE LA ANTICIPACIN

Intentar no dejar de ejercer el control cuando son muy pequeos, ni la supervisin cuando son algo ms mayores, ni el acompaamiento cuando son adolescentes. Una cosa es facilitar su autonoma y otra bien distinta, dejarles que hagan lo que quieran. Sin duda hay que evitar que crezcan con la sensacin de ser ellos quienes manejan completamente la situacin. Por lo tanto, estar al tanto y ser capaces de observar muy bien esas conductas de cambio ayudarn a intervenir con rapidez para que no se hagan habituales y crezcan como la espuma.

RESPONSABILIZARLES CUANTO ANTES

Es necesario que no crezcan con la sensacin de que los dems estn a sus pies, hay que evitar que se hagan mayores con el convencimiento de que sus padres estn para servirles, si no, ser muy difcil que despus se les pueda convencer de lo contrario. Por ello no solamente fuera de casa, sino dentro, ser mejor que tengan sus obligaciones variadas, adaptadas a su edad por supuesto, y conseguir que las hagan por ellos mismos. Si hay que repetirles las cosas demasiadas veces e insistir sobremanera para que funcionen, algo no estamos haciendo bien y si cejamos en el intento, tampoco. Les regula enormemente tanto el hecho de que se les permita protestar como que se les obligue a participar.

Ms actuar y menos hablar sern las consignas para evitar que se hagan fuertes en la argumentacin y confrontacin dialctica y as aprendan desde bien temprano que existen consecuencias a su hacer o no hacer.

NO DEJARSE ARRASTRAR POR LAS EMOCIONES NEGATIVAS

Con ello los padres conseguirn no ponerse a su altura, lo que a su vez regula a sus hijos sobremanera. Introducir el autocontrol en la convivencia ser de lo ms necesario y de lo ms satisfactorio puesto que garantizar la armona que les permitir sentirse satisfechos ante las turbulencias de sus hijos adolescentes.

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Los adolescentes estn deseando comprobar cmo los adultos no ceden ante sus arrebatos, como sus padres se mantienen firmes ante sus devaneos y cmo el entorno les infunde la seguridad que ellos andan buscando.

MANTENERSE CERCANOS PERO MANTENIENDO LAS DISTANCIAS

Es importante estar al lado, comprenderlos y acompaarlos pero evitando que se confundan y por supuesto, no confundindonos nosotros: los nicos adolescentes son ellos. Somos los adultos, quienes hemos de mantener ese papel y ejercerlo, tomando decisiones, estableciendo normas y aprendiendo a pactar y flexibilizar pero sin perder el control de las mismas.

Si se cede demasiado pronto se pierde el control y al adolescente no le ser suficiente con cierta negociacin: querr ser l quien lo ejerza completamente

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NO DEJAR DE MOSTRARLES CONFIANZA Y AFECTO

No se sostiene la convivencia si no es en un clima de optimismo; por ello, hay que mantener siempre la esperanza de que encontraremos la solucin a los problemas y trabajar para conseguirlo con cierta seguridad.

Respetemos su necesidad de sentirse independientes pero hagamos todo lo posible para evitar que se aislen.

Entendamos su intencin de no comunicarse pero sigamos dirigindonos a ellos.

Y tengamos en cuenta que la adolescencia pasa, siempre acaba pasando.

Entrevista a ngel Peralbo

Angel Peralbo

www.angelperalbo.comPsiclogo Director del rea de adolescentesCentro de Psicologa lava Reyes


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Consigue que tu hijo sea ms feliz

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Nuestros hijos tienen el derecho a aprender a ser felices y nosotros la responsabilidad de formar jvenes que disfruten de la vida. Muchos padres, con su mejor intencin, han asociado la felicidad de sus hijos a la posesin de bienes materiales, pero cuantas ms cosas tienen, ms quieren. De hecho ha aumentado el grado de inconformismo e insatisfaccin de nios y adolescentes, su nivel de exigencia se incrementa, y disminuye la dedicacin a actividades que requieren esfuerzo, Cmo ayudarles a superar la dependencia a la posesin material? Cmo hacer que disfruten de las pequeas cosas de la vida? Qu errores no debemos cometer? En definitiva, Cmo ayudarles a ser felices?

QU ES LA FELICIDAD Y CMO CONSEGUIR QUE NUESTROS HIJOS LA DISFRUTEN?

U na de los grandes retos de la humanidad es la bsqueda de la felicidad. Todas las culturas y religiones, se han planteado las mismas preguntas y se ha establecido su bsqueda, como uno de los principales objetivos de la vida. El concepto de felicidad va cambiando con la edad, ya que las circunstancias, las aspiraciones, las preferencias y las necesidades son distintas en cada momento; as que es importante tener en cuenta que los objetivos de un joven de quince aos que vive con sus padres no van a ser los mismos que los de una persona de cuarenta aos que tiene una familia a su cargo.

Puede que nos de igual la profesin que nuestro hijo tenga de mayor, pero a todos nos gustara que fuera feliz

Pese a disponer de ms posesiones, ms tecnologa, ms informacin, ms posibilidades de conocer otras culturas los nios y jvenes actuales no son ms felices de lo que lo fueron sus padres a la misma edad.

Poseer ms cosas tiene un impacto limitado en nuestra felicidad, tras un repunte inicial, todo vuelve a la normalidad o incluso empeora.

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La felicidad existe y afortunadamente, no hay que comprarla, Solo hay que saber encontrarla. Mara Jess lava

Podemos hacer mucho para incrementar nuestra felicidad y la de nuestros hijos. Una de las principales reas de trabajo en consulta consiste en concienciar a los padres de que los nios tienen que aprender a valorar lo que tienen. Y en ese aprendizaje, sus padres son los modelos y referencias a seguir. Si los nios ven que consiguen todo a la primera vez que lo piden, sin apenas realizar ningn esfuerzo, si ven que sus padres no valoran lo que tienen, perdern el inters con una gran rapidez.

La felicidad la encontraremos en nosotros mismos, no la busquemos en cosas materiales, ni esperemos que los dems o las circunstancias nos hagan ms felices. Para serlo debemos escapar de esa idea de necesidad asociada al consumo e inculcada en las ltimas dcadas. Realmente para vivir solamente necesitamos cubrir nuestras necesidades bsicas; el resto son cosas que queremos, que deseamos pero no dejemos que esos deseos se antepongan a nuestra felicidad y a la de nuestros hijos.

Qu nos falta cuando nos sentimos impotentes y sin esperanzas?: Nos faltan ilusiones. Mara Jess lava

QU FACTORES INFLUYEN EN LA FELICIDAD?

Segn los ltimos estudios de la Dra. Sonja Lyubomirsky, autora del libro La Ciencia de la Felicidad:

El50%delafelicidadsedebeafactoresgenticos,esdecir,vienenyadeterminadosen nuestro ADN.

Un10%alascircunstanciasvividas,poraquellasexperienciasquelavidanoshahecho pasar y la situacin actual en la que nos encontramos.

Yel40%restantealaactividademocionaldecadauno,anuestravisindelmundoque nos rodea.

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S, se puede aprender a ser felices. Todos tenemos la capacidad y la posibilidad de ser felices. El que lo consigamos est en nuestras manos.

Poseemos un increble potencial de mejora de nuestra felicidad y bienestar, que dependen exclusivamente de nuestros actos y pensamientos, as que debemos trabajar con los nios para que aprendan a ser ms felices desde pequeos, y para ello debemos ser conscientes que es ms importante tener muchas pequeas experiencias felices, que una sola situacin de gran felicidad.

Cuando pensamos en lo que nos hara felices, tendemos a asociarlo a eventos intensos (que te toque la lotera, que te regalen un coche). Pero se ha demostrado quenoimportatantolacalidaddelasexperienciassinolacantidaddelasmismas.Las pequeas cosas importan.

El proceso de ganar felicidad es como el de perder peso; se realiza con pequeos pasos adelante, no con grandes golpes de timn. Las cosas que podemos hacer para aumentar nuestra felicidad son obvias, pequeas, pero tenemos que hacerlas todos los das y esperar para comprobar los resultados.

11 ACTITUDES QUE DEBEMOS EVITAR SI QUEREMOS POTENCIAR SU FELICIDAD

1. No basar la felicidad en la posesin de bienes materiales: no debemos dejar que los nios la basen en los bienes materiales, tener un determinado juguete o consola Si fomentamos la idea de felicidad asociada al consumismo, les estamos haciendo un flaco favor.

2. No etiquetar: no cometamos el error de etiquetar a los nios, por ejemplo eres malo como si el ser malo fuese algo que no se pudiera cambiar. De esta forma slo conseguimos que el nio se habite al adjetivo y que pueda llegar a vivirlo como: Yo soy as, y por tanto para qu voy a cambiar. Podemos establecer como alternativa: Te ests portando mal, porque no ests obedeciendo, ests gritando; se trata de focalizar ms hacia lo que est haciendo mal el nio en ese momento, sin caer en generalidades ni etiquetas.

3. No dramatizar: cuanto antes comencemos a educar a los nios para que le de a las cosas su justo valor, mejor diferenciarn y aprendern a distinguir las cosas realmente importantes de la vida y evitaremos que sufran intilmente. No demos importancia a las cosas que no la tienen.

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4. No sobreprotejamos a los nios. De este modo favorecemos su correcto desarrollo y autonoma, incrementaremos su seguridad y su felicidad. Los nios se sienten bien y les gusta poder hacer cosas de mayores, y ganarse las cosas por ellos mismos.

5. No intentar ser COLEGAS en lugar de PADRES. Los nios necesitan situarse y situarnos. Los padres tienen que ser capaces de centrar a sus hijos, favorecer su pensamiento, su razonamiento, su sensibilidad, su autocontrol Los nios tendrn la posibilidad de tener un montn de amigos en su vida, pero los padres son nicos, y su funcin y sus sentimientos nadie los podr reemplazar.

6. No queramos comprarles haciendo de BUENOS, o ponindonos siempre de su parte. Muchos padres piensan que de esa forma conseguirn que sus hijos sean ms felices. En algunos adultos esta tendencia surge de forma espontnea, pero sus consecuencias son tan negativas como evitables. Al principio suele ser la postura ms cmoda, pero siempre, tarde o temprano, se vuelve en contra de quien la ejerce, y puede llevar a los nios a un incremento del grado de inconformismo, y a una insaciabilidad, que es opuesto al sentimiento de felicidad.

7. No ceder para evitar males mayores pensando que esto pasar con el tiempo, porque as lo nico que conseguimos es que el nio cada vez tenga menos autocontrol. Y el saber gestionar sus emociones y aprender a canalizar las pequeas frustraciones del da a da, les ayudar a sentirse mejor con ellos mismos, ms seguros y a la larga ms felices.

8. No debemos dejar que sean ellos los que marquen los lmites. Aunque las normassepuedennegociar,lospadrestienenquemantenersefirmesyseguroscon respecto a las normas establecidas. Cuando se muestran desesperados y les transmiten su inseguridad hacen que los nios se sientan inseguros y esto puede ir en contra de su bienestar emocional.

9. No les protejamos en exceso, haciendo que el mundo gire en torno suyo. Ellos tienen que vivir sus propias crisis, para que desarrollan sus estrategias, resuelvan sus problemas y superen los conflictos. No nos olvidemos que favorecer sucorrecto desarrollo, su autonoma, es algo que les ayudar a que sean ms felices. Debemos dejarles que jueguen, pero a la vez que se responsabilicen de sus cosas

10. No educar en el resentimiento. Sin duda ste es uno de los principales errores, porque educar en el resentimiento es educar en la intolerancia, en la falta de generosidad y en la ausencia de valores. El resentimiento est reido con la felicidad.

11. No dar ms informacin de la necesaria ni de la que el nio pueda asimilar por su edad: enestosmomentosdedificultadeseconmicasoensituacionesde separaciones matrimoniales no queramos dar ms informacin de la que

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los nios pueden comprender. No debemos mentirles, pero en nada favorecer que tengan ms informacin de la que les hace falta. Es bueno que se hagan responsables, pero de las cosas que pueden asumir, no por ejemplo de problemas familiares o de pareja.

Los padres no deben contradecirse el uno al otro y mucho menos delante de los nios. Esto les genera mucha inseguridad y la seguridad ayuda a fomentar la felicidad.

DECLOGO PARA LOGRAR SU FELICIDAD

1. Pasartiemposjuntos.Elserhumanoescondiferencialaespeciemssocialdela Tierra. Las relaciones con familia, amigos, compaeros son una gran fuente de felicidad, as que es fcil de comprender que el mejor regalo para los nios es la compaa y la atencin de sus padres, son su principal fuente de seguridad, confianzayrefuerzo.

2. Llevar un diario de gratitud. Al igual que antes de ir a dormir leemos un cuento, anotar con nuestros hijos cada da al menos tres cosas por las que estamos agradecidos, o aquello que ms nos han gustado del da, tomando el tiempo de reflexin necesario para ser conscientes de las cosas buenas,aumentar nuestra satisfaccin general y nos ayudar a dormir con un espritu ms positivo.

3. Somos un equipo. Encargar a los nios que realicen pequeas tareas en el hogar, adems de hacerles conscientes de que en la familia somos un todo, les har sentirse orgullosos de contribuir en el bienestar comn de la casa.

4. Realizar actos altruistas. Ofrecer nuestro tiempo y/o nuestro dinero es una va para alcanzar la felicidad. Compartir, dar lo que no necesitamos y para otros puedasignificartodountesoroesunagranlaborquedebemosinculcaralosnios y que les har sentirse orgullosos. Por ejemplo, que vayan a donar sus juguetes o su ropa, de cuando eran ms pequeos.

5. Enviar mensajes positivos: reforzar sus comportamientos positivos les ayudar a ver qu es lo que hacen bien.

6. Hacer como mnimo 30 minutos de ejercicio al da: la actividad fsica es algo imprescindible para el correcto desarrollo de los nios, y aunque haga mal tiempo

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debemos salir a la calle y disfrutar de parques, columpios, mascotas

7. Hablar con los amigos y compaeros. Cuidar las relaciones sociales. Inducir a que los nios hagan nuevos amigos; les ayudar a mejorar su autoestima, su confianzaysushabilidadesdecomunicacin.

8. Dar las gracias: Enseemos a los nios a no dar nada por supuesto y a que aprendan a decir GRACIAS. La gratitud es uno de los mayores predictores de la felicidad.

9. Tener ilusin porque llegue algo. Crear y fomentar nuestras propias ilusiones: las cosas tiene la importancia que nosotros les demos. No hace falta que sean cosas materiales en las que tengamos que gastar dinero como ir a ver a los abuelos,irdeexcursin,hacerfotos,irapescar

10. Reforzar sus virtudes: cada vez que utilizamos una habilidad, sea la que sea, experimentamosunsubidndepositivismo.Especialmentecuandoejercitamosuna fortaleza de nuestro carcter, un rasgo propio.

Lafelicidadexisteanenlassituacionesmsdifciles;disfrutemosdelaspequeascosas que nos proporciona la vida y trabajemos con nuestros hijos por conseguir ser ms felices.

Entrevista a Silvia lava

Silvia lava Sordo

PARA SABER MS:

LIBROS:

lava,M.J.,RecuperarlaIlusin.LaEsferadelosLibros.Madrid2012.

Csikszentmihalyi,M.Fluir(Flow).Unapsicologadelafelicidad.Kairs,Barcelona.1996

Lyubomirsky,SonjaLacienciadelafelicidad.Urano.2011.


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Saber perdonar, necesario para convivir

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Saber perdonar, necesario para convivir

En un viaje de trabajo Carlos, un hombre casado, conoci a una mujer atractiva; esa misma noche ambos tuvieron un encuentro ertico. En otra ciudad Enrique rega violentamente a su hijo y le peg; no era para tanto, se pas y no se lo quita de cabeza. Sonia conduca pasada de copas y tuvo un accidente en el que otra persona result seriamente herida. Los tres estn arrepentidos, desean pedir perdn, pero no saben cmo hacerlo.

Cuntas veces pedimos perdn al da? -perdone le he pisado, perdn por llegar tarde- pero esos no son autnticos perdones, sino simples disculpas. El perdn es otra cosa. Es algo ms complejo que nace de una herida, de un agravio. El que ha cometido la falta se siente culpable y desea manifestrselo al otro y recuperar su aceptacin, y el que perdona acepta el arrepentimiento y est dispuesto a restablecer la relacin. Pero esto es el perdn perfecto; y no siempre es as, existe un perdn desvirtuado o imperfecto y por supuesto existe la negacin del perdn.

En cualquier caso, los cuatro pasos necesarios para perdonar -el agravio, el arrepentimiento, la suplica y la reconciliacin- forman parte de nuestra vida, los hemos experimentado en el trabajo, la pareja, los amigos y la familia. Pero el perdn trasciende nuestro pequeo mundo y su inmenso alcance poltico y social llega a justificar la guerra y la paz; el progreso y la involucin.

El agravio

La lista de posibles agravios personales es infinita: un saludo negado, una acusacin falsa, una agresin fsica, un error involuntario pero de consecuencias lacerantes, y muchos ms. Cada cual sabe lo que le hiere y puede suceder que para algunos sea humillante lo que para otros no tenga importancia.

Y cules son nuestros agravios ms frecuentes? Probablemente no nos afecten los grandes conflictos y maldades del mundo; la mayora de la gente tendremos una vida ms sosegada, aunque quien sabe. Sin embargo, conviviremos con una familia, una pareja, un trabajo, y un grupo de amigos, que son micromundos a veces conflictivos. Tambin ah existen agravios a los que no nos atrevemos a llamar maldades, aunque lo son, porque maldad es tambin mentira, difamacin, calumnia, desprecio, desamparo, y de todo eso s sabemos. O maldades disimuladas como frialdad emocional, mobbing, acoso, abandono, que la omisin tambin hiere.

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Saber perdonar, neceSario para convivir

O maldades socialmente comunes como estafa o fraude (acaso no se sienten heridos los defraudados por las preferentes que han evaporado sus ahorros).

Aunque parezca raro, puede que resulte ms difcil perdonar pequeas humillaciones, que algo grave. En el seno de la pareja a veces se perdona una infidelidad, si existe un claro arrepentimiento. (Es verdad que en ciertos casos el perdn es simplemente conveniencia, o, lo que es ms duro, posposicin de una venganza). Parece que uno es generoso perdonando las graves heridas, sin embargo hay que tener cuidado con los agravios aparentemente menores, los que no se notan tanto: los malos entendidos, las pequeas faltas, las ganas de fastidiar, las constantes discusiones, el ridculo, los silencios despectivos, los insultos velados, etctera, porque todo ello se enroca en el corazn y se convierte en agravios mayores de consecuencias imprevisibles, y en hostilidad permanente.

Hay pequeos conflictos que se hacen grandes. Las discusiones constituyen un caldo de cultivo muy peligroso para las rupturas y los enfrentamientos largos. Las familias y las parejas discutidoras, acaban comunicndose solo en clave de hostilidad. Curiosamente se discute peor con quien ms se quiere

El arrepentimiento

A veces perjudicamos a otras personas cometiendo un error, otras veces pretendemos voluntariamente daar. En ambos casos puede que, al pasar el tiempo, esa parte de bondad o de sensatez que hay en todo el mundo nos lleve a recapacitar y a aborrecer lo hecho. Por qu fui tan estpido, por qu tan mala persona, por qu hice dao a quien no se lo mereca. Si pudiera borrar aquel instante de mi vida. Entonces aparece el arrepentimiento, que es una mezcla de tristeza y de mala conciencia, un sentimiento doloroso, pero tambin maravilloso, humano, noble.

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Cuanto antes se de el paso al frente en busca del perdn mejor. Lo suyo es que sea el agraviador el que lo haga, pero a veces suele ser el agraviado el que se acerca al otro de modo compasivo y generoso y le facilita las cosas: Estoy apenado, creo que no has actuado bien, me has hecho dao.

Si una persona arrepentida no se decide a pedir perdn, bien porque no sabe hacerlo, o porque es obcecada, va a generar poco a poco un sentimiento amargo que es el remordimiento. Los remordimientos son bloqueos emocionales, mezcla de culpa y arrepentimiento, incapaces de salir fuera, que se quedan petrificados en el corazn, como un poso que envenena a quien los experimenta.

Por eso, cuanto antes hay que olvidarse de la soberbia, la torpeza emocional, la vergenza, que son las barreras para pedir perdn y salir en busca de la persona a la que herimos.

La splica

El perdn se pide o se suplica. Depende de lo honda que haya sido la herida y de lo profundo del arrepentimiento. Es una palabra que cuesta decir pero que hay que pronunciar.

Una peticin de perdn es siempre un acto valioso. Lo deseable es que sea sincero, pero puede suceder que alguien pida perdn sin estar arrepentido. Algo es algo. El perdn es un sentimiento, adems de una declaracin. Verbalizar una peticin de perdn ya implica una cierta humillacin ante el otro. Es poco pero vale. Porque el perdn casi siempre desbloquea y reconduce una situacin que estaba deteriorada. Por eso es una frmula estratgica que se usa aunque no se crea en ella. Mejor perdn imperfecto que nada.

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Pero pueden darse dos situaciones: que el que ha agraviado no quiera pedir perdn y que el que ha sido agraviado se niegue a concederlo. Esta es una situacin compleja porque igual que dos no discuten si uno no quiere, no est tan claro que dos se perdonen si uno no est dispuesto a ello. En esta situacin estancada aparece el rencor, una evocacin enfermiza que no se muere, y que difcilmente se cura. La persona que siente rencor siente tambin encono, hostilidad, quiz maldad. Lo que no hay es tolerancia, compasin, ni desde luego perdn, porque perdn y rencor son incompatibles. Hace aos sucedieron unos hechos dramticos en Puerto Hurraco, donde dos familias se enfrentaron con resultados terribles, gestados largamente por un resentimiento arraigado y tenaz que en definitiva fue, y es siempre, el germen de la venganza.

Y puede darse tambin una tercera situacin: que exista arrepentimiento pero no sea posible pedir perdn. La imposibilidad de obtener el perdn constituye un dolor inmenso en ciertos casos. Estudios psicolgicos sobre uno de los trastornos de ansiedad ms grave, el estrs postraumtico, demuestran cmo este trauma se desarrolla en soldados que han protagonizado atrocidades en situaciones de guerra y que se han arrepentido profundamente pero saben que nunca tendrn la posibilidad de pedir perdn a sus vctimas o familiares. El perdn tiene valor teraputico: apacigua, reconforta y reconcilia con uno mismo a las dos partes implicadas

La reconciliacin

Un abrazo es casi siempre el mejor modo de sellar un perdn. No hacen falta palabras. Otras veces s son necesarias y hay que analizar lo ocurrido o dar explicaciones. En cualquier caso para otorgar el perdn se requiere grandeza humana. Esto suena muy solemne, pero no es tan raro. Las personas corrientes somos ms valiosas de lo que nos creemos y podemos albergar sentimientos grandes como compasin, magnanimidad, y misericordia, los mimbres con los que se trenza la reconciliacin.

Y despus de la reconciliacin, todo vuelve a ser igual? Quiz s, o quiz no, depender de cada caso. Puede que queden cicatrices, o puede que tras las heridas, las dos personas se sientan ms cercanas que antes. Es un misterio.

Ojo por ojo, dice la ley del Talin, una ley vengativa. Sin embargo el obispo sudafricano y premio Nobel de la Paz 1984, Desmond Tutu, dijo: Sin perdn no hay futuro

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La familia como escuela de perdn: lo que se ve se aprende

En la familia se aprende a ser magnnimo. Cuando hemos sido nios, nos han dicho mil veces: venga, pdele perdn a tu hermano. Y, a regaadientes o convencidos, hemos pedido perdn. Casi nunca era fcil, lo hacamos con la cabeza gacha, la voz dbil, sabiendo que nos estbamos humillando, pero la palabra perdn sala de nuestra boca, generalmente acompaada de un beso al hermano. Esa frmula sola restablecer el dialogo e impeda que el enfado se prolongase horas o das.

Los padres buenos educadores (que son muchos) son determinantes en el establecimiento de valores. La empata, la compasin, la ausencia de rencor, y otros fundamentos morales, que son claves a lo largo de toda la vida, se aprenden bsicamente en la familia. En un entorno de enfados infantiles, tan frecuentes -ya no me ajunto con Pepito- los padres listos consiguen desactivar el enfado e impedir el rencor. Sin embargo los padres menos agudos no se dan cuenta del valor educativo del perdn y dejan que sus hijos sigan enfurruados, sin hablarse a lo mejor varios das, ignorando lo grave de ese hecho, porque la prolongacin de los enfados genera resentimiento y adems se convierte en una costumbre y puede llegar a consolidarse incluso, como un rasgo del carcter: la nia es una enfadica.

Los psiclogos insistimos en la importancia crucial de la educacin infantil, donde tan definitivo es aprender a leer como a compartir, tolerar lo distinto, perdonar los errores ajenos y reconocer los propios, en definitiva aprender a ser bueno. Los primeros indicios de generosidad no aparecen hasta los seis aos. A partir de esa edad un nio puede dar a cambio de nada, antes no; no existe madurez suficiente. Desde ese momento el nio ya puede comprender el altruismo y la solidaridad, y lo hace a travs de las conversaciones explcitas con sus padres y profesores y del simple contacto con ellos y la observacin de su conducta.

Los enfadicas no saben perdonar. Son rencorosillos y no se olvidan de las afrentas. El rencor no trae consigo satisfaccin, bienestar, ni alegra

Hay que perdonar siempre?

No creo que exista una respuesta clara para ello. Son muchos los elementos que intervienen en el hecho del agravio, el arrepentimiento y el perdn; el ms importante es el alcance de la herida. Cuando esta es honda, no vale slo la verbalizacin del

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perdn, es necesario que el agraviante haya cambiado realmente sus creencias, que le duela profundamente lo que ha hecho, que est dispuesto a pagar una pena y que reconozca que la merece. Si toda agresin es humillante, el agresor debe humillarse tambin para as establecer por lo menos una equivalencia de humillaciones y reparaciones que atene un poco el dolor emocional causado.

Las personas que han sufrido un dao enorme (por ejemplo la difamacin implacable de consecuencias demoledoras; o algo peor, el dao irreparable a un ser querido) no pueden perdonar fcilmente; seguramente ni deban hacerlo. La nica compensacin de su dolor, mnima por cierto, es que los agresores sean reconocidos como culpables, condenados y cumplan su condena. No se puede dejar impune la brutalidad. Los agredidos de ese modo bastante hacen con doblegar sus deseos de venganza y esperar al dificilsimo olvido. Todos recuerdan el caso de la joven Sandra Palo, torturada y asesinada por unos desalmados, o el brutal efecto de la bomba terrorista sobre el cuerpo de la entonces adolescente Irene Villa, o los casi dos aos de inimaginable crueldad que pas Ortega Lara en un zulo.

En casos duros, quiz no tanto como estos ejemplos, el paso del tiempo es el camino que podra conducir a un perdn improbable; trascurridos aos, tal vez dcadas, el agresor, dolorosamente arrepentido, pudiera encontrarse con la magnanimidad del agredido, con su humanidad y compasin. Son raros estos casos, pero existen. Ali Aghka, el electricista turco que dispar contra el Papa Juan Pablo II, proclam su arrepentimiento y recibi la bendicin y el perdn de Su Santidad.

Olvidar el agravio

Si no hay perdn, cmo olvidar un agravio? Sin perdn, o sin disculpas se olvida peor.

Cuatro elementos pueden contribuir a ello. El primero es proponrselo sinceramente, parece una perogrullada, pero

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hay quien en realidad disfruta dolorosamente rumiando aquello que lo tortura. El segundo es la distraccin: es decir no obsesionarse y dedicarse a otras ocupaciones, por ejemplo es mejor irse al cine que contarle a un amigo por ensima vez el suceso lacerante. Tercero, la ayuda: si el recuerdo de la herida, los remordimientos o el rencor interfieren con la vida normal es recomendable contar con la ayuda de un psiclogo que dar pautas para ordenar los sentimientos. Y el cuarto, la generosidad: dar un paso de acercamiento, en cualquier direccin, si Mahoma no va a la montaa

Consejos para tratar a una persona rencorosa

- Facilitar el dilogo. A menudo un rencoroso es en realidad un torpe emocional que est encerrado en su actitud obcecada y desea salir de ella pero no sabe cmo. Otras veces el rencoroso es autntico, pero si se le dirige la palabra puede responder aunque sea con monoslabos: en cualquier hay que impedir que el silencio se aduee de los implicados.

- Escuchar activamente su planteamiento del agravio. Seguramente habr una parte de razn en sus argumentos.

- Valorar en su justa medida el alcance del agravio, (ver si es espordico o repetido, si ha sido intencionado o no). Dar cierto crdito al implicado. No minimizar el agravio frvolamente, pero tampoco echar ms lea al fuego y agrandarlo.

- Hacerle ver que todos hemos agraviado a otras personas. Recordar circunstancias en las que eso sucedi y fuimos perdonados.

- Eludir los reproches: eres un cabezota, un obcecado y un rencoroso, siempre haces lo mismo.

- Aprender una leccin de esto: solemos cometer casi siempre los mismos fallos y seguramente los agravios en el seno de la familia sern del mismo tipo. Evidenciar este hecho y reflexionar.

Pilar Varela


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La Inteligencia Emocional no tiene edad

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La Inteligencia Emocional no tiene edad

Nos esforzamos por conseguir que nuestros hijos reciban una buena educacin que es una de las grandes preocupaciones de cualquier padre o madre desde los inicios de su vida.

En la medida de lo posible, elegimos un colegio que nos guste, que roce la excelencia, que se encuentre bien posicionado en los rankings, en el que nuestros hijos aprendan mucho. Nos preocupamos de apuntarles a clases extraescolares para enriquecer su currculum acadmicopero tendemos a olvidarnos de la parte emocional.

Recordemos que educar no se refiere slo a la parte acadmica; tambin debemos ocuparnos del nivel social y emocional de nuestros hijos.

CMO SER DUEOS DE LAS EMOCIONES

Es especialmente conocida la investigacin sobre la tentacin de Walter Mischel, en la que trabajando con nios de cuatro aos de edad, estudiaba su autocontrol emocional mediante la utilizacin de sus dulces favoritos. El investigador explicaba al nio que se tena que quedar slo delante del dulce, y que si quera, poda comrselo, pero que si cuando l volviera no se lo haba comido, le dara otro ms. Lo que los nios no saban, era que mientras esperaban la vuelta del investigador, una cmara estaba grabando sus reacciones.

Qu es lo que ocurra con estos nios?

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La InteLIgencIa emocIonaL no tIene edad

Unterciosecomaelbombnnadamsirseelinvestigador.

Untercioselocomaalpasarunosminutos.Seobservabaquelosniosintentabanno caer en la tentacin no mirando el bombn, cantando es decir, intentaban regularse emocionalmente con la distraccin, pero no lo conseguan.

Yuntercioesperaquevolvieraelprofesorytuvolosdosdulcesprometidos.

Puedes ver unas imgenes muy divertidas de un vdeo de uno de estos experimentos utilizando el cdigo QR adjunto.

Pero qu es lo que pas con estos nios cuando fueron adultos? Cuarenta aos despus se realiz un estudio longitudinal y se hicieron entrevistas a aquellos nios que ya eran adultos; y se encontr, que los nios que no se comieron el bombn eran personas socialmente ms adaptadas.

Pero no todos los nios que se comieron el bombn haban tenido una vida problemtica. Afortunadamente, muchos de ellos haban aprendido a regularse emocionalmente, porque la Inteligencia Emocional se puede desarrollar, y en este mbito tanto los padres, como la escuela, tienen un gran trabajo por delante.

Las emociones se educan en la familia y en la escuela; y muchas veces se hace sin muchaplanificacin.Nos ocupamos de que los nios aprendan a leer, a escribir, a que sepan matemticas, idiomas pero no a manejar, controlar y ser dueos de las emociones. Dada la importancia que sabemos que tiene el correcto manejo de las emociones en nuestro da a da de adultos, no creemos que sera muy til establecer una metodologa que ayudase a mejorarlas ya desde nios? Para ello, es conveniente realizarunaintervencinplanificadae introducir un buen Programa de Educacin Emocional. No debemos, ni podemos dejar algo tan importante al azar.

La capacidad de aprendiza

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