La historia después de la historia

  • Upload
    tolivar

  • View
    269

  • Download
    1

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    1/52

    La historia despus

    de la historia

    Joan Fuster SobreperePID_00188618

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    2/52

    FUOC PID_00188618 La historia despus de la historia

    Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo general y la cubierta, puede ser copiada,reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningn medio, sea ste elctrico,qumico, mecnico, ptico, grabacin, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorizacin escritade los titulares del copyright.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    3/52

    FUOC PID_00188618 La historia despus de la historia

    ndice

    Introduccin............................................................................................... 5

    1. Los grandes paradigmas de posguerra......................................... 7

    1.1. El cientificismo ............................................................................ 8

    1.2. La revolucin historiogrfica francesa: la Escuela de losAnnales 10

    1.3. El marxismo britnico ................................................................ 14

    1.4. La ciencia social histrica alemana ............................................ 20

    2. La crisis de los grandes paradigmas de posguerra: el

    giro cultural, el giro lingstico, gnero, raza y estudios

    poscoloniales........................................................................................ 23

    2.1. Mentalidades, microhistoria y antropologa histrica ................ 25

    2.2. El giro lingstico ........................................................................ 28

    2.3. Las historias subalternas: de la representacin a la

    construccin ................................................................................ 30

    3. Los usos de la historia: ms all de la Academia....................... 35

    3.1. La historia desde abajo en accin: losHistory Workshop.............. 36

    3.2. Los lugares de la memoria y la legislacin memorialstica enFrancia ......................................................................................... 38

    3.3. La Shoah, entre la historia y lo sagrado ..................................... 42

    4. Una conclusin abierta.................................................................... 45

    Bibliografa................................................................................................. 47

    Obras citadas en el texto en orden cronolgico............................... 48

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    4/52

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    5/52

    FUOC PID_00188618 5 La historia despus de la historia

    Introduccin

    Despus de la Segunda Guerra Mundial, y con el estallido de la guerra fra, la

    historia qued por unos aos congelada. El peso de un pasado reciente terrible

    e inexplicable para la moderna y civilizada sociedad occidental y la presencia

    amenazante de la destruccin nuclear favorecieron una sensacin general de

    suspensin del tiempo histrico. Si en las dcadas de los cuarenta y cincuenta,

    la culpa y el resentimiento eran tan fuertes que necesitaban una contencin

    inhibidora para alejarse profilcticamente de la tragedia, y la nueva amenaza

    nuclear resultaba aterradora y paralizante, a medida que el paso de los aos

    fue banalizando ambos procesos y que las nuevas generaciones que no haban

    protagonizado la guerra se incorporaron a la vida social activa, el sentimiento

    de culpa y horror empez a encontrar vas de expresin en la publicacin

    de algunos de los testimonios ms hirientes; y la amenaza nuclear empez

    a transformarse en un elemento benigno que se poda interpretar como la

    garanta de la paz que el terror impona.

    La historia, naturalmente, se resinti de estos procesos mentales y culturales

    y de su evolucin en estas dcadas. Pero aquello que resulta particularmen-

    te relevante es cmo el final de la guerra fra, tal y como sucede siempre en

    los periodos posteriores a los grandes conflictos, abri una fase de optimismo

    desatado. El ao 1989, cuando el bloque sovitico empezaba su descomposi-cin, el liberalismo se extenda en todo el mundo y Estados Unidos apareca

    como un protector benvolo y unvoco del nuevo orden mundial. Francis Fu-

    kuyama, llevado por este contexto, escribaEl fin de la historia, un pequeo

    artculo convertido ms tarde en ensayo en el que se anunciaba la llegada

    de un periodo posthistrico de paz y prosperidad que superaba los graves con-

    flictos que el siglo XX haba experimentado. Finalmente, la idea enunciada

    por Hegel de un tiempo de plenitud, de un tiempo posthistrico, donde el

    conflicto el gran conflicto, se entiende haba quedado superado, haba lle-

    gado en forma de orden democrtico global despus del triunfo inequvoco

    del mundo occidental.

    Desgraciadamente, la profeca de Fukuyama dur menos que el lanzamiento

    de su libro. Con las mquinas de imprimir todava calientes, se declaraba la

    guerra de los Balcanes en el corazn de la vieja Europa y, en la estratgica rea

    del golfo Prsico, Kuwait era invadido por Irak, lo que provocaba una guerra

    de escala internacional. La historia, como el genio, se haba escapado de la

    lmpara; no solo no se haba acabado, sino que se haba descongelado. Los

    viejos problemas tnicos y religiosos, los antiguos conflictos por las preciadas

    fuentes de energa o el agua, retornaban como detonantes de nuevos e impre-

    visibles enfrentamientos y anunciaban la lgica inaugural del siglo XXI. Una

    lgica que el 11 de septiembre del 2001 tomara toda su significacin.

    Referencia bibliogrfica

    F.Fukuyama (1992).El fin dela Historia y el ltimo hombre.Barcelona: Planeta.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    6/52

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    7/52

    FUOC PID_00188618 7 La historia despus de la historia

    1. Los grandes paradigmas de posguerra

    En el marco de la guerra fra y en un mundo dividido en dos grandes bloques

    provedos cada uno de sus proyectos de futuro, las preguntas sobre el pasa-

    do se volvieron irrelevantes ante las certezas sobre el futuro. La propaganda

    se impona a la historia. El marxismo escolstico se cosificaba en la URSS co-

    mo un saber legitimador del poder, mientras que la historiografa occidental

    abandonaba las amplias preocupaciones por una nueva filosofa de la historia

    que haba dominado el periodo de entreguerras. Por fortuna, el empirismo sin

    direccin no fue la nica respuesta en este estado de cosas, y varias escuelas

    historiogrficasprodujeronprocesosderenovacin de gran alcance.

    Apenas haba transcurrido un siglo desde la refundacin del viejo conocimien-

    to del pasado como moderna disciplina cientfica por parte del positivismo

    (Leopold von Ranke fue el mximo exponente de esto), y todava era ms re-

    ciente el fuerte impacto que los pensadores sociales del XIX (Marx, Weber o

    Durkheim) significaron para la apertura de nuevos campos que superaban la

    pura historia poltica, de los acontecimientos o de los hroes, por una consi-

    deracin ms amplia de los procesos histricos donde los fenmenos sociales

    y econmicos tenan una posicin central. En conjunto, la renovacinhisto-

    riogrfica llegara no de los grandes debates filosficos del historicismo, sino

    de los sectores que de una u otra manera se propusieron dotaralahistoriadeunrenovadoinstrumentalcientficoqueatendieraalosavancesdelas

    otrascienciasdelhombre.

    El esfuerzo principal se centrara en construir una ciencianueva, con un apa-

    ratometodolgiconuevo. En este sentido, algunas de las iniciativas ms re-

    novadoras del periodo de entreguerras no fueron en balde. Particularmente

    en Francia, la innovadora iniciativa del grupo encabezado por Lucien Febvre

    y Marc Bloch en torno a la revista Annales encontr una estela de discpulos

    excepcionales, justo en los aos de la posguerra, que forjaron uno de los pro-

    cesos de renovacin ms exitosos. No fue la nica iniciativa renovadora; pa-

    ralelamente, se desarroll una nueva historia econmica de base cuantitativa

    de gran ambicin, concretamente en Estados Unidos; en Alemania, la socio-

    loga histrica, en torno a figuras como Norbert Elias, abri tambin nuevos

    desarrollos; mientras que en el marxismo britnico, a pesar del reducido n-

    mero de sus efectivos, se desarrollaba con fuerza, en torno al magisterio de

    Maurice Dobb y el grupo de historiadores del Partido Comunista Britnico, un

    proceso de renovacin de los estudios histricos y del marxismo que tendra

    una amplia influencia en todas las ciencias sociales y creara las bases de los

    estudios culturales.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    8/52

    FUOC PID_00188618 8 La historia despus de la historia

    En sntesis, ni el empirismo sin reflexin que pareca imponerse en el mundo

    occidental, ni el marxismo academicista y mecnico de los pases del rea so-

    vitica, consiguieron, por suerte, constituir respuestas exclusivas en el seno de

    una historia permanentemente en riesgo de caer en la trampa de las manipu-

    laciones ideolgicas propias de la confrontacin de la guerra fra.

    Las corrientes crticas de signo diverso de las tres primeras dcadas de

    la posguerra produjeron procesos de innovacin de un alcance que no

    resulta exagerado considerar como revolucionario. Se produjo, en defi-

    nitiva, un cambiodeparadigma en la ciencia histrica, que asumi

    planteamientos y mtodos que a menudo provenan de otras disciplinas

    de las ciencias sociales, como la antropologa, la sociologa, la geografa

    o la lingstica.

    1.1. El cientificismo

    La historia que caracteriz el periodo de posguerra estuvo marcada por la preo-

    cupacin cientificista: importaban ms las estructuras que las personas, la so-

    ciedad que los individuos. Las corrientes principales que se desarrollaron en

    estos aos tenan esta aspiracin comn.

    Tanto el marxismo occidental, como la escuela francesa de losAnnales,

    la cliometra americana o las diversas escuelas de la sociologa histricaalemana o americana, participaron de una preocupacin central hacia

    la objetivacin y colocaron en el centro de sus investigaciones a la so-

    ciedadcomoprotagonista.

    El recurso a las series numricas, en definitiva, a la estadstica, para explicar

    tanto la evolucin de las coyunturas como los fenmenos de largo alcance es

    lo que conocemos como historiaserial, cuantitativa o cliometra1. El carc-

    ter altamente racionalizado de la sociedad industrial dio lugar a una concep-

    cin equivalente de la ciencia, que se tena que poder desarrollar mediantemtodos completamente objetivos y, por lo tanto, cuantificables. La aplica-

    cin de medios tcnicos a la investigacin y la creciente facilidad con la que

    se podan construir sobre todo a partir de un cierto desarrollo de los ordena-

    dores amplias series histricas de datos abonaron la tendencia, en algunos

    campos como la historia econmica, a considerar que estos mtodos dotaban

    a la historia de una autntica metodologa cientfica que superaba las limita-

    ciones de la historia narrativa. Estas tcnicas, aparecidas en Estados Unidos

    en los aos de entreguerras, encontraron un terreno donde desarrollarse en la

    demografa histrica. En el campo de la economa, su planteamiento result

    (1)La palabra cliometraest forma-

    da por alusin a Clio, la musa de lahistoria, y a la idea de mtrica, esdecir, de medida.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    9/52

    FUOC PID_00188618 9 La historia despus de la historia

    til para abordar grandes problemas como el movimiento general de precios,

    y permitieron abordar el estudio de los ciclos econmicos, una preocupacin

    central de los historiadores despus de la crisis de 1929.

    Resultaron paradigmticos, en este sentido, el estudio de Hamilton sobre el movimientode los precios en el Imperio de los Austrias, o los estudios del francs Ernest Labroussesobre movimientos de precios en la Francia moderna.

    En los aos sesenta, la NuevaHistoriaEconmicaamericana, representada

    en Estados Unidos por Robert Fogel (autor de un apreciable estudio sobre la

    esclavitud en Estados Unidos), intent desarrollar, a partir de cuatro supuestos,

    una teora general para el anlisis de las sociedades modernas:

    Que existen leyes de bronce en economa las formuladas por Adam Smith

    y David Ricardo.

    Que la economa capitalista se caracteriza por un crecimiento imparable

    que adopta formas parecidas en todas las sociedades en proceso de moder-

    nizacin tal y como haba explicado Rostow en el ao 1960.

    Que los procesos de modernizacin econmica conducen necesariamente

    a procesos de modernizacin social y poltica, es decir, al establecimiento

    de una economa de mercado y de la democracia liberal.

    Que los mtodos cuantitativos se pueden extender del estudio de los pro-

    cesos econmicos al de los sociales y los polticos.

    Esta concepcin, tambin conocida como teoradelamodernizacin, no

    solo abogaba por una historia racional y objetiva, sino que contena una fuerte

    carga ideolgica fundamentada en el optimismo histrico y ligada a una idea

    de progreso lineal e ineludible.

    Aun as, si bien los mtodos cuantitativos quedaran definitivamente incorpo-

    rados al mtodo histrico al menos en cuanto a los campos de la demografa

    y la economa, a los resultados y comportamientos electorales y a la movilidad

    social, la cliometraamericana, al presentar estos mtodos como la nicafrmula autnticamente cientfica de historia, quedaisladaytuvoescaso

    eco fuera del mbito econmico y americano. Elintentodeconvertirlahis-

    toriaenunacienciaanalticahaobtenidoengeneralpobresresultados.

    Al fin y al cabo, la teora de la modernizacin, a pesar de que vivi una revi-

    talizacin importante en los aos noventa a raz de la cada del comunismo,

    chocara crecientemente con los lmites de la posguerra fra.

    No fue este el nico reclamo cientificista en la historia. En el ao 1944 K.

    Popperplanteara de modo crudo los problemas de la cientificidad en historia

    con una demoledora crtica a la visin hegeliana de la historia y su contenido

    teleolgico.

    Referencia bibliogrfica

    K.Popper(2002).Miseria delhistoricismo. Madrid: Alianza.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    10/52

    FUOC PID_00188618 10 La historia despus de la historia

    No obstante, elintentomsinfluyenteenEuropadecientifizacindela

    historia vino de la expansin del estructuralismofrancs desde la lingstica

    hacia las otras ciencias sociales. A partir de 1956, segn seala Dosse, el estruc-

    turalismo se convirti en el paradigma dominante en las ciencias humanas

    francesas. Los trabajos de Braudel resultaron fuertemente influidos por ello,

    e incluso algunos de los planteamientos ms crticos con la historiografa de

    posguerra llegaran de la mano de pensadores formados en el estructuralismo,

    como Foucault. La influencia de esta corriente, que tuvo en L. Althusser a su

    principal terico, no solo afectara poderosamente a Francia y al mundo la-

    tino, sino tambin a algunos de los historiadores marxistas britnicos, como

    por ejemplo a Perry Anderson al menos en sus primeros trabajos o a Imma-

    nuel Wallestein, que hara hincapi en los intercambios comerciales en su in-

    terpretacin del desarrollo del capitalismo.

    La sociologahistrica, particularmente en Estados Unidos, tambin intent

    desarrollar planteamientos en una direccin cientfica. Y estudiosos del naci-

    miento del Estado moderno y los procesos revolucionarios, como Barrington

    Moore y Theda Skocpol, intentaron modelizar los procesos de modernizacin

    poltica a partir del estudio de las revoluciones. Pero eltrabajomssistem-

    ticoyextenso en este terreno fue el que desarroll CharlesTilly. Los trabajos

    de este autor se centraron en la historia social de la accin colectiva en rela-

    cin con el desarrollo del capitalismo y los Estados nacionales, abarcando a

    menudo periodos histricos de largo alcance. Para Tilly, la combinacin del

    crecimiento capitalista y la penetracin del Estado nacional haba transforma-

    do las formas tradicionales de protesta popular en las huelgas industriales, lasmanifestaciones pblicas y los movimientos sociales asociados. La contribu-

    cin de Tilly, por su ambicin, ilumin con trabajos extraordinarios la moder-

    na poltica popular y los conflictos en la sociedad moderna.

    De todos estos esfuerzos, muy dispares y que sufrieron procesos de re-

    visin en los aos setenta, ochenta y noventa, lahistoriasaliforta-

    lecidacomodisciplina.

    Estas generaciones de historiadores, forjados en la resaca de la guerra y en el

    contexto de la expansin del capitalismo industrial maduro, aspiraban a cons-

    truir, legtimamente, una historiacientfica. Como seal afortunadamente

    Pierre Vilar matizando este propsito:

    "no es una ciencia fra lo que queremos, pero s, al fin y al cabo, una ciencia".

    1.2. La revolucin historiogrfica francesa: la Escuela de los

    Annales

    Al acabar la Segunda Guerra Mundial, el epicentro de la historiografa europea

    se traslad de Alemania a Francia. El resultado de la guerra y el clima intelec-

    tual, tanto del periodo de entreguerras dominado por varias formas de idea-

    Ved tambin

    Veremos estos procesos de re-visin en el apartado "La crisisde los grandes paradigmas deposguerra: el giro cultural, elgiro lingstico, gnero, raza yestudios poscoloniales".

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    11/52

    FUOC PID_00188618 11 La historia despus de la historia

    lismo historicista como de la posguerra, lo propiciaron. Adems, justamente

    en Francia se haba desarrollado, a lo largo de los aos anteriores a la Guerra, el

    tipo de orientacin que ms se avena con el momento posblico. Bajo la tutela

    fundacional de LucienFebvre y MarcBloch, en el ao 1926 naca la revista

    Annales, quepondralasbasesdelarenovacinhistoriogrficafrancesa.

    En sntesis, el programa del grupo ya se haba visto con claridad en la tesis de

    Febvre sobre Felipe II y el Franco Condado (1912):

    Se trataba de una historia preocupada por el empirismo en esto no

    difera del positivismo decimonnico, pero donde los factoreshist-

    ricosobjetivos desempeaban un papel central.

    De pronto, los tres grandes protagonistas de la historia tradicional los gran-des personajes, la poltica y la cronologa perdan el protagonismo a favor de

    factores como la geografa, la demografa, la economa y las estructuras men-

    tales colectivas.

    El proyecto de Bloch y Fevbre era reconstruirlahistoriacomocien-

    ciaguaparatodaslascienciassociales, pero sin separarse de estas, e

    incorporando los nuevos enfoques disciplinarios: la geografa regional

    de Vidal de Blanche, la sociologa de Durkheim y Weber o los nuevos

    enfoques antropolgicos.

    Si Fevbre, en su trabajo sobre el Franco Condado, haba introducido el estudio

    regional y, por lo tanto, un fuerte vnculo entre historia, geografa y econo-

    ma, Bloch ms influido por la sociologa de Durkheim, en su primer traba-

    jo sobre los reyes taumaturgos de Francia, incorporaba elementos esenciales

    de economa, sociologa y psicologa colectiva no ya para explicar las milagro-

    sas curaciones de estos reyes a travs de la imposicin de manos, sino para

    situar las condiciones sociales y mentales que propiciaban y posibilitaban una

    creencia como esta. No era el fenmeno aquello que interesaba a Bloch, sinoaquello que revelaba sobre aquella sociedad, su cultura y sus relaciones de po-

    der poltico y econmico.

    Acabada la guerra, el clima para una buena recepcin de estas propuestas se

    haba amplificado. El historicismo alemn sala desacreditado y los enfoques

    estrictamente polticos, en el contexto de la guerra fra, tampoco podan sa-

    tisfacer la busca de explicaciones tiles ni en la tragedia del pasado reciente,

    ni en las incertidumbres de un futuro amenazante. Y fue en este contexto en

    el que un grupo relativamente marginal a pesar de que Bloch haba muer-

    to en 1944 a manos de los nazis tomara posiciones centrales en el mundo

    acadmico francs durante varias generaciones. Por un lado, larevistasere-

    funden1946 adoptando el ttuloAnnales: Economies, Socits, Civilisations,

    Referencia bibliogrfica

    L.Febvre (1912).PhilippeII et la Franche-Comt: tuded'histoire politique, religieuseet sociale. Pars: Librairie An-cienne Honor Champion.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    12/52

    FUOC PID_00188618 12 La historia despus de la historia

    que indicaba muy claramente dnde se queran poner los acentos. Por otro, se

    creaba la sextaseccin en la prestigiosa colePractiquedesHautestudes

    al margen de la seccin cuarta, la de historia, con una clara vocacin de ser

    un punto de encuentro entre todas las ciencias humanas, no solo entre las

    ciencias sociales como la sociologa, la geografa o la antropologa, que tan

    importantes haban sido en el programa de losAnnales, sino que tambin se

    incorporaron la literatura, el arte, la psicoanlisis o la lingstica, que gracias

    a Saussure haba sido el terreno de formulacin del moderno estructuralismo.

    Esta sexta seccin, donde los historiadores tuvieron un papel directivo excep-

    cional, se convirti en el ao 1972 en la prestigiosa coledesHautestudes

    enSciencesSociales. El pequeo grupo provincial de estrasburgueses de los

    aos veinte se haba convertido en el centro de gravedad no solo de la historia

    en Francia, sino de las ciencias sociales en general, y haba ganado al mismo

    tiempo un reconocido prestigio internacional.

    A pesar de que Febvre vivi y trabaj hasta 1956, la figura predominante de

    esta segundageneracin de losAnnales, el periodo que podramos denominar

    de institucionalizacin, fue FernandBraudel.

    Los miembros de la segunda generacin

    Formaron parte del mismo grupo figuras como Ernest Labrousse que introdujo los estu-dios seriales, Charles Moraz o Pierre Vilar; y fueron discpulos directos de estos Geor-ge Duby, Jacques Le Goff, Emmanuel Le Roy Ladurie y Michel Vovelle, entre otros. Lainfluencia del grupo no se redujo a Francia: historiadores como el polaco Witol Kula, elcheco Bronislaw Geremek, el ruso Aaron J. Gourevitch o el cataln Jaume Vicens Vives creador de la Escuela de Barcelona, recibieron una influencia directa de aquellos y a su

    vez la trasladaron a sus discpulos, cada cual en su pas.

    La obra de Braudel sobre el Mediterrneo en la poca de Felipe II fue la que

    marc de manera ms clara un modelo que sera seguido, con variantes dis-

    tintas, por varios historiadores del grupo. Se trata de una obra innovadora, a

    pesar de que se puede ver la inspiracin del Fevbre de 1912, donde encontra-

    mos variasrupturasconlahistoriatradicional:

    En primer lugar, la desaparicindeunprotagonistadelahistoriasea

    una personalidad, una institucin, o el mismo Estado: la historia aspira

    a ser total y a explicar la sociedad en su conjunto como una totalidad.

    Una segunda rupturaesconeltiempolineal que dominaba la narracin

    histrica. En este punto Braudel distingue tres niveles temporales:

    Un nivel geogrfico de larga duracin (el Mediterrneo).

    Un nivel estructural, la coyuntura, que atribuye a la sociedad, las men-

    talidades y la economa.

    Un nivel poltico, el de los acontecimientos.

    En tercer lugar, junto con el tiempo lineal, sedisuelvelaideadeprogre-

    sohistrico, donde un sujeto principal (la clase, la nacin...) tiene unamisin teleolgica.

    Referencia bibliogrfica

    F.Braudel (1973).El Medite-

    rrneo y el mundo mediterr-neo en la poca de Felipe II, 2vol. Mxico: Fondo de Cultu-ra Econmica.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    13/52

    FUOC PID_00188618 13 La historia despus de la historia

    La historia de losAnnales tendi a ser supranacional (el Mediterrneo) o re-

    gional (Catalua, Provenza, el Franco Condado). Unas dimensiones que per-

    mitan estos discursos temporales de niveles diferentes y, sobre todo, que elu-

    dan el protagonismo directivo de la poltica. Por ltimo, las estructuras, tanto

    de larga duracin como de coyuntura, tienen una vertientemental, sin la

    cual estas no existiran.

    El estudio de Pierre Vilar sobre Catalua dentro de la Espaa moderna, esencial en laconstruccin de una nueva visin del Principado y en la renovacin historiogrfica delos aos siguientes, es muy representativo del tipo de trabajos que los historiadores delosAnnales ensayaban en estos aos. A pesar de que Vilar recibi una fuerte influenciamarxista y de que, tal como explica en su introduccin, se propone mostrar una investi-gacin sobre la nacin en los trminos definidos por este, el trabajo resulta muy proto-tpico de la manera de hacer del grupo francs. La primera parte de la obra est dedicadaa una descripcin exhaustiva de la geografa catalana para captar estos factores suprahis-tricos que estn en las bases materiales que soportan las sociedades. La segunda partees una aproximacin a la historia de Catalua antes y despus del periodo estudiado,el siglo XVIII, que intenta explicar los fenmenos de larga duracin y su evolucin. Unavez que estos elementos estn establecidos, el tercer y cuarto volmenes estn dedicados

    al estudio de campo, el del desarrollo de la agricultura comercial y sus bases, y el delcomercio colonial.

    P.Vilar(1965-1968). Catalunya dins l'Espanya moderna. Recerques sobre els fonaments eco-nmics de les estructures nacionals, 4 vol. Barcelona: Edicions 62.

    Este estudio de Vilar no fue un caso aislado. Otro de los numerosos ejemplos con caracte-rsticas muy parecidas es el trabajo de Le Roy Ladurie sobre los campesinos del Languedoc:

    E.LeRoyLadurie (1966).Les paysans de Languedoc. Pars: Ed. EHESS.

    En el trabajo de los hombres de los Annales de estos aos, los fundamentos

    materialesdelahistoria estn continuamente subrayados, hasta el punto

    de que, a partir de 1956 principalmente, se convierten en una variante del

    estructuralismo dominante en tantos otros campos de las ciencias humanas

    en la Francia de aquellos aos (la antropologa de Levi-Strauss, la lingstica

    de Saussure, etc.).

    Esta influencia se hizo notar crecientemente, y resulta particularmente presente en laobra de Braudel, Civilizacin material, economa y capitalismo: siglos XV a XVIII(1967), perotambin en otras obras de la misma orientacin, comoEconoma rural y vida campesinaen el Occidente medieval de George Duby o Teora econmica del sistema feudal de Kula,ambas de 1962.

    F.Braudel (1984). Civilizacin material, economa y capitalismo: siglos XV a XVIII. Madrid:Alianza Editorial.

    G.Duby (1968).Economa rural y vida campesina en el Occidente medieval. Barcelona: Pe-nnsula.

    W.Kula (1976). Teora econmica del sistema feudal. Madrid: Siglo XXI.

    Aun as, el enfoque historiogrfico material, casi materialista, de losAnnales,

    constituye solo una cara de su renovacin, puesto que fue siempre acompa-

    ado por una preocupacin por la investigacinsobrelasmentalidades , un

    aspecto que ira tomando un creciente protagonismo, sobre todo a partir de

    los aos setenta y de la llamada tercera generacin de la escuela. Mentalidad es

    un concepto impreciso, que no significa en ningn caso la tradicional historia

    de las ideas o de la alta cultura de las elites, o la clsica historia intelectual.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    14/52

    FUOC PID_00188618 14 La historia despus de la historia

    Estas corrientes parten del supuesto de que las personas tienen ideas claras

    y de que estas son transmitidas por medio de los productos culturales ms o

    menos institucionalizados.

    La mentalidad intenta abarcar ideas, concepciones del mundo o creen-cias, mucho ms difusas, que tienen un carcter colectivo o social, y que

    en cualquier caso no son la creacin de un individuo, sino ms bien

    el clima de una poca. Se trata de un intento de penetrar en las estruc-

    turas ocultas del subconsciente colectivo, generalmente mediante estu-

    dios monogrficos.

    Antecedentes

    Esta perspectiva encuentra antecedentes en la historiografa francesa tan remotos y apre-ciables como el trabajo del historiador marxista de la Revolucin francesa, Henri Lefevre,sobre el "gran miedo" creado por rumores extendidos por toda la geografa francesa y quesigui a los acontecimientos de 1789 en Pars.

    En los aos setenta, en un clima general de retroceso de la historia estructural,

    la historia de las mentalidades se fue imponiendo entre los historiadores ms

    representativos de losAnnales, particularmente en los trabajos de Le Roy La-

    durie, George Duby, Jacques Le Goff o Philippe Aries. Esta retirada de aquello

    que podemos denominar material en un sentido ms clsico fue general en la

    historiografa occidental.

    En este sentido, vale la pena resear que el enfoque antropolgico que desdeel comienzo influy tan poderosamente en los historiadores de los Annales

    ayud de una manera determinante, a partir de los aos ochenta, a abandonar

    los enfoques eurocntricos que tanto peso tenan incluso en las perspectivas

    crticas de Marx y Weber, facilitando una nueva visin del hombre, del pro-

    greso y de la historia misma.

    1.3. El marxismo britnico

    La guerra no alter sustancialmente los centros de produccin histrica aca-

    dmica en Gran Bretaa. Sobre la base del empirismo, el mundo acadmico

    britnico continu unas tradiciones slidamente consolidadas. En este con-

    texto conservador, y a partir de trabajos pioneros en historia social de antes

    de la guerra, como los de los Web, Cole y Tawney, la formacin del grupo

    dehistoriadoresdelPartidoComunistaBritnicoenelao1946 sirvi de

    punto de encuentro de una hornada de historiadores marxistas que produci-

    ran un fenomenalimpacto tanto enlahistoriografaeuropea, como en el

    pensamiento marxista y en la formacin poltica de la Nueva Izquierda a partir

    de los aos sesenta.

    La historia moderna no es imaginable sin considerar a Marx. Este, igual que

    los positivistas, parta de la idea de que existe una lgica de la investigacin

    que es comn a todas las ciencias, la cientificidad, que equivale a utilizar unos

    Ved tambin

    Veremos esta evolucin en elapartado "Mentalidades, mi-crohistoria y antropologa his-trica".

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    15/52

    FUOC PID_00188618 15 La historia despus de la historia

    procedimientos analticos que permiten explicar el mundo visible. Adems,

    consideraba, como Weber, que la sociedad y la historia poseen una coherencia

    interna, formulada en el concepto de formacin social y su desarrollo hacia

    delante (es decir, inscrita en el desarrollo histrico). Por ltimo, rechazaba una

    concepcin de la ciencia histrica asptica o neutral, puesto que conceba la

    historiacomouninstrumentodelatransformacinsocial.

    Sin embargo, esta triple definicin result ciertamente problemtica en el

    desarrollo del marxismo. Si, por un lado, aspiraba a una ciencia social rigurosa

    en el sentido de las ciencias naturales, por otro, desde su perspectiva compro-

    metida y crtica, rechazaba el afn de objetividad caracterstico del positivis-

    mo. A lo largo de casi un siglo, y a partir de la publicacin del Anti-Dring

    de Engels, fue una debilidaddelmarxismo la fuerte decantacin hacia una

    concepcindeterministade la historia que intentaba satisfacer la primera y

    la segunda de estas premisas, incluso presentando el conjunto de la historia

    humana como un proceso predeterminado por leyes y etapas condicionadas

    de manera mecnica por el desarrollo econmico. Esta concepcin encontr

    en el academicismo sovitico su mxima exacerbacin.

    Tal vez y de manera aparentemente paradjica, la principal caracters-

    tica del marxismo occidental y especialmente britnico en el perio-

    do de la posguerra fue la capacidad para cuestionar este planteamiento

    mecanicista a favor de una consideracin autnticamente crtica de la

    experiencia histrica.

    La famosa supeditacin de la superestructura (poltica, cultura, instituciones,

    etc.) a la base, naturalmente econmica, se volvi crecientemente problem-

    tica para muchos historiadores marxistas occidentales. Inscritos en la realidad

    de un capitalismo de xito y en pleno despliegue, su visin crtica se agudizaba

    en proporcin a la quiebra de las previsiones del desarrollo mecnico de una

    transformacin social que no se divisaba en el mundo capitalista. Como ha

    sealado Georg Iggers:

    "Lo que haca interesante el marxismo en Occidente era su crtica ante las relacionesque imperan en una moderna sociedad industrial capitalista, y su compromiso con lossocialmente perjudicados. Por otra parte, estas mismas relaciones cuestionaban, en unapoca postindustrial, las concepciones bsicas en las que se fundamentaba el marxismo.Estas se hallaban profundamente ancladas en el siglo XIX".

    Georg Iggers (1998). La ciencia histrica en el siglo XX. Las tendencias actuales (pg. 75).Barcelona: Idea Boocks.

    Abordar de manera crecientemente creativa esta contradiccin es aquello que

    convertira al grupomarxistabritnico, marginal en su entorno poltico y

    cultural, en elmspotenteactordelarenovacindelahistoriografamar-

    xista en los aos sesenta y setenta.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    16/52

    FUOC PID_00188618 16 La historia despus de la historia

    Los miembros del grupo

    Se trataba de un grupo ciertamente heterogneo; lo formaron, entre otros, CristopherHill, que estudi la revolucin inglesa del siglo XVII; George Rude, que se centr en lasprotestas y movimientos sociales del Antiguo Rgimen; Victor Kiernan, que trabaj sobreobjetos tan variados como la revolucin espaola de 1854, las relaciones entre China yGran Bretaa y el imperialismo, o la formacin del Estado moderno; John Saville, que seocup de la industrializacin; Eric Hobsbawm, que ha abarcado un abanico temtico queva del jazz o las revueltas populares de la poca moderna, al Imperio britnico, ademsde su conocida tetraloga sobre el mundo contemporneo; Dorithy Thompson, especia-lizada en el movimiento cartista; Eduard P. Thompson, con estudios sobre la formacinde la clase obrera y la cultura popular; Rodney Hilton, que se interes por los campesi-nos britnicos en la Edad Media, y, el ms joven, Raphael Samuel, que sera el impulsordel movimiento de losHistory Workshop. Algunos de ellos, pocos, ocuparon posicionesacadmicas slidas, como por ejemplo Hill, mientras que otros ocuparon posiciones tanperifricas como la enseanza en el sistema de extensin universitaria para adultos (Rudey Thompson).

    En 1952, algunos miembros del grupo impulsaron una nueva revista,Pastand

    Present, subtituladaJournal of Scientific History, que aspiraba a ser un lugar de

    encuentro y dilogo entre historiadores marxistas y no marxistas. Entre sus

    impulsores se encontraban Hobsbawm, Hill, Dobb y el tambin marxista Vera

    Gordon Childe. Entre los no marxistas se encontraban el primer director, el

    historiador de la antigedad John Morris, Geoffrey Barraclough y, ms tarde,

    Laurence Stone y el americano John Elliott. El papel de la revista result de-

    cisivo en la renovacin de los mtodos y la orientacin de los estudios hist-

    ricos, primero en Gran Bretaa, y ms tarde en la comunidad cientfica inter-

    nacional. El dilogo entre marxistas y no marxistas se profundiz a partir de

    1957, cuando la mayora del grupo marxista, salvo Hobsbawm, abandon el

    Partido Comunista Britnico a raz de la invasin sovitica de Hungra.

    Las primeras discusiones del grupo giraron en torno a los problemas plantea-

    dos en el trabajo del economista marxista Maurice Dobb formulados enEstu-

    dios sobre el desarrollo del capitalismo (1946). La cuestin en torno a la transi-

    cin del feudalismo al capitalismo para conocer en profundidad la naturaleza

    de este estara en el centro de la discusin, animada entre otros por R. Hilton,

    con un planteamiento eminentemente estructural, en consonancia con otros

    cientficos sociales marxistas, como Paul Sweezy, Guy Bois y, ms tarde, Im-

    manuel Wallellenstein.

    Referencia bibliogrfica

    MauriceDobb (1971).Estu-dios sobre el desarrollo del ca-pitalismo. Madrid: Siglo XXeditores.

    Paralelamente,GeorgeRude iniciara sus trabajos sobre las formas de protestaen el Antiguo Rgimen comenzando una perspectivadehistoriadesdeaba-

    jo que tendra eco en los primeros trabajos de Hobsbawm,Rebeldes primitivos

    (1959) y Capitn Swing(1968) escrito junto con Rude, y ms tarde en la obra

    de Thompson.

    Aun as, desde el periodo de entreguerras, algunos autores marxistas, como

    Gramsci, Luckacs, Korsch o Walter Benjamin, ya haban iniciado una revisin

    delaperspectivaeconomicista dominante aunque tomando en considera-

    cin el pesodelaculturaenlasrelacionessociales. La publicacin en 1932

    Referenciasbibliogrficas

    E.Hobsbawm;G.Rude(1968). Capitn Swing. Lon-dres: Lawrence & Wishart.

    E.Hobsbawm (1976).Re-beldes primitivos. Barcelona:Ariel.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    17/52

    FUOC PID_00188618 17 La historia despus de la historia

    de los manuscritos filosficos de Marx de 1844, donde colocaba el concepto de

    alienacin en el centro de su crtica al capitalismo, abund en esta direccin

    que tambin estuvo muy presente en el desarrollo de la Escuela de Frncfort.

    Crecientemente, la perspectivaculturalista iba tomando forma como una al-

    ternativa al sesgo dominante determinista y economicista. En 1959 EricHobs-bawm publicaba con el pseudnimo de Francis Newton The Jazz Scene, una

    historia social del jazz. Era un libro prcticamente amateur, fuera de la activi-

    dad acadmica del autor. El hecho de utilizar un pseudnimo ya muestra un

    cierto distanciamiento, pero la obra prefiguraba el tipo de perspectiva sobre

    la cultura que la historia social asumira en los aos siguientes especialmente

    en Gran Bretaa.

    Referencia bibliogrfica

    F.Newton (pseudnimo deE. Hobsbawm) (1958). TheJazz Scene. Londres: PenguinBooks.

    El iniciador y primer artfice de este cambio no fue uno de los miembros del

    grupo comunista britnico, sino RaymondWilliams, un historiador de la li-

    teratura que mantuvo siempre unas relaciones ambiguas con el marxismo. Wi-

    lliams, igual que Thompson y Rude, trabajaba en la enseanza universitaria de

    adultos, fuera del sistema acadmico establecido. En sus primeras obras, Cul-

    tura y Sociedad 1750-1950 (1958) yLa larga revolucin (1961), Williams plan-

    teaba una crtica cultural del capitalismo desarrollado, se trataba de un relato

    del impacto de la revolucin industrial en la sociedad britnica a partir de una

    historia de la idea de cultura. Esta idea combinaba la lectura rigurosa de los

    escritores ingleses cannicos con una historia social de la educacin, el pbli-

    co lector y las instituciones culturales. Williams utilizaba una idea de cultura

    amplificada y ms extensa que la convencional e incorporaba las formas devida y "las estructuras de sentimiento" que van asociadas a ella. En Cultura y

    Sociedadcontrapuso a la interpretacin dominante de la literatura inglesa co-

    mo la obra de una minora austera y altruista que preservaba los bienes cultu-

    rales elevados frente a los efectos corruptores del consumo y las masas, una

    visin democrtica de las actividades comunes de la sociedad, una concepcin

    que denomin "materialismo cultural".

    EnMarxismo y literatura (1971) desarrollaba un argumento sobre la propia ma-

    terialidad de la cultura que rompa con las visiones deterministas y funciona-

    listas; en palabras de Eley:

    "Ms que ver la cultura como separada de la vida material, atada al mismo tiempo pordeterminaciones sociales pero movindose sobre ellas, seal las verdaderas formas prc-ticas y concretas en las que la cultura se habra alojado siempre dentro de relaciones so-ciales y de formas de prctica material".

    G. Eley (2008). Una lnea torcida. De la historia cultural a la historia de la sociedad(pg. 53).Valencia: Universitat de Valncia.

    La cultura no solo no era un producto de la base econmica, sino que

    era considerada como un elemento constitutivo de todas las otras prc-ticas sociales y polticas, pero tambin econmicas.

    Referenciasbibliogrficas

    R.Williams (2003).La largarevolucin. Buenos Aires: Nue-va Visin.

    R.Williams (1974). Cultura ySociedad 1780-1950. Barcelo-na: Laia.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    18/52

    FUOC PID_00188618 18 La historia despus de la historia

    La obra de Williams no result un fenmeno individual. Algunos de los histo-

    riadores marxistas britnicos, especialmente a partir de 1957, fueron adoptan-

    do posiciones similares en sus trabajos. Hemos hablado del trabajo temprano

    de Hobsbawm sobre el jazz, pero la obra decisiva, que construira un paradig-

    ma nuevo, fueLa formacin de la clase obrera en Inglaterra (1963) de EduardP.

    Thompson. Este autor explicaba, en un colosal libro de ochocientas pginas ydesde una visin centrada en la cultura en un sentido amplio, las experiencias

    y la resistencia poltica de la clase obrera en el momento de su formacin a lo

    largo del medio siglo anterior a las reformas de 1832.

    Desde la perspectiva de la historia britnica, se trataba de una rupturacom-

    pletaconlatradicinliberal que quera ver la historia inglesa como el triun-

    fo gradual del parlamentarismo. A esta benvola versin del xito histrico de

    la ampliacin de derechos polticos y sociales para sectores cada vez ms am-

    plios de la poblacin, Thompson opona una historia de victorias democrti-

    cas de los trabajadores sobre la base de la resistencia popular contra la violen-

    cia, la desigualdad y la explotacin, aun recurriendo a una narrativa pica y

    vigorosamente comprometida. Pero aquello que haca del libro algo novedoso

    era la concepcindeclaseobrera que manejaba y su abiertaoposicina

    unmarxismoreduccionistaymecnico. La clase, para Thompson, era una

    produccin histrica fruto de un proceso de resistencia, creencias y luchas, y

    no el puro resultado de la asignacin de roles sociales en el proceso producti-

    vo. La famosa distincin de Marx en 1859 entre la "clase en s" la clase como

    "existencia social" determinada por la posicin de los individuos en el sistema

    de produccin y la "clase para s" es decir, la conciencia de pertenecer a ungrupo con intereses comunes quedaba ahora liquidada. Para Thompson, la

    clase no era otra cosa que la conciencia comn, es decir, la cultura de grupo,

    nacida entre los trabajadores como fruto de sus luchas contra la explotacin

    capitalista y la represin del Estado. Y como corolario, la divisin entre una

    base o estructura de naturaleza econmica y una superestructura poltica y

    cultural resultaba tambin refutada.

    En definitiva, frente a los acentos objetivistas y sociologistas, dotaba a

    la clase de un fuerte acento de agencia colectiva.

    Tal como afirmaba en el prefacio de la obra de manera muy clarificadora:

    "la clase obrera estaba presente en su propia formacin".

    Referencia bibliogrfica

    E.P.Thompson (1989).Laformacin de la clase obrera enInglaterra. Barcelona: Crtica.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    19/52

    FUOC PID_00188618 19 La historia despus de la historia

    La historia del trabajo quedaba tambin reformulada y adquira una amplitud

    nueva. No sera solo el puesto de trabajo y sus prcticas laborales polticas o

    sindicales aquello que se deba estudiar, sino tambin la vivienda, la familia,

    la nutricin, las prcticas religiosas, la criminalidad, el tiempo libre, la educa-

    cin, la literatura, la infancia, el noviazgo, la sexualidad, la muerte y todos los

    aspectos de la vida. Un campo infinito se abra a la historia social pensada co-

    mo una historia total de base cultural. Thompson, a lo largo de una dcada, se

    dedicara a investigar sobre las transformaciones culturales de los trabajadores

    en el proceso de implantacin del capitalismo, "la cultura plebeya".

    Activismo y best-sellers

    El xito de La formacin... llev a Thompson a participar en las mejores universidadesinglesas y americanas, pero en los ltimos aos de su vida dej la actividad acadmicapara entregarse completamente al activismo antinuclear y pacifista.

    En cuanto al resto de los miembros del grupo, es necesario destacar la tetraloga sobre el

    mundo contemporneo de Hobsbawm, una obra que se extendera entre 1962 y 1995 yque lo ha convertido en el historiador vivo ms ledo del mundo.

    La influenciadeThompsonfueenorme . Su legado tiene, como ha sealado

    Eley, seis dimensiones:

    Referencia bibliogrfica

    Estos trabajos, algunos taninfluyentes como "Tiempo,disciplina del trabajo y ca-pitalismo industrial" (1967)o "La economa moral de la

    multitud inglesa en el sigloXVIII" (1971), apareceran re-copilados en:

    E.P.Thompson (1995). Cos-tumbres en comn. Barcelona:Crtica.

    En primer lugar replante el discurso dominante sobre la historia inglesa

    en los trminos que hemos sealado, aun produciendo una historia de

    oposicin preparada para el combate, convencido como estaba de la capa-

    cidad generadora del conflicto como fuerza emancipadora.

    En segundo lugar, y en esto coincidi con Williams particularmente en

    sus estudios sobre Willliam Morris y William Blake, realiz una relectura

    de la tradicin cultural inglesa del XIX y de los autores visionarios romn-

    ticos, incluso reivindicando su revuelta contra el capitalismo naciente.

    En tercer lugar, su atencin hacia las formas de vida corriente, centrndose

    particularmente en los aspectos culturales en un sentido tan amplio va-

    lores corrientes, prcticas rituales, dimensiones simblicas de la vida, su-

    gera formas de etnografa que lo aproximaban a la antropologa cultural.

    En cuarto lugar, la valoracin y la identificacin con la gente corriente ac-

    tuaban como una forma de empata que le permita entrar en sus mundos

    mentales y reconstruir las formas de racionalidad ocultas e interrumpidas

    de los perdedores.

    En quinto lugar, rechazando junto con Williams el modelo de base y su-

    perestructura, vea la clase como una formacin tanto econmica como

    cultural, de una manera inseparable.

    Y en sexto lugar, retomaba el proyecto del grupo de historiadores marxis-tas britnicos en su discusin sobre la transicin del feudalismo al capita-

    lismo, y lo reformulaba construyendo la primera historia de la transicin

    Referencia bibliogrfica

    G.Eley (2008). Una lnea tor-cida. De la historia cultural ala historia de la sociedad. Va-lencia: Universitat de Valn-cia.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    20/52

    FUOC PID_00188618 20 La historia despus de la historia

    al mundo moderno y de la industrializacin desde abajo, es decir, desde el

    punto de vista de los perdedores. Su reconceptualizacin completamente

    desinstitucionalizada de la poltica enlazara con el espritu del sesenta y

    ocho y con la emergencia de nuevas formas de crtica radical de la Nueva

    Izquierda o del feminismo.

    El legado de estos nuevos enfoques tom distintas direcciones. En el terreno

    delmarxismo represent la reaparicin de un marxismohumanistaycul-

    turalista, directamente enfrentado tanto con la escolstica sovitica, como

    con el estructuralismo francs que representaba Louis Althuser. En el campo

    delascienciassociales, Williams y Thompson inspiraron un nuevo campo,

    los estudiosculturales, que se caracterizara por la interdisciplinariedad y la

    apertura a las nuevas formas de conocimiento crtico, como el feminismo o

    las culturas subalternas, y que impactara en terrenos tradicionales como los

    estudios literarios o la sociologa. De mayor alcance fue el impacto sobre la

    historiasocial, que en general ya no se podra desprender del enfoque cultu-

    ralista. Y por ltimo, la accin de RaphaelSamuel y el movimientodelos

    HistoryWorkshops, que representara una ampliacin y una innovacin en

    el campo de la historia y las prcticas sociales participativas, estara tambin

    fuertemente influido por estos antecedentes.

    1.4. La ciencia social histrica alemana

    En Estados Unidos la teora de la modernizacin disfrut de un creciente pres-

    tigio y aceptacin tanto en las ciencias sociales como en una historiografacada vez ms influida por la sociologa. Era una respuesta a la guerra fra que se

    libraba a nivel planetario y un resultado de esta, as como una explicacin del

    xito de un capitalismo rampante, que lleg a su zenit en los aos cincuenta

    y sesenta. En Alemania, esta misma visin se basara en una experiencia que

    tena un sentido muy diferente en la medida en que se planteaban cuestiones

    como la propia divisin del pas y el sentido de responsabilidad por la Segunda

    Guerra Mundial y los crmenes del nazismo.

    Justamente por esta situacin histrica, la historiografaalemana tom en

    las primeras dcadas de la posguerra un sentidoeminentementeconserva-dor. Mientras en la Repblica Federal la historia social era abandonada a favor

    de una historia poltica y del Estado emprica, en la Alemania Democrtica

    se impona la escolstica marxista sovitica. No sera hasta los aos sesenta, a

    raz de la polmica Fischer sobre las condiciones polticas que propiciaron el

    desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, cuando la situacin cam-

    bi. Fischer defenda una continuidad en la poltica expansionista alemana

    entre 1900 y 1939, y responsabilizaba a esta poltica del desencadenamiento

    de las dos guerras.

    A raz del debate en torno a las tesisdeFischer, la cuestindelsonderweg

    (excepcin) ocup el centro de la renovacin de la ciencia social histrica

    alemana. La tesis que planteaba Fischer, y que desarroll Hans-UlrichWeh-

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    21/52

    FUOC PID_00188618 21 La historia despus de la historia

    ler, era la de un desarrolloanmalodelamodernizacinparaelcasoale-

    mn. En sntesis, se explicaba que aquello que caracterizaba el caso alemn

    era la distancia entre un desarrollo capitalista acelerado y un subdesarrollo del

    Estado liberal. En definitiva, una incompleta transformacin, o una moder-

    nizacin fallida, al permanecer el Estado en manos de grupos sociales tradi-

    cionales, incluso manteniendo un fuerte componente autoritario. La ausencia

    en la historia de Alemania de un gran paso al liberalismo en el siglo XIX, co-

    mo sucedi en Gran Bretaa o Francia, habra permitido a las antiguas elites

    preindustriales aristocracia, propietarios rurales, ejrcito y burocracia seguir

    ejerciendo su dominio. Y la falta de legitimidad de un desarrollo democrtico

    del Estado lo llev a perpetuar formas represivas y manipuladoras. El conflic-

    to entre modernizacin econmica y retraso poltico llev a un autoritarismo

    estructural que desembocara en un "desarrollo desviado" del modelo de mo-

    dernizacin occidental, y que se expresara, en la constante inestabilidad del

    Imperio, en el fracaso de Weimar y, finalmente, explicara la anomala del na-

    zismo. En definitiva, se estableca una lnea de argumentacin que inscriba

    losorgenesdelnazismoenelsigloXIX,elmomentoenelquelahistoria

    alemanasedesvidelmodelooccidental.

    El modelo que Wehler desarrollara en torno a esta idea tendra en la Univer-

    sidad de Bielefeld su centro de operaciones, donde dispondra de la colabora-

    cin de historiadores de prestigio, como JrgenKocka. Enfrentados al con-

    servadurismo dominante en el mundo acadmico de la Alemania occidental

    y al marxismo mecanicista de la oriental, el grupodeBielefeldintentrecu-

    perarlahistoriacomocienciasocial, una tradicin alemana que se remon-taba a Marx y Weber, incluso enlazando con la teora crtica de la Escuela de

    Frncfort en la voluntad normativa de unir la ciencia con valores polticos,

    ofreciendo una visin donde a la industrializacin, como factor decisivo de

    la modernizacin econmica, y a la revolucin tecnolgica que va asociada

    a ella, les corresponde una evolucin institucional hacia una sociedad de ciu-

    dadanos jurdicamente libres y polticamente responsables y emancipados.

    La pregunta sobre el porqu de la "desviacin" alemana resultaba del todo

    congruente con este planteamiento. Y esta vinculacin de una ciencia social

    histrica analtica con un Estado social democrtico encontr el eco necesario

    para convertirse en un paradigma dominante en Alemania, justo cuando en

    el resto de Europa, especialmente despus del sesenta y ocho, estas visiones

    estaban crecientemente cuestionadas por las nuevas generaciones.

    El esfuerzo investigador y la ambicin epistemolgica desarrollados por el grupo de Bie-lefeld fueron de unas proporciones notables. Wheler y Kocka desplegaron un alud depublicaciones tericas y escritos programticos. Pero los trabajos empricos no fueronmenos importantes: Kocka mostr el valor de los tipos ideales weberianos en sus estudiossobre los trabajadores de cuello blanco de la empresa Siemens a lo largo de la industria-lizacin del XIX y de la Primera Guerra Mundial, o en su estudio tambin sobre los traba-jadores de cuello blanco, ahora en Estados Unidos, entre 1890 y 1940. En estos trabajos

    Kocka mostraba la naturaleza autoritaria del Estado y de la sociedad alemana, aportandoun alud de material a la tesis del sonderweg.

    Referencia bibliogrfica

    Algunos de los escritos deKocka se pueden encontraren la compilacin:

    J.Kocka (2002).Historia so-

    cial y conciencia histrica. Ma-drid: Marcial Pons.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    22/52

    FUOC PID_00188618 22 La historia despus de la historia

    La teora de la modernizacin y la tesis de la "desviacin" alemana han sido

    seriamente contestadas en los ltimos aos, desde el punto de vista tanto te-

    rico como emprico.

    El grupo de Bielefeld, no obstante, ha dejado un legado considerable:

    Recuper la tradicin alemana de una ciencia social histrica.

    Aport un conjunto de estudios de gran valor emprico sobre la his-

    toria contempornea, tanto de Alemania, como en trminos com-

    parativos europeos.

    Abri un debate serio e historiogrfico sobre las causas profundas

    del nazismo.

    Y, tal como haban hecho los historiadores de losAnnales en Francia

    o los marxistas britnicos, ensay a partir de la revisin de la histo-

    ria nacional un esfuerzo totalizador que explicara el cambio social

    desde una perspectiva cientfica y sobre la base del estudio de la vi-

    da material.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    23/52

    FUOC PID_00188618 23 La historia despus de la historia

    2. La crisis de los grandes paradigmas de posguerra:el giro cultural, el giro lingstico, gnero, raza yestudios poscoloniales

    En los ltimosaossetenta y bajo el impacto del cambio cultural y poltico,

    las vocescrticasconlosgrandesparadigmasdeposguerranopararonde

    crecer. Primero en los crculos ms radicales, pero ms adelante como respues-

    ta a los interrogantes del mundo exterior y a las incertidumbres de la propia

    disciplina histrica.

    Si el trabajo de los propios historiadores crticos haba ido erosionando las

    concepciones estructurales de la historia para ir haciendo hincapi en los ele-

    mentos culturales, simblicos y experienciales, el clima cultural y poltico de

    los ltimos aos setenta acab de favorecer un cambio de sensibilidad. Con la

    explosin de la individualidad y el consumo que caracteriz la culminacin

    de la revolucin keynesiana en el mundo occidental y, al mismo tiempo, con

    la crisis de este modelo, cuestionado por los jvenes contraculturales o sesen-

    tayochistas, pero sobre todo por la interrupcin repentina a raz de la crisis

    econmica despus de veinticinco aos de prosperidad, se planteaban serios

    interrogantes sobre la idea de progreso lineal inscrita en el corazn del pro-

    yecto moderno (en su versin tanto liberal como marxista).

    Los aosochenta incrementaran esta sensacin: la revolucin tacheriana en

    Gran Bretaa y la histrica derrota del sindicalismo ingls; las enormes grietas

    de los sistemas comunistas puestas en evidencia por los obreros polacos; el

    rpido y decisivo proceso de desindustrializacin en el mundo occidental y

    la consecuente fragmentacin de la clase obrera como sujeto social; la crisis y

    disolucin de la nueva izquierda europea a raz de su deriva violenta en Italia

    y Alemania... Estos y otros eran los signos de un cambio de tiempo que el ao

    1989 se encargara de sentenciar. Los vnculos estrechos entre poltica, com-

    promiso social e historia social eran evidentes, y los intentosdeunaciencia

    histricasocialno seran ya objeto de crtica y revisin, sino que estallarandebidoasupropiainviabilidadpoltica.

    La historiasocial, que haba construido los grandes paradigmas de la

    posguerra a partir del afn de cientificidad, se encontrara en las dos

    dcadas siguientes con un alud de crticos y replanteamientos. Lo ms

    pareciendo a un naufragio.

    En parte fruto de su propio desarrollo, las grandes tradiciones que hemos ex-puesto en el apartado anterior siguieron una evolucin que las transformara

    radicalmente en el sentido de otorgar una centralidad creciente a la subjeti-

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    24/52

    FUOC PID_00188618 24 La historia despus de la historia

    vidad en su orientacin. As, la tercera generacin de losAnnales pas del es-

    tructuralismo braudeliano al cultivo de la historiadelasmentalidades que

    quera ocuparse del universo simblico de la vida de los individuos en pocos

    aos y de una manera masiva. El renovado marxismo occidental, influido por

    los autores britnicos, sin abandonar su compromiso poltico abarc la causa

    de lamicrohistoria o tom un giromarcadamenteantropolgico , algo quetambin sucedi en Alemania con la recuperacin de la obra de Norbert Elias.

    Adems, los nuevos movimientos sociales en ascenso plantearon serias som-

    brasdedudasobrelosconceptoscentralesconlosquesehabaconstrui-

    dolacienciasocial. La historiografa feminista problematiz seriamente el

    concepto de clase y el de las relaciones sociales de produccin para explicar la

    opresin de la mujer. Lo mismo ocurri cuando algunos investigadores plan-

    tearon la cuestin racial en Estados Unidos. Y, ms tarde, cuando desde el

    mundo colonial recientemente emancipado se quiso reconsiderar el eurocen-

    trismo de los relatos histricos en uso.

    La misma evolucin del estructuralismo empuj en esta direccin. Los autores

    postestructuralistas que seguan fieles a la idea de estructura del lenguaje la

    revisaron en el sentido de reconocer la autonoma completa de este. El texto

    dejaba de guardar un correlato con la realidad, dejaba de ser una representa-

    cin de esta y adquira una completa autonoma.

    LawrenceStone, en el ao 1979, public un artculo enPastand Presentcon el

    ttulo "El retorno de la narrativa. Reflexiones acerca de una nueva y vieja his-toria". En sntesis, Stone pona en entredicho la posibilidad de encontrar una

    explicacin cientfica coherente en las transformaciones del pasado y reivin-

    dicaba el lugar determinante de la cultura y la voluntad de los individuos en

    el cambio social. Se trataba de una insistencia en los aspectos subjetivos de la

    experiencia humana que no pueden ser reducidos a leyes generales y que solo

    pueden ser aprehendidos desde el regreso a una historiografanarrativa.

    A lo largo de los aos ochenta y noventa, muchas de estas cuestiones estuvie-

    ron en debate. Algunas de las perspectivas que veremos no triunfaron pero,

    en conjunto, lahistoriacomodisciplinaquedcompletamentetransfor-mada.

    Paradjicamente, el colosal esfuerzo de los grandes paradigmas de posguerra,

    con su intencin cientfica, haba mostrado los lmites de algunos plantea-

    mientos en el campo de la filosofa de la historia que la inspiraban, pero tam-

    bin del aparato conceptual y metodolgico sobre el cual se sostena. Y, al

    mismo tiempo, haba hecho de portadora de las preguntas que era incapaz de

    contestar con el instrumental del que dispona. Las dcadas que examinare-

    mos a continuacin, de mediados de los aos setenta a mediados de los aos

    Referencia bibliogrfica

    L.Stone (1981). "El retornode la narrativa: Reflexionesacerca de una nueva y viejahistoria". En:El pasado y elpresente (pg. 95-120). Mxi-co: Fondo de Cultura Econ-mica.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    25/52

    FUOC PID_00188618 25 La historia despus de la historia

    noventa, reflejan los intentos, muchas veces fragmentarios o exagerados, de

    encontrar estas respuestas en el difcil reto de restituir al estudio del pasado la

    capacidad explicativa de la experiencia humana en toda su complejidad.

    2.1. Mentalidades, microhistoria y antropologa histrica

    Si las ms influyentes manifestaciones de la reorientacin cultural que la his-

    toria social tom en los aos ochenta se produjeron en Gran Bretaa con las

    obras de Williams y Thompson, no es menos cierto que donde esta inflexin

    fue ms precoz y generalizada fue en Francia y entre los historiadores de la

    tercera generacin de los Annales cuando estos adoptaron mayoritariamente

    el enfoque de la historiadelasmentalidades .

    Efectivamente, la dimensin cultural en un sentido muy amplio, el de men-

    talidad, ya estaba presente en la obra de los fundadores.

    Referencia bibliogrfica

    As, el libro de Lucien Febvre sobre Rabelais explora esta dimensin para ensayar unaexplicacin ms amplia de Francia en la poca moderna.

    L.Febvre (1993).El problema de la incredulidad en el siglo XVI: la religin de Rabelais. Ma-drid: Akal.

    Pero fue en el ao 1974, con la publicacin deHacer la Historia de Le Goff y

    Nora, y en 1978, con la de La nouvelle histoire del propio Le Goff con Revel

    y Chartier, cuando de una manera programtica se abri el campo de trabajo

    extraordinariamente, hasta el extremo de que la clara voluntad de abandonar

    un canon de explicacin total de la historia sera calificada por Dosse como

    "la historia en migajas".

    En los volmenes de los aos setenta destacaba dentro de los Annales, por la

    novedad, el hecho de dar espacio a la historia poltica de los acontecimientos

    que representaba F. Furet, pero sobre todo la renovada atencin a las mentali-

    dades. El caso es que lacentralidadenlaescuelafrancesacambidetemas

    yacentospaulatinamente , y pas a ser ocupada por autores marginales, co-

    mo Aris, que haba estudiado la muerte y comenzara a finales de los ochenta,

    junto con Duby, una colosalHistoria de la vida privada. De modo todava ms

    significativo, autores centrales del grupo cambiaron de orientacin, como en

    el caso del propio Duby, que pas del estudio de las estructuras de la sociedad

    medieval a publicar obras comoLos tres rdenes o lo imaginario del feudalismo

    (1978) oEl caballero, el cura y la mujer(1981). O el caso muy significativo de

    LeRoyLadurie, que despus de su estudio sobre los campesinos de la Provenza

    a lo largo de tres siglos publicaraMontaillou, aldea Occitana (1975), un trabajo

    precursor de la microhistoria en el que, a partir de un proceso judicial en una

    pequea localidad occitana, se explicaba la hereja albigense; ms adelante, se

    ocupara de la historia del clima o de la brujera. Este impulso, que se habainiciado entre los medievalistas con trabajos como el de Le Goff sobre el pur-

    Referenciasbibliogrficas

    J.LeGoff;P.Nora (eds.)

    (1974).Hacer la Historia. Nue-vos Problemas. Nuevos Enfo-ques. Nuevos Temas, 3 vol.Barcelona: Laia.

    J.LeGoff;J.Revel;R.Char-tier(dirs.) (1978).La nouvellehistoire. Pars: Retz.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    26/52

    FUOC PID_00188618 26 La historia despus de la historia

    gatorio, se extendi a la historia moderna y a la contempornea en trabajos

    como el de M. Vovelle sobre la descristianizacin en la Provenza en el siglo

    XVIII (1978).

    Referencias bibliogrficas

    G.Duby (1980).Los tres rdenes o lo imaginario del feudalismo. Madrid: Taurus.

    G.Duby (1999).El caballero, el cura y la mujer. Madrid: Taurus.

    E.LeRoyLadurie (1981).Montaillou, aldea occitana, 1294-1324. Madrid: Taurus.

    La reorientacin francesa tena su origen en el dilogoconlaantropologa,

    pero no sera una excepcin.

    En Italia, pero tambin entre historiadores americanos, se desarrollara un es-

    fuerzo similar en los objetivos que se conocera con el nombre demicrohisto-

    ria. Influidos por la inspiracin de Thompson de hacer una historia desde aba-jo, y comprometidos tambin con una perspectiva poltica, aquello que alej

    a los nuevos microhistoriadores de los grandes relatos de la historia social fue

    el cuestionamientodelaidealinealdeprogresoque estos planteamientos

    contenan. Ya no se tratara de conocer las condiciones materiales de la vida

    cotidiana de los hombres en general, sino cmo estos hombres haban expe-

    rimentado estas condiciones, comprender la experiencia de los historiados, es

    decir, considerarlos en su subjetividad, y por lo tanto individualmente.

    La influencia de la antropologa de Geertz

    Metodolgicamente, la antropologa de Clifford Geertz influy en esta perspectiva cultu-ral y la facilit, puesto que este autor consideraba que la cultura no poda ser explicada atravs de una ciencia experimental que tuviera que formular leyes generales, sino de unaciencia interpretativa en busca de significado que dotara el mundo de sentido y lo hicieracomprensible. Para hacerlo, propona sustituir los mtodos analticos caractersticos dela ciencia experimental por lo que l denomin la descripcin densa, es decir, la compre-sin de los significados clave de cada cultura a partir de una aproximacin al objeto deestudio, no guiada por una teora y un cuerpo conceptual, sino dejando que el sujeto dela investigacin hablara por s mismo.

    Carlo Guinzburg y Giovanni Levi, desde Quaderni Storici, la revista de referen-

    cia de esta orientacin, y tambin su compatriota e historiador de la economa

    Carlo Cipolla fueron, junto con la norteamericana Natalie Zenon Davis, los

    iniciadores de esta corriente con una serie de trabajos que obtendran un gran

    impacto.

    En el planteamientomicrohistrico se da prioridad al relato, puesto

    que se trata del aprovechamiento de un pequeo acontecimiento sin-

    gular como fuente de conocimiento universal, es decir, de un intento

    de acceder a consideraciones y explicaciones macrohistricas a partir de

    estudios micro.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    27/52

    FUOC PID_00188618 27 La historia despus de la historia

    As, enEl queso y los gusanos (1976), Carlo Guinzburg narra, a partir de la documentacinde un proceso judicial, la visin del mundo de un molinero del Fruli en el siglo XVIllamado Menocchio, con una fidelidad absoluta al documento. En un sentido parecido,la norteamericana Natalie Z. Davis explica enEl retorno de Martin Guerre (1983) la historiade un forastero que se hace pasar por el esposo retornado despus de una larga ausenciade una campesina que acepta la impostura en la Francia del siglo XVI.

    C. Guinzburg (1981). El queso y los gusanos. El cosmos segn un molinero del siglo XVI.Barcelona: Muchnik.

    N. Z. Davis (2005).El retorn de Martin Guerre. Valencia: Publicacions de la Universitat deValncia.

    Se trata de acceder a los protagonistas de esta historia desde abajo, lo que rara-

    mente deja otros testigos que los procesos judiciales o las actas testamentarias.

    En Alemania la ciencia social histrica tambin fue contestada desde plantea-

    mientos parecidos por los representantes de la antropologahistrica, inspi-

    rados en la obra de Geertz y del tambin antroplogo Marshall Shallins. En

    este caso fue el esfuerzo por estudiar la protoindustrializacin lo que llev a

    historiadores como Hans Medick, Peter Kriedte, Jrgen Schulumbohm, Her-

    bert Kish y Franklin Mendels hasta estos planteamientos. Estos autores llega-

    ron a la microhistoria a partir, justamente, de la macrohistoria, de los estudios

    demogrficos de la Edad Moderna que intentaban registrar a partir de mto-

    dos cuantitativos. Pero estos mtodos no tenan rostro, y de aqu pasaron al

    estudio de las familias y a las historias de vida, que permitan conocer las re-

    laciones personales y las redes sociales familiares en periodos largos. El uso de

    los testamentos como fuente era un instrumento de primer orden; as, Medick

    pudo estudiar la cultura libresca a partir de los inventarios que encontr.

    El enfoque microhistrico y la introduccin de los mtodos de la antropologa

    histrica abrieron la puerta a un alud de estudios locales en todo el mundo

    que a menudo confirmaban hiptesis generales o las cuestionaban seriamente.

    El gnero biogrfico renaci poderosamente como una manifestacin de este

    regreso a la cultura despus de dcadas de ser considerado poco menos que

    divulgacin.

    Pero, en lneas generales, el giro cultural tambin encontr sus lmitescomo planteamiento metodolgico; si la ciencia social histrica de la

    posguerra haba mirado preferentemente hacia la sociologa y la econo-

    ma, el giro cultural lo haca hacia la antropologa de manera preferente.

    En el fondo, se pona de manifiesto la incomodidad de la historia para

    convertirse en una cienciasocialtotal, capaz de entender y explicar la

    complejidad de los mundos pasados en los que quera penetrar.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    28/52

    FUOC PID_00188618 28 La historia despus de la historia

    2.2. El giro lingstico

    El giro cultural haba propiciado a la vez un girohacialanarrativa, tal como

    seal Lawrence Stone en 1979. Pero la recepcin en el campo historiogrfico

    de la crtica postestructuralista y del posmodernismo en general lleg mucho

    ms all.

    Ya no eran dudas sobre la idea lineal de progreso acuada por la Ilus-

    tracin lo que se planteaba, sino la validez de los ideales modernos y

    de su racionalidad.

    Las insuficiencias tericas y metodolgicas abonaron la busca de nuevos ca-

    minos, entre los cuales adquirira relevancia el girolingstico, un concepto

    que se haba acuado en Gran Bretaa en torno a trabajos especficamenteinscritos en la tradicin de la historia social.

    Como, por ejemplo, el de William Sewell sobre el lenguaje laboral en el siglo XIX francs(1980), o el de Gareth Stedman Jones sobre los lenguajes de clase (1983), que quera seruna continuacin directa de la lnea iniciada por Thompson.

    W.Sewell (1992). Trabajo y revolucin en Francia: el lenguaje del movimiento obrero desde elAntiguo Rgimen hasta 1848. Madrid: Taurus.

    G.StedmanJones (1989).Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrerainglesa (1832-1982). Madrid: Siglo XXI.

    Referencia bibliogrfica

    L.Stone (1981). "El retornode la narrativa: Reflexiones

    acerca de una nueva y viejahistoria". En:El pasado y elpresente. Mxico: Fondo deCultura Econmica.

    Esta orientacin influira sensiblemente en la apertura de nuevasperspecti-vas, como ladegnero en los trabajos de Joan Wallach Scott (1988), lade

    raza, etc.

    Para estos autores, el estudio del lenguaje constitua un poderoso ins-

    trumento para la comprensin del cambio poltico y social. Se trataba

    de la reconstruccin del discurso para comprender los marcos mentales

    de los sujetos histricos y la construccin de su propia historicidad.

    La influencia de Foucault

    Esta atencin al lenguaje guardaba relacin con la recepcin entre los historiadores de laobra de Foucault, que haba dado tambin una nueva orientacin a la forma de entenderel poder. Las concepciones tradicionales que se centraban en una visin institucionaliza-da de este y en las formas de dominacin econmica o en la accin del Estado quedaronsuperadas por una concepcin del poder centrada en las relaciones interpersonales y ensu relacin con el saber, haciendo hincapi en el papel disciplinador del lenguaje a travsdel concepto de discurso que delimita aquello que puede ser o no pensado en contextosespecficos de espacio y de tiempo.

    El propio estructuralismovivi una evolucin interna en la misma direccin.

    La teora estructuralista provena de la teora lingstica de Ferdinand de Saus-

    sure, de quien se haba tomado la idea de estructuras del lenguaje que condi-

    cionan el pensamiento humano para trasladarla al campo de las ciencias so-

    ciales y de la historia en las estructuras sociales que condicionan y conforman

    Referencia bibliogrfica

    J.W.Scott (2008). Gnero ehistoria. Mxico: Fondo deCultura Econmica.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    29/52

    FUOC PID_00188618 29 La historia despus de la historia

    la vida social. Autores como Roland Bhartes y Jacques Derrida, tomando como

    eje el concepto foucaultista de discurso, plantearon que el texto no guarda

    ninguna relacin con el mundo exterior y es, por lo tanto, una unidad cerrada;

    loqueimporta,pues,eseltextoynoelcontextoen el que fue producido.

    En el fondo, esta crtica se dirige contra las concepciones ideolgicas que guan

    cualquier autor intentando deconstruirlas, pero va mucho ms all, reducien-

    do las prcticas discursivas a las trazas del texto. La debilidaddelplantea-

    miento reside en el riesgo de un formalismoexcesivo y en la arbitrariedad

    delmtodo. Esta concepcin se traslad al mundo de la historia dando lugar

    a la concepcinposmodernadelgirolingstico.

    Los ms radicales de los trabajos de esta orientacin fueron los de White y LaCapra, deci-didamente influidos por el posmodernismo. La obra ms significativa de Hayden White,Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo XIX(1973), intentaba mostrarpor medio del estudio de cuatro historiadores clsicos del siglo XIX, Michelet, Tocque-ville, Ranke y Burckhardt, y de cuatro filsofos de la historia, Hegel, Marx, Nietzsche yCroce, que no existe ningn criterio histrico-cientfico para establecer la verdad, peroque tampoco existe ninguna diferencia entre ciencia histrica y filosofa de la historia.White admite que el trabajo filolgico-cientfico sobre las fuentes puede establecer loshechos, pero niega que se pueda, a partir de estos, construir una concatenacin causalque d como resultado una visin coherente del pasado guiada por criterios cientficos, eintenta demostrar que estos criterios son de naturaleza esttica o moral. La esttica ven-dra determinada por la eleccin de una de las posibilidades retricas que el historiadortiene al alcance, que son limitadas, y las morales a criterios de esta naturaleza, es decir,ideolgicos. En esta visin la diferencia entre descubrimiento e invencin en historiaqueda completamente difuminada y, a su vez, cualquier criterio de veracidad real o for-mal tambin.

    H. White (1992).Metahistoria. La imaginacin histrica en la Europa del siglo XIX. Mxico:Fondo de Cultura Econmica.

    El principal problema de esta concepcin, que ha encontrado en autores como

    Jenkins su versin ms radical, ha sido su dificultadparaproducirtextos

    histricosquefueranmsalldelapurateora. De hecho, su valor se ha

    circunscrito a sealar algunos de los riesgos con los que se enfrenta el histo-

    riador en su narrativa, pero sin aportar elementos operativos a la construccin

    de un nuevo saber.

    En definitiva, la puesta en valor del lenguaje en las ltimas dcadas

    pone de relieve que si bien nuestras ideas sobre la realidad histrica y

    la intencionalidad humana se vuelven ms complejas y problemticas,

    esto no quiere decir que se pierda la posibilidad de un conocimiento del

    pasado que resulte operativo.

    En este sentido, no resulta casual que el propio Lawrence Stone, que en 1979

    reclamaba enPast and Presentun regreso a la narrativa para hacer una histo-

    ria comprensiva, en el ao 1991 en la misma revista hiciera, en palabras de

    Fontana,

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    30/52

    FUOC PID_00188618 30 La historia despus de la historia

    "un angustiado llamamiento a una historia que se ocupara de los acontecimientos y laconducta operante sobre la base de textos contemporneos y con el fin de explicar loscambios ocurridos a los hombres. El llamamiento vena justificado por el miedo a que laposmodernidad convirtiera la ciencia histrica en una especie en peligro de extincin".

    J. Fontana (1992). La histria desprs de la fi de la histria. Reflexions i elements per a unaguia dels corrents actuals (pg. 75). Vic: Eumo.

    2.3. Las historias subalternas: de la representacin a la

    construccin

    La problematizacin de la capacidad explicativa de las categoras de anlisis

    social como la clase no fue tan solo, ni sobre todo, un fenmeno ligado al

    debate terico de los cientficos sociales. Un marxista como Eric Hobsbawm,

    en su texto "Se ha detenido la marcha hacia adelante de la clase obrera?",

    planteaba en 1978 que la antigua estructura de la clase obrera, que permita

    una filiacin y una identificacin poltica, se estaba desmembrando debido

    a la creciente fragmentacin social, y que si la izquierda quera mantener la

    relevancia primaria de las desigualdades materiales y de poder, tena que re-

    pensar las formas de unidad poltica, tanto por lo que concerna a las bases

    sociales a quienes se diriga, como renovando su retrica y sus ideas.

    Estas dificultades y la perspectiva materialista se pusieron de relieve con el

    desafo que represent la aparicin de una historiografa feminista. Y a la pro-

    blematizacin que gener la perspectiva de gnero, pronto se sumaron otras,

    como la raza, la etnia, la sexualidad, la nacin y la regin, la generacin, la

    religin, etc.

    Particularmente relevantes seran en este sentido las transformaciones

    ligadas al gnero, la raza, y las culturassubalternas y los estudiosco-

    loniales, que a su vez tendran impacto sobre el modo de enfocar pro-

    blemas ms generales, como la creacin de identidades nacionales o el

    estudio del imperialismo y, en el lmite, la revisin radical de la idea de

    historia universal.

    A partir de los aossesenta, y con el desarrollo poltico del movimiento fe-minista, este se vio en la necesidad de historiar el sujeto social que quera

    reivindicar y movilizar, y en este contexto empez a emerger la historiade

    lasmujeres. En los aossetenta, y de acuerdo con las nuevas perspectivas

    de la historia social y el giro cultural que tom, esta mirada estrictamente po-

    ltica se ampli hacia el estudio de todos los aspectos del pasado de las muje-

    res, y el campo adquiri un espacio acadmico propio. La teora feminista se

    apart rpidamente de la terminologa propia de la ciencia social para adoptar

    un nuevo lenguaje de patriarcado, trabajo domstico, reproduccin social y

    reproduccin sexual del trabajo.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    31/52

    FUOC PID_00188618 31 La historia despus de la historia

    Crecientemente influida por el psicoanlisis, el postestructuralismo y el

    anlisis del discurso, en los aosochenta se produjo el cambio decisivo,

    el paso de la historia de las mujeres a la historiadegnero.

    El proceso haba sido: del feminismo a las mujeres, y de estas, al gnero, para-

    lelamente al paso de un inters estrictamente poltico a uno ms amplio que

    impactaba sobre el mundo acadmico. Se necesitaba una manera de pensar la

    diferencia de sexos y el modo como esta defina relaciones entre individuos y

    grupos sociales; la categora mujer, biolgicamente determinada, planteaba en

    este sentido serios problemas, al insistir en connotaciones sociales y culturales

    ms que en connotaciones fsicas. As, hombre, mujery sexo fueron sustituidos

    por feminidad, masculinidadygnero. Este cambio conceptual estaba en la lnea

    de reconocer una creciente pluralizacin de los sujetos sociales, vistos ahora

    como construcciones, fueran la clase, la raza o la etnia; y, al mismo tiempo,permita relacionarlos entre ellos en busca de una compresin que admitiera

    ms complejidad.

    Esta perspectiva tuvo una primera y muy influyente formulacin en el texto

    de Joan Scott de 1986 "Gender: A Useful of Historical Analisys". Scott formaba

    parte de los historiadores que, proviniendo de la historia social, haban adop-

    tado el giro lingstico como mtodo de trabajo. Se trataba, no obstante, de

    un planteamiento terico. Los trabajos de historia se iran desarrollando en

    esta direccin en la dcada siguiente con enfoques tan atractivos como el de

    Carolyn Steedman enLanscape for a Good Woman (1986), donde la autora uti-

    lizaba la propia biografa y la de su madre para cuestionar algunas de las prin-

    cipales imgenes de la historia britnica, o el trabajo de Denise Riley "Am I

    That name?" (1987), donde se reflexionaba sobre la naturaleza indeterminada

    y cambiante del concepto mujer. Fuera del mundo anglosajn, se produjo una

    expansin muy significativa de este planteamiento con resultados y discusio-

    nes de naturaleza muy distinta.

    Si el feminismo fue el primer territorio donde el giro cultural y el postestructu-

    ralismo abrieron un nuevo campo de trabajo, este no fue el nico. El caso de la

    raza planteaba problemas nuevos y diferentes de los enfocados en el caso del

    gnero. Efectivamente, la raza no tena ninguna base objetiva de naturaleza

    biolgica y poda ser presentada como una construccin histrica y social; era,

    por lo tanto, ideologa. Pero el hecho de ser una construccinideolgica no la

    haca menos real. Este enfoque tenda a ver la ideologa racial como una ms-

    cara de intereses para perpetuar y reproducir una estructura de dominacin.

    Referencia bibliogrfica

    C.Steedman (1986).Lansca-pe for a Good Woman: a his-tory of two lives. Londres: Vi-rago Press.

    DavidRoediger, en The Wages of Whiteness: Race and Making of the American

    Working Class (1991), hizo notar que este planteamiento tenda a presentar la

    raza como una estratagema ideolgica al servicio de un sistema ms grandede dominacin, fuera este un poder poltico, econmico o social, y junto con

    otros historiadores hizo ver cmo el racismo obedece a un conjunto de creen-

    Referencia bibliogrfica

    D.Roediger(1991). The Wa-gues of Whiteness: Race andMaking of american workingClass. Londres: Verso.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    32/52

    FUOC PID_00188618 32 La historia despus de la historia

    cias explcitas, parcialmente articuladas, y presunciones inconscientes que ge-

    neran formas de connivencia y complicidad. El concepto de whitenes (blan-

    cura) quera poner a cuerpo descubierto formas racialmente configuradas de

    identidad comparables con la ubicacin de clase a la hora de participar en el

    sentido de pertenencia al mundo. No se trataba, pues, de una mscara, sino de

    otro tipo de divisin social. Roediger se planteaba cules eran las compensa-

    ciones psquicas que la blancura poda proporcionar a los trabajadores blancos,

    y sealaba cmo el estatus y los privilegios de raza podan funcionar como un

    poderoso sistema de compensacin y maquillaje en situaciones de explotacin

    de clase. En una cultura pblica tan implacablemente construida en torno a

    la raza como la americana, esta se converta en la condicin del no-blanco;

    la condicin normal norteamericana es ser blanco, y esto tena consecuencias

    no solo en las condiciones sociales y el bienestar psquico, sino tambin en la

    adquisicin de la ciudadana y los derechos polticos.

    En Europa el problema no se presentaba con esta claridad. En el Centro de

    Estudios Culturales Contemporneos de Birmingham, Stuard Hall public The

    Empire Strikes Back: Race and Racism in 70s Britain (1982), donde planteaba

    cmo la identidad nacional britnica en su fase postimperial se articulaba en

    torno a la blancura, es decir, a la raza. Tal consideracin pas al campo de los

    historiadores, que empezaron a considerarla en sus estudios sobre el pasado

    britnico del Imperio y las relaciones del colonialismo con la metrpoli.

    Esta lnea conectaba con otro campo que desde finales de los setenta se estaba

    desplegando a partir de la obra de EduardW.SaidOrientalismo (1978). Said,que era un profesor de literatura palestino que profes en varias universida-

    des americanas influido por Williams y los estudios culturales, mostraba en

    su libro cmo a partir del Renacimiento los occidentales haban construido

    un conjunto de representaciones y una matriz conceptual de oriente a partir

    de la cual se pensaba al otro. Said examinaba la literatura, las imgenes, el

    arte, los estudios acadmicos de todo tipo, apelando al anlisis de las prcticas

    culturales y al mundo de las ideas, para hacer evidente esta construccin, que

    era una negacin de este otro real y existente, constituyendo una forma de

    imperialismo cultural que contina renovndose hasta nuestros das. Eviden-

    ciaba que la aventura colonial, con la fuerza militar y burocrtica del Imperio,

    estuvo sostenida por una invasin ideolgica del espacio cultural de los pases

    colonizados, mientras en la metrpoli el hecho del Imperio fue ms all del

    espacio poltico y econmico, para convertirse en una estructura constitutiva

    de la propia sociedad y de su cultura.

    Dostiposdeproblemasconectados con estas preocupaciones se desarrollaron

    en los aos ochenta, los estudiosentornoalanacinylosnacionalismos,

    y los estudiossubalternos.

    Respecto a los estudiossobrelanacin, en el ao 1983 Benedict Anderson

    publicaba su libro Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la di-

    fusin del nacionalismo. Este trabajo de Anderson apareci en el mismo ao

    Referencia bibliogrfica

    E.W.Said (1991). Orientalis-me. Vic: Eumo.

  • 7/27/2019 La historia despus de la historia

    33/52

    FUOC PID_00188618 33 La historia despus de la historia

    que Naciones y nacionalismos de Ernest Gellner, yEl invento de la tradicin, un

    conjunto de estudios editados por Eric Hobsbawm y Terence Ranger. Los tres

    planteaban la naturaleza moderna del concepto de nacin, ligada a la difusin

    del liberalismo y la industrializacin, y la naturaleza legitimadora de las tradi-

    ciones nacionales, que eran siempre una construccin moderna. En este sen-

    tido, Anderson hablaba de "comunidades imaginadas", puesto que la nacin

    estableca