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Las Señoritas de la Casona

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Las Señoritas de La Casona Año 2009 MARTA E. LOPEZ Argentina copyrigth©

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““““MMMMarta E. López nos entrega una

novela comprometida con los sentimientos

y realidades de una época. El aroma femenino se esparce en cada

línea de este libro cuyo contenido histórico y social logra involucrar al

lector con los pesares y alegrías de sus protagonistas.”

Magaoliveira

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Las Señoritas de La Casona Año 2009 MARTA E. LOPEZ Argentina copyrigth©

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I En una mansión antigua se encuentran dos hermanas, "Las señoritas de la casona" les dicen, por cosas de la vida las dos son solteras, rondaran los ochenta años, pero por su buen cuidado, se mantienen en perfecto estado. Ellas habían sido maestras, las dos jubiladas ya, hacen sus quehaceres domésticos con ayuda de una señora que también les cocina, se levantan temprano y preparan su desayuno, ya vestidas con sus ropas sobrias pero de moda, se preparan un té con algunas masas y se sientan a conversar, -¿Como has dormido Elizabeth? -No muy bien Cristina, ¿sabes que últimamente me despierto sobresaltada?, creo que tengo pesadillas pero no me acuerdo, ¿y vos hermana querida? respondió la mayor de las hermanas. -Ay no sabes como me dolió la espalda anoche, pero bueno son cosas de la edad. -Es cierto querida, un día de estos iremos al médico. Ellas se levantaron a arreglar algunas cosas y al rato se oyó abrir la puerta de entrada, ya que Juanita tenía llaves; -Hola querida, ¿como está el clima afuera? Preguntó Cristina. -Bien señorita, no hace frio ni calor, y esta se colocó un delantal para comenzar sus tareas. Tejían frente a la ventana soleada, mirando el jardín con sus plantas ya envejecidas y muy frondosas, y algún otro arbusto que habían renovado con ayuda de Juanita. Un hermoso parque con árboles frutales y un césped bien cuidado por un jardinero que viene cada tanto se encuentra delante de la casa, debajo de un árbol grande de magnolias se encuentra un banco para sentarse bajo su sombra. Ellas miraban con nostalgia y recordando el pasado, tantas cosas habían pasado en su juventud, tantas ilusiones frustradas, amores inolvidables, ese banco...

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II Ese banco.. testigo de tantas cosas.. Elizabeth había sido una hermosa mujer, no le faltaban pretendientes, pero sus padres siempre querían algo mas, un día ella saliendo apresurada de su hogar vio a aquel hombre tan apuesto, el había venido a hacer algunas modificaciones a la casona, Alberto era arquitecto y daba órdenes a los albañiles, indicándoles que es lo que debían hacer. En sus momentos libres se acercaba a las chicas, principalmente a ella, con sus ojos vivaces y oscuros le atravesaba el alma como un fuego cuando la miraba, ella a veces bajaba la vista, ruborosa por tanta intensidad, su corazón latía fuertemente mientras el le hablaba de sus cosas y de sus proyectos, un día como al descuido tomó su mano cubriéndola con la suya, esta era cálida y fuerte y la apretó suavemente, ella la dejó un instante, luego la retiró avergonzada y volvió a su casa rápidamente, ya no podría dejar de pensar en el. …………………………………………………………………………………………………………………………………………… Cristina también recordaba, ella es una mujer de tez muy delicada con varias arrugas pequeñas que marcaban sus gestos, en el pasado sus cabellos habían sido oscuros y largos, su textura era como de seda, y sus ojos eran de un color marrón oscuro, a veces parecían negros, era de una belleza exótica y con una fuerte personalidad, al contrario que su hermana, ella era rebelde, notable en esa época que los hijos temían y respetaban a sus padres. ......................................................................... Elizabeth con sus ojos celestes envejecidos, pero todavía bellos, miraba el banco y se acordaba de aquel día…

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III Aquel día al salir de clases Cristina vio a varios jóvenes reunidos, también estudiantes, uno de ellos se acercó a ella, -Hola Cristina, ¿te acordás de mí? dijo Cesar. -Si por supuesto, fuiste compañero mío en la primaria, muchas cosas no querría yo recordar, dijo riendo con una mirada picaresca, el también se reía. -Pero éramos tan chicos.. ya no soy el mismo y vos por lo que veo tampoco, estás hermosa, aunque siempre lo fuiste, ella lanzó una carcajada y el la miraba deleitado. -¿Querés que vayamos a la plaza o te acompañe a tu casa? A lo cual ella le respondió, -- -No, mejor vamos a la plaza, no quiero problemas con mis padres, y así fueron caminando y hablando los dos siempre alegres, una vez sentados en un banco ella lo observaba, el era un joven de tez blanca y rubio de ojos verdes como a ella le gustaban, un buen perfil y unos labios carnosos que invitaban al beso, el tomó una de sus manos y la besó, ella sintió un cosquilleo, cuando el la rodeó con sus brazos, ella frenética se abrazó a el y se besaron con pasión, luego de varias despedidas interminables se levantaron y se fueron de allí, dándose una cita para otro día, mirándose con amor, ella sabía que no sería fácil con sus padres, con el trascurso de los días se vería... ……………………………………………………………………………………………………………………….. Las dos hermanas se encontraban en su habitación y comenzaron a contarse que les había sucedido, Cristina con un gran entusiasmo le contaba su experiencia tan apasionante, Elisabeth poniéndose pálida por el susto, le reprochó, -¡Que chica tan alocada!, si nuestros padres supieran esto no nos dejarían salir mas, -Yo no dejaré que ellos influyan en mi vida, dijo su hermana, pronto lo veré de nuevo, dijo Cristina -y yo no creo que vuelva a verlo, imposible hermanita, ya ellos nos impondrán algún pretendiente adinerado, comentó la hermana, Cristina se reía de la sumisión de su hermana.

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Al otro día se encontraba Elisabeth paseando por el jardín y se sentó en el banco con un libro, cuando llegó el.......

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IV Elisabeth se encontraba leyendo, pero no podía concentrarse pensando en él, ella bajó sus párpados y se puso a soñar con ese amor imposible, de pronto sintió que una mano se apoyaba en su hombro, abrió los ojos asustada y lo vio, Alberto se sentó junto a ella, la contempló fijamente con una mirada llena de admiración ante semejante belleza tan delicada, ella quiso pararse pero el la retuvo del brazo, - ¿Por qué escapás de mi? Si yo te quiero hablar y se que vos también- ella lo miró emocionada- el se acercó mas y cerca de su oído le susurró bajito: -¿No vez que ya no puedo dejar de amarte?, dame una esperanza, ella ya no pudo mas y se le cayeron las lágrimas diciendo: -Lo nuestro es imposible..yo lo sé..mis padres…el la tomó fuertemente en sus brazos y acariciándole los cabellos le dijo: yo hablaré con tu padre, mi porvenir no es malo, así que el no me rechazará, -Está bien, dijo ella resignada y a la vez esperanzada, antes de despedirse el le tomó suavemente su rostro y la besó en la boca con dulzura, no quería asustarla. ……………………………………………………………………………………………………………………………….. .................................... ............................... Cristina salió corriendo del Instituto mirando hacia ambos lados, hoy era el día, lo vería, Cesar se acercó a ella y caminaron hacía otro lado donde nadie los divisara. -Hola mi amor, cuanto te extrañé, le dijo el con una voz muy dulce, soñé tanto con vos y con este día, ella se abrazó a el, -Yo también mi vida, y se besaron ardientemente, el la iba llevando despacio y sin dejar de acariciarla detrás de un árbol grande que los cubría de las miradas ajenas, era tal su pasión que no pudieron mas y allí mismo donde estaban hicieron el amor, gimiendo de tanto placer, los dos eran como de fuego. En esos tiempos tener relaciones antes de casarse era mal mirado por la sociedad, pero ellos no pensaron nada....

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V Cristina suspiró profundamente, mientras limpiaba sus anteojos, mientras tanto Elisabeth se había levantado a regar las plantas, ya pronto sería primavera y se veían algunos botones de flores, ella se acordó del día aquel en que quedaron en encontrarse con Cesar y el vino apresurado con un papel en su mano: -¡¡Querida me otorgaron la beca para estudiar ingeniería!! le dijo entusiasmado, ella no demostró su tristeza y lo abrazo tiernamente diciéndole, -¡Cuanto me alegro mi amor! -tenía el presentimiento que lo perdería-, eran tan jóvenes y faltaban tantos años para realizar sus sueños.. ………………………………………………………………………………………. Elizabeth dejo la regadera sobre el suelo y miró a lo lejos como hacía siempre, como esperando la llegada de alguien, cuando de pronto se acercó un señor mayor ella lo miro como queriendo reconocerlo, no, otra vez después de tantos años se había equivocado. Ella comenzó a acordarse de aquel día… …………………………………………………………………………………………………………………. Alberto había ido a hablar con su padre para pedir la mano de Elizabeth, escondida detrás de una cortina temblaba de miedo al rechazo, su padre lo hizo sentar frente a el sirviéndole un whisky,- -¿De que quería hablarme joven? estoy a su disposición, lo escucho. -De su hija Elisabeth señor, quería decirla que la amo y quisiera que me dé su aprobación, el hombre pegó un salto de su silla, -¿Como se atreve? ¿Ella lo sabe?, -Si señor, nos amamos y yo vine para eso, ¡Pero hombre! no se da cuenta que ella es una criatura de 20 años y usted supongo que tiene 30 o mas, además quiero para mis hijas lo mejor, lo dijo con un tono de orgullo y desprecio, -Señor yo puedo darle un buen pasar, se que tengo un buen futuro por delante. El padre con cara de disgusto le indicó la puerta y le dijo,

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-!!Por favor retírese¡¡, dijo el padre muy enojado. De pronto se sintió un golpe de un cuerpo caer al suelo, Elizabeth no pudo resistirlo y se desmayó, los dos corrieron a su lado, -¡Hija! ¿Hija que te pasa? Vino la mamá corriendo al sentir los gritos y con unas sales aromáticas la hizo reaccionar, ¿que te pasó hija? Ella volvió en sí y al acordarse de la escena se sacudió en llantos. -Alberto andaté por favor que ya volveremos a hablar, no quería que su padre lo insulte mas. El resignado, se fue cabizbajo a la pensión donde vivía, su familia era de otro pueblo, pese a su condición humilde ellos hicieron lo imposible para que el estudie y se reciba, Alberto era brillante y muy bueno en su profesión. ¿Que sería de ellos? que se amaban tanto, como convencer al padre, algo se le ocurriría.....

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VI Con el correr de los días Elizabeth comenzó a languidecer, no tenía apetito, su amor la consumía, ya no podría enamorarse de nadie, sus cabellos sueltos y rizados caían sobre su rostro haciendo sombra a su tez pálida, comenzó a toser reiteradamente, ella no estaba bien, la madre preocupada al ver su estado la llevó urgente al médico. El médico la auscultó minuciosamente y cuando llego a su espalda le extrañó el ruido de sus pulmones, inmediatamente la envió a sacarse una placa radiográfica, lo que se temía, ella tenía principio de tuberculosis, no sabía como decírselo, en esa época era muy difícil que se salvaran, no había recursos, únicamente enviarla a Córdoba donde el aire era tan beneficioso, así que prontamente les indicó eso. Su padre se dispuso a llevarla, estaba desesperado, se sentía culpable- Ella no quería irse sin despedirse de Alberto, le rogó a su padre, -Aunque sea de lejos papá, no se si volveré a verlo, lloraba desconsolada. -Está bien hija, iré a la pensión donde vive él. Apresurado saco de su garaje su auto Ford Sedan del año 37 y se encaminó hacia el pueblo, rápido bajó del auto y se dirigió hacía su domicilio, golpeó en la habitación de Alberto y este le abrió la puerta y lo hizo pasar, preocupado al ver el rostro del hombre le dijo: -Adelante Don Juan, ¿Que es lo que pasa? -Mi hija que está gravemente enferma quiso que lo venga a buscar para despedirse de usted, debo llevarla a Córdoba de urgencia. Alberto sin pensarlo, se puso un saco y salió con el padre desconsolado. Al llegar a la casa ella se alegró de verlo y con una leve sonrisa le dijo: -Mi amor no te acerques, quería despedirme de vos, no se si volveré… El sin pensarlo, cruzó el salón y fue a abrazarla, no le importaba nada ya.. -Te vas a poner bien mi amor, y le besaba los cabellos, tenés que recuperarte, ya no seré nada si no te tengo a mi lado. Y poniéndose las manos en la cara comenzó a sollozar.

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-Mi amor no te angusties, ahora se que me voy a curar, te amo mas que a mi vida, estaremos un tiempo separados, si me curo y si papá lo permite vendrás a visitarme cuando vuelva. El padre no lo pensó dos veces, lógicamente le dijo que si. A Cristina no le permitían estar cerca de su adorada hermana, que en otra habitación lloraba sin consuelo. ……………………………………………………………………………………………. Al otro día emprendieron ese largo viaje, cuando llegaron al hospicio, una hermana enfermera estaba esperándola…

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VII Elisabeth se despidió de su padre y entró junto con la hermanita del hospital Santa María, allí se encontraban los mejores médicos tisiólogos estudiando permanentemente esa enfermedad, en esos tiempos la llamaban “enfermedades del pecho” a la tuberculosis. A la mañana siguiente se levantó y tomó con pocas ganas un suculento desayuno, y luego salió a los jardines, donde se respiraba un aire tan puro y lleno de fragancias, era un lugar que elegían todos por el alto contenido de ozono, este se encontraba al noroeste de Córdoba, por todos los rincones se veía gente caminando o tomando sol, ella respiró profundamente ese aire puro y se sentó en una cómoda silla, pensando que le esperaría.. ………………………………………………………………………………………………………………….. En la casa Cristina ayudaba a su madre, las dos estaban tristes por la ausencia de Elisabeth. Llegada la hora Cristina fue al Instituto donde estudiaba de maestra, al salir de allí la esperaba Cesar, compungido por la noticia de su hermana la rodeo con su brazo y fueron caminando hacía un banco de la plaza, ella se apoyó en su pecho y lloró por un rato, el no sabía como contenerla y le dijo: -Mi amor si querés postergo mi beca y no voy a estudiar, no quiero dejarte así con lo que te pasa. -No mi amor, de ninguna manera quiero que dejes tu carrera, yo estaré bien, y esforzó una sonrisa, el la abrazó y la besó con todo su amor, pero en esos momentos respetó sus tiempos, el la amaba con locura. La acompañó hasta cerca de su casa, porque ella no quería darle otro disgusto a su padre, aunque lo notaba cambiado, hasta con ella. -ya nos veremos antes de que viaje mi vida, le dijo él, igual vendré cada tanto y para las vacaciones, ella cabizbaja le dijo que si, que lo esperaría. Se despidieron nuevamente con toda pasión y luego Cristina se fue a su casa, al darse vuelta las lágrimas rodaban por sus mejillas, tan felices que podrían ser….

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VIII Elisabeth ya se estaba reponiendo, ayudaba a las monjitas con algunas tareas, como cuidar algunas plantas, siempre le habían gustado y tenía una mano especial para ellas, se encontraba podando unos rosales cuando se acercó un joven que estaba internado también allí, habían cultivado una linda amistad, ella le hablaba de sus cosas y de su novio, él la escuchaba atentamente y sonreía ante tanta exquisitez de mujer, el también parecía progresar en la cura de su enfermedad, intercambiaban conversaciones sobre escritores, a los dos les gustaba leer mucho, y allí les sobraba el tiempo, poco a poco se fueron haciendo inseparables, ella siempre pensaba - el es mi amigo del alma que nunca tuve, en cambio Eduardo que así se llamaba el amigo, se estaba enamorando de Elisabeth, pero no se lo diría, el la respetaba mucho. Pasaron unos meses y ya casi recuperada del todo, ya podía salir y encontrarse con su padres, que estaban felices de verla tan bien. -Si Dios quiere pronto te llevaremos a casa, le dijo la mamá, tu hermana no ve la hora de que estés allí, ella está muy triste y sufre algunas descomposturas, pero después se le pasan, está un poco mas gordita, no se que le pasa a esta chica, debe ser la ansiedad por no tenerte y come en demasía, pero bueno.. se la ve sana. No querían preocuparla hasta que se recuperara del todo. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………… En la casona Cristina estaba desesperada, su padre la echaría de su casa, en ese día de tanta pasión ella había quedado embarazada, todo se lo calló al darse cuenta de su estado, se ponía cosas ajustadas, pero ya no podría ocultarlo y a su novio tampoco quería preocuparlo, por sus estudios, no sabía que sería de ella, ¿Cuándo volvería su hermana querida?, ya habían pasado 4 meses interminables desde que se marchó, pero por suerte fue pronto su restablecimiento, a escondidas tejía batitas y escarpines para su hijito, no sabía que sería de ella, ¿quien la tomaría como maestra? Una mujer soltera y con un hijo no era bien vista por la gente en esa época….

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IX La brisa cálida del día acariciaba el rostro bello de Elisabeth, con los ojos cerrados soñaba despierta y pensaba en Alberto, ellos se comunicaban por medio de cartas, éstas eran como poemas o prosas de amor, el estaba trabajando en unos proyectos importantes, ya estaba ahorrando para una casa en la cual vivirían ellos, entusiasta le escribía de sus planes para el futuro de ambos, ella tomaba esas cartas en sus manos delicadas y las ponía sobre su rostro y las besaba, ella le escribía prontamente devolviéndole su misiva, depositaba todo su amor en ellas, escribía sobre un papel delicadamente perfumado que él al recibirlas sentía toda su presencia en ellas, ¡cuanto la amaba! Al fin llegó el día tan esperado en que le dieran el alta médica, ella contaba las horas esperando a su padre, tenía todo preparado para su viaje y fue a despedir a su querido amigo Eduardo, se abrazaron en una larga despedida fraternal, aunque para el no lo era. -Querido amigo, nunca voy a olvidarte, le dijo ella, fuiste mi compañía y mi apoyo en esta lucha, te propongo que cuando salgas vengas a visitarme. -Pero tu novio..no se si quedará bien, y ella se abrazó tiernamente a el dándole un beso en la mejilla, no mi querido, vos sos mi amigo, el no dirá nada. Desde lejos dos hombres contemplaban la escena, su padre y Alberto habían venido a buscarla y darle esa sorpresa. Su novio no pudo resistirlo al verlos tan abrazados y pensó cualquier cosa. El padre no podía creer lo que veía, que equivocados estaban… Ella se dio vuelta y los vio, y con gran felicidad corrió para abrazarlos. -Alberto, ¡mi amor que alegría me diste al venir con papá! El no podía olvidar lo que vio. -Parece que me reemplazaste pronto, le dijo él con un tono de disgusto. -Pero mi amor, el es un amigo solamente, estaba despidiéndome. Sus ojos reflejaron temor por esa desconfianza. -Bueno pongámonos en marcha, dijo el padre, también serio.

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Por el camino de regreso hablaron muy poco, ella en el asiento de atrás con Alberto no podía convencerlo de que no era lo que el pensaba, se abrazaba a el fuertemente. -Estoy muy triste mi amor, esperaba tanto este momento, podes confiar en mi, yo nunca amaré a alguien que no seas vos. Le decía ella con los ojos húmedos. -Está bien mi amor, me dejé llevar por los celos, ponete en mi lugar, y la abrazó tiernamente aflojando esa tirantez que se había creado, ella respiró profundamente, ojalá que no les pasara mas eso, sería mas cuidadosa si no quería perderlo. En la puerta de la casa la esperaban su madre y su hermana, con una gran emoción se abrazaron y entraron, Alberto se despidió de ella diciéndole que tenía un compromiso urgente de trabajo, se abrazaron y besaron y él se fue. Que triste se quedó ella, ¿que pasaría en el futuro?......

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X Las dos hermanas estuvieron conversando hasta altas horas de la noche, Elizabeth se comprometió a hablar con su madre primero sobre el embarazo de Cristina, ya no temía a sus padres y haría lo imposible para que comprendan la situación. Al otro día se levantaron a desayunar con sus progenitores, contentos por la llegada de su hija conversaron con gran placer, de pronto miraron a Cristina y vieron que no estaba bien. -Hija ¿No te alegras de la llegada de tu hermana? ¿Qué es lo que te pasa? Dijo la mamá. -No es eso mamá, y se levantó llorando y se fue corriendo a su habitación. -Tengo que hablar con ustedes, espero que sean comprensibles, como lo fueron conmigo ante una situación desesperada. Los padres pusieron cara de pánico ante tal incertidumbre. -No se asusten, ella no está enferma como lo estuve yo, es otra cosa que en realidad debería alegrarlos. -¿Que es lo que debería alegrarnos?, decinos hija por favor. -Cristina fue débil ante tanto amor y falta de experiencia mamá, nadie nos explicó nunca nada sobre la vida sexual, no les hecho la culpa, pero si a la hipocresía de ocultar las cosas. -Pero que nos querés decir, ¿Como débil? ¿Que es lo que pasó? Le dijo el padre alterado. -Que Cristina está embarazada y no dijo nada por miedo a ustedes. -¡¡No!!gritó la madre, ¿que vamos a hacer ahora? Lo dijo llorando a gritos, a ellos le interesaba mucho el que dirán y lo que les esperaba. -Siempre supe que esa chica nos daría un disgusto, ¡!!Maldición¡¡¡ gritó el padre pegando un puñetazo sobre la mesa. -Ustedes van a ser abuelos, ¿eso no les interesa? Es lo mas hermoso que les puede pasar, un niño jugando por esta casa tan fría, todo sería diferente. -¿Quién es el padre? Hay que localizarlo urgente, ella debe casarse, dijo el padre -Es alguien que ella ama mucho, y el a ella, pero cortaría su carrera y no quiso decirle todavía. -Bueno, dejemos las cosas así por ahora, tu madre y yo decidiremos

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que hacer, vamos María que tenemos que hablar largamente. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………… Cristina tirada sobre la cama no cesaba de llorar, su hermana entró y le contó que ya había hablado con sus padres y de lo que dijeron. -¡!Ellos van a decidir quitarme mi hijo¡¡ yo lo se, eso no lo voy a permitir, antes me mato. -No querida, te dije que yo te ayudaría, tampoco lo voy a permitir, algo planearemos, por lo tanto quédate tranquila que le va a hacer mal al bebé, le dijo con todo cariño acariciándole los cabellos, y tocándole el vientre le dijo: Este es mi sobrino y será como mi hijo también hermanita, dijo esto y se inclinó a darle un beso a la pancita de la futura mamá. Elizabeth salió a la calle, todo le parecía diferente, ella iría a anotarse para terminar unas pocas materias que le faltaban, y luego buscaría trabajo en alguna escuela o daría clases particulares. En sus pensamientos estaba Alberto, sentía en el fondo de su alma que el ya no era el mismo desde que la vio con su amigo, ojalá no fuera así. Mañana se decidirían tantas cosas, ¿que sería de ellas?, el tiempo lo dirá…….

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XI En la casa todo era silencio, sus habitantes casi ni se hablaban, o trataban de no cruzarse, todo había cambiado. Después de una gran discusión los padres habían decidido que hacer, como ellos eran de una “convicción religiosa” no estaban de acuerdo con el aborto, resolvieron mandar a Cristina a Tucumán, donde vivía una hermana de María, hasta el fin del embarazo y ellos se encargarían de darlo en adopción o verían con la tía de las chicas, así que se dispusieron decirle a la hija. En realidad el que imponía esto era el padre, la madre a veces pensaba en el futuro nieto y se lamentaba. Cuando Elisabeth se enteró de esto por medio de su hermana, que estaba desesperada, le dijo que había que avisarle urgente al novio, el debía enterarse, era su hijo el que estaba en juego. Cristina le envió una carta a Cesar al lugar donde se encontraba estudiando, cuando el la recibió no podía creerlo, nunca hubiera pensado eso, ¿Cómo había sido tan descuidado?, el confiaba plenamente en Cristina y nunca dudó de su paternidad, así que decidió ir ese fin de semana y le mandó la respuesta, el vería que iba a hacer con sus estudios, a ella no la iba a abandonar, quería a ese hijo y a ella la amaba con locura. Las hermanas les pidieron a sus padres que esperaran unos días, todo podría solucionarse. Ellos le dieron una semana de plazo, eran tan duros. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………… Elisabeth esperaba ansiosa a su novio en la puerta, el demoraba demasiado, seguro que tenía mucho trabajo, pensaba ella. Nerviosa entró a su casa y decidió llamarlo por teléfono a su oficina. Atendió una mujer y le preguntó con quien deseaba hablar, ella le dijo que con el señor Alberto, la mujer se quedo muda por unos momentos.. -Pero el se fue a Chile por unas construcciones de la empresa, ¿Quiere que le deje dicho algo cuando vuelva? Soy la secretaria.

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-No señorita, dijo Elisabeth, ¿y cuando volverá? Le preguntó con voz temblorosa. -Eso no se decirle bien, podría ser una semana, el no me dijo cuando, pienso que me avisará algo. Cortó sin decir nada mas, él ya no la consideraba, todo se había perdido, siempre la celaría sin motivos pensaba ella, sentía tanta angustia que se encerró en su habitación a llorar con desconsuelo. De pronto se levantó y se limpió las lágrimas, su hermana no podía verla así. Ahora se pondría más fuerte que nunca para luchar por ese hijo que esperaba. Ya no quería sufrir mas, bastante había pasado con su enfermedad. De pronto sonó el timbre del teléfono, ella corrió a atenderlo ilusionada, el llamado era de Córdoba, era su amigo Eduardo. -Hola amiga, te llamo porque te extraño mucho, aunque ya pronto me darán el alta y tengo necesidad de verte. -Hola Eduardo, cuanto te necesito, le dijo entre sollozos, y le contó todo lo que estaba pasando, lo de su hermana y lo de ella, ella lo apreciaba mucho y confiaba en él. -No te aflijas amiga, vos sos lo único que tengo, yo te ayudaré para que todo se solucione, ya vamos a hablar personalmente, mientras tanto tranquilízate, ¡¡valor amiga!! Hablaron un poco más y se despidieron con mucho cariño, sintió un alivio tremendo, principalmente por su hermana…. Mientras tanto Cesar iba camino hacia la casa de su amada…..

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XII Ya estaba por llegar la primavera, el jardín lucía esplendoroso con sus hermosas plantas , algunas de ellas ya tenían sus pimpollos y flores de diversos colores, Elizabeth se encontraba en el jardín aspirando el aroma que impregnaba el aire, tejía una manta de bebé sentada en el banco, abstraída en lo que hacía y en sus pensamientos, no escuchó que llegaba alguien, al sentir el ruido de unos pasos se dio vuelta, cual no sería su sorpresa al ver a Alberto, que se acercaba sonriendo a ella. -¿Que haces aquí? Le pregunto ella un poco seria, su nariz estaba fruncida por el disgusto. -Perdóname mi amor, fui tan tonto al desconfiar de vos, estaba seriamente enojado pero al alejarme de aquí y pensar que te perdería, me quería morir, y tomándole la mano la besaba reiteradamente, decime que me perdonás por favor. -Sufrí tanto cuando no me avisaste que te ibas a Chile, que pensé lo peor y ya no me hice ilusiones, además en casa hay un problema muy grande, todo se me juntó. -¿Que pasa mi amor? Podes confiar en mí, decime lo que sea, no tengas miedo. -Que mi hermana está embarazada, y mis padres están en contra de eso y quieren llevársela lejos, todo por el que dirá de la gente, dijo esto bajando la cabeza. -No se que decirte ante esta situación mi amor, no se de que manera ayudarte, yo siempre te respeté a vos..por eso no se que haría en el lugar del novio, que difícil situación. -No importa Alberto, solo te lo conté para desahogarme y ver que me decías, mi amigo del alma Eduardo ya viene en camino y me dijo que me quede tranquila que el me ayudaría. El la miró asombrado, como podía haber pensado mal de ella si era un ángel, se daba cuenta que estaba resentida con él, pero no sabía como darle la solución para su hermana.

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-¿Querés que adelantemos la boda y nos hacemos cargo de tu sobrino? Yo le daría mi apellido. -No se que hacer, el hijo es de mi hermana y lo querrá tener con ella, igual gracias por tu propuesta, pero es demasiado pronto para casarnos, debemos conocernos mas y confiar plenamente en nuestro amor, dijo ella sin poder sacar de su rostro esa seriedad, el dolor tendría que pasarse para volver a ser la misma con el. -Bueno mi amor, te doy todo el tiempo que sea, necesito que me abraces, te amo tanto. Ella se abrazó a el , mi amor te necesito tanto, le dijo Alberto, ella le contestó que también lo quería y relajándose se besaron con pasión, luego entraron a la casa, donde el ambiente no era el mas propicio. Los padres sentados en un sillón, callaron de golpe al verlos entrar, el se acercó a ellos y los saludó amablemente. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. En el tren de regreso Cesar pensaba en su futuro hijo, ¿como hacer? El no tenía trabajo, estaba estudiando gracias a la beca que le dieron, sus padres tal vez lo ayudarían, quedó adormecido en el asiento de tanto cansancio, de golpe se sintió un estruendo terribles y ruidos de hierros que avanzaban destruyéndolo todo, gritos de mujeres y chicos, el ya no sintió nada mas, perdió la conciencia por un gran dolor que le laceraba las piernas y la cabeza. Cristina estaba escuchando la radio, cuando dieron la noticia de un gran choque de trenes, ¿En el vendría Cesar? Fue lo primero que se le cruzó por la cabeza, desesperada fue en busca de su hermana, Elizabeth acudió ante los gritos de Cristina. -¿Que pasa hermanita? Por Dios no me hagas asustar, ella le contó lo que había oído y que estaba asustada, la hermana la consoló diciéndole que no piense eso, y que se quede tranquila, las desgracias se sabían pronto, ella averiguaría…………

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Eduardo contaba las horas para su alta, faltaba tan poco, sólo 2 días le habían dicho, deseaba encontrarse con Elisabeth…………

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XIII En un hospital en las afueras de la ciudad se encontraban los accidentados del tren, debieron derivar a otros lugares a algunos pacientes de menor gravedad, por la cantidad de heridos que había, en la sala 218 se encontraba Cesar después de una operación complicada, su estado era delicado, ya le habían avisado a los padres y pronto llegarían, el estaba inconsciente, el diagnostico fue traumatismo de cráneo y fractura de fémur, también tenía golpes internos, tenían que esperar al menos 48 horas para saber que pasaría. Elisabeth comenzó a averiguar por medio del teléfono a los hospitales cercanos al accidente, hasta que consiguió saber su paradero y que todavía vivía gracias a Dios, se lo comunicó a Cristina que estaba tan angustiada, su presentimiento no había sido en vano, el estaba allí, al contarle su hermana ella comenzó a llorar. -¡¡Mi amor, por Dios!! Porque te habré dicho del niño, dijo esto tomándose la cara, la hermana la abrazó y cariñosamente le dijo: -Querida mía, debes tener esperanzas, vas a ver que todo va a salir bien, vení vamos a recostarte un poco, cálmate por favor. Ahora esperemos, y se fueron a su habitación esperando noticias, habían quedado en avisarle. Mientras tanto los padres de Cesar llegaron al hospital, después de un largo viaje, los esperaba un doctor para darles parte de su estado. -Bueno señores, quiero decirles que su hijo está bastante delicado, pero debido a su juventud tenemos esperanza de que reaccione bien, ahora lo tenemos en coma farmacológico para que no sufra y se reponga. Les dijo el médico cirujano. Ellos se fueron a descansar a un hotel, y al otro día fueron a verlo apenas se levantaron, al llegar una enfermera los esperaba sonriente- -Su hijo a reaccionado favorablemente, preguntó por ustedes, pero

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antes de despertarse del todo llamaba desesperadamente a una mujer llamada Cristina. Los padres se miraron sonrientes, ellos sabía que el tenía una novia pero no la conocían. Entraron a la habitación donde se encontraba su hijo y se acercaron a la cama, el estaba con vendajes en la cabeza y una pierna levantada en alto y enyesada, el les sonrió con una mueca de dolor, la mamá lo tomó de la mano y lo acariciaba tiernamente, el papá se dio vuelta escondiendo unas lagrimas- -Que mala suerte mamá, le dijo el hijo, yo debía darles una buena noticia, iba en camino a la casa de mi novia y sucedió este accidente. -¿Qué noticia hijo? Dijo el padre. -Que mi novia está esperando un hijo mío, y justo estaba pensando como hacer, cuando sucedió esta tragedia. -Hijo lo principal que es que estés a salvo, yo hablaré con la chica si querés, dijo la madre. Ellos eran más comprensivos, además de ver al hijo en ese estado. -Mamá, yo quisiera que ella venga a verme, no sé cuando me darán el alta, tengo para un tiempo me dijo el doctor. -Esta bien hijo, nosotros la iremos a buscar, espero que los padres le permitan venir. Sospechando del estado de los padres de ella. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Cristina estaba esperando el llamado del hospital, cuando sonó el timbre del teléfono, ella corrió apresurada a atender, era la mamá de Cesar que la llamaba. -Hola Cristina, soy la mamá de Cesar, tengo buenas noticias, el está fuera de peligro y le explico todo lo que había pasado. -¡¡Gracias a Dios!! Dijo la chica emocionada, mucho gusto señora, le

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agradezco tanto.. -No querida, ya sabemos todo, él nos contó, estamos felices y queremos ir a buscarte para que veas a mi hijo, él te reclama. -Gracias señora, no se mis padres si me dejaran, ellos están muy enojados conmigo, pero yo haré lo imposible por ir, y le dejaron su número de teléfono para que les avisara. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………… Le contó todo a su hermana Elisabeth, está la abrazó feliz y le dijo: -¿Ves hermanita como todo se solucionará? Estaba tan contenta por su hermana. -Tengo miedo que no me deje ir a verlo papá, sus padres vendrán a buscarme. -Quedaté tranquila hermana, que yo intermediaré por vos, y ellos tendrán que dejarte. Al otro día se lo dirían, ahora ya era de noche……..

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XIV Esa noche Cristina casi no pudo dormir, pensaba en lo que acontecería al otro día, daba vueltas y vueltas en la cama. A la mañana siguiente se levantaron las dos hermanas apresuradas, por la ventana entraba un rayo de sol que iluminaba ese ambiente tan femenino. Sobre una mesita redonda había un recipiente con bellas flores del jardín de su casa. Bajaron las escaleras y encontraron a sus padres desayunando, se sentaron silenciosas, los padres las saludaron y ellas respondieron tristemente. Elisabeth interrumpió el desayuno y les dijo a sus padres que tenía que decirles algo. -Tengo que hablar de algo que pasó, y le contó todo lo sucedido hasta el momento con Cesar, y que ellos debían dejar ir a Cristina. Los padres se miraron como pensando que decir, nerviosos ellos por los últimos acontecimientos. -¿Como vas a viajar tanto en tu estado? Dijo el padre. -¿No me digas que te preocupa el estado de Cristina?, después que piensan quitarle la alegría de tener a su hijo con ella, dijo su hermana. Ella nunca les había hablado con ese tono. ¿Y no la van a enviar a Tucumán que es tan lejos? Por favor decídanse, porque ya esto es insostenible. -Está bien, pero vos la acompañarás Elizabeth, le dijo el padre, cuando vuelvas si no resuelven la situación saldremos de viaje. Ellas no podían creer que su padre todavía fuera tan duro, el no las llevaría con su auto, irían en tren. De inmediato se pusieron a preparar sus valijas, antes de salir Elisabeth llamó a su novio para avisarle, el parecía disgustado, le preguntó si no la podían acompañar los padres, le contestó que solo ella podría ayudarle, se despidieron en un tono un poco seco, algo se había roto entre ellos.

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Al salir a la calle vieron venir una Coupé Chevrolet 1940 de color azul, ¡era un 0 km!., el auto se detuvo y de él bajó Eduardo, que justo venía a visitarla. -¡¡Hola amiga!! Le dijo el, ¿Te vas de viaje?, ella corrió a abrazarlo emocionada. -Justo nos íbamos a ver al novio de mi hermana que se accidentó, él sin dudarlo les dijo que las llevaría aunque fuera largo el viaje, nunca lo había dicho, pero el era heredero de una gran fortuna, pero su humildad no le permitía hablar. Iban tranquilos por la ruta, Elizabeth se sentó junto a el y se la pasaron conversando y recordando esos meses de internación, ella lo miraba de costado y vio su perfil perfecto y varonil, nunca había observado bien. Cuando llegaron, Cristina se bajó ansiosa para ver a su novio, ya se le notaba su embarazo, ella ya no se ponía cosas para disimular. Entró adelantándose a los otros hasta encontrar la habitación de su amor, al verla llegar, a Cesar se le iluminaron los ojos. -Mi amor cuanto te amo, dijo esto estirando sus brazos, ella se acercó a el e inclinándose lo beso en la boca, el la tomó del cuello besándola con pasión. Su hermana esperó un momento en el pasillo de afuera con Eduardo, dejándolos solos. Eduardo tomó sus manos al verla tan triste, cariñosamente le dijo: -Ely que te pasa? Se que estas triste, pero no solo por tu hermana, ¿El te hizo sufrir una vez mas? Ella se apoyo en su hombro y lloró. -Si Eduardo, me equivoqué con él, es muy absorbente y celoso, mi vida sería un infierno, gracias a Dios me di cuenta a tiempo, entonces Eduardo le confesó su amor y le p idió que le diera una oportunidad, ella le pidió tiempo, quería seguir siendo su amiga por ahora, terminar sus estudios y ver que pasaba con su hermana.

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Mientras tanto dentro de la sala, Cristina y Cesar hacían proyectos……

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XV Estaban tomados de la mano, ella sentada en la orilla de la cama donde se encontraba Cesar, cuando golpearon a la puerta los padres de él, Cristina se levantó un poco sonrojada al no conocerlos y que vieran su estado, ellos se acercaron sonrientes y la mamá abrió sus brazos para recibirla. Cristina estando tan sensible se puso a sollozar. -No criatura, no llores, le dijo la madre muy cariñosa, todo se solucionará, mi nieto va a ser reconocido por mi hijo y nosotros los ayudaremos en lo que podamos. -Pero soy menor todavía señora, aún no cumplí 21 años ellos mandan en mí vida todavía, lo conozco a papá, el quiere enviarme lejos a tener mi hijo para que nadie sepa. -¿Tan duros son? Si mi hijo se casa con vos tendrán que aceptarlo. Yo pensé que podrían esperar a que se reciba Cesar, pero si es así adelantarán la boda, ¿No es así hijo? Dijo dirigiéndose a él. -Si mamá, es lo que yo pensé y lo hablamos con Cristina, el caso es que no cuento con nada todavía, dijo esto lamentándose. -No importa hijo, pueden vivir con nosotros mientras tanto, no somos de gran posición pero podemos mantenerlos a ellos, no te aflijas. -Señora, no se como agradecerle, no se que dirá papá… -Hermanita ahora mismo hablaré con el por teléfono, dijo Elisabeth que estaba escuchando todo desde la puerta, ella le pidió a Eduardo que la acompañe a la central del pueblo, en esa época era muy poca la gente que contaba con teléfonos, solo los de gran poder adquisitivo, los obreros no lo necesitaban tanto, porque ¿A quien hablarían? Cuando alguien debía llamar desde lejos, decía la dirección de la persona con quien querían hablar y así de central a central se iban comunicando hasta llegar al lugar, y enviaban a alguien en una moto o bicicleta diciéndole a la persona a la cual llamaban que tenía que estar en la central a tal hora. Sus padres contaban con un teléfono así que sería más fácil.

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Ellos entraron a la central y dieron el número que tenían que llamar, la operadora los hizo esperar un momento, luego les dijo que tendrían media hora de espera, mientras ubicaban el teléfono. Mientras tanto se sentaron en un banco, conversaron un rato y se le hizo corto el tiempo hasta que le avisaron que ya estaba en espera el abonado. -Hola papá, dijo la hija un poco nerviosa, te quería avisar que los padres de Cesar ya solucionaron todo y les contó todo lo que habían hablado. -Como quieran, pero yo deberé firmar mi consentimiento, y no creo que viaje hacía allá, lo dijo en tono de disgusto -Pero papá si el esta dispuesto a casarse, los padres son tan buenos con ella, ¿Porque vos no? -Nunca pensé que una hija mía me defraudaría de esa manera habiéndolas criado en las mejores escuelas religiosas. Ahora que se quede allí, no quiero que aquí nadie vea su estado, todo se acabó, hasta mi futuro político ya no puede ser. Y cortó con furia el teléfono. Ellos volvieron tristes al hospital, no sabia como decirle la noticia a su hermana, Cristina caminó hacía ellos y les preguntó que dijo el padre. Elisabeth le contó todo detalladamente. Cristina se puso triste, más por su madre, no les importaba del nieto que vendría. Pero igual se iría con sus futuros suegros hasta su mayoría de edad. …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Ya habían pasado varios meses, Cristina estaba a punto de dar a luz, Cesar se había repuesto y retomó sus estudios, viniendo cada 15 días a verla, porque no podía viajar seguido, eran mucho los gastos. Los padres se encariñaron con esa dulce mujer como si fuera su hija, esperaban ansiosos la llegada de su nietito. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….

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Elisabeth había conseguido trabajo de maestra y vivía en una pensión mientras tanto, no quiso volver a su casa, no soportaba lo que le habían hecho a su hermana. En la casona los padres estaban solos, la madre iba decayendo por la tristeza, el padre comenzó a preocuparse y la llevó a los mejores médicos, ellos le preguntaron que le pasaba, porque no le encontraban nada y ella ya no paraba de llorar, uno de los médicos jóvenes le dio una reprimenda al marido diciéndole que primero estaba la vida de su mujer y de sus hijas, que no sea tan duro, porque estaba alejando a sus seres queridos y se quedaría totalmente solo. El era tan orgulloso, que dijo que lo iba a pensar. ............................................................................ Llegó el día tan esperado, Cristina comenzó con las primeras contracciones, ya Elizabeth y su amigo Eduardo estaban en la casa con ella……….

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XVI Esperaban todos en la sala del hospital con mucha ansiedad, Elisabeth conversaba con Ana la mamá de Cesar, las dos entusiasmadas con el próximo nacimiento, los hombres caminaban de un lado al otro, Rubén que así se llamaba el papá, le decía a su hijo que tuviera calma. De pronto se oyó el llanto de un bebe, que lloraba fuertemente, Cristina se encontraba en la sala de partos agotada pero tan feliz, el médico sonriendo tomó al niño y le dijo, ¡¡es un varón!! Ella lo primero que preguntó, (como hacen las mayoría de las mamás si era sano), el doctor le contestó que si, que era muy sano gracias a Dios. Entró primero Cesar a verla cuando ya estaban madre e hijo en la habitación, ella tenía sobre su pecho al niño besándolo dulcemente, unas lagrimas caían por sus mejillas, eran de felicidad y también de tristeza por no tener a sus padres, el emocionado se acercó y besó a los dos, tomo al niño en los brazos y no podía creer ese milagro de la vida. ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Ya se encontraban en la casa de sus futuros suegros, felices, atareados en el cuidado del niño que le habían puesto como nombre Joaquín,en honor a un gran amigo de ellos, este era un gran escritor. Cesar había vuelto a la Universidad, Elisabeth se había ido con su amigo Eduardo, porque debía trabajar, estaba sentados almorzando, cuando sintieron golpear la puerta, cual fue la sorpresa de Cristina que al abrir se encontró con sus padres, ella emocionada por esa gran sorpresa se lanzó a los brazos de su madre, que estaba tan delgada, el padre se quedó un poco mas atrás. Ella los invitó a pasar y ellos accedieron. Al ver a su nieto el corazón de Juan se ablandó, había hecho sufrir tanto y tanto sufrió el también, su mujer lo miraba feliz. -Querido decile que vengan a vivir a casa, como vos me prometiste, dijo la señora, cuando estaban por despedirse.

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Cristina antes de que hable el padre les dijo: -No mamá, yo no voy a dejar esta casa hasta que Cesar se reciba, ustedes pueden venir cuando quieran, les dijo poniendo una mano en cada hombro de sus padres. -Bueno hija, le dijo el padre, pero pueden contar con nosotros para lo que precisen, y principalmente mi nieto, lo dijo con todo orgullo pero ya en tono más apacible. -Está bien papá, lo tendré en cuenta, hasta ahora nos arreglamos muy bien y yo comenzaré a dar clases particulares acá, ya lo hablé con Ana, mientras ella me cuida al bebé. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Elisabeth mientras tanto se dedicaba a la docencia, amaba tanto su profesión y a los niños, que era plenamente feliz, a Alberto lo había visto para cortar la relación y el arrepentido le imploraba que no lo hiciera, que cambiaría, pero ella ya no podía creerle, igual quedaron amigos, no había rencor entre ellos. Eduardo le había pedido que fuera su esposa, pero ella lo quería como un amigo y no lo quería hacer infeliz, le pidió que busque una chica que le corresponda, pero el no amaría a nadie mas, se resignaría a ser su mejor amigo para siempre. Ella había vuelto a vivir en la casona con sus padres después de todo lo sucedido, algún día vendría su querida hermana…. ………………………………………………………………………………………………………………………………………………….

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XVII Ya habían pasado varios años. Joaquín ya tenía 5 añitos, era un hermoso chico lleno de alegría y muy inteligente. Cesar todavía seguía con sus interminables estudios, él le había dado el apellido al niño pero aún no se casaban, Cristina estaba algo triste por la poca voluntad de él, Su niño había sido bautizado, su amigo Joaquín y María Rosa otra gran amiga fueron sus padrinos. La dulce madrina le tejió unos hermosos escarpines y una mantilla con soles para su bebé, y el padrino tan bueno y espiritual le escribió bellos haikus en letras de oro con hermosos significados. …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. La mamá de las chicas había desmejorado notablemente en los últimos años y había fallecido debido a una larga enfermedad. El padre tampoco estaba muy bien, sufría una gran depresión y los años se le venían encima. Cristina decidió ir a ver a su padre con su hijo, ella estaba trabajando mucho y necesitaba un descanso también, los padres de Cesar vivían angustiados por la despreocupación de su hijo, él cada vez prolongaba mas sus viajes para venir a verlos, ¿Qué le estaría pasando? El no era así, ya se le había hecho una costumbre depender de sus padres y de su beca. Ellos sentían pena por Cristina, tan buena mujer. ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Cristina llegó a la casona con su hijo, su hermana la estaba esperando con gran alegría, su papá estaba sentado en un sillón con la mirada triste, cuando vio a su hija y a su nieto una pequeña chispa ilumino su rostro cansado, ella le acercó a su nieto para que le diera un beso, el niño era muy cariñoso y abrazó a su abuelito.

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Las dos hermanas pasaron unos días apacibles en la casona, conversando de sus cosas y de sus trabajos, Joaquín jugaba en el amplio jardín con otro chico de su edad, vecino de ellos. Había pasado tanto tiempo que ya la gente ni preguntaría sobre su hijo. Elisabeth tomo las manos de su hermana después de una larga charla y le preguntó porque no habían concretado todavía su matrimonio. Cristina con la mirada triste pero resignada le dijo: -No lo se hermanita, él está muy cambiado, ya casi ni nos vemos, se le hizo costumbre esa vida o todo cambió para él, yo ya no creo que aguante mas, aunque se que no soy una carga para sus padres porque yo trabajo, creo que no es vida, el no me da explicaciones, ni yo tengo ganas de pedírselas, lo principal para mi ahora es mi hijo, vivir para el y su futuro, veré que hacer.. -Hermanita, le dijo Ely con cariño, sabes que tenés tu casa aquí, papá no está nada bien, así que cuando quieras te espero, aunque me hubiera gustado que te casaras, que no corrieras mi misma suerte, dijo con tristeza, pero lo tuyo es distinto tenés ese sol de hijo que te llena la vida. -Creo que voy a hablar firmemente con Cesar y sus padres y según lo que vea me vuelvo a casa y busco trabajo, no quiero estar sin hacer nada. Ella había madurado mucho últimamente, los golpes y ese esperar de lo que decida el otro la hicieron cambiar. …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………. Ella ya estaba en la casa de los padres de Cesar, decidió hablar primero con ellos y le contó de sus angustias y su proyecto de volverse. Los padres también pensaban que ella no podía seguir así, aunque ellos la querían mucho y a su nieto, no eran ciegos ante la situación. Cristina esperaba la venida de Cesar, pero éste postergaba semanas y semanas su vuelta, un día recibió una carta de él, le pedía perdón por todo y le comunicaba que se había enamorado de una chica de la ciudad donde estudiaba, el ya se había casado. Cristina no podía creer lo que leía, corrió hasta los padres de el a mostrarle la misiva, la mamá angustiada se puso a llorar

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desconsoladamente -¿Como nos hizo esto nuestro hijo? ¡¡Perdón hija!!, te pido perdón de parte nuestra y la abrazó muy fuerte, el padre se acerco a ellas también muy triste por la actitud de su hijo, no podía creer lo que había hecho, que cobarde de su parte no haber hablado de frente. Ella comenzó a preparar sus valijas, muchas cosas que había comprado se las dejo a los padres de Cesar, no quería nada, solo su ropa y la de su hijo. La acompañaron a la estación con la promesa que irían a visitarlos, ellos la querían mucho, y a su nieto muchísimo también. …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. Las dos ancianas están pensativas, todo el pasado les pasó por su cabeza, pero ellas están felices dentro de todo, se habían realizado en su vida, fueron maestras hasta llegar a ser Directoras de escuela, las dos se llevan muy bien y siempre se quisieron mucho, ahora están haciendo preparativos en la casa, adornando todo, porque llega la navidad y esperan unas visitas muy queridas por ellas… …………………………………………………………………..

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XVIII la casona está iluminada con luces de colores, encima de la puerta de entrada hay una gran estrella dorada, las hermanas se vistieron con sus mejores ropas, muy bellas dentro de su edad, se habían puesto algo de maquillaje suave y rosado, estaban tan ansiosas esperando la visita que llegaría desde el Sur. ¡¡Ya venían!! Dos autos estacionaron en la acera, ellas fueron apresuradas a abrirle el portón de hierro para que entren. Una vez dentro del jardín, se bajaron de los autos, cuanta gente había venido, cada año se sumaban más, primero bajaron varios niños corriendo a abrazarlas, abuelitas, y ellas los apretaron tan fuerte, ellos eran los bisnietos, de 4, 6,9 y 12 años, luego bajaron sus nietos con sus respectivos esposos, estaban felices de verlas, a lo último de todo bajo su hijo querido y su señora, el rondaría los 60 años, todavía es un apuesto hombre, muy cordial corrió a saludarlas, con efusión las levantó en vilo y las abrazó y las besó, el casi no hacía distinción de su madre con su tía, las dos le habían dado todo su amor, una señora muy agraciada miraba la escena desde cierta distancia sonriendo, dejaba que su marido las saludara primero, ellos no se veían seguido desde su traslado al sur de Argentina, el era especialista en ingeniería petrolera, pero siempre que pueden vienen, además siempre se comunican con ellas. Joaquín tuvo un hijo y una hija que le dieron 4 nietos, el se siente orgulloso de su familia y a su madre y tía las adora, en total vinieron 10. Sus nietitos, Cesar de 4 años, Miguel de 6 años, Cecilia de 9 y Cristina de 12 años, todos eran unos chiquilines revoltosos, pero muy inteligentes para su edad, alegraban la casa cuando venían. Sus hijos se llaman José y Victoria, la esposa de José es Ana María, una encantadora mujer, y el esposo de Victoria se llama Antonio, un muy buen hombre dedicado a los negocios. Golpean la puerta, ¿Quién podrá ser a esta hora?, abre Elisabeth y ve a un hombre grande con regalitos en las manos, es Eduardo, su

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fiel amigo. Al rato otra vez llaman, esta vez era Cesar que viene a pasar las navidades con ellos, el es viudo de hace años y nunca tuvo descendientes con su mujer, además volvió a encontrarse con su hijo y sus nietos, había cambiado mucho con los años, el se había hecho muy amigo de Cristina. Al entrar todos lo recibieron con gran cariño. Un gran árbol de navidad ilumina el ambiente familiar, sus lucecitas prenden y apagan como guiñándole el ojo a la vida. En la mesa navideña se encuentran 14 personas festejando con alegría, las dos hermanas están juntas y se miran con satisfacción, después de todo no fue tan malo, tienen una gran familia y amigos entrañables, sus últimos años serán en paz y armonía.

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